Está en la página 1de 14

Curso de Capacitación Obligatoria en Género para

Docentes

MÓDULO 2
ENFOQUE DE GÉNERO Y
DIVERSIDAD

Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad


Ministerio de Educación
¿De qué hablamos cuando hablamos de género?

El concepto de género es clave en la propuesta de este curso. Seguramente escuchaste

mencionarlo muchas veces ya que la problemática de la denominada “violencia de

género”, “por razón de género” o “por motivos de género” ganó un amplio espacio en la

agenda pública, en la televisión, en la radio, en las reuniones familiares. Esto ha sido fruto

de las acciones de los movimientos de mujeres y personas de la diversidad sexual por

visibilizar cómo los mandatos y estereotipos de género configuran relaciones que afectan

nocivamente sus vidas, sus derechos y sus libertades.

El enfoque de género es la mirada que nos permite problematizar cómo llegamos a ser

varones o mujeres, por qué existen mandatos acerca de cómo debemos ser, y de qué

modo esos mandatos generan relaciones desiguales y violentas. De cimos que este

enfoque es crítico porque, no solo busca describir las relaciones de género, sino también

dotarnos de herramientas para comprender su carácter injusto, denunciar las formas de

violencia y discriminación que se desprenden de ellas, y comprometernos a cambiar

nuestras prácticas en un sentido igualitario.

Se habla de enfoque o perspectiva “de género” aludiendo a una forma distinta de ver

las cosas. Aquellas relaciones que alguna vez nos parecieron “naturales” o “normales”,

comienzan a ser “desnaturalizadas” al adoptar otros puntos de vista. Históricamente, los

estudios de género apelaron a la metáfora de “las gafas violetas” como metáfora para

explicar que, una vez incorporada esta lente, podríamos reconocer las “desigualdades

culturales” allí dónde hasta ahora sólo veíamos “diferencias naturales”.

VEAMOS ALGUNOS EJEMPLOS:

Las mujeres son generalmente atentas y serviciales


Desde niñas, estimuladas a jugar a cocinar, limpiar, ser buenas esposas, madres y amas
de casa, las mujeres son educadas en la disposición a identificar y atender las
necesidades ajenas, fundamentalmente las de los varones. Cuando no hay reciprocidad
ni justa distribución, las vidas personales y laborales de las mujeres suelen verse limitadas
y perjudicadas por estos mandatos de servicio

Los varones son más racionales y menos sensibles


Desde pequeños, a los varones se les limita en su expresión emocional, avergonzándolos
cuando se muestran tristes o doloridos. Se les estimula a controlar sus emociones, sobre
todo aquellas que los muestran vulnerables y son culturalmente asociadas al universo
femenino. Se les dice que no sean “nenas” o “maricones”, educando inconcientemente
para que asocien la femenidad y la homosexualidad como aspectos negativos y
reafirmen su masculinidad a través emociones legítimas para ellos, como el enojo.

En las parejas del mismo sexo, siempre hay alguien que hace de
varón y alguien que hace de mujer
Que alguien haga de varón o haga de mujer, son expectativas asociadas a los roles y
expresiones de género, masculinos y femeninos. En las parejas heterosexuales,
compuestas por un varón y una mujer, suponemos que esto funciona de esa manera
“complementaria”. En las parejas homosexuales, imaginamos que de algún modo debe
repetirse ese esquema. Independientemente de la composición de la pareja,
preguntémonos: Si uno suele ser quien cocina en la casa, ¿hace de mujer? Si una aporta
el salario más alto a la economía familiar, ¿hace de varón?

