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1. LA AUTOLIQUIDACIÓN
1.1. Concepto y caracteres
1.2. Pago voluntario de deudas tributarias resultantes de la autoliquidación
1.3. El pago fuera de plazo de la deuda tributaria resultante de una autoliquidación
A) Intereses de demora
B) Recargos por declaración extemporánea
2. LA LIQUIDACIÓN ADMINISTRATIVA DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA
2.1. La liquidación: Concepto y contenido
A) Procedimiento de verificación de datos
B) Procedimiento de comprobación limitada
C) Procedimiento de Inspección
2.3. Notificación de la liquidación tributaria
2.4. Pago voluntario de deudas tributarias resultantes de una liquidación tributaria
3. OTROS MODOS DE EXTINCIÓN DE LA DEUDA TRIBUTARIA
4. PROCEDIMIENTO DE APREMIO
4.1. Inicio del período ejecutivo
4.2. Desarrollo y terminación del procedimiento de apremio
5. RECURSOS ADMINISTRATIVOS EN MATERIA TRIBUTARIA
5.1. Recurso de reposición
5.2. Las reclamaciones económico-administrativas
1. LA AUTOLIQUIDACIÓN
La legislación tributaria obliga a los ciudadanos a presentar distintas clases de
declaraciones. Según la LGT, se considerará declaración tributaria a todo documento
presentado ante la Administración tributaria en el que se reconozca o manifieste la
realización de cualquier hecho relevante para la aplicación de los tributos. Entre las
declaraciones tributarias cabe destacar las denominadas “autoliquidaciones”.
A) Intereses de demora
Cuando finalice el plazo establecido para la presentación de una autoliquidación o
declaración sin que hubiera sido presentada o hubiera sido presentada
incorrectamente, el obligado tributario vendrá obligado al pago de intereses de demora,
incluso en los casos en los que se haya concedido un aplazamiento o fraccionamiento
en el pago de la deuda tributaria.
El interés de demora será el interés legal del dinero vigente a lo largo del período en
el que aquél resulte exigible, incrementado en un 25 %, salvo que la Ley de
Presupuestos Generales del Estado establezca otro diferente (Para 2022, la LPGE fija
el interés de demora en el 3,75%), salvo en los supuestos de aplazamiento o
fraccionamiento de deudas garantizadas en su totalidad mediante aval solidario de
entidad de crédito o sociedad de garantía recíproca o mediante certificado de seguro
de caución, en cuyo caso el interés de demora exigible será el interés legal (Para 2022
la LPGE fija el interés legal en el 3%).
El interés de demora se calculará sobre el importe no ingresado en plazo o sobre la
cuantía de la devolución cobrada improcedentemente, y resultará exigible durante el
tiempo al que se extienda el retraso del obligado.
2. LA LIQUIDACIÓN ADMINISTRATIVA DE LA
OBLIGACIÓN TRIBUTARIA
La Administración tributaria es competente para comprobar la veracidad y exactitud de
las declaraciones y autoliquidaciones presentadas por los obligados tributarios, así
como para investigar los hechos con relevancia tributaria, con tal de descubrir aquéllos
que sean ignorados por la Administración.
Es decir, después de presentada, por ejemplo, una autoliquidación del IRPF, la Administración
puede comprobar que, efectivamente, el sujeto pasivo ha percibido rendimientos de actividades
económicas en la cuantía declarada en la autoliquidación presentada, e investigar, además, si
este mismo sujeto pasivo ha percibido otras rentas que no ha declarado y por las que no ha
tributado. Tales actuaciones de comprobación e investigación deben desarrollarse
necesariamente en el curso de alguno de los procedimientos administrativos que estudiaremos
a continuación.
La Administración tributaria, en caso de comprobar o descubrir, en el curso de las
actuaciones realizadas en el marco de alguno de los procedimientos tributarios, la
existencia de irregularidades en el cumplimiento de las obligaciones tributarias, que
pongan de manifiesto la existencia de una deuda tributaria pendiente o, por el contrario,
de una cantidad a devolver al contribuyente, dictará una liquidación tributaria. Dicha
liquidación tributaria, como acto administrativo declarativo de obligaciones o de
derechos, debe ser notificada al obligado tributario, el cual tendrá derecho a reaccionar
frente a las posibles ilegalidades en que la Administración haya podido incurrir
mediante la interposición de un recurso administrativo.
C) Procedimiento de Inspección
Denominaremos inspección tributaria a un conjunto de actuaciones administrativas,
entre las que destacan la comprobación de hechos y valores declarados, la
investigación de hechos ignorados por la Administración, la práctica de las
liquidaciones derivadas de la comprobación e investigación, así como la obtención de
información. Ahora bien, tales actuaciones únicamente tendrán la consideración de
actuaciones de inspección tributaria cuando sean desarrolladas por aquellos órganos
de la Administración que tengan atribuidas las facultades descritas en el art. 142 de la
LGT, y que consisten en:
- El examen de documentación del obligado tributario, incluida la contabilidad principal
y cualquier otra documentación relativa a la actividad económica.
- La inspección de bienes.
- La entrada y reconocimiento de fincas.
