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Simposio, 2007
La Queja, instrumento
indispensable para la mejora
de la calidad en la atención
de los Servicios de Salud
“La Queja, instrumento indispensable para la mejora de la calidad de la atención en los
Servicios de Salud”
Editor
Dr. Germán Fajardo Dolci
Coordinador Editorial
ISBN 978-970-721-494-1
®CONAMED
Impreso en México
Derechos Reservados:
Comisión Nacional de Arbitraje Médico
Mitla No. 250 esquina Eugenia Col. Narvarte, C. P. 03020
Deleg. Benito Juárez México, D. F. Tel.: 5420 7103
Memoria del Simposio 2007 Conamed “La Queja Médica Componente Indispensable de la
Calidad de la Atención Médica”
1a Edición, México, D. F., 2008. Todos los derechos reservados. Edición a cargo de la Di-
rección General de Difusión e Investigación de la CONAMED.
Producción Editorial:
Palabras de Bienvenida
Dr. Germán Fajardo Dolci
Mensaje Inaugural
Dr. José Ángel Córdova Villalobos
Señoras y señores:
Nos convoca hoy un gran motivo, el inicio del Simposium CONAMED 2007
“La Queja, Instrumento Indispensable para la Mejora de la Calidad de la Aten-
ción de los Servicios de Salud”. Hace 11 años un grupo de visionarios funcio-
narios públicos mexicanos, conceptualizaron y pusieron en marcha a la
CONAMED e iniciaron esta historia que hoy a todos nos toca continuar. Los
simposios nacidos como firme expresión del propósito de favorecer el desa-
rrollo de la solución de controversias médicas, desde entonces y hasta hoy se
han podido continuar año con año, reafirmando metas y caminos, los más
apropiados para todos. Gracias a los que nos han precedido el simposio tiene
nombre, presencia y trascendencia; a los excomisionados y a los que han
participado en la construcción y fortalecimiento de la Comisión nuestro re-
conocimiento. Además haberse convertido ya en una tradición donde se ha
discutido sobre la calidad de los servicios de salud, la mejora de la relación
médico-paciente, la comunicación humana, la prevención del conflicto, el
derecho sanitario, la naturaleza jurídica del acto médico, el error en la aten-
ción médica y la seguridad del paciente.
El actual Simposio está dedicado a la queja médica; es sobre todo un foro
donde tendremos la oportunidad de analizar, debatir y profundizar acerca de
uno de los componentes fundamentales del Sistema Nacional de Salud y la
protección al usuario de los servicios de salud. En nuestra opinión la queja
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recibe hoy el Certificado Integral ISO 9001-2000 para las áreas sustantivas de la
Comisión, esto es orientación al ciudadano, conciliación y arbitraje; de esta ma-
nera la CONAMED, se alinea de manera estratégica al programa de mejoramiento
de la gestión de la Secretaría de la Función Pública.
Deseo resaltar y agradecer al Dr. Philippe Lamy, Representante en México
de la Organización Panamericana de la Salud, su ayuda y cooperación para la
realización de este simposio; contamos con asistentes y ponentes de Argen-
tina, Costa Rica, España y Estados Unidos, a quienes les agradecemos se
hayan tomado el tiempo de compartir las experiencias de sus países con
nosotros. Estamos seguros que sus conceptos nos serán no sólo de interés,
sino de gran utilidad. De igual manera contamos con asistentes de los 32
estados de la República Mexicana y prácticamente de todas las instituciones
del Sector Salud del País.
Sr. Secretario, es responsabilidad fundamental del estado mexicano, la de ga-
rantizar y proteger los derechos de los individuos y de la sociedad, atender y dar
curso a las demandas sociales; la queja médica es una de ellas. El arbitraje médico
es una opción que ofrece mecanismos idóneos para solución de controversias
entre las instituciones, los médicos y sus pacientes y debe tener una mayor in-
fluencia en la mejora de la calidad de los servicios médicos. Como mexicanos y
como servidores públicos, es nuestra obligación, no ser parte pasiva de la socie-
dad, simples críticos y observadores; tenemos que ser parte activa de ella misma,
que la oriente y la transforme; tenemos el compromiso con la nación y con noso-
tros mismos de tener una sociedad mejor informada, participativa, que conozca
y ejerza sus derechos, así como de ofrecer una atención médica más justa, más
humana y al alcance de todos.
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Palabras
del Dr. José Ángel Córdova Villalobos,
Secretario de Salud
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que lleva debajo del brazo un montón de documentos que ha extraído del
Internet y que está deseoso de comentar con su médico. Usuarios completa-
mente distintos; el primero percibe la atención sanitaria de una forma dife-
rente, ha vivido unas carencias, ha vivido una situación tan difícil por lo que
respecta a la atención sanitaria, que valora lo que le dan; la otra persona
joven siempre ha vivido en la situación en que la atención sanitaria le alcan-
zaba completa y desde su nacimiento y sólo ve, sólo percibe las deficiencias,
sólo se fija en ellas; esto plantea y se los voy ir exponiendo a lo largo de mi
presentación, situaciones completamente distintas en el plano sanitario.
Inevitablemente el tercer pilar sobre el que debe asentarse es la humani-
zación, estamos hablando de los bienes jurídicos como he anticipado, lo más
querido de una persona su salud y su vida; cualquiera soporta un bache en
una carretera, un retraso de un medio de transporte, pero nos es más difícil
de soportar una deficiencia en el medio sanitario; los bienes a los que alcan-
za son mucho más queridos por cualquiera de nosotros en esta humanización
en la asistencia sanitaria.
Quiero resaltar que no solamente es del medio sanitario hacia el paciente;
hay dos vertientes en la humanización de la asistencia; el paciente, debe ser
tratado de forma humana o humanitaria por el medio sanitario y profesiona-
les; pero también ha de portarse de esta forma y bajo esta condición con sus
semejantes, porque el principio de equidad y de justicia del sistema sanita-
rio, exige que nadie haga posición de abuso de su actuación en el sistema
sanitario; cuando alguien abusa de su posición en el sistema sanitario, puede
estar desalojando de la posición de uso de otro usuario; puede estar perjudi-
cando en tiempo o en modo, esto es algo presente en cualquier sistema
sanitario evolucionado y debe de considerarse.
Pero si hablamos de una relación del sistema sanitario hacia los pacientes,
de los profesionales hacia los pacientes, debemos siquiera dejar reflejado,
me interesa dejar reflejado, cuáles son las condiciones legales que existen.
Digo: se ha escrito sobre esto créanme que se puede resumir tan sólo en tres
cosas, luego de cada una de ellas escribimos libros pero tan sólo en estos tres
aspectos.
En primer lugar tiene que actuar el profesional habilitado, si no estamos
en el terreno del intrusismo; ustedes saben este profesional habilitado, nece-
sita además actuar bajo el consentimiento del paciente, practica una ampu-
tación en un quirófano. Una amputación quirúrgica es impune, el derecho
no tiene nada que hacer contra ese profesional que la ha realizado, pero sólo
por una cosa, porque el paciente la ha consentido y porque además si así
ocurre, ha actuado conforme a la lex artis; tan sólo estos tres elementos
forman una ampliación jurídica correcta; una persona puede ser un profesio-
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Pues bien, todo esto debe de ser remarcado bajo un principio fundamen-
tal que me parece a mí en materia de responsabilidad sanitaria y es que la
medicina, medicina tradicional, medicina curativa, no me estoy refiriendo a
la medicina satisfactiva, a la cirugía estética, etc., es una obligación general
de medios, en el sentido de que el profesional sanitario, el sistema sanitario
de lo que responde, es de haber proporcionado al paciente la asistencia que
bajo las condiciones de evolución del estado de la ciencia y de los medios
disponibles en ese momento, está obligado a dispensar pero nada más.
El profesional sanitario está obligado a bien hacer, pero no está necesaria-
mente a bien conceder. Esto es fundamental entenderlo para comprender
perfectamente el complejísimo mundo de la responsabilidad sanitaria. Ya
han sido mencionados aquí antes de mi intervención, los efectos adversos,
los resultados no deseados, todo esto en el mundo de la medicina, está siem-
pre presente y que ocurra una desgracia de éstas, no quiere decir que haya
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una responsabilidad del medio sanitario, con independencia como les digo
de los parámetros de la responsabilidad objetiva, que no es el momento de
analizar pero si me interesa dejar esto resaltado.
¿Cuáles son las demandas actuales del usuario de la salida? Yo les puedo
decir que extraídas de mi experiencia profesional en la oficina del Defensor
del Paciente de la cual soy Director Técnico, como de mi experiencia anterior
en defensorías de salud, son las siguientes, las resumo:
Primero, el lenguaje: el paciente necesita entender lo que se le dice en el
medio sanitario. El profesional sanitario que le dice al paciente: “oiga le voy
a prescribir una analgesia, a ver si le revienta su cefalea”, evidentemente
esto técnicamente, es conciso, es perfecto y entre colegas se entiende per-
fectamente; pero una persona de extracción cultural baja, incluso media en
algunas ocasiones, puede tener ciertas dificultades para entender esto; “le
voy a recetar algo para ese dolor en cabeza, ya me dirá usted como le va”, es
mucho más asequible; este profesional no se degrada por acercarse a ese
diálogo con el paciente, es más, está cumpliendo una obligación legal, ética
y deontológica, hacerse entender por el paciente, sobre todo cuando ese
entendimiento lo necesita el paciente, que se encuentra en el terreno de la
información, para decidir.
Fíjense cuando yo era niño, teníamos un álbum de cromos que se llamaba
algo así como: “El Futuro en el Año 2000”, y a los atónitos ojos infantiles se
asomaban unos cromos llenos de robots, caminando por las calles y de plati-
llos volando, cuajando el cielo. Llegó el año 2000 y no hemos visto nada de
eso, pero sin embargo, hemos asistido a algo que en aquel álbum era inima-
ginable, hemos podido ser capaces de hablar con un celular desde una playa
o desde lo alto de una montaña, con el otro lado del mundo: esto ha confor-
mado unas realidades que ni siquiera sospechábamos.
Yo recuerdo que tenía un amigo que era hijo de un ginecólogo muy pres-
tigioso y a la vivienda se accedía través de la consulta. En la consulta, en el
gabinete del doctor, había un diccionario que se llamaba el Espasa de 92
tomos, de lomo de piel y yo cada vez que pasaba por ahí de niño acompañan-
do a mi amigo decía: “¿cuánto debe saber Don Luis?”, porque yo veía esos
libros y hoy todo lo que he sabido de Don Luis y los 92 tomos del Espasa, se
queda pequeñísimo con un simple tecleado en Google. Ustedes teclean en el
Google y tienen una información cualquiera, que antes no se podía ni sospe-
char. La evolución la hemos tenido en la sociedad del conocimiento, en la
sociedad de la información, no en la del transporte, no en otras que antes
nos parecían que eran las que nos iban a sobrar; toda esta información, todo
este lenguaje, ¿en qué debe redundar?: en un trato humanizado, evidente-
mente en que el paciente sea capaz de ver, de comprender y así pueda deci-
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Pues sí todo esto es necesario preservarlo para cualquier enfermo. Debo enfa-
tizar que es especialmente importante para los colectivos sensibles; les recuerdo
que la palabra “enfermo”, viene de “infirmos” en latín, que significa sin firmeza; es
la persona que se encuentra en situación doliente, en el medio sanitario y que por
la falta de conocimiento técnico en el medio en el que se encuentra y esa situa-
ción doliente, se encuentra en una situación de especial vulnerabilidad. Estos
colectivos sensibles: menores, ancianos, enfermos mentales, deben de ser objeto
de una mayor intensificación en la protección civil y moral.
Pero esta percepción de cuáles son las demandas de los usuarios en el
sistema sanitario actual, va pareja con cuáles son las que se interpretan como
carencias. Fíjense, en mi país estas cuestiones son las que se interpretan
como carencias: la odontología no está en el sistema sanitario público; ahora
está entrando el nuevo ministro, está entrando para los menores tratamien-
tos de conservación dental. Debo añadir la salud mental, el hermano menor
que se llama allá en España, el hermano pobre de la atención sanitaria. Se
produjo en España, en el año de 1984, la desinstitucionalización, es decir se
entendió que en los enfermos mentales recluidos en los centros psiquiátri-
cos, debía de privar la libertad sobre otra cosa y se les desalojó de los centros
sanitarios. Pero se les desalojó sin ningún recurso intermedio preparado y ser
tutelados en centros de atención. Aquello tuvo unas consecuencias catastró-
ficas y hoy tienen mucha libertad, pero mendigan y vagan por las calles
muchos de ellos. No tienen más que ir a Madrid y ver cual es el retrato robot
del mendigo: es un enfermo mental, persona de mediana edad, normalmente
alcohólico, desarreglado; conforman como digo la mayoría de los mendigos,
los enfermos mentales. No hubo una solución adecuada a aquel problema y
evidentemente las prestaciones, en que podríamos llamar complementarias,
como: la fisioterapia, la fisiatría, la atención a colectivos especiales, la ge-
rontología en una sociedad en un producido envejecimiento, de los cuales
me voy a ocupar siquiera dos minutos de mencionarles.
