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UNIDAD II

LOS SISTEMAS PROCESALES.


ESTUDIO HISTORICO POLITICO DEL DERECHO PROCESAL PENAL.
EVOLUCION HISTORICA DEL DERECHO PROCESAL PENAL ARGENTINO Y DE LA
PCIA DE SANTA FE.
Nación:
CPPN: era inquisitivo, va desde 1888 a 2018 (sigue en vigencia con la ley nro. 23 732). En
1991 va a superar la inquisición y surge un sistema mixto.

Juicio: aca se establece un juicio oral y publico. Algunos lo llaman sistema pseudo
acusatorio porque en esta etapa el juez propone pruebas y conoce el caso.
IPP: mantiene la inquisicion donde hay un juez instigador

Hay un juez de instruccion que investiga y dicta autos de procesamiento. Luego juzga en la
proxima etapa.

Nuestra CN propone un sistema acusatorio ya que está inspirada en la CN de EE. UU,


razón de porque Inglaterra queda fuera de la inquisición. Nuestro código de 1888 está
inspirado en España

Santa fe: CPPP.


Ley nro. 6.740: año 1971, era un código inquisitivo.
Ley nro. 12. 734: se dicta en el 2006, el gobernador era Obeid. Entro en vigencia en el año
2014 poniéndose en marcha el sistema progresivo.

LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES Y POLÍTICOS DEL PROCESO PENAL.


PRINCIPIOS RELATIVOS AL PROCEDIMIENTO.
JUICIO PREVIO. (DEBIDO PROCESO)
Art. 1 Juicio previo: “Nadie podrá ser penado o ser sometido a una medida de
seguridad sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso…
En el procedimiento penal rigen todas las garantías y derechos consagrados en la
CN, en los tratados internacionales con idéntica jerarquía y en la C de la provincia.
Dichas disposiciones son de aplicación directa y prevalecen sobre cualquier otra de
inferior jerarquía normativa informando toda interpretación de las leyes y criterios
para la validez de los actos del procedimiento penal”.
El art. 18 CN establece “ninguna habitante de la nación puede ser penado sin juicio previo
fundado en la ley anterior al hecho del proceso”.

Art. 2 Inobservancia de regla de garantía: “La inobservancia de una regla de garantía


establecida a favor del imputado no podrá ser hecha valer en su perjuicio, no podrá
ser utilizada para retrotraer contra su voluntad, el procedimiento a etapas anteriores”.

Art. 3 Principios y reglas procesales: “Durante el proceso se observarán los


principios de oralidad, publicidad, contradicción, concentración, inmediatez,
simplicidad y celeridad”.
Oralidad y publicidad: Se cumple con el Art. 9 C de Sta. Fe. En cuanto se propende a
instituir el juicio oral y público en materia penal.
Contradicción y concentración: El principio de contradicción es el método que permite el
conocimiento de la verdad.
La concentración supone el examen de toda causa en un periodo único que se desarrolla
en una audiencia o en pocas audiencias muy próximas de modo tal que los actos se
aproximan en el tiempo o se suceden ininterrumpidamente.
Inmediatez, simplificación y celeridad: Todas las audiencias deben contar con la presencia
de todas las partes sin que quepa la posibilidad de que falten alguna de ellas.
Respecto de la simplificación y celeridad, los operadores del sistema, prácticamente en
cualquier momento del procedimiento pueden abreviar el mismo y/o arribar a soluciones
abreviadas del conflicto.

PRINCIPIO DE INOCENCIA
Art. 5 Estado de inocencia: “Nadie podrá ser considerado ni tratado como culpable
mientras una sentencia firme no lo declare tal”.

In dubio pro reo: Art. 7: “En caso de duda sobre los hechos deberá estarse a lo que
sea más favorable al imputado, en cualquier grado e instancia del proceso”.

Onus probandi: La carga probatoria corresponde a los órganos de persecución ya que el


imputado no tiene que probar su inocencia.

Debemos decir que nuestra CN y los tratados internacionales garantizan la libertad


ambulatoria en:
Art. 18 CN (nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad
competente).
Art. 14 CN (entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino).
Preámbulo (asegurar los beneficios de la libertad).

DERECHO DE DEFENSA
Es la facultad del imputado de manifestar o mostrar su inocencia o atenuar su
responsabilidad.
Art. 18 CN “es inviolable la defensa el juicio de la persona y de los derechos…”.

