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MIRADAS DESDE EL MIRADOR

Conociendo Un Poco M ás Sobre Nuestro Derecho a la Información


J. Gunnar Zapata Zurita*
La Constitución Política del Estado Boliviano señala en su Artículo 106°,
acápite primero: “El Estado garantiza el derecho a la comunicación y el derecho
a la información”. Aquí me surge la curiosidad y quizás a usted respetable
lector, respecto a la definición de tales derechos, comenzando por definir el
derecho a la información, un derecho muy “en boga”, gracias al sensacionalismo expuesto en
determinados medios de comunicación.
La definición, generalmente aceptada entre las cátedras del derecho a la información, considera
a éste como la libertad que tiene cualquier ser humano para difundir, recibir e investigar
hechos, opiniones e ideas de interés social. Esta definición ha sido construida a partir del
artículo 19° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo referido además a
la libertad de pensamiento, expresión y opinión; por ello, este último derecho ha sido ligado
íntimamente al derecho a la información, a pesar de constituirse en un derecho diferente.
El derecho a la información no fue reconocido como un derecho ciudadano en la anterior
constitución política, sin embargo, a partir de la promulgación de la Carta Magna vigente, el
Estado Boliviano y sus instituciones están obligadas a garantizar su defensa. El derecho a la
información no sólo establece facultades sino también responsabilidades, sobre todo a quienes
vulneran el mismo, al obviar la veracidad y objetividad en la difusión de un contenido
presentado como información.
La historia permite identificar tres acontecimientos importantes en el reconocimiento pleno de
este derecho para la humanidad: La Aprobación del Decreto Inter Mirifica (23 de noviembre de
1962) en el seno del Concilio Vaticano II, la Sentencia 395 U.S. 367: Red Lion Broadcasting Co.
vs. Federal Communications Commission (25 de Junio de 1969) emitida por la Corte Suprema
de Estados Unidos y la aprobación del Informe “Muchas Voces, Un Mundo : Comunicación y
Sociedad, Hoy y Mañana de la Comisión para el Estudio de Problemas de Comunicación en el
Mundo” (Informe McBride), dentro de la Resolución de Belgrado e n la Trigésimo Segunda Sesión
de la Conferencia General de la UNESCO (octubre de 1980).
Como se mencionó previamente , el derecho a la información enumera tres facultades en su
ejercicio: Investigar, recibir y difundir la información. Investigar la Información, consiste en la
facultad de acceder directa y libremente a las fuentes de información; éstas pueden ser hechos
reales (e l suceso y su contexto), agentes declarantes (personas que dan su versión o testimonio
sobre el hecho o expresan una posición al respecto) o documentos que pueden aportar datos
novedosos sobre un aspecto de actualidad e interés público. Recibir Información, está referida a
la facultad de tomar y seleccionar —y la posibilidad de negarse a hacerlo— informaciones y
opiniones; esta facultad presupone mantener una amplia gama de proveedores de información,
de los cuales podremos elegir a quienes satisfacen plenamente nuestras necesidades. Difundir
información, supone el acceso de la persona a los medios de difusión, interpersonales o
masivos, para poder comunicar sus informaciones u opiniones libremente.
En el ámbito de sus libertades, cualquier ciudadano puede ejercer directamente estas
facultades, ó puede delegar su ejercicio a profesionales de la información que trabajan en los
medios de comunicación y agencias de prensa (mandatarios tácitos de l ciudadano). Desde una
perspectiva jurídica, la persona al delegar tales facultades, hace uso de una atribución de poder
que le está conferida con carácter universal e igual para todos.
Esta delegación de facultades hace necesaria la existencia de medios informadores, los cuales
tienen la confianza de la ciudadanía para investigar y difundir información. Por tanto, cuando

*Investigador Social y Catedrático Titular de la Universidad Mayor de San Simón. Administrador de Empresas y Comunicador
Social. Candidato al Grado Doctoral en Gestión Educativa.

Gunnar Zapata Zurita Cel. 70344214 Email: gzapata@supernet.com.bo


por intereses ajenos a la actividad periodística, los medios difunden datos imprecisos,
parcializados, desequilibrados o distorsionados y los exponen “a título de información”, llegan a
“traicionar” la confianza delegada por la ciudadanía, la cual se constituyen en sujetos dueños
de este derecho.
La Iglesia Católica ha manifestado abiertamente su interés por el ejercicio de este derecho:
fortaleció la Pontificia Comisión para los Medios de Comunicación Social y desarrolla
periódicamente las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales. En mayo de 1971 la
Iglesia aprobó , la Instrucción Pastoral “Communio et Progressio”, siendo ésta, una de sus
múltiples contribuciones proactivas en el continuo proceso de defensa de este derecho, lo cual
permite a la Iglesia identificarse con la labor de los medios de comunicación y sobre todo con
los intereses de la ciudadanía, en el marco de su labor evangelizadora.

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