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TEMA 3

DESARROLLO SOCIAL E INFLUENCIA GRUPAL DURANTE LA ADOLESCENCIA

3.1. Agentes socializadores durante la adolescencia

La socialización es un proceso basado en la transmisión-adquisición-interiorización


cultural que garantiza la reproducción y continuidad de los valores de una sociedad. Es un
proceso inacabable, desde el nacimiento hasta nuestra muerte, que transcurre en muchos
ambientes y en interacción con personas distintas.
Los diferentes intercambios sociales mantenidos modulan nuestra personalidad y
nuestro comportamiento conforme los valores y a las normas del lugar en el que se vive.
En la socialización cabe distinguir dos etapas :
Socialización primaria: Proceso de interiorización de las normas y valores que rodean al
niño. El papel de los adultos que están más cerca del niño es, por lo tanto, esencial.
Socialización secundaria. Proceso de interiorización, del adulto, de las normas y valores
que le rodean. Se presupone la existencia previa de un proceso de socialización primaria.
La socialización primaria y las primeras etapas de la socialización secundaria son
períodos particularmente importantes para el desarrollo social de los individuos.
Los agentes de socialización son los individuos e instituciones que imponen, directa e
indirectamente, las normas, los códigos de actuación y los valores que imperan en una
sociedad determinada, poseyendo pues el poder de influir sobre nosotros.
 FAMILIA: agente socializador por excelencia, cumple con el cometido de mantener y
socializar al niño. Contribuye a mantener el control social y la perpetuación de las
normas, reglas y valores sociales. Además, la familia funciona a modo de filtro respecto
de las relaciones sociales y los entornos en los que vaya estando el niño. La familia inicia
la socialización que posteriormente se complementará en la escuela.

Influencia del estilo de crianza: tiene que ver con la expresión de las emociones
parentales, con el nivel de exigencia hacia los hijos y con el tipo de comunicación
mantenido en la familia y será relevante en el desarrollo psicológico y social de los niños.
Hay 4 estilos de crianza y cada uno tiene una serie de efectos en los hijos: 
Autoritativo (democrático). Los cuidadores establecen a los niños unas normas y límites
claros, dedican tiempo a comprender a los niños y a explicarles el porqué de las reglas.
Resultan niños con confianza en sí mismos, buen rendimiento escolar y salud mental y
pocos problemas de conducta.  Autoritario. Los
cuidadores muestran un alto nivel de control sobre los niños y son muy estrictos en la
relación con ellos. Buscan que los niños cumplan sus órdenes sin ningún tipo de
cuestionamiento. No demuestran afecto de una forma explícita. Resultan niños
obedientes y enfocados al trabajo, con poca confianza en sí mismos, pueden ser rebeldes
y hostiles y tener problemas de depresión.  Permisivo.
Normalmente aplican pocas reglas de comportamiento a sus hijos y demuestran su
afecto abiertamente. Son permisivos. Son niños con confianza en sí mismos, con poco
malestar psicológico, pero con problemas de conducta y adicciones.  Rechazantes,
negligentes e indiferentes. No muestran interés por controlar a sus hijos ni relacionarse
afectivamente con los mismos. Son niños con problemas escolares y psicológicos y
muchos problemas de conducta y abusos de drogas.
Apego: vínculo existente entre los cuidadores y el niño. Las conductas de apego derivan
de las respuestas positivas mantenidas en el tiempo por parte de los cuidadores, en
especial la madre. La forma en la que los cuidadores se comporten con los niños
favorecerá que estos muestren un tipo de apego u otro. Hay 3 tipos de apego: 
Apego seguro. Es el tipo más habitual. Los cuidadores suelen mostrarse disponibles y
ofrecen contacto al niño cuando llora. El niño tiene confianza en la disponibilidad,
comprensión y ayuda que la figura parental le dará en situaciones adversas y se basa en
su figura de apego para explorar el medio de forma tranquila. En la etapa adulta, suelen
ser personas estables y que se relacionan de forma adecuada con los demás.
 Apego inseguro evitativo. Los cuidadores suelen demostrar a una mezcla de angustia,
rechazo, repulsión y hostilidad y actitudes controladoras, intrusivas y sobreestimulantes.
Los niños no reciben la adecuada atención o cuidado de forma constante, sintiéndose
desprotegidos. El niño no se respalda en la figura de apego para explorar el medio. En la
etapa adulta, se convierten en personas que tienen más problemas para relacionarse
socialmente y suelen sentir mayor inseguridad en todas las etapas de su vida.
 Apego inseguro ambivalente/resistente. Falta de «sincronía emocional» con el bebé,
producida por la ausencia de la disponibilidad física y/o psicológica del cuidador. Los
cuidados son incoherentes, inconsistentes e impredecibles. Los niños muestran ansiedad
ante la separación respecto a su figura de apego, pero muestran enfado y rechazo cuando
esta vuelve. Por tanto, no les gusta explorar el medio sin su figura de apego, pero a la vez
la presencia de esta no les aporta suficiente confianza.

