Está en la página 1de 43

CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS 6

Los diagnósticos de enfermedades mentales no han cesado de crecer desde que comenzó la
pandemia mundial por coronavirus. El mayor aislamiento, la incertidumbre e incluso el miedo que
esta compleja situación ocasiona en muchas personas, ha puesto a prueba nuestro equilibrio
psicológico y eso tiene consecuencias.

Por eso y antes de continuar, por si pudiera servirte, quiero dejarte nuestro artículo: 14 claves para
proteger nuestra salud mental en tiempos de coronavirus.

Otra cuestión que es básica, es abordar que entendemos por enfermedades mentales, y aunque
pueda parecer sencillo no lo es en absoluto. Pensemos que aunque antes de distinguía entre lo
mental y lo físico, la neurociencia nos ha mostrado que esos límites son muy difusos y subjetivos, al
menos para la gran mayoría de los trastornos psiquiátricos que se han estudiado.

La gravedad de las enfermedades mentales

Enfermedades mentales: ¿Qué son?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos advierte de que aún a día de hoy se debate
ampliamente sobre qué son las enfermedades mentales. De hecho, muchos profesionales
consideran que es más preciso hablar de trastornos mentales, ya que el concepto enfermedad,
podría no ser adecuado para algunos de los síndromes mentales que actualmente conocemos.

Si nos referimos al concepto tradicional de enfermedad mental, es cierto que en ellas encontramos
trastornos de la personalidad, afectivos, algunas discapacidades… pero el cajón es tan amplio que
es difícil dar una definición exhaustiva que abarque a todas ellas.

Hay que tener en cuenta además que muchos desequilibrios afectivos pueden ser pasajeros, y
tratarse simplemente de adaptaciones fisiológicas a momentos concretos de nuestra vida. Como
ejemplo pondremos la tristeza por el duelo de un ser querido

¿Pero hasta que punto la consideramos “normal o patológico”?

En estos casos, la intensidad de esa tristeza y el tiempo que dura, nos darán las pistas que
necesitamos. Aún así, poner un límite temporal o de intensidad, para distinguir lo normal de lo que
son enfermedades mentales, puede ser muy complicado.

Incluso se ha visto que puede variar según el entorno cultural de la persona y sus creencias.
Siguiendo con el ejemplo anterior sobre el duelo, no en todas las culturas se ve la muerte como algo
1
indeseable o doloroso. Por tanto, en esas culturas, estar triste por la muerte de un familiar es
desadaptativo, y en ellas puede plantearse la duda sobre si es un trastorno mental.

Definición de enfermedad mental

Por todo esto, la OMS nos explica que las creencias religiosas y culturales de una persona, harán
que no todas las definiciones de las distintas enfermedades mentales, sean cien por cien aplicables
a nivel mundial. Muy posiblemente sea por eso, que la definición actualmente aceptada para
enfermedad mental, es bastante general. Es esta:

“Síndrome y/o patrón comportamental, de neurodesarrollo o emocional, con relevancia clínica, que
aparece asociado a malestar, a cierta incapacidad (por ejemplo, deterioro en una o más áreas de
funcionamiento diario) o a un riesgo significativamente aumentado de morir, de sufrir dolor,
discapacidad y pérdida de autonomía o libertad”

Esta definición de salud mental, se basa en las referidas por los manuales internacionales de
clasificación de enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés). Estos son empleados a nivel mundial,
para las elaborar estadísticas de enfermedades y causas de muertes, y el más actual, el número 11,
se ocupa de las enfermedades mentales en su capítulo 6, aquí lo tienes.

Las enfermedades mentales van en aumento

Otra definición también muy empleada por los profesionales de la psiquiatría, y que resulta más
sencilla, es la de “afecciones que impactan el pensamiento, sentimientos, estado de ánimo y/o
comportamiento. Pueden ser ocasionales o duraderas (crónicas), y pueden afectar a la capacidad
de relacionarse con los demás y de funcionar cada día”

Si esta te resulta más asequible, quédate con esta, porque como puedes ver, definir qué son las
enfermedades mentales es algo que aún está en debate.

Tipos de enfermedades mentales

La variedad de enfermedades mentales es muy amplia, pero según sabemos más sobre las
disfunciones bioquímicas que las originan, comprendemos mejor el tipo de trastorno del que se trata.
Algo que hasta ahora, era prácticamente desconocido.

Debemos de tener en cuenta, además, que los conocimientos sobre neurociencia son muy recientes.
Pensemos que hasta hace apenas unos años, no se tenían las técnicas necesarias para observar la
actividad cerebral.

2
Ahora que sí que las tenemos, y en base además a los síntomas observables, podemos definir 10
tipos de enfermedades mentales:

Las de tipo afectivo

 Los que provocan ideas delirantes

 Derivadas del consumo de drogas

 Determinadas discapacidades mentales

 Trastornos orgánicos del cerebro

 Neuróticos derivados del estrés

 De personalidad y del comportamiento

 Alteraciones del desarrollo psicológico

 Clasificación de las enfermedades mentales


Los manuales internacionales de clasificación de enfermedades (ICD), impulsados por la OMS, son
los que más minuciosamente nos ofrecen una categorización de las enfermedades mentales. En
realidad, existen también otras clasificaciones, algunas bastante diferentes. Esto nos indica lo difícil
que es poner orden en un grupo de patologías tan diverso, que además en su gran mayoría aún se
están estudiando.

Aún así, la clasificación hecha por los manuales ICD, es la más aceptada internacionalmente en el
mundo de la psiquiatría. En ella vemos varios de los tipos de enfermedades mentales que antes
mencionábamos, que engloban a muchísimos trastornos, cerca del 100.

Aunque aquí no vamos a ver esta clasificación tan en detalle, sí nos parece importante que la
conozcas y también algunas de las enfermedades que incluye cada apartado. Al fin y al cabo,
conocer lo que nos sucede (o sucede al alguien de nuestro entorno) es la primera medida para
solucionarlo.

Las enfermedades mentales son muy dañinas para toda la salud

Clasificación ICD de los trastornos mentales:

Ten en cuenta que la lista es muy larga, y que algunos apartados incluyen patologías similares, pero
es que los matices son muy importantes para comprender cada enfermedad y tratarla
adecuadamente. Ahora sí, a por ello:

1/ Trastornos afectivos (también llamados del humor)

3
Incluyen la depresión en sus diferentes formas y también los trastornos bipolares. En ellos se pasa
de los síntomas de depresión a euforia con gran rapidez. La depresión es una de las enfermedades
mentales más comunes, y también de las que más ha aumentado a partir de la pandemia del
coronavirus. Te dejamos nuestro artículo sobre los síntomas de la depresión para que puedas
indagar más sobre ella.

2/ Esquizofrenia, trastornos esquizotípicos y de ideas delirantes

Entre los que encontramos además de la esquizofrenia y otros similares (alucinaciones, delirios…) a
los llamados episodios maniacos.En estos últimos el ánimo está anormalmente elevado o irritable, y
la persona que sufre supone un riesgo para si misma o para otras personas.

3/ Derivadas del consumo de drogas o de otras sustancias psicótropas

Entre ellos tenemos al síndrome de dependencia, el de abstinencia o trastornos psicóticos en los que
hay una pérdida de contacto con la realidad. Esto implica tener percepciones anormales o ideas
delirantes.

4/ Determinadas discapacidades mentales

Se refiere a trastornos de retraso mental, de distinto índole e intensidad, desde los más leves a los
más graves, llamados profundos. Estos se valoran por la medición del coeficiente intelectual, que
aunque tiene varias limitaciones permite aproximarnos a valorar estas patologías.

5/ Trastornos orgánicos del cerebro

Abarca a las demencias, el Alzheimer, el Parkinson… y también alucinosis y otros trastornos


ocasionados por lesiones u otras disfunciones cerebrales.

6/ Afecciones neuróticas derivadas del estrés

Entre ellos está la ansiedad, las fobias, los trastornos de estrés post-traumático, el trastorno de
pánico, la somatización (síntomas orgánicos) y también los de tipo obsesivo-compulsivo.

Estos últimos son muy variados y pueden darse por pensamientos de repetición o por acciones, que
se realizan una y otra vez compulsivamente (rituales).

La ansiedad es otra de las enfermedades mentales más comunes, así que te dejo nuestro artículo
¿Cómo saber si sufro ansiedad? Síntomas y como paliarla.

4
7/ De personalidad y del comportamiento

Este grupo es también muy diverso, y en él se diferencian dos categorías básicas. Una es la de
trastornos en el adulto y la otra la que se refiere a los de la infancia y la adolescencia.

En este último grupo encontramos los trastornos de la atención y de actividad, como la hiperactividad.
En adultos podemos encontrar desde la ludopatía a trastornos de la personalidad derivados de
catástrofes o por muchas otras causas.

8/ Del comportamiento asociados a disfunciones fisiológicas y somatizaciones

Incluye a la anorexia, la bulimia, otros trastornos alimentarios, las alteraciones del sueño y
disfunciones sexuales como la ausencia de placer sexual sin causa orgánica.

Las alteraciones del sueño, son otro de los grupos de enfermedades mentales más comunes, y
comprende desde el insomnio, a hipersomnia o los terrores nocturnos

9/ Alteraciones del desarrollo psicológico

Se manifiestan desde la infancia. Agrupan al autismo, el síndrome de Asperger o trastornos del


lenguaje, de ortografía, de lectura, de cálculo… No es infrecuente encontrar entre estas
enfermedades cuadros mixtos, con síntomas de varias de ellas.

La gravedad de las enfermedades mentales

Como te contábamos al inicio las enfermedades mentales han aumentado mucho desde la pandemia,
y esto tiene consecuencias realmente devastadoras. Los suicidios se han incrementado mucho
también, y la mayoría están desencadenados por enfermedades mentales como la depresión. Desde
luego es un tema para tomarse muy en serio, que puede derivar además en patologías físicas
(somatizaciones orgánicas, autolesiones, etc…)

Si sospechas que padeces alguna afección mental y/o psicológica, no dejes de ponerlo en
conocimiento de tu médico o psicólogo, pues cuanto antes comiences a tratarlo antes podrás mejorar.
La combinación de medicación y psicoterapia es muy efectiva para la mayoría de los trastornos
mentales, y aunque puede pasar tiempo hasta la recuperación completa, con constancia esta llegará.

5
Ahora ya nos despedimos, espero que este artículo te haya sido útil, y por favor, si crees que puede
resultarle interesante a alguien más, no dejes de compartirlo. Ayúdanos a que las enfermedades
mentales dejen de ser un tabú.

MECANISMOS DE DEFENSA

Los mecanismos defensa son recursos constitucionales con los que contamos los seres humanos,
significa que estamos dotados para poder utilizarlos desde nuestro nacimiento. Ellos son propios
para cada individuo, pero a la vez, son también universales y discretos (Vaillant, G. 1992). Al
comienzo de nuestra vida utilizamos acciones defensivas, fundamentalmente de índole motora. Por
ejemplo, cuando a un niño algo lo atemoriza cierra sus ojos, esta acción defensiva se denomina
cancelación perceptual y tiene como fundamento la huida defensiva de un estímulo amenazante. La
huida fue considerada por el propio Sigmund Freud como el prototipo de conducta defensiva frente
a una amenaza externa. Sin embargo, el propio Freud considera que el sujeto no puede huir de sus
propias pulsiones, en consecuencia y basado en la teoría de la evolución darwiniana, los mecanismos
psicológicos de defensa sustituyen a la huida como acción defensiva (Freud S. 1915a). Los
mecanismos de defensa son utilizados desde nuestro nacimiento tal como lo fuera explicado más
arriba para adaptarnos a las circunstancias de la vida y determinan en gran medida la relación que
podemos tener con la salud y específicamente con la salud mental, así como también con la
enfermedad. Si el funcionamiento del sujeto o el entorno en el cual ese sujeto se desenvuelve está
muy perturbado, la adaptación puede resultar en una manifestación que se puede expresar como
patología mental (Vaillant, G.E. 1977). Este autor cita para dar un ejemplo como un suceso de la
vida, como un desengaño amoroso, puede para un sujeto transformarse en una obra literaria y para
otro en un intento de quitarse la vida (Vaillant, G.E. 1977). Las modalidades en cada uno de ellos
afronta, este suceso, está multi-determinado, pero el nivel de funcionamiento defensivo será
concluyente para afrontar el dolor psíquico, mientras que en el primer caso uno de los sujetos utiliza
mecanismos de defensa como la sublimación, correspondientes a un nivel jerárquico
correspondiente al espectro de defensas maduras y saludables, el otro sujeto utiliza mecanismos de
acción defensiva, tal como el acting out, que se corresponden con defensas inmaduras, de un nivel
jerárquico muy arcaico, que son frecuentemente observadas en diversas manifestaciones
psicopatológicas.

