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Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

Nombres:

Dahiana Lisbett

Apellidos:

Tejeda Díaz

Matrícula:

100554798

Sección:

N1

Asignatura:

Hist De Las Ideas Políticas II

Maestro:

Luis Gonzalez
TEMA IV
Reacción a la Revolución Francesa

El estallido de la Revolución Francesa produjo un fortísimo impacto en toda Europa. En


primer lugar, la propia Revolución se extendió, aunque ya estaba latente en muchos
lugares, como en los Países Bajos o Suiza. Los revolucionarios de distintos países
encontraron no sólo un modelo a imitar sino también un revulsivo evidente. Se crearon
clubes revolucionarios imitando, en muchas ocasiones, el modelo del de los jacobinos,
los más activos y organizados.

Pero, por otro lado, las reacciones contra la Revolución Francesa se dispararon muy
pronto, estimuladas por los aristócratas emigrados franceses, que fomentaron ejércitos
con el propósito de intervenir en Francia, además de instigar en las cortes europeas para
que los monarcas absolutos interviniesen también. Luis XVI mantuvo contactos secretos
con exiliados y con monarcas absolutos para fomentar y organizar la intervención. Al
principio, los reyes europeos no demostraron un intenso entusiasmo, pero todo cambió
con el episodio de la huida y prisión del rey francés. Leopoldo II de Austria y Federico
Guillermo de Prusia firmaron el Tratado de Pillnitz en agosto de 1791 por el que se
comprometían a intervenir a favor de los reyes de Francia.

Conservadurismo y tradicionalismo

La mentalidad conservadora y tradicionalista (que nacen como ideologías políticas a


partir de la Revolución francesa de 1789), es una estructura mental en armonía con una
realidad social y política que ella misma ha dominado en el tiempo, y que sólo se hace
consciente ante ideologías contrarias; es decir, una actitud tradicional o conservadora
existe únicamente donde lo que hasta entonces se consideraba como tradición, y ha
reafirmarse cuando su continuidad es puesta en duda.

a) Tradicionalismo (Joseph de Maistre y Louis de Bonald): tiene orígenes


teológicos y se funda en la idea de una tradición inalterable en el tiempo. Se trata de
una teología política que sistematiza el hecho religioso como legitimador de la praxis
política, denunciando la razón y su aplicación pública con el objetivo de:
• Rechazar las pretensiones críticas de la razón frente a la autoridad política y religiosa.
• Erradicar el pecado originario de la Ilustración y de la Revolución francesa: la idea
de autonomía del hombre.
Este proceso implica funcionalizar la religión cristiana para restaurar el sistema político
prerrevolucionario: alianza del Trono y del Altar, y concepción monárquica de la
soberanía frente a la voluntad popular.

b) Conservadurismo (Edmund Burke): más afín a una perspectiva historicista y a la idea


de cambio. Es un estilo de pensamiento secularizado, pragmático y evolutivo.
La tradición es perfectible y existen pocas afinidades entre el
conservadurismo liberal de Burke, el providencialismo de Maistre y el monarquismo
organicista de Bonald.

Con su crítica al liberalismo y a la Ilustración, tradicionalismo y conservadurismo


favorecieron la reflexión sobre los fundamentos del orden social.

Ideario de Edmundo Burke, Charles Maurras, Victor Cousin, Donoso Cortés y Jaime
Balmes

▪ Ideario de Burke
- A diferencia de los ilustrados considera que el hombre no es tal hasta que se relaciona
con otros.
- El hombre perfecciona su naturaleza cuando se desenvuelve en una cultura y un orden
social.
- Toda Institución o creación del hombre adquiere su valor a través de la tradición.
- Para las instituciones como el Estado son valorables porque enlazan las distintas
generaciones, los antepasados, los vivos y los que vendrán.
- El Estado no debería ser considerado como algo un poco mayor que un contrato de
sociedad para negocios sobre pimienta o café. Debe ser considerado con reverencia
porque no es una sociedad obre cosas al servicio de una existencia animal. Es una
sociedad sobre toda ciencia; una sociedad sobre todo arte; una sociedad sobre toda
virtud y perfección. Y como sus finalidades solo pueden obtenerse en muchas
generaciones, no es solamente una sociedad entre los que viven, sino entre los que
están vivos, los que han muerto y los que nacerán.
▪ Ideario de Charles Maurras

El ideario político de Maurras se centraba en un intenso nacionalismo (que él mismo


describió como "nacionalismo integral") y en la creencia de una sociedad ordenada y
elitista. Fue el principal referente e ideólogo de Action Française (Acción Francesa), un
movimiento político que era monárquico, antisemita, antiparlamentarista y
contrarrevolucionario. Maurras también criticó el Estatuto de 1940 sobre los judíos del
régimen de Vichy por ser demasiado moderado. Aprobó el programa reaccionario de
Vichy de una Révolution Nationale (Revolución Nacional), que en buena medida se
inspiraba en sus tesis políticas.

