DESARROLLO PSICOAFECTIVO EN LA ADOLESCENCIA Y SU INFLUENCIA EN EL
ESTUDIANTE 2.1. Conceptualización de pubertad y adolescencia: Pubertad El término «pubertad» se refiere a los cambios corporales en la maduración sexual. Se trata de un fenómeno universal de tipo biológico provocado por la acción hormonal. La pubertad es un proceso biológico en el que se produce el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, la maduración completa de las gónadas y glándulas suprarrenales, así como la adquisición del pico de masa ósea, grasa y muscular. Cambios físicos derivados: Adquisición de la capacidad reproductora y desarrollo de las características sexuales secundarias. Desarrollo de los sistemas biológicos generales: cardiovascular, respiratorio y muscular. Aumento de peso y altura. En las chicas (entre los 11 y 12 años) suele producirse antes que en los chicos (entre los 13 y 14 años). Adolescencia El concepto de adolescencia responde a una construcción histórica y social. En nuestra cultura actual se trata del período de la vida del ser humano inmediatamente posterior a la niñez. La adolescencia comienza con la pubertad y finaliza con la edad adulta. La adolescencia se establece actualmente entre los 10-12 y los 21 años. Hay que destacar que la pubertad y el inicio de la adolescencia se han adelantado al menos dos años en los últimos cien años. A su vez, se ha prolongado el período de ingreso en la edad adulta, marcado por hitos como la independencia económica. Se entiende que el sujeto concluye la adolescencia, y entra en la edad adulta, cuando adquiere independencia socioeconómica. Todo ello viene marcado por los factores económicos y sociales. Podemos esquematizar la adolescencia en tres etapas: Adolescencia inicial. Aproximadamente desde los 10 a los 13 años, período caracterizado sobre todo por los cambios puberales. Adolescencia media. Abarca desde los 14 a los 17 años y se caracteriza por los conflictos familiares. El grupo de iguales adquiere gran importancia. Período en el que con más probabilidad se inician las conductas de riesgo. Adolescencia tardía. Comprende desde los 18 hasta los 21 años y se caracteriza por la reaceptación de los valores familiares y por la asunción de obligaciones y responsabilidades propias de la madurez. 2.2. Características psicoafectivas y cognitivas de la adolescencia : Los cambios en los aspectos psicológicos, sociales y afectivos que se originan en el adolescente vienen marcados por las modificaciones biológicas concurrentes, lo mismo ocurre a nivel cognitivo. Los cambios fisiológicos que se dan durante la pubertad influyen en la manera de entender el mundo y sentirlo, así como de razonar. Identidad La identidad se define como «la concepción o sentido que cada persona tiene sobre sí misma» y engloba a otros términos relativos a la percepción de uno mismo, tales como el autoconcepto y la autoestima. El desarrollo de la identidad pasa por diferentes etapas, entre las cuales está la inevitable y necesaria crisis de identidad. Gracias a ella, los adolescentes desarrollan el sentido de autonomía personal y de pertenencia grupal que buscan. La crisis de identidad lleva a los jóvenes a tratar de desarrollar nuevos roles, preferencias ocupacionales y de buscar una independencia respecto a la familia. Los adolescentes se diferencian de sus padres (separación psicológica) y se acercan al grupo de amigos, que tiene una importancia crucial en el proceso de desarrollo. Autoconcepto y autoestima Autoconcepto: imagen mental de uno mismo Autoestima: componente emocional vinculado al autoconcepto. Ambos conceptos estarán influidos por la imagen corporal. La formación del autoconcepto físico posee una especial relevancia. El autoconcepto físico es una dimensión dentro del autoconcepto general que se caracteriza por incluir la condición física, la competencia deportiva, el atractivo físico, la fuerza, etc. Dependiendo de la importancia que los sujetos le den al ámbito físico, el autoconcepto general se verá más o menos potenciado. Autoestima y autoconcepto están íntimamente relacionados, cuanto más ajustado y positivo sea el autoconcepto de una persona, más tenderá a quererse. Emociones Durante la adolescencia, las competencias emocionales experimentan un gran desarrollo. Debido a los cambios en la capacidad intelectual y a poseer una mayor capacidad para la introspección, los adolescentes comienzan a examinar sus propias emociones. Se logra una mayor conciencia de los estados afectivos propios y de los demás. Se adquiere un mayor conocimiento acerca del efecto que tienen las emociones en el modo de percibir a las personas y en la realización de actividades y tareas. Se desarrolla la conciencia de que una persona puede experimentar simultáneamente emociones contrarias respecto a personas o situaciones. Se consigue una mayor comprensión de las emociones de los demás, siendo el adolescente mucho más sensible a qué características personales de los otros le pueden influir. Se posee más capacidad para indagar y recabar información sobre las personas a la hora de explicar emociones complejas. Por otra parte, las emociones exageradas y variables pueden ser habituales.