Y la relevancia y trascendencia que tiene para el sistema sanitario y como
no, la creación de centros de referencia para enfermedades criónicas. Evi-
dentemente las perfecciones del usuario del centro sanitario, van en este
triple orden; ustedes saben que en los juegos olímpicos es el más rápido, el
más alto y el más fuerte. Aquí también hay tres más, mayor agilidad en la
gestión, más centros sanitarios y mayor número de profesionales. Esto es
utópico, evidentemente en un sistema con recursos limitados siempre se
dice que las necesidades en materia sanitaria son tendencialmente ilimita-
das, mientras que los recursos son lamentablemente limitados; esto confor-
ma una necesidad de actuar en el sistema sanitario, pero en España, al usuario
le preocupa el estancamiento del sistema.
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man por enojo, porque no se les ha explicado. Es un ámbito para recrear las
posibilidades de una buena explicación, hasta de una pedida de disculpa por
parte del profesional a la institución, pero también es un ámbito para hacer-
le entender al paciente y explicarle acerca del tratamiento instituido y que el
daño que ha tenido o el daño que dice tener, no responde a una negligencia
médica en definitiva. Es un ámbito muy propicio dada su inmediatez, su
realidad, su confidencialidad, para que el médico y el paciente como princi-
pales protagonistas, alcancen un acuerdo, porque en los juicios, los principa-
les protagonistas son los abogados mediante un procedimiento escrito; para
que aquí en un ámbito de negociación y de conversación, el médico y el
paciente puedan analizar lo que ha pasado o en su caso brindar respuestas
alternas técnicas a la atención médica brindada.
La ventaja también de la mediación es que no se está frente a un juez que
tenga que dictar una sentencia técnicamente justa. En la mediación no, aquí
el mediador actúa como juez, el mediador actúa como un amigable compo-
nedor, en definitiva las partes acuerdan lo que para ellos es justo y eso es lo
que hace que el proceso de mediación sea una herramienta muy útil, porque
no está sujeto a la presión legal normativa que tiene el juez de dictar una
sentencia justa, en base a los presupuestos de las responsabilidad y en reali-
dad a los verdaderos alcances sufridos por el paciente. En la mediación no,
aquí pueden hasta soslayarse de alguna manera los requisitos de la responsa-
bilidad médica en definitiva, y hasta por razones de conveniencia llegar a un
amigable acuerdo.
Quisiera mostrarles algunas estadísticas. Nosotros hacemos mucho hinca-
pié en la prevención y allí pedimos a las instituciones y a los médicos que nos
comuniquen lo que llamamos eventos adversos a través de una consulta pre-
ventiva; por ejemplo, episodios que no necesariamente y mucho menos su-
ponen que haya habido un error médico, pero que pueden generar situaciones
de conflictividad: muerte súbita, caídas de la cama, fracturas graves mal
consolidadas, infecciones intrahospitalarias, parálisis braquial o parálisis ce-
rebrales. Entonces las instituciones nos comunican esos eventos adversos de
manera preventiva, para que evaluemos si la historia clínica es la adecuada,
para que le brindemos sugerencias de cómo atender esa complicación, qué
hay que aplicarle al paciente, cómo reconstituir la relación con el paciente,
con el que está padeciendo determinada complicación e, inclusive, muchas
veces aconsejamos una derivación o interconsulta médica; en definitiva se
trata de recibir la consulta, el evento adverso, para evaluarla
interdisciplinariamente y poder brindar consejos y sugerencias acerca de cómo
tratar esa complicación y cómo manejar en el buen sentido de la palabra, la
relación con el paciente en ese momento.
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por tanto se propicia para que éste sea un mecanismo que funcione adecua-
damente, es decir que cuando el paciente tenga derecho a acceder a presta-
ciones no cubiertas, rápidamente pueda obtener el beneficio pero cuando no
es así, no. De forma tal de no sobrecargar en demasía, la actividad judicial
que hace muchas veces que los propios pacientes se vean perjudicados por
ello; lo que consideramos que debería requerirse son estas cuestiones y que
son las que muchas veces no se evalúan al momento de conceder una medida
cautelar o dar lugar a una pretensión del paciente que reclama por una deter-
minada prestación médica.
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realidad hay que hacer algo, pueden estar muy molestos y su primera opción
es ir a las autoridades normativas y decirles por favor corrijan este problema.
El tercer tipo de queja es el que viene de personas que realmente quieren
ser parte del cambio de manera constructiva; son personas que quieren com-
partir su experiencia y confían en sus médicos, quieren trabajar junto con su
médico, a veces no tienen el camino para hacerlo, pero quieren compartir su
experiencia y ser parte de este cambio. Sabemos de cuando menos nueve
estudios realizados en Estados Unidos y Gran Bretaña, en que se trata de un
deseo muy importante, tanto pacientes como para familias, que han experi-
mentado error médico, que quieren sentarse a hablar, asegurarse de que el
sistema de salud en el que puedan confiar, entiendan lo que ha ocurrido
desde su punto de vista y quieren ser parte del cambio.
Voy a hablarles de esfuerzos en materia de reforma, dirigidos a alinear
este tipo de procesos de queja, con lo que estamos tratando de lograr, con el
movimiento de seguridad del paciente. Este movimiento tienen varias facetas
como mencioné, pero lo fundamental de este movimiento es la apertura,
sobre que es lo que marchó mal, que es lo que falló; solamente hablando de
eso y hablando abiertamente, es lo que puede ayudarnos a avanzar, es lo que
los expertos en ingeniería y seguridad llaman el tesoro, es como podemos
apoyar los valores y apreciando la información es de la que podemos apren-
der cómo es el proceso de queja, podemos lograr que trabaje este compromi-
so hacia la apertura; cuando menos en Estados Unidos, hay mucha
confidencialidad en la información, se protege los expedientes médicos y
muy poca gente puede verlos.
Veamos ahora las quejas que persiguen obtener una compensación. Son
los reclamos que se hacen dentro del sistema legal, persiguiendo una com-
pensación. Nosotros somos un país que depende de comprobar la falta, esto
es, la persona que presenta el reclamo, es quien tiene que presentar la prue-
ba de la falta, ya sea por parte del hospital o algún otro proveedor. También
vamos a ver por todo el mundo que hay diferentes maneras de manejar las
quejas en que se busca una compensación; hay países que están moviéndose
hacia un mecanismo administrativo o de seguros, están sacando estas recla-
maciones de los tribunales y están creando procesos gubernamentales espe-
cializados, para poder resolver estas reclamaciones, como programas de
seguros. Primero se aseguran que los reclamos sean válidos y no se basan en
la falta o sea, dicen no le vamos exigir al paciente que compruebe que hubo
una falta, que hubo un error o negligencia, vamos a ver el desenlace adverso
si es algo que pasa típicamente, entonces para qué dedicar tanto tiempo y
dinero luchando para no compensar, simplemente hay que compensar.
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se sintió sumamente culpable de lo que había pasado y lo que hizo fue escri-
birle una carta a la paciente, le dijo que estaba dispuesto a hablar con ella.
Ella trató de contactarlo a través del hospital pero el hospital nunca acep-
tó que ella hablara con él. Después de que él escribió la carta, ella lo llamó por
teléfono.
Sra. Kenney: Todas las personas con las que he hablado los últimos años a
quienes les ha pasado eso y que han sobrevivido o bien son sobrevivientes y
su familiar no sobrevivió, todos queremos ser parte del cambio. Todos quie-
ren incluso regresar a ser atendidos en la misma institución y decirles cómo
hacer las cosas, pero no han podido hacerlo porque se les bloquea, se les
obstruye. Creo que la pregunta más difícil es: “¿cómo podremos hacer que
estas instituciones tengan una mentalidad más abierta, que cambien de cul-
tura para que nos escuchen?”. Hay más pacientes como yo, que los que no
son como yo y que estén concientes de esto.
Relator: Espero que con los vídeos y la traducción, se hayan dado cuenta
de cómo puede haber quejas tanto del paciente como del proveedor. Lo que
dice la Sra. Kenney, es muy cierto, a partir de nuestra experiencia y aquí
tenemos el Programa de Pacientes para la Seguridad de los Pacientes, es un
programa de la OMS. Claro que hay pacientes enojados que quieren que se
castigue a los culpables, pero hay otros muchos pacientes que quieren ser
parte de la seguridad; en la OMS estamos tratando de reclutar esos últimos
pacientes, orientarlos sobre cuan riesgosa es la atención médica y lo que
pueden hacer para mejorarla.
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Muchas gracias al Dr. Germán Fajardo Dolci por la invitación para participar
en este simposium de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico; el título
más amplio de este simposio es como ustedes saben “La Queja: Instrumento
Indispensable para la mejora de Calidad de la Atención de los Servicios de
Salud”. En el marco de este gran título y dentro del tema que corresponde
esta mañana, en este momento que es “La Queja Médica de la Calidad en las
Instituciones del Sistema Nacional de Salud”, quisiera dar respuesta a tres
preguntas.
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¿Cuáles son pues, a la luz de estas variables -desde el enfoque del pacien-
te, desde la perspectiva del paciente y que juzga la atención matizada de una
manera particular-, los factores que influyen, que detonan una queja médi-
ca? No tenemos tiempo para entrar en detalle, solamente enlistaré ocho
factores.
a) El nivel de educación.
b) El grado de información, no solamente sobre su entorno, sino su padeci-
miento sobre su problema, pronóstico y sobre qué ocurrió durante su
tratamiento.
c) Las expectativas que tiene el paciente que además están vinculadas a la
información y a la educación.
d) Las experiencias previas propias o compartidas y esto es muy importan-
te, porque a veces el paciente ajusta su expectativa con base en la expe-
riencia de lo que vivió alguien cercano a él, en ese mismo lugar o en un
lugar parecido y extrapola la experiencia ajena para generar la expectati-
va propia.
e) La comunicación; decíamos hace un momento: el paciente puede perdo-
nar un mal tratamiento, pero nunca un maltrato y sabemos por la propia
experiencia de CONAMED, que buena parte de las quejas se detonan por
una mala comunicación.
f) La percepción del daño, del daño físico, del daño moral, o del daño eco-
nómico o de los tres.
g) El nivel de estrés.
h) La influencia externa, esto es, un paciente que pudo no haber percibido
un daño, que pudo haber sentido sus expectativas satisfechas, que de
acuerdo con su nivel educativo, genera sus propias expectativas que se
ajustan al trato recibido, puede ser influido por diferentes intereses y
modificar su percepción, sus expectativas y su grado de satisfacción.
En resumen pues, los factores que detonan una queja son: educación,
información, expectativas, experiencias previas, comunicación, percepción
del daño, estrés e influencias externas, entendiendo que el énfasis está dado
sobre la calidad interpersonal, particularmente en lo que tiene que ver con el
proceso de atención y con la estructura enfocada en las comodidades. Todo lo
anterior, permite matizar el valor que podemos dar a la queja; respondiendo
pues a la primera pregunta de manera llana, decíamos: el valor es obvio, ahí
esta la queja, es importante. Escuchamos al último conferencista hace unos
minutos citar algo que es bien conocido, las quejas son tesoros, cada queja
tiene un valor por sí misma, sí pero cómo le damos el valor que tiene; sí tiene
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flexiono sobre algunas experiencias previas y les doy algunos datos: no hay
duda de que las quejas dependen de las expectativas del nivel educacional y
de las experiencias previas. Tenemos dos antecedentes, que nos hacen ver
cómo es necesario matizar las quejas; el primero de ellos es la Fundación
Mexicana para la Salud. La Encuesta Nacional de Satisfacción con los servi-
cios de salud que se hizo en el año 1994 y que se repitió en el año 2000, para
sorpresa de todos el nivel más alto de insatisfacción se dio en los servicios
privados, y el nivel más alto de satisfacción se dio en los Servicios de la
Secretaría de Salud; ¿en qué orden fue entonces el nivel de satisfacción?:
Secretaría de Salud, después Instituto Mexicano del Seguro Social y después
ISSSTE, y después privados; si lo quieren ver al revés, los más insatisfechos
fueron los pacientes del sector privado, después los del ISSSTE, después los
del IMSS, y finalmente los de la Secretaría. Esto evidentemente no hablaba,
ni habla, de niveles de calidad, habla de niveles de educación, de niveles de
ingreso, de niveles de expectativas, que deben permitir matizar el sentido de
las quejas.
Otras de las experiencias interesantes, que seguramente el Dr. Lezana re-
ferirá con más detalle, fue el inicio de Calidatel, aproximadamente hace seis
años. Cuando se diseñó este sistema de quejas telefónicas para los servicios
de salud, hasta hace unos meses -hasta hace un año prácticamente- y de ahí
para acá, la impresión era de que la enorme mayoría de las llamadas, eran
solamente para hacer preguntas, muy pocas para quejarse de los servicios. Y
con respecto a la certificación y con esto concluyo, ¿qué ha pasado? En la
certificación de hospitales, para quienes han vivido el proceso, existen
estándares explícitos que exigen a los hospitales registrar las quejas, comu-
nicar esas quejas al personal y que el directivo o los directivos de la unidad
respondan adecuadamente a esas quejas. ¿Cuál es la experiencia hasta ahora?
