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(UASD)
Asignatura
Profesor(a)
Bachiller Matricula
Fecha
16 de Noviembre de 2021
La nueva situación económica y política
Al final de la guerra restauradora la economía del país estaba muy dañada, sobre todo
la producción ganadera. Cinco años después la producción de tabaco no aumentaba y
la producción de madera bajaba.
Las exportaciones eran bajas y menores a las importaciones, las cuales crecieron entre
1869 y 1871, porque entraron fondos de un préstamo de 180 mil pesos fuertes y de la
concesión de la península de Samaná a una compañía de Estados Unidos por 150 mil
dólares.
El daño a la ganadería afectaba el transporte de los productos de exportación hacia los
puertos. Además, los productos de exportación tuvieron bajos precios.
El estancamiento del comercio exportador e importador se reflejó en un bajo ingreso
del Gobierno, que dependía de los impuestos de aduana y que entre 1866 y 1875
destinó el 80% de sus recursos a mantener el ejército y las unidades policiales.
El Gobierno se mantenía de la emisión de dinero sin respaldo en la producción, al
menos hasta el año 1875. A la crisis económica se la añadía un vacío de poder, que
era el resultado del declive del poder de Santana (muerto en 1864), del surgimiento de
nuevos liderazgos militares en disputa por el poder y de la rivalidad entre los grupos
económicos de Santiago y del sur, estos últimos debilitados por la crisis de la
ganadería y de la producción de madera.
El centro de la economía estaba en el Cibao, que había sido cuna de la guerra
restauradora. Por ello, al finalizar la guerra los restauradores del Cibao pretendieron
mantener el Gobierno en Santiago, bajo la dirección de Pimentel.
Pero en agosto de 1865, José María Cabral encabezó un movimiento que derrocó a
Pimentel y le devolvió a Santo Domingo el rango de capital de la República. Cabral
había sido jefe de la guerra en el sur después de la muerte de Pedro Florentino, de
manera que representaba en el movimiento restaurador los intereses de la pequeña
burguesía sureña.
Cabral, que antes de 1861 había sido uno de los jefes del movimiento de Báez, se unió
a seguidores de este, quienes coparon el gobierno. A los pocos meses se levantó en
armas Pedro Guillermo, quien se colocó con tropas en la parte oriental de la ciudad de
Santo Domingo y exigió el retorno de Báez a la presidencia. Cabral no se opuso al
levantamiento de Guillermo y viajó a la isla de Curazao para buscar a Báez y entregarle
la presidencia.
En el ascenso de Báez influyó la división en el seno de los azules, que era un grupo
poco coherente y liderado por varios militares, como Luperón, Pimentel y el mismo
Cabral. Ya en el poder, Báez atrajo a restauradores, apartó a sus rivales y les dio
cargos a sus incondicionales. Con Báez brotaron de nuevo las tendencias anexionistas
y el caudillismo represivo.
Sin embargo, al querer asumir poderes dictatoriales, fue enfrentado por generales que
estaban bajo la influencia de Pimentel, Luperón y otros líderes de la Restauración.
Báez fue derrocado y Cabral pasó a controlar otra vez el Gobierno.
El segundo gobierno de Cabral fue débil e incoherente, sobre todo por la oposición de
Pimentel, quien representaba los intereses del grupo del Cibao. Además, Luperón se
opuso a la política conservadora de Cabral, quien intentó arrendarle la península y la
bahía de Samaná a Estados Unidos.
El gobierno de Cabral también se debilitó porque muchos militares se pasaron al bando
de Báez y porque fue rechazado por el campesinado, que se veía afectado por una
política que favorecía exclusivamente a los grupos poderosos. A principios de 1868, el
gobierno de Cabral fue derrocado y Báez tomó el poder por cuarta vez.