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VICERRECTORADO ACADEMICO
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD
Facilitadora: Estudiante:
C.I: 30.012.019
Sección 2
Febrero 2021
La psicología, es una ciencia joven pero con un largo pasado y, sin duda el estudio de
la personalidad es el más vivo ejemplo de ello. Hipócrates formuló la idea entre los griegos
sobre la existencia de cuatro temperamentos, posteriormente difundida por el médico
Galeno en sus cuatro tipos de individuos (sanguíneo, colérico, melancólico y flemático),
siguiéndose esta tradición clasificatoria a lo largo de los siglos. Actualmente existen dos
grandes corrientes; la ideográfica o psicodinámica, la que establece que todos los
individuos son únicos e irrepetibles y, la diferencial, la que establece que existen
diferencias pero también similitudes, principalmente como paradigma de investigación, de
la cual nos ocupamos en este escrito.
De acuerdo con Digman (1989) en la segunda parte del siglo XX se llevó a cabo un
esfuerzo por colocar el constructo de personalidad en algún tipo de orden sistemático, tal es
el caso de los estudios matemáticos basados en modelos factoriales dando lugar
principalmente al desarrollo de escalas de medición. Por ejemplo, Eysenck (1970) propuso
que la personalidad se puede representar por tres factores, Cattell y Coan (1957)
propusieron dieciséis, mientras que Norman (1963) sugirió cinco. Muchas discusiones se
han generado al respecto, por cierto polémicas; sin embargo, lo que no se puede dudar es la
importancia de conocer mediciones de personalidad y su relación con la salud, el trabajo y
la vida diaria, entre otras cosas (ver American Psychologist, 1993).
Modelo de los cinco grandes
De acuerdo con Woods y Hampson (2005) todavía existe el debate teórico respecto al
número de factores más adecuado para clasificar la personalidad mediante cuestionarios o
inventarios construidos en los últimos tiempos, tal es el caso de los modelos que proponen
3, 5, 8 ó 16 factores. A pesar de lo anterior, según los autores se ha incrementado el
consenso respecto al modelo de los cinco grandes factores, también conocido como “Big
Five” (Extraversión, Amabilidad, Responsabilidad, Neurotismo y Apertura), inicialmente
investigada por Norman (1963).
Por otro lado, las crisis de identidad se refieren a un momento de cambio, que, indica
Morán, "puede estar marcado por la propia persona o por una circunstancia externa". Se
trata de situaciones que "producen incertidumbre y ansiedad, pero también dan
oportunidades", añade. Normalmente, se relacionan con momentos trascendentales de la
vida, como las relaciones de pareja, los hijos, el trabajo o la salud, indica el psicólogo
clínico Jorge Barraca: "Es un replanteamiento de los temas vitales (…) la identidad viene
otorgada por el marco en el que se encuentra la persona en diferentes planos, y se trata de
un cuestionamiento global ante los cambios".
El término proviene de las crisis evolutivas (del tipo que marcan cada etapa de la vida
hacia la madurez) de las que hablaban expertos como Erich Fromm, psicólogo social, y
Erik H. Erikson, psicoanalista y autor de obras como Identidad y el ciclo de la vida, aunque
lo cierto es que pertenece más al asfalto que a las consultas y a los manuales de diagnóstico,
como el DSM-5 (donde no aparece). Laura Morán, psicóloga y terapeuta, lo define como
"concepto de calle" y explica que, aunque no sean oficiales, "este tipo de términos sirven
para que el paciente pueda comunicar crisis vitales como, por ejemplo, el desconocimiento
de hacia dónde van sus vidas".
Los modelos dimensionales parecen cubrir los aspectos más importantes de las
alteraciones de la personalidad. Por ello, su integración, utilidad clínica y las relaciones con
las categorías diagnósticas de los trastornos de la personalidad y con diversos aspectos de la
disfunción de la personalidad siguen siendo activamente investigadas.
En síntesis, la gran variedad de planteamientos sobre la personalidad hace que este
constructo posea gran relevancia para las diversas corrientes psicológicas (debido a que en
cada periodo histórico el concepto es más estudiado y por ende mejor descrito) sino que
también nos pone en perspectiva acerca de la relevancia teórica que en investigación se le
ha dado al concepto de personalidad a lo largo de la historia y de acuerdo con las
manifestaciones que se hacen evidentes en los seres humanos, llevan a que sea un
constructo bastante controvertido debido a que no se han establecido criterios universales
para identificar perfiles de personalidad.
La personalidad nunca será la misma, ya que son patrones de conducta que se refieren
a un comportamiento relativamente estable en el tiempo, sin embargo, está sustenta al
cambio de las variables ambientales. Y sin duda, la personalidad no tiene capacidad
explicativa de conductas, sin embargo, si tiene capacidad predictora.
Referencias
Achenbach, T. M. & Rescorla, L. A. (2001). Mental health practitioner’s guide for the
Achenbach system of empirically based assessment). Burlington, vt: University of
Vermont, Research Center for Children, Youth and Families.
Bagby, R. M., Costa, P. T. Widiger, T. A., Ryder, A. G.M. & Marshall, M. (2005).
dsm-iv personality disorders and the five factor model of personality: A multi-method
examination of domain- and facet-level predictions. European Journal of Personality
Allport, G. (1961). Pattern and Grown in personality. New York: Holl, Rinehart &
Winston.
Bandura, A. & Locke, E. (2003). Negative Self-efficacy and goal effect revisited.
Journal of Applied Psycholgy