Aproximadamente 60% de los hospitales certificados cumplen con este
estándar, tienen algún mecanismo de registro de quejas. Sin embargo, de ese
60% solamente 10% refieren generar procesos de mejora como resultado de
las quejas.
Este es quizás el escenario en el que estamos, a la luz de las perspectivas
de los pacientes, en un entorno en donde la calidad y las quejas tienen que
tener un valor, en función del valor que les demos.
Concluyo diciendo que recientemente la CONAMED y el Consejo de Salu-
bridad General han establecido una comunicación muy estrecha. Precisamente
para compartir la experiencia de las quejas, compartir la información sobre
las quejas y unir nuestros esfuerzos para responder mejor a esta situación.
En resumen, las quejas sí son un instrumento indispensable, en la medida en
la que las hagamos así.
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En los próximos minutos, compartiré con ustedes cuáles son los lineamientos
de carácter general que se han venido analizando y conformando, para cons-
tituir la estrategia de calidad en la atención a la salud que actualmente está
impulsando la Secretaría, basándose en los éxitos, en las experiencias que en
el pasado ha tenido nuestro Sistema de Salud y que se han incorporado den-
tro la estrategia en materia de calidad del Sistema Nacional de Salud y que
aparece bajo la denominación de Sistema Integral de Calidad o SI Calidad
estrategia, definida ya en el Programa Sectorial de Salud 2007-2012.
Lo señalado por el Plan Nacional de Desarrollo, que en su eje rector sobre
igualdad de oportunidades tiene claramente establecido un objetivo relativo
a la calidad de la atención a la salud y una estrategia concreta que es la de
implantar un sistema integral, y en consecuencia, sectorial de calidad. Esto
se traduce de manera más clara en el propio Programa Sectorial de Salud
2007-2012, en donde una de las 10 estrategias contenidas en el programa
señala Situar la calidad en la agenda permanente del sistema de salud. Y para
lograr este anhelo, de situar a la calidad como un elemento permanente en
una agenda de salud, es que se cuenta con un instrumento para ello, con el
Sistema Integral de Calidad.
Sistema Integral de Calidad: hemos elaborado mucho sobre cómo nombrar
la estrategia de calidad impulsada actualmente por la Secretaría de Salud,
junto con el resto del Sistema Nacional de Salud, y este concepto de hablar
por un lado de un enfoque sistémico, pero además de un enfoque integrador
se ha elaborado de diversas maneras, con distintas acepciones. Desde luego,
la visión integradora de este esfuerzo, de esta estrategia en materia de cali-
dad, incorpora lo que mencionaba ya el Dr. Ruelas, en términos de las varia-
bles que deben incorporarse para la evaluación en materia de calidad, las
variables que tienen que ver con estructura, con proceso, con resultado.
Elementos que tienen que ver tanto con la dimensión técnica como con la
dimensión interpersonal. Evaluaciones sobre la percepción de la calidad, no
solamente por parte de los usuarios o de los pacientes sino también por parte
de los prestadores de servicios, de los profesionales de la salud encargados de
ofrecer este tipo de servicios.
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“La Queja, instrumento indispensable para la mejora de la calidad
de la atención en los Servicios de Salud”
Pero esta visión integradora, además, lo que busca es incluir las estrate-
gias de las distintas instituciones de salud. Incluir otros ámbitos claramente
definidos de la acción que tienen que ver con la atención a la salud, como es
la calidad de los servicios preventivos, en las acciones de promoción de la
salud, los servicios comunitarios, etc.
De tal suerte, que la idea es articular esfuerzos, irlos engranando de tal
manera que podamos avanzar en una agenda concreta y que justamente, los
temas y la estrategia de calidad sea un elemento permanente en la agenda de
nuestro sistema de salud.
Esta visión integradora también incluye el incorporar acciones en tres
ámbitos principalísimos de los elementos de calidad. Desde luego es impor-
tante el escuchar y el incorporar la voz de los ciudadanos, el evaluar la per-
cepción de calidad, la satisfacción con las características que ya el Dr. Ruelas
nos mencionaba, sobre la forma en que tenemos que analizar, de acuerdo a
las expectativas que cada persona, que cada familia tiene sobre los servicios
de salud, pero ésta es una decisión, una participación que se tiene que dar
decididamente, de tal suerte, que SI Calidad entonces continúa y fortalece
muchas de las acciones que desde la Cruzada Nacional, en la administración
pasada, se establecieron y se han venido impulsando.
Desde luego incorpora como un ámbito importante que se relaciona a los
profesionales de la salud y que está muy vinculado con los elementos de
calidad técnica y de seguridad del paciente y por supuesto, todo el esfuerzo
hacia las organizaciones, justamente considerando entre otros, elementos
mencionados por el Dr. Ruelas que tienen que ver con la cultura organizacional
de tal manera que, en el caso concreto de las quejas médicas, logremos desa-
rrollar una cultura organizacional que encuentre la manera de darle valor a
esta queja y que se traduzca en acciones concretas de mejora, o si es necesa-
rio, de reingeniería.
La incidencia en las organizaciones dentro de SI Calidad tiene varios ele-
mentos, aquí solamente menciono algunos; un elemento es la acreditación
de establecimientos de salud, que es un procedimiento vinculado, pero no
exactamente igual a la certificación de establecimientos que conduce el Con-
sejo de Salubridad General y que ya fue mencionado por el Dr. Ruelas. Esta
acreditación es un elemento de garantía que está incorporado en la Ley Ge-
neral de Salud como parte de los componentes dentro del Sistema de Protec-
ción Social en Salud, para incidir en la calidad de la atención, en los
establecimientos dirigidos a la prestación de servicios a las familias afiliadas
al Seguro Popular y que se va complementando, y de hecho hemos trabajado
muy de cerca con el Consejo de Salubridad General para encontrar la manera
de articular perfectamente los esfuerzos de acreditación de establecimien-
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La Queja médica y calidad en las
instituciones del Sistema Nacional de Salud
Lic. Marco Antonio De Stefano Sahagún
Coordinador Técnico de Atención a Quejas e Información Pública, IMSS
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roso motivo para demandar. Cuando demandan los pacientes y los familiares,
muchas veces me ha tocado establecer mesas de diálogo entre los pacientes
y los médicos; lo que buscan los pacientes y los familiares, es una explicación
que les permita recuperar el control sobre su propia vida. El tratamiento de la
queja, ya lo vimos, es una visión donde prevalece lo médico-legal y que gene-
ra a veces pretensiones preferentes a las pensadas por los pacientes.
Un ejemplo, la CONAMED, cuando llega el paciente a establecer una de-
manda o una queja, lo que pide es información y conocer que es lo que pasó;
la propia CONAMED obliga a establecer una pretensión, a veces diferente. La
queja puede expresar la intención del paciente de mejorar los servicios que
se le otorgan, son portavoces de las fallas y carencias institucionales, pueden
ser portadores de innovación y para que esto sea así, necesitamos realizar un
cambio de enfoque en el análisis de investigación de la queja.
Desde la perspectiva del Instituto, desde la Subdirección de Atención al
Derechohabiente tenemos varios retos: desarrollar un sistema de atención
centrado en el paciente, en donde los usuarios jueguen un papel mucho más
activo; nos proponemos identificar el malestar y darle mayor importancia a
los pacientes; estudiar las irregularidades en atención desde el punto de vis-
ta del paciente y no sólo medicalizar la queja o judicializar la queja con fines
de dictámenes. No debemos olvidar que muchos de los conflictos que expre-
san los individuos son quejas que los prestadores de los servicios no tienen
modo de expresar.
Los profesionales de la salud debemos manejar ciertos retos y éstos pue-
den ser:
a) Dar voz a los pacientes y buscar la mejor manera de entender lo que nos
dicen en sus propios términos.
b) Mejorar la calidad del sistema de atención de quejas para poder mejorar
entonces la calidad de los servicios.
c) Desarrollar competencias para escuchar activa y empáticamente al pa-
ciente.
d) Recuperar el pensar y el sentir; sólo si cumplimos con nuestros retos,
podremos hacer que la queja se convierta a nuestro favor y en un tesoro
como ya se mencionó.
e) Traducir la queja en mejoras al servicio, para que estemos en condicio-
nes de comprender y desarrollar el sistema de salud que están proponien-
do los usuarios.
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Queja médica y calidad en las
instituciones del Sistema Nacional de Salud
Dr. Víctor Manuel Vázquez Zárate
Subdirector Corporativo de Servicios de Salud, PEMEX
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Competencias profesionales y queja médica
Dr. José Narro Robles
Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México
Quiero empezar diciéndoles, que sin duda hay una relación entre competen-
cias profesionales y queja médica. Uno quisiera pensar que a mayor compe-
tencia profesional tiene que haber una disminución de las quejas; sin embargo,
la evidencia empírica no necesariamente nos prueba que esto es así. Ustedes
han estado escuchando el día de hoy como conforme se incrementan los
niveles de complejidad en la atención médica recibimos mayores quejas. Esto
tiene también una explicación que es obvia, ya que es lógico pensar que el
paciente tiene mayores problemas de acuerdo a la mayor complejidad del
proceso de la atención médica, apareciendo más complicaciones una vez que
pasa por los servicios de la medicina general o familiar a la medicina hospita-
laria hasta llegar a las subespecialidades médicas.
No hay ninguna duda de que la queja médica tiene la mayor relevancia;
podemos citar a varios autores, entre otros a Infante, que nos dicen que es
la expresión manifiesta de la insatisfacción del paciente con la atención médica
recibida. Por otro lado, las competencias profesionales se definen de muy
diversas maneras; cito aquí a Brailosky, que nos refiere que se trata de las
capacidades de un profesional para utilizar su buen juicio, sus conocimien-
tos, habilidades y actitudes asociados a la profesión, para solucionar proble-
mas complejos que se presentan en el campo de su actividad. De esta manera,
podemos encontrar que entre estos dos elementos, queja y competencias, se
puede establecer una relación, que alterada, condiciona la aparición de que-
jas. Éstas pueden provenir de un desempeño inadecuado del profesional o los
profesionales que participan en la atención médica, lo cual puede coexistir
con un apoyo administrativo ineficaz o insuficiente de los auxiliares que
participan en ese proceso.
En ocasiones, las instituciones públicas no logran establecer un vínculo
social adecuado y que está manifiesto en la Constitución y que se refiere a la
impartición de servicios médicos de calidad, manifestando una falta de in-
formación y de comunicación entre el paciente sus familiares y los prestadores
de los servicios de salud que trasciende en la calidad de la atención.
Esta situación se ha tratado de resolver, desarrollando competencias espe-
cíficas a través de sistemas para la certificación de los especialistas, que
tienden a asegurar que exista un mínimo de ellas para proporcionar servicios
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Medios de comunicación y queja médica
Jorge Fernández Méndez
Gerente General de la Mutual Argentina Salud
y Responsabilidad Profesional
moral del fracaso; nos orientamos por medios y la vida al final siempre será
una fuente clave de información y de interés para cualquier lector, para cual-
quier radioescucha, para cualquier televidente y es una fuente que nos sirve
para lo mejor y para lo peor de los medios de comunicación, para cooperar en
un real mejoramiento de la salud pública y de la calidad de vida, pero tam-
bién para los más infames amarillismos que ustedes puedan concebir en los
medios de comunicación.
Este último punto ha generado algo que a mí me resulta en lo personal
terrible; yo no soy especialista, ustedes escucharon la generosa presentación
que me hicieron; yo soy especialista en otros temas, pero sí soy especialista
en el ámbito de la investigación. Yo no estoy para contarlo ni ustedes para
saberlo, pero estudié tres años de medicina y afortunadamente me dediqué
al periodismo, porque si no mi futuro y el futuro de la salud pública hubiera
sido muy malo; pero ese no es el problema: tengo el privilegio de contar
entre mis amigos a muchos y magníficos médicos, médicos muy jóvenes,
médicos mayores con experiencia o sin ella y todos se quejan en algún mo-
mento, todos se quejan y creo que se quejan con razón, de que son maltrata-
dos por los medios; que hay comunicadores que hacen escarnio de su labor
sin saber las condiciones en las que tienen que trabajar, los esfuerzos que
realizan, las carencias que sufren sobre todo en el sector público, pero tam-
bién en muchas ocasiones, más de lo que debería ser, en el sector privado.
Ocurre que los pacientes, en ocasiones ellos mismos terriblemente negli-
gentes con su salud, acuden a los medios a denunciar a los médicos o las
instituciones por fallas o negligencias que no son atribuibles a los médicos o
a las instituciones y como en muchas ocasiones, sin hacer eso que es la
actividad primordial del periodismo que es investigar, conocer, explicar, se
condena a médicos e instituciones sin juicio previo; ¿por qué se preguntarán
ustedes?: por razones muy sencillas, porque es nota y si es nota vende, por-
que es “rating” y si va a ver “rating” da publicidad.
