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Unidad 1
DERECHO COMERCIAL
Resumen DERECHO COMERCIAL
fenómeno como la empresa de fábrica, los seguros, los títulos valores y el transporte.
Estos últimos negocios fueron incluidos entre los actos calificados como comerciales
por razones históricas, por conveniencia o por estar íntimamente relacionados con la
actividad comercial.
El comercio no es una creación legislativa. El legislador reconoce un hecho
económico al que considera como comercio y sanciona la norma que debe regirlo. No
obstante, existen algunos actos que se reputan comerciales porque así lo dispone la
Ley, a pesar de que, de acuerdo con su naturaleza económica, no lo sean.
El comercio, desde el punto de vista jurídico, no coincide con su concepto económico.
La diferencia entre el concepto económico y el jurídico, se explica por razones
históricas y de política legislativa. En términos generales, se observa que el Derecho
comercial ha ido ampliando progresivamente su ámbito de aplicación. Por otra parte,
el concepto jurídico de comercio varía según el país de que se trate. Por lo tanto,
desde el punto de vista jurídico, para determinar qué es lo que constituye materia
comercial, en última instancia, debemos corroborar qué es lo que la Ley considera
como comercial. La Ley hace esto de dos maneras: enuncia lo que reputa comercial
en el art. 7 del Código de Comercio y califica como mercantiles a ciertos contratos y a
algunos otros negocios jurídicos en otras normas, especialmente en el libro II del
Código de Comercio.
2) Evolución histórica, situación actual y tendencias del derecho comercial
moderno
En etapas rudimentarias de la civilización, en épocas primitivas, existió lo que se
llama “economía individual”, en que cada familia o individuo se bastaba a sí misma.
Luego cuando los hombres se organizaron en colectividades mayores, tuvo lugar un
fenómeno económico. Ciertas colectividades produjeron con exceso ciertos bienes,
mientras carecían de otros, que eran producidos por otras colectividades, nació
entonces el trueque. Hasta aquí existe intercambio, pero no intermediación. El mero
intercambio de productos no requiere de monedas, ni del crédito, ni de ninguno de los
negocios jurídicos que, en cambio, si se desarrollan en torno de la intermediación. En
esta etapa todavía no existe comercio.
Evolución histórica
Existen un conjunto de teorías tradicionales, modernas y actuales.
2.1.1) Doctrinas tradicionales
1. Derecho Comercial como derecho del comercio: considera que el Derecho
Comercial es el derecho del comercio en su concepto económico, esto es la
actividad de intermediación entre producción y consumo. Desechamos esta
tesis porque en nuestro Derecho Positivo la actividad calificada como
comercial comprende la actividad comercial desde el punto de vista económico
pero también comprende otros tipos de actividades vinculadas a la producción
industrial y a los servicios que exceden el concepto económico de comercio.
2. Derecho Comercial como derecho de los comerciantes: el derecho comercial
nace como un derecho subjetivo porque no regula la actividad comercial sino la
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podemos decir que el Derecho Comercial posee las siguientes fuentes directas e
indirectas:
3.1) Fuentes del derecho comercial
3.1.1) Fuentes directas
En nuestro país, la única fuente de Derecho es la Ley. La costumbre sólo lo es
cuando la LEY se remite a ella.
Constitución Nacional: la constitución por un lado consagra principios que interesan el
Derecho Comercial y por otro lado, establece un marco normativo a las diversas
posibilidades de que el Estado intervenga en las actividades económicas.
Principios generales del Derecho comercial:
Principio de libertad individual: libertad de comercio e industria (art 36), libertad
de circulación (art 37) y libertad de asociación (art 39)
Derecho de propiedad (art 32)
Tutela contra la usura (art 52)
Marco constitucional para la actuación estatal:
Comercio exterior (art 50)
Servicios públicos (art 51)
Dominio industrial y comercial del Estado (arts. 185 a 201)
Defensa del medio ambiente (art 47)
Principio de integración económica y social de los Estados Latinoamericanos
(art 6)
Ley mercantil: por ley mercantil entendemos no sólo el Código Comercial sino
también aquellas leyes complementarias que recaen sobre una materia mercantil.
Decretos y normas administrativas: al lado de la Ley, existen otras fuentes de normas:
los decretos y las resoluciones dictadas por el Poder Ejecutivo. Son actos de carácter
administrativo, por los cuales se reglamenta la aplicación de las leyes. Desde luego
que son múltiples los decretos que recaen sobre la materia comercial. Por otro lado,
nos encontramos también con normas emanadas de otros organismos públicos que
también tienen obligatoriedad (ejemplo, Banco Central, Auditoria Interna de la Nación,
etc.).
3.1.2) Fuentes indirectas: costumbre y equidad
Costumbre: la costumbre puede cumplir la función de integración de los contratos. Un
ejemplo, se encuentra en el art 379 Código Comercial que dispone: “Todo
comisionista tiene derecho a exigir del comitente una comisión por su trabajo, la cual
no habiendo sido expresamente pactada será determinada por el uso comercial del
lugar donde se hubiese ejecutado la comisión”.
La costumbre sirve para la interpretación de los contratos. Cuando interpreta un
contrato, no es fuente de Derecho, porque sólo sirve para explicar los términos de un
contrato o la voluntad de las partes. Sirve para esclarecer los convenios celebrados.
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Equidad: la equidad surge como fuente formal del Derecho de los artículos 25, 199 y
477 del Código General del Proceso. El artículo 25 establece que la equidad es
fuente de Derecho cuando la Ley lo establezca o cuando las partes así lo acuerden,
tratándose de derechos disponibles. Ello se reitera en el artículo 199. Tratándose de
arbitraje, la norma se invierte. Si no se estableciere otra cosa en el compromiso, los
árbitros fallarán el caso por equidad (art 477).
4) La especialidad o autonomía del derecho comercial y la unidad del
derecho privado
4.1) Autonomía
Autonomía: para determinar si es un derecho autónomo se deben analizar los
distintos tipos de autonomía:
Autonomía didáctica: conjunto de normas que son motivo de una enseñanza
separada
Autonomía legislativa: cuando sus normas integran un conjunto orgánico con
independencia formal (Código).
Autonomía científica o jurídica: una rama del Derecho tiene autonomía
científica cuando es autosuficiente para integrar sus vacios legales gracias a
principios jurídicos que le son propios y exclusivos y que precisamente lo
diferencian de otras ramas del Derecho que no lo poseen.
A favor de la autonomía: es autónomo porque tiene principios propios que le sirven
para integrar sus normas sin necesidad de utilizar los principios generales del
Derecho establecidos en el Derecho Civil. Los principios aludidos son:
La necesidad de refuerzo del crédito
La necesidad de rapidez de las operaciones de comercio
El principio de conservación del negocio societario
En contra de la autonomía: contesta a la primera posición que los dos principios
aludidos no son tales, sino características del Derecho Comercial. El tercer principio
no es más que aplicación del principio general de Derecho que alude a la
conservación de los negocios; la sociedad es un contrato por lo tanto no tiene
autonomía científica pues carece de principios propios y exclusivos. Para integrar los
vacios en las normas del Derecho Comercial, hay que utilizar el orden establecido en
el art 16 del Código Civil, leyes análogas, principios generales del Derecho y
doctrinas más recibidas.
4.2) Especial o excepcional
Derecho excepcional: Derecho que presupone la existencia de normas de mayor
alcance y jerarquía a las cuales se les introducen derogaciones o modificaciones en
aspectos parciales. Es excepcional porque en los aspectos modificados contradice al
Derecho común. Para que integrar este derecho habrá que recurrir a las normas del
Derecho Civil pues lo excepcional es la interpretación estricta.
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Derecho especial: Derecho que regula una materia propia. No contradice al Derecho
común, sólo aparta categorías y las somete a un régimen específico. Para integrar
este derecho habría que recurrir a las leyes análogas comerciales, principios propios
del Derecho Comercial y a las doctrinas más recibidas.
Posiciones: especial, excepcional, tesis intermedia
Algunos sostienen que es un derecho especial pues no es una rama
jerárquicamente inferior al Derecho Civil.
Otros sostienen que es excepcional puesto que el Derecho Comercial necesita
del Civil para la integración de sus vacios.
Tesis intermedia: establece que el Derecho Comercial es especial y
excepcional a la vez. Hay materias del Derecho Comercial que solo se regulan
en ese Derecho (ej. Títulos valores) y otras materias que están reguladas en el
Derecho Comercial y Civil (compraventa).
Es excepcional en las materias reguladas por el Derecho Civil y, con modificaciones,
también en el Derecho Comercial. Respecto a estos aspectos las lagunas del
Derecho Comercial se integran acudiendo al Derecho Civil, pues es la principal fuente
integradora.
Es especial en las materias que sólo están reguladas en el Derecho Comercial. Las
lagunas en este aspecto se integran con las normas análogas comerciales pues no
existe norma análoga civil a la cual recurrir. Si no se tiene éxito, entonces habrá que
recurrir a los principios generales del Derecho Civil y a las doctrinas más recibidas.
5) El Derecho Comercial en el MERCOSUR
Las normas sustanciales de derecho comercial son las mismas para los países
miembros del MERCOSUR porque nuestra principal fuente es el derecho Romano.
Hay diferencias en cuanto a las costumbres locales de cada país, hay que ir limitando
estas pequeñas diferencias.
Uruguay y Paraguay son los países que están más atrasados en materia comercial.
Algunas de las cosas que debemos arreglar con los países del MERCOSUR son:
legalidad concursal, legalidad de sociedades, la parte de los contratos, etc.
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Unidad 2
MATERIA COMERCIAL
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1.1.1) Enumeración
Artículo 7 Código de Comercio: “La ley reputa actos de comercio en general:
1. Toda compra de una cosa para revenderla o alquilar el uso de ella, bien sea en
el mismo estado que se compró, o después de darle otra forma de mayor o
menor valor (artículo 515 y 516).
2. Toda operación de cambio, banco, corretaje o remate.
3. Toda negociación sobre letras de cambio o de plaza, o cualquier otro género
de papel endosable.
4. Las empresas de fábricas, comisiones, depósitos o transportes de mercaderías
por agua o por tierra.
5. Las sociedades anónimas, sea cual fuera su objeto.
6. Los fletamentos, seguros, compra o venta de buques, aparejos, provisiones, y
todo lo relativo al comercio marítimo.
7. Las operaciones de los factores, tenedores de libros y otros empleados de los
comerciantes, en cuanto concierne al comercio del negociante de quien
dependen.
8. Las convenciones sobre salarios de dependientes y otros empleados de los
comerciantes.”
1.1.2) Análisis art. 7 Código de Comercio
1. “Toda compra de una cosa para revenderla o alquilar el uso de ella, bien
sea en el mismo estado que se compró, o después de darle otra forma de
mayor o menor valor”
La adquisición a titulo oneroso con la finalidad de reventa o alquiler de su uso,
constituye uno de los actos típicos de intermediación en la circulación de bienes,
siendo calificado este acto de comercio como natural. La Ley exige que se trate de
una cosa o derecho de naturaleza mueble; los inmuebles están expresamente
excluidos como objetos de actos mercantiles según los arts. 515 y 516. Hace
referencia al estado de la cosa adquirida como posiblemente diversa en el momento
de su enajenación, se está previendo la industrialización de los bienes adquiridos.
2. “Toda operación de cambio, banco, corretaje o remate”.
La operación de cambio consiste en la compra-venta de moneda extranjera, los que
realizan dichas operaciones obtienen sus ganancias por la diferencia existente entre
los valores de la moneda entregada y recibida. Esta operación será comercial si la
persona que la realiza, lo hace en forma habitual y repetida, haciendo de ella su
profesión. Nos encontramos ante una operación bancaria cuando en la intermediación
del crédito interviene un Banco. El corretaje es el acercamiento entre la oferta y la
demanda cuya finalidad es la realización de un contrato entre las partes interesadas.
El remate es la venta pública al mejor postor de bienes de todo tipo.
3. “Toda negociación sobre las letras de cambio o de plaza o cualquier otro
género de papel endosable”.
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1.2) Clasificación
1.2.1) Actos de comercio naturales
En esta categoría podemos encontrar a todos los actos de comercio que responden al
concepto económico de comercio, es decir, que responden al fenómeno de la
intermediación entre la oferta y la demanda o entre la producción y el consumo.
Existe intermediación cuando el sujeto (intermediario) se ubica en el medio de la
oferta y la demanda de bienes y servicios, participando directamente en el negocio,
esto es, adquiriendo para sí los objetos, no para destinarlos a su consumo sino para
aplicarlos a un nuevo negocio jurídico: su reventa.
Es importante distinguir la figura del intermediario de la del mediador. Existe
mediación cuando el sujeto (mediador) se ubica n medio de la oferta y demanda de
bines y servicios, pero sin participar directamente en el negocio. La función del
mediador consiste en acercar a las partes de manera de que éstas celebren entre sí
el negocio.
En esta categoría la definición económica y jurídica de comercio coinciden. Los actos
que responden a esta categoría son:
Compra-venta comercial. Hay intermediación en las mercaderías, pues se
compra para revender o alquilar su uso.
Algunas operaciones de banco, como el préstamo bancario el banco es
intermediario en el crédito, presta al solicitante dinero que sus clientes le han
prestado a él.
Operaciones de cambio de moneda. La casa de cambio intermedia entre los
oferentes y demandantes de moneda.
1.2.2) Actos de comercio legales
En esta categoría incluimos a todos aquellos actos que, aunque no suponen
intermediación, son considerados por el legislador como comerciales por su
vinculación con el comercio. Dentro de esta categoría encontramos:
Actos que suponen mediación: acto de corretaje y el acto de remate. El
corretaje es la mediación entre la oferta y la demanda de bienes y servicios,
tiende a provocar el acercamiento entre las partes para facilitar la conclusión
de contratos directamente entre ellas, quien desarrolla esa actividad es el
corredor. El rematador también realiza medición pues es el nexo entre los
oferentes y demandantes de bienes en las subastas públicas a cambio de una
comisión.
La negociación de títulos valores: donde se incluyen las letras de cambio, los
vales y los cheques.
Las empresas de fábrica, comisión, depósito o transporte: el fletamento, los
seguros, la compra-venta de buques, aparejos y provisiones, son negocios que
pertenecen al comercio marítimo.
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están definidos en función de una actividad, son ciudadanos que tienen las mismas
obligaciones civiles que las otras pero tienen otro tipo de obligaciones, las
comerciales (por ejemplo: llevar los libros de comercio).
1.5) Concepciones actuales de la materia comercial
Hay concepciones actuales que recurren a conceptos económicos. Hay teorías que
recurren a conceptos jurídicos. Los actores del derecho en principio se basan en
criterios económicos.
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Unidad 3
Como veremos más adelante, existe la duda sobre si la Ley 16871 que reorganizó el
sistema registral público elimina la matricula de comerciante, la mayoría de la doctrina
entiende que esto no es así y que la ficha registral de la Ley 16871 reemplaza a la
matricula del comerciante establecida en el Código de Comercio, es decir, cambia la
mecánica registral pero no su esencia.
2.1) ¿Cómo se pierde la calidad de comerciante?
Así como se adquiere la calidad de comerciante por la presentación conjunta de los
elementos vistos anteriormente, cuando alguno de ellos desaparece, también,
desaparece esa calidad.
Si el comerciante deviene incapaz, cesa de ser comerciante.
Si el comerciante es declarado en liquidación, debe cesar su actividad de
comerciante, pues la Ley establece la “incapacidad” de los fallidos para el
ejercicio del comercio.
Si el comerciante deja de realizar actos de comercio en forma profesional,
termina su carácter de comerciante. En este caso, será cuestión de hecho
determinar cuándo dejo de serlo puesto que, en general, la actividad se deja
en forma gradual.
2.2) Comerciante individual vs comerciante colectivo
Comerciante individual: persona física que se dedica al ejercicio de comercio. Se
debe distinguir al comerciante individual de la actividad profesional y del empresario
civil (actividad no comercial). Por medio de la actividad profesional van a actuar en el
área de servicios y requiere la previa expedición de un título que lo habilite para su
ejercicio.
Comerciante colectivo: sociedades comerciales.
2.3) Comerciante al por mayor vs comerciante al por menor
Comerciante al por mayor: la venta es indirecta a otro comerciante en grandes
cantidades.
Comerciante al por menor: la venta se va a hacer en forma diaria, al consumidor
directo y en pequeñas cantidades.
La diferencia entre ambos es como se ejerce el comercio. En cuanto a la manera de
llevar los libros, los primeros en su libro diario anotaran todas las operaciones a
medida que se van realizando, mientras que los otros harán un asiento diario del total
de las ventas realizadas ese día. En las cobranzas, en el caso de los comerciantes al
por menor, sus dependientes encargados de ellas podrán cobrar en sumas de dinero
en todos los casos en nombre de su principal, sin embargo los de al por mayor
podrán cobrar únicamente las efectuadas al contado y que se realicen dentro del
establecimiento, si es fuera o por ventas a plazos los recibos tendrán que ser
necesariamente firmados por el principal p apoderado para hacer la cobranza.
2.4) Personas jurídicas comerciantes
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(art 1279 Código Civil). Son menores impúberes, los varones menores de entre 14 y
17 años y las mujeres menores de entre 12 y 17 años (art 91 Código Civil).
Los actos y contratos realizados por personas absolutamente incapaces son
absolutamente nulos (art 1560, inc. 2 Código Civil). La nulidad absoluta puede ser
declarada por el juez, de oficio, a pedido del Ministerio Público o a pedido de parte
interesada. No se subsana ni por ratificación de las partes ni por el transcurso del
tiempo menos a 30 años (art 1561 del Código Civil).
3.2.2) Incapacidad Relativa
El CC establece que son incapaces relativos los menores adultos que se hallen bajo
patria potestad o que no han obtenido habilitación de edad y los comerciantes fallidos
(art. 1.280 CC). Los actos y contratos realizados por estas personas relativamente
incapaces son relativamente nulos (art. 1.560, inc. 3, CC). La nulidad requiere
declaración judicial a instancia de parte. Es subsanable por el transcurso del tiempo o
la ratificación de las partes (art. 1.562). El plazo para pedir la anulación durará cuatro
años, contándose desde el día en que haya terminado la incapacidad (art. 1.568).
a) Menores adultos bajo patria potestad
Puede ser que los menores púberes no se hallen bajo la patria potestad porque ésta
se acabó o porque los padres la perdieron. La patria potestad se acaba por la muerte
de los padres, por la mayor edad de o los hijos y por el matrimonio de los hijos (art.
280 CC). En virtud de la modificación del art- 280 del CC dispuesta por la Ley 16.179,
la mayoría de edad se adquiere a los 18 años. La patria potestad puede perderse de
pleno derecho en los casos previstos por el art. 284 del CC y a instancia de parte en
los casos previstos en el art. 285 del mismo código. Cuando se acaba la patria
potestad y el hijo es menor, queda sujeto a tutela (art. 313), salvo que la patria
potestad se haya acabado por matrimonio.
b) Menores adultos habilitados
En el caso de contraer matrimonio, el menor adulto no se encuentra bajo patria
potestad ni bajo tutela. Deja de ser incapaz relativo pero no adquiere capacidad plena
sino con restricciones. En efecto, el artículo 283 del CC establece que el matrimonio
de menores de 18 años produce el efecto de adquirir el poder de ejercer todos los
actos de la vida civil, excepto los que el CC prohíbe a los menores habilitados de
edad. De manera que el efecto del matrimonio del menor de 18 años se circunscribe
al ámbito civil.
Será capaz pero con limitaciones, esto es, no tiene la libre administración de sus
bienes. En consecuencia, no cumple con la exigencia del art. 8 del Código de
Comercio - en cuanto a tener la libre administración de sus bienes - y no puede ser
comerciante.
En el Código de Comercio, el art. 9, partiendo de la base de que la capacidad para
administrar se adquiría recién a los 21 años, se establecía un régimen en que se
admitía, como excepción, que una persona con 18 años pudiera ejercer el comercio,
cumpliendo determinadas condiciones. De ningún modo y en ningún caso, se admitía
que una persona menor de 18 años pudiera ejercer el comercio, ni aun cuando
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hubiere quedado emancipado por matrimonio. La exigencia para ser comerciante era
tener, como mínimo, 18 años.
En resumen, debe entenderse que, en el sistema de nuestro Código de Comercio, el
menor de 18 años, en ningún caso, puede ser comerciante. La habilitación civil,
producida por el matrimonio, tiene efecto solamente en el ámbito civil. En el régimen
del Código de Comercio es capaz para ejercer el comercio, quien tiene la libre
administración de sus bienes de acuerdo del Derecho común y en éste, el menor
púber que contrae matrimonio tiene capacidad para ejercer actos en la esfera civil
pero con restricciones; con lo cual no estaría habilitado para ejercer el comercio
según dispone el art. 8.
c) Comerciante fallido
En la Ley Concursal Ley 18.387de 2008 (LC), se sustituye la figura del "comerciante
fallido" por la del "deudor concursado". No se trata de un mero cambio nominal.
En el régimen del Código de Comercio, la declaración de quiebra implicaba la
clausura de sus actividades. Nos permitimos recordar el fundamento de este conjunto
de normas: impedir que el fallido dispusiera de sus bienes en perjuicio de los
acreedores y asegurar el valor de los bienes concursados sustrayéndolos de su
administración. El art. 263 de la Ley 18.387 declara que la norma contenida en el inc.
1 del art. 1.280 del CC, no se aplica al deudor concursado. Por lo tanto, los deudores
concursados no son incapaces relativos. Cuando se declara el concurso no se
dispone el desapoderamiento y la ocupación de los bienes del concursado ni su
incapacidad.
El art. 44 de la Ley 18.387 establece que la declaración del concurso, no implica el
cese o clausura de la actividad del deudor, salvo que el Juez disponga lo contrario.
d) Análisis artículo 30 del Código de Comercio
El art. 30 del Código de Comercio habla de incapacidad notoria y no notoria, dice así:
“Son nulos para todos los contrayentes los contratos mercantiles celebrados por
personas notoriamente incapaces para comerciar. Si la capacidad no fuese notoria el
contrayente que la oculta queda obligado, pero no adquiere derecho para compeler al
otro al cumplimiento de las obligaciones que éste contrajere.
Sin embargo, la nulidad de la obligación comercial del menor no comerciante es
meramente personal; y no se extiende, por consiguiente, a los demás coobligados”
Entonces, la pregunta que surge de inmediato es: ¿Cómo juega este artículo con los
conceptos de incapacidad absoluta y relativa vistos anteriormente?
Mezzera Álvarez sostiene que el artículo 30 quedó parcialmente derogado por el
régimen del Código Civil visto anteriormente. Mezzera entiende que actualmente este
artículo se refiere a los actos de quienes tiene prohibición de comerciar (como el
fallido, el corredor y el juez) y no a los actos celebrados por incapaces.
La posición de la cátedra es que el artículo 30 es complementario del régimen visto
anteriormente y debe interpretarse del siguiente modo:
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a) Corredor
El art. 106 del Código de Comercio establece “Es prohibida los corredores: 1º Toda
especie de negociación y trafico directo ni indirecto, en nombre propio ni bajo el
ajeno…”. Fundamento de la prohibición: el corredor podría utilizar en provecho propio,
conocimiento de los negocios de sus clientes. Las funciones del corredor se basan en
la confianza que merece; si se le permitiera comerciar, existiría peligro de deslealtad.
El corredor ejerce una profesión comercial limitada al corretaje.
b) Factor
El art. 142 del Código de Comercio establece: “Ningún factor podrá negociar por
cuenta propia, ni tomar interés bajo nombre propio ni ajeno en negociaciones del
mismo género de las que le están encomendada, a no ser que sea con expresa
autorización de su principal. Si lo hicieran, las utilidades serán de cuenta del principal,
sin que esté obligado a las pérdidas”. Fundamento de la prohibición: el factor sería un
cometido peligroso, pues podría explotar los secretos del comercio de su principal, en
provecho propio. Existiría peligro de deslealtad.
c) Socios y administradores de sociedades comerciales
Los arts. 85, 209 y 389 de la ley 16060, contienen normas prohibitivas. El art. 209
prohíbe a los socios realizar actos de competencia con la sociedad salvo
consentimiento de los demás. Se trata de una norma para sociedades colectivas pero
que se aplica también a otros tipos sociales, salvo a los accionistas de las sociedades
anónimas y de las sociedades en comandita por acciones.
Fundamento de este texto: lealtad que se deben los socios. Un socio podría burlarla,
realizando negocios en ramo similar al de la sociedad que integra.
El art. 85 prohíbe a los administradores y representantes de sociedades realizar
actividades en competencia con la sociedad, salvo autorización expresa de los
socios. El art. 389, también, prohíbe a los administradores o directores de sociedades
anónimas realizar actividades en competencia con la sociedad. El fundamento de la
prohibición es evitar una competencia desleal.
d) Situación de los cónyuges de los prohibidos
Si nos fundamos en el principio de la libertad de comercio y de que las prohibiciones
son de aplicación e interpretación estricta, debemos concluir que los cónyuges de
personas afectadas por una incompatibilidad, pueden ejercer el comercio. Hay quien
ha sostenido que tampoco podrá el cónyuge comerciar. Se han dado los siguientes
fundamentos:
Consecuencias que traería el concurso del cónyuge para la posición que ocupa
el otro cónyuge sobre el cual recae prohibición. Se expondría a desprestigio y
se perjudicaría el decoro de su función.
El cónyuge comerciante podría aprovechar de las influencias y gravitaciones
del prohibido.
Entre los cónyuges existe una sociedad legal de bienes a la cual pertenecen
todos los bienes que se adquieren durante el matrimonio. Es decir, el prohibido
Resumen DERECHO COMERCIAL
Los libros objeto de nuestro estudio se pueden clasificar en dos categorías: libros de
comercio y libros sociales.
Denominamos "libros de comercio" aquellos que se encuentran regulados por el
Código de Comercio (Código de Comercio). Tanto el comerciante como las
sociedades llevan estos libros.
Algunos libros de comercio son necesarios, como el libro diario, el inventario y el
copiador de cartas. Otros no son imprescindibles, como el libro mayor, quedando
librado a la voluntad del comerciante llevarlo o no. Algunos son libros de contabilidad,
como el libro diario, el inventario y el mayor, y otros no, como el libro copiador de
cartas.
Denominamos "libros sociales" aquellos que se encuentran regulados por la Ley de
Sociedades Comerciales n° 16.060 de 1989 (LSC). Estos no son libros de
contabilidad en ningún caso. En algunos de los libros sociales se lleva el registro de
las acciones nominativas o de las escriturales, que hubiere emitido una sociedad
anónima. En otros se registra la asistencia a asambleas. En otros se llevan las actas
de las sesiones de los órganos sociales.
La contabilidad es impuesta por la Ley en interés no sólo del comerciante sino
también de los terceros que contratan con él y del Estado. Ello justifica los requisitos y
formalidades que se imponen para su regular teneduría.
El régimen actual en materia de libros se encuentra establecido en las normas legales
siguientes:
1. Título II del Código de Comercio: establece el tipo de libros que debe llevarse y
ciertas formalidades para su teneduría regular, que les confiere eficacia legal.
El Código es liberal con relación a los métodos y sistemas contables, solo se
exige regularidad.
2. Sección X de la Ley 16060: admitió (solo para las Sociedades Comerciales)
que la reglamentación habilitase a llevar la contabilidad por los medios técnicos
disponibles, en reemplazo o complemento de los libros obligatorios. El Decreto
103/91 estableció como deben formularse los Estados Contables de las
sociedades y el Decreto 540/91 autorizó a las sociedades comerciales a llevar
su contabilidad en hojas móviles o fichas microfilmadas.
3. Capítulo IV de la Ley 16871: extendió a todos los comerciantes la posibilidad
de reemplazar los libros obligatorios por hojas móviles pre o post numeradas
correlativamente o por fichas microfilmadas.
5.2.1) ¿Quién debe llevar los libros?
Están obligados llevar contabilidad en forma regular los comerciantes, tanto los
individuales como las sociedades comerciales. También, tienen obligación de llevar
libros, ciertos agentes auxiliares del comercio, como los corredores, rematadores,
transportistas, barraqueros y despachantes de aduanas.
En el régimen establecido por el Código de Comercio, para poder certificar libros, el
comerciante debía matricularse. En la Ley 16.871 de 1997, art. 51, se admite que el
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dispone que los administradores deben preparar ciertos documentos que, luego, han
de ser aprobados por los socios dentro de un procedimiento dispuesto por la LSC.
Los documentos enunciados son los mínimos. El administrador puede formular otros
estados para presentar a la consideración de los socios.
El art. 87 de la LSC, bajo el nomen iuris de "Estados Contables" establece la
siguiente nómina:
1. el inventario de los diversos elementos que integran el activo y pasivo social a
la fecha del cierre;
2. el balance general (estado de situación patrimonial y de resultados);
3. la propuesta de distribución de utilidades, si las hubiere.
También, por disposición del art. 92 de la ley 16060, se debe elaborar una memoria.
c) Libro copiador de cartas
El inc. 3, art. 44, del Código de Comercio, entre las obligaciones de los comerciantes,
enumera: "La conservación de la correspondencia que tenga relación con el giro del
comerciante..."
A su vez, el art. 55 del Código de Comercio, entre los libros obligatorios, incluye el
copiador de cartas. El art. 63: "En el libro copiador, trasladarán los comerciantes,
íntegramente y a la letra todas las cartas que escribieron relativas a su comercio.
Están asimismo obligados a conservar en legajos y en buen orden todas las cartas
que reciban con relación a sus negociaciones, anotando al dorso la fecha en que las
contestaron o haciendo constar en la misma forma que no dieron contestación."
Correspondencia enviada
En el art. 64 se establece: "Las cartas deberán copiarse por el orden de sus fechas
en el idioma en que se hayan escrito los originales. Las posdatas o adiciones que se
hagan después que se hubieran registrado se insertarán a continuación de la última
carta copiada, con la respectiva referencia."
El Decreto 540/991, en su art. 5, autorizó a las sociedades a sustituir el libro copiador
de cartas, por la conservación y archivo de copia de la correspondencia enviada. Esta
posibilidad no fue prevista para el comerciante individual.
Se impone su archivo en orden progresivo de fechas.
El archivo de la correspondencia se debe llevar al Registro Nacional de Comercio
para su intervención, con la periodicidad establecida para las hojas móviles.
El libro copiador no constituye un libro de contabilidad estrictamente sino un registro
de la correspondencia. Interesa, en particular, la conservación de la correspondencia
porque mediante ella se pueden celebrar contratos comerciales.
Considerado como libro de comercio, se le aplican todas las normas de libros y, por lo
tanto, puede servir como medio de prueba.
Correspondencia recibida
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aprobada por la mayoría de los socios. Se quiere impedir, con esta norma,
cualquier tipo de maniobra, que se pueda pretender efectuar mediante
variaciones en esas formas y métodos: "Para la elaboración de los estados
contables correspondientes a cada ejercicio, se seguirán las mismas formas y
los mismos métodos de avaluación utilizados en los ejercicios precedentes.
Toda variación, en tal sentido, deberá ser razonablemente fundada y aprobada
expresamente por la mayoría social o la asamblea."
El art. 91 dispone que la reglamentación establecerá las normas contables adecuadas
a las que deberán ajustarse los estados contables de las sociedades comerciales. En
función de la delegación efectuada, el Poder Ejecutivo ha dictado normas
reglamentarias, sobre normas contables adecuadas.
Sinceridad de los balances: El Código de Comercio impone la sinceridad de los
balances con las expresiones "sin reserva ni omisión alguna" (artículo
59). El artículo 88 de la Ley 16.060 establece que los estados deben
reflejar, con claridad y razonabilidad, la situación patrimonial de la
sociedad, las utilidades y las pérdidas. Los decretos reglamentarios
dictados, imponen, también, la veracidad.
2. Aplicación de normas contables adecuadas y apropiadas para cada caso: El
art. 88, inc. 2, establece: “Los estados contables deberán ser confeccionados
de acuerdo a normas contables adecuadas que sean apropiadas a cada caso,
de tal modo que reflejen, con claridad y razonabilidad la situación patrimonial
de la sociedad, los beneficios obtenidos o las pérdidas sufridas.”
El art. 91 dispone: “La reglamentación establecerá las normas contables adecuadas a
las que habrán de ajustarse los estados contables de las sociedades comerciales.
Asimismo podrá autorizar para estas sociedades, el empleo de todos los medios
técnicos disponibles en reemplazo o complemento de los libros obligatorios impuestos
a los comerciantes.”
La Ley 18.083 agrega un inciso al texto original del art. 91 de la Ley 16.060: “Podrá
excluir de esta obligación a las sociedades comerciales en las que la totalidad de sus
activos se encuentren radicados en el exterior.”
La norma es clara. Si la sociedad constituida en el país tiene todos sus activos
radicados en el exterior, la reglamentación puede disponer que no se le aplique la
obligación de ajustarse a las normas contables adecuadas.
En función de la delegación efectuada por el artículo 91, se dictaron varios decretos
relacionados con la contabilidad.
b) Formalidades extrínsecas:
Régimen general
El art. 65 del Código de Comercio establece: "Los tres libros que se declaran
indispensables estarán encuadernados, forrados y foliados, en cuya forma los
presentará cada comerciante del Departamento de la Capital al Juzgado L. de
Comercio para que por el Juez y Escribano del mismo Juzgado le rubriquen todas sus
fojas y se ponga en la primera una nota datada y firmada por ambos del número de
Resumen DERECHO COMERCIAL
Ley de Sociedades Comerciales n° 16.060 de 1989), esto es, al 30 de abril del año
siguiente y aprobados por los socios dentro de los 180 días del cierre del ejercicio,
esto es, al 30 de junio. Si se aprueban el 30 de junio hay plazo para la intervención
registral hasta el 30 de julio.
De acuerdo al Decreto, una sociedad comercial que tenga registraciones contables de
gran volumen podrá concurrir periódicamente, cuando le resulte más conveniente,
con las hojas móviles encuadernadas a los efectos de su intervención. No tiene que
esperar a que se acumulen los registros de un año, para recién entonces pedir la
intervención (art. 4 Decreto 540/991).
La intervención se formaliza en el último folio encuadernado, con los siguientes datos:
denominación social, nombre del libro, cantidad de folios y numeración, lugar y fecha
de presentación (art. 3, inc. 1). Si se utilizan fichas microfilmadas, la intervención del
Registro será por sistema de perforación en cada una de ellas, indicando la fecha (art.
3, inc. 2).
De esta manera, la certificación de la primera foja de cada libro de comercio es
sustituida, por una intervención del Registro Nacional de Comercio que servirá para
asegurar la inalterabilidad futura en los asientos registrados. El Decreto 540/991
establece, en su art. 6, que los asientos en las hojas móviles, intervenidas por el
Registro Nacional de Comercio tienen la misma eficacia probatoria que los libros de
comercio y produce los demás efectos de la teneduría regular de libros de comercio.
¿Qué sucede si se presentan las hojas para su intervención vencido el plazo
reglamentario? El Decreto crea la presunción de que los registros contables se
efectuaron en la fecha de la intervención del registro (art. 4, inc. 2). ¿Qué quiere
significar tal presunción? Entendemos que quiere significar que se presume que la
sociedad no llevó la contabilidad de las operaciones en forma diaria y que no se han
formulado los estados contables en las fechas legalmente establecidas y que por lo
tanto no se cumple con la obligación establecida en el artículo 56 del Código de
comercio, en cuanto a la forma de llevar el libro diario y las disposiciones de la Ley
16.060 en cuanto al plazo para formular los estados contables anuales y para
aprobarlos. Por consecuencia se considerará como una teneduría de libros irregular
con todas sus consecuencias legales.
5.2.5) Consecuencias de la teneduría irregular de libros
Se entiende por Teneduría regular de Libros, la tenencia que se realiza cumpliendo
con todas las normas legales. Implica llevar todos los libros que la Ley dispone
obligatoriamente y hacerlo de acuerdo a los requisitos intrínsecos y extrínsecos que
establece el Código de Comercio. La teneduría irregular es cuando se omite algún
libro o no se llevan cumpliendo con los requisitos.
La irregularidad puede tener diversos grados: desde la omisión total de llevar libros,
hasta la mera irregularidad en algún asiento de algún libro. El Código de Comercio no
establece una sanción directa general ni especial para cada irregularidad. El
comerciante está sujeto a sanciones de carácter indirecto. Las sanciones son
diversas. Las consecuencias son:
Resumen DERECHO COMERCIAL
b) Mandatario o gestor
En un primer momento, la doctrina elaborada respecto a estos textos legales sostenía
que sólo había obligación de rendir cuentas de las operaciones que realizaba el
comerciante como mandatario o gestor, esto es, cuando el comerciante actuaba
administrando un negocio ajeno (art. 83). El art. 83 dispone: "Todo comerciante que
contrata por cuenta ajena, está obligado a rendir cuenta instruida y documentada de
su comisión o gestión".
En realidad, el art. 83 incluye un caso especial de rendición imponiendo esta
obligación al comerciante que actúa como mandatario de un negocio ajeno. En este
caso, la rendición de cuentas tiene exigencias mayores.
c) Administrador o directorio
El administrador o el directorio de una sociedad, está obligado a rendir cuentas de su
gestión. Se establece en el artículo 92 de la Ley 16.060, como obligación, al final de
cada ejercicio: "(Memoria). Los administradores de las sociedades deberán rendir
cuentas sobre los negocios sociales y el estado de la sociedad, presentando una
memoria explicativa del balance general (estado de situación patrimonial y de
resultados), informando a los socios sobre todos los puntos que se estimen de
interés.
Especialmente se establecerá:
1) Las razones de variaciones significativas operadas en las partidas del activo y del
pasivo.
2) Una adecuada explicación de los gastos y ganancias extraordinarias y su origen y
de los ajustes por ganancias y gastos de ejercicios anteriores, cuando sean
significativos.
3) Las razones por las cuales se proponga la constitución de reservas, explicadas
clara y circunstanciadamente.
4) Explicación u orientación sobre la perspectiva de las futuras operaciones.
5) Las relaciones con las sociedades vinculadas, controladas o controlantes y las
variaciones operadas en las respectivas participaciones y en los créditos y deudas.
6) Las causas, detalladamente expuestas, por las que se proponga el pago de
dividendos o la distribución de ganancias en otra forma que en efectivo."
A su vez, los socios tienen derecho a pedirles informes. El artículo 75 dispone:
"(Control individual de los socios). Los socios podrán examinar los libros y
documentos sociales así como recabar del administrador los informes que estimen
pertinentes, sin perjuicio de las limitaciones que se establecen para determinados
tipos sociales.
Este derecho no corresponderá a los socios de las sociedades en que la ley o el
contrato social impongan la existencia de un órgano de control sin perjuicio de lo
establecido en el artículo 339."
Resumen DERECHO COMERCIAL
También, los liquidadores de una sociedad disuelta deben rendir cuenta, por cuanto
tienen las mismas obligaciones que el administrador (artículo 172 Ley 16.060).
5.3.2) ¿Cómo se debe rendir cuentas?
La rendición de cuentas puede hacerse voluntariamente por quien está obligado a
hacerla. También, puede ser el resultado de una acción judicial que le obligue a
efectuarla, cuando se niega a hacerlo extrajudicialmente. Esta acción judicial se
encuentra regulada en los artículos 332 y 333 del Código General del Proceso.
a) Rendición de cuentas extrajudicial
Requisitos de la rendición de cuentas
1. Conformidad con los asientos contables (la rendición de cuentas debe hacerse
de conformidad con los asientos que figuran en los libros).
2. La rendición debe ser documentada.
3. Instrucción: el artículo 83 dispone que el comerciante que contrata por cuenta
ajena, debe rendir cuenta instruida. Esto quiere decir que debe contener todas
las explicaciones y referencias que sean necesarias para el cabal conocimiento
de la gestión realizada.
Oportunidad de la rendición de cuentas
1. Cuando se trata de una negociación aislada: la rendición se realiza al término
de la negociación.
2. Cuando se trata de negociaciones sucesivas: la rendición se realiza al final del
ejercicio anual.
Lugar en que debe hacerse la rendición de cuentas
Art. 87 del Código de Comercio: “La presentación de cuentas debe hacerse en el
domicilio de la administración, no mediando estipulación en contrario”. Tal cosa se
impone, pues se presume que es en ese domicilio donde se encuentran los libros y
documentos.
b) Rendición de cuentas judicial
La acción judicial de rendición de cuentas se encuentra regulada en los artículos 332
y 333 del Código General del Proceso.
Artículo 332: "Declaración preliminar. Todo aquél que se considerare con derecho a
exigir de alguien rendición de cuentas, podrá pedir que se declare judicialmente que
el futuro demandado está obligado a rendirlas. La pretensión se sustanciará y decidirá
en la forma prevista por los artículos 321 y 322."
Artículo 333: "Discusión de las cuentas. Si la resolución ejecutoriada declarare que el
demandado está obligado a rendir cuentas, se le intimará que las presente dentro del
plazo prudencial que el tribunal le señalará. Si dentro de ese plazo se presentaren las
cuentas, se discutirán en proceso ordinario (artículo 337 a 344).Si no se presentaren
dentro de ese plazo, se estará a las cuentas que presente la parte contraria, en todo
cuanto el obligado a rendirlas no probare ser inexacto. En este caso las cuentas se
discutirán en proceso ordinario."
Resumen DERECHO COMERCIAL
precepto, el enajenante deberá exhibir sus libros al comprador para que éste
pueda constatar su pasivo.
8. Al Estado: existen distintas normas que establecen la obligatoriedad de exhibir
libros a órganos estatales de contralor, por ejemplo, el art. 68 del Código
Tributario regula la exhibición general a la DGI. El art. 413 de la LSC impone a
las sociedades anónimas la obligación de exhibir libros y documentos sociales
a la Auditoría Interna de la Nación: “Las sociedades anónimas estarán
obligadas a exhibir al órgano estatal de control sus libros y documentos
sociales, en los límites de la fiscalización correspondiente.”
b) Fundamento de la exhibición general
En la mayor parte de las hipótesis de exhibición general analizadas, existe una
propiedad o copropiedad o una comunidad de intereses que justifican plenamente la
exhibición. Cuando una persona tiene libros de comercio, está obligado a exhibírselos
a su dueño o a quienes comparten con ella su propiedad. La Ley consagra
expresamente ese derecho, que, por otra parte, es connatural con la existencia de
una copropiedad o de una comunidad de interés.
En el caso de quiebra o de liquidación judicial de una sociedad anónima, el juez
decreta la ocupación de los bienes en función de los intereses generales de todos los
acreedores y de los intereses sociales comprometidos en el proceso concursal.
En los casos de concordatos preventivos y moratorias, la exhibición general de libros
se hace voluntariamente por su dueño, que desea obtener la tutela de tales
procedimientos preventivos de una quiebra o de una liquidación judicial
respectivamente.
c) Trámite procesal para pedir la exhibición general
La exhibición general debe ser pedida por la parte a quien le interesa. No procede de
oficio. Este rasgo marca una diferencia con la exhibición parcial, que puede ser
pedida por la parte interesada o decretada de oficio, por el juez, en una contienda
planteada.
Tratándose de la quiebra, las cosas son un tanto distintas. La declaración judicial de
quiebra se decreta a pedido del propio deudor, a pedido de un acreedor o de oficio,
en ciertos casos establecidos por la Ley. La resolución judicial en que se declara la
quiebra, sea promovida por quien fuere, contiene la orden de ocupación de los libros.
De modo que la ocupación se decreta por el juez de la quiebra, por mandato legal,
tanto cuando la quiebra es decretada de oficio, como cuando la pide un acreedor o
cuando la solicita el propio fallido.
5.4.2) Exhibición parcial de libros
La exhibición parcial consiste en la exhibición que se hace al juez, a pedido de parte o
de oficio, de determinados asientos de determinados libros (art. 72 del Código de
Comercio). Tiene por finalidad servir de prueba en juicio.
a) Diferencias más importantes entre exhibición parcial y general
Resumen DERECHO COMERCIAL
La duda que se plantea es: ¿la Ley 16871 deroga el régimen anterior?
La mayoría de la doctrina entiende que esto no es así y que en la ficha registral de la
Ley 16871 reemplaza a la matricula del comerciante establecida en el Código de
Comercio, es decir, cambia la mecánica registral pero no su esencia.
5.5.3) Relevancia de la matrícula en el Código de Comercio
Luego de varias idas y venidas, en función de lo establecido por el DL 888 de 1867 –
interpretativo del art. 1del Código de Comercio - y de otras normas del Código, se
concluyó que la matriculación no era una conditio sine qua non para ser comerciante.
Se podía ser comerciante a pesar de no estar inscripto en la matrícula.
En realidad, la inscripción nunca fue una obligación del comerciante sino una carga,
esto es: un imperativo legal cuyo cumplimiento es de interés del propia persona que
está sujeta a la carga. Con otras palabras, nadie tuvo nunca el derecho de exigirle al
comerciante el cumplimiento de la inscripción en la matrícula.
Se consideraba que la matriculación permitía al inscripto gozar de una presunción
legal en cuanto a su calidad de comerciante. Esto es, la matriculación hacía presumir
que quien estaba inscripto ejercía habitualmente actos de comercio. Tal es lo que
dice el art. 39 Código de Comercio: "Se supone el ejercicio habitual del comercio para
todos los efectos legales, desde la fecha de la inscripción en la matrícula de
comerciante".
De modo que, si el comerciante clausura su actividad pero mantiene su inscripción en
el Registro Nacional de Comercio, tal inscripción crearía una presunción de que
ejerce actos de comercio (si consideramos vigente el art. 39 Código de Comercio).
Para algunos autores se podría probar contra esa presunción. Para otros la
presunción sería absoluta y no admitiría prueba en contrario. Para nosotros se trata
de una presunción a favor del comerciante, pero no utilizable en su contra.
5.6) Defensa de la competencia
5.6.1) Antecedentes
Durante mucho tiempo, el fenómeno de la competencia permanecía ignorado por el
legislador. Apenas se referían al tema, dos disposiciones de rango constitucional, de
contenido meramente programático y casi ningún desarrollo legislativo:
El art. 36 de la Constitución, que garantiza la libertad de los habitantes de la
República, para desarrollar la actividad económica que juzguen más
conveniente: “Toda persona puede dedicarse al trabajo, cultivo, industria,
comercio, profesión o cualquier otra actividad licita, salvo las limitaciones de
interés general que establecen las Leyes”.
El art. 50 de la Carta, que dispone: “Toda organización comercial o industrial
trustificada estará bajo el control del Estado”, sin expresar cuales son los
alcances ni los propósitos de dicho control.
Como ninguna de estas dos reglas había sido desarrollada por la Ley, su puesta en
práctica era casi imposible, de manera que no resultaban útiles para impedir la
realización de conductas anticompetitivas.
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a) Sanciones
Las sanciones son apercibimiento, multas, decomiso de mercaderías y productos,
clausura temporal hasta por 90 días, y suspensión de hasta un año de los Registros
de Proveedores que habilitan a contrata con el Estado.
En los casos de infracciones graves a las disposiciones de la Ley de Relaciones de
Consumo, la Dirección del Área de Defensa del Consumidor, podrá colocar en el
frente o interior del establecimiento, carteles que indiquen claramente el carácter de
infractor de la ley por un plazo de 20 días, y también puede disponer la publicación de
la resolución sancionatoria en los diarios de circulación nacional. En los casos de
comprobación de realización de publicidad engañosa o ilícita, sin perjuicio de las
demás sanciones que puede aplicar, el órgano competente puede solicitar
judicialmente la suspensión de la publicidad, u ordenar la realización de
contrapublicidad con la misma frecuencia que la publicidad infractora.
b) Proceso sumario para el reclamo de montos menores
La Ley 18507 establece la posibilidad para los consumidores de instaurar un
procedimiento judicial sencillo y sumario para llevar adelante reclamos originados en
relaciones de consumo reguladas por la Ley 17250, cuyo monto no exceda las 100
UR.
Serán competentes para entender en los procesos a que refiere esta ley los Juzgados
de Paz.
El proceso consta de las siguientes etapas:
1. Formulario: el consumidor debe presentar un formulario solicitando audiencia
ante el Juzgado competente.
2. Audiencia: se fija por el juez en un término de 48 horas y debe realizarse en un
plazo máximo de 30 días. La fecha se le notifica personalmente únicamente al
demandado, mientras que el reclamante tiene la carga de concurrir al Juzgado
a notificarse de la misma, bajo apercibimiento de tenerlo notificado. El la
audiencia las partes deben formular sus preposiciones y ofrecer prueba. Luego
se tienta la conciliación. Si no se logra, se reciben las pruebas ofrecidas. En
caso de no poder diligenciar toda la prueba, la audiencia puede prolongarse
por única vez y por un plazo no mayor a 15 días. No es obligatorio concurrir a
la audiencia con asistencia letrada, aunque la misma es altamente
recomendable para lograr una protección adecuada de los interese de las
partes involucradas.
3. Sentencia: en principio debe dictarse en la propia audiencia, sólo en casos
excepcionales se puede diferir su dictado por un plazo de hasta tres días. Las
cotas y costos son de cargo del vencido salvo que el Juez considere que parte
actúo con alguna razón.
4. Recursos: contra las resoluciones dictadas en el proceso sólo puede
interponerse el recurso de reposición, a efectos de que el Juez considere que
la parte actuó con alguna razón.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Unidad 4
Auxiliares de Comercio
Resumen DERECHO COMERCIAL
1) Aspectos generales
El Código clasifica a las personas que actúan en el comercio en dos grandes
categorías: los comerciantes y los auxiliares. Este especial destaque de los agentes
auxiliares, se debe a la importancia que revisten los auxiliares para el comerciante. La
complejidad del comercio siempre ha obligado a los comerciantes a recurrir a
personal especializado y especialmente capacitado, que lo auxilie en la tarea de
dirigir un establecimiento comercial y lo complemente en el ejercicio del comercio.
El comerciante puede realizar la actividad comercial por sí mismo, sólo en tanto el
volumen de sus negocios sea reducido, pero aún en ese caso, frecuentemente ha de
necesitar otras personas que le presten su colaboración.
Como consecuencia de la complejidad creciente del comercio, se han diversificado
las actividades accesorias, a las cuales se dedican profesionalmente determinadas
personas. También, la intensidad del tráfico comercial y la necesidad de buscar
nuevos mercados para la negociación de productos, impone el uso de figuras
auxiliares.
1.1) Concepto
El Código de Comercio no define al agente auxiliar de comercio. El lugar de ello, el
legislador enumeró los sujetos que consideró debían ser calificados como agentes
auxiliares, es su art. 88: “Son considerados agentes auxiliares del comercio, y como
tales, sujetos a las leyes comerciales, con respecto a las operaciones que ejercen en
esa calidad:
1º. Los corredores
2º Los rematadores o martilleros
3º Los barraqueros y administradores de casas de depósito
4º Los factores o encargados, y los dependientes de comercio
5º Los acarreadores, porteadores o empresarios de transporte”.
De la enumeración que acabamos de transcribir y del contexto legal, se puede inferir
que el Código considera auxiliares a aquellas personas que realizan como profesión
habitual, actividades que no suponen su participación en la intermediación por cuenta
propia entre la oferta y demanda de mercaderías, pero que, a pesar de ello, cumplen
con una función instrumental accesoria a la intermediación.
Algunos de los sujetos enumerados por la Ley como auxiliares, son simples
mediadores entre la oferta y la demanda (corredores y rematadores). Otros prestan
un servicio complementario esencial para la intermediación comercial (depositarios y
transportistas). Otros participan en la intermediación pero por cuenta del principal
(factores y dependientes).
No sólo son auxiliares los que enumera el Código. En la práctica aparecen otras
categorías de comerciantes que actúan como auxiliares de otro u otros comerciantes.
Damos como ejemplo, los agentes. El agente es un comerciante que tiene una casa
de comercio en una ciudad y recibe encargo de venta de bienes. Se organiza para
recibir y cumplir encargos, generalmente en régimen de exclusividad.
Resumen DERECHO COMERCIAL
El Código señala que los sujetos calificados como agentes auxiliares del comercio
están sujetos a un estatuto especial, regulado por las leyes comerciales, pero la
aplicación de este Derecho especial tiene un límite: sólo es aplicable el Derecho al
rematador, en lo que respecta al acto de remate.
1.1.1) Distinción de los auxiliares respecto de los comerciantes
El primer problema que se plantea es saber cuál es el criterio distintivo que permite
caracterizar a esos agentes auxiliares, como una categoría distinta a la de los
comerciantes. De la reglamentación legal no se desprende un criterio general que
permita distinguir a los auxiliares de los comerciantes y, más aun, hemos de ver que
algunos de los calificados como auxiliares del comercio, son comerciantes. En rigor,
son calificados como auxiliares porque su actividad no se corresponde con el
concepto económico de comercio: intermediación entre oferta y demanda de bienes.
En efecto, la actividad de estos auxiliares es de apoyo a esa actividad de
intermediación. Sin perjuicio de ello, realizan profesionalmente actos calificados como
comerciales por el artículo 7, aunque no se corresponden con el concepto de
comercio desde el punto de vista económico.
1.1.2) Falta de un elemento en común entre la variedad de auxiliares
El segundo problema consiste en la existencia de una variedad de auxiliares, en cuya
reglamentación no existe ningún elemento unificante que permita elaborar un
concepto general que los comprenda a todos ellos. Entre los distintos auxiliares
previstos en el Código, se constatan diferentes posiciones jurídicas en lo que
concierne a sus relaciones con el comerciante. La asistencia que el comerciante
puede recibir de los auxiliares es de diversa naturaleza y son diversos los vínculos
contractuales que unen al comerciante con sus colaboradores. Algunos están
vinculados al comerciante por un nexo estable y en situación de subordinación. Otros
sólo prestan colaboración transitoria y lo hacen en plano de igualdad con el
comerciante con quien contratan. Ello impide una sistematización de su estudio. Es
necesario estudiar cada auxiliar en particular.
1.2) Auxiliares no previstos en la enumeración legal
Por otra parte, no sólo son auxiliares los que enumera el Código. En la práctica
aparecen otras categorías de comerciantes que actúan como auxiliares de otro u
otros comerciantes. Damos como ejemplo, los agentes. El agente es un comerciante
que tiene una casa de comercio en una ciudad y recibe encargo de venta de bienes.
Se organiza para recibir y cumplir encargos, generalmente en régimen de
exclusividad.
1.3) Clasificación
El Código no contiene una clasificación de auxiliares propiamente dicha. Sólo se
enumera las personas que, a criterio del legislador, son considerados agentes
auxiliares del comercio. La doctrina sí se ha encargado de clasificar a los agentes
auxiliares del comercio. Hay tantas clasificaciones como autores se han encargado
del tema. Así, hay autores que clasifican a los auxiliares en comerciantes y no
comerciantes atendiendo a la definición de comerciante. Otros, en cambio, prefieren
Resumen DERECHO COMERCIAL
Queremos sólo señalar, para precisar el concepto, que el factor colocado al frente del
establecimiento sustituye al comerciante en todo lo relativo a su gestión y actúa como
si fuera el principal. Se ha dicho que el factor es el alter ego del comerciante y esa
característica es la que lo diferencia de los demás auxiliares dependientes, que
ayudan al comerciante pero sin sustituirlo. Otros auxiliares, también, tienen poderes
de representación, pero la diferencia está en la extensión de los poderes otorgados al
factor.
2.1.2) Características
Estabilidad y permanencia al frente del establecimiento y amplitud de facultades. El
dueño del comercio se llama Principal y el administrador es el Factor. El contrato
mediante el cual se estipulan las relaciones entre principal y factor es denominado
“mandato institorio”.
2.1.3) Mandato institorio
La fuente de las facultades de representación del factor se encuentra en el
denominado “mandato institorio”. El factor no es un simple mandatario. El mandato al
factor es un mandato reglamentado en forma especial por el Código de Comercio con
normas que lo separan del mandato común. Por otra parte, la Ley le acuerda al factor
facultades de representación, aún en el silencio del contrato (Decreto Ley de Títulos
Valores 14701).
Los artículos 136 y 147, caracterizan al factor como un representante del
comerciante. El art 136, en su inciso 10 establece: “Los factores constituidos con
cláusulas generales se entiende autorizados para todos los actos que exige la
dirección del establecimiento”. El artículo 147 dispone en su inciso 1: “Sólo tiene el
carácter legal de factor para las disposiciones de esta sección, el gerente de un
establecimiento comercial o fabril, por cuanta ajena, autorizado para administrarlo,
dirigirlo y contratar sobre las cosas concernientes a él, con más o menos facultades,
según haya tenido por conveniente el propietario”.
Comparación del mandato institorio con el manato común:
En primer lugar, el mandato institorio difiere del mandato común en cuanto a su
contenido. En el mandato institorio lucen solamente las limitaciones a las
facultades del factor. El factor, entonces, tiene amplias facultades para la
administración del establecimiento del principal. Las limitaciones deben ser
establecidas expresamente. El mandato común, se deben señalar las
facultades que se otorgan.
En segundo lugar, el mandato institorio permite al factor, en los casos del art
139, no invocar el nombre del principal e igualmente obligarlo. En el mandato
común, si el mandatario no invoca el nombre de su mandante no lo obliga en
ningún caso.
En tercer lugar, el mandato institorio no es delegable. El factor no puede
delegar sus funciones sin autorización para ello. El mandatario común puede
delegar salvo que se le prohíba.
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utilidades que haya generado el negocio; pero sufre las pérdidas, es decir, que
traslada al principal las ganancias aunque no las pérdidas. En segundo lugar, se
configura una causal de despido, aún cuando hubiere plazo pendiente. El art. 171
prevé, también, la posibilidad de un despido sin indemnización, en el caso que haya
negociado por cuenta propia o ajena.
El factor no puede delegar su mandato. Solamente podrá sustituir si tiene
autorización escrita del principal. Así lo establece expresamente el artículo
162. Si el factor tiene autorización para sustituir, puede delegar ciertos
encargos. Si lo hiciere, no mediando autorización escrita del principal, será
directa y personalmente responsable por los actos de los sustitutos y las
obligaciones que hubieren contraído.
El régimen del mandato comercial común es distinto. El principio es inverso aunque
las consecuencias son similares. El artículo 320 del Código de Comercio establece
que el mandatario puede sustituir siempre que el mandante no se lo haya prohibido;
pero responde de los actos del sustituto en dos circunstancias: cuando no se le
hubiere dado facultad de sustituir y cuando el sustituto sea notoriamente incapaz o
insolvente.
2.1) Dependientes
El dependiente es un empleado al que el comerciante acostumbra encomendar tareas
en su comercio, otorgándole sólo en algunos casos, ciertas facultades de
representación. Jerárquicamente está por debajo del factor. Es un colaborador del
comerciante, esta subordinado y no tiene la facultad general de contratar y obligarse
por su principal, salvo existencia de autorización. Para esta autorización especial es
necesaria su inscripción en el Registro Público de Comercio.
2.2.1) Facultades de representación conferidas por el principal
Como principio general, los dependientes tienen ciertas facultades de representación
limitadas, acordadas por la Ley y pueden tener facultades de representación
resultantes de un mandato expreso del principal. El principal puede conferirles
autorización expresa para ciertas operaciones. El art. 147 en el primer inciso se
refiere al factor. Luego en el segundo inciso establece: “Los demás empleados con
salario fijo, que los comerciantes acostumbran emplear, como auxiliares de su trafico,
no tiene la facultad de contratar y obligarse por sus principales, a no ser que tal
autorización les sea expresamente concedida, para las operaciones que con
especialidad les encarguen, y tengan autorizados la capacidad legal necesaria para
contratar válidamente”.
El art. 148 dice: “El comerciante que confiera a un dependiente de su casa el encargo
exclusivo de una parte de su administración, como el giro de letras, la recaudación y
recibo de capitales bajo firma propia, u otras semejantes en que sea necesario firmar
documentos que produzcan obligaciones y acción, está obligado a darle autorización
especial para todas las operaciones comprendidas en el referido encargo, la que será
anotada y registrada en los términos prescriptos en el artículo 134.
Resumen DERECHO COMERCIAL
verifique en el mismo almacén; pero cuando las cobranzas se hacen fuera de éste, o
proceden de ventas hechas a plazo, los recibos serán necesariamente suscritos por
el principal, su factor o legitimo apoderado constituidos para cobrar”.
La norma se refiere al dependiente en almacenes por mayor: sólo le faculta para
recibir precio en ventas al contado y cuyo pago se realice en el almacén. Esto es,
siempre bajo la vigilancia del principal. A contrario sensu de lo dispuesto por el
articulo 152, inciso 2, se interpreta que el dependiente del comercio minorista podrá
cobrar ventas al contado y ventas al fiado. Se argumenta que la restricción para el
dependiente del comercio mayorista se funda en que se supone un mayor volumen
económico de las transacciones comerciales en este caso. Una venta al fiado en
negocio por mayor supone conceder crédito de mayor entidad.
Del art. 154 surge la facultad para recibir mercaderías: “Siempre que un comerciante
encarga a un dependiente del recibo de mercaderías compradas, o que por otro título
deban entrar en su poder, y el dependiente las recibe sin objeción ni protesta, se tiene
por buen la entrega, sin que se le admita al principal reclamación alguna, a no ser en
los casos prevenidos en los artículos 546, 548, 1255 y 1256”.
