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1.1. Noción de ética, moral y deontología: los términos: moral y ética son de signifi-
cados equivalentes, pero difiere su etimología: moral, proviene del latín “mores” y
ética del griego “ethos”, designándose en ambos casos a la costumbre. Los anti- Página | 1
guos usualmente los referían a las buenas costumbres, costumbres virtuosas que se
convertían en reglas de conducta ejemplar. La palabra moral o ética se refiere
tanto a la moralidad como hecho social como a la ciencia que estudia ese fenó-
meno.
La ciencia moral es la que tiene por objeto el estudio de la moralidad, formula las
condiciones de la moralidad: discernimiento o advertencia de la significación del
acto y voluntad libre de realizar el acto, que son los requisitos para que un acto
humano pueda ser calificado moralmente.
1.4. La experiencia del hecho moral. El hecho moral o el hecho de creer en una
regla moral es un hecho humano. Moralidad y sociabilidad son notas inseparables
de la condición humana, por lo que se ha dicho que el hombre es un ser constituti-
vamente ético y social.
1.4.3 Esencia del hecho moral: ante el problema moral el hombre está limitado,
pero es capaz de obrar en plena conciencia con libertad para hacer el bien. Son
morales aquellos actos que la gente realiza con advertencia y voluntad libre (ma-
teria) considerados desde el punto de vista de su adecuación con la regla ideal
de la conducta humana, con el fin de alcanzar la perfección que le es propia
(forma).
-El positivismo–Augusto Comte. La escuela sociológica: Esta escuela parte del prin-
cipio fundamental de atenerse sólo a los hechos susceptibles de ser captados por
los sentidos y capaces de ser sometidos a una verificación cuantitativa. En conse-
cuencia, un sistema moral es inconcebible porque no se admite la metafísica ni los
principios racionales. No hay principios o reglas de obrar aplicables o exigibles a
todos.
Levy Brühl propone reemplazar a la moral normativa por la ciencia de las costum-
bres, que consiste en estudiar el hecho moral que se da en la experiencia y en
comprobar cuáles son los juicios usuales de bien y de mal. La moral es relativa: tie-
ne un ámbito determinado y específico.
Emile Durkheim: pone énfasis en lo sociológico: el hecho moral es puramente so-
cial, es bueno en una sociedad determinada lo que la mayoría considera como
tal.
Jacques Maritain: existe una ruptura total entre el mundo de la moralidad y la na-
turaleza. El bien moral tiene fundamento en la universalidad de la “razón pura
práctica” de la cual debe ser deducido el contenido de la moral.
2.3. El realismo moral. El bien en general. Naturaleza y finalidad. Bien útil y bien
honesto. El bien moral.
El bien en general: el juicio de bien y mal se aplica tanto a los actos humanos co-
mo a todas las cosas. El calificativo depende del fin que le asignamos o que cum-
ple esa cosa. En consecuencia, un juicio de bien implica un juicio de finalidad, exis-
tiendo una gradación o jerarquía de bien en función de que la cosa cumpla en
mayor o menor medida con su finalidad. Conocer el fin de una cosa implica co-
nocer su Naturaleza, que es el conjunto de caracteres que hacen que un ser sea
tal (esencia). Todos los seres se mueven hacia su “fin” pero lo hacen de distinto
modo: el H a diferencia del resto, lo hace de manera inteligente y libre, y por lo
tanto puede desviar su camino y no alcanzar su plenitud. Por eso son necesarias las
reglas morales que le señalen el camino a transitar. La filosofía tradicional distingue
entre bien honesto que es el bien propio del ser considerado en sí mismo y bien útil,
que se predica de un ser subordinado a otro (utilidad). Dios es bien honesto y el
hombre puede ser estimado un bien útil en relación a un todo. No existe el mal en
sí mismo, el mal es un desorden. El bien moral: sólo se puede hablar de bien moral
respecto del ser racional, puesto que se trata del bien ontológico (que es el bien
del ser considerado en sí mismo, que deviene de su propia esencia); pero realizado
libre y reflexivamente. El bien ontológico del hombre es su propio ser. El bien moral
tiene especial trascendencia ya que al ser el objeto propio de la acción libre del
hombre, es la fuente de los valores humanos.
Una y otra posición mutila la realidad porque ésta no es sólo el dato singular de la
experiencia que nos suministran los sentidos ni tampoco únicamente las ideas, las
formas, los universales.
Respuestas a parciales y finales – DEONTOLOGIA JURÍDICA
3.1. La ley moral natural; sus propiedades. La virtud. Noción de las virtudes funda-
mentales.