Hay una paradoja de la que ustedes han escuchado en estas intervencio-
nes; se referían a ella directamente hace unos minutos y que se refleja
plenamente en los medios de comunicación; las evidencias científicas, los
estudios que tenemos, muestran que la mayoría de los errores y negligencias
médicas no se traducen en quejas o demandas, mientras que detrás de mu-
chas de las quejas que se presentan no hay un error médico técnicamente
definido. Lo que tenemos es un gravísimo problema de comunicación y ahí
es donde deberían de intervenir los medios, para que las negligencias reales
y los errores sean castigados, sean puestos en su justa dimensión, y las que-
jas existentes se juzguen por sus propios méritos; creo yo, sin ser especialis-
ta insisto en el tema, el problema está en el sistema.
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taría, una vez que recibió el registro, está obligada a presentar la denuncia
penal en contra de esa persona: se hace la denuncia formal por usurpación de
funciones y delito corporativo.
Las quejas que reciba la CONAMED, por pacientes insatisfechos tras un
servicio médico gira en torno al área ginecológica, traumatología, y ortope-
dia, medicina interna, y por último cirugía plástica y reconstructiva. De 2002
a 2007, en este último rubro se atendió un total de 42 quejas. Así explica el
presidente de la Asociación Mexicana de Cirujanos Plásticos, cómo reaccio-
nan los cuerpos ante una intervención mal practicada. Después de dos o tres
años, empiezan las reacciones, a endurecerse el tejido, a ponerse negro, a
necrosarse y a perderse; entonces, se tienen que hacer cirugías amputativas,
cirugías muy agresivas, muchas se llegan a infectar y conducen a una septi-
cemia y llegan a morir.
Estas son algunas fotos de pacientes que fueron operadas por personas
que dijeron ser médicos y que dañaron severamente sus vidas y su salud; por
las consecuencias traumáticas de estas operaciones, los afectados no quisie-
ron hablar ante la cámara.
Se trata, en conclusión, de una usurpación de funciones, lo que para la
Asociación Mexicana de Cirugía Plástica es un problema de salud nacional.
¿Por qué es un problema de salud nacional?, porque hay un número enor-
me de gentes que han sido engañadas en relación a lo que les está dando una
especialidad. Los especialistas insisten en que los pacientes deben tener cla-
ro cuál es el procedimiento, los riesgos y las complicaciones que pueden
sufrir luego de una operación, además de exigir el número de cédula profe-
sional y especificación de la especialidad al médico, para no lamentar un
final fatal.
Pero bueno, éste es un reportaje que hicimos hace apenas dos o tres sema-
nas; en reportaje esto es lo que realizamos en los medios sobre estos temas y
es de los reportajes realizados con la mayor buena fe posible, para tratar de
alertar sobre estos temas. Pero ustedes podrán comprobar con este tipo de
reportaje cuáles son también los problemas y las insuficiencias que tenemos.
En este reportaje, por ejemplo, no estamos hablando en muchos de los casos
que abordamos de médicos que hayan cometido algunas de esas operaciones
catastróficas, que ustedes observaron con que algunos de ellos pudieran
ostentarse como ello. La pregunta que yo me hago y se las hago a ustedes es:
¿cómo se le explica a la gente que un laboratorio o un spa, que garantiza por
ejemplo cirugías plásticas y las realiza, no está avalado por una institución
médica?; que puede realizar esas actividades prácticamente sin permiso; ¿cómo
hace la gente que sufre esos daños terribles para quejarse, para reclamar?
Realmente alguien cree que sin poder concurrir a la CONAMED, porque no se
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Comisión Nacional de Arbitraje Médico
trata como lo vimos con toda claridad de médicos. Algunas de las personas
que sufrieron esos daños van ir al ministerio público a someterse a una inda-
gatoria, que en muchos casos puede ser más humillante que el daño sufrido.
Algunos de ustedes cree que la gente no responsabilizará a los médicos en
general, hayan sido o no médicos quienes realizaron esas operaciones, por su
negligencia, por su afán de lucro; ¿cómo entenderá la gente que las autorida-
des de la CONAMED, digan, como lo hacen con toda la razón en este reporta-
je: que no pueden hacer nada porque no está en su ámbito de competencia?
Creo que éste es uno de los más graves desencuentros que existen entre los
medios de comunicación, incluyo en eso a la propia ciudadanía con instru-
mentos sociales tan valiosos como la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.
El problema es que nuestro sistema y nuestra realidad, creo que la rebasa y
aunque los medios hiciéramos un esfuerzo mucho mayor, que debe hacerse,
por divulgar como funciona el arbitraje médico, cuáles son sus beneficios,
aunque rompiéramos con la costumbre amarillista de ciertos colegas de cul-
par sistemáticamente a los médicos, de responsabilidades que en la mayoría
de los casos no son suyas, la gente seguiría disconforme. No entendería quien
se hace responsable cuando una de estas tragedias ocurre.
El Dr. Narro nos daba hace unos minutos el número de atenciones médicas
al año, el número de internamientos, el número de cirugías que se realizan.
Es un número brutal, estamos hablando de un número enorme que discurre
solamente por el sector público, sumemos el del sector privado y sumemos
todas estas áreas grises que no están ni en el sector público ni en el privado
ni son realmente parte de los servicios médicos, pero que la gente percibe
como tales. No tengo respuesta para estos conflictos que planteábamos. Sí
estoy convencido, como periodista, como investigador, como analista políti-
co, de que se necesita más. Que el arbitraje tiene que ir más allá. Que ten-
drían que hacer las autoridades, que podrían surgir de la propia CONAMED,
que tuvieran dientes como se dice regularmente, para regular más y mejor,
no solamente la profesión, sino todas las actividades que giran en torno a
ella, y a todos los que lucran con la misma. Y todo eso se debe procesar, sí en
los medios, se debe hacer llegar a la gente. Hoy no es así, por lo menos no es
plenamente así. No son las instituciones las que buscan a los medios para
divulgar estas historias, sino los medios los que las encuentran, en ocasiones
las manejan bien y en muchas otras muy mal.
Pero el secreto para acomodar todas estas variables pasa por un capítulo:
buscar los mecanismos que permitan acabar con la impunidad que gocen
quienes son negligentes y en ocasiones hasta criminales y que al mismo
tiempo se proteja (la protección es una forma de acabar con la impunidad), a
los profesionales de la medicina de la negligencia de ciertas informaciones.
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Las instituciones en estos temas requieren más dientes, más fuerza, más
personalidad y una mucha mayor presencia.
Un periodista de origen uruguayo que vivió largos años exiliado en Méxi-
co, me estoy refiriendo a Carlos Quijano, decía que la verdad incontroverti-
ble es un tema de Dios pero la verosimilitud, un asunto de los hombres.
Démosle entonces viabilidad, verosimilitud, transparencia a todas estas his-
torias y esto redundará en el bien de los medios, de los profesionales de la
salud y de la sociedad.
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Antes que nada, deseo agradecer gentilmente al Dr. Germán Fajardo Dolci, a
la CONAMED, a los compañeros que ahí laboran, al Dr. Javier Rodríguez Suárez,
por la invitación para hablar unos aspectos de la prevención de la Queja
Médica; es obvio de que esta petición realizada ante una academia de medi-
cina implica que yo deba centrarme en los asuntos académicos. Desde la
Edad Media se estableció una enorme diferencia entre las academias y los
colegios; las academias se dedican a asuntos de enseñanza, de educación
médica, mientras que los colegios se dedican a asuntos gremiales; por tal
motivo, la parte gremial la tendría que hacer a un lado porque no es ámbito
de la Academia Nacional de Medicina.
El primer elemento que yo debo tomar en consideración son los objetivos
de la educación médica; es obvio que esta es una gráfica, no voy a presentar
nada original, puesto que ya el Dr. Carrasco por un lado y el Lic. Rubio
Domínguez lo han mencionado, e incluso así terminó la plática del Lic.
Moctezuma.
Requiere la educación médica de conocimientos básicos y clínicos firmes;
el joven aprende destrezas útiles y prácticas; tiene la carrera, tiene bases
conceptuales sumamente sólidas; se exige del educando una actitud crítica y
sensible y sobre todo se insiste mucho en la educación futura personal. Al
final, todo ello se ve gratificado por una graduación calificada y viene final-
mente lo que ya aquí se ha mencionado, es la acreditación, derecho legal al
ejercicio, ¿Qué consideraciones podría yo decir?; primero, la medicina tiene
muchas particularidades, estamos hablando de una enorme tradición históri-
ca que se pierde, casi vamos a decir en los siglos, en los milenios, va perdien-
do esa tradición histórica; existe una evolución muy marcada del ejercicio
médico en los siglos XIX y XX: hemos tenido que ver como han surgido las
instituciones de salud, de hecho los aspectos culturales que rodean a la me-
dicina y posteriormente esas diferencias regionales y nacionales que maravi-
llosamente expresó ya el Dr. Carrasco en una gráfica mucho más completa
que lo que yo puedo mencionar, que implica la organización formal y demás.
¿Ahora, qué es lo que envuelve a la medicina, al médico? Hay un reflejo de
ideologías continuas en todos los países y estructuras que son diferentes; no
es lo mismo los hospitales privados que los hospitales de una naturaleza, el
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Recomendaciones médicas y guías clínicas
Dr. José Antonio Carrasco Rojas
Presidente de la Academia Mexicana de Cirugía
ante esa imposibilidad de tener al alcance todo ello; los objetivos más impor-
tantes son tomar decisiones clínicas adecuadas que nos vayan a orientar y
esto nos soporta, esto nos apoya; si yo estoy trabajando adecuadamente
conforme a las guías clínicas, esto nos está llevando, esto nos puede sopor-
tar, no tenemos problemas de índole legal, mejora la calidad de la práctica
clínica evidentemente y definitivamente estamos muy cerca del conocimien-
to técnico científico. Es muy posible cuando salen las guías, puede haber
cambios notables en la evolución de la medicina, las ventajas son que redu-
cen esa variabilidad que existe en la práctica clínica, que antes era el feeling
que teníamos como médicos y actualmente cada vez nos vamos concentran-
do más en lo evidente, en lo claro; no es como a mí me gusta, como a mí me
parece, como yo considero, sino cómo se ha demostrado en la evidencia
clínica, en la medicina; evidentemente, esto también nos puede servir como
un documento para comunicarnos entre nosotros y los pacientes, apoyarnos
con temas explícitos para poder definirle al paciente que es lo que estamos
haciendo y es un instrumento que podemos usar para ayudar a nuestro po-
blación, fundamentalmente en un país en donde existen doscientos mil mé-
dicos, donde cien mil de ellos son médico generales y que no tienen acceso a
una educación médica continua programada y adecuada. ¿Cuáles son sus
limitaciones?; nosotros mismos, los recursos humanos, quienes vamos a pre-
parar y ahora voy a hablar de que está haciendo nuestro país para ello; al
finalizar requerimos de una actualización continua, requerimos de un pro-
grama, de un sistema para poder implementar esto; tenemos resistencia en-
tre los profesionistas porque consideramos que yo sé hacer las cosas, no me
van a decir como debo de hacerlas, pero tampoco tengo interés en partici-
par, en apoyar.
En nuestro país, y puedo extrapolarlo a Latinoamérica, hay una necesidad
permanente de educación médica continua; ha llevado de la mano a una
preparación inadecuada, inclusive en los especialistas; esto nos permite que
nosotros podamos cubrir demandas de sistemas confiables de información,
tanto operativa como científica. La metodología que se usa actualmente en
las guías clínicas, ahora van a ver cuantas se han hecho en nuestro país,
puede ser deductiva o inductiva; la deductiva ha sido realizada por todas las
asociaciones médicas de nuestro país; todos los colegios médicos siempre
han tenido el propósito de dejar una huella a través de una guía clínica y esto
es un concepto muy válido, muy respetable; sin embargo, aún tenemos el
problema como grupos médicos de una deficiencia de recursos; habitualmen-
te lo hacemos a través de consensos y no tenemos el material adecuado para
prepararlo. Las instituciones buscan el sistema inductivo, donde existe ma-
yor calidad de recursos; es un trabajo numeroso pero su gran defecto es esa
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demás instituciones. Esta es una guía clínica que hizo la Academia Mexicana
de Cirugía con el apoyo de la Academia Nacional de Medicina y de diversas
Instituciones; otra particularidad es que identifica las complicaciones tem-
pranas de una patología muy frecuente en nuestro país; millones de diabéti-
cos, y lo que trata de evitar que lleguen a complicaciones tardías costosas y
verdaderamente trascendentales para nuestro país. ¿Qué es lo que se hace?;
se reúne a toda una serie de Instituciones como fue la formación de este
documento que tiene la capacidad de poder transmitir sus experiencias a
partir del conocimiento de la medicina basada en evidencia que está hacien-
do nuestro país, las guías de práctica clínica. Existe en nuestro país el Centro
Nacional de Excelencia Tecnológica y Salud, que está en la Subsecretaría de
Innovación y Calidad, que dirige la Dra. Maky Ortiz, y este proyecto en parti-
cular lo dirige la Ing. Adriana Velásquez que me hizo favor de proporcionar
esta información de la cual nosotros como academias tanto la Academia Na-
cional de Medicina como la Academia Mexicana de Cirugía, hemos estado
trabajando en conjunto con ellos. ¿Qué le corresponde a esta Institución?; es
buscar la excelencia tecnológica en salud y uno de ellos es dar una buena
calidad de salud, y parte de ello es la creación, la recopilación de las guías
prácticas. ¿Por qué recopiladas?, ¿por qué orientadas?, porque esta Institu-
ción tiene la capacidad de evaluarlas, si todos trabajamos en conjunto con el
proyecto. Se ha establecido el convenio institucional de guías de práctica
clínica donde los asesores permanentes son el órgano interno de control de
la Secretaría de Salud y la Dirección General de Asuntos Jurídicos y las dos
academias, la Academia Nacional de Medicina que preside el Dr. Emilio García
Procel y la nuestra, la Academia Mexicana de Cirugía; somos los asesores
invitados, como ustedes verán en los próximos minutos que nos toquen. ¿Por
qué había que hacer esto?: porque en nuestro país lo que ha recopilado este
grupo en el que estamos trabajando son 1 249 guías clínicas, que se han
hecho en los últimos años. ¿Qué efectos tienen ellas?; hay una multiplicidad
de esfuerzos como ustedes ven, ahí la calidad es variable, muchas de ellas no
están basadas en medicina basada en evidencias, sino están basadas en con-
sensos principalmente; hay una ausencia en la mayoría de ellas, de procedi-
mientos y seguimiento; son acciones de instituciones no coordinadas; esto
obligaba a que este país con tanto requerimiento de educación médica con-
tinua, y esto es un documento para educación médica continua, para mejo-
rar los servicios, dar mejor calidad, no tenía que haber un orden, cosa difícil
entre mexicanos, entre humanos, esto obligaba a poner un orden.