Si el comerciante encarga a un dependiente la recepción de mercaderías, el
dependiente está autorizado por ley para formular las observaciones que
correspondiese. Si no las hace se tiene por bien efectuada la entrega, sin que el
principal pueda luego hacer reclamo. Es un caso de representación para ejercitar
actos conservatorios.
lugar del domicilio principal de las firmas representadas, pero fuera del
establecimiento industrial o comercial. Pertenecen estas dos figuras a la clasificación
de auxiliares dependientes del comerciante por expresa declaración legal.
2.3.1) Función
La función de estos dos agentes se cumple siempre fuera del establecimiento, a
veces en la misma plaza donde funciona el establecimiento (vendedor de plaza),
otras en plazas distintas (viajante) y siempre de manera profesional. El artículo 2, de
la Ley 12.156, cuando define a las dos figuras, se refiere a la profesión habitual. Este
rasgo se reitera en el artículo 2 de la Ley 14.000, que precisa que la persona que
represente al principal, en un solo acto de comercio, no será considerada viajante ni
vendedor de plaza.
La designación “vendedor de plaza” podría hacer pensar que estos auxiliares sólo se
dedicarían a la intermediación en negocios de compraventa. El Decreto
reglamentario, precisando el concepto, en el artículo 2, expresa que los negocios que
pueden concertar no sólo son ventas sino que puede ser cualquier otro:
arrendamiento, seguro, propaganda.
El artículo 3 del Decreto reglamentario, para precisar estas figuras, establece quiénes
no son viajantes o vendedores de plaza: el repartidor de mercadería aun cuando
cobre el precio; quien, ocasionalmente, realice un negocio, cuando su tarea principal
es otra como reparto o cobro (art. 2 Ley 14.000); quienes no representan a empresas
comerciales y promueven ventajas para entidades gremiales, deportivas, religiosas o
culturales, asociaciones mutualistas o asociaciones civiles; los representantes de
fábricas o firmas extranjeras; las personas que tienen como misión la de fiscalizar a
los viajantes o vendedores de plaza; los directores, socios o gerentes de casas
centrales o gerentes de sucursales con personal a sus órdenes; quienes representan
a la empresa en licitaciones públicas.
2.3.2) Mecanismo de actuación
La actuación de estos auxiliares puede adoptar distintas modalidades. En general, se
limitan a procurar clientes dejando que el principal concluya directamente con ellos
los negocios. Otras veces, el principal puede atribuirle facultades para concluir
negocios en nombre del principal (representación).
Algunos trabajan para una sola casa. Otros trabajan para varias casas. Algunos
trabajan para una sola casa, teniendo la exclusividad para distribuir sus productos en
una zona; pero la exclusividad no es rasgo característico de esta figura y puede darse
que trabajen en competencia con otros.
El viajante y el vendedor de plaza actúan de esta manera: van en busca de clientes,
ofrecen mercaderías en venta, llevan muestras y recogen pedidos de clientes. Luego,
someten los pedidos a la consideración de su principal. Pueden, con ese mecanismo,
ofrecer otros servicios, concertación de arrendamientos, de seguros, etcétera; tal
como admite el Decreto citado precedentemente.
En resumen, la actividad del viajero o vendedor de plaza consiste en hacer ofertas y
recoger pedidos que luego comunica al empleador, para que éste resuelva aceptarlos
o rechazarlos. El titular de la empresa puede rechazar los pedidos presentados.
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empleado que hubiere sido despedido por notoria mala conducta. Los
viajantes y vendedores de plaza que con más de cinco años de antigüedad
en el establecimiento se retiren por su voluntad, tendrán igualmente derecho
a la indemnización de clientela la cual se calculará considerando al
empleado que se retira como si hubiera sido despedido”.
2.3.7) Responsabilidades y Sanciones
El artículo 4 de la Ley 14.000 establece que el viajante y el vendedor de plaza no son
responsables de la insolvencia del cliente, salvo que hayan incurrido en dolo o culpa
grave. El artículo 7 de la Ley 14.000 fija sanciones pecuniarias, reajustables
anualmente, aplicable a los vendedores o viajantes o a sus empleadores.
3) Auxiliares autónomos
3.1) Corredores
3.1.1) Corretaje
El corretaje es un contrato por el cual una parte se obliga a mediar entre la oferta y
demanda de determinados bienes o servicios, promoviendo el perfeccionamiento de
un contrato entre los oferentes y demandantes respectivos. La contraparte en el
contrato de corretaje se obliga a pagar una comisión por el servicio de mediación.
Quien participa como mediador es el corredor. La actividad del corredor se
caracteriza porque se limita a vincular a las partes sin entrar dentro de la circulación
de los bienes. El contrato cuyo perfeccionamiento se promueve se celebra
directamente entre quien ofrece determinado bien o servicio y quien lo demanda.
El contrato de corretaje es siempre un contrato autónomo: el contrato de
corretaje es autónomo respecto del contrato cuya concreción promueve. Por el
contrato de corretaje se encomienda a un corredor que busque un interesado
en un negocio que se desea celebrar. Independientemente del contrato de
corretaje, existe el contrato pues las partes interesadas concluyen directa y
personalmente entre sí. El contrato de corretaje no es un contrato conexo con
el definitivo, puesto que se trata de contratos independientes y la calidad de
uno no tiene al otro. No hay conexión ni accesoriedad. El contrato de corretaje
es un contrato autónomo y existe el definitivo no se celebre.
El contrato de corretaje es siempre un contrato comercial: el corretaje es
siempre comercial porque así lo dispone el artículo 7, inciso 2, del Código de
Comercio. En el artículo se establece que es comercial toda operación de
corretaje. Como la norma no distingue, se entiende por la doctrina que es
corretaje comercial tanto el que se vincula con operaciones comerciales como
el que tiene por objeto negocios civiles.
3.1.2) Corredores
a) Concepto
El corredor es un sujeto que se especializa profesionalmente en la mediación entre la
oferta y la demanda de bienes y servicios. El corredor es la figura personal que
cumple con esa mediación. Se lo define como la persona que se interpone
Resumen DERECHO COMERCIAL
Libro Manual: “Los corredores deben llevar un asiento exacto y metódico de todas las
operaciones en que interviene, tomando nota de cada una, inmediatamente después
de concluida, en el cuaderno manual foliado”. El libro manual es un borrador. Se
explica su exigencia porque, frecuentemente, el corredor realiza sus operaciones
fuera de sus oficinas. El corredor lo llevaría consigo. El único requisito formal
impuesto por la norma es que debe estar foliado.
Libro Registro: se debe llevar con requisitos similares a los libros del comerciante:
encuadernado, forrado, foliado y habilitado por el Registro Nacional de Comercio.
Equivale a un libro diario. Diariamente se trasladarán todos los artículos del Libro
Manual al Libro de Registro copiándolos literalmente, sin enmiendas, abreviaturas, ni
interpretaciones, guardando la misma numeración que lleven en el manual.
Los libros de los corredores son medios de prueba. Pueden servir para probar
aquellos contratos comerciales celebrados con su intervención y sirve además como
prueba de las relaciones del corredor con las partes que le han encomendado su
intervención.
Obligaciones relacionadas con el corretaje:
1. Proponer los negocios con exactitud
2. Controlar la identidad y capacidad de los contratantes a quienes ha acercado
3. Debe asistir a la entrega de los efectos vendidos
4. Debe estar presente en la firma del contrato
5. Debe entregar una minuta a cada uno de los contratantes del asiento
realizando en su registro. La minuta tiene por objeto precisar las condiciones
del contrato para la redacción del acto definitivo y servir como prueba para l
caso de dificultad o controversia. Debe contener las condiciones dl contrato y
el número de orden del asiento en el registro. Viene a ser una rendición de
cuentas. Si el corredor no entrega la minuta dentro de las 24 horas siguientes a
la conclusión del contrato, perderá el derecho que hubiese adquirido a su
comisión, y quedará sometido a la indemnización de daños y perjuicios.
6. Puede extender un certificado de las negociaciones celebradas por su
intermedio.
7. Debe guardar secreto riguroso de todo lo que concierna a las negociaciones
que se le entrega. Sólo en virtud de mandado de autoridad competente, podrá
atestiguar lo que vio u oyó relativamente a los negocios de su oficio. El Juez
podrá requerir su testimonio en un juicio relacionado con un negocio celebrado
por su intermedio, en que las partes litiguen.
d) Prohibiciones
1. Prohibición del ejercicio del comercio por cuenta propia, sea por si o por
interpuesta persona, así como ser mandatario, comisionista, o factores de los
comerciantes.
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Comprar los bienes que rematen o adjudicarlos o familiares dentro del segundo
grado de parentesco.
Usas palabras como “judicial”, “extrajudicial” o “municipal” si el remate no tiene
tal carácter.
Disponer o utilizar las señas que le entregan.
Vender a crédito sin autorización por escrito del comitente.
Bajar el martillo sin pregonar claramente la última oferta con indicación de
quien la formulo y su expresa aceptación.
Las sanciones por incumplimiento, tales como multa, suspensión hasta 2 años o
cancelación del registro son aplicadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
3.3) Barraqueros y administradores de casas de depósito
3.3.1) Actividades comprendidas
1. Barraqueros son los titulares de una empresa de depósito
2. Administradores de casas de depósito son los gerentes de una empresa
dedicada a recibir depósitos
Su actividad consiste en recibir mercaderías y entregarlas cuando el dueño lo solicite.
3.3.2) Obligaciones
Llevar un libro diario del movimiento de la barraca con las formalidades
exigidas para los libros de comercio.
Dar recibos de las mercaderías que van recibiendo en depósito.
Guardar y conservar los efectos depositados en la barraca.
Mostrar a los compradores, por orden de los dueños, los efectos depositados.
Devolver la mercadería que se les ha confiado.
3.3.3) Derechos
El barraquero tiene derecho a una retribución, ya sea aquella que fue estipulada entre
las partes o la de uso en el lugar del contrato. En caso de liquidación (quiebra) del
depositante, tiene privilegio especial sobre las cosas depositadas.
3.4) Acarreadores, porteadores y empresarios de transporte
El Código distingue por un lado el sujeto de la actividad y por otro lado al contrato de
transporte. Empresario de transporte es aquella persona que por esa actividad se
obliga a realizar el transporte bajo su riesgo. Su estatuto jurídico establece:
3.4.1) Obligaciones del transportista
Entregar las mercaderías fielmente en el tiempo y lugar convenido.
Cuidar el buen estado de las mercaderías.
Llevar un registro particular.
Indemnizar las averías o pérdidas provenientes de su culpa o negligencia.
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Seguir la ruta pactada o, en caso contrario, elegir aquella que se dirija en línea
recta al punto de entrega de los efectos.
3.4.2) Derechos del transportista
Cobrar comisión o flete.
Exigir al cargador la carta de porte que documenta la calidad, condiciones y
recepción de los objetos.
3.4.3) Naturaleza del transportista
El Código hace una calificación jurídica inadecuada de los empresarios y
comisionistas de transporte. En el artículo 164 dispone: “Los empresarios o
comisionistas de transporte, además de los deberes que tienen como mandatarios
mercantiles...”. El empresario de transporte nunca es mandatario, cumple con un
contrato en que se obliga a trasladar bienes de un lugar a otro. Tampoco es un
comisionista, por cuanto no actúa por cuenta de un comitente. Podrá la Ley disponer
que se le apliquen normas del mandato pero ello no lo convierte en mandatario ni en
comisionista. El transportador ejerce un acto de comercio – el transporte – de cuenta
propia y haciendo de ello su profesión habitual. Por lo tanto, el transportador es
comerciante.
3.5) Agentes de comercio exterior. Despachantes de aduana
Regulación legal: Ley 13925/70, decreto 391/71
3.5.1) Cometidos
Los despachantes de aduana son las personas encargadas de realizar las gestiones
necesarias respecto del pasaje de las mercaderías por la Aduana, están facultados
para tramitar la importación, exportación, transito y yoda otra operación de carácter
aduanero. Los corredores de cambio fueron incluidos en la Ley 13927 quedando
habilitados a desarrollar las mismas tareas que los despachantes de Aduana,
denominados Agentes de Comercio Exterior, bajo el régimen anteriormente exclusivo
de los despachantes de aduana.
3.5.2) Requisitos
Ser mayor de 21 años y tener educación secundaria.
Aprobar un examen de conocimientos.
Acreditar honradez y costumbres morales, mediante una información sumaria
que se tramita judicialmente.
No haber sido declarado en liquidación ni en concurso civil.
Estar inscripto en el Registro de Despachantes de Aduana de la Dirección de
Escribanía de la Dirección Nacional de Aduanas.
3.6) Agentes marítimos
El agente marítimo se desempeña como agente del armador, ya sea como gerente de
una sucursal de la empresa armadora o en forma independiente, siendo en este
último caso cuando adquiere propiamente la calidad de agente.
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3.6.1) Cometidos
Tramitación de la entrada y salida de buques ante las autoridades portuarias.
Contratar el personal de estiba.
Recibe y entrega la mercadería documentando las relaciones.
Celebrar contratos de transporte, cobrar fletes de mercaderías y billetes de
pasaje.
Representación del armador ante autoridades administrativas y judiciales.
3.7) Agentes de viaje
Regulada por el Decreto 386/94 que define las agencias de viajes como las
empresas, personas físicas o jurídicas, cuya actividad consiste en prestar servicios a
los viajantes, actuando como intermediario entre estos y los demás prestadores de
servicios turísticos o suministrando sus propios servicios.
Según las funciones y actividades que desarrollen el decreto las clasifica en Agencias
de Viaje y Turismo, Agencias Mayoristas de Turismo, Agencias de venta de pasajes y
excursiones, Operadores Turísticos Nacionales y Agencias de representaciones
turísticas.
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Unidad 5
La Empresa Comercial
Resumen DERECHO COMERCIAL
1) Importancia jurídica-económica
La empresa, como fenómeno de organización humana, ha tomado un papel
preponderante en la vida económica de las sociedades modernas.
Debemos estudiar la empresa para saber lo que es y lo que no es desde el punto de
vista jurídico, con el fin de determinar el régimen jurídico que debe serle aplicado. Al
considerar la empresa debemos precisar que esta palabra “empresa” en cierto modo
se ha incorporado al lenguaje común; es un término cómodo, penetrante, siendo
frecuente su uso en distintos ámbitos. Es nuestro deber, precisar su alcance jurídico,
si es que lo tiene, porque en el campo del Derecho no se puede hacer el mismo uso
del término que en el lenguaje corriente. Debe dársele, si se puede, una dimensión
jurídica o definirse como mera realidad económica, pero descartando su utilización
ambigua.
2) Evolución del concepto
La empresa apareció cuando los procedimientos económicos de producción hicieron
que los artesanos dejaran de trabajar en pequeña escala y lo hicieron para un
intermediario que ofrecía dichos productos o sectores más amplios de público.
Más adelante las formas de producción llevaron a que el empresario reuniera en un
mismo edificio bajo su dirección y responsabilidad a sus colaboradores las que
elaboran allí los productos.
El Código de Comercio Francés de 1807 atribuye a la empresa de fábrica o
manufactura la calidad de acto de comercio como forma de cometerla a los tribunales
mercantiles. Con el tiempo las organizaciones dedicadas a la producción de bienes
inmateriales y a los servicios tuvieron idéntica consideración legal que las fábricas,
productoras de bienes materiales.
El concepto de empresa es un concepto de la ciencia económica.
2.1) Concepto económico de empresa
En general, existe un relativo acuerdo en la ciencia económica, en cuanto a que en la
empresa hay combinación de capital, de trabajo humano y de organización, pero en
torno a esos elementos los economistas hacen múltiples elaboraciones, dispares
entre sí, de tal modo que existen discrepancias en torno a la definición de la
empresa. Preliminarmente, proponemos la definición siguiente: la empresa es la
organización del trabajo ajeno y del capital, para producir bienes o servicios
destinados a ser cambiados. Esto es: el capital puede ser propio o ajeno; en cuanto al
trabajo, necesariamente se debe organizar el trabajo ajeno, para ser considerado
como empresa.
Algunos autores agregan la finalidad de obtener una ganancia y, opuestamente, otros
autores prevén que la empresa pueda no tener finalidad de lucro.
Empresario es la persona que organiza y explota la empresa. La empresa es un
producto de la obra del empresario. Toda empresa supone un titular, persona física o
jurídica, que la ha creado, que la ha dotado de organización, que la hace funcionar y
que obtiene las utilidades que en su funcionamiento se producen o que se hace cargo
de las pérdidas.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Satisfacer necesidades
3.4) Clasificación de las empresas
Las empresas pueden clasificarse siguiendo muy diferentes criterios.
a) Clasificación de las empresas en función de su objeto
Industriales: tienen por objeto la explotación de recursos naturales y su
transformación. Se subclasifican en extractivas y de transformación.
Comerciales: tienen por objeto el intercambio o la distribución de los productos
de las empresas industriales.
Financieras: atienden a las necesidades financieras de otras empresas
(ejemplo: bancos, sociedades de inversión, empresas de seguros, bolsa de
valores).
De servicios: prestan servicios (ejemplo: estudio jurídico, sanatorio, estudio de
arquitectos o ingenieros)
b) Clasificación de las empresas según el propietario
Unipersonales: es propiedad de una persona jurídica.
Colectivas: es propiedad de una persona jurídica (asociación, sociedad civil o
sociedad comercial).
c) Clasificación de las empresas en función de su carácter público o privado
Públicas: pertenecen al Estado.
Privadas: pertenecen a agentes privados.
d) Clasificación de las empresas en función de un criterio cuantitativo
Activos destinados a la empresa, personal empleado, ventas anuales o todos juntos.
Microempresas
Pequeñas
Medianas
Grandes
e) Clasificación de las empresas según los sectores productivos a los que
pertenecen
Empresas del sector primario: realizan actividades que utilizan recursos
naturales tal como se obtienen de la tierra o del subsuelo; empresas agrícolas,
ganaderas y minera, por ejemplo.
Empresas del sector secundario: realizan actividades que transforman bienes:
empresas metalúrgicas, fabricas textiles, fabricas de automotores, fabricas de
juguetes.
Empresa del sector terciario: realizan actividades de servicio: bancos,
empresas de seguros, supermercados, hoteles, empresas de transporte.
3.5) Dimensiones de la empresa
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Unidad 6
1) Registro Público
El requisito de publicidad en materia mercantil a pasado a ser una exigencia común.
La publicidad puede realizarse mediante publicaciones o mediante la inscripción
registral. Esto último lo brindan los registros públicos.
1.1) Registro Nacional de Comercio
1.1.1) Base legal
El Registro Nacional de Comercio está regulado por los arts. 48 a 53 de la ley 16871
(ley registral) del 28 de setiembre de 1997 los arts. 42 a 49 del Decreto 99/998 del 21
de abril de 1998.
1.1.2) Organización
El Registro Nacional de Comercio tendrá competencia nacional y cede centralizada
en Montevideo. El art. 48 establece que se organizará sobre la base de fichas
personales de los comerciantes, ya se trate de personas físicas o jurídicas.
1.1.3) Documentos inscribibles
El art. 49 de la ley enumera los actos y contratos inscribibles en el Registro Nacional
de Comercio:
- Las donaciones y legados en el caso del art. 1600 del Código de Comercio.
- Los contratos constitutivos de sociedades comerciales, cooperativas, grupos
de interés económico y consorcios. Se exceptúan las sociedades accidentales
o en participación. Respecto a las sociedades comerciales constituidas en el
extranjero, se inscriben cuando corresponda y en los términos del art. 193 de
la Ley 16060.
- Los embargos de participaciones sociales a que refiere el art. 78 de la misma
ley.
- Los embargos específicos de establecimientos comerciales.
- Las promesas de enajenación de establecimientos comerciales.
- Las trasmisiones por cualquier titulo o modo y adjudicaciones por partición de
cuotas sociales y de establecimientos comerciales.
- Las demandas y sentencias sobre demandas inscriptas o no, recaídas en los
juicios promovido por rescisión judicial de promesa o enajenación de
establecimientos comerciales.
- Los reglamentos que refiere el art. 253 de la Ley 16060.
- Los privilegios marítimos.
- Las reservas de prioridad.
- Todos los actos que alteren o modifiquen las inscripciones efectuadas.
1.1.4) Inscripción
Los actos y negocios jurídicos que se presenten a inscribir, cualquiera sea la forma
del documento que los contenga, deberán estar acompañados de minuta con los
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datos y las copias que el reglamento determine. La minuta y sus copias deberán ser
suscritas por las partes, por el escribano interviniente o por el profesional que tiene a
su cargo la gestión.
economía nacional y ofrecer un punto de reunión para tratar toda clase de negocios
listos”.
Los socios de la bolsa podrán ser activos, suscriptores y honorarios, pudiendo
constituirse dentro de la institución organizaciones que representen gremios o
sectores de la actividad privada las que tendrán carácter de entidades afiliadas.
También podrán afiliarse entidades constituidas.
Los órganos de la bolsa serán: Asamblea General, Cámara Nacional de Comercio y
Servicios y la Comisión Administrativa.
La Asamblea General constituye el órgano máximo de la institución, está integrada
por los socios activos o entidades afiliadas, quienes darán tantos votos como
acciones posean en la sociedad.
La Cámara Nacional de Comercio y Servicios se compone de 24 miembros titulares
elegidos, parte por los socios activos (18), parte por los socios suscriptores (6), entre
sus partes disponiendo el estatuto que en la comisión de este órgano deberá
procurarse que esté incluido el mayor número de gremios posibles. Cometidos que
desempeña: estudio de las cuestiones económicas, financieras, sociales u jurídicas
de importancia en el desarrollo nacional, para la adopción de las medidas que
considere necesarias, expedir consultas e informes, vincular a la institución con
organizaciones de fines similares, y acordar con ellas medidas de mutuo interés,
realizar publicaciones, conocer y fallar por medios de Tribunal Arbitral las diferencias
de naturaleza mercantil que fueran sometidas a su solución por los socios entre otros.
La comisión administrativa tiene por cometido la administración de los bienes y
negocios de la sociedad, la organización de la administración social por la
autorización de la trasmisión de acciones, entre otras gestiones. La integran el
presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios y otros 4 miembros
activos.
Cuando la Bolsa actúe en el ámbito laboral como asociación profesional de
empleadores se denominara Cámara Nacional de Comercio.
3.3) Cámara de Industrias del Uruguay
Fue constituida el 12/11/1989 con el objeto de promover los intereses nacionales, la
defensa de sus derechos y estimular desarrollo industrial del país. Tendrá la forma de
federación de cámaras de los diferentes sectores de actividad industrial.
Actividades que desarrolla:
Estudio y asesoramiento de los diversos asuntos socio-laborales que pueden
afectar al sector que representa con el objeto de promover la modificación y
aplicación de las normas jurídicas.
El departamento de estudio económico investiga e informa a las entidades
afiliados sobre diversos problemas de la industria uruguaya.
La división del comercio exterior tiene por objetos el asistir y apoyar al sector
exportados en las actividades concernientes a la promoción y concreción de
las exportaciones.
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Unidad 7
SOCIEDADES COMERCIALES
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El art. 2 de la ley establece que “la sociedad comercial será sujeto de derecho desde
la celebración del contrato social y con el alcance fijado en esta ley”.
3. Recoge el principio de conservación de la empresa.
Se desarrolla en múltiples disposiciones entre las que podemos destacar: las
sociedades irregulares y de hecho; vigencia de la sociedad comercial; validez del
contrato; etc.
4. Se organizan los distintos tipos sociales.
Se confirma con la readmisión de los tipos sociales clásicos y del mantenimiento de
su regulación esencial.
5. Se regula el conjunto de instrumentos legales que habilitan el desarrollo
de un Mercado de Capitales.
Se hace evidente en múltiples normas, por ejemplo: sociedades anónimas abiertas
que recurren al ahorro público para la integración de su capital fundacional o
aumentarlo.
6. Procura la protección jurídica de la pequeña y mediana empresa.
Se concreta en la sistematización y perfeccionamiento del régimen de las sociedades
colectivas, en comandita simple, de capital e industria y d responsabilidad limitada y
en el reconocimiento de los grupos de interés económico y consorcios.
1.2.1) Otros principios orientadores que no están explicitados como tales pero
surgen del análisis de la Ley:
1. Principio de neutralidad: se refleja en la no toma disposiciones de política
económica.
2. El principio de la libertad contractual y de la autonomía de la voluntad que
resulta de la libre elección de los tipos sociales, de la permisibilidad y validez
de múltiples pactos contractuales de carácter supletorio de numerosas
disposiciones de la ley.
3. Principio de la legalidad y de su control jurisdiccional que se manifiesta en
también múltiples artículos de la ley.
4. Principio de la ética y de la buena fe en las relaciones intra societarias y
respecto a terceros que se reflejan especialmente en exigencias de diligencias,
colaboración y lealtad de comportamiento de socios, accionistas,
administradores, representantes y síndicos y en la protección de los derechos
de los terceros.
5. Principios de la responsabilidad societaria o personal y solidaria de esos
mismos sujetos.
2) Sociedad comercial. Conceptos fundamentales. Diferencias con
otros institutos. Naturaleza jurídica
2.1) Existencia de la sociedad comercial
Art. 1 Ley 16060: “habrá sociedad comercial cuando dos o más personas físicas o
jurídicas, se obliguen a realizar aportes para aplicarlos al ejercicio de una actividad
Resumen DERECHO COMERCIAL
comercial organizada, con el fin de participar en las ganancias y soportar las perdidas
que ella produzca”.
Tenemos 4 elementos:
1. La pluralidad de personas físicas y jurídicas, condición que descarta la
posibilidad de que una única persona física o jurídica por si misma pueda
conformar una entidad social.
2. Realización de aportes por partes de esas personas para constituir el capital de
la sociedad. Con los aportes se forma el patrimonio de la sociedad.
3. Realización de una actividad mercantil como objeto de la sociedad comercial,
actividad que tendría que realizarse en forma organizada. Para que exista
sociedad, no basta con que las personas celebren un contrato de sociedad y
se comprometan a aportar; debe darse, además, el compromiso de afectar los
aportes a una actividad comercial organizada. La actividad debe entonces ser
comercial, esto es la sociedad debe ejercer actos de comercio.
4. Finalidad perseguida por los socios, participación en las ganancias y la
asunción de las pérdidas que se produzcan.
El concepto legal no define la naturaleza del vinculo societario, pero diferentes
disposiciones de la ley permiten afirmar que trata de un vinculo contractual. La
naturaleza contractual permite concluir que la ley por una parte incorpora el concepto
de los contratos plurilaterales de la organización y admite la aplicación de normas
generales relativas a los contratos. Para la doctrina en general el contrato plurilateral
de organización se distingue por:
La realización de las prestaciones no concluye el contrato sino que crea la
sociedad.
Las prestaciones constituyen un fondo común, propio del ente social que se
crea.
Los intereses de los contratantes son opuestos pero su satisfacción no es
contradictoria.
Puede haber dos o más partes.
Son contratos abiertos.
La relación se establece entre cada parte y el nuevo sujeto de derecho.
Consecuencias de esas características:
El vínculo social no se extingue por la nulidad o anulación aislada que la falta
de aportación de la misma no haga imposible la consecuencia del fin común.
Si una prestación no se hace durante la vida de la sociedad se extinguen los
derechos y las obligaciones del socio que debía hacerla.
Todo socio está obligado a aportar.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Art. 2 Ley 16060: “La sociedad comercial será sujeto de derecho desde la celebración
del contrato social y con el alcance fijado en esta Ley”, personería que surge desde el
momento en que existe el acuerdo para formar sociedad.
El contrato de sociedad comercial da nacimiento a una persona jurídica. Ese nuevo
sujeto de derecho es totalmente independiente de las personas de los socios; tiene
sus propios derechos y sus propias obligaciones. Al igual que la persona física, la
persona jurídica tiene un patrimonio, un nombre y un domicilio. También tiene
capacidad para obligarse y para exigir el cumplimiento de las obligaciones contraídas
por aquellos que contrataron con ella.
La personería jurídica esta condicionada por dos criterios:
1. La sociedad comercial es sujeto de derecho para todo lo que tiene relación con
el objeto o actividad económica de la sociedad.
2. La sociedad comercial tiene una capacidad predeterminada en el esquema de
la Ley. Las sociedades en formación, irregulares, de hecho y en liquidación
tienen limitada su capacidad de actuación.
Art. 3 Ley 16060: “Las sociedades comerciales deberán adoptar alguno de los tipos
previstos por esta Ley”. La Ley se ha inclinado por la tipicidad de las sociedades
comerciales estableciendo que se debe adoptar única y exclusivamente alguno de los
tipos sociales admitidos por la propia ley. Si la sociedad no se ajusta a ningún tipo
social es atípica pero no se sanciona con su inexistencia o nulidad, estas se regirán
por las normas de las sociedades irregulares y de hecho.
Art. 4 Ley 16060: “Las sociedades con objeto no comercial que adopten cualquiera de
los tipos previstos por esta ley quedaran sujetas a sus disposiciones, considerándose
sociedades comerciales. Las sociedades que tengan por objeto el ejercicio de
actividad comerciales y no comerciales serán reputadas comerciales y sujetas a la
ley”.
La comercialidad es calificada o atribuida según la naturaleza mercantil del objeto o
actividad social, pero la ley también habla de comercialidad formal de todas las
sociedades comerciales, siendo suficiente para ello que adopten alguno de los tipos o
formas previstos aún cuando no desarrollen el objeto o actividad mercantil. La
comercialidad tendrá importancia para calificar la mercantilidad de una sociedad
cuando ella sea irregular, de hecho, atípica o nula, solo acá importa la naturaleza
mercantil.
2.2) Diferencias entre sociedades comerciales y otros conceptos
2.2.1) Sociedades comerciales vs Asociaciones
1. Finalidad: la asociación es una unión voluntaria, duradera y organizada de
personas, que ponen bienes y fuerzas en común para alcanzar un fin extra
económico. En la sociedad las personas persiguen un fin común de carácter
desinteresado. En cambio, en la sociedad comercial, se persigue obtener
utilidades para distribuir entre lo socios. Las personas están ligadas por un
interés personal de conseguir ganancias y distribuirlas entre sí. Guía a los
socios un interés económico.
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Una asociación puede obtener ganancias con su actividad y con esas ganancias
aumentar su patrimonio; pero el socio de la asociación no lucra con esa ganancia,
como lo hace el socio de la sociedad comercial. Además, el asociado que se retira de
la asociación no puede pretender su parte en el patrimonio social ni la entrega de
ganancias acumuladas, como si puede hacerlo el socio de la sociedad comercial en
las hipótesis en que se permite su retiro o es excluido.
2. Personería jurídica: las asociaciones, para obtener personería jurídica,
necesitan de un acto administrativo emanando del Poder Ejecutivo. Las
sociedades comerciales son personas jurídicas por disposición legal.
3. Contralor estatal: las asociaciones están controladas por el Ministerio de
Educación y Cultura, el Decreto Ley 15089 establece que el Ministerio de
Educación y Cultura, ejercerá la policía administrativa de las asociaciones
civiles y fundaciones o que controlará su creación, funcionamiento, disolución y
liquidación.
Las sociedades comerciales, en general, están solo sujetas al contralor de legalidad
del Registro Nacional de Comercio, en ocasión de la inscripción del contrato de
constitución o de sus modificaciones. Las sociedades anónimas están sujetas a un
contralor de legalidad en el acto de constitución y a un contralor permanente durante
su vida, por un órgano de contralor estatal (ahora Auditoria Interna de la Nación,
antes Inspección General de Hacienda).
2.2.2) Sociedades Comerciales vs Sociedades Civiles
La Ley distingue entre sociedad civil y comercial de acuerdo a los dos criterios de
distinción tradicionales:
1. El criterio primordial es la actividad que la sociedad se propone realizar (criterio
objetivo). Es comercial la sociedad cuyo objeto es realizar operaciones
comerciales (art. 1 Ley 16060).
2. La Ley prevé, además, que la sociedad con objeto civil que adopte tipo
comercial será reputada comercial (criterio formal, art. 4 Ley 16060).
El criterio objetivo sirve, fundamentalmente, para determinar la comercialidad de
sociedades irregulares o atípicas; pues las regulares y típicas ya lo serán por la sola
adopción del tipo social.
Algunas diferencias entre sociedad civil y sociedad comercial:
1. Las sociedades comerciales y civiles están sujetas a distintos requisitos para
su constitución. En las sociedades civiles la Ley sólo impone que se formalice
un documento a los efectos probatorios. Las sociedades comerciales deben
constar en un documento e inscribirse en el Registro de Comercio y cumplir
otras formalidades y exigencias, según el tipo, con una eficacia especial:
adquirir regularidad.
2. Hay varios tipos de sociedades comerciales. Hay un solo tipo de sociedad civil.
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por la doctrina, que existiría una nulidad que afecta al vínculo del socio (art. 24).
También, se advierte que no habrá tal nulidad si con los datos aportados fuere
posible, de todos modos, identificar al firmante. Si es sociedad anónima, el control lo
ejercerá la Auditoría Interna de la Nación, que formulará la correspondiente
observación.
Si alguno de los socios firma el contrato de sociedad por poder, se debe dejar
constancia de la existencia del poder y de las facultades del apoderado para contratar
sociedad. De acuerdo al art. 44, los padres, tutores o curadores podrán contratar
sociedad por sus representados con autorización judicial fundada según ya se analizó
en otra parte de este trabajo. En el contrato se debe individualizar al representado,
justificar la calidad de representante legal o curador especial y la existencia de la
autorización judicial requerida.
3.1.2) Tipo social adoptado
Una vez que se ha resuelto constituir una sociedad comercial, la Ley impone que en
el contrato que recoja el acuerdo de voluntades se disponga la adopción de un tipo
regulado por la Ley, respetando la estructura imperativa con que la Ley lo configura
(art. 6).
El artículo 3 de la Ley 16.060 obliga a los contratantes a adoptar uno de los tipos en
ella regulados: “Las sociedades comerciales deberán adoptar alguno de los tipos
previstos por esta ley. Las sociedades comerciales que no se ajusten a lo dispuesto
precedentemente, estarán sujetas al régimen establecido en la Sección V del Capítulo
I.”
En el capítulo segundo - "De las sociedades en particular" - la Ley 16.060 incorpora y
regula diversos tipos sociales: colectiva, comandita simple y por acciones, de capital e
industria, de responsabilidad limitada, sociedad anónima y sociedad accidental o en
participación.
Los particulares pueden adoptar libremente cualquiera de los tipos previstos, salvo
que la Ley prohíba o imponga determinados tipo en razón de la actividad que se
proponen realizar o de otros factores.
3.1.3) Denominación
La sociedad comercial es un contrato, con cuya celebración nace un nuevo sujeto de
Derecho. En el contrato se debe estipular una denominación que ha de individualizar
al sujeto creado. La denominación de las sociedades comerciales se considera como
un atributo de la personalidad, de la misma naturaleza que el nombre de las personas
físicas.
La denominación de la sociedad cumple la función del nombre de las personas
físicas: distingue e identificar al sujeto jurídico societario.
Además, la denominación social es el instrumento que debe utilizar la sociedad para
vincularse con terceros y para celebrar todos sus negocios jurídicos, de modo que se
puedan imputar a la sociedad. La denominación social sólo puede ser utilizada por el
representante de la sociedad.
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También, contiene normas sobre la posibilidad de que una sociedad contrate con sus
administradores. El art. 84 dispone: “Los administradores y los representantes podrán
celebrar con la sociedad contratos que se relacionen con su actividad normal, en las
mismas condiciones que los terceros, debiendo comunicarlo a los socios. Los
contratos no comprendidos en el inciso anterior podrán ser celebrados con la
autorización previa de los socios. Los otorgados en violación de esta norma serán
absolutamente nulos.”
Respecto de los administradores de sociedades anónimas, el art. 388
establece: “Será de aplicación a los administradores y directores lo dispuesto en el
artículo 84, con las siguientes salvedades: el administrador que celebra un contrato
con la sociedad dentro de las condiciones del inciso primero del artículo referido,
deberá ponerlo en conocimiento de la próxima asamblea; tratándose de un órgano
colegiado, el director que lo celebre deberá comunicarlo al directorio. La autorización
previa requerida por su inciso segundo deberá ser concedida por la asamblea de
accionistas."
El objeto social puede ser una actividad de carácter permanente, como la explotación
de una fábrica de productos alimenticios o de un comercio de compraventa de
calzado o de un banco. Asimismo, el objeto puede ser una actividad de carácter
transitorio, como la construcción de un edificio o de una carretera o de un puente.
Interesa la distinción, por cuanto si el objeto es transitorio, cumplido con el objeto, la
sociedad habrá de disolverse, por cuanto es causal de disolución la consecución del
objeto social.
De la misma manera, si es imposible lograr el objeto social, también, se produce una
causal de disolución (art. 159, n. 4). La imposibilidad de lograr el objeto puede ser de
hecho o de Derecho. Será de hecho, cuando la sociedad se constituya para explotar
una mina y ésta se agota. La imposibilidad de Derecho será, por ejemplo, el caso en
que caduque una concesión otorgada por el Estado o por un gobierno departamental,
para explotar un hotel o un restaurante en un determinado lugar público.
Si se realiza una actividad ilícita o prohibida o se cometen actos ilícitos que desvirtúen
el objeto social, se configura otra causal de disolución (art. 159, n. 10). El objeto
social debe ser determinado y posible, y no puede ser ilícito o prohibido.
Determinación del objeto social
El artículo 6 no utiliza el término determinado cuando dispone sobre las
enunciaciones del contrato. El artículo 6, simplemente, establece que el contrato debe
contener “el objeto o actividad que se proponga realizar”.
No obstante, se entiende que el objeto social debe estar determinado.
Por definición, la sociedad se constituye para realizar “una actividad comercial”.
Además, la necesidad de determinación del objeto social resulta del contexto y las
funciones del objeto sociales, que acabamos de analizar. Éstas sólo se cumplen si el
objeto está determinado, a saber:
1. El contrato debe contener un objeto determinado, que sirva para delimitar la
capacidad o el régimen de imputación de los actos de sus representantes.
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determinar cuál es el aplicable en casos concretos que se planteen. Por otra parte no
parece lógico crear regímenes diferenciados para situaciones semejantes.
La única diferencia que se estableció entre sociedad en formación y sociedad
irregular es en materia de responsabilidad de socios y administradores. Su
responsabilidad, en la sociedad en formación, por los actos de ejecución del objeto
social, cesa cuando la sociedad se inscriba y sus negocios sean ratificados. En
cambio, tratándose de sociedades irregulares, los socios no quedan librados por al
regularización ni se crea técnica de liberación por vía de la ratificación ulterior.
Disolución de la sociedad irregular
El artículo 43 dispone: “Cualquiera de los socios de una sociedad irregular o de hecho
podrá exigir su disolución. Esta se producirá a la fecha en que el socio notifique
fehacientemente su decisión a todos los consocios. La disolución no tendrá efecto si
dentro del décimo día de recibida la última notificación la mayoría de los socios
resolviera regularizar la sociedad de acuerdo a lo establecido en el artículo anterior.
Gozarán para ello de un plazo de sesenta días a contar desde la fecha en que se
hubiese acordado proceder a su regularización.
Vencidos los plazos establecidos en este artículo, la disolución de la sociedad
adquirirá vigencia legal y carácter irrevocable, debiéndose proceder a la liquidación
de la sociedad según lo dispuesto en la Sección XIII – Subsección III del Capítulo I de
esta ley. Respecto de los terceros la disolución producirá efectos cuando se inscriba
en el Registro Público de Comercio y se publique. Para la inscripción bastará que el
socio presente una declaratoria en escritura pública o privada documentando su
decisión y acredite el cumplimento de los extremos establecidos en este artículo.”
El texto legal es claro. Basta, para provocar la disolución de la sociedad, la voluntad
de cualquiera de los socios; pero es preciso que éste haga conocer a sus consocios,
en forma inequívoca y fehaciente su propósito de disolver la sociedad.
Notificada por un socio al otro u otros, su disposición de disolver, se produce la
disolución, siempre y cuando los restantes socios por mayoría no resuelvan impedirla,
regularizando la sociedad.
La Ley fija un plazo breve para adoptar la decisión de regularizar la sociedad: 10 días.
Se fija un plazo mayor, 60 días, para cumplir los requisitos omitidos.
Con el texto legal en análisis, la sola voluntad del socio provoca la disolución bajo una
condición legal. Es decir, esa voluntad no produce efectos si se manifiesta la voluntad
contraria de los restantes socios de continuar la sociedad.
Por la remisión del segundo inciso del artículo 43 al 42 debe entenderse que el socio
que no adhiere a la regularización podrá receder. Si los socios no resuelven la
regularización, la disolución deviene irrevocable. El socio debe instrumentar su
voluntad de disolver en una declaratoria y tener documentada la notificación a los
consocios, a los efectos de la anotación en el Registro Nacional de Comercio.
La disolución se entiende producida en la fecha que el socio comunique su decisión a
los demás, pero se hace efectiva a partir del vencimiento de los plazos del inciso 2 del
artículo 43, correspondiendo recién entonces comenzar la liquidación. Frente a
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3. Las que aseguren que alguno o algunos de los socios la restitución integra de
sus aportes o con un premio designado o con sus frutos o con una cantidad
adicional, cualquiera sea su naturaleza, haya o no haya ganancias.
4. Las que aseguren al socio su capital o las ganancias eventuales.
5. Las que prevean en caso de rescisión o disolución de la sociedad no se liquide
la parte de alguno o algunos de los socios en las ganancias o en el patrimonio
social.
6. Las que permitan la determinación de un precio para la adquisición de la parte
de un socio por otro u otros que se aparte notablemente de su valor real al
tiempo de hacerla efectiva.
4.3.3) Efectos de la nulidad
La Ley 16.060 establece reglas sobre los efectos de la nulidad respecto a terceros,
socios y administradores. En particular, el legislador ha tenido en cuenta que un
contrato de sociedad nulo o con una estipulación nula, cualquiera fuera la causa de la
nulidad, de todos modos, crea relaciones entre los socios, entre éstos y la sociedad y,
también, entre la sociedad y terceros.
Así, por ejemplo, los socios se obligaron a realizar aportes o pudieron haber hecho
efectivos sus aportes. Además, la sociedad, no obstante la nulidad, puede haber
realizado una actividad que generó relaciones jurídicas con terceros.
Efectos de la nulidad cuando afecta a todo el contrato de sociedad
Cuando la nulidad afecta a toda la sociedad se producen distintos efectos
relacionados con la sociedad misma, con los terceros y con los socios. Los
estudiaremos en este orden.
Efectos sobre la sociedad
En atención a estos aspectos, del contexto legal resulta que la sociedad afectada por
una causal de nulidad es, de todos modos, un sujeto de derecho. Se le aplica el art. 2
de la LSC que se refiere a todas las sociedades comerciales. Los actos realizados por
cuenta de la sociedad nula, vinculan al sujeto societario y afectan su patrimonio,
como tutela para los terceros. Sólo hay responsabilidad solidaria de socios,
fundadores y administrador, cuando se trata de nulidades no subsanables.
Sin embargo, el sujeto societario no podrá continuar las actividades sociales. El art.
26, inc. 1, establece lo siguiente: “La declaración de nulidad de la sociedad impedirá
la continuación de sus actividades y se procederá a su liquidación por quien designe
el Juez conforme a lo dispuesto en la Sección XIII del presente capítulo.” Por lo tanto,
deberá liquidarse el patrimonio de la sociedad aplicándose las normas dictadas para
la liquidación en el caso de disolución. Cualquiera sea la causa de nulidad, es el Juez
quien debe designar al liquidador.
El art. 26, inc. 2, dispone: “En los casos de nulidad por objeto o causa ilícitos, el
remanente de la liquidación ingresará al patrimonio estatal para el fomento de la
educación pública.”
Efectos de la nulidad respecto a terceros
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Todas las nulidades serán subsanables a excepción de las producidas por objeto o
causa ilícita (art. 30). La subsanación podrá realizarse hasta que quede ejecutoriada
la sentencia definitiva que declare la nulidad. El juez, a instancia de cualquier
interesado o de oficio y antes de dictar sentencia definitiva, podrá fijar un plazo para
subsanar la nulidad (art. 31). Las nulidades podrán ser subsanadas mediante nuevos
acuerdos sociales, decisiones de los socios que eliminen su causa o incorporación de
nuevos socios. La anulabilidad de la sociedad supone que se requiere una
declaración judicial para que la sociedad devenga nula. Esto es, la anulación no se
produce ipso iure. Para que la sociedad del caso pueda ser considerada como nula
debe ser declarada como tal.
4.3.5) Acción de nulidad
La acción de nulidad será removida por quien corresponda de acuerdo a los principios
generales. La nulidad por objeto o causa ilícita podrá ser solicitada por cualquiera de
los socios, por terceros o declarada de oficio por el juez. Extinción: la acción de
nulidad se extinguirá cuando la causal que la haya provocado deje de existir antes de
ejecutoriada la sentencia definitiva.
4.3.6) Acción de responsabilidad
La acción de responsabilidad fundada en la existencia de nulidades, prescribirá a los
3 años contados desde el día en que la sentencia definitiva que declare la nulidad
adquiera autoridad de cosa juzgada. La desaparición de la causal de nulidad o de su
subsanación no impedirá el ejercicio de la acción de responsabilidad. En este caso, el
término de prescripción de 3 años se contará desde el día en que desaparezca o sea
subsanada la causal de nulidad.
4.4) Sociedades atípicas
El artículo 3 obliga a los contratantes a adoptar uno de los tipos regulados: “Las
sociedades comerciales deberían adoptar alguno de los tipos previstos por esta ley.
Las sociedades comerciales que no se ajusten a lo dispuesto precedentemente,
estarán sujetas al régimen establecido en la Sección V del Capitulo I (sociedades
irregulares y de hecho)”. Una vez que se ha resuelto constituir una sociedad
comercial, la Ley impone que el contrato que recoja el acuerdo de voluntades se
disponga la adopción de un tipo regulado por la Ley.
La Ley 16060 incorpora y reglamenta los tipos que ya estaban previstos en nuestra
legislación tradicional: colectiva, comandita simple y por acciones, de responsabilidad
limitada, de capital e industria, anónima y accidental o en participación. En cuanto a
las sociedades cooperativas el art. 515 dispone: “Las sociedades cooperativas se
regirán por sus leyes especiales, sin perjuicio de la aplicación de esta ley en el no
previsto por ellas y en cuanto sea compatible”. Las particulares pueden adoptar
libremente los tipos previstos salvo que la Ley prohíba o imponga determinados tipos
en razón de la actividad que se proponen realizar o de otros factores. Si no se adopta
un tipo, la sociedad comercial quedará sujeta a la disciplina de las sociedades
irregulares.
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Una sociedad atípica pudo haber realizado una actividad económica de la cual
nacieron negocios jurídicos que vincularon a la sociedad y a terceros. Con esta
construcción legal, si la sociedad atípica es comercial por su objeto, no deja de ser
sociedad comercial a los efectos de serle aplicado el régimen de esta Ley y se le
aplicarán las normas sobre sociedades irregulares en lo que respecta a las
consecuencias de la actividad realizada así como a las responsabilidades de los
socios y administradores.
Caso particular: cuando una sociedad constituida en el extranjero, bajo un tipo
desconocido por nuestras leyes, establezca una sucursal o representación
permanente en nuestro país, quedará sometida al mismo régimen que se le aplica a
las sociedades anónimas, en cuanto a los requisitos de inscripción y publicación, en
cuanto a la responsabilidad de los administradores que se designen para administrar
a la sucursal y en cuanto a los contralores administrativos a que estará sujeta la
sucursal.
5) El Socio
Se considera socio a cada una de las partes que integran el contrato de sociedad,
sea porque concurrieron a la celebración del contrato o sea porque hayan adquirido la
calidad de socio con posterioridad.
El socio adquiere, por el contrato social, un estatuto jurídico. Nace para el socio, a
partir de la celebración del contrato, un complejo haz de derechos, obligaciones,
prohibiciones y responsabilidades, que lo relacionan con sus consocios, con la
sociedad y con los terceros. A este haz, conformante de un estatuto especial, se lo
conoce como “status” de socio o posición de socio.
Al contratar sociedad, el socio entra en relación con los demás socios contratantes y
con la sociedad creada. Eventualmente - en los tipos sociales en que el socio
responde personalmente por las deudas sociales – se relaciona, también, con los
terceros que contratan con la sociedad. Todos esos derechos y obligaciones de los
socios están ligados y entrelazados entre sí.
El contrato puede fijar una fecha para el ejercicio de los derechos y para el
cumplimiento de las obligaciones. Si el contrato nada establece, los derechos y
obligaciones comienzan en la fecha del otorgamiento del contrato. El art. 57, inc. Ley
16.060 dispone: “Los derechos y obligaciones de los socios comenzarán en la fecha
establecida en el contrato de sociedad y si ella no se hubiere estipulado, desde la
fecha de su otorgamiento.”
5.1) El estado de socio
Para ser socio de una sociedad comercial se requerirá la capacidad para ejercer el
comercio, salvo las excepciones establecidas en esta ley.
La Ley contempla tres situaciones especiales:
1. los padres, los tutores y curadores no pueden contratar sociedades ni adquirir
participaciones sociales, cuotas sociales o acciones, por sus representados,
sin autorización judicial fundada. Esta autorización no puede concederse en
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por acciones dicha remoción podrá ser solicitada por el síndico, cualquier socio
comanditado o accionistas que representen el 10 % (diez por ciento) del capital
accionario integrado.” El art. 179 establece la posibilidad de impugnar el balance final
y el proyecto de distribución de bienes, confeccionados por el liquidador.
6) Relaciones de los socios con la sociedad y los terceros
6.1) Las relaciones de los socios con la sociedad
Los derechos y obligaciones de los socios comenzarán en la fecha establecida en el
contrato de sociedad y si ella no se hubiera estipulado, desde la fecha de su
otorgamiento.
Los socios responderán de los actos realizados a nombre o por cuenta de la
sociedad, por quienes tengan o hayan tenido su representación y de acuerdo con lo
que se dispone para cada tipo social.
6.1.1) Aportes
La principal obligación del socio es la de aportar. Los aportes constituyen el
patrimonio social. Por ser la sociedad un contrato plurilateral y por ser persona
jurídica, las prestaciones que los socios se obligan a realizar, no se intercambian
entre ellos sino que se vuelcan en el patrimonio del sujeto nacido.
Cuando un socio cumple con su obligación de aportar, el bien que aporta sale de su
patrimonio. A cambio de su aporte, el socio recibe una participación social, medida
por el valor de su aporte en relación al capital integrado total de la sociedad. El
patrimonio constituido por los aportes cumple dos funciones: una función instrumental
y una función de medida de la responsabilidad.
Los aportes están especialmente regulados en la parte general de la Ley 16.060
(LSC), sección VII, con normas comunes para todos los tipos aunque la LSC,
también, contiene normas particulares para ciertos tipos. Lo prevé especialmente el
art. 72, que establece: “Sin perjuicio de lo dispuesto en esta Sección, los aportes a
sociedades anónimas y de responsabilidad limitada se regirán por lo que se prevé en
los Capítulos respectivos.”
Cada socio será deudor frente a la sociedad de lo que haya prometido aportar. No
podrá exigírsele un aporte mayor sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 152.
Los aportes podrán consistir en obligaciones de dar o de hacer. En las sociedades
anónimas, en las de responsabilidad limitada y en las en comandita respecto del
capital comanditario, el aporte deberá ser de bienes determinados, susceptibles de
ejecución forzada. El crédito personal y la mera responsabilidad no serán admisibles
como aportes.
a) Definición de aporte
La palabra “aporte” puede ser entendida en dos sentidos diversos: como obligación o
como el contenido de la obligación.
El aporte como obligación
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El contrato crea una relación jurídica entre el socio y la sociedad. El socio es deudor
del aporte respecto de la sociedad. La obligación de aportar surge de la propia
definición de sociedad (art. 1). También, se encuentra referida en los incs. 12 y 2 del
art. 58. El inc. 2 del art. 58 parece definir al aporte como obligación. Dispone: “Los
aportes podrán consistir en obligaciones de dar o de hacer, salvo para los tipos de
sociedad en los que se exige que consistan en obligaciones de dar”.
El aporte como contenido de la obligación de aportar
No obstante, en general se llama aporte al objeto sobre el cual recae la obligación de
aportar. Esto es, al objeto de la obligación del socio, también, se le llama aporte. En
este sentido, FERRO ASTRAY definía al aporte como a todo bien, valor o relación
jurídica pecuniariamente estimable, susceptible de constituirse en el objeto de la
obligación de aportar a cargo del socio.
Así como en el contrato de compraventa, su particularidad es el contenido de las
obligaciones de las partes - pagar el precio y entregar la cosa - en el contrato de
sociedad lo específico es el contenido de la obligación: el aporte. El “aporte” es el
contenido de la obligación.
b) Funciones del aporte
Los aportes de los socios constituyen el patrimonio inicial de la sociedad o, cuando se
trata de aportes por aumentos del capital, contribuyen a aumentar los bienes que
integran su activo.
Función instrumental
En lo que respecta a su función instrumental, el patrimonio y los bienes que lo
integran sirven para la explotación del giro previsto como objeto de la sociedad.
Por ello, el art. 58 prohíbe que se constituya como aporte el "crédito personal" o la
"mera responsabilidad".
Función de medida de responsabilidad
En lo que respecta a su función de responsabilidad, la sociedad, con su patrimonio,
responderá frente a terceros. Con los bienes del patrimonio social, la sociedad debe
afrontar el pago a los acreedores sociales.
La sociedad, en su actuación en el mundo de los negocios, va a contraer obligaciones
y el respaldo para ella está constituido por el patrimonio social. Para determinar la
solvencia de una sociedad, no se ha de estar a la cifra de capital, que es una cifra
meramente ideal, suma de aportes oportunamente recibidos; lo que interesa es el
patrimonio con que la sociedad cuenta, formado inicialmente por los aportes pero que
se modifica día a día de acuerdo al resultado de la actividad comercial de la sociedad.
El interés de estas funciones determina que la formación y preservación de ese
patrimonio sea de la mayor importancia. El legislador cuida que efectivamente se
forme y, luego, no se diluya, mediante controles de distinta naturaleza y entidad.
El equilibrio entre capital integrado y patrimonio se cuida fundamentalmente en
materia de sociedades anónimas, en razón de la limitación de responsabilidad de los
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socios. En otros tipos sociales, los acreedores pueden acudir al patrimonio de los
socios cuando el patrimonio social es insuficiente.
c) Tipos de aportes
Clasificación según el objeto del aporte
En las sociedades personales cada socio se obliga a aportar una suma de dinero o un
bien o un crédito o trabajo por un determinado valor. Las sumas de esos valores
totaliza el capital que ha de figurar en el contrato. El artículo 58, en su inciso 2,
establece el contenido del aporte. Dispone: “Los aportes podrán consistir en
obligaciones de dar o de hacer, salvo para los tipos de sociedad en los que se exige
que consistan en obligaciones de dar”.
Obligaciones de dar: Cuando el aporte consiste en una obligación de dar, puede
cumplirse en dinero o en especie. Cuando el aporte se cumple en
especie, supondrá la entrega de un bien corporal o incorporal. El
aporte en bienes corporales puede estar constituido por cualquier
clase de bien, sea mueble o inmueble. La Ley 16.060 menciona,
especialmente, a los títulos cotizables (art. 65) y al establecimiento
comercial (art. 68).
En cuanto a los bienes incorporales susceptibles de ser aportados, la Ley dispone
respecto del aporte de derechos y del aporte de créditos. En cuanto al aporte de
derechos, el art. 59 de la LSC establece: "Los derechos podrán aportarse cuando,
debidamente instrumentados, se refieran a bienes susceptibles de ser aportados y no
sean litigiosos".
También, pueden aportarse créditos. En efecto, el art. 60 de la LSC
dispone: "Cuando se aporte un crédito y éste no pueda ser cobrado a su vencimiento,
la obligación del socio se convertirá, en la de aportar suma de dinero equivalente, que
deberá hacer efectiva en el plazo de treinta días a partir de aquél salvo que otra cosa
se haya pactado".
Obligaciones de hacer: El aporte, también, puede consistir en obligaciones de
hacer. La LSC regula este aporte en el art. 61 al referirse al aporte de
industria. Esta norma dispone lo siguiente: "Cuando se aporte
industria, el trabajo del socio aportante deberá ser prestado en
exclusividad, salvo estipulación en contrario. Los aportes de industria
conferirán al aportante idéntica posición que los demás socios en
cuanto a sus derechos y obligaciones. Dejándose de cumplir con el
aporte de industria comprometido y no existiendo previsión expresa, la
participación del socio se reducirá proporcionalmente al trabajo ya
realizado, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 147."
Clasificación según la modalidad del aporte
De acuerdo al alcance de los derechos que confiere, el aporte puede darse en
propiedad, en usufructo o en uso.
Aporte en propiedad: El aporte en propiedad está previsto en el art. 58, inc. 5. La
norma dispone: "Tratándose de obligaciones de dar se presumirá que
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El cumplimiento de los aportes deberá ajustarse a los requisitos dispuestos por la Ley
según la distinta naturaleza de cada bien. Quien aporte un bien en propiedad o
usufructo tendrá las obligaciones y responsabilidades del vendedor. El aportante de
uso o goce tendrá las obligaciones y responsabilidades del arrendador.
Mora en el aporte: el socio que no cumpla con la obligación de aportar incurrirá en
mora sin necesidad de interpelación alguna y deberá pagar el interés bancario
corriente para operaciones activas y resarcir los daños y perjuicios. La sociedad
podrá exigir el cumplimiento del aporte mediante juicio ejecutivo o de entrega de la
cosa salvo que se haya optado por la exclusión del moroso.
La evicción del bien aportado autorizará la exclusión del socio. Si no fuera excluido
deberá su valor. El socio podrá evitar su exclusión reemplazando el bien por otro de
igual especia y calidad.
f) Prestaciones accesorias
Podrá pactarse que los socios efectúen prestaciones accesorias las que no integrarán
el capital. Su naturaleza, duración, modalidad, retribución y sanciones para el caso de
incumplimiento deberán ser establecidas en el contrato. No podrán pactarse
prestaciones accesorias en dinero.
Los acreedores sociales no podrán exigir de los socios el pago de sus créditos sino
después de la ejecución del patrimonio social y cuando corresponda en relación de su
responsabilidad, según el tipo social adoptado.
6.2.1) Embargo de participaciones sociales
Los acreedores de un socio podrán embargar su participación social, pero sólo
podrán cobrarse con las ganancias que se distribuyan y con los bienes que se le
adjudiquen en la liquidación de la sociedad cuando ella se disuelva o en la liquidación
de su participación, en caso de rescisión parcial. El embargo deberá notificarse a la
sociedad y comunicarse al Registro Público de Comercio. La sociedad no podrá ser
prorrogada ni reactivada si no se satisface al acreedor embargante. Lo mismo ocurrirá
en el caso de transformación, fusión y escisión.
En cualquiera de los casos previstos en el inciso anterior los acreedores de los socios
podrán pedir la liquidación de la cuota del socio deudor aplicándose la norma sobre
rescisión parcial. Igual derecho tendrán los acreedores cuando haya vencido el plazo
vigente y se hubiera pactado la prórroga automática.
Esta norma no se aplicará en las acciones de las sociedades anónimas y en
comandita por acciones, así como tampoco a las cuotas de sociedades de
responsabilidad limitada:
- Las cuotas sociales de responsabilidad limitada son embargables y ejecutables
pero en caso d ejecución forzada se respetará el derecho de preferencia de los
socios de esas sociedades para optar por la compra de las mismas y
eventualmente a la propia sociedad con las utilidades sociales.
- Las acciones de SA son embargables y admiten su ejecución forzada sin
plantearse el derecho de preferencia de los socios.
7) Administración y representación
7.1) Funciones y facultades de administradores y representantes
Los administradores tendrán a su cargo la gestión de los negocios sociales.
Representarán a la sociedad salvo que la ley o el contrato atribuyan las funciones de
representación a alguno o algunos de ellos o establezcan otro sistema para la
actuación frente a terceros.
Deben administrar los bienes sociales, organizar internamente el establecimiento y al
empresa social (gestión interna) y luego realizar la actividad o el giro social (gestión
externa). Para el desempeño de todas estas funciones deben celebrar negocios
jurídicos que relacionarán a la sociedad con terceros, para lo cual se agrega la figura
del representante. La sociedad queda vinculada por los actos y negocios celebrados
por el representante y sólo queda obligada cuando es él quien actúa.
La Ley ha distinguido claramente entre la función de administración y la función de
representación. Estas dos funciones pueden ser atribuidas a una sola persona. Es el
caso del administrador de una sociedad colectiva, que tendrá también la
representación social.
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Los representantes de la sociedad la obligarán por todos los actos que no sean
notoriamente extraños al objeto social.
La sociedad no queda obligada si el administrador o el representante celebran actos
notoriamente extraños al objeto social. Extraño es ajeno; notorios es lo público y
sabido por todos. La Ley supone que los terceros deben conocer lo que esta dentro o
fuera del objeto social, dada la publicidad del contrato. Debe resultar claro y visible a
todos, cuando un negocio se corresponde al objeto social sin que sea menester un
examen de fono o una investigación precisa de móviles, que pueden ser muchas
veces ocultos.