Las personas trans tienen privilegios porque reciben ayuda del


Estado
Lejos de una posición privilegiada, la población trans y travesti se encuentra en una
situación de extrema vulnerabilidad. Frecuentemente, al expresar la disconformidad con
el género que les asignaron al nacer y comenzar su transición, viven situaciones de
discriminación y maltrato, y suelen ser expulsadas del propio hogar, rechazadas en el
sistema educativo y de salud, violentadas institucionalmente. Al punto tal que se estima
que la expectativa de vida de una persona trans es de 37 años, menos de la mitad de una
persona que no es trans. Los cupos laborales trans, el derecho a acceder al cambio
registral, a las terapias hormonales y/o quirúrgicas, busca comenzar compensar y
reparar una larga historia de exclusión y vulneración de derechos, muy distante a una
condición privilegiada.

Sexo y género
Suele afirmarse que nacemos con un sexo biológico (macho o hembra) y en base al
mismo se nos asigna un género (masculino o femenino). De esta manera, mientras el
sexo sería natural, el género sería aprendido culturalmente.

Veamos una forma alternativa de explicarlo: Los seres humanos nacemos con diferentes
características corporales, como resultado de procesos que son, efectivamente,
biológicos. Por ejemplo, nacemos con diferentes genitales. Pero es la cultura en que
nacemos, y no la naturaleza, la que hace de la diferencia genital LA DIFERENCIA (que
llamamos diferencia sexual), que nos clasifica y divide entre machos (quienes nacen con
pene) y hembras (quienes nacen con vulva). Pero ser machos o hembras no es un mero
hecho biológico, sino una interpretación cultural que hace que toda una variedad de
cuerpos sean reducidos a dos únicos sexos (y que los cuerpos que presentan
características genitales que no se amoldan a ese binario, sean tratados como
anomalías o aberraciones).

Esa interpretación cultural es lo que llamamos “género”; un dispositivo de poder, un


guión, que socializa a los cuerpos con pene en la masculinidad, para que se conviertan
en varones, y a los cuerpos con vulva en la feminidad, para que se conviertan en mujeres.

Estereotipos y mandatos de género

Los estereotipos de género son un conjunto de ideas y creencias generalizantes, que se

instalan en el sentido común de las sociedades en un momento histórico dado, y que

presentan como “naturales”, a pesar de responder a construcciones culturales.

Hay diversos estereotipos, destinados a regular y disciplinar las prácticas y

comportamientos de distintas poblaciones. Por ejemplo, estereotipos racistas que ubican

a las personas afrodescendientes como “peligrosas” o que afirman que “los orientales

son todos iguales”, o estereotipos corporales que ubican a las personas gordas como

“enfermas”. Hay muchos otros estereotipos, pero aquí nos interesa, sobre todo, pensar

en los estereotipos de género destinados a regular y disciplinar las formas de vivir de

las personas.

Estos estereotipos tienen una estrecha relación con los mandatos, concepto que

consideramos útil a los fines de demostrar que no elegimos de manera consciente y

voluntaria encarnar estos estereotipos en nuestras vidas, sino que nos son impuestos,

de manera explícita o implícita, grosera o sutil, en todos los ámbitos sociales e

institucionales por los que transitamos, como la familia, la escuela, la iglesia, el club del

barrio, las publicidades y la industria del entretenimiento, entre otras.

Los estereotipos y mandatos suelen presentarse como universales (para todas las

personas que integran un grupo) e invariables (no cambian). Sin embargo, deben

identificarse de manera situada, ya que no siempre serán los mismos en todo contexto,

sino que pueden variar según las pertenencias culturales, generacionales, religiosas,

étnicas-raciales y de clase, entre otras. No obstante, en términos generales, al menos en

las sociedades modernas y occidentales, vamos a encontrarnos con una series de

estereotipos sobre la masculinidad y la feminidad, estructurados en una lógica de

OPUESTOS, COMPLEMENTARIOS y JERÁRQUICOS.

VEAMOS UN EJEMPLO DE MANDATOS Y ESTEREOTIPOS DE FEMINIDAD Y


MASCULINIDAD NORMATIVA
Veamos un video:
Video 2 "Los mandatos tradicionales de la masculinidad y sus privilegios"

Socialización de género

Entonces, nuestras formas de actuar, de ser, de sentir, no responden a diferencias

naturales entre los varones y mujeres, sino que son resultado de lo que llamamos

socialización de género. Es decir, de las formas en que nos crían y educan en la idea de

lo que debe ser masculino o femenino según la cultura y el momento histórico.

