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José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, 25 de junio del 1842 - Quito, 28 de enero de

1912) fue presidente de la República de Ecuador en dos ocasiones en períodos que


comprenden entre 1895 a 1901 y 1906 a 1911, general de división del Ejército del
Ecuador desde 1895 y líder de la revolución liberal ecuatoriana (1895-1924). Por su
rol central en las batallas de la revolución y por haber combatido al
conservadurismo por casi treinta años, es conocido como el Viejo Luchador. En
ninguno de sus mandatos llegó al poder político por elección popular, siempre fue
por medio de golpe de Estado dado por los revolucionarios, luego de lo cual se
llamaba a asamblea constituyente para legitimar el poder.

Alfaro inició su lucha contra los conservadores católicos desde los años 60 del
siglo xix, las fuerzas revolucionarias lo nombraron Jefe Supremo de las provincias
de Manabí y Esmeraldas, durante su rebelión en febrero de 1883, rebelión que
terminó el 11 de octubre del mismo año cuando fue organizado un gobierno
provisional que restauró el conservadurismo en el poder.

El 5 de junio de 1895, el pueblo de Guayaquil se pronuncia en contra del presidente


interino Vicente Lucio Salazar y lo nombra Jefe Supremo, por lo que Eloy Alfaro
vuelve al país desde el destierro en Panamá y se da inicio a la Revolución liberal
y a una corta guerra civil con la que conquista el poder político.

El 17 de enero de 1897 es nombrado Presidente Constitucional con Manuel Benigno


Cueva Betancourt (tío del futuro Presidente Isidro Ayora Cueva) en el papel de
vicepresidente, hasta el 1 de septiembre de 1901, con lo cual entre sus principales
logros estuvo la separación entre Iglesia y Estado. Después de su primer gobierno,
apoyó a su sucesor, Leónidas Plaza Gutiérrez, pero poco tiempo después surgieron
diferencias entre ambos. Se opuso contra el gobierno de Lizardo García el 1 de
enero de 1906 y a pocos días, el 17 de enero, se proclama Jefe Supremo y gobernó
hasta el 12 de agosto de 1911. En el segundo período de gobierno de Alfaro se
realizaron varios cambios, entre los cuales consta la legalización del divorcio, la
construcción de numerosas escuelas públicas, se instauró la libertad de expresión,
se instituyó el laicismo, el derecho a la educación gratuita, así como el
matrimonio civil. Sin embargo, se considera como el mayor logro de este período el
haber finalizado la construcción del Ferrocarril Transandino del Ecuador que unió
las ciudades de Guayaquil y Quito. Esto ayudó a la creación de la empresa
ferrocarrilera dirigida por el empresario quiteño Marco Antonio Benavides; que se
convirtió, años después, en la mano derecha de Eloy Alfaro.

Después del cese de sus funciones, durante el gobierno de Emilio Estrada Carmona,
Alfaro cuestionó severamente la administración del Presidente y pronto los
coidearios de Alfaro, empezaron a organizar una serie de sublevaciones militares.
Alfaro fue desterrado a Panamá durante el gobierno interino de Carlos Freile
Zaldumbide. El 4 de enero de 1912 volvió al país y pronto se propuso dialogar con
el Gobierno, sin embargo, el general Leónidas Plaza lo encarceló en el expenal
García Moreno. El 28 de enero de 1912, un tumulto de personas en Quito ingresaron a
la cárcel donde estaban detenidos Alfaro, sus familiares, y amigos, y después de un
linchamiento, arrastraron los cuerpos de los líderes liberales por las calles de
Quito hasta el parque "El Ejido" donde finalmente los incendiaron.

Se considera que su legado más importante fue la defensa de los valores


democráticos, la unidad nacional, la integridad territorial del Ecuador, el
laicismo, la modernización de la sociedad ecuatoriana, la educación, y los sistemas
de transporte y comunicación.

La Escuela Superior Militar del Ejército Ecuatoriano lleva su nombre, así como el
buque insignia de la Escuadra Naval, instituciones educativas (colegios, escuelas y
academias) y múltiples avenidas, calles y plazas en todo el Ecuador. Alfaro es
considerado en la historia del Ecuador como uno de los gobernantes y líderes más
sobresalientes y con mayor impacto en la vida del país.
Índice
1 Biografía
1.1 Primeros años
1.2 Activismo liberal
2 Presidencia del Ecuador
2.1 Primer Gobierno: Desde el 23 de agosto de 1895 al 31 de agosto de 1901
2.2 Segunda Administración: 23 de diciembre de 1906 a 11 de agosto de 1911
2.3 Ministros de Estado
3 Cronología del alfarismo
4 Legado
5 Derrota y asesinato: La Hoguera Bárbara
6 Mausoleo y homenajes
7 Sucesión
8 Véase también
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos
Biografía
Primeros años

Imagen del expresidente ecuatoriano José Eloy Alfaro Delgado (1842-1912), miembro
del Partido Liberal Radical.
José Eloy Alfaro Delgado nació el 25 de junio de 1842. Su padre fue don Manuel
Alfaro y González, un republicano español oriundo de Cervera del Río Alhama, La
Rioja, nacido el 18 de diciembre de 1796, quien llegó al actual Ecuador en calidad
de exiliado político (hijo de Antonio Alfaro Colmenares y de su esposa Leandra
González Larrañaga y nieto paterno de Antonio Alfaro y de su esposa María Manuela
Colmenares), y María de la Natividad Delgado López, nacida en Montecristi el 8 de
septiembre de 1808, hija de Rafael de la Cruz Delgado, que fue en repetidas
ocasiones regidor del Cabildo colonial de Montecristi, y de su mujer María de la
Cruz López Prieto.

Activismo liberal

Eloy Alfaro y su familia en 1908.

Monumento a Eloy Alfaro en la escuela Superior Militar Eloy Alfaro.


José Eloy Alfaro Delgado recibió su instrucción primaria en su lugar natal y al
concluir esos estudios, se dedicó a ayudar a su padre en los negocios. En su
juventud fruto de una relación amorosa tuvo un hijo ilegítimo llamado Rafael.

Al enterarse, el joven Eloy Alfaro, de que el presidente Gabriel García Moreno


había pedido el protectorado a Francia, se unió a las filas liberales. A los 22
años de edad empuñó las armas contra García Moreno, pero tuvo que salir del Ecuador
porque la conspiración urdida por el general Tomás Maldonado había sido sofocada.
Corría 1864. Al año siguiente regresó para combatir junto al general José María
Urbina en el Combate naval de Jambelí (1865).

Derrotado y perseguido, Alfaro se exilia en Panamá, departamento de Colombia


todavía, en donde dedicado al comercio adquirió riqueza y contrajo matrimonio con
Ana Paredes Arosemena, panameña de 16 años de edad, y con quien tuvo nueve hijos.
En Panamá conoció a Juan Montalvo, a quien protegió y financió la edición de
algunos de los inmortales ensayos. Muerto el presidente García Moreno en 1875,
Alfaro regresó a Ecuador, luchó por la abolición de la octava constitución política
conocida como Carta Negra y por la convocatoria de una asamblea constituyente.

Artículo principal: Revolución de Veintemilla


Se unió al general Ignacio de Veintemilla en la llamada Revolución de Veintemilla y
se distinguió en el Combate de Galte, la batalla que consolidó la Jefatura Suprema
del general. Pronto se decepcionó de él, volviendo a Panamá, regresó a Guayaquil en
abril de 1878 para combatirlo. En noviembre de ese año fue apresado y cargado de
grillos hasta marzo de 1879. Gracias a la valiente defensa de Montalvo fue puesto
en libertad y expulsado a Panamá. Como su fortuna material había venido a menos,
pues con ella financiaba su activismo libertario y porque Panamá había entrado en
crisis económica, Alfaro cayó en la pobreza. Trabajó como periodista, pero volvió a
la lucha armada en 1882 al proclamarse Veintemilla nuevamente dictador. Cuando
Alfaro contó a su madre que se aproximaba la guerra civil, recibió de ella esta
bendición: 'Bien está. Vaya usted a cumplir sus deberes con la patria'.

Artículo principal: Guerra civil ecuatoriana de 1882-1883


Se embarcó para Esmeraldas y asumió la dirección del movimiento armado, pero fue
vencido y tras un escape prodigioso y lleno de sufrimientos a través de los Andes y
la selva llegó a Panamá. Volvió otra vez a combatir en la campaña de la
Restauración, lo que le valió ser nombrado Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas. Los
opositores le echaron en cara el decreto del 2 de julio de 1883, en el que ordenaba
que los "sindicados sean juzgados sumaria y verbalmente sin apelación" y que "los
bienes de todos estos criminales se les confisquen mientras dure la guerra y para
emplearlos en sostener la guerra".