También, puede suceder que esas funciones deban ser cumplidas por distintas
personas u órganos sociales. Damos como ejemplo, la sociedad anónima, en la cual
el directorio es el órgano de administración que forma la voluntad social y su
Presidente es el órgano de representación que la ha de exteriorizar. Las resoluciones
relacionadas con la gestión se adoptan por el directorio y el acto de ejecución de lo
resuelto, celebrando un negocio con un tercero, es cumplido por el Presidente, su
representante.
El desdoblamiento de funciones (de administración y representación) puede ser
dispuesto por la Ley o puede ser establecido en el contrato. En materia de
sociedades anónimas, la Ley establece que cuando se ha designado un directorio, el
Presidente tendrá su representación salvo pacto en contrario. El estatuto podría
establecer que la representación será ejercida por ejemplo por el Presidente y el
directorio actuando conjuntamente.
Para los demás tipos sociales, el desdoblamiento de funciones debe ser
expresamente previsto en el contrato social o en el acto de designación posterior. Si
nada se dice en el contrato o en el acto de designación, el administrador será el
representante de la sociedad.
Se entenderán comprendidos dentro de los actos de gestión el arrendamiento, el
gravamen y la enajenación de bienes sociales.
El contrato social puede contener restricciones a las facultades de los
administradores, disponiendo, por ejemplo, que para enajenar inmuebles o
hipotecarlos se requiere el previo acuerdo de todos o de una mayoría de socios o que
para contraer obligaciones superiores a cierta cantidad se requiere un previo acuerdo
social. Tales restricciones, aún cuando resulten del contrato, que está sometido a
publicidad registral, son inoponibles a terceros.
De modo que, si un contrato tiene una restricción y el administrador la viola, la
sociedad queda igualmente comprometida frente al tercero. El tercero ha confiado en
la calidad de “administrador” y de “representante” y no se le impone el contralor
riguroso y detallado sobre la extensión de las facultades. Si el administrador conoce
la restricción y no obstante ello celebró el negocio en violación de la norma restrictiva,
la sociedad no queda obligada (art. 79). La Ley no ha querido tutelar al tercero de
mala fe.
7.2) Condiciones para ser representantes o administradores
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integrará con el balance especial ajustado a la fecha. Deberán cumplirse los mismos
requisitos y formalidades exigidos para el nuevo tipo social; cuando corresponda
realizar publicaciones, se establecerá además la denominación, la sede o sedes y el
tipo social anterior.
9.1.8) Revocación de la transformación
La transformación podrá ser revocada si no se inscribiera. En este caso quedarán sin
efecto los recesos y exclusiones producidos.
9.1.9) Liquidación (quiebra) de la sociedad transformada
Si la sociedad transformada se liquidara dentro de los seis meses de inscripto su
nuevo tipo social en el Registro Público de Comercio, los acreedores por obligaciones
contraídas con anterioridad a esa inscripción podrán solicitar la liquidación de los
socios que sean solidariamente responsables, siempre que se compruebe que en
aquel momento la sociedad se encontraba en estado de cesación de pagos.
9.2) Fusión y escisión
9.2.1) Conceptos introductorios y normas comunes a la fusión y escisión
a) Fusión
Habrá fusión por creación cuando dos o más sociedades se disuelven sin
liquidarse y transmitan sus patrimonios, a titulo universal, a una sociedad
nueva que constituyan.
Habrá fusión por incorporación cuando una o más sociedades se disuelvan sin
liquidarse y transmitan sus patrimonios, a titulo universal, a otra sociedad ya
existente.
En las dos modalidades, los socios o accionistas de las sociedades fusionadas
recibirán en compensación, participaciones, cuotas o acciones de la sociedad que se
cree o de la incorporante.
b) Escisión
Habrá escisión cuando una sociedad se disuelva sin liquidarse y transmita cuotas
partes de su patrimonio, a titulo universal, a una sociedad o a sociedades que se
creen. Los socios o accionistas de la sociedad escindida recibirán participaciones
sociales o acciones de todas o algunas de las nuevas sociedades.
c) Operaciones asimiladas
Se considera comprendida en las normas de fusión y escisión la operación por la que
una sociedad, disolviéndose o no, trasmita una o más cuotas partes de su patrimonio
a una sociedad o a sociedades existentes o participe con ella o ellas, en la creación
de una nueva sociedad.
Asimismo, la sociedad que transmita parte de su activo a una sociedad existente
podrá convenir con ésta que la operación quedará sometida a las disposiciones de
fusión y escisión.
Comentario: en la fusión se suman sociedades mientras que en la escisión se dividen,
podemos decir que la escisión es el proceso inverso a la fusión.
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Las sociedades que se creen por la escisión serán solidariamente responsables entre
sí y con la escindida, si ella subsiste, por los créditos denunciados por los acreedores
en el plazo de 20 días visto anteriormente y por los que figuren en los balances
especiales.
Los pactos celebrados para la distribución de las deudas, sólo tendrán eficacia entre
las sociedades creadas por la escisión.
Todo ello, sin perjuicio de la responsabilidad personal de los socios de la sociedad
escindida, según el tipo, por las deudas anteriores a la inscripción de la escisión en el
Registro Público de Comercio.
PASO 4: Receso de socios ausentes o en desacuerdo y exclusión de socios de
socios ausentes (hay un plazo de 30 días desde la última publicación)
Igual que en el caso de fusión.
Las sociedades creadas y la escindida, si subsiste, serán solidariamente
responsables del pago de las participaciones del socio recedente o excluido.
PASO 5: Acto definitivo o contrato de escisión
Cumplidas las etapas previas previstas anteriormente, los representantes de la
sociedad formalizarán el acto de escisión u otorgación el respectivo contrato, según
los casos.
PASO 6: Inscripción
El acto de escisión de inscribirá en el Registro Público de Comercio a pedido de los
administradores o representantes de cualquiera de las sociedades creadas o de la
escindida, si ella subsiste, o de las personas autorizadas especialmente al efecto,
indistintamente.
10) Rescisión parcial
De acuerdo al diccionario de Couture, rescisión es la acción y efecto de extinguir un
contrato, normalmente de ejecución continuada o sucesiva, por causas supervinientes
a su perfeccionamiento y con referencia sólo hacia el fututo. Resolución es la acción y
efecto de extinguir un contrato por causas supervinientes a su perfeccionamiento, con
alance retroactivo. La ruptura del vínculo de un socio produce efectos hacia el fututo,
por lo que corresponde utilizar la denominación rescisión.
En conclusión, la rescisión parcial es la ruptura del vínculo de un socio con la
sociedad comercial como consecuencia del acaecimiento de determinadas causales,
legales o contractuales, que produce efectos hacia el futuro.
10.1) Causas de rescisión parcial
10.1.1) Rescisión parcial y autonomía de la voluntad
El principio rector, en lo relativo a la rescisión parcial, es el de autonomía de la
voluntad.
Los socios, al celebrar el contrato social, pueden estipular causas de rescisión parcial
no previstas por la Ley. La importancia de este principio queda de relevancia pues se
incluye, como norma, en el artículo 143, con el cual se abre esta sección.
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es que ningún socio puede retirarse cuando así lo quiera. Por vía excepcional, la Ley
autoriza que un socio pueda receder, cuando los socios o accionistas restantes han
adoptado, por mayoría, determinadas resoluciones sociales, sobre aspectos
fundamentales del contrato o de los derechos de los socios, que la Ley prevé
taxativamente. El artículo 150 prevé que el receso es un derecho del socio que éste
podrá ejercer en los casos dispuestos por la Ley o por el contrato. El artículo 151
dispone que el derecho de receso es irrenunciable y que su ejercicio no puede ser
restringido. El artículo 319 establece que es un derecho fundamental o esencial de
los accionistas.
10.2) Inscripción
Producida una causal de rescisión parcial cualquier interesado podrá inscribir en el
Registro Público de Comercio el documento o documentos que la acrediten. La
rescisión parcial producirá efectos respecto a terceros a partir de esta inscripción.
10.3) Efectos de la rescisión parcial
10.3.1) Respecto a sociedad
La sociedad subsiste entre los restantes socios pero con modificaciones de distintas
estipulaciones del contrato. Ha de variar el número de socios, el capital, el régimen de
administración, en la hipótesis que el socio excluido fuera administrador y la
denominación social, si en ella estuviera el nombre del excluido. En algún caso la
sociedad quedará transformada en otro tipo. Por ejemplo, si se excluye al único socio
industrial o al único socio comanditario, la sociedad se deberá transformar en
colectiva a menos que algún otro socio asuma la calidad de socio industrial o
comanditario.
10.3.2) Respecto al socio, que deja de serlo
El socio se desvincula del negocio societario y, por consecuencia, deja de tener todos
los derechos, obligaciones, deberes y prohibiciones que corresponden al estatuto del
socio. El socio saliente, si es socio colectivo o comanditado o el socio capitalista de
una sociedad de capital e industria será responsable por las deudas contraídas hasta
la inscripción del documento que acredite la rescisión en el Registro de Comercio (art.
145). Se debe liquidar su parte en el patrimonio y luego se le debe pagar. La Ley fija
plazo y da normas precisas en el artículo 154.
10.3.3) Situaciones especiales
El efecto del ejercicio del derecho de receso es la rescisión parcial de la sociedad,
respecto al socio recedente. Esta rescisión parcial, eventualmente, en los casos en
que se vea afectada la pluralidad de socios o desvirtuado el tipo social, puede
provocar la disolución de la sociedad (arts. 156 y 157).
a) Rescisión que afecta la pluralidad de socios
Puede suceder que producida una causal de rescisión parcial que afecte a uno o más
socios, resulte que sólo permanezca en la sociedad un socio. Ello afecta la estructura
plurilateral del negocio societario.
La exigencia de la pluralidad de socios no sólo rige para el momento constitutivo, sino
durante el funcionamiento de la sociedad. Las opciones son las siguientes: disolver la
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sociedad o continuar la sociedad, logrando interesar a otra u otras personas para que
se incorporen a la sociedad, recomponiendo la pluralidad.
Disolución de la sociedad: Si el socio restante opta por la disolución tiene
otro derecho que la Ley describe así: derecho de asumir el activo y pasivo de
la sociedad para continuar con el mismo giro de la sociedad.
Recomposición de la pluralidad: El socio puede negociar el ingreso de
nuevos socios, lo que ha de suponer la celebración de un contrato con ellos,
que se obligarán a efectuar un aporte de capital o a adquirir una participación
de la sociedad. En el nuevo contrato, que recoja la adhesión de nuevos socios
se incluirán las estipulaciones necesarias de acuerdo a las circunstancias.
Cualquiera de las opciones debe ser adoptada en el plazo de un año. En ese
año, en tanto no se opte, el socio único responderá ilimitadamente por las
obligaciones sociales.
Aplicación del artículo 156 a otras situaciones: Una situación similar a la
prevista en el artículo 156 se puede presentar por otras circunstancias. Así, por
ejemplo, por vía de cesión de partes o cuotas, una persona puede resultar
cesionaria de todas las partes o cuotas. Otro ejemplo: por vía de negociación
de acciones de una sociedad anónima éstas pueden quedar en manos de un
solo accionista. Para tales hipótesis se aplica el artículo 159 que enumera
causales de disolución y entre ellas, el numeral 8 dice: “Por reducción a uno
del número de socios según se dispone en el artículo 156”. De acuerdo con
esta disposición, la sociedad se disuelve cuando queda reducida a un socio
porque no puede haber sociedad de un solo socio; pero como se hace
remisión al art. 156, el socio único restante puede optar por la reactivación de
la sociedad por la incorporación de nuevos socios.
b) Rescisión que desvirtúa el tipo social
El artículo 157 establece: “Si por efecto de la rescisión parcial quedara desvirtuado el
tipo social, los socios restantes podrán optar por disolver la sociedad o por continuarla
mediante la incorporación de nuevos socios o transformarla dentro del plazo de ciento
ochenta días. Mientras no formalicen la opción concedida, los socios responderán
ilimitada y solidariamente por las deudas sociales que se contraigan”.
La Ley crea varias opciones para ser ejercidas por los socios restantes después de
una rescisión parcial si, como consecuencia de ella, se desvirtúa el tipo social:
disolver la sociedad;
continuarla incorporando nuevos socios;
continuarla transformándola.
El plazo para ejercer la opción es de 180 días. En tanto no se resuelve cual de las
vías se adoptará, todos los socios responden personalmente y en forma ilimitada y
solidaria por las deudas sociales.
10.3.4) Liquidación de la participación del socio saliente
Cuando se produce rescisión, por cualquier causal, debe liquidarse la parte que
corresponde al socio en el patrimonio social. Se debe fijar el valor de la parte o de la
cuota o de la acción sobre la base del valor del patrimonio social neto a una fecha
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que la Ley predetermina y que es distinta según los casos. En nuestro concepto, el
balance especial debe reflejar los valores patrimoniales reales al momento
determinado que la Ley dispone.
10.4. Pactos de continuación
Se admitirá el pacto de continuación de la sociedad con los sucesores o el cónyuge
del socio fallecido o con el representante del socio incapaz.
El pacto obligará a los sucesores del socio fallecido y al cónyuge supérstite en su
caso. Si el socio fallecido fuera de responsabilidad ilimitada sus sucesores podrá
condicionar su permanencia en la sociedad a la transformación del tipo social, de
manera que su responsabilidad no exceda la participación del causante. Este derecho
deberá necesariamente ejercerse dentro del término de un año a contar de la muerte
del socio.
10.5. Liquidación y pago de la participación
Salvo pacto en contrario, el valor de la participación del socio saliente se fijará
conforme al patrimonio social, a la fecha del hecho o del acuerdo que haya provocado
la rescisión parcial o de la demanda de exclusión.
La sociedad deberá comunicar al socio o accionista saliente o a sus herederos o
representantes legales en su caso, el valor de su participación, cuota o acción,
acompañando el balance correspondiente.
En todos los casos, el socio saliente, sus herederos o representantes tendrán
derecho a demandar a la sociedad el pago de las diferencias a su favor que estimen
procedentes por cualquier causa, en el plazo perentorio de 60 días a contar de aquel
en que hayan tomado conocimientos del valor de su participación social.
El reembolso podrá efectuarse al contado o en cuotas con plazo máximo de un año, a
partir de la fecha en que se haya resuelto o producido la rescisión.
Lo dispuesto es sin perjuicio de lo establecido en casos especiales tales como los de
transformación, fusión y escisión.
Situaciones especiales: la sociedad podrá ser judicialmente autorizada a retener total
o parcialmente el pago de la participación social cando existan negocios pendientes
que puedan hacer variar de manera fundamental su valor. En este caso, la liquidación
toral o parcial se la cuota se realizará una vez finalizados aquellos negocios. En los
casos de exclusión por culpa del socio, la sociedad podrá negarle participación en las
utilidades en atención a la naturaleza o gravedad del incumplimiento con autorización
judicial.
Cuando el socio haya aportado el usufructo, uso o goce de bienes, su restitución se
efectuará en el plazo que judicialmente se fije, de acuerdo a las circunstancias del
caso y estableciéndose las compensaciones que correspondan.
11) Disolución y liquidación. Aspectos jurídicos
11.1) Disolución
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La consecución del objeto social se ha de dar en el primer caso, esto es, cuando la
sociedad ha cumplido con un objeto específicamente determinado, de carácter
transitorio.
La imposibilidad sobreviniente de lograr el objeto, podrá ser de hecho o de Derecho.
La imposibilidad de hecho sería, por ejemplo, el agotamiento de los filones de una
mina; la imposibilidad de Derecho sería, por ejemplo, que se dictara una ley posterior
a la celebración del contrato que cree un monopolio estatal o prohíba la explotación
de un giro.
En los casos establecidos en este inciso, debe haber un acuerdo social o una
declaración judicial que constate el hecho o la causal de disolución.
En cualquiera de estos casos, nada impide que producida la causal de disolución, los
socios acuerden modificar el objeto de la sociedad para mantener la existencia de la
sociedad. Se tratará de un acuerdo o convención de modificación que debe
celebrarse con las mayorías requeridas según el tipo y que son las mismas
analizadas precedentemente para resolver la disolución anticipada o para convenir la
prórroga.
5. Liquidación de la masa activa del concurso
De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 261 de la Ley 18.387 de 2008, el n° 5 del
artículo 159 de la Ley 16.060 se sustituye por el siguiente: "5) Por la decisión judicial
de liquidación de la masa activa del concurso". En estos casos, la disolución produce
sus efectos a partir del auto que declare la liquidación de la masa activa del concurso.
De acuerdo al régimen vigente, la sociedad queda disuelta cuando se dicta la
sentencia que dispone la liquidación de la masa activa. La sociedad se mantendrá
existente a los efectos de la liquidación de su activo y el pago de los créditos, pero
representada por el síndico. Se extinguirá cuando termine el proceso liquidatorio y no
queden bienes remanentes ni pasivos.
6. Por pérdidas que reduzcan el patrimonio social a una cifra inferior a la cuarta
parte del capital social integrado.
Para que se configure esta causal, el patrimonio neto de una sociedad debe ser
inferior a la cuarta parte del capital integrado. La existencia de las pérdidas puede ser
constatada por los socios o accionistas. La constatación puede surgir de un balance
de fin de ejercicio o de un balance especial, en que la diferencia entre los activos y los
pasivos arroje una suma menor a la cuarta parte del capital integrado.
El artículo 160 prevé distintos mecanismos para evitar la disolución por la causal de
pérdidas patrimoniales:
el reintegro de capital
la reducción del capital
La Ley no fija plazos para adoptar estas medidas pero mientras no se declare la
disolución por esta causal habrá tiempo para hacerlo. Desde luego, interesará hacerlo
cuanto antes, para evitar que cualquier socio, accionista o tercero promueva la
declaración judicial de disolución.
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La inactividad debe ser de tal grado, que afecte e impida la gestión de los negocios.
Suele suceder que en una sociedad no se convoque regularmente al Directorio o que
haya atraso en la realización de asambleas ordinarias y, no obstante ello, se esté
realizando la actividad comercial, industrial o civil que sea su objeto, en cuyo caso,
entendemos no se configuraría esta causal de disolución.
Cuando se configura esta causal de disolución en sociedades integradas por dos
socios o por grupos de socios enfrentados, difícilmente se ha de lograr un acuerdo ni
aún para declarar disuelta la sociedad. En estos casos, cualquier socio podrá solicitar
la declaración judicial de disolución.
La otra solución, para estas situaciones es la intervención judicial de la sociedad,
prevista específicamente en el artículo 184, inciso 2, como medida cautelar
autosatisfactiva, que no necesita de un juicio posterior.
10. Por la realización continuada de una actividad ilícita o prohibida o por la
comisión de actos ilícitos de tal gravedad que se desvirtué l objeto social.
Si la sociedad transgrediendo el objeto lícito y permitido, previsto en el contrato social,
realiza una actividad ilícita continuada o comete actos ilícitos de gravedad que
desvirtúen su objeto, se la sanciona con la disolución. En esta hipótesis, no se puede
reactivar la sociedad (art. 166).
11. En los demás casos establecido por la ley.”
Disolución a pedido de cualquiera de los socios de una sociedad irregular
Desvirtuación del tipo social por rescisión parcial
El art. 165 de la Ley establece que en caso de duda sobre la existencia de una causal
de disolución se estará a favor de la subsistencia de la sociedad.
11.1.2) Reactivación de la sociedad disuelta
Aún disuelta la sociedad y fuera de las causales 7 (fusión y escisión) y 10 (actividad
ilícita o prohibida), los socios podrán resolver la continuación de aquella por
resolución de la mayoría requerida para modificar el contrato. La sociedad conservará
su personería jurídica. Los socios que hayan votado negativamente o los ausentes
podrán receder.
La reactivación se regula por el artículo 166. Procede cuando se ha acordado la
disolución o se ha declarado judicialmente y aun cuando haya comenzado el proceso
de liquidación.
Terminado el proceso de liquidación se disuelven los vínculos contractuales,
desaparece la personería jurídica y, en tal caso, ya no podrá ser reactivada.
Si hay fusión o escisión no se puede reactivar porque la sociedad o sociedades
absorbidas o escindidas quedaron disueltas y extinguidas automáticamente como
consecuencia de la trasmisión patrimonial.
Si la sociedad ha realizado actividad ilícita o cometido actos ilícitos no merece la
tutela legal y debe ser liquidada para proteger a los acreedores.
El artículo 166 establece que la reactivación debe adoptarse por la mayoría requerida
para modificar el contrato y dispone también la aplicación del artículo 10.
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La Ley prevé mecanismo para que los socios disidentes o ausentes impugnen el
balance y el proyecto que luego pasará a consideración de los liquidadores y en caso
de desacuerdo irá a la justicia (art. 179).
11.2.7) Ejecución de la distribución
Aprobados privada y judicialmente, el balance final y el proyecto de distribución, los
liquidadores procederán a transferir a cada socio los bienes que le correspondan,
cumpliendo con los requisitos y forma exigidos por la ley, según su naturaleza.
Terminadas estas operaciones, los liquidadores formularán una declaración en la que
constarán las transferencias efectuadas, así como la extinción del activo y pasivos
sociales y solicitarán al Registro Público de Comercio la inscripción de ese
documento.
11.2.8) Caso de liquidación por actividad ilícita o prohibida (causal 10)
Los liquidadores serán designados judicialmente y el remanente de la liquidación
ingresará al patrimonio estatal para el fomento de la educación pública, salvo el
derecho de los socios que acrediten su buena fe a percibir su participación en el
patrimonio social.
11.2.9) Conservación de libros y documentos sociales
En defecto de acuerdo de los socios, se decidirá judicialmente quien conservará los
libros y documentos sociales.
12) Intervención judicial. Inoponibilidad de la personalidad jurídica
12.1) Intervención judicial
12.1.1) Procedencia de la intervención judicial
La intervención judicial es una medida procesal que el código general de proceso
ubica en el marco del proceso cautelar y significa intervenir un patrimonio individual o
social, pudiendo ser el de una sociedad comercial como el de una sociedad civil o una
cooperativa, o de una persona jurídica.
La Ley admite 3 supuestos de intervención:
1. Cuando el o los administradores de la sociedad realicen actos o incurran en
que la pongan en peligro grave.
2. Cuando el o los administradores nieguen a los socios o accionistas el ejercicio
de derechos esenciales, procederá la intervención judicial como medida
cautelar, con los recaudos establecidos en la ley.
3. Cuando por cualquier causa no actúen los órganos sociales o cuando
actuando, no sea posible adoptar resoluciones válidas, afectándose el
desarrollo de la actividad social. En esta hipótesis no será necesario entablar
un juicio posterior.
El solicitante de una intervención judicial deberá cumplir estos requisitos:
1. Acreditar su condición de socio o accionista.
2. Acreditar los hechos invocados como causal de la intervención.
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detrás de ella, como detrás de una máscara, actuando en el mundo de los negocios
en forma encubierta. De este modo, las personas físicas, se disfrazan para la
realización de maniobras ilícitas o fraudulentas con el vestido de la persona jurídica
societaria.
Frente a la posibilidad de un uso indebido de la técnica de la personería jurídica, nace
la creación de la jurisprudencia norteamericana en virtud de la cual, en los casos de
utilización indebida del negocio societario corresponde prescindir de la personería
jurídica dejando al descubierto la maniobra que se pretendió perpetrar. Se sostiene
que, en tales casos, corresponde superar la forma jurídica adoptada o prescindir de
ella o levantar el velo para constara cuál es la realidad interna encubierta y aplicar a
tal realidad el derecho que corresponda.
La novedosa resolución fue recepcionada en Europa y luego recibida en
Latinoamérica.
Hasta la sanción de la Ley 16060 no existían normas que autorizaran a los jueces a
desestimar la personería jurídica. Los jueces fundaban sus fallos en el abuso del
derecho o en la existencia de un negocio simulado. La Ley 16060 incorpora una
norma que los autoriza a hacerlo, en determinados casos pero encauzando y
limitando la aplicación del instituto, para que no se convierta en un instrumento de
utilización arbitraria y discrecional.
socios. Se admitirá pacto en contrario sólo para la cesión a otro socio. Si el cedente
fuera el administrador deberá designarse su sustituto. El adquiriente será
solidariamente responsable con el enajenante por los aportes aún no integrados. El
cedente será responsable de las deudas sociales contraídas antes de la inscripción
de la cesión en el Registro Nacional de Comercio. El cesionario será responsable de
las deudas anteriores y posteriores a dicha inscripción.
14.2) Sociedades en comandita
Hay dos clases de sociedades en comandita: simple y por acciones.
La sociedad en comandita simple está regulada en la sección II de la Ley 16.060
(LSC). Subsidiariamente se le aplican las normas de las sociedades colectivas, con
las salvedades de las normas especiales de los artículos de esa sección. La sociedad
en comandita por acciones está regulada en la sección VI y se le aplican, en subsidio,
normas de las sociedades en comandita simple y las de sociedades anónimas. Por
ello, la comandita simple está regulada, de inmediato, después de la regulación a las
sociedades colectivas y las sociedades en comandita por acciones se regulan
después de las normas sobre sociedades anónimas. Se entendió cuando se redactó
la Ley, que para poder regular la comandita por acciones había que determinar
primero el régimen de la sociedad anónima, porque muchas de las normas que la
regulan se aplican a la sociedad en comandita por acciones.
La sociedad en comandita es una sociedad en que hay dos tipos de socios:
comanditados y comanditarios. El socio comanditado tiene el estatuto del socio
colectivo con un régimen de responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria. El
comanditario, en cambio, tiene una responsabilidad limitada. Así lo establecen los
arts. 212 y 474: los comanditados responden como los socios de una colectiva y los
comanditarios sólo por la integración de su aporte.
14.2.1) Sociedad en comandita simple
a) El contrato
El contrato constitutivo se otorgará en escritura pública o privada con las
enunciaciones establecidas en el art. 6 de la LSC. El documento debe inscribirse en
el Registro Nacional de Comercio (art. 7).
En el contrato de una sociedad en comandita simple, es una sociedad de carácter
personal. Los nombres de todos los socios figuran en el contrato social. También, se
debe dejar constancia del aporte de cada socio y el dinero o los bienes que integraron
o prometieron aportar.
La sociedad en comandita simple se caracteriza por poseer dos clases de socios: los
comanditados (o colectivos) y los comanditarios. El o los socios comanditados
responderán por las obligaciones sociales como los socios de la sociedad colectiva y
el o los socios comanditarios sólo por la integración de su aporte.
Denominación
El art. 214, inc. 1, establece: “Cuando figure en la denominación que se adopte, el
nombre de un socio comanditario, éste responderá por las obligaciones sociales
como si fuera comanditado.”
No se prohíbe que el nombre del socio comanditado figure en la denominación.
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d) Responsabilidades
En estas sociedades el o los socios comanditados responderán por las obligaciones
sociales como los socios de la sociedad colectiva. Esto es responsabilidad
subsidiaria, solidaria e ilimitada por las obligaciones sociales y él o los socios
comanditarios sólo por la integración de su aporte.
Cuando figure en la denominación que se adopte el nombre de un socio comanditario,
este responderá por las obligaciones sociales como si fuera comanditado. Además, la
omisión del tipo social hará solidariamente responsable al firmante con la sociedad
por las obligaciones así contraídas.
14.2.2) Sociedad en comandita por acciones
La comandita por acciones es una combinación de sociedad personal y sociedad de
capital. Es una sociedad personal respecto al socio comanditado, puesto que interesa
su persona. En cuanto al socio comanditario, se despersonaliza, por cuando su
participación se representa en títulos negociables. El artículo 475 dispone: “Se
aplicarán a estas sociedades las normas de las sociedades en comandita simple. Sin
perjuicio de lo dispuesto precedentemente, lo relativo a los socios comanditarios y a
las acciones que representen su capital, se regirá por las normas respectivas de las
sociedades anónimas, salvo disposición en contrario de esta Sección.”
a) El contrato
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de las ganancias no percibidas. El socio que aporta capital, podría aportar, además,
trabajo sin asumir el carácter de socio industrial (art. 218).
De acuerdo con el art. 219, a las sociedades de capital e industria, se les aplican las
normas de las sociedades colectivas, en lo no previsto especialmente en la sección
que las regula.
14.3.1) El contrato
a) Constitución
Las sociedades de capital e industria se constituyen como las colectivas. No hay
formalidades especiales para este tipo. Basta con un documento escrito y su
inscripción en el Registro Nacional de Comercio
b) El capital
El capital se divide en partes. Cada socio adquiere una parte que fija su participación
en el capital social. La participación de cada socio debe figurar en el contrato social.
Las partes pueden ser de importes desiguales.
c) La denominación
En la denominación no puede figurar el nombre del socio industrial. Lo establece el
art. 220: “En la denominación no podrá figurar el nombre del socio industrial. La
violación de esta norma hará responsable solidariamente al mismo por las
obligaciones sociales.”
Se ha dispuesto así porque la denominación es una forma de publicidad permanente.
La inclusión del nombre del socio industrial en la denominación, podría confundir
sobre la calidad de ese socio.
En la celebración de negocios sociales, se debe utilizar la denominación con la
indicación del tipo. La omisión de la indicación del tipo social hará responsable
solidariamente al firmante con la sociedad por las obligaciones así contraídas (art.
220, inc. 2).
14.3.2) Estatuto de los socios
a) Socio capitalista
El socio capitalista responde por las deudas sociales como el socio colectivo (art.
218).
b) Socio industrial
El estatuto del socio industrial es similar al estatuto del socio de la sociedad colectiva,
salvo en cuanto al aporte, a la responsabilidad por deudas sociales y a la prohibición
de administrar. No puede realizar actividad en competencia con la sociedad, siendo
de aplicación el art. 209.
Aporte
El aporte del socio industrial debe ser avaluado en el contrato de sociedad. Ello
importa para medir los derechos económicos y políticos del socio industrial. Para el
caso de que no se hubiera avaluado, el art. 222 dispone: “En las resoluciones
sociales, para el voto del socio industrial se tendrá en cuenta la avaluación de su
aporte. Si se hubiera omitido la avaluación se computará su voto en proporción a su
participación en las utilidades.”
Responsabilidad
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El socio industrial no responde por las deudas sociales salvo con las ganancias no
percibidas.
Supongamos que en uno o varios ejercicios no se hubieran distribuido utilidades. El
socio industrial tiene derecho a parte de esas utilidades. Si existen utilidades no
distribuidas, la sociedad es deudora de su importe frente al socio y el socio tiene el
crédito correlativo. El art. 218 dispone que mientras no se hayan distribuido
efectivamente las utilidades, el socio industrial responde con esas utilidades frente a
los acreedores sociales.
Un acreedor de la sociedad puede embargar todos los bienes sociales y el socio
industrial no podrá cobrar sus utilidades. El hecho de que en la contabilidad figure el
derecho de crédito del socio, no implica la indisponibilidad del importe en la caja de la
sociedad. El tercero puede embargar cualquier bien social y no se le puede oponer un
mejor derecho del socio industrial.
Ganancias
El socio industrial percibe una participación en las utilidades si las hay; si hay
pérdidas, las soporta con el trabajo realizado por el cual no recibió compensación.
Queremos destacar las diferencias del socio industrial con el empleado habilitado. El
empleado habilitado percibe, además de su sueldo, una parte en las utilidades pero
no participa en las pérdidas. El empleado puede ser despedido. El socio industrial
puede ser excluido. El empleado no puede pedir exhibición de libros; el socio
industrial, sí.
14.3.3) Organización
a) Administración y representación
El art. 226 establece: “La administración y representación de la sociedad podrá
ejercerse por cualquiera de los socios capitalistas, conforme a lo dispuesto en la
Sección I de este Capítulo.”
La sección I está dedicada a las sociedades colectivas. Por lo tanto, el régimen de
administración de las sociedades de capital e industrias es el mismo que el de las
colectivas, con la única excepción de que el socio industrial no puede ser
administrador.
Como no responde por las deudas sociales, no se le permite administrar. Al respecto,
se mantiene el principio tradicional de que a mayor responsabilidad, mayores
facultades de administración y viceversa.
El socio industrial no administra pero tiene derecho a participar en las resoluciones
que la LSC o el contrato reserva a los socios. Surge del art. 222 antes trascripto.
b) Resoluciones de los socios
En la sección dedicada a las sociedades de capital e industria, no se establece nada
respecto a la forma en que los socios adoptarán resoluciones. Por lo tanto, en virtud
de la remisión que el art. 219 realiza al régimen de las sociedades colectivas,
respecto de lo no previsto en la sección en análisis, damos por reproducidas aquí las
consideraciones que realizamos al analizar esta cuestión en cuanto a las sociedades
colectivas.
14.5) Sociedades accidentales o en participación
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14.5.2) Informalidad
Para la constitución de sociedades accidentales, la Ley no impone requisitos de forma
ni inscripciones registrales ni publicidad (art. 483). Consecuentemente, la Ley dispone
que su existencia y sus términos se podrán probar por todos los medios de prueba del
Derecho comercial (art. 483).
No obstante la no exigencia de formas, habrá un acuerdo social con estipulaciones
mínimas que los socios, si lo desean, podrán instrumentar por escrito a los efectos de
facilitar la prueba para el caso de una controversia. Los socios deben acordar las
operaciones a realizar, la forma en que se realizarán, los aportes que cada uno
efectuará, su participación en las utilidades y la participación en las pérdidas,
designación del gestor, sus obligaciones y la forma en que rendirá cuentas.
14.5.3) Carencia de personería jurídica
La Ley no le confiere personería jurídica, introduciendo una excepción a lo dispuesto
en el artículo 2 para todas las sociedades comerciales (art. 483). La no atribución de
personería jurídica se justifica precisamente por la accidentalidad y la transitoriedad
de los negocios.
La falta de personería provoca distintas consecuencias en su regulación.
a) Ausencia de denominación
No tiene denominación (art. 483). La denominación es un atributo de la personería
jurídica; se impone para distinguir a la sociedad, en especial en su relación con
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tiempo, de este modo, le permite a la sociedad contar con un futuro ingreso de fondos
genuinos a ser aportados por los socios evitado la necesidad de unanimidad, como
sería requerido para el caso de un aumento de capital no previsto en el contrato.
15.3) Capital
Una de las enunciaciones esenciales del contrato de sociedad es su capital que
expresa el valor de todos los bienes que los socios se obligan a aportar (en dinero o
en especie), en el momento de celebrase el acto constitutivo. El capital social
permanece invariable durante toda la vida de la sociedad, salvo que los socios
decidan su aumento o reducción, para lo que deberán modificar el contrato social. Por
el contrario, el patrimonio de la sociedad, esencialmente variable, es el conjunto de
los bienes, derechos y obligaciones de la misma.
En lo que refiere a las funciones que cumple el capital:
En las SRL, es la contrapartida de la exoneración de responsabilidad de los
socios por las obligaciones contraídas por la sociedad.
Sirve para la realización de las actividades de la sociedad para la obtención del
fin común, o sea, las ganancias.
En las sociedades de responsabilidad limitada se manejan dos conceptos de capital,
el suscrito y el integrado. El primero es el valor total de los bienes que los socios se
obligan a aportar al momento de celebrar el contrato social y el segundo es el valor
total de los bienes que los socios han efectivamente aportado en la SRL. Al momento
de la constitución cada socio debe integrar por lo menos el 50% del capital que haya
suscrito. El otro 50% en un plazo máximo de dos años. La Ley no estableció quien
debe decidir en qué plazo se debe integrar el 50% restante. La decisión
corresponderá a los socios y deberá ejecutarla los administradores. Si se trata de
aportes en especie se deben integrar totalmente al momento de su constitución.
Límites del capital
La ley establece límites mínimos y máximos al capital social. El máximo coincide con
el mínimo de las SA. Dichos valores se reajustan anualmente por el Poder Ejecutivo
acorde a la variación de la UR en los doce meses inmediatos anteriores. El límite
máximo se estableció en la medida que se pensó que estos tipos sociales están
destinados a emprendimientos de mediana envergadura económica y el mínimo como
forma de asegurarle a los acreedores la existencia de un capital que responsa por las
obligaciones de la sociedad. El capital de la SRL se debe expresar en moneda social.
15.4) Prestaciones accesorias
Las prestaciones accesorias son independientes de la obligación de aportar que tiene
los socios. Consiste en cumplir con prestaciones dinerarias que se establecen
contractualmente. Pueden ser prestaciones tales como la transferencia de un bien
mueble o de derechos. Pueden consistir en obligaciones de hacer o de no hacer. El
art. 73 establece que cuando las prestaciones accesorias sean conexas a cuotas de
SRL para su transferencia se requerirán las mayorías de la cesión de cuotas a
terceros.
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15.5) Cuotas
Con el nombre de cuota se designa a las partes en que se divide el capital de una
SRL y representan el aporte que cada socio efectúa a la misma y el conjunto de
derechos y obligaciones que se derivan de su calidad de socio. Todas las cuotas
sociales son de igual valor.
El art. 224 de la ley establece el valor mínimo que debe tener una cuota social, siendo
modificado a principio de cada año por el Poder Ejecutivo, según la variación de la
UR en los doce meses inmediatos anteriores.
Cada socio puede tener más de una cuota. Sin embargo cada una de ellas tiene la
característica de ser indivisibles. No pueden ser representadas en títulos negociables,
por lo que, la forma de trasmisión es a través del mecanismo de la cesión de cuotas
sociales previsto en los arts. 231 a 233.
15.5.1) Cesión de cuotas entre socios
En principio la trasmisión de cuotas entre socios es libre, salvo que por estipulación
contractual se establezca algún tipo de condición. Se podrá condicionar la trasmisión
pero nunca prohibirse tal como lo establece el art. 234.
Otra limitación a la trasmisión de cuotas entre socios es el caso de que se modifique
el régimen de mayorías, caso en el que se debe recurrir al procedimiento establecido
para la cesión de cuotas a terceros.
15.5.2) Cesión de cuotas a terceros
La sociedad de responsabilidad limitada es una sociedad que toma en consideración
la persona de los socios. Es por ello que se establece una serie de condiciones para
la cesión de cuotas a terceros. El socio cedente debe comunicar al resto de los socios
el nombre del cesionario y el precio de la cesión para que, en su caso, se impugne el
precio de las cuotas.
Recibida la comunicación del socio que pretende ceder sus cuotas, el resto debe
manifestar su aprobación dentro de los 15 días siguientes a la recepción de la misma.
Si la sociedad tiene más de cinco socios se deberá lograr la aprobación de los socios
que representen el 75% del capital. Si son menos de 5 socios la aprobación es por
unanimidad.
Si en ese plazo no hay pronunciamiento la ley presume la conformidad de los socios
y el cedente puede realizar la cesión.
La oposición por parte de los socios se debe efectuar por escrito estableciendo los
fundamentos de la oposición. En este caso, el socio que pretende ceder sus cuotas
se presenta ante el Juez competente, el que previa audiencia a la que deberán
concurrir el cedente, los socios opositores y el representante de la sociedad, decidirá
si existe justa causa de oposición a la cesión. La Ley establece que será justa causa
el cambio en el régimen de las mayorías. Si el juez autoriza la cesión, la ley confiere
al resto de los socios el derecho de preferencia se prorratearán las cuotas y si no
fuera posible se asignarán por sorteo.
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a voluntad se recabe por vía de consulta escrita y que las resoluciones se adoptarán
por mayoría.
En las sociedades de 20 o más socios, salvo previsión contractual en contrario, se
seguirán las disposiciones de las asambleas de SA. El medio para convocar a la
misma consistirá en la citación fehaciente dirigirá al último domicilio comunicado a la
sociedad. Se admite pacto en contrario.
La convocatoria puede hacerse por los administradores o por los socios. Es
conveniente que la convocatoria se realice por escrito, en dos ejemplares para que al
socio que se le notifique firme en señal de haber sido notificado de la reunión. En la
convocatoria se debe establecer el orden del día, para que los socios puedan ir
preparados a la misma. Si en la reunión están todos los socios presentes es posible
trata temas que no estén incluidos en el orden del día. Además en la convocatoria se
establece el día, la hora y el lugar de la reunión. Reunidos los socios, se designará al
presidente de la reunión que dirigirá el debate. También se designará a un socio a los
efectos de que redacte el acta de la reunión en la que constará el orden del día, los
debates suscitados y las resoluciones adoptadas. Discutido el asunto se pasará a la
votación.
Quórums: el cambio de objeto, prórroga, transferencia de domicilio al extranjero,
transformaciones, fusión, escisión, disolución anticipada o toda otra modificación que
imponga mayores obligaciones o responsabilidades a los socios se resolverá por
unanimidad en caso de ser menos de 20 socios. En caso de ser 20 o más se aplicará
las disposiciones de las SA. Es decir, mayoría absoluta de votos de accionistas
presentes. Los disidentes y ausentes tienen derecho de receso. El resto de las
modificaciones sociales requieren la unanimidad si la sociedad fuera de 5 socios o
menos, mayoría de capital si fueran más de 5 y menos de 20 y mayoría absoluta de
votos de accionistas presentes en caso de 20 o más socios.
Cualquier otra resolución, inclusive la designación de administrador, representante,
liquidador requerirá la mayoría absoluta de capital si son menos de 20 socios y
mayoría absoluta de accionistas presentes en el caso que fueran 20 o más socios.
Todas estas disposiciones a los quórums admiten pacto en contrario. Cada cuota
social da derecho a un voto. En el caso que el socio tenga un interés contario a la
sociedad debe abstenerse de votar. Si vota, será responsable de los daños y
perjuicios que irrogue.
15.6) Fiscalización
Si la SRL tiene 20 o más socios será obligatoria la sindicatura o comisión discal.
También será obligatoria en aquellos casos que el propio contrato lo prevea. En los
casos que esta exista, los derechos de los socios respecto a su derecho de
información se verá canalizado a través del órgano de fiscalización, no siendo posible
reclamarlo en forma personal. Sin perjuicio de ello los socios que representen el 10%
del capital integrado podrán solicitar una exhibición de libros (art. 339).
16) Sociedades anónimas
16.1) Introducción
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La sociedad anónima es uno de los tipos societarios regulados por la Ley 16.060
(LSC), que dan nacimiento a una persona jurídica, caracterizado por la
representación de la participación social en acciones, la irresponsabilidad del
accionista y la relevancia del capital.
16.2) Concepto, caracterización y clases
16.2.1) Sociedad anónima como contrato
La sociedad anónima es un contrato. El art. 1.247 del Código Civil proporciona la
siguiente definición de contrato: "Contrato es una convención por la cual una parte se
obliga para con la otra o ambas partes se obligan recíprocamente a una prestación
cualquiera, esto es, a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o
muchas personas".
Como quiere el art. 1 de la LSC, la sociedad anónima constituye un acuerdo de
voluntades por el cual los contratantes se obligan a realizar aportes para destinarlos a
realizar una actividad económica y participar en las ganancias y pérdidas que ella
genere. El acuerdo se recoge en un documento que se llama indistintamente contrato
o estatuto. Ambos términos son considerados como sinónimos por la LSC (art. 250,
inc. 2).
Este contrato tiene las siguientes características: es un contrato plurilateral porque es
celebrado por más de dos personas; es un contrato de organización porque es
celebrado con el ánimo de colaborar en forma organizada; es un contrato consensual
porque no se requieren solemnidades cuya inobservancia afecte la validez del
contrato; es un contrato oneroso porque cada socio se obliga en beneficio de los
demás y del propio. De la utilización en común de los bienes aportados todos sacan
provecho.
Además, es un contrato que da nacimiento a un nuevo sujeto de derecho. El contrato
de sociedad comercial es un contrato que tiene la particularidad de dar nacimiento a
una persona jurídica. Así lo establece el art. 2 de la LSC y lo confirma el art. 278.
a) Sobre la pluridad de fundadores o suscriptores
La Ley prevé dos modalidades de constitución: por acto único y por suscripción
pública. Existen algunos elementos comunes en las dos modalidades, que hemos de
señalar a continuación. En las dos modalidades de constitución de la sociedad
anónima se requiere, básicamente, un sustrato personal: una pluralidad de
fundadores, dos o más, que celebren el contrato inicial o una pluralidad de
suscriptores, dos o más, que se reúnan en la asamblea constitutiva. Ello se concilia
con el artículo 1 que, al definir a la sociedad, se refiere al acuerdo de dos o más
personas.
En la constitución por acto único, el contrato se confecciona por los fundadores,
quienes no tienen por qué ser necesariamente los futuros socios o accionistas de la
sociedad. En la constitución por acto sucesivo, el contrato se aprueba en asamblea
de suscriptores, por mayoría.
Los fundadores y suscriptores pueden ser personas físicas o jurídicas. La estructura y
reglamentación de la Ley permite, expresamente, la participación de personas
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La Subsección II se aplica a todos los tipos sociales sin excepción. El artículo 159
enumera causales de disolución para todos los tipos sociales.
Dentro de este encuadre general, el numeral del artículo 159 dispone que es causal
de disolución de cualquier sociedad de cualquier tipo, la reducción del número de
socios a uno. Ese mismo apartado se remite al artículo 156, que da opciones al socio
que queda, entre las cuales se incluye la de recomponer la pluralidad para evitar la
disolución. Se confiere el plazo de un año para el ejercicio de esta opción.
Primera interpretación posible
Como el artículo 156 se ubica en la Subsección referente a la rescisión parcial, que
por el artículo 158 no sería aplicable a los accionistas, salvo excepción, podría
sostenerse que a las sociedades anónimas no se les aplica el artículo 159, numeral 8,
pues éste se remite al artículo 156 que la Ley declara no aplicable a las sociedades
anónimas. Por lo tanto, podría haber una sociedad anónima reducida a un solo socio
y ello no sería causa de disolución. También, puede sostenerse que no se aplica el
artículo 159, numeral 8, sólo en su remisión al artículo 156 y, entonces, la sociedad
anónima se disolverá necesariamente sin tener la opción que da el artículo 156.
Segunda interpretación posible
El artículo 158 dispone que no se aplica a las sociedades anónimas las normas de la
Subsección I sobre rescisión parcial, salvo en los casos en que la Ley lo disponga.
Puede entenderse que la remisión del numeral 8 del artículo 159 hace aplicable el
artículo 156 a todos los tipos sociales, sin distinción. El artículo 159, numeral 8,
incorpora una excepción al principio general enunciado en el artículo 158. La
aplicación del artículo 159, numeral 8, y del artículo 156, ha de interesar
fundamentalmente a terceros que tendrán la carga probatoria consiguiente, que ha de
revestir gran dificultad.
b) Estipulaciones contractuales
Por disposición de la Ley, el contrato de sociedad anónima debe contener ciertas
enunciaciones que se relacionan con la formación del capital, con su estructura, su
funcionamiento, extinción y liquidación. En principio, existe amplia libertad para la
adopción de cláusulas convencionales sobre todas estas materias, salvo ciertas
normas legales, de carácter imperativo que no admiten pacto en contrario y que se
incluyeron en atención a especiales intereses tutelados.
El carácter imperativo de algunas normas legales, resultará del análisis cuidadoso de
cada una de ellas, interpretando el fin seguido por el legislador. En algunos artículos,
la Ley contiene soluciones que admiten pacto contrario, porque así lo dice su propio
texto. En general, cuando una disposición de la Ley impone una determinada regla
sin prever el pacto contrario, debe entenderse que estamos ante una norma
imperativa.
Para el caso de imprevisión contractual, la Ley aporta soluciones supletorias.
Por lo tanto, en la redacción del estatuto, los fundadores deben tener cuidado de no
incluir estipulaciones contrarias a las normas imperativas de la Ley. También, tendrán
que prestar especial atención a las soluciones supletorias de la Ley.
Resumen DERECHO COMERCIAL
nombre que indique el objeto social o una designación de fantasía. También, puede
ser una sigla. Se prevé que se pueda incluir el nombre de personas físicas en cuyo
caso, por reglas generales, se deberá contar con su autorización. Con este régimen
liberal, se adopta el sistema vigente en nuestros usos comerciales.
La única prohibición se contiene en el inciso 3. No se puede usar denominación ni
siglas iguales o semejantes a las adoptadas por otras sociedades preexistentes. El
inciso 1 del artículo 12, dispone que en la denominación se debe incluir una
referencia al tipo social, en forma completa, abreviada o mediante sigla. Por ejemplo,
en una sociedad anónima puede establecerse como denominación “La Margarita
sociedad anónima” o “La Margarita Soc. Anónima” o “La Margarita sociedad
anónima”.
El artículo 245 de la Ley, dispone el uso de la denominación y del tipo en la actuación
de la sociedad. La sanción se dispone en ese artículo: “Actuarán bajo una
denominación social (artículo 12) con indicación del tipo societario. La omisión de esa
indicación hará responsables individual y solidariamente a los administradores,
representantes o firmantes, según el conocimiento o participación de cada uno de
ellos en el acto realizado.” (énfasis nuestro).
Objeto social
Se debe mencionar la actividad económica que se va a emprender. El objeto debe ser
determinado.
En la práctica, se solía incorporar a los estatutos una larga enunciación de giros, con
la finalidad de que la sociedad pudiera iniciar cualquiera de ellos una vez constituida o
para remitir que la sociedad abarque, después de un tiempo, nuevos giros sin
necesidad de modificar los estatutos. Entiendo que esa práctica, no debe mantenerse
y que en el estatuto debe preverse un objeto, que puede ser múltiple y abarcar giros
relacionados y conexos pero sin llegar a una indefinición.
Recordemos, además, que si para realizar una actividad económica civil, se adoptó
cualquiera de los tipos previstos por esta ley, la sociedad es comercial (art. 4).
Capital
El capital debe figurar en el contrato. Debe expresarse en moneda nacional excepto
las S.A.F.I. que pueden expresar su capital en moneda extranjera. El elemento capital
está explicado más extensamente en el apartado dedicado a constitución de sociedad
anónima
Acciones
La representación de la participación social en acciones, según se dijo, es un rasgo
caracterizante del tipo sociedad anónima. Por ello debe figurar necesariamente en el
contrato.
El estatuto debe prever el valor nominal de cada acción. La Ley no fija un valor
mínimo ni un valor máximo; impone que las acciones deberán ser de igual valor
nominal expresado en moneda nacional (art. 296), con la excepción de lo establecido
para las sociedades financieras de inversión (Ley de 1.948).
Resumen DERECHO COMERCIAL
Ser persona jurídica para una sociedad supone ser un ente con capacidad de
adquirir, de uso y de goce de los bienes adquiridos y de contratar y obligarse en el
mundo de los negocios, celebrando toda clase de actos jurídicos, dentro de la esfera
del objeto social. Actúa jurídicamente, celebrando actos con terceros, mediante sus
órganos de administración y la figura del representante (art. 386).
Como consecuencia de la personalidad jurídica, la sociedad anónima tiene sus
propios derechos y obligaciones, su propio patrimonio (garantía de los acreedores
sociales) y sus propias responsabilidades tanto frente a los terceros como frente a los
accionista.
b) ¿Desde cuándo es persona jurídica la sociedad anónima?
Según el artículo 2 de la Ley 16.060, la sociedad comercial es sujeto de derecho sin
ningún condicionamiento formal. Celebrado el contrato social, nace un nuevo sujeto
de derecho. Esta disposición general es enteramente aplicable a la sociedad
anónima, por lo que ésta, también, adquiere personería jurídica desde el momento de
la celebración del contrato social.
La celebración del contrato puede coincidir, en las sociedades anónimas constituidas
por acto único, con el acto en que los fundadores firman el contrato social. En el caso
de las sociedades anónimas constituidas por suscripción pública, la celebración del
contrato se produce en la asamblea constitutiva en que los suscriptores de acciones
aprueban el estatuto social.
Si no se cumple con la firma del estatuto social, estaremos en el ámbito de las
sociedades de hecho que, también, cuentan con personería jurídica. Si se firmó el
estatuto pero no se inscribió en el Registro Nacional de Comercio, no se sometió al
contralor de la Auditoría Interna de la Nación o no se publicó un extracto del estatuto,
nos encontraremos en una hipótesis de sociedad en formación (si todavía se está en
tiempo de cumplir con los requisitos de regularidad referidos) o en una hipótesis de
sociedad irregular (si se dejaron vencer los plazos respectivos).
16.2.3) Clases de sociedad anónima
Las sociedades anónimas pueden clasificarse siguiendo distintos criterios.
Atendiendo al origen del financiamiento de la sociedad anónima, la Ley 16.060 las
clasifica en abiertas y cerradas.
Sociedad anónima abierta
Las sociedad anónima abiertas son aquellas que recurren al ahorro del público en
busca de financiamiento (emisión de obligaciones negociables) o para constituir su
capital fundacional (constitución por suscripción pública) o para aumentarlo (emisión
pública de acciones). También, será abierta la sociedad controlada o controlante de
una abierta. El carácter de abierta de una, tiñe y arrastra a la otra a esa clase, pese a
ser cerrada.
Emisión de acciones en la Bolsa de Valores
Constitución por suscripción pública: Cuando la sociedad utiliza este
método para integrar su capital fundacional, necesariamente, se constituirá por
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directorio de la sociedad anónima abierta debe reunirse por lo menos una vez
al mes (art. 386). El directorio de la cerrada podrá reunirse con menor
frecuencia.
En cuanto al órgano interno de fiscalización: La fiscalización privada es
obligatoria para las abiertas y facultativa para las cerradas (art. 387). El artículo
398 establece restricciones para la designación de los integrantes del órgano
fiscal de una sociedad anónima abierta.
Diferencia relacionada con el órgano de control externo
En principio, la Ley 16.060 contiene una norma que se aplica a sociedades anónimas
abiertas y cerradas, en cuanto al control estatal. El primer inciso del artículo 409
dispone: “Toda sociedad anónima quedará sometida a la fiscalización del órgano
estatal de control respecto a la constitución y modificación de su contrato social, así
como a su disolución anticipada, transformación, fusión, escisión y cualquier variación
de capital social".
Ya en el segundo inciso del artículo 409, se marca una diferencia sustancial en
cuanto a las facultades de control de la Auditoría Interna de la Nación: "Las sociedad
anónima abiertas quedarán sujetas, además, al control estatal durante su
funcionamiento y liquidación”.
A los efectos del contralor del funcionamiento y la liquidación de las sociedades
anónimas abiertas, la Ley establece, especialmente para éstas, las siguientes
exigencias.
En cuanto a la convocatoria y funcionamiento de las asambleas: Las
sociedades anónimas abiertas deben acreditar ante la Auditoría el
cumplimiento de todas las publicaciones dispuestas por la Ley (art. 414 inc.
3).Las abiertas deben remitir a la Auditoría las copias o fotocopias de las actas
de sus asambleas y copias del Libro de Registros de Asistencia de Accionistas
(art. 414 inc. 1). La Auditoría podrá designar un funcionario para que asista a
las asambleas de las sociedades abiertas con fines de contralor. Para ello, se
le debe comunicar la convocatoria con debida anticipación (art. 415).
En cuanto a la integración del directorio y del órgano de fiscalización:
Deben comunicar cambio de integración del directorio y del órgano de
fiscalización interno (art. 414 inc. 2).
Visación y publicación de estados contables: Se dispone la visación de
estados contables de la abierta. La Auditoría podrá examinar la contabilidad y
documentación social, a los efectos de la visación (art. 416). Se impone,
además, la publicación de los estados contables visados.
Diferencia relacionada con los derechos patrimoniales
En las sociedades anónimas abiertas se admite el pago de intereses sobre las
acciones. Lo dispone el artículo 101, con carácter excepcional. Dice así: “En las
sociedad anónima abiertas, el estatuto o la asamblea de accionistas podrán disponer
que mientras la sociedad no inicie sus operaciones comerciales se pague a los
accionistas un interés sobre sus acciones cuya tasa podrá exceder la de los títulos de
deuda pública en moneda nacional no reajustable. Ese interés no podrá pagarse por
Resumen DERECHO COMERCIAL
un período que exceda de tres años y su importe se incluirá entre los gastos de
constitución y de primer establecimiento, los que serán amortizados en el plazo
máximos de cinco años a partir del cese del pago de los intereses.”
16.2.4) Caracteres tipificantes
En la Ley de Sociedades Comerciales 16.060 de 1989 (LSC) se caracteriza a la
sociedad anónima como un tipo diferenciado de otros tipos sociales por rasgos que
son tradicionales. En el art. 244, bajo el nombre “Caracterización”, se establecen
como rasgos caracterizantes: el capital dividido en acciones, la posibilidad de
representarlo en títulos negociables y la responsabilidad limitada de los socios. Otros
rasgos resultan del contexto legal. Hemos de enunciar los rasgos tipificantes, sin
perjuicio de volver sobre su análisis en otros pasajes de este trabajo.
a) Caracteres mencionados en el artículo 244
División del capital en acciones: El capital se fracciona en partes que se
llama acciones, lo cual permite que se integre por un gran número de personas
(art. 244). Este carácter, sirve como instrumento para recoger aportes de
multiplicidad de personas, con las cuales se implantan industrias o se instalan
comercios o se realizan actividades financieras, etcétera. Las acciones en que
se fracciona el capital son integradas por los aportantes interesados. Al cumplir
la integración, el aportante adquiere el status de socio o accionista. La
integración del valor de la acción se contabiliza en la sociedad y la sociedad
libra y emite un título o papel denominado “acción” que representa la
participación de su portador en el negocio societario.
Posibilidad de representación de las acciones en títulos negociables: La
palabra acción tiene una doble acepción: fracción de capital y título que
representa la fracción. En tanto título, la acción es un documento numerado en
que se consigna la calidad de accionista de su portador, creada por un acto
unilateral (se suscribe sólo por la sociedad). La LSC la considera como una
cosa mueble transmisible. El art. 316 de la LSC dispone que a las acciones se
les aplicarán las normas sobre títulos valores en cuanto no sean modificadas
por esta ley. La posesión de una acción atribuye a su titular la calidad de socio
o accionista de la sociedad anónima. La acción representa el conjunto de
derechos y obligaciones integrantes de la condición de socio.
Irresponsabilidad del accionista por deudas sociales: En todos los tipos
sociales, todos los socios soportan las pérdidas con los aportes vertidos al
patrimonio social y con las sumas prometidas aportar, pero cambia de tipo a
tipo el régimen de responsabilidad de los socios frente a terceros. En la
sociedad anónima, por las deudas sociales, sólo responde el patrimonio social
formado inicialmente por el aporte de los accionistas. En las sociedades
anónimas, los accionistas no son responsables frente a terceros. El socio se
obliga a integrar el capital que suscribió y debe a la sociedad lo prometido
aportar, pero no responde con sus bienes particulares frente a los acreedores
sociales. No es llamado a responder en subsidio como los socios de las
sociedades colectivas. La separación o independencia patrimonial entre el
patrimonio social y el patrimonio de cada accionista es absoluta.
Resumen DERECHO COMERCIAL
El capital social, por ser una estipulación contractual, no puede variar, salvo que los
socios acuerden modificar el contrato cumpliendo con las exigencias legales para ello.
Como excepción, en las sociedades cooperativas el capital es esencialmente
variable, aunque para algunos subtipos se imponga la estipulación de un capital inicial
o fundacional.
La Ley 16.060 (LSC) establecía un mínimo de capital, expresado en pesos, para las
sociedades anónimas (art. 279) y las sociedades de responsabilidad limitada (art.
224). Esa disposición fue derogada por los arts. 100 y 101, de la Ley 18.083 del 2007.
16.4.1) Concepto de capital social
El capital social es una mención indispensable de los estatutos sociales. La Ley
impone su inclusión en el estatuto (art. 6 y art. 251, que remite al artículo 6). La Ley
16.060 ya no utiliza la expresión capital autorizado, puesto que las sociedades
anónimas no están sujetas a autorización sino a un control de legalidad.
El capital social o estatutario, que figura en el estatuto, es el límite máximo hasta el
cual la sociedad podrá recibir aportes y emitir acciones. Damos un ejemplo. En el
estatuto de una sociedad anónima se establece: “Se constituye una sociedad
anónima denominada San Sebastián S.A., con un capital de $ 1.000.000”.
Esa cifra será su capital social o estatutario. Esa sociedad podrá emitir acciones
recibiendo los aportes correspondientes, sólo hasta esa cifra de $ 1.000.000.
El capital social es invariable y sólo puede modificarse mediante una reforma de los
estatutos, cumpliendo con los procesos y mecánicas previstos en la Ley. Se podrá
ampliar o reducir. Si se amplía, aumenta la capacidad emisora de acciones. Si se
reduce, habrá que rescatar acciones.
El capital social fija la capacidad emisora de acciones de cada sociedad. No refleja
los aportes efectivamente realizados por los accionistas. Tampoco es indicativo de los
aportes prometidos.
16.4.2) Concepto de capital integrado
El capital integrado es una cifra representativa del valor de lo aportado al momento de
celebrarse el contrato.
En las sociedades personales cada socio se obliga a aportar una suma de dinero o un
bien o un crédito o trabajo por un determinado valor. Las sumas de esos valores
totaliza el capital que ha de figurar en el contrato.
El art. 280 de la LSC exige para las sociedades anónimas un porcentaje de
integración mínima en el acto de la celebración del contrato. Luego, el capital
integrado ha de aumentar a medida que los interesados realicen nuevos aportes,
dentro del margen del capital social y con los mecanismos previstos por la Ley. La
sociedad anónima emite acciones contra el aporte integrado.
