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Psicología de la Personalidad II
Actividad 2 Ensayo
Profesor: Bachiller:
C.I 19.361.117
Puerto Ordaz, junio 2018
Desde una perspectiva más general y con un enfoque cognitivo, la Teoría de la Acción
Razonada de Fishbein y Ajzen (1975) y el Modelo de Creencias de Salud de Rosenstock (1974)
son contribuciones importantes a nuestro tema. La Teoría de la Acción Razonada parte del
principio de racionalidad de los seres humanos y del uso sistemático de la información que éstos
realizan. Ante una determinada conducta de salud, la consecuencia inmediata es la intención de
realizarla o no según dos componentes, la actitud hacia la conducta evaluada positiva o
negativamente y la norma subjetiva la percepción de las presiones sociales.
Es difícil pensar que porque uno en un momento determinado tenga una reacción
emocional muy intensa, ya sea una enorme alegría, un gran disgusto, o un fuerte enfado, vaya a
sufrir un infarto o algún tipo de afección cardiorrespiratoria grave. Debe haber mecanismos que
enlacen nuestra forma de ser, sentir o actuar, es decir, nuestra personalidad, con las alteraciones
o problemas físicos. De hecho, entre los investigadores médicos no se acepta generalmente que
la personalidad y los factores psicosociales sean entidades causales de los problemas de salud,
aunque sí hay acuerdo y aceptado sobre los mecanismos a través de los que pueden afectar a la
enfermedad somática o a los procesos de enfermedad (Elovainio y Kivimäki, 2009).
Los cinco grandes rasgos de personalidad, también llamados factores principales, suelen
recibir los siguientes nombres: Factor O: Apertura a la Experiencia; Muestra en qué grado un
sujeto tiende a buscar nuevas experiencias personales y concibe de una manera creativa su
futuro. La persona abierta a la experiencia tiene una relación fluida con su imaginación, aprecia
el arte y la estética, y es consecuente con sus emociones y la de los que le rodean. Prefieren
romper con la rutina y suelen poseer conocimientos sobre amplios temas debido a su curiosidad
intelectual. Su opuesto es la Cerrazón a la Experiencia (o al Cambio). Factor C: Responsabilidad:
Refiere a cuán centrado está el sujeto en sus objetivos, además de cuán disciplinado se muestra
para la consecución de dichos fines. Podríamos decir que la persona con alta puntuación en el
factor C es un individuo organizado, con capacidad de concentración, que termina sus tareas y
que piensa antes de tomar una decisión.
Factor E: Extraversión; Define el grado en que el sujeto se muestra abierto con los demás
y canaliza su energía en contextos sociales. Dicho de otro modo, el factor E examina cuánto le
agrada a un sujeto estar rodeado de otras personas, cuánto le gusta expresarse ante los demás,
etc. Su opuesto es la Introversión, que se caracteriza en personas reservadas, que a menudo son
tachados de antipáticos. Suelen ser ciertamente independientes, prefieren la rutina y el ambiente
familiar. Prefieren estar solos y no les agrada formar parte de bullicios de gente, lo cual no quiere
decir que sean menos felices. Frecuentemente se muestran tan animados como el que más en
círculos estrechos de amistad. Son más reflexivos que los extrovertidos, y tienden menos a la
acción.
Disociación es una palabra que se utiliza para describir la desconexión entre cosas
generalmente asociadas entre sí. Las experiencias disociativas no se integran en el sentido del yo,
dando por resultado discontinuidades en el conocimiento consciente. En la disociación se da una
falta de conexión en los pensamientos, memoria y sentido de identidad de una persona. Por
ejemplo, alguien puede pensar en un acontecimiento que le trastornaba enormemente y aun así
no experimentar ninguna emoción en absoluto. Es lo que se llama embotamiento emocional, uno
de los aspectos principales del trastorno de estrés postraumático. La disociación es un proceso
psicológico que se encuentra comúnmente en personas que buscan un tratamiento por problemas
psicológicos (Maldonado et al., 2002).
La herencia proporciona una constitución física y una dotación genética, mediante las
cuales se va a captar el mundo y a responder ante él. El ambiente proporciona elementos de
interpretación, pautas para dar significado a los estímulos, y determinar formas de respuesta. La
influencia simultánea de lo hereditario y lo ambiental a través del tiempo y del espacio, van
dando origen y determinando la personalidad. El individuo no nace con una personalidad
determinada, sino con cierta dotación que condicionará, en parte, el desarrollo posterior. La
personalidad se conquista, se hace, se construye. Las condiciones heredadas se complementan y
transforman a través de la experiencia, el aprendizaje, la educación, el trabajo, la fuerza de
voluntad, la convivencia y el cultivo de la persona. La Personalidad como organización dinámica
cambia con la edad, la profesión u ocupación del sujeto, su situación vital, cambios en su medio
ambiente etc.
Referencias bibliográficas:
2. Antonovsky, A. (1987). Unraveling the Mystery of Health: How people manage stress and
stay well. San Francisco: Jossey-Bass.
5. Blanco, A., Sánchez, F., Carrera, P., Caballero, A. y Rojas, D. (2000). Supuestos teóricos
para un modelo biopsicosocial de las conductas de riesgo. En Yubero, S. y Larrañaga, E.
(Eds.). SIDA: Una visión multidisciplinar (pp. 41-62). Cuenca: Ediciones Castilla La
Mancha.