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Universidad Especializada de las Américas (UDELAS)

Facultad de Biociencias y Salud Pública


Licenciatura en Seguridad y Salud Ocupacional

Asignatura:
Medicina del Trabajo

Presentado a:
Brenda Gloriela Sobenis Oberto

Tema:
Cómo afecta el COVID-19 al Sistema Inmunológico

Presentado por:
Karina Alonso
XXXXX

Grupo:
VII A Nocturno

Fecha:
28 / 05 / 2021
SISTEMA INMUNOLÓGICO

Debemos comprender que el sistema inmunológico es la protección natural del


cuerpo contra las infecciones, como las bacterias y los virus. Utilizando una reacción
organizada, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden.
Estos cuerpos extraños se llaman antígenos.

A manera de resistencia a la contaminación, infección o lesión, los distintos tipos de


glóbulos blancos se trasladan por el torrente sanguíneo hasta el lugar de la infección y
solicitan más glóbulos blancos. Para las personas que presentan buena salud, su
sistema inmunológico logra diferenciar entre los tejidos propios del cuerpo y los
extraños que lo atacan, tales como virus y bacterias.

Se pueden dar casos donde el sistema inmunológico no funciona correctamente,


como la artritis reumatoide. Cuando se dan esos casos el sistema inmunológico puede
presentar los siguientes comportamientos:
 No identifica la diferencia entre los tejidos propios del cuerpo y los agentes que lo
amenaza.
 Produce, por error, inflamación en contra de tejidos o partes del cuerpo normales, tales
como las articulaciones, como si éstos fueran agentes extraños que lo invaden.

BASES GENÉTICAS Y MOLECULARES DE SARS-COV-2

 Morfología y Estructura Molecular de SARS-CoV-2


Mediante imágenes de microscopía electrónica de transmisión, la apariencia que
tiene la partícula vírica o virión de SARS-CoV-2 es la de una corona solar (de allí el
nombre de coronavirus). Esta partícula vírica presenta una morfología esférica de un
diámetro que varía entre 60 a 140 [nm] junto con espigas o “Spikes” de 8 a 12 [nm] de
longitud aproximadamente (Jun, 2020). La estructura del virión consiste principalmente
en una nucleocápside (que protege al material genético viral) y en una envoltura
externa. En la nucleocápside, el genoma viral está asociado con la proteína de la
nucleocápside (N), la cual, se halla fosforilada e insertada dentro de la bicapa de
fosfolípidos de la envoltura externa. En cuanto a la envoltura externa, allí se
encuentran proteínas estructurales principales denominadas proteína Spike (S),
proteína de membrana (M) y proteína de envoltura (E), además, de proteínas
accesorias, tales como, la proteína hemaglutinina esterasa (HE), proteína 3, proteína
7a, entre otras (Fig. 1).
Fig. 1 - Forma y estructura del virión de SARS-CoV-2. Partícula vírica de SARS-CoV-2 que posee una nucleocápside
compuesta por RNA genómico asociado a la proteína (N), cubierto por una envoltura externa de proteínas estructurales
principales (S), (M) y (E) y proteínas accesorias como (HE).

 Estructura Genética de SARS-CoV-2


El genoma de SARS-CoV-2 está formado por una única cadena de RNA
monocatenario de polaridad positiva (+ssRNA) de aproximadamente 30.000 pares de
bases. Esta cadena de RNA se asemeja, estructuralmente a un RNA mensajero
(RNAm) de células eucarióticas, ya que, presenta un capuchón metilado (cap) en el
extremo 5’ y una cola poliadenilada (poli-A) en el extremo 3’, lo que le da un gran
parecido a los RNAm de la célula huésped. Sin embargo, a diferencia de los RNAm
eucarióticos, este genoma viral contiene al menos seis marcos abiertos de lectura
(ORF) (Mousavizadeh & Ghasemi; Ali et al.; Li et al., 2020a,b).

El genoma de SARSCoV-2 se puede dividir en tres tercios. Los dos primeros tercios
(más cerca del extremo 5’) codifican para el gen de la replicasa viral. Este gen está
constituido por dos ORF (ORF 1a y ORF 1b) (Mousavizadeh & Ghasemi), los que, al
comienzo de la infección, serán traducidos directamente en dos poliproteínas de gran
tamaño llamadas pp1a y pp1ab. Estas poliproteínas posteriormente serán procesadas
proteolíticamente para generar 16 proteínas no estructurales (nsps), las cuales estarán
implicadas en la replicación del genoma viral y en la transcripción de RNAm
subgenómicos (sgRNAs) (Rokni et al.; DaeGyun et al.; Chen et al.; Qingmei et al.). El
último tercio del genoma (más cerca del extremo 3’) codifica los genes de las 4
proteínas estructurales principales (proteína (S), proteína (M), proteína (E) y proteína
(N)) y lo genes de las proteínas accesorias (proteína (HE), 3, 7a, entre otras)
(Mousavizadeh & Ghasemi). (Fig. 2).
Fig. 2 - Organización genética de SARS-CoV-2. Esquema del genoma RNA monocatenario de polaridad positiva
(+ssRNA) de SARS-CoV-2. Hacia el extremo 5’, se codifica el gen de la replicasa viral por medio de ORF 1a y ORF 1b
para la traducción de las poliproteínas pp1a y pp1ab. Hacia el extremo 3’, se codifican los genes de las 4 proteínas
estructurales principales (S), (M), (E) y (N) (en verde) y las de las proteínas accesorias (en azul).