 GRUPO DE IGUALES: Son los grupos configurados por personas que gozan de un estatus
parecido. Son esenciales durante el proceso de socialización del menor. En el grupo de
iguales, el niño aprende valores como la amistad, la rivalidad o la cooperación, así como
comportamientos ante determinados estímulos. La principal función socializadora del
grupo de iguales es favorecer la autonomía y libertad individual del sujeto . Además, la
interacción entre iguales permitirá el replanteamiento de determinados conocimientos,
ideas, valores, etc., promoviendo el desarrollo cognitivo y el desarrollo moral. Durante la
adolescencia, surgen la amistad y la deselección, los sujetos con menos relaciones
amistosas muestran un menor rendimiento académico y menos conductas sociales
positivas además de participar en menos actividades de aprendizaje.

 SISTEMA EDUCATIVO (ESCUELA): cumple una serie de funciones: asegurar la continuidad


social, promover el cambio social, ejercer un control social y adaptar a los individuos al
grupo. La escuela (o centro educativo) comparte importancia a nivel «socializador» desde
los primeros años de vida con la familia y es el contexto en el que se desarrolla gran
parte de la socialización con el grupo de iguales en infancia y adolescencia.
La escuela favorecerá la socialización, es un contexto en el que se inculcarán
conocimientos, habilidades, actitudes e intereses que le permitirán desempeñar un rol
social y desarrollarse como sujetos plenos dentro de la sociedad. Asimismo, la escuela
también tiene una función renovadora de estructuras sociales, ya que le aporta al sujeto
otras perspectivas que le permitirán alcanzar una autonomía respecto a las figuras
paternas. A través de la educación y el aprendizaje, el individuo podrá interiorizar todos
los elementos de su cultura y grupo social, por lo que la escuela se convierte en un agente
imprescindible en la socialización de los adolescentes. El sujeto adquirirá normas y
valores que podrá aplicar en etapas sucesivas dentro del conjunto social.
 MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS: televisión, la radio, la prensa e Internet, se
encargan de transmitir e informar sobre los acontecimientos, tienen también la función
de entretener y funcionan como modelos de comportamiento. Su influencia sobre el
individuo es cada vez mayor, principalmente, a largo plazo. Los medios de comunicación
son capaces de cambiar actitudes y comportamientos en las personas, condicionando
tanto su vida como la sucesión de los fenómenos sociales. En la era digital se han
convertido en una fuente imparable de recursos simbólicos para los jóvenes, siendo las
redes sociales el medio de comunicación que ha adquirido mayor relevancia entre los
adolescentes, la gestación y el desarrollo de movimientos sociales y culturales juveniles a
través de las redes sociales demuestran que estas van más allá de lo que significa ser un
medio de comunicación más, y se manifiestan como una relación social plena.

3.2. Redes sociales: influencia en la socialización adolescente y riesgos:

La aparición y desarrollo de diversas plataformas y redes sociales en los últimos tiempos,


unido a la mayor facilidad de acceso por parte de los jóvenes, ha incrementado de forma
muy acelerada el uso que niños y adolescentes hacen de ellas, dando lugar a la
alfabetización mediática. que puede describirse a través de cuatro habilidades:
Acceder a la información, analizar la información de manera crítica, evaluar la
información desde una perspectiva racional y capacidad de crear mensajes en una
variedad de contextos virtuales.
Hay que tener en cuenta los beneficios y riesgos derivados del uso de redes sociales:
Beneficios: estimula determinadas regiones cerebrales, aumentando la memoria de
trabajo. Ayuda a hacer frente a varios estímulos de manera simultánea y para tomar
decisiones rápidas.
Riesgos: abuso en el uso de las redes sociales conlleva depresión, TDAH, insomnio, ,
disminución del rendimiento académico y abandono escolar, problemas psicosociales y
fallos en la toma de decisiones.

3.3. El papel del grupo en el desarrollo social:

Durante la adolescencia, los iguales se convierten en referentes muy importantes en la