Sus tropas fueron las primeras en cercar a Guayaquil. Combatió en la batalla del 9
de julio de 1883 y entró triunfante en la ciudad. Convocada la asamblea
constituyente de 1884, renunció a la Jefatura Suprema de Esmeraldas y Manabí,
recibió la confirmación de su grado de general y se exilió del Ecuador. Poco
después, volvió para combatir al presidente José María Plácido Caamaño y liderar a
los montoneros. En diciembre de 1884 perdió el Combate Naval de Jaramijó en el
vapor "Pichincha", antes "Alajuela" (como la ciudad donde fue exiliado en Costa
Rica y donde iniciado en la francmasonería regular), contra la flotilla del
presidente Caamaño, comandada por el general Reinaldo Flores. Para no rendirse,
encalló la nave y la incendió. Escapó a Panamá atravesando Colombia en una odisea
plagada de dificultades de la que salió nimbado con la aureola de héroe mítico
siempre derrotado pero jamás definitivamente vencido. "General de las Derrotas" lo
llamaban entre despectivos y asombrados sus grandes enemigos conservadores.

Durante sus exilios, recorrió Centroamérica, siendo el Congreso de Nicaragua el que


le otorgó el grado de General de División en ese país. Según declaró el gobierno
del presidente Rafael Correa en 2012, Alfaro nunca llegó a ser general en el
Ejército ecuatoriano, por lo que Correa lo ascendió post mortem al grado de General
de Ejército, máxima jerarquía del Ejército ecuatoriano en la actualidad, pero que
no existía en su época, en una ceremonia especial el 5 de junio de 2012.

Historiadores militares como el exalcalde de Quito y héroe de la Guerra del Cenepa,


general (r) Paco Moncayo, aclararon que Eloy Alfaro fue legalmente General de
División del Ejército del Ecuador desde el 24 de agosto de 1895.2 y que no fue
"General de Ejército" por no existir ese rango en su época. Alfaro fue ascendido
por el Consejo de Ministros cuando ya ostentaba la Jefatura Suprema de la
República, según reza el decreto respectivo, que menciona sus triunfos en los
combates de la guerra civil de ese año, como Gatazo.

Moncayó precisó que según documentos del Ministerio de Guerra y Marina del Ecuador
de 1900, que publicó en ese año el Escalafón Militar de los generales ecuatorianos,
con sus respectivas antigüedades, Eloy Alfaro fue nombrado general de Brigada el 2
de febrero de 1883, durante la guerra civil que derrocó al general Ignacio de
Veintimilla, quien ejercía de "Jefe Supremo y Capitán General de los Ejércitos de
la República", es decir, de dictador.3

Presidencia del Ecuador


Primer Gobierno: Desde el 23 de agosto de 1895 al 31 de agosto de 1901
La crisis originada por la Venta de la Bandera originó una serie de levantamientos
armados en el país, provocando la renuncia del presidente Luis Cordero Crespo en
1895 y asumiendo interinamente el poder ejecutivo el entonces vicepresidente
Vicente Lucio Salazar.

El 5 de junio de 1895 estalló la Revolución Liberal de Ecuador, cuando en una


asamblea popular reunida en Guayaquil decide desconocer al gobierno interino de
Vicente Lucio Salazar y nombrar como Jefe Supremo de la República a José Eloy
Alfaro Delgado, que regresando del exilio lideró con éxito a las fuerzas rebeldes
en la Batalla de Gatazo (14 de agosto de 1895) lo que le permite asumir el poder
político como dictador al derrotar a las fuerzas gobiernistas.

La primera medida fue exonerar a los indígenas del pago de la contribución


territorial y del trabajo subsidiario, y gobernar con todos los sectores del
liberalismo. La segunda, aplacar a la Iglesia católica: escribió al papa León XIII
para presentarse y le pidió que canonizara a la quiteña Mariana de Jesús de
Paredes. El Papa le contestó con paternal bondad, pero la Iglesia local no estaba
dispuesta a la paz. "Rechace el Señor a los espíritus infernales (del
liberalismo)", arengaba el huido obispo de Manabí, que dirigió una invasión desde
Colombia, mientras el desterrado obispo de Loja lo hacía desde el Perú. Los
conservadores se sublevaban en el norte, en el centro y en el sur de la Sierra. Los
predicadores incitaban a la guerra santa. Hubo abusos y desmanes: el coronel Manuel
Antonio Franco, el hombre duro de Alfaro, expulsó a los capuchinos de Ibarra. Las
tropas liberales asaltaron el Palacio Arzobispal de Quito, quemaron la biblioteca y
el archivo, injuriaron al arzobispo Pedro Rafael González y Calisto paladín de la
cruzada antiliberal, e hicieron la parodia de fusilarlo si no gritaba "!Viva
Alfaro!".

El arzobispo respondió que "¡Viva hasta que muera!". Se persiguió a los hermanos de
la Salle, a los padres salesianos y redentoristas y se apresó a algunos sacerdotes
y religiosos, sobre todo, a los dominicos. Y expulsó de la misión del Napo a los
jesuitas, "destruyendo con un sólo mandato sacrificios, beneficio y costos
sostenidos durante muchas décadas, interrumpiendo así... la defensa del territorio
oriental", como señala el historiador Luis Robalino Dávila. El coronel Antonio Vega
Muñoz al mando de fuerzas conservadoras tomó Cuenca el 5 de julio de 1896. Cuenca
estaba psicológica y militarmente preparada para resistir. Por las noches, indios,
sirvientes, patrones y sacerdotes salían en procesión de antorchas cantando la
letanía: "Del indio Alfaro, líbranos, Señor". El propio Alfáro tuvo que tomar la
ciudad al mando de un poderoso ejército. La campaña duró dos meses. Se peleó calle
por calle y casa por casa. Cuenca se defendió hasta con agua y aceite hirviendo. El
23 de agosto de 1896, la ciudad se rindió. Hubo 1250 muertos.

En Quito, la represión a los conservadores fue durísima: la Universidad y sus


profesores fueron ultrajados y los periódicos, clausurados. En el cementerio de San
Diego, el periodista Víctor León Vivar daba el adiós a los restos mortales de Pablo
Herrera González, académico de la Lengua y prominente político conservador. Cuando
abandonaba el cementerio, fue cazado entre las tumbas por soldados alfaristas y
acribillado a balazos. Pese a esta guerra religiosa y regionalista, el Gobierno
dictatorial gobernó: canalizó Guayaquil, construyó el mercado de Quito, reformó los
aranceles, suspendió el pago de la deuda externa, apoyó la independencia de Cuba
ante la reina de España, María Cristina, convocó un Congreso Internacional
Americano en México para fomentar la unión latinoamericana, que no tuvo éxito, y
llamó a elecciones para la asamblea constituyente para restaurar el orden jurídico.
Casi todos los elegidos fueron liberales y gobiernistas.

La asamblea se reunió en Guayaquil el 9 de octubre de 1896. Cuatro días antes, un


tercio de Guayaquil había sido pasto de las llamas. Las pérdidas llegaron a 18
millones de sucres. La asamblea trasladada a Quito por el incendio eligió a Eloy
Alfaro Delgado Presidente Constitucional de la República el 17 de enero de 1897 por
51 votos, más 12 votos en blanco, y promulgó la undécima Constitución el 14 de
enero de 1897. Ésta consagró la libertad de cultos, abolió la pena de muerte,
estableció la igualdad de los ciudadanos ante la Ley y quitó el privilegio de fuero
para los delitos comunes.

Cuatro cuidados principales ocuparon la atención de Alfaro en este período: las


relaciones con la Iglesia católica, el ferrocarril, la obra pública, la paz interna
y externa. La libertad de cultos violaba el Concordato con la Santa Sede. Alfaro
intentó renegociarlo de modo que Roma aceptara la separación entre la Iglesia y el
Estado. La Santa Sede se mostró más flexible que la Iglesia local, pero no se llegó
a un acuerdo. El Congreso Extraordinario de 1899 resucitó el Patronato real, que
sometía la Iglesia al Estado. Lo hizo para impedir que el clero participara en la
política partidista y para "inducirlo a vivir nuestra vida republicana... mediante
el ejercicio sublime, pero exclusivo, de su ministerio", como dijo Alfaro.