Garantías mínimas de los pactos


Asistencia a un traductor: Persona sometida a un proceso en un idioma que no comprende,
el Estado tiene la obligación darle la posibilidad de tener un traductor.
El imputado tiene Derecho a declarar en el momento que quiera del proceso o negarse a
declarar sin que ello implique una presunción en su contra = imputado como sujeto.
Imputado como objeto = el imputado tiene la obligación de participar en la rueda de
conocimiento.
Defensa material y técnica: El Estado tiene la obligación de otorgarle al imputado defensa
técnica (abogado).

Art 8 Inviolabilidad de la defensa: “La defensa en juicio deberá comprender para las
partes, entre otros, los siguientes derechos: ser oídas, contar con asesoramiento y
representación técnica, ofrecer prueba, controlar su producción, alegar sobre su
mérito e impugnar resoluciones jurisdiccionales…”
Contradicción (Bilateralidad).
Derecho a que el Estado me tutele un derecho.

Caso Benítez (CSJN, 2006). Se viola el derecho de poder contradecir a la otra parte. En
este caso el tribunal condenó a prisión a Benítez por ser el autor del delito lesiones graves
con arma de fuego.
En contra de dicha condena la defensa interpuso recurso de casación con fundamento en
vicios de procedimiento originados durante el debate. Fundamentalmente cuestiono la
incorporación por lectura de testimonios que fueron utilizados como prueba de cargo sin que
esa parte hubiera tenido la oportunidad de interrogar a los testigos, y considero que una
interpretación tan amplia como de las excepciones de inmediación y de oralidad previstas
en el art. 391 CPPN, además de desnaturalizar el debate, había lesionado el derecho de
defensa en juicio del imputado y su derecho a interrogar o hacer interrogar a los testigos,
consagrado por los arts. 18 CN, 8 de la CADH y 14 PIDCyP
La sala II de la cámara de casación penal de la nación declaro mal concedido el recurso. La
defensa interpone REF, que fue rechazado y dio lugar a la queja:
La CSJN, analiza:
El hecho que se le imputa a Benítez se basa principalmente en los dichos del damnificado,
testigos e informes médicos y de la división balística.
Al analizarse el debate se dejó constancia que no fue posible lograr la comparecencia de
testigos, y con oposición a la defensa de Benítez, se resolvió incorporar por lectura las
declaraciones de los testigos.
Resulta más razonable que la defensa reclamara la posibilidad de interrogar ante los jueces
del debate al damnificado y testigo directo del hecho, toda vez que esos testimonios
constituían la base principal de la acusación.
El tribunal fundo la sentencia condenatoria en prueba de cargo decisiva que la defensa no
tuvo oportunidad de controlar, violando los arts. 8 de la CADH y 14 del PIDCP.
Es inaceptable la decisión del a quo de que la defensa no demostró que, excluida las
declaraciones testimoniales en crisis, la restante prueba colectada impida alcanzar la
certidumbre sobre la forma en que sucedieron los hechos y respecto de la participación
penalmente responsable de Benítez.
La CSJN considero también la inadmisibilidad de la decisión del a quo con relación a la
incorporación por lectura de declaraciones testimoniales se produjo en el marco del art. 391
CPPN, en razón de que resultaron infructuosas las numerosas diligencias para lograr su
comparecencia en la audiencia, no basta para subsanar la lesión al derecho de defensa
producida en el debate.
Lo que se encuentra en debate es si la base probatoria obtenida sin control de la defensa
es legitima como tal o, dicho de otro modo, lo decisivo no es la legitimidad del procedimiento
de incorporación por lectura, el cual, bajo ciertas condiciones, bien puede resultar admisible,
sino que lo que se debe garantizar es que, al utilizar tales declaraciones como prueba, se
respete el derecho de defensa del acusado.
La CSJN resuelve: 1- declarar procedente el REF. 2- se deja sin efecto la sentencia
apelada. 3-vuelvan los autos al tribunal de origen. 4- se dicte sentencia conforme a lo
resuelto por la CSJN.

Incoercibilidad del imputado como órgano de prueba


Se vincula al derecho de defensa la prohibición de obligar al imputado de declarar en contra
de sí mismo, prevista en el art. 18 CN.
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA
Aptitud que tiene el juez al momento de resolver de limitarse al hecho realizado por el
imputado y de no agravar la pena, sino que solo juzgar por lo cometido; es decir, considerar
los mismos hechos que se le atribuyan al imputado desde un principio.