Resumen DERECHO COMERCIAL
como objeto de la sociedad. Con los aportes de los socios que forman el
capital inicial, se constituye el patrimonio del ente jurídico nacido del
contrato. El capital es una enunciación más del contrato social y el capital
integrado figurará como tal en la contabilidad social, como cifras
meramente ideales, confrontadas a un patrimonio esencialmente variable.
Son los activos del patrimonio los que se destinan a actividades
productivas y es el patrimonio neto, el tenido en cuenta como respaldo de
los créditos que se contraigan. El capital es una mera cifra: la función de
productividad la cumplen los bienes aportados y los que se vayan
incorporando con el desarrollo de la actividad social, incrementando el
patrimonio. La sociedad usa para su giro los bienes de su activo o
contrae deudas y todo ello se reflejará en los asientos contables, pero no
en el capital.
Función de responsabilidad: El capital marca un valor histórico de los aportes, por
lo cual no puede ser considerado por los acreedores como parámetro
para evaluar la responsabilidad social. Sería equivocado considerar que
el capital pudiera ser considerado como una garantía para los acreedores
sociales.
Funciones del capital
Funciones del capital social
En las sociedades anónimas, la función es fijar el monto hasta el cual esa sociedad
puede recibir aportes. El capital social o estatutario, que figura en el estatuto, es el
límite máximo hasta el cual la sociedad podrá recibir aportes y emitir acciones.
Damos un ejemplo. En el estatuto de una sociedad anónima se establece: “Se
constituye una sociedad anónima denominada San Sebastián S.A., con un capital de
$ 1.000.000”. Esa cifra será su capital social o estatutario. Esa sociedad podrá emitir
acciones recibiendo los aportes correspondientes, sólo hasta esa cifra de $
1.000.000.
El capital social es invariable y sólo puede modificarse mediante una reforma de los
estatutos, cumpliendo con los procesos y mecánicas previstos en la Ley. Se podrá
ampliar o reducir. Si se amplía, aumenta la capacidad emisora de acciones. Si se
reduce, habrá que rescatar acciones.
El capital social fija la capacidad emisora de acciones de cada sociedad. No refleja
los aportes efectivamente realizados por los accionistas. Tampoco es indicativo de los
aportes prometidos.
Funciones de capital integrado
Función de contención: En las sociedades anónimas, la cifra de capital integrado
cumple con una función de contención, pues no se puede distribuir
ganancias entre los socios si el patrimonio neto no supera la cifra de
capital integrado.
El capital integrado indica la valoración inicial de los bienes aportados pero, sobre la
base de la técnica contable por partida doble, el aporte figura en el activo y, además,
figura en el pasivo, como capital integrado. Figura en el pasivo porque, en rigor, lo
integrado lo debe la sociedad al socio que hizo el aporte.
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En caso de aumento real, se reciben nuevos aportes, contra los cuales se emiten
acciones. Se produce entonces un aumento patrimonial y a la vez un aumento de
capital integrado.
También, puede aumentarse nominalmente el capital integrado, para adecuar su cifra
a la realidad patrimonial, capitalizando reservas o revaluaciones de activos. Estos
aumentos son meramente contables por oposición a los reales. En los aumentos
contables, no hay ingreso de nuevos bienes al patrimonio, que queda igual que antes.
Si el aumento es contable, los ya accionistas reciben acciones que se llaman
liberadas.
El aumento de capital integrado puede hacerse en el marco de dos posibilidades:
aumento del capital integrado dentro del tope del capital social; aumento del capital
integrado por encima del capital social. En cuanto a esta segunda posibilidad, es
necesaria una reforma del estatuto.
El art. 284 de la LSC establece que esa modificación no requiere la conformidad de la
Auditoría Interna de la Nación, salvo que el contrato social disponga que deba
seguirse el procedimiento establecido en el art. 252.
Las posibilidades analizadas se superponen con las modalidades antes señaladas de
aumento real y aumento contable del capital.
El aumento puede hacerse de las siguientes maneras:
con nuevos aportes (aumento real) - con aportes de dinero o bienes,
capitalizando pasivos, capitalizando obligaciones o debentures -;
o por meras operaciones contables (aumento contable) - contabilizando
reservas o contabilizando revaluaciones de activos.
Se puede aumentar el capital integrado dentro del tope del capital social o por encima
del tope del capital social (con reforma de estatuto o sin reforma de estatuto).
Las categorías referidas se pueden superponer. Por ejemplo, se puede efectuar un
aumento real de capital integrado con o sin reforma de estatutos. Se puede realizar
un aumento contable con o sin reforma de estatutos.
Al elevarse la cifra ideal del capital integrado ya existente, ello incide en las funciones
que cumple el capital: se eleva la unidad de medida para determinar los resultados de
la gestión social; aumenta el dique de contención para la distribución de utilidades; si,
además, aumenta el capital estatutario se eleva el porcentaje de la reserva legal. Sea
cual fuere la situación en que se realice el aumento del capital integrado - dentro del
tope previsto por los Estatutos o mediante reforma de estatutos - ese aumento puede
efectivizarse de distintas formas: mediante aumentos reales o aumentos contables.
Así lo establece el artículo 283.
Aumento real del capital integrado
En los casos de aumento real del capital integrado, se reciben nuevos aportes, contra
los cuales se emiten acciones. Por ello, hay aumento patrimonial a la vez que
aumento de capital integrado. La Ley autoriza que se ofrezca al público la suscripción
e integración de los aumentos pero, previamente, se debe respetar el derecho de
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Para aumentar el capital integrado por encima del capital social se requiere una
reforma o modificación del estatuto en que se aumente ese capital social.
16.4.7) Reducción del capital
La reducción del capital integrado se regula en los arts. 290 a 295 de la Ley 16.060
(LSC), incorporando dos modalidades: reducción real y reducción contable que
pueden efectivizarse con o sin modificación del contrato social, esto es, con o sin
reducción del capital social. La reducción puede ser voluntaria o forzosa u obligatoria.
a) Reducción con reintegro de aportes (reducción real)
En la reducción real la reducción de capital integrado supone la restitución de aportes
a los accionistas. Se reduce el capital integrado y se reduce el patrimonio. Se trata de
una reducción real.
Esa reducción supone el rescate consiguiente de las acciones emitidas. Los
accionistas devuelven las acciones para su anulación o se le reduce su valor nominal
en la proporción correspondiente.
Reducción por pérdidas (reducción contable)
Cuando una sociedad ha tenido pérdidas, ellas se reflejan en las cuentas
patrimoniales como una cifra de signo negativo en el rubro de resultados. Una
asamblea extraordinaria puede resolver adecuar la cifra nominal de capital integrado
al valor real del patrimonio. En este caso, hay reducción de capital pero no reducción
de patrimonio en sentido jurídico. No existen efectivos movimientos patrimoniales. No
se restituyen aportes a los accionistas. No salen recursos de la sociedad hacia el
patrimonio del accionista. Todo se reduce a una operación contable. Se debita el
rubro capital integrado con un crédito al rubro pérdidas y ganancias, con lo cual la
pérdida desaparecerá o disminuirá. No se devuelven aportes a los socios pero éstos
deben restituir las acciones correspondientes para su anulación o se debe rebajar su
valor nominal.
La reducción por pérdidas es una tutela para los terceros, pues evita el engaño de
mantener una cifra como capital integrado que no se aproxima al patrimonio real (en
sentido jurídico). Por otra parte, eliminando las pérdidas, en el futuro, la sociedad
podrá distribuir dividendos. En tanto existan pérdidas las utilidades deben destinarse
a cubrir pérdidas acumuladas (art. 98, inc. 3).
Reducción obligatoria
En determinada hipótesis, la Ley impone la reducción del capital integrado. Lo hace
cuando existen graves pérdidas patrimoniales. La Ley califica cuando ello sucede. El
artículo 293 dice así: “La reducción será obligatoria cuando las pérdidas insuman las
reservas y el 50% del capital integrado”.
Al reducirse el capital integrado y a la vez las pérdidas, se mantiene la misma
situación patrimonial en sentido contable y también en sentido jurídico.
Con esta norma se procura sanear contablemente la situación de la sociedad, cuando
está en riesgo de disolución. No debe olvidarse que si la pérdida es del orden del
75% del capital integrado, ello es causal de disolución, con la secuela que se quiere
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16.4.8) Acciones
La acción es un valor representativo de la participación del accionista en el capital de
una sociedad anónima, que atribuye a su titular la calidad de socio. Puede estar
representada en un documento (acciones al portador o nominativas) o no (acciones
escriturales). Las acciones deben contener determinadas menciones especialmente
dispuestas en los arts. 300 y 301 de la Ley.
Las acciones son valores, incorporados o no a un documento, representativos de la
participación del accionista en el capital integrado de una sociedad anónima o de una
sociedad en comandita por acciones, que confieren a sus titulares los derechos que la
Ley 16.060 (LSC) atribuye a los accionistas (art. 319 ss.).
Puede estar representada en un documento (acciones al portador o nominativas) o no
(acciones escriturales). Para aquellos casos en que las acciones se encuentran
incorporadas a un documento, el art. 316 de la LSC dispone que se aplicarán a los
títulos respectivos, las normas sobre títulos valores.
Las acciones deben contener determinadas menciones especialmente dispuestas en
los arts. 300 y 301 de la LSC.
Las acciones serán de igual valor nominal expresado en moneda nacional, no
admitiéndose acciones sin valor nominal. Las SA de inversión pueden expresar su
capital en moneda extranjera.
Pudiéndose emitir serie de acciones y títulos representativos, la trasmisión de las
acciones será libre pero podrá limitarse la de las acciones nominativas y
escriturables. Pudiendo emitirse acciones bajo la par y sobre la par.
Para las acciones que no estén integradas totalmente solo podrán emitirse
certificados provisorios nominativos una vez cumplida aquella integración. Estos
certificados provisorios pueden ser endosados o cedidos pero mientras no se haya
cumplido la integración de las acciones, el endosante o cedente responderá
solidariamente por los pagos.
a) Características
Las acciones tienen las características siguientes:
Indivisibilidad: Los derechos que confiere la acción no pueden compartirse
con otras personas, son indivisibles. Si por alguna razón, por ejemplo en caso
de sucesión, se tienen en condominio, entonces los condóminos deben
designar a la persona que habrá de ejercitar los derechos inherentes a la
acción. En otras palabras, los condóminos no pueden pretender que las
acciones heredadas se dividan en tantas partes como herederos haya, deben
nombrar a un representante para que ejerza los derechos que la acción
confiere.
Transmisibilidad: El principio es que la transmisión de las acciones es libre
(art. 305, inc. 1, LSC). No influye para nada que se trate de sociedades
anónimas abiertas o cerradas. Sin embargo, el procedimiento para la
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Acciones de goce: las acciones de goce son las que se entregan a los
accionistas cuando se amortizan acciones. Se amortizan acciones cuando la
sociedad resuelva anticipar a los accionistas el valor de sus acciones con
ganancias realizadas y liquidas y sin disminución del capital integrado. La
amortización puede ser total o parcial. Si la amortización fuera total se
entregarán acciones de goce con los derechos y restricciones del contrato
social.
Acciones nominativas: Las acciones nominativas son las acciones que tienen
incorporado en el documento el nombre de su poseedor legítimo. Pueden ser
endosables o no, es decir, pueden ser transmitidas por endoso o tener
prohibido este mecanismo de transmisión. Si son endosables, pueden
transmitirse a otras personas utilizando el mecanismo del “endoso”. El endoso
es un acto unilateral de voluntad por el cual el poseedor de un título lo
transmite a otra persona mediante su firma puesta en el documento. Debe,
además, de cumplirse con el endoso, realizarse una notificación por escrito a la
sociedad informándole la transmisión e inscribir dicha transmisión en un libro
especial que se lleva al efecto denominado “Libro registro de acciones
nominativas endosables”. Las acciones nominativas pueden ser “no
endosables”, o sea, tener prohibida la transferencia mediante el endoso. La
transmisión debe notificarse a la sociedad e inscribirse la transmisión el un
libro que se lleva al efecto llamado “libro registro de acciones nominativas no
endosables”.
podrá dejar sin efecto la resolución que motive el receso cuando considere que éste
compromete su estabilidad o buen funcionamiento, dentro de los 60 días a contar del
vencimiento del plazo establecido en el articulo precedente.”
Causales de receso: en varias situaciones, previstas en la ley o en el contrato social,
se autoriza al socio o accionista a receder. Tal es lo que establece el art. 150:
“Cualquier socio podrá ejercer el derecho de receso en los casos previstos por la ley
o el contrato.”
16.6) Organización y funcionamiento de la sociedad. Las Asambleas. La
Administración y Representación
16.6.1) Las asambleas
La ley prevé 3 clases de asambleas: ordinarias, extraordinarias y especiales.
Asamblea ordinaria
La asamblea ordinaria se realizará dentro de los 180 días de cierre del ejercicio. La
asamblea debe reunirse en la sede social o en otro lugar de la misma localidad. No
podrá funcionar en otra localidad ni fuera del país.
Las facultades de la asamblea ordinaria tienen que ver con la gestión de la sociedad.
La competencia de la asamblea ordinaria:
1. Aprobar balance general, proyecto de distribución de utilidades, memoria e
informe del síndico o comisión fiscal y toda otra medida relativa a la gestión de
la sociedad que le competa resolver conforme a la ley al contrato o que se
sometan a su decisión el administrador o el directorio.
2. Designación o remoción del administrador, de los directores, de los síndicos o
de los miembros de la comisión fiscal y fijación de sus retribuciones.
3. Fijar responsabilidad de los administradores o de los directores, del síndico o
de los miembros de la comisión fiscal.
Quórum necesario: la constitución de la asamblea ordinaria en primera convocatoria
requerirá la presencia de accionistas que representen la mitad más uno de los
acciones con derecho de voto. En segunda convocatoria la asamblea se considerará
constituida, cualquiera sea el número de accionistas presentes.
Asamblea extraordinaria
Se va a convocar cualquier momento que estime conveniente o necesaria. Debe
reunirse en la sede social o en otro lugar de la misma localidad. No podrá funcionar
en otra localidad ni fuera del país.
Los cometidos son:
1. Cualquier modificación del contrato.
2. Aumento del capital.
3. Reintegro del capital.
4. Rescate.
5. Reembolso.
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6. Amortización de acciones.
7. Fusión, escisión y transformación.
8. Disolución de la SA, designación y retribución de los liquidadores.
9. Conversión de debentures y partes beneficiarias.
10. Limitaciones o suspensiones del derecho de preferencia.
También le corresponderá resolver sobre cualquier asunto que siendo de
competencia de la asamblea ordinaria, sea necesario resolver urgentemente.
Podrán requerir la convocatoria los accionistas que representen por lo menos el 20%
del capital integrado. Serán convocados por el órgano de administración o de control,
publicándose la convocatoria por lo menos por tres días en el Diario Oficial y en otro
diario. Contendrá la mención del carácter de la asamblea, fecha, lugar, hora de la
reunión y orden del día. La asamblea en segunda convocatoria por haber fracasado la
primera, deberá celebrarse dentro de los 30 días siguientes, requiere de nuevas
publicaciones.
Quórum necesario: se reunirá en primera convocatoria con la presencia de
accionistas que representen el 60% de las acciones con derecho de voto, si el
contrato no exigiese un quórum mayor. En segunda convocatoria se requerirá la
consecuencia de accionistas que representen el 40 %. Las resoluciones de la
asamblea serán adoptadas por la mayoría absoluta de voto de accionistas presentes.
Asamblea especial
Es aquella que funciona cuando se han emitido diversas clases de acciones o
acciones seriadas. Para cada clase o serie, se prevé el funcionamiento de una
asamblea especial. El art. 349 establece su competencia, adoptar resoluciones que
afecten los derechos de una clase de acciones. La oportunidad de la reunión y el
quórum de asistencia se regirán por las normas que regulan las asambleas ordinarias
y extraordinarias.
Funcionamiento de las asambleas
La convocatoria a la asamblea la debe realizar el órgano de administración (art. 344).
También el órgano interno de contralor pude convocar a asambleas (art. 402 inc. 2).
En determinadas circunstancia podrá hacerse a pedido de los accionistas, por el
´órgano estatal de control o por el Juez. Los accionistas pueden requerir la
convocatoria, siempre que representen, por lo menos el 20% del capital integrado.
Cuando la sociedad se ha disuelto la convocatoria debe hacerla el liquidador y si
fuera este omiso, la convocatoria la hará el órgano interno de control, el órgano de
control estatal y aún puede convocarse judicialmente.
La convocatoria debe realizarse mediante publicaciones. El art. 345 establece que
deben hacerse en el Diario Oficial y en otro diario, por tres días y con una anticipación
mínima de 10 días y no mayor de 30 días. También se impone el contenido de la
publicación: el carácter de la asamblea, fecha y hora y lugar de reunión y el orden del
día.
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La ley autoriza que se realice una segunda convocatoria, cuando fracase la primera.
El art. 346 establece que si se convocó a una asamblea y el día fijado no asisten
accionistas bastantes para que pueda funcionar, se admite que se realice una nueva
convocatoria con la misma publicidad. Luego la norma admite que al hacer la primera
convocatoria, para el caso de que fracase la primera, indicando día y hora en que se
debe reunir la asamblea en primera y segunda convocatoria.
Adopción de resoluciones
Las resoluciones se adoptan por mayoría y sus resoluciones obligan a disidentes y
ausentes, con excepciones. Como principio general, las mayorías se forman en las
asambleas con las mayorías de accionistas presentes prescindiendo de si ellos
reúnen o no la mayoría del capital social, salvo que el estatuto o la ley imponga
mayoría de capital.
Impugnación de resoluciones de asambleas
El art. 365 de la Ley 16.060 (LSC) dispone: “Impugnación. Cualquier resolución de la
asamblea que se adopte contra la Ley, el contrato social o los reglamentos, o que
fuera lesiva del interés social o de los derechos de los accionistas como tales, podrá
ser impugnada según las normas de esta Sub-Sección, sin perjuicio de la acción
ordinaria de nulidad que corresponda por violaciones a la Ley.”
El art. 365 establece distintas causales de impugnación:
que la resolución sea contraria a la Ley, al contrato social o a los reglamentos;
que la resolución fuere lesiva de los derechos de los accionistas;
y que la resolución fuere lesiva del interés social.
Puede ser impugnada cualquier resolución de la asamblea de la que se adopte contra
la Ley, el contrato social o los reglamentos. La resolución será impugnable sea cual
fuere la Ley que se contraríe. Por lo tanto, son impugnables las resoluciones no sólo
por su contenido ilícito o contrario a los estatutos sino, también, cuando en su
formación se han violado normas legales o estatutarias.
La resolución de la asamblea es la etapa final de un proceso formativo de la voluntad
social. La resolución no es separable de las etapas que la preceden, que son
formativas y conducentes a la resolución final. El acto asambleario se integra con
distintas etapas dispuestas por la Ley y que forman una unidad funcional, sin
relevancia jurídica alguna si se las considera por separado. De modo que, cuando la
Ley se refiere a decisiones o acuerdos violatorios de las leyes, debe entenderse que
la violación pudo producirse en cualquiera de las etapas de la formación de tal
decisión o acuerdo.
Son impugnables, también, aquellas resoluciones que signifiquen un excesivo o
injustificado sacrificio de los derechos de los accionistas.
Se consideran como tales cualquier derecho que emane de la posición de socio:
derecho de voto, derecho a las utilidades o derecho de preferencia en la suscripción
de acciones, en el caso de aumentos de capital.
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lo tengan prohibido o estén inhabilitados para ello. Los funcionarios del órgano estatal
de control no podrán ser administradores ni integrar directores de SA.
El contrato social podrá establecer régimen de suplencias de los administrados o de
los directores para el caso de vacancia temporal o definitiva.
El estatuto fijará la duración del administrador o de los directores a su cargo. Si no
dice nada permanecerán un año desde su designación.
Se fija el régimen de su remuneración que podrá establecerse en el contrato o por la
asamblea. El administrador podrá recibir una retribución como máximo del 10% de la
ganancia. El director tendrá una remuneración como máximo del 25% de las
ganancias. Tales montos se limitan al 5% cuando no se distribuyan dividendos a los
accionistas, incrementándose proporcionalmente a la distribución, hasta alcanzar los
límites.
16.7) El contralor interno y externo de la sociedad
16.7.1) Contralor interno
El control interno con la existencia de un órgano de fiscalización privada sólo es
preceptivo en las sociedades anónimas abiertas y facultativas en las cerradas y
estará a cargo de uno o más síndicos o de una comisión fiscal compuesta de tres o
más miembros, accionistas o no, según determine el estatuto.
Si es estatuto no previera la existencia de órganos de fiscalización, estos podrán ser
creados y designados sus titulares por una asamblea ordinaria o extraordinaria, a
pedido de accionistas que representen por lo menos el 20% del capital integrado, sin
perjuicio de que en este caso una asamblea posterior podrá suprimirlo.
Atribuciones y deberes de los síndicos o de la comisión fiscal:
1. Controlar la administración y gestión social.
2. Examinar libros y documentos, el estado de la caja, los títulos valores y
créditos a cobrar así como las obligaciones a cargo de la sociedad.
3. Verificación de los Estados Contables anuales, presentando a la asamblea
ordinaria un informe escrito sobre la situación económica y financiera de la
sociedad, dictaminando sobre la memoria, inventario, balance y sobre la
distribución de las utilidades.
4. Asistir con vos, pero sin voto.
5. Controlar la constitución y subsistencia de la garantía del administrador o de
los directores.
6. Convocar a la asamblea extraordinaria cuando sea necesaria y a la ordinaria
cuando se omita hacerlo por el órgano de administración.
7. Suministrar a los accionistas con no menos del 5% del capital integrado
informando cualquier materia, cuando lo requieran.
8. Investigar las denuncias que les formule por escrito cualquier accionista.
9. Fiscalizar la liquidación de la sociedad.
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Organización
El contrato organizará la administración y representación. En su defecto se aplicará lo
dispuesto para las sociedades anónimas (art. 494).
La asamblea de los miembros del grupo estará facultada para adoptar cualquier
decisión, incluso la disolución anticipada o la prórroga de su duración en las
condiciones establecidas en el contrato constitutivo (art. 496).
Todas las resoluciones se adoptarán por unanimidad y cada miembro tendrá un voto,
salvo estipulación contraria.
La asamblea se reunirá obligatoriamente a pedido de cualquiera de los miembros del
grupo.
Responsabilidad de los agrupados
Los miembros del grupo serán responsables por las obligaciones contraídas por éste.
Esa responsabilidad será subsidiaria y solidaria (art. 495).
16.9.2) Consorcios
En este contrato, de acuerdo con el art. 503 de la Ley 16.060 (LSC), se regula la
actividad individual de cada uno de los asociados.
El art. 501 de la Ley define al consorcio de la siguiente manera: "El consorcio se
constituirá mediante contrato entre dos o más personas físicas o jurídicas, por el cual
se vincularán temporariamente para la realización de una obra, la prestación de
determinados servicios o el suministro de determinados bienes. El consorcio no
estará destinado a obtener y distribuir ganancias entre los partícipes sino a regular las
actividades de cada uno de ellos.
No tendrá personalidad jurídica. Cada integrante deberá desarrollar la actividad en las
condiciones que se prevean, respondiendo personalmente frente al tercero por las
obligaciones que contraiga en relación con la parte de la obra, servicios o suministros
a su cargo, sin solidaridad, salvo pacto en contrario."
a) Diferencia con las sociedades comerciales
En cuanto al objeto
A diferencia de la sociedad, el consorcio no tiene por objeto realizar una actividad
común, pues la actividad se divide entre los consorciados.
El objeto del consorcio es crear un vínculo temporario entre los consorciados a los
efectos de que éstos realicen una obra, presten determinado servicio o cumplan el
suministro de ciertos bienes.
El contrato de consorcio regula y coordina la actividad de cada uno de los miembros.
Cada consorciado participará en la obra, por ejemplo, desarrollando su actividad en
forma individual, obteniendo para sí los resultados económicos resultantes y
asumiendo la responsabilidad que le corresponda.
En cuanto a las ganancias
Por ello, no persigue el fin de distribuir utilidades y participar en las pérdidas, pues no
se generan utilidades ni pérdidas que se puedan imputar al consorcio y que luego
puedan dividirse entre los consorciados (art. 503).
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Cada socio está obligado a efectuar un aporte que pasa a integrar el capital social.
Fuera del cumplimiento de su obligación de aportar, el socio no asume cargas
pecuniarias ni contrae responsabilidad por las deudas sociales.
El principio se establece en el art. 2 de la Ley 1946. Con esta norma se busca
fomentar la cooperación facilitando la creación de estas sociedades, con el incentivo
de que el socio no compromete su responsabilidad frente a los riesgos empresariales
de la sociedad a la cual se incorpore.
El la Ley 14.827 para cooperativas agroindustriales se establece una norma
totalmente distinta. En efecto, el art. 7 dice así: en lo relativo a la responsabilidad del
socio, los estatutos deberán prever algunas de las siguientes situaciones:
1. Responsabilidad limitada al monto de la participación suscrita;
2. Suplemento de responsabilidad hasta un monto de veinte veces de la
participación suscrita;
3. Responsabilidad ilimitada;
Toda modificación de los estatutos que suponga aumentar la responsabilidad de los
socios, deberá aprobarse en Asamblea, convocada a esos efectos, por el voto
conforme de los tres cuartos de los socios inscriptos en el registro.
Ninguna autoridad social podrá establecer limitaciones a la responsabilidad de los
socios, una vez aprobados los estatutos.”
La variante introducida por la Ley 14827 se justifica por un doble motivo:
1. Porque se quiere que el socio, a través de un compromiso económico mayor,
le dé más apoyo a la cooperativa;
2. Facilitar a estas sociedades un mejor acceso al uso de créditos.
Un régimen similar introduce la Ley 15.645 para las cooperativas agropecuarias,
estableciendo que el estatuto puede optar entre dos regímenes:
A. “responsabilidad limitada; es esta categoría la responsabilidad de sus
miembros queda limitada al aporte suscrito
B. Responsabilidad suplementaria: sus miembros serán responsables, además,
por un monto suplementario que deberá ser siempre predeterminado en los
Estatutos”.
La Ley autoriza la modificación del régimen mediante una posterior modificación del
estatuto, pero solo en el sentido de aumentar la responsabilidad. La ley aclara la
responsabilidad de los socios en subsidiaria de la correspondiente a la cooperativa y
que, agotados los bienes de ésta, los miembros son solidariamente responsables por
el monto correspondiente, según estatutos.
Principio de puertas abiertas o adhesión libre
El número de socios es ilimitado (art. 3 de la Ley 10.761, art. 11 de la Ley 15.645).
Los socios pueden ingresar y egresar libremente, sin perjuicio de que el estatuto
pueda establecer algunas condiciones para ello. Así, ´por ejemplo, el estatuto puede
exigir para el ingreso a la sociedad la condición de pertenecer a determinado gremio,
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profesión o actividad (art. 4 Ley 10761; art. 6 núm. 7 de la Ley 14.827 y art. 9 Ley
15.645).
Con estas normas se quiere evitar que, por retiro intempestivo de un número
cualquiera de socios, se produzca el fracaso de la sociedad, especialmente en los
primeros años de consolidación de la empresa, en que se necesita la cohesión de
todos.
En las cooperativas de vivienda el principio de puertas abiertas tiene algunas
restricciones. En efecto, la Ley establece para las unidades cooperativas de vivienda
un límite mínimo de socios de 10 y un máximo de 200 (art. 142 de la Ley 13.728).
Las cooperativas matrices de vivienda no pueden superar el número de mil socios sin
vivienda adjudicada, salvo autorización de la Dirección Nacional de Vivienda.
Capital ilimitado y variable
El capital de la cooperativa en variable e ilimitado. La Ley dispone expresamente la
ilimitación y variabilidad del capital social. La variabilidad del capital es una
consecuencia del principio de puertas abiertas. Con el ingreso o egreso de socios
aumenta o disminuye el capital. No obstante, se requiere un capital inicial o
fundacional en la mayor parte de los tipos. Para las cooperativas agrarias se exige
integración del 10% del capital suscrito, mediante depósito realizado en el Banco de
la República.
El capital de las sociedades cooperativas se fracciona en “partes”. Las leyes
establecen que todas las partes sociales tendrán el mismo valor. También, establecen
que serán nominativas e indivisibles. No se autoriza su representación en títulos
negociables. La ley 13.728 establece el monto mínimo de cada cuota. Las demás no
fijan importes. La ley de cooperativas de vivienda y la de cooperativas agrarias
autorizan la revaluación de las partes sociales, lo cual constituye una solución una
solución adecuada para épocas de inflación.
Tratamiento igualitario de los socios
Las distintas leyes sociales, además, que cada socio tiene un solo voto, aunque
posea más de una parte social, asentando así el principio igualitario. La Ley 14.827
para cooperativas agropecuarias, establece una salvedad: “Los estatutos no obstante,
podrán establecer un sistema de voto calificado con la finalidad de fomentar una
mayor adhesión al sistema cooperativo”. (art. 5).
Las leyes también prohíben atribuir privilegios a iniciadores, fundadores o directores.
Plazo ilimitado
Todas las leyes sobre cooperativas establecen que el plazo es ilimitado (art. 3 de la
Ley 1946, art. 131, inc. F de la Ley 13.728, art. 6 núm. 1 de la Ley 1978 y art. 54 inc.
A de la Ley 15.645).
Neutralidad
La Ley consagra la neutralidad de las cooperativas en materia política, religiosa, de
nacionalidad o de de la Ley regiones (art. 7 de la Ley 1946 y art. 131 inc. D de la Ley
13.728).
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Unidad 8
Los Contratos
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3. Las ventas que hacen los labradores y hacendados de los frutos de sus
cosechas y ganados.
4. Las que hacen los propietarios y cualquier clase de persona de los frutos o
efectos que perciban por razón de renta, dotación, salario, emolumento, u otro
cualquier título remuneratorio o gratuito.
5. La reventa que hace cualquier persona del resto de los acopios que hizo para
su consumidor particular. Sin embargo, si fuere mayor cantidad la que venden
que la que hubiesen consumido, se presume que obraron en la compra con
ánimo de vender y se reputan mercantiles la compra y la venta.”
Acto mixto: es cuando para una de las partes la compra-venta es civil y para otra
parte es comercial. A uno se le explicará el régimen del código civil y a otro del código
comercial (por ejemplo en el caso de la mora, en materia civil debe haber una
interpelación para que comiencen a correr los intereses y en materia mercantil los
intereses corren automáticamente desde el vencimiento del plazo.
Ubarrio entendió que las compras-ventas mixtas deben considerarse civiles ya que es
más genérico. Garridez es la posición más aceptada, considera que cuando el acto es
mixto, debe considerarse como compra-venta comercial.
Las 2 diferencias principales serán la intensión de revender o alquilar el uso y la
naturaleza del bien, ya que la compraventa comercial es siempre sobre bienes
muebles. Hay compraventa que es comercial y no se requiere la intensión de
revender o alquilar el uso por ejemplo la compraventa en moneda metálica, buques,
títulos públicos. Otra diferencia es que el riesgo por el daño que puede sufrir la cosa
lo corre el comprador (civil) en cambio si la compraventa es comercial el riesgo lo
corre el vendedor.
2.1.1) Obligaciones del vendedor
La obligación del vendedor es hacer la entrega de la cosa vendida. En tanto no se
efectivice esa entrega tiene obligación de conservarla.
Obligación de hacer entrega
En nuestro Derecho, para que haya trasmisión de propiedad, se requiere título y
modo. El contrato de compraventa es un título, pero se necesita, luego, la tradición
para que el comprador se convierta en dueño. La tradición puede ser real o simbólica,
como en materia civil.
Tradición: la tradición real consiste en la entrega material de la cosa hecha por el
vendedor al comprador. El artículo 760 del Código Civil dispone: “La
tradición real es la que verifica por la aprehensión corporal de la cosa,
hecha por el adquirente u otro en su nombre”.
Constituye la principal obligación del vendedor. El artículo 526 del Código de
comercio dispone: “Perfeccionada la venta (artículo 514), queda obligado el vendedor
a entregar al comprador la cosa vendida en el plazo y del modo estipulado en el
contrato; so pena de responder por las pérdidas y daños que de su falta resultasen.
Sin embargo, no hay obligación de entregar la cosa antes de pagado el precio, si
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El vendedor podrá requerir la firma del comprador, en la vía que se reserva para sí,
para acreditar la entrega del bien.
Por exigencias del Derecho Tributario, se extienden en formularios numerados.
Funciones de la factura
El envío factura como de aceptación de la oferta
Algunas veces, el envío de la factura significa la aceptación del contrato por parte del
vendedor. Es el caso, poco frecuente, de ser el comprador quien se dirige al
vendedor, proponiéndole el contrato. El envío de la factura por el vendedor implica la
aceptación de la propuesta y, por consiguiente, el perfeccionamiento del contrato.
En la mayoría de los casos, la factura se remite por el vendedor con referencia a un
contrato de compraventa ya consentido por las partes. La factura se puede remitir
antes de la expedición de la mercadería o simultáneamente con ella. En estos casos,
la factura cumple diversas funciones.
La factura como rendición de cuentas
La factura es una rendición de cuentas de la compraventa que el vendedor pasa al
comprador.
La entrega o recibo de la factura, sin oposición, como tradición simbólica
Puede servir para la tradición simbólica de la cosa vendida. El Código de Comercio
establece que se considera tradición simbólica, la entrega o recibo de la factura sin
oposición inmediata del comprador (art. 529, n. 3). El comprador, con la factura en su
poder, puede alegar ser el dueño del bien comprado. Se admite prueba en contrario
en caso de error, fraude o dolo.
Valor probatorio
La factura, como documento emanado del vendedor y en poder del comprador,
prueba que se ha celebrado un contrato de compraventa, ya que la factura es una
cuenta sobre ese contrato.
La factura tendrá mayor fuerza probatoria si, además, está firmada por el vendedor y
si hay constancia firmada del recibo del precio o de parte de éste.
Factura conformada
Se le llama factura conformada a aquella que ha sido firmada por el comprador. La
expresión "conformada", proviene de la costumbre de comercial de dejar constancia
de que la factura fue recibida de conformidad ("recibí conforme"). Esta constancia
suele preceder a la firma del comprador.
2.2) Transporte terrestre, marítimo y aéreo
Es un contrato por el cual una persona llamada transportador o transportista se obliga
a cambio de un precio llamada flete o porte a conducir de un lugar a otros, personas o
cosas.
2.2.1) Contrato de transporte terrestre
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momento por que los objetos llegan embalados o envueltos al lugar de destino, el
destinatario tiene un plazo de 24 hrs. para efectuar la reclamación del caso. Si las
averías son extremas o fácilmente comprobadas se deberá reclamar de inmediato.
Comprobadas las averías y que tales averías son debidas a culpa imputable al
transportador corresponde que este abone una indemnización.
2.2.2) Contrato de transporte marítimo
Dentro de las compraventas marítimas, las más difundidas son las ventas CIF (Cost
Insurance y Freigth, que incluye el costo de la mercadería, seguro y flete) y ventas
FOB (Free On Borrad, que incluye solo costo de la mercadería).
Ventas CIF: el comprador paga una cantidad global que representa el precio de las
mercaderías, el monto del seguro y el precio del transporte. El vendedor está obligado
a contrata el transporte y el seguro, entregando las mercaderías al buque que ha de
transportarlas. Desde ahí el transportador corre con los riesgos consiguientes.
Documentación que determina la venta (vendedor envía al comprador):
Factura: detalla mercadería y precio.
Conocimiento de carga: justifica la celebración del contrato de transporte y el
comprador puede exigir la entrega de las mercaderías en el puerto de destino.
Póliza de seguros: comprador puede reclamar del asegurador la indemnización
de los daños o pérdidas que las mercaderías puedan sufrir durante el viaje.
Ventas FOB: el vendedor cumple entregando la mercadería borde del buque. El
vendedor debe cargar las mercaderías. Una vez cargada la mercadería se considera
entregada siendo el comprador quien debe encargarse del transporte y del seguro.
2.3) Cuenta corriente mercantil
La cuenta corriente se celebra cuando entre dos comerciantes, existe una relación
continuada de negocios. De sus relaciones nacen créditos y deudas recíprocas, que
se van creando sucesivamente. Uno a otro se remiten mercaderías, dinero, títulos
valores. De no existir contrato de cuenta corriente, ante tal estado de cosas, cada
operación de la cual surgiera una obligación o se extinguiera otra preexistente daría
lugar a una liquidación especial con los pertinentes movimientos de dinero. Por el
contrato de cuenta corriente se crea un mecanismo mediante el cual se evitan las
liquidaciones particulares. Todas las operaciones realizadas se incluyen en una
cuenta común y se inscribirán como anotaciones del debe o del haber y vencido el
plazo que se acuerde se sumarán las cifras anotadas en cada columna. En ese
momento, se compensarán las sumas, haciéndose exigible sólo el saldo final, que
será de cargo de una sola de las partes.
La cuenta corriente supone, así, un aplazamiento de la exigibilidad de los respectivos
créditos y la liquidación de los mismos en un momento posterior mediante
compensación.
2.3.1) Concepto de cuenta corriente
Contrato por el cual dos personas, en relación de negocios continuados, acuerdan
concederse temporalmente crédito recíproco, quedando obligados ambas partes a ir
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sentando en cuenta sus remesas mutuas, sin exigirse el pago inmediato sino el saldo
a favor de la una o de la otra, resultante de una liquidación por diferencia al ser
aquélla cerrada en la fecha convenida.
a) Objetivo del contrato
De acuerdo a la definición referida, el objetivo del contrato es doble.
Concesión recíproca de crédito puesto que se difieren los pagos. La concesión
recíproca de crédito es una consecuencia del diferimiento de los pagos. El
cuenta correntista tiene confianza en la voluntad de cumplir del otro cuenta
correntista; tiene una creencia en la capacidad de pago futuro de su
contraparte y por ello no exige el cumplimiento inmediato.
Sometimiento de los pagos a una posterior liquidación y compensación. Las
partes pueden señalar qué género de operaciones quedarán excluidas de ese
tratamiento jurídico. Así como pueden ponerse de acuerdo para que no entre
en la cuenta una remesa concreta y determinada.
b) Ventajas que ofrece la contratación de una cuenta corriente
En función de los caracteres enunciados, la cuenta corriente ofrece las siguientes
ventajas:
1. Las ventajas inherentes al crédito, puesto que la cuenta corriente supone un
crédito recíproco. Cuando una parte concede crédito a otra, le presta una
ayuda económica. En el caso de la cuenta corriente, como el crédito es
recíproco, cada parte se presta ayuda a sí mismo y satisface así necesidades
ajenas y propias.
2. En función del crédito recíproco el comerciante puede destinar su dinero a
otras actividades, haciéndolo fructificar en otros negocios. El comerciante no
tiene que tener en caja, inmovilizadas y disponibles, importantes sumas.
3. Se simplifican las relaciones comerciales pues se evitan pagos parciales,
repartidos, recíprocos, reduciéndolos a un pago único y definitivo y, además,
se evitan movimientos de dinero de una plaza a otra, con la consiguiente
supresión de riesgos y gastos.
c) Comercialidad de la cuenta corriente
El Código de Comercio no regula este contrato en forma completa. Sólo contiene
diversos artículos que lo mencionan: 82, 557, 719, 720, 964 y 1.019. Se trata de
normas aisladas y dispersas que no contienen una regulación completa de esta figura
contractual.
2.3.2) Caracteres del contrato
El contrato es consensual, conmutativo, bilateral, oneroso, innominado, de ejecución
sucesiva y normativo.
a) Consensualidad
El contrato de cuenta corriente se perfecciona con el simple consentimiento de las
partes (art. 1.252 CC). No está sometido a ninguna formalidad. Los asientos en los
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Art. 634 (Código de Comercio): “El seguro es un contrato por el cual una de las partes
se obliga mediante cierta prima a indemnizar a la otra de una pérdida o de un daño, o
de la privación de un lucro esperado que podría sufrir por un acontecimiento incierto."
Este artículo ha sido criticado por varias razones. En primer lugar, por haber intentado
dar, innecesariamente, una definición del contrato de seguro, cosa que algunos
autores consideran que debe ser librada a la doctrina. En segundo lugar, porque la
definición no comprende a los seguros de sumas. El art. 634 sólo se refiere a los de
seguros de indemnización. Se ha dicho, además, que queda excluido el seguro de
vida, en que no hay un acontecimiento incierto, puesto que la muerte no lo es.
Finalmente, se argumenta que no comprende el seguro mutuo.
La doctrina, las diferentes legislaciones e incluso nuestro Código de Comercio, han
intentado brindar un concepto de “contrato de seguro” que tuviere alcance general.
Sin embargo, debido a la gran variedad de figuras incluidas dentro de la
denominación “seguro”, ninguna definición puede ser comprensiva de esa variedad.
Jurídicamente se trata de un contrato bilateral, por el cual la parte asegurada a
cambio de una prestación (pago de prima) obtiene de la parte, llamada asegurador, la
promesa de determinada prestación. Es un contrato oneroso (cada parte busca su
particular utilidad), es aleatorio (por cuanto la equivalencia de las prestaciones
depende de una contingencia incierta), de prestaciones sucesivas (al asegurado debe
ir pagando un premio en oportunidades periódicas sucesivas y durante toda la
duración del contrato, el asegurador por su parte tiene sobre si la obligación eventual
de pagar una prestación si el riesgo se produce), solemne (la póliza es escrita),
contrato de adhesión (tiene perfectamente delimitadas las condiciones), es un
contrato comercial (siempre queda regido por el código de comercio), contrato de
buena fe.
2.4.1) Partes del contrato y sujetos relacionados
En el contrato de seguro participan varios sujetos. Algunos en calidad de partes -
asegurador y tomador - y otros que, a pesar de no ser partes, son los beneficiarios
designados en el contrato. A su vez, el asegurado puede no haber sido parte en el
contrato, como el caso del seguro sobre la vida de un tercero.
a) Partes del contrato
Las partes del contrato de seguro son sólo dos: el asegurador y el tomador. A
continuación, haremos un breve comentario que nos ayude a diferenciar
correctamente una figura de otra.
Asegurador
El asegurador es la persona que asume el riesgo. A pesar de que nuestro Código
supone como posible la existencia de un asegurador individual, la actividad
aseguradora, en nuestro país, se realiza por el Banco de Seguros de Estado y por
sociedades anónimas autorizadas por el Poder Ejecutivo. Las entidades privadas que
tengan por objeto la actividad aseguradora, deben revestir la forma de sociedad
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Mantener el estado del riesgo: La carga de mantener el estado del riesgo involucra
las siguientes actitudes: comunicar las variaciones del riesgo, no
agravar el riesgo y prevenir el daño.
Comunicar las variaciones del riesgo significa proceder con franqueza al celebrar el
contrato y comunicar al asegurador las variaciones que pudiera haber en el riesgo.
Toda declaración falsa o reticencia, aun hecha de buena fe, anula el contrato (art.
640).
No agravar el riesgo significa abstenerse de realizar actos que pudieran agravar el
riesgo so pena de caducidad de la obligación del asegurador (arts. 681 y 682 sobre
seguro de incendio).
Prevenir el daño implica que, una vez producido el siniestro, tomar las medidas que
fueren necesarias para disminuir los daños, so pena de daños y perjuicios (art. 668).
Informar el siniestro: Una vez que se produce el siniestro, el asegurado debe,
inmediatamente, informar al asegurador el hecho y todas las circunstancias
que obren en su conocimiento. Así lo establece el artículo 668 so pena de los
daños y perjuicios que causare por su omisión.
Conservar las acciones contra terceros: La razón de esta carga es que el asegurador,
una vez pagada la indemnización, se subroga en las acciones que el
asegurado tuviere contra terceros. Así lo dispone el artículo 669: “Los
aseguradores que hayan pagado el daño o la pérdida de la cosa
asegurada, quedan subrogados en los derechos de los asegurados para
repetir de los terceros los daños que hayan padecido los efectos.”
El asegurado responde personalmente de todo acto que perjudique los derechos de
los aseguradores contra esos terceros.
Derechos: el derecho del tomador del seguro está establecido en el artículo 634 y
consiste en que se le resarzan los daños, de acuerdo a lo pactado, una
vez acaecido el siniestro. También, tiene derecho a que se le entregue
la póliza.
b) Sujetos relacionados con el contrato de seguro
Relacionados, de alguna manera, con el contrato de seguro, aparecen otras dos
figuras: el beneficiario y la vida asegurada.
Beneficiario
El beneficiario es la persona que recibe la prestación debida por el asegurador, en el
caso de ocurrencia del siniestro previsto en el contrato. El beneficiario no es parte del
contrato aun cuando se lo designe en la póliza, ya que no participa en su celebración;
pero tiene derechos sobre las prestaciones a cargo del asegurador, pudiendo acceder
a ellas en forma directa. La hipótesis de que el beneficiario no sea el mismo tomador
del contrato, está prevista en el artículo 693, que se refiere al seguro de vida: “La vida
de una persona podrá ser asegurada en favor de algún interesado por un tiempo que
se determinará en el contrato”.
Vida asegurada
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8. En general, todas las circunstancias cuyo conocimiento pudiese ser de interés real
para el asegurador, así como todas las demás estipulaciones hechas por las partes.
La póliza debe estar firmada por el asegurador.”
El artículo 21 del decreto 354/994 dispone: “Las entidades deberán remitir a la
Superintendencia de Seguros y Reaseguros para su conocimiento, los modelos de los
textos de pólizas, sus modificaciones, cláusulas adicionales y anexos que se
contraten en el mercado, no pudiéndose utilizar modelos que no hubieren sido
comunicados a dicho órgano previamente da su uso.”
2.5) Mandato y comisión mercantil
2.5.1) Concepto
El art. 299 del Código de Comercio define el “mandato en general” como "un contrato
por el cual una persona se obliga a administrar un negocio que otra le encomienda".
El mandato es un contrato por el cual una persona confiere a otra el poder para
representarla en la gestión de uno o más negocios por cuenta de la primera. El
concepto de representación se incorpora en el art. 300 del Código de Comercio: “Se
llama especialmente mandato, cuando el que administra el negocio obra en nombre
de la persona que se lo ha encomendado”.
Este concepto es coincidente con el previsto para el mandato civil en el art. 2.051 del
Código Civil (CC): "contrato por el cual una parte confiere a otra, que lo acepta, el
poder para representarla en la gestión de uno o más negocios por cuenta y riesgo de
la primera".
Quien confiere el poder se llama mandante. Mandatario es la persona designada. El
mandatario, cuando celebra el negocio con un tercero, expresa que actúa por cuenta
del mandante. Esto es, actúa a nombre y cuenta del mandante, dueño del negocio.
Cuando se concierta el negocio quedan vinculados por él, el mandante y el tercero. El
mandatario no se obliga por ese negocio. Damos un ejemplo. Un mandante A otorga
poder a un mandatario B para que le venda un equipo industrial. El mandatario
encuentra un tercero X interesado en la compra. B celebra el negocio con X y al
celebrarlo dice que vende por cuenta de A. Celebrado el negocio, el contrato de
compraventa con todos sus derechos y obligaciones vincula a A con X. Quien debe
entregar el equipo vendido es a y X debe pagar el precio a A.
El art. 308 establece: “El mandante responde por todos los actos del mandatario,
siempre que sea dentro de los términos del mandato. No está obligado por lo que se
ha hecho excediendo el mandato, sino en cuanto lo haya ratificado expresa o
tácitamente (art. 332).”
2.5.2) Distinción respecto del mandato civil
Las diferencias fundamentales entre el mandato comercial y el civil, atañen al objeto y
a la onerosidad o gratuidad del contrato.
a) Distinción en cuanto al objeto
Según los términos del artículo 299, el mandato mercantil tiene por objeto la
administración de un negocio. Esto es coincidente con lo que establece el artículo 133
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El art. 2.093 del CC establece: “La renuncia del mandatario no pondrá fin a sus
obligaciones, sino después de transcurrido el tiempo razonable para que el mandante
pueda proveer a los negocios encomendados. De otro modo, deberá indemnizar al
mandante, si es perjudicado; a menos que él se halle en la imposibilidad de
administrar por enfermedad u otra causa, o sin grave perjuicio de sus intereses
propios.”
El artículo 304 del Código de comercio dispone: “El mandatario puede en cualquier
tiempo renunciar al mandato, haciendo saber al mandante su renuncia.
Sin embargo, si esa renuncia perjudica al mandante, deberá indemnizarle el
mandatario, a no ser que:
1. Dependiese la ejecución del mandato de suplemento de fondos, y no los hubiese
recibido el mandatario, o fueran insuficientes.
2. Se encontrase el mandatario en la imposibilidad de continuar el mandato, sin sufrir
personalmente un perjuicio considerable.”
Como se advierte de la comparación de los textos, las soluciones son similares, con
diferencias de detalles. El mandatario responde de los daños y perjuicios que causa
con su renuncia, con ciertas excepciones establecidas en las normas respectivas.
Revocación
El artículo 329 Código de ccomercio dispone que la revocación que sólo se notificó al
mandatario, no puede alegarse contra el tercero que contrató ignorando la
revocación. La nueva Ley de Registros impone tanto, para el mandato civil como para
el comercial, la inscripción de la revocación. En consecuencia, la revocación será
oponible a terceros desde la inscripción.
Rendición de cuentas
El artículo 322 del Código de ccomercio y el 2.074 del Código civil imponen al
mandatario la obligación de rendir cuentas. La norma del Código civil tiene un
segundo inciso que no está en el Código de ccomercio: “La relevación de rendir
cuentas no exonera al mandatario de los cargos que contra él justifique el mandante”.
3) Modernos
3.1) El suministro. La suscripción
Este contrato se caracteriza por que el vendedor se obliga a realizar en el tiempo una
serie de entregas determinadas (conforme a la necesidad del comprador) contra el
precio en forma unitaria o por cada prestación periódica. El contrato es consensual,
bilateral, de trato sucesivo, innominado y en general de adhesión.
Desde el punto de vista de su función económica, el contrato de suministro supone
para el suministrante, la colocación estable de determinada cantidad de producción.
Para el suministrado, implica la satisfacción de sus necesidades constantes.
Cuando el suministrado es un industrial, este contrato asegura la entrega de materia
prima que le es indispensable para su actividad de transformación. Si se trata de un
comerciante mayorista o minorista porque se asegura la provisión de mercaderías
para comercializar mediante reventas. También, por vía de este contrato se asegura
Resumen DERECHO COMERCIAL
b) Comercialidad
Los contratos de distribución, de agencia y de concesión tienen naturaleza comercial.
No están incluidos en la nómina de actos de comercio del artículo 7 de nuestro
Código de comercio, ni están reglamentados por ese cuerpo de leyes, pero revisten
igualmente ese carácter por su conexión con actos de comercio y con comerciantes.
Conexión objetiva: Los contratos de distribución, de agencia y de concesión se
vinculan con contratos de compraventa comercial, tienden a facilitarlos y
preparan su culminación. El contrato de agencia, según se verá, contiene
fundamentalmente un mandato comercial o un arrendamiento de obra
comercial puesto que al agente se le encomienda celebrar contratos de
compraventa mercantil o promoverlos. El contrato de distribución y
concesión contiene un contrato de coordinación en el cual se establecen
condiciones para regir los futuros contratos de compraventa comercial
que se han de celebrar entre las partes y con terceros.
Conexión subjetiva: Siendo, en general, ambas partes del contrato comerciantes,
juega la presunción de comercialidad contenida en el artículo 5 del
Código de comercio, que presume comerciales los actos de los
comerciantes. Por otra parte, esa presunción se ve reforzada porque
estos contratos se vinculan con la actividad comercial de los contratantes.
Para el fabricante los contratos de agencia y concesión preparan la colocación de su
producción. Los actos que realice el empresario de una fábrica, con ese fin, revisten
naturaleza comercial por aplicación del artículo 7, inciso 4; por cuanto no sólo es
comercial la fabricación de bienes sino, también, la actividad que el fabricante realiza:
desde la compra de equipos industriales y materias primas, pasando por la labor de
producción y terminando con la venta del producto fabricado. Los contratos de
distribución, de agencia y de concesión constituyen, por lo tanto, el acto final o
semifinal de la actividad económica-mercantil del fabricante. Para el importador o el
mayorista constituyen actos propios de su actividad típicamente de intermediación.
Para el distribuidor, el agente o el concesionario, la celebración del contrato de
agencia o de concesión, constituye el acto inicial o preparatorio de una futura
actividad de intermediación comercial.
c) Otros caracteres
Entre otros caracteres de los contratos de distribución en general mencionaremos que
se trata de contratos de duración y de ejecución continuada, de adhesión, de
coordinación e innominados.
Contratos de duración, de ejecución continuada y de coordinación: Los contratos de
distribución, concesión y agencia crean relaciones estables entre sus partes. Son
contratos de duración. El contrato de duración es “aquél que está destinado por
voluntad de las partes a producir sus efectos durante un lapso más o menos
prolongado, precisamente porque el cumplimiento de las prestaciones a lo largo del
tiempo es el presupuesto necesario para que el contrato produzca el efecto querido
por las partes y satisfaga las necesidades tenidas en vista por ella”.
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Ante todo se caracteriza la figura del concesionario por el objeto de su actividad, que
consiste en comercializar bienes o servicios en un régimen de exclusividad, dentro de
una determinada zona.
La doctrina que distingue las dos figuras, señala que la concesión tiene la
particularidad de que recae sobre bienes de alta tecnificación o de valor económico
elevado y que se le impone al concesionario la prestación de servicios de
asesoramiento para su uso, de reparación o de mantenimiento o de venta de
accesorios y repuestos.
3.5.4) Agencia
Contrato por el cual una parte, denominada agente, se obliga a promover o concluir
contratos por cuenta de la otra parte, denominada principal, en una zona determinada
y, generalmente, en exclusividad, a cambio de una comisión, que deberá abonar el
principal, por cada contrato promovido o concluido.
Por el contrato de agencia, el agente se obliga a promover o concluir contratos por
cuenta ajena, establemente, dentro de una zona determinada, generalmente, en un
régimen de exclusividad, y el principal o proponente se obliga al pago de una
comisión sobre las ventas realizadas por el agente.
a) Agente
El agente es un auxiliar del comerciante que se dedica a la promoción o conclusión
de negocios por cuenta del dominus negotii. Este es un fabricante que ha producido
bienes que desea colocar en distintos mercados o es un importador que ha
introducido en un país determinado bienes que le interesa comercializar en distintos
puntos o es el comerciante mayorista que ha adquirido la producción de una fábrica y
organiza una red de agentes para su más eficaz reventa o es el concesionario que ha
obtenido la exclusividad de la venta de un producto en una vasta zona y requiere la
colaboración de los agentes para atenderla.
b) Naturaleza jurídica de la agencia
La agencia asume tres modalidades principales.
En todas las modalidades, el agente percibe una comisión toda vez que ha
preparado, promovido o concertado un negocio pero los gastos de su actividad
promotora o representativa son de su exclusivo cargo. El agente es titular de una
empresa para promover o concertar negocios y asume el riesgo de la misma. Claro
está que el principal sigue corriendo el riesgo de la definitiva colocación de los bienes
cuya venta encomendó la función, los gastos consiguientes y el riesgo de la
comercialización a los agentes, que los asumen en las zonas que respectivamente se
les fijan.
1. Agencia y corretaje: En una, el agente sólo media en la circulación de bienes
acercando interesados en comprar al principal, interesado en vender. La
conclusión definitiva del negocio la realiza el dueño del bien y el tercero. Su
figura es asimilable a la del corretaje.
Al agente de comercio se le encarga en la plaza en que tiene su domicilio comercial,
en que ha establecido una casa de comercio, buscar compradores a quienes ofrecerá
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los productos del principal, con los cuales ajustará precios y condiciones de pago.
Cuando se cierran las bases de un negocio, trasmite la oferta de compra completa al
preponente. También, debe remitirle sus informaciones.
Quien acepta o rechaza las ofertas trasmitidas es el principal. Si la acepta trasmite su
declaración de voluntad directamente al ofertante o lo hace sirviéndose de la
intermediación del agente.
2. Agencia y mandato comercial: En otra modalidad el agente asume la
representación del principal y no sólo promueve sino que, también, celebra
contratos de compraventa en nombre del principal y por cuenta de éste. En
esta segunda modalidad su actuación se asimila a la del mandatario.
3. Agencia y comisión: Puede suceder, también, que el agente actúe como
comisionista, esto es, por cuenta del proponente pero contratando a su propio
nombre.
El contrato de comisión está definido en el artículo 300, segundo inciso: “Se llama
comisión o consignación, cuando la persona que desempeña el negocio obra a
nombre propio, sin declarar el nombre del individuo que le ha hecho el encargo.”
El agente, en esta modalidad, cuando celebra el negocio, no debe mencionar el
nombre del comitente. El agente celebra el negocio con el tercero a su propio nombre
aunque por cuenta ajena.
Como consecuencia de esta distinta forma de actuar, en esta modalidad, el comitente
no queda vinculado frente al tercero. Quien se vincula es directamente el agente.
En esta modalidad, los actos celebrados como agente, suponen el establecimiento de
relaciones entre el agente y el tercero. No se crean relaciones jurídicas entre el
comitente y el tercero. El artículo 337 dispone: “El comisionista queda directamente
obligado hacia las personas con quienes contratare, sin que éstas tengan acción
contra el comitente, ni éste contra aquéllas...”
De esta manera, se evidencian ciertas ventajas. La primera ventaja es el secreto para
el comitente. El agente celebra negocios y los terceros no saben por cuenta de quién.
Eventualmente, el comitente aprovecha del crédito y del conocimiento del agente en
una plaza determinada y que el comitente no tiene, por estar radicado en otra. El
tercero tiene frente a sí al agente, conocido en la plaza. No tienen por qué informarse
sobre la solvencia del comitente, ni tienen por qué analizar la extensión de sus
poderes.
3.5.5) Franquicia
Contrato según el cual una parte, denominada franquiciante, se obliga a ceder el uso
de su marca, patente y los métodos de producción y venta (know how) de sus
productos y servicios a la otra parte, denominada franquiciado, quien se obliga a
pagar un precio (pago inicial más un canon) y a producir o comercializar bienes y
servicios de acuerdo con las condiciones establecidas por el franquiciante.
La franquicia es frecuente en el negocio hotelero aunque, también, se utiliza en ese
giro otras figuras como el management o gerenciamiento. Las cadenas de hoteles,
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que funcionan en múltiples países, suelen otorgar el uso de la marca que los
distingue y a la vez, suministrar conocimientos y técnicas de la explotación.
Funciona, también, la franquicia para la prestación de servicios de comida. Estamos
ante la realidad en que los propietarios de marcas de prestigio, imponen sus
productos y los comerciantes minoristas que no están en condiciones de competir con
esas marcas, tienen como alternativa la de utilizar esas marcas bajo el régimen de la
franquicia. El contrato de franquicia pone en relación al concedente o “franchisor” o
franquiciante y al concesionario o “franchisee” o franquiciado.
El franquiciante se obliga a ceder el uso de su marca al franquiciado y suministrarle
los instrumentos para producir y comercializar los productos o los servicios con esa
marca. Entre los medios para producir y comercializar los productos o servicios, se
pueden incluir los siguientes:
el “engineering” que implica un estudio previo a la creación del negocio para la
realización y puesta en marcha de los arreglos y de las instalaciones
necesarias y adecuadas para explotar la marca;
el “marketing”, es decir los métodos, medios y técnicas de comercialización:
estudio de mercado en el plano nacional, regional o local y publicidad sobre el
lugar de venta y el producto, sobre ventas promocionales y lanzamiento de
productos nuevos;
la formación profesional para el personal del “franchisee”
y una organización contable y administrativa de su empresa.
El franquiciado, como comerciante autónomo y que actúa para sí, financia las
inversiones, realiza la función comercial bajo su responsabilidad y retribuye los
servicios al franquiciante, pagándole un derecho de utilización de la marca en
oportunidad de concertar el contrato de franquicia o en cuotas. El franquiciado es un
comerciante autónomo, pero está sometido al contralor del franquiciante, quien vigila
si aquél sigue las instrucciones y condiciones establecidas en el contrato de
franquicia.
El precio por la franquicia, generalmente, consiste en un pago inicial al cual se
agregan pagos periódicos, relacionados con los ingresos del franquiciado. Ese precio
puede responder a distintos conceptos; puede ser la contraprestación por la
concesión del uso de la marca y puede ser también la contraprestación por el
arrendamiento de equipos o por los servicios que presta el franquiciante. A la vez, el
franquiciado asume múltiples obligaciones que se relacionan con la forma y
condiciones de la producción y comercialización y del uso de la marca, para asegurar
el éxito de la marca franquiciada que sirve a las dos partes.
Se le impone al franquiciado utilizar locales con determinadas instalaciones y equipos
con imposición de sus condiciones y decoración y se le impone obligaciones de
conservación y mejoramiento del local y mobiliario. Se le obliga a contratar
determinado personal, a quien se le instruirá previamente sobre sus cometidos. Se le
obliga a efectuar publicidad, que resultará del uso de emblemas en el propio local del
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Licencia de la marca,
Intermediario Compra service y
Concesió Promesa de compraventa
para revender al acondicionamiento de local
n de bienes
consumidor
Exclusividad y territorio
Mediador, mandante
o comisionista Promoción o conclusión
Agencia Exclusividad y territorio
No compra para de contratos
revender
Concesionarios
Concesionario es un auxiliar que se obliga frente al comerciante principal a adquirir
ciertos productos a los efectos de comercializarlos dentro de una determinada zona.