En 1900, se estableció la Dirección General de Registro Civil, Identificación y


Cedulación con lo que se arrebató a la Iglesia católica un instrumento de
información y control ciudadano. Los cementerios pasaron a ser administrados por el
Estado. Entonces el delegado apostólico de la Santa Sede para América del Sur,
monseñor Pietro Gasparri, negoció con el canciller José Peralta, cabeza ideológica
del radicalismo. Conferenciaron en Santa Elena, Guayas, y firmaron protocolos de
reconciliación, que, al tiempo de ser ejecutados por el nuncio apostólico Bavona,
fueron desconocidos por Peralta. El secretario de Estado de la Santa Sede protestó.

En 1897, Alfaro celebró un contrato con el empresario estadounidense Archer Harman,


de confesión protestante, para la terminación del ferrocarril Guayaquil-Quito.
Desde Durán había construidos 70 kilómetros de línea estrecha.

Ferrocarril de Aduana de Guayaquil.


Todo el mundo se le opuso: los comerciantes y banqueros porque había contratado con
una compañía extranjera, y había que renegociar la deuda externa y gravar con
impuestos el comercio exterior. Los latifundistas de la Sierra, por la deuda
externa y los trastornos que el ferrocarril acarrearía al mercado interno; la
Iglesia, porque el contratista no era católico y porque con el ferrocarril llegaría
la disolución de las costumbres. Alfaro se mantuvo firme: "Don Miedo nunca fue buen
consejero. El decoro nacional no consiente un paso atrás", telegrafió a Luis Felipe
Carbo, su ministro en Washington.

Se sancionó la Ley de Instrucción de 1897, que reservaba al Estado el control de


todo el ciclo de enseñanza, incluida la universitaria; la educación debía ser laica
y gratuita, y la primaria obligatoria; entregó la recaudación de impuestos en la
Costa a una compañía privada, la Sociedad de Crédito Público; adoptó el patrón oro
como base del sistema cambiario y norma referencial para el comercio exterior;
reorganizó las Fuerzas Armadas, abrió la administración pública a la clase media, y
las oficinas del Estado a la mujer trabajadora.

En 1900, Ecuador concurrió con éxito a la Exposición Mundial de París; se


trasladaron solemnemente a la catedral metropolitana los restos mortales del
Mariscal Antonio José de Sucre, descubiertos en el subsuelo del Carmen Bajo de
Quito.

La paz interna fue perturbada por sucesivos levantamientos de los conservadores.


Primero en Riobamba, en 1897, lo que dio pie a excesos en el colegio San Felipe: El
padre Victor Emilio Moscoso Cárdenas, superior del colegio, fue asesinado por las
tropas alfaristas, que profanaron las hostias consagradas. Al año siguiente, se
levantó en Cuenca el coronel Antonio Muñoz y fue derrotado por el coronel Ullauri,
liberal. En 1898, la lucha fue en Taya y Guangoloma, Cotopaxi. Se mutilaron las
orejas de los prisioneros reincidentes, vencidos en Taya. En 1899, fue derrotado en
la Batalla de Sanancajas, Chimborazo, el general conservador José María Sarasti.
Los desterrados al Perú atacaron Loja. Las mutuas intromisiones de liberales
ecuatorianos apoyados por Alfaro en Colombia y de conservadores colombianos en
Ecuador causaron tres batallas entre 1898 y 1900, que aunque localizadas y sin
consecuencias internacionales, fueron sangrientas. En la de Tulcán, el 22 de mayo
de 1900, murieron 800 combatientes, en su mayoría colombianos. Destacó en este
conflicto la doctrina del obispo de Ibarra, Federico González Suárez, que se opuso
a los invasores conservadores de la llamada "Restauración Católica", aduciendo que
no era moral sacrificar los intereses del Ecuador por querer salvar los de la
religión.

En este período, el presidente Eloy Alfaro también dio impulso a la educación


laica. El 19 de mayo de 1896 su mano derecha, el coronel Luciano Coral Morillo,
inaugura el Instituto Tecnológico Bolívar de Tulcán siendo el primer colegio laico
del país, el 1 de junio de 1897 el Instituto Nacional Mejía, el 14 de febrero de
1901 el Colegio Normal Juan Montalvo y el Colegio Normal Manuela Cañizares, el 11
de agosto de 1901 el Colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil.

Segunda Administración: 23 de diciembre de 1906 a 11 de agosto de 1911

Foto del general Eloy Alfaro antes de la Batalla de Chasqui.


El golpe de Estado de Eloy Alfaro contra el presidente Lizardo García en 1906
produjo una atmósfera de conflicto en todo el país. Después de asumir el poder
político como dictador por segunda vez después de derrotar a las fuerzas
gobiernistas de Lizardo García en la Batalla de Chasqui (15 de enero de 1906), Eloy
Alfaro llamó a elecciones para la asamblea constituyente para restaurar el orden
jurídico.

La asamblea se reunió en Quito el 9 de octubre de 1906, eligió a Eloy Alfaro


Delgado Presidente Constitucional de la República el 23 de diciembre de 1906 por 41
votos, más 13 votos en blanco, y promulgó la duodécima constitución política.

El 9 de diciembre de 1906, el general conservador Antonio Vega Muñoz levantó a


Cuenca contra Alfaro. Vega esperaba refuerzos conservadores. Fue derrotado por el
general liberal Ulpiano Páez en Ayancay, entre Azuay y Cañar. Vega murió de un
balazo cuando entraba a pie en Cuenca como prisionero de las tropas alfaristas. Los
gobiernistas dieron la versión de que Vega se había suicidado; pero lo más probable
es que fue asesinado.

Eloy Alfaro montado sobre el corcel presidencial en el patio sur del Palacio de
Carondelet en 1906.
Este hecho aumentó la impopularidad de Alfaro. Vega era un ciudadano distinguido y
respetado en Ecuador. La impopularidad creció cuando en el mismo mes de diciembre
el batallón Vargas Torres saqueó la ciudad de Loja con la connivencia de las
autoridades alfaristas locales, y cuando el desmán quedó impune. Muchos liberales
radicales se pasaron a la oposición. Había descontento contra los abusos del
Ejército, cuyo liderazgo iba escurriéndose de las manos de Alfaro, quien, débil y
achacoso, permitía que el poder se repartiera entre los favoritos y sus familias.
Consultado el nuevo arzobispo de Quito, Federico González Suárez, sobre qué hacer
contra estos y otros abusos, aconsejó votar por personas capaces y patriotas.

En 1907 se constituyó un Club Político Universitario en Quito para luchar por la


libertad de sufragio en las elecciones del próximo Congreso, en las que preveían el
fraude electoral, por lo que el pueblo se levantó para apoyar a los universitarios
y el 25 de abril de 1907 se dio un choque sangriento con varios muertos y heridos
entre los estudiantes.4 Este hecho provocó que Alfaro perdiera el apoyo de un
amplio sector de los intelectuales.
Un poco más tarde, el 19 de julio del mismo año, se fraguó un intento de asesinato
contra Eloy Alfaro en la gobernación del Guayas, escena en la que murieron ocho de
los oficiales que lo defendieron, y se fusiló a ocho de los 16 complotados que
habían sido reducidos a prisión tras las investigaciones.

El 6 de noviembre de 1908 se promulgó la Ley de Beneficencia, más conocida como "De


manos muertas". Su primer artículo decía: "Decláranse del Estado todos los bienes
raíces de las comunidades religiosas establecidas en la República". Y el segundo:
"Adjudícanse las rentas de los bienes determinados en el artículo primero a la
beneficencia pública". La mitad de las rentas producidas por esos bienes fue para
la sustentación de los religiosos y religiosas despojados de ellos, y la otra mitad
para hospitales y obras sociales. En 1910 se promulgó una ley que autorizó la venta
de los terrenos adyacentes a las iglesias y conventos con el objeto de financiar la
defensa nacional y se autorizó la creación de la Cruz Roja Ecuatoriana.5

El sector bancario tuvo una rápida expansión: se fundaron en Quito los bancos del
Pichincha (1906), de Crédito (1907), y de Préstamos (1909), y en Guayaquil la Caja
de Préstamos y Depósitos La Filantrópica (1908).

El General Eloy Alfaro en el tren de Ecuador en 1908.


La llegada del ferrocarril transandino a Quito el 25 de junio de 1908 fue el
triunfal Domingo de Ramos para el acosado presidente. El arzobispo de Quito ordenó
echar a vuelo las campanas. Hubo fiestas populares y oficiales. El regocijo fue
intenso. "Día", dijo Alfaro, "el más glorioso de mi vida porque es la realización
de los más grandes ideales del país y que han sido y son los míos propios".