Estas formas y características que tienen que tener los varones y mujeres se construyen y

transmiten a través de los procesos de educación y crianza y atraviesan a todas las

instituciones de la sociedad. Así, en casa, en la escuela, en los clubes, desde los medios

de comunicación, desde el momento del nacimiento, aprendemos modos de

comportarnos, de comunicarnos, de pensar, de sentir, maneras de ocupar espacios

físicos y sociales, de mirar y de imaginar el mundo de acuerdo al género que nos fue

asignado al nacer, en base a los genitales que portamos.

Esta construcción empieza, incluso, antes del nacimiento: cuando a la fami lia se le

informa la genitalidad del embrión, toda esta matriz de interpretación cultural que

llamamos género se pone en funcionamiento; en base a ese único dato, la genitalidad,

se le asigna un sexo (macho o hembra) y con ello un gé nero (masculino o femenino) en

base a los cuales se eleigen nombres, ropas, colores, juguetes, y hasta que empiezan a

imaginar cuáles serán sus gustos, profesiones y parejas (siempre del sexo opuesto, pues

presuponemos que se rán personas heterosexuales).

¿Y acaso esto no es natural? ¿Por qué habría que


cuestionarlo?
Como ya afirmamos, no es natural. Es una construcción cultural e histórica que se

presenta como natural para conseguir la aceptación social y así mantenerse vigente. Si

nos proponemos cuestionar este ordenamiento, es porque tiene conse cuencias injustas y

nocivas para nuestro desarrollo humano y convivencia social.


Decimos que esa socialización de género es opresiva porque aunque no nos demos

cuenta, va condicionándonos poco a poco a desear unas cosas y rechazar otras, a jugar

con unas cosas y no otras, a expresarnos, a vestirnos, a desarrollarnos según un guión

que establece “qué es de varón y qué es de mujer”. De ese modo, vulneran nuestros

derechos a desarrollarnos libremente.

Además, la socialización de género no nos hace simplemente diferentes, sino que

también nos hace desiguales. Mientras la masculinidad incita a los varones a

desarrollarse en el ámbito público y competir por lugares de reconocimiento social (sea

en su trabajo, su barrio, en el deporte que practican o dentro de un grupo de pares), la

feminidad exige de las mujeres dedicación a las tareas domésticas y de cuidados,

sensibilidad y atención por las necesidades ajenas, y no representar una amenaza a los

privilegios de los varones.

¿Qué características tiene la socialización de género en las


instituciones educativas?
Muchas personas que desempeñan su labor en las escuelas suelen afirmar que tratan al
alumnado de manera igualitaria, sin identificar diferencias en el trato a varones y
mujeres en sus prácticas. Sin dudas, existen docentes con una firme voluntad y
compromiso para que eso sea así. No obstante, seguramente, alguna de las siguientes
escenas escolares resultan familiares en la vida cotidiana de sus instituciones:

ESCENA 1:

En una fiesta escolar de fin de año, para el nivel inicial. En la escena, las nenas hacen de

mamás que persiguen a los nenes (que representan a los hijos) porque no se quieren

bañar. En la representación, no hay papás que bañen a sus hijos o hijas… Frente a eso nos

preguntamos, en la vida cotidiana de las familias, ¿no hay papás que bañen a sus

hijos/as?

