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NÚCLEO ANZOÁTEGUI
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
DEPARTAMENTO DE MEDICINA INTERNA
MEDICINA V
III-2014
SINDROME
LINFOPROLIFERATIVO
CRÓNICO
PROFESORA: INTEGRANTES:
Para conocer a profundidad el síndrome linfoproliferativo debemos entender las principales células
afectadas, estas vendrían a ser las pertenecientes a la defensa del organismo ante estímulos externos nocivos
como las del Sistema Inmune. Derivado del latín “immunis”, sin carga, la inmunidad es la capacidad que tiene
nuestro organismo de defenderse en contra de las infecciones, bien sea padecida por primera vez o de manera
repetitiva. Viene a ser la protección, neutralización y destrucción de todo patógeno infeccioso que no sea
reconocido como propio.
En su conjunto en la respuesta inmune participan:
Moléculas, entre las que destacan las inmunoglobulinas (anticuerpos), las citosinas, el sistema de complemento,
entre otras.
Células inmunocompetentes: Las pertenecientes a los siguientes sistemas:
a) Sistema Hematopoyético: originados en la médula ósea y luego con posterior diferenciación y especialización,
podemos dividir la médula ósea en dos partes, una parte adiposa y la porción vascular, fuente de eritrocitos,
plaquetas, monocitos y linfocitos. Actuando como miembros del sistema inmune los de la serie granulocitica,
monocitica y linfocítica.
b) Sistema linfoide; Principal afectado en el síndrome linfoproliferativo. Aquí tenemos órganos (que es el sitio
donde se agrupan las células inmunocompetentes y entre los que destacan los primarios como timo y médula
ósea y los secundarios como ganglios linfáticos, bazo y tejidos linfoides asociados a mucosas y epitelios) y las
células son los linfocitos T, B y las NK. Los linfocitos que maduran en la médula ósea son los B y los NK, los
linfocitos que necesitan un proceso de maduración en la médula tímica son los T y estos a través de su
maduración adquieren proteínas en su superficie conocidas como Marcadores Linfocitarios (CD). Pudiendo ser:
CD4 o Helper: Facilita la adhesión de las células T a las células diana.
CD8 o Citolìtico: Implicados en apoptosis celular al ser estimuladas por los antígenos intracelulares.
¿Cómo actúan estas células?Los Ly B se pueden dividir en células plasmáticas y células de memoria.
Las células plasmáticas son los linfocitos B activos y segregan grandes cantidades de anticuerpos. Las células
de memoria no se transforman en células plasmáticas y permanecen en circulación, sintetizando pequeñas
cantidades de anticuerpo, incluso cuando la infección ha desaparecido. Estas células permiten reaccionar con
más rapidez si se produce una nueva infección con el mismo antígeno.
Por su parte los Linfocitos T actúan una vez que el antígeno es fagocitado puede entrar en el citoplasma o en la
vesícula del macrófago y dependiendo de esto se activa una maquinaria celular que dará la respuesta
inmunológica. Básicamente lo que sucede es que si el antígeno cae dentro de la vesícula del fagocito quien
acude al llamado son los Ly Th o CD4, este CD4 enviará la información a los Ly Tc o CD8 para que maduren y
el CD8 envía una señal al macrófago para que destruya el antígeno dejando la célula intacta. Si el antígeno cae
dentro del citoplasma del macrófago actúa directamente el Ly Tc o CD8, y mata al microorganismo ingerido
pero a expensa de la destrucción de la célula huésped.
c) Sistema Reticuloendotelial: Más funcional que anatómico, son células que reúnen la característica de ser
fagociticas, actualmente se le conoce como Sistema Fagocitico Mononuclear, está integrado por los
macrófagos. Según el tejido en el que se encuentren tienen un nombre, tenemos los que se hallan fijos en el
tejido conjuntivo, la médula ósea (fibroblastos), en los ganglios, los cordones esplénicos, en los alveolos
pulmonares y en el hígado (células de Küpfer). Actúan de forma no específica en la defensa del organismo.
Etiología.Hay varias mutaciones genéticas hereditarias que se han identificado para causar
síndrome linfoproliferativo, sin embargo también se adquieren por causas iatrogénicas.
Trastorno linfoproliferativo ligado al cromosoma X:No es una mutación en el cromosoma X que ha sido
encontrado para ser asociado con una célula T y el trastorno linfoproliferativo de las células NK.
Autoinmunes: Algunos niños con trastornos linfoproliferativos autoinmunes son heterocigotos para una
mutación en el gen que codifica para el receptor Fas. Que se encuentra en el brazo largo del cromosoma 10 en la
posición 24.1, denotado 10q24.1. Este gen es miembro 6 de la superfamilia de receptores de TNF. El receptor
Fas contiene un dominio de muerte y se ha demostrado que desempeñan un papel central en la regulación
fisiológica de la muerte celular programada. Normalmente, la estimulación de las células T recientemente
activadas por antígeno conduce a la co-expresión de Fas y Fas receptor en la superficie de células T. El
compromiso de Fas por los resultados de los receptores de Fas en la apoptosis de la célula y es importante para
la eliminación de las células T que son estimuladas por antígenos repetidamente. Como resultado de la
mutación en el gen receptor Fas, no hay reconocimiento de Fas por el receptor Fas, que conduce a una
población primitiva de células T que prolifera de forma incontrolada.
