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Por eso, se eligió dividir el trabajo en dos secciones que abarcan los temas mencionados
anteriormente: la apropiación de espacios públicos y la migración de jóvenes a la ciudad
de Tarija, y las dinámicas interculturales presentes en ambas problemáticas. En la primera
parte, se abarca la apropiación de un parque público de la ciudad, y los diversos usos que
se le da. En la segunda, la experiencia de jóvenes migrantes de la ciudad, y sus
percepciones de la sociedad tarijeña. Si bien se trata de dos temáticas diferentes, ambas
abordan el fenómeno urbano como un encuentro de personas de diferente clase social,
origen, género, edad y formas de pensar.
El parque Bolívar es una opción excelente para dichos grupos de vendedores por su
ubicación estratégica y su gran afluencia de personas. El lugar es visitado por diferentes
grupos sociales y cada uno se apropia del lugar de forma particular a diferentes horas del
día. Se podría argumentar que los parques públicos son algunos de los únicos espacios
públicos donde conviven diversos tipos de personas, tanto jóvenes, familias, parejas,
gente adulta, artistas, deportistas, comerciantes y vendedores. Según las observaciones
realizadas, el uso que cada grupo le da varía dependiendo del día, la hora y el mes del
año. Se destaca 3 usos principales en el parque Bolívar y que ocurren al mismo tiempo:
Dada la diversidad de grupos que se apropian del parque de acuerdo a sus necesidades e
intereses, se advierte la presencia de una interculturalidad al observar que estos grupos
conviven en el mismo espacio y al mismo tiempo, realizando sus propias actividades. En
esta ocasión se habla de un espacio de dinámicas interculturales porque como lo señala
Figueroa, una sociedad intercultural plantea la diversidad no solo desde lo étnico, sino
desde la diferencia de clase, de género, generacional, espacial (Cf. FIGUEROA, 2018:
205). En el parque Bolívar, se observan estas dinámicas de uso por personas de diferentes
estratos económicos, de diferentes edades, orígenes y con fines distintos.
De igual forma, los resultados de la investigación señalan que gran parte de los
comerciantes y vendedores en el parque son personas migrantes de provincias del
departamento y del interior del país, y también se cuenta con la presencia de personas
extranjeras, como venezolanos y argentinos que ofrecen sus productos o servicios.
Igualmente, esto contribuye a la presencia intercultural en el parque Bolívar al darse un
intercambio entre comerciantes y compradores. Sobre la relación entre la migración
interna y el comercio informal, Porras señala que los migrantes “ya sea por
desplazamiento forzado o por otro factor, tienen la expectativa de quedarse; recurriendo a
la informalidad en varias dimensiones; de un lado al contar con recursos limitados y
desconocimiento del espacio físico que conforma la ciudad” (PORRAS, 2018).
Anexo 1
Parque Bolívar en horas de la tarde
Cada año, muchos jóvenes de las provincias del departamento de Tarija migran a la
ciudad por motivos de estudio o para buscar trabajo. No solo del departamento, pero en
los últimos años, gente de países como Argentina y Venezuela ha llegado a Tarija en
busca de nuevas oportunidades a causa de las crisis económicas en sus países. Según
Ochoa, los movimientos migratorios siempre han sido un reto para las ciudades pues a la
vista de la llegada de nuevas poblaciones, se debe tomar en cuenta el surgimiento de
nuevas necesidades de empleo y de servicios y la forma de satisfacer dichas necesidades.
Es por eso que existen preocupaciones frente a este crecimiento urbano por migración y
un interés por desarrollar estrategias para responder a este fenómeno (Cf. OCHOA-
RAMÍREZ, 2019).
Los jóvenes entrevistados tienen diferentes orígenes, pero todos estudiaron en la ciudad
de Tarija. Zulma, de 31 años, vino de Argentina por motivos familiares, pero terminó
quedándose en Tarija, trabajando en empleos de medio tiempo y estudiando. José y
Carolina, ambos de 22 años, vinieron de Bermejo para estudiar en la ciudad debido a la
baja oferta de carreras universitarias en su pueblo. Los tres jóvenes tuvieron experiencias
distintas, por lo tanto, sus percepciones de la sociedad Tarijeña también varían. Aunque
se debe mencionar que se adaptaron fácilmente y su experiencia fue por lo general
positiva.
