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David Alexander Ochoa Vargas/ III Discipulado / Pentateuco

ORIGEN DEL PENTATEUCO


Los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, son conocidos tradicionalmente como
Pentateuco. Es la historia de la fundación de Israel, en el que se relatan sus orígenes y el
mensaje central de su alianza con el hombre y la respuesta de éste a Dios.
La palabra “Pentateuco” viene de la lengua griega y significa “Libro de los cinco rollos”:
Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio. Estos libros son considerados como
una sola unidad. Y se les llama la Torah o Ley. Se llamaba la Ley porque lo fundamental de
estos libros era la ley de Moisés, dada por Dios en el monte Sinaí, es decir, los preceptos
que regulan la vida moral, social y religiosa del pueblo.
Tradicionalmente se atribuyó a Moisés la autoría del Pentateuco, pero estudios recientes
han llegado a la conclusión de que él solo no pudo ser el único autor de los cinco libros. Él
es el autor substancial, pero, durante largos años y en diversos momentos de la historia de
Israel, otros autores fueron añadiendo elementos y reformulándolos.
Ahora bien, en cuanto a la formulación de una hipótesis que nos acerque al origen del
pentateuco encontramos la hipótesis Documental junto con sus cuatro fuentes.
La hipótesis documentaria, hipótesis documental (DH) o hipótesis de Wellhausen, propone
que los primeros cinco escritos del Antiguo Testamento (Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio, que juntos se conocen como la Torá o Pentateuco) son una
combinación de documentos que provienen de cuatro fuentes de origen y narrativa
originalmente independiente, que eran fuentes paralelas, y que se combinaron
posteriormente por una serie de redactores (editores) y dieron origen al Pentateuco como lo
conocemos en la actualidad.

La hipótesis fue desarrollada durante los siglos XVIII y XIX en un intento por reconciliar
las incoherencias del texto bíblico. A finales del siglo XIX se acordó, en general, que había
cuatro fuentes principales que fueron combinadas por una serie de redactores (R) en algún
punto de la historia dando origen a los libros conocidos hoy en día. Estas cuatro fuentes
eran la yahvista o jehovaísta (J); la elohista (E); la deuteronomista o deuteronómica (D), y
la sacerdotal (P).
a) Tradición yavhista: designada por la letra “J”. Es llamada así porque desde el principio
llama a Dios “Yavhé”. Nació en la época de Salomón hacia el año 950 a.C. en los
ambientes regios de Jerusalén. Características: estilo muy concreto, expresivo y dramático;
imágenes vivaces; personajes, lugares y costumbres del pueblo precisos; Dios es presentado
con imágenes muy humanas y populares (trabaja con el barro, pasea por el Edén, cierra la
puerta del arca, visita y come con Abraham, etc.). En esta tradición, la salvación del pueblo
estriba en la posesión de la tierra prometida: Canaán.
b) Tradición eloísta: designada por la letra “E”. Es llamada así porque llama a Dios
“Eloím”. A los cananeos los llama amorreos. Al monte Sinaí lo llama Horeb. Nació
David Alexander Ochoa Vargas/ III Discipulado / Pentateuco

posiblemente después de Salomón, en el reino del Norte, después que el pueblo se dividió
en dos. Las páginas de esta tradición están marcadas por la predicación de las profecías de
Elías y Oseas y da mucha importancia a los profetas. Características: es menos dramático y
menos concreto; presenta el mensaje religioso con más reflexión y tiene una fina
sensibilidad moral; ve a Dios no de forma humana como “J”, sino tiende a espiritualizar la
imagen de Dios: prohíbe sus representaciones (cf. Ex 24, 10), casi nunca Dios interviene
personalmente, sino sólo a través de sueños, visiones o milagros. En esta tradición, la
salvación del pueblo consiste en la Alianza de Amor con Dios, y no en la tierra prometida.
La Alianza es el verdadero tesoro de Israel.
c) Tradición deuteronomista: designada por la letra “D”. El autor de este documento no
se conoce, pero debió ser un levita (sacerdote) de los que peregrinaban de pueblo en
pueblo, inculcando la fidelidad a la alianza con Dios. Características: tiene semejanzas con
el eloísta; la figura central es Moisés, pero un Moisés orador, legislador, y no un Moisés
liberador; no es una narración histórica, sino un código de leyes; la historia del pueblo está
presente indirectamente; estilo exhortativo; se insiste mucho en el tema de la elección.
d) Tradición sacerdotal: Designada por la letra “P”. Nació durante el destierro en
Babilonia, cuando los sacerdotes releen sus tradiciones y su ley para mantener la fe y la
esperanza del pueblo. Características: forma de hablar solemne, litúrgica y abstracta; se
preocupa de enseñar, especialmente las normas del culto; busca la precisión de las fechas,
cuida la cronología; Dios es presentado de una manera más espiritual y abstracta (es
“Espíritu”, es “Palabra”, Gn 1,2).
La teoría documentaria se ha convertido, en lo que al pentateuco se refiere, en la hipótesis
de trabajo más extendida y aceptada por exegetas e investigadores desde finales del siglo
pasado hasta los inicios del último cuarto del siglo actual.
Para concluir decimos que el mensaje de salvación que Dios quiere darnos se esconde
debajo de la historia, leyes, costumbres de un pueblo determinado: Israel. La verdad que el
Señor quiere darnos en el Pentateuco, no está en los hechos en sí mismos, sino en el
mensaje o enseñanza que el escritor sagrado quiere darnos, a través de esos acontecimientos
particulares. La Biblia, entonces, hay que leerla, no como si fuera un libro de historia, sino
como un libro de fe y de salvación.
ORACIÓN: Señor, que el estudio de tu Santa Escritura, me llene de amor por ti por
haberme creado, de celo ardiente por tu santa Gloria para defenderte siempre y de fidelidad
a tu Ley santa. Te amo, Dios mío. Ten misericordia de mí. Amén.

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