Por lo tanto, los mecanismos de defensa que un sujeto utilice en forma de patrón prototípico serán
determinantes en la vida que lleve adelante ese propio sujeto. Los sujetos que utilizan patrones
defensivos arcaicos a lo largo de su vida, no sólo están más expuestos a sufrir desajustes en la

6
regulación de su vida emocional, sino que también tendrán más propensiones a desarrollar
problemas de salud en general. Los sujetos que utilizan mecanismos defensivos más maduros
tendrán posibilidades de tener una vida más feliz y mejores condiciones de salud en general.

Estas consideraciones fueron llevadas a cabo por estudios longitudinales durante la vida de diversos
sujetos en la comunidad para poder concluir en estas aseveraciones y ser validados empíricamente
(Vaillant, G.E. et al. 1986). A medida que progresamos en nuestro desarrollo estos mecanismos se
tornan más complejos y forman parte de los recursos con los que cuenta el Yo del sujeto para afrontar
amenazas tanto externas como internas. Es decir, el tipo de mecanismos defensivos que utiliza el
ser humano se modifica con el desarrollo del propio sujeto. Los mecanismos de defensa tienen una
función específica que es estar inicialmente al servicio de la vida, pero también son útiles para evitar
montantes de angustia extrema.

Son recursos que utiliza el Yo de un modo inconciente, aunque a veces pueden ser utilizados también
de un modo conciente para afrontar situaciones dolorosas. Los mecanismos defensivos tienen una
cualidad dinámica. Lo cual implica que cada sujeto puede acceder a utilizarlos de acuerdo con las
posibilidades que cuente en ese momento para poder afrontar las amenazas y los peligros, tanto del
mundo psíquico interno como del mundo externo real. La cualidad dinámica implica que también
varían durante el transcurso de la vida, predominando algunos durante algunas etapas de la vida y
otros en etapas diferentes. Inicialmente un infant utiliza mecanismos de defensa más primitivos y a
medida que progresa el niño en su desarrollo utiliza mecanismos defensivos jerárquicamente más
evolucionados. Sin embargo, esta cualidad permite que todo sujeto pueda utilizar mecanismos
defensivos de diversos niveles jerárquicos, de acuerdo con la intensidad del conflicto en juego. Cada
individuo cuenta con la posibilidad de utilizar un número significativo de mecanismos de defensa; sin
embargo, existe una tendencia a utilizar predominantemente un patrón determinado en detrimento
de otros. Esta particularidad de su funcionamiento está relacionada con el nivel de organización
psíquica y con su funcionalidad habitual. La modalidad defensiva específica determinaría el tipo de
organización defensiva de cada sujeto (Lichtemberg, J. & Slap, J. 1971).

En general los sujetos con estructuras psíquicas más integradas utilizan patrones de funcionamiento
defensivo de nivel jerárquico superior y poseen una significativa plasticidad para su uso. En cambio,
aquellos sujetos con estructuraciones psíquicas perturbadas o con manifestaciones psicopatológicas
más severas, tienden a funcionar con organizaciones defensivas de niveles más arcaicos y un
espectro más restringido de mecanismos de defensa.

7
Esta condición permite realizar un diagnóstico del nivel de funcionamiento defensivo primitivo en una
primera entrevista estructural (Kernberg, O. 1984). Los mecanismos defensivos pueden ser
agrupados entre sí, de hecho, funcionan en forma asociada y tienen un nivel de organización
jerárquica determinado por el propio nivel de organización psíquica alcanzado por el sujeto (Perry,
J.Ch. 1991). La adquisición de estas capacidades se sostiene en las modalidades del vínculo objetal
y en las características del entorno ambiental en la cual el individuo se ha criado. Por lo tanto, es
dable esperar que el patrón defensivo principal que cada persona utilice, esté íntimamente ligado a
los procesos identificatorios con las primeras imago parentales y esté determinado por las
características, tanto del vínculo objetal como del tipo de patrón de apego desarrollado por los padres
y por el propio niño.

Los procesos defensivos se ponen en marcha frente a las amenazas del incremento de tensión
interna provocadas por la emergencia pulsional, pero también por aquellas que surjan frente al
incremento de los estímulos del mundo externo real.

EL ORIGEN DE LOS MECANISMOS DE DEFENSA 7

Para George Vaillant (1992) los mecanismos de defensa funcionan con una modalidad similar a la
del sistema inmunológico. Por ello, están constitucionalmente determinados, pero en el ámbito
psíquico están sostenidos en las capacidades y recursos que dispone el Yo para afrontar las
amenazas y peligros que despiertan, ya sean las pulsiones o los estímulos del mundo externo real.
La constitucionalidad de los mecanismos de defensa está justificada en la universalidad de los
mismos, y estas ideas están en las mismas raíces de la metapsicología psicoanalítica, ya que hasta
el propio Freud planteó operaciones defensivas universales, como lo es la misma represión. Sin
embargo, no todos los individuos utilizan mecanismos de defensa idénticos, sino que éstos varían
entre las diferentes configuraciones estructurales del aparato psíquico. Los mecanismos de defensa
en consecuencia tienen un origen constitucional, sin embargo, debido a que se modelan con el
desarrollo del carácter y la personalidad del sujeto durante el interjuego intersubjetivo con las
primeras relaciones objetales, así como remodelaciones a través de experiencias intersubjetivas
durante la vida no sólo tienen un origen constitucional, sino que dependen del tipo de organización
de la personalidad y son modificables por el entorno y transmisibles intersubjetivamente en forma
intergeneracional (Persano, H.L. et al. 2006). Dentro del concepto de modificación de los
mecanismos defensivos debemos considerar el cambio de patrón defensivo observado luego de
procesos psicoterapéuticos que producen cambios psíquicos.

Origen Histórico del Concepto Mecanismos de Defensa

8
Sigmund Freud introdujo tempranamente en su obra el concepto de defensa. En 1895 en su trabajo,
“El Proyecto de una Psicología para Neurólogos”, él propuso que la defensa primaria tenía como
función “…evitar el desprendimiento de dolor, o displacer…” (Freud, S. 1895), y también “…y para
evitar el desprendimiento de displacer, su comienzo sería para el Yo la señal para emprender una
defensa normal…” (Freud, S. 1895, Pág. 405). Este concepto introduce la idea, que así, se hubiera
prevenido que nuevas vivencias de dolor, con sus facilitaciones, se produjeran tan fácilmente.
También consideró que las defensas contra los impulsos podrían considerarse patológicas, por
ejemplo, “…la defensa contra la sexualidad…” (Freud, S. 1895, Pág. 399). Él consideraba que la
defensa puede estar ligada a la construcción del psiquismo. La “función primaria” del aparato psíquico
en su totalidad, tomando como modelo la neurona y su tendencia a la descarga, tiene como función
primaria propender hacia la descarga para mantener los niveles más bajos de cantidad (Qn) (Freud,
S. 1895, Pág. 340), la huida del estímulo (mundo externo) es otra de las formas de evitar el
incremento de tensión. Sin embargo, de los estímulos del mundo interno no es posible sustraerse
sino es por medio de la acción específica, lo cual implica la búsqueda en el mundo externo de las
condiciones que alivien la tensión que provoca la demanda del mundo interno. Con la organización
de las neuronas, a la cual se denomina Yo, se produce la inhibición del decurso de cantidad (Qn),
mediante facilitaciones que liberen poca cantidad. Este principio implica que pequeñas cantidades
de descarga de displacer en el sistema psíquico (y) a través del decurso colateral (interconexionado
neuronal) “…inhiben el decurso de la imagen recuerdo ligada al desprendimiento de displacer….”
(Freud, S. 1895, Pág. 369). Para Freud la descarga implica el sentir, pues él consideraba que los
afectos se hacen concientes a través de la descarga. Si se inhibe la descarga se evita entonces el
sentir displacer. Con lo cual queda establecido que para evitar la descarga (inhibición de la descarga
= función del yo) es necesaria la defensa primaria lo cual es en sí mismo una función defensiva, pero
a la vez estructurante del aparato psíquico. Este concepto es un pre-anuncio de la represión primaria
como fundante del aparato psíquico. Los procesos primarios implican un gasto total de la defensa,
los procesos secundarios implican una investidura del Yo y son una morigeración de los primeros,
“… con una valorización correcta de los signos de realidad objetiva, posible sólo con una inhibición
del Yo…” (Freud, S. 1895, Pág. 372). Freud pensaba que las defensas podrían originar síntomas
psicopatológicos. Consideraba que la histeria de defensa, se producía por una incompatibilidad en
la vida de las representaciones, debido a un afecto penoso. Por lo tanto, la defensa está ligada a los
afectos, especialmente a aquellos afectos ligados a la sexualidad. Es tarea del Yo sustraerle la carga
para que una representación intensa (con intensidad de carga) se transforme en una representación
débil, lo cual implica una transposición de la carga. El Yo ha quedado exento de contradicción, pero
lleva sobre sí el lastre de un síntoma. Por lo tanto, la teoría de la defensa implica también la teoría
9
del conflicto. Puesto que la defensa surge como un intento de resolver un conflicto psíquico. En otro
artículo temprano en su obra, “Las Neuropsicosis de Defensa” (Freud, S. 1894), Freud consideraba
que el divorcio entre representación y afecto (carga) es el modo de operar de la defensa en las
neurosis de defensa, (Verdrängung) por su denominación original en alemán, que significa esfuerzo
por desalojo, esfuerzo por dar caza o desplazamiento. Sin embargo, también consideraba otra
modalidad mucho más enérgica en la cual se desestima, o se rechaza (Verwerfen) por su
denominación original en idioma alemán, tanto a la representación como el afecto; como si ello nunca
hubiera acontecido (Freud, S. 1894). Al desprenderse de la representación se desprende también de
una porción de la realidad objetiva, por lo cual al llevar a cabo esta operación se desase parcial o
totalmente de la realidad objetiva y de una porción del Yo (Freud, S. 1896). Pero la consecuencia de
este proceso, es que tras una defensa exitosa se cae en una confusión alucinatoria. Debido a que
las representaciones son tratadas como si tuvieran intensidad de carga de percepción. Esto implica
un funcionamiento primario del aparato, en proceso primario y con una confusión indistinguible entre
una percepción y una representación, cosa que le está vedada al propio aparato psíquico para que
funcione como tal; puesto que si no se distingue entre percepción y memoria el sujeto no puede
discernir entre que es realidad y qué no lo es. Es decir, una defensa exitosa con descarga total,
implica un fracaso de la defensa primaria y, por lo tanto, un fracaso de la función defensiva también.