Todas estas competencias requieren de un proceso de enseñanza, y es que es en el
período de la adolescencia cuando más se debe ayudar al desarrollo de la persona, tanto por parte de las familias como en la educación formal. Sexualidad Va más allá del ámbito de las relaciones sexuales y envuelve un conjunto de sentimientos, valores, actitudes, conductas e interacciones con componente físico, emocional, social y cultural. La adecuada sexualidad del adolescente deriva de que la educación sexual recibida sea la adecuada. Durante la adolescencia, la maduración intelectual y emocional (incluyendo la sexualidad) transcurre en paralelo al desarrollo físico. Para la identidad del adolescente, el desarrollo de su sexualidad puede generar conflictos, sufrimiento y desconcierto. Los principales aspectos psicosexuales de la adolescencia son: Fantasías sexuales. Su cometido puede ser variable. Se trata de una especie de entrenamiento sin riesgos y en una situación de control. Independencia. Las relaciones de reciprocidad con compañeros de la misma edad o similar adquieren gran importancia en la consolidación de la identidad e independencia personal. Reacciones paternas. La conducta sexual del adolescente puede crear inquietud en los progenitores. Desarrollo cognitivo Desde la perspectiva del desarrollo cognitivo, y según la teoría de Piaget, la adolescencia se caracteriza por la aparición del período de las operaciones formales. Las habilidades cognitivas durante la adolescencia se ven condicionadas por una serie de transformaciones como que el pensamiento y la forma de razonar de los individuos se vuelven lógicos, complejos y abstractos. Estos cambios ayudarán al individuo a encarar con mayor éxito las exigencias de la etapa adulta. Además, junto a los cambios cualitativos y de estructura de pensamiento, se configura el razonamiento social. La adquisición plena de las características de la última de las etapas está sujeta al desarrollo de las habilidades cognitivas, de manera sistemática, en entornos propicios y estimulantes cognitivamente. Nos referimos a la instrucción formal y a los entornos laborales que estimulan el pensamiento abstracto y lógico del sujeto.
2.3. La salud en el adolescente:
Resulta de suma importancia educar al alumnado en la prevención de las conductas nocivas, como pueden ser el consumo de alcohol o tabaco, la falta de actividad física, las relaciones sexuales no seguras y la exposición a la violencia. La adolescencia es un período muy sensible del desarrollo humano en el que la salud, tanto presente como futura, puede ponerse en riesgo. Debemos ser conscientes, además, de que estos problemas mencionados anteriormente se relacionan entre sí y, a su vez, pueden afectar al desarrollo físico y psicológico de los adolescentes. 2.4. Consideraciones para profesores: Prestar atención desde el ámbito educativo a los cambios físicos y de la personalidad. Asimismo, será importante prestar atención a posibles trastornos derivados de los cambios físicos y psicológicos que podrían no ser manifestados de forma explícita por el sujeto. Contemplarse el trabajo de la identidad, del autoconcepto y la autoestima en el centro educativo, ya sea de manera transversal en las diferentes asignaturas o de manera específica durante las tutorías grupales e individuales. Proporcionar al alumnado información pausada, serena y útil sobre los principales riesgos físicos y psicológicos asociados determinadas conductas nocivas, que a menudo se inician en la adolescencia, ayudará a la formación del individuo. También resulta de gran importancia la relación familiar con el adolescente. Es importante que el centro y las familias mantengan una comunicación adecuada, observando las posibles conductas que se salgan de lo normal para anticipar acciones que permitan guiar a los sujetos.