La “reformatio in peius”
Significa prohibir al tribunal que revisa la decisión, por interposición de un recurso, la
modificación de la resolución en perjuicio del imputado, cuando ella sólo fue recurrida por él
o por otra persona, autorizada por ley en su favor.
Art. 391 CPPSF establece que “las resoluciones recurridas por el imputado o a su
favor, no podrán ser modificadas en su perjuicio”

Fallo “OLMOS” 2006. La corte tuvo oportunidad de pronunciarse respecto de la pena


impuesta en una primera sentencia original.
El interrogante a despejar fue, si esta primera condena opera como límite máximo de una
eventual sanción fijada en una sentencia condenatoria, que surja de una nueva audiencia
de debate. Esto, sobre la base de que la nueva audiencia de juicio tenga su génesis,
únicamente, en el recurso oportunamente planteado por el imputado.
En el caso se trataba de 2 abogados condenados condicionalmente que interponen recurso
de casación alegando deficiencias esenciales en la fundamentación de la sentencia, en
función del cual el tribunal superior de Neuquén declara la nulidad en el debate, y la
sentencia, ordenándose llevar a cabo una nueva audiencia.
Realizando nuevamente el debate, los abogados son igualmente condenados, pero apenas
sustancialmente más elevadas que las impuesta en el primer juicio. Impugnada la
sentencia, ante el tribunal superior por violación a la prohibición de reformatio in peius, la
misma fue confirmada lo que dio lugar a la interposición del REF.
La mayoría de la corte admitió la posibilidad de reenvió, pero con la limitación de la
prohibición de la reformatio in peius, es decir, prohibiendo que en el nuevo juicio se pueda
superar la pena impuesta en la sentencia anulada. La minoría directamente prohíbe el juicio
de renvió por considerar lesionada la garantía de la non bis in ídem.
Respecto de la postura mayoritaria, no cabe duda de que la garantía constitucional de la
prohibición de la reformatio in peius, es decir, prohibiendo que en el nuevo juicio se pueda
superar la pena impuesta en la sentencia anulada. La minoría directamente prohíbe el juico
de reenvió por considerar lesionada la garantía de la non bis in ídem.
Volviendo a la postura mayoritaria no cabe duda de que la garantía constitucional de la
prohibición de la reformatio in peius, impide la sentencia condenatoria dictada en el juicio de
reenvió supere el monto punitivo fijado en la sentencia original, ya que no resultaría lógico
concederle al imputado la facultad de impugnación y al mismo tiempo exponerlo a que su
situación procesal se vea empeorada. Es relevante el voto concurrente del Dr. Petracchi en
cierta manera quiere decir que no es posible, a fin de poder corregir los defectos de una
sentencia anterior, y poder llegar a una condena validad, someter nuevamente a juicio al
imputado, porque eso significa concederle al estado una nueva oportunidad que el principio
de la non bis in ídem prohíbe.

NON BIS IN IDEM


Art. 6 Non bis in ídem: “Nadie podrá ser perseguido penalmente más de una vez por
el mismo hecho.
No se podrá reabrir los procedimientos fenecidos, salvo revisión de las sentencias a
favor del condenado…”.
Para que resulte operativa la garantía, se requiere de una triple identidad:
- Mismo delito.
- Misma causa.
- Mismo hecho.

DERECHO A UN PRONUNCIAMIENTO PENAL RAPIDO


La celeridad tiene directa relación con el plazo razonable en que un proceso debe
desarrollarse.
El PIDCP en su artículo 14 dice que “durante el proceso toda persona acusada de un delito
tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías….a ser juzgado sin dilaciones
indebidas”.
Por su parte la CADH prescribe en su artículo 8 que “toda persona tiene derecho a ser oída,
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente,
imparcial e independiente establecido con anterioridad por ley”.