Freud planteaba también que la modalidad de la defensa determina el tipo de contracción de la


enfermedad, por lo tanto, el tipo de constelación defensiva impone el tipo de psicopatología. Plantea
que una psicosis de defensa puede interrumpir episódicamente (transitoriamente) la trayectoria de
una neurosis. Es importante recordar aquí, que en los términos en que se expresaba la
psicopatología en aquella época, la psicopatología estaba basada en un planteo dicotómico entre
neurosis y psicosis. Freud describió distintos tipos de defensas, en su trabajo “El Chiste y su Relación
con lo Inconciente” (Freud, S. 1905) describió mecanismos defensivos tales como el humor, la
distorsión, la represión, el desplazamiento, la supresión, la fantasía (el fantasear), el aislamiento.
Comparó la función del sueño que sirve predominantemente al ahorro de displacer, con el chiste que
sirve para aumentar la ganancia de placer “…el sueño sirve predominantemente al ahorro de
displacer; el chiste a la ganancia de placer…” (Freud, S. 1905, Pág. 172).

Categorización de los Niveles de Defensas

Pensar que los mecanismos de defensa tienen una organización jerárquica es de importancia
fundamental para identificar el nivel de funcionamiento psíquico, el tipo de patrón defensivo que un
sujeto utiliza regularmente y su nivel de organización de la personalidad. Para Otto Kernberg

10
identificar el nivel de funcionamiento defensivo es determinante a la hora de establecer el nivel de
organización de la personalidad. Este nivel de organización jerárquica de los mecanismos de
defensa, junto con el nivel de integración de la identidad y la capacidad de verificar la realidad son el
pilar de variables específicas para evaluar el nivel de organización de la personalidad a través del
diagnóstico estructural del funcionamiento psíquico del sujeto (Kernberg, O. 1984). Por otro lado, se
destaca la importancia que implica identificar el patrón defensivo de un sujeto, no sólo porque tiene
implicancias en la psicopatología, sino también porque permite evaluar la posibilidad de cambio
psíquico durante un proceso psicoterapéutico o durante la atención en dispositivos de tratamiento en
Salud Mental. Para poder identificar los patrones defensivos George Vaillant (1977) y Christopher
Perry (1991), definieron las diferentes categorías y niveles de los mecanismos de defensa para
adultos y desarrollaron clasificaciones que describiremos a continuación. Estos autores evaluaron
cómo se distinguen las defensas entre sí (implica que son discretas, mediante estudios empíricos en
poblaciones amplias, tanto normales como patológicas. Llevaron a cabo estudios longitudinales de
varios años de duración evaluando la relación entre la jerarquía del nivel de patrón defensivo y la
salud a lo largo de la vida. Vaillant (1977) halló que los sujetos con predominio de patrones defensivos
arcaicos sufrían menoscabo en su salud y en el nivel de desempeño a lo largo de sus vidas. Inclusive
sujetos que habían nacido en condiciones socioeconómicas más favorables, pero que tenían un
patrón defensivo más arcaico tuvieron un desempeño más perturbado en sus vidas, conflictos
relacionales en el amor y en el trabajo, condiciones saludables más precarias y mayores cuadros
psicopatológicos. En cambio, sujetos que habían nacido en marcos socioculturales más precarios,
pero presentaban un patrón defensivo jerárquicamente más maduro pudieron sobreponerse a esas
condiciones y evidenciaron mejores indicadores de salud en general y menores conflictos
relacionales, así como menos síntomas psicopatológicos (Vaillant, G.E. 1977). Estos estudios son
importantes para rescatar la importancia que tiene identificar los niveles de patrones defensivos de
un sujeto, no sólo en el campo de la Salud Mental, sino en el campo de la salud en general. George
E. Vaillant agrupó a los mecanismos defensivos en 4 grupos de defensas ordenados
jerárquicamente: Primitivas, Inmaduras, Neuróticas y Maduras (Vaillant, G. E. 1992).

TIPOS Y DESCRIPCIÓN DE MECANISMOS DE DEFENSA NIVEL MADURO

AFILIACIÓN: Este mecanismo implica la posibilidad de reconocer los propios límites y la necesidad
de acudir a otros cuando no se pueden afrontar los conflictos, tanto del mundo interno como con el
mundo externo. Esta defensa es de alto nivel y es opuesta a la omnipotencia donde el sujeto no
puede pedir ayuda. Ejemplo: El sujeto pide ayuda ante situaciones que no puede afrontar solo. El
sujeto pide ayuda psicoterapéutica cuando no puede sobrellevar el conflicto sin auxilio. Altruismo:

11
Este mecanismo implica preocupación por los otros y por sus necesidades, aunque esto implique
una satisfacción también a nivel personal y el sujeto tenga conciencia de que la satisfacción personal
es la razón de su altruismo. Ejemplo: El sujeto se involucra en ayudar a otros a nivel social o afectivo,
sin que esto se transforme en fanatismo. Un ejemplo es cuando un sujeto define su vocación a partir
de una carrera que implique la ayuda a otros. Anticipación: Este mecanismo implica la capacidad de
poder anticipar consecuencias de los actos o toma de decisiones ponderando las consecuencias de
las mismas.

Puede experimentar la angustia futura a través de ideas o representaciones, pero es capaz de


anticipar respuestas de sí mismo y de otros. Ejemplo: El sujeto es capaz de tolerar la angustia que
le provoca una situación futura angustiosa a través de preguntas referidas a sí mismo ¿Cómo me
sentiré si acontece tal cosa? Auto-afirmación: Este mecanismo posibilita al sujeto poder expresar lo
que el sujeto desea, siente o piensa en forma directa y sin intenciones manipulativas. Ejemplo: El
sujeto es capaz de expresar lo que siente y por ello se alivia de angustia ante la posibilidad de decir
lo que le sucede o lo que siente. Humor: Esta defensa tiende a aliviar la tensión o la angustia
mediante la ganancia de placer que otorga tomar la situación en tono humorístico o irónico,
especialmente dirigido hacia sí mismo. Ejemplo: Un sujeto se siente frustrado por un evento, pero
toma con humor el hecho y ello produce un alivio de la angustia desplegada. Auto-observación: Esta
defensa implica capacidad de introspección, capacidad de verse a sí mismo y como piensa que otros
pueden pensar de sí. Esta defensa madura está relacionada con la empatía pues posibilita al sujeto
ponerse en lugar de otra persona también. También, le permite al sujeto afrontar mejor la realidad
ante el conocimiento que tiene de sí mismo y de sus sentimientos frente a ella.

NIVEL NEURÓTICO

Formación Reactiva: Esta defensa implica transformar pulsiones de contenido fundamentalmente


agresivo, en contenidos opuestos y tolerables para el sujeto. Implica una substitución inconciente de
una moción pulsional en su contrario. Es importante aclarar aquí que no debe confundirse con
trasformación en lo contario que es una defensa primitiva donde fundamentalmente mociones tiernas
o amorosas se transforman en odio intenso. Ejemplo: Un sujeto intenta evitar sentirse culpable y
sustituye un pensamiento inaceptable que pudiese provocarle angustia o culpa por otro totalmente
opuesto. Es muy frecuente de observar en sujetos obsesivos. Un sujeto tiende a expresar su enojo
y lo transforma sistemáticamente en alabanzas. Los adolescentes que no saben cómo acercarse

12
eróticamente a una muchacha y lo hacen a través de comportamientos hostiles menores, es otro
ejemplo. Desplazamiento: Esta defensa implica desplazar un sentimiento o una respuesta emocional
desde un objeto hacia otro objeto menos amenazante pero equivocado. O desplazar una amenaza
interna hacia un objeto externo. Es frecuentemente observada en las fobias y en la histeria. Ejemplo:
Un sujeto desplaza una angustia interna motivada por una pulsión hacia un objeto externo, el cual se
transforma en amenazante. Los adolescentes suelen expresar sentimientos amorosos motivados por
una persona hacia otra persona menos amenazante.

AISLAMIENTO: Esta defensa implica divorciar la representación del afecto concomitante de modo
tal que el sujeto no puede experimentar, simultáneamente los aspectos cognoscitivos con los
afectivos. A veces, esta separación es temporal. Es decir, pierde contacto entre los sentimientos
asociados a una idea dada. El afecto puede ser sentido pero asociado a otra representación o idea;
actuando simultáneamente las defensas aislamiento y desplazamiento en este último caso. Ejemplo:
Un sujeto se siente incómodo con los sentimientos que le despierta una situación determinada, pero
puede tolerar pensarla como idea desprovista de afectos. Un sujeto no puede llorar ante una situación
dolorosa, pero puede pensar en ella desprovista de sentimientos. Freud da el ejemplo de un sujeto
que no puede llorar frente a la muerte de un ser querido, pero después llora desconsoladamente
frente a la pérdida de una mascota. En este ejemplo se asocian aislamiento afectivo con
desplazamiento.

INTELECTUALIZACIÓN: Esta defensa implica el uso excesivo del pensamiento abstracto para evitar
sentimientos que puedan resultar perturbadores para el sujeto. En general hacen uso de estos
mecanismos sujetos con buen desempeño intelectual, aunque no es necesario o exclusivo, y abusan
de este recurso para no experimentar emociones o sentimientos que sean displacenteros o que
generen conflictos. Es importante diferenciar intelectualización de racionalización. Muchas veces se
utilizan ambos términos en forma indiferente tratándolos como sinónimos.

La intelectualización es una defensa de nivel neurótico, en cambio, la racionalización es una defensa


de nivel inmaduro y está emparentada con la mentira; en este caso el sujeto se miente a sí mismo o
justifica de un modo, relativamente burdo, su comportamiento. Ejemplo: El sujeto que utiliza la
intelectualización mantiene dentro del sistema conciente una idea general o abstracta, pero carente
del afecto concomitante. Nuevamente se presenta un divorcio entre representación y afecto, pero
con una exageración de ideas abstractas. Perry utiliza buenos ejemplos para referirse a la
intelectualización, un sujeto se pregunta “¿Soy feliz?” Y se responde “No creo que la felicidad
verdadera exista.” O decir con una generalización “La mayoría de la gente actuaría de esta manera”

13
(Perry, J.Ch. 1991). Anulación Retroactiva: Esta defensa implica anular pensamientos, ideas o
comportamientos con otros pensamientos, ideas o comportamientos de naturaleza contraria en un
intento de compensar o negar a los primeros. Es una defensa muy observada en sujetos con rasgos
obsesivos. El afecto o la angustia logran expresarse, pero posteriormente se los minimiza o se los
anula. Con lo cual se intenta evitar el conflicto que la expresión de un impulso o un sentimiento
podrían ocasionar. Esta defensa evidencia una ambivalencia o una contradicción ambivalente. Una
rectificación se expresa como sentencia que anula la sentencia previa. Ejemplo: Un sujeto describe
un deseo y rápidamente expresa algún comentario que minimice la expresión del mismo o rectifica
su deseo a través de un comentario que lo opaque. A veces, es una acción la que opaca o anula un
comentario o pensamiento previo. Se diferencia de la escisión en que esta última es una defensa
inmadura y el sujeto evidencia una contradicción evidente.

REPRESIÓN: Es una modalidad defensiva que opera sobre las representaciones, tal como se explicó
anteriormente. Su acción es sobre la memoria, donde no puede recordar algo que resulte penoso o
amenazante. También, impide que el sujeto sea consciente de sus deseos, de sus sentimientos o
que recuerde experiencias, porque le resultan perturbadoras. En general expresa el modo en que el
Yo opera frente a un conflicto entre una moción pulsional (cuyo asiento es el Ello) y alguna prohibición
(cuyo asiento es el Superyó). El afecto liberado de la representación reprimida suele desplazarse al
cuerpo dando lugar a los síntomas que son el resultado de la solución de compromiso del Yo para
lidiar con el conflicto y esos síntomas se transforman en un lastre para el Yo. En sentido estricto la
represión se refiere a los efectos sobre las representaciones puesto que suele acompañar a otras
defensas. Ejemplo: Un sujeto no puede reconocer un impulso, un deseo o un pensamiento, o se
olvida de ellos.