ESCENA 2:

La directora de una escuela, al inicio de la jornada, le pide a dos jóvenes que asisten al

primer año de la secundaria que no vuelvan a asistir a clases con calzas porque el

reglamento institucional lo prohíbe. Julia reflexiona: “¿Qué diferencia hay entre una calza

y otro pantalón? ¿Qué ven las personas cuando miran una calza o una chica con calza?
ESCENA 3:

En la clase de educación física quedan algunos minutos para finalizar y el profe

pregunta: “¿A qué tienen ganas de jugar en este ratito que nos queda?”. Se escucha…

“¡jugar al fútbol!”. Se forman los equipos y primero eligen a los varones; hay dos o tres que

generalmente quedan últimos porque no son lo “suficientemente hábiles” y ellos

prefieren pasar desapercibidos para evitar chistes o comentarios respecto a sus

destrezas. Algunas niñas que juegan bien son elegidas y otras, un tanto frustradas, se

sientan al costado de la cancha a mirar y alentar. La clase termina.

La escuela es un ámbito donde se construyen y se expresan modos sociales de ser, de

sentir, de imaginar y, dichos modos, son desiguales. Sin embargo, es insoslayable que sin

la escuela no es posible construir un futuro diferente… más justo, más igualitario. Frente a

eso, nos preguntamos: ¿es posible pensar a las infancias y juventudes sin mandatos de

género excluyentes desde las distintas instituciones por las que transitan?

¿Qué tiene que ver el género con la orientación sexual?

El concepto de orientación sexual hace referencia a la atracción emocional, afectiva y

sexual hacia personas del mismo, o de diferente género o de más de un género.

CONCEPTOS VINCULADOS A LA ORIENTACIÓN SEXUAL


Heterosexualidad: es la orientación sexual de aquellas personas que se sienten atraídas
por el “sexo opuesto”.

Homosexualidad: es la orientación sexual de aquellas personas que se sienten atraídas


por el “mismo sexo”.

Bisexualidad: es la orientación sexual de las personas que se sienten atraídas hacia más
de un género.

Asexualidad: es la falta de atracción sexual hacia otros, o el bajo o nulo interés en el


deseo de actividad sexual. Esto no quiere decir que no se experimente amor por otras
personas.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de diversidad sexual?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad es mucho más que el

sexo. Se construye a lo largo de la vida y abarca al sexo, género, identidad y roles

asumidos, orientación sexual, erotismo, placer, intimidad y reproducción. En cada

sociedad y en cada momento histórico se visibilizan, aceptan o legitiman diferentes


formas de vivir la sexualidad. La diversidad sexual y afectiva abarca una multiplicidad de

prácticas, maneras de relacionarse y formas de expresión que se manifiestan de modo

singular en cada persona.

Muchas veces se habla de “elección sexual” como si se tratara de un acto voluntario,

racional y consciente de elegir entre varias opciones posibles. Sin embargo, se trata más

bien de algo que nos ocurre, con lo que nos encontramos y con lo que vivimos. Tampoco

se trata de una “condición sexual”, lo cual suele ser asociado a una condición médica o

de salud. Es una nominación peligrosa ya que puede llevarnos a pensar que se trata de

una patología o anormalidad, y a justificar intervenciones violentas como las mal

llamadas “terapias correctivas”. Vale aclarar que estos prejuicios tienen sustento en

muchas instituciones, al punto que hasta 1990 la Organización Mundial de la Salud tuvo a

la homosexualidad entre las enfermendades mentales.

La sexualidad es un proceso complejo de construcción en el que inciden múltiples

factores. No puede ser reducido a explicaciones genéticas, biológicas ni psicológicas. Las

orientaciones sexuales son diversas y no debemos atribuirles valores morales. Lo único

importante con relación a nuestra sexualidad, es que po damos vivirla de forma libre,

placentera, cuidada, sin violencias ni discriminación.

Posiblemente hayas oído o leído varias veces hablar de “diversidad sexual”, “di

sidencias” y siglas como “LGBTTTI+” (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Travestis,

Transexuales e Intersexuales) y sus variantes . Son modos de nombrar la realidad en una

complejidad mayor a la que proponía el sistema binario y que no se agotan en una

clasificación cerrada. De hecho, habrán notado que cuando se emplean las siglas LGBTTTI

aparece al final el signo “+” en referencia a otras muchas posibilidades de identificarse y

sentirse.

¿Qué es la heterosexualidad obligatoria?