Otras causas hereditarias Los niños con X-relacionado el síndrome de inmunodeficiencia tienen un mayor
riesgo de mortalidad asociada a infecciones por virus de Epstein-Barr, y están predispuestos a desarrollar un
trastorno linfoproliferativa, Los niños con inmunodeficiencia variable común también corren un mayor riesgo
de desarrollar un trastorno linfoproliferativo. Algunos trastornos que predisponen a una persona a trastornos
linfoproliferativos son inmuno deficiencia severa combinada, síndrome Chdiak-Higashi, síndrome de Wiskott-
Aldrich y ataxia telangiectasia.
Curiosamente, a pesar de que ataxia telangiectasia es un trastorno autosómico recesivo, las personas que
son heterocigotos para esta todavía tienen un mayor riesgo de desarrollar un trastorno linfoproliferativo.
Adquiridas La infección viral es una causa muy común de los trastornos linfoproliferativos. El más común es
la infección congénita por el VIH, ya que está muy asociada con la inmunodeficiencia adquirida, que a menudo
conduce a trastornos linfoproliferativos.
Iatrogénicas Hay muchos trastornos linfoproliferativos que están asociados con el trasplante de órganos y
tratamientos inmunosupresores. En la mayoría de los casos, estos trastornos linfoproliferativos de células B
causa, sin embargo, se han descrito algunas variantes de células T. Las variaciones de las células T son
causados generalmente por el uso prolongado de medicamentos supresores de células T, como el sirolimus,
tacrolimus o ciclosporina A.
1. Neoplasias De Precursores T o B
a. - Leucemia / Linfoma linfoblástico B
Acumulacion Progresiva
HIPOGAMMAGLOBULINEMIA
CLINICA: 70% de casos asintomáticos (hallazgo casual de una linfocitosis). El cuadro estará en su comienzo
caracterizado por fiebre, perdida de peso y sudoración nocturna, a esta sintomatología se le sumara un cuadro
anémico de origen infiltrativo (aplasia pura de la serie roja) y por anemia hemolítica autoinmune; infecciones
principalmente de origen bacteriano y de foco pulmonar, también puede presentarse herpes virus y germenes
oportunistas, debido a las alteraciones de la inmunidad (hipogammaglobulinemia) y son la principal causa de
muerte. Trombopenia infiltrativa o autoinmune, adenopatías bilaterales y simetricas, espleno y hepatomegalia,
excepcionalmente puede ocurrir una infiltración de otros tejidos como la piel, riñon, pulmon, y SNC.
Existe un mayor riesgo a segundas neoplasias, principalmente carcinoma de piel, tracto digestivo y
pulmon y la muerte se produce por infección, insuficiencia de medula osea o enfermedades intercurrentes.
ESTADIAJE:
1. Estadios de BINET:
2. Estadios de RAI:
TRATAMIENTO:Por lo general se brinda atención de apoyo hasta que surge anema o trombocitopenia y en
ese momento están indicadas las pruebas para valorar las causas de las mismas. La mayoría de los pacientes
asintomáticos no se tratan pero se recomienda un control periódico a pesar de la abstención terapéutica. Solo se
justificara el tratamiento si existen signos o síntomas relacionados a la enfermedad.
El descenso en la cifra de eritrocitos o plaquetas secundario a la destrucción periférica puede tratarse con
esplenectomía o glucocorticoides sin tratamiento citotoxico pero si el mecanismo es la sustiucion de la medula
osea esta indicado el tratamiento citotoxico.
Rituximab de 375 a 500 mg el primer dia seguido de fludarabina 25mg los días 2 y 4 del ciclo 1 y los
días 1 y 3 de los ciclos subsiguientes, mas ciclofosfamida de 250 mg. ( A pesar de respuesta en el 70% de los
casos, se acompaña de toxicidad medular significativa)
PRONOSTICO:Se relaciona con la etapa, la cual se determina sobre todo por el grado en el que las células
tumorales rebasan a los elementos hematopoyéticos en la medula. Un 5% de los pacientes con LLC podría
evolucionar a linfoma de gran malignidad (síndrome de Richter) que no responde a tratamiento.
Linfoma No Hodgkin
Linfoma Folicular El linfoma folicular (LF) es una neoplasia linfoide B que deriva de celulas
del centro del foliculo linfoide del ganglio linfatico. Constituye una entidad relativamente
homogenea y bien caracterizada tanto desde el punto de vista clinico como biológico. Se trata del
segundo linfoma en frecuencia en el mundo occidental y constituye el paradigmade los linfomas
indolentes.
Epidemiología El LF representa alrededor de la tercera parte de todos los linfomas no hodgkinianos en Europa
y Norteamerica, donde es más frecuente que en Sudamerica, Asia y Africa. La incidencia se sitúa alrededor de
8-10 nuevos casos/100 000 habitantes. Se observa un ligero predominio en los varones. Aunque puede aparecer
en cualquier momento de la vida, el linfoma folicular es propio de adultos mayores, con una mediana de edad al
diagnóstico de 60 años, mientras que esexcepcional por debajo de los 20 años.