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La "ley natural" o "ley moral natural" es el conjunto de convicciones morales bási- 11
cas de la persona que sirven de fundamento del juicio moral. Es realizado por el
hombre, con el concurso de sus virtudes: la prudencia, pues se trata de determinar
lo debido concreto; la justicia, pues se trata de querer lo bueno y lo justo y la forta-
leza y la templanza, por constituir el soporte para la rectitud del juicio.
La ley moral natural consiste en los primeros principios jurídicos, universales y nece-
sarios que deben regir las relaciones del hombre con sus semejantes para que la
persona alcance su bien propio, su perfección. Toda regulación moral que se im-
pone y está vigente en la convivencia social será válida y por lo tanto obligatoria,
si es conforme con la ley moral natural. La ley moral natural es la participación del
hombre en la ley eterna.
Practicidad: significa que la ley moral debe ser llevada a la acción por los seres
humanos para alcanzar su fin, por lo que precisa de un modelo que guíe la con-
ducta u obrar del sujeto agente, que son precisamente las normas morales.
Obligatoriedad: la ley moral natural no sólo dilucida el obrar virtuoso a fin de ilumi-
nar la acción, sino que también lo impera. Es decir, exige determinadas conductas
con la amenaza de una cierta sanción para el supuesto que no se satisfaga el
débito moral.
Las virtudes morales perfeccionan las tendencias apetitivas del H mientras que las
intelectuales perfeccionan el intelecto. Las virtudes morales principales se llaman
cardinales porque sobre ellas se fundan las demás virtudes morales, que son 4:
1) Conciencia cierta: es la que juzga con seguridad que una acción es bue-
na o mala, sin miedo a equivocarse.
Se puede resumir, entonces, que para la buena actuación moral, es preciso obrar
con conciencia recta y cierta.
1) El conocimiento o advertencia
2) La voluntad libre.
Las Circunstancias: que afectan el acto moral han sido clasificadas así:
Qué: designa la calidad o cantidad del objeto. No es lo mismo robar cinco pesos
que un millón.
Con qué medios: el apropiarse con engaño de lo ajeno es estafa; con violencia es
robo.
Cómo: indica el modo moral (no instrumental) con el que se realiza el acto: con
pasión, por juego, etc.
La finalidad del agente: Se refiere a la finalidad subjetiva que persigue el agente; Página |
los motivos que lo llevan a obrar así. El fin del agente modifica la moralidad del ac- 15
to. El acto bueno, depende de la finalidad del agente: puede hacerse menos
bueno e incluso malo. El acto malo, nunca puede transformarse en acto bueno. El
fin no justifica los medios.
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El orden moral es un conjunto de normas éticas, formado por principios o pautas Página |
de la conducta humana de origen natural, es decir, tiene su origen en la ley moral 17
natural. Es un orden normativo, porque se forma por normas de la conducta, es
decir, del ser humano como ser racional, libre y consiente. El orden jurídico es el
conjunto de normas positivas con un orden de prelación dictada por el legislador
en su condición de creador de normas temporales que rigen y regulan las conduc-
tas humanas y las relaciones de los ciudadanos. La ley positiva connota siempre
alteridad, es decir, se refiere a todos los actos que tienen trascendencia social,
además son obligatorias, y rigen para todos por igual.
Distinción: por su origen: la ley moral natural es creación de Dios y la ley positiva es
creación del legislador. Por su contenido: el orden moral es esencialmente la justi-
cia y el bien, y el orden jurídico puede ser injusto y dañino. Por sus propiedades: la
ley natural siempre es universal, inmutable y cognoscible, la ley positiva es local,
puede cambiar y puede ser desconocida por extraños.
4.2 El orden jurídico positivo. Obligatoriedad moral de las normas jurídicas positi-
vas.
4.3 Límites a la obligatoriedad moral de las normas positivas. El caso de la ley injus-
ta. Leyes meramente penales.
Estas son conductas en las que puede incurrir el profesional del D violando el de-
bido proceso y la ética profesional, siendo: negligente la conducta del profesional
que no satisface ciertas exigencias definidas por el D positivo produciendo la frus-
tración de actos procesales por su apatía y dejadez; el perjuicio lo sufre la propia
parte. Ej: frustración de una prueba por no reiterarla en el plazo previsto; la falta de
fundamentar los agravios ante una apelación.
Dilatoria: es la conducta que no cumple con los pasos y ritmos del debido proceso,
dilatando o alargando los mismos, produciendo una alteración y daños al proceso
más allá de los razonables. Provoca la llamada justicia tardía. Ej: planteo de recur-
sos y nulidades cuando no corresponden. La no presentación a las audiencias fija-
das y notificadas.
Temeraria: es aquella conducta que enfrenta una aventura judicial, sin haber ana-
lizado y valorizado y estudiado el caso con sus fundamentos fácticos y jurídicos, es
una conducta culposa.