DISOCIACIÓN: Es una defensa que implica una alteración momentánea de las funciones
integradoras de la conciencia o de la identidad. Es una defensa que deriva de la represión y posibilita
un estado de doble conciencia. La disociación es una defensa neurótica que debe diferenciarse de
la escisión. Freud consideraba que la disociación operaba sobre la conciencia y se refería a ella en
idioma alemán como (Dissoziation), sin embargo, cuando se refirió a escisión utilizó la palabra
alemana (Spaltung) y la utilizó para referirse a la escisión que se produce dentro de la propia
estructura del Yo (Persano, H.L. 1997). La escisión es una defensa inmadura.

NEGACIÓN NEURÓTICA: Sigmund Freud en 1925 describió la negación como mecanismo


defensivo, distinto de la represión. El sujeto sortea la represión mediante su aceptación en la
conciencia precedido de un no. Esta defensa tampoco fue incluida por Perry (1991) en su

14
clasificación, pero también amerita ser reconocida. “Por tanto, un contenido de representación o de
pensamiento reprimido puede irrumpir en la conciencia a condición de que se deje negar. La
negación es un modo de tomar noticia de lo reprimido; en verdad, es ya una cancelación de la
represión, aunque no, claro está, una aceptación de lo reprimido. Se ve cómo la función intelectual
se separa aquí del proceso afectivo.” (Freud, S. 1925, Pág. 253-254).

Ejemplo: “Ahora usted pensará que quiero decir algo ofensivo, pero realmente no tengo ese
propósito” (Freud, S. 1925, Pág. 253)

NIVEL INMADURO 8

NIVEL DE DEFENSAS NARCISISTAS DEFENSAS CON DISTORSIÓN MENOR DE LA IMAGEN


DESVALORIZACIÓN DE SÍ MISMO/DESVALORIZACIÓN DE LOS OTROS: Esta defensa de nivel
inmaduro se observa frecuentemente en sujetos con rasgos o estructuraciones narcisistas de su
personalidad. Desde el punto de vista psicopatológico es más arcaica que las defensas neuróticas.
El sujeto presenta una desvalorización de sí mismo, con una distorsión de su propia imagen. En
general se asocia a problemáticas en la regulación de la autoestima. En sujetos con organización
limítrofe de la personalidad se asocia a la escisión psíquica que es una defensa con distorsión mayor
de la imagen de sí mismo.
El sujeto afronta conflictos enfatizando o distorsionando negativamente su propio self. Se la
denomina desvalorización de sí mismo cuando opera sobre las imágenes del propio self. Sin
embargo, también puede operar sobre las representaciones de las imágenes de los otros objetos y
entonces se la denomina, desvalorización de los otros. En este caso afronta conflictos mediante la
distorsión a través del énfasis en los aspectos negativos del objeto, sin poder aceptar los aspectos
positivos. Ejemplo: El sujeto se desvaloriza o desvaloriza a otros con el fin de encubrir verdaderos
sentimientos que pueden resultarle más dolorosos.
El sujeto dice “No sirvo para nada” para evitar sentir una frustración, o “Ella es una incapaz, no sabe
hacer nada, ni como madre sirve” esta devaluación puede servir como protección contra los propios
sentimientos de desamparo.

IDEALIZACIÓN DE SÍ MISMO/ IDEALIZACIÓN DE LOS OTROS:


Esta defensa es la contracara de la desvalorización.
El sujeto afronta conflictos con una excesiva idealización de sí mismo o de los otros, que siempre

15
implica una distorsión de la imagen auténtica, tanto de sí mismo como de los otros. A veces, el sujeto
decide idealizar a los otros por motivos narcisistas que implican una estimación distorsionada de sí
mismo a partir del reflejo que le brinda la fascinación idealizada del objeto. A veces, se describe en
forma idealizada distorsionando su imagen del self, para evitar sentir situaciones que puede vivenciar
como humillantes o vergonzantes. Esta modalidad de mecanismos de defensa suele funcionar en
forma asociada a la escisión. Tanto la idealización como la desvalorización, ya sea de la imagen de
sí mismo o de la imagen de los otros, están relacionadas con dificultades en la regulación de la
autoestima. Ejemplo: El sujeto describe situaciones en las que se ha comportado de un modo
idealizado, distorsionando la realidad. O idealiza las cualidades de un objeto sin prestar atención a
otros matices discordantes con su percepción del objeto mediante la desestima.
NIVEL DE DEFENSAS DE DESMENTIDA 4
Estas defensas están relacionadas con el concepto freudiano de Verleugnung, en alemán que implica
desmentida, rechazo, repudio o negación extrema.
RACIONALIZACIÓN: El sujeto intenta afrontar conflictos tratando de forjar explicaciones
tranquilizadoras para sí mismo. Es una forma de mentira hacia sí mismo. Implica utilizar
justificaciones, muchas veces burdas, para poder sostener un comportamiento o acción. Bastante
frecuentemente se observa en niños, cuando intentan ocultar alguna situación que les pueda generar
culpa o vergüenza. Pero en adultos, se observa en sujetos que abusan de sustancias o con rasgos
antisociales, que justifican sus accionar delictivo mediante distorsiones de la verdad. En general
ocultan comportamientos egoístas mediante el cambio del discurso quitándole el propio interés. Se
diferencia claramente de la intelectualización, porque implica egocentrismo, inmadurez y
justificaciones inmediatas.
Ejemplo: “Lo hice porque no me quedaba otra alternativa” es un ejemplo, u otro “le robé porque a él
no le hace nada y a mí me falta”.

PROYECCIÓN PRIMITIVA NO DELIRANTE: El sujeto enfrenta conflictos emocionales,


adjudicándole falsamente a otros sus impulsos o pensamientos, sin embargo, esta forma de
proyección implica también la proyección de una imagen de sí mismo. En general está dirigido, hacia
personas por las cuál se siente amenazado o atraído.
Ejemplo: El sujeto proyecta impulsos o sentimientos que lo hacen sentir vulnerable, especialmente
ligados a sentimientos de vergüenza o humillación. Un ejemplo, “Te sientes avergonzado por ese
hecho y me lo atribuyes a mí”.

16
FANTASÍA AUTÍSTICA: Esta defensa implica un refugio en la fantasía, pero no con fines de ganar
placer sino con el objetivo de encapsularse de un modo autístico y retrayéndose de los otros. Este
fantasear se distingue de la fantasía, porque implica sustituir las relaciones con otras personas. Es
una modalidad de evitar afrontar o resolver problemas.
Ejemplo: Un sujeto cuando se iba a dormir imaginaba aislarse en un tanque de guerra para
protegerse de la vulnerabilidad que le provocaba dejarse a merced del dormir.

NIVEL DE DEFENSAS DE ACCIÓN: Esta defensa es de naturaleza inmadura, ligada a patrones


acción impulsiva. El sujeto expresa sus emociones o sus impulsos a través de conductas de natu
raleza impulsiva, sin evaluar las consecuencias de sus actos. En general suelen evidenciarse en las
relaciones interpersonales con sujetos que tienen un lugar significativo en su vida.
AGRESIÓN PASIVA: El sujeto expresa sus conflictos o sus estados afectivos, a través de
manifestaciones de agresividad indirecta. Una fachada de aceptación enmascara la resistencia hacia
los otros. Suele observarse en sujetos que suelen evidenciar un funcionamiento parasitario para con
los otros.
Ejemplo: Un sujeto en un equipo de trabajo se opone sistemáticamente a las decisiones del grupo,
sin fundamentar su comportamiento. Puede ir acompañada de la racionalización. Pero el
oposicionismo puede ser una manifestación de la agresión pasiva.
HIPOCONDRIASIS: Es una defensa que suelen evidenciar los sujetos que manifiestan quejas
somáticas repetidas. En forma encubierta evidencian hostilidad y resentimiento. Las quejas
reiteradas ocupan buena parte de la vida cotidiana y evidencian un rechazo a la ayuda ofrecida. No
hay que confundir el mecanismo de defensa hipocondriasis, generalmente evidenciado en sujetos
con depresión, de la hipocondría como delirio somático que pertenece al campo de las psicosis.
Ejemplo: Un sujeto se queja frecuentemente de dolores y quejas somáticas, solicita ayuda, pero
luego la rechaza porque se siente decepcionado con lo que le ofrecieron. Persiste en su queja
somática. Es un intento de convocar a otro frente a la vivencia de desamparo.

¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD?


El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos más comunes en
la niñez y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. Los síntomas incluyen dificultad
para concentrarse y prestar atención, dificultad para controlar la conducta e hiperactividad (actividad
excesiva).

17
Existen tres tipos de TDAH:1
• Predominantemente hiperactivo-impulsivo
– La mayoría de los síntomas (seis o más) se encuentran en la categoría de hiperactividad-
impulsividad.
– Se presentan menos de seis síntomas de inatención, aunque que la inatención aun puede
estar presente hasta cierto grado.
• Predominantemente inatento
– La mayoría de los síntomas (seis o más) se encuentran en la categoría de la inatención y se
presentan menos de seis síntomas de hiperactividad-impulsividad, aunque la hiperactividad-
impulsividad aun puede estar presente hasta cierto grado.
– Los niños que padecen este tipo son menos propensos a demostrarlo o tienen dificultades
para llevarse bien con otros niños. Puede que estén tranquilos, pero no quiere decir que están
prestando atención a lo que están haciendo.
Por lo tanto, la conducta del niño puede ser pasada por alto y los padres y los maestros puede
que no noten que el niño padece del TDAH.
• Combinación hiperactivo-impulsivo e inatento
– Están presentes seis o más síntomas de inatención y seis o más síntomas de hiperactividad-
impulsividad.
– La mayoría de los niños padecen el tipo combinado del TDAH.
Los tratamientos pueden aliviar muchos de los síntomas del trastorno, pero no existe cura.
Con tratamiento, la mayoría de las personas que padecen del TDAH pueden tener éxito en la
escuela y vivir vidas productivas. Los investigadores están desarrollando tratamientos e
intervenciones más eficaces y usando nuevas herramientas como imágenes cerebrales, para
comprender mejor el TDAH y encontrar maneras más eficaces de tratarlo y prevenirlo.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH en niños?

La inatención, la hiperactividad y la impulsividad son los comportamientos clave del TDAH. Es normal
que los niños a veces no presten atención o sean hiperactivos o impulsivos, pero en los niños con el
TDAH, estas conductas son más severas

y ocurren con más frecuencia. Para recibir un diagnóstico de este trastorno, un niño debe tener
síntomas durante seis meses o más y en un grado mayor del que presentan otros niños de la misma
edad.

18
Los niños que tienen síntomas de inatención pueden:

• Distraerse fácilmente, no percibir detalles, olvidarse de las cosas y con frecuencia cambiar de
una actividad a otra

• Tener dificultad para concentrarse en una sola cosa

• Aburrirse con una tarea después de tan solo unos minutos, excepto que estén realizando una
actividad placentera

• Tener dificultad para concentrarse en organizar y completar una tarea o en aprender algo
nuevo

• Tener problemas para completar o entregar tareas; con frecuencia, pierden las cosas (p. ej.,
lápices, juguetes, asignaciones) que se necesitan para completar las tareas o actividades

• Parecen no escuchar cuando se les habla

• Sueñan despiertos, se confunden fácilmente y se mueven lentamente

• Tienen dificultad para procesar información de forma rápida y precisa como los demás

• Tienen dificultad para seguir instrucciones

Los niños que tienen síntomas de hiperactividad pueden:

• Estar inquietos y movedizos en sus asientos

• Hablar sin parar

• Ir de un lado a otro, tocando o jugando con todo lo que está a la vista

• Tener problemas para sentarse y estar quietos durante las comidas, la escuela y cuando se
les lee cuentos

• Estar en constante movimiento

• Tener dificultad para realizar tareas o actividades que requieran tranquilidad

¿Cuáles son las causas del TDAH?