EtiopatogeniaNo se sabe cuál es la causa del LF. Se ha observado que en el 85%-90% de los casos las células
neoplasicas tienen la t(14; 18)(q32; q21). Dicha translocacion motiva la yuxtaposicion del oncogen BCL-2,
presente en el brazo largo del cromosoma 18, con el gen de la cadena pesada de las Ig (IgH), que se halla en el
cromosoma 14. Este ultimo estimula la trascripcion del primero, lo que provoca una sobreexpresion de la
proteína BCL-2. Como la translocacion tiene lugar fuera de la region del DNA que codifica la proteina, esta es
identica a la proteina BCL-2 normal, que es un potente inhibidor de la apoptosis o muerte celular programada.
Las celulas con sobreexpresion de BCL-2 no pueden ser eliminadas por los mecanismos habituales de
apoptosis, de modo que quedan inmortalizadas. La causa última de la t(14; 18) no se conoce, aunque su origen
está ligado probablemente a errores en el reordenamiento fisiologico de los genes de las Ig. Las celulas del LF,
inmortalizadas por la sobreexpresión de BCL-2, pueden acumular con el tiempo diferentes alteraciones
geneticas que, en circunstancias normales, motivarian su destrucción por activacion de la apoptosis. Cuando
alguna de estas anomalias afecta a determinados genes, como P53, P16 u otros genes supresores de tumores, el
LF puede adquirir mayor agresividad. Este parece ser el sustrato biologico de la transformacion histologica
hacia un linfoma agresivo. Recientemente se ha resaltado la importancia del microambiente celular y de la
respuesta inmune en la patogenia y la evolucion del LF.
Datos de laboratorioLa VSG, la Hb y las cifras de plaquetas y de leucocitos suelen ser normales. Puede
observarse anemia moderada, normocitica y normocromica. Se ha descrito asimismo la presencia de anemia
hemolítica autoinmune y de trombocitopenia autoinmune. Ocasionalmente puede haber linfocitopenia. La
biopsia de medula osea muestra infiltración en una alta proporción de casos (50%-60%). La infiltración puede
ser nodular, intersticial o difusa y, al contrario de lo que ocurre en la LLC, se localiza típicamente en la zona
paratrabecular. Puede observarse expresión hemoperiferica en un 10% de los pacientes. La cifra de LDH puede
hallarse incrementada, si bien en menor medida y menos frecuentemente que en los linfomas agresivos. Un
aumento importante de la LDH debe hacer sospechar una transformación histológica. La cifra serica de b2-
microglobulina se halla elevada en un 40% a 50% de los casos y, al igual que la de LDH, tiene gran valor
pronóstico. En ocasiones se observa un pequeno componente monoclonal, usualmente del mismo tipo que las
Ig de superficie que se expresan en las células tumorales.
Diagnóstico y estudio de extensiónEl diagnostico de LF debe hacerse a partir de una biopsia tisular. En el
diagnostico diferencial hay que tener en cuenta en primer lugar el LH, cuya forma histológica de predominio
linfocitico variedad nodular puede ser clinica e histológicamente difícil de diferenciar de un LF. Otros tipos de
linfoma B que deben incluirse en el diagnostico diferencial son: 1) el linfoma linfocitico de células pequeñas o
LLC; 2) los linfomas de la zona marginal, aunque en este caso la enfermedad suele ser extraganglionar o
esplénica, y 3) el linfoma de células del manto de variedad nodular.
Por último, cabe referirse también, a la hora de establecer el diagnóstico diferencial, a las neoplasias
solidas que cursan con adenopatías, como es el caso de ciertos carcinomas (p. ej., gástrico, pulmonar, mama), y
otras enfermedades más raras, como las de Rosai-Dorfman, de Castleman o de Kikuchi.
EvoluciónEl LF tiene una evolución característicamente indolente, con una supervivencia prolongada cifrada
clásicamente en unos 10 años de promedio, pero que en la última década ha experimentado una notable
mejoría, debido con toda probabilidad a las nuevas modalidades terapéuticas. Sin embargo, la curación de estos
pacientes es difícil y para los enfermos en estadio avanzado, que son la mayoría, virtualmente imposible.
Aunque una elevada proporción de enfermos alcanza la RC con las actuales terapias, la mayoría acaba por
sufrir una recaída, sin que se observe una meseta en la curva de supervivencia libre de progresión. Las
sucesivas recaídas de la enfermedad tienen respuestas cada vez mas cortas, hasta que se produce el
fallecimiento del paciente por progresión del linfoma. La ausencia de un tratamiento curativo, la supervivencia
relativamente prolongada y la avanzada edad mediana de los pacientes son hechos que condicionan
notablemente el tratamiento de estos enfermos.
Un fenómeno relativamente frecuente en la historia natural de los pacientes con LF es su regresión
espontanea, habitualmente parcial y transitoria. Otra posibilidad es la transformación histológica a un linfoma
agresivo, un hecho importante por su frecuencia y por sus consecuencias pronosticas y terapéuticas. El
tratamiento de un paciente con LF transformado debe ser el propio de un linfoma agresivo.
Estadios avanzados Comprenden la gran mayoría de los pacientes con LF. Dado que ningún tratamiento es
capaz de curar a estos pacientes, se utilizan estrategias terapéuticas muy distintas, desde la actitud de simple
observación hasta tratamientos muy intensivos, del tipo del TPH. Algunos todavía se hallan en fase de ensayo
clínico y su posición exacta en el tratamiento del LF está por definir. A continuación indicaremos los
principales tratamientos disponibles hoy en día y, a continuación, detallaremos las estrategias terapéuticas más
comunes.
