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RESUMEN

COMPLETO
DE
OBLIGACIONES

Andrea Valenzuela – 2016


TEORÍA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES
La Obligación

Concepto
1245.-. Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Esta definición alude al deber jurídico del deudor y al contenido de ese deber, de cumplir con una
prestación determinada. Implícitamente presupone otro sujeto, el acreedor. Concepto de obligación como
deber de prestación.

Definición romana: “La obligación es un vínculo de derecho en virtud del cual estamos constreñidos frente a
otro a determinada conducta”.
Existe un vínculo jurídico entre acreedor y deudor que supone una atadura de la persona del deudor. En la
actualidad, la responsabilidad del deudor es exclusivamente patrimonial.

La obligación en sentido estricto consiste en un deber concreto jurídico, ya que es creado, regulado y
protegido por el derecho. La ley confiere validez a la creación de las obligaciones.
La obligación como deber jurídico concreto es aquella que un sujeto, el deudor, asume determinada
prestación patrimonial para satisfacer el interés de otro sujeto.

El titular del beneficio resultante de la prestación debida es el acreedor. Este tiene un elemento activo en su
patrimonio, un crédito, un derecho personal.

Los elementos de la obligación son el vínculo jurídico, los sujetos, la prestación (objeto de la obligación) y
el interés del acreedor (finalidad de la obligación).

El objeto de la obligación es la prestación debida por el deudor. Esta prestación puede ser un hecho positivo
(pagar, entregar algo) o un hecho negativo (no hacer ciertas cosas).
La finalidad de la obligación es la satisfacción del interés del acreedor y esta también es la razón del
surgimiento de la obligación y a su vez, de extinción.

Esencia de la relación obligatoria


La obligación consiste en una relación jurídica que vincula a dos sujetos (acreedor y deudor) y uno de ellos, el
deudor, queda obligado, comprometido frente al otro, el acreedor, a cumplir una prestación, o sea desarrollar
una actividad patrimonialmente valorable.

En esta relación jurídica, la situación del acreedor es de preeminencia y la del deudor de subordinación.
El vínculo jurídico implica la idea de coercibilidad. En caso de incumplimiento, el derecho le otorga al
acreedor la potestad de obtener el cumplimiento coactivo de la obligación o su equivalente en dinero. El
derecho garantiza el cumplimiento asegurando la futura ejecución forzada del acreedor en los bienes del
deudor (art. 2372).
- El deudor cumple con la prestación, se extingue la obligación y el deudor queda liberado.
- Deudor no cumple y aparece la noción de responsabilidad patrimonial.
El objeto de responsabilidad son los bienes que integran el patrimonio del deudor, excepto los no
embargables.

Obligación como relación jurídica


La relación jurídica es intersubjetiva (2 o más sujetos). Las partes son las que constituyen la relación jurídica
y estos mismos son destinatarios de sus efectos.
Es una relación regulada por el derecho que se explica como conflicto de intereses y tiene por efecto la
atribución de un poder y de un deber.
Existe una correlación entre el derecho subjetivo y el deber jurídico. El deber jurídico implica que la
infracción a la conducta prescripta constituya el supuesto de una sanción.
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La obligación como derecho subjetivo
Tener un derecho subjetivo significa que la norma vincula a una situación o conducta de un sujeto, el
deber de un cierto tipo de comportamiento a otro sujeto.
El derecho subjetivo es una cualidad que la norma atribuye a ciertas situaciones, consistentes en la posibilidad
de determinar jurídicamente el deber de una especial conducta en otras personas.
El contenido específico del derecho subjetivo desde el punto de vista del titular supone la idea de poder
jurídico.
El poder jurídico es la potestad, concedida por el ordenamiento jurídico, de dirigir la propia voluntad de
determinada manera.
El derecho subjetivo se concede para la satisfacción de los intereses lícitos de su titular. Este interés
puede ser material, inmaterial, patrimonial o no patrimonial.

La obligación como derecho subjetivo patrimonial


A. Derechos absolutos y relativos
Absolutos: son aquellos que le dan al titular el poder de hacerse valer frente a todos (“erga omnes”) y una
defensa correlativa contra cualquier acto de violación de los mismos (derechos reales, de personalidad, de
familia).
Relativos: sólo pueden hacerse valer frente a ciertas personas y solo frente a ellas puede pretenderse
su cumplimiento.
B. Derechos patrimoniales y extrapatrimoniales
Los derechos patrimoniales tienen una significación pecuniaria. Los que quedan fuera del patrimonio
son extrapatrimoniales. Los derechos personales (o extrapatrimoniales) se subdividen en derechos de la
personalidad y derechos de familia.
Derechos potestativos
Son los que le confieren al sujeto activo la potestad de determinar una modificación en la situación jurídica
de otro sujeto, mediante un acto unilateral, sin que correlativamente surjan para ese otro sujeto (pasivo)
obligaciones u otro tipo de deberes jurídicos. La voluntad del sometido es indiferente, ya que no puede
impedir que se produzca el efecto jurídico.

El poder o potestad jurídica


Es en el caso del poder normativo negocial, poder de disposición y poder de representación.
El poder normativo negocial es el poder de crear normas a través del negocio jurídico.
El poder de disposición es la potestad de hacer surgir los efectos perseguidos por el declarante a
través del negocio jurídico.
El sujeto tiene la potestad de hacer surgir efectos patrimoniales eficaces de su declaración de
voluntad, para esto el declarante debe actuar sobre su propia esfera jurídica. Para actuar sobre
patrimonio ajeno eficazmente, se debe tener un subtipo de poder, el poder de representación.

El poder de apoderamiento inviste al representante de la potestad de actuar eficazmente en el patrimonio


ajeno. El poder de representación es un subtipo de poder de disposición que tiene por finalidad que los
efectos jurídicos del negocio otorgado por el representante, recaigan sobre el representado.

El deber jurídico. La coercibilidad. La obligación.

El deber jurídico y la sanción


Toda norma determina la conducta que un sujeto debe cumplir en la práctica, y con ello crea un deber.
Lo específico del deber jurídico está en que la infracción a la conducta prescripta por aquel constituye el
supuesto de una sanción. El precepto objetivo vigente para todos se convierte en deber jurídico subjetivo de
determinada persona en la medida en que imponga una sanción al sujeto que no se comporte en la forma
prevista.
El deber jurídico en la relación jurídica refiere al que se localiza en una de las dos partes de la relación
jurídica. Es el llamado sujeto pasivo.
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La responsabilidad
La violación del deber jurídico da lugar a la responsabilidad jurídica.
En el caso de la relación de obligación, el hecho ilícito se denomina incumplimiento. La responsabilidad que
surge del incumplimiento de una obligación se denomina responsabilidad patrimonial, esta consiste en que
el deudor, estando obligado al cumplimiento de determinada prestación, sus bienes están afectados a la
eventual ejecución forzosa de acreedor, desde el momento que surge la obligación (art. 2372).

Deber genérico y obligación


Los derechos absolutos son aquellos que atribuyen a un sujeto un poder que pueden hacerlo valer erga
omnes y la contrapartida de ese derecho absoluto es el llamado deber general de abstención que recae sobre
todos, con excepción del titular del derecho real o de cualquier otro derecho absoluto.

En el deber genérico no existe un deber particular sino un deber general de todos y dicho deber no es positivo
(no supone un comportamiento determinado) sino un deber negativo (es un deber general de abstención).

La violación de cualquier deber genérico supone la lesión de un bien concreto, son situaciones que plantean
grandes diferencias con la situación del deudor de una obligación concreta.

El deber jurídico, la sujeción y la obligación


La sujeción es el lado pasivo del derecho potestativo. Quien sufre el derecho potestativo de otro sujeto no
está obligado a ejecutar ningún hecho, ni abstención, no tiene un deber jurídico.

Su voluntad simplemente no cuenta, está sometida absolutamente a la voluntad unilateral del sujeto activo,
quien puede modificar la situación jurídica del sujeto pasivo.
En el derecho potestativo, con la sola comunicación unilateral de su voluntad, el sujeto activo modifica la
situación jurídica del sujeto pasivo, sin que la voluntad de este último cuente para nada.

La carga y la obligación
En ambas existe un deber pero en la obligación se corresponden las dos figuras de acto debido y acto ilícito,
mientras que en la carga sólo existe el acto necesario.
El que quiere hacer valer un derecho en juicio tiene la carga de la prueba de ese derecho.
La carga es el imperativo del propio interés, es la imposición del comportamiento como premisa para
conseguir un resultado útil.

La carga no corresponde a un hecho subjetivo ajeno, no habilita al otro para accionar contra el que no
cumple con la carga. El que debe cumplir con ella, sino lo hace, no puede ser demandado.

Caracteres de la obligación como deber jurídico


1. Patrimonialidad, significa que la prestación debe ser susceptible de valoración económica.
2. Presencia de dos sujetos, activo y pasivo y la determinación de estos. Los sujetos deben
estar determinados para que la obligación pueda nacer.
3. La obligación es el interés del acreedor, que está destinado a ser satisfecho por el
comportamiento del deudor.

La finalidad de la obligación es satisfacer el interés del acreedor y culmina su ciclo vital cuando el referido
interés ha sido satisfecho.

Conclusión
La obligación constituye una típica relación jurídica, por cuanto se entabla entre dos o más sujetos,
siendo uno de ellos (el acreedor) el sujeto y el otro (el deudor) el sujeto pasivo.
Vincula una relación de derecho subjetivo (crédito) con otra de deber jurídico (deuda).

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Es un derecho subjetivo no absoluto pues sólo puede hacerse valer contra determinada persona que
ha contraído específicamente una obligación.
Es un derecho subjetivo patrimonial, ya que es susceptible de estimación pecuniaria.
En la relación de obligación el hecho ilícito se llama incumplimiento y la sanción prevista por la norma es la
responsabilidad patrimonial.

LA OBLIGACIÓN COMO DERECHO PATRIMONIAL. SUS DIFERENCIAS CON LOS REALES.

Los derechos patrimoniales: derechos reales y personales


Los derechos reales y los personales integran la categoría de los derechos patrimoniales, pues recaen sobre
objetos con estimación pecuniaria. Son derechos disponibles, renunciables y prescriptibles.
Son aptos para satisfacer necesidades económicas y ser avaluables en dinero, por tanto tienen valor de
cambio.

Criterios de distinción entre los derechos reales y personales

1. INMEDIATEZ
Los derechos reales tienen como principal finalidad económica amparar relaciones de atribución o
apropiación de riquezas.
En el derecho real existe una relación inmediata del sujeto con el bien. El titular de un derecho real ejercita su
poder directamente sobre la cosa, sin intermediarios.

En los derechos personales, la finalidad económica consiste en regular las relaciones de cooperación
entre las personas.

El derecho real se ejercita fuera de toda cooperación de terceros y si a veces es necesaria una intervención
judicial, ella sirve no para el ejercicio típico del derecho real, sino para su tutela (acciones reivindicatorias o
posesorias).

2. CARÁCTER ABSOLUTO
El carácter absoluto refiere a la oponibilidad y la eficacia del derecho real frente a todos (erga omnes).
El derecho real sigue existiendo aun cuando la cosa deja de pertenecer al titular y la posibilidad, dada al
titular, de alcanzar la cosa objeto del derecho (derecho de persecución), en poder de otro que la haya tomado
(de hecho) para reducirla nuevamente a su poder.

Los derechos reales constituyen una situación a conservar y los derechos personales supone una situación
a conseguir.
El derecho personal carece de carácter absoluto, así que no es oponible a terceros. Los contratos no
pueden oponerse a terceros ni invocarse por ellos sino en los casos de los arts 1254 a 1256.
1254. El contrato que hiciere una persona a nombre de otra estando facultado por ella o por la ley, producirá
respecto del representado, iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.
1255. El contrato celebrado a nombre de otro por quien no tenga su representación voluntaria o legal (artículo
1311), será nulo; a no ser que lo ratifique la persona a cuyo nombre se haga.
1256. Si contratando alguno a nombre propio, hubiese estipulado cualquier ventaja en favor de tercera
persona, aunque no tenga derecho de representarla, podrá esta tercera persona exigir el cumplimiento de la
obligación, si la hubiese aceptado y hécholo saber al obligado, antes de ser revocada.

Los derechos reales y personales en el derecho uruguayo


El legislador uruguayo calificó como derechos reales a la propiedad, el usufructo, el uso, la habitación y las
servidumbres (derechos reales de goce) y a la prenda y la hipoteca (derechos reales de garantía).
Son derechos personales el arrendamiento, el comodato y la anticresis.

Gamarra ensayó una construcción unitaria de la categoría del derecho real.


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Considera errado cualquier camino que parta exclusivamente de los derechos reales de goce. En todo
derecho real hay siempre una cosa como punto de referencia y se excluye a todos los demás sujetos del
interés protegido por dicho derecho real.

En el derecho real de garantía se excluye a los terceros de toda pretensión sobre un bien determinado,
que pueda frustrar el interés del titular de un derecho personal. Este interés puede consistir en una
futura ejecución forzada por ejemplo.

Los dos niveles de la inherencia


El primer nivel de inherencia consiste en la posibilidad que tiene el titular de un derecho real de oponer su
derecho frente a los terceros adquirentes del bien.
Esto también se da en algunos derechos reales como en el arrendamiento y la anticresis debidamente
inscriptos en Registro.

El segundo nivel de inherencia es exclusivo de los derechos reales, habilita al titular de los mismos a
ejercitar acciones posesorias para recuperar el bien en poder de terceros (defenderse frente a terceros).
En los derecho reales, su titular puede entablar acciones posesorias.

Las obligaciones propter rem


Las obligaciones propter rem son el ejemplo de cuestión fronteriza entre los derechos reales y los
personales.
Son aquellas cuyo sujeto pasivo se determina por la posesión de un fundo o como las obligaciones
ligadas a un derecho real sobre una cosa individualizada.
Son obligaciones que se presentan como simples accesorios de un derecho del que el deudor está investido
y al cual puede renunciar. Mediante esa renuncia, el deudor queda también liberado de estas cargas de su
derecho.

Son obligaciones que no gravan a la persona en sí misma, sino como poseedora de una cosa. Son de
carácter ambulatorio, ya que el deudor se transmite con la transmisión de un bien.