El comerciante concedente se obliga a proveer al concesionario de esos productos
para que éste pueda comercializarlos en una zona determinada.
Esta figura no es sustancialmente diferente a la del distribuidor. En general, se llama
concesionario al distribuidor de productos de alta tecnología y valor, a quien se le
impone un servicio de post-venta. En efecto, en los contratos en que se les designa,
se les suele imponer obligaciones accesorias: atención y reparación de los bienes,
intermediar en la venta de repuestos, asesorar sobre su uso, prestar servicios de
mantenimiento y poseer un establecimiento que cuente con instalaciones adecuadas.
El concesionario actúa por cuenta propia pero un régimen particular, en que el
vendedor le impone condiciones de comercialización, zonas de exclusividad,
pudiéndose obligar el concedente, a su vez, a otorgarle exclusividad. Se le suele
imponer el precio y forma de la reventa, un sistema de publicidad, condiciones de
local a emplear y hasta los uniformes de los empleados de sus establecimientos. El
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La apertura de crédito asume modalidades diversas, según cuál sea la forma en que
se utilice el crédito por el cliente del banco.
Apertura de crédito en cuenta corriente: En la práctica bancaria, la apertura de
crédito suele vincularse con la cuenta corriente. El banco debita en la cuenta
del cliente las sumas de que éste vaya disponiendo y le acredita las entregas
que efectúe para ir reintegrando los fondos dispuestos, resultando así un saldo
diario, sobre el que se liquida el interés pactado.
Apertura de crédito con garantía: La apertura del crédito puede ser con
garantía o sin ella. La primera es más frecuente que la segunda; lo normal es
que la apertura venga acompañada de una garantía de carácter personal o
real.
Apertura de crédito impropia o a favor de terceros: La apertura de crédito
impropia es aquella en la que el crédito abierto por el banco no es utilizado por
el cliente que da la orden sino por un tercero (beneficiario) designado por éste.
En cualquier caso, la operación tiene siempre una finalidad solutoria, normalmente
nacida de un contrato de compraventa realizado entre el cliente y el beneficiario. El fin
típico de la apertura de crédito impropia es, en efecto, el pago del precio en el
contrato de compraventa y, especialmente, en las ventas de plaza a plaza.
4.2.4) Obligaciones del banco
Poner a disposición del cliente la cantidad convenida de dinero.
4.2.5) Obligaciones del cliente
Pagar los intereses por el tiempo de la efectiva utilización de los fondos.
Restituir las sumas que le fueron adelantadas.
4.2.6) Finalización del contrato
Por vencimiento del plazo o por rescisión unilateral del banco.
4.3) Contrato de descuento. El redescuento
A pesar de su gran importancia económica, el descuento carece de una regulación
legal específica.
Por medio de este contrato, el cliente accede al importe de su crédito sin necesidad
de esperar y afrontar él mismo el cobro del documento. Para que ello sea posible, es
fundamental que el documento no se encuentre vencido porque de lo contrario el
banco no podrá cobrarlo.
Su mecánica es la siguiente: soy tenedor de un vale que vence el 1º de enero del año
2008. Como necesito, en forma urgente, hacerme de ese dinero, llevo el documento a
un banco. El banco me anticipará el importe del vale pero le descontará, además de
su comisión por el servicio, los intereses que correspondan por el período que falte
para que se produzca el vencimiento del documento.
4.3.1) Concepto de descuento
Resumen DERECHO COMERCIAL
Porque ese alguien cuenta en su activo con una cantidad de créditos no endosables a
cobrar pero carece de liquidez. Una forma de recuperar liquidez puede ser la
transferencia de sus créditos. Siéndole difícil la transferencia de créditos no
endosables, parecería de utilidad recurrir a alguna forma de alquimia jurídica para
convertirlos en créditos fácilmente transferibles, o sea valores, o sea securities.
4.8) Contrato de depósito
El depósito bancario es el contrato por el cual el banco recibe del cliente una suma de
dinero, de la cual puede disponer libremente, obligándose a restituirla el mismo
género y cantidad, en el plazo convenido. Los depósitos pueden ser a plazo fijo o a la
vista. En el primer caso, el banco remunera al cliente con intereses por el plazo de la
colocación. En los depósitos a la vista, en general, no se paga interés.
4.8.1) Clasificaciones
Depósito a la vista y depósito a plazo fijo
El depósito de dinero puede ser a la vista, con previo aviso o a plazo fijo, según sean
las condiciones previstas para la devolución del dinero por el banco. En el depósito a
la vista, la institución bancaria tiene obligación de reintegrar el dinero depositado en el
momento en que el depositante se lo exige. En el depósito con previo aviso se
estipula que el depositante puede retirar el dinero dando un aviso previo al banco,
dentro de un determinado término de días. En el depósito a plazo fijo el depositante
no puede retirar el dinero depositado y el banco no tiene obligación de reintegrarlo
mientras esté pendiente el plazo pactado.
El plazo es un término fijo, esto es, un acontecimiento futuro y cierto. El previo aviso o
preaviso es un acontecimiento incierto que se compone de una declaración de
voluntad, de dar por rescindido el depósito y de un plazo que empieza a correr a
partir del momento en que se hizo la denuncia (se dio el preaviso).
Los depósitos a plazo se distinguen tradicionalmente en depósitos a largo plazo y a
corto plazo. Los depósitos a plazo son llamados de ahorro, porque precisamente
responden a un propósito de ahorro. Son dineros que se acumulan, como una forma
de capitalización privada sujeta a los planes y posibilidades del ahorrista.
Depósito individual y depósito colectivo
El depositante puede ser una sola persona. Se dice que la cuenta es conjunta cuando
tiene más de dos titulares. Puede abrirse una cuenta a nombre de una persona y a la
orden de otra.
Jurídicamente, las cuentas colectivas crean un régimen de solidaridad activa, es
decir, con solidaridad entre los acreedores, por lo cual cualquiera podría retirar el
todo. Puede abrirse a nombre de dos o más personas y a la orden indistinta de
cualquiera de ellas o a la orden conjunta de dos o más o a la orden conjunta de todas.
Generalmente se estipula la forma de operar la cuenta conjunta.
4.8.2) Naturaleza del depósito
Respecto de la naturaleza del contrato de depósito se han sostenido dos posiciones,
que se trata de un depósito irregular y que se trata de un préstamo.
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Depósito irregular
Buena parte de la doctrina los llama depósitos irregulares, afirmando que es de todos
modos un depósito mercantil en que la obligación de custodia, cuando se trata de
estas cosas fungibles, consumibles, queda cumplida por la conservación de otro tanto
de la misma especie y calidad de la cosa depositada. Otros autores sostienen que el
depositario se obliga al empleo prudente de la cosa depositada, de manera que
pueda garantizarse su restitución, tan pronto como el depositante lo solicite.
En el título del Código de comercio que regula el contrato de depósito, el art. 740
dispone: “Los depósitos hechos en bancos públicos, quedan sujetos a las
disposiciones de las leyes, estatutos o reglamentos de su institución; y en cuanto en
ellos no se halle especialmente determinado, serán aplicables las disposiciones de
este título.”
Debemos señalar que, no obstante ese texto legal, el depósito bancario tiene
caracteres especiales que lo distinguen del depósito mercantil común.
Préstamo
Según otra posición, se trata de un depósito de cosas fungibles, consumibles, cuya
propiedad se transfiere al depositario, que puede disponer de ella, con la obligación
de restituir otro tanto de la misma especie y calidad.
Sobre la propiedad del objeto depositado
En el Código de Comercio, el artículo 724 prevé el depósito de una cantidad de
dinero pero se establece que el depositario no puede usar de ella. Agrega la norma
que si lo hiciere, son de su cargo todos los perjuicios que ocurran en la cantidad
depositada, y debe abonar al depositante los intereses corrientes.
En el depósito bancario, el régimen general es precisamente el inverso. El banco
recibe depósitos para volcarlos en operaciones de préstamo. La propiedad del dinero
depositado se transfiere al depositario.
Sobre la fungibilidad del objeto depositado
El depósito bancario es un depósito de cosas fungibles, consumibles, cuya propiedad
se transfiere al depositario que puede disponer de ella, con la obligación de restituir
otro tanto de la misma especie y calidad. Se opera una trasmisión de dominio de la
cosa depositada, a favor del depositario, en contraste con el depósito ordinario, en
que esta propiedad se mantiene siempre en el depositante.
La obligación de restitución se cumple, no devolviendo la misma cosa depositada sino
entregando al depositante otro tanto de la misma especie y calidad. La conservación
de la cosa no consiste en el mantenimiento de la sustancia de la misma sino el de un
tanto equivalente.
Sobre la onerosidad del depósito bancario
El depósito es normalmente retribuido, es decir que el depositario tiene derecho a
obtener una remuneración por el servicio que hace al depositante. En los depósitos
bancarios existe una retribución pero no a favor del depositario sino a favor del
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depositante que, de este modo, asume una posición jurídica similar a la del
prestamista.
Por esos caracteres, entendemos que no se trata de un depósito sino de un
préstamo. De acuerdo al artículo 2.254 del Código Civil, si el depositario tiene
permiso de usar la cosa depositada, el contrato cambia de naturaleza y ya no es
depósito sino préstamoo.
4.8.3) Documentación y mecanismos
Documentación del depósito a la vista
El depósito queda constituido, por la entrega de la partida inicial. La operación se
realiza mediante la entrega del dinero en el banco y se documenta con la firma de
una tarjeta de apertura y por la entrega por parte del banco al cliente de un
comprobante de ese depósito.
Identificación del depositante
En el momento de practicarse el depósito inicial, el banco está obligado a identificar al
depositante. La firma estampada en la tarjeta, sirve de cotejo con las firmas que se
requerirán cuando el depositante realice retiros.
Condiciones de funcionamiento
El banco abre una cuenta al depositante. En el haber de la cuenta se anotarán los
depósitos en dinero realizados por el depositante y también los intereses que el
banco le acredite. En el debe de la cuenta se anotarán los retiros.
Sólo caben dos movimientos en el depósito en cuenta de ahorro: crédito y débito. Los
créditos se harán normalmente en dinero. También, se acreditan los intereses. El
abono de dinero no presenta dificultades.
Toda vez que se realiza un depósito el depositante firma una nota de depósito que le
proporciona el banco. Esta nota queda en poder del banco, que entrega un duplicado,
generalmente con el sello del cajero que lo recibe. Cuando el cliente retira dinero se
firman otros comprobantes que también le proporciona el banco.
Documentación del depósito a plazo
El depósito de ahorro a plazo se reduce a una operación de constitución del depósito.
El depositante no tiene el derecho de hacer sucesivos depósitos o retiros. El
depositante tiene derecho a la restitución del dinero depositado cuando ha vencido
el plazo convenido.
El depósito de ahorro a plazo puede ser documentado de diversas maneras:
mediante la emisión de un comprobante de depósito que es nominativo y no
negociable. Por circulares del Banco Central del Uruguay se admite que el banco
emita certificados transferibles. El artículo 123.2 de la Recopilación establece: “Las
empresas de intermediación financiera autorizadas a recibir depósitos podrán
documentar la recepción de los constituidos a plazo fijo mediante la emisión de
certificados transferibles, nominativos, al portador o escriturales. Los certificados de
depósitos al portador se consideran emitidos a favor de residentes. Los bancos de
inversión, las casas financieras y las instituciones financieras externas sólo podrán
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juicio, lo más acertado será ver en esa figura jurídica un contrato mixto de
arrendamiento de cosa, puesto que se cede el uso de la caja y de arrendamiento de
servicios pues el banco se obliga a vigilar y custodiar el lugar en que se halla
instalada la caja.
No es un depósito porque falta el acto de la entrega al banco de los objetos a colocar
en la caja. El cliente deposita bienes en la caja pero el banco los desconoce.
Es un contrato de ejecución continuada. Se trata de una convención de la cual
emanan una serie de prestaciones reiteradas que se cumplen durante todo el término
por el cual se ha concertado el contrato.
Se trata de un contrato de adhesión: la entidad prestadora del servicio presenta e
impone un contrato con cláusulas predispuestas, que no han surgido de previas
tratativas y que el cliente debe aceptar, sin posibilidad de modificar su contenido y
alcances.
4.9.1) Obligaciones y derechos de las partes
Obligaciones de la arrendadora del servicio
Las obligaciones de la entidad prestadora del servicio son las siguientes:
1. entregar la caja de seguridad en perfecto estado de funcionamiento y con las
llaves necesarias para la apertura y cierre;
2. permitir el ingreso al recinto y el acceso a la caja, en los días y las horas,
previamente determinadas;
3. asegurar la idoneidad del recinto y la integridad de la caja y su contenido.
Derechos del usuario
Correlativamente, los derechos del usuario son:
1. exigir que le mantengan el compartimiento;
2. mantener en su poder la llave que le asegura la exclusividad de utilización de
la caja.
Obligaciones del usuario
Las obligaciones del usuario son:
1. pagar el precio pactado;
2. utilizar personalmente la caja sin perjuicio de su facultad de nombrar un
apoderado;
3. no sublocar la caja ni ceder los derechos del contrato;
4. guardar las llaves que le entregue el banco y denunciar diligentemente su
extravío o sustracción, debiendo cargar con los gastos que demanda la
apertura de la caja;
5. no introducir en la caja objetos nocivos, peligrosos o inflamables;
6. permitir la revisión por parte del banco del contenido de la caja, cuando éste
presumiese la existencia de elementos peligrosos.
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4.9.2) Responsabilidades
En la ejecución del contrato pueden generarse responsabilidades. El usuario podrá
exigir las indemnizaciones pertinentes por pérdidas y demás daños soportados en
ocasión o con motivo del contrato. Damos un ejemplo: si se produce un robo, en que
los delincuentes ingresan al recinto bancario y abren los cofres vaciándolos.
La resarcibilidad del daño cuya reparación se persigue requiere que el mismo sea
cierto y no eventual o hipotético. Al respecto señalamos que, en caso de controversia,
habrá gran dificultad para probar los valores que se hallaban en el cofre. Debe el
usuario probar la existencia de los bienes depositados y de su respectivo valor. La
carga de la prueba del contenido de la caja le corresponde al usuario pues, caso
contrario, se le exigiría al banco la prueba de un hecho negativo.
La especial privacidad o secreto del cual el usuario se prevalece en el esquema
negocial objeto de análisis y la consecuente ausencia de conocimiento por parte del
banco respecto de la existencia y cualidades de los efectos que se guarden en el
cofre, hacen difícil, por no decir imposible, la prueba del daño.
En los contratos se suelen incluir cláusulas tendientes a eximir de responsabilidad al
banco. Es discutible su validez porque los clientes buscan la garantía de máxima
seguridad contra el riesgo de robo, extravío o pérdida de las cosas que guardan en el
cofre. El deber de custodia del banco es de la esencia del negocio, es causa de su
celebración y, por ende, las cláusulas exonerativas de responsabilidad no tendrían
valor alguno, pues implican una renuncia anticipada de derechos por parte del
cliente.
La solución adecuada sería incluir en el contrato una cláusula limitativa de
responsabilidad que establezca el importe de la indemnización para la hipótesis de
pérdidas de los bienes guardados en el cofre. Otra solución es la contratación de
seguros por el arrendatario o por el arrendador para cubrir los riesgos de todas las
cajas.
4.10) La tarjeta de crédito. Otros
Para el funcionamiento de tarjetas de crédito existen varias figuras personales: la
entidad financiera emisora de las tarjetas; comerciantes adheridos al sistema; y
usuarios o tarjeta-habientes. Puede agregarse la figura de una sociedad que agrupa a
los emisores de tarjetas.
La emisión de tarjetas de crédito implica la celebración de múltiples contratos dentro
de un sistema ideado y organizado por la entidad emisora o por la sociedad que
agrupa a las entidades emisoras. Por una parte se celebran sendos contratos de
emisión de tarjetas, entre la entidad financiera emisora y cada uno de los adquirentes
de tarjetas, a quienes se llama usuarios o tarjeta-habientes. Por otra parte se
celebran sendos contratos entre cada entidad financiera emisora y cada uno de los
titulares de comercios que se adhieren al sistema. Por esos contratos, los
comerciantes se obligan a vender bienes o prestar servicios a quienes exhiban
tarjetas de créditos, previa su adecuada identificación.
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crédito. A esa figura contractual se añade la obligación del emisor de entregar una
tarjeta al usuario y, según algunos autores, un contrato de cuenta corriente.
El contrato de tarjeta de crédito como acto de comercio
El numeral 2 del artículo 7 del Código de comercio establece, entre los actos de
comercio, las operaciones de banco. En virtud de una interpretación extensiva de este
numeral 2, debe entenderse que las operaciones de las entidades de intermediación
financiera son comerciales. El contrato celebrado para la emisión de una tarjeta de
crédito es, por lo tanto, un contrato comercial tanto cuando se emita por un banco
como por otra entidad financiera. Se rige por la Ley comercial.
El contrato celebrado para la emisión de una tarjeta de crédito es, por lo tanto, un
contrato comercial tanto cuando se emita por un banco como por otra entidad de
intermediación financiera.
El contrato en análisis, puede ser celebrado entre un comerciante (emisor) y una
persona que puede ser civil o comerciante y ello no le quita carácter comercial,
puesto que las operaciones de bancos son comerciales para los dos contratantes.
El contrato de tarjeta de crédito como relación de consumo
El contrato de tarjeta de crédito crea relaciones que son calificables como relaciones
de consumo reguladas por la Ley 17.250. La relación entre la emisora y el tarjeta-
habiente es una relación de consumo, en el sentido que indica el artículo 2 de la Ley
17.250: “Relación de consumo es el vínculo que se establece entre el proveedor que,
a título oneroso, provee un producto o presta un servicio y quien lo adquiere o utiliza
como destinatario final.”
La entidad emisora es un proveedor, en tanto encuadra perfectamente en la definición
que proporciona el artículo 3 de la Ley 17.250: “Proveedor es toda persona física o
jurídica, nacional o extranjera, privada o pública, y en este último caso estatal o no
estatal, que desarrolle de manera profesional actividades de producción, creación,
construcción, transformación, montaje, importación, distribución y comercialización de
productos o servicios en una relación de consumo.”
El tarjeta-habiente es un consumidor, en los términos que señala el artículo 2 de la
Ley 17.250: “Consumidor es toda persona física o jurídica que adquiere o utiliza
productos o servicios como destinatario final en una relación de consumo o en función
de ella.”
4.10.2) Relacionamiento jurídico entre la entidad emisora y los comerciantes
adheridos
La entidad emisora o la sociedad que las agrupa, celebra sendos contratos con cada
uno de los comerciantes que se adhieren al sistema. La entidad emisora crea una red
de contratos, que son independientes entre sí pero conexos. Se trata de contratos
normativos, que se aplicarán a las relaciones futuras que se generen.
La operativa tiene interés para el comerciante, que amplía su mercado de clientes y
se asegura el pago de las ventas a crédito que realice. El comerciante no tiene
necesidad de organizar dentro de su establecimiento un sector para la concesión de
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créditos y, por otra parte, aun cuando esté concediendo un crédito, no asume riesgos
por la certeza que le otorga la presencia de la emisora.
Obligaciones del comerciante
Por estos contratos, el comerciante se obliga a proveer de bienes o servicios a los
tarjeta-habientes, contra la suscripción de un cupón o voucher. Cuando el consumidor
se identifica mediante una tarjeta de crédito, el comerciante inmediatamente procede
a suministrarle el cupón referido, porque así lo determina el contrato que lo vincula
con la emisora.
Además, el contrato le impone la obligación de no discriminar a los tarjeta-habientes
respecto al resto de sus clientes recargando el precio con el valor total o parcial de la
comisión. Si lo hiciera, el tarjeta-habiente no tiene acción contra el comerciante,
puesto que la obligación de éste es para con la emisora.
Se agregan algunas obligaciones de diligencia, como la de consultar los medios
impresos o boletines que bloqueen tarjetas y, antes de aceptar la tarjeta que presenta
el cliente, consultar a la emisora por vía telefónica o realizar la consulta mediante el
pasado de la tarjeta por una terminal electrónica independiente o integrada a la caja
del establecimiento, en cuyo caso la autorización de pago se obtiene automática y
directamente de una central común.
Asimismo, el comerciante se obliga a aceptar la tarjeta sólo para la venta de bienes o
servicios de su establecimiento y, exclusivamente para instrumentar una real
operación comercial y no, por ejemplo, para proveer de efectivo a un cliente.
El proveedor entrega a la emisora los comprobantes de venta, llenando un formulario
que ésta le entrega. En ellos se detallan los importes de los comprobantes. Luego, la
emisora liquida un porcentaje de descuento.
Obligaciones de la emisora
La emisora, por su parte, se obliga a abonarle al comerciante el monto de todos los
vouchers firmados por sus tarjeta-habientes, menos una comisión, siempre y cuando
el comerciante haya cumplido con ciertos deberes de diligencia impuestos
expresamente en el contrato en análisis: debida identificación del tarjeta-habiente,
correcto completado del vale, consulta al emisor para la verificación del crédito,
etcétera.
Generalmente, se conviene que la emisora hará los pagos, mensualmente, en fechas
que se estipulan. En alguna modalidad, el pago se realiza de inmediato y por
sistemas computarizados, que se instalan en el comercio adherido. Se registra la
operación y queda su importe debitado en la cuenta del tarjeta-habiente y
simultáneamente acreditado a la cuenta corriente bancaria del comerciante adherido.
a) Naturaleza jurídica
Sobre la naturaleza de la relación que vincula a la emisora con los comercios
adheridos, pueden sustentarse dos posiciones.
Según una posición, la emisora se obliga a realizar pagos por cuenta de terceros. Es
usual que en el contrato de tarjeta de crédito se establezca que la emisora ha de
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pagar por cuenta y orden del usuario. Esta posición es defendida en nuestra doctrina
por JIMÉNEZ DE ARÉCHAGAy HOLZ.
HOLZ sustenta esta posición en los términos siguientes: “La entidad emisora celebra
con cada comerciante individualmente considerado un contrato por el cual
principalmente, la primera se obliga a abonar al comerciante el importe de las
compras realizadas o los servicios utilizados por el adherente, mientras que el
comerciante se obliga a aceptar que el adherente que exhiba la tarjeta de crédito,
extinga su obligación de pagar la compra realizada o el servicio utilizado mediante la
firma de la factura o el cupón de venta correspondiente.”
En otra posición, puede entenderse que la entidad emisora se obliga, frente al
adherido, a descontar los conformes firmados por los tarjeta-habientes, en
oportunidad de realizar la adquisición de un producto o servicio, en tanto hayan sido
contempladas las condiciones que se estipulan. Podría, entonces, considerárselo
como una promesa de descuento. Esta consideración surge del siguiente análisis:
1. El comerciante adherido se obliga a entregarle a la entidad emisora, los vales
firmados por los tarjeta-habientes cada vez que compran o contratan un
servicio.
2. La entidad emisora se obliga a recibir estos vales, siempre y cuando hayan
sido firmados por tarjeta-habientes, entregando como contraprestación una
cantidad de dinero en efectivo.
3. La entidad emisora no le devuelve al comerciante adherido el total del importe
en el vale sino el saldo remanente, una vez deducida una comisión. El monto
de la comisión depende de un cálculo financiero.
10.4.3) Relacionamiento jurídico entre el comerciante y el cliente
Dentro del marco de las relaciones estudiadas en los párrafos anteriores, se celebran
contratos entre los comerciantes afiliados y sus clientes tarjeta-habientes. La relación
entre el tarjeta-habiente y el comerciante adherido se constituye cuando el segundo
provee bienes o servicios y el primero los adquiere haciendo uso de la tarjeta de
crédito.
a) Operativa
El contrato de tarjeta de crédito prevé la posibilidad de que el usuario celebre con los
comerciantes adheridos al sistema, contratos de compraventa o de arrendamiento de
servicios o de obra. Al contratar con el comercio adherido, el usuario presenta su
tarjeta de crédito, que lo identifica como una de las personas a las cuales el
comerciante está obligado a proveer un bien o servicio en idéntica forma que a
cualquier otro de sus clientes pero contra la firma un documento llamado “cupón” o
“voucher”. El cliente deberá acreditar que su nombre es el que aparece en la tarjeta,
mediante su cédula de identidad. El comerciante podrá requerir una autorización
telefónica o realizada mediante el pasado de la tarjeta por una terminal electrónica,
según ya se refirió.
El comerciante o proveedor de servicios puede conceder al usuario, plazo para el
pago de sus adquisiciones. Se trata de un beneficio adicional que le otorga.
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b) El cupón o voucher
El “comprobante”, “cupón” o “voucher” es un documento privado impreso preparado
por la entidad emisora o según sus instrucciones, de los cuales se expiden, en
general, dos o tres vías. Contiene, por lo menos, el importe de la operación realizada,
la fecha de emisión, el domicilio del tarjeta-habiente y su firma. Eventualmente, llevan
el nombre comercial del establecimiento, la marca que identifica a la tarjeta de
crédito, el número de tarjeta de crédito del cliente, el código de autorización de la
operación, alguna referencia más o menos explícita a la operación comercial a que se
debe la emisión del voucher y una cláusula referente a la mora y a los intereses
punitorios. En la práctica comercial actual de nuestro país, se incluyen la palabra
“conforme” o “vale” y la promesa incondicional de pagar una suma de dinero.
4.10.4) Modalidades
Según su función: de compra o de crédito
Según su forma de pago:
- Por los gastos efectuados y cancelación total
- Por los gastos mínimos dentro del total de crédito autorizado
En función del emisor: bancarias y no bancarias
En relación al ámbito territorial: domésticos, regionales, internacionales.
Según su duración: a plazo o sin plazo
Según el monto del crédito concedido: limitado y sin límites
4.10.5) Obligaciones del usuario
Frente al usuario:
Entrega de la tarjeta
Entrega de la lista de las empresas adheridas
Liquidar los gastos realizados por el usuario
Cuidar al usuario de las prácticas desleales del sistema
Frente a la empresa adherida:
Abonar el monto de las operaciones realizadas descontando la comisión
Informar sobre las tarjetas habilitadas o inhabilitadas
Autorizar o no las operaciones de los usuarios en función del crédito concedido
4.10.6) Obligaciones del emisor
Pagar el canon periódico
Pagar los intereses por lo que se haya financiado
Pagar las liquidaciones periódicas
Comunicar y denunciar el extravío de la tarjeta
Firmar el cupón por cada operación que realice
Resumen DERECHO COMERCIAL
A partir del siglo XIX, se empiezan a vislumbrar los caracteres que hoy tiene la bolsa,
producto del avance de la industria, el transporte y el comercio en general que se
desarrolló en ese momento.
Con el paso del tiempo, los estados nacionales comenzaron a tener interés en estas
bolsas y, de acuerdo a las circunstancias de tiempo y lugar, tuvieron mayor o menor
interés en ellas. Esta mayor o menor injerencia del Estado en las bolsas, produjo la
coexistencia, a partir del siglo XIX, de tres sistemas de constitución: el restrictivo, el
liberal y el mixto.
Actualmente y gracias a la Ley 16749 de Mercado de Valores, nuestro país adopta un
sistema mixto de constitución, lo que la convierte en una bolsa fiscalizada.
5.1.1) Concepto de bolsa
La palabra bolsa tiene diferentes aceptaciones: bolsa como lugar físico, bolsa como
contrato y bolsa como sujeto. El art. 13 de la Ley 16.749, contiene una definición
atendiendo a esta última acepción. En tal sentido se define a las bolsas de valores
como las entidades que tienen por objeto proveer a sus miembros los medios
necesarios para poder realizar eficazmente las transacciones de valores, mediante
mecanismos de subasta pública y para que puedan realizar eficazmente las
transacciones de valores, mediante mecanismos de subasta pública y para que
puedan realizar las demás actividades de intermediación de valores permitidas por la
Ley. El concepto alcanza tanto, a las bolsas que funcionen con un sistema de rueda
física, como a los que funcionan en rueda electrónica.
Perceptivamente deberán adaptar la forma jurídica de asociación civil o de sociedad
anónima con acciones nominativas. El art. 14 regula la autorización y registro para
funcionar, autorización que deberá recabarse del Banco Central del Uruguay,
cumpliendo con los requisitos legales y reglamentarios correspondientes. Quedan
exceptuadas de esta obligación las bolsas de valores existentes con anterioridad a la
Ley, es decir la Bolsa de Valores de Montevideo y la Bolsa Electrónica de Valores. A
estas últimas sólo les corresponde registrarse en el Registro de Mercado de Valores
que lleva el Banco Central del Uruguay.
5.1.2) Actividades que se desarrollan en la bolsa
En las bolsas se realiza la oferta pública, entendiendo por tal, la oferta dirigida al
público en general o a sectores determinados del público, con el objeto de realizar
transacciones con valores. Se ha dicho que las bolsas son una clase especial de
mercado que se diferencia de otros por su organización corporativa (sólo es
frecuentado por determinado tipo de comerciantes) y por la circunstancia de que no
es necesario que los valores objeto de los contratos se hallen presentes en la bolsa al
momento de la contratación.
En cuanto al procedimiento de contratación, corresponde realiza las siguientes
observaciones. Tradicionalmente, los contratos bursátiles se realizaban a “viva voz”.
El corredor o el agente de bolsa voceaban la oferta del título especificando su precio.
Modernamente se viene desarrollando la modalidad operativa por vía informática, en
la cual los compradores y vendedores hacen saber sus posiciones en el mercado por
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medio de un ordenador. Luego todas las ofertas pasan por un tanteo informático
ajustado por las condiciones del mercado que determina el precio del mercado.
5.2) Sujetos intervinientes en el Mercado Bursátil
En el mercado bursátil intervienen las personas siguientes: los emisores, las bolsas y
los corredores de bolsa.
5.2.1) Los emisores
Los emisores son los sujetos que emiten valores que luego se cotizan en la bolsa.
Estos emisores son: las sociedades comerciales tanto nacionales como extranjeras,
las sociedades cooperativas, los entes autónomos y servicios descentralizados, la
Corporación Nacional para el Desarrollo, las personas públicas no estatales y
asociaciones civiles que emitan obligaciones negociables. Todos estos emisores
tienen la obligación de registrarse en el Registro de Valores que, a esos efectos, lleva
el Banco Central del Uruguay. Su principal función es nutrir a la bolsa de los valores
de cotización.
5.2.2) Las Bolsas
La función de la bolsa, analizada desde su aspecto subjetivo, es la de regular el
mercado bursátil mediante sus facultades de administración y dirección, además de
sus potestades disciplinarias y sancionatorias. Además, vigila las cotizaciones y el
cumplimiento de la actividad de los demás sujetos intervinientes.
5.2.3) Los intermediarios de valores y corredores de bolsa
a) Concepto
Se consideran intermediarios de valores aquellas personas físicas o jurídicas que
realizan en forma profesional y habitual operaciones de corretaje, de comisión u otras
tendientes a poner en contacto a oferentes y demandantes de valores de objetos de
oferta pública.
De lo expresado se desprende que los intermediarios de valores están definidos
como una categoría subjetiva de amplio alcance pero que no coincide, al menos
totalmente, con el concepto jurídico de intermediación. En efecto, incluye al corredor
de bolsa, que no es necesariamente un intermediario, puesto que puede actuar como
un mediador. Esta discordancia entre el concepto legal y el concepto jurídico general
de “intermediación” es más explicito cuando se incluye entre tales a “otras tendientes
a poner en contacto a oferentes y demandantes de valores objeto de oferta pública”.
En cambio, la figura del comisionista fue incluida acertadamente, puesto que este si
es un intermediario. En efecto, actúa a nombre propio pero por cuenta de su
comitente, adquiriendo y vendiendo él el bien para luego entregarlo a su comitente.
El art. 17 de la Ley 16.749 define a los corredores de bolsa como aquellos
intermediarios que actúan como miembros de una Bolsa de Valores. Nuevamente, la
Ley equivoca la clasificación a los corredores, en tanto éstos, estrictamente, serían
mediadores, no intermediadores. Sin embargo, justo es reconocer que,
habitualmente, los corredores bursátiles operan como comisionistas.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Conclusión: la ley hace una clasificación errónea, pero hay que reconocer el esfuerzo
del legislador por contemplar la realidad bursátil. En esta realidad, la figura más
común no es la del corredor, simple mediador sino la del comisionista. Lo que sucede
es que los corredores actúan muchas veces como comisionistas.
b) Estatuto
Cada bolsa se encarga de regular las condiciones de admisión a la bolsa, así como
los principios a observar en el desempeño de su función y las condiciones personales
que deben poder los aspirantes. Todo sin perjuicio de las facultades del Poder
Ejecutivo y del Banco Central del Uruguay.
En los estatutos respectivos de cada bolsa, se encuentra la normativa
correspondiente a los corredores que actúan en ellas. Este es el caso, por ejemplo,
del Estatuto de la Bolsa de Valores de Montevideo.
5.3) Los Valores
El art. 7 de la Ley 16.749 define a los valores como “los bienes o derechos
trsnferibles, incorporados o no a un documento, que cumplen con los requisitos que
establezcan las normas vigentes…”. El segundo inciso de este artículo, incluye
expresamente en el concepto de valor a los siguientes: acciones, obligaciones
negociables, fututos, opciones, cuotas de fondos de inversión, títulos valores y, en
general, todo derecho de crédito o inversión.
5.3.1) Acciones
Las acciones son valores que representan la participación de un accionista en el
capital de la sociedad anónima. Pueden estar representadas en un título negociable o
no. En el primer caso ese valor se representará en un titulo (documento)
esencialmente transferible denominado acción. En el segundo caso, se tratará de un
valor incorpóreo, cuya existencia se probará mediante la inscripción en el registro
correspondiente. Cotizan en la bolsa toda clase de acciones y especialmente lo hacen
las acciones de las sociedades anónimas abiertas, es decir, aquellas que recurren al
ahorro público para integrar su capital fundacional o para aumentarlo.
5.3.2) Debentures u obligaciones negociables
Los debentures, también llamados obligaciones negociables, son valores que una
sociedad anónima puede emitir y que confieren a sus titulares los derechos de crédito
que resulten de su tenor literal y del acto de creación (art. 434). Por su forma de
transmisión son al portador, nominativos (endosables o no) y escriturables,
aplicándose lo referido anteriormente sobre trasmisión de acciones. En este aspecto,
la Ley de Mercado de Valores, ha derogado todo el capítulo de la Ley de Sociedades
Comerciales con la sola excepción del art. 434.
5.3.3) Futuros y opciones
Los futuros representan derechos de promesa de compra de valores, bienes o
moneda, que serán entregados en el futuro, pero cuyo precio es pagado y pactado
con anticipación. Las opciones consisten en el derecho de comprar o vender a un
precio fijo, anticipadamente establecido, un determinado valor, bien o moneda, hasta
determinada fecha y al precio fijado.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Unidad 9
confieren las mayores seguridades; conserva la propiedad del bien y sólo cuando se
complete el pago del precio, estará obligado a transmitir el dominio.
El contrato de promesa de enajenación de una casa de comercio es,
fundamentalmente, un contrato preliminar o contrato de promesa en que las partes se
obligan a celebrar un nuevo contrato: el contrato de enajenación definitiva. Contiene
obligaciones de hacer para los dos contratantes.
Sin embargo, en nuestro Derecho esa promesa de enajenación puede contener,
además, obligaciones de dar: el promitente enajenante se puede obligar a entregar la
posesión del establecimiento; el promitente adquirente se puede obligar a pagar el
precio o parte del precio o la prestación a su cargo.
Por una práctica recogida por las leyes vigentes, en el acto de celebrar la promesa o
después de ella, el promitente enajenante hace entrega del establecimiento al
promitente adquirente, quien continúa en su nombre y por su propia cuenta la
explotación. Además, a partir de la suscripción de la promesa y antes de la escritura
definitiva de la enajenación, si el promitente enajenante es arrendatario del local,
debe cumplir determinados trámites para la cesión del arriendo en los casos que la
Ley le autoriza para hacerlo.
La entrega del bien no se hace con el fin de trasmitir el dominio. El promitente
adquirente no poseerá el bien con ánimo de dueño; sólo lo hará después del contrato
definitivo y de su consecuente tradición.
El promitente enajenante entrega el bien para que el promitente adquirente lo
administre y lo explote en tanto se realizan los trámites previos requeridos para poder
escriturar. Por lo tanto, el establecimiento comercial que se prometió enajenar, sigue
formando parte del patrimonio del promitente enajenante.
El promitente adquirente continuará la explotación del establecimiento a nombre
propio y por cuenta propia. En consecuencia, si ya no lo era, se convertirá en
comerciante con todas las obligaciones consiguientes y quedará sujeto al estatuto
legal que corresponde a esta profesión. Por disposición de normas tributarias, deberá
inscribirse en las distintas oficinas recaudadoras que, a partir de ese momento, lo
reputan como contribuyente, obligado directo de los impuestos que se generen por la
actividad comercial. Por las necesidades del giro, el promitente adquirente podrá
vender mercaderías del establecimiento, utilizar sus materias primas para la
producción, usar los bienes del equipo, ocasionando su desgaste y podrá efectuar
reparaciones o sustituciones de elementos de ese equipo en cuanto sea necesario
para mantener su funcionamiento. En el desarrollo de la explotación contraerá deudas
y celebrará contratos que lo vincularán personalmente respecto a terceros. Como
consecuencia de la promesa y de la entrega de la posesión del establecimiento, se
produciría algo similar a lo que sucede cuando se constituye un usufructo sobre un
bien: un desmembramiento del dominio por el cual el promitente enajenante conserva
la nuda propiedad confiriendo el uso y goce al promitente adquirente.
Por distintas leyes se ha exigido que el promitente vendedor recabe certificados de la
Dirección General Impositiva y del Banco de Previsión Social, en que conste que el
vendedor nada adeuda o que tiene plazo para el pago. El dueño de una casa de
Resumen DERECHO COMERCIAL
vehículos son prescindibles, porque son utilizados accesoriamente, habrá que estar a
lo que se pacte, en caso de enajenación del establecimiento.
c) El local
Local es el espacio en una construcción donde se colocan las instalaciones, muebles,
útiles y mercaderías. Todo establecimiento comercial requiere un local donde ubicar y
organizar los bienes que lo integran y donde su dueño desarrolle su actividad
mercantil. El local sirve de asiento a los bienes organizados y contribuye a delimitar
su extensión. Además, puede ser un factor importante para la atracción de la
clientela, a tal punto que, en algunos casos, es considerado como un elemento
esencial del establecimiento.
En su sentido “natural y obvio” (art. 18 Código Civil), de acuerdo a la definición del
Diccionario de la Real Academia, establecimiento es el lugar donde se ejerce
habitualmente una industria o una profesión. El diccionario asimila la palabra local con
el establecimiento.
Tal como ya expresamos, el dueño del establecimiento comercial puede tener los
distintos elementos a diferentes títulos: propiedad, usufructo, préstamo o arriendo.
Esas diversas posibilidades, también, se presentan con respecto al local. El dueño de
la casa de comercio puede ser propietario del inmueble donde se instaló el
establecimiento o puede ser un usufructuario o sólo arrendatario del mismo.
Las leyes uruguayas no se pronuncian sobre este elemento, como tampoco lo hacen
sobre los demás que la doctrina considera integrantes de la casa de comercio.
2.4.2) Bienes controvertibles
El valor llave
Concepto
De las distintas construcciones elaboradas en torno al concepto de llave, nos
inclinamos por la de ASCARELLI para quien la llave es la plusvalía que obtienen los
bienes gracias a la vinculación que los une e integra en el establecimiento comercial.
Cada bien que integra la hacienda tiene un valor, que se forma por su costo y por su
función y conserva ese valor aún cuando se incorpore y se ensamble en una casa de
comercio; pero todos los bienes, al ser organizados, constituyen un bien nuevo que
cumple una función distinta y que por la utilidad que presta tiene un valor económico
superior a la suma de valores de las unidades que lo componen. La llave es ese valor
superior. Por lo tanto, nos afiliamos a la tesis que considera a la llave como una
cualidad y no como un bien jurídico, elemento de la hacienda.
Otros autores sostienen que la llave es la aptitud para producir o la riqueza en
potencia que existe en la hacienda. Quizás sea más exacta la tesis de LA LUMIA, quien
sostiene que el aviamento es la aptitud para producir beneficios y que la valorización
es un efecto de esa aptitud.
Naturalmente que, cuando se enajena la casa de comercio, se produce la trasmisión
de ese bien con su cualidad de organización y de llave. Todo ello, por su importancia,
debe ser tenido en cuenta y generalmente lo es, en la fijación del precio de la casa de
comercio para el caso de venta.
La llave en normas tributarias uruguayas
Resumen DERECHO COMERCIAL
En algunas leyes fiscales uruguayas se estableció que la llave era un bien incorporal.
La Ley 12.804 de 1960, al organizar el Impuesto a la Renta permitía deducir el valor
llave para hallar la renta neta: “Las amortizaciones de bienes incorporales tales como
llaves, marcas, patentes y privilegios siempre que importen una inversión real y se
identifique al enajenante” (art. 19). En otra disposición no se autorizaba deducir “las
amortizaciones de llaves, marcas y activos similares, establecidos por simple
valuación” (art. 20). Estas normas fueron posteriormente sustituidas. La Ley vigente
sobre este impuesto, n° 14.252 de 1974, establece, en el art. 341, lit. j, como
deducción posible: “Las amortizaciones de bienes incorporales tales como marcas,
patentes y privilegios, siempre que importen una inversión real y se identifique al
enajenante.” En el art. 342 se agrega que no podrán deducirse las: “C)
Amortizaciones de llaves”.
En el art. 33 del Decreto 996/75, reglamentario del Impuesto a las Rentas de la
Industria y Comercio se establece: “La diferencia entre el precio de venta y el valor
fiscal de los bienes transferidos, si aquel hubiera sido abonado por la empresa
sucesora, constituirá el valor llave.”
De este conjunto de normas resulta que el legislador nacional calificó a la llave como
un bien, en normas que no son de fondo, sino tributarias y en forma meramente
incidental.
b) Las relaciones contractuales, créditos y deudas del dueño del
establecimiento
Las relaciones jurídicas contraídas por el dueño del establecimiento comercial, en su
explotación, no son elementos que lo integren, porque el principio de la unidad del
patrimonio, vigente en nuestro derecho positivo, se opone a la formación de centros
de relaciones jurídicas autónomas.
Créditos y deudas
Como consecuencia de la explotación de una casa de comercio, nacen créditos y
deudas a favor y a cargo de su dueño. Ni unos ni otras forman parte del
establecimiento comercial y por lo tanto no se consideran comprendidas en su
enajenación.
Créditos: Si el enajenante desea trasmitir al adquirente de la casa de comercio
la cartera de créditos nacidos en su explotación deberá formalizar los actos
jurídicos necesarios para la cesión de cada uno de ellos: cesión de créditos si
son documentos nominativos no endosables, endoso, si son títulos a la orden o
la simple entrega en caso de papeles al portador. Tales actos, endoso, cesión
o entrega, son negocios jurídicos totalmente independientes de la enajenación
del establecimiento, que no se consideran implícitamente comprendidos en
ella.
La trasmisión por simple tradición de los documentos al portador, sólo requiere un
acto material de entrega del enajenante, simultáneo con el acto de recepción por el
adquirente. En el caso de documentos a la orden, el endoso es un acto unilateral del
titular del crédito que debe acompañarse con la subsiguiente tradición del título. Para
la cesión de los créditos no endosables se requiere el acuerdo de voluntades del
Resumen DERECHO COMERCIAL
tiene autonomía ni tutela jurídica propia, ni se concibe sin los elementos materiales e
materiales de la casa. En realidad la organización es una cualidad del
establecimiento.
La clientela
El llamado derecho a la clientela no es más que una expectativa del propietario de la
casa de comercio de que seguirá concurriendo a la hacienda un grupo de personas
para continuar sus adquisiciones de bienes o servicios. En nuestro concepto, la
clientela no es un bien - elemento integrante de la hacienda - sino una resultante de la
actividad mercantil. Surge de la interacción de la hacienda sobre el medio. Por ello,
entendemos que no está comprendida en la enajenación de la casa de comercio. El
propietario de la casa de comercio no tiene un derecho sobre la clientela susceptible
de ser trasmitido.
La propiedad industrial
Regulado por la ley 17.011, comprende las patentes de invención, modelos de
utilidad, modelos o diseños industriales, marcas comerciales, nombre comercial,
indicación geográfica.
3.1) Concepto, contenido y caracterización. Normas vigentes
Se denomina Derecho de la Propiedad Intelectual al conjunto de normas que tutelan y
regulan los derechos sobre diversas creaciones del intelecto humano, entre las cuales
se encuentran los siguientes: derechos de autor, derechos de privilegio, derechos de
propiedad industrial y derechos sobre elementos distintivos de actividades, productos
o servicios. Tiene como auditoria nacional de aplicación a la Dirección Nacional de la
Propiedad Industrial, dependiente del Ministerio de Industria Energía y Minería.
Cuenta con un órgano de publicidad oficial, el boletín de la propiedad industrial en el
que se realizan todas las publicaciones correspondientes a sus trámites.
En el boletín de la Propiedad Industrial, se publicarán:
1. La solicitud de registro de la marca y del reglamento de uso, cuando
corresponda, en la forma que se reglamentará.
2. Todas las resoluciones que se adopten en relación a la marca.
3. El extracto del contrato de licencia, sublicencias y sus modificaciones, previstas
en la Ley.
4. Las notificaciones, que debiendo realizarse personalmente, no pudieran
cumplirse por causa imputable al gestionante, salvo lo previsto en el art. 317
de la Constitución de la República.
5. Los emplazamientos.
6. La inscripción en el Registro de Agentes.
7. Los demás actos que se establezcan en el reglamento o cuando así lo
disponga la Dirección Nacional de la Propiedad Industrial.
El agente de la propiedad industrial es la persona que ejerce en forma principal o
secundaria una profesión consistente en realizar gestiones ante la Dirección Nacional
de Propiedad Industrial en representación del interesado.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Este derecho está tutelado incluso por normas de carácter penal (arts. 24 y 27 Ley
10.079).
Existe un límite en el artículo 6: “La concesión de un privilegio al amparo de esta ley,
no podrá impedir a otra industria la elaboración del mismo producto cuando ella
misma lo utilice como materia prima y lo someta a una substancial transformación de
estado.”
Las obligaciones del privilegiado se establecen en el artículo 14 de la Ley. Debe
invertir el capital que se le fijó y debe instalar una industria o adquirir un
establecimiento industrial para su explotación.
3.3) Patentes industriales
La propiedad industrial está constituida por los derechos establecidos para la
protección de las creaciones intelectuales de aplicación industrial.
Nuestro Derecho contiene normas sobre patentes de invención, modelos de utilidad, y
modelos o diseños industriales.
La Ley 17.164 regula distintas figuras:
patentes de invención,
modelos de utilidad
diseños industriales.
En el art. 1 de la Ley 17.164 se dispone que la regulación se hace atendiendo al
interés público y a objetivos de desarrollo nacional en sus diferentes áreas.
En el art. 2 se distingue entre el derecho moral y los derechos patrimoniales del
inventor y diseñador en sus incs. 1 y 2: “El derecho moral de los inventores y
diseñadores a que se los reconozca como autores de sus invenciones y creaciones
es inalienable e imprescriptible y se transmite a sus herederos. Los derechos
patrimoniales emergentes de las invenciones, los modelos de utilidad y los diseños
industriales se protegerán mediante patentes, los que se acreditarán con los títulos
correspondientes.”
El art. 5 establece que pueden ser titulares e esos derechos, las personas físicas o
jurídicas nacionales o extranjeras. El artículo 7 atribuye a los extranjeros los mismos
derechos que a los nacionales, haciendo la salvedad de los convenios internacionales
celebrados y agrega: “El Poder Ejecutivo podrá limitar la aplicación de esta
disposición a los nacionales de aquellos países, o personas asimiladas a ellos, que
concedan una reciprocidad adecuada.”
En los art. 108 y ss. se establecen normas registrales. De su contexto resulta que son
inscribibles las licencias, los embargos y las prendas que se pueden constituir sobre
los derechos de patente.
Interesan las disposiciones contenidas en los artículos 118 y siguientes, en especial,
el artículo 120 que establece: “El personal que intervenga en la tramitación de las
solicitudes de los derechos regulados por la presente ley está obligado a mantener la
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a los productos o servicios a los que se aplique o cuyo empleo sea susceptible de
crear confusión con respecto al origen, procedencia, cualidades o características de
los productos o servicios para los que se aplique, o si su empleo sea susceptible de
crear confusión con respecto al origen, procedencia, cualidades o características de
los productos o servicios para los cuales se use la marca.
El artículo 6 de la Ley 17.011 establece: “Para ser registradas, las marcas deberán
ser claramente diferentes a las que se hallen inscriptas o en trámite de registro, a
efectos de evitar confusión, sea respecto de los mismos productos o servicios, o
respecto de productos o servicios concurrentes”.
Derechos emergentes de su registro
RIPPE KAISER señala que el registro de la marca confiere a su titular el derecho a
utilizarla y que ese derecho tiene su origen en el acto administrativo de concesión del
registro. El plazo de la protección legal es 10 años pero es indefinidamente renovable
(art. 18). El derecho es conferido en los términos siguientes.
Derecho al uso exclusivo de la marca: en relación con la propiedad de la
marca, la Ley establece una presunción de propiedad y confiere el derecho de
uso exclusivo. El registro importa la presunción de que la persona física o
jurídica, a cuyo nombre se verificó la inscripción, es su legítima propietaria. En
efecto, el artículo 9 de la Ley establece: "El derecho a la marca se adquiere por
el registro efectuado de acuerdo con la presente ley. El registro de la marca
importa la presunción de que la persona física o jurídica a cuyo nombre se
verificó la inscripción es su legítima propietaria".
El derecho reconocido legalmente supone la facultad de utilización en forma
exclusiva, aunque sólo con relación a los productos y los servicios para los que
hubiere sido solicitada. El artículo 11 dispone: “La propiedad exclusiva de la marca
sólo se adquiere con relación a los productos y los servicios para los que hubiera sido
solicitada. Cuando se trata de una marca en la que se incluye el nombre de un
producto o un servicio, la marca sólo se registrará para el producto o el servicio que
en ella se indica".
La Ley otorga el derecho a usar o no la marca salvo que el Poder Ejecutivo decrete la
obligatoriedad de su uso por motivos de interés general. Esto está establecido en el
artículo 19.
Derecho de oposición, reclamación de daños y perjuicios y ejercicio de acciones
penales: La Ley otorga el derecho a oponerse al uso o registro de
cualquier marca que pueda producir confusión entre productos o
servicios. El artículo 14 establece: "El derecho de oponerse al uso o
registro de cualquier marca que pueda producir confusión entre productos
o servicios corresponderá a la persona física o jurídica que haya llenado
los requisitos exigidos por la presente ley."
Este derecho de oposición se encuentra complementado con acciones civiles y
acciones penales tendientes a proteger los derechos reconocidos en la Ley (art. 81 y
ss.).
Resumen DERECHO COMERCIAL
Para valerse de este derecho, quien haya registrado una marca debe acreditar la
similitud entre algún producto o servicio que él fabrica o presta con otro que esté
utilizando la misma marca. Esto es esencial para fundamentar el derecho de
oposición, puesto que debe determinarse la existencia de confusión. En sentencia del
21 de abril de 1.999, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo argumentaba en la
forma siguiente:
“Al igual que la semejanza entre los signos, la similitud entre los productos o servicios
requiere complejos y sutiles juicios valorativos para dilucidad con ayuda de las pautas
o criterio que la jurisprudencia ha ido elaborando, si existe o no riesgo de confusión.”
(La Justicia Uruguaya, caso 13.855).
Al respecto, es particularmente abundante la jurisprudencia brasileña. Se ha
entendido repetidamente que sólo existe infracción a la Ley de Marcas cuando se
imita una marca para calificar productos o servicios idénticos, en virtud de la
confusión o error que esto habilita. Si no existe semejanza en las actividades, no hay
posibilidad de confusión ni de inducción a la clientela en error. La sola violación de la
marca no genera, por sí sola, derecho a indemnización, siendo necesario probar,
además del hecho del uso de la marca, la etiología y los efectos dañosos.
El perjuicio o daño que sufre quien haya registrado una marca, debe ser considerado
con relación a las ganancias que esa persona dejó de percibir como consecuencia de
la infracción. Por lo tanto, debe ofrecerse prueba sobre las ganancias que le
proporciona el uso de la marca y el eventual perjuicio que se sufre por la desviación
de clientela.
RIPPE KÁISER ha sostenido - en consulta formulada a partir de la Ley 9.956 - que “el
margen de ganancia del infractor tiene aptitud objetiva, cierta y verificable para exhibir
la medida del margen de ganancia que hubiera obtenido la víctima del proceder
desleal del infractor, si la primera hubiera podido actuar en el mercado con sus signos
distintivos sin la presencia competitivamente desleal del segundo, en tanto conducta
ilegítimamente apropiante de derechos de terceros e ilegítimamente desviadora de
clientela ajena.”
b) Signos no registrables
Hay signos que no pueden ser registrados como marca. Los artículo 4 y 5 de la Ley
establecen cuáles son y las consecuencias de su registro. Así, el artículo 4 establece
lo siguiente: "A los efectos de la presente ley no serán considerados como marcas, y
por tanto irrogarán nulidad absoluta:
1º) El nombre del Estado y de los Gobiernos Departamentales, los símbolos
nacionales o departamentales, los escudos o distintivos que los identifiquen, excepto
respecto de ellos mismos, de las personas públicas no estatales, de las sociedades
con participación del Estado y en los casos de los artículos 73 y siguientes de la
presente ley.
2º) Los signos que reproduzcan o imiten monedas, billetes o cualquier medio oficial
de pago, nacionales o extranjeros, así como los diseños o punzones oficiales de
contralor y garantía adoptados por el Estado.
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3º) Los nombres o los retratos de las personas que vivan, mientras no se obtenga su
consentimiento, y los de los fallecidos mientras no se obtenga el de quienes hayan
sido declarados judicialmente sus herederos, entendiéndose por nombres, a los
efectos de esta disposición, los de pila seguidos del patronímico, así como el solo
apellido, los seudónimos o los títulos cuando individualicen tanto como aquellos.
4º) El solo apellido cuando haya mediado oposición fundada de quienes lo llevan, a
juicio de la autoridad administrativa.
5º) Las marcas de certificación o de garantía comprendidas en la prohibición del
artículo 54 de la presente ley.
6º) Los signos o las palabras que constituyen la reproducción, la imitación o la
traducción total o parcial de una marca notoriamente conocida o de un nombre
comercial.
7º) Las palabras, los signos o los distintivos que hagan presumir el propósito de
verificar concurrencia desleal."
Trasmisión
La Ley otorga el derecho a transmitir la marca. El artículo 16 y el artículo 70 de la Ley
17.011 establecen que la propiedad de la marca puede ser transmitida por sucesión o
por acto entre vivos. El artículo 70 agrega que en la venta de un establecimiento
comercial se consideran comprendidas las marcas salvo estipulación en contrario.
El artículo 16 establece: “La propiedad de una marca pasa a los herederos y puede
ser transferida por acto entre vivos, por disposición de última voluntad, por ejecución
forzada o por la acción de reivindicación. La transferencia total o parcial del derecho
de propiedad de la marca podrá hacerse por instrumento público o privado. Para que
surta efectos frente a terceros, deberá inscribirse en la Dirección de la Propiedad
Industrial y publicarse en el Boletín de la Propiedad Industrial que se crea por el
artículo 80, de la presente ley.”
El artículo 70 dispone: “La cesión o venta del establecimiento comprende la de la
marca, salvo estipulación en contrario, y el cesionario tiene el derecho de servirse de
ella aunque fuera nominal, de la misma manera que lo hacía el cedente, sin otras
restricciones que las impuestas expresamente en el contrato de venta o cesión.”
El artículo 68 establece: “Si una persona física o jurídica quisiera desarrollar con fines
comerciales una actividad ya explotada por otra persona, con el mismo nombre o con
la misma designación convencional, deberá adoptar una modificación clara que haga
que ese nombre o esa designación sea visiblemente distinto al preexistente.”
Por el artículo 68 no se prohíbe directamente el uso del nombre comercial ya usado
por otro pero se impone, a quien quiere usarlo, la obligación de efectuarle una
modificación que lo haga visiblemente diferente al preexistente. La restricción se
impone sólo cuando se trate de las mismas actividades.
El artículo 69 dispone: “La acción judicial del titular del derecho exclusivo al uso de un
nombre comercial caducará a los cinco años desde el día que se empezó a usar por
otro."
Indicaciones geográficas
El artículo 73 establece: “Constituyen indicaciones geográficas las indicaciones de
procedencia y las denominaciones de origen”.
El artículo 74 dispone: “Indicación de procedencia es el uso de un nombre geográfico
sobre un producto o servicio que identifica el lugar de extracción, producción o
fabricación de determinado producto o prestación de determinado servicio, en tanto
que lugar de procedencia.
Las indicaciones de procedencia gozarán de protección sin necesidad de registro.”
3) Los derechos de autor
El registro de derechos de autor lo lleva la biblioteca nacional y está bajo
responsabilidad del director de la misma. Determinación del objeto de protección: es
el derecho normal del autor de toda creación literaria, científica o artística, siendo
reconocido el derecho de dominio sobre las producciones de su pensamiento, ciencia
o arte. Quienes defienden los derechos de autor es AGADU.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Unidad 10
Títulos Valores
Resumen DERECHO COMERCIAL
De acuerdo con esta definición legal, encontramos en los títulos valores dos aspectos
distintos que están íntimamente relacionados. Por un lado, encontramos el aspecto
material; desde este punto de vista, el título valor es un documento escrito, un pedazo
de papel que contiene diversas menciones. Por otro lado, encontramos el aspecto
sustancial; desde este punto de vista, el título valor es un derecho, un derecho de
crédito en beneficio de la persona a quien se entregue el documento. Finalmente, en
cuanto negocio jurídico, sería un negocio unilateral.
a) El título valor como documento
El título valor es definido como un documento. Otros negocios jurídicos son definidos
por la Ley, como actos o contratos, poniendo énfasis en la manifestación de voluntad
de quien o quienes intervienen en ellos. En cambio, en el título valor el documento
tiene la mayor importancia. En efecto, la Ley define a los títulos valores como
documentos, agregando que a éstos se les consigna un derecho.
El documento debe ser un papel porque sólo el papel puede cumplir la función que
los títulos valores normalmente desempeñan en el comercio. En los títulos valores el
documento no es meramente probatorio de un derecho, sino que es constitutivo de un
derecho. El derecho consignado en el título no preexiste al título sino que nace con él.
En el documento se hace constar un derecho y la obligación correlativa. Con la firma
de ese documento nacen uno y otro. Al crearse el documento, nace el derecho y la
obligación correspondiente. Precisamente, el título valor es un mecanismo creado en
la práctica, elaborado por la doctrina y luego recogido por la Ley, que permite hacer
constar un derecho en un documento, corporizándolo y jerarquizando el documento
que, de esta manera, adquiere valor en sí mismo.
La jerarquía del documento permite una forma más fácil de circulación de los
derechos. En efecto, en lugar de ceder tales derechos, se transmite el documento
como una cosa mueble, el que tendrá incorporado el derecho consignado en él.
b) El título valor como derecho
En un segundo plano, la Ley define al título valor como un derecho; un derecho de
crédito en beneficio de una persona. En efecto, la Ley define a los títulos valores
como documentos, agregando que esos documentos tienen consignado un derecho.
Consignar significa asentar por escrito.
Es muy importante señalar que el derecho consignado en el título no preexiste al
título sino que nace con él. El derecho consignado en el documento, nace con la
creación de éste. Creado el documento nace el derecho.
El derecho de crédito tiene un valor en la actividad económica en general y en los
negocios mercantiles en especial. Por ello, interesa que el crédito, como valor en sí
mismo, pueda entrar en circulación económica como los demás bienes. Esto se hizo
posible documentando el derecho de crédito, es decir dándole al crédito los atributos
de una cosa corporal de forma tal que, transmitido el documento, se transmite
también el derecho de crédito en él incorporado.
Entre las menciones esenciales que debe contener el documento, el Decreto Ley
14.701 incluye el derecho que en el título se incorpora. Este derecho de crédito,
Resumen DERECHO COMERCIAL
Entre las menciones esenciales que debe contener el documento, el Decreto Ley de
Títulos Valores n° 14.701 de 1977 (DLTV) incluye el derecho que en el título se
incorpora (art. 3). Este derecho de crédito, puede recaer en diferentes bienes: dinero,
mercaderías o puede ser un derecho de participación.
Atendiendo al objeto sobre el cual recaen, los clasificaremos en cuatro especies: I.
títulos valores cuyo objeto es una prestación dineraria; II. títulos valores
representativos de mercaderías; III. títulos valores representativos de un derecho; IV.
títulos valores de participación.
a) Títulos valores cuyo objeto es una prestación dineraria
Dentro de este grupo de títulos valores, reunimos a todos aquellos documentos en los
cuales se hace constar una obligación de dar una suma de dinero: vales, letras de
cambio y cheques.