Dentro del programa nacional de salud en nuestro país, que fue presenta-
do por el Dr. José Ángel Córdoba Villalobos recientemente, en ese programa
de salud del 2007 al 2012 hay un número de estrategias; en la estrategia tres
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Debo agradecer la atenta invitación que nos ha hecho el Dr. Germán Fajardo
Dolci para compartir en esta oportunidad, en este simposium, algunos pun-
tos de vista sobre el tema de enfermería que considero crucial para los tiem-
pos por venir, los asuntos de aseguramiento de calidad o de programas de
mejora o anticiparse a la queja médica. Sólo para ilustrar la circunstancia de
enfermería de manera muy rápida, permítanme decir que en México hay
alrededor de 240 000 plazas de trabajo de enfermeras y enfermeros en nues-
tro país y tan sólo el registro de profesiones desde que esto se inició en 1945
a la fecha, digamos, hicimos un corte en abril del 2007, apenas existen 222
000 registros de títulos profesionales y licencias profesionales suponiendo
que todos quienes se han registrado son titulados. Esto sería aún insuficien-
te; el número de egresados de la Instituciones educativas del país para con-
tender con la demanda y que incluso es creciente de enfermeras profesionales
en la dinámica de los servicios; de ahí que es frecuente encontrar habilita-
ción, encontrar improvisaciones; hace falta, sin duda alguna, una regula-
ción, una acción muy decidida en las instituciones, en el sistema en general
de salud de nuestro país, para como garantía de interés público proveer y
tener, disponer del número y tipo de enfermeras profesionales y especialistas
que México necesita, que las personas merecen; la atención que seguramen-
te todos tenemos en mente y a la cual aspiramos, porque sin duda todos
también necesitaremos de los servicios y los cuidados de la enfermería profe-
sional y especializada en alguna circunstancia de nuestra vida. Actualmente,
en México hay alrededor de trece enfermeras por cada diez mil habitantes,
de las cuales son alrededor de siete enfermeras profesionales por cada diez
mil habitantes, lo cual marca una escasez enorme de enfermeras profesiona-
les y especialistas en nuestro país, y con ello la preocupación del número de
escuelas que ahora han surgido en los últimos años. Hasta hoy en la mañana
eran 572 escuelas de enfermería en México; digo hasta hoy en la mañana,
porque todos los días aparece una nueva; no es que la hayan fundado ayer,
nos aparece una nueva en el sistema de registro para casos clínicos y prácti-
cas clínicas y de las cuales apenas 102 son las identificadas como las institu-
ciones que llevan programa académico riguroso de altísimo nivel; incluso
enfermeras regresan ya con posgrado, con estudios de maestría, incluso de
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que tiene que establecerse entre la enfermera con los pacientes, con los
familiares, que es con frecuencia un recurso para atenuar, para controlar, o
para cancelar circunstancias de quejas. Esto es darle un trato humanizado a
las personas que tenemos bajo este encargo, buscar que se actúe de manera
inmediata en cuanto a la atención y satisfacción de sus necesidades. Debo
decir que nosotros en enfermería trabajamos bajo un método que nos permi-
te, cuando la enfermera es profesional, además de los atributos y conoci-
mientos, la sistematización de su trabajo, planear su cuidado sobre catorce
necesidades fundamentales, las catorce necesidades que ustedes recordarán
de Abraham Maslow, que después Virginia Gender los transformó en los refe-
rentes para la valoración, la planeación y la intervención de cuidado.
Entonces, tener enfermeras profesionales asegura la planeación adecua-
da, la sistematización adecuada, como parte de un equipo de trabajo dentro
de ello, pues esa relación intima que se establece con los pacientes, con los
familiares, incluso aún y cuando los enfermos no tienen la conciencia de lo
que es su circunstancia de vida; éste es bajo un ejercicio que hemos hecho
con Miguel Ángel Córdoba de la CONAMED, Comisión Nacional de Arbitraje
Médico; estos son hechos que han ocurrido apenas; hay un registro incipien-
te sobre quejas que se han llegado a formalizar a nivel de la necesidad, de la
intervención de la CONAMED; pero esto, insisto, será creciente; hay la in-
conformidad de los pacientes por la falta de atención de los servicios de
enfermería; aquí está la recomendación: mantener una comunicación efecti-
va con las personas a las que se proporciona atención, y aquí está lo que
previene la desinformación, la satisfacción del cuidado de enfermería, la afec-
ción o la alteración en esa relación médico paciente, falta de información a
los pacientes sobre su tratamiento. Estas son las series de recomendaciones
que se han girado en términos de prevenir esta deficiencia en comunicacio-
nes sobre la atención de paciente; este es la falta de cuidado a los pacientes,
que es la mayor parte de las quejas; aquí están las recomendaciones que
también se han emitido y esto es la idea: prevenir la insatisfacción por el
cuidado de enfermería, prevenir la impericia y la negligencia del personal de
enfermería. Sobre todo vemos que las quejas se cargan mucho más hacia el
turno nocturno no solamente de impericia o negligencia, sino también de
respetar las circunstancias de descanso del paciente, la inconformidad por
complicaciones posteriores a un procedimiento; esto es muy común de las
inconformidades por medicación, las complicaciones con la infusión venosa,
esto.es provocar irritación, daño tisular, y necrosis y reacción tóxica e infec-
ciones, como consecuencia de mal manejo de la medicación, la dosificación,
y la interacción medicamentosa que no se maneja adecuadamente, que pro-
voca neuropatía química, daño tisular, quemaduras por medio de contraste,
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de la atención en los Servicios de Salud”
des de enfermería, para mover, para ordenar, para guiar la atención que ne-
cesitan los enfermos y desarrollar, capacitar, completar la formación de las
enfermeras que provienen de esos sistemas educativos de dudosa infraes-
tructura y capacidad de acción docente. Eso es lo que hay que hacer en los
próximos años, porque además las enfermeras de alto perfil se nos están
yendo a otros países en donde están siendo promovidas para desempeñar su
función profesional, y luego entonces, aquí en México mucho hay que hacer
para terminar de apreciar lo que vale la enfermera profesional, y lo que vale
la práctica estratégica de la enfermería profesional en virtud de la atención
que merecen las personas que están a nuestro cuidado.
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Responsabilidad civil
y penal en la queja médica
Mtro. en Derecho Gonzálo Moctezuma Barragán
Secretario Ejecutivo del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal
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de la atención en los Servicios de Salud”
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Comisión Nacional de Arbitraje Médico
Ahora bien, hablando de la mal praxis, el error médico tiene diversas de-
nominaciones; éste se da ante un accionar de un profesional, de un técnico,
de uno de sus auxiliares y para que se dé la mal praxis obviamente tiene que
haber un daño en la salud derivado de una no observancia del deber o de la
normativa; regularmente los abogados hablamos de tres causas que pueden
generar esta responsabilidad: la imprudencia, la negligencia y la impericia.
En relación a la imprudencia, recuerden ustedes que la imprudencia es
precisamente la falta de prudencia, una de las cuatro virtudes cardinales que
nos obliga a actuar con la mayor diligencia posible en todo caso.
La negligencia, que tiene por lo regular más bien una denominación de un
no hacer, de una omisión.
La impericia, que como su nombre lo dice, consiste en no tener los cono-
cimientos, la sabiduría, las técnicas para llevar a cabo un tratamiento deter-
minado. En muchos de los casos que se han visto a lo largo del tiempo en el
tema de mal praxis, nos encontramos frente a la figura de la impericia y
frente al desiderátum de atender en un momento dado a una persona sobre
todo por nuestros residentes, por nuestros prestadores de servicio social ante
determinadas urgencias; la propia Ley de Profesiones excluye de responsabi-
lidad a quien actúa de una manera urgente o emergente. Existe con frecuen-
cia la pregunta en ciertos ámbitos de ¿qué puede o debe hacer un médico
cuando se le solicita su intervención de manera intempestiva en una aerona-
ve, en un buque, en un lugar de congregación social; ¿es conveniente para el
médico actuar en ese momento?; no sólo es conveniente, debe hacerlo por
ética profesional y en este caso no se refutará como un ejercicio profesional;
la Ley hace esa excepción. En el caso de nuestros residentes y prestadores de
servicios sociales, es importante también que ellos estén concientes de que
en un momento dado pueden actuar hasta el límite de sus conocimientos y
criterio. Cuando hablamos hace un momento de la observancia a la normati-
va, decíamos que para que haya mal praxis se tiene que incurrir en una falta
de deber de cuidado; señalaba yo con toda intención, en una falta a la nor-
mativa. ¿Por qué hablo de la normativa?; porque como ustedes saben, a par-
tir de 1993 tenemos una reforma a nuestra Ley General de Metrología y
Normalización y nos obliga ahora a cumplir con una serie de normas, y de
pronto las normas irrumpen en la actividad y el quehacer profesional de los
médicos. Yo sé que hay una gran discusión respecto del tema y respecto de la
conveniencia de que existan Normas Oficiales Mexicanas para llevar a cabo
determinadas intervenciones, determinados tratamientos; lo importante
considero yo, es que se conozcan éstas y en un momento dado que de acuer-
do con lex artis se tengan los argumentos para demostrar el por qué en un
momento dado me aparté de una determinada Norma Oficial Mexicana.
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vean asuntos de esta naturaleza, esto nada más para llamar su atención a la
participación de los abogados en esta materia, y eventos como éste ayudan
singularmente a que haya un mayor criterio por parte de los abogados en la
aplicación del derecho médico; de hecho el día de mañana se clausura un
evento que se está llevando a cabo entre la Corte y la Fundación Mexicana
para la Salud que se llama Medicina y Derecho y que tiene precisamente esa
orientación: sensibilizar a los abogados, a los jueces, respecto de las diferen-
tes particularidades en la medicina.
En materia de responsabilidad civil, cuando se genera por la falta del de-
ber de cuidado o de la lex artis, un daño al paciente, éste puede ser de dos
maneras: material o moral. Material es el que se causa a la persona produ-
ciendo la muerte o incapacidad permanente o temporal, parcial o total; en
este caso existe la obligación de reparar el daño restableciendo la situación
anterior o en su caso pagando daños y perjuicios.
El otro tipo de daño, es el que llamamos de carácter moral, y es la afección
de una persona en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, repu-
tación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o en la consideración
que de sí misma tienen los demás. Igualmente hay una obligación de indem-
nizar y ésta está a criterio del juez, y el juez solamente tiene estos lineamientos
generales para determinar si existió el daño moral y sobre todo cómo reparar-
lo; se consideran los derechos lesionados el grado de responsabilidad, la si-
tuación económica del responsable y de la víctima y otras circunstancias
como dice el Código Civil Federal.
Tenemos también una tesis del año 2002 de Tribunales Colegiados que
dice: “Si un centro hospitalario le presta a una persona una inadecuada aten-
ción médica y por esa circunstancia le ocasiona a ésta una afectación que la
incapacita permanentemente, es indudable que aparte del daño material le
ocasiona una afectación psíquica que se traduce en un daño moral, que alte-
ra sus sentimientos y afectos, debiéndola resarcir en términos de ley inde-
pendientemente de la indemnización correspondiente al daño material.” Esto
es del 2002, es una sola tesis, pero vean como ya no solamente estamos
hablando de un daño material sino que invariablemente vamos a oír más la
exigencia de una reparación en el llamado daño moral.