Artículo principal: Tensión peruano-ecuatoriana de 1910


El laudo arbitral del Rey de España estaba próximo a pronunciarse, y se supo que
iba a ser desfavorable a Ecuador. "El Perú había comprado con oro, derramado
pródigamente, a todos los españoles que tenían que tomar parte en el proyecto del
laudo", opinaba González Suárez en una carta privada. Y aunque el laudo hubiese
sido favorable a Ecuador, Perú había declarado por boca de sus representantes en
Madrid y de su propio presidente que "si peruanos ocupaban (ya) todo el Oriente,
estas tierras son y serán peruanas contra todas las declaraciones del mundo". Los
ánimos populares se encendieron. El 3 de abril de 1910 fueron atacados en Guayaquil
el Consulado del Perú, algunos establecimientos comerciales y un barco mercante de
ese país. Hubo desmanes parecidos en Quito. Ecuador dio satisfacciones, pero el
Perú respondió con un ultimátum incumplible para el honor nacional. Alfaro encargó
la presidencia y se puso al frente de un Ejército de 25 mil soldados y una reserva
de 20 mil voluntarios. Todo el Ecuador lo respaldó a través de Juntas Patrióticas
Nacionales. No se llegó a combatir porque mediaron Argentina, Brasil y Estados
Unidos.

En la segunda presidencia de Eloy Alfaro, se realizaron las siguientes obras


públicas: se inauguró, por el centenario del primer grito de la Independencia, un
monumento conmemorativo en la Plaza Grande de Quito, y se realizó una Exposición
Universal. Para sede de esa exposición se construyó el Palacio de la Exposición,
actual sede del Ministerio de Defensa del Ecuador.

Ministros de Estado
Ministerio ministro
Ministerio de Guerra y Marina General Francisco Hipólito Moncayo
Coronel Wilfrido Venegas
Ministerio de Instrucción Pública Julio Román
Francisco J. martin Aguirre
Ministerio del Interior Manuel Montalvo
José M. Carbo
Amalio Puga
A. Reyes V.
Octavio Díaz
Ministerio de Hacienda Camilo Echanique
Jorge Marcos
A. Reyes V.
Luis A. Dillon
Ministerio de Relaciones Exteriores Miguel Valverde
Manuel Montalvo
Pacífico Villagómez
Luis F. Carbo
Alfredo Monge
César Borja Lavayen
Francisco Xavier Aguirre Jado
José Peralta
Juan Francisco Freile Zaldumbide
Fuente:67

Cronología del alfarismo


Año Evento
1878 Mar. 31.- La segunda Asamblea Constituyente en Ambato elige Presidente a
Veintimilla.
Abr. 6.- Se expide en Ambato la IX Constitución, que suprime la pena de muerte para
los delitos políticos y comunes, y seculariza la enseñanza.

Abr. 21.- Ignacio de Veintemilla Villacís asume el poder como Presidente de la


República. No hubo Vicepresidente. (a)

1880 Decreto Legislativo que ratifica el nuevo concordato con la Santa Sede.
Oct. 20.- Eloy Alfaro llega a Esmeraldas y, apoyado por el Crnel. César Guedes,
Jefe Militar de Esmeraldas, se proclama Jefe Supremo. La expedición fracasa.

Oct. 30.- Revolucionarios liberales atacan Tulcán y proclaman Jefe Supremo a Juan
Montalvo. El episodio solo dura un día. El Gobierno del Ecuador firma un Tratado de
Paz y Amistad con España.

1882 Mar. 14.- Nueva versión del Concordato es adoptada.


Mar. 25.- Veintemilla se declara Jefe Supremo antes de elecciones. Quito y
Guayaquil proclaman a Ignacio de Veintemilla Jefe Supremo el 26 de marzo y el 2 de
abril, respectivamente.

Jun.- Inicia la lucha armada por liberales y conservadores contra la dictadura de


Veintemilla.

1883 Ene. 14.- Un Pentavirato (Gral. Agustín Guerrero Lizarzaburu, Luis Cordero
Crespo, Rafael Pérez Pareja, Pablo Herrera González y Pedro Ignacio Lizarzaburu) es
formado en Quito.
Feb. 2.- Eloy Alfaro es ascendido al grado de general de Brigada del Ejército del
Ecuador.

Jun. 5.- Eloy Alfaro es declarado Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas.

Jul. 9.- Veintemilla fuga en un navío a Lima cuando Alfaro y José Ma. Sarasti lo
citan en Guayaquil.

Jul. 10.- Pedro Carbo es declarado Jefe Supremo de Guayaquil.

Jul.- Hay tres gobiernos en el país: Alfaro en Manabí y Esmeraldas, Pedro Carbo en
Guayaquil, y el Pentavirato en Quito.
Oct. 15.- José María Plácido Caamaño es nombrado por una Asamblea Constituyente y
asume el poder como Presidente Interino.

Se expide un Decreto Legislativo que autoriza negociar con la Santa Sede la


substitución del "diezmo" por otro impuesto. En Quito se inicia la construcción de
la carretera del norte.

1884 Feb. 10.- José María Plácido Caamaño y Gómez Cornejo asume el poder como
Presidente de la República; Agustín Guerrero Lizarzaburu es su Vicepresidente.
Feb. 13.- Se expide en Quito la X Constitución, que deroga la pena de muerte.

1885 Ene. 1.- El liberal Nicolás Infante Díaz es fusilado en Palenque. Grupos
armados de alfaristas ("montoneras") crean inestabilidad en la Costa.
Revolucionarios en el sur son fusilados. Se inicia el camino Quito-Archidona.
1887 Mar. 20.- El Crnel. Luis Vargas Torres es fusilado en Cuenca.
Ago. 1.- Convenio Espinoza-Bonifaz con el Perú para que el Rey de España arbitre la
cuestión limítrofe.

1888 Ago. 17.- Antonio Flores Jijón (hijo del Gral. Juan José Flores) asume el
poder como Presidente de la República; Pedro José Cevallos Salvador es el
vicepresidente.
Se restablece el Ministerio de Instrucción Pública. En Guayaquil se funda la Junta
de Beneficencia.

1889 Jun. 5.- Se sustituye el "diezmo" a la iglesia católica por un impuesto sobre
la propiedad y la exportación de cacao.
1892 Jul. 1.- Luis Cordero Crespo asume el poder como Presidente de la República.
Pablo Herrera González es su Vicepresidente.
1894 Ene.- Vicente Lucio Salazar asume la Vicepresidencia.
1895 Abr. 9.- Tropas del gobierno combaten a tropas liberales y conservadoras que
toman Guaranda.
Abr. 10.- Tropas del gobierno combaten contra tropas conservadoras en Quito.

Abr. 16-17.- Luis Cordero Crespo renuncia y Vicente Lucio Salazar ejerce el Poder
Ejecutivo.

May 5.- El pueblo de Chone, en la provincia de Manabí, lo reconoce por primera vez
como jefe de Estado tras haberse consolidado las victorias de las revueltas
montoneras en el norte y el centro de Manabí, promoviéndose la Proclama Liberal de
Chone mediante un comunicado público.

Carlos Concha Torres y otros liberales toman la ciudad de Esmeraldas.

May 9.- Tropas liberales bajo el Crnl. Manuel Serrano Renda triunfan en El Oro.

Jun. 4.- Guayaquil nombra a Ignacio Robles como Jefe Civil y Militar.

Jun. 5.- Una Asamblea Popular en Guayaquil proclama a José Eloy Alfaro como Jefe
Supremo de la República.

Jun. 19.- Eloy Alfaro llega a Guayaquil, de Panamá, y toma el Poder.

Jul. 22.- Fuerzas liberales triunfan contra tropas del gobierno en Guangopud
(Chimborazo).

Tropas del gobierno triunfan contra fuerzas liberales en Loja y San Miguel de
Chimbo, 29 de julio y 6 de agosto, respectivamente.
Ago. 9.- Los ejércitos liberales triunfan en Palenque y Quevedo (Los Ríos).

Ago. 15.- El ejército liberal derrota a las tropas del Gral. José Ma. Sarasti en
Gatazo (Chimborazo); y también triunfan en el Girón (Azuay).

Ago. 24.- Eloy Alfaro es ascendido al grado de general de División del Ejército del
Ecuador, el máximo rango en esa época, por el triunfo en el combate de Gatazo.