Vale
El vale es un documento que contiene la promesa de quien lo suscribe de pagar una
suma de dinero. Involucra en su creación a dos elementos personales: el creador o
librador que es quien se obliga a pagar y el beneficiario que es la persona que ha de
recibir el pago.
Puede tener la siguiente redacción: “Montevideo, 20 de enero de 1999. Vale por la
suma de $100 que debo y pagaré a B. Firma A”. Puede no indicar el nombre del
beneficiario.
Quien crea un vale a favor de una persona determinada, lo hace porque está
previamente vinculado con esa persona por un negocio jurídico que se llama relación
extracartular o relación extracambiaria o relación fundamental.
Veamos algunos ejemplos. Una persona A obtiene un préstamo de dinero de B. En
virtud de este contrato de préstamo, A es deudor de la suma prestada respecto a B.
Una persona A compra mercaderías a otra persona B y en virtud de ese contrato de
compraventa A debe el importe del precio a B.
En los dos ejemplos la relación entre A y B ha generado un crédito de B contra A.
Letra de cambio
La letra de cambio es un documento que contiene una orden por la cual una persona
encarga a otra el pago de una suma de dinero, a favor de una persona determinada.
Involucra en su creación a tres elementos personales: el librador, que es la persona
que da la orden; el girado que es la persona a quien se imparte y el beneficiario que
es la persona que ha de recibir el pago. Puede tener la siguiente redacción:
“Montevideo, 20 de enero de 1999
Sírvase Ud. pagar por esta letra de cambio al Sr. C la suma de $ 100.
Sr. B (Girado)
Corriente 400
Buenos Aires Firma A”
Resumen DERECHO COMERCIAL
La diferencia más notoria de la letra con el vale son los elementos personales que
figuran en ella. En el vale, el firmante se obliga a pagar una cantidad de dinero a la
persona designada; se dan dos personas: librador y beneficiario o tomador. En la
letra, quien la libra, ordena el pago a una tercera persona. En la letra se agrega,
respecto al vale, una tercera persona que es el girado. Así se designa a la persona a
quien se imparte la orden. Ese girado no estará obligado sino cuando estampe su
firma en la letra, en señal de aceptación.
El librador de la letra, no asume por el tenor literal del título una obligación de pagar,
pues sólo emite una orden de pagar que debe ser cumplida por el girado. Aunque el
librador de la letra no asume formalmente, en el propio documento, la obligación de
pagar, la Ley se encarga de responsabilizarlo por el pago. Si el girado acepta, se
convierte en el principal obligado; pero la ley añade la responsabilidad solidaria del
librador. Si el girado no acepta la letra, el principal obligado – porque así la Ley lo
dispone – es el librador.
Detrás de la emisión de una letra existen relaciones previas, entre los elementos
personales vinculados. El librador de la letra está vinculado por relaciones
extracartulares con cada uno de los otros dos: con el beneficiario y con el girado.
Cuando el librador da una orden de pago al girado, es porque el girado tiene dinero
suyo o le debe dinero. Cuando el librador de la letra indica un beneficiario de ese
pago es porque le debe dinero a ese beneficiario.
Veamos un ejemplo de cómo funcionar la letra de cambio en la práctica comercial. A
vende mercaderías a B, radicado en el exterior, supongamos en Argentina. A, por
estar en un país distinto, no puede cobrar directamente el precio del comprador; por
ello utiliza la fórmula de la letra. En esa letra, el vendedor A ordena a B que pague el
importe de la letra –que equivale al precio de venta– a un tercero que se indica en ella
y que se encargará de su cobranza. La letra sirve de este modo, como instrumento
adecuado para el pago de los bienes comprados. Si en la letra se establece un plazo,
sirve además, para materializar el crédito concedido para el pago del precio. Ejemplo:
“Montevideo, 14.1.99
Sírvase Ud. pagar por esta letra de cambio, el 30.12.99, la cantidad de $ ..... al Sr. C.
Sr. B
Corrientes 400
Buenos Aires
Firma A”
El beneficiario de la orden puede ser, en el ejemplo dado, un banco a quien el
vendedor ha encomendado el cobro. El banco, en este caso, no se hace dueño del
importe que figura en la letra; sino que lo cobra y lo acredita en la cuenta del
vendedor, librador de la letra.
Cheque
Resumen DERECHO COMERCIAL
El cheque común es un documento que contiene una orden de pago por la cual una
persona encarga a un banco el pago de una suma de dinero a favor de una persona
determinada o al portador.
Implica en su creación tres elementos personales: el librador que es la persona que
da la orden, el Banco girado que es a quien se imparte la orden y el beneficiario o
portador que es la persona que ha de recibir el pago.
El cheque, como la letra, tiene tres elementos personales con la diferencia, entre
otras, de que el girado necesariamente es un Banco.
Debe tener la siguiente redacción:
Serie A-34 Banco XXX $ 500
Nº 338431 25 de Mayo 200 (Montevideo)
Montevideo, ...... de ............. de .... 19..
Páguese por este cheque a......................... la suma de pesos uruguayos ..................
Firma
Como en los otros títulos ya considerados, entre los distintos elementos personales
del cheque existen relaciones extracartulares.
El librador debe haber celebrado con el banco girado un previo contrato de cuenta
corriente y, además, debe haber depositado los importes correspondientes de dinero
para que se le asienten en el haber de su cuenta. El depósito bancario en la cuenta
corriente determina el nacimiento de un crédito del depositante contra el banco, que
se convierte en su deudor.
El beneficiario de la orden contenida en el cheque o el portador que lo ha recibido es
una persona a quien el librador debe el importe de ese cheque por una relación
extracartular. La entrega del cheque tiene por fin extinguir el crédito nacido de esa
relación previa.
El cheque, como la letra, es un instrumento que sirve para hacer pagos, mediante la
intervención de un tercero pagador.
Por ejemplo: A es comprador de mercadería y el vendedor es B. En lugar de pagar
con dinero efectivo, A entrega un cheque a B por el importe de la compra. El cheque
sustituye a la moneda.
El cheque, como el vale, se puede trasmitir por la simple entrega si es al portador o
por endoso si se libró a la orden de una persona determinada.
El portador o endosatario del cheque debe presentarlo ante el Banco girado y éste se
lo pagará, desde luego, si el librador tiene fondos en la cuenta corriente.
La presentación al cobro se puede hacer el mismo día de la fecha del libramiento.
Si el Banco paga, se extingue la obligación contenida en el cheque y también se
extingue la obligación nacida de la relación fundamental entre librador y tomador del
cheque y entre endosante y endosatario. También se reduce el crédito del librador
contra el Banco por el importe del cheque. En la cuenta corriente se debitará el
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importe del cheque y la cuenta corriente arrojará un saldo menor a favor del cuenta
correntista.
Existe otra diferencia importante, que queremos desde ya dejar marcada, entre el
cheque y la letra de cambio. En la letra de cambio, el girado se constituye en obligado
mediante su firma puesta en la letra; en cambio, el cheque no es suscrito por el
Banco girado quien, por lo tanto, no se obliga cambiariamente.
Si el Banco no paga el cheque, el portador tendrá acción contra el librador y
endosantes.
Títulos valores cuyo objeto son las mercaderías
Carta de porte
La carta de porte es el instrumento que documenta el contrato de transporte. La carta
de porte se extiende, por lo menos, por duplicado: una vía se da al cargador y el
transportador se queda con otra.
La carta de porte en manos del cargador es un título representativo de las
mercaderías o de los bienes transportados. El tenedor de la carta de porte tiene la
disponibilidad material de los bienes transportados.
El poseedor de la carta de porte es quien tiene derecho a reclamar la entrega de los
bienes transportados.
El cargador puede trasmitir la carta de porte y con ella trasmitir su derecho a exigir la
entrega de los bienes objeto del transporte.
Mediante la transferencia de la carta de porte se trasmite la disponibilidad de los
bienes. No decimos la disponibilidad jurídica porque puede ser que la disponibilidad
jurídica o la propiedad de los bienes corresponda a otra persona.
El transportador, mediante la carta de porte, tiene derecho y acción para cobrar el
importe del flete.
Conocimiento marítimo y aéreo
Similares funciones que la carta de porte cumple el conocimiento marítimo en relación
con el fletamento y el conocimiento aéreo en relación con el transporte aéreo.
El artículo 1.222 del Código de comercio establece que no será admisible en juicio
ninguna acción entre el capitán y los cargadores o aseguradores si no se acompaña
alguno de los ejemplares del conocimiento original. El artículo 1.205 del Código de
comercio autoriza a que el conocimiento se extienda indicando el nombre del
consignatario o a la orden o que sea al portador, con lo cual crea un régimen da fácil
transmisibilidad. El artículo 1.212 admite expresamente su transferencia por endoso
Certificado de depósito
El certificado de depósito es aquél entregado por el depositario de bienes al
depositante. No hay disposiciones en nuestro Derecho con respecto al certificado del
depósito, salvo para los depósitos aduaneros y para los depósitos en zonas francas.
En normas específicas para los depósitos aduaneros se establece que la Aduana
puede extender certificados a la orden por los depósitos que se hacen en sus
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2) Representación cambiaria
Tenemos representación legal, representación contractual, representación estatutaria,
representación aparente y al falso procurador.
2.1) Representación legal
La representación de origen legal se rige por el derecho común. En consecuencia
para saber si un padre, tutor o curador pueden firmar un título valor por el incapaz, a
falta de normas expresas de esta ley, tenemos que acudir al Código Civil (CC). De
acuerdo al CC ni el tutor ni el curador pueden firmar vales o letras de cambio por el
incapaz representado, ya que del contexto del CC resulta que no pueden obligarlo
(arts. 384 y 431 CC).
En cuanto a los padres, la doctrina está dividida. Hay quienes entienden que los
padres tienen la libre administración de los bienes de sus hijos y que por lo tanto
pueden firmar títulos valores. Nosotros entendemos que los padres están autorizados
para administrar pero no para comprometer el patrimonio de sus hijos con la firma de
títulos valores (art 267 CC).
Los padres pueden firmar títulos valores en representación de sus hijos cuando
tengan el usufructo de los bienes de ellos. Los tutores y curadores van a poder firmar
títulos valores por los incapaces cuando el juez los autorice.
2.3) Representación contractual
Quien firma un título valor puede hacerlo por sí y para sí; o puede hacerlo un tercero
a quien se ha conferido poder para ello. Quien actúa firmando un título valor sin poder
o excediendo los poderes que se le han concedido se obliga personalmente y no
vincula a quien pretendió representar. Este es un principio general en materia de
representación y de mandato. Está reiterado y establecido expresamente en el art. 24
del DLTV, en el inciso primero, en su primera parte: “Quien suscriba un título valor a
nombre de otro sin facultades legales, se obligará personalmente como si hubiera
obrado en nombre propio. Y si pagare tiene los mismos derechos que hubiera tenido
la persona a quien pretendió representar.”
Si una persona sin representación firma un título valor y si en virtud de haberlo
firmado le es requerido el pago y paga él, luego tendrá derecho a repetir lo pagado
contra los obligados cambiarios anteriores.
Supongamos que alguien, sin poder, firma el endoso de un vale. B firma por A el
endoso. Si no tiene poder, quien se obliga es B; A no queda obligado porque no le dio
el poder a B. El portador de ese documento podrá reclamar su importe a B. Si B paga,
tiene acción de regreso contra el librador y va a poder exigir de éste el pago del
documento. Eso es, lo que establece el artículo 24: “y si pagare tendrá los mismos
derechos que hubiese tenido la persona a quien pretendía representar.”
2.3.1) Mandato expreso
Modalidades de mandato expreso
En el artículo 21 se prevén dos modalidades de mandato expreso. Se establece que
la representación para obligarse, en un título valor se podrá conferir: mediante
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mandato con facultades suficientes; mediante carta dirigida al presunto tenedor del
título.
¿Qué significa mandato con facultades suficientes? En nuestro concepto, un mandato
general, por más amplios que sean sus términos no es suficiente, ya que el Código
civil establece que el mandato concebido en tales términos, sólo atribuye facultades
de administración (artículo 2.056 C.C.). Entendemos que la suscripción de un título
valor no es un acto de mera administración, en cuanto crea obligaciones a cargo del
firmante.
Para que las facultades sean suficientes, deben ser expresas. El mandato debe
expresamente establecer “autorizo a X a firmar títulos valores en mi representación”.
Si una persona otorgara a otra, un mandato general, con los términos más amplios y
dijera “otorgo mandato general y absoluto a X para hacer todo lo que yo pueda
hacer”, ese mandato no autoriza a X para firmar títulos valores, porque el mandato
debe conceder facultades suficientes y entendemos que debe ser conferidas
expresamente. Cuando se redacta un poder a favor de una persona a quien se quiere
autorizar para que firme un título valor, no basta con decir que se le confiere un poder
amplio y general sino que debe especialmente establecerse que puede firmar títulos
valores o letras, cheques o vales, según la extensión que quiera darse.
Desde luego que quien recibe un título firmado por un apoderado debe recabar y
examinar la documentación que acredita el mandato y conservar elementos
probatorios para el caso de que el obligado cambiario se excepcione en juicio
diciendo que quien firmó no era su apoderado.
La otra modalidad establecida en el segundo numeral del artículo 21 es la carta
dirigida al tenedor del título. No se trata de un mandato general para firmar títulos
valores, sino de un mandato que tiene relación con un determinado título valor, con
una determinada letra de cambio o un determinado vale. Supongamos que A va a
firmar un vale a favor de B. Le manda una carta a B y le dice que va a firmar un vale a
favor suyo y que en su representación lo va a firmar X. Esa persona X va a estar
entonces autorizada a firmar ese vale. De modo que la carta en la cual consta la
autorización va a ser una carta dirigida al tomador de ese documento quien podrá
acreditar con esa carta que quien firmó el vale tenía facultades para hacerlo. Cuando
B inicie el juicio contra el librador A, va a acreditar el mandato con la misma carta que
tiene su poder. A no podrá decir “no, yo no di mandato”, porque el tenedor ha de tener
el comprobante de que el mandato se confirió.
Firma por quien no tiene mandato
En el primer inciso del artículo 24 se establece que quien actúa sin mandato se obliga
personalmente. El inciso segundo prevé, para la hipótesis de que una persona ha
actuado sin mandato, la posibilidad de que el presunto mandante ratifique lo hecho
por quien no tenía poder. Se establece además que en caso de ratificación, va a estar
obligado por el acto de la persona que invocó la representación sin tenerla. Es decir,
que cuando actúa una persona sin representación puede suceder, al acto de la firma
del título valor un acto de ratificación posterior, expreso o tácito. El artículo 24 admite
las dos posibilidades y el inciso 3 distingue cuando la ratificación es tácita y cuando
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endosos, debe identificar al último tenedor y debe verificar que ese tenedor, que
figura como beneficiario en el título valor coincida con quien figura inscripto como tal,
en el registro. Cuando los valores son escriturales, quien está legitimado para ejercer
los derechos es quien aparece registrado como su propietario en el registro que lleva
el emisor o la entidad encargada al efecto (art. 9 Ley 16.749).
La modalidad adoptada por el creador no puede ser alterada. Así lo dispone el art. 12
del DLTV: “El tenedor de un título valor no podrá cambiar su forma de circulación sin
consentimiento del creador del título”.
Por ejemplo, si se crea un título valor a la orden, un endosante no puede estampar la
cláusula “al portador” y con ello cambiar el régimen de transmisión del título valor y
aligerar de ese modo la diligencia que el librador impuso al obligado para el momento
del pago.
3.1) Títulos valores al portador
Título valor al portador es aquél en el cual no figura el nombre del beneficiario. Para
que un título sea al portador no es necesario que se estampe la mención “al
portador”. En efecto, el art. 52 del DLTV establece: “Son títulos al portador los que no
se expidan a favor de persona determinada, aunque no contengan la cláusula ‘al
portador’ y su trasmisión se producirá por su simple tradición.”
Los títulos valores al portador se trasmiten por la sola entrega, por la simple tradición
(art. 52). No se requiere un título que preceda a la entrega.
En el régimen vigente, el principio general es que cualquier título valor puede ser
emitido al portador, sin necesidad de un texto legal expreso que lo autorice. En
materia de cheques, el Decreto Ley de Cheques N° 14.412 de 1975 autoriza
expresamente que se emitan al portador.
En cuanto a las letras de cambio, la Ley impone que se establezca en el título el
nombre de beneficiario (art. 55, n° IV, DLTV). Se trata de una mención esencial; en
consecuencia, no podrá crearse una letra de cambio pagadera al portador.
En materia de vales, el art. 120 que se refiere a las menciones que debe contener el
vale, se remite al art. 3, en el que no se impone que se indique el nombre del
beneficiario. De manera que puede concluirse que pueden ser al portador.
Las acciones de sociedades anónimas, las obligaciones y las cuotas partes de fondos
de inversión pueden ser al portador. Los títulos valores públicos, generalmente, se
emiten al portador.
3.2) Títulos valores a la orden
En los títulos a la orden se incluye siempre el nombre del beneficiario. En principio, el
título que lleve el nombre del beneficiario se entenderá que es a la orden (arts. 32,
inc. 3, y 36).
El título valor a la orden se trasmite por endoso y entrega. Es suficiente que contenga
el nombre del beneficiario para que se pueda trasmitir por endoso y entrega. No es
necesario incluir una mención que diga “a la orden”.
Resumen DERECHO COMERCIAL
El DLTV no prevé pero tampoco prohíbe que un título creado con inclusión del
nombre del beneficiario lleve la cláusula “no a la orden” o “no endosable” u otra
similar. Esta hipótesis se admite expresamente para los cheques, en el DLCh.
Aparece entonces un género o modalidad: título valor con indicación del beneficiario
pero que no es nominativo ni a la orden. Su transmisión se efectúa por el contrato de
cesión de créditos no endosables, requiriéndose además tradición.
Podría suceder que el creador lleve registro y al librar el título ponga además la
mención “no a la orden”; en este caso el título se trasmitirá por cesión de créditos no
endosables y, además, por la inscripción en el registro y la tradición.
La cesión de créditos se aplica en los títulos que no son transmisibles por endoso, por
ejemplo las acciones escriturales y a los títulos emitidos a nombre de un beneficiario
pero con la cláusula “no a la orden”.
3.3) Títulos valores nominativos
Si contienen la mención de que el creador lleva registro o si el registro es impuesto
por una ley, el título será nominativo, transmisible por endoso y tradición, o – si es no
endosable - por cesión de crédito y entrega. Además, en el caso de los títulos valores
nominativos, la trasmisión deberá inscribirse en el registro del creador como requisito
para conferirle legitimación frente a éste.
En los títulos nominativos el nombre del beneficiario debe aparecer en el documento
y, también, en un registro que lleva el creador del título. En el registro constaran las
sucesivas transmisiones que se han operado con ese título.
4) El aval
De acuerdo al art. 741 del Código de Comercio, el pago de las obligaciones
comerciales puede ser garantizado mediante los denominados “contratos de garantía”
que son la prenda, la prenda sin desplazamiento, la hipoteca y la fianza. Estos
contratos, también, sirven para garantizar el cumplimiento de las obligaciones que se
contraen al suscribir un título valor.
Además de la hipoteca, la prenda y la fianza, los títulos valores pueden garantizarse
de otra forma: utilizando el aval.
4.1) Concepto
Se denomina “aval” a la declaración unilateral que realiza la persona que garantiza el
pago total o parcial de un título valor. La persona que presta su aval se llama
“avalista” y la persona que recibe el aval se denomina “avalado”.
El Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701 de 1977 no define el aval, sólo refiere a
su función: es la forma en que se garantiza, en todo o en parte, el pago de un título
valor (art. 15).
4.2) Caracteres
Unilateralidad
El aval es un acto jurídico unilateral. La obligación del avalista tiene su fuente en su
voluntad unilateral. La garantía se crea y produce sus efectos, con la sola expresión
de su voluntad, mediante la suscripción del título valor, sin necesidad de que su
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voluntad se combine con otra, que haya de añadirse a ella para integrar un solo
negocio. El avalista se obliga a una prestación frente al poseedor del título y no la
subordina a ninguna aceptación ni contraprestación.
Literalidad
El aval confiere al tenedor del título valor un derecho literal contra el avalista. En
consecuencia, no se puede exigir del avalista nada más que lo que consta en el título
valor.
La única formalidad exigida por la Ley es que el aval debe constar en el título mismo
o en hoja adherida a él. No se admite el aval por documento separado.
Si se documenta por separado será una garantía sometida a la legislación común. Es
lógico que el aval se extienda en el mismo título, ya que todo lo relativo al título debe
constar en él.
Solemnidad
El avalista debe firmar el título (art. 16). Más aun, la sola firma puesta en un título,
cuando no se le pueda atribuir otro carácter, se tendrá como firma de un
avalista.
Expresión “por aval” o equivalente: No hay fórmulas sacramentales. Pueden utilizarse
los términos “por aval” u otra equivalente.
Cantidad avalada: El aval puede contener o no la mención referente a la cantidad. Si
hay una mención expresa, ése es el límite de la garantía del avalista. Si
no se menciona la cantidad, se entenderá que el aval garantiza la
totalidad del importe consignado en el título (art. 17).
Nombre del avalado: El aval puede contener o no el nombre del avalado. Si expresa
el nombre del avalado, sólo a éste garantizará el avalista. Si no hay
indicación del avalado, se entenderán garantizadas las obligaciones del
suscriptor que libere al mayor número de obligados. Por ejemplo, en la
letra de cambio quién libera al mayor número de obligados es el girado
aceptante. En este caso, si paga un avalista y no se estableció a quién
avala, se interpreta que libera al girado aceptante y con él al librador y
todos los endosantes.
El avalista
4.3.1) Obligación del avalista
Mediante el aval, el avalista contrae la obligación de pagar el importe del título valor
frente a cualquiera de sus tenedores legítimos, respecto de quienes estuviera
obligado el avalado. Pagará todo el importe o sólo una parte dependiendo de los
términos en que haya prestado su aval.
Autonomía
La obligación que contrae el avalista es una obligación autónoma. El art. 18
establece: “El avalista quedará obligado en los términos que corresponderían
formalmente al avalado y su obligación será válida aun cuando la de este último no lo
sea.”
Resumen DERECHO COMERCIAL
No obstante, si junto al nombre del librador tampoco aparece designado lugar alguno,
la letra no puede ser considerada como un título cambiariamente hábil, pues hace
imposible el funcionamiento de la solución legal supletoria.
El contenido de la letra es la orden incondicional de pago de una suma de dinero. La
orden de pagar una suma determinada de dinero, es la mención característica de la
letra de cambio, que la distingue de otros títulos valores. La orden la dirige el librador
al girado. La orden no puede contener condiciones.
El nombre del girado, es la otra mención esencial, según lo establece el n° II del art.
55: "El nombre de la persona que ha de pagar (librado)". Generalmente el girado es
un tercero, sin embargo, el DLTV, también, admite que el librador libre una letra
contra sí mismo (art. 57). Coincidiría entonces el nombre del librador con el nombre
del girado.
El nombre del beneficiario debe indicarse en la letra porque así lo dispone el art. 55,
n° IV. En consecuencia, la letra no puede ser al portador. En efecto, el DLTV dispone:
“el nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago o a cuya orden debe
efectuarse”.El librador puede ser, también, el beneficiario. Lo admite el art. 57 en su
primera parte.
De manera que se prevén en materia de letras dos coincidencias personales: pueden
coincidir el librador con el girado y el librador con el beneficiario.
El librador es la persona que firma. En la letra no figura el nombre del librador, lo
único que figura es su firma. Para librar una letra se requiere la capacidad para
celebrar actos de comercio.
5.3.2) Enunciaciones facultativas
El DLTV dispone que algunas enunciaciones puedan faltar y suple su omisión. La
inclusión de estas cláusulas depende de la voluntad del librador o de otros firmantes.
Su falta no inhabilita al título.
El art. 55 no establece nada respecto al lugar de ejercicio del derecho consignado en
la letra. Sin embargo, en el art. 3 se establece que, entre los requisitos que debe
llenar la letra se encuentra “el lugar... de ejercicio del derecho”.
Vencimiento es la oportunidad en que debe verificarse el pago. Es el día en que la
obligación se hace exigible. Término es el período de tiempo que transcurre desde la
fecha de creación hasta el vencimiento. El DLTV prevé distintas modalidades de
vencimiento en el art. 78, que establece: “La letra de cambio podrá librarse:
I) A la vista.
II) A cierto plazo desde la vista.
III) A cierto plazo desde su fecha y
IV) A fecha fija.
Las letras de cambio que indiquen otros vencimientos o vencimientos sucesivos se
considerarán pagaderas a la vista”.
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De manera que sólo se admiten las cuatro modalidades de vencimiento, previstas por
la Ley. El librador de una letra no puede estipular otra modalidad de vencimiento; si lo
hiciere, la mención se tendrá por no puesta y la letra se reputará pagadera a la vista.
El vencimiento debe ser cierto para la seguridad de la circulación, inherente al
Derecho cambiario, en beneficio del portador y del mismo deudor. En consecuencia,
el vencimiento condicionado a la realización de un suceso futuro e incierto, o el
vencimiento que consista en un plazo sometido a condición resolutoria, no sería
válido.
Los vencimientos se clasifican en absolutos y en relativos. Los vencimientos
absolutos son aquellos que están determinados desde el mismo momento en que se
crea la letra. El DLTV establece dos modalidades de vencimientos absolutos. Son las
siguientes.
A fecha fija: En la letra se expresa “páguese esta letra el día 31 de diciembre
de 2003”. Se estipula en la misma letra el día de vencimiento.
A cierto plazo desde la fecha: La letra fija un término que se computa a partir
de la fecha del libramiento de la letra. La letra dice, por ejemplo, “páguese por
esta letra la suma de tantos pesos a los 60 días de la fecha”.
En los vencimientos relativos, éstos dependen de un hecho posterior a la creación.
Hay dos modalidades:
A la vista: El DLTV establece que, si no se estipula vencimiento, la letra de
cambio se considerará pagadera a la vista, esto es, que será pagadera a la
presentación, en el momento en que el beneficiario desee hacerlo (art. 56, inc.
2) pero dentro del término legal de un año o en el que se estipulare (art. 79). El
art. 79 establece: “La letra de cambio a la vista será pagadera a su
presentación”. Vencerá cuando el tenedor desee presentarla. De manera que
no se sabe cuando vence porque ello va a depender de la voluntad del
beneficiario; se pagará el día en que el beneficiario se presente a cobrarla. La
norma impone que el tenedor debe requerir el pago en el término de un año a
contar de la fecha de la creación. Se fija el plazo para que la obligación no
quede pendiente por tiempo indefinido.
El art. 79, también, prevé que el librador pueda acortar o alargar el plazo de un año
para la presentación. El librador lo hará de acuerdo a su conveniencia y a las
relaciones que tenga con el girado.
El creador puede diferir el plazo de presentación, estipulando que la letra no se
presente antes de una fecha indicada. Por ejemplo, la letra de cambio dirá: “Páguese
a la vista. Preséntese después del día 25 de marzo de 2005”.
El librador sabe que el girado tendrá la provisión de fondos, recién después de la
fecha indicada y por ello fija ese término, dejando luego en libertad al portador para
que la presente cuando lo desee. En ese caso, el plazo de un año, fijado por el
artículo 79 corre a partir de la fecha fijada, en el ejemplo, a partir del 25 de marzo de
2006.
Resumen DERECHO COMERCIAL
A cierto plazo desde la vista: Esta modalidad está prevista en el art. 80. La letra
de cambio dirá, por ejemplo, así: “Páguese por esta letra la cantidad de tantos
pesos en el término de 60 días a contar de la vista”. En este caso, el término
corre a partir de la aceptación por el girado o del protesto por falta de
aceptación.
El plazo de vencimiento empezará a correr a partir de un acto posterior al acto de
creación, cuya fecha no puede predeterminarse. En estas letras, el tenedor tiene la
carga de requerir la aceptación de la letra de cambio, para que comience a correr el
término.
El tenedor puede presentarla para requerir la aceptación cuando quiera, con el límite
fijado por el art. 71. El art. 71 dispone que las letras a cierto plazo desde la vista,
deben presentarse a la aceptación dentro del plazo de un año. El librador puede
acortar o alargar ese plazo.
El girado, al aceptar, debe poner la fecha de la aceptación (art. 73, inc. 2). Si el girado
no puso la fecha de la aceptación y no se protestó por tal motivo, se considerará
como fecha de aceptación, el último día del plazo de un año señalado por el DLTV o
el último día del plazo fijado por el librador para que se presente la letra a la
aceptación.
Si la letra de cambio, el término del vencimiento corre a partir del protesto.
En cuanto a los intereses, pueden contener una estipulación de intereses corrientes
las letras de cambio a la vista o a cierto plazo vista. En las letras con vencimientos
absolutos, ese tipo de cláusula se debe tener por no escrita.
Aun en las letras con vencimientos relativos, debe indicarse, también, el tipo de
intereses y si no se estipulan, la cláusula se tiene por no escrita.
Todo esto surge del art. 59 del DLTV, que dispone: “En una letra de cambio pagadera
a la vista o dentro de cierto plazo después de la vista, podrá estipularse por el librador
que la cantidad correspondiente devengue intereses. En cualquier otra letra de
cambio semejante estipulación se considerará como no escrita.
El tipo de interés deberá indicarse en la letra y, a falta de esta indicación, esta
cláusula correspondiente se considerará como no escrita.
Los intereses correrán a partir de la fecha que lleve la letra de cambio mientras no se
indique otra fecha al efecto.”
El art. 100 del DLTV se refiere a los intereses moratorios. Se establece que a partir
del vencimiento de la letra de cambio, se puede exigir los intereses al tipo fijado en el
título y si no hubiese sido estipulado, al tipo corriente bancario en la fecha de pago. El
art. 100, ns. 1 y 2, del DLTV establece:
“El portador puede exigir a aquel contra el cual ejercita su acción de regreso:
1. El monto de la letra de cambio no aceptada o no pagada con los intereses, si se
hubiesen estipulado.
Resumen DERECHO COMERCIAL
admite que el librador establezca que no responderá por la aceptación pero no puede
liberarse de su responsabilidad por el pago.
Garantía del pago
¿Cómo se hace efectiva? El tenedor debe presentar la letra al girado para reclamar el
pago. El girado puede pagar o no. Si paga habrá cancelado la obligación del librador
y con ello la suya propia. Si no la paga, el tenedor deberá formalizar el protesto.
Luego podrá reclamar su pago contra el librador.
Si el tenedor protesta tiene acción ejecutiva contra el librador, que ha garantido el
pago (art. 99). Tiene, además, acción ejecutiva contra el girado que aceptó, los
endosantes y los avalistas ya que todos son obligados cambiarios.
Si no protesta pierde acción cambiaria contra el librador, endosantes y avalistas; sólo
la conserva contra el aceptante (art. 106).
5.4.2) Aceptación
a) Concepto
La aceptación es el acto jurídico por el cual el girado admite la orden de pago que
contiene la letra y se obliga a pagarla a su vencimiento (art. 76 inc. 1).
La letra de cambio es una orden de pago del librador al girado. El girado no está
obligado cambiariamente por el solo hecho de ser mencionado en la letra; es
menester, para que quede obligado, que acepte. Recién con su aceptación deviene
en obligado. Su aceptación se manifiesta con la firma.
Una vez librada la letra, el tenedor debe presentarse ante el girado a los efectos de
recabar su aceptación. El girado puede aceptarla o negarse a hacerlo. Si la acepta,
entonces se obliga a pagarla una vez que se produzca el vencimiento. En otras
palabras, la aceptación tiene el efecto de convertir al girado en el obligado principal y
directo al pago de la letra.
Si el girado no acepta la letra, entonces no se hace responsable por el pago. Cabe
aclarar que aun cuando la letra no sea aceptada, ella es válida y produce sus efectos
respecto a los obligados cambiarios, que ya la han suscrito. Además, aunque no
acepte la letra, ello no libera al tenedor de tener que presentársela, nuevamente, al
pago, aunque sepa que no la va a pagar.
En resumen: la letra nació con la firma del librador y desde su nacimiento con esa
sola firma existen obligaciones y los derechos correlativos. La aceptación no es un
complemento esencial para que la letra produzca sus efectos. Lo que sucede
simplemente es que, en tanto no se acepte, el girado no es un obligado; aunque a su
respecto, el tenedor de la letra debe cumplir ciertas obligaciones o cargas: debe
requerirle la aceptación o pago y en caso de no aceptación o de no pago, formalizar
el protesto correspondiente.
Caracteres
La aceptación, por ser un negocio que tiene que ver con un título valor, reviste los
caracteres propios de los títulos valores.
Resumen DERECHO COMERCIAL
La obligación del girado nace por su sola declaración escrita de que acepta o por su
sola firma, que actúa como señal de aceptación. La fuente de su obligación en su
voluntad unilateral.
Consiste en una constancia escrita en el documento. La sola voluntad del girado de
aceptar aun cuando lo manifieste y exteriorice de cualquier modo y aun
documentalmente, no basta para que nazca una obligación cambiaria a su cargo.
Debe existir la constancia escrita de su aceptación en el propio documento.
La obligación contraída por el aceptante reviste el carácter de autonomía previsto por
el art. 8 del DLTV. El derecho correlativo que adquiere el portador es un derecho
literal y autónomo (art. 1).
El art. 74, inc. 1, dispone que la aceptación será pura y simple. El girado no puede
subordinar el pago de la letra al cumplimiento de una condición (art. 74, inc. 1).
La aceptación es irrevocable. No obstante, la ley autoriza que el girado - que tiene en
sus manos la letra ya que ha firmado la aceptación- antes de restituirla, tache su
aceptación. En tal caso debe tenerse por no aceptada.
Si aparece en una letra una aceptación tachada, la ley presume que la tachadura fue
realizada por el girado, antes de la restitución. Esta presunción admite prueba en
contrario. El portador, interesado en la responsabilidad del girado, podrá probar que la
aceptación fue tachada tiempo después de la aceptación.
Formalidades de la aceptación
La presentación es el acto por el cual se exhibe la letra de cambio al girado para que
ponga en ella su aceptación. El portador no tiene que entregar la letra pero la tiene
que exhibir, permitiendo que el girado estampe en ella su aceptación, si quiere
hacerlo.
La presentación de la letra para recabar la aceptación es una carga del tenedor (art.
69). Es una facultad que le beneficia, pues de contar con su aceptación, se refuerza
el valor de la letra. Si no la presenta para recabar la aceptación, nada impide que
luego la presente al vencimiento, exigiendo el pago al girado.
Hay un caso en que es obligatorio presentar la letra a la aceptación: cuando las letras
son a cierto plazo desde la vista. Por otra parte, el librador puede imponer la
obligación de que se presente o prohibir la presentación a la aceptación (art. 70).
Tiene capacidad para aceptar quien tiene capacidad para obligarse. Puede aceptar,
un mandatario aplicando las normas generales de la Ley (art. 21 y ss).
La aceptación es un acto formal. El art. 73 dispone que se escribirá en la misma letra.
No hay fórmulas sacramentales. Puede expresarse “acepto” o “conforme” pero basta
la sola firma del girado puesta en la letra y la firma estamparse en el anverso (art. 73).
Lo corriente es que el girado firme al pie de la letra, donde figura su nombre (art. 72).
El DLTV no establece la posibilidad de hacerla constar en hoja adherida, como se
prevé para el aval o para el endoso.
Efectos de la aceptación y de la falta de aceptación
Resumen DERECHO COMERCIAL
El girado que aceptó debe pagar, aun cuando no tenga fondos, porque la existencia o
no de fondos es irrelevante para el funcionamiento de la letra. El girado puede haber
aceptado sin tener provisión de fondos porque los esperaba y no los recibió o porque
simplemente concedió crédito al librador. En cualquiera de los casos, pagada la letra,
el girado tendrá una acción para reclamar al librador el importe pagado, pero se trata
de una acción extracambiaria.
El efecto principal de la aceptación consiste en que el girado se convierte en obligado
cambiario, siguiendo el principio genéricamente establecido de que todo aquél que
firme un título valor se obliga a pagarlo (arts. 8 y 9). El principio está expresamente
reiterado en los artículos 76 y 105 del Decreto Ley.
Tiene otro efecto importante. Refuerza el crédito que la letra ha incorporado, ya que
aumenta la confianza de que la letra será pagada a su vencimiento. Con la
aceptación, las letras obtienen un mayor respaldo pues, además de la firma del
librador tiene la firma del girado, ambos solidariamente responsables del pago, sin
perjuicio de las responsabilidades de endosantes y avalistas que pudieran haber
firmado. Ello contribuye, además, a facilitar su circulación pues el tenedor la ha de
colocar mejor en el mercado cuando la letra cuente con la aceptación del girado.
En las letras a cierto plazo desde la vista interesa la aceptación puesto que desde su
fecha empieza a correr el plazo señalado, con lo cual queda determinado el día del
vencimiento.
De acuerdo al artículo 99, literal B, inciso 1, si el girado no acepta la letra se produce
el vencimiento anticipado del derecho incorporado. Esto quiere decir que el tenedor
no tendrá que esperar al vencimiento de la letra; queda habilitado a presentarla
inmediatamente al pago.
Otro efecto es el protesto. El protesto es el acto formal que documenta la protesta del
tenedor frente a la negativa del girado. Es necesario para que, luego, puedan iniciarse
las acciones judiciales tendientes a su cobro.
El girado que no acepta, teniendo provisión de fondos, con su actitud afecta el crédito
del librador.
5.4.3) Pago
El art. 6 dispone que el ejercicio del derecho consignado en un título valor requiera la
exhibición del mismo. La presentación de la letra al pago, exigida por la ley, es
consecuencia de la aplicación de ese precepto general. Para reclamar el pago, el
portador debe exhibir o presentar la letra al obligado.
Además, el DLTV dispone que si el título es pagado, el portador debe entregarlo a
quien lo pagó (art. 6). De manera que se hace necesario presentar el documento a
quien debe pagarlo para, en caso de que éste pague, entregárselo. La presentación
al pago dependerá del vencimiento de la letra.
Para las letras a la vista, el vencimiento acaece el día de la presentación. En
consecuencia, respecto a estas letras no se requiere la previa aceptación: el portador
exige directamente el pago.
Resumen DERECHO COMERCIAL
La letra, con otros vencimientos, debe ser presentada al pago por el tenedor de la
letra el día en que debe pagarse o en uno de los dos días hábiles sucesivos. Así lo
dispone el art. 83.
El legislador ha previsto diversamente las dos situaciones. En el art. 106, para las
letras a la vista, dispone que la falta de presentación en el término de un año se
sancione con la caducidad de las acciones de regreso. En el art. 83, para las letras
con otros vencimientos, la falta de presentación no se sanciona especialmente. El
DLTV dispone que el tenedor debe presentarla pero nada dispone para el caso que
no se cumpla con el precepto legal. Entendemos que no hay sanción sin texto que la
imponga.
Sí hay sanción si la presentación notarial para realizar el protesto no se hace a
tiempo. El protesto fuera de tiempo será un protesto indebido y la letra quedará
perjudicada por cuanto se pierden las acciones cambiarias de regreso.
Efectos del pago
El girado puede pagar la totalidad de la letra o puede pagar parte de ella.
El artículo 85 del Decreto Ley, establece que el tenedor no puede rehusar un pago
parcial.
El pago total por parte del girado extingue la obligación del librador y la de todos los
demás firmantes de la letra de cambio: el girado, los avalistas y los endosantes. No
extingue las relaciones fundamentales que mantengan el librador y el girado. El
girado se convertirá en acreedor del librador si éste no le ha entregado fondos para
pagar la letra. El girado, al pagar la totalidad, tiene el derecho a exigir que se le
entregue la letra. Si ha efectuado un pago parcial, tiene derecho a exigir que se le
proporcione la letra a los efectos de colocar una constancia del pago que ha hecho
(art. 85).
Efectos de la falta de pago
El tenedor de la letra, aceptada y no pagada por el girado, debe protestar
formalmente para conservar las acciones tendientes a su cobro.
La letra que fue aceptada y, posteriormente, no se pagó, enerva la responsabilidad
del girado. En efecto, éste garantizó al librador el pago cuando aceptó. Si
incumpliendo su obligación no paga, es responsable frente al librador por los daños y
perjuicios ocasionados.
Si el librador entregó los fondos al girado para pagar, además de los daños y
perjuicios, el girado deberá el monto de la provisión de fondos. Si no hubo provisión
pero hubo pacto cambiario (según el cual el girado daría crédito al librador)
igualmente deberá los daños y perjuicios.
c) Efectos del pago parcial
El pago parcial solamente libera por la parte pagada. Para el caso de pago parcial, el
art. 85 establece, en su inc. 2, que el portador debe protestar por el resto que no se
pagó. Los efectos del protesto y de su omisión respecto al importe impago son
similares a los analizados en el caso de falta de pago.
Resumen DERECHO COMERCIAL
5.5) Protesto
El protesto es un acto auténtico y solemne por medio del cual se deja constancia de
determinados hechos, actos jurídicos u omisiones relativos a la letra de cambio. En
nuestro Derecho se formaliza con la intervención de un escribano público.
En materia de vales, el art. 124, inc. 1, del Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701
de 1977 (DLTV), excluye la necesidad del protesto para formar el título ejecutivo y
debe entenderse que aun sin protesto el tenedor conserva todas y cualquiera de las
acciones cambiarias.
En materia de cheques, el art. 39 del Decreto Ley de Cheques n° 14.412 de 1975,
impone a los bancos la obligación de hacer constar la negativa de pago en el propio
cheque, estableciendo que tal constancia tiene el carácter de protesto por falta de
pago. Si el banco girado se negara a poner tal constancia, sería procedente el
protesto de acuerdo al DLTV, para dejar constancia de la falta de pago y -
concomitantemente - de la omisión del banco en poner la constancia referida.
5.5.1) Clases
Los protestos se clasifican en dos categorías: los relacionados con el acto de
aceptación y los relacionados con el acto de pago. Hay muchos casos de protesto,
nosotros consideraremos los más importantes.
Protestos relacionados con la aceptación
Protesto por falta de aceptación
El portador tiene la facultad, en algunos casos, y, en otros, la obligación de recabar la
aceptación del girado. Si, al hacerlo, el girado se niega a aceptar, debe formalizarse
el protesto. También, debe protestarse si el girado que aceptó tacha su aceptación
antes de restituir el título (art. 77 DLTV).
Protesto por aceptación parcial
El art. 74, inc. 2, establece: “De admitirse por el tenedor una aceptación parcial
deberá protestarse por el resto.” Si el tenedor no admite la aceptación parcial
protestará por el todo. El Decreto Ley no lo dice, pero debe entenderse así, ya que es
facultad del tenedor admitir o no la aceptación parcial.
El protesto por aceptación parcial produce iguales efectos que el protesto por falta de
aceptación, respecto al importe por el cual se protesta. En consecuencia, el portador
puede exigir el pago anticipado de la parte que no fue aceptada por vía de regreso
pero debe esperar al vencimiento, para exigir del girado la parte que aceptó.
El obligado de regreso que paga anticipadamente sólo parte de la letra, no puede
exigir la letra, pero puede exigir: un recibo, que se anote en la letra su pago parcial y,
además, una copia certificada de la letra y del protesto. Con esos documentos puede
ejercer la acción de reembolso contra quienes son sus garantes.
Protesto al girado que quiere aceptar pero no puede o no sabe firmar
En virtud de lo que dispone el artículo 73, la aceptación debe constar en la misma
letra y debe ser firmada por el girado o por su representante (art. 7).
Resumen DERECHO COMERCIAL
Si el girado no puede o no sabe firmar y no tiene representante que firme por él, la
letra debe ser protestada por falta de aceptación, aun cuando el girado tuviera la
voluntad de aceptar. No dejar constancia de la aceptación en la forma que dispone la
Ley equivale a no aceptar.
Protestos por aceptación irregular
Dentro de este grupo podemos incluir varios casos:
Protesto por aceptación condicional: Cuando el girado, al aceptar, estipula una
condición, en nuestro concepto, es nula la condición y debe tenerse
por aceptada la letra (art. 74).
Protesto en caso de aceptación en que se incluye una modificación: La inclusión de
una modificación a la letra, en el acto de aceptar, equivale a una
negativa de aceptación (art. 74, inc. 3). En consecuencia, debe
protestarse a los efectos de conservar las acciones de regreso para el
cobro anticipado. Sin perjuicio de lo expresado, el portador conserva
acción directa contra el girado, que quedó igualmente obligado en los
términos de la letra con sus modificaciones.
Protesto de letras a cierto plazo desde la vista, aceptadas sin indicar fecha: En las
letras a cierto plazo desde la vista, el aceptante, al aceptar, debe
establecer la fecha de su aceptación (art. 73). La norma se explica por
cuanto, en este tipo de letras, el término empieza a correr a partir de la
fecha de la aceptación (art. 80). Si no se establece la fecha de
aceptación no puede determinarse la fecha de vencimiento. En
consecuencia, el tenedor tiene obligación de protestar. El efecto del
protesto, en este caso, es que se toma como fecha para determinar el
vencimiento. Los efectos de la omisión son varios.
Letras con obligación de presentar a la aceptación en un plazo determinado
La fijación de un término responde a la conveniencia de conocer rápidamente lo
resuelto por el girado y adoptar las previsiones del caso. En estas letras el girado
debe poner en la letra, al aceptar, la fecha de su aceptación y si el tenedor se lo
requiere la fecha de la presentación. Recordemos que la letra puede ser presentada
un día y aceptada en un día distinto, por aplicación del artículo 72, que admite que el
librado solicite se le presente en una segunda vez al día siguiente de la presentación.
Si el aceptante no pone fecha, tal como se le requiere, el portador debe protestar.
Sólo con el protesto se conserva acción anticipada de regreso contra el librador y los
endosantes (art. 73). Si no se protesta, se pierde la acción anticipada contra librador y
endosantes, se conserva acción contra el aceptante que no puso la fecha.
Análisis de la hipótesis de la letra que contiene prohibición de presentar la
aceptación
Si en el texto de la letra aparece la prohibición de presentarla a la aceptación, resulta
obvio que el tenedor no puede requerir la aceptación del girado y desde luego no
puede protestarla.
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6.2) Concepto
El vale es un título valor que contiene la promesa de quien lo suscribe de pagar una
suma de dinero. En su funcionamiento básico participan dos personas: el librador,
que es quien se obliga a pagar, y el beneficiario, que es la persona que ha de recibir
el pago. Puede tener la siguiente redacción:
Puede no indicar el nombre del beneficiario. Quien crea un vale a favor de una
persona determinada, lo hace porque está previamente vinculado con esa persona
por un negocio jurídico que se llama relación extracartular o relación extracambiaria o
relación fundamental.
Veamos algunos ejemplos.
Una persona A obtiene un préstamo de dinero de B. En virtud de este contrato de
préstamo, A es deudor de la suma prestada respecto a B.
Una persona A compra mercaderías a otra persona B y en virtud de ese contrato de
compraventa A debe el importe del precio a B. En los dos ejemplos la relación entre A
y B ha generado un crédito de B contra A.
La diferencia más notoria de la letra con el vale son los elementos personales que
figuran en ella.
En el vale, el firmante se obliga a pagar una cantidad de dinero a la persona
designada; se dan dos personas: librador y beneficiario o tomador.
En la letra, quien la libra, ordena el pago a una tercera persona. En la letra se agrega,
respecto al vale, una tercera persona que es el girado. Así se designa a la persona a
quien se imparte la orden. Ese girado no estará obligado sino cuando estampe su
firma en la letra, en señal de aceptación.
6.3) Contenido de los vales, pagarés y conformes
El vale, conforme o pagaré, es un documento formal. Debe contener ciertas
enunciaciones que revisten carácter esencial y otras en que la Ley prevé las
consecuencias de una omisión. La nómina de las enunciaciones esenciales resulta,
en principio, de lo dispuesto por el art. 3 del Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701
de 1977 (DLTV): "Además de lo dispuesto para cada título valor en particular, tanto
los tipificados por la Ley como los consagrados por los usos deberán llenar los
requisitos siguientes:
1. El nombre del título valor de que se trate
2. La fecha y el lugar de creación.
3. El derecho que en el título se incorpore.
4. El lugar y la fecha del ejercicio de tal derecho.
5. La firma de quien lo crea."
Según los términos del propio art. 3 hay, también, que considerar lo dispuesto para
cada título valor en particular, que en el caso de los vales se encuentra establecido en
el art. 120: "El vale, pagaré o conforme, además de los requisitos que establece el
artículo 3 debe contener la denominación de vale, pagaré o conforme inserta en el
Resumen DERECHO COMERCIAL
De las enunciaciones referidas en los ns. 2 y 4 del art. 3, respecto a fechas y lugares -
a pesar del tono imperativo del acápite de dicho artículo - sólo sería esencial la fecha
de creación. El lugar de creación y el lugar de pago, podrían no figurar en el título,
siempre y cuando pudiera aplicarse alguna de las soluciones subsidiarias previstas en
el DLTV.
El n° 2 del art. 3, establece que se debe indicar el día, mes y año, en que el título se
crea. La fecha sirve para determinar la capacidad de quien crea el documento.
Además, sirve como punto de partida de distintos términos legales. Así, por ejemplo,
en materia de vencimientos, la fecha tiene la mayor importancia si se emite a cierto
plazo desde su fecha (art. 78).
En principio, se debe estipular el día, mes y año en que puede exigirse la prestación
debida. Sin embargo, en materia de vales, no es una enunciación esencial pues, si
falta, el DLTV presume que es pagadera a la vista (art. 56, inc. 2).
El art. 3, n° 2, del DLTV establece que los títulos valores deberán contener una
mención con su lugar de creación. Si no se estipulara el lugar de creación debe
aplicarse el art. 56, inc. 4, en función de la remisión que el inc. 3 del art. 125 efectúa a
las disposiciones relativas a la letra de cambio: “La letra de cambio que no indique el
lugar de su creación se considerará librada en el lugar designado junto al nombre del
librador”.
De modo que, en principio, no se trataría de una enunciación esencial. No obstante, si
no figura lugar alguno junto al nombre del librador, no existiría posibilidad alguna de
integrar la omisión, lo que producirá la inhabilidad del título.
El art. 3 n° 4 del DLTV establece que los títulos valores deberán contener una
mención con su lugar de ejercicio del derecho incorporado en el título. La mención
debe especificar la calle, el número, el apartamento u oficina (en su caso) y la ciudad.
Eventualmente, si hubiera posibilidad de confusión, hasta el país donde se ubica la
ciudad (para evitar aquellos casos en que existen ciudades homónimas en países
diversos).
Esa referencia precisa existe en el art. 84: "La letra de cambio debe presentarse para
el pago en el lugar y dirección indicados en el título".
El domicilio del librador está mencionado en el art. 3, inc. 2, como solución sustitutiva
para el caso en que no se mencione el lugar de pago del vale. Así mismo, se
encuentra mencionado en el art. 56, inc. 4, como solución sustitutiva para el caso en
que no se estipulara el lugar de creación.
Por otra parte, establecer el domicilio del librador es relevante, cuando se trata de
determinar la Ley que ha de regir la capacidad de dicho librador puesto que, según lo
dispuesto por el art. 2.393 del CC, la capacidad de las personas se rige por la Ley de
su domicilio.
6.4) Cláusulas facultativas y cláusulas no permitidas
6.4.1) Menciones facultativas
El Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701 de 1977 autoriza la inclusión en los vales,
conformes o pagarés, de ciertas enunciaciones facultativas. Ellas se mencionan en el
Resumen DERECHO COMERCIAL
art. 125: "Los vales, pagarés y conformes pueden ser extendidos a la vista, a cierto
plazo desde su fecha y a fecha fija. Pueden asimismo, tener vencimientos sucesivos y
en tal caso, podrá pactarse, expresamente, que el no pago de una o varias cuotas
haga exigible el documento.
Podrán también incluirse en los vales, pagarés y conformes, otras cláusulas, tales
como las que estipulen el pago de intereses corrientes o moratorios; la de
constitución en mora por el solo vencimiento de los plazos estipulados para el pago
de capital e intereses; la de constitución de domicilio y la de atribución de jurisdicción.
En lo no expresamente previsto, son aplicables a los vales, pagarés y conformes, en
lo pertinente, las disposiciones generales de la presente Ley y las especiales relativas
a la letra de cambio."
a) Vencimientos
Vencimiento es la oportunidad en que debe verificarse el pago. El art. 125, en su
redacción actual, autoriza que los vales se extiendan a la vista, a cierto plazo desde
su fecha y a fecha fija. También, autoriza que se pacten vencimientos sucesivos y,
para tal caso, se admite que se estipule que la falta de pago de una o más cuotas
sucesivas hará exigible el pago de toda la suma adeudada.
En caso de que no se estipule el día, mes y año en que puede exigirse la prestación
debida, se presume que es pagadero a la vista, por aplicación de la norma sobre
letras (art. 56, inc. 2).
b) Cláusula de interés
El DLTV prevé que se pueda estipular en el vale el pago de intereses corrientes o
moratorios, en el inc. 1 del art. 125: "Podrán también incluirse los vales, pagarés y
conformes, otras cláusulas, tales como las que estipulen el pago de intereses
corrientes o moratorios...".
Se denomina "intereses corrientes" o "compensatorios" a aquellos que se generan
desde la fecha del libramiento hasta el vencimiento. Los intereses corrientes
constituyen una compensación al acreedor por el uso de su capital en la operación de
préstamo o en el crédito concedido, subyacente al título creado.
La norma es opuesta a la del art. 59. En materia de letras de cambio, sólo es
admisible pactar determinado interés corriente en las letras a la vista. Tratándose de
vales se podrá pactar en todos los casos.
Se denomina "intereses moratorios" o "punitorios" a aquellos que se pueden percibir a
partir del vencimiento. Los intereses moratorios tienen naturaleza sancionatoria;
constituyen una liquidación anticipada de los daños y perjuicios sufridos por el
acreedor que, al vencimiento, no recibe el capital que se le adeuda.
En materia de letras de cambio no es necesario pactar intereses moratorios, porque
los arts. 100 y 101 del DLTV, prevén que se deben intereses moratorios, aun cuando
no se hayan estipulado.
c) Otras menciones facultativas
Cláusula de mora automática
Resumen DERECHO COMERCIAL
El art. 125, inc. 2, prevé que se puede incluir en el vale la mención de constitución en
mora por el solo vencimiento de los plazos estipulados para el pago de capital e
intereses.
Atribución de jurisdicción y constitución de domicilio
Atribución de jurisdicción: Esta mención contempla una práctica de nuestro
medio por la cual, en los vales, se atribuye competencia privativa al juez de
una localidad o se autoriza al acreedor a elegir entre los jueces de uno u otro
lugar (art. 125, inc. 2).
Constitución de domicilio: La constitución de domicilio puede ser estipulada
a los efectos del juicio que se pudiera promover y a otros efectos como la
presentación al cobro, el protesto o el envío de telegrama colacionado (art. 3
DLTV). Si se constituye domicilio es a todos los efectos judiciales y
extrajudiciales tendientes al cobro de vales.
Si se omite la inclusión de una mención de constitución de domicilio y no se indica
lugar de cumplimiento se tiene como tal el domicilio del creador del título (art. 3, inc.
2) a todos los efectos judiciales y extrajudiciales.
Enunciaciones relacionadas con el beneficiario
Los vales pueden ser librados "a la orden", "no a la orden" o "al portador".
Se considera “a la orden” el vale que contenga el nombre del beneficiario (art. 32, inc.
3, y art. 36). No es necesario incluir una mención que diga “a la orden”. Como
consecuencia de la consignación del nombre del beneficiario, no basta la entrega
para trasmitir el vale, se requiere, previamente, su endoso.
El DLTV no prevé, pero tampoco prohíbe, que un vale creado con inclusión del
nombre del beneficiario, lleve la cláusula “no a la orden” o “no endosable” u otra
similar. En éste caso, la transmisión del vale requiere el contrato de cesión de
créditos no endosables, seguido de su tradición.
Vale al portador es aquél en el cual no figura el nombre del beneficiario. Para que un
vale sea al portador, no es necesario que se estampe la mención “al portador”. En
efecto, el art. 52 del DLTV establece: “Son títulos al portador los que no se expidan a
favor de persona determinada, aunque no contengan la cláusula ‘al portador’ y su
trasmisión se producirá por su simple tradición.”
El vale que contiene la mención “al portador” o en el que no figura el nombre del
beneficiario, se trasmite por su mera entrega.
6.4.2) Consecuencias de la inclusión de cláusulas no permitidas
a) Cláusula que establece una condición
Supongamos que se agregue a un vale una cláusula que establezca que se pagará el
importe consignado si se produce una determinada condición futura. En tal caso, se
transgrede el art. 120 del Decreto Ley 14.701 que dispone que el vale contenga una
promesa incondicional de pago.
b) Cláusulas que "causan" el título
Resumen DERECHO COMERCIAL
El art. 2 del Decreto Ley de Cheques n° 14.412 dispone: “El cheque común es una
orden de pago pura y simple, que se libra contra un banco en el cual el librador debe
tener fondos suficientes depositados a su orden en cuenta corriente bancaria o
autorización expresa o tácita para girar en descubierto”.
La fórmula impresa que el banco entrega, ya contiene parte de las enunciaciones que
todo cheque debe contener, dejando espacios en blanco que deben ser llenados por
el librador. Debe tener la siguiente redacción:
El concepto legal nos dice tres cosas sobre el cheque común:
que es una orden de pago pura y simple;
que esa orden se libra contra un banco;
que el librador debe tener fondos suficientes depositados a su orden en cuenta
corriente bancaria o autorización expresa o tácita para girar en descubierto.
7.1.1) El cheque como orden de pago de pago pura y simple
El cheque contiene una orden de pago, pues el librador ordena al banco pagar un
importe de dinero. El banco cumplirá la orden impartida, porque se ha obligado a ello
por el contrato de cuenta corriente y debitará su importe de la cuenta del librador.
Caracteres de la orden
La orden debe ser pura y simple, lo que significa que el librador no puede
condicionar su orden, lo que es coherente con los atributos de autonomía y
abstracción que dominan a todos los títulos valores.
Además, el art. 32, establece que esta orden es irrevocable, es decir no puede
ser revocada una vez impartida. La revocación del cheque, fuera de los casos
previstos por el legislador, está sujeta a responsabilidad penal (art. 58). Por
otra parte, las hipótesis de avisos cursados al banco por el librador, que
pudieran impedir el pago, no son, estrictamente, hipótesis de revocación (art.
36).
7.1.2) El cheque como orden librada contra un banco
Tal como surge de la definición del cheque y del estudio de sus enunciaciones,
resulta que pueden intervenir en un cheque las siguientes personas: el librador, el
Resumen DERECHO COMERCIAL
b) La provisión de fondos
El decreto ley de cheuques exige que la cuenta corriente bancaria tenga provisión de
fondos. El librador no sólo debe haber celebrado un contrato de cuenta corriente sino
que, también, debe haberlo perfeccionado realizando o un depósito o solicitando la
Resumen DERECHO COMERCIAL
Si una persona libra un cheque sin tener cuenta corriente o teniéndola, sin haber
efectuado una provisión de fondos suficiente, habrá creado un documento, al cual se
le ha de aplicar, de todos modos, la legislación específica sobre cheques.
El banco, en la hipótesis precedente, no pagará el cheque pero éste habrá sido
emitido, habrá circulado creando las responsabilidades consiguientes a cargo de su
creador y de sus endosantes.
El cheque es irregular: El cheque emitido sin provisión será formalmente válido
pero, al mismo tiempo, irregular. Como consecuencia de su irregularidad, el
cheque no será pagado por el banco girado, pero el tenedor podrá exigir su
pago de los obligados, librador y endosantes, mediante el ejercicio de la acción
ejecutiva acordada al cheque por este decreto ley (art. 39, inc. 3).
El DLCh establece que los obligados responden no sólo por el importe del cheque
sino, también, por sus intereses y los gastos que se hubieran originado (art. 42).
Además de las responsabilidades civiles, el DLCh prevé la responsabilidad penal del
librador. La insuficiencia de fondos constituye, un elemento de una figura delictiva
descripta en el art. 58, lit. E.
En fin, el libramiento de cheques sin provisión de fondos apareja la aplicación de
sanciones administrativas de suspensión o clausura de las cuentas corrientes del
librador (arts. 62 y ss. DLCh).
Resumiendo: el cheque sin provisión es válido pero irregular. Produce ciertos efectos
pero impide su efecto normal: el pago por el banco.
c) Autorización para girar en descubierto
La autorización concedida para girar en descubierto tiene que emanar de un contrato
de apertura de crédito. No obstante, el Decreto Ley prevé en la definición, la
existencia de autorizaciones tácitas para girar en descubierto.
¿Cuándo puede haber autorización tácita? Se puede considerar que hay tal
autorización, cuando un banco ha atendido cheques en descubierto en forma
repetida, lo cual, en el momento actual, no puede hacerse sino en determinadas
condiciones establecidas por el Banco Central del Uruguay.
7.1.4) Enunciaciones esenciales
Por disposición del art. 17 del Decreto Ley de Cheques n° 14.412, los cheques deben
extenderse en libretas ya impresas que los bancos entregarán a sus clientes. En
efecto, el artículo citado dispone lo siguiente: “Los bancos entregarán a sus clientes,
bajo recibo, libretas impresas y talonarios de cheques con numeración correlativa”. En
ocasión del pago, el banco sólo pagará los cheques girados por un librador, cuando
hayan sido extendidos en la libreta entregada.