Abstención terapéutica Los pacientes con LF en estado avanzado y sin factores de riesgo pueden permanecer
sin tratamiento hasta que se producen signos de progresión clínica o histológica (transformación). Alrededor de
la mitad de los pacientes permanece estable, sin requerir tratamiento, durante más de 3 anos y hasta un 10%-
20%, durante más de 10. La supervivencia de los pacientes no tratados inicialmente no difiere de la de aquellos
con similares características tratados desde el diagnostico. Desde que se dispone de la inmunoterapia, se ha
sugerido que la monoterapia con rituximab podría ser mejor que la abstención terapéutica; sin embargo, por el
momento no se ha demostrado. En la práctica, la actitud conservadora es particularmente utilizada en pacientes
mayores con LF poco agresivos. Por supuesto, los pacientes en situación de abstención terapéutica requieren
controles próximos para detectar una eventual progresión de la enfermedad.
Quimioterapia Con fármacos alquilantes (p. ej., clorambucilo o ciclofosfamida) utilizados como monoterapia
(frecuentemente combinados con glucocorticoides) se obtienen respuestas en la mayoría de los pacientes, si
bien la respuesta solo es completa en alrededor del 20% de ellos. El empleo de poliquimioterapia, tanto si
incluye fármacos antraciclinicos (p. ej., CHOP: ciclofosfamida, adriamicina, vincristina y prednisona), como si
no los incluyen (p. ej., COP), aumenta la tasa de RC hasta un 30%- 60%. La mediana de duración de esta
remisión se sitúa alrededor de los 3 años y no hay diferencias en cuanto a la supervivencia.
El tiempo necesario para alcanzar la remisión completa es sensiblemente superior en los pacientes
tratados con monoterapia alquilante que en aquellos que reciben poliquimioterapia. Ello debe tenerse en cuenta
cuando es preciso alcanzar rápidamente una respuesta (p. ej., por la presencia de síntomas o de grandes masas
adenopatícas que producen compresión). Los análogos de las purinas, en particular la fludarabina, solo o en
combinación han mostrado gran eficacia antitumoral, pero con una toxicidad notable, en especial sobre la
medula osea.
Radioterapia La radioterapia ganglionar extendida como tratamiento del LF en estadio avanzado esta
prácticamente abandonada. El papel de la radioterapia se reduce a tratamiento complementario en casos
especiales. Anticuerpos monoclonales. Inmunoquimioterapia El uso de AcMo frente a marcadores específicos
de las células tumorales es una aproximación terapéutica muy atractiva, con un mecanismo de acción
completamente diferente de la quimioterapia. El rituximab (anticuerpo quimerico de origen murino humanizado
con actividad anti-CD20) ha sido el primer AcMo utilizado como tratamiento estandar en los linfomas B
CD20-positivos. La monoterapia con rituximab (375 mg/m2 × 4 dosis semanales) permite alcanzar una
respuesta en hasta el 70%-80% de los pacientes, sobre todo, en aquellos de bajo riesgo, con tasas de RC del
25%-50% de los casos. La combinación de rituximab con poliquimioterapia, lo que se ha dado en llamar
inmunoquimioterapia, ha sido el mayor avance en decadas en el tratamiento del LF. Asi, se ha demostrado en
cuatro estudios aleatorizados que la adicion de rituximab a diferentes regimenes de poliquimioterapia aumenta
no solo la tasa de RC y su duracion, sino la misma supervivencia de los pacientes. De este modo, la
inmunoquimioterapia es hoy en día el tratamiento de elección para aquellos pacientes con LF que requieran
tratamiento.
Linfoma Tipo Hodgkin
La enfermedad de Hodgkin (linfoma Hodgkin) es un tipo de linfoma, un cáncer que se origina en los glóbulos
blancos, llamados linfocitos. Los linfocitos son parte del sistema inmunológico. Existen dos clases de linfomas:
· La enfermedad de Hodgkin (el Dr. Thomas Hodgkin fue el primero en identificar esta enfermedad).
· Linfoma no Hodgkin
Estos tipos de linfomas son diferentes en cuanto a cómo se comportan, se propagan y responden al
tratamiento, de modo que es importante diferenciarlos. Por lo general, los médicos pueden diferenciarlos al
observar las células cancerosas con un microscopio o mediante el uso de pruebas sensibles de laboratorio.
Comienzo y propagación de la enfermedad Hodgkin Debido a que el tejido linfático se encuentra en muchas
partes del cuerpo, la enfermedad Hodgkin puede originarse en casi todas las partes del cuerpo. Con más
frecuencia, se origina en los ganglios linfáticos de la parte superior del cuerpo. Las localizaciones más
frecuentes son el tórax, el cuello o debajo de los brazos.
Con más frecuencia, la enfermedad de Hodgkin se propaga por los vasos linfáticos de manera
escalonada de ganglio a ganglio. Pocas veces, y en un curso tardío de la enfermedad, puede invadir el torrente
sanguíneo y propagarse a otras partes del cuerpo, incluyendo el hígado, los pulmones y/o la médula ósea.
