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LA CONVIVENCIA Y EL BUEN VIVIR: UNA SOCIEDAD

LIBRE PROBLEMAS SOCIALES.


En el Perú, hace poco acabamos de celebrar nuestro bicentenario, 200 años
de independencia, y si, hemos avanzado como país y como sociedad. Sin
embargo, todavía tenemos mucho por mejorar y seguir construyendo. Por
ejemplo, aún observamos actos discriminatorios, racistas y desigualitarios
que constituyen problemas que debemos resolver.
Este discurso tiene la finalidad de presentar propuestas para mejorar la
convivencia en la diversidad, basado en el análisis y en la vigencia de los
derechos y principios universales para contribuir al bien común y al buen vivir.
Para lograr este propósito, definitivamente, se sostiene que es importante
promocionar y practicar el principio del buen vivir para lograr convivencia en
la diversidad.
El Buen Vivir engloba que las comunidades y los pueblos gocen efectivamente
sus derechos, y ejerzan responsabilidades en el marco de la interculturalidad,
del respeto a sus diversidades y de la convivencia armónica con la naturaleza
y de la convivencia armónica con la naturaleza.
Este principio básico para lograr una buena convivencia implica que las
personas vivan centradas en un sistema de vida de armonía entre el ser
humano y la naturaleza, integra los valores, respeta la cultura y está
orientado a satisfacer las necesidades de las generaciones del presente sin
comprometer el futuro de las siguientes generaciones.
Nuestra verdad es muy simple y compartida: El Buen Vivir está hecho para
generar poco a poco justicia social mediante la propuesta de la convivencia
sana con otras personas se puede construir a través del respeto a la
multiculturalidad y en la búsqueda y contribución de prácticas interculturales
en el día a día.
El Buen Vivir exige que seamos individuos libres y equilibrados para construir
relaciones armónicas con los demás y con nuestro entorno.
Es urgente que seamos seres aptos de sostener equilibrios para sí y para la
comunidad.
Es destacable la experiencia de Ecuador y Bolivia en torno a una legislación
que integre el Buen Vivir al marco jurídico y programas y proyectos que desde
el estado se impulsan en torno a una mejor calidad de vida del pueblo.

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No obstante, también, es necesario ver hacia dentro de nuestros pueblos de
forma más detenida y encontrar las lecciones que permitan aplicar la
propuesta del Buen Vivir y hacerla cada vez más nuestra.
Nosotros defenderemos, volveremos y crearemos una sociedad libre de
problemas sociales; pero, para ello, es necesario la participación ciudadana
activa de cada uno de nosotros.
Ciertamente, el Buen Vivir como práctica de vida es una propuesta de los
pueblos originarios y, que, hoy en día se han venido integrando prácticas que
propician este modelo en comunidades rurales y urbanas; dado que, el tejido
social y las prácticas de reciprocidad, redistribución y solidaridad están
perviviendo en nuestras comunidades como un sincretismo cultural
proveniente de lo más hondo de nuestra historia como pueblos.
Queda claro que ser hombres significa comprender la necesidad de adoptar
una disciplina basada en principios sanos que fomenta la diversidad e inclusión
que requiere una participación activa en entornos.
Mi más entero agradecimiento a todos aquellos ciudadanos que trabajan por
construir una mejor convivencia y favorecer al bien común, la recompensa es
mucho mayor de lo que se espera.
Nuevos tiempos se acercan, la construcción de una sociedad justa,
intercultural y eficiente abre camino al respeto y soberanía de los pueblos

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