Los caracteres de las obligaciones propter rem consisten en la obligación que tiene el deudor de dar
cumplimiento a una prestación positiva (dar o hacer) como consecuencia de un derecho real de que disfruta,
de forma que:
1. La prestación es debida por el titular del derecho sobre la cosa, sin que importe quién sea.
2. El deudor queda liberado si se desprende del derecho transfiriendolo a otro o mediante el
abandono del mismo.
3. Mientras el deudor conserva el derecho de la cosa, responde al cumplimiento de la prestación
con todos sus bienes
4. La obligación se transmite a los sucesivos poseedores del bien a los que éste es enajenado.

FUENTES DE LA OBLIGACIÓN
En materia de fuentes de la obligación, la doctrina estudia dos grandes temas conexos:
1. La determinación de qué hecho o hechos jurídicos son necesarios para que pueda
considerarse como nacida y contraída una relación obligatoria.
2. La sistematización de dichas fuentes, agrupandolas según la similaridad de sus caracteres,
o la similaridad de fundamentos.

El artículo 1246 del Código Civil uruguayo


1246. Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en los
contratos; ya de un hecho voluntario de la persona que se encuentra obligada, como en los cuasicontratos; ya
a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos;
ya por disposición de la ley, como sucede en las relaciones de familia o en las relaciones civiles.
Las obligaciones que nacen de la ley se expresan en ella.
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La ley en sí misma nunca es fuente de obligaciones, sino que la ley crea fuentes, asignando a ciertos
hechos el efecto de producir el nacimiento de relaciones obligatorias.
Cuando se refiere a obligaciones que nacen de la ley, refiere a un conjunto heterogéneo de hechos que no
tienen tal grado de generalidad como para ser mencionados. Pero a su vez toda obligación nace de la ley, ya
que se originan en la medida que la ley lo permite y lo establece.

Existe una crítica referente a la categoría de los cuasicontratos, ya que se definen como hechos lícitos,
practicados sin acuerdo de voluntades, que se asimilan al contrato en sus efectos y existen otros hechos
voluntarios ilícitos que generan obligaciones y no son calificados por la ley como cuasicontratos. La categoría
del derecho romano debería abandonarse.

Conclusiones
Toda obligación supone para su nacimiento, una fuente, una causa eficiente que la justifica y de la cual ha
surgido.
La ley en sí misma no es fuente de obligaciones. La ley asigna a ciertos hechos el efecto de producir
relaciones obligatorias.

Podría decirse que las fuentes de obligaciones son todos los actos o hechos idóneos para producirlas de
conformidad con el ordenamiento jurídico.
Las fuentes de obligación son los contratos, los hechos ilícitos el enriquecimiento sin causa y cualquier otro
acto o hecho idóneo para producirlos de acuerdo con el ordenamiento jurídico.

LOS ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN


Los elementos de la obligación son las partes componentes de la relación obligatoria. Estos son
intrínsecos.
Los elementos son los sujetos (deudor y acreedor), el interés del acreedor (finalidad), el objeto y el vínculo
jurídico.

PRIMER ELEMENTO DE LA OBLIGACIÓN: LOS SUJETOS


Los sujetos de la obligación
La obligación vincula, desde su nacimiento, a dos o más sujetos determinados. El acreedor, también
denominado sujeto activo, tiene derecho a exigir al deudor un determinado comportamiento a los efectos
de lograr la satisfacción de su interés.
El otro sujeto, el deudor o sujeto pasivo, soporta el referido deber y está por ello obligado a realizar un
comportamiento para satisfacer el interés del acreedor.
Los sujetos de la obligación tienen que ser personas de derecho, ya sean persona física o jurídicas.

Capacidad
Es necesario que el individuo haya llegado a cierto grado de desarrollo psico-físico y mental para que la
ley le otorgue una capacidad general para contratar.

Unidad y pluralidad de sujetos


La obligación exige la existencia de un acreedor y un deudor, pero estos pueden estar constituidos
por una sola persona o múltiples personas, estas últimas son obligaciones conjuntas.
La pluralidad de personas puede existir desde el nacimiento o puede surgir durante el ciclo de la obligación de
un sujeto singular (pluralidad superviniente). Por ejemplo, cuando fallece el acreedor o deudor, se transmite a
varios herederos el crédito o la deuda.

Transmisión de la obligación
La cesión de crédito es un contrato por el cual el acreedor (cedente) transmite a una tercera persona
(cesionario) su derecho contra el deudor (cedido). El deudor es pasivo, no otorga su consentimiento, basta
con que se lo notifique.

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La novación sustituye el acreedor o el deudor, pero previamente tiene que extinguirse la obligación
anterior entre los obligados originarios y consecuentemente crearse una nueva.

Determinación de los sujetos


La obligación como deber jurídico se caracteriza por ser una relación que vincula a dos sujetos determinados.
Pero no es necesario que estos sujetos estén verdaderamente determinados, sino que basta con que sean
determinables, o sea que en la relación obligatoria estén contenidos los elementos que permitan proceder a
su posterior determinación.
Estos casos de indeterminación son las obligaciones reales, los títulos al portador, el seguro por cuenta de
quien corresponda, la promesa al público y el legado obligatorio en favor de personas determinable.

Concepto de indeterminación
La indeterminación subjetiva es aquella en la cual existe un deudor y un acreedor pero ambos son
desconocidos entre sí o al menos uno de ellos desconoce al otro
La indeterminación objetiva es aquella en la cual aún no ha sido determinado uno de los sujetos de la
relación obligatoria, ya sea porque ello depende de un hecho futuro o por cualquier otra circunstancia.
En este caso la indeterminación es real ya que falta al menos uno de los sujetos de la obligación.

Para que la obligación nazca es condición indispensable que los sujetos estén determinados, no es
suficiente que sean meramente determinables.

SEGUNDO ELEMENTO DE LA OBLIGACIÓN: EL INTERÉS DEL ACREEDOR


El interés del acreedor constituye el fin último que la obligación persigue. Se busca la más completa y
adecuada satisfacción del interés del acreedor.
La obligación surge para satisfacer el interés del acreedor y recién culmina su ciclo cuando logra la
satisfacción de referido interés.

Interés del acreedor y derecho subjetivo


El interés es definido por Carnelutti como una relación entre una persona que experimenta una necesidad y un
bien que es un quid que se halla fuera de ella. El interés del acreedor tiene como punto de partida la existencia
de una necesidad (un estado de insatisfacción que nace en el acreedor y que pretende satisfacer con el bien
que obtiene por medio de la prestación.

Interés patrimonial y no patrimonial


El interés tiene como punto de partida una necesidad (un estado de insatisfacción) que nace en el acreedor y
que éste pretende a través de la prestación. Si dicha necesidad no es patrimonial (en el sentido estricto) la
doctrina califica dicho interés de no patrimonial.

Derecho a la resolución del contrato en los contratos bilaterales (art. 1431)


La ley le confiere facultad resolutoria a los contratos bilaterales, a la parte que ha cumplido o a la que está
dispuesta a cumplir.
Esta facultad resolutoria tienden a obtener la extinción de la relación obligatoria, en los casos que debido al
incumplimiento del deudor, el acreedor tiene derecho a no tener más interés en la permanencia del vínculo
contractual, tolerando un cumplimiento parcial o tardío.
Este derecho se funda en la causa del contrato y en la falta de interés del acreedor en mantener
vigentes los efectos del contrato.

Receso unilateral o rescisión del contrato en ciertas situaciones de imposibilidad parcial


En situaciones de imposibilidad parcial de cumplimiento de la prestación por la otra parte, la ley confiere a una
de las partes el derecho al receso unilateral o a la rescisión del contrato.

En el caso de la compraventa se dispone que si antes de celebrarse la venta y la pérdida de la cosa ha sido
parcial y el comprador lo ignoraba puede desistir o reclamar la parte existente.
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Cláusula resolutoria expresa
Los contratantes podrán convenir expresamente que el contrato se resuelva en caso que determinada
obligación no se cumpla según las modalidades establecidas.
La resolución no opera automáticamente sino a iniciativa del acreedor, respetando el interés de este.

CONCLUSIÓN
1. El interés del acreedor tiene como punto de partida la existencia de una necesidad (estado de
insatisfacción a cuya satisfacción el acreedor tiene por medio de la prestación a que se obliga el deudor.
2. La satisfacción del interés del acreedor es la finalidad de la obligación.
3. El interés del acreedor puede ser patrimonial o no patrimonial, a diferencia de la prestación
que es necesariamente patrimonial.
4. El interés del acreedor tiene carácter típico, es el interés socialmente apreciable, no el individual,
variable con cada sujeto, el cual es jurídicamente irrelevante.
5. El interés del acreedor tiene puntos de contacto con la utilidad económica pero no se identifica
con ella, pues el interés surge del sujeto en tanto que la utilidad económica emana de la prestación.
6. El interés del acreedor también tiene puntos de contacto con la causa, pero la causa es causa
del contrato y el interés del acreedor es de la obligación, ademas de que la causa es abstracta.

TERCER ELEMENTO DE LA OBLIGACIÓN: EL OBJETO


Para la concepción materialista, el objeto de la obligación es la cosa en sí misma. Para la
concepción tradicional el objeto de la obligación es la prestación.
Para la concepción patrimonialista, el objeto es el bien o la utilidad derivada de la prestación.

Deuda y responsabilidad
La deuda constituye el deber de prestación y surge desde el nacimiento de la obligación. Su extinción se
produce normalmente con el pago o cumplimiento.

La segunda fase es la responsabilidad (sanción), también existe desde el origen de la obligación,


pero sólo en forma virtual, ya que puede agotar su ciclo vital sin que la responsabilidad salga a la
luz.
Pero si el deudor incumple con la obligación, la responsabilidad deviene actual y entonces el deudor ya no
debe el deber de prestación, sino la sanción más los daños y perjuicios.
Esto faculta al acreedor para proceder a la ejecución forzada de la misma por medio de procedimientos
jurisdiccionales para obtener de forma coactiva la satisfacción de su interés.

La doctrina que prevalece es la doctrina tradicional, para la cual el objeto de la obligación es la prestación.

1. La doctrina tradicional enfoca el objeto de la obligación en la fase correcta, o sea, la etapa del
débito, que es la fase normal del ciclo obligatorio.
2. La doctrina tradicional mantiene bien nítidas y separadas las categorías del derecho real y del
derecho personal, favoreciendo así a su desarrollo armónico.
3. La teoría de la prestación es la que más refleja la realidad tal cual es: la prestación es
exactamente aquello a lo que el deudor se obliga.
4. La noción de utilidad subyace en el fondo de la noción de obligación. En conexión con el fin de la
obligación (la satisfacción del interés del acreedor), la utilidad se perfila formando parte de un elemento
independiente (el interés del acreedor). Pero la utilidad no es EL objeto de la obligación.
5. Solo la teoría tradicional se concibe el estudio de los caracteres que tradicionalmente integran la
temática del objeto (licitud, posibilidad, etc) y la subclasificación de las prestaciones (obligación de medios,
de resultados).
6. Solamente en la ejecución por equivalente no se da una correspondencia entre el objeto originario y
el objeto de responsabilidad.

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Caracteres de la prestación. Remisión
El objeto de la obligación debe reunir tres caracteres fundamentales: determinación, posibilidad y licitud.
Estos caracteres son regulados por los arts. 1282 y siguientes.

La determinación del objeto permite establecer que es lo que el acreedor puede reclamar y por ende, en qué
consiste la deuda asumida por el deudor.
La prestación es determinada cuando ya al tiempo de constituirse la obligación se conoce en su individualidad
la cosa debida o está definido el hecho o abstención que deberá efectuar el deudor.
Dicha determinación puede ser a su vez, genérica o de especie cierta. Es de especie cierta cuando se conoce
desde el surgimiento de la relación obligatoria el objeto concreto que se deberá entregar. Es de género
cuando el objeto no está determinado en su individualidad sino a través de caracteres comunes que definen el
género.
La prestación es determinable cuando las partes fijan criterios objetivos para su posterior
determinación.

La posibilidad. La prestación debe ser posible, material y jurídicamente. Posible significa que puede ser
realizable, susceptible de cumplimiento.
La imposibilidad, para ser tal, debe ser absoluta y permanente, imposible para todos y no sólo para el
deudor.
La imposibilidad puede ser originaria o superviniente. Es originaria cuando existe desde el nacimiento de
la obligación, está torna inválido el contrato que da origen a la obligación.
La imposibilidad superviniente no impide el nacimiento de la obligación, sino que la extingue por
imposibilidad de pago.

La licitud es el tercer carácter que debe reunir la prestación.


La ilicitud está definida en el código como aquello prohibido por la ley, contrario a las buenas costumbre o
al orden público.
La ilicitud es materia de nulidad por objeto o causa ilícita, no son procedentes las restituciones cuando el
acto ilícito se ejecutó a sabiendas.

CUARTO ELEMENTO DE LA OBLIGACIÓN: EL VÍNCULO JURÍDICO


La obligación es una relación jurídica que vincula a dos sujetos por medio del llamado vínculo jurídico. Este
surge de la norma jurídica.

La doctrina tradicional pone en primer lugar el elemento deuda. El acreedor tiene derecho a la prestación.
La obligación según Savigny es una relación de derecho en mérito a la cual ejercemos un dominio sobre
determinado acto de otra persona.

En la actualidad se sostiene la concepción integradora, que ve a la obligación como una unidad en el que se
integran, en forma indisoluble, el elemento personal y el elemento patrimonial, el débito y la responsabilidad.

El deber de prestación
El comportamiento del deudor es el bien que constituye el objeto del derecho del acreedor. Siempre que la
prestación sea fungible, será susceptible de ejecución forzosa en forma específica.
La actividad de cooperación de deudor (la prestación) extingue la obligación. También se requiere que el
acreedor logre la satisfacción de su interés para que la obligación se extinga, pero basta con que se haya
efectuado la actividad de cooperación por el deudor (o de un tercero si la prestación es fungible).
El caso de la extinción de la obligación por imposibilidad de pago es un típico ejemplo de la extinción de la
obligación sin la satisfacción del interés del acreedor.
En la prestación fungible la obligación es susceptible de ejecución forzada específica. Carece de relevancia la
personalidad del deudor. Se satisface el mismo interés que si la obligación se hubiera cumplido de forma
voluntaria.
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La ejecución equivalente tiene lugar cuando se trata de un acto personalísimo del deudor (pintar un cuadro)
o porque existe imposibilidad de hecho imputable al deudor u otros casos similares.

La responsabilidad
La responsabilidad es la sujeción de una persona a la sanción jurídica.
Puede ser patrimonial, mediante la cual los bienes del deudor están destinados a la satisfacción del
interés del acreedor.
Puede ser personal, refiere a la obligación que tiene el deudor de resarcir el daño causado por el
incumplimiento.