Los científicos no están seguros cuales son las causas del TDAH, aunque muchos estudios sugieren
que los genes tienen un rol importante. Como sucede con otras enfermedades, el TDAH es
probablemente el resultado de una combinación de factores. Además de la genética, los
investigadores están tratando de encontrar posibles factores medioambientales y están estudiando

19
de qué manera las lesiones cerebrales, la nutrición y el entorno social podrían contribuir al desarrollo
del TDAH.

Los genes. Los genes son los “planos” de nuestro organismo que heredamos de nuestros padres.
Varios estudios internacionales de gemelos demuestran en sus resultados que el TDAH
frecuentemente se transmite en las familias. Los investigadores están buscando varios genes que
podrían hacer que la gente sea más vulnerable a padecer el trastorno.2,3 Si algún día se conocieran
los genes responsables de dicho trastorno, los investigadores podrían evitarlo antes de que se
desarrollen los síntomas. Aprender sobre los genes específicos podría también conducir a mejores
tratamientos.

Los niños que padecen del TDAH quienes tienen una versión particular de cierto gen, tienen un tejido
cerebral más delgado en las áreas del cerebro asociadas con la atención. Esta investigación del
NIMH demostró que la diferencia no era permanente, sin embargo, y a medida que los niños que
tienen este gen crecían, el cerebro llegaba a alcanzar un nivel normal de grosor. Al igual que síntomas
del TDAH también mejoraron.

Los factores ambientales. Los estudios sugieren que existe un vínculo potencial entre el consumo de
tabaco y alcohol durante el embarazo y en el TDAH en los niños.5,6 Asimismo, los niños en edad
preescolar que están expuestos a altos niveles de plomo, que se encuentra a veces en cañerías o
en la pintura en edificios viejos, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar el TDAH.

Las lesiones cerebrales. Los niños que han sufrido una lesión cerebral pueden mostrar algunas
conductas similares a las de quienes padecen del TDAH. Sin embargo, solo un porcentaje pequeño
de niños con TDAH han sufrido una lesión cerebral traumática.

El azúcar. La idea de que la azúcar refinada causa el TDAH o empeora los síntomas es común, pero
la investigación descarta esta teoría en lugar de sustentarla. En un estudio, los investigadores les
dieron a dos grupos de niños alimentos que contenían azúcar o un sustituto del azúcar un día si y un
día no. Los niños que recibieron azúcar no demostraron tener una conducta o capacidades de
aprendizaje diferentes de quienes recibieron el sustituto de azúcar.8 Otro estudio en el que los niños
recibieron cantidades mayores que el promedio de azúcar o sustitutos de azúcar mostró resultados
similares.

En otro estudio, los niños cuyas madres creían que sus hijos eran sensibles al azúcar recibieron el
sustituto del azúcar llamado aspartamo. Aunque a todos los niños se les dio aspartamo, a la mitad
de sus madres se les dijo que a sus hijos se les había dado azúcar, y a la otra mitad se les dijo que

20
a sus hijos se les había dado aspartamo. Las madres que pensaban que sus hijos habían recibido
azúcar

los describieron como más hiperactivos que los otros niños y fueron más severas al criticar su
conducta, en comparación con las madres que pensaban que sus hijos habían recibido aspartamo.10

Los aditivos alimentarios. Una reciente investigación británica indica que puede existir un vínculo
entre el consumo de ciertos aditivos alimentarios, como colorantes artificiales o conservantes, y un
aumento en la actividad.11 Se están realizando investigaciones para confirmar estos hallazgos y
para aprender más sobre como los aditivos alimentarios pueden afectar la hiperactividad.

¿Cómo se diagnostica el TDAH? 9

Los niños maduran a ritmos diferentes y tienen personalidades, temperamentos y niveles de energía
diferentes. La mayoría de los niños se distraen, actúan impulsivamente y se esfuerzan para
concentrarse en un momento u otro. A veces, estos factores normales pueden confundirse con el
TDAH. Los síntomas del TDAH generalmente aparecen a una temprana edad, generalmente entre
los 3 y 6 años, y dado que los síntomas varían de una persona a otra, el trastorno puede ser difícil
de diagnosticar. Primero, los padres pueden notar que su hijo pierde el interés en ciertas cosas antes
que otros niños o parece estar constantemente “fuera

de control”. Con frecuencia, los maestros son los primeros en notar los síntomas, cuando un niño
tiene dificultades para seguir normas, o con frecuencia “se aísla” en el salón de clases o el patio de
recreo.

No existe una sola prueba que pueda diagnosticar que un niño padece del TDAH. Por lo contrario,
un profesional de la salud con licencia necesita reunir información sobre el niño, su conducta y su
entorno. La familia puede que quiera hablar con el pediatra del niño primero. Algunos pediatras
pueden evaluar al niño ellos mismos, pero muchos derivarán a la familia a un especialista de la salud
mental con experiencia en trastornos mentales de la niñez, como el TDAH. Primero el pediatra o
especialista de la salud mental intentará descartar otras razones para los síntomas. Por ejemplo,
ciertas situaciones, eventos o afecciones de la salud pueden causar conductas pasajeras en un niño
que parece tener el TDAH. Entre ellos, el pediatra y el especialista determinarán si un niño:

• Está sufriendo convulsiones aún no diagnosticadas que podrían asociarse con otras
afecciones médicas

• Padece una infección del oído medio que está causando problemas de audición

21
• Tiene algún problema de visión o audición aun no diagnosticado

• Tiene algún problema médico que afecta su pensamiento y su conducta

• Tiene algún problema de aprendizaje

• Padece de ansiedad o depresión u otros problemas psiquiátricos que podrían causar síntomas
similares al TDAH

• Ha sido afectado por un cambio significativo y repentino, como la muerte de un miembro de la


familia, un divorcio o la pérdida de empleo de la madre o el padre.

Un especialista también verificará los registros escolares y médicos para obtener indicios, ver si el
hogar o la escuela del niño parecen ser inusualmente estresantes o perjudiciales y reunir información
de los padres y docentes del niño. Se puede hablar con entrenadores, niñeras y otros adultos que
conozcan bien al niño. El especialista también preguntará lo siguiente:

• ¿Son las conductas excesivas y de largo plazo? ¿Afectan todos los aspectos de la vida del
niño?

• ¿Suceden con más frecuencia en este niño en comparación con sus compañeros?

• ¿Son las conductas un problema continuo o la reacción a una situación pasajera?

• ¿Ocurren las conductas en diferentes ámbitos o solo en un lugar, como el patio de juegos, el
salón de clase o el hogar?

El especialista presta mucha atención a la conducta del niño durante diferentes situaciones. Algunas
situaciones son muy estructuradas, otras menos. Algunas requieren que el niño siga prestando
atención. La mayoría de los niños con el TDAH pueden controlar mejor sus conductas en situaciones
en las que están recibiendo atención individual y cuando tienen la libertad de concentrarse en
actividades placenteras. Estos tipos de situaciones son de menos importancia en la evaluación. Un
niño también puede ser evaluado para ver cómo actúa en situaciones sociales y puede ser sometido
a pruebas de habilidad intelectual y logros académicos para ver si padece un problema de
aprendizaje.

Finalmente, si después de recolectar toda esta información el niño cumple con los criterios para el
diagnóstico del TDAH, se le diagnosticará el trastorno.

¿Cómo se trata el TDAH?

22
Los tratamientos disponibles en la actualidad se centran en reducir los síntomas del TDAH y mejorar
el funcionamiento. Los tratamientos incluyen medicamentos, diferentes tipos de psicoterapia,
educación o capacitación, o una combinación de tratamientos.

Medicamentos

El tipo más común de medicamento que se usa para tratar el TDAH se denomina “estimulante”. A
pesar de que puede parecer poco inusual tratar el TDAH con un medicamento que se considera un
estimulante, en realidad, tiene un efecto calmante en los niños con el TDAH. Muchos tipos de
medicamentos estimulantes están disponibles. Algunos otros medicamentos para el TDAH no son
estimulantes y funcionan de manera diferente que los estimulantes. Para muchos niños, los
medicamentos para el TDAH reducen la hiperactividad y la impulsividad y mejoran la capacidad para
concentrarse, trabajar y aprender. Los medicamentos también pueden mejorar la coordinación física.

Sin embargo, no puede usarse un enfoque “uniforme” para todos los niños con el TDAH. Lo que
funciona para un niño puede no funcionar para otro. Un niño puede tener efectos secundarios con
cierto medicamento, mientras que otro niño puede no tenerlos. A veces, se deben probar varios
medicamentos o dosis diferentes antes de encontrar uno que funcione

para un niño en particular. Los cuidadores y médicos deben monitorear de cerca y cuidadosamente
a todo niño que este tomando medicamentos.

Los medicamentos estimulantes vienen en diferentes formas, como píldoras, cápsulas, líquido o
parches cutáneos. Algunos medicamentos también se presentan en variedades de acción corta,
prolongada o liberación prolongada. En cada una de estas variedades, el ingrediente activo es el
mismo, pero se libera de manera diferente en el cuerpo. Las formas de acción o liberación prolongada
con frecuencia le permiten al niño tomar el medicamento solo una vez por día antes de la escuela, y
así no tener que ir diariamente a la enfermería de la escuela para tomar otra dosis. Los padres y
médicos deberán decidir conjuntamente qué medicamento es mejor para el niño y si lo necesita solo
durante las horas de escuela o también para las noches y fines de semana.

¿Cuáles son los efectos secundarios de los medicamentos estimulantes?

Los efectos secundarios más comúnmente reportados son pérdida de apetito, problemas para
dormir, ansiedad, e irritabilidad. Algunos niños también reportan dolores de estómago o dolores de
cabeza leves. La mayoría de los efectos secundarios son leves y desaparecen con el tiempo o si el
nivel de la dosis se reduce.

23
• Disminución del apetito. Asegúrese de que su niño coma alimentos saludables. Si este
efecto secundario no desaparece, consulte con el médico de su hijo. También hable con el médico
si esta preocupado por el crecimiento o aumento de peso, mientras que este está tomando este
medicamento.

• Problemas para dormir. Si un niño no puede conciliar el sueño, el médico puede prescribir
una dosis más baja de este medicamento o una variedad de acción corta. El médico puede también
sugerir darle el medicamento más temprano en el día o abandonar la dosis de la tarde o la noche. A
veces, si se presentan problemas para dormir, puede ser útil agregar una dosis baja de un
antidepresivo o un medicamento para la presión sanguínea llamado clonidina. También puede ser
útil mantener una rutina de sueño consistente que incluya elementos de relajación, como leche tibia,
música suave o actividades tranquilas con luz tenue.

• Efectos secundarios menos comunes. Algunos niños desarrollan movimientos o sonidos


repentinos y repetitivos llamados tics. Estos tics, pueden o no ser notorios. Cambiar la dosis del
medicamento puede hacer que los tics desaparezcan. Algunos niños también pueden manifestar un
cambio de personalidad, como parecer “apáticos” o sin emociones. Hable con el médico de su hijo si
observa alguno de estos efectos secundarios.

¿Son seguros los medicamentos estimulantes?