Veamos ahora como está tasada la indemnización en materia de daño
material. Quiero recordar a ustedes que la ley establece como primera obliga-
ción, tratar de reparar las cosas al estado que se encontraban. En los prime-
ros años de existencia de la CONAMED, las estadísticas decían que la mayoría
de los usuarios lo que deseaban era que el médico, y generalmente el mismo
equipo médico, siguiera atendiéndolo para recuperarse o restablecerse. Con-
forme ha avanzado el tiempo, siento que nos hemos ido monetizando; una
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Responsabilidad administrativa
y queja médica
Lic. Jorge Camarena García
Titular del Órgano Interno de Control de la Secretaría de Salud
En primer lugar mi agradecimiento al Dr. Germán Fajardo Dolci por esta opor-
tunidad y mi felicitación a quienes participan en la organización de este
simposium; la verdad que en pocas ocasiones uno puede ver la riqueza de
análisis, la riqueza de perspectiva y la profundidad con la que se está tratan-
do en este foro, el tema de la Queja médica, sobre todo, el enfoque de la
Queja médica como instrumento para la mejora de servicios. Estamos po-
niendo a la población como la razón de ser del servicio público en salud.
Analizando las conferencias y participaciones previstas en el Simposium,
pienso yo, que lo que podría ofrecer a ustedes, es tal vez una contextualización
de la responsabilidad administrativa. Tal vez en una breve semblanza históri-
ca y luego, centrarnos en el actuar de la Secretaría de la Función Pública y de
sus Órganos Internos de Control. Pienso que estamos en una etapa de transi-
ción donde vamos de la opacidad a la rendición de cuentas, a una cultura de
servicio, luego les explico por qué esta cita.
En “Alicia en el país de las maravillas” Humpty Dumpy dice “cuando yo uso
una palabra en tono desdeñoso quiere decir yo quiero que digan, ni más ni
menos”; la cuestión, insistió Alicia, es saber si se puede hacer que las pala-
bras signifiquen tantas cosas diferentes. La cuestión, replicó Humpty Dumpy,
“es saber quién es el que manda, eso es todo”.
Cuando hace aproximadamente unos 32 ó 33 años fui invitado a ocupar
una Dirección General en el Servicio Público me encontré que esta cita apare-
cía sobre el escritorio de varios funcionarios; posteriormente, me di cuenta
que aparecía en el escritorio de mi jefe, y del jefe de mi jefe. A la semana de
estar por ahí alguien me la regaló, así escrita en cristal; me di cuenta que
ésta era una cultura, era una manifestación de lealtad, era la filosofía que
privaba en ese momento, la lealtad al jefe. Comentando esto con algún maes-
tro me decía: bueno mira, es que posiblemente sea un reflejo de una cultura
que nos viene de la Revolución; en la Revolución tú estabas a disposición del
jefe, tu familia no existía, los amigos no existían, dejabas tu tierra y seguías
al jefe, pero cuando el jefe triunfaba tú triunfabas con él; entonces, me
decía, posiblemente es un reflejo de esta cultura heredada.
El siguiente tema es que ahí había opacidad; desde luego que no existía el
funcionario como aquel que tenía el derecho y la facultad de exigir cuentas;
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mismos; cuando utilizamos el puesto como un lente para ver más allá, para
ver a la población a la cual nos debemos, estamos cumpliendo la función.
Lo mismo sucede con las instituciones; si una institución empieza a verse
a sí misma, y como beneficiaria de los recursos que se le entregan y pierde
esta visión, se enferma. Entonces ustedes han visto la actitud de servicio
que tiene el mexicano, lo primero que dice “Soy fulano de tal para servir a
usted”, y si es del pueblo, se quita el sombrero y dice “Para servir a Dios y a
usted”; entonces esta actitud que tiene el pueblo mexicano en ocasiones no
la vemos reflejada cuando ocupamos un puesto en el servicio público; enton-
ces posiblemente ahí hay una riqueza no plenamente aprovechada; yo he
visto aquí en la Secretaría de Salud y en otras entidades, gente realmente
con una actitud de servicio y una capacidad de servicio, una capacidad de
escucha, de comprensión, de empatía que realmente es ejemplar; entonces si
logramos llevar al corazón del desempeño de la fusión del servidor público estare-
mos cumpliendo con la finalidad para la cual hemos aceptado los puestos que
desempeñamos; existen desde luego en esta normatividad diferentes entidades.
Veo que a continuación hay una exposición por parte de la Comisión Na-
cional de Derechos Humanos luego viene el IFAI; hay muchas entidades que
se interrelacionan para dar cumplimiento a esta normatividad. Por necesidad
yo me tengo que referir a la Secretaría de la Función Pública y al actuar de
sus Órganos Internos de Control. Cuando lleguemos a este tema de promover
acciones, ahí hablaremos de la responsabilidad administrativa, de cual es la
Misión y la Visión de la Función Pública. Consolidar un gobierno honesto,
eficiente y transparente, esa es la Misión, luego la ciudadanía participa, ¿cómo
participa?, vigila, se queja, señala, propone y confía en que la Función Públi-
ca es hacia donde queremos llegar.
Como ven, a pesar de la crítica que a veces se hace a todo el tema de la
planeación estratégica y esto ya implica un planteamiento muy diferente del
que veíamos en Humpy Dumpy, de verdad lo que importa no es ver el que
manda, lo que importa es consolidar un gobierno honesto, eficiente y trans-
parente, y la ciudadanía participa y confía en la función pública; es hacia
donde yo pienso que debemos ir, y lo que realmente justificaría el actuar de
quienes participamos en la función pública.
La Secretaría de la Función Pública ha lanzado dos programas: uno es el
control interno, el Programa de Control Interno, en el cual se ha estado
trabajando intensamente este año, y que el año próximo esperamos que sea
el de su consolidación. Se tienen cinco vías de acción; primero establecer y
mantener un ambiente de control, que los recursos que se entregan se cana-
licen hacia el fin para lo cual son destinados, que cada quien sepa quien debe
hacer, que y cómo. Que haya la posibilidad de evaluar e identificar riesgos,
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será en un actuar con los titulares, los ejecutivos de las entidades. Los Órga-
nos Internos de Control no tienen facultades ejecutivas, y no las deben te-
ner; sin embargo, sí se puede promover dentro de las instituciones la solución
a las quejas y una actitud de servicio más enfocada hacia la ciudadanía.
Federico Reyes Heroles en un folleto que elaboró para el IFAI, tiene una
cita que a mí me parece que es pertinente: “Ante la imposibilidad de tener
policías en cada esquina o garantizar que la información de un documento
sea verídica, contar con el apoyo del ciudadano vigía se convierte en una
alternativa muy interesante.” Entonces, la queja como mecanismo de vigi-
lancia de la sociedad, pienso yo, nos puede dar una perspectiva muy válida,
y aunque a veces la queja en su planteamiento inicial puede estar equivoca-
da, si nos detecta que algo duele, hay que buscar por qué duele, y luego hay
que solventar la causa de ese dolor. Promover acciones en la mejora de pro-
cesos, en la administración de los recursos humanos: ¿se tienen suficientes
recursos humanos?, ¿tienen el perfil adecuado?, ¿se está respetando la
profesionalización?, ¿existe la actitud adecuada por parte de los funcionarios a
cargo de dar esos servicios?; pienso yo que aquí está un tema, fundamental.
Luego existe la posibilidad de fincar una responsabilidad patrimonial, una res-
ponsabilidad penal y en este hospital que les comento, existe una acción de
carácter penal en este momento, donde hay aproximadamente 50 personas im-
plicadas en este desvío de fondos. Pero, y luego que pasa, y luego vienen los
amparos, después viene todo el litigio y finalmente si no promovemos una cultu-
ra de servicio estaremos haciendo un esfuerzo mínimamente productivo.
Como me asignaron el tema de Responsabilidad Administrativa, tengo
que referirme a ella. La falta de cumplimiento de los deberes impone que
pueda la Función Pública dar una responsabilidad, entonces lo que decíamos
al principio, se analiza si tiene razón o no la queja, si se lo hacemos saber y
si tiene razón; hay ahí una serie de opciones que van de la amonestación
pública, de la suspensión, destitución, sanción económica e inhabilitación.
Les comento que en el último puesto que yo tuve, por ahí aplicamos una
sanción por $ 1,300.000.00; yo no sé cuando la vamos a cobrar, pero la
normatividad me llevaba a fincar esta responsabilidad. Entonces lo que les
quisiera decir, es contextualizando, la responsabilidad administrativa pienso
que aunque es una obligación legal que tenemos, y desde luego que la vamos
a ejercer, pienso que no está ahí la respuesta; la respuesta está en promover
un espíritu de servicio, promover una cultura de servicio y descubrir la razón
de ser nuestra como funcionarios, pero más allá de esto como personas y
como seres humanos.
Termino como al principio: el servicio a los demás es la única razón con la
cual estamos como servidores públicos dentro de la administración pública.
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Derechos humanos y queja médica
Lic. José Luis Aceves Díaz
Comisión Nacional de Derechos Humanos
Antes que nada agradeciendo la invitación al Dr. Germán Fajardo Dolci, ma-
nifestando la disculpa por parte del Primer Visitador de la Comisión Nacional
el Dr. Raúl Plascencia Villanueva, quien por cuestiones de su cargo no está
presente; sin embargo, venimos con todo gusto para participar en este im-
portante evento más que nada para hablar sobre los Derechos Humanos y la
Queja Médica; nosotros vamos a hablar brevemente, en cuanto a las funcio-
nes de la Comisión Nacional, en cuanto a las experiencias que hemos tenido
en el trámite que llevamos en nuestras gestiones.
Comenzaríamos con decir que el derecho a la protección de la salud está
vinculado por su origen al derecho asistencial y al derecho a la seguridad
social, al incluirse en los textos constitucionales. El Derecho a la Protección
de la Salud adquiere un rasgo propio que le da autonomía incorporándose a la
lista de los derechos sociales; los derechos sociales se identifican con los
denominados derechos prestacionales, es decir aquellos derechos que para
satisfacerse requieren de una acción positiva, que se traduce normalmente
en la prestación de un bien o servicio; así, el derecho social con la caracterís-
tica de la preeminencia de los intereses colectivos por encima de los indivi-
duales, a través de leyes protectoras y programas creados por el Estado para
el establecimiento de condiciones más justas de vida que beneficiarán a los
sectores más desfavorecidos de la población. En nuestro país el Derecho a la
Protección de la Salud dentro del ordenamiento jurídico, impone al Estado la
obligación de realizar a favor de los titulares de ese derecho una serie de
prestaciones, las cuales están destinadas a satisfacer una necesidad de índo-
le individual pero colectivamente considerable. El Estado asume el deber de
proteger convenientemente la salud mediante la organización y puesta en
funcionamiento de los medios que se consideran necesarios para acceder a
ella; el sentido de la intervención es tratarla en el ámbito de la salubridad;
consiste en superar la desigualdad existente entre los miembros de una so-
ciedad, y que impide a muchos un tratamiento médico adecuado.
El Derecho a la Protección de la Salud es aquel derecho que se ostenta
frente al Estado, a fin de obtener una acción positiva de éste dirigida a la
efectiva satisfacción de la salud individual por encima de las necesidades
individuales del sujeto. No obstante que nuestro país es poseedor de una
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órgano fue creado, se dijo que fue para satisfacer intereses políticos; sin
embargo, se menciono que surgió para revertir la idea de la comunidad inter-
nacional de que México era un país con una escasa vigencia de los derechos
humanos, y que éste era un obstáculo para que entrara al circulo de los
países desarrollados y para la celebración del Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos; no obstante lo anterior México, efectivamente, necesitaba
un organismo que lograra una mayor vigencia de los derechos humanos y
con la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se respon-
dió a la intensa demanda social y a una necesidad real de nuestro país.
La Comisión se elevó a rasgo constitucional al realizarse una revisión al
apartado B, del artículo ciento dos de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, la cual se publicó en el Diario Oficial de la Federación el
28 de enero de 1992; en ese contexto, el 29 de junio de ese mismo año, fue
publicada en el Diario Oficial de la Federación, la Ley de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos, en cuyo artículo segundo se estableció que esta Co-
misión es un organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patri-
monio propio, que tiene por objeto esencial la protección, observancia,
promoción, estudio y divulgación de los derechos previstos en el orden jurí-
dico mexicano mediante el decreto publicado en el Diario Oficial de la Fede-
ración. El 13 de septiembre de 1999 se reformó el artículo ciento doce en su
apartado B de la Constitución Política en el que se estableció principalmente
que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es un organismo que
cuenta con autonomía de gestión y presupuestaria con personalidad jurídica
y patrimonio propio.
Finalmente, buscando fortalecer la autonomía y ampliar las funciones de
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para incrementar la eficacia
de sus resoluciones y recomendaciones, el 26 de noviembre de 2001, se pu-
blicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se reformaron,
adicionaron y derogaron diversas disposiciones de la Ley de la Comisión Na-
cional de los Derechos Humanos. Dentro de las atribuciones de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos se encuentra el recibir quejas de presun-
tas violaciones a derechos humanos, conocer e investigar éstas, por actos u
omisiones de autoridades administrativas de carácter federal, o cuando los
particulares cometan algún ilícito con la tolerancia o anuencia de algún ser-
vidor público, y procurar la conciliación entre los quejosos y las autoridades
señaladas como responsables, así como la inmediata solución de un conflicto
planteado cuando la naturaleza del caso así lo permita.