Los diferentes tipos de enfermedad de Hodgkin son clasificados según la apariencia en un microscopio.
La clasificación es importante debido a que los tipos de enfermedad de Hodgkin pueden crecer y propagarse de
una manera diferente y puede ser tratado de forma distinta. Los dos tipos principales son:
Todos los tipos de enfermedad de Hodgkin son malignos (cancerosos) porque, a medida que crecen,
pueden invadir y destruir el tejido normal, e incluso propagarse a otros tejidos.
La enfermedad de Hodgkin clásica representa alrededor del 95% de todos los casos de enfermedad de
Hodgkin en los países desarrollados.
En la enfermedad de Hodgkin clásica, a las células cancerosas se les denomina células de Reed-
Sternberg (apellidos de los dos médicos que las describieron por primera vez). Por lo general, estas células son
un tipo anormal de linfocitos B. Las células Reed-Sternberg se ven mucho más grandes que los linfocitos
normales, y también se ven diferentes a las células de los linfomas no Hodgkin y a las de otros cánceres.
Los ganglios linfáticos agrandados en la enfermedad de Hodgkin clásica, usualmente tienen un pequeño
número de células Reed-Sternberg y un gran número de células inmunológicas normales circundantes. Son
principalmente estas otras células inmunológicas las que ocasionan la inflamación de los ganglios linfáticos.
Enfermedad de Hodgkin con esclerosis nodular: éste es el tipo más común de enfermedad Hodgkin en
los países en desarrollo, representando alrededor del 60 al 80% de los casos. Es más común en adolescentes y
adultos jóvenes, aunque puede presentarse en personas de cualquier edad. Tiende a originarse en los ganglios
linfáticos del cuello o el tórax.
Enfermedad de Hodgkin con celularidad mixta: éste es el segundo tipo más común (15% al 30%) y se
presenta principalmente en adultos de edad avanzada (aunque puede ocurrir a cualquier edad). Puede originarse
en cualquier ganglio linfático, aunque ocurre con más frecuencia en la mitad superior del cuerpo.
Enfermedad de Hodgkin con predominio linfocitario: este subtipo representa el 5% de los casos de
enfermedad de Hodgkin. Por lo general, se presenta en la mitad superior del cuerpo, y rara vez se encuentra en
más de unos cuantos ganglios linfáticos.
Enfermedad de Hodgkin con depleción linfocitaria: ésta es la forma menos común de enfermedad de
Hodgkin, representando menos de 1% de los casos. Se presenta principalmente en personas de edad avanzada.
Esta enfermedad es muy probable que sea avanzada al momento de detectarla, afectando a los ganglios
linfáticos del abdomen, el bazo, el hígado y la médula ósea.
La enfermedad de Hodgkin puede ocurrir tanto en los niños como en los adultos. Se presenta con más
frecuencia en la adultez temprana (15 a 40 años, especialmente en las personas de 20 a 29 años de edad),
cuando el subtipo esclerosis nodular es el que se presenta principalmente, y tarde en la edad adulta (después de
los 55 años, cuando el subtipo celularidad mixta es más común. Esta enfermedad es muy poco en niños menores
de 5 años. Alrededor de un 10% a un 15% de los casos se diagnostica en niños y adolescentes.
Debido a los avances en el tratamiento, las tasas de supervivencia han mejorado en las últimas décadas.
Actualmente, la tasa de supervivencia relativa a un año para todos los pacientes diagnosticados con enfermedad
de Hodgkin es alrededor de 92%; las tasas de supervivencia a 5 años y 10 años son alrededor de 85% y 80%,
respectivamente.
Los científicos han descubierto varios factores que hacen que una persona sea más propensa a padecer la
enfermedad de Hodgkin (aunque no siempre está claro porqué estos factores aumentan el riesgo). Como por
ejemplo:
Infección con virus de Epstein-Barr/ mononucleosis
Las personas que han tenido mononucleosis infecciosa (a veces llamada brevemente mono), una infección
causada por el virus de Epstein-Barr (EBV), tienen un riesgo aumentado de enfermedad de Hodgkin. Aunque el
riesgo es mayor que para las personas que no han tenido la infección, el riesgo general sigue siendo muy
pequeño. El papel exacto de la EBV en el desarrollo de la enfermedad de Hodgkin no está claro.
Muchas personas están infectadas con EBV, pero muy pocas desarrollan enfermedad de Hodgkin. Partes
del virus se han encontrado en las células Reed-Sternberg en aproximadamente uno de cada tres pacientes con
enfermedad de Hodgkin. Sin embargo, las otras personas con enfermedad de Hodgkin no presentan signos de
EBV en sus células cancerosas.
Edad Personas de cualquier edad pueden ser diagnosticadas con la enfermedad de Hodgkin, aunque es más
común en la edad adulta temprana (15 a 40 años, especialmente en las personas de 20 a 29 años) y tarde en la
edad adulta (después de los 55 años).
La enfermedad Hodgkin ocurre un poco más frecuentemente entre los hombres que entre las mujeres.
Antecedentes familiares
Los hermanos y las hermanas de personas jóvenes con esta enfermedad tienen un mayor riesgo de
enfermedad de Hodgkin. El riesgo es muy alto en un gemelo idéntico de una persona con enfermedad de
Hodgkin. No obstante, el vínculo familiar sigue siendo poco común (la mayoría de las personas con la
enfermedad de Hodgkin no tienen antecedentes familiares.
