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Concepto e importancia del mantenimiento industrial

El mantenimiento industrial se puede definir como el conjunto de


actividades necesarias para lograr un óptimo funcionamiento tanto de
instalaciones, maquinaria y equipos como de los distintos espacios de
trabajo que componen esas instalaciones industriales. Beneficios del
mantenimiento industrial para las empresas. El mantenimiento industrial
es una inversión, que genera grandes beneficios entre los que te
podemos enumerar los siguientes: Previene y evita accidentes laborales
aumentando así la seguridad para las personas que intervienen en el
proceso productivo.
Aún quedan empresas que consideran que el mantenimiento es algo
secundario y prescindible pero los problemas y el mal funcionamiento de los
equipos pueden hacer que el ciclo de producción se detenga y repercuta en la
productividad y rentabilidad de la empresa.

El mantenimiento industrial es una inversión, que genera grandes


beneficios entre los que podemos enumerar los siguientes:

• Previenes y evitas accidentes laborales aumentando así la seguridad para


las personas que intervienen en el proceso productivo.
• Evitas y disminuyes pérdidas por paradas de la producción.
• Te permite contar con una documentación y seguimientos de los
mantenimientos necesarios para cada equipo.
• Impide que surjan daños irreparables en tus instalaciones industriales.
• Aumenta la vida útil de tus equipos
• Reduce costes
• Conserva los bienes de equipo en buenas condiciones

Principios de organización
1. Objetivo
Cabe destacar, que todas las actividades y tareas de una organización deben girar
en función de un objetivo común, el cual establece el propósito que impulsa la
empresa.

Sobre todo, el objetivo propuesto debe ser general, para que la meta por alcanzar
sea común para todos los departamentos de la organización. Si no se tiene un
objetivo común se puede correr el riesgo que cada departamento establezca sus
propias metas. Las cuáles podrían resultar contradictorias y afectar el buen
desempeño de la organización.

2. Especialización

Así mismo, los trabajadores deben especializarse en desempeñar una sola labor,
aprovechando la ventaja o habilidad superior que posee cada empleado. Este
proceso ayuda a aumentar la productividad de la empresa.

Como resultado, si cada persona realiza una tarea específica, las personas van
desarrollando destrezas y habilidades, que le permiten maximizar su rendimiento y
esfuerzo.

3. Jerarquía

Naturalmente, la jerarquía consiste en establecer un centro de autoridad de donde


surge el proceso de comunicación sobre las disposiciones generales que se deben
seguir para la consecución de los objetivos.

En efecto, esta cadena de mando permite lograr un mejor control tanto de las
tareas que se tienen que realizar como de los resultados obtenidos. Permite que
los principios de autoridad y responsabilidad se manejen de manera adecuada.

4. Responsabilidad

Sin duda, debe existir una correlación entre la autoridad y la responsabilidad,


porque muchas veces para cumplir con ciertas responsabilidades se requiere tener
cierto grado de autoridad. Además, la responsabilidad dependerá de la posición y
el rol que desempeñe cada persona dentro de la empresa.

Por supuesto, dentro de una organización se puede delegar autoridad, pero no se


puede delegar responsabilidades, porque una vez asignada una tarea a un
empleado, este la tiene que realizar.
5. Unidad de mando

Generalmente, cuando una organización establece una unidad de mando, cada


función debe asignarse a un solo jefe. Dado que, si no se asignan de forma correcta
las funciones no se puede posteriormente deducir responsabilidades.

6. Difusión

Desde luego, al realizar una correcta difusión de las obligaciones y


responsabilidades que le corresponden a cada puesto, se logra maximizar las
ventajas y el uso de los recursos de la empresa. En el proceso de difusión participan
todos los miembros de la organización. Empezando con los altos mandos, hacia los
niveles más bajos de autoridad.

Es recomendable que el proceso de difusión se realice de forma escrita, porque


esto facilita tanto la verificación como el control de los procedimientos y de las
actividades.

7. Extensión del control

Evidentemente, este principio permite limitar el número de subordinados que


dependen de un puesto de mando y que deben reportar a un jefe específico. Lo
recomendable es que un jefe o supervisor tenga a cargo como máximo cinco
empleados, para que pueda darse un control eficiente de las tareas.

8. Coordinación

De cualquier manera, la coordinación se establece con el propósito de lograr


mantener el equilibrio dentro de la organización. El equilibrio resulta necesario
para que todos sus departamentos funcionen adecuadamente y para alcanzar los
objetivos.

9. Continuidad

También, se debe pensar en la permanencia de la empresa en el largo plazo. Se


debe considerar que se debe mantener estable a lo largo del tiempo, pero que
debe irse ajustando a las condiciones y cambios del entorno.

Por ello es recomendable que los procesos queden documentados, para que se
logre la continuidad, aunque cambien las personas de la organización que ejecutan
estas tareas.
10. Flexibilidad

Tras establecerse la estructura organizacional, se debe considerar que todo


cambia para una empresa. Cambian los métodos de producción y de
comercialización. Por lo tanto, la empresa debe estar sujeta a los cambios y realizar
los ajustes necesarios.

Como consecuencia, una organización siempre estará afectada por los cambios,
por ello tiene que ser dinámica y ser suficientemente flexible para no afectar su
desempeño.

11. Eficiencia

Ciertamente, toda empresa debe tener como meta lograr la máxima producción
con los costos más bajos posibles. Esto se puede lograr coordinando
adecuadamente todos los esfuerzos, pero también es necesario que los empleados
se encuentren a gusto dentro de la empresa. Puesto que esto favorece el aumento
de la productividad del trabajo.

12. Comunicación

Igualmente, el proceso de comunicación se debe dar de manera fluida y constante,


para que circule en todos los niveles y en ambos sentidos. Es decir, de arriba hacia
abajo y de abajo hacia arriba.

Deben comunicarse en ambas direcciones las políticas de la empresa, las quejas y


sugerencias de los clientes, los programas empresariales y cualquier tipo de
información que es necesario que todos conozcan.

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