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Tema: Teología Elohista1

En el presente escrito pretendo hacer un acercamiento a la teología Elohista,


caracterizada por haberse construido a partir de una redacción escrita. Adicional a
esto en un primero momento iré directamente a la teología elohista para luego
dirigirme a su patria y fecha de composición. Adicional, trataré su marco religioso para
posteriormente tenerme en su fundamentación.

En lo que se refiere a la Teología Elohista (E) hay muchos autores que ponen en
duda la existencia del Elohista como fuente independiente. Con todo es menos unitaria y
en cambio es más fragmentaria. Dichos autores en palabras de Gonzales sostienen que
la supuesta distinción entre J y E no es clara y que los pasajes atribuidos a E se presentan
más bien como adiciones y correcciones tendentes a depurar moral y religiosamente los
relatos de J. Es decir, según estos críticos, E no ha existido nunca como fuente autónoma e
independiente. Se trataría, pues, de una segunda edición ampliada y revisada de J, hecha
primero oralmente y luego puesta por escrito.

También existen variables en su fecha como lugar de datación. Se le identifica con la


abreviación E ya que esta letra en el contexto de la teología elohista equivaldría a
Elohim, nombre que servía para identificar a Dios. Antonio Gonzalez en el texto afirma
que la tradición E fue compuesta en el reino del Norte. Así lo prueba la predilección que
tiene por sus ciudades y santuarios: Betel (Gen 28; 31; 35) y Siquem (Gen 33- 35).
Silencia, en cambio, las ciudades del mar Muerto y los centros de Hebrón-Mambré, que
tienen en J una amplia cabida. Pero también está la opción de su creación a partir del
texto del Éxodo en el capítulo 3, a partir de la revelación de Moisés. Correcto o en
igualdad de condiciones al comparar con otros autores es el lugar de composición, en
el reino del norte de Israel, siglos IV al III a.C.
En lo que corresponde a su fundamentación o temáticas desarrolladas en la teología
Elohista se encuentra de lleno el nombre de Yahvé y el profetismo o aquellos hombres
que se pusieron a su servicio y recibieron el nombre de siervos y profetas.
De cara a la situación religiosa en que se encontraba el pueblo cabían dos posturas
distintas. Una postura ecumenista que, sin ceder en los principios, no tuviese
inconveniente en acercarse a la religión cananea para darla la batalla en su propio
terreno. Dentro de este tema es importante resaltar que en esta teología (E) el nombre
de Dios se restringe en el diálogo con los hombres, se utiliza o se prefiere hablar de
mensajeros mediadores o una comunicación a través de los ángeles. Por ellos, el E, no
solamente presenta afinidad con el movimiento profético, sino que además deja traslucir
sus simpatías por él. Si se exceptúa Ex 7, 1, perteneciente a P, todos los demás pasajes de
los cuatro primeros libros del Pentateuco en que se lee la palabra "profeta"
corresponden a E, el cual no tiene inconveniente en retrotraer el profetismo hasta los
1
Gonzalez, Antonio. PENTATEUCO. Cursos Bíblicos / A DISTANCIA. Editorial PPC. Madrid. 1971. 95-118
tiempos antiguos, hasta calificar de profetas a Moisés (Nu 12, 4-10), a María (Ex 15, 20)
y a Abraham (Gen 20, 7).
Frente a J, que presentaba a Dios actuando como un hombre en un lenguaje lleno de
antropomorfismos y a diferencia de Oseas, que empleará para hablar de las relaciones
entre Yavé y el pueblo la imagen de la unión conyugal, el E se muestra preocupado por
salvaguardar la transcendencia divina. Esta teología además se caracteriza por abrirse
o ir en la defensa de la mujer.

Por: Farud Ignacio Bríñez Villanueva

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