vida del individuo, lo que implica que los diferentes grupos sociales tomen gran
relevancia, teniendo aspectos positivos y negativos.
Como aspectos beneficiosos el hecho de que el individuo se sienta protegido y
acompañado dentro del grupo social, favoreciéndose el aprendizaje y el desarrollo moral.
También aportan bienestar emocional, mejora del autoconcepto y la propia autoestima.
Otros efectos:
 Efecto de facilitación social. La simple presencia de otras personas reforzará el
rendimiento en tareas bien aprendidas y simples (multiplicaciones simples) mediante
procesos de observación y repetición, pero puede entorpecer la realización de tareas más
complejas.
 Efecto de desindividualización. Cuando el individuo interioriza las normas de un grupo
y se mimetiza con él, pierde relativamente su sentido de identidad individual. Este
anonimato, que se produce en grupos grandes o multitudes ya que al saberse no
observado y poderse esconder, el individuo es más proclive a llevar a cabo conductas no
deseables y/o anti-sociales.
 Efecto de holgazanería social. Los grupos pueden mostrarse menos productivos que los
individuos de manera aislada, debido a un déficit motivacional ya el grupo suele seguir el
ritmo del miembro más lento, entorpeciendo así el ritmo grupal.
 Efecto de polarización grupal. Los grupos tienden a polarizar sus opiniones. Es decir, en
grupo se tiende a pensar y a tomar decisiones más extremas que las que tomaría en
individuo de manera aislada. Además, los grupos suelen sobreestimar sus posibilidades
de éxito e ignorar la información negativa, lo que tiende al optimismo excesivo y la
ilusión de invulnerabilidad.
 Efecto de la presión hacia la conformidad, la autocensura. Los grupos tienden a
rechazar a aquellas personas que presentan una oposición respecto a las ideas
predominantes. A su vez, se tiende a ocultar información relevante que iría en contra de
los intereses del grupo, creando una cierta ilusión de «unanimidad».

La pertenencia psicológica a grupos y categorías sociales está asociada con una amplia
variedad de fenómenos. El endogrupo es el grupo social con el cual una persona se
identifica psicológicamente como miembro. Por el contrario, el exogrupo es un grupo
social con el que un individuo no se identifica. Algunos de estos fenómenos son:
 El sesgo endogrupal: preferir siempre que el propio grupo salga beneficiado.  La
derogación del exogrupo: considerar que el exogrupo amenaza al endogrupo.  La
influencia social: adaptarse a las normas del endogrupo.  La
polarización de grupo: tomar decisiones más extremas.  La
homogeneidad de grupo: percibir que el propio grupo comparte de manera homogénea
características positivas.
El individuo rinde más, tanto académica como profesionalmente, y se siente mejor a
nivel emocional en grupos considerados pequeños (no más de seis personas).

3.5. Estatus sociométrico del individuo:

El estatus sociométrico de un individuo en un grupo determinado se obtiene llevando a


cabo un sociograma, previo cuestionario sociométrico, obteniendo información acerca de
cómo los sujetos se perciben entre ellos y a sí mismos dentro de su grupo de iguales, es
uno de los indicadores de ajuste más fiable en la adolescencia, relacionando el ajuste
escolar con los problemas de conducta y aislamiento. Hay 5 categorías sociométricas:
 Populares. niños que colaboran con sus iguales y saben iniciar y mantener relaciones
positivas. Poseen una buena competencia comunicativa y conversan y escuchan de forma
activa a los otros. Participan en las actividades escolares pero no interrumpen al grupo.
Son capaces de resolver conflictos. No son agresivos, pero tampoco pasivos.
 Rechazados. Si es rechazo-agresivo, son niños con una conducta disruptiva y suelen
mantener conflictos con sus iguales. No se adaptan al contexto escolar y muestran
dificultades para colaborar, queriendo un un papel dominante en las situaciones.
Interrumpen las actividades colectivas. Puede haber rechazo por otras circunstancias
(retraimiento social del sujeto). Suelen presentar déficits en el procesamiento de la
información social.
 Controvertidos. Son niños que destacan entre el grupo de iguales. Manifiestan
características de los niños populares, pero también de los niños que del tipo rechazo-
agresivo. En muchas ocasiones son percibidos como líderes y muestran conductas de
ayuda y cooperación, pero en muchas ocasiones también muestran conductas agresivas y
antisociales. Suelen inhibir el comportamiento hostil en presencia de adultos.
 Ignorados. Son aquellos niños que pasan desapercibidos dentro de su grupo de iguales y
permanecen aislados. No interaccionan con sus pares y no muestran conductas sociales
negativas, pero tampoco prosociales. Son mejor percibidos por el docente que por parte
de sus iguales, puesto que su comportamiento suele ser bueno.
 Promedio. Los niños promedio son el grupo sociométrico más frecuente. Sus conductas
positivas y negativas se encuentran en niveles medios.

3.5. Consideraciones para el profesorado:

 Propiciar una comunicación constante y fluida entre la familia y el centro.


 Tener en cuenta los contextos sociales propios y las diversas situaciones del alumnado
para comprender por qué, en ocasiones, un chico o una chica se comporta de
determinada forma.
 Integrar las TIC en situaciones de enseñanza-aprendizaje, tratando de educar en su uso
y, por tanto, en el de las redes sociales, siendo conscientes de sus beneficios y riesgos
 Mostrarse en el aula como una figura afectuosa y que demuestra interés por sus
estudiantes pero estableciendo a la vez límites claros y congruentes.
 Como docentes tenemos la oportunidad de asumir un papel significativo en lo que se
refiere a desarrollo personal y social de los estudiantes.

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