Dentro de la responsabilidad patrimonial se ubica la garantía patrimonial, con esta alude al hecho de que
los bienes del deudor garantizan el cumplimiento de su obligación.
Mediante el control gestorio (acción pauliana, subrogatoria, etc) que habilita al acreedor para realizar
determinados actos conservatorios sobre el patrimonio del deudor, aún antes del incumplimiento, por medio
del poder que tiene el acreedor de proceder a la ejecución forzada de los bienes del deudor para la
satisfacción de su interés.

La ejecución es forzada porque ante la resistencia del deudor, el acreedor tiene derecho a recurrir al concurso
de la jurisdicción (PJ), son estos los encargados de suministrarle la fuerza que permitirá satisfacer el derecho
del acreedor aún contra la voluntad del deudor incumplidor.

La resolución del contrato está prevista por la ley en los casos de incumplimiento de contratos bilaterales. La
acción de resolución tiende a extinguir la relación obligacional existente.

La responsabilidad obra de dos modos posibles: la ejecución forzada específica o la ejecución por
equivalente, más daños y perjuicios.

Estructura de la obligación. Norma primaria y norma secundaria


Concepto de norma jurídica
Toda norma jurídica supone dos partes, el supuesto y la consecuencia jurídica. La consecuencia jurídica para
algunos autores debe tener siempre carácter sancionador, mientras que para otros autores no.

Norma primaria y norma secundaria


La norma primaria es la que establece el precepto y la consecuencia jurídica. Es una norma
independiente, no necesita de ninguna otra para subsistir.
La norma secundaria es de carácter directamente coactivo, si el deudor incumple la sanción el acreedor
puede recurrir ante los órganos competentes y demandar la ejecución forzosa de los bienes. Esta norma es
dependiente, su existencia se apoya en otra norma (la primaria) que establece las condiciones de derecho
de fondo.

La sanción está prevista desde el comienzo, tanto desde el punto de vista subjetivo (acreedor y deudor) como
del punto de vista objetivo (ordenamiento jurídico), aunque condicionada a que se produzca un hecho
eventual, el incumplimiento del deudor.

A partir del incumplimiento, se acciona el segundo miembro de la norma primaria: el deudor pasa a adeudar
la sanción. Esto comprenda la prestación originaria (o su equivalente) más los daños y perjuicios.

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Conceptos de derecho personal, derecho real, obligación, relación obligacional, deber genérico,
derecho potestativo, sujeción y carga.

El derecho personal es aquel que existe entre dos sujetos determinados que contraen obligaciones
correlativas, teniendo por finalidad regular las relaciones de cooperación de dos personas.
Son derechos relativos, ya que sólo pueden ser exigidos por la parte activa de la relación obligacional ante la
parte pasiva de la relación y no ante terceros, o ante las personas que lo disponga la ley.
El objeto en el derecho personal puede ser tanto como la prestación de una cosa, de un hecho o de una
abstención. Algunos derechos personales, debidamente inscriptos tienen efectos de inherencia, dándole la
posibilidad al titular de oponer su derecho frente a terceros adquirentes.

El derecho real es el que se establece en la relación inmediata entre el sujeto con la cosa, a diferencia del
derecho personal, que se establece entre dos sujetos. El sujeto aquí ejercita su poder poder jurídico
directamente, sin necesidad de un tercero.
Tienen como finalidad económica amparar relaciones de atribución o apropiación de riqueza, constituyendo
una situación a conservar. El objeto en el derecho real siempre es una cosa, sobre la que el sujeto ejerce
poder.
Son de carácter absoluto, es decir que son oponibles y eficaces frente a todos (erga omnes). De la absolutez
surge el derecho a la acción persecutoria y restitutoria de la cosa, esto le da la posibilidad de perseguir la cosa
cuando un tercero la haya tomado de hecho y reintegrarla a su poder.
La inherencia de los derechos reales implica dos niveles, que implica la posibilidad de oponer el derecho frente
a terceros, y el segundo nivel, que es exclusivo de los derechos reales, habilita al titular a perseguir la cosa
para recuperarla, mediante acciones posesorias.

La obligación es una relación jurídica que vincula a dos o más sujetos, mediante la cual uno de ellos, el deudor,
asume determinada prestación patrimonial que deberá cumplir para satisfacer el interés del otro sujeto, el
acreedor. Esta relación vincula una situación de derecho subjetivo (crédito) con otra de deber jurídico (deuda).

La relación obligacional es el nexo que vincula al acreedor y deudor, este vínculo implica coercibilidad, ya que
en caso de incumplimiento el acreedor tiene la potestad de obtener el cumplimiento o su equivalente, mediante
la coacción.

El deber genérico es un deber general que recae sobre todos los sujetos, a excepción del titular del derecho
real o del derecho absoluto, que no supone un comportamiento determinado, sino un deber negativo general de
abstención. La violación de un deber genérico supone la lesión de un bien concreto. Es la contrapartida del
derecho absoluto.

El derecho potestativo es aquel que se ejerce mediante un acto unilateral y le confiere al sujeto activo la
potestad de determinar una modificación en la situación jurídica del otro sujeto, quedando el sujeto pasivo
sometido a la voluntad del activo, sin poder impedir que se produzca el efecto jurídico.

La sujeción es el lado pasivo del derecho potestativo. Es la posición pasiva del destinatario del poder del otro
sujeto, el que ejerce el titular del derecho potestativo, que se encuentra sometido a la voluntad del activo.

La carga es el imperativo del propio interés, es el comportamiento que debe efectuar un sujeto para conseguir
un resultado útil, de su interés. Esto significa que el interesado debe cumplir con la carga para poder hacer
valer un derecho en un futuro, y si no lo hizo puede perder esa posibilidad.

Andrea Valenzuela – 2016 11


Obligación Natural
Es una norma coactiva, sin sanción ni coercibilidad. El acreedor no puede exigir forzadamente al deudor el
cumplimiento de la prestación ni el equivalente.
Son obligaciones naturales “las que procediendo de la sola equidad, no confieren acción para exigir en juicio su
cumplimiento, pero que cumplidas, autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón de ellas”. art.
1441 inc. 3.
a) Cuando el pago de ellas se ha hecho voluntariamente por el que tenía la capacidad de hacerlo, no
puede reclamar lo pagado (art. 1445)
b) Las garantías constituidas por terceros para seguridad de las obligaciones naturales valen y pueden
pedirse el cumplimiento de esas obligaciones accesorias (art. 1446)

Las obligaciones naturales no son normas jurídicas, ya que carecen de sanción y de cualquier otro tipo de
consecuencia coactiva.
Las obligaciones naturales son hechos jurídicamente relevantes, cuya relevancia consiste en constituir justas
causas de atribución patrimonial.

Efectos de las obligaciones naturales


Para los autores que niegan el carácter de deber jurídico a la obligación natural, su único efecto es la
irrepetibilidad del pago. Quienes proclaman su carácter de deberes jurídicos, se admiten además la
constitución de garantías y la posibilidad de servir de base para otorgar la novación.

CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES

Art. 1245 “Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer alguna cosa”
Esta clasificación es la tradicional y es la que toman casi todos los códigos, se la conoce como clasificación
tripartita. El fundamento de aquellos códigos que no la toman es que plantean que las obligaciones de dar
están incluidas en las de hacer; sostienen que ambas son acciones, y las contraponen a las de abstención, es
decir, a las de no hacer. Por lo tanto no se adhieren a la clasificación tripartita, sino a una bipartita (hacer y no
hacer).

Nuestro derecho si se adhiere a la clasificación tripartita, como fundamento tenemos que las obligaciones de
dar, se distinguen de las de hacer por tener un régimen que las construye como clasificación independiente:
la posibilidad de realizar las obligaciones de dar de manera forzada, lo que no sucede con las obligaciones
de hacer.

OBLIGACIONES DE DAR, HACER Y NO HACER

Obligaciones de dar
La obligación de dar es la que tiene por objeto la entrega de una cosa.
Provienen de las primeras estructuras jurídicas recibidas de la edad media por el código francés y
luego aplicadas por Narvaja en el código uruguayo.
¿A que se obliga el deudor cuando tiene que dar? ¿Qué implica tener que dar? Frente a esto tenemos dos
teorías:
Concepción restringida: sostiene que el deudor se obliga a transferir un derecho real.
Concepción amplia: el deudor solo se obliga a dar una cosa que no tiene que ser solamente una
transmisión de derecho real.

Lo que se da es una tradición, a veces de tenencia, a veces de propiedad, o a veces de otros derechos
reales. El código utiliza el término “tradición” para diferentes transferencias de derechos.
Art.758 “La tradición o entrega, es la transferencia que hace una persona a otra, de la posesión de una cosa,
con facultad y ánimo de transferirle el dominio de ella (artículos 1252, 1335, 1337, 1680)”.
Art.769 “Para que se adquiera el dominio por la tradición se requiere: Que la tradición se haga por el dueño o
Andrea Valenzuela – 2016 12
por su representante. Que el que hace la tradición o la consiente, sea capaz de enajenar. Que la tradición se
haga en virtud de título hábil para transferir el dominio. Que haya consentimiento de partes.
En el contrato de venta, además de las cuatro circunstancias indicadas, se requiere que el comprador haya
pagado el precio, dado fiador, prenda o hipoteca, u obtenido el plazo para el pago”.

La importancia de si la concepción es restringida o amplia, esta en que muchas obligaciones caen dentro del
“dar” o dentro de “hacer” según que concepción se tome, lo cual es fundamental para saber el régimen
jurídico en el que estamos incluidos (recordar que son regímenes diferentes para las obligaciones de dar que
para las de hacer, principalmente por la diferencia del posible cumplimiento forzoso en las obligaciones de
dar).

Tipos de obligaciones dentro de las obligaciones de dar:


Dar cosa cierta y determinada.
Dar cosa generalizada.
El criterio clasificador, es la forma de cómo las partes conciben la obligación al momento de su nacimiento.
En las obligaciones de dar cosa cierta y determinada, se considera a la cosa en sí misma, de su estado y
del derecho que transmite; en las obligaciones de dar cosa generalizada, se considera en relación a un
género o categoría.
En ambas se hace referencia a la entrega de una cosa mueble o inmueble.

Obligaciones de dar cosa cierta


En las obligaciones de dar cosa cierta, el objeto aparece determinado en su total individualidad, desde el momento
de la formación de la relación obligatoria.
La obligación de entregar supone además de la designación de la cosa específica, la determinación del derecho
que se va a transmitir sobre esa cosa.

Los elementos fundamentales que determinan la prestación de entregar cosa determinada son la cosa en sí, su
estado (material, jurídico y económico) y el derecho que sobre esa cosa me obligo a transmitir.

Obligación de conservación (art. 1334)


La obligación de entregar la cosa, contiene la de conservarla como un buen padre de familia, hasta que la tradición
se verifique.
Cuando se trata de dar una cosa cierta y determinada, la obligación de entregar la cosa comprende también la
obligación de conservarla hasta que se produzca la entrega de la cosa.

Plazo y lugar de la entrega


Se debe estar a lo que hayan convenido las partes (art. 1333 y 1465). Si nada se hubiese pactado, se entregará en
el lugar y tiempo convenible según arbitrio judicial.
Si por la naturaleza de la obligación resulta esencial designar un plazo, ésta quedará en manos de un Juez. Si no
es esencial la designación de un plazo, la prestación será exigible 10 días después de la fecha del contrato.
La paga de cosa cierta y determinada se hará en el lugar que estaba la cosa al tiempo de la obligación.

Incumplimiento de la obligación de dar cosa cierta


El acreedor puede optar entre la ejecución forzada específica o por equivalente.
En la ejecución forzada específica, el acreedor satisface su interés, desapoderando al deudor de la cosa cierta que
se niega a entregar. En la actualidad, el juicio de entrega de la cosa comprende la entrega de toda cosa ya sea
especie cierta o género, excepto dinero.
El acreedor también puede exigir los daños y perjuicios que le fueron ocasionados por el incumplimiento.
Andrea Valenzuela – 2016 13
La ejecución por equivalente será cuando la cosa específica no puede ser entregada y el acreedor tiene derecho a
pedir el precio de esa cosa más los daños y perjuicios derivados del incumplimiento.

Teoría de los riesgos en las obligaciones de dar cosa cierta


Cuando por una causa no imputable al deudor, la cosa que se debía entregar deviene imposible de cumplirse por
un hecho fortuito, las obligaciones se extinguen, sin responsabilidad para el deudor.
Se extingue la obligación del deudor de dar la cosa por imposibilidad de pago, pero esto no hace extinguir la
obligación recíproca del acreedor.
Esta solución adoptada por el Código Civil, fundandose en el Código francés, no está fundada en un criterio de
justicia y equidad, ya que debería perecer la correlativa obligación del acreedor de pagar el precio.

¿Qué es lo que hay en las obligaciones de dar cosa cierta y determinada y que no hay en las obligaciones
de dar cosa genérica?
Obligación de conservación, con diligencia de un buen padre de familia.
En la obligación de dar cosa cierta y determinada, hay obligación de conservar, así se establece en el
Art.1334 “La obligación de entregar la cosa contiene la de conservarla como buen padre de familia, hasta
que la tradición se verifique, so pena de daños y perjuicios”.
En cambio, la obligación de dar cosa genérica no implica la de conservarla, según lo dispuesto en el Art.1362
“La pérdida de algunas cosas del género no extingue la obligación y el acreedor no puede oponerse a que el
deudor las enajene o destruya, mientras subsistan otras para el cumplimiento de lo que debe”.

Régimen de cumplimiento de las obligaciones de dar


La regla para determinar cuándo se paga una obligación, es cuando las partes lo establecen.
En caso de que no se establezca se debe distinguir si se trata de dar cosa cierta y garantizada o de dar cosa
genérica. Art.1333 “La obligación de dar es la que tiene por objeto la entrega de una cosa mueble o inmueble.
El que se ha obligado a entregar una cosa debe verificarlo en el lugar y en el tiempo estipulado; y en defecto
de estipulación, en lugar y tiempo convenible según el arbitrio judicial. (Art.1245)”. Art.1440 “La obligación en
que por su naturaleza no fuere esencial la designación del plazo o que no tuviera plazo cierto estipulado por
las partes o señalado en este Código, será exigible diez días después de la fecha”.
Por lo tanto, primero que nada, es según lo que se pacte, en caso de no pactarse, se distinguirá si el plazo es
o no esencial, si no lo es, será un plazo de diez días, si lo es, se dejará al arbitrio judicial.