Bajo supervisión médica, los medicamentos estimulantes se consideran seguros. Los estimulantes
no hacen que los niños con el TDAH se sientan excesivamente animados, aunque algunos niños han
reportado sentirse un poco diferentes o “raros”. Aunque existen pocas evidencias de que esto
suceda, algunos padres se preocupan de que los medicamentos estimulantes puedan conducir al
abuso o dependencia de sustancias.

Advertencia de la FDA sobre los posibles efectos secundarios poco comunes

En el 2007, la FDA solicitó a todos los fabricantes de medicamentos para el TDAH que desarrollaran
Guías de Medicamentos para el Paciente que contuvieran información sobre los riesgos asociados
con los medicamentos. Las guías deben alertar a los pacientes que los medicamentos pueden
generar problemas cardiovasculares (corazón y sangre) o problemas psiquiátricos. La agencia
adoptó esta precaución cuando una revisión de información descubrió que los pacientes con el TDAH
que padecían afecciones cardíacas tenían un riesgo ligeramente mayor de sufrir apoplejía, ataques
cardíacos y/o muerte súbita cuando tomaban los medicamentos.

24
La revisión también descubrió un aumento ligero de riesgo, alrededor de 1 en cada 1.000 personas
que sufrieron de problemas psiquiátricos asociados con los medicamentos, como escuchar voces,
tener alucinaciones, sospechas sin motivos o convertirse en maníaco (un estado de ánimo
extremadamente exaltado), incluso en pacientes sin antecedentes de problemas psiquiátricos. La
FDA recomienda que todo plan de tratamiento para el TDAH incluya un registro inicial de
antecedentes de salud, incluyendo los antecedentes familiares, y la realización de pruebas para
detectar la presencia de problemas cardiovasculares o psiquiátricos.

Un medicamento para el TDAH, la atomoxetina no estimulante (Strattera), posee otra advertencia.


Los estudios muestran que los niños y adolescentes que toman atomoxetina son más propensos a
tener pensamientos suicidas que los niños y adolescentes que tienen el TDAH y que no toman ese
medicamento. Si su hijo está tomando atomoxetina, vigile su conducta cuidadosamente. Un niño
puede de repente desarrollar síntomas graves, de modo que es importante prestar atención a la
conducta diaria de su hijo. Pregunte a otras personas que pasan mucho tiempo con su hijo para
saber si se dan cuenta de cambios en el comportamiento de su hijo. Llame a un médico
inmediatamente si su hijo muestra conductas poco usuales. Mientras su hijo este tomando
atomoxetina, su hijo debe ver a un médico con frecuencia, especialmente al comienzo del
tratamiento, y asegúrese de que cumpla con todas las citas de su médico.

¿Los medicamentos curan el TDAH?

Los medicamentos actuales no curan el TDAH, más bien, controlan los síntomas durante el período
en el que se toman. Los medicamentos pueden ayudar a un niño a prestar atención y completar las
tareas de la escuela. No está claro, si los medicamentos pueden ayudar a los niños a aprender o a
mejorar sus habilidades académicas. Agregar una terapia conductual, consejería y apoyo práctico,
puede ayudar a los niños con el TDAH y a sus familias a afrontar mejor los problemas cotidianos.
Las investigaciones financiadas por el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH, por sus siglas en
inglés) han demostrado que los medicamentos funcionan mejor cuando el tratamiento se controla
periódicamente por el médico que los receta y la dosis se ajusta en función a las necesidades del
niño.

Psicoterapia

Se usan diferentes tipos de psicoterapia para tratar el TDAH. La terapia conductual tiene como
objetivo ayudar a un niño a cambiar su conducta. Puede implicar ayuda práctica, como ayudar a
organizar tareas o completar el trabajo escolar, o superar eventos emocionalmente difíciles. La
terapia conductual también le enseña al niño cómo monitorear su propia conducta. Aprender a darse

25
elogios o premios por actuar de una manera deseada, como controlar la ira o el pensar antes de
actuar, es otro de los objetivos de la terapia conductual. Los padres y maestros también pueden
expresar comentarios positivos o negativos para ciertas conductas. Asimismo, normas claras, listas
de tareas y otras rutinas estructuradas pueden ayudar que un niño controle su conducta.

Los terapistas pueden enseñarles a los niños habilidades para socializar, como de qué manera
esperar su turno, compartir juguetes, pedir ayuda o responder a burlas. Aprender a leer las
expresiones faciales, el tono de voz en otras personas y cómo responder de manera adecuada puede
ser parte también de la capacitación de habilidades para socializar.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Los niños que padecen del TDAH necesitan guía y comprensión por parte de sus padres y maestros
para alcanzar todo su potencial y tener éxito en la escuela. Antes de que se diagnostique el trastorno,
frustración, culpa e ira puede haberse acumulado en la familia. Tanto los niños como los padres
puede que necesiten ayuda especial para superar esos sentimientos adversos. Los profesionales de
la salud mental pueden educar a los padres acerca del TDAH y de qué manera afecta a una familia.
También ayudarán al niño y sus padres a desarrollar nuevas habilidades, actitudes y formas para
relacionarse entre sí.

La capacitación para el desarrollo de habilidades de crianza de los hijos ayuda a los padres a
aprender a usar un sistema de recompensas y consecuencias para cambiar la conducta del niño. Se
les enseña a los padres que brinden comentarios positivos inmediatos para conductas que desean
alentar e ignorar o reorientar conductas que desean desalentar. En algunos casos, se pueden usar
el “tiempo fuera” cuando la conducta del niño se descontrola. En un “tiempo fuera”, el niño es retirado
de la situación que desencadena la ira y se le sienta solo por un breve periodo de tiempo para que
se calme.

¿Qué afecciones pueden coexistir con el TDAH?

Algunos niños con el TDAH padecen también de otras enfermedades o afecciones. Por ejemplo,
pueden padecer de uno o más de la lista a continuación:

• Un problema de aprendizaje. Un niño en edad preescolar con un problema de aprendizaje


puede tener problemas para entender ciertos sonidos o palabras o tener problemas para expresarse
con palabras. Un niño en edad escolar puede tener dificultad para leer, deletrear, escribir y para las
matemáticas.

26
• Trastorno de oposición desafiante. Los niños que padecen esta afección, en la cual un niño
es excesivamente terco o rebelde, con frecuencia discuten con los adultos y se niegan a obedecer
las normas.

• Trastorno de conducta. Esta afección incluye conductas en las cuales el niño puede mentir,
robar, pelear o intimidar a los demás. Puede llegar a destruir la propiedad, ingresar ilegalmente a
casas o portar o usar armas. Estos niños o adolescentes tienen también un mayor riesgo de usar
sustancias ilegales. Los niños con un trastorno de conducta están en riesgo de meterse en problemas
en la escuela o con la policía.

• Ansiedad y depresión. Tratar el TDAH puede ayudar a disminuir la ansiedad o algunas


formas de depresión.

• Trastorno bipolar. Algunos niños que padecen el TDAH pueden también sufrir este trastorno,
en el cual se presentan cambios de estado ánimo extremos, que van desde la manía (un estado de
ánimo excesivamente exaltado) a la depresión en breves periodos de tiempo.

• Síndrome de Tourette. Muy pocos niños padecen este trastorno cerebral, pero muchos de
quienes lo padecen, también padecen el TDAH. Algunas personas con el síndrome de Tourette
tienen tics nerviosos y gestos repetitivos, como parpadeos de los ojos, tics faciales o muecas. Otros
carraspean, resoplan o aspiran frecuentemente o gritan palabras inadecuadas. Estas conductas
pueden controlarse con medicamentos.

¿Cómo puedo trabajar con la escuela de mi hijo?

Si cree que su hijo padece del TDAH, o un maestro manifiesta alguna preocupación al respecto,
usted puede solicitarle a la escuela que realice una evaluación para determinar si él o ella califica
para recibir servicios de educación especial.

Comience por hablar con el maestro de su hijo, el consejero escolar o el equipo de apoyo estudiantil
de la escuela, para comenzar una evaluación. Además, cada estado tiene un Centro de Información
y Capacitación para Padres y una Agencia

de Protección y Defensa que pueden ayudarlo a solicitar una evaluación. Un equipo de profesionales
realiza la evaluación usando diferentes instrumentos y medidas, las cuales ayudarán a examinar
todas las áreas relacionadas con la discapacidad del niño.

Una vez que su hijo ha sido evaluado, tiene varias opciones, según cuáles sean sus necesidades
específicas. Si se necesitan servicios de educación especial y su hijo califica según la Ley de

27
Educación para Personas con Discapacidades, el distrito escolar deberá desarrollar un “programa
de educación individualizado” específicamente para su hijo en un plazo de 30 días.

Aún si se considera que su hijo no reúne los requisitos para recibir servicios de educación especial—
no todos los niños que padecen del TDAH califican—él o ella todavía puede recibir “educación pública
adecuada gratuita”, bajo la Sección 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973, disponible para todos
los niños con discapacidades en todas las escuelas públicas independientemente de la naturaleza o
la gravedad de la discapacidad.

¿Qué son los trastornos del estado de ánimo? 10

Los trastornos del estado de ánimo son una categoría de los problemas de la salud mental que
incluye todos los tipos de depresión y el trastorno bipolar. Los trastornos del estado de ánimo a veces
son llamados trastornos afectivos. Durante la década de los ochenta, los profesionales de la salud
mental comenzaron a reconocer los síntomas de los trastornos del estado de ánimo en niños y
adolescentes, así como en adultos. Sin embargo, los niños y adolescentes no necesariamente
experimentan o exhiben los mismos síntomas que los adultos. Es más difícil diagnosticar los
trastornos del estado de ánimo en los niños, especialmente porque ellos no siempre son capaces de
expresar cómo se sienten. Hoy en día, los médicos e investigadores creen que los trastornos del
estado de ánimo en los niños y adolescentes siguen siendo uno de los problemas de la salud mental
que se diagnostica con menos frecuencia. A cualquier edad, los trastornos del estado de ánimo hacen
que las personas corran mayor riesgo de sufrir otras condiciones que pueden persistir después de la
resolución de los episodios iniciales de depresión.

¿Qué causa los trastornos del estado de ánimo?

La causa de los trastornos del estado de ánimo no se conoce con precisión. Existen unas sustancias
químicas en el cerebro, llamadas endorfinas, que son responsables de los estados de ánimo
positivos. Otras sustancias químicas del cerebro, llamadas neurotransmisores, regulan las
endorfinas. Probablemente, la depresión (y otros trastornos de los estados de ánimo) sea causada
por un desequilibrio químico en el cerebro. Los acontecimientos de la vida (como los cambios no
deseados) también pueden contribuir a un estado de ánimo deprimido.

Los trastornos afectivos suelen presentarse dentro del mismo grupo familiar y se considera que son
de herencia multifactorial. "Herencia multifactorial" significa que depende de "muchos factores". Por
lo general, los factores son tanto genéticos como ambientales; la combinación de los genes de ambos
padres, sumada a factores ambientales desconocidos, produce el rasgo o la condición. A menudo

28
un sexo (el masculino o el femenino) suele estar afectado más frecuentemente que el otro en cuanto
a los rasgos multifactoriales.

Parece haber un umbral de expresión diferente, lo que significa que un sexo tiene mayor probabilidad
de mostrar el problema que el otro.

¿A quiénes afectan los trastornos del estado de ánimo?

Cualquiera puede sentirse triste o deprimido a veces. Sin embargo, los trastornos del estado de
ánimo son más intensos y más difíciles de controlar que los sentimientos de tristeza normales. Los
niños, los adolescentes o los adultos que tienen el padre o la madre que sufre un trastorno del estado
de ánimo tienen mayores posibilidades de sufrir un trastorno del estado de ánimo. Sin embargo, los
acontecimientos de la vida y el estrés pueden exponer o exagerar los sentimientos de tristeza o
depresión, haciendo más difícil el control de los sentimientos.