Irrespetuosa: es aquella conducta que viola las reglas éticas del trato, el estilo y las
formas de las actuaciones procesales, no favorece la solución de los problemas
sino que los agrava.
6.3 Concurrencia de facultades disciplinaria, diversidad de órdenes normativas.
Concepto: la profesión puede definir como "la actividad personal, puesta de una Página |
manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio, a impul- 21
sos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona huma-
na".
El deber esencial: el abogado debe tener presente que su deber primario es tratar
de prevenir y evitar el pleito ya que con ello contribuye a la paz social. Debe inten-
tar la conciliación privada siempre y en especial en las cuestiones de familia, eje-
cuciones, pedidos de quiebra y todo asunto grave o de carácter dudoso aunque
pueda perder la percepción de honorarios lucrativos porque este es un interés se-
cundario, aun entablado el juicio, debe seguir procurando el avenimiento o tran-
sacción.
7.4 Funciones del abogado en al campo jurídico, con relación a la norma positiva
dada y como fuente material pre normativa.
La función del abogado con relación a la norma jurídica vigente puede clasificar-
se en tres modos jurídicos:
c) Difusor: el abogado es un puente entre el órgano que dicta la ley y los suje-
tos a quienes se dirigen las normas, dando a conocer las regulaciones con-
tenidas en las normas a sus interesados de un modo que resulte accesible y
procedente judicialmente.
La función con relación a la fuente material pre normativa: las fuentes de las
normas jurídicas son cuatro: ley, costumbre, jurisprudencia y acto jurídico,
siendo el abogado un factor generador de normas jurídicas.
Con relación a la ley: si bien son los poderes legislativo y ejecutivo los encargados
de dictar las normas, es el abogado quién debe contar con los conocimientos es-
pecializados para el análisis de la validez de las mismas cuidando que se ajusten a
la constitución. También se destaca al abogado como forjador de doctrina, pues
se preocupan por los aspectos prácticos del derecho positivo que influyen en la
formulación o variación de la ley.
Con relación a jurisprudencia: se llama así a las sentencias dictadas por los jueces,
pero debemos recordar que el juez está atado a lo afirmado o negado por las par-
tes en el proceso, por lo que de alguna manera, la sentencia ya está hecha por el
abogado de una de las partes, debiendo el juez optar por alguno de los argumen-
tos al dictar la sentencia.
Deberes: son deberes del abogado para con la sociedad la asistencia y defensa
gratuita de pobres en aquellos casos en que la ley lo determine. Observancia de la
constitución y de las leyes. Cumplimiento de las leyes fiscales, debiendo cumplir
con las disposiciones fiscales que gravan la profesión pagando los impuestos o de-
rechos que corresponden. Respetar aquellas normas sobre incompatibilidades.
Cumplir con las cargas públicas: cuando son designados conjueces, designados
de oficios o integrantes de jurados de enjuiciamiento de magistrados.
Mandamientos: son diez las máximas desarrolladas por el maestro Couture para la
profesión: 1) estudia; 2) piensa; 3) trabaja; 4) lucha; 5) se leal; 6) tolera; 7) ten pa-
ciencia; 8) ten fe; 9) olvida y 10) ama tu profesión.
d) Deber de información: dar al cliente la información justa sin crear falsas ex-
pectativas;
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Todas las partes que intervienen en un juicio, litigio o proceso judicial desean la ob-
tención de justicia a través del descubrimiento de la verdad o del mejor derecho y
su correspondiente prueba que lo acredite. No es lícito de conciencia patrocinar
una causa cuya injusticia es conocida y notoria de ante mano y menos aún si es
ilícita, de esta forma el abogado además de cómplice se convierte en responsa-
ble de daños y perjuicios a terceros pues con seguridad ha debido mentir o recurrir
a fraudes o falsificación de documentos y falsos testimonios violando los deberes
éticos elementales de la profesión en su relación con la verdad y la justicia que se
persigue. Las causas dudosas pueden ser aceptadas y son las más frecuentes al
tratarse de conflictos de intereses particulares, contratos, cesiones, etc.
8.5 Deberes fundamentales del abogado en la relación con los colegas. Deberes
de independencia e imparcialidad.
Ejercicio ilegal: se considera ejercicio ilegal de la profesión el que sin tener título
habilitante evacue habitualmente y con notoriedad, a titulo oneroso o gratuito
consultas sobre cuestiones o negocios jurídicos. También la de aquel abogado que
ejerce su profesión sin estar inscripto en la matrícula.
9.3 Los vínculos de colegialidad: Deberes hacia los colegas. Relación con los ma-
gistrados.