¿Dónde?
La regla general es el lugar donde las partes lo establezcan, en caso de no establecerse, se distingue si se
trata de obligación de dar cosa cierta y determinada, o de dar cosa genérica; en este caso (a diferencia de lo
que sucede con el plazo) se distingue el artículo 1465 “La paga debe ejecutarse en el lugar y tiempo
señalado en la convención.

Si no se hubiese designado lugar, la paga debe hacerse, tratándose de cosa cierta y determinada, en el lugar
en que estaba al tiempo de la obligación la cosa que le sirve de objeto. Fuera de estos dos casos, el pago
debe hacerse en el domicilio que tenga el deudor al tiempo del cumplimiento de la obligación (artículo 1728)”.

En cosa cierta y determinada, deberá entregarse en el lugar donde la cosa estaba al tiempo del nacimiento, al
constituirse la obligación.

En cosa genérica (y también en las obligaciones de hacer) la entrega se hace en el domicilio que tenga el
deudor al tiempo del cumplimiento de la obligación. Cambian los dos criterios, no es cuando nace, sino
cuando debe cumplirse la obligación; y no es donde se encuentra la cosa, sino en el domicilio del deudor. Es
muy importante esta diferencia en casos prácticos, ya que por ejemplo, pueden variar más gastos.

Andrea Valenzuela – 2016 14


Incumplimiento
Se produce cuando el deudor no realiza la conducta debida; esto puede suceder por dos motivos:
por voluntad del deudor. Se trata de incumplimiento voluntario, y tendrá como consecuencia la reparación,
obligación de daños y perjuicios.
por involuntad. Se trata de un hecho fortuito, se caracteriza por no generar responsabilidad, pero repercute
en alguien; si mientras no se cumple la obligación, la cosa se destruye, alguien tendrá que responder.

Riesgos
Se debe distinguir en este caso también, si se trata de obligación de dar cosa cierta y determinada,
o de obligación de dar cosa genérica.
Art.1557 “Tratándose de una obligación de dar, su extinción por la imposibilidad de la paga no hace extinguir
la obligación recíproca del acreedor.
En las obligaciones de hacer o de no hacer, la extinción es no sólo para el deudor sino también para el
acreedor, a quien aquél debe volver todo lo que hubiese recibido por motivo de la obligación extinguida
(artículo 1335)”.
Art.1558 “Las disposiciones precedentes no se extienden a las obligaciones de género o cantidad que
perecen siempre para el deudor”.
En obligaciones de dar cosa cierta y determinada, en caso de incumplimiento involuntario, se extingue la
obligación únicamente del deudor, permaneciendo la del acreedor, no sucede esto en las obligaciones de dar
cosa genérica, ni tampoco en las de hacer o no hacer; en estos casos se puede pactar de antemano que en
caso de hecho fortuito se extingan también la obligación del acreedor.

Obligaciones de dar suma de dinero (cosa genérica)


Se trata de cosa genérica pero con salvedades. El dinero es todo aquello a lo que la ley le da valor de
instrumento de pago (si bien no es el único es si el más importante). Surge entonces, como instrumento de
intercambio y tiene valor en sí mismo. El principio nominalista sostiene que el deudor cumple con pagar con el
número especificado en el título, más allá de los cambios del valor.
Art.2199 “La obligación que resulta de un préstamo de dinero nunca es mayor que la suma numérica
enunciada en el contrato. Si hay alza o baja de la moneda antes del pago, el deudor cumple, no habiendo
estipulación contraria, con devolver la suma numérica prestada en la moneda corriente al tiempo en que
deba verificarse el pago”.

Es decir, el transcurso del tiempo puede afectar el valor del dinero, pero según este principio, el deudor
cumplirá con la suma establecida en el título, más allá de todo cambio.
Ahora bien, encontramos también el decreto ley 14500. Para que un caso se rija por este decreto y no
por el principio nominalista, se necesita de tres requisitos:
1. obligación de dar suma de dinero en moneda nacional
2. pretensión de cumplimiento en juicio
3. variación del valor moneda desde la exigibilidad (cuando las partes lo pactan, o por arbitrio judicial, o
por diez días) hasta la extinción

Cabe aclarar la diferencia entre intereses compensatorios e intereses moratorios. En el primer caso hablamos
de los intereses que están pactados; es un interés sobre el precio. Son intereses que se generan hasta que
se termina de pagar completamente, es digamos, el precio que se paga por utilizar un dinero.
En el segundo caso, encontramos dos posturas, por un lado hay quienes dicen que los intereses
moratorios son los daños, y hay quienes dicen que es una sanción por el incumplimiento.
Frente al incumplimiento de obligación de dar suma de dinero (siempre hablando a falta de pacto), el único
daño que se puede reclamar son los intereses moratorios, estos son los únicos posibles de ser reclamados
por el incumplimiento de dar suma de dinero. La ventaja es que no se necesita probar el daño.
Las partes pueden pactar el interés moratorio, en caso de no pactarse se aplica el interés legal, que según el
artículo cuarto de la ley 14500 es del 6% anual.

Andrea Valenzuela – 2016 15


Obligaciones de HACER
En una obligación de hacer, la prestación consiste en una actividad del deudor. Según Messineo, el objeto
es la prestación de energía (trabajo material, intelectual o ambos).
Según Giorgianni, las obligaciones de dar podrían estar (y de hecho muchos códigos así lo entienden) dentro
de las de hacer. Nosotros no la incluimos ya que nuestro código se adhiere a la clasificación tripartita,
rigiéndose por disposiciones diferentes las obligaciones de dar, hacer y no hacer.
Como ejemplos prácticos, encontramos la obligación de prestar un servicio, de trasladar a una persona en
taxi, de realizar una obra determinada, etc. No solo son actividades materiales, sino también lo es por ejemplo
el cumplir con un mandato.
La naturaleza de estas obligaciones, es de tipo mueble, así lo entiende nuestro Código Art.475 “Los hechos
que se deben se reputan muebles. La acción para que un artífice ejecute la obra convenida o resarza los
daños y perjuicios causados por la inejecución del convenio, entra, por consiguiente, en la clase de los bienes
mueble”. Diferente en las obligaciones de dar, que podían ser tanto muebles como inmuebles.

Clasificación de las obligaciones de hacer


En primer lugar, podemos dividirlas en obligaciones de cumplimiento continuado y obligaciones de
cumplimiento inmediato, teniendo como criterio la duración del cumplimiento de la actividad del deudor.
Aquellas de cumplimiento continuado suponen la extensión en el tiempo, de manera prolongada, de la
actividad del deudor a beneficio del acreedor. Durante ese tiempo el acreedor se va satisfaciendo, por ejemplo
el caso de un chofer contratado por determinado tiempo.

Para identificar sobre qué tipo de obligación estamos, debemos preguntarnos si ¿es posible que esa
obligación se cumpla en forma instantánea? Si la respuesta es si, estamos frente a una obligación de hacer
de cumplimiento inmediato, si es no, estamos frente a una obligación de hacer de cumplimiento continuado.
En obligaciones de cumplimiento instantáneo la duración es padecida por el acreedor, y en las de
cumplimiento continuado, es disfrutada.

Ambas tienen regímenes jurídicos diferentes, y esa es la importancia de dicha clasificación. Las obligaciones
de cumplimiento continuado, sin plazo pactado, dan derecho al deudor de solicitar el receso unilateral, es
una forma unilateral de extinción del vínculo obligacional, que se hace efectivo mediante una declaración de
voluntad del deudor dirigida al acreedor, que produce sus efectos sin necesidad de pronunciamiento judicial.
Vemos el principio de la libertad de juego.

Una segunda clasificación distingue las obligaciones de hacer en fungibles y no fungibles; recordar que
fungibilidad es sinónimo de sustituibilidad; el criterio aquí es según sea o no posible sustituir el cumplimiento
del deudor por el cumplimiento de un tercero. Las obligaciones de hacer fungibles son aquellas que sí pueden
ser sustituidas por el cumplimiento de un tercero; y las no fungibles, en cambio, no pueden serlo.

La importancia de dicha clasificación la vemos en dos cosas, en primer lugar, en caso de fallecimiento del
deudor se atenderá a si es o no obligación fundible, si lo es, se heredará la obligación, y si no lo es, se
rescindirá el contrato.

Veamos el siguiente Art.1849 “Cuando se ha encargado cierta obra a una persona por razón de sus
cualidades personales, el contrato se rescinde por la muerte de esta persona, pero nunca por la muerte del
que encargó la obra.
Sin embargo, éste debe abonar a los herederos a proporción del precio convenido el valor de la parte de la
obra ejecutada y de los materiales preparados, siempre que de estos materiales reporte algún beneficio.
Lo mismo será, si el que contrató la obra no puede acabarla por alguna causa independiente de su voluntad”.

El segundo punto importante de esta distinción radica en el régimen de incumplimiento. Art.1338 “Toda
obligación de hacer o de no hacer, se resuelve en resarcimiento de daños y perjuicios, en caso de falta de
cumplimiento de parte del deudor.
Andrea Valenzuela – 2016 16
Sin embargo, el acreedor tiene derecho a exigir que se destruya lo que se hubiese hecho en contravención
de la obligación y puede obtener autorización judicial para destruirlo a costa del deudor, sin perjuicio del
resarcimiento de daños si hubiere lugar”.

Frente al incumplimiento de una obligación de hacer, el deudor tendrá las siguientes posibilidades:
a. si se trata de una obligación fungible, podrá pedir el juez la ejecución forzada específica, eligiendo las
dos variables posibles.
1) pedir al juez que nombre a un tercero
2) solicitar al juez la aplicación del régimen de “astreintes” el cual implica una presión psicológica y monetaria
para lograr el cumplimiento.

b. En caso de tratarse de una obligación no fungible, no se podrá pedir la ejecución forzada específica,
pero sí se podrá pedir la ejecución forzada por equivalente. De no elegir la ejecución forzada por
equivalente podrá pedir la resolución del contrato (en cualquiera de las dos posibilidades siempre se
acompaña con indemnización por daños y perjuicios).
Por otro lado frente al incumplimiento fortuito, quien asume la pérdida en obligaciones de hacer es el deudor.
Así lo establece el Art.1557 “Tratándose de una obligación de dar, su extinción por la imposibilidad de la paga
no hace extinguir la obligación recíproca del acreedor.

En las obligaciones de hacer o de no hacer, la extinción es no sólo para el deudor sino también para el
acreedor, a quien aquél debe volver todo lo que hubiese recibido por motivo de la obligación extinguida
(artículo 1335)”.

Régimen de cumplimiento de las obligaciones de hacer


Con respecto al plazo de las obligaciones de hacer, tenemos como regla el plazo que haya sido estipulado por
las partes. En caso de no haber nada estipulado, se diferenciará si se trata de un plazo esencial o no; si es
esencial, estará entonces sujeto al arbitrio judicial; si no lo es, será de diez días a partir de celebrado el
contrato.

La regla es que se realice en el lugar estipulado. Si no lo hay, nos remitimos al Art.1465 inciso final, que
plantea que el pago se hará en el domicilio que tenga el deudor en el tiempo de cumplimiento de la
obligación. La finalidad es favorecer al deudor.

Obligaciones de NO HACER
En este tipo de obligaciones, el deudor se obliga a la abstención de una actividad que legítimamente
tendría derecho a hacer. La utilidad del acreedor, es entonces, resultado de la abstención del deudor.
Los dos ejemplos más claros y frecuentes de obligaciones de no hacer, son: en primer lugar la cláusula de
exclusividad (en el ámbito empresarial, se trata de las situaciones en que una empresa vende un producto y
se obliga frente a otro a no realizar ventas en determinadas zonas), y en segundo lugar tenemos como otro
ejemplo claro la obligación de no establecerse (cuando un individuo vende casa comercio, se obliga a no
establecerse con negocio del mismo objeto en zona cercana).
La naturaleza de este tipo de obligaciones si bien no se establece nada explícitamente, por analogía del
Art.475 se deduce que son obligaciones de naturaleza mueble.

Clasificación de las obligaciones de no hacer


Se clasifican al igual que las obligaciones de hacer, en obligaciones de cumplimiento instantáneo y
obligaciones de cumplimiento continuo, y por otro lado, se clasifican también en fungibles y no fungibles

Régimen de cumplimiento de las obligaciones de no hacer


La regla acerca del plazo es que debe realizarse en el momento que las partes lo estipulan. De no haber
plazo fijado, la situación será regida por arbitrio judicial, siendo no aplicable el plazo de diez días del Art.1440.
Se determina según el contenido de la obligación.

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¿Dónde?
La regla es que deberá realizarse en el lugar estipulado por las partes; de no haber lugar estipulado, el
lugar surgirá naturalmente, allí en donde deba realizarse la abstención. Por ejemplo, si la obligación
consiste en no construir un muro, el lugar es allí en donde no deberá edificarse.

Incumplimiento
En el caso de ser fortuito, el riesgo será para el deudor, igual que en las obligaciones de hacer.

En caso de tratarse de incumplimiento voluntario, sucederá también lo mismo que en las obligaciones de
hacer, agregándole la peculiaridad de que las obligaciones de no hacer generan siempre incumplimientos
definitivos y por lo tanto no es posible que el deudor pueda cumplir tardíamente.

Clasificación de las obligaciones basadas en el elemento objeto


Puede tratarse de una obligación simple o de una obligación compuesta. Estas últimas a su vez pueden ser
conjunta (simultánea) o disyuntiva; y a su vez, las disyuntivas pueden ser alternativas o facultativas.

La obligación será conjunta o simultánea cuando se deban todas las prestaciones simultáneamente, el deudor
no puede obligar al acreedor a recibir “parte” de los elementos. Por ejemplo, el juego de comedor.
En las obligaciones disyuntivas, se debe una u otra prestación. De acuerdo a como se debían, se distingue
entre obligaciones alternativas o facultativas.