Se utiliza el término de “heterosexualidad obligatoria” para describir críticamente el

fenómeno que afirma que esta orientación es la “normal” porque es la que permite la

reproducción. Sin embargo, las vías de acceso a la maternidad y paternidad, hoy en día,

son múltiples y no dependen exclusivamente de la reproducción biológica entre un varón

y una mujer. Y, además, ¿por qué creer que el fin primero y último de la sexualidad es la

reproducción?
¿Qué es la identidad de género?
El concepto de identidad de género hace referencia a la manera interna que tiene cada
persona de vivir su género. La expresión de género, en cambio, refiere a la manera en
que expresamos socialmente nuestro género, ante los y las demás.

Nuestras identidades de género pueden o no corresponderse con el género que se nos


asignó al nacer, en base a la genitalidad que portamos. En caso de que haya tal
correspondencia, hablaremos de personas cis-género. El prefijo “cis”, significa “del
mismo lado de” y, en éste caso, refiere a que una persona se identifica con el mismo
género le fue asignado. Por ejemplo, un sujeto nacido con pene, asignado varón, que se
identifica socialmente como tal, es un varón cis o cisgénero.

Si en cambio, esa misma persona nacida con pene y asignada varón al nacer, se
identificara como mujer, hablaríamos de una mujer trans o transgénero. El tér mino trans
refiere a esa transición realizada del género asignado al género auto percibido y
engloba múltiples identidades trans, travestis, transgénero y transexuales.

La identidad y expresión de género es independiente de la orientación sexual; una


persona trans puede ser hetero, homo o bisexual -entre otras opciones po sibles- al igual
que una persona cis género.

El respeto a la identidad de género, llamando a la persona con los nombres y


pronombres elegidos en base a su vivencia, está consagrado por ley, es decir, es un
derecho. Y no puede ser condicionado por nuestras creencias personales, religiosas o
culturales.

Si querés conocer más sobre los conceptos que estuvimos analizando, te invita mos a
recorrer: https://www.santafe.gob.ar/minube/index.php/s/I2mORI2BdDB n8Qr#pdfviewer

La escuela reconoce la Identidad de Género Autopercibida

A través de distintas resoluciones ministeriales, la Provincia de Santa Fe avanzó en el


reconocimiento de la identidad de género autopercibida de las personas que habitan las

instituciones educativas.

La Resolución N° 2529/13 promueve la adopción de medidas de gestión escolar que

garanticen el respeto de las opciones de género en el marco de la Ley Nacional N°26.743.

La Resolución Nº 955/21, también enmarcada en la misma normativa, permite que

quienes hayan realizado la rectificación de sus datos personales en el Do cumento


Nacional de Identidad, completen el formulario “Identidad de Género: solicitud

rectificación de datos personales” para modificar sus registros y/o documentos

expedidos por este Ministerio. Esto posibilita el cambio de datos personales en Título,

Certificado Analítico, y Certificación de Capacitaciones, entre otros

documentos:https://drive.google.com/file/d/1aDNdHYANshIDJcGbCMvo4-9NqwmTFe7C/vi

ew

Esta normativa conlleva no sólo cambios administrativos, sino también un acto de

justicia educativa que implica reconocer y visibilizar dentro del sistema educativo a la

diversidad de identidades para garantizar sus derechos. Para profundizar acerca de

identidades sexuales te sugerimos el siguiente video:

¿De qué hablamos cuando hablamos de sexo, género e identidad?

https://www.youtube.com/watch?v=rpc694bDWGo

Además, compartimos el recurso pedagógico que el equipo de Educación Sexual Integral

diseñó respecto a la temática y está disponible en el Campus Virtual:

https://campuseducativo.santafe.edu.ar/la-esi-es-un-abrazo-a-la-diversidad/

Brechas de género y diversidad

Una brecha es una medida que muestra la distancia entre mujeres y varones respecto a
un mismo indicador y refleja la desigualdad de acceso y control de recursos económicos,

sociales, culturales y políticos, entre otros.