La salud es uno de nuestros valores fundamentales, y favorecer su preser-
vación, mantenimiento y restauración es una responsabilidad del Estado. En
cuanto al derecho a la protección de la salud, la obligación del Estado se
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Queja médica y transparencia de la información
Mtro. Alonso Lujambio Irazábal
Comisionado Presidente del Instituto Federal de Acceso a la
Información Pública
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fía. Una discusión muy fuerte que tuvimos los comisionados del IFAI, fue que
si las fotos de los funcionarios públicos debían ser públicas o no; finalmente
quedamos 3-2, yo incluido en la mayoría pensando que no, que en relación a
la fotografía uno tiene derecho a su propia imagen y que un funcionario
público no pierde ese derecho por ser funcionario público; claro habrá políti-
cos que quieren salir en la foto, pero allá ellos; muchos funcionarios públi-
cos, jefes de departamento, jefes de área, directores de área, en fin, no
quieren que sus caras sean públicas, no rinden cuentas dando la cara física-
mente, no rinden cuentas dando la foto; rinden cuentas dando la cara, es
decir, asumiendo la responsabilidad de su conducta, pero acepto, que esto es
lo que interpretábamos, que esto era un dato personal por semejanza con
otros análogos que afecten su intimidad, y yo considero junto con otros dos
colegas que afecta su intimidad, su privacidad, el hecho de que su foto circu-
le por ninguna razón que se juzgue en principio válida; claro que si eres
funcionario público y realizas actos de molestia, por supuesto que debe ser
pública tu foto para que se sepa quien está realizando esta tarea.
Lo que quiero subrayar respecto a los datos personales, son también
interpretables, no son definiciones que sean sencillas. Naturalmente la pro-
tección de los datos personales es una de las obligaciones del IFAI; cierta-
mente, uno de los objetivos de la Ley es garantizar la protección de los datos
personales en posesión de los sujetos obligados por la Ley; sólo los titulares o
sus representantes legales, pueden tener acceso a sus datos personales en
posesión de los sujetos obligados por la Ley.
Ahora vamos a la queja médica directamente, que es uno de los temas más
complejos que ha enfrentado el IFAI en sus resoluciones. Debo decir que en la
sustentación del proceso arbitral de la CONAMED, se conforma un expedien-
te al que puede incorporarse a juicio de ésta, copia del expediente clínico,
que la institución de salud pública o privada presenta a la Comisión. Enton-
ces, la ley dice que todos los sujetos obligados y la CONAMED es un sujeto
obligado por la Ley, una instancia de derecho público, que la CONAMED,
insisto, obligada por la Ley puede dar acceso a la información que tiene la
CONAMED, por cualquier título; es decir, que si bien un expediente médico
que tiene la CONAMED, que viene de una institución privada si bien no lo
produjo la CONAMED, lo tiene la CONAMED, y lo que la Ley dice es que lo que
la CONAMED tenga por cualquier título o sea en razón de lo que sea, es
susceptible de acceso público y el IFAI deberá evaluar si es o no pública esa
información; por otro lado, la Comisión podrá elaborar un dictamen médico
que precisará sus conclusiones respecto de la cuestión médica sometida a su
análisis; esto lo saben ustedes muy bien.
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Ahora, por otro lado, respecto al expediente clínico dice la NOM-168, es:
“El conjunto de documentos escritos gráficos e imagenológicos o de cual-
quier otra índole, en los cuales el personal de salud hace los registros, las
anotaciones, las certificaciones correspondientes a su intervención en la aten-
ción médica de un usuario de los servicios de salud”; pero ustedes conocen
esta definición. Ahora la Norma Oficial Mexicana antes referida establece,
que los prestadores de servicios sólo están obligados a otorgar un resumen
clínico del expediente, no el expediente; dicho resumen debe contener: “El
padecimiento actual, diagnóstico, tratamiento, evolución, pronóstico, estu-
dios de laboratorio y gabinete”. Sin embargo, cuando se aprueba la Ley de
Transparencia viene el primer debate entre la IFAI y la CONAMED, porque
cuando se aprueba la Ley de Transparencia, ésta está por encima de una
NOM; una Ley nunca puede estar por debajo de una Norma Oficial Mexicana,
la Norma está subordinada por la Ley. La Ley dice que es jerárquicamente
superior a la Norma, que los titulares de los datos personales tienen derecho
a acceder en todo momento a la totalidad de sus datos, previa acreditación
de su personalidad; que si pido mi expediente médico, a la hora que me lo
van a dar tengo que probar quien soy yo; así, es necesario expresamente
probar la personalidad jurídica, no en relación a la información pública, por-
que no importa quien eres, pero sí importa quien eres cuando vas a hacer
una solicitud del expediente médico. Por lo tanto, aquí entramos a un deba-
te complejo con la CONAMED; ellos decían que la NOM, está es la práctica
constitucional, es la práctica de la profesión, porque ahora ustedes dicen
que es distinto pues porque el legislador así lo quiso, porque la Ley así lo
dice, porque la Ley en ningún momento dice que solamente puedes tener
acceso a sólo un parte de tus datos personales, sino que tienes acceso a todo
el conjunto del expediente.
Ahora, del mismo modo el dictamen médico de la CONAMED puede elabo-
rarse, también puede incluir datos personales a los que los titulares pueden
tener acceso una vez que el proceso arbitral haya concluido, de lo contrario
estamos en un proceso deliberativo, y la Ley dice que en tanto que no con-
cluyan un proceso deliberativo, esta información no es pública, pero en el
momento en que concluye, s’i lo es. ¿Entonces en dónde ha estado el gran
debate con nuestros amigos del sector de la profesión médica?: creen que es
importante destacar que una vez que un expediente clínico se encuentra en
los archivos de la CONAMED, en razón de que ésta tenga o haya tenido abier-
to un proceso arbitral, el acceso al titular de los datos es procedente aún
cuando la información haya sido entregada por una institución de salud
privada. Ahora yo no dejo de comprender la inquietud que tiene la CONAMED,
cuando dice que el arbitraje es voluntario, nadie va a fuerza ahí y es probable
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Hace tiempo uno de los Comisionados me decía: “Bueno, que pasa o que
van a hacer ustedes cuando se les presente el caso de que la CONAMED les
diga: “Este expediente es de un paciente que tiene algún problema psicológi-
co, y darle el expediente, puede incluso generar un problema”. Bueno el asun-
to no es sencillo, no hemos tenido todavía un caso de esa naturaleza, lo
tenemos que analizar con cuidado y profundamente, pero tendremos que ir
caso por caso, porque no podemos establecer un criterio universal, sino en
todo caso, en cada uno de ellos, observar de qué se trata y cómo es la mejor
manera de resolver el dilema. Estamos frente a un nuevo derecho, estamos
concientes de que esto ha generado un debate interesante en el gremio médico.
Creemos por otro lado, que la Ley de Transparencia genera un contexto de
exigencia para todos. Es cierto, todos los profesionales, todos los servidores
públicos estamos sometidos a un escrutinio público, cuando se exige que los
documentos que nosotros firmamos o con los que intercambiamos puntos de
vista, con los que decidimos, se hagan públicos. Porque también respecto de
nosotros puede haber demandas sobre ilegalidad de nuestra conducta, preci-
samente porque se tiene acceso a los documentos que manejamos. No quiero
simplificar, decir que todo es igual, pero si quiero hacer una analogía porque
me parece pertinente: todos estamos sometidos a escrutinio y me parece que
esa es buena noticia para México. Las peculiaridades del escrutinio sobre la
acción médica y las complejidades técnicas que supone el ejercicio de la
profesión no las ignoramos, no son poca cosa, creemos que es un asunto
complejo. Estamos dándole seguimiento al asunto a través de nuestro con-
tacto especialmente con la CONAMED, con el ISSSTE, con el IMSSS, y por
supuesto nos sometemos a su crítica y al análisis de nuestras decisiones.
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en general no está muy alejado de tales percepciones. Por otro lado, existe
una percepción de prácticas fraudulentas por parte de las aseguradoras priva-
das, quienes argumentan una multiplicidad de factores para evadir sus res-
ponsabilidades, tales como la preexistencia de alguna enfermedad que son
objeto de controversias y hasta hace poco tiempo, materia de arbitraje. Tal
situación nos preocupa y nos ocupa en buscar las mejores alternativas para
hacer más eficientes y elevar la calidad en los servicios médicos, tanto públi-
cos como privados. La solución arbitral de las controversias para la que fue
creada la CONAMED nos compromete, por sus características e importancia
ya citadas, en su fortalecimiento; para ello hay que entrar al fondo en el
análisis respecto a su estructura, facultades, competencia y por supuesto
sobre su autonomía. Considerando que hoy en día su función, y esto es una
afirmación de muchos legisladores y particularmente de un servidor, yo creo
que resulta muy corta para la responsabilidad que tiene conferida. Por lo
tanto es momento, considero, de actualizar la función de la CONAMED de
acuerdo a la responsabilidad que cada uno de ustedes, a lo largo y ancho del
país, están cumpliendo y que desde luego deben de tener los instrumentos
jurídicos y además económicos necesarios para su cabal cumplimiento. Exis-
ten en el Congreso, al día de hoy, por lo menos dos proyectos que tocan
aspectos sustanciales de lo aquí expuesto; ambos documentos reflejan en
parte la inquietud de los legisladores por avanzar en la consolidación jurídica
de la CONAMED. Y de igual forma, ambos se fundamentan primordialmente
en la necesidad de crear un órgano autónomo e independiente con persona-
lidad y patrimonio propio que desarrolle su encargo al margen de cualquier
acto de sospecha que pudiera mermar su credibilidad. Estamos ciertos que la
actuación de la CONAMED debe ser imparcial y objetiva y ello nos obliga a
alejarla de toda duda o suposición y estamos ciertos de la buena fe de las
partes que someten sus diferencias al amigable arbitrio de la Comisión. Ello
nos exige dar una mayor certeza a sus resoluciones dotándola de un carácter
vinculatorio.
La crítica y autocrítica desarrollada en los últimos años respecto de la
autonomía de la CONAMED, estoy seguro, no es ni debe ser una acusación
sino un reflejo del compromiso por su fortalecimiento, porque en la medida
en que se fomente la confianza en los médicos y las instituciones de salud, se
fortalece la confianza en el Estado Mexicano.
Ampliar las esferas de competencia de la CONAMED a todas las institucio-
nes de salud de los diferentes órdenes de gobierno es otro camino que debe-
mos explorar. Hoy, por ejemplo, el IMSS tiene un procedimiento por el cual el
propio Instituto resuelve las quejas presentadas por sus derechohabientes en
contra del propio instituto. Lo que no debe impedir pudiera llegarse a la
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Voy a explicarles quiénes son y cómo funciona la Comisión de Salud para ver
cómo pudiéramos trabajar en conjunto y hacerles una atenta invitación para
que pudiéramos hacer algo antes de que cambie la Legislatura. Y como han
de estar ya con queja de tanta queja de 11 años, en estos dos días permítasenos
reflexionar más en la ontología y la profundidad de la relación médico pa-
ciente y el origen de la queja para buscar de qué manera pudiéramos darle
más avance y propuestas legislativas al asunto y ésta, como comentaba el Dr.
Navarro, es una de las paradojas de las tres que vamos a comentar el día de
hoy en materia de salud.
Hemos hecho muchísimo, me consta que los 25 años hemos trabajado
muchísimo, pero la gente sigue insatisfecha. No vamos mucho más por allá.
La expectativa cada vez es más alta y ésta es una de las paradojas de la salud.
Pareciera que nosotros luchamos por algo y la ciudadanía a lo mejor está
esperando alguna otra cosa.
Ésta es la conformación de la Cámara y es importante porque si quisiéra-
mos nosotros modificar algo en las leyes o en las propuestas, pues la vía más
corta es acérquese a su diputado. Y ahí es el porcentaje de diputados y colo-
res, aunque ya uno se quedó sin color, pero es la composición que tenemos
actualmente de los 500 diputados y éstas son algunas de las funciones que
son exclusivas sin el Senado. Aprobar el presupuesto de egresos, incluido si
tuviera autonomía la CONAMED, revisar la cuenta pública, declarar si se pro-
cede o no penalmente contra los servidores públicos y el famosísimo nom-
bramiento de los consejeros que ha quitado el sueño toda esta semana, entre
otras cosas.
Estas funciones sí se comparten con el Senado, pero los diputados y los
senadores pueden hacer normas, acomodar servicios, controlar precios y eva-
luar la transparencia; por ese lado cualquier cosa que tenga que ver con la
queja me parece muy bien y a propósito las pusimos en desorden porque creo
que es donde no satisfacemos al paciente. Creo que estos espacios no están
verdaderamente en la misma línea y es lo que quisiéramos intentar. Ésta es la
Comisión de Salud, eran 30 ahora son 29; una de las diputadas pasó a la mesa
directiva por este año. Está conformada con ese porcentaje: hay 12 del PAN,
8 del PRD, 6 del PRI, 1 del Verde, 1 de Convergencia y 1 del Trabajo. Eso da los
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Germán Dehesa
Muy buenas tardes a todos ustedes. Decía mi abuela que no es bien nacido el
que no es agradecido. Entonces créanme que yo agradezco profundamente
que a esta hora que ya es la hora del taco de manera muy abierta ustedes
hayan decidido entorilarse aquí, para que hable del quejumbre, volveré sobre
ese tema de la quejumbre. Yo creo tener autoridad para hablar sobre esto y
no porque tenga el menor estudio médico, pero he sido estudiado por tantos
médicos, más una plaga humana que es mi hermana, la Dra. Margarita Dehe-
sa, directora de Gastroenterología en el Centro Médico. Y yo no sé si pudiera
dejar de una vez aquí mi queja contra mi hermana porque, basta con que le
diga yo que algo me gusta para que lo prohiba. Ya del sexo ni hablamos.