No está claro porqué el historial familiar pudiera aumentar el riesgo. Podría deberse a que miembros de
la familia tienen exposiciones similares en la ni.ez a ciertas infecciones (tal como infección con el virus Epstein-
Barr, cambios genéticos hereditarios que les hace más propensos a padecer enfermedad de Hodgkin, o cierta
combinación de estos factores.
Condición socioeconómica
El riesgo de enfermedad de Hodgkin es mayor en personas con un antecedente socioeconómico más alto.
La razón para esto no está clara. Una teoría consiste en que niños provenientes de familias más acaudaladas
podrían estar expuestas a cierto tipo de infección (tal como el virus Epstein-Barr) más tarde en la vida que los
niños de familias menos acaudaladas, lo que podría de alguna manera aumentar el riesgo.
En un alto porcentaje esta cursa de manera asintomática, cuando se producen los síntomas incluyen:
Fiebre (puede ser intermitente durante varios días o semanas) sin una infección.
Sudoración profusa a predominio nocturno.
Pérdida de peso involuntaria (al menos 10% del peso del cuerpo durante seis meses).
Estos síntomas pueden ayudar a detectar la enfermedad Hodgkin, aunque también son importantes para
determinar la etapa (estadio) y el pronóstico
Sensación de cansancio.
Prurito generalizado.
Pérdida del apetito
Algunas veces el único síntoma puede ser sentirse cansado todo el tiempo.
Tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho
Si la enfermedad de Hodgkin afecta a los ganglios linfáticos dentro de su pecho, la inflamación de estos
ganglios puede comprimir la tráquea y hacerle toser, o usted puede presentar dificultad para respirar,
especialmente cuando se acuesta. Algunas personas pueden presentar dolor detrás del esternón.
Tener uno o más de los síntomas que se presentaron anteriormente no significa que usted tiene
definitivamente la enfermedad de Hodgkin. De hecho, es más probable que muchos de estos síntomas sean
causados por otras afecciones, tal como una infección. No obstante, si usted o su hijo tiene cualquiera de estos
síntomas, pida a un médico le examine para que se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser
necesario.
La mayoría de las personas con la enfermedad de Hodgkin buscan atención médica porque presentan
ciertos síntomas o porque simplemente no se sienten bien y solicitan le realicen un examen físico.
Si una persona presenta signos o síntomas que indican que puede padecer la enfermedad de Hodgkin, se
realizarán exámenes y pruebas para confirmar esto y, de ser así, para determinar exactamente cuál es el tipo
exacto.
Si los síntomas sugieren que usted o su hijo pudiera tener enfermedad de Hodgkin, su médico querrá
hacer un historial médico completo, incluyendo información sobre sus síntomas, posibles factores de riesgo,
historial familiar y otras afecciones médicas.
El próximo paso es hacer un examen físico en el cual el médico prestará especial atención a los ganglios
linfáticos y a otras áreas del cuerpo que pueden estar afectadas, incluyendo el bazo y el hígado. Debido a que las
infecciones son la causa más común de los ganglios linfáticos agrandados, especialmente en los niños, el
médico determinará si hay infección en la parte del cuerpo cercana a cualquier ganglio linfático inflamado.
Es posible que su médico también ordene análisis de sangre para identificar signos de infección u otros
problemas. Si el médico sospecha que la enfermedad Hodgkin puede estar causando los síntomas se recomienda
una biopsia del área.
Las biopsias
En realidad, hay más probabilidad de que muchos de los síntomas de la enfermedad de Hodgkin sean causados
por otras dolencias. Por ejemplo, los ganglios linfáticos agrandados se presentan con más frecuencia debido a
infecciones que por enfermedad de Hodgkin. Debido a esto, los médicos a menudo observan los ganglios
agrandados durante varias semanas para ver si se encojen por sí solos a medida que la infección desaparece.
Si los ganglios no se encogen o continúan creciendo, se extirpa un ganglio linfático (o una porción pequeña de
un ganglio) para ser observado con un microscopio y para otras pruebas de laboratorio. Este procedimiento,
llamado biopsia, es necesario para confirmar el diagnóstico. Si se trata de enfermedad de Hodgkin, la biopsia
también indica el tipo de enfermedad.
Otras pruebas:
Inmunohistoquímica: en esta prueba, una parte de la muestra de biopsia se trata con anticuerpos
especiales (versiones artificiales de proteínas del sistema inmunológico) que se adherirán solo a ciertas
moléculas en la superficie celular. Estos anticuerpos ocasionan cambios de color que se pueden ver a través del
microscopio. Esta prueba puede mostrar ciertas proteínas, tal como CD15 y CD30 en la superficie de las células
Reed Sternberg.
· El examen físico.
· Las biopsias
· Los estudios por imágenes que usualmente incluyen una radiografía del tórax, tomografías computarizadas
(CT) del tórax/abdomen/pelvis y una tomografía por emisión de positrones (PET).
· Análisis de sangre
· La aspiración de la médula ósea y biopsia (se hace algunas veces, pero no siempre).
