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Influencia del estilo de crianza: tiene que ver con la expresión de las emociones
parentales, con el nivel de exigencia hacia los hijos y con el tipo de comunicación
mantenido en la familia y será relevante en el desarrollo psicológico y social de los niños.
Hay 4 estilos de crianza y cada uno tiene una serie de efectos en los hijos:
Autoritativo (democrático). Los cuidadores establecen a los niños unas normas y límites
claros, dedican tiempo a comprender a los niños y a explicarles el porqué de las reglas.
Resultan niños con confianza en sí mismos, buen rendimiento escolar y salud mental y
pocos problemas de conducta. Autoritario. Los
cuidadores muestran un alto nivel de control sobre los niños y son muy estrictos en la
relación con ellos. Buscan que los niños cumplan sus órdenes sin ningún tipo de
cuestionamiento. No demuestran afecto de una forma explícita. Resultan niños
obedientes y enfocados al trabajo, con poca confianza en sí mismos, pueden ser rebeldes
y hostiles y tener problemas de depresión. Permisivo.
Normalmente aplican pocas reglas de comportamiento a sus hijos y demuestran su
afecto abiertamente. Son permisivos. Son niños con confianza en sí mismos, con poco
malestar psicológico, pero con problemas de conducta y adicciones. Rechazantes,
negligentes e indiferentes. No muestran interés por controlar a sus hijos ni relacionarse
afectivamente con los mismos. Son niños con problemas escolares y psicológicos y
muchos problemas de conducta y abusos de drogas.
Apego: vínculo existente entre los cuidadores y el niño. Las conductas de apego derivan
de las respuestas positivas mantenidas en el tiempo por parte de los cuidadores, en
especial la madre. La forma en la que los cuidadores se comporten con los niños
favorecerá que estos muestren un tipo de apego u otro. Hay 3 tipos de apego:
Apego seguro. Es el tipo más habitual. Los cuidadores suelen mostrarse disponibles y
ofrecen contacto al niño cuando llora. El niño tiene confianza en la disponibilidad,
comprensión y ayuda que la figura parental le dará en situaciones adversas y se basa en
su figura de apego para explorar el medio de forma tranquila. En la etapa adulta, suelen
ser personas estables y que se relacionan de forma adecuada con los demás.
Apego inseguro evitativo. Los cuidadores suelen demostrar a una mezcla de angustia,
rechazo, repulsión y hostilidad y actitudes controladoras, intrusivas y sobreestimulantes.
Los niños no reciben la adecuada atención o cuidado de forma constante, sintiéndose
desprotegidos. El niño no se respalda en la figura de apego para explorar el medio. En la
etapa adulta, se convierten en personas que tienen más problemas para relacionarse
socialmente y suelen sentir mayor inseguridad en todas las etapas de su vida.
Apego inseguro ambivalente/resistente. Falta de «sincronía emocional» con el bebé,
producida por la ausencia de la disponibilidad física y/o psicológica del cuidador. Los
cuidados son incoherentes, inconsistentes e impredecibles. Los niños muestran ansiedad
ante la separación respecto a su figura de apego, pero muestran enfado y rechazo cuando
esta vuelve. Por tanto, no les gusta explorar el medio sin su figura de apego, pero a la vez
la presencia de esta no les aporta suficiente confianza.
GRUPO DE IGUALES: Son los grupos configurados por personas que gozan de un estatus
parecido. Son esenciales durante el proceso de socialización del menor. En el grupo de
iguales, el niño aprende valores como la amistad, la rivalidad o la cooperación, así como
comportamientos ante determinados estímulos. La principal función socializadora del
grupo de iguales es favorecer la autonomía y libertad individual del sujeto . Además, la
interacción entre iguales permitirá el replanteamiento de determinados conocimientos,
ideas, valores, etc., promoviendo el desarrollo cognitivo y el desarrollo moral. Durante la
adolescencia, surgen la amistad y la deselección, los sujetos con menos relaciones
amistosas muestran un menor rendimiento académico y menos conductas sociales
positivas además de participar en menos actividades de aprendizaje.
La pertenencia psicológica a grupos y categorías sociales está asociada con una amplia
variedad de fenómenos. El endogrupo es el grupo social con el cual una persona se
identifica psicológicamente como miembro. Por el contrario, el exogrupo es un grupo
social con el que un individuo no se identifica. Algunos de estos fenómenos son:
El sesgo endogrupal: preferir siempre que el propio grupo salga beneficiado. La
derogación del exogrupo: considerar que el exogrupo amenaza al endogrupo. La
influencia social: adaptarse a las normas del endogrupo. La
polarización de grupo: tomar decisiones más extremas. La
homogeneidad de grupo: percibir que el propio grupo comparte de manera homogénea
características positivas.
El individuo rinde más, tanto académica como profesionalmente, y se siente mejor a
nivel emocional en grupos considerados pequeños (no más de seis personas).