1896
May 19.- Crea el Colegio Nacional Bolívar de Tulcán, primer colegio laico del
Ecuador.

May 29.- Conservadores ecuatorianos exilados en Colombia y aliados colombianos se


enfrentan a tropas del gobierno en Cabras (Carchi).

Jul. 5.- Tropas conservadoras bajo el coronel Antonio Vega Muñoz toman Cuenca.

Ago. 20.- El ejército liberal bajo el Gral. Ulpiano Páez derrota a tropas de Vega
en Lircay, Lenta y Girón.

Ago. 22.- El ejército liberal triunfa en Cuenca después de feroz resistencia


requiriendo combates de casa por casa; mueren 1250 combatientes.

Oct. 9.- La I Asamblea Constituyente Liberal (la XII Nacional) se reúne en


Guayaquil y nombra a José Eloy Alfaro Delgado como Presidente Interino.

1897 Ene. 14.- Se expide en Quito la XI Constitución (I Constitución alfarista),


que establece la libertad de cultos, deroga la pena de muerte e impone la igualdad
de los ciudadanos ante la Ley.
Ene. 17.- José Eloy Alfaro Delgado asume el poder como Presidente de la República;
Manuel Benigno Cueva es el vicepresidente. Se expide la Ley que garantiza la
libertad de pensamiento.

May 29.- Se expide la Ley de Instrucción Pública que pone el ciclo de enseñanza
(incluida la universitaria) bajo el control del Estado y que sea obligatoria en la
primaria, gratuita y laica.

Junio 1.- Crea el Instituto Nacional Mejía con educación laica.

Jun. 17.- Se firma el contrato de construcción del ferrocarril Guayaquil-Quito.

1898
Las rentas eclesiásticas son reducidas; se suprimen los impuestos que reemplazaron
al diezmo.

1900
Oct. 31.- El Congreso aprueba la Bandera y el Escudo del Ecuador.

Se crea el Registro Civil, con lo que se le quitó a la Iglesia los medios de


información y control sobre los ciudadanos. El registro de nacimientos y la
administración de los cementerios pasó a manos del Estado.

1901 Sep. 1.- Leonidas Plaza Gutiérrez asume el poder como Presidente de la
República; Alfredo Baquerizo Moreno es el vicepresidente.
1902
Jul. 7.- Llega la primera locomotora del ferrocarril a Alausí.

Oct. 3.- Se expide la Ley de Matrimonio Civil. Se expide la ley que permite los
divorcios.
1904
Oct. 12.- Se expide la Ley de Cultos que establece las relaciones entre la Iglesia
y el Estado.

1905
Jul. 24.- El ferrocarril llega a Riobamba.

Sep. 1.- Lizardo García Sorroza asume el poder como Presidente de la República;
Alfredo Baquerizo Moreno es el vicepresidente.

Dic. 31.- Eloy Alfaro dirige un Golpe de Estado contra el gobierno de Lizardo
García.

1906
Ene. 16.- Eloy Alfaro toma el poder como Jefe Supremo después que sus tropas
derrotan a tropas gobiernistas en Chasqui (Cotopaxi).

Ene. 19.- Guayaquil reconoce a Eloy Alfaro como Jefe Supremo.

Oct. 9.- Eloy Alfaro es elegido Presidente Interino por una Asamblea Constituyente.

Dic. 22.- Se expide en Quito la XII Constitución, llamada "atea" por los
conservadores, pues establece la separación de la Iglesia y el Estado. El Estado es
supremo. El cargo de Vicepresidente es suprimido.

Llega el ferrocarril a Ambato.

1907
Ene. 1.- Eloy Alfaro es nombrado Presidente de la República por la Asamblea
Constituyente.

1908
Jun. 25.- Inauguración del ferrocarril entre Guayaquil y Quito.

Nov. 6.- Se expide la "Ley de las manos muertas", bajo la cual se confiscan los
bienes inmuebles del clero para el beneficio de la asistencia pública.

1910
Abr. 24.- Alfaro asume la Jefatura del Ejército para fortificar el golfo de
Guayaquil en caso de una invasión peruana. La intervención diplomática de Estados
Unidos, Argentina, y Brasil evita la guerra.

1911
Jul 30.- La Junta Patriótica, integrada por Luis Felipe Borja Pérez (padre)
(presidente), Federico González Suárez (vicepresidente), Manuel A. Larrea, José
Julián Andrade, Carlos Casares, Carlos Freile Z., Joaquín Gómez de la Torre, Carlos
Pérez Quiñones, Quintiliano Sánchez, Pacífico Villagómez, Luis Felipe Borja Pérez
(hijo) y Celiano Monge, pide que el gobierno de Alfaro reconozca la elección de
Emilio Estrada como Presidente.

Ago. 11.- Alfaro renuncia por revuelta popular; el presidente del Congreso, Carlos
Freile Zaldumbide es encargado del Poder.

Sep. 1.- Emilio Estrada Carmona asume el poder como Presidente Constitucional; no
hubo Vicepresidente.

Dic. 21.- Estrada fallece de ataque cardíaco.


Dic. 22.- Carlos Freile Zaldumbide es otra vez encargado del Poder.

1912
Ene. 12.- Eloy Alfaro desembarca en Guayaquil.

Ene. 28.- Por orden de Freile, los Alfaro, Páez, Serrano y el periodista Luciano
Coral son puestos en el Penal García Moreno en Quito. El gobierno no protege a los
prisioneros alfaristas de una "chusma organizada" que invade el Penal García
Moreno, asesina a los detenidos, los arrastra por las calles de Quito y quema los
cadáveres en El Ejido.

Legado
Uno de los principales aportes de Eloy Alfaro fue la creación de colegios públicos
laicos, eliminado el monopolio de la Iglesia católica en la educación. Estas
medidas fueron inspiradas por librepensadores como Juan Montalvo y José Peralta,
quienes impulsaron la secularización de la sociedad ecuatoriana. La creación de
colegios públicos y de colegios privados para la formación de profesores laicos,
fue una de las principales tareas de Eloy Alfaro. Una de las medidas de la
Revolución liberal que se mantuvo durante décadas fue la obligación de los
estudiantes de los colegios católicos de rendir sus exámenes y validar sus
conocimientos ante los maestros laicos del Estado.

El general fue miembro de las logias masónicas, al igual que los próceres de la
Independencia, y sus esfuerzos para separar la Iglesia del Estado fueron
consagrados en aspectos como la creación del Registro Civil. Esta medida permitió
que las personas tuvieran derecho a la identidad sin necesidad de constar en los
registros de bautismo de la Iglesia Católica. Alfaro promovió la libertad de
cultos, permitiendo el ingreso al país de misiones protestantes, en especial, de
Estados Unidos.

Derrota y asesinato: La Hoguera Bárbara


Artículo principal: La Hoguera Bárbara
Desde mediados de 1911, en Quito y en todo el país, se fue afianzando y
extendiendo, un clima antialfarista que culminó el 11 de agosto de 1911 con un
golpe de Estado militar, que obligó a Eloy Alfaro a dimitir de la presidencia, a
refugiarse en la embajada de Chile y posteriormente exiliarse a Panamá. Según
estima Cristóbal Gangotena, un testigo presencial de los hechos que dejó una
crónica, la vida de Alfaro ya corrió peligro durante su derrocamiento, siendo
salvado por los cónsules de Brasil y Chile. Este último, de apellido Eastman, fue
el responsable de un acuerdo que permitió que Alfaro salga ileso, pero
comprometiéndose a salir del país por lo menos un año. Desde entonces, el Viejo
luchador, perdería todo el apoyo en el Congreso, en donde la "mayoría
constitucionalista" lanzaba furibundos ataques contra él, llegándose a plantear
incluso la colocación de una placa difamatoria contra el alfarismo en el Palacio de
Carondelet y a pedir su extradición, para juzgarlo, mientras los hombres del
antiguo régimen eran apresados y sufrían las consecuencias de la ira de un
populacho que enfurecido linchó al coronel Antonio Quiroga.