Alternativas son dos prestaciones, las cuales tienen que ser similares en su género. Art.1349 “La obligación
es alternativa cuando se deben varias cosas, de manera que el deudor por la entrega o la ejecución de una
de ellas, se libra de dar o hacer la otra”.
Art.1350 “La elección pertenece siempre al deudor, si no se ha concedido expresamente al acreedor.
Si el que ha de hacer la elección muere sin ejecutarla, ese derecho pasa a sus herederos”. Art.1351. “El
deudor puede liberarse entregando cualquiera de las dos cosas prometidas; pero no puede obligar al
acreedor a recibir parte de una y parte de otra”.
Art.1352. “Si una de las dos cosas prometidas no podía ser materia de la obligación, se considera
ésta pura y simple, aunque contraída como alternativa”.
Las obligaciones alternativas tienen como función darle un espectro al acreedor, para que tenga más
posibilidades de elección (por ejemplo el menú en un restaurante); permite postergar la elección del acreedor
que al principio no tiene seguridad (en ambos casos siempre que la elección esté en manos del acreedor).
Art.1353 “La obligación alternativa se convierte en simple si una de las dos cosas prometidas perece,
aunque sea por culpa del deudor y no puede ser entregada.
En este caso, el deudor debe entregar la que hubiere quedado, sin que ni él cumpla con ofrecer ni el acreedor
pueda exigirle el precio de la otra.
Si ambas han perecido y sólo una por culpa del deudor, debe entregar el precio de la última que ha
perecido”.

Facultativas, encontramos una obligación con una única prestación principal. Se le suma a ésta, el derecho
a pagar o cumplir con otra prestación que es auxiliar o accesoria. Se podrá liberar de la obligación principal
con la obligación accesoria, puede tratarse de una obligación de dar, hacer o no hacer. La obligación
accesoria debe ser equivalente a la principal.
En la obligación facultativa el acreedor solo tiene derecho a reclamar lo principal, no puede elegir,
netamente, es un tipo de obligación que favorece al deudor.

Es en el momento que nace la obligación, que debe determinarse si se trata de una obligación facultativa
o alternativa, en caso de duda del tipo de obligación, el código entiende que se trata de una obligación
alternativa.

Andrea Valenzuela – 2016 18


Obligaciones mancomunadas
Art.1388 “En la obligación puede haber un solo deudor y un solo acreedor o más de un deudor o más de un
acreedor. Si hubiere más de un deudor o más de un acreedor y una misma cosa fuere el objeto de la
obligación, simultáneamente entre ellos, la obligación será mancomunada, que también se dice conjunta”.
La obligación mancomunada es aquella en la que se encuentran dos o más deudores y/o acreedores de
un mismo objeto. Estas obligaciones son opuestas a las simples, en donde encontramos un solo deudor
y un solo acreedor.
A su vez, dentro de las llamadas obligaciones mancomunadas, encontramos, las denominadas
mancomunadas simples y las solidarias.
En el ámbito de las mancomunadas simples encontramos la categorización en divisibles e indivisibles. En
cuanto a las solidarias, excluyen la categorización anterior, y son establecidas por pacto entre las partes o
por una ley.

Obligaciones divisibles e indivisibles (mancomunadas simples).


Art.1375 “La obligación es divisible o indivisible, según que su objeto sea o no susceptible de división, bien
material, bien intelectual”.
Art.1376 “Aunque la cosa o el hecho, objeto de la obligación, sea divisible por su naturaleza, vendrá a ser
indivisible la obligación, si la relación bajo que los contrayentes han considerado dicho objeto impide que
éste y por consiguiente la obligación, admita ni división ni ejecución parcial”.

Aquí tenemos expresados los criterios considerados por Narvaja. Por un lado el de la autonomía privada
expresada en el artículo 1376, este criterio establece que aunque la cosa sea divisible materialmente, si las
partes pactan que no lo son, entonces no lo serán. Pero las partes no pueden pactar que algo que es
indivisible sea divisible (ejemplo un caballo).
Por otro lado tenemos el criterio material, si el objeto de la obligación es o no divisible (ejemplo, el dinero es
divisible).

Por último tenemos el criterio intelectual que establece que será divisible si es jurídicamente posible su
división (ejemplo, derecho de propiedad-hay cuatro propietarios entonces se divide en cuatro). Este último
criterio recibe una fuerte crítica por parte de Savigny que plantea que dicho criterio no debería existir ya que
todo puede ser divisible intelectualmente (ejemplo, el caballo puede tener diez propietarios y sin embargo es
indivisible materialmente).

Obligación divisible:
Art.1378 “La obligación que es susceptible de división debe ejecutarse entre deudor y acreedor como si fuese
indivisible.
La divisibilidad sólo tiene aplicación, cuando son varios los acreedores o deudores por contrato o por
sucesión”.
Art.1379 “Cuando en la obligación divisible son varios los acreedores o deudores por contrato, el crédito y la
deuda se dividen de pleno derecho y por iguales partes entre todos los individuos enumerados conjuntamente,
sea como acreedores o deudores de una misma cosa, a no ser que se disponga de otro modo en el título
constitutivo de la obligación. La insolvencia de uno de los deudores no grava a los otros (artículo 2127)”.

Este artículo se refiere al momento en que no hay autonomía privada, las deudas se dividen en partes iguales.
Este es el llamado principio de fraccionamiento. El deudor esta obligado a pagar su parte y el acreedor a
exigir solo la parte que le corresponde al deudor.

Ejemplo.
Acreedor ----------- Deudor A1 B1
(50.000)
B2 (50.000)

Andrea Valenzuela – 2016 19


Aquí encontramos dos deudores que se dividen la deuda de $100.000 en dos partes iguales (principio de
fraccionamiento) en el caso de que las partes no hayan pactado antes.
Si A1 íntima a B1 cae en mora, pero mientras no intime a B2 esté no caerá en mora.
Un aspecto importante es la insolvencia del deudor. A1 no le va a poder cobrar a B1 la deuda de B2 si este
es insolvente. Además A1 puede perdonar a B1 por la deuda pero esto no significa que también perdone a
B2.

En cuanto a las obligaciones divisibles, la discusión a la que se refiere Berdaguer, de si son más de una
obligación o solo una. Mariño lo que considera importante de esto es saber distinguir entre relación
obligacional y obligación. En principio hay una relación obligacional y el fraccionamiento que se hace es para
el cumplimiento de la prestación, pero la obligación es la misma. Es decir no hay pluralidad de relaciones
obligacionales.

Obligación indivisible:
Art.1384 “Cada uno de los que contrajeron conjuntamente una obligación indivisible (artículo 1375 y 1376)
está obligado por el todo, aunque la obligación no se haya contraído solidariamente.
Lo mismo sucederá con respecto a los herederos de aquél que contrajo semejante obligación (artículo
1168)”.
Se puede ir por el todo contra el deudor, aunque haya dos, el acreedor aquí puede ir contra el más solvente
(esto es una ventaja para el acreedor). Esto la asimila a las obligaciones solidarias, donde la principal
característica es que se puede ir por el todo contra uno de los deudores.
En caso de que B1 fallece y deja herederos a C1 y C2, entonces A1 puede ir por el todo contra uno de ellos
por ejemplo C1 si este es más solvente.
Art.1386 “El heredero del deudor que es demandado por la totalidad de la obligación, puede pedir término para
citar a sus coherederos, a no ser que sea de tal naturaleza la obligación, que sólo pueda ser cumplida por el
demandado.
En tal caso, sólo éste será condenado, dejándole a salvo la acción contra sus coherederos”. Este artículo
es una excepción a la regla de que se puede ir por el todo contra un deudor aunque haya dos.
Si se demanda a C1, este puede pedir que se cite (exigir que sean co-demandados) a C2 para el
cumplimiento, a no ser que solo pueda ser cumplida la obligación por el demandado.

Es importante tener en cuenta que la herencia se puede aceptar bajo beneficio de inventario. Igualmente A1
no siempre tiene que ir a uno por el todo, puede el acreedor demandar a los dos deudores.

Art.1387 “La prescripción interrumpida respecto de uno de los deudores de la obligación indivisible lo
es igualmente respecto de los otros”.
Suposición de muerte del acreedor. Ningún heredero puede hacer remisión (perdonar al deudor) de la deuda
ni aceptar otra cosa por el precio de la misma. Si lo hizo su coheredero no puede reclamar la deuda sino
abonar la porción del que ha hecho la remisión o ha recibido el precio. Le abona al deudor la porción, porque
otro acreedor se lo perdonó.

Se entiende que el que perdonó, lo hizo por su parte y no por toda la deuda. Hay quienes creen que esto se
entiende para los coacreedores y no solo para los coherederos, y otros que entienden que solo habla de
coherederos.

Art.1385 “Cualquiera de los herederos del acreedor puede exigir en su totalidad la ejecución de la deuda
indivisible; pero no puede uno solo hacer remisión de la deuda ni recibir en lugar de la cosa, el precio de ella.
Sin embargo, si alguno de los herederos ha remitido la deuda o recibido el precio de la cosa indivisible, su
coheredero no puede reclamarla, sin abonar la porción del que ha hecho la remisión o ha recibido el
precio”.

Andrea Valenzuela – 2016 20


Obligaciones indivisibles en cuanto al pago
Son aquellas cuyo objeto es perfectamente divisible, física o intelectualmente, pero que no deben ejecutarse
por parcialidades en virtud de la voluntad de las partes o de la ley que presume esa voluntad. Negando la
posibilidad de cumplimiento parcial se estima resguardado el interés del acreedor.
Se habla de indivisibilidad en el pago, porque la cosa debida admite división, pero las partes o la ley,
interpretando la voluntad de ellas, han alterado esa situación estableciendo que la obligación debe ser
cumplida por cada deudor por el total. La indivisibilidad en el pago solo aparece en el momento del pago y de
allí se debe su nombre.

Características de estas obligaciones:


· Se trata de prestaciones divisibles
· Actúan como divisibles, pero solamente en cuanto a la parte pasiva, solo en cuanto a los deudores. Si son
varios acreedores todos ellos deben reclamarla, no uno solo como ocurre en los casos de deuda indivisible.
· Solo en cuanto al pago. No se aplican los otros aspectos del régimen de la indivisibilidad, como por
ejemplo, la interrupción de la prescripción.

Obligaciones solidarias
Las obligaciones solidarias tienen una regulación específica, diferente a la regulación de las
mancomunadas simples.
Estas obligaciones denominadas solidarias suelen ser confundidas con las obligaciones indivisibles, como
similitudes encontramos:
Pluralidad de sujetos
No hay división ni de deuda, ni de crédito (deudor obligado a pagar el todo y acreedor puede exigir el todo).

Es necesario marcar las diferencias existentes entre las obligaciones solidarias y las indivisibles. En primer
lugar, las obligaciones indivisibles refieren al objeto de las relaciones obligacionales; en cambio las
obligaciones solidarias refieren al sujeto de las mismas. Esto es importante porque encontramos en las
solidarias dos tipos (que no sucede en las indivisibles), solidarias respecto al sujeto activo y solidarias
respecto al sujeto pasivo.
Por otra parte, en las obligaciones indivisibles, el objeto no cambia al fallecer el deudor original.

En obligaciones solidarias, no se transmite la solidaridad en cuanto a cada heredero que conforme la estirpe,
el acreedor no puede ir en contra de un heredero por el todo, en cambio en las obligaciones indivisibles se le
puede reclamar el todo a cada uno.

En tercer lugar, en caso de que se destruya la cosa por uno de los deudores, en obligaciones indivisibles, se
divide, es decir, es culpable aquel a quien se le destruye la cosa; en cambio en las solidarias, se mantiene la
solidaridad y todos deben responder (aunque sea por daños y perjuicios).

La obligación solidaria es un tipo de obligación en el cual el deudor está obligado a pagar el todo, o el
acreedor puede exigir el todo, aún siendo esta obligación divisible.
La solidaridad deber ser pactada o prevista. El origen o fuente de la solidaridad la encontramos en el
Art.1391“La solidaridad no se presume; es preciso que se declare inequívocamente en la convención o en el
testamento.
Sólo cesa esta regla en los casos que tenga lugar de pleno derecho, en virtud de disposición de la ley”.

Solidaridad activa y pasiva


Art.1390 “La solidaridad de las obligaciones puede ser activa o pasiva, según se considere respecto de
los acreedores o con relación a los deudores.
La solidaridad activa o entre los acreedores de una misma cosa, es el derecho que cada uno tiene de
reclamar el pago en su totalidad.
La solidaridad pasiva o entre los deudores, es la obligación impuesta a cada uno de ellos de pagar solo,
por todos, la cosa que deben en común”.
Andrea Valenzuela – 2016 21
Cabe aclarar que una solidaridad activa no implica una solidaridad pasiva.
En las obligaciones solidarias siempre repercute la actuación de un sujeto en los demás integrantes de
esa parte.
De los efectos de la solidaridad activa (Art.1396)
1º. Que cualquiera de los acreedores tiene el derecho de exigir y recibir el pago total del crédito.
2º. Que el pago hecho a uno de los acreedores libra al deudor respecto de los otros.
3º. Que cualquier acto que interrumpa la prescripción, respecto de uno de los acreedores,
aprovecha a los otros. Sin embargo, no produce el mismo efecto la suspensión de la prescripción en
favor de uno de ellos.
4º. Que el deudor puede pagar indistintamente a cualquiera de los acreedores, mientras no ha sido
judicialmente demandado por alguno de ellos.
5º. Que la remisión hecha por uno de los acreedores libra al deudor respecto de los otros, si éstos no le
habían judicialmente demandado todavía.

De la solidaridad pasiva (Art.1397)


1º. Que el acreedor tiene el derecho de pedir la totalidad del crédito al deudor que eligiere, el cual está
obligado a pagarlo por entero.
2º. Que la demanda deducida contra una de los deudores no impide al acreedor que demande a los otros.
3º. Que la demanda deducida contra uno de los deudores, interrumpe la prescripción respecto de todos.
4º. Que produce el mismo efecto el reconocimiento de la deuda, verificado por uno de los codeudores.
5º. Que la demanda de intereses contra uno de los deudores, los hace correr respecto de todos.
6º. Que el pago verificado por uno de los codeudores libra a todos respecto del acreedor. 7º. Que si la cosa
debida ha perecido por culpa de uno o más de los deudores o después de
haber incurrido en mora, los otros no quedan exonerados de pagar el precio de la cosa; pero sólo aquéllos
responderán de los daños y perjuicios.

Entonces, en las solidarias activas, según lo establece el artículo 1396, el acreedor puede reclamar el todo,
y como consecuencia se extinguen los derechos de reclamar de los demás acreedores. Cualquier acreedor
tiene derecho al cobro.
Por su parte, en las solidarias pasivas, según lo establece el artículo 1397, el deudor está obligado a
pagar el total si el acreedor lo exige, como consecuencia libera al reto de los deudores, extinguiendo así
la obligación.

Como utilidad activa, encontramos en primer lugar que se facilita el cobro; en segundo lugar, no se puede
revocar unilateralmente la solidaridad. Se necesita la voluntad de todos.
Como utilidad pasiva, encontramos en primer lugar que es una garantía para el acreedor en caso de
insolvencia; en segundo lugar, no se puede revocar unilateralmente la solidaridad, se necesita la voluntad
de todos.

