Universidad Nacional Experimental

¨Francisco De Miranda¨
Área de tecnología
Carrera: Ing. Mecánica
Asignatura: Ética y deontológica

Valores éticos en las

profesiones

Francesco Serafini C.I 25605120

Área de Tecnología, Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda
17 de marzo de 2022
 Entendemos a los valores desde un punto de vista moral. Y los definimos como,

pensamientos o conceptos que guían el comportamiento de las personas a través de la influencia

de sus actitudes, y, consiguientemente, de sus conductas.

No obstante, los valores no se encuentran limitados al ámbito moral o a la aplicación

personal; sino que, también son cruciales en el aspecto laboral, al establecer el código conductual

a utilizar. Sin importar que se hable de un profesional ejerciendo su carrera de forma

independiente o de una compañía multinacional, estos son lineamientos básicos que afectarán las

actuaciones de los involucrados.

Para personas individuales, los mismos se encontrarán usualmente alineados con sus

valores personales. Pero en el caso de las empresas, estos principios se detallan en sus políticas a

través de las declaraciones de misión, visión y valores; además de, en las directrices, estrategias

y planificación para la toma de acciones.

Podemos considerar que una compañía es coherente, cuando los principios previamente

establecidos están presentes en todos los niveles de la misma. Esto abarca desde los empleados

por contrato hasta los directivos, al igual que en sus productos, servicios, y decisiones.

En momentos de crisis o presión, las prioridades dependerán de los valores corporativos y

de las directrices que en un principio fueron establecidas. Cuando el enfoque se ha definido

claramente y todos los miembros participantes lo conocen, es más fácil actuar en consecuencia.

También es importante considerar como los valores personales de un individuo se

correlacionan con los principios de la empresa, y como la discordancia puede causar problemas

al momento de integrarse. Es por este motivo que, a la hora de contratar a alguien, el

departamento de reclutamiento debe analizar más allá de las aptitudes y capacidades: su perfil

psicológico y su actitud también serán cruciales.

Examinemos un ejemplo sencillo: una compañía de mercadotecnia necesita un nuevo

diseñador para incorporarlo al equipo de publicidad. Por ello, se requiere que sepa valorar las

opiniones de los demás, distribuir sus responsabilidades, e integrarse en grupos de personas

diferentes a sí mismo.

Uno de los candidatos tiene una excelente trayectoria y perfil técnico, además de un

requerimiento salarial dentro del rango contemplado por la empresa. Sin embargo, es altamente

individualista, prefiere trabajar sin interrupciones o conversación, y no tiene capacidades de

liderazgo o para obedecer órdenes.

Si se decide contratarlo solo por sus habilidades, pronto habrá problemas; pues, será

incapaz de integrarse al flujo de trabajo, causando inconvenientes en las comunicaciones

internas, lo que terminará retrasando el trabajo. Esto no significa que la persona carezca de ética

o valores, pero no está adaptado para lo que, específicamente, se requiere.

Otro motivo por el cual es importante mantener valores firmes, sin olvidar la adaptación a

las circunstancias que la empresa pueda enfrentar, es la creación de fidelidad. Un equipo con una

identidad bien definida no tendrá problemas de retención de empleados, mientras que la falta de

conexión emocional en los valores obrará de manera contraria.

Es fácil concluir, pues, que los valores de una empresa son las fundaciones sobre las que

la misma crecerá y se desarrollará. De forma similar a una columna vertebral, se necesita firmeza

y fuerza, al igual que flexibilidad para evitar que un impacto o movimiento inesperado pueda

partir estos principios. Una fundación débil se doblará, partirá o caerá ante las presiones
externas, mientras que unos buenos valores laborales permitirán la expansión plena de una

empresa y de todas las personas que la integran.