FALLO “Mattei, Ángel s/ Contrabando de importación en Abasto”; Corte Suprema de


Justicia de la Nación; Fallos 272:188, 19/11/1968
Mattei puede ser considerado como el leading case. Mattei había sido procesado por el
delito de contrabando y, luego de un proceso que duró más de cuatro años, absuelto en
primera instancia. El fiscal apeló ese pronunciamiento y los autos fueron elevados a la
Cámara. Allí el tribunal de segunda instancia, de oficio, decretó la nulidad de todas las
actuaciones cumplidas desde el cierre del sumario, sobre la base de que el juez de
instrucción no había agotado la investigación. La defensa de Mattei interpuso contra esa
resolución recurso extraordinario, alegando violación de la garantía de la defensa.
La CSJN hizo lugar al recurso. Empezó diciendo que, si bien las decisiones recaídas en
materia de nulidades no constituyen sentencia definitiva a los fines de la instancia
extraordinaria, cabía hacer excepción a ese principio en situaciones en que, como en este
caso, la resolución apelada podía llegar a frustrar el derecho federal invocado, acarreando
perjuicios de imposible o tardía reparación posterior.
Con respecto a la naturaleza de ese “derecho federal”, la Corte señaló que “se planteaba el
problema de si, substanciando un proceso en la forma que indica la ley, el tribunal de alzada
ha podido invalidar todo lo actuado, no por omisión o vicio de formas esenciales del juicio,
sino con el exclusivo fundamento de que el inferior no realizó durante la instrucción diversas
diligencias”.
La Corte respondió a ese interrogante diciendo que: “tanto el principio de progresividad
como el de prelusión reconocen su fundamento en la necesidad de lograr una
administración de justicia
rápida dentro de lo razonable, evitando de esta manera que los procesos se prolonguen
indefinidamente; pero además obedecen al imperativo de satisfacer una exigencia
consubstancial con el respeto debido a la dignidad del hombre, cual es el reconocimiento
del derecho que tiene toda persona a liberarse del estado de sospecha que importa la
acusación de haber cometido un delito, mediante una sentencia que establezca, de una vez
para siempre, su situación frente a la ley penal.
Puesto que la garantía del debido proceso legal ha sido arbitrada fundamentalmente a favor
del acusado, no cabe admitir que la posible deficiencia de la prueba de cargo constituya
causal de nulidad de lo regularmente actuado dentro del juicio, sobre todo si se tiene
presente que el Estado cuenta a través de órganos específicamente instituidos al efecto con
todos los medios conducentes para aportar los elementos del juicio que estime útiles en
abono de la procedencia de su pretensión punitiva.
Que, en suma, debe reputarse incluido en la garantía de la defensa en juicio consagrada
por el artículo 18 de la CN, el derecho de todo imputado a obtener un pronunciamiento que
ponga término del modo más rápido posible a la situación de incertidumbre y de innegable
restricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento penal”.

FALLO “Mozzatti, Camilo y otros/ defraudación”; Corte Suprema de Justicia de la


Nación; Fallos 300:1102, 17/10/1978
Con apoyo en la doctrina emanada de Mattei, la Corte dio en Mozzatti un paso más
adelante en la afirmación del derecho a obtener un pronunciamiento razonablemente rápido.
En un proceso penal instruido contra Mozzatti y otro por el delito de defraudación, los autos
llegaron a la Corte por vía de un recurso extraordinario interpuesto por la defensa, contra
una resolución anulatoria de todo lo actuado desde la muerte del querellante.
Al tomar conocimiento del expediente la CSJN advirtió que, en virtud de las innumerables
contingencias que había tenido el proceso, éste llevaba más de un cuarto de siglo de
sustanciación. La Corte señaló que esa sola circunstancia constituía “una tergiversación de
todo lo instituido por la Constitución Nacional, en punto a las declaraciones y garantías
concernientes a la administración de Justicia”.
De esta manera agregó que “han resultado agraviados hasta su práctica aniquilación, el
enfático propósito de afianzar la justicia expuesto en el Preámbulo, y los mandatos que
aseguran a todos los habitantes de la Nación la presunción de su inocencia y la
inviolabilidad de su defensa en juicio y debido proceso legal. Esto es así, toda vez que
dichas garantías constitucionales se integran por una rápida y eficaz decisión judicial”
De esta manera, y con invocación de la doctrina sentada en Mattei, la Corte en su calidad
de “poder supremo en resguardo de la Constitución” declaró la insubsistencia de todo lo
actuado con posterioridad al auto de prisión preventiva y la extinción, por prescripción, de la
acción penal deducida en los autos.

PRINCIPIOS RELATIVOS A LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL


INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD
Independencia: cada juez, cuando juzga y decide un caso concreto, es libre (independiente
de todo poder) para tomar su decisión y solo se le exige que su fallo se conforme con
aplicar el derecho vigente, esto es, que se someta a la ley.
Imparcialidad: Otra de las condiciones necesarias para garantizar la independencia es la de
colocar frente al caso, ejerciendo la función de juzgar a una persona que garantice la mayor
objetividad posible al enfrentarla.