Autonomía de la voluntad
Es un concepto que va referido a la capacidad del individuo para dictarse sus propias normas morales. El
concepto constituye actualmente un principio básico en el Derecho privado, que parte de la necesidad de que
el ordenamiento jurídico capacite a los individuos para establecer relaciones jurídicas acorde a su libre
voluntad. Son los propios individuos los que dictan sus propias normas para regular sus relaciones privadas.

De él se desprende que en el actuar de los particulares se podrá realizar todo aquello que no se encuentre
expresamente prohibido o que atente contra el orden público, las buenas costumbres y los derechos de
terceros.

El principio de autonomía de la voluntad privada ha sido definido como el poder de las personas, reconocido
por el ordenamiento positivo para disponer con efecto vinculante de los intereses y derechos de los que son
titulares y por ende crear derechos y obligaciones, siempre que respete el orden público y las buenas
costumbres.
Andrea Valenzuela – 2016 22
Se entiende por autonomía privada el poder de autodeterminación de la persona; es aquel poder complejo
reconocido a la persona para el ejercicio de sus facultades, sea dentro del ámbito de libertad que le pertenece
como sujeto de derechos, sea para crear reglas de conducta para sí y en relación con los demás, con la
consiguiente responsabilidad en cuanto actuación en la vida social; y que del principio de personalidad que el
Derecho Civil contempla derivan: el derecho subjetivo, y la autonomía privada.

Dentro de la autonomía privada así entendida se pueden distinguir dos aspectos o sentidos:
1º El poder atribuido a la voluntad respecto a la creación, modificación y extinción de relaciones jurídicas, o
autonomía privada en sentido estricto, (autonomía de la voluntad), referida al ámbito del negocio jurídico
2º El de poderes, facultades y derechos subjetivos, esto es, concretada en la autonomía dominical o
ámbito del ejercicio de los derechos subjetivos.

Obligaciones alternativas y facultativas (Berdaguer. OyC)


Las obligaciones, según su objeto, se clasifican en simples y compuestas. Una obligación es simple
cuando sólo se debe una cosa o un hecho. Una obligación es compuesta cuando son varias las cosas que
deben ser dadas o varios los hechos que deben ser cumplidos.
Las obligaciones compuestas se subdividen en tres tipos:
1. Conjuntas, refiere a todas las cosas que se deban simultáneamente, es una obligación única y son
una pluralidad de prestaciones que deben cumplirse acumulativamente.
2. Alternativas, cuando se deben varias cosas, de manera que el deudor por la entrega o la
ejecución de una de ellas se libra de dar o hacer la otra.
3. Facultativas, tiene por objeto una cosa determinada, pero concediéndose al deudor la facultad de
pagar con esta cosa o con otra cosa que se designa.
Obligación alternativa
Si una de las dos cosas no fuera idónea para el contrato, la obligación se considera pura y simple.
Ambas prestaciones deben ejecutarse en forma disyuntiva, esto significa que la parte que tiene la
elección cumple entregando una de ellas, la cosa que elija, pero esta cosa elegida debe entregarla
entera, no puede entregar una parte de una y otra de otra.

Ejemplo de obligación alternativa que satisface necesidades del acreedor: el boleto de ómnibus.
Ejemplo de obligación alternativa que satisface necesidades del deudor: heredero a quien testador le impone
la obligación de cumplir cierto legado, pero otorgándole la potestad de optar entre un elenco de objetos.

La obligación alternativa en todos los casos beneficia al acreedor frente a los riesgos, ya que en el caso que
perezca la cosa, el deudor debe entregar la otra, ampliando las posibilidades de que este vea satisfecho su
interés.

En los casos que la elección pertenezca al acreedor, tiene ventaja de que puede postergar su elección hasta
el momento del cumplimiento.

En el nacimiento de la relación, el contenido es parcialmente indeterminado, ya que hay dos o más


prestaciones que puede ejecutar el deudor.

En la elección, los múltiples objetos que originariamente eran debidos se transforma en uno solo, ya sea por
la voluntad de las partes o por la llamada concentración natural, que tiene lugar cuando una de las cosas
debidas perece por caso fortuito fuerza mayor y solo queda la otra cosa para entregar.

Finalmente, se produce el cumplimiento de la única prestación debida. El cumplimiento se une a la elección,


se puede hacer remitiendole al acreedor cual es la cosa elegida.

Andrea Valenzuela – 2016 23


Obligación alternativa y obligación genérica
La obligación alternativa se dirige a varias prestaciones consideradas como concretas. En la obligación
genérica, refiere a una suma de posibilidades del mismo género.

Elección por la voluntad de las partes


La función de la concentración (o elección) por la voluntad de las partes es fijar la obligación que hasta
entonces tenía dos o más prestaciones alternativas.

Para saber a quién corresponde la elección hay que ver que se estipuló entre las partes. A falta de convención
expresa, la elección pertenece siempre al deudor (art. 1350).
La elección es de carácter unilateral y recepticio (que produce efectos desde que llega a la otra parte).

Es un derecho potestativo, ya que a quien se le otorga la elección, se le confiere la potestad de modificar la


situación jurídica inicial, determinando la prestación final que debe cumplirse.

Riesgos
Cuando la concentración se produce por fuerza mayor o caso fortuito.

Casos en que la elección corresponder al deudor (art. 1353)


1. Perece una de las dos cosas por caso fortuito. La obligación se concentra en la otra
(concentración natural).
2. Perecen las dos cosas por caso fortuito. La obligación se extingue por imposibilidad de pago.
3. Perece una cosa por culpa del deudor y queda la otra. La obligación se concentra en la otra, ya que
se interpreta que la destrucción es equivalente a haber elegido la que quedó.
4. Perece una por caso fortuito y otra por culpa del deudor. Se debe el precio de la última.
5. Si perecen las dos por culpa del deudor, debe el precio de la última que pereció.

Casos en que la elección corresponde al acreedor (art. 1354)


1. Si una perece por caso fortuito, se concentra en la otra cosa (concentración natural).
2. Si perecen las dos cosas por caso fortuito, la obligación se extingue.
3. Si perece una cosa por culpa del deudor, el acreedor puede elegir entre el precio de la que pereció
y la que quedó.
4. Si perece una por culpa del deudor y otra por caso fortuito, debe entregar el precio de la primera.
5. Si perecen ambas por culpa del deudor, el acreedor puede reclamar el precio de cualquiera
de las dos.

Obligaciones facultativas
Son aquellas que tienen por objeto una cosa determinada, pero concediéndose al deudor la facultad de
pagar con esta cosa o con otra cosa que se designa.

El propietario se obliga a entregar la cosa A pero se reserva la facultad de sustituir dicha prestación,
entregando la cosa B. Este está obligado a entregar la cosa A pero tiene la facultad de liberarse, entregando
la cosa B.

La facultad de sustitución puede referirse a todo tipo de prestación, sea de dar, de hacer o de no hacer. La
prestación accesoria tiene que ser equivalente de la principal.

Efectos jurídicos
Si hay incumplimiento, el acreedor sólo tiene facultad de reclamar la cosa debida (principal) y no la otra (art.
1358).
Si la cosa perece sin culpa del deudor antes de celebrarse el contrato, este es nulo por falta de objeto. Si
perece la accesoria, la obligación se considera pura y simple desde el primer momento.

Andrea Valenzuela – 2016 24


Si la cosa debida perece sin culpa del deudor después de celebrado el contrato, la obligación se extingue.
Si perece la cosa no debida (accesoria), el deudor pierde la facultad de liberarse entregando la cosa
accesoria, pero sigue obligado a entregar la principal.

EN CASO DE DUDA SOBRE SI LA OBLIGACIÓN ES ALTERNATIVA O FACULTATIVA, SE TENDRÁ


POR FACULTATIVA.
Esto sucede ya que las obligaciones facultativas son un beneficio significativo para el deudor y es demasiado
gravoso para el acreedor tener que sufrir las consecuencias que tendría para él una obligación facultativa.

Andrea Valenzuela – 2016 25


TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO

Concepto de contrato
Definición de contrato del Código Civil:
art. 1247: “Contrato es una convención por la cual una parte se obliga para con la otra o ambas partes se
obligan recíprocamente a una prestación cualquiera”.

El derecho romano es fiel a la noción restringida que plantean los romanos del contrato. En el derecho
romano el contrato tenía eficacia obligacional, siendo necesaria la transferencia de la propiedad (tradición)
además del contrato. Además el contrato en la concepción romana es sólo aquel que crea, produce
obligaciones, no las convenciones cuyo objeto es modificar o extinguir un vínculo obligacional preexistente.

Estamos frente a un contrato cuando se celebra una compraventa por ejemplo, produce el nacimiento de las
obligaciones que es entregar la cosa (para el vendedor) y pagar el precio (el comprador). Pero esto no es
suficiente para que el comprador se vuelva propietario de la cosa, se necesita sumarle la tradición, momento
en el que se traspasa la propiedad.

Se entiende por convención al consentimiento y acuerdo de dos o más voluntades. El individuo tiene el poder
de decidir sobre su propia esfera jurídica, ya que los contratos se celebran dentro de la autonomía privada,
esta se expresa por actos negociales.

Siendo el contrato un acuerdo de voluntades, no podrá afectar a quienes no prestaron su consentimiento,


los contratos producen efectos sólo entre las partes, aunque existen excepciones, por ejemplo en la
representación, los bienes de la compraventa que celebre el representante (B) irán a parar al patrimonio
del representado (A) directamente, y no al patrimonio de él (B), pero la voluntad que interviene es la del
representante en base a los intereses de A (siendo A el sujeto de interés y B el sujeto de la voluntad).

Los sujetos. Concepto de parte y de terceros.


Las partes son los sujetos cuyas voluntades forman el acuerdo que produce el contrato y se obligan
mediante el mismo. El contrato es un negocio jurídico bilateral, ya que requiere de la voluntad de dos
partes.
Los negocios jurídicos unilaterales son por ejemplo el testamento y el poder, que nacen a la vía jurídica con la
sola voluntad de una parte.
Son terceros todos aquellos sujetos que no son parte del contrato.

Partes del contrato


El art. 1247 hace referencia a la posición de las partes respecto al interés regulado.
Las partes pueden estar compuestas por varios individuos en cada parte con un interés común entre ellos y
de oposición o conflicto de intereses con la otra parte, siendo el contrato la representación voluntaria de ese
conflicto.

Finalidad del contrato: crear obligaciones


La definición del código dice que el contrato es una convención y que es productora de obligaciones.
El contrato es una convención (acuerdo de voluntades de dos o más personas, es una noción más amplia
que la de contrato, ya que pueden modificar o extinguir, el contrato sólo crea obligaciones) fundadora de
obligaciones.

El derecho uruguayo cuando habla de contrato hace referencia al contrato CONSTITUTIVO de obligaciones
no modificativo ni extintivo. Es un negocio jurídico obligacional.

Delimitación del concepto. Negocio jurídico patrimonial.


El sentido estricto se refiere a una relación patrimonial. Quedan por fuera las relaciones de familia, el
derecho sucesorio y los negocios bilaterales del derecho público.
Andrea Valenzuela – 2016 26
Los contratos son “títulos” y se distinguen de los modos de adquirir el dominio. Los títulos
sólo producen efecto personal.
Cuando el contrato es título hábil para transferir el dominio, si se complementa con un modo (tradición),
desplaza el derecho de propiedad (efecto real).

Hecho jurídico. Acto jurídico. Negocio jurídico

Hecho jurídico: Existen los hechos indiferentes para el derecho, y los hechos jurídicos. Los primeros son
aquellos sucesos que aún cuando puedan revestir importancia desde el punto de vista social o espiritual, no
son tomados en cuenta por el derecho, y por ende su producción no traerá consecuencias en el ordenamiento
jurídico.

Los hechos jurídicos, en cambio, son todos aquellos sucesos, ya sean de orden natural o consecuencia de
la actividad humana, cuya producción trae consigo consecuencias de derecho, como por ejemplo el
nacimiento de una persona (genera derechos y obligaciones). Acto jurídico: Couture lo define como el hecho
humano voluntario, lícito, al cual el ordenamiento positivo atribuye el efecto de crear, modificar o extinguir
derechos.

Negocio jurídico: Manifestación intencional de voluntad para una finalidad sancionada por el derecho.

NOCIÓN DE NEGOCIO JURÍDICO (Cafaro, Efic. Contract).


El negocio jurídico son declaraciones de voluntades dirigidas a obtener un fin, a alcanzar determinado
resultado.
Estas deberán ajustarse al marco normativo por el ordenamiento para que los sujetos que se expresaron
puedan contar con protección estatal y obtener el efecto que persiguieron al emitir voluntad.

El negocio es voluntad exteriorizada a través de declaraciones o de comportamientos. Para que se


configure el negocio es necesario que haya voluntad que se objetivamente discernible, que trasciende
al sujeto.

La relevancia jurídica de la voluntad sobreviene cuando se exterioriza, para esto se requiere que asuma
una forma, mediante una declaración o manifestación.
La forma es el medio por el cual se hace posible la comprobación del querer del sujeto social y jurídicamente
relevante. La forma tiene que tener un contenido y una finalidad.

El sujeto emite una declaración de voluntad con un específico querer (contenido) para alcanzar un fin.
Se requiere entonces de la forma, el contenido y la finalidad para que se configure el negocio jurídico.
El negocio jurídico está dirigido a procurar la satisfacción de intereses individuales, que bien pueden ser
económicos o de otra naturaleza.

Función del negocio jurídico


Mediante el negocio los sujetos regulan sus propios intereses de forma tal que resulta evidente su carácter
instrumental y normativo para autodeterminar mecanismos vinculantes.

Clasificación de los negocios jurídicos según sus efectos

NEGOCIO DISPOSITIVO (en sentido amplio) modifica siempre la situación jurídica preexistente.
a. Negocios dispositivos en sentido estricto (capaz de producir efecto real).
- Dispositivo traslativo, la transferencia de la propiedad
- Negocios dispositivos constitutivos, la constitución de un derecho real menor.
b. Negocio obligacional, determina el surgimiento de una relación obligacional con efecto personal
(los contratos).

Andrea Valenzuela – 2016 27


NEGOCIOS DECLARATIVOS: no modifica la situación jurídica preexistente, se limita a aclararla o
constatarla, no la crea ni la modifica.