CÓMO FUNCIONA EL SISTEMA INMUNITARIO CONTRA EL COVID-19

A fines de diciembre de 2019, un nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) fue identificado


como el agente causal de una nueva enfermedad respiratoria llamada COVID-19 por
la OMS. Sus síntomas incluyen fiebre, tos seca y dificultad respiratoria. Estos síntomas
en general son leves, aunque, pueden ser fatales en adultos mayores y pacientes con
comorbilidades.

Se realizó búsqueda bibliográfica en Pubmed y Clinical Key donde se seleccionaron


22 artículos de acuerdo con los criterios de inclusión. SARS-CoV-2 pertenece al
género de los Betacoronavirus y tiene similitudes genómicas con SARS-CoV y MERS-
CoV. El virión de SARS-CoV-2 consta de una nucleocápside y de una envoltura
externa compuesta por proteínas estructurales principales y accesorias. Su material
genético consiste en una cadena de RNA monocatenario de polaridad positiva, en el
que, se codifican proteínas importantes para su transcripción y replicación.

El mecanismo de infección de SARS-CoV-2 comienza con la unión del virión a un


receptor (ACE2) de la célula huésped y su posterior entrada por endocitosis. El
genoma RNA viral se libera al citoplasma donde se transcriben y se traducen las
proteínas necesarias para la producción de las proteínas estructurales y para la
replicación de su material genético. Posteriormente, el RNA replicado se asocia con la
nucleocápside y se ensambla junto con las proteínas estructurales para conformar las
partículas víricas que serán liberadas de la célula infectada.

El sistema inmune hace frente a la infección viral mediante el reconocimiento de


patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs) por parte de la inmunidad
innata y por la acción de los linfocitos T y B por parte de la inmunidad humoral. El
conocimiento de las bases genéticas y moleculares de SARS-CoV-2 permite visualizar
la posibilidad de establecer tratamientos farmacológicos o desarrollo de vacunas para
controlar y disminuir los efectos patogénicos de la enfermedad.

Podemos denotar la respuesta inmune contra el SARS-CoV-2 de la siguiente


manera:
 Respuesta inmune innata:
La activación de la respuesta inmune innata antiviral involucra la detección de los
llamados patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs, por sus siglas en
inglés). En este evento, los receptores tipo Toll (TLR, por sus siglas en inglés),
presentes en diversas células del sistema inmune innato, son especialmente
relevantes. Estas moléculas son un grupo de receptores, con alta homología
estructural, que se expresan en la membrana plasmática o en el espacio intracelular,
en dependencia del tipo de PAMPs que reconozcan.

Específicamente, los TLR relevantes en la detección de ácidos nucleicos de origen


viral son el TLR3 y el TLR7. La activación de estos receptores conduce a la
estimulación de la respuesta inmune inflamatoria, mediada por citocinas como IL-1, IL-
6 y el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα, de sus siglas en inglés). Otras señales
intracelulares activadas por estos receptores conducen la transcripción, traducción y
secreción de IFNs tipo I.

Estas moléculas son muy relevantes en la inhibición de la replicación viral, y


además contribuyen a la activación de la fagocitosis mediada por macrófagos y a la
activación de la actividad citotóxica de los linfocitos NK. Otros receptores del sistema
innato también contribuyen a activar la respuesta inmune antiviral, como los receptores
tipo-NOD, tipo-RIG y tipo-lectinas C.

Entre las células del sistema inmune innato relevantes en la respuesta antiviral
merecen especial atención las células dendríticas. Este grupo, fenotípicamente
diverso, se encarga de detectar la presencia de señales de peligro en los tejidos
periféricos asociadas, en este caso, a los PAMPs virales, y trasladar esta información
molecular a los órganos linfoides secundarios para estimular la respuesta inmune
adaptativa. Para ello, ocurre un proceso de maduración celular que implica
modificaciones morfofuncionales en estas células, de manera que ganan en capacidad
migratoria, capacidad de presentación de antígenos en el complejo principal de
histocompatibilidad (HLA I y II), expresión de moléculas de coestimulación y secreción
de citocinas.