En el ámbito de las competencias del Estado, tales órganos se encuentran integrados,
principalmente, en el Departamento de Inspección Financiera y Tributaria de la AEAT.
Las actuaciones inspectoras de comprobación e investigación deberán realizarse a
través del denominado como procedimiento de inspección, en el cual se procederá, en
su caso, a la regularización de la situación tributaria del obligado mediante la práctica
de una o varias liquidaciones.
Tal procedimiento se iniciará siempre de oficio, aunque se permite al obligado tributario
solicitar que las actuaciones tengan carácter general respecto del tributo y períodos
impositivos afectados. Las actuaciones desarrolladas por la Administración en el curso
de este procedimiento podrán llevarse a cabo en el domicilio fiscal del obligado
tributario o su representante, en el lugar donde se realicen total o parcialmente las
actividades gravadas, en el que exista alguna prueba del hecho imponible o del
presupuesto de hecho de la obligación tributaria, o en las oficinas de la Administración
tributaria, cuando los elementos sobre los que hayan de realizarse las actuaciones
puedan ser examinados en ellas.
Un aspecto importante de la regulación del procedimiento inspector es el de su
duración. Según dispone la LGT, las actuaciones del procedimiento de inspección
deberán concluir en el plazo de 18 meses, extensible a 27 meses cuando se trate de
empresas obligadas a auditar cuentas o que formen parte de un grupo sometido al
régimen de consolidación fiscal. Además, hay determinados supuestos en los que se
suspende este plazo. Por ejemplo, la remisión del expediente al Ministerio Fiscal o a la
jurisdicción competente sin practicar liquidación, la recepción de una comunicación del
órgano jurisdiccional en la que se ordene la paralización o suspensión respecto de
determinadas obligaciones tributarias en un procedimiento inspector en curso o
supuestos de fuerza mayor o el intento de notificación al obligado tributario de la
propuesta de resolución o de liquidación o del acuerdo en el que se ordena completar
actuaciones en el caso de Actas de Conformidad.
Si este plazo se incumple el procedimiento no caduca y puede continuar, pero las
actuaciones desarrolladas hasta ese momento no interrumpen la prescripción del
derecho de la Administración a liquidar. Además, las regularizaciones realizadas
después de su iniciación se considerarán voluntarias (con recargos del artículo 27 LGT
y exclusión de sanciones).
Otro de los aspectos importantes de la regulación del procedimiento inspector es el
relativo a las actas de inspección. Las actas de inspección son una clase de
documento, en el que los órganos de la inspección recogen los resultados de las
actuaciones de comprobación e investigación desarrolladas y realizan una propuesta
motivada de liquidación de la deuda tributaria. Las actas de inspección pueden ser de
tres clases distintas, dando lugar cada una de estas clases de actas a una tramitación
distinta. Las clases de actas de inspección son las siguientes:
a) Actas de conformidad, que son aquellas respecto de las que el obligado tributario
manifiesta su conformidad con la propuesta de regularización formulada por la
inspección. En este caso, se entenderá producida y notificada la liquidación tributaria
de acuerdo con la propuesta formulada en el acta si en el plazo de un mes no se
hubiera notificado acuerdo del órgano competente para liquidar rectificando errores
materiales del acta, ordenando completar el expediente mediante la realización de las
actuaciones que procedan, confirmando la liquidación propuesta en el acta, o bien
estimando que en la propuesta de liquidación ha existido error en la apreciación de los
hechos o indebida aplicación de las normas jurídicas y concediendo al interesado plazo
de audiencia previo a la liquidación que se practique. La cuantía de las sanciones
tributarias se reducirá en un 30%.
b) Actas con acuerdo, que son aquellas respecto de las que el obligado tributario
manifiesta su conformidad con la totalidad del contenido del acta, previo acuerdo con la
Administración sobre la concreción de ciertos datos para cuya determinación o
valoración la Administración goza de discrecionalidad. En este caso, se entenderá
producida y notificada la liquidación en los términos de las propuestas formuladas si
transcurridos 10 días contados desde el siguiente a la fecha del acta no se hubiera
notificado al interesado acuerdo para liquidar rectificando los errores materiales que
pudiera contener el acta con acuerdo. La liquidación derivada del acta con acuerdo solo
podrá ser objeto de impugnación o revisión en vía administrativa por el procedimiento
de declaración de nulidad de pleno derecho, y sin perjuicio del recurso que pueda
proceder en vía contencioso- administrativa por la existencia de vicios en el
consentimiento. La cuantía de las sanciones tributarias se reducirá en un 65%.
c) Actas de disconformidad, que son aquellas en las que el obligado tributario se niega
a suscribir, o con cuya propuesta de regularización manifiesta su disconformidad. Al
acta extendida se podrá acompañar un informe del actuario cuando sea preciso
completar la información recogida en el acta. En el plazo de 15 días desde la fecha en
que se haya extendido el acta o desde la notificación de la misma, el obligado tributario
podrá formular alegaciones ante el órgano competente para liquidar. Antes de dictar el
acto de liquidación, el órgano competente podrá acordar la práctica de actuaciones
complementarias. Recibidas las alegaciones, el órgano competente dictará la
liquidación que proceda, que será notificada al interesado