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Actitud emprendedora

Es una actitud que implica desear cambiar las cosas, ser una persona observadora, luchadora y
ante todo positiva. Una persona emprendedora tiene la capacidad de identificar oportunidades
donde otra solo nota un problema o simplemente no lo nota. Tiene la capacidad de organizar los
recursos necesarios y gestionarlos hasta alcanzar sus objetivos.

Todos los emprendedores tienen unas ciertas actitudes en común, necesarias para mantenerse al
frente de su negocio en los mejores y peores momentos.

Estas actitudes se pueden desarrollar, impulsadas por el deseo de crear tu propio negocio, y
gracias a tu talento y la energía positiva alcanzar el éxito:

Lo más importante que debes tener es actitud positiva. Es una actitud que debes conservar
durante toda tu vida. Para crecer has de mantener un nivel alto de optimismo y ambiciones,
siempre desde una visión de la realidad. La actitud positiva te ayuda a mantenerse fuerte en los
momentos más complicado o más decisivos, ver el lado bueno de las cosas y del esfuerzo te
ayudará a no tirar la toalla. La clave del éxito de tu negocio está dentro de ti.

Ambición y ganas de avanzar. Una actitud conformista no es tu aliada. Si quieres llegar más lejos
no debes conformarte ni acomodarte. Por eso es muy recomendable establecer tus propias metas
en periodos, para no olvidarte de perseguir tus objetivos y mantener siempre la ilusión de
emprender.

Mentalidad abierta al cambio. Una actitud muy importante antes de afrontar un proyecto es ser
consciente de que en ocasiones, es posible que te equivoques, no pasa nada, no serás la primera
persona a la que le sucede. Quizás tu proyecto está mal enfocado en la práctica pero tu idea es
muy buena y por otro camino puedes salvarla. Mantente siempre abierto al cambio.

Cuidar a tu equipo. Necesitas un equipo en el que confiar y que esté cualificado para las tareas que
vayan a desempeñar. No puedes abarcar todos los ámbitos, por eso, contar con expertos en las
materias es imprescindible. Cuida a tu equipo y haz que se sientan cómodos trabajando contigo.
Cuando tu equipo se siente parte importante de la empresa dará todo de sí para crecer y llegar
más lejos.

Ganas y entusiasmo por aprender. Por el camino te cruzarás muchos conceptos nuevos, las formas
de hacer negocio cambian a pasos agigantados, por eso, siempre tendrás que estar en constante
formación. Nunca puedes decir que sabes suficiente; amplia tus conocimientos en diversas áreas y
podrás aportar más a tu equipo y tener conocimientos para decidir que estrategias funcionan.

Constancia y paciencia. Para llegar a las metas que te propones en tu plan, hay que comenzar con
pequeños pasos que muchas veces te resultarán frustrantes, por eso, debes mantener un ritmo
constante y mucha paciencia. Hay que seguir adelante en los momentos en que las cosas no
avanzan tan rápido. Una cualidad que no puede faltar en un emprendedor.

Administración del tiempo

La gestión del tiempo, organización del tiempo o administración del tiempo es el proceso de
planear y ejercitar el control consciente del tiempo empleado en actividades concretas,
especialmente para aumentar la eficacia, la eficiencia o la productividad.

Cuando se aprende a administrar el propio tiempo, mejora nuestra capacidad de concentración. Y


un mayor enfoque genera una mayor eficiencia. Gestionar el tiempo nos permite realizar las tareas
con más rapidez y que la jornada laboral sea más efectiva y se aproveche mejor.

Inteligencia emocional

La inteligencia emocional refiere a las capacidades y habilidades psicológicas que implican el


sentimiento, entendimiento, control y modificación de las emociones propias y ajenas.

Una persona emocionalmente inteligente es aquella capaz de gestionar satisfactoriamente las


emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.

Las personas que tienen una baja inteligencia emocional no acostumbran a lidiar de forma positiva
con sus sentimientos. Suelen tragárselos y acumularlos, hasta que finalmente llegan a explotar,
provocando sensaciones como tensión, estrés y ansiedad.

Existen dos formas elementales de inteligencia emocional:

Inteligencia interpersonal. Implica entender y comprender las emociones de los otros y tener la
habilidad de reaccionar según el estado anímico del otro.

Inteligencia intrapersonal. Implica entender y comprender las propias emociones, de tenerlas en


cuenta al momento de tomar decisiones y ser capaz de regular las emociones según la situación.
Liderazgo

La palabra liderazgo define a una influencia que se ejerce sobre las personas y que permite
incentivarlas para que trabajen en forma entusiasta por un objetivo común. Quien ejerce el
liderazgo se conoce como líder.

El liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto y es capaz de tomar
decisiones acertadas para el grupo, equipo u organización que preceda, inspirando al resto de los
que participan de ese grupo a alcanzar una meta común. Por esta razón, se dice que el liderazgo
implica a más de una persona, quien dirige (el líder) y aquellos que lo apoyen (los subordinados) y
permitan que desarrolle su posición de forma eficiente.

La labor del líder consiste en establecer una meta y conseguir que la mayor parte de las personas
deseen y trabajen por alcanzarla. Es un elemento fundamental en los gestores del mundo
empresarial, para sacar adelante una empresa u organización, pero también lo es en otros
ámbitos, como los deportes (saber dirigir un equipo a la victoria), la educación (profesores que
consiguen que sus alumnos se identifiquen con su forma de pensar) y hasta en la familia (padres o
hermanos mayores que son tenidos como absoluto ejemplo por parte de sus hijos, por ejemplo).

Las bases para ser un buen líder son: mantenerse al tanto de lo último en el campo en el que se
desarrolla el trabajo, observar la labor de otros líderes y modificar la forma de trabajo siempre que
sea necesario. Por otro lado, las cualidades que debe tener alguien que ejerce el liderazgo son:
conocimiento, confianza, integridad,y, por su puesto, carisma para inspirar a sus subordinados.

Los mejor líderes son aquellos que son visionarios, que son capaces de comprender las situaciones
productivas para la empresa antes de que estas se presenten, son innovadores y están a favor del
cambio.

Pero tener una buena idea no basta para convertirse en líder, es necesario saber llevarla a cabo y
convencer a los que te rodean de que dicha idea es el mejor invento en el que se haya pensado
jamás y que tiene como objetivo resolver nuestros problemas más importantes. Si conseguimos
cautivar al público con nuestra idea, posiblemente nos convirtamos en un líder visionario y
valorado por el entorno.

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