En este clima, Emilio Antonio Jerónimo Estrada Carmona, asumió el poder político
como Presidente Constitucional del Ecuador al resultar vencedor en las Elecciones
presidenciales de Ecuador de 1911, pero sus problemas del corazón lo llevaron a la
tumba después de tres meses. El Congreso en donde los placistas y conservadores
dominaban, eligieron al presidente del Congreso Carlos Freile Zaldumbide para que
se encargue del Gobierno, lo que fue rechazado por los alfaristas de Esmeraldas que
eligieron a Flavio Alfaro como Jefe Supremo, a la vez que el general Pedro J.
Montero, fiel seguidor de Alfaro y Jefe Militar de Guayaquil, se proclamó por su
parte, como Jefe Supremo del Guayas. El general Leonidas Plaza Gutiérrez en nombre
del Gobierno, como jefe del Ejército, se dirigió a Guayaquil, para combatir el
levantamiento de Montero, que había recibido el apoyo de Flavio Alfaro y del propio
Eloy Alfaro, quien regresó de Panamá, ante el pedido de Montero para actuar como
mediador y pacificador. Alfaro regresó, para servir de mediador entre los suyos y
el Gobierno y evitar mayores problemas para el radicalismo y aún la mismísima
desaparición del partido.

Las fuerzas liberales fueron derrotadas en sucesivas batallas en Huigra, Naranjito


y Yaguachi, donde mueren cerca de 1000 hombres, en una corta guerra civil. Montero
se vio obligado a llegar a un acuerdo de capitulación en el que se pedían garantías
para Alfaro y sus compañeros. Ante la eminente derrota del liberalismo, el Viejo
luchador firma la rendición, que fue mediada por los cónsules de Estados Unidos y
Gran Bretaña en Guayaquil. Contemplaba la rendición de las fuerzas liberales,
amnistía a Montero y los partícipes del 28 de diciembre de 1911, y el exilio
voluntario de don Eloy, en un vapor asignado por el Gobierno. No habría
represalias.

Pero la Capitulación no fue respetada, se argumentó que Alfaro tampoco había


respetado su compromiso anterior de 1911, y el general Leonidas Plaza, Jefe de las
fuerzas gobiernistas, ordena la detención de Eloy y Flavio Alfaro, Pedro J. Montero
y Ulpiano Páez; además, se aprehendió a personas que nada tuvieron que ver con los
hechos anteriores, sino por el simple hecho de ser liberales, como Medardo Alfaro,
el periodista Luciano Coral Morillo, director del periódico liberal El Tiempo y
Manuel Serrano Renda.

El general Montero fue juzgado por traición en Guayaquil, bajo el pretexto de estar
sujeto a la jurisdicción militar, en donde al final de la sentencia que lo condena
a 16 años de prisión, un soldado le disparó en la frente y lo arrojó a la calle
desde una ventana. Como en un anticipo macabro de lo que vendrá, el pueblo arrastró
el cadáver por las calles de Guayaquil y lo quemó de forma bestial en una plaza.

"El cadáver, entonces, fue abandonado en las calles, descuartizado y por fin
quemado en una plaza."8
Freile Zaldumbide ordena que los otros prisioneros sean llevados a Quito. Plaza,
aparece como contrario a esta disposición, pero el historiador Roberto Andrade lo
acusa de haber manipulado la decisión y planeado el asesinato de los jefes del
radicalismo, que finalmente ocurrió en la capital el 28 de enero de 1912 en el
Penal García Moreno.

Controvertida es aún hoy, la cuestión relativa a los responsables materiales e


intelectuales, del asesinato de Alfaro y varios de sus tenientes.

La historia oficial atribuye tal vergüenza a la plebe. El historiador Roberto


Andrade, contemporáneo de Alfaro, acusa a Leonidas Plaza; otros investigadores lo
liberan. Nadie niega que fuera un crimen político y horrendo, instigado por móviles
protervos, que aún hoy llenan a la República de estupor.

1908: En primera fila, Archer Harman y Eloy Alfaro; segunda fila: Alfredo Monge,
Crnel. Belisario Torres, Dr. César Borja Lavayen, Gral. Francisco Hipólito Moncayo,
William Fox y Amalio Puga.
"Enseguida desembarcó Plaza con su ejército. Su primera decisión en Guayaquil, fue
la violación de las Capitulaciones. En algunos de sus telegramas manifestó sorpresa
porque los Generales no habían fugado: ésta es declaración de que él lo hubiera
hecho, porque para él nada importa un compromiso. En la mejor acción de este hombre
se deja vislumbrar la estrofa de una canalla. Mandó prender á los generales Eloy
Alfaro y Ulpiano Páez, quienes se hallaban juntos, esperando la designación del
vapor en que debían embarcarse (...) Plaza había tenido buen cuidado de incorporar
en el populacho a soldados disfrazados y escogidos, para que mataran a los
generales en la calle, cuando los conducían a prisión". Se refiere a Plaza: "Y a su
cómplice Valverde le telegrafiaba a Manabí en las mismas horas: "El hecho de haber
caído prisioneros todos los cabecillas está revelando que una justicia superior va
á destruir el mal de una manera radical y para siempre."9
Conducidos por el coronel Alejando Sierra y sus soldados del batallón Marañón a pie
y a caballo, los prisioneros de guerra entraron en Quito. A pesar de que era un
secreto a voces que se tramaba un linchamiento -algunos diarios hasta lo insinuaron
en sus editoriales, aunque dado el porcentaje de analfabetismo de la época es muy
poco probable que hayan influenciado directamente a la masa- Sierra paseó al
general Alfaro en un automóvil blanco desde el sector de Chillogallo, en la entrada
sur de Quito, al Penal, tomando las calles más concurridas, donde la gente pudo
verlo e insultarlo. Según relató Cristóbal Gangontena, el auto iba conducido por un
francés llamado Hubert, quien fue insultado por la gente. Gangontena cree que hubo
incidentes entre la guardia y la gente, al extremo de haber un muerto y por lo
menos un herido.8 Los militares entregaron a Alfaro en la Penitenciaría, donde fue
encerrado en la Sección E, junto con sus tenientes. Pero no hubo tiempo ni siquiera
de asegurar las celdas, cuando empezó el ataque.

Era poco después del mediodía cuando una turba, estimada en cuatro mil personas
(según los resultados de las investigaciones del fiscal Pío Jaramillo Alvarado en
el año de 1919), rodeó el Penal para asaltarlo. Los militares, según pudo
establecer el fiscal, no solo que no ofrecieron resistencia, sino que llamaron a la
gente para darle armas y elementos para el ataque. Solo la guardia interna del
Penal resistió, asegurando las puertas con lo que tenían a mano, pero estas fueron
rápidamente destruidas. Todos los tiros disparados fueron contra el Penal, sin que
se hiciera fuego desde el interior. Según pudo establecer Gangotena en una visita a
los pocos días, los asesinos forzaron a tiros una ventana y una puerta de madera,
mientras que no pudieron romper la puerta principal. La puerta de madera había sido
asegurada con unos adobes, sin éxito. Quienes entraron abrieron luego la puerta
principal y supieron rápidamente en donde estaban los presos, pues se dirigieron a
la Serie E sin demoras.

El general Alfaro, que tenía 69 años, le dijo al director del Penal, Rubén Estrada,
que se ahogaba y pidió un cajón para sentarse, pues en la celda no había mueble
alguno. El director declaró que había dispuesto que le den una silla.

Un grupo de artesanos de Quito, armados con fusiles, pistolas y garrotes,


ingresaron con facilidad a las celdas donde se había conducido al expresidente y
sus tenientes. Las puertas de las celdas estaban abiertas, pues, según declararon
los empleados del presidio, no tuvieron tiempo de asegurarlas con candados, salvo
en el caso de la celda de Flavio Alfaro.

Cuando el general anciano sintió un ruido, púsose en pie y se acercó a la puerta,


en ademán de imponer silencio. Un cochero llamado José Cevallos, al parecer un
sicario contratado por el ministro de Gobierno de Freile, Octavio Díaz, entró en la
celda a matarlo. Según Gangotena, el general llevaba consigo una botella de coñac,
que lanzó contra él.