La fórmula impresa que el banco entrega ya contiene parte de las enunciaciones que
todo cheque debe contener, dejando espacios en blanco que deben ser llenados por
el librador.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Las enunciaciones que debe contener el cheque común, están establecidas en el art.
4 del Decreto Ley. Este artículo dispone: “El cheque debe contener las siguientes
enunciaciones:
1. La denominación 'cheque' inserta en el texto del documento, expresada en el
idioma empleado para su redacción.
2. El número de orden impreso en el documento y en los talones, si los tuviese.
3. La indicación del lugar y de la fecha de su creación y la indicación del lugar donde
debe efectuarse el pago.
4. El nombre y el domicilio del banco contra el cual se libra el cheque.
5. La expresión de si es a favor de persona determinada o al portador.
6. La orden incondicionada de pagar una suma determinada de dinero, expresada en
números y en letras, especificando la clase de moneda.
7. La firma del librador.”
Entre las menciones transcriptas, hay algunas que son esenciales, es decir que si
faltan el cheque es jurídicamente inexistente. Otras, en cambio, son facultativas es
decir que pueden o no incluirse en su redacción.
Enunciaciones preimpresas
La denominación "cheque" inserta en el texto del documento, expresada en el idioma
empleado para su redacción.
Con la inclusión de la denominación se pretende descartar cualquier tipo de dudas
respecto a la naturaleza del documento creado. Con esta designación,
visiblemente establecida, se distingue el cheque de cualquier otro mandato
de pago civil o comercial o de cualquier otro título valor. Tiene utilidad
práctica, ya que la distinción resulta de un mero signo formal, fácilmente
apreciable. Claro está que la sola denominación "cheque" no atribuye a un
documento tal calidad si no reviste los caracteres propios de este
documento. El DLCh no dispone una ubicación determinada para esta
mención. Sería suficiente una mención que estableciera: "Páguese por
este cheque...”.
Número de orden inserto en el documento y en los talones
Es característico del cheque el ser numerado. La numeración de los cheques es una
enunciación que lo distingue de las letras o de los vales. Con este requisito se
individualiza el documento.
Los bancos entregan a sus clientes cuenta-correntistas libretas con cheques
conteniendo una numeración correlativa, que permite distinguir los entregados a un
cliente respecto a los suministrados a los demás. En el recibo que el cliente firma, al
retirar la libreta, se hace constar esa numeración y, según hemos de ver más
adelante, uno de los contralores impuesto al banco girado, en el momento del pago,
es la coincidencia en la numeración del cheque presentado al cobro con la que figura
en el recibo firmado por el librador. Si el banco paga un cheque extendido en una
Resumen DERECHO COMERCIAL
De acuerdo al texto legal, la firma que sólo contenga el apellido no es suficiente para
la creación del cheque. Es necesaria la indicación del nombre, pero éste puede ser
abreviado o indicado con una inicial.
El DLCh no impone a los bancos la obligación de estampar en los cheques que
imprima, el nombre del titular de la cuenta. Los bancos pueden hacerlo si lo desean y
así lo hacen ya algunos bancos de plaza. Si en el cheque no figura impreso el nombre
del titular de la cuenta, esa constancia debe ser agregada por el librador,
admitiéndose que lo haga con un sello o en forma manuscrita.
En el DLTV para títulos valores, el art. 7 establece un principio general aplicable a los
cheques: "Toda obligación incorporada a un título valor deriva de la firma
puesta en el mismo". En el cheque la firma es esencial. Así lo establece
el art. 4.
La firma, como las demás constancias del cheque, debe ser auténtica. El banco
girado debe controlar la autenticidad de la firma antes de proceder a su pago. Si la
firma es falsa no paga. Si el banco paga el cheque con firma falsa, se hace
responsable frente al librador por el importe pagado en los casos que el DLCh
establece.
Si el banco no paga, el librador, cuya firma ha sido falsificada, también, se negará ya
que esa firma no ha sido puesta por él y no lo vincula. Pero ese cheque, con firma
falsa, ha sido creado, ha circulado y puede haber sido endosado. Para tal hipótesis, el
art. 16 del DLCh establece la validez de las obligaciones de los otros firmantes del
cheque. Ello es consecuencia y aplicación del principio de la autonomía de los títulos
valores.
7.1.5) Enunciaciones facultativas
En este apartado, estudiaremos las distintas cláusulas que facultativamente pueden
incluirse en un cheque común y que dan lugar a los llamados cheques cruzados,
cheques para abono en cuenta, cheques certificados y cheques con provisión de
fondos garantizada.
b) Cheque cruzado
El cruzamiento constituye una limitación a los derechos del tenedor, quien no puede
cobrar directamente el importe del cheque en la caja del banco sino que debe
cobrarlo a través de otra institución bancaria. El tenedor que recibe un cheque
cruzado debe depositar el cheque en el banco en que tiene una cuenta corriente o, si
no tiene cuenta corriente abierta, solicitar a un banco el servicio de su cobranza. Si el
cruzamiento es especial, el cheque debe ser depositado en el banco designado para
que sea éste el que proceda a su cobro frente a banco girado. Si no tiene cuenta
corriente en ese banco, el tenedor podrá solicitarle que le preste el servicio de
cobranza.
Tipos de cruzamiento
La Ley prevé dos tipos de cruzamiento: el general, que consiste en el trazado de dos
líneas paralelas en el anverso del cheque, con la palabra banco entre ellas o sin
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ninguna mención; el especial, que consiste en establecer entre dos líneas paralelas el
nombre de un banco determinado.
Finalidad del cheque cruzado
El cruzamiento del cheque tiene por fin evitar los riesgos de pérdida o robo. Con el
cruzamiento se quiere impedir que el cheque pueda ser cobrado por quien no tiene
derechos legítimos y si lo fuera, que pueda ser identificado fácilmente.
La identificación de la persona que lo cobró permite al tenedor promover las acciones
que le pudieren corresponder. Para lograr ese objeto, se limita la facultad del tenedor
de cobrar el cheque, ya que no lo puede hacer personalmente y en efectivo, mediante
el servicio de caja del banco girado, sino que necesariamente debe entregarlo a un
banco para que éste se encargue de efectuar el cobro.
Quien haya mal habido un cheque, no encontrará un banquero que consienta en
recibirle el cheque para el cobro: "El librador como el girado tienen la certidumbre de
que el cheque será presentado a nombre de una persona, del cual el banquero
califica su honorabilidad."
Puede suceder, sin embargo, que el cheque cruzado hubiera sido robado o
extraviado y que llegue a manos de un tercero de buena fe que recurre a un banco
para que se encargue de la cobranza, en cuyo caso el pago será regular. De manera
que el cruzamiento no suprime los riesgos de pérdida o robo; pero se puede
identificar a quien lo cobró y éste a su vez a la persona de quien lo recibió.
Formalidades del cruzamiento
El cruzamiento debe ser efectuado en el anverso del cheque. Tal como resulta de el
DLCh, se efectúa mediante el trazado de dos líneas paralelas.
En el cruzamiento especial se debe establecer, entre dos líneas, el nombre de un
banco determinado. Generalmente, se coloca el nombre del banco con el cual el
beneficiario está vinculado.
Se plantea en doctrina qué sucede si entre las dos líneas se incluyera el nombre de
quien no es banco o de un banco inexistente. Se ha resuelto en el sentido de que el
cruzamiento especial es nulo; pero en cambio vale como cruzamiento general.
El Decreto Ley establece que el cruzamiento general podrá transformarse en
especial, pero que el especial no podrá transformarse en general (art. 47, inc. 5). De
este modo se permite hacer más estricta la situación del girado, aumentando las
garantías que ofrece el cheque.
El Decreto Ley dispone que no se puede tachar el cruzamiento ni el nombre del
banco designado. Si se hiciere, el tachado se tendrá por no puesto (art. 47, inc. 6).
Con esta norma se consagra la irrevocabilidad del cruzamiento. La finalidad de la
norma es impedir que se disminuyan las garantías impuestas por el librador o
cualquier tenedor.
El legislador ha querido excluir, aunque quizá la palabra "tacha" no sea la más
adecuada, la posibilidad de revocar el cruzamiento. No podrá hacerlo ni siquiera el
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librador con una inscripción al dorso en que expresara que lo anula bajo su firma, El
Decreto Ley ha querido excluir tal posibilidad porque ella podría favorecer los fraudes.
Quien hurtó un cheque cruzado o quien encontró el cheque cruzado extraviado o
quien lo obtuvo por cualquier medio ilícito, podría estampar una constancia de ese
tenor e imitar la firma del librador, para luego pretender cobrarlo directamente en la
ventanilla del banco girado.
Efectos del cruzamiento
Si se trata de un cruzamiento general, el cheque debe ser pagado a cualquier otro
banco (art. 48). Si se trata de un cruzamiento especial, el cheque debe ser pagado al
banco designado. El DLTV, también, admite que pueda ser pagado a otro banco que
el banco designado haya indicado en el propio cheque (art. 48).
Quiénes pueden efectuar cruzamientos
El librador y el tenedor pueden efectuar cruzamientos (art. 47, inc. 19). Las
limitaciones a los derechos del tenedor pueden ser establecidas no sólo por el
librador frente a los beneficiarios eventuales sino por cualquiera de los tenedores para
los que le sigan.
Si el librador cruza un cheque, en forma general, cualquier tenedor puede efectuar un
cruzamiento especial. De este modo, tal como dice Echevarría en su trabajo sobre
este tema, "el tenedor de un cheque puede hacer más severas las medidas de
garantía que implica el cruzamiento... pero no puede disminuir las que haya impuesto
el librador o el endosante anterior". También, puede ser efectuado por el banco
especialmente designado, quien a su vez mediante un nuevo cruzamiento, puede
indicar el nombre de otro banco (art. 48, inc. 2, DLTV).
c) Cheque para abono en cuenta
Esta cláusula, prevista en el art. 50 del DLTV, puede ser puesta por el librador o por
el tenedor. No hay fórmula sacramental. Puede ser "para abono en cuenta" u otra
equivalente como: "para acreditar en cuenta".
Tiene el alcance de una prohibición de pago en efectivo. El banco girado no debe
pagar sino que debe acreditar el importe en la cuenta que tuviera el beneficiario o el
portador en el mismo banco. Esta cuenta puede ser de cualquier tipo: cuenta
corriente o caja de ahorros. La vida del cheque se resuelve con una escrituración
contable y a través de ella quedará documentada una compensación que extinguirá la
deuda del librador con el beneficiario.
La finalidad de la inclusión de esta mención es asegurar el ingreso del importe del
cheque en el patrimonio de su tomador. La inclusión de la cláusula "para abono en
cuenta", impone un mecanismo operativo que presupone que el beneficiario o
tomador debe tener una cuenta abierta en el banco girado. Si el tenedor del cheque
no la tiene, deberá abrirla a los efectos del depósito del cheque.
El art. 50, inc. 3, prevé que el tenedor no tenga cuenta y que el girado rehúse
abrírsela, en cuyo caso, el cheque no será pagado. El banco girado selecciona sus
clientes y puede no interesarle abrir una cuenta al tenedor. En este caso el banco no
paga el cheque.
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El art. 50, en su inc. final, establece: "El girado que pagare en forma diversa a la
prescrita en los artículos anteriores, responderá por el pago irregular".
Si el banco girado paga el cheque por caja, contrariando la enunciación, responde por
el pago irregularmente efectuado. Es menester precisar, ante la vaguedad de los
términos legales, que habrá responsabilidad si el pago irregular causó perjuicios y
frente a quien lo haya sufrido.
Formalidades
Nuestro legislador no reguló la forma en que debe incluirse esa enunciación. El art. 29
del Decreto 730/975 dispone que se inserte en el anverso del cheque pudiendo
estamparse con sello de goma.
Diferencias con el cruzamiento
En el cheque con la mención "para abono en cuenta", el importe de ese
cheque debe necesariamente acreditarse en una cuenta. En el cheque
cruzado, el banco girado debe pagar a otro banco; pero no necesariamente
con escrituraciones contables, aunque en la práctica el pago de los cheques
cruzados se hace siempre mediante la Cámara Compensadora.
El cheque cruzado supone provocar la presencia de un nuevo elemento
personal en la vida del cheque. Normalmente el cheque vincula a tres
personas: librador, banco girado y beneficiario.
Con el cruzamiento, se impone una cuarta figura: el banco encargado del cobro por el
tenedor o el banco especialmente designado en el cruzamiento. En el cheque para
abono en cuenta, no sucede lo mismo ya que el cheque debe ser acreditado en una
cuenta del tenedor en el mismo banco girado.
En este punto de la comparación, es menester realizar una aclaración muy
importante. El cruzamiento y la cláusula para abono en cuenta son dos enunciaciones
incompatibles. A un cheque cruzado, general o especialmente, no se le podría
agregar la mención para abono en cuenta, porque en el cheque cruzado debe
encomendarse el cobro a otro banco distinto al girado y el cheque con cruzamiento de
contabilidad no puede ser cobrado por otro banco, a me. nos que éste tenga cuenta
abierta en el banco girado.
En la práctica suele suceder que la mención para abono en cuenta se escritura entre
dos líneas que se atraviesan en el anverso del cheque. Debe entenderse que ello no
significa una acumulación de dos institutos distintos: cruzamiento y mención de abono
en cuenta; sino de una especial forma de escriturar la mención en estudio. Las dos
rayas consisten en un mero marco o encuadramiento para la mención especial. Tal
como ya dijimos el cruzamiento es incompatible con la cláusula para abono en cuenta
y no pueden coexistir.
7.1.6) Cláusulas prohibidas
El DLCh prohíbe ciertas estipulaciones y al hacerlo establece que en caso de que se
incluyan se tendrán por no puestas. Estas estipulaciones son las siguientes:
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El DLCh - modificado por el Decreto Ley 14.839 - establece distintos plazos para la
presentación, distinguiendo a los cheques en función del tipo de moneda en que se
expresan y del lugar de su libramiento con respecto al domicilio del banco girado.
a) Cheques en moneda nacional
Para cheques en moneda nacional, el plazo varía según cual fuere el lugar del
libramiento:
Si el cheque se libra en el mismo lugar en que el banco girado está situado, el
plazo será de quince días.
Si el cheque se gira de un punto a otro de la República, el plazo será de treinta
días.
Si el cheque se libra en el extranjero contra un banco domiciliado en el país el
plazo que tiene el tenedor para presentarlo al cobro será de sesenta días.
Admitido el cheque internacional, según ya señalamos anteriormente, era
necesario que la Ley estableciera un plazo de presentación más extenso que
para los cheques de circulación nacional.
b) Cheques en moneda extranjera
Los cheques en moneda extranjera sobre un banco domiciliado en el país, deben
presentarse al cobro dentro del plazo de ciento veinte días. Por circular del Banco
Central del Uruguay se ha autorizado a insertar en los cheques en moneda
extranjera, al dorso, la siguiente cláusula: "El plazo para el cobro caduca a los ciento
veinte días de la fecha de este cheque".
c) Cómputo de los plazos
El plazo de presentación se cuenta desde el día de la creación (art. 29, inc. 2). Se
computa el día de la creación. El texto no plantea ninguna duda. Se computan por
días corridos. No se interrumpen por la existencia de días feriados en el intermedio
(art. 29, inc. 2).
El art. 29 prevé que el plazo termine un día inhábil o en un feriado bancario. La
previsión es acertada. Existen feriados bancarios que no coinciden con los días
inhábiles declarados por ley o con los días no laborales comunes. Si el plazo vence
un día inhábil o en un día feriado bancario, el cheque debe ser presentado al cobro el
primer día hábil bancario siguiente.
El art. 30 del DLCh establece la prórroga del plazo. El efecto de la prórroga del plazo
es un beneficio para el tenedor, que le posibilita presentar el cheque al cobro ante el
banco girado, después del vencimiento de los plazos y en determinadas
circunstancias.
Se establece la prórroga cuando se presente un obstáculo insalvable. El DLCh
ejemplifica y entre paréntesis establece: disposición legal de un Estado extranjero o
caso de fuerza mayor.
Se establece la ampliación de los plazos por resolución de la autoridad monetaria
competente. Esta prórroga puede ser decretada por la autoridad monetaria, cuando
por causa de fuerza mayor los plazos legales resultaran insuficientes.
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Con la postdatación se recurría al falseamiento de la fecha del cheque, para que éste
sirviera como instrumento de crédito.
Mediante este nuevo cheque, el librador y beneficiario no deben recurrir al expediente
del falseamiento de las constancias del cheque. Se les ha proporcionado, lisa y
llanamente, un documento que permite aplazar el pago, conservando los atributos
comunes de un cheque.
Las ventajas que ha aportado este documento ha determinado que se autorice al
Estado a utilizarlo. El art. 703 de la Ley 16.170, habilita al Estado, Intendencias
Municipales y demás organismos públicos a emitir cheques diferidos con el fin de
cancelar sus obligaciones si ello se prevé en los recaudos del procedimiento de
contratación. Se agrega que no se podrán girar cheques diferidos con fecha de
vencimiento posterior al término del mandato constitucional que corresponda.
7.2.1) Concepto
El art. 3 del DLCh establece: “El cheque de pago diferido es una orden de pago que
se libra contra un banco en el cual el librador, a la fecha de presentación estipulada
en el propio documento, debe tener fondos suficientes depositados a su orden en
cuenta corriente bancaria o autorización expresa o tácita para girar en descubierto.”
a) Elementos de la definición
Al igual que en el cheque común, en el cheque de pago diferido encontramos los
siguientes elementos:
Orden de pago
El cheque de pago diferido es una orden de pago igual que el cheque común. Se
omitió establecer que la orden es pura y simple. No obstante esa omisión, la
generalidad de la doctrina entiende que el cheque de pago diferido no puede
condicionarse dado el carácter de título valor que tiene. En conclusión, aunque el
DLCh no lo diga, la orden de pago contenida en un cheque de pago diferido no puede
condicionarse sino que debe, al igual que en el cheque común, ser pura y simple.
Cuenta corriente bancaria y provisión de fondos
Respecto a este punto, nos remitimos a lo expuesto en oportunidad de analizar el
cheque común. La diferencia básica con el cheque común, radica en el momento en
que deben existir los fondos para pagar un cheque de pago diferido.
En el cheque común, de acuerdo a la definición legal, la provisión de fondos debe
existir en el momento en que se libra el documento por más que, como vimos, en
puridad basta con que los fondos existan al momento de presentación del cheque al
banco.
En el cheque de pago diferido, de acuerdo al DLCh, la provisión debe existir en la
fecha de presentación que se encuentra estipulada en el documento. Siguiendo el
mismo razonamiento que para el cheque común, entendemos que es suficiente que
existan fondos en el día de presentación del cheque al banco. El tenedor, a partir de
la fecha puesta en el cheque tiene 15, 30, 60 o 120 días para presentarlo al cobro; es
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por lo tanto, jurídicamente relevante, que los fondos existan en el momento en que el
tenedor, dentro de esos plazos, presente el documento al banco.
De esta manera el cheque de pago diferido funciona en el mundo de los negocios
exactamente como un vale o como una letra de cambio que a la vez sirven como
instrumentos de pago y de crédito. Se diferencia del cheque común, que sólo
funciona como medio de pago.
7.2.2) Enunciaciones
El art. 70 del DLCh establece las enunciaciones esenciales que debe contener el
cheque de pago diferido. No obstante la calificación contenida en la norma, no todas
las enunciaciones son esenciales. Algunas podrán faltar.
La mayor parte de ellas vienen impresas en los formularios de las libretas de cheques
entregadas por el Banco y son similares a las exigidas para el cheque común:
nombre del Banco girado y su domicilio;
el número de orden impreso en el documento, en el talón y en el control;
indicación del lugar y la fecha de su creación;
suma determinada de dinero que se ordena pagar, expresada en números y en
letras;
expresión de si es a favor de persona determinado o al portador;
la firma del librador.
Las enunciaciones especiales para este cheque, y que lo diferencian de un cheque
común, son las siguientes: *
el nombre del título, “cheque de pago diferido”, es específica del papel que
analizamos;
la frase “Páguese desde el....”.
La inclusión de la denominación tiene igual finalidad que la mención "cheque" en el
cheque común: distinguir este cheque, ostensiblemente, como instrumento diverso
del cheque común y de otros títulos valores.
El Decreto 739/975 establece la ubicación de esta mención, dentro de un rectángulo
en el centro de la parte superior (art. 4, ap. A, inc. b). Se le da ubicación más
ostensible que a la expresión "cheque" en el cheque común.
El legislador, en el inc. 2 del art. 4, establece para el cheque común la exigencia de
que el número de orden figurara en el documento y en los talones, si los tuviese. Ya
nos referimos a esa disposición. El número de orden del cheque debe corresponder al
número del talón y del control.
El art. 70 se diferencia del art. 4, inc. 2, en que se agrega una alusión al control, que
no existía para el cheque común. El control es lo que comúnmente se llama tirilla.
Para la fecha y lugar de creación nos remitimos a lo ya expuesto en materia de
cheque común, que es enteramente aplicable. El lugar puede faltar según ya se
estableció; pero la fecha es una enunciación esencial.
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La fecha desde la cual podrá ser presentado al cobro que seguirá a la expresión
empresa: “Páguese desde el…” es un requisito nuevo y distinto con respecto al
cheque común, según ya se analizó. El DLCh establece formalidades para esta
enunciación. La fecha debe ser establecida después de los términos
sacramentales: "Páguese desde el...".
Con esta redacción se quiso precisar que el día previsto en el cheque se computa
para el término de presentación. En ese mismo día ya se puede exigir el pago. El art.
73 del DLCh establece una limitación: el término entre la fecha de creación y la fecha
establecida para la presentación no puede exceder de 180 días.
Con respecto al nombre y domicilio del banco nos remitimos a lo expresado respecto
a la enunciación similar del cheque común.
Entendemos que en cuanto a la expresión de si es a favor de persona determinada o
al portador son aplicables las disposiciones sobre cheques comunes, puede este
cheque emitirse con la cláusula "no a la orden" como lo prevé el art. 7.
La enunciación de la suma en números y eltras es similar para el cheque común.
Nada dice la ley sobre estipulación de intereses. El DLTV no incluye entre las
estipulaciones posibles del cheque de pago diferido, una cláusula que fije un interés.
El DLTV la admite para las letras a la vista. Para el cheque común está prohibido
estipular intereses. En los formularios e n uso, impuestos por el Banco Central, no
hay espacio para una estipulación de intereses en el cheque de pago diferido.
Entendemos que no puede estipularse interés. El banco debe pagar la cantidad fija
estipulada; no se le puede imponer la obligación de liquidar intereses antes de
proceder a su pago, pues ello conspiraría contra la agilidad que debe revestir este
instrumento de pago. Será de aplicación, en nuestro concepto, el art. 10.
Nos remitimos a lo ya expresado respecto a la firma en el cheque común, que es
enteramente aplicable.
7.2.3) Formalidades
El DLCh impone que los cheques de pago diferido sean claramente diferenciables de
los comunes. Por vía reglamentaria se ha dispuesto que se impriman en papel de
color amarillo claro y ese color no podrá ser empleado en la impresión de cheques
comunes. De este modo se impone una caracterización material ostensible, para que
nadie se confunda o pueda ser confundido respecto al título de que se trata,
aportando un elemento de seguridad para su negociación.
Los cheques deben extenderse en libretas ya impresas que los bancos han de
entregar a sus clientes. El art. 74 establece que esas libretas serán claramente
diferenciales de las libretas de cheques comunes.
Es obligación del banco entregarlas si el cliente lo solicita, tal como surge de la
redacción del art. 74. Quien abre una cuenta corriente tiene derecho a que el banco le
entregue fórmulas de los dos tipos de cheques regulados: comunes y de pago
diferido.
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inc. 1 del art. 52, el banco es responsable de que existirán fondos durante el período
de presentación y no después de él.
7.5.1) Naturaleza jurídica de la certificación
De acuerdo al art. 52 del decreto-ley 14.412, el banco girado será responsable frente
al tenedor de que tendrá fondos suficientes para pagar el cheque durante su término
de presentación. No es una responsabilidad cambiaria. No se responde del pago sino
de la existencia de fondos.
Aceptación y certificación son conceptos diferentes. Nuestro legislador en el art. 11
prohíbe la aceptación del cheque, pero admite la certificación. De esta manera,
resulta bien claro, para nuestro régimen legal, que aceptación y certificación son dos
actos de naturaleza jurídica distinta.
En efecto, el art. 11 establece: "El cheque no puede ser aceptado. Toda mención de
aceptación puesta en el cheque se reputa no escrita. Sin embargo el librador tiene la
facultad de visar o certificar el cheque con los efectos previstos en el artículo 51."
7.5.2) Efectos de la certificación
El banco certifica que en la cuenta corriente del librador existen fondos suficientes
para el pago del cheque, pero, además, se responsabiliza de que los seguirá teniendo
durante el plazo de presentación. A tal efecto, el banco debe afectar, en la cuenta, la
cantidad correspondiente al cheque.
Entendemos que el banco, en virtud de la afectación de fondos, no permitirá que su
cliente efectúe retiros ni atenderá pagos de otros cheques. En la práctica, el banco, al
certificar el cheque, debita en la cuenta del librador su importe y lo acredita a una
cuenta de cheques certificados. Tal práctica ha sido autorizada por el banco Central
El banco, según ya señalamos, no se constituye en obligado del pago del cheque,
frente al tenedor. Asume responsabilidad de mantener afectada en la cuenta corriente
del librador, el importe correspondiente al cheque certificado.
El banco debe mantener afectada la provisión durante todo el plazo de presentación.
El banco no podría restringir el plazo de presentación del cheque como tampoco lo
puede hacer el librador.
Vencido el plazo, el banco debe desafectar el importe del cheque y puede atender
otros cheques librados contra esa cuenta corriente.
El tenedor que no presenta el cheque al cobro, dentro de los plazos legales de
presentación, pierde las acciones cambiarias. Agregamos que, también, pierde la
posibilidad de accionar contra el banco, ya que éste responde que existirán los fondos
durante el período de presentación.
7.5.3) Condiciones de la certificación
El decreto-ley 14.412 no establece formalidades especiales. No hay términos
sacramentales. Pueden utilizarse las palabras "visto bueno" u otras semejantes como
“certifico que", pero es suficiente la sola firma del banco extendida en el mismo
cheque (art. 52, inc. 2).
Resumen DERECHO COMERCIAL
se deben extender han de ser proporcionadas por los bancos al igual que los
formularios de cheques.
Mientras en materia de cheques comunes, los bancos están obligados a proporcionar
las libretas; tratándose de cheques con provisión garantizada es facultativo del banco
entregarlas o no. El banco puede, si quiere, entregar ejemplares de estos cheques a
sus clientes de cuentas corrientes. Nuestra ley no ha previsto la entrega de libretas de
cheques con provisión garantizada, sino sólo ejemplares de cheques.
El Decreto 739/975 contiene normas sobre aspectos materiales de esta modalidad de
cheque. En el art. 3 se establece: "Aspectos materiales del cheque con provisión
garantizada. El cheque con provisión garantizada tendrá los mismos caracteres
materiales que los cheques comunes salvo lo indicado en los numerales siguientes.
El color de fondo del documento será verde.
En el ángulo inferior izquierdo contendrá dentro de un rectángulo de 60 x 22
milímetros, el siguiente texto impreso: 'Provisión garantizada hasta N$
..............(nuevos pesos..............) durante sesenta días a contar desde el............. La
presentación al cobro deberá hacerse dentro de los plazos legales'.
La cuantía máxima por la cual cada cheque podrá ser librado, deberá constar con
caracteres impresos en el lugar correspondiente del texto referido en el numeral
anterior.”
El Decreto Ley de Cheques n° 14.412 de 1975 no establece las obligaciones y
responsabilidades del banco girado que entrega cheques con provisión garantizada.
Podría deducirse de los términos contenidos en el art. 53, que el banco garantiza la
existencia de la provisión. De modo que tendría similares obligaciones y
responsabilidades que las contraídas por una certificación o visación. El banco
responde que existe provisión de fondos pero no se responsabiliza de su pago,
cambiariamente, frente al tomador. En consecuencia, debe proceder, a nuestro juicio,
como el banco certificante de un cheque: debe afectar los fondos del librador por los
importes máximos establecidos en el cheque. Así lo establece el artículo 31, inciso 4
del Decreto 730/975.
7.7) Cheque de viajero
No es necesario tener cuenta corriente, la persona va a un cambio o a un banco y
solicita cheques de viajero por determinado monto. La persona que los recibe firma
todos los cheques en el momento que los emite. Los bancos podrán expedir cheques
de viajeros a su propio cargo y pagaderos en el establecimiento principal o en los
bancos, sucursales o agencias o corresponsalías que tengan en el República o en el
extranjero.
Art. 54 Decreto ley cheques: “Los bancos podrán expedir cheques de viajero a su
propio cargo y pagaderos en el establecimiento principal o en los bancos, sucursales,
agencias a corresponsalías que tengan en la República o en el extranjero”.
Art. 55 Decreto ley cheques: “El cheque de viajero deberá contener las siguientes
enunciaciones esenciales:
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Las extracambiarias se relacionan con las letras de cambio pero sin tener que ver
directamente con el cobro del derecho incorporado en ella, como sucede, a saber, en
la acción causal, en la acción de enriquecimiento injusto y en la acción de
cancelación.
Algunas de estas acciones extracambiarias se prevén en forma general para todos
los títulos valores y otras se disciplinan sólo para la letra de cambio.
Los arts. 25 y 26 del DLTV mencionan a la acción cambiaria, a la acción causal y la
acción de enriquecimiento injusto, con normas que, por su ubicación, pretenden ser
de aplicación general a todos los títulos valores. Estos dos artículos contienen,
apretadamente, la disciplina de sólo dos de ellas: la acción causal y la acción de
enriquecimiento injusto.
Por otra parte, el DLTV sólo ha previsto la acción de cancelación para el caso de
pérdida, sustracción o destrucción de las letras y no contiene normas generales para
el caso de que esos hechos sucedan respecto a los restantes títulos valores (art.
109). No obstante, es aplicable a los vales, en virtud de lo dispuesto por el art. 125, y
a los cheques, según la remisión establecida en el art. 126.
El DLTV condiciona el ejercicio de las acciones que prevé, al cumplimiento por el
portador de una serie de deberes y cargas.
Para empezar, antes de enfrentarse al deudor, el portador debe elegir: o le inicia las
acciones cambiarias o le inicia la acción causal. Obviamente si elige la segunda debe
devolverle el título valor pues, de lo contrario, el deudor queda expuesto a que le
cobren la misma deuda por medio de dos acciones.
Fuera de este DLTV, dentro del marco del Derecho civil y del Derecho comercial y de
su común Derecho procesal, encontramos otras posibilidades de accionamiento que
pueden tener por objeto a los títulos valores, como ser la acción de reivindicación y
otras que emergen de contratos que recaen sobre el título valor como bien.
8.1.1) Clasificaciones de las acciones cambiarias
Es necesario precisar previamente que no existe una “acción cambiaria” como una
acción, con caracteres típicos y especiales desde el punto de vista procesal. No hay
un tipo de proceso específico para obtener la satisfacción judicial de los derechos
cambiarios. Para lograr el reconocimiento judicial del derecho o la agresión efectiva
contra el patrimonio del deudor, el portador del título valor tendrá procesos ordinarios
o procesos ejecutivos que se regulan por el Derecho procesal común, aunque con
algunas normas particulares que se analizarán.
a) Clasificación de las acciones cambiarias en función de quién sea el actor
Teniendo en cuenta quién es el actor, las acciones se pueden clasificar en dos tipos:
Acciones para el cobro
La acción cambiaria de cobro es la que posee el último tomador, para demandar el
monto del título valor, más sus intereses, gastos del protesto y otros que se hubieran
efectuado para conservar el ejercicio de la acción (art. 100 DLTV).
Complementariamente, el art. 354.1 del Código General del Proceso (CGP)
Resumen DERECHO COMERCIAL
La acción cambiaria, tanto directa como de regreso, puede ser ejecutiva u ordinaria.
El tenedor de un título valor puede exigir judicialmente el importe consignado, ya por
la vía ejecutiva, ya por el procedimiento ordinario.
Acción cambiaria ejecutiva
Nuestro DLTV, en el art. 107, confiere acción cambiaria ejecutiva a la letra de cambio
debidamente protestada: "La letra de cambio debidamente protestada es título
ejecutivo para accionar por el importe del capital y accesorios conforme a lo dispuesto
en los artículos precedentes".
Se confiere a la letra de cambio protestada carácter de título ejecutivo, dándole una
presunción de autenticidad. El DLTV presume la veracidad de las firmas cambiarias,
admitiendo directamente la acción ejecutiva contra todos o cualquiera de los
firmantes, sin exigir que se recabe previamente el reconocimiento de sus firmas,
como se exige en el Derecho procesal para otros documentos.
En la misma tesitura, el art. 124 declara que se presumen auténticos los vales,
pagarés o conformes. Por ello, la misma norma exime de realizar la diligencia judicial
de reconocimiento de firma.
Una norma con sentido similar se encuentra en el art. 39, inc. 3, del Decreto Ley de
Cheques n° 14.412 de 1975.
Sobre el alcance de la presunción de autenticidad la doctrina adoptó dos posturas
discrepantes:
TEITELBAUM consideraba que la presunción de autenticidad se refiere exclusivamente
al principal obligado. No abarcaría ni a los obligados de regreso, respecto a los cuales
habría que diligenciar el reconocimiento de firma.
Según TEITELBAUM, la necesidad de reconocimiento de firma de todo documento
privado - salvo que esté certificado por escribano - es un principio general. La
excepción a la regla debe establecerse claramente y, en caso de duda, debe primar
un criterio restrictivo.
RODRÍGUEZ OLIVERA, contrariamente, entiende que, por la generalidad de sus
términos, la presunción de autenticidad contenida en los arts. 107 y 124 se aplica
tanto a la acción directa como a la acción de regreso. Considera que es así, aun
cuando el art. 107 se refiere a los artículos precedentes y casi todos ellos, contenidos
en la misma sección, se refieren a las acciones de regreso.
Según ya se vio, la acción directa está prevista en otra sección del DLTV. No
obstante, se trata de una norma aplicable a todas las acciones cambiarias como,
también, son de aplicación general las contenidas en los arts. 105, 106 y 108, de la
misma sección.
Acción cambiaria ordinaria
El DLTV no prevé - pero tampoco excluye - que el portador de la letra protestada
pueda promover una acción cambiaria por la vía del juicio ordinario para el
reconocimiento de sus derechos, prefiriendo la mayor seguridad que ofrece la cosa
Resumen DERECHO COMERCIAL
juzgada de un juicio de este tipo sobre la ventaja que supone la rapidez que le
acuerda el juicio ejecutivo para la satisfacción de su prestación.
De manera que el portador de un título valor, tiene la posibilidad de optar por uno u
otro tipo de juicio.
8.1.2) Particularidades de la acción cambiaria y diferencias con la acción causal
a) Legitimación activa
Hechas estas precisiones pasamos a considerar otro tema: quiénes pueden ejercer
las acciones directas y de regreso.
1. En primer lugar, el portador que ha presentado la letra de pago al girado y que
no ha sido satisfecho, tiene acción cambiaria directa contra el aceptante y de
regreso contra cualquiera de los restantes obligados cambiarios y puede
demandar colectivamente a todos ellos - aceptantes y demás obligados
cambiarios (arts. 76 y 99).
2. En segundo lugar, el deudor cambiario que pagó la letra en vía de regreso
tiene la llamada acción de reembolso que puede ejercer mediante una acción
directa contra el aceptante (arts. 76 y 101) o una acción de regreso contra
quienes son sus garantes (art. 101). El actor, en este caso, no es el acreedor
originario sino un anterior deudor cambiario convertido en acreedor derivado
por efecto del pago.
Damos ejemplos. El portador tiene acción contra cualquiera o todos los firmantes: el
aceptante, el librador, los endosantes y los avalistas, esto es, acción directa y acción
de regreso a la vez. Un endosante que ha pagado la letra tiene acción de reembolso
de regreso contra el librador y los endosantes anteriores, además de conservar
acción de reembolso directa contra el aceptante.
3. En cuanto al librador pueden darse dos situaciones distintas.
El librador tiene acción directa de cobro contra el aceptante, cuando es
portador de la letra en virtud de un endoso efectuado a su favor, lo cual es
posible porque así lo admite el artículo 63. Este accionamiento está
expresamente permitido por el inciso 2 del artículo 76, que dispone: “A falta de
pago, el portador, aunque sea el propio librador, tendrá contra el aceptante una
acción directa ...”.
El librador que pagó la letra por vía de regreso tiene acción cambiaria de
reembolso contra el aceptante. El único que no tiene acción cambiaria es el
girado que pagó la letra. El girado aceptante es el principal obligado. La letra
no se crea ni se tramite a su favor. Quien crea la letra da orden al girado para
que pague y garante al tomador y a futuros tenedores que la letra será pagada.
Cada endosante, al trasmitirla, se constituye en garante, frente a futuros
tenedores, de que la letra será pagada por el girado.
Cuando el girado paga se extingue el derecho creado en la letra. Si el girado pagó es
porque tiene fondos del librador o porque le ha concedido crédito. Si el girado pagó
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sin tener fondos para ello sólo tendrá - según veremos - una acción extracambiaria
para obtener del librador el reintegro de las sumas pagadas.
b) Deberes y cargas del portador
Razón de ser y consecuencias del incumplimiento
Razón de ser: Las acciones cambiarias de regreso se pierden si el portador no
realiza determinados actos: si no la presenta para la aceptación o para el pago
en determinados casos y si no la protesta por falta de aceptación, por
aceptación irregular o por falta de pago.
¿Por qué es así? Porque la Ley dispone que la responsabilidad de los obligados de
regreso se haga efectiva sólo ante el incumplimiento del girado. Por ello, antes de
reclamar a los obligados de regreso, que son garantes de la aceptación y del pago, el
portador debe presentar la letra al girado. A los efectos de controlar que el portador
ha hecho la presentación de la letra y que es cierto que el girado se ha negado a
aceptar o a pagar, se impone que se proteste notarialmente. Con el protesto se
prueba fehacientemente la presentación en tiempo y la negativa del girado a aceptar
o pagar, con lo cual queda abierta la posibilidad de accionar contra los garantes.
Incumplimiento: caducidad de las acciones de regreso: Si el portador es
negligente y no se presentó a recabar la aceptación y el pago en tiempo o si se
presenta pero no protesta cuando el girado niega aceptación o el pago
requerido, no podrá probar fehacientemente la negativa del girado y, en
consecuencia, pierde las acciones contra quienes dieron su garantía. Así lo
establece el artículo 106 que sanciona esas omisiones con la “caducidad” de la
letra.
La omisión de esos deberes no perjudica la letra en cuanto a las acciones directas
con respecto al girado aceptante. Resulta del artículo 76, inciso 2, y 106 combinados.
Resumiendo, la caducidad de la letra afecta sólo las acciones de regreso y no a las
directas.
Ejercicio de acciones antes del vencimiento
Cabe precisar que la acción para el cobro se tiene, aun antes del vencimiento
estipulado en la letra si ésta, al no ser aceptada, fue protestada por falta de
aceptación (art. 99, ap. B, numeral 1). Explicación: cuando el girado no acepta está
dando un preaviso de que no pagará al vencimiento. La Ley, entonces, acude en
tutela del portador y le permite que accione, sin esperar al vencimiento. En esta
hipótesis, el portador sólo tendrá acciones de regreso (art. 99), puesto que si no hay
aceptante no puede haber acción directa.
Esta norma tiene dos excepciones: a) si el librador no garantizó la aceptación y la
letra no se acepta, no queda abierta la acción de regreso, hasta que no llegue el
vencimiento y se proteste por falta de pago (art. 60); b) cuando la letra es a cierto
plazo desde la vista y se protesta por falta de aceptación, no se produce el
vencimiento anticipado, puesto que en esta hipótesis rige el artículo 80 que establece
que en estas letras el plazo corre desde la fecha del protesto.
Resumen DERECHO COMERCIAL
El artículo 80 contiene una norma especial para este tipo de letras, contradictoria con
la norma de carácter general contenida en el artículo 99, ap. B, n. 1.
Existe otra hipótesis de accionamiento antes del vencimiento en los casos de
concurso, quiebra o concordato del girado (art. 99, ap. B, 2).
La norma es coherente con la antes comentada, que admite vencimiento anticipado
en caso de falta de aceptación. Cuando el girado concursa o quiebra queda de
manifiesto que no podrá pagar aun cuando quiera. El portador puede, entonces,
promover acción cambiaria de regreso contra los demás obligados, sin esperar al
vencimiento. Éstos tienen la posibilidad prevista por el artículo 104, inciso 2:
“El librador, endosante y avalista, en caso de reclamación, pueden diferir el pago
hasta el día del vencimiento, dando fianza bastante a juicio del tenedor, o depositar el
importe o abonarlo con descuento de los intereses por el tiempo que falte para su
vencimiento.”
Esta posibilidad está dada exclusivamente para el caso de quiebra, concurso o
concordato del girado y no para la primera hipótesis de vencimiento anticipado
estudiada en que se aplica el inciso final del artículo 100.
Existe un tercer caso de vencimiento anticipado, cuando se produce la quiebra,
concurso o concordato del librador de una letra no aceptable.
Cuando la letra tiene la mención “no aceptable” y respetando esa mención no se
presenta a la aceptación y no se acepta, el librador es el obligado principal en
regreso. Es el principal garante pues responde, según vimos, frente al tenedor y a
todos los endosantes. Si se produce su quiebra, concurso o concordato, disminuyen
las garantías que ofrece la letra y es justo que se autorice, entonces, como en los
casos antes señalados, el accionamiento antes del vencimiento.
En resumen, para la hipótesis de quiebra, concurso o concordato, sólo se produce el
vencimiento anticipado, si esos sucesos tienen lugar respecto al girado o con
respecto al librador pero, en este segundo caso, sólo cuando se trata de la letra “no
aceptable”. El concurso civil o comercial de los demás obligados cambiarios y del
librador en las letras con aceptación facultativa u obligatoria, no precipita el
vencimiento de la letra.
Prescripción
El art. 116, al establecer los plazos de prescripción de las letras de cambio, tiene en
cuenta sus elementos personales específicos. En esta disposición se prevé distintos
plazos de prescripción.
Prescripción de las acciones contra el aceptante: Toda acción contra el
aceptante (obligado principal y directo), prescribe en el plazo de tres años. El
plazo se cuenta desde la fecha de vencimiento.
Prescripción de las acciones del portador contra endosantes y librador:
La acción del portador contra endosantes y librador (obligados de regreso)
prescribe al año. El plazo se cuenta desde la fecha del protesto formalizado en
tiempo útil y desde el vencimiento de la letra si ésta no fuera protestable.
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calificar como impropio, ya que pueden sugerir que se trata de ritos procesales
distintos y especiales, cuando en rigor no lo son. El calificativo causal o cambiaria
agregado a la palabra acción sólo tiene por fin llamar la atención sobre el objeto del
juicio que se promueve: en uno se busca el reconocimiento de un derecho emergente
de una relación fundamental y en el otro se procura la satisfacción del derecho
incorporado al documento.
Finalmente, la acción causal se promoverá por las vías procesales que la Ley
acuerde al negocio causal, juicio ordinario o juicio ejecutivo. No existe una acción
causal específica como no existe una acción cambiaria típica.
8.2) Excepciones cambiarias
Las normas aplicables en cuanto a este tema - art. 45 del Decreto Ley de Cheques n°
14.412 de 1975 (DLCh) y art. 108 del Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701 de
1977 (DLTV) establecen expresamente una limitación a las excepciones procesales
admisibles. El inc. 2 de ambos artículos hacen un especial énfasis en su carácter
taxativo: "Contra la ejecución de las letras de cambio no se admitirán más
excepciones que..."
8.2.1) Opinión de Teitelbaum
Para este autor, la limitación de las defensas no tiene carácter absoluto. La
taxatividad, a lo sumo, podría referirse a las causas de extinción de las obligaciones
pero no permitiría descartar infinidad de otro tipo de defensas de índole sustancial y
procesal, en marcadas bajo el rótulo de la inhabilidad del título.
TEITELBAUM sostiene que la enunciación de excepciones procesales no es taxativa.
Argumenta sobre la base de que el inc. 1 del art. 108 contiene la frase“no se admitirá
más excepciones que...” y que tal frase no se repite en el segundo inciso. El inc. 2
contiene un giro que hace pensar, para el autor, en una enumeración de carácter
enunciativo.
Las excepciones procesales, según este autor, difícilmente pueden estar
taxtativamente enumeradas. La omisión legal no impide oponer la excepción de cosa
juzgada, la incompetencia absoluta o falta de jurisdicción, el juicio seguido contra una
persona fallecida o inexistente, el emplazamiento irregular, defecto legal en el modo
de preparar la demanda, etcétera.
El punto es opinable; el legislador quiso limitar tanto las excepciones sustanciales
como las procesales. El inc. 1 del art. 108 establece el principio limitativo, creando
una nómina de excepciones oponibles; el inc. 2 dispone que “también será
admisibles...” y se enumeran excepciones procesales. Con él “también”, se amplía el
elenco de excepciones admisibles del inciso anterior, con el mismo criterio restrictivo.
8.2.2) Doctrina comercialista
En general, la doctrina comercialista explica la limitación de excepciones con
similares términos y concluye que las normas que limitan las excepciones oponibles
son de interpretación estricta.
Sin embargo, cabe advertir que la taxatividad de las excepciones oponibles es un
tanto relativa. El elenco de excepciones puede verse ampliado o restringido, apelando
a diversas consideraciones. En primer lugar, a los efectos de ampliar el elenco de
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imaginarias o firmas que por cualquier otra razón no pueden obligar a la persona que
haya firmado la letra de cambio, las obligaciones de cualquiera de los firmantes no
dejarán por eso de ser válidas.
Literalidad y principio de apariencia
Un principio general, recibido en materia cambiaria, es el de la apariencia. El título
valor contiene una declaración formal que obliga a los suscriptores en la forma
declarada.
Si hubiere discrepancia entre lo declarado y lo real, el DLTV se inclina por el sustento
de lo declarado. Ello es así aun cuando lo declarado no corresponda a lo real y ello
perjudique al firmante del título valor, por cuanto el legislador protege a los terceros
para la seguridad del tráfico de estos papeles.
El DLTV ha establecido que el derecho cambiario es literal, por lo cual la medida de la
prestación debida y reclamada resultará del texto del título. El obligado cambiario se
obliga con la extensión fijada en las cláusulas del título valor: a pagar una cierta
suma, en una fecha cierta o determinable o a la vista o a pagar a una determinada
persona o al endosatario o al portador.
Aplicando el principio de la literalidad, el actor no puede pretender más que lo
consignado en el título pero el demandado, por su parte, no puede excepcionarse
alegando deber menos u otra cosa distinta a la que surge del tenor del título. Podrá
excepcionarse – aunque no esté expresamente previsto en el art. 108 del DLTV – si
se le exigen prestaciones distintas y en condiciones distintas de tiempo y lugar que
las estampadas en el título. No puede excepcionarse diciendo que debe menos, salvo
que justifique un pago parcial.Este rasgo de la literalidad tiene atenuaciones. El DLTV
dispone que en la acción cambiaria se pueden reclamar los intereses compensatorios
si se hubieren estipulado y aun cuando nada se hubiere previsto se pueden exigir los
intereses moratorios y los gastos del protesto y de avisos y demás gastos (arts. 100 y
101). Los intereses moratorios se pueden exigir aunque no resulte del tenor literal del
título la obligación de pagarlos.
En el art. 100 se prevé la tasa de interés cuando no se ha pactado otra. El art. 100
establece: “El portador puede exigir a aquel contra el cual ejercita su acción de
regreso: Los intereses, a partir del vencimiento de la letra de cambio, al tipo fijado en
el título y, si no hubiesen sido estipulados, al tipo corriente bancario en la fecha de
pago.”
Para exigir judicialmente los gastos, habrá que probarlos con documentos distintos al
título valor. De manera que, al plantear la acción, se debe presentar no sólo el título
valor sino también las cuentas de los gastos. Si la acción se promueve antes del
vencimiento, debe efectuarse un descuento en base a las tasas pasivas corrientes del
descuento bancario (art. 100, n° 3).
Para los vales, hay previsión sobre intereses en el art. 125 del DLTV con la redacción
dada por la Ley 16.788. Se establece que en el vale pueden incluirse cláusulas que
estipulen el pago de intereses corrientes o moratorios.
b) Sobre las excepciones fundadas en relaciones personales entre actor y
demandado
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El art. 108 del DLTV, en su inc. final - al igual que el art. 45 del DLCh - impide oponer
como excepción aquellas que se funden en relaciones personales entre actor y
demandado, fuera de las expresamente enunciadas en el inciso primero. A esto se le
denomina “abstracción”.
9) Endoso
9.1) Concepto
El endoso es una declaración unilateral de voluntad de carácter formal, total e
incondicional, consistente en una constancia puesta al dorso del título o en hoja
adherida a él, a los efectos de operar como título para la trasmisión de ciertos títulos
valores.
Endoso como acto unilateral total e incondicional
Jurídicamente, el endoso es una declaración unilateral de voluntad de carácter formal
(solemne), pues debe realizarse siguiendo las instrucciones legales. Puede consistir
en la sola firma del endosante. El endoso no se debe notificar al deudor.
El endoso es total porque no se permite la transmisión de parte del derecho
incorporado en el título; es puro y simple porque no puede estar sujeto a condición
alguna.
Endoso como constancia en el título valor
El endoso es una constancia que se escritura en el mismo título valor. El art. 39 del
Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701 de 1977 (DLTV) establece su contenido y
dispone que debe constar en el título o en hoja adherida a él y que debe ser firmado
por el endosante. Puede consistir en la sola firma del endosante. Se firma sólo por el
endosante.
Clases de endosos
En el art. 43 del DLTV, se distingue distintos tipos de endosos: endoso que trasmiten
la propiedad; endosos en procuración; endosos en garantía. Cualquiera de los tipos
de endosos legitima al endosatario para el cobro frente al obligado, pero el DLTV
prevé distintos efectos para cada uno de ellos. Se analizarán en párrafos siguientes.
Endoso en propiedad
El endoso es el título requerido para poder trasmitir los títulos valores a la orden y,
también, los nominativos.
A los efectos de hacer oponible la trasmisión frente al creador del título, se requiere,
además, la inscripción en el Registro que lleva el emisor. En el registro constaran las
sucesivas transmisiones que se han operado con ese título.
El art. 37 del DLTV establece que puede trasmitirse el título a la orden por un medio
diverso del endoso. La norma se refiere a la posibilidad de trasmisión por sucesión o
por una cesión de créditos no endosables. En el caso de sucesión, el adquirente se
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se puede oponer con su mejor derecho y cobra primero. El art. 1.741 del CCom
establece en su inc. 1: “Para que el acreedor prendario pueda usar del derecho que le
acuerda el artículo 1737, es necesario que se encuentre en posesión de la cosa, y
que el contrato de prenda conste por escritura pública o por documento privado, cuya
fecha resulte comprobada por cualesquiera de los medios de prueba admitidos en
materia comercial”. De persecución, porque aun cuando el bien sea enajenado por su
dueño, el acreedor puede ejecutarlo de todos modos, siguiéndola en manos de su
nuevo dueño. La venta le es indiferente.
El acreedor tiene derecho de retención del bien prendado en tanto no se le pague la
deuda. El art. 761 permite retener el bien prendado, también, para cubrir los gastos
para la conservación de la cosa (inc. 3, art. 761). El equivalente de esta norma está
en el CC, art. 2.305 que establece: “El deudor no podrá reclamar la restitución de la
prenda en todo o en parte, mientras no haya pagado la totalidad de la deuda en
capital e intereses y en su caso, las expensas de conservación de la prenda: si el
acreedor abusare de ésta, se pondrá en secuestro”.
Otras modalidades del endoso
Endoso en blanco
El endoso en blanco está previsto en el art. 42. Se trata de una forma de endoso en
que se deja un espacio en blanco y, luego, se firma por el endosante. Para tal
hipótesis, la Ley autoriza a que cualquier tenedor llene el blanco con su nombre o el
de un tercero.
Endoso al portador
Se trata del caso en que el endosante estampe un endoso que podría ser así:
“Montevideo, 10 de diciembre de 1998. Endoso en propiedad al portador”. Podría
tener, también, el siguiente texto: “Al portador”.
El art. 42, inc. 2, dice que este endoso produce los efectos de un endoso en blanco.
Esto significa que, tanto en este caso como en el anterior, el título no deja de ser “a la
orden”. No pasa a ser un título “al portador”. La Ley de circulación no puede ser
variada por la sola voluntad del tenedor (art. 12).
De manera que cuando llegue el vencimiento, el deudor deberá actuar con la
diligencia requerida por el art. 49: deberá verificar la continuidad de los endosos y
deberá identificar al último tenedor.
Endoso póstumo
Se denomina endoso póstumo al realizado posteriormente al vencimiento del título.
Se entiende por “posterior al vencimiento” tanto el posterior al protesto por falta de
pago como el posterior al término fijado para efectuar el protesto (o sea dentro de los
dos días hábiles después del vencimiento, según el art. 91 del DLTV.
En el régimen vigente, en virtud de lo dispuesto por el art. 47 del DLTV, las letras
vencidas sí pueden ser endosadas pero el endoso produce los efectos de una cesión
de créditos: “El endoso posterior al vencimiento producirá efectos de una cesión de
créditos no endosables”.
Resumen DERECHO COMERCIAL
Que produzca los efectos de una cesión de créditos implica que el endosante sólo
tendrá la responsabilidad del cedente de un crédito y el deudor podrá oponer al
endosatario las excepciones que hubiere podido oponer al endosante. Esto último
significa que el endosatario no gozará de un derecho autónomo. Así lo dispone el
artículo 565 del Código de comercio: “Siempre que el deudor no haya consentido la
cesión, o verificado novación (art. 563), puede oponer al cesionario todas las
excepciones que habría podido oponer al cedente, aun las meramente personales.”
Por otra parte, existe incongruencia entre los dos incisos del artículo 47. En el primer
inciso se establece una norma para el endoso posterior al vencimiento. Luego, en el
inciso segundo, se establece otro punto de referencia para la aplicación de la misma
norma: el plazo para el protesto. Falta una debida coordinación entre las dos normas.
Aplicando estrictamente el artículo 47 podría hacerse un endoso con posterioridad al
vencimiento pero dentro del plazo que confiere la Ley para formalizar el protesto.
9.2) Formalidades
El artículo 39 dispone cuáles son los requisitos para el endoso. De la lectura del
primer inciso, podría deducirse que es un acto formal, solemne, pero leyendo el
artículo 40 resulta que en el endoso pueden faltar todas las enunciaciones dispuestas
por el artículo 39 y que puede consistir en la sola firma del endosante.
Requisitos para que un títulos valor sea transmisible por endoso
El título debe indicar el nombre del beneficiario. Puede contener un pacto en
contrario, en los casos que tal pacto sea admitido por la Ley. El pacto contrario puede
estipularse con las cláusulas “no a la orden” o “no negociable”.
Enunciaciones del endoso
Enunciaciones previstas en el artículo 39
Las enunciaciones previstas por el artículo 39 son las siguientes:
Fecha: La fecha del endoso interesa para determinar la capacidad del endosante.
Interesa, también, para determinar los efectos del endoso pues, según
hemos de ver, el endoso posterior al vencimiento (endoso póstumo)
produce efectos de una cesión de créditos no endosables. Si falta la
fecha, la Ley presume que el endoso se hizo en la misma fecha en que
el endosante lo recibió.
Lugar del endoso: Si se omite el lugar, se entiende que se hizo en el lugar del
domicilio del endosante. De manera que si no se estampa lugar de
endoso debería figurar el domicilio del endosante; si no figura, se
tendrá como lugar del endoso, el domicilio conocido del endosante.
Nombre del endosatario: Puede no indicarse el nombre del endosatario, dejando un
espacio en blanco. De acuerdo a lo que dispone el artículo 40, con una
remisión al artículo 4, el portador legítimo podrá llenar el claro.
Clase de endoso: Debe establecerse en el endoso, si se endosa en propiedad, en
procuración o en garantía. De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 40
si nada se dice, se presume que se endosa en propiedad. Entendemos
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El endoso parcial no es posible dada la mecánica de los títulos valores que requieren
la posesión del documento para poder ejercer los derechos en él consignados. El
beneficiario no podría endosar en parte, porque el documento es único y no puede
fraccionarse de tal modo de permitir el ejercicio del derecho, en parte por el
adquirente de la parte trasmitida y, en parte, por quien pretende conservar para sí
otra parte del derecho. Siendo el título valor un documento de presentación, no sería
posible el desdoblamiento de los acreedores.
10) Cesión de créditos
El art. 37 del Decreto Ley de Títulos Valores n° 14.701 de 1977 establece que puede
trasmitirse el título a la orden por un medio diverso del endoso. La norma se refiere a
la posibilidad de trasmisión por sucesión o por una cesión de créditos no endosables.
En el caso de sucesión, el adquirente se coloca en la posición del causante, no
adquiere un derecho nuevo y autónomo y por lo tanto el deudor puede oponerle las
excepciones que tenía frente al causante.
La cesión de crédito es un contrato mediante el cual una parte, denominada cedente,
transmite la propiedad de un crédito, del cual es legítimo poseedor, a otra persona
llamada cesionario. Este contrato es la forma de transmisión de los denominados
“papeles no endosables” es decir, de todos aquellos créditos que no son susceptibles
de ser transmitidos a otra persona mediante el endoso.
Las partes en este contrato son dos: el cedente (poseedor del crédito) y el cesionario
(futuro poseedor). Además de éstas personas existe un tercer sujeto que, si bien no
es parte, está interesado en la cesión: es el deudor del crédito en cuestión a quien se
llama “deudor cedido”.
10.1) Actos inmediatos a la cesión
Para que la cesión efectuada resulte eficaz respecto del deudor cedido, éste debe
conocer la cesión.
Una vez realizada la notificación al cedido, el contrato de cesión de crédito produce
su efecto natural: liga al deudor con el nuevo acreedor y le impide que pague,
lícitamente, a otra persona: el Sr. B del ejemplo deberá pagar su deuda al Sr. C. Si le
paga al Sr. A (su antiguo acreedor) entonces pagará mal y no extinguirá su deuda.
Si el cedido consiente la cesión, entonces no podrá oponerle al cesionario las
excepciones que hubiera podido oponer al cedente. A los efectos de recabar ese
consentimiento se dan las siguientes variantes: el cedente debe notificarle la cesión al
deudor cedido y éste debe consentir la cesión estampando su firma en el contrato de
cesión o en otro contrato que haga remisión a éste, o; el deudor cedido renueva su
obligación a favor del cesionario en un contrato en dónde acepte que, a partir de ese
momento, pasará a deberle a éste.
Puede suceder que el deudor no quiera reconocer la cesión, pues, por la naturaleza
del crédito, sólo se siente obligado respecto del acreedor original. En este caso debe
oponerse a la cesión realizada entre el cedente y el cesionario dentro del plazo de
tres días contados desde la notificación a que hicimos referencia. Pasados estos tres
días se supone que consiente la cesión realizada (art. 564).
Resumen DERECHO COMERCIAL
Unidad 11
de 180 días. Fracasada esta etapa, el Juez tiene 90 días para licitar la empresa en
marcha.
Se busca evitar dilaciones innecesarias, dando carácter no suspensivo a la mayoría
de los recursos contra las providencia judiciales y se prevé la separación del síndico
de su cargo en caso de una prolongación indebida de su actuación, luego de
transcurridos dos años de la resolución judicial de liquidación.
Finalmente, se establece un procedimiento simplificado para los pequeños concursos,
el monto cuyo pasivo no supere las 3.000.000 de UI.
1.1.2) Síntesis del nuevo procedimiento concursal
Dado que el contenido de la ley es bastante extenso, nos pareció una buena idea
realizar una síntesis del proceso concursal para luego pasar a un análisis más
detallado.
1. Solicitud del concurso
Si es solicitado por el deudor el juez debe expedirse dentro de los próximos 2
días
Si es solicitado por otro de los legitimados, la decisión del juez puede llevar 2 a
30 días dependiendo si el deudor presentó o no oposición y si fue necesaria o
una pericia
2. Acuerdo privado de reorganización
Antes de la declaración judicial de concurso el deudor podrá suscribir con los
acreedores un acuerdo privado de reorganización (la ley establece los mínimos de
adhesión requeridos).
Una vez obtenidas las mayorías requeridas, el deduo podrá elegir entre dos
alternativas de acuerdo:
Acuerdo puramente privado, requiriendo la actuación de un escribano público
Acuerdo sujeto a homologación judicial
3. Declaración judicial del concurso
La sentencia de declaración judicial del concurso, entre otras cosas, nombra al
síndico o interventor (dependiendo de si el deudor es suspendido o limitado en sus
facultades) y convoca a la Junta de Acreedores (a realizarse dentro de los próximos
180 días).