Frecuentemente, los estudios, investigaciones y publicaciones sobre brechas de género

aluden a las mujeres y varones sin explicitar si se trata de personas cis o transgénero, por

lo cual podemos inferir que se trata de personas cisgé nero salvo se afirme

explícitamente lo contrario. Esto se debe, al menos, a dos factores. En primer lugar, a que

sigue primando una mirada compartimentada, que mira al género de manera binaria

(varón/mujer por un lado) y a las diversidades y disidencias sexuales y de género por

otro. En segundo lugar, y como consecuencia de lo ante dicho, que siguen siendo

escasos y poco sistemáticos en el tiempo los estudios sobre la situación de las personas

trans y de las diversidades sexuales, dificultando la producción de evidencia en base a la

cual diseñar políticas públicas.

El enfoque interseccional, por su parte, convoca a analizar la imbricación entre posición


de género, orientación sexual, posición de clase, étinico-racial, generacional y de

discapacidad, entre otros factores que impactan sobre las condiciones de vida de las
personas.

ALGUNOS EJEMPLOS Y DATOS SOBRE BRECHAS DE GÉNERO Y DIVERSIDAD:

De cuidados y de tiempos: mide la desigualdad distribución de tiempo destinado al


trabajo de cuidados no remunerado. Mientras las mujeres realizan el 83,6% de las tareas

domésticas no remuneradas, dedicando un promedio de 6,4 horas diarias, sólo el 51,2%

de los varones participa en estos trabajos, dedicando un promedio de 3,4 horas diarias.

(EPH, 3er trimestre de 2020; INDEC, marzo 2021).

Laborales: mide niveles de informalidad, precarización, segregación horizontal y vertical,

tasas de actividad. Durante el tercer trimestre de 2020, con pleno impacto de la crisis de

la pandemia, la tasa de desocupación en las mujeres entre 14 y 29 años fue del 23,1% y de

19,8% para los varones del mismo rango etáreo, en ambos casos significativamente por

encima del nivel general de desocupación (CEPA, marzo 2022). Según el estudio

preliminar sobre el estado de situación actual en el acceso de los derechos de personas

travesti trans de Rosario y la región, la tasa de desocupación de esta población asciende

al 45,2% (Programa Transaberes, 2020-2021).

De ingresos: El 10% de la población de menores ingresos está compuesto en un 63% por

mujeres, lo que llamamos feminización de la pobreza, y el 10% de la población con

mayores ingresos está compuesto en un 63% por varones, lo que podemos llamar

masculinización de la riqueza (Encuesta Permanente de Hogares -EPH-, tercer trimestre

de 2020; INDEC, marzo 2021).

Habitacionales: miden el acceso a la vivienda. Un indicador claro de la existencia de esta

brecha es la brecha impositiva que existe en relación a bienes personales. El 66% de la

recaudación de bienes personales proviene de varones y es un impuesto que grava

inmuebles. Con esto podemos deducir que los varones tienen mayor acceso a la

vivienda (CEPA, marzo 2022). La situación habitacional de la población travesti-trans

suele ser de mucha vulnerabilidad, con una alta incidencia de viviendas prestadas, y de

padecimiento de abusos, malos tratos, discrminación y sobre precios cuando son

inquilinas.

De salud: acceso a la salud sexual y (no) reproductiva. Las mujeres cisgénero y

heterosexuales cuentan con mayor oferta de servicios de salud, prodcto de los

estereotipos de género que permean el sistema de salud y que feminizan los políticas
sanintarias de planificación familiar, salud sexual y reproductiva. En contra partida, existe

una escasa oferta de estos servicios orientados a los va rones cis. Las diversidades

sexuales y de género suelen padecer situaciones de exclusión y discriminación, salvo en

los casos donde existen servicios especiali zados y amigables destinados a esta

población.