El testigo del asesinato del general, Adolfo Sandoval, declaró en el proceso:

“Penetré por medio de aquel populacho hasta la puerta de aquel establecimiento, que
ya la encontré despedazada y que habían botado una especie de muro de adobe, que
habían hecho para resguardarle. Habiendo subido la escalera de la Serie ‘E’
encontré en una celdilla a los generales Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, y me consta
que el cochero José Cevallos, dirigiéndose al general Alfaro le dijo: ‘dónde están
los millones que has robado viejo sinvergüeza’, le dio de golpes con un palo que
tenía en la mano, lo boto al suelo, y en seguida con el rifle que tenía, lo mató, y
luego hizo lo mismo con el general Páez. Cuando muerto ya el general Páez, el
carpintero Emilio Suárez, le dio un barretazo en la cara que le hizo tortilla,
sacaron sus cadáveres que los botaron de ese altillo para abajo, y los bajaron. En
seguida volvió a subir Cevallos, gritando ‘falta un bandido’, y dirigiéndose a la
celdilla en donde había estado el general Flavio E. Alfaro, en cuyas puertas que
habían estado aseguradas con candado, rompió éste a balazos, penetró, le hizo un
tiro, con el que cayó muerto, en cuyas circunstancias entró un joven con pistola en
mano, con la que también le hizo un tiro: no conocí a ese joven, pero debe dar
razón el sindicado Cevallos. Vi también al zapatero Montenegro con cuchillo y que
gritaba también, que había que matarles a los Flavistas, y el cochero de la señora
Isabel Palacios, hacía tiros en las celdillas de los presos, en compañía de muchas
personas a quienes no pude conocer porque eran numerosas y debido también a la
ofuscación que existía; pues es inexplicable lo que acontecía, puesto que los
hechos que pasaban eran terribles”. 10
Al parecer, Cevallos tras golpear al expresidente le disparó dos tiros, uno en la
cara y otro en el ojo, quedando en la celda un charco de sangre y la botella rota.

Carmen Sandoval, una empleada del Penal, relató al fiscal haber visto lo siguiente:

“Ví subir por la escalera de ese altillo a un joven de leva y dos muchachos,
armados con rifles, y dirigiéndose a las celdillas en que estaban los generales
Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, los victimaron, y sacando arrastrado el cadáver del
general Alfaro, lo metieron por las barandas del pasamano de fierro de aquella
Serie y lo botaron hacia abajo al empedrado. Vi que el cadáver del general Páez, lo
arrastraron y le daban con piedras, sin haber podido conocer a ninguna persona que
estos hechos bárbaros cometían. Luego el general Flavio Alfaro, se encontraba solo
en su celdilla, era el único que no había sido muerto, cuando vi que se regresaba
el cochero Cevallos, de cerca de la puerta principal, y decía “falta un bandido”, y
subiendo la escalera, en compañía del zapatero Montenegro y N. Vaca, cochero de la
señora Isabel Palacios y unas seis mujeres del pueblo que les seguían, fueron en
busca del señor General Flavio Alfaro y dando con él, así mismo lo victimaron.
Cevallos estaba armado con un rifle, el zapatero Montenegro con pistola y el
zapatero Vaca con un cuchillo que lo tenía a la mano, con el que le punzaba al
referido general cuando lo sacaban arrastrando de la celdilla; constándome además
que el indicado General aún no moría. Todos los cadáveres sacó la gente
arrastrándolos, para la ciudad; y como repito, como el populacho era numeroso y
había una fuerte confusión, no se distinguía a las personas. El preso criminal A.
Flores, que ya cumplió su condena y salió en libertad, me refirió que él también
había visto que el cochero Cevallos, mató al general Flavio E. Alfaro. Lo que dejo
relacionado, observamos desde la Bomba, yo, la viuda del comandante Estrada, la
señora Rosa Sierra y la señora Dolores Jara". 10
Según relató Gangotena, Ulpiano Páez había escondido un revólver en la bota, con el
que pudo defenderse y abatir a uno de los atacantes, antes de recibir un tiro fatal
en el rostro.

Flavio Alfaro, que tenía la puerta de su celda cerrada, pudo resistir varios
minutos a los balazos que le disparaban desde el exterior, pero finalmente fue
alcanzado por tiros de rifle.

Los asesinos mataron a un preso común, al que confundieron con uno de los políticos
liberales.

En la versión de Andrade, un individuo de apellido Pesantes llamó al pueblo y abrió


las puertas, entregó los cadáveres y ordenó, que los arrastrasen y quemasen, según
estableció el fiscal Pío Jaramillo Alvarado en 1919 después de su investigación de
estos asesinatos, un grupo de artesanos mestizos, llamados José Cevallos, José
Emilio Suárez, Alejandro Salvador Martínez, Julio Vaca Montaño, María Mónica
Constante, Emilia Laso y Silverio Segura.11 fueron los principales cabecillas del
grupo de asesinos que ingresó por la fuerza al Penal de Quito y los organizadores
del linchamiento, y posterior quema de los restos. A pesar lo escrito por José
María Vargas Vila, en su libro "La muerte del Cóndor", no participaron en el crimen
indígenas ni personas venidas de otras ciudades, pues casi todos eran personas
conocidas como artesanos y cocheros de Quito. Sobre Cevallos, el fiscal no pudo
concretar su relación con el ministro de Gobierno, Octavio Díaz, con quien al
parecer trabajaba y estuvo pocos minutos antes de sumarse a la turba y liderar el
asesinato de Alfaro. Esto fue negado siempre por Díaz.

El espectáculo fue horrendo. Los cadáveres desnudos fueron amarrados por la turba
de pies y manos. Al cadáver del periodista liberal Luciano Coral un abogado le
cortó la lengua y la llevaba en la punta de su bastón mostrándola a la gente.

Mujeres como María Mónica Constante, alías La Chimborazo y Emilia Laso encabezaron
la carnicería, arrastrando ellas mismas los restos de los generales asesinados por
prácticamente toda la ciudad, desde el Penal García Moreno en el centro hacia las
afueras, a un descampado en el norte de Quito conocido como El Ejido (hoy es un
parque de la ciudad) desde tiempos coloniales.

Los cadáveres de Eloy Alfaro y Ulpiano Páez, fueron arrastrados por las calles
Rocafuerte, Venezuela y Guayaquil, pasando por las plazas de Santo Domingo y La
Independencia, para luego converger hacia El Ejido. Una vez ahí, se encendieron por
lo menos cinco hogueras para quemar los restos, ya muy deteriorados por el arrastre
a lo largo de muchas cuadras sobre calles pavimentadas de piedra.

Fue desde el tejado de una casa en la Plaza de Santo Domingo, que Gangotena pudo
ver lo siguiente:

“Me fui hasta la esquina a tiempo para alcanzar a ver pasar el cuerpo desnudo de
don Eloy Alfaro, que fue el que primero bajaron. Iba el cadáver desnudo de cintura
arriba, en las piernas conservaba un calzón azul de paño; al lado de de la boca, en
el lado izquierdo, tenía una herida, que no pude saber si era de balazo o de arma
blanca. La cabeza parecía tener triturados todos los huesos del cráneo, de tal
manera que temblaba como una bolsa de gelatina: mil años viviré que no olvidaré
nunca lo que he visto. En la caja del cuerpo, que iba descubierta, yo no pude ver
herida alguna, aunque decían que tenía una en la tetilla izquierda. Ví, sí, manchas
de sangre en el pecho, pero no me parecieron sino provenientes de la herida de la
cara. Al ver pasar esa masa horripilante, no pude contener un gesto de horror, me
llevé constantemente las manos a la cara y se me escapó un grito "qué horror". Pero
entonces un muchacho me increpó, "canalla ajo" me gritó, apuntándome con un
revólver (...) El populacho llevó los cadáveres por toda la carrera Guayaquil,
hasta la Plaza de La Alameda, en donde se dice que mutilaron el cuerpo de don Eloy
Alfaro, cortándole el miembro viril."8
Gangotena relata a continuación, que los asesinos armados le obligaron a aplaudir
el espectáculo horrendo que presenciaba a punta de pistola.

Aunque la turba gritaba "viva el pueblo católico", la Iglesia Católica no participó


en la masacre. El arzobispo de Quito, Federico Gonzáles Suárez, relató luego de los
hechos:

El cuerpo de Eloy Alfaro mientras era arrastrado al mediodía por las calles de
Quito.
"En los momentos en que los cadáveres de los Generales Eloy Alfaro y Ulpiano Páez,
eran arrastrados por la Plaza de la Independencia, un grupo del pueblo penetró al
Palacio Arzobispal y se dirigió decididamente a los departamentos ocupados por el
I. y Rvmo. señor Arzobispo. Al oír el ruido, salió de su cuarto Monseñor González
Suárez y adelantándose a los del grupo, les preguntó qué querían. A lo que le
contestaron: Dénos su Señoría Ilustrísima el permiso para repicar las campanas de
la Catedral, porque el señor Sacristán Mayor (entonces el Presbítero señor José
Miguel Meneses) no quiere permitirnos. Y ¿por qué quieren ustedes repicar las
campanas de la Catedral?, replicó el I. señor Arzobispo. Porque, contestaron,
debemos alegrarnos de que hayan desaparecido los que tanto perseguían a la Iglesia.
La Iglesia no puede aplaudir esta conducta, y así ustedes deben retirarse de aquí y
les prevengo que no han de poner un dedo en las campanas de ninguna iglesia,
concluyó el Prelado. No hubo, pues, repiques de campana en las iglesias católicas,
como pretendieron algunos exaltados.” 10
Ni el Ejército ni la Policía presentes intervinieron, hasta cuando los asesinos
dejaron la hoguera que el escritor Alfredo Pareja Díez-Canseco llamó "la Hoguera
Bárbara". Se supo que el Gobierno dio la orden de no reprimir ni intervenir, tanto
a los mandos militares, cuanto al intendente de Policía de Quito. El intendente
declaró en el proceso que fue el propio Freile quien le dio la orden de no impedir
los desmanes, por lo que renunció inmediatamente.