Los estudios por imágenes utilizan rayos X, ondas sonoras, campos magnéticos o partículas radioactivas
para obtener imágenes del interior del cuerpo. Los estudios por imágenes se pueden realizar por un número de
razones, incluyendo:
· Identificar posibles causas de ciertos síntomas, tal como ganglios linfáticos agrandados en el tórax.
· Detectar posibles signos del cáncer que regresa después del tratamiento.
Radiografía de tórax
A menudo, la enfermedad de Hodgkin causa la inflamación de los ganglios linfáticos del tórax, lo que se
puede ver usualmente en una radiografía regular de tórax.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada (CT scan) usa rayos X para producir imágenes transversales detalladas del
cuerpo. A diferencia de una radiografía regular, las CT pueden mostrar el detalle en tejidos blandos (tal como
órganos internos). Este estudio puede ayudar a indicar si cualquiera de sus ganglios linfáticos u órganos están
agrandados. La tomografía es útil para detectar la enfermedad de Hodgkin en el cuello, tórax, el abdomen y la
pelvis.
Biopsia con aguja guiada por CT: una CT también se puede usar para guiar una aguja de biopsia hacia
una región sospechosa. Para este procedimiento, la persona se acuesta sobre la mesa de la CT, mientras un
médico mueve una aguja de biopsia a través de la piel y hacia el área. Las CT se repiten hasta que la aguja esté
en el lugar correcto.
Las imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) se usan pocas veces en los
casos de enfermedad de Hodgkin, pero, si al médico le preocupa que haya propagación a la medula espinal o al
cerebro, la MRI es muy útil para estudiar estas áreas.
Al igual que la CT, las imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI)
producen imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo. Sin embargo, el MRI utiliza ondas de radio e
imanes potentes en lugar de rayos X. A menudo se inyecta un material de contraste, llamado gadolinio, en una
vena antes del estudio para mostrar mejor los detalles. Este material de contraste usualmente no causa
reacciones alérgicas.
Otras pruebas
Análisis de sangre
Los análisis de sangre no son parte del sistema formal para clasificar la enfermedad de Hodgkin, pero
pueden ayudar a su médico a tener una idea de cuán avanzada está la enfermedad y cuán bien una persona
pudiese tolerar ciertos tratamientos.
El recuento sanguíneo completo es una prueba que mide los niveles de las diferentes células en la
sangre. Las células de la enfermedad de Hodgkin no aparecen en la sangre, pero un recuento sanguíneo
completo puede a veces revelar signos de la enfermedad de Hodgkin. Por ejemplo, la anemia (deficiencia de
glóbulos rojos) puede ser un signo de la enfermedad de Hodgkin avanzada. Un nivel alto de glóbulos blancos es
otro posible signo, aunque también puede ser causado por infección.
Otra prueba llamada velocidad de sedimentación de eritrocitos (ESR) puede ayudar a medir cuánta
inflamación existe en el cuerpo. Puede estar elevada en algunas personas con la enfermedad de Hodgkin.
Además se pueden hacer análisis de sangre para verificar la función del hígado y los riñones y para saber
si hay signos de que el cáncer pudo haber alcanzado los huesos.
Es posible que su médico también sugiera otros análisis de sangre para identificar signos de ciertas
infecciones:
· Prueba de VIH: si presenta síntomas anormales que pudieran estar asociados con infección por VIH.
· Prueba del virus de hepatitis B: si su médico planea emplear un medicamento llamado rituximab (Rituxan) en
su tratamiento, lo que podría causar problemas si usted tiene esta infección.
La quimioterapia para la enfermedad de Hodgkin por lo general se inyecta en una vena debajo de la piel
o se administra de forma oral (pastillas). Los medicamentos de la quimioterapia (quimio) entran al torrente
sanguíneo y pasan a través de todo el cuerpo para alcanzar y destruir las células cancerosas donde quiera que se
encuentren.
· Adriamycin. (doxorrubicina)
· Bleomicina
· Vinblastina
· Dacarbazina (DTIC).
· Bleomicina
· Etopósido (VP-16)
· Adriamicina (doxorrubicina)
· Ciclofosfamida (Cytoxan.)
· Oncovin. (vincristina)
· Procarbazina
· Prednisona
· Doxorrubicina (Adriamicina)
· Vincristina
· Vinblastina
· Bleomicina
· Etopósido
· Prednisona
Los medicamentos de quimioterapia atacan las células que se dividen rápidamente, manera en la cual
combaten la mayoría de los tipos de células del linfoma. Sin embargo, otras células en el cuerpo, tales como
aquellas en la médula ósea (donde se producen nuevas células sanguíneas), el revestimiento de la boca y los
intestinos, así como los folículos pilosos, también se dividen rápidamente. Estas células también son
susceptibles a ser afectadas por la quimioterapia, lo que puede ocasionar efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo y dosis de los medicamentos
administrados, así como de la duración del tiempo que se administran.
Pueden incluir:
· Úlceras en la boca
· Náuseas y vómitos
· Diarrea
· Facilidad para que se formen moretones o surjan sangrados (debido a muy pocas plaquetas).
Estos efectos secundarios son usualmente temporales y desaparecen después de finalizar el tratamiento.
Si ocurren efectos secundarios graves, puede que se tenga que retrasar la quimioterapia o reducir su dosis.
