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NOEMIA DE SOUSA

CANCIÓN FRATERNA

Hermano negro de voz caliente


la mirada magoada,
dime:
¿Qué siglos de esclavitud
generaron tu voz doliente?
¿Quién puso el misterio y el dolor
en cada palabra tuya?
¿Y la humilde resignación
en tu triste canción?
¿Y el pozo de la melancolía
en el fondo de tu mirada?

¿Fue la vida?¿la desesperación? ¿el miedo?


Me dice aquí, en secreto,
hermano negro.

Porque tu canción es sufrimiento


y tu voz, sentimiento
y la magia,
hay en ella la nostalgia
de la libertad perdida,
la muerte de las emociones prohibidas,
y la nostalgia de todo lo que fue tuyo
y ya no lo es.

Me dice, hermano negro,


que la hizo así …
¿Fue la vida?¿la desesperación?¿el miedo?

Pero incluso encadenado, hermano,


¡qué extraño hechizo tuyo!
Tu voz doliente lloró
de dolor y de nostalgia,
gritó de esclavitud y vino a murmurar a mi alma en herida
que tu triste canción dolorida
no es sólo tuya, hermano de voz de terciopelo
y ojos de luna …
Vino, de manso murmurar
que tu canción es mía.

SÚPLICA
¡Quítennos todo,
pero déjennos la música!
¡Quítennos la tierra en que nacimos,
donde crecimos
y donde descubrimos por primera vez
que el mundo es así:
un tablero de ajedrez…
Quítennos la luz del sol que nos calienta,
su lírica de xingombela
en las noches mulatas
de la selva mozambicana
(esa luna que nos sembró en el corazón
la poesía que encontramos en la vida),
quítennos la choza — la humilde barraca
donde vivimos y amamos,
quítennos la machamba que nos da el pan,
quítennos el calor del fuego
(que nos es casi todo)
¡pero no nos quiten la música!
Pueden desterrarnos,
llevarnos a tierras lejanas,
Vendernos como mercancía, encadenarnos
a la tierra, de sol a luna y de luna a sol,
¡pero siempre seremos libres
si nos dejaran la música!
¡Allí donde estuviera nuestra canción
aun esclavos, señores seremos;
y aun muertos, viviremos,
y en nuestro lamento esclavo
estará la tierra donde nacimos,
la luz de nuestro sol,
la luna de los xingombelas,
el calor de fuego,
la choza que vivimos,
la machamba que nos da el pan!
Y todo de nuevo será nuestro,
aun con cadenas en los pies
y aun azotes en la espalda…
¡Y nuestra queja
será una liberación
derramada en nuestro canto!
—Por eso pedimos,
de rodillas pedimos:
¡Quítennos todo…
pero no nos quiten la vida,
no se lleven nuestra música

MAHMUD DARWISH
¿CÓMO ESCRIBIR SOBRE LAS NUBES?

¿Cómo escribir sobre las nubes el testamento de mi gente? Si mi gente

abandonó el tiempo al igual que su abrigo en las casas, y mi gente

cada vez que construye una ciudadela, la destruye para erigir sobre ella

una jaima para su nostalgia por la primera palmera. Mi gente traiciona a mi gente

en las guerras de la defensa de la sal. Pero Granada es de oro,

de la seda de las palabras bordadas con almendras, de la plata de las lágrimas en

la cuerda del laúd. Granada es la gran ascensión hacia sí misma

y será lo que desea: la nostalgia por

cualquier cosa pasada o que pasará. El ala de una golondrina roza

el pecho de una mujer en su lecho y ella grita: Granada es mi cuerpo.

Un hombre pierde su gacela en el desierto y grita: Granada es mi país,

yo soy de allí. Canta para que los jilgueros construyan de mis costados

una escalera al cercano cielo. Canta el heroísmo de los que ascienden hacia

su muerte, luna a luna, en la callejuela de la amada. Canta a los pájaros del jardín

piedra a piedra. Cuánto te amo, a ti que me has despreciado.

Cuerda a cuerda, en el camino hacia su cálida noche. Canta.

El aroma del café después de ti ha perdido su mañana. Canta mi partida

del arrullo de las palomas sobre tus rodillas y del nido de mi alma

en las letras de tu sencillo nombre. Granada está destinada al canto. Canta


kobayashi issa
Voces

Para el corazón
que no duda,
las blancas flores del ciruelo.

***

Las flores han caído:


ahora nuestras mentes
están tranquilas.

***

Mientras dormía profundamente,


muy fatigado,
la primavera tocaba a su fin.

***

El mendigo
tiene el cielo y la tierra
como ropa de verano.

***

Silencio:
una hoja se hunde
en el agua clara.

***

La noche es larga;
el sonido del agua
dice lo que pienso.

***

Escuchamos los insectos


y las voces humanas
con distintos oídos.

***

El año se va:
oculto mis canas
a mi padre.
RAUL GOMEZ JATTIN
CANCIÓN DEL AMOR SINCERO
Prometo no amarte eternamente,
ni serte fiel hasta la muerte,
ni caminar tomados de la mano,
ni colmarte de rosas,
ni besarte apasionadamente siempre.

Juro que habrá tristezas,


habrá problemas y discusiones,
y miraré a otras mujeres,
vos mirarás a otros hombres;
juro que no eres mi todo
ni mi cielo, ni mi única razón de vivir,
aunque te extraño a veces.

Prometo no desearte siempre


a veces me cansaré de tu sexo
vos te cansarás del mío
y tu cabello en algunas ocasiones
se hará fastidioso en mi cara.

Juro que habrá momentos


en que sentiremos un odio mutuo,
desearemos terminar todo y
quizás lo terminaremos.

Mas te digo que nos amaremos,


construiremos, compartiremos.
¿Ahora sí podrás creerme que...
te amo?
A Sor Juana Inés de la Cruz de Claudia Lars

¿Quién soltó de tu pecho la impaciente

paloma musical que en fuego sube?

¿Quién puso en los cristales de la nube

la misma luz que cae de tu frente?

¿En qué silencio de estupor vehemente

te pude descubrir y te retuve?

¿Qué flamígero dardo de querube

marcó el instante con su filo ardiente?

Espacios deslumbrantes, voz ceñida

a las ígneas raíces de la vida

y el ansia de esa voz determinada.

Una irrupción de signos en tu cielo.

Y bajo el arrebato de tu vuelo

yo, Señora, pequeña y hechizada.

II

En la rosa salvada, en su pureza

que sube hasta la luz y en ella habita,

llamo a tu corazón y te doy cita

para hablar de tu blanca fortaleza.


Llevo una mariposa en la cabeza

y otra más deslumbrante me visita.

Soy la que nada sabe… la que agita

su alma y su voz detrás de la belleza.

Mis jardines pequeños, entregados

al duende, al ángel verde… son aliados

de todo lo que vuela y lo que brilla.

¡Cómo no darte a ti, -tan voladora,-

mi ceniza de rosas y esta hora

en que vuelve a ser rosa la semilla

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