A veces, los problemas cotidianos pueden desencadenar una depresión. El despido del trabajo, un
divorcio, la pérdida de un ser querido, la muerte de un familiar y los problemas financieros, entre
otras cosas, son situaciones difíciles que pueden generar una presión difícil de sobrellevar. Estos
acontecimientos de la vida y el estrés pueden acarrear sentimientos de tristeza o depresión o
dificultar el control de un trastorno del estado de ánimo.

La posibilidad de padecer depresión en las mujeres en la población general es casi el doble (12 por
ciento) que en los hombres (6.6 por ciento). Una vez que una persona de la familia recibe el
diagnóstico, aumenta la probabilidad de que los hermanos y los hijos reciban un diagnóstico similar.
Además, los parientes de las personas que tienen depresión también corren un riesgo más alto de
sufrir el trastorno bipolar (síndrome maníaco depresivo).

La probabilidad de sufrir el síndrome maníaco depresivo (o trastorno bipolar) en los hombres y


mujeres de la población general es de alrededor del 1 por ciento. Una vez que una persona de la
familia recibe el diagnóstico, aumenta la probabilidad de que los hermanos y los hijos reciban un
diagnóstico similar. Además, los parientes de las personas que tienen depresión maníaca también
corren un riesgo más alto de sufrir depresión.

¿Cuáles son los diferentes tipos de trastornos del estado de ánimo?

A continuación, se enumeran los tipos más comunes de los trastornos del estado de ánimo:

29
• Depresión grave - período de dos semanas de un estado de ánimo deprimido o irritable o una
marcada disminución en el interés o placer por las actividades habituales, junto con otros signos de
un trastorno del estado de ánimo.

• Distimia (trastorno distímico) - estado de ánimo crónico, bajo, deprimido o irritable que perdura
por lo menos durante un año.

• Síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar) - por lo menos un episodio de estado de


ánimo deprimido o irritable y un período de un estado de ánimo maníaco (persistentemente elevado).

• Trastorno del estado de ánimo debido a una condición médica general - muchas
enfermedades médicas (incluyendo el cáncer, lesiones, infecciones y enfermedades médicas
crónicas) pueden desencadenar los síntomas de depresión.

• Trastorno del estado de ánimo producido por sustancias - síntomas de depresión debidos a
los efectos de la medicación, abuso de drogas, exposición a toxinas u otras formas de tratamiento.

¿Cuáles son los síntomas de los trastornos del estado de ánimo? 7

Según la edad y el tipo de trastorno del estado de ánimo presente, una persona puede mostrar
diferentes síntomas de depresión. A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de un
trastorno del estado de ánimo. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma
diferente. Los síntomas pueden incluir:

• Sentimientos persistentes de tristeza.

• Sentimiento de desesperanza o desamparo.

• Baja autoestima.

• Sensación de ineptitud.

• Culpabilidad excesiva.

• Deseos de morir.

• Pérdida de interés en actividades habituales o actividades que antes se disfrutaban.

• Dificultad en las relaciones.

• Perturbación del sueño (por ejemplo, insomnio, hipersomnio)

• Cambios del apetito o del peso.

30
• Disminución del movimiento.

• Dificultad para concentrarse.

• Disminución de la capacidad de tomar decisiones.

• Pensamientos suicidas o intentos de suicidio.

• Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de estómago, fatiga).

• Intentos o amenazas de escaparse del hogar.

• Hipersensibilidad ante el fracaso o el rechazo.

• Irritabilidad, hostilidad, agresión.

En los trastornos del estado de ánimo, estos sentimientos son más intensos de lo que un individuo
normalmente puede sentir de vez en cuando. También es preocupante si estos sentimientos se
prolongan por un largo período o si interfieren con el interés del individuo en la familia, los amigos, la
comunidad o el trabajo. Toda persona que exprese ideas de suicidio debe ser sometida a una
evaluación inmediatamente.

Los síntomas de los trastornos del estado de ánimo pueden parecerse a los de otras condiciones o
problemas psiquiátricos. Siempre consulte con su médico para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostican los trastornos del estado de ánimo?

Los trastornos del estado de ánimo son trastornos médicos reales. Un psiquiatra u otro profesional
de la salud mental normalmente diagnostica los trastornos del estado de ánimo a partir de una
evaluación psiquiátrica completa.

Tratamiento de los trastornos del estado de ánimo:

El tratamiento específico de los trastornos del estado de ánimo será determinado por su médico
basándose en lo siguiente:

• Su edad, su estado general de salud y su historia médica.

• Qué tan avanzada está la condición.

• El tipo de trastorno del estado de ánimo.

31
• Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.

• Sus expectativas para la trayectoria de la condición.

• Su opinión o preferencia.

Los trastornos del estado de ánimo a menudo pueden ser tratados eficazmente. El tratamiento
siempre debe basarse en una evaluación completa. El tratamiento puede incluir uno o más de los
siguientes:

• Medicamentos antidepresivos (especialmente cuando se administran en combinación con la


psicoterapia, resultan muy aficaces para el tratamiento de la depresión).

• Psicoterapia (en la mayoría de los casos, terapia cognitivo conductista o interpersonal


orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el individuo de sí mismo y de su entorno, con
énfasis en las relaciones complicadas y la identificación de los factores de estrés en el entorno para
aprender a evitarlos).

• Terapia familiar

La familia juega un papel de apoyo vital en cualquier proceso de tratamiento.

Estadísticas acerca de los trastornos del estado de ánimo

El trastorno depresivo grave puede desarrollarse a cualquier edad, pero la edad promedio de
aparición es alrededor de los 25 años.

La edad promedio de comienzo del primer episodio maníaco del trastorno bipolar es alrededor de los
20 años.

El trastorno distímico, que suele comenzar en la niñez, adolescencia o en los primeros años de la
edad adulta, afecta cada año a aproximadamente 10,9 millones de estadounidenses adultos.

Según el Instituto Nacional de la Salud Mental (National Institute of Mental Health, su sigla en inglés
es NIMH), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, su
sigla en inglés es NIH):

• Las investigaciones indican que la aparición de la depresión ocurre actualmente a una edad
más temprana que en las últimas décadas.

32
La depresión de aparición precoz suele persistir, volver a presentarse y continuar en la adultez. La
depresión en la juventud puede ser también un indicio de una enfermedad más grave en la edad
adulta.

La Depresión Grave

La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y a los


pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño y la manera de pensar,
pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni tampoco es indicio de debilidad personal
ni constituye un estado que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una
enfermedad depresiva no pueden simplemente "recobrar el ánimo" y reponerse. A menudo es
necesario el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación.

Existen tres tipos de depresión:

Las depresiones pueden clasificarse en tres grupos principales; depresión grave (depresión clínica);
síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar)y distimia (trastorno distímico)

¿Qué es la depresión grave?

La depresión grave, llamada depresión clínica o unipolar, es un tipo de trastorno afectivo o del estado
de ánimo que supera los altibajos cotidianos, convirtiéndose en una seria condición médica y un
importante tema preocupante de la salud en Estados Unidos.

¿A quiénes afecta la depresión grave?

En la actualidad, la depresión grave se inicia a una edad más temprana que antes y las mujeres
tienen el doble de probabilidades de sufrirla que los hombres.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión grave?

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la depresión grave. Sin embargo, cada
individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

• Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.

• Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.

• Llanto excesivo.

• Mayor inquietud e irritabilidad.

• Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.

33
• Disminución de la energía.

• Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.

• Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.

• Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva.

• Alteraciones en los hábitos del sueño.

• Aislamiento social.

• Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico,
dolor de cabeza).

Para un diagnóstico de depresión grave, el paciente debe haber manifestado por lo menos cinco de
estos síntomas simultáneamente durante el mismo período de dos semanas. Los síntomas de la
depresión grave pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Siempre consulte a su
médico para el diagnóstico.

La depresión en el trabajo

La depresión afecta a casi 18,8 millones de estadounidenses adultos cada año, incluyendo a
personas de todos los niveles económicos, educativos y profesionales. En el trabajo, la depresión no
tratada resulta cara. De hecho, las cifras más recientes indican que la depresión representa cerca de
12.000 millones de dólares en días de trabajo perdidos cada año.

Además, hay que agregar otros 24.000 millones de dólares por disminución de la productividad,
debido en su mayor parte a que los síntomas depresivos afectan a la capacidad de tomar decisiones,
disminuyen la duración de la atención, provocan fatiga, pérdida de energía, dificultades para
concentrarse y problemas de memoria.

Estas cifras aumentan de manera significativa cuando la depresión conduce al abuso de drogas y
adicciones.

Si sufre de depresión y, o abusa de drogas o tiene alguna adicción que afecte a su trabajo, consulte
con algún asesor de empleados o visite a su médico. La ley lo protege: toda la información que brinde
tendrá carácter confidencial.

¿Cómo se diagnostica la depresión grave?

34
Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condiciones médicas, como
cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos psiquiátricos como el abuso de drogas
y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en las etapas iniciales son cruciales para la recuperación.

A menudo el diagnóstico se hace después de un examen psiquiátrico minucioso y una historia médica
realizados por un psiquiatra u otro profesional de la salud mental.

Tratamiento de la depresión grave:

El tratamiento específico de la depresión grave será determinado por su médico basándose en lo


siguiente:

• Su edad, su estado general de salud y su historia médica.

• Qué tan avanzada está la enfermedad.

• Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.

• Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.

• Su opinión o preferencia.

El tratamiento puede incluir cualquiera de los siguientes elementos o una combinación de ellos:

• Medicamentos antidepresivos (especialmente cuando se administran en combinación con la


psicoterapia, resultan muy eficaces para el tratamiento de la depresión).

• Psicoterapia (en la mayoría de los casos, terapia cognitivo- conductista o interpersonal


orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el individuo de sí mismo y de su entorno, con
énfasis en las relaciones complicadas y la identificación de los factores de estrés en el entorno para
aprender a evitarlos).

• Terapia familiar

• Terapia electroconvulsiva (su sigla en inglés es ECT).

Dos tercios de las personas que padecen depresión grave no buscan tratamiento adecuado, aunque
el 80 por ciento de las personas que padecen depresión clínica y que sí buscan tratamiento mejoran,
a veces en pocas semanas. Sin tratamiento, los síntomas pueden prolongarse durante semanas,
meses o años. El tratamiento permanente puede evitar la repetición de los síntomas depresivos.

35
Síndrome Maníaco Depresivo / El Trastorno Bipolar 11

¿Qué es el síndrome maníaco depresivo?

El síndrome maníaco depresivo, conocido también con el nombre de trastorno bipolar, es un tipo de
trastorno afectivo o del estado de ánimo que supera los altibajos cotidianos, convirtiéndose en una
seria condición médica y un importante tema preocupante de la salud en Estados Unidos. El
síndrome maníaco depresivo se caracteriza por episodios periódicos de gran júbilo, con ánimo
eufórico o irritabilidad (episodios que constituyen la fase maníaca) a los que se contraponen
episodios también periódicos de síntomas depresivos clásicos.

La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y a los


pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño y la manera de pensar,
pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni tampoco es indicio de debilidad personal
ni constituye un estado que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una
enfermedad depresiva no pueden simplemente "recobrar el ánimo" y reponerse. A menudo es
necesario el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación.

Existen tres tipos de depresión que pueden clasificarse en tres grupos principales:

• Depresión grave (depresión clínica)

• Síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar)

• Distimia (trastorno distímico)

¿A quiénes afecta el síndrome maníaco depresivo?

Más de 2,3 millones de estadounidenses adultos padecen esta enfermedad; es decir, el 1,2 por ciento
de los ciudadanos mayores de 18 años. Cuando los síntomas se manifiestan antes de los 12 años,
se los confunde a menudo con el trastorno hiperactivo de déficit de atención (su sigla en inglés es
ADHD), un síndrome caracterizado por dificultades serias y persistentes que generan falta de
atención, distracción, impulsividad e hiperactividad.