Vital: diferencias entre las expectativas de vida. En 2019 la esperanza de vida en

Argentina subió hasta llegar a 76,67 años. Ese año la esperanza de vida de las mujeres

fue de 80 años, mayor que la de los hombres que fue de 73,24 años. La exposición a

conductas temerarias y prácticas de riesgo como consecuencia de la socialización de

género masculina, conduce a que los varones mueran 4 veces más que las mujeres por

causas externas (homicidios, suicidios, accidentes). Las personas travestis y trans tienen

una esperanza de vida promedio de 37 años, como consecuencia de su situación de

vulnerabilidad estructural.

Enfoque de género y diversidad

Es importante mirar nuestras posiciones y relaciones desde el enfoque de género y

diversidad, ya que esto nos permite observar que allí donde creíamos que había simples

e inocentes diferencias, hay relaciones de desigualdad, discrimi nación y violencias. Y que

estas relaciones, no son así “por naturaleza”, sino que están así, y es nuestra

responsabilidad contribuir a transformarlas.

El objetivo de la igualdad de género es una cuestión de derechos humanos y una

condición para la justicia social, y no debe entenderse aisladamente como un problema

exclusivo de las mujeres. Únicamente después de alcanzado este objetivo se podrá

instaurar una sociedad viable, justa y desarrollada (Plataforma de Acción Beijing 1995).

Es un deber ético planificar, crear, gestionar, implementar y evaluar programas de

políticas públicas desde la perspectiva de género y diversidad ya que dichos programas

tendrán, efectivamente impactos diferenciales para mujeres, varones y personas de la

diversidad sexual. La perspectiva abordada en este curso busca proporcionar

herramientas para analizar la realidad y transformar la vida cotidiana de las personas,

buscando favorecer vínculos no discriminatorios por razón de género u orientación

sexual.
Bibliografía

• Berkins, Lohana (Comp.) (2015) “Cumbia copeteo y lágrimas: informe nacional sobre la

situación de las travestis, transexuales y transgéneros”. Buenos Aires:Editorial Madres de

Plaza de Mayo.

• Dorlin, Elsa (2009). Sexo, género y sexualidades: Introducción a la teoría feminista.

Buenos Aires, Argentina: Ed Nueva Visión.

• Fabbri, Luciano (2014). Ni meramente natural, ni remotamente uni versal: Avatares de la

teoría sexo/género. Revista Izquierdas, nº 19, 143-157.

• Maffía, Diana (Comp.) (2009) “Sexualidades migrantes: género y transgénero”. Buenos

Aires: Librería de Mujeres Editoras.

• Merchán, Cecilia y Fink, Nadia (comp) (2016), Ni una menos desde los primeros años:

Educación en Géneros para infancias más libres. Buenos Aires: Las Juanas Editoras.

Datos estadísticos sugeridos

• Dossier Estadístico en Conmemoración del 109° Aniversario del Día internacional de la


Mujer. INDEC , marzo 2020 •

https://www.ilo.org/buenosaires/noticias/WCMS_681799/lang--es/ index.htm

• Encuesta sobre Población Trans 2012: Travestis, Transexuales, Trans géneros y Hombres

Trans. • http://www.trabajo.gov.ar/downloads/diversidadsexual/Argentina_

Primera_Encuesta_sobre_P oblacion_Trans_2012.pdf

• Usina de Datos, UNR (2022). Informe Especial Nº 8: Desigualdades de género en

números. Ciudad de Rosario. Marzo de 2022. Disponible en

https://rephip.unr.edu.ar/handle/2133/23157

• CEPA (2022) Informe: El 8M en perspectiva económica: a dos años de pandemia y con la

igualdad como meta. Disponible en https://

centrocepa.com.ar/informes/323-el-8m-en-perspectiva-econo
mica-a-dos-anos-de-pandemia-y-con-la-igualdad-como-meta

• Programa Transaberes (2022) Estudio preliminar sobre el estado de situación actual en

el acceso de los derechos de personas travesti trans de Rosario y la región, Abril 2020 -

Octubre 2021.

También podría gustarte