Entonces ya me tiene muy frito mi hermana. Y me dice “Pero aquí estás
vivo”, pues sí pero vivo como ahuevado como que no. Todo lo que era placen-
tero ya no más lo ve uno pasar, ya no se puede uno trepar a ningún camión,
bueno, pero está ahí mi hermana la doctora que ella si es un pozo de ciencias
sobre todas las cuestiones médicas; por otra parte, pues todo aquel que se
pone a leer actualmente se tropieza por todas partes con la infinidad aterra-
dora de novedades médicas, de nuevas maniobras operatorias, de nuevos
instrumentos y herramientas para el quirófano, de nuevas medicinas, que
siempre se lanzan al mercado como milagrosas y van poco a poco perdiendo
su condición de milagrosas y regresa uno a tomarse sus aspirinas y a dejarse
de jaladas. Pero ese mundo que nos tocó vivir no ha sido ajeno a la explota-
ción comercial. No sé si hayan leído un libro que se llama El Jardinero…
Sobre lo que se hace para mantener sin atacar el problema del SIDA en África.
Porque están esperando que haya un mercado con mejor poder adquisitivo,
porque ni modo de regalarles las medicinas y es aterradora la novela que
luego fue película
Y entonces bueno todo estuvo bien, cuando salí y pregunté cuánto debía
y me dijeron cero pesos y cero centavos, yo me quede pero patidifuso y estoy
pensando qué herramienta les es útil en el hospital para donarla, porque
tampoco hay que ser encajosos de decir ¡ah! pues como no me cobraron ya la
hice; entonces aprovecho esta época odiosa presidida por ese gordo degene-
rado probablemente abusador de niños que es Santa Claus, en el cual ni creo
ni me importa, lo detesto méndigo panzón cocacolero, no voy a gastar un
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le ocurrió agarrar una cubeta y usted regar; se nos cae el barniz o que pasa
con nosotros, por qué no participar, nos tenemos miedo unos a otros, miedo
absolutamente injustificado; mientras no sea uno cantante grupero no hay
porque temer nada; pues si, la verdad, el miedo, el miedo y todo eso nos los
fue inoculando el PRI por muchísimos años y le era muy útil, porque en la
medida en que un ciudadano desconfiara del otro no se organizaban, no se
reunían, no pensaban con un pensamiento común, sino cada quien por su
cuenta y eso nos hacía infinitamente más manejables; en esas condiciones y
en este extraño país en donde pasan cosas inenarrables. En qué otro país
pueden meter de contrabando un elefante, a ver díganme, pues acá por la
frontera de Laredo metieron un elefante y todavía interrogan al vista aduanal
y dice pues no lo vi, porque lo veo y no lo dejo pasar; está cañón no ver un
elefante y todavía anda en un rancho de Nuevo León, anda suelto muy con-
tento, muy hallado con las enchiladas, muy satisfecho; hacemos cosas que
de veras, bueno. Entonces en este país, un buen día, un amigo que ese no
entró de contrabando, ese nació aquí, Federico Reyes Heroles, me dijo con
esa voz ligeramente plañidera que tiene, -oye Germán fíjate que estamos
creando la Comisión de Arbitraje Médico-, mira pues que bien Federico le
digo, pero tú vas a tronar, mano, estás en todos los comités del país, en el de
Reina de la primavera ahí esta Federico Reyes Heroles, no pero esto es
importantísimo y si obviamente y ahora lo compruebo es importantísimo, es
importantísimo, salvo por el hecho de que no son muchos los mexicanos que
conocen su existencia.
En general el mexicano suele ser fatalista; tiende a serlo cuando un doctor
verdaderamente lo maltrata, en el sentido real de la palabra o cuando en una
operación le hacen unas cosas escalofriantes, pero, lo toma con resignación
-dice pos- y ponen cara de joky DIOS me lo dio DIOS me lo quitó, y yo me voy
a seguir sufriendo o voy a ver otro doctor, pero nunca se les ocurre que a esos
doctores que han hecho eso se les puede exigir una responsabilidad. Está
como mal planeado todo el ciclo del proceso médico, porque además de en-
trada, ahorita ya se están aplacando un poco, pero los doctores ya forman
parte del olimpo Tenochca, ya no digamos que están hasta arriba de la pirá-
mide pero a media pirámide si están, salvo que sean oncólogos o cardiólogos
que están casi ya pegándole al techo de la pirámide y éstos son figuras sagra-
das; pero el problema no somos nosotros que los sacralizamos, que también
ellos, a sí mismos cómo se miran; yo creo que de las friegas que les ponen a
lo largo la carrera, ya cuando llegan al noble ejercicio de su profesión ya
necesitan una revancha para el resto de su vida y parte de la revancha es la
altivez. Entonces, yo recuerdo un médico que me recetó unas cápsulas y le
digo: ¿oiga doctor y para qué son estas cápsulas? -hoy sería muy largo de
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explicarle a usted señor que no sabe nada de medicina- ¿y qué contienen las
cápsulas? -¿sabe usted algo de química?-, si señor soy Ingeniero Químico; –
de todas maneras, de todas maneras usted no viene a entender y a mí el
paciente que me gusta es el que no chista-, entonces yo agarré las capsulitas,
se las deje ahí y le digo: ¿sabe qué doctor, su mamacita bien? que bueno, yo,
como decimos en México, yo paso a retirarme; que expresión tan fregona la
de yo paso a retirarme Licenciado y jamás volví. ¿Por qué tiene uno que ir
tratado a patadas, cuando hay tanta poesía, cuando hay tanta sacralidad en
el trato médico-paciente?; porque le van a meter la mano a uno en su cuerpo,
porque lo van a explorar a uno, porque les va uno a tener que contar si es que
quiero un diagnóstico adecuado, pues tiene que uno que contarles todo;
había un cuate mío llamado Tokiño, bueno apodado Tokiño, cuando no se
sentía muy bien que llegaban los de los análisis médicos les daba la orina de
la sirvienta de la casa; entonces siempre salía de maravilla, hasta que de
pronto pues azotó, no se murió pero por naditita, porque ya le hicieron los
auténticos análisis.
Entonces de entrada hay eso, la relación médico-paciente, todavía muy
viciada en donde el paciente no conoce sus derechos, en tanto paciente.
Cuando a mí me dio el infarto yo no tenía cardiólogo, fui a dar al Hospital
Español a la unidad coronaria, que en el centro de la unidad coronaria tenían
un hermoso reloj de Gayoso, uta, si, imagínense entrar ahí, claro que tenía
una gentileza ahí escrita, por si nos necesita, no es seguro, es por si nos
necesita y ahí me tenían hecho un baboso; me daban calmantes porque no
sabían que hacer conmigo hasta que llegara un cardiólogo y se hiciera cargo
de mi caso y llego un cardiólogo cuyo nombre me reservo, pero a ponerme
como camote, no más me vio ni nos conocíamos ni nada y dijo –hacerme
venir en sábado, ya estaba descansando y tengo que estar aquí- ya de ahí la
culpa por haberle quitado su sábado al gordito, -mire no más, esto es por
todos los abusos y esto no sé que, seguro fuma y seguro quien sabe que-,
hasta que de pronto ya no aguanté y le dije: oiga doctor, no me regañe, no
me regañe, yo no vine a eso, además al que le duele es a mí, no a usted; yo lo
he tratado con mucho respeto a usted; no le he dicho nada, por ejemplo, de
sus hush pupies azul claro que está usando, que están feos muy feos, pero yo
que soy muy prudente no quise decir nada, yo no necesito que me regañen
en este momento, porque además vaya también a regañar a López Portillo y
a Echeverría, porque antes trabajando medio tiempo en la Universidad y el
otro tiempo leyendo y corrigiendo exámenes la pasaba yo muy bien y des-
pués ya no se pudo, porque este par de tarugos vinieron a meterle la mano
a la economía y todo repercute y de pronto ya no nos alcanzaba y hubo que
meterse a trabajar de manera demencial; entonces también vaya y regañe a
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López Portillo, pero yo lo que ahorita necesito no es regaño -le dije- yo nece-
sito amparo y consuelo, que son dos primas mías, -ay lo estaba yo calando a
ver si-, y se me quedaba viendo, y me decía, señor Dehesa que persona tan
extravagante es usted, pero ya había aflojado, ya había aflojado, porque
además cada 20 segundos se miraba los zapatos, pero es un derecho del
paciente decirle oiga no me gusta la manera en cómo me está tratando, no
creo que con eso me esté curando, con esta camotiza que me está poniendo,
si quiere luego hablamos de eso pero ahorita alívieme, ahorita alívieme, sí,
vamos a ver como le hacemos entre los dos para aliviarnos; porque yo estoy
seguro de que la recuperación de la salud es el resultado de una hermosa
conspiración, casi una complicidad entre paciente y médico y si no se logra
esa plena complicidad pues no hay salud y desde ahí viene el asunto de la
queja.
Uno tiene que quejarse con el doctor pues del dolor, del problema de tal,
mientras más precisos, mientras más amplios, mientras más detallados sea-
mos, más herramientas le damos al doctor para que nos dé una salud o una
recuperación efectiva; entonces yo, si, hay veces que me aviento unos rollos
llego a las 5 y me salgo a las 9, con varios reclamos de una bola de gordas que
están esperando turno para platicar puras babosadas; estoy seguro, en cam-
bio lo mío,-ay sí-, no, pero yo si soy muy platicador y les tengo que explicar
muy bien y todo y ahí comienza la queja, bien articulada, clara, puntual y
luego viene el servicio médico y muchas veces en este país el servicio médico
es desastroso por muchas razones; porque cobran carísimo lo que no ten-
drían porque cobrar, porque hacen una cantidad de porquerías en los
quirófanos, porque no atienden bien nuestra recuperación y entonces lo que
se ganó con un tratamiento o con un quirófano, pues se pierde; hay mil
razones, necesitamos formular bien; primero necesitamos saber que tene-
mos todo el derecho a quejarnos y dos, tenemos que formular bien nuestra
queja para que ustedes puedan entrar en acción y no ejercer venganza, sim-
plemente establecer un mínimo de justicia y no como la Suprema Corte en el
caso de Lidia Cacho; bueno, la importancia de la queja, pero la queja no es
del médico, la importancia de la queja médica no, no, no, la importancia de
la queja del paciente cuando ha recibido o conocido algún modo de la
iatrogenia y de la mala práctica de los médicos, entonces yo creo que es
importante que ustedes hagan un trabajo de divulgación, para ponerle már-
genes a esto, para decir, para que la queja funcione, necesitamos que con-
tenga esto y no que contenga esto otro, porque fíjense señores de la Comisión
que ya desde mi bisabuela padecemos esto de las piedras en los riñones, de
aquí, de la bisabuela; llegamos al caso de la queja, porque está directamente
dañada y hacerles ver que se tienen que formular bien, que tiene que tener
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un límite y que eso les dará a ustedes herramientas, de verás yo con todo
amor, les ofrezco ayudar a redactar, a poner en español, no a meterme en la
parte médica, pero a poner en español y no en el lenguaje del perro Bermúdez
sino en verdadero español, para que la gente entienda qué es la queja del
paciente ante la iatrogenia, cómo tiene que ser formulada.
Y por otra parte, que la Comisión y esto también tenemos que apelar a los
medios de comunicación y ya sé que ustedes solitos poco a poco se van
abriendo paso y ya tienen clientela bastante amplia, pero tienen que florecer
en todo el país estas comisiones, ¿por qué? porque no puede ser que el ciuda-
dano mexicano viva en tantas indefensiones; ese es el mensaje terrible de la
Suprema Corte de Justicia, nuestra más alta instancia de justicia, si ahí no se
resuelve, dónde se va resolver, ya después de ahí no hay nada y en ese senti-
do pues están ustedes, así también, después de ustedes ya no hay nada a
menos de que se arme el pleito y se pasen los años en eso hasta que muere el
abogado operado por el médico; entonces yo no estoy hablando y vuelvo al
principio del típico quejumbre mexicano, llorón, solicitando la lástima, eva-
diendo responsabilidades, no, una queja humana ciudadana bien formulada,
pero una queja es una manera de decir por qué si pago impuestos me devuel-
ven estas porquerías y tanto los privados como los públicos no, no es justo,
no lo acepto, por así el país no va a ninguna parte y es otra de las contrahe-
churas de México, ayudémonos entre todos a que por lo menos esa se resuel-
va México merece ser México, no merece un Hugo Chávez, pero la única
manera de lograr eso es, mediante la articulación inteligente y comprometi-
da de nuestras quejas o ante el gobierno o ante la Comisión o ante quien sea
necesaria.
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