El contrato es un negocio obligacional ya que su consecuencia es el nacimiento de una relación obligacional


entre sus partes.

La transferencia de la propiedad (efecto real) requiere de la yuxtaposición de dos negocios jurídicos de


diversa naturaleza.
a. Negocio obligacional: contrato (debe ser título hábil para transferir el dominio).
b. Negocio dispositivo: un modo

La propiedad se transmite en el momento que tiene lugar la tradición, que es la que produce el efecto real,
pero la tradición tiene que estar acompañada por un título idóneo, un contrato que sea título hábil para
transferir el dominio.

NEGOCIO OBLIGACIONAL + NEGOCIO DISPOSITIVO = EFECTO REAL


compraventa + tradición = transferencia de la propiedad

CONTRATOS QUE SON HÁBILES PARA PRODUCIR UN EFECTO REAL.


El título hábil para transferir el dominio.
El código habla de los negocios obligacionales que producen efecto real como “títulos hábiles para transferir
el dominio” o “títulos traslativos para transferir el dominio”.

Los contratos hábiles para producir un efecto real son:


a. Compraventa
b. Permuta
c. Donación
d. Renta vitalicia
e. Mutuo
f. Transacción
g. Promesa de enajenación de inmuebles a plazos

Los contratos que no son títulos hábiles para transferir el dominio son:
1. Mandato
2. Arrendamiento de cosas y servicios
3. Anticresis
4. Depósito
5. Comodato
6. Prenda

En algunos de estos casos se hace entrega de la cosa, pero sólo se traspasa la mera tenencia, no la
propiedad. Se llama mera tenencia a la del arrendatario, secuestre, comodatario, acreedor prendatario y a
aquellos que tienen una cosa en lugar y a nombre de otro.

En algunos casos la entrega de la cosa implica la transferencia de la propiedad y en otros sólo la mera
tenencia, ya que los negocios tienen diversa función.

La compraventa es un contrato de cambio y está destinado a producir un traspaso definitivo de los bienes,
contrario a este, el arrendamiento es el uso o goce temporario de la cosa arrendada, la entrega de la cosa se
hace para que la cosa sea custodiada.

Andrea Valenzuela – 2016 28


Título hábil para constituir o transferir un derecho real menor
Existen contratos que permiten producir un efecto de naturaleza real, aunque de un contenido distinto, con
un efecto real que no consiste en el traspaso de la propiedad, lo que existe es la creación de un derecho
real sobre cosa ajena.

Son títulos hábiles para constituir un derecho real de garantía: la prenda, la hipoteca, la promesa de
enajenación de inmuebles a plazos. Este derecho real se produce cuando el contrato se inscribe en el
registro.

El contrato puede ser titulo habil no sólo para transferir la propiedad sino para transferir un
derecho real menor o para constituir un derecho real de goce

1. Contrato de compraventa de usufructo


A se obliga a dar en usufructo a B y este se obliga a pagar un precio. Se constituye el derecho real menos de
goce a través del contrato (de compraventa) más el modo.
Es un negocio obligacional. pero no nace el derecho real hasta que se complete la tradición.

2. Tradición
A hace tradición a B, es un negocio constitutivo, nace el derecho real de usufructo

3. Nueva compra venta del usufructo


B ahora es titular del derecho real de usufructo y lo transfiere a C a cambio de un precio. Existe el título hábil
para transferir el derecho real menor de goce, es un negocio obligacional pero el derecho real no se
transfiere.

4. Tradición
B hace tradición a C, es un negocio traslativo y finalmente se transfiere el derecho real de usufructo.

Estos contratos se oponen a los otros, que agotan sus posibilidades en el campo meramente obligacional,
sin que puedan servir de título para la producción de efecto real.

Los contratos pueden subdividirse en dos categorías:


1. Títulos hábiles para producir un efecto real
a. hábiles para transferir el dominio
b. hábiles para constituir un derecho real menor de goce o garantía
c. hábiles para transferir un derecho real menor

2. Títulos NO hábiles para producir un efecto real

Modos de adquirir el derecho real


Algunos contratos, además del efecto obligacional, tienen la posibilidad de desencadenar efecto real,
pero para esto se requiere un modo.
Este modo puede ser:
1) Tradición, cuando consiste en transferir la propiedad o un derecho real de goce
2) Inscripción en el registro, es un modo de adquirir los derechos reales de garantía: hipoteca,
prenda sin desplazamiento, promesa de enajenación de inmuebles a plazos.
3) La entrega de la cosa en la prenda común, modo de adquirir el derecho real de prenda.
La diferencia entre los tres modos es la naturaleza jurídica, la tradición es un negocio jurídico dispositivo,
mientras que a inscripción en el registro y la entrega de la cosa no lo son. Lo que confiere a un modo su
condición es la aptitud de producir la adquisición del derecho real.

Andrea Valenzuela – 2016 29


Los negocios dispositivos: traslativos, constitutivos y extintivos
1) TRASLATIVOS: Transferencia del derecho real de propiedad.

2) CONSTITUTIVOS: Constitución de un derecho real menor, sea de goce (usufructo,


servidumbre, uso, habitación) o sea de garantía (prenda, hipoteca)
En la constitución del derecho real menor e contrato es idóneo para producir el efecto real, no se adquiere el
derecho en la cosa sino por la subsiguiente tradición (art. 496)
El contrato de hipoteca es incapaz de producir efecto real, este se crea cuando el contrato se inscribe en el
registro (art. 2323)
El derecho real de garantía nace con la inscripción del contrato de promesa de enajenación de inmuebles a
plazos en el registro.

3) EXTINTIVOS: Cuando se extingue un derecho mediante la renuncia. No existe problema


de eficacia ya que la renuncia no es un contrato.

Concepto de enajenación
Nuestro Código Civil se refiere múltiples veces a la enajenación pero no existe una definición legal.
En la doctrina la noción de enajenación se circunscribe a los negocios dispositivos traslativos y constitutivos,
con exclusión a los extintivos. En ambos casos se produce una adquisición derivada, el sujeto adquiere un
derecho como consecuencia del acto de disposición que realiza el otro sujeto.

El concepto de enajenación tiene una doble acepción:


a. En sentido estricto, enajenación comprendida únicamente en los negocios traslativos.
b. En sentido amplio, negocios traslativos y negocios constitutivos.
En nuestro derecho positivo se utilizan las dos acepciones. En sentido restringido por ejemplo cuando se
restringe a los padres a enajenar (art. 271), en sentido amplio cuando se habla de enajenación en materia de
prenda e hipoteca y hasta en la acción pauliana y la repudiación de herencia, que no son enajenaciones pero
a los efectos de la acción pauliana se consideran como tales.

El contrato no puede calificarse de enajenación, ya que la enajenación determina la producción de un efecto


real y el contrato (simple título) es insuficiente para generar por sí mismo.

- El concepto de enajenación comprende a los negocios dispositivos traslativos y constitutivos: un sujeto


adquiere un derecho como consecuencia del acto de disposición que realiza otro sujeto (efecto real)
- Quedan fuera los extintivos, ya que en estos no hay adquisición de derecho
- Tampoco integran los negocios obligacionales (contratos) que sólo tienen efecto personal.

Noción de gravamen
En nuestro derecho, el concepto de gravamen es utilizado en dos o más sentidos diferentes que
pertenecen a distintos planos. Se utiliza en diversos sentidos:
a. gravamen como significado de derecho real menor, que es innecesario ya que se duplica la
terminología respecto de un mismo concepto jurídico y crea confusión.
b. Gravamen para aludir al sacrificio, desventaja o carga que padece un sujeto, en un sentido
económico, como pérdida de patrimonio. como equivalente a “modo”.

La esencia de la noción de gravamen es la idea de sacrificio o desventaja (se puede ver en el art. 1249)
El concepto de gravamen al ser un concepto económico, va más allá de las relaciones que sólo generan un
vínculo obligacional.
Por ejemplo en la prestación constitutiva en los contratos reales, hay un gravamen para el sujeto que la
realiza, pero no obligación, porque esta entrega perfecciona el contrato, o sea no corresponde a la zona del
cumplimiento de las obligaciones.

Andrea Valenzuela – 2016 30


Trascendencia de la distinción entre los negocios dispositivos y obligacionales. En particular la
legitimación para disponer.
El individuo que tiene una relación con una cosa a través de su derecho de propiedad, puede disponer de la
misma eficazmente, en cambio el no propietario carece de legitimación y solo puede realizar el “negocio
sobre cosa ajena”. Nadie puede transmitir más derechos de los que tiene.

El negocio dispositivo no produce su efecto real si el sujeto no está legitimado para realizar la tradición, ya
que no está transfiriendo el dominio, aunque puede producir otros efectos.
La legitimación funciona como requisito de eficacia del negocio dispositivo, no afecta a la validez, sino a
la eficacia, puede ser hacerse la legitimación superveniente y opera la transferencia del dominio
automática y retroactivamente.

En el negocio obligacional la legitimación no es presupuesto de eficacia, el contrato es válido y eficaz aunque


falte legitimación. Por eso la venta de la cosa ajena es válida y eficaz.
La consecuencia del negocio obligacional es la obligación de entregar la cosa (o transferir la propiedad), para
esto no es necesario ser propietario, pero el problema surgirá en la etapa del cumplimiento cuando deba
hacer efectiva la tradición. El negocio obligacional (compraventa) es eficaz, pero el negocio dispositivo
(tradición) es ineficaz, ya que no hay legitimación para disponer.

PUBLICIDAD DEL CONTRATO. El registro y efectos de su publicidad.


El sistema registral es una base de datos donde se inscribe el nacimiento, modificación, extinción y
otros cambios que afecten a bienes y derechos.
Cuando alguien va a realizar un negocio sobre determinado bien deberá comprobar en el Registro:
a. Consultar las inscripciones existentes sobre el bien para saber su situación jurídica
b. Inscribir los derechos que puede adquirir y las transformaciones que puedan sufrir, para que sean
conocidas por terceros.
Ley de Registros. n° 16.871

Relaciones entre la publicidad y la clasificación de los bienes, en muebles e inmuebles


El sistema registral está previsto fundamentalmente para los bienes inmuebles. Los bienes inmuebles son
siempre identificables y por tanto registrables, y en general los muebles no son identificables, pero algunos
sí son susceptibles de individualización y pueden ser inscriptos.
En el Registro de la Propiedad además de la sección Inmobiliaria existe otra llamada Mobiliaria, que
comprende a su vez el de Vehículos Automotores (aquellos vehículos con aptitud registral) y el de Prendas sin
Desplazamiento (recae sobre las prendas en las cuales el bien permanece en el poder del deudor y podrá ser
objeto del contrato mientras sea identificable).

Relaciones entre la publicidad y la clasificación de los derechos reales y personales


La publicidad se establece con carácter general con respecto de los derechos reales, respecto de los
derechos personales es una excepción que la ley disponga su inscripción.
Los derechos reales son oponibles erga omnes y por su condición es necesario proporcionarle a los terceros
la posibilidad de saber de su existencia. En cambio en los derechos personales sólo está prevista en algunos
casos, como arrendamiento o anticresis, adquiriendo éstos la oponibilidad a terceros, típica del derecho real.

La publicidad registral interesa primordialmente sobre los derechos reales y los bienes inmuebles y en
menor grado a los derechos personales y a los muebles (identificables).

Distintos sistemas de publicidad


1. PRIMACÍA DEL DERECHO SUSTANCIAL: Demostrada la inexactitud del asiento de acuerdo al
derecho de fondo (no es propietario), debe primar la realidad jurídica extrarregistral. El Registro cumple la
función de hacer cognoscible a terceros los actos sujetos a publicidad, no otorga mayor valor o eficacia que
los que antes tenía (el contrato será siendo nulo y el individuo no será propietario).

Andrea Valenzuela – 2016 31


2. PRIMACÍA ABSOLUTA DE LA REALIDAD REGISTRAL: La inscripción es esencial para la
adquisición del derecho (quien no está inscripto no es propietario) y tiene eficacia saneante (el que inscribe es
propietario aunque la compraventa haya sido nula). Este sistema tiene requisitos muy exigentes para la
inscripción, hasta existe una etapa en la que los terceros pueden presentarse a alegar derechos que crean
tener sobre el bien.

3. SISTEMA INTERMEDIO: Prevalece el contenido del Registro hasta que se demuestre su


inexactitud, y si así se hiciera primaría el derecho de fondo y se modifica el asiento registral.

Bases generales del sistema uruguayo de publicidad


El registro uruguayo cumple una función PUBLICITARIA, no está destinado a suministrar una prueba del
derecho de propiedad ni sirve para transferir el dominio.

Según el principio de legitimación y de la fe pública registral, en caso de oposición entre la realidad y los
asientos registrales, prima la realidad, ya que la inscripción tiene un valor meramente informativo.
La inscripción de un contrato en el registro no convalida los actos o negocios jurídicos nulos o anulables ni
subsana los vicios o defectos que pudiese tener.

Función del registro


Tiene la función de informar, de dar publicidad, dirigida a los terceros que no forman parte del acto inscrito.
Tanto la consulta del registro antes de adquirir un bien o derecho, como el registro posterior no son
obligatorios, el interesado es libre de hacerlo o no, pero corre el riesgo de adquirir un bien que esté gravado
(con una hipoteca por ejemplo) o de estar adquiriendo de alguien que no es el propietario, y posteriormente,
si no inscribe puede perder su derecho en caso de que un adquirente posterior inscriba antes y haga
inoponible la primera enajenación.
El interesado tiene la carga de consultar y la de inscribir, y si no lo hace sufrirá las
consecuencias perjudiciales de su negligencia.

Si A vende a B y este no inscribe, y al mismo tiempo A vende a C y este sí consulta e inscribe, B no podrá
reclamar la propiedad a C, ya que su adquisición no es oponible a C, no puede hacerse valer contra el que
inscribió antes. Se extingue el derecho de propiedad del primer comprador (B) que no inscribió, porque la
inscripción de C lo convierte en dueño.

La segunda función de la publicidad registral es la de dirimir conflictos entre diversos derechos subjetivos
que son incompatibles entre sí, haciendo prevalecer el que se inscribió primero (principio de prioridad de la
inscripción).
Además de aplicarse en la doble enajenación, también se aplica a los arrendamientos, si el
arrendamiento está inscripto el nuevo propietario deberá respetarlo.

Objeto de la publicidad
El registro tiene por cometido posibilitar el conocimiento de los terceros respecto de esa mutación del
dominio.
La ausencia de publicidad no tiene que ver con los vicios que puedan aquejar al negocio, la publicidad es
externa al acto por lo tanto no puede invalidarlo, sino que puede ser inoponible o ineficaz.