Estas células tienen dos habilidades muy especiales que las distinguen del resto de
las células presentadoras de antígenos: 1) la capacidad única de activar la respuesta
de linfocitos T vírgenes auxiliadores CD4+ y citotóxicos CD8+, y 2) la capacidad de
realizar la presentación cruzada de antígenos, o sea, de endocitar antígenos
extracelulares (como las células infectadas con virus o partículas virales), procesar
estos antígenos y presentarlos tanto en HLA I como HLA II. Este último proceso ha
sido fijado por la evolución como estrategia para activar la respuesta citotóxica de
linfocitos T CD8+ contra células infectadas con el virus y también células neoplásicas.
De hecho, los IFNs tipo I promueven la presentación cruzada de antígenos mediada
por células dendríticas.

 Respuesta inmune adquirida


Los actores fundamentales en la respuesta antiviral por parte del sistema adquirido
son los anticuerpos y los linfocitos T CD8+. Aunque, como se mencionó anteriormente,
la actividad auxiliadora de los linfocitos T CD4+ es muy relevante. Estos últimos
determinan la activación del efecto citotóxico en los linfocitos T CD8+, la maduración
de la respuesta de anticuerpos en los linfocitos B (incremento de la afinidad por
hipermutación somática, cambio de clase de IgM a IgG), y adicionalmente, determinan
el establecimiento de la memoria inmunológica, tanto de células T citotóxicas como de
células secretoras de anticuerpos.

Estudios previos respecto a los cuadros de SARS en modelos animales


demostraron que, si bien el infiltrado inflamatorio en el intersticio pulmonar es
fundamentalmente de linfocitos citotóxicos T CD8+, la eliminación de los linfocitos T
CD4+ produce una severa neumonitis como consecuencia de la reducción de la
producción de anticuerpos anti-SARS efectivos y de la migración de linfocitos
citotóxicos a los pulmones, lo que retrasa el aclaramiento de la carga viral. La
activación de linfocitos B y la consecuente respuesta de anticuerpos son muy
relevantes en el control de la infección viral. Respecto a los coronavirus, se ha
demostrado que las glicoproteínas S son altamente inmunogénicas, y se ha
conseguido mapear para el agente causante del MERS, un epítopo lineal para el virus
con alta capacidad de activar la respuesta de linfoctos B y T.

La seroconversión tardía de pacientes con cuadros de SARS y MERS se relacionó


con mal pronóstico, lo que evidenciaba la relevancia de los anticuerpos en la
respuesta antiviral contra estos virus. Generalmente, esta se logra en un plazo de
entre 4 días y 14 días con anticuerpos IgG neutralizantes en circulación por hasta dos
años. Respecto al SARS-CoV-2 quedan estudios por realizar para determinar el valor
predictivo de la respuesta humoral mediada por anticuerpos, tanto de la
seroconversión como de su cinética. Sin embargo, la capacidad del virus de estimular
la seroconversión y la producción de anticuerpos neutralizantes está confirmada.
Las características generales de la respuesta inmune innata y adquirida antiviral se
describen en la Figura 3.

Fig. 3 - Respuesta inmune innata y adquirida en la infección por SARS-CoV-2: 1) los neutrófilos reconocen al
SARS-CoV-2 por medio de los receptores CR1 y CR2, activados por las anafilotoxinas C3a y C5a del sistema
complemento humano; 2) las células dendríticas reconocen al virus a través de los receptores de reconocimiento de
PAMPs (TLR, NLR, RLR y CLPs); 3) en los endosomas se genera una respuesta parcial del sistema inmune al
activarse TLR3 y TLR7 con el ARN viral, lo que desencadena las vías de señalización que inducen la producción de
IFNs tipo I y citocinas proinflamatorias; 4) la fagocitosis de células infectadas con el virus y la presentación cruzada de
antígenos virales en HLA I estimula a los linfocitos citotóxicos T CD8+; 5) la presentación de antígenos virales en HLA
II estimula a los linfocitos auxiliadores T CD4+; 6 y 7) estos linfocitos cooperan con los T CD8+ e instruyen a los
linfocitos B para producir anticuerpos de alta afinidad contra epítopos del SARS-CoV-2, y 8) además, se activan y
diferencian linfocitos T proinflamatorios tipo Th17.

BIBLIOGRAFÍA

https://www.bbc.com/mundo/noticias-52005096
https://scielo.conicyt.cl/pdf/ijodontos/v14n3/0718-381X-ijodontos-14-03-331.pdf
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-558X2020000200012

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