Gangotena relata que la turba arrastró los cuerpos por toda la Plaza de la
Independencia y luego bajó hacia San Agustín, en donde vivía Carlos Freile
Zaldumbide, en cuya casa intentaron penetrar para dejarle los muertos, cosa que
impidió la guardia presente. Freile declaró que estaba enfermo y en cama, por lo
que se excusó de salir a ver el espectáculo.

Gangotena describe que fue a ver la escena en el parque capitalino, cerca de las
16:30. Nos precisa que no uno hubo una sola hoguera, sino por lo menos cinco,
alineadas de este a oeste en el descampado y que solo la que contenía los despojos
de Eloy Alfaro y Luciano Coral, había destruido mayormente los restos. Mezquina
hasta con el combustible, la chusma dejó a medio quemar y reconocibles los restos
del general Ulpiano Páez, así como los de Medardo y Flavio Alfaro, en cuyos
cadáveres mutilados era posible todavía ver las vísceras. Se podían ver también,
precisa el testigo, los restos de las cuerdas que los asesinos amarraron en los
tobillos de las víctimas. Algunos niños jugaban con los muertos, picándolos con
palos.

Sobre los restos de Eloy Alfaro, precisa:

"Había ahí, a las 4 y media que llegué, cuatro (luego destaca que son cinco) piras
ardiendo. En el número 1 estaban Eloy Alfaro y Luciano Coral. En el 2 el general
Manuel Serrano, en el 3 el general Ulpiano Páez, en el 4, Flavio y Medardo Alfaro,
en el 5 había sido puesto Medardo, pero como se apagara, habían traslado el cadáver
a la hoguera en la que estaba Flavio. A la hora en que yo vi este terrible
espectáculo, el fuego estaba ya casi apagado. No había llamas, sino apenas brazas
de candela, los cuerpos medio carbonizados con la propia grasa entretenían al fuego
expirante,lo que producía mucho humo, de un olor nauseabundo(...) en la primera el
que estaba más consumido por el fuego era don Eloy Alfaro, Coral también estaba
irreconocible, los dos tenían carbonizadas las cabezas y el flanco del cuerpo y los
muslos, don Eloy tenía una canilla enteramente carbonizada, los pies y las manos de
los dos, contraidas horriblemente, estaban casi intactas. Esta hoguera parece ser
la que más combustible tuvo, y por ende, la que más destruyó los cadáveres." 8
Empero, como si nada hubiera ocurrido, una banda de música ofreció una retreta
frente a la casa de gobierno, el Palacio de Carondelet. Los diarios de la época
apenas reportaron el hecho con pequeñas notas. Al término de su relato, Gangotena
precisa que el sentir de la opinión pública fue de condena hacia las atrocidades
cometidas, pero se justificaban los asesinatos. También anota que solo a balazos
podría el Gobierno haber recuperado los cuerpos e impedido la barbarie, pero estima
que es poco probable que el Ejército hubiera cumplido la orden de disparar a la
turba. Reprocha también al coronel Sierra su absoluta inacción frente a lo que
ocurría y el accionar de la prensa con diarios políticos, que representaban a
Leonidas Plaza y Julio Andrade.8

El fiscal Jaramillo cuestionó duramente la acción del Ejército, que al parecer


facilitó el asalto al penal y dio armas a los asesinos como Cevallos y otros. El
Ejército había derrocado al presidente Alfaro pocos meses antes y no quería su
regreso.

Enrique Ayala Mora, quien ha escrito una moderna historia del Ecuador, señala según
su opinión: "No hay elementos suficientes para acusar a Plaza, pero es en cambio
incuestionable que fueron los placistas junto con los conservadores y clérigos los
que azuzaron a la multitud enloquecida".

José María Vargas Vila atribuyó el crimen tanto a los conservadores, como Carlos R.
Tobar, quien había declarado años antes de la tragedia, que a Alfaro había que
quemarlo como a un hereje, cuanto a Plaza, por su afán de quedarse con el poder.

A partir de ese día, se inició en el país la persecución de los alfaristas, y hasta


1916 en que ya gobernaba Leonidas Plaza Gutiérrez, se registraron alrededor de
8.000 muertos, debido a una guerra civil que se desató en la provincia de
Esmeraldas en la denominada Guerra de Concha.

Mausoleo y homenajes
Véase también: Edículo del General Eloy Alfaro

Condecoración General Eloy Alfaro Delgado.


A escondidas, sin los honores a los que tenía derecho como expresidente de la
República y general del Ejército, los irreconocibles restos del presidente Alfaro y
sus tenientes fueron enterrados en un cementerio público de Quito. En el acta de
defunción se anotó como causa de muerte que "lo había matado el pueblo". El acta no
registra peritaje médico alguno y tomando en cuenta que según Gangotena, en la
misma pira se quemó a Alfaro y Luciano Coral, hasta quedar irreconocibles, no hay
certeza de que se hayan podido identificar sus restos debidamente, a diferencia de
otros de los martirizados cuyos cuerpos no fueron totalmente quemados por falta de
suficiente combustible. En los años 40 del siglo XX se trasladaron las que se cree
son sus cenizas hacia Guayaquil, en cuyo Cementerio General se levantó un Mausoleo,
con un busto de bronce. Durante la presidencia de Rafael Correa Delgado, en 2008,
parte de las supuestas cenizas del Viejo Luchador fueron retiradas y trasladadas
con honores militares al complejo llamado Ciudad Alfaro, en la población manabita
de Montecristi, su tierra natal, que también albergó a la Asamblea Constituyente de
2008. El Mausoleo, decorado con murales, contiene lo que se supone son las cenizas
de Alfaro en una urna. La celda del Penal García Moreno donde fue muerto nunca más
fue ocupada. Actualmente hay un busto de Alfaro en ella.

En los años 1980 surgió un grupo guerrillero llamado Alfaro Vive ¡Carajo!.
Integrantes del grupo robaron las espadas del General Alfaro del museo de la ciudad
de Guayaquil e incluyeron su imagen en su bandera de combate. Este grupo
guerrillero realizó operaciones en el Ecuador desde el año 1983 hasta el año 1991.

En las principales ciudades ecuatorianas hay calles y avenidas en honor a Alfaro.


La avenida Eloy Alfaro es una de las principales de Quito.

En la capital se levanta también un obelisco que señala un lugar muy cercano al


real, en el cual la turba quemó los despojos del presidente Alfaro y sus tenientes,
probablemente en el sitio que Gangotena señaló como la pira número uno. El
obelisco, pintado de rojo, está coronado por una antorcha en el centro del parque
de El Ejido. El obelisco tiene una placa que dice "Martirio y glorificación de
Alfaro, 28 de enero de 1912".

En frente del obelisco, el alcalde Paco Moncayo hizo levantar una estatua de
Alfaro. Cada 5 de junio, aniversario de la Revolución, los colegios públicos de
Quito le rinden homenaje, depositando ofrendas florales. También realizan una
ceremonia en su memoria las logias masónicas de la capital.

En el pueblo de Concepción, Colombia, a la base de la estatua de José María


Córdova, se colocó en 1971 (y todavía presente con extremo orgullo) una placa de
agredicimiento hacia Eloy Alfaro como símbolo de hermandad entre Colombia y
Ecuador.12
En Guayaquil, un gran monumento levantado a mediados del siglo xx recuerda al
general Alfaro, y lo muestra liderando la Revolución liberal. Este se encuentra a
la entrada este de la ciudad, en las inmediaciones del complejo de puentes de la
Unidad Nacional.

Actualmente el principal premio que otorga la Asamblea Nacional lleva su nombre:


Condecoración General Eloy Alfaro Delgado.

En noviembre de 2016 se inauguró en Santiago de Chile el parque República del


Ecuador con un busto del general Eloy Alfaro.13

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