El síndrome maníaco depresivo afecta por igual a hombres y mujeres (aunque las mujeres son más
propensas a la depresión que a la manía), y comienza a menudo en la adolescencia o juventud. De
hecho, la edad promedio de aparición de los primeros episodios maníacos ronda los 20 años.

36
El síndrome maníaco depresivo suele manifestarse en miembros de una misma familia y se cree que
en algunos casos se trata de una enfermedad hereditaria. Se están llevando a cabo intensas
investigaciones para identificar un gen que puede ser responsable de este trastorno.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome maníaco depresivo?

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del síndrome maníaco depresivo. Sin
embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente.

Entre los síntomas depresivos podemos citar los siguientes:

• Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.

• Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.

• Llanto excesivo.

• Mayor inquietud e irritabilidad.

• Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.

• Disminución de la energía.

• Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.

• Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.

• Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de Formai nsuficiente o excesiva.

• Alteraciones en los hábitos del sueño.

• Aislamiento social.

• Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico,
dolor de cabeza).

Entre los síntomas maníacos podemos citar los siguientes:

• Autoestima exagerada.

• Menor necesidad de descanso y de sueño.

• Mayor distracción e irritabilidad.

37
• Mayor agitación física.

• Compromiso excesivo en actividades placenteras que pueden tener consecuencias dolorosas,


como conductas provocativas, agresivas o destructivas.

• Mayor locuacidad.

• Sentimientos de "excitación" o de euforia.

• Mayor deseo sexual.

• Mayor nivel de energía.

• Escaso sentido común en personas que lo tenían.

• Mayor negación de la realidad.

Para diagnosticar el síndrome maníaco depresivo, el individuo debe mostrar síntomas de manía y de
depresión en grado diverso según la gravedad del trastorno. Los síntomas del síndrome maníaco
depresivo pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos.

Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica el síndrome maníaco depresivo?

Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condiciones médicas, como
cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos psiquiátricos como el abuso de drogas
y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en las etapas iniciales son cruciales para la recuperación.
A menudo el diagnóstico se hace después de un examen psiquiátrico minucioso y una historia médica
realizados por un psiquiatra u otro profesional de la salud mental.

Tratamiento del síndrome maníaco depresivo:

El tratamiento específico del síndrome maníaco depresivo será determinado por su médico
basándose en lo siguiente:

• Su edad, su estado general de salud y su historia médica.

• Qué tan avanzada está la enfermedad.

• Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.

• Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.

38
• Su opinión o preferencia.

El tratamiento puede incluir cualquiera de los siguientes elementos o una combinación de ellos:

• Medicamentos (por ejemplo, anticonvulsivos que estabilizan el ánimo como el litio, el valproato
o la carbamazepina y, o antidepresivos como Prozac, Zoloft o Paxil).

• Psicoterapia (en la mayoría de los casos, terapia cognitivo- conductista o interpersonal


orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el individuo de sí mismo y de su entorno, con
énfasis en las relaciones complicadas y la identificación de los factores de estrés en el entorno para
aprender a evitarlos).

• Terapia electroconvulsiva (su sigla en inglés es ECT).

Un adecuado reconocimiento de la variedad y cambios extremos del estado de ánimo asociados con
el síndrome maníaco depresivo es fundamental para determinar un tratamiento eficaz y evitar las
dolorosas consecuencias de una conducta maníaca imprudente.

En la mayoría de los casos, es necesario un tratamiento preventivo a largo plazo para estabilizar los
altibajos del estado de ánimo característicos de esta enfermedad

La Distimia

¿Qué es la distimia?

La distimia, también llamada trastorno distímico, se define como un tipo de trastorno afectivo o del
estado de ánimo que a menudo se parece a una forma de depresión grave (clínica) menos severa,
pero más crónica. Sin embargo, las personas que tienen distimia también pueden experimentar a
veces episodios de depresión grave.

La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y a los


pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño y la manera de pensar,
pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni tampoco es indicio de debilidad personal
ni constituye un estado que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una
enfermedad depresiva no pueden simplemente "recobrar el ánimo" y reponerse. A menudo es
necesario el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación.

Existen tres tipos de depresión que pueden clasificarse en tres grupos principales:

• Depresión grave (depresión clínica)


39
• Síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar)

• Distimia (trastorno distímico)

¿A quiénes afecta la distimia?

La distimia afecta a las mujeres con el doble de frecuencia que a los hombres. El trastorno distímico
afecta aproximadamente al 5,4 por ciento de los adultos estadounidenses de 18 años de edad o
mayores; es decir, a 10,9 millones de personas. Según el Instituto Nacional de la Salud Mental
(National Institute of Mental Health), cada año alrededor del 40 por ciento de los adultos que tienen
un trastorno distímico también cumplen los criterios de depresión grave o trastorno bipolar.

¿Cuáles son los síntomas de la distimia?

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la distimia, que son menos severos pero
más crónicos que los de la depresión grave. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de
una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

• Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.

• Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.

• Llanto excesivo.

• Mayor inquietud e irritabilidad.

• Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.

• Disminución de la energía.

• Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.

• Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.

• Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva.

• Alteraciones en los hábitos del sueño.

• Aislamiento social.

• Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico,
dolor de cabeza).

40
Para un diagnóstico de distimia, un adulto debe exhibir un estado de ánimo deprimido durante al
menos dos años (un año en los niños y adolescentes), junto con por lo menos otros dos síntomas de
depresión (señalados arriba). Los síntomas de la distimia pueden parecerse a los de otras
condiciones psiquiátricas. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la distimia?

Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condiciones médicas, como
cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos psiquiátricos como el abuso de drogas
y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en las etapas iniciales son cruciales para la recuperación.
A menudo el diagnóstico se hace después de un examen psiquiátrico minucioso y una historia médica
realizados por un psiquiatra u otro profesional de la salud mental.

TRASTORNOS DE ENURESIS Y ENCOPRESIS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES.

¿Qué es la enuresis?

Es un trastorno de la eliminación que se define como la incapacidad para el control de la emisión


de la orina, anormal para la edad mental del paciente (a partir de los 5 años de edad) y sin causa
orgánica que la justifique.

¿Cuáles son los criterios para el diagnóstico de la enuresis?

Los criterios diagnósticos del DSM-IV son los siguientes:

A – Emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, sea involuntaria o intencionada.

B – El comportamiento en cuestión es clínicamente significativo, manifestándose por una frecuencia


mínima de 2 episodios semanales durante por lo menos 3 meses consecutivos o por la presencia
de malestar clínicamente significativo o deterioro social, académico-laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.

C – La edad cronológica es de por lo menos 5 años ( o el nivel de desarrollo equivalente).

D – El comportamiento no se debe exclusivamente al efecto fisiológico directo de una sustancia (por


ejemplo, un diurético) ni a una enfermedad médica (por ejemplo, diabetes, espina bífida, trastorno
convulsivo)
¿Qué subtipos de enuresis hay según la aparición del trastorno?
Si el niño no ha podido controlar nunca la micción se llama enuresis primaria. Si ha habido una
etapa de control del esfínter y vuelve a aparecer la incontinencia se denomina enuresis secundaria.

41
Es importante añadir esta distinción en el diagnóstico de la enuresis.

¿Qué subtipos de enuresis hay según la parte del día en que se da el episodio?

Si la enuresis ocurre durante las horas de vigilia se la denomina enuresis diurna, si es durante el
sueño, enuresis nocturna. Si el episodio ocurre indistintamente o en las dos fases se llama
enuresis mixta. A veces, se reserva el término de enuresis para la nocturna y se denomina
incontinencia diurna a la que ocurre durante la vigilia.

¿Cuál es la epidemiología de la enuresis en niños y adolescentes?

La prevalencia de la enuresis desciende con la edad. Está presente de forma no patológica en el


82% de los niños de 2 años, en el 49 % de 3 años, en el 26 % de 4 años y en alrededor del 7% de
los niños de 5 años y del 3% de las niñas de esa edad. A partir de entonces se considera patológica.
A los 10 años de edad son enuréticos el 3% de los niños y el 2 % de las niñas. A los 18 años la
prevalencia es del 1% para los chicos y
<1% para las chicas.

El 80% de los enuréticos padecen enuresis primaria.

El 65% de los niños con enuresis la padecen de la forma nocturna, un 16% mixta y un 18% sólo
diurna.

¿Existe una personalidad pre-mórbida en el sujeto enurético?

Se ha distinguido entre el enurético pasivo, callado, dócil, y el agresivo, revanchista y negativista.


También se ha hablado de la inmadurez y la emotividad de los niños afectos de enuresis. Sin
embargo, debido a la gran variedad de perfiles escritos no podemos hablar de unas características
de personalidad concretas y significativas.

¿Cuáles son las causas del trastorno por enuresis?

En la aparición de la enuresis parecen intervenir numerosos factores biológicos y psicológicos sobre


un trasfondo genético individual.

Anormalidades anatómicas.

La anatomía de la vejiga y del tracto urinario han sido durante mucho tiempo tema de investigación
en relación a la etiología de la enuresis. No se han descubierto diferencias significativas en la
capacidad de la vejiga entre los niños con enuresis primaria nocturna (PNE), los del grupo control y

42
pacientes anteriores de enuresis. Las investigaciones mas recientes apoyan la idea de que, a menos
que existan anormalidades específicas, los procedimientos quirúrgicos no son un tratamiento
efectivo ni adecuado para la enuresis. Por otro lado, no se ha podido demostrar que la enuresis se
debe a una inmadurez en el desarrollo del niño.

Aspectos psicológicos.
Se ha demostrado una relación entre la enuresis y dificultades psicológicas en los estudios
etiológicos. Aunque cabe decir que tanto los niños con problemas psicológicos como los niños sin
problemas de este tipo, responden de la misma manera a la imipramina.

Se ha intentado asociar a los trastornos de comportamiento, pero se ha visto que así como el
grupo de niños enuréticos tienen más dificultades de comportamiento que los del grupo control,
ambos tiene puntuaciones significativamente más bajas en el CBI (Child Behavioral Inventory) que
el grupo de población clínica realizado al azar.

También se ha estudiado la relación de la enuresis con el trastorno de déficit de atención con


hiperactividad. La comorbidad de ambos trastornos es del 30%. Concluyeron que el 32% de los
niños con ADHD también cumplía los criterios para la enuresis y que ese porcentaje era más alto
de lo que se esperaba. De todos modos, no se encontraron diferencias en cuanto a las dificultades
psicopatológicas entre un ADHD enurético de un ADHD sin enuresis, es decir, la presencia de
enuresis no aumentaba el riesgo de psicopatología, sin embargo, sí había un aumento de riesgo en
cuanto a la discapacidad para el aprendizaje, malas habilidades y actuaciones deterioradas de los
niños enuréticos del grupo control respecto a los que no la tenían. Entre el grupo de ADHD enurético
y el no enurético no hubieron diferencias.

También se demostró que la trasmisión de padres a hijos de la enuresis era independiente de la


trasmisión del ADHD.

Se estudió la relación con el mutismo selectivo, resultando que los niños con este trastorno padecían
enuresis y encopresis con más frecuencia que los niños del grupo control.

De todos modos, están más relacionados los trastornos del comportamiento con la enuresis
secundaria. Así, se ha comprobado que los factores de riesgo para desarrollar enuresis secundaria
incluían la exposición a cuatro o más experiencias vitales estresantes durante un año. Por lo que
se vio que los estresantes psicológicos y la vulnerabilidad fisiológica pueden actuar para producir
una enuresis secundaria en algunos niños.

43

También podría gustarte