Deberes hacia los colegas: El abogado debe hacer cuanto esté a su alcance para
que las relaciones con sus colegas se caractericen por la confraternidad, esa vin-
culación -fundada en el sentimiento de la solidaridad profesional, de los deberes
que impone y de la confianza mutua que presume-. Debe respetar en todo mo-
mento la dignidad del colega, proscribiendo a su respecto las expresiones hirientes
y las insinuaciones malévolas. Debe impedir toda maledicencia del cliente hacia
su anterior abogado o hacia el patrocinante de su adversario. La confianza, la le-
altad, la benevolencia, deben constituir la disposición habitual hacia el colega, al
que debe facilitarse la solución de inconvenientes momentáneos - enfermedad,
duelo o ausencia - y considerarle siempre en un pie de igualdad, salvo los respetos
tradicionales guardados a la edad y a las autoridades del Colegio.
Relación con los magistrados: La actitud del abogado hacia los magistrados debe
ser de deferente independencia. Es de su deber guardarles respeto y considera-
ción, así como abstenerse de toda familiaridad fuera del lugar, aunque mantenga
relaciones de amistad, debe cuidarse de no exteriorizarlas en el Tribunal. Debe es-
tar en todo momento dispuesto a prestar apoyo a la magistratura, pero debe man-
tener siempre la más plena autonomía; recordando que si es auxiliar, no es de-
pendiente de la administración de Justicia.
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10.3 Certeza motivada y certeza personal. El juez ante la norma positiva injusta. El
ejercicio de la acción pública por el Fiscal.
Ante la ley injusta: se refiere a su actitud ante una ley que nace ya injusta por ser
contraria a exigencias fundamentales de la justicia, es decir, del derecho natural,
por ejemplo una ley que legalice el aborto, la eutanasia o el uso de drogas. El juez
no puede lícitamente con sus sentencia obligar a nadie a realizar un acto intrínse-
camente inmoral aunque este mandado o permitido por la ley, ya que se conver-
tiría en cómplice de los autores de ella. Para que sea lícita esa cooperación se re-
quiere un motivo grave que puede ser la amenaza de su inhabilitación temporal o
perpetua que además de suponer en ciertos casos la ruina económica personal y
familiar, significa dejar la magistratura en poder de otras personas favorecedoras
de acciones inmorales.
Fiscal: los fiscales al igual que los jueces deben actuar con imparcialidad. Su misión
no consiste únicamente como acusador, sino que ejerce la función peculiar apre-
ciando el resultado de averiguaciones del sumario, pidiendo sobreseimientos o
una vez abierto el juicio la absolución de las personas injustificadamente acusadas,
etc. Está obligado a ejercitar la acción penal apenas llegue a conocimiento de
que existen indicios de delito. En su actuación el fiscal puede encontrar delicados
problemas de conciencia sobre todo en aquellos delitos que por presión de grupos
de opinión pública se pretende que dejen de serlo como sucede en el caso del
aborto dónde es loable la actuación del fiscal a afrontar un proceso impopular, sin
embargo tiene obligación jurídica y moral de oponerse claramente a ese hecho. El
fiscal puede también pecar por omisión y de esta forma preparar el camino para
que un mal moral se convierta en legal.
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Causas tramitadas por otros abogados: El abogado debe dar aviso al colega que
haya intervenido en un asunto, antes de aceptar el patrocinio o representación de
la misma parte y procurar que sean satisfechos integralmente sus legítimos inter-
eses. El aviso previo no es necesario cuando el colega ha renunciado expresamen-
te al patrocinio o mandato. Sin embargo, es recomendable que el nuevo aboga-
do haya saber al anterior su intervención en el asunto. Los esfuerzos directos o indi-
rectos para apoderarse de los asuntos de otros colegas o captarse sus clientes, son
indigno de quienes se deben lealtad en el foro, pero es deber profesional dar con-
sejos adecuados a quienes buscan ayuda contra abogados infieles o negligentes.
Es recomendable, aún en estos casos, informar previamente al colega imputado.
Cicerón: la ley natural tiene carácter divino, y por esto mismo no puede ser injusta;
en consecuencia, la ley humana debe subordinarse a la ley natural. Compara a la
ley injusta con la receta de un médico que en lugar de curar, mata al paciente.
Santo Tomás define a la justicia como “el hábito por el cual el hombre le da a ca-
da uno lo que le es propio mediante una voluntad constante y perpetua”. Clasifica
a la justicia como una de las cuatro virtudes cardinales, junto con la templanza, la
prudencia y la fortaleza; y distingue el sentido general y particular de la justicia.
La justicia en un sentido general, es la virtud por la cual una persona dirige sus ac-
ciones hacia el bien común. Cada virtud, explica Santo Tomás, “dirige su acto
hacia el mismo fin de esa virtud”. La justicia es “distinta de cada una de las otras
virtudes” porque dirige todas las virtudes del bien común.
Bien común (de DSI): El bien común es el conjunto de condiciones de la vida social
que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más
pleno y más fácil de la propia perfección.