4. Formación de la masa activa
Acciones revocatorias: cuando el activo no alcance para cubrir el pasivo, el síndico
deberá revisar los actos anteriores a la declaración judicial del concurso, para
detectar situaciones de reducción de activos que puedan ser revocadas y de esta
forma recuperar dinero para aumentar la masa activa.
Estas acciones también podrán ser promovidas por acreedores que representen al
menos el 5% del pasivo total.
5. Formación de la masa pasiva
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condiciones, el incumplimiento tiene relevancia jurídica como uno de los hechos que
habilitan la solicitud de concurso.
El art. 1 de la LCU no exige que se haya verificado, específicamente, el
incumplimiento sino que se establezca judicialmente que el deudor se encuentra en
un estado tal que “no puede cumplir con sus obligaciones”.
El art. 1 de la LCU hace una precisión: la insolvencia existe “independientemente de
la existencia de pluralidad de acreedores”. De manera que se configurará el
presupuesto objetivo y se habilita al proceso concursal, aunque exista un solo
acreedor.
2.2) Presunciones de insolvencia
2.2.1) ¿Qué es una presunción?
En los arts. 4 y 5, se establecen presunciones de insolvencia, que complementan lo
dispuesto en el art. 1 de la LCU. Éstas enuncian hechos o actos objetivos que sirven
para detectar una situación de dificultad económica, así como para justificar y
fundamentar la aplicación de la LCU.
La LCU establece que ciertos hechos son hábiles para llevar al concurso y los
enuncia como presunciones de insolvencia. Esos hechos enumerados en la LCU, han
sido considerados como indiciarios de una situación que justifica la apertura del
proceso. Se trata de meros índices de su existencia pero puede suceder que se den
tales hechos y no exista quiebra económica, no obstante lo cual, el concurso es
declarado.
En los casos enunciados por la LCU puede no existir un incumplimiento pero los
hechos referidos revelan la mala situación económica del deudor y la inminencia del
no pago futuro. De igual modo, no es necesario que se dé un efectivo incumplimiento
en la hipótesis en que el propio deudor confiesa su estado de insolvencia y pide su
propio concurso.
La LCU distingue entre presunciones de insolvencia relativas y presunciones
absolutas. Las relativas serán apreciadas por el juez y admiten prueba en contrario.
Si se trata de presunción absoluta, el juez deberá decretar el concurso.
Presunciones relativas de insolvencia:
1. Cuando exista un pasivo superior al activo, determinados de acuerdo con
normas contables adecuados.
2. Cuando exista dos o más embargos por demandas ejecutivas o por
ejecuciones contra el deudor por un monto superior a la mitad del valor de sus
activos susceptibles de ejecución.
3. Cuando existan una o más obligaciones del deudor, que hubieran vencido hace
más de tres meses.
4. Cuando el deudor hubiera omitido el pago de sus obligaciones tributarias por
más de un año.
5. Cuando exista cierre permanente de la sede de la administración o del
establecimiento donde el deudor desarrolla su actividad.
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En el caso, con los activos se cubren los importes reclamados por los juicios, pero se
trata de un alerta de que ese deudor está en dificultades.
Suspensión o clausura de cuentas corrientes
El n° 6 se refiere a la suspensión o clausura de cuentas corrientes que procede
cuanto se han librado cheques sin fondos.
Entendemos que esta hipótesis puede no corresponder a un estado de insolvencia
sino a una situación de iliquidez transitoria.
c) Otras presunciones
Cierre permanente de la sede de la administración o del establecimiento
El n° 5 establece como presunción: el cierre permanente de la sede de la
administración o del establecimiento donde el deudor desarrolla su actividad. No se
precisa por cuánto tiempo se ha prolongado el cierre. ¿Bastará una semana o un
mes? Aclaramos que así como puede producirse un incumplimiento que no obedezca
a un estado de insolvencia, también, podría darse que se haya cerrado un
establecimiento y no exista insolvencia. De todos modos, el deudor será llevado al
concurso. Asimismo, puede suceder a la inversa, que el deudor en estado de
insolvencia mantenga abierta su sede o establecimiento.
Hechos relacionados con acuerdos celebrados por el deudor
En el n° 7 del art. 4 se trata del caso en que el deudor hubiera firmado con sus
acreedores un acuerdo de reorganización pero no lo hubiera presentado para su
homologación o no se hubiera inscripto el auto de admisión en el Registro Nacional
de Comercio. También, establece otros supuestos: que el acuerdo se rechace, anule
o se incumpla.
2.2.3) Presunciones absolutas de insolvencia
a) Solicitud por el deudor de su propio concurso
La doctrina se plantea si el deudor debe haber incurrido en un incumplimiento
efectivo. Entendemos que no. Puede no haber existido un efectivo incumplimiento,
siendo suficiente que el deudor se encuentre ante la imposibilidad de pagar las
deudas de vencimientos próximos. De manera que no se requiere un efectivo
incumplimiento; basta que el deudor tenga la certidumbre de no poder pagar más.
b) Deudor declarado en concurso o quiebra en otro país
La norma se refiere a un deudor cuyo domicilio principal se encuentra en otro país y
en él fue concursado.
c) Deudor autor de actos fraudulentos
La comisión de actos fraudulentos con el fin de obtener crédito o de sustraer bienes
para frustrar accionamiento de los acreedores.
d) Fuga u ocultamiento del deudor
El deudor puede ser llevado al concurso cuando se oculta o se ausenta y no ha
dejado un representante con facultades y recursos para dar cumplimiento a sus
obligaciones. También, en esta situación, puede suceder que el deudor no haya
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deudor… persona jurídica civil o comercial”. Sin embargo, según ya se dijo, en el inc.
3 se especifica que se encuentran excluidas del régimen de la LCU al Estado, los
entes autónomos, los servicios descentralizados y los gobiernos departamentales.
La redacción del art. 2 pareciera indicar que las personas públicas que enumera
podrían encontrarse sujetas a un régimen concursal previsto en otra Ley. Allí se
dispone: "... Se encuentran excluidos del régimen de esta ley...". Sin embargo, no
existe otra Ley que disponga algún régimen concursal aplicable a las personas
públicas estatales.
Entidades de intermediación financiera
En el inc. 3 del art. 2, se excluye, también, del régimen de la LCU, a las entidades de
intermediación financiera. Si el deudor era una entidad de intermediación financiera,
antes de la LCU se aplicaba – y ahora, también - la Ley 16.327 de 1992 que,
modificando al DL 15.322 de 1982, incorporó un régimen general para la liquidación
administrativa de las entidades de intermediación financiera. Estas disposiciones
deben ser complementadas por las normas incluidas en las leyes dictadas como
consecuencia de la crisis que afectó al sistema bancario en el año 2002 y que
determinó la intervención y suspensión de actividades de varios bancos de nuestra
plaza: la Ley 17.523 (4 de agosto de 2002), la Ley 17.542 (21 de agosto de 2002) y la
Ley 17.613 (27 de diciembre de 2002).
Personas públicas no estatales
Las personas públicas no estatales deben recurrir al régimen concursal del CGP, en
cuanto no se opongan a las respectivas normas legales que las rigen, en función de
lo dispuesto por el art. 616 de la Ley 17.296 de 2001, que no fue derogado por la
LCU.
Sociedades y contratos de colaboración sin personería jurídica
Sociedades accidentales: las únicas sociedades comerciales que quedarían
excluidas serían las accidentales o en participación, puesto que no tienen
personería jurídica.
Consorcios: tampoco concursan los consorcios (arts. 501-509 LSC), puesto
que carecen de personería jurídica.
Sociedades civiles: las sociedades civiles, también, están en principio
excluidas del nuevo régimen, en tanto no tienen personería jurídica. Como
excepción, a algunas sociedades civiles les fue atribuida personería jurídica
por leyes especiales, razón por la cual, según ya se expresó, pueden
concursar.
2.3.2) Personas físicas
En el inc. 1 del art. 2, se establece que la declaración judicial de concurso procede
respecto de cualquier deudor, persona física que “realice actividad empresarial”.
a) Concepto de “deudor persona física que realice actividad empresarial”
Resumen DERECHO COMERCIAL
Surge, claramente, del n° 1 del art. 6, que la solicitud de concurso, para que sea
considerara a pedido del propio deudor persona jurídica, por ella debe ser solicitada
por su órgano de representación o por un apoderado con facultades expresas.
b) Liquidadores
La LCU prevé que el liquidador puede pedir el concurso, refiriéndose, seguramente, al
liquidador de una sociedad en disolución. Asimismo, se confiere legitimación al
órgano de control interno (síndico o comisión fiscal).
c) Integrantes del órgano de contralor interno
El órgano de control es el referido en el art. 397 de la Ley de Sociedades Comerciales
n° 16.060 de 1989 (LSC).
El control interno de la sociedad está a cargo de uno o más síndicos o de una
comisión fiscal compuesta de tres o más miembros, accionistas o no, según lo
determine el estatuto (art. 397, inc. 1).
En las sociedades anónimas, la fiscalización privada sólo es obligatoria tratándose de
sociedades anónimas abiertas; en las cerradas es facultativa (art. 397, inc. 2). En las
sociedades de responsabilidad limitada, la sindicatura o la comisión fiscal es
obligatoria cuando la sociedad tenga veinte o más socios (art. 238).
2.4.5) Legitimación de socios
En el n° 4 del art. 6 se establece que pueden pedir el concurso, los socios
personalmente responsables de las deudas de una sociedad civil y comercial.
2.5) Documentación a presentar para solicitar el concurso
a) Si la solicitud la hace el deudor, deberá presentar:
Estuviera Memoria explicativa conteniendo información relativa al deudor.
Inventario de bienes y derechos de los que sea titular a la fecha de solicitud del
concurso (con estimación de su valor e indicando si alguno de los bienes se
encontrara gravado por derechos reales o hubiera sido embargado).
Detalle de acreedores (indicando nombre, domicilio, monto, fecha de
vencimiento de sus créditos, etc.)
Estados Contables de los últimos 3 ejercicios (si el deudor estuviera obligado a
llevar la contabilidad). Dichos estados deberán estar acompañados de informe
firmado por contador público o establecer expresamente la causa por la cual
no fue posible obtener dicha firma.
Si el deudor fuera una persona jurídica, deberá acompañarse también
testimonio notarial de la resolución del órgano de administración, aprobando la
presentación. La solicitud de declaración judicial de concurso y los documentos
mencionados en el presente artículo deberán estar firmados por el propio
deudor y, en el caso de personas jurídicas, por todos los administradores o
liquidadores. Si faltara la firma de alguno de ellos, se señalará en la solicitud y
en los documentos en que falte, indicando la causa.
3) Síndico o interventor
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3.1) Nombramiento
El síndico o interventor será designado por el Juez en la sentencia que declare el
concurso.
3.1.1) ¿Qué diferencia hay entre un síndico y un interventor?
Ambos intervienen en la actividad de la empresa, la diferencia entre uno y otro tiene
que ver con el grado de intervención, que a su vez depende si el deudor es
suspendido para limitado en sus facultades para disponer y obligar a la masa del
concurso. En los casos de suspensión, el deudor será sustituido por un síndico en la
administración y disposición de sus bienes.
En el caso de limitación, se designará un interventor que coadministrará los bienes
conjuntamente con el deudor.
Nota 1: las situaciones de suspensión y limitación las veremos más adelante.
Nota 2: eventualmente, la administración de la empresa podría estar a cargo de un
administrador designado por los acreedores. Por lo tanto hay tres alternativas de
administración de una empresa en concurso: administración realizada por el deudor
bajo el control del interventor, realizada por un síndico o realizada por un
administrador designado por los acreedores.
3.1.2) Quienes pueden ser síndico o interventor
Profesionales universitarios o sociedades de profesionales o instituciones gremiales
representativas con actuación en materia concursal con personería jurídica inscripta
en el Registro de Síndico e Interventores Concursales que llevará la Suprema Corte
de Justicia.
Situación especial: en los concursos radicados en el interior del país y en los
pequeños concursos, la designación podrá recaer en profesionales universitarios no
inscritos en el Registro de Síndico e Interventores Concursales, a condición de que
sean abogados, contadores públicos o licenciados de administración de empresas
con un mínimo de 5 años de ejercicio profesional o egresados de los cursos de
especialización para síndicos e interventores concursales.
3.1.3) Incompatibilidad y prohibiciones
No podrán ser nombrados síndicos:
1. Quienes no puedan ser administradores de sociedades comerciales.
2. Quienes hubieran prestado cualquier clase de servicios profesionales al deudor
o a personas especialmente relacionadas con éste en los últimos 5 años.
3. Quienes, en el último año, hubieran sido nombrados síndicos o interventores
en 2 concursos. A estos efectos, los nombramientos efectuados en sociedades
pertenecientes al mismo grupo se computarán como uno sólo. En el caso de
sociedades de profesionales e instituciones gremiales de empresas con
personería jurídica, este número se elevará a 10.
3.1.4) Aceptación
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hipotecarias sobre bienes de terceros para cubrir determinados créditos, por ejemplo,
son elementos a tener en cuenta para calificar la suficiencia, en casos en que exista
una diferencia relativamente menor entre activo y pasivo.
El posicionamiento dogmático general entre los procesalistas actuales, tiene que ver
con que en nuestro CGP, el proceso ejecutivo se encuentra regulado en una sección
del capítulo IV sobre los procesos de estructura monitoria, que integra, a su vez, el
título IV, denominado “Proceso de conocimiento”.
A nuestro entender, el hecho de que nuestro CGP haya incluido a los procesos
ejecutivos entre los procesos de conocimiento, es irrelevante, como lo es todo
pronunciamiento legal sobre la naturaleza de las cosas.
c) Prohibición de nuevas ejecuciones y suspensión de las ejecuciones en
curso
Prohibición de nuevas ejecuciones
Declarado el concurso, ningún acreedor podrá promover ejecución contra el deudor
por créditos anteriores a la declaración.
Suspensión de ejecuciones en curso
Como consecuencia de la suspensión de las ejecuciones en curso, una vez publicado
el auto de declaración de concurso, si otra sede judicial adopta medidas cautelares o
embargos sobre bienes del concursado, deben revocarse y disponerse su
levantamiento. Quien tiene la disponibilidad de las medidas cautelares adoptadas
sobre el patrimonio concursal es, exclusivamente, el juez del concurso, sin importar la
sede que, en principio, la decretó. Declarado el concurso, todos los expedientes de
ejecución en trámite deben remitirse a la sede concursal.
Situaciones especiales
Situación de los créditos prendarios e hipotecarios: en el caso de los créditos
prendarios e hipotecarios, la prohibición de promover ejecuciones y la
suspensión de las ejecuciones en curso caducará transcurridos ciento veinte
días de la sentencia declaratoria del concurso. En estos casos la ejecución
deberá promoverse o continuará, según los casos, ante el Juez del Concurso.
Situación de los créditos laborales: existiendo recursos líquidos suficientes o
bienes fácilmente realizables en la masa activa y siempre que la disposición de
los mismos no afecte la viabilidad de la continuación del giro del deudor, el
síndico o el interventor -previa autorización judicial- dispondrá el pago
anticipado de los créditos laborales de cualquier naturaleza que se hubieran
devengado y no estuvieran prescriptos. En este caso, no será necesaria la
verificación del crédito en el concurso ni sentencia laboral previa que lo
reconozca.
La solicitud de pago anticipado podrá ser denegada, total o parcialmente, solamente
en los casos en que los créditos laborales no surjan de la documentación del
empleador o cuando existan dudas razonables sobre el origen o legitimidad de los
mismos.
Cuando el crédito laboral hubiera sido verificado en el concurso o hubiera recaído
sentencia firme de la judicatura competente reconociendo su existencia, el síndico o
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Para poder hacer valer esa facultad rescisoria o de exigencia de garantía, el n° 4 del
art. 68 exige la acreditación de que el cumplimiento (sic) del deudor implica un riesgo
manifiesto y grave para su contraparte.
Llama la atención que la LCU habilite una pretensión rescisoria fundada en el
cumplimiento de su contraparte, así como es curioso que se entienda que del
cumplimiento de un contrato pueda derivarse algún riesgo. Luego, si del cumplimiento
del contrato puede derivarse un riesgo para la contraparte del deudor ¿para qué se
da la facultad, alternativa, de exigir garantías de cumplimiento?
Podría haber tenido sentido la atribución a la parte in bonis de una facultad rescisoria
para el caso en que ésta justificase el riesgo de incumplimiento. Si esto se hubiera
establecido, tendría pleno sentido la alternativa de exigir una garantía de
cumplimiento (que enervaría el riesgo). Sin embargo, no es esto lo que establece el
n° 4 del art. 68.
c) Derecho a indemnización
El n° 3 del art. 68 establece que si la resolución causare daños y perjuicios, el juez
fijará la indemnización correspondiente. El crédito correspondiente a la indemnización
se considerará comprendido en la masa pasiva del concurso.
No queda claro si la obligación de indemnizar los daños está limitada a las hipótesis
que el art. 68 denomina como “resolución” o si el intérprete debe asumir que el
legislador utilizó las palabras “rescisión” y “resolución” como sinónimos.
4.3.2) Nulidad de los pactos de resolución anticipada fundados en la
insolvencia o el concurso de la contraparte
En el n° 5 del art. 68 se declara la nulidad de las estipulaciones contractuales que
declaren resuelto el contrato o atribuyan la facultad de resolución a cualquiera de las
partes, en caso de insolvencia o de declaración de concurso del deudor.
5) Formación de la masa activa
En su título IV, la Ley de Declaración Judicial del Concurso y Reorganización
Empresarial n° 18.387 de 2008 (LCU) regula la composición de la masa activa del
concurso, tanto desde el punto de vista estático (resultado de la confección del
inventario y su valoración) como desde el punto de vista dinámico (resultado del
análisis de las existencias reales, esto es, las existencias encontradas luego de
puestos en práctica los procesos de reintegración [capítulo III] y reducción de la masa
activa [capítulo IV].
El éxito de todo el proceso concursal depende, en gran medida, del cuidado que se
haya tenido en la reunión de los bienes y derechos del deudor, tarea que corresponde
al síndico o al interventor.
Para orientar el desempeño de esa tarea, la LCU comienza el tratamiento del tema,
con la consagración del principio de universalidad (art. 71). A esto agrega algunas
precisiones en cuanto a bienes adquiridos por el cónyuge (art. 72) y a la hipótesis en
que existan cuentas indistintas (art. 73).
5.1) Principio de universalidad o unidad patrimonial
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cerrarlos para evitar que ingresen intrusos y deberá, además, ocuparse de todos los
gastos de mantenimiento para evitar el deterioro de los bienes.
Si hay posibilidad de proceder a la venta en bloque de la empresa, estando los bienes
reunidos, todos estos gastos son aconsejables. Sin embargo, cuando esta posibilidad
está descartada y los bienes están dispersos, lo costoso del procedimiento de
conservación puede resultar desaconsejable para el concurso pues, lo más probable
es que acaben con el magro patrimonio a liquidar. Por esta razón, en estos casos, se
aconseja el remate inmediato de los bienes.
5.3.2) Administración de la masa activa
En este art. 75 se establece el alcance de la facultad de administración de los bienes
y derechos componentes de la masa activa, facultad que tendrá el síndico (si hay
suspensión de la legitimación para disponer) o el deudor, acompañado por el
interventor (si hay sólo limitación de la legitimación).
Al contrario de la simple conservación, en el sentido que le atribuye la LCU, la
administración trae consigo los poderes de disposición del patrimonio, tanto de
enajenación como de gravamen.
Esta facultad no está exenta de límites, a los que se refiere el propio art. 75.
En primer lugar, todo acto de disposición se debe realizar en interés de los
acreedores. De modo que la LCU, en este capítulo, prioriza el interés del acreedor por
sobre otros principios, como por ejemplo, el principio de conservación de la empresa.
En segundo lugar, los actos de disposición sobre bienes o derechos cuyo valor
supere el 5 % del valor total de la masa activa no pueden hacerse en cualquier
momento; habrá de aguardarse la resolución judicial que apruebe el convenio u
ordene la apertura de la liquidación y, en todo caso, con autorización del juez.
Como contrapartida, la LCU le brinda al síndico dos instrumentos excepcionales para
la administración de la masa activa: el levantamiento, a su respecto, del secreto
bancario y la posibilitar de rehabilitar contratos.
a) Administración de las cuentas bancarias del deudor
Si en la masa activa del concurso se encuentra algún valor depositado, en cuenta
corriente o en cualquier otro concepto, en una empresa de intermediación financiera,
al síndico o al interventor no le será oponible el secreto profesional (art. 76), dispuesto
en el art. 25 del Decreto Ley de Intermediación Financiera 15.322 de 1982.
El art. 76 debe compaginarse con lo dispuesto en el art. 73, ya visto, que refiere a la
existencia en la masa activa de cuentas indistintas. En este caso parece claro que,
dada la presunción establecida en la norma, el secreto profesional se levanta para los
dos titulares.
Respecto de contratos celebrados con más de un año de antelación, caso en que no
opera la presunción de propiedad dispuesta, el problema parece más difícil de
resolver. En principio parecería que respecto del co-titular, que no ha sido declarado
en concurso, no correspondería sea alcanzado por esta norma. Sin embargo, dada la
trascendencia que tiene la situación concursal para la sociedad, entendemos que el
derecho del particular a la reserva debe ceder frente al interés general en conocer el
contenido de estas cuentas para su administración.
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La doctrina señala que este art. contempla un caso poco probable, pues parte de la
base que las cuentas se encuentren operativas cuando, lo más lógico sería que se
encontraran suspendidas y hasta clausuradas.
b) Rehabilitación de contratos que hubieran caducado o hubieran sido
resueltos
En el art. 79, la LCU establece una solución novedosa, presumiblemente, para
favorecer la continuación de la actividad del concursado. Los incumplimientos,
comprendidos en la norma, encontrarían su explicación en las dificultades económico
financieras que atraviesa la empresa en crisis y que determinan su concurso.
Determinados contratos pueden ser objeto de “rehabilitación” siempre y cuando
cumplan ciertos requisitos. Se trata de una facultad que puede ejercer el síndico o el
interventor, aun contra la voluntad de la contraparte.
La norma plantea la posibilidad de una categoría distinta a las de rescisión y
resolución a las que estamos acostumbrados. Se refiere a la “rehabilitación”,
categoría que operaría entre la producción de la causal de resolución (el
incumplimiento), hasta el momento inmediatamente anterior a la sentencia firme de
declaración de resolución. Además se prescinde, completamente, de la voluntad del
co-contratante.
La LCU realiza una nómina restrictiva de contratos a los que se le puede aplicar este
procedimiento. Existe, por tanto, un límite objetivo y uno temporal que deben ser
respetados. Todos tienen, en común, la existencia de un crédito: mutuos pagaderos
en cuotas, compraventas a crédito, promesas de enajenación de inmuebles a plazos,
arrendamientos y créditos de uso (leasing) “caducos” por incumplimiento del deudor
de pagar el precio o los pagos comprometidos.
Para que puedan ser “rehabilitados”, es necesario que se cumplan,
acumulativamente, ciertas condiciones, pensadas para garantizar la contraprestación
del acreedor que se ve obligado a continuar un contrato que pretende resolver. Esto
supone, como es lógico, un concurso con activos líquidos como para poder enfrentar
los pagos.
1. En primer lugar, previamente, se deben consignarse los importes pendientes
de pago y los intereses moratorios, así como asumir la obligación de continuar
realizando los pagos periódicos. Los pagos posteriores a la declaración del
concurso se consideran créditos contra la masa.
2. En segundo lugar, se debe notificar la rehabilitación a la parte acreedora. La
notificación debe realizarse antes de que finalice el plazo para presentar la
solicitud de reconocimiento de créditos en el concurso.
3. En tercer lugar, no debe de haber recaído sentencia judicial pasada en
autoridad de cosa juzgada disponiendo la resolución del contrato por
incumplimiento.
5.6) Inventario
5.4.1) Concepto
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Sin embargo, las enajenaciones por título oneroso, hechas a personas de buena fe,
no pueden ser revocadas, aunque el deudor haya tenido intención de defraudar. Es
necesario que se pruebe además, que el adquirente tenía noticia del fraude.
Esa prueba no se requiere en el caso de donatarios o cesionarios por título lucrativo,
sea cual fuere su buena fe.
En la acción revocatoria concursal, las exigencias probatorias se aligeran respecto de
los actos enumerados en el art. 81 de la LCU. Según se verá, basta con acreditar que
el acto impugnado se realizó dentro del período de sospecha.
Sin embargo, en los casos previstos en el art. 82 se requiere la acreditación de que el
deudor actuó en fraude y perjuicio de los acreedores, y de que la contraparte conoció
o debió conocer que el deudor se hallaba en estado de insolvencia. En estas
hipótesis, el único aligeramiento de la carga probatoria es el que surge de lo
dispuesto en la presunción del inc. 2: “Se presume el conocimiento del estado de
insolvencia en el caso de personas especialmente relacionadas con el deudor.”
Según se advertirá, en los casos previstos en el art. 82, la acción revocatoria
concursal es tanto o más exigente que la prevista en el Código de Comercio. En el
caso de cesión por título lucrativo, por ejemplo, la acción pauliana prevista en el
Código de Comercio exime de la prueba de la mala fe del cesionario. En cambio, el
art. 82 exige la prueba de que el cesionario conoció o debió conocer que el deudor se
hallaba en estado de insolvencia. Entendemos que, en este caso, los acreedores
pueden pedir la revocación de los actos ejecutados por el deudor en fraude de sus
derechos, fundados en las disposiciones del Código de Comercio.
b) Limitación en el plazo
La acción pauliana prevista en el Código de Comercio debe ser ejercida dentro del
término de un año, contado desde el día en que los actos celebrados en fraude de los
derechos de los acreedores llegaron a su noticia.
Para el ejercicio de la acción revocatoria concursal se prevén plazos diversos.
Cuando se trate de actos gratuitos o de los previstos en el art. 82, el plazo es de dos
años anteriores a la declaración del concurso (art. 81, n° 1). Para el ejercicio de
acciones revocatorias sobre los restantes actos, el plazo es de seis meses.
Por lo tanto, el plazo previsto para la acción pauliana es más extenso en algunas de
las hipótesis.
c) Legitimación activa
Los únicos legitimados para promover la acción pauliana son los acreedores. Para
promover las acciones revocatorias son, en cambio, quien en principio está legitimado
es el síndico, sin perjuicio de la legitimación subsidiaria de los acreedores, en caso de
omisión de éste.
5.7.3) Acción especialísima
Para otros autores la acción revocatoria concursal es una acción especialísima,
nacida por imperio de la LCU. Esta tesis se afirma en las diferencias con la acción
pauliana.
La acción pauliana nace a raíz de una actividad civilmente delictuosa del deudor; las
acciones revocatorias se pueden promover sin que sea necesaria tal actividad
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delictuosa sino por el sólo hecho del concurso. Esto, en realidad, solo es cierto en las
hipótesis del art. 81, puesto que no se exige la prueba del fraude. En cambio, en las
hipótesis del art. 82 se parte de la base del fraude y perjuicio a los acreedores por
parte del deudor y de que la contraparte conoce su insolvencia.
5.8) Deudas contra la masa
La expresión “deudas de la masa activa” es equivoca. La masa activa no es un sujeto
y, por lo tanto, no puede tener deudas. Comentando expresiones similares, como la
de “acreedores de la masa”, utilizada por el Código de Comercio, la doctrina señalaba
que la denominación era cómoda pero jurídicamente inexacta pues la masa no tiene
personería jurídica que le permita poseer acreedores.
También, es equívoca la inclusión de este capítulo en un título dedicado a la
formación de la masa activa. Al darle esta ubicación, pareciera que el legislador
hubiera querido indicarnos que considera que se afilia a la idea de la prededucibilidad
de estos créditos, en el sentido que para la conformación de la masa activa se debe,
previamente, deducir estos créditos. Como contrapartida, estos créditos no
integrarían la masa pasiva del concurso.
5.8.1) Consideraciones generales
a) La expresión “créditos contra la masa”
“Crédito” es una cantidad de dinero o cosa equivalente, que alguien debe a otra
persona y cuyo cobro ésta tiene derecho a exigir, en calidad de acreedora.
La categoría “créditos contra la masa” no era utilizada por el Código de Comercio,
aunque sí era posible encontrarla en la doctrina. Esta expresión aparece en el art. 84
de la Ley Concursal española n° 22 de 2003 (LCE).
La terminología es mejor que la utilizada en el nombre del capítulo, puesto que se
trata de créditos que, según se verá en el artículo siguiente, se habrán de satisfacer
con bienes que integran la masa activa.
Se trata de créditos “nacidos” después de la declaración de concurso, como
contrapartida de una obligación extraconcursal derivada de hechos o actos realizados
por el deudor con autorización del interventor o por el síndico, según nos
encontremos en una hipótesis de limitación o de suspensión de la legitimación,
respectivamente. No se trata de créditos privilegiados. En primer lugar, porque no
están incluidos en la clasificación que enuncia el art. 108 de la Ley Declaración
Judicial del Concurso y Reorganización Empresarial n° 18.387 de 2008 (LCU). En
segundo lugar, como razón de fondo, porque los privilegios sirven al interés particular
de un acreedor, en tanto la calificación de determinados créditos como “de la masa”
sirve al interés general de todos los acreedores o del propio deudor y su familia.
b) Relevancia de pertenecer a la categoría “créditos contra la masa”
A los créditos contra la masa no les afecta el concurso, ni les alcanza la Ley del
dividendo. Por lo tanto, están excluidos de la carga de verificar. Tienen una situación
privilegiada, pues cobran antes que los acreedores en la masa, aun cuando son
posteriores en su nacimiento. En principio, se pagarán a medida que venzan, fuera
del procedimiento del concurso (art. 92).
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La retribución la fija el juez del concurso, previo informe del síndico o del interventor, y
del Secretario Contador, de acuerdo con la actuación del síndico o interventor, con los
importes máximos previstos en el Dec 180/2009 (art. 3).
En cualquier estado del procedimiento concursal, aun actuando de oficio, el juez
puede modificar la retribución del síndico o del interventor, siempre que exista justa
causa. Se entiende que existe justa causa, entre otras circunstancias, cuando hubiera
cambiado la situación de intervención o de suspensión de facultades del deudor,
cuando se hubieran constatado un cambio sustancial en el valor del activo social o la
variación de cualquiera de las circunstancias tomadas en cuenta para la fijación de la
remuneración (art. 11). En caso de separación del síndico por prolongación indebida
de la liquidación, de conformidad con lo dispuesto en el art. 179 de la LCU, el mismo
pierde el derecho a percibir las retribuciones devengadas, debiendo reintegrar a la
masa activa las cantidades que, en concepto de retribución, hubiera percibido (art.
12).
3. Los gastos de conservación, administración, valoración y liquidación de
la masa activa
Dentro de esta categoría quedan comprendidos los créditos generados por la
actuación del síndico o interventor, para las tareas necesarias para la conservación,
la administración, la valoración y liquidar los bienes del concursado.
Dentro de esta clase, se incluyen: los impuestos pagados por los bienes y los gastos
de conservación de los bienes. También, entran dentro de esta clase, los créditos
contractuales derivados de los contratos celebrados por el síndico como, por ejemplo,
con los empleados nombrados por él.
En lo referido a los gastos de valoración de la masa activa, corresponde recordar que
el art. 77 impone al síndico o al interventor, la contratación de un experto
independiente para que lo asesore en la valoración de los elementos de la masa
activa, solicitando previamente la autorización del juez del concurso. El honorario
correspondiente debe ser considerado como un “crédito contra la masa”.
Los honorarios de los expertos en valoración y de los rematadores, deben ser fijados
por el juez, con un máximo del cincuenta por ciento y un mínimo del diez por ciento
del honorario que surge de la escala básica prevista por el art. 5 del Dec. 180/009
para el interventor concursal, calculado sobre el monto de los activos sujetos,
respectivamente, a valoración o a remate, en función de la complejidad de la tarea
encomendada (art. 13 Dec. 180/009).
Quedan, también, incluidos en esta categoría las retribuciones de los auxiliares que el
síndico o el interventor, hayan sido autorizados a designar y a retribuir con cargo a la
masa, de conformidad con lo establecido por el art. 30 de la LCU. En el mismo
régimen entran los gastos justificados de desplazamiento fuera del departamento
donde se tramita el concurso (art. 2 Dec. 180/009).
b) Obligaciones contraídas en interés del deudor
En el n° 5 del art. 91, se incluye entre los “créditos contra la masa” a los pagos por
alimentos y entierro del deudor y de las personas frente a las cuales éste tenga deber
legal.
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En principio, como la LCU no distingue, todos los acreedores que integran la masa
pasiva del deudor, deben proceder a verificar sus créditos: los privilegiados
especiales (art. 109), los privilegiados generales (art. 110), los acreedores con
créditos sujetos a condición y litigiosos (art. 103), los acreedores subordinados (art.
111 y 112) y los acreedores quirografarios o comunes. Sólo están excluidos los
créditos contra la masa (porque no integran la masa pasiva) y los acreedores con
créditos reconocidos por sentencias judiciales o laudos arbitrales (art. 100).
6.1.1) Comunicación a los acreedores
La comunicación a los acreedores se encuentra regulada en el art. 93. Por la
ubicación de este artículo dentro del capítulo referido a la verificación de los créditos,
pareciera estar concebida como el acto inicial del procedimiento de verificación.
a) Condiciones de la comunicación
Plazo
La comunicación debe realizarse, como máximo, dentro del plazo de quince días, a
contar de la designación del síndico o del interventor (art. 93).
Se ha estimado que el plazo es suficiente para unos pocos acreedores pero
demasiado exiguo cuando se trate de deudores con una cartera de muchos
acreedores. La práctica plantea problemas que, evidentemente, la LCU no consideró:
el domicilio de los acreedores puede no ser fácil de obtener o no estar actualizado, el
acreedor puede haber cerrado su establecimiento o mudado de dirección, el
procedimiento de entrega y, en caso de no encontrar al destinatario, devolución de
cartas por el correo puede ultrapasar el reducido plazo legal, etcétera.
Contenido
La comunicación tiene como función, notificar a los acreedores sobre diversos puntos
muy concretos:
la declaración del concurso;
la sede ante la cual se tramita el concurso;
el nombre del síndico o interventor;
la fecha fijada para la junta de acreedores.
En la comunicación no se emplaza a los acreedores a la verificación de sus créditos.
Sería útil, evidentemente, aprovechar esta oportunidad para comunicar a los
acreedores que deben comparecer a insinuar sus créditos. La LCU no lo establece.
Mucho menos obliga a incluir, en la notificación, una advertencia al acreedor respecto
de las consecuencias de no presentarse a la verificación de su crédito.
Destinatarios
Los destinatarios de la comunicación son tanto los acreedores del deudor
concursado, como sus codeudores, fiadores o avalistas. Han de recibir la
comunicación todos los acreedores del deudor, sea porque consten en su
contabilidad y documentos, o porque resulten conocidos de cualquier otra forma. La
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Si el acreedor no cumple con esta carga, no participa del concurso, aun cuando haya
sido denunciado por el deudor en la nómina de acreedores y, por tanto, pierde el
derecho a participar en las instancias que sobrevengan en el proceso concursal,
hasta tanto se presente a insinuar sus créditos.
En particular, en virtud de lo dispuesto en el art. 118, sólo tienen derecho a asistir a la
junta de acreedores, aquellos que hayan verificado sus créditos. Si en esa junta se
hubiese aceptado alguna de las propuestas de convenio presentadas por el acreedor,
sin que hubieren oposiciones o, aun habiéndolas, si fuere aprobado judicialmente, el
convenio será obligatorio, también, respecto de aquéllos créditos que, por cualquier
causa, no hubieran sido verificados (art. 158).
Indiferencia de su crédito respecto del cómputo de las mayorías para obtener
un convenio anticipado
Por otra parte, para poder presentar una propuesta de convenio con anticipación a la
junta de acreedores, el deudor requiere una mayoría de acreedores quirografarios
“con derecho a voto” (art. 163). Como acabamos de expresar en al párrafo anterior,
los acreedores que no hubieren verificado sus créditos no pueden participar de la
junta, por lo que, tampoco deben ser considerados a los efectos de determinar las
mayorías de suscriptores requerida para la presentación anticipada de un convenio
en los términos del art. 163.
Costos de le verificación
De acuerdo con lo dispuesto por el art. 56.1 del Código General del Proceso, se
consideran costos, los honorarios de los abogados y de los procuradores.
La exoneración de todo tipo de costos por la verificación de sus créditos, establecida
en el art. 95, constituye un incentivo para la presentación tempestiva de los
acreedores, que se pierde una vez vencido el plazo dispuesto por el art. 94.
Concretamente, corresponde que los acreedores que insinuaron tardíamente sus
créditos, paguen los honorarios del síndico o interventor, por la verificación tardía de
sus créditos.
6.2) Preparación de la lista de acreedores
6.2.1) Plazo de presentación
Una vez terminado el plazo de sesenta días, con que cuentan los acreedores para
solicitar la verificación de sus créditos (art. 94), empieza a correr el plazo de treinta
días, dentro del cual, el síndico o el interventor deben preparar la lista de acreedores.
6.2.2) Contenido
El art. 101 establece que el síndico o el interventor, deben preparar una lista de
acreedores que contenga dos nóminas.
Para poder confeccionarla, el síndico o el interventor tendrán que analizar cada
solicitud por separado, cotejar los dichos del acreedor con las anotaciones contables
del deudor y, si resulta necesario, investigar el crédito denunciado de modo de
convencerse de su legitimidad.
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El convenio que en dicha junta se vote es obligatorio para el deudor y para los
acreedores quirografarios y subordinados cuyos créditos fueran anteriores a la
declaración judicial de concurso, incluidos los que, por cualquier causa, no hubieran
sido verificados (art. 145).
b) Legitimación para adherir a la propuesta anticipada de convenio
Sólo los acreedores con créditos verificados pueden adherir a la propuesta de
convenio que el acreedor, eventualmente, presente antes de la celebración de la junta
de acreedores. La condición exigida por el art. 163 para su adhesión, es la de ser
acreedores quirografarios con derecho a voto. Para tener ese derecho es condición
indispensable - aunque no suficiente – haber verificado sus créditos.
c) Legitimación para participar del producido de la liquidación
Integrar la masa pasiva como acreedores concurrentes, les genera el derecho a
participar en la liquidación de los bienes que integran la masa activa.
La verificación de sus créditos puede ser relevante, eventualmente, hasta para los
acreedores hipotecarios y prendarios, para participar en el pasivo concursal por el
saldo que no hubieren podido cobrar con el producido de la ejecución hipotecaria o
prendaria de su crédito.
Los acreedores que se presenten tardíamente, pierden el derecho a percibir la
participación que les hubiere correspondido con los pagos ya realizados (art. 99).
A los acreedores concurrentes, en principio, por aplicación de la pars conditio
creditorum, justificada en la necesidad de evitar que el deudor cumpla con unos
acreedores en detrimento de otros, se les otorgará un tratamiento igualitario, siempre
dentro de su clase. Esto implica lo siguiente:
En primer lugar, que los acreedores concurrentes no cobran en cualquier
momento. Como principio general, deben esperar a la liquidación de la masa
activa, procedimiento que se realiza de acuerdo a lo dispuesto en los arts. 168
a 180.
En segundo lugar, que los acreedores concurrentes sólo cobran íntegramente
sus créditos si la masa activa es suficiente. Si no alcanza, entonces, deben
soportar que se les pague a prorrata o, dicho de otro modo, en proporción a
sus respectivos créditos. La colectividad de acreedores, por imperio de la LCU,
queda sometida a una “comunidad de pérdidas”, que los obliga a sacrificar
parte de su crédito en beneficio de todos.
6.3.3) Recursos contra la sentencia que aprueba la lista de acreedores
Esta sentencia puede ser objeto de recurso de reposición y apelación (con efecto no
suspensivo) en un todo de acuerdo con lo dispuesto en el art. 252. Si así lo solicita el
recurrente, el juez tiene la facultad de disponer las medidas cautelares necesarias
que aseguren la efectividad de la sentencia que resuelva el recurso.
7) La junta de acreedores
El acreedor actúa o puede actuar en el concurso individualmente. Actúa
individualmente cuando solicita la declaración de concurso (art. 6, nº 2), cuando
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constituida con parte o todo el personal, a título de depósito con facultades de uso
precario (art. 174, n° 2). Puede ofrecerse, también, una combinación de lo anterior.
En la enumeración legal hay contenidos que suponen la entrega de dinero o bienes,
con la única finalidad de satisfacer a los acreedores. Acabado el proceso concursal,
una vez cumplido lo convenido, el empresario continuará su actividad con
independencia de los acreedores. Es el caso del pago con quitas o con esperas, de la
cesión de bienes y de la creación de un fideicomiso.
Otras fórmulas, en cambio, implican, en mayor o menor medida, la participación de
los acreedores en la nueva etapa que afrontará la empresa. Así será toda vez que el
convenio tenga por contenido la constitución de una sociedad con los acreedores, la
capitalización de pasivos y la entrega de los bienes en uso precario a la cooperativa
de trabajadores
Finalmente, la LCU dispone otros contenidos, un tanto ambiguos, que pueden o no
ubicarse en alguna de las categorías anteriores. Es el caso de la reorganización de la
sociedad y de la administración de los bienes en interés de los acreedores.
Quitas y esperas
Los acreedores pueden conceder al deudor una quita en el monto total de lo
adeudado, o pueden darle plazo para el pago. También, pueden aceptar las dos
cosas.
Cesión de bienes a los acreedores
Cuando el deudor cede sus bienes a los acreedores, transmite la propiedad de los
mismos y con ello paga lo adeudado. La cesión puede comprometer todo los bienes o
sólo algunos.
Constitución de una sociedad con los acreedores quirografarios
También se puede constituir una sociedad con los acreedores quirografarios. En este
caso, el deudor se aviene a constituir una sociedad con los acreedores quirografarios.
Puede ser una sociedad civil o una sociedad comercial. Si se trata de una sociedad
comercial, una vez celebrado el contrato social, la nueva persona jurídica será la
encargada de continuar la actividad del deudor concursado.
Capitalización de pasivos
La capitalización de pasivos es una operación contable que no supone movilización
de dinero alguno. Capitalizar significa llevar al capital. Capitalizar pasivos implica
debitar la obligación del rubro débitos y acreditarlo en el rubro capital integrado. De
esta forma se transforma al acreedor en socio. La solución es similar a la anterior
pero, a diferencia de ella, la sociedad ya está constituida.
Creación de un fideicomiso
El fideicomiso es un acto o un contrato por el cual se constituye lo que se denomina la
“propiedad fiduciaria”. Esta propiedad fiduciaria está conformada por una serie de
bienes y derechos transmitidos por el fideicomitente. Se trata de un “patrimonio de
afectación”, esto es, un patrimonio especialmente afectado a los fines previstos en el
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El art. 168, en el n° 1, no especifica las causales que habilitan al deudor para iniciar
este proceso. Lo lógico es que el deudor solicite la apertura del proceso de liquidación
cuando el estado de su patrimonio sea tan deficitario como para prever la
imposibilidad de cumplir con sus obligaciones aun con el auxilio de un convenio. La
exposición de motivos de la LCU, por otra parte, establece esta circunstancia.
No obstante, dado el tenor imperativo del acápite del art. 168 y a la ausencia de
cualquier requerimiento especial en el n° 1, entendemos que el juez concursal, una
vez recibida la solicitud del deudor, debe inmediatamente decretar la liquidación.
La única condición que pareciera establecer el art. 168 a la legitimación del deudor
para solicitar la liquidación de su masa activa, es en cuanto a la oportunidad para
hacerlo. El juez debe ordenar la liquidación, si el deudor lo pide en la solicitud de
declaración judicial del concurso.
Sin perjuicio de lo antedicho, entendemos que la solicitud de declaración judicial del
concurso no es la única oportunidad en que el deudor puede solicitar la liquidación de
su masa activa. Así, por ejemplo, si el deudor que aun habiendo obtenido la
aprobación de un convenio, advierte que lo habrá de incumplir y se presenta a
solicitar la liquidación, el juez puede decretar la liquidación. En este caso, se trataría
de una suerte de confesión de la configuración del caso previsto en el n° 4 del art.
168 (incumplimiento del convenio) y, por otra parte, corresponde reconocer que la
anticipación de la concursada a denunciar su propio incumplimiento, tiende a la
preservación de la masa activa remanente, en beneficio de los acreedores.
En definitiva, así como el art. 167 le confiere legitimación a los acreedores para
solicitar la liquidación judicial, en caso de incumplimiento del convenio, el n° 4 del art.
168 le confiere al juez de concurso la potestad para ordenar la liquidación de la masa
activa, en términos generales. Una vez que se evidencia el incumplimiento del
convenio, para lo cual tienen legitimación los acreedores pero ciertamente, también,
el deudor, el juez debe ordenar la liquidación de la masa activa.
9.2.2) Liquidación a solicitud de los acreedores
Los acreedores pueden solicitar la apertura anticipada de la liquidación siempre y
cuando se trate de acreedores quirografarios que representen la mayoría de los
créditos con derecho a voto. Podrán hacerlo en cualquier estado del proceso
concursal, sea en la junta o fuera de ella (art. 168, n° 5), respetando los requisitos de
enajenación generales establecidos en el art. 175.
Si bien la LCU no plantea obstáculos formales, con el objeto de no demorar la
liquidación, es obvio que el proceso concursal deberá encontrarse lo suficientemente
adelantado como para poder reconocerse la mayoría de créditos que requiere la
norma. Por tanto, la solicitud de apertura anticipada de la liquidación sólo podrá
realizarse luego de que la lista de acreedores haya adquirido firmeza de acuerdo al
art. 105.
Por otra parte, cualquier acreedor puede solicitar la liquidación de la masa activa en
caso de incumplimiento del convenio. El juez podrá adoptar las medidas cautelares
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que estime necesarias las que, de acuerdo a lo establecido en el art. 167, quedarán
sin efecto declarado el incumplimiento o desestimada la solicitud.
9.2.3) Liquidación de oficio
Por su parte, el juez debe ordenar el inicio del proceso liquidatorio en los casos
siguientes:
1. Cuando constata la inexistencia de propuesta de convenio y cuando, aun
presentada, verifica que la misma no fue aceptada por la junta de acreedores
(art. 168, n° 2).
2. Cuando falte la aprobación judicial del convenio (art. 168, n° 3).
3. Cuando constate el incumplimiento de lo prometido en la fórmula aprobada por
la junta de acreedores (art. 168, n° 4, y art. 235).
La causal dispuesta en el n° 3 del art. 168 conduce a plantearnos cuál es el alcance
de la valoración que realiza el juez al negar la aprobación judicial del convenio.
El juez tiene el poder de rechazarlo cuando se haya incumplido la LCU, por ejemplo,
cuando constate ilegalidades cometidas en la fórmula aprobada por la junta de
acreedores o ilegalidades respecto de la celebración y desarrollo de la junta. El
verdadero problema consiste en resolver si, fuera de los casos de contralor de
legalidad, el juez tiene el poder de rechazar el convenio y ordenar la liquidación como
resultado de un examen de viabilidad de la propuesta o si puede considerar la
conveniencia de la solución.
Entendemos que no. El art. 129 dispone que los acuerdos de la junta de acreedores
deben ser homologados por el juez del concurso y el art. 154 confirma esta tesitura al
establecer que si no se formula oposición oportunamente, el juez debe dictar un auto
en el primer día hábil posterior aprobando el convenio de acreedores. Exactamente la
misma solución prevé la LCU en su art. 164. Por lo tanto, el juez carece de cualquier
discrecionalidad a este respecto.
Sólo en el caso de que existieran oposiciones, la aprobación o el rechazo del
convenio, dependerá de su criterio (art. 155). Sin embargo, incluso en este caso, la
referencia a los casos en que a criterio del juez no pueda aprobarse el convenio, está
acotada por lo dispuesto en el art. 152 respecto a las facultades decisorias del juez.
Éste sólo puede considerar la no aprobación del convenio cuando, previa oposición al
convenio promovida por determinados sujetos (art. 151 y art. 152, inc. 2), le
corresponda expedirse respecto a la existencia de infracciones legales en la
constitución o en la celebración de la junta, o en el contenido del convenio o, también,
respecto a la emisión de votos decisivos por quien no era titular real del crédito o la
obtención de votos mediante maniobras que afecten o puedan afectar a la paridad de
trato entre los acreedores quirografarios. Así mismo, si lo solicitan los sujetos
referidos en el inc. 2 del art. 152, podría el juez expedirse respecto a la "inviabilidad
objetiva" del cumplimiento del convenio.
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aprobado por el tribunal). De esta forma la LCU garantiza una enajenación rápida y
reglas transparentes previamente autorizadas por el juez.
La fecha prevista y el pliego de condiciones deben formar parte de la resolución
judicial de apertura de la liquidación.
c) Declaración de disolución y cese de administradores
Si el deudor es una persona jurídica, además de lo anterior, corresponde que el juez
declare la disolución de la sociedad y el cese del órgano de administración (art. 169,
n° 3).
9.3.2) Trámite inmediato a la resolución
La resolución judicial que ordena la liquidación de la masa activa debe notificarse a
los miembros de la comisión de acreedores. Posteriormente, debe inscribirse en el
Registro dentro de las veinticuatro horas de dictada (art. 20) y publicarse un extracto,
también, dentro de las veinticuatro horas de dictada, durante tres días (art. 22).
En todo caso, la LCU es clarísima respecto a la ejecución inmediata de lo dispuesto,
aunque todavía se esté en plazo para interponer los recursos correspondientes. La
LCU, por tanto, en aras de la rapidez y la eficiencia, sacrifica el derecho del deudor,
pues los recursos presentados no suspenden la ejecución de lo resuelto y el auto de
liquidación comenzará a ejecutarse aunque no haya quedado firme.
9.3.3) Efectos de la apertura de la liquidación
El vencimiento anticipado de los créditos y la resolución anticipada de los contratos
celebrados por el deudor, es una consecuencia lógica de la apertura del proceso
liquidatorio. Se trata de una ficción necesaria, de modo de cristalizar las obligaciones
del deudor.
Dado el inicio del proceso de liquidación, no tiene sentido hacer esperar al acreedor a
que venza su crédito ni, tampoco, mantener un contrato a sabiendas de que el deudor
no lo podrá respetar. Así, los créditos que todavía no han vencido se vuelven
exigibles y los contratos pendientes de ejecución se resuelven.
Los contratos laborales nos obligan a armonizar el art. 69, ya visto, con este art. 170
que estamos analizando. De acuerdo al art. 69, los contratos de trabajo no se
rescinden como consecuencia de la declaración de concurso. Los créditos que se
generen formarán parte de la masa pasiva, con cargo a la masa activa (art. 91) y
serán abonados, a medida que venzan, de acuerdo al art. 92.
Quiere decir que estos contratos no sufren mayores alteraciones por la declaración de
concurso, lo que no significa que no los afecte la apertura de la instancia de
liquidación. La liquidación es una etapa del proceso concursal que sí provoca la
resolución anticipada de los contratos de trabajo.
10) Formas de liquidación de la masa activa
10.1) Venta en bloque de la empresa
La "venta en bloque de la empresa", regulada en los arts. 171 a 173, integra la etapa
liquidatoria del proceso concursal.
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La plusvalía que obtienen los bienes gracias a la vinculación que los une e integra en
el establecimiento comercial - definición que ASCARELLI proponía para la expresión
“valor llave” – tampoco es objeto de Derecho. Es una cualidad y, por lo tanto, no
puede ser enajenada, sin perjuicio de que pueda ser considerada al establecer el
valor del establecimiento. Sin duda, el valor llave es tenido en cuenta en la fijación del
precio de la casa de comercio pero, en sí mismo, no puede ser enajenado, puesto
que no es un objeto sino una cualidad del objeto.
Más allá de las imprecisiones terminológicas, está claro que la LCU establece un plan
general de prioridades, que tiene por finalidad atenuar los efectos nocivos que se
puedan provocar, tanto a la productividad como a las fuentes de trabajo, con la
consecuente pérdida de valor, que redundaría en un perjuicio para el conjunto de los
acreedores.
Este plan de enajenación, que se debe tener preparado desde prácticamente el inicio
del procedimiento, debe tener en cuenta, en primer lugar, que debe intentarse la
enajenación con todos los establecimientos comerciales o industriales a través de los
cuales el deudor realiza su actividad empresarial. En segundo lugar y
concomitantemente, debe mantenerse la actividad del deudor, de modo de poder
enajenar a los establecimientos “en funcionamiento”.
Sólo una vez probado que este tipo de enajenación no es posible y si a los
acreedores conviene otra forma de liquidación, podrá dejarse de lado esta aspiración
para proceder a concretar otra solución.
2. Cuando durante los dos años anteriores a la fecha de declaración del concurso
de acreedores los fondos o los bienes propios del deudor hubieran sido
manifiestamente insuficientes o inadecuados para el ejercicio de la actividad o
actividades a las que se hubiera dedicado.
3. Cuando, antes de la declaración de concurso de acreedores, hubieran salido
indebidamente del patrimonio del deudor bienes o derechos.
4. Cuando no hubiera llevado contabilidad de ninguna clase, estando legalmente
obligado a ello, o cuando hubiere llevado doble contabilidad o hubiere
cometido falsedad en la contabilidad.
5. Cuando el deudor hubiera cometido falsedad en cualquiera de los documentos
adjuntados a la solicitud de declaración judicial de concurso o presentados
durante la tramitación del procedimiento.
11.1.2) presunciones relativas de culpabilidad (admite prueba en contrario)
Se presume la existencia de culpa grave del deudor, salvo prueba en contrario, en los
siguientes casos:
1. Cuando el deudor hubiera cumplido el deber de solicitar la declaración judicial
de concurso.
2. Cuando el deudor hubiera incumplido el deber de cooperación con los órganos
concursales, no les hubiera facilitado la información necesaria o conveniente
para el interés del concurso o no hubiera asistido a la Junta de Acreedores.
3. Cuando el deudor hubiera incumplido con su obligación de preparar, en tiempo
y forma, los estados contables anuales, estando legalmente obligado a ello.
Cómplices: se consideran cómplices las personas que, con dolo o culpa grave,
hubieran cooperado con el deudor o, en el caso de personas jurídicas deudoras, con
los administradores y liquidadores a la realización de cualquier acto que hubiera
producido o agravado la insolvencia.
11.1.3) Incidente de calificación
En la misma resolución por la que apruebe el convenio u ordene la liquidación de la
masa activa, el Juez del concurso mandará formar el incidente de calificación, que se
abrirá con la solicitud de declaración del concurso de acreedores y los documentos
adjuntos y con la sentencia que lo hubiera declarado.
No procederá la información del incidente de calificación cuando concurran
acumulativamente las siguientes condiciones:
1. El concurso de acreedores fuera voluntario.
2. El convenio aprobado permita la satisfacción integra de los créditos
concursales en un plazo no superior a 2 años o, en caso de liquidación, que de
los actuado resulte que el activo del deudor es suficiente su pasivo.
11.2) Procedimiento
1. Comparecencia de los interesados: dentro de los 15 días siguientes a contar
desde la publicación en el Diario Oficial de la resolución judicial que ordene la
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a la masa activa, así como a indemnizar los daños y perjuicios causados, cuya
cuantía se determinará en período de ejecución de sentencia.
En el caso de que el deudor cuyo concurso hubiera sido calificado como culpable
fuese una persona jurídica, al sentencia de calificación podrá contener, además, la
condena a los administradores y liquidadores, de derecho o de hecho, e integrantes
del órgano de control interno, o a algunos de ellos, a la cobertura de la totalidad o
parte del déficit patrimonial en beneficio de la masa pasiva.
Importante: las disposiciones sobre calificación del concurso se establecen sin
perjuicio de las normas penales que correspondería aplicar, en caso de que alguno
de los involucrados hubiera incurrido en conductas delictivas tipificadas por las
referidas normas.
11.2.2) Sustitución de los inhabilitados
En caso de inhabilitado del deudor persona física, el Juez, en resolución posterior,
oídos previamente los interesados, nombrará un curador que se encargue de la
administración de los bienes del inhabilitado.
En caso de que la inhabilitación de los administradores o de los liquidadores de la
persona jurídica deudora impida a la misma formar su voluntad corporativa, el síndico
o el interventor convocarán una asamblea de socios o accionistas para el
nombramiento de administradores o de liquidadores.
11.2.3) Cobertura de la totalidad o parte del déficit patrimonial
Si en el convenio se hubiera acordado una quita al deudor de parte de sus créditos
quirografarios, los importes que se obtengan en la ejecución de la condena a la
cobertura de la totalidad o parte del déficit patrimonial, se destinarán al pago de la
parte condicionada.
Si existiera un resto y el convenio contuviera una espera para el pago de los créditos
quirografarios, las cantidades a que se refiere el inciso anterior se destinarán al pago
anticipado de los últimos plazos.
La ley uruguaya será aplicable a todos los concursos declarados en la República, con
excepción de las normas relativas a los efectos de la declaración del concurso sobre
los contratos celebrados por el deudor que se regirán por la ley aplicable al contrato.
14.1.3) Principio del trato nacional
No existirá ninguna diferencia en el tratamiento de los acreedores nacionales y
extranjeros, salvo los créditos laborales con privilegio general, que tendrán
preferencia para cobrarse sobre los bienes ubicados en el territorio nacional.
Cuando se acredite que el el estado del domicilio del deudor los acreedores
uruguayos no son admitidos en igualdad de condiciones con los nacionales, se estará
al principio de reciprocidad. No se aplicará el principio de reciprocidad en el caso de
los créditos prendarios e hipotecarios.
14.2) Eficacia en el país de las resoluciones judiciales extranjeras en materia de
concurso
14.2.1) Requisitos para el reconocimiento de la sentencia extranjera
La sentencia del Juez extranjero declarando el concurso o quiebra de un deudor será
reconocida en nuestro país, siempre que:
1. Haya sido dictada por Juez competente
2. La declaración judicial haya quedado firme
3. El deudor haya tenido oportunidad de defensa
4. No sea contraria al orden público internacional
5. Se cumplan los demás requerimientos contenidos en los art. 537 a 543 del
Código General del Proceso
14.2.2) Medidas cautelares en caso de solicitud de reconocimiento
Al admitir el trámite de solicitud de reconocimiento, el Juez podrá adoptar las medidas
cautelares que considere necesarias para asegurar la integridad del patrimonio que el
deudor tuviera en territorio uruguayo.
14.2.3) Declaración de concurso en el país
En el caso de declaración por Juez extranjero de concurso o quiebra de un deudor
que tenga o haya tenido su domicilio, centro efectivo de actividad, oficina,
establecimiento o explotación en la República, cualquiera de los sujetos legitimados
podrá solicitar la apertura del concurso en el país.
En este caso, existirá presunción absoluta de la insolvencia del deudor y el concurso
tendrá la calidad de necesario.
14.3) Convenios internacionales
Prevalencia de los convenios internacionales
Las disposiciones contenidas en este Título serán de aplicación en defecto u en
cuanto no se opongan a las de los convenios internacionales suscritos y ratificados
por la República.
15) Disposiciones penales
Resumen DERECHO COMERCIAL
Fraudes concursales
El deudor que, fuera de lo establecido en el art. 253 del Código Penal y en
oportunidad de la solicitud del concurso o en cualquier etapa posterior, exagere u
oculte su activo o su pasivo, reconozca o aparente privilegios inexistentes o
constituidos ilícitamente, sustraiga o esconda los libros sociales, acuerde u otorgue a
sus acreedores con cargo a la masa activa ventajas particulares en razón de su voto,
será castigado con un año de prisión a cinco años de penitenciaría.
En el caso de las personas jurídicas, incurrirán en este delito los socios, directores,
administradores, de hecho o derecho, que hayan aprobado la realización o hayan
realizado los actos constitutivos del delito.
Obligación de denunciar
El Juez del concurso, los síndico, los interventores, los auxiliares, los técnicos o los
peritos en el ejercicio de sus funciones, que tuvieran conocimiento de hechos o
circunstancias que en su opinión configuren alguno de los delitos vistos anteriormente
o de cualquier otra figura delictiva, tendrán la obligación de denunciarlo a la justicia
penal competente.
16) Disposiciones complementarias
Derecho procesal supletorio
En lo no previsto por la presente ley para la tramitación procesal del concurso de
acreedores se estará a lo establecido por el Código General del Proceso.
Disposiciones tributarias
En los procedimientos concursales se aplicarán las siguientes disposiciones
tributarias:
1. Desde la fecha del auto judicial de declaración de concurso, todos los créditos
concursales serán considerados incobrables a efectos de los tributos
recaudados por la Dirección General Impositiva. Los ingresados derivados de
la cobranza de los créditos concursales estarán gravados, cuando
corresponda, por los respectivos tributos a medida que se produzcan los
respectivos cobros.
2. El deudor tendrá la facultad de diferir hasta en 5 ejercicios la renta bruta
generada por las quitas que obtuviera en el concurso.
3. Estará exonerada de todo tributo, con exclusión del IVA y de IMESI, cuando
corresponda, la venta privada o en subasta pública y la cesión de bienes a los
acreedores realizados durante el proceso de liquidación de la masa activa del
concurso.
4. No serán aplicables a los síndicos o interventores las normas sobre
responsabilidad de los administradores por obligaciones tributarias, salvo que
hubiera actuado con dolo.