FALLO “Llerena, Horacio Luis s/ aviso de armas y lesiones” CSJN, 17/05/2005


En el caso se discutió sobre la compatibilidad constitucional entre la garantía de
imparcialidad dl juzgador y la acumulación de funciones instructoras y decisorias en cabeza
de un mismo juez correccional.
En este caso la Corte consideró inválido el esquema por el cual en materia correccional el
mismo juez investigador tiene a su cargo la etapa de juzgamiento.
Con buen criterio la Corte entendió que la decisión que había rechazado la recusación
planteada respecto del juez correccional que intervino en la etapa de investigación,
equivalía por sus efectos a una sentencia definitiva a los fines del recurso extraordinario. De
esta manera dijo que dicha decisión producía un perjuicio de tardía e insuficiente reparación
ulterior.
Luego de hacer un repaso por las normas pertinentes a esta materia en los Tratados
Internacionales con jerarquía constitucional, el voto de los jueces Zaffaroni y Highton señaló
que la imparcialidad como valor podía verse desde dos puntos de vista, uno objetivo y uno
subjetivo.
El objetivo ampara al justiciable cuando éste puede temer la parcialidad del juez por hechos
objetivos del procedimiento, sin cuestionar la personalidad, la honorabilidad ni la labor
particular del magistrado que se trate; mientras que el subjetivo involucra directamente
actitudes o intereses particulares del juzgador con el resultado del pleito.
Llevando entonces esta caracterización al caso planteado, este voto señaló que el temor de
parcialidad que el imputado puede padecer, se encuentra íntimamente vinculado con la
labor que el magistrado realizara en el proceso.
Cabe decir que aun sin sospechar que el juez puede llegar a tener algún interés concreto en
el resultado del juicio, la Corte entendió que el imputado estaba habilitado a considerar que
el juez actuante tenía un prejuicio sobre el tema a decidir, ya que impulsó el proceso para
llegar al juicio, descartando hasta ese momento las hipótesis desincriminantes.
Finalmente, la CSJN hizo lugar al recurso extraordinario planteado, dejando sin efecto la
sentencia que había dispuesto el rechazo de la recusación.
Este fallo de la corte tiene mucha relevancia, porque durante mucho tiempo los tribunales
habían considerado que las causales de recusación de los magistrados no solo resultan de
una interpretación restrictiva, sino que además ellas venían como delimitadas, a la manera
de un numerus clausus, por los criterios del legislador.
Por eso, con este trascendente fallo de la CSJN, se sostuvo que la imparcialidad debía
primar por sobre una interpretación restrictiva de las causales de recusación y excusación y
que el temor de parcialidad debía entenderse como un motivo no escrito de apartamiento.

FALLO “Dieser, María Graciela y Fraticelli, Carlos Andrés s/ homicidio calificado por
el vínculo y alevosía, CSJN, 08/08/2006
En este caso la defensa de los imputados dedujo REF contra la sentencia que convalidó la
condena.
La defensa dice que fue afectada la garantía de ser juzgada por un tribunal imparcial,
porque dos de los tres magistrados, integrantes de la Cámara Penal de Venado Tuerto, que
suscriben el voto mayoritario a favor de la condena, son los mismos que intervinieron
previamente en diversas apelaciones suscitadas en el mismo proceso, entre ellos: el auto
que confirmó el procesamiento y prisión preventiva.
La Corte, tras remitirse al dictamen del Procurador Fiscal, hizo lugar al recurso. En la
decisión reconoció expresamente la existencia de cuestión federal suficiente porque la
defensa pone en discusión el alcance de la garantía de juez imparcial reconocida dentro de
los derechos implícitos del artículo 33 de la CN, o más estrictamente, derivada de las
garantías de debido proceso y de la defensa en juicio en el artículo 18 Constitucional, y
consagrada en los Tratados Internacionales que forman parte del bloque de
constitucionalidad federal en virtud de la incorporación expresa
efectuada por el artículo 75 inc. 22 de la CN (art. 26 DADDH; art. 14 PIDCP; art. 8 CADH;
art. 10 DUDH).
El Procurador Fiscal dice que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reafirmado
el carácter fundamental de la imparcialidad como garantía del debido proceso, y la misma
concluyó en que los magistrados que habían resuelto un recurso de casación contra una
sentencia absolutoria, debieron abstenerse de conocer en las impugnaciones que se
dirigieron contra la sentencia condenatoria pronunciada con posterioridad, porque al
conocer de estas últimas no reunieron la exigencia de imparcialidad, ya que habían
analizado parte del fondo del asunto y no solo la forma.
Y llevando esto que dijo la CIDH al caso concreto, se puede afirmar que verosímilmente
pudo haberse afectado la posibilidad de un reexamen de la condena por parte de los
mismos jueces sin prejuzgamiento del caso. Es que el modo en que fue conformado el
tribunal que conoció de la apelación de la condena, con sustento en la deficiente
organización procesal que habilitaba su conocimiento, permitió albergar en el enjuiciado la
sospecha de parcialidad.
Y además esta situación tampoco garantiza la vigencia plena de la garantía de la doble
instancia que exige que magistrados que no conocieron anteriormente el hecho revisen las
decisiones del inferior. Y con razón el Procurador dice que, si no se cumple esta exigencia,
la doble instancia solamente significaría, doble revisión por las mismas personas.
La Corte finalmente resuelve: * Hacer lugar a la queja, * Declarar procedente el REF, * Dejar
sin efecto la sentencia apelada, * Vuelvan los autos al tribunal de origen para que se dicte
nuevo pronunciamiento de segunda instancia con arreglo a lo resuelto.