Sobre el trato que recibieron de los Tarijeños, Zulma dijo que “la gente no era más
amigable que en el pueblo donde yo vivía, pero si eran amigables, porque donde yo vivía,
era un pueblo donde todos se conocen. A medida que conoces a la gente aquí te das
cuenta que es amigable y muy servicial” (entrevista a Zulma Llanos, 20/04/2022).
En cuanto a los estudiantes de Bermejo, José cuenta que tiende a socializar más con sus
amigos de Bermejo en Tarija, ya que con ellos existe mayor confianza al contar con
muchas anécdotas de su amistad en Bermejo. En cambio, Carolina cuenta que sus
mejores amigos son tarijeños, y que en Bermejo “hay pocos colegios, estás con las
mismas personas. Es difícil conocer gente que piense diferente, todos se unen, si algo está
de moda, todos van ahí, pero en Tarija puedes meterte a grupos de diferentes cosas, tú
eliges qué hacer con tu vida” (entrevista a Carolina Cabrera, 23/05/2022). De igual
forma, ella percibe que los jóvenes de la ciudad tienen una mentalidad abierta y el trato es
diferente. Muchos de los estudiantes que provienen de comunidades del interior señalan
como aspecto positivo el ambiente urbano de Tarija, con personas de una mentalidad
abierta dispuestas a realizar diferente tipo de actividades.
Debido a la globalización y el fácil acceso a las tecnologías, los jóvenes comparten una
identidad generacional universal con ciertos valores y principios que facilitan el diálogo,
independientemente de su identidad regional. Es así que el formar nuevas amistades con
jóvenes tarijeños para los estudiantes de provincia, a diferencia de cómo podría haber
sido 30 años atrás, no es difícil, y se lo ve como una oportunidad de conocer gente nueva
que piensa diferente.
Se identificaron algunas formas de actuar y pensar de la sociedad tarijeña que chocan con
el pensar de las personas entrevistadas. Se trata de ciertas dinámicas que muestran cómo
la diferencia de clase, género y valores dificultan el diálogo intercultural.
Según Lea Plaza, Tarija es una ciudad evocada con nostalgia y en su pasado se la pinta
como una ciudad ideal, segura y limpia, y que la situación actual es desfavorable (Cf.
LEA PLAZA, 2003: 155). A menudo, Tarija ha sido calificada como una sociedad
conservadora con poca tolerancia hacia las nuevas ideas e innovación. Zulma opina que
la mentalidad de los tarijeños puede ser muy cerrada: “Yo vine de un lugar donde hay
cosas que aquí se ven re mal, y en Argentina no se verían mal. Tienes que ser super
reservado aquí” (entrevista a Zulma Llanos, 20/04/2022). Además, señaló el machismo
aún presente en Tarija:
Para empezar, las mujeres no pueden tener amigos hombres aquí. Después, lo ves
en la vida diaria. Los chicos pueden salir tranquilamente con sus amigos, pero una
chica no sale con sus amigas sin el novio. Los hombres amanecen tomando, y no
pasa nada, pero si lo hace una mujer, uff, está mal visto. Son un montón de cosas.
Es totalmente propio de Tarija (entrevista a Zulma Llanos, 20/04/2022).
Por otro lado, José señala que la juventud tarijeña se deja llevar por las apariencias y que
las clases sociales entre la juventud se establecen de acuerdo a los recursos económicos.
Es una situación diferente de lo que sucede en Bermejo:
Carolina señala el problema del consumismo en la juventud tarijeña. Según ella, “los
tarijeños tienden a gastar el dinero en cosas materiales, por ejemplo, en celulares o en
ropa. Te lo explico con anécdotas, por ejemplo, tenía amigos que estaban bien sus
celulares, pero se dejaban llevar por la publicidad de un nuevo celular” (entrevista a
Carolina Cabrera, 23/05/2022). Igualmente, opina que los tarijeños gozan de mayor
libertad para planear su futuro y se dejan por sus aspiraciones propias:
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Conclusiones