Muchas veces hay métodos para aminorar los efectos secundarios. Por ejemplo, usualmente se
administran medicamentos para ayudar a prevenir las náuseas y los vómitos.
Las infecciones pueden ser muy graves en las personas que reciben quimioterapia.
Algunas veces se administran medicamentos conocidos como factores de crecimiento, tal como G-CSF
(Neupogen.) o GM-CSF (Leukine.), para ayudar al cuerpo a producir más glóbulos blancos y así reducir la
probabilidad de infección. También se administran antibióticos al primer signo de una infección, tal como una
fiebre.
Efectos secundarios tardíos o a largo plazo: algunos medicamentos de quimioterapia pueden causar efectos
secundarios a largo plazo, algunos de los cuales puede que no aparezcan hasta meses o años después de
terminar el tratamiento. Por ejemplo:
· La doxorrubicina puede causar daño cardiaco, de modo que su médico puede ordenar un examen para verificar
su función cardiaca antes y durante el tratamiento con este medicamento.
· La bleomicina puede causar daño a los pulmones. Por esta razón, algunos médicos ordenan pruebas de la
función pulmonar antes de comenzar este medicamento.
Antes de comenzar quimioterapia, pídale a su médico que le explique todos los efectos secundarios
posibles y sus probabilidades de padecerlos. Si desea más información sobre un medicamento que está usando
en su tratamiento o sobre un medicamento específico que se mencionó en esta sección, lea Guide to Cancer
Drugs, o nos puede llamar con los nombres de los medicamentos.
La radioterapia utiliza rayos de alta energía (o partículas) para destruir las células cancerosas. Para tratar
la enfermedad de Hodgkin, se enfoca cuidadosamente un haz de radiación desde una máquina fuera del cuerpo.
Esto se conoce como radioterapia externa.
Con más frecuencia, los tratamientos de radiación se administran 5 días a la semana por varias semanas.
Antes de iniciar el tratamiento, el equipo de radiación cuidadosamente toma medidas para determinar la dosis
necesaria y los ángulos correctos para emitir los haces de radiación. Cada tratamiento es muy similar al proceso
de hacerse una radiografía, pero en este caso la radiación es más intensa. Cada sesión dura sólo unos minutos,
aunque el tiempo de preparación (colocar a usted o a su hijo en el lugar correcto) usualmente toma más tiempo.
El tratamiento no causa dolor, aunque puede que aún sea necesario sedar a algunos ni.os de menor edad para
asegurarse de que no se muevan durante el tratamiento.
La radiación resulta muy útil cuando la enfermedad de Hodgkin está localizada solamente en una parte
del cuerpo. Para la enfermedad de Hodgkin clásica, la radiación a menudo se administra después de la
quimioterapia, especialmente cuando existe un tumor grande o abultado (usualmente en el tórax). La
quimioterapia o la radiación sola probablemente no curaría la enfermedad, pero ambos tratamientos juntos
usualmente eliminan la enfermedad. La radiación también se puede usar por sí sola para tratar algunos casos de
enfermedad de Hodgkin con predominio linfocitario nodular.
El tratamiento en esta situación depende del lugar donde vuelve a aparecer la enfermedad, el tiempo que
transcurrió desde el tratamiento inicial y del tratamiento recibido inicialmente. Si el tratamiento inicial fue
radioterapia sola, la enfermedad recurrente por lo general se trata con quimioterapia. Si se usó primero
quimioterapia sin radioterapia, y el cáncer regresa sólo en los ganglios linfáticos, el paciente podría recibir
radioterapia a los ganglios linfáticos con o sin más quimioterapia. Otra opción puede ser quimioterapia con
diferentes medicamentos.
Por lo general, la radiación no se puede repetir en la misma área. Si, por ejemplo, la enfermedad de
Hodgkin en el tórax fue tratada con radiación y la enfermedad regresó en el tórax, esta usualmente no se puede
tratar con más radiación al tórax. Esto es así independientemente del tiempo que haya trascurrido desde que
primero se administró la radiación.
Si la enfermedad regresa después de varios años, entonces usar los mismos o diferentes medicamentos
de quimioterapia (posiblemente junto con radiación) podría aún curarla. Por otro lado, es posible que los
pacientes cuyos cánceres regresan poco tiempo después del tratamiento necesiten tratamiento más intensivo. Por
ejemplo, si la enfermedad de Hodgkin ha regresado en un período de pocos meses del tratamiento original, se
puede recomendar quimioterapia en altas dosis (y posiblemente radiación) seguida de un autotrasplante de
células madre.
Debido a que este tipo poco común de enfermedad de Hodgkin tiende a crecer con más lentitud que la
enfermedad de Hodgkin clásica, algunas veces se trata de una manera algo diferente. A menudo todo lo que se
requiere es administrar radioterapia sola a las personas con enfermedad de Hodgkin con predominio linfocitario
nodular en etapa temprana y sin ningún síntoma B.
Si la enfermedad es más avanzada o si una persona presenta síntomas B, es probable que se recomiende
quimioterapia, con o sin radioterapia. Muchos médicos emplean el régimen de quimioterapia ABVD, aunque
algunos médicos prefieren otros. Otra opción consiste en administrar el anticuerpo monoclonal, rituximab
(Rituxan), con o sin quimioterapia (y algunas veces radiación).