▪ Ideario de Victor Cousin

Filósofo idealista de la burguesía francesa, ecléctico. Afirmaba que cualquier sistema


filosófico puede ser creado a base de “verdades” contenidas en diversas doctrinas. La
filosofía de Cousin constituye una unión ecléctica de tales “verdades” tomadas del
sistema idealista de Hegel, de la “filosofía de la revelación”, de Schelling, de la
monadología de Leibniz y de otras teorías idealistas. Enemigo del materialismo,
compartía la idea de Dios como creador del universo, admitía la existencia del mundo de
ultratumba, exhortaba a que se reconciliaran la filosofía y la religión. La teoría de Cousin
influyó sobre el ulterior desenvolvimiento de la filosofía idealista en Francia.

▪ Ideario de Donoso Cortés

Las contradicciones del proceso de creación de la España liberal, en la primera mitad del
XIX, hallan en la figura de Juan Donoso Cortés una de sus expresiones más
características. Como su coetáneo y antagonista ideológico, Mariano José de Larra, el
caso representado por Donoso muestra cómo el liberalismo ganó adeptos en amplios
sectores de la sociedad española gracias a la flexibilidad de su discurso. Esto le permitió
oscilar entre versiones más o menos conservadoras, más o menos progresistas del mismo
capaces de convertirlo en el estilete retótico de una gran obra de transformación política.
Donoso se dejó ganar por una versión tradicionalista del liberalismo que lo presentaba
como el agente histórico de una necesaria reforma del absolutismo. Pero cuando la
revolución liberal empezó a dar signos de ser mucho más que una reforma y a
comprometer principios innegociables para Donoso como el de la unidad monárquica del
poder, éste rompió con el liberalismo y extremó su ideario tradicionalista hasta
configurarlo en términos de un conservadurismo antiliberal.

▪ Ideario de Jaime Balmes

En 1844 marchó a Madrid para dirigir la revista El Pensamiento de la Nación, en la que


desarrolló su ideario: monarquía, unidad de liberales y carlistas (promovió, aunque sin
éxito, el matrimonio entre Isabel II de España y el conde de Montemolín) y
restablecimiento de las relaciones con la Santa Sede tras intentar reparar las
consecuencias de la desamortización de Mendizábal (1836). Viajó a Francia de nuevo
(1845), donde leyó las novedades filosóficas y elaboró la Filosofía fundamental (1846),
resumida en Filosofía elemental (1847); sin embargo, su primera obra filosófica fue El
criterio (1843).

El Liberalismo Francés de Alexis de Tockeville en su obra “La Democracia en


América”

Es un texto clásico del pensador, político, jurista e historiador francés Alexis de


Tocqueville (1805–1859) sobre la democracia en los Estados Unidos, en el que el autor
analiza los puntos fuertes y débiles de ese país. Fue publicado en dos partes: la primera,
en 1835, y la segunda en 1840. Si bien la traducción al inglés es literalmente On
Democracy in America, la obra se conoce normalmente en ese idioma por Democracy in
America.

La primera parte de la obra describe las instituciones políticas fundamentales de la


democracia estadounidense y el funcionamiento constitucional de dicho Estado. La
segunda esboza un interesante análisis del modo en que la democracia influye sobre las
costumbres e instituciones de un país, tomando como ejemplo la vida social de Estados
Unidos. La obra no sólo posee un interés descriptivo del sistema político norteamericano,
sino que debe inscribirse en el contexto histórico de la Francia y la Europa que conoció
Tocqueville, dominada por las tensiones entre el conservadurismo del Antiguo Régimen
y el liberalismo emergente y que ya había conocido cierta materialización política tras las
primeras fases de las revoluciones burguesas. Asimismo, debe señalarse el interés que
adquieren las reflexiones efectuadas por Tocqueville acerca de la democracia, a la que
consideraba como el sistema de gobierno más acorde con la naturaleza humana, ya que
supone el triunfo de la libertad. Tocqueville no dudó en señalar la importancia que posee
el hecho de convertir las pasiones humanas en leyes e instituciones, de modo que una
organización social responda a los más profundos sentimientos y necesidades de los
ciudadanos que la componen.

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