JUEZ NATURAL
Art. 4 Jueces naturales y jurados: “Nadie podrá ser juzgado por otros jueces que los
designados de acuerdo a la CN e instituidos con anterioridad al hecho objeto del
proceso.
En los casos en que sea procedente la conformación del jurado se regirá por las
normas que establezca una ley especial”.

III- PRINCIPIOS POLITICOS DEL DERECHO PROCESAL ARGENTINO.


PRINCIPIO DE ESTATALIDAD.
Investigación a cargo del Juez (CPPN). Sistema mixto.
Descubrimiento de la “verdad”.
Aplicación mediata de la ley sustantiva penal. Respectando la dignidad del hombre.
En un principio el descubrimiento de la verdad era la meta del procedimiento. Luego, ¿quién
tiene a cargo descubrir la verdad? En el CPPN lo tiene le juez. La finalidad de la instrucción
es comprobar si existe un hecho delictuoso (art. 1 CPPN). El juez no puede producir prueba
si es que las partes no producen.
La verdad es un concepto muy relativo. No hay una sola verdad porque los 5 jueces de la
Corte pueden votar en forma disidente.
Legalidad sustancial: Art. 18 CN: Ley anterior al hecho del proceso (zona de libertad).
Legalidad procesal: Ante la presencia de un delito debe iniciarse de oficio siempre, y no hay
retroactividad. Esa oficiosidad siempre iniciada, excepto por el principio de oportunidad.
Obligatoriedad de iniciar una IPP ante la existencia de un delito. El principio de oportunidad
es una excepción de la legalidad procesal. El objeto de la IPP, es preparar la acusación.
VERDAD REAL.
Hay problemas en buscar la verdad. La IPP se iniciaba para hacer las investigaciones, para
que se investigue la verdad real. Esto era antes. En el sistema inquisitivo, a la verdad real la
ponían como meta del procedimiento.
Hoy el fiscal tiene el objetivo de preparar la acusación. Cuando no se alcance la verdad real,
se tiene el recurso de revisión.
LIBERTAD DE LA PRUEBA
Límites referidos a la actividad probatoria
El Art. 159 establece como principio general el de la “Libertad probatoria”, en el sentido de
que todo puede ser demostrado por cualquier modo y por cualquier medio. Excepciones:
Los que fuesen obtenidos en violación a una garantía constitucional.
Aquellos establecidos sin acatar las formas legales establecidas y que generen una
afectación del D de defensa.
Los tribunales podrán limitar los medios de pruebas ofrecidos para demostrar un hecho o
una consecuencia cuando ello resulten manifiestamente “superabundantes” o
“impertinentes”. En tal caso, podrán rechazarse total o parcialmente la prueba ofrecida
El art. 162 establece que carecerá de toda eficacia la actividad probatoria cumplida
vulnerando las garantías constitucionales. La ineficacia se extenderá a todas aquellas
pruebas que, con arreglo a las circunstancias del caso, no hubieran podido ser obtenidas
sin su violación y fueran consecuencia necesaria de ellas.

DERECHO DE DOBLE INSTANCIA Y DOBLE CONFORME


La doble instancia es el Derecho a recurrir ante un tribunal superior, una resolución o
sentencia, que detentan todas las partes intervinientes en el proceso (fiscal, imputado,
querellante)
El doble conforme es una garantía de la que sólo goza el imputado para solicitar que se
revise la legalidad, y todos los hechos y derecho de una sentencia condenatoria por un
tribunal superior, generalmente colegiado.

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