La publicidad en el derecho civil uruguayo reune a:


1) Modificaciones que se producen en la titularidad de los derechos reales: Los negocios
dispositivos como la transferencia de dominio, de constitución de usufructo, uso, habitación y servidumbre.
2) Vínculos de indisponibilidad: Por ejemplo el embargo, el concurso y la cesión de bienes.
3) Legitimación del representante: Actos como la revocación, la renuncia o la extinción de poderes.
4) Derechos personales que emanan del arrendamiento y la anticresis

Andrea Valenzuela – 2016 32


Efectos de la publicidad. Publicidad constitutiva y publicidad declarativa
La función de la publicidad es la de posibilitar el conocimiento a terceros, mediante los registros públicos. Pero
el efecto de la publicidad puede ser CONSTITUTIVO, que se requiere de la publicidad para el nacimiento del
mismo derecho o DECLARATIVO, que sólo sirve para hacer eficaz un derecho que ya existía antes.
Nuestro ordenamiento tiene como principio general la publicidad declarativa, pero también incorpora la
constitutiva y la publicidad noticia.

En la publicidad declarativa, se exige esta para su eficacia, pero el derecho surge antes de la publicidad.
Los derechos nacen con el contrato independientemente de la inscripción en el registro, pero la inscripción
incide en la eficacia de los derechos ya surgidos, extendiendo su zona de influencia respecto de terceros.

En la publicidad constitutiva no puede nacer el derecho sin la publicidad, el derecho real no existe antes
de la publicidad, sino que surge con esta, como por ejemplo el derecho real de hipoteca.

Publicidad constitutiva: publicidad de los derechos reales


La hipoteca existe antes de la inscripción, pero sólo produce efecto personal, requiere de la inscripción en el
registro para constituir un derecho real menor. La inscripción en el Registro de propiedad determina el
nacimiento del derecho real, ya que siendo un derecho absoluto, debe ser público, puesto que la oponibilidad
a terceros no se concibe sin la publicidad.
La inscripción en el registro no altera la naturaleza del derecho personal preexistente, sino que hace surgir un
nuevo derecho (el derecho real), que se agrega al primero y tiene distinta naturaleza.

CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS en unilaterales y bilaterales, gratuitos y onerosos, el contrato


plurilateral, contratos conmutativos y aleatorios.
Relaciones entre los contratos unilaterales-bilaterales y gratuitos-onerosos
Los unilaterales y bilaterales atienden al número de obligaciones que el contrato genera y al vínculo de
interdependencia o correlación que puede o no ligarlas cuando existen obligaciones a cargo de las dos
partes.
Los gratuitos y onerosos (art 1249) se funda en la situación patrimonial o económica que el contrato
produce, son gratuitos cuando el negocio determina la utilidad de una sola de las partes y oneroso
cuando beneficia a ambas.
El contrato bilateral puede identificarse con el oneroso y el unilateral con el gratuito. La presencia de
obligaciones para ambas partes (bilateral) determina la presencia de gravámenes para las mismas
(onerosidad) y cuando la obligación es única (unilateral) también es único el gravamen (gratuidad).

Esencia de la relación bilateral o sinalagmática: la interdependencia de las obligaciones


Nuestro código emplea como sinónimos los términos bilateral y sinalagmático.
El contrato es un negocio jurídico bilateral (según el número de partes que intervienen para su formación) y
este puede ser a su vez, bilateral o unilateral según las obligaciones que emerjan del mismo.

En la clasificación formal como unilateral o bilateral, el contrato resulta bilateral por el solo hecho de que
cada parte contratante se obliga respecto de la otra. En el sentido sustancial, se tiene en cuenta que entre
las obligaciones debe existir una relación de interdependencia.
La obligación de dar una cosa y la de pagar un precio son obligaciones interdependientes. Son obligaciones
principales ligadas entre sí por un nexo bilateral, tienen la misma jerarquía.

Si un contrato genera obligaciones para ambas partes pero éstas no son recíprocas o
interdependientes, estamos frente a un contrato unilateral.
Cuando la carga impuesta al donatario no equivale al valor del objeto donado se habla de donación, por ende
de contrato gratuito. Siendo los gravámenes desiguales (gratuidad), las obligaciones no son
interdependientes, ya que no tienen la misma jerarquía. Si los gravámenes fueran equivalentes el contrato
sería oneroso y las relaciones resultan interdependientes.

Andrea Valenzuela – 2016 33


La noción de interdependencia entre las obligaciones (unilaterales y bilaterales) coincide con la de
equivalencia de gravámenes (gratuitos y onerosos).

EL CONTRATO PLURILATERAL
Es un contrato en el que dos o más personas estipulan poner algo en común con la mira de repartirse
entre sí los beneficios que de ello provenga. (art. 1875)
Las obligaciones son convergentes, su cumplimiento tiende a realizar una finalidad común.
La doctrina destaca que en estos contratos existe una comunidad de fin, existen pluralidad de partes y éstas
estipulan poner algo en común con la mira de repartirse los beneficios que de ellos provengan.

En los contratos de sociedad las partes unen y asocian sus prestaciones para la obtención de un fin social
(repartirse los beneficios), en vez de que cada parte adquiere la prestación del otro contratante como trueque
de la suya (contratos de cambio).
En la sociedad de prestaciones, la utilidad o provecho está destinado a ser utilizado en común. La función del
contrato plurilateral no termina cuando se ejecutan las obligaciones de las partes, sino con la realización de
las obligaciones.
Los contratos plurilaterales son contratos de ejecución continuada, son contratos abiertos, luego de
concluido el contrato pueden entrar a formar parte de este otros sujetos.

No tiene un contenido típico constante como en los demás contratos, los aportes de los socios pueden
ser de valores distintos. La equivalencia existe entre lo que el socio aporta y el reparto de beneficios, su
enriquecimiento es proporcional a su aporte (art. 1888).

Ubicación del contrato plurilateral en la clasificación de los contratos uni y bilaterales


En los contratos plurilaterales las obligaciones no son correlativas (recíprocas), ya que las prestaciones de
todos los socios están destinadas a ser utilizadas en común para obtener un común beneficio, siendo cada
socio deudor a la sociedad de lo que ha prometido aportar a ella. En los contratos plurilaterales las partes se
encuentran situadas en un círculo, dirigiéndose al centro de sí mismo (las obligaciones).

GRATUITOS Y ONEROSOS
La división entre gratuitos y onerosos está construida desde un punto de vista económico.
El contrato es gratuito cuando sólo tiene por objeto la utilidad de una de las dos partes, sufriendo la otra el
gravamen (art. 1248) El contrato es oneroso cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes
gravandose cada uno a beneficio del otro (art. 1249)
La noción de utilidad refiere al beneficio, ventaja o provecho que le procura a la otra parte.
Los contratos onerosos pueden ser bilaterales como unilaterales, pero los contratos bilaterales siempre son
onerosos, porque la interdependencia de las obligaciones produce equivalencia de gravámenes.

La noción de equivalencia
La noción de contrato gratuito se vuelve falsa e inadecuada al momento de hablar de contrato gratuito a
pesar de que ambas partes se encuentran gravadas.
En la donación modal ambas partes resultan gravadas, la imposición del modo genera una obligación y
un gravamen para el donatario.
Los contratos onerosos pueden dividirse en conmutativos y aleatorios. El contrato conmutativo es cuando
cada una de las partes se obliga a dar o hacer una cosa equivalente a lo que la otra debe dar o hacer a su
vez. El contrato aleatorio es si el equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida.

En base a esto podemos clasificar a la donación modal como gratuita, ya que como requisito tiene que el
modo o gravamen no sea equivalente al valor del objeto donado, ya que si fuera equivalente sería un
contrato oneroso.
En la doctrina, predomina el concepto subjetivo de equivalencia, que dice que las prestaciones son
equivalentes cuando las partes contratantes así lo consideran.

Andrea Valenzuela – 2016 34


Conmutativos y aleatorios
Los contratos onerosos pueden ser conmutativos o aleatorios.
En el contrato conmutativo hay equivalencia porque cada una de las partes se obliga a dar o hacer una
cosa que se mira como equivalente a lo que la otra debe dar o hacer a su vez.
Las partes pueden apreciar con certidumbre el gravamen y el beneficio que obtienen de este.

En el contrato aleatorio hay equivalencia que consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida.
Como se trata de un acontecimiento incierto es imposible determinar en el momento en que el contrato se
forma, cuál será el resultado económico del mismo (contratar con una aseguradora por ej).
El acontecimiento es objetivamente incierto para las dos partes, la equivalencia de las prestaciones consiste
en que no se sabe en el momento del perfeccionamiento, cual de las dos partes resultará beneficiada.
Hay una equivalencia en las respectivas posibilidades de ganancia o pérdida. Las prestaciones son
económicamente inciertas.

CONTRATO PRINCIPAL Y ACCESORIO. NEGOCIOS COMBINADOS O CONEXOS.


El contrato se llama principal cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de otra convención. Es
independiente, por ejemplo la compraventa.
El contrato se llama accesorio cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal,
de manera que no puede subsistir sin ella. (art. 1251). Por ejemplo en los contratos de garantía, que su
función es asegurar un crédito.
a. Lo principal influye sobre lo accesorio, pero lo accesorio no incide en lo principal.
b. El accesorio necesita del principal para poder surgir (“el contrato de prenda supone siempre
una obligación principal a la que accede” art. 2293).
c. El negocio accesorio sigue las vicisitudes del principal. Se extingue con el principal.
d. La conexión es unilateral, si se extingue el accesorio no deja de existir el principal.
e. Se habla de dos extinciones: directa (cuando se extingue el accesorio en sí mismo) y la indirecta
cuando lo accesorio se extingue como consecuencia de la extinción del principal.
f. La transmisión de lo principal arrastra consigo al accesorio (La transferencia de crédito traspasa también el
derecho de garantía).

CONTRATOS CONSENSUALES, SOLEMNES Y REALES


Caracteres de la solemnidad
El contrato solemne es aquel que está sujeto a la observancia de ciertas formalidades especiales,
de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil (art. 1252).
El contrato sólo se considerará perfecto después de llenadas las formas especiales, mientras esto no
suceda cualquiera de las partes puede arrepentirse y dejar sin efecto el contrato.
La solemnidad es un elemento que corresponde a la forma del contrato. La solemnidad es un requisito de
creación legislativa. Para considerar a un contrato como solemne es necesario que la inobservancia de las
formas solemnes produzcan la nulidad del negocio. La forma especial está prescripta para la validez del
negocio. La solemnidad es un requisito de forma exigido por la ley para la validez del contrato.
Requisito de forma
La forma es la expresión de la voluntad.
a. Todo negocio tiene una forma, ya que no puede faltar la voluntad en ninguno.
b. La forma está vinculada con el consentimiento, la solemnidad es un requisito particular del
consentimiento
c. Todos los contratos son formales, sin forma no hay contrato, pero hay contratos de forma
forzada (solemnes) y otros de forma libre (consensuales).
Origen legal
En el contrato solemne el consentimiento (voluntad) no vale si no se exterioriza mediante la forma
preceptuada por la ley. Sólo la ley puede establecer que un contrato estará establecido a una forma necesaria
o solemnidad. En ausencia de prescripción legislativa específica rige el principio general de la libertad de
forma (consensualismo).

Andrea Valenzuela – 2016 35


Requisito de validez
a. El contrato consensual se perfecciona en el momento que se produce el acuerdo de voluntades.
b. El contrato real no se perfecciona hasta que se verifique la entrega de la cosa.
c. El contrato solemne se perfecciona cuando la voluntad (consentimiento) se exterioriza por la
forma especial prescrita por la ley.

Forma solemne
Cuando la ley establece una forma especial y prescribe que en su ausencia el contrato es nulo
o no válido, esta es una forma solemne. También hablamos de solemnidad cuando la ley exige la
observancia de la forma para el perfeccionamiento o conclusión del contrato.
Función de la solemnidad. Solemnidad y publicidad.
Nuestra ley establece como solemnes a los contratos que son títulos hábiles para la transferencia
del dominio cuando recaen sobre bienes inmuebles y reglamentó como consensuales o reales a los
que no están dirigidos a transferir la propiedad. Este criterio es en base a la trascendencia jurídica y
económica del negocio, ya que el bien pasa de un patrimonio a otro en forma definitiva.
La inscripción en el registro no desempeña una función de solemnidad, ya que no está dirigido a las partes
contratantes, sino que tiene por cometido informar a los terceros. Este no es requisito de formal, como lo es
en los contratos reales, que sin la inscripción no nace el derecho real. En materia de hipoteca, el requisito de
solemnidad está previsto para el título contrato de hipoteca) y consiste en la escritura pública, en tanto que el
requisito de publicidad se refiere a la constitución del derecho real.

El contrato real
En los contratos reales la entrega de la cosa tiene la característica de ser un elemento constitutivo o
de perfeccionamiento del contrato.
a. Sólo se considera perfecto después de la entrega de la cosa
b. En tanto la entrega no se haya realizado cualquiera de las partes puede dejar sin efecto el contrato
(el contrato todavía no llegó a existir).
c. Hay dos momentos, uno llamado consensual (acuerdo de voluntades) y un momento llamado
real (entrega de la cosa).
El contrato real en el código civil uruguayo
El contrato se llama real cuando la obligación principal que nace de él supone necesariamente la tradición de
la cosa (art. 1252). La entrega es ubicada por la ley en el período de ejecución o cumplimiento del contrato.
La entrega de la cosa a veces transfiere la propiedad (mutuo o préstamo de consumo art. 2198) en otros
casos la mera tenencia (comodato, depósito, prenda art. 653, 2218, 2243, 2292) donde el comodatario y
depositario no se vuelven propietarios de la cosa.
Además de estos la ley incluye la anticresis (art. 2349) y la renta vitalicia (art. 2183) que no se perfeccionará
sino por la entrega del precio.

EL CONTRATO PRELIMINAR
El contrato preliminar se caracteriza por su función, las partes se obligan a celebrar entre sí un contrato futuro
(el contrato definitivo). Existe un vínculo que une al contrato preliminar con el definitivo, que es obligar a
realizar un contrato futuro, determinar el surgimiento de otro contrato (definitivo).
Cada contrato conserva su autonomía, su estructura y su función propia. Existen dos contratos. El preliminar
se encuentra en relación de dependencia funcional respecto del definitivo, ya que establece una relación
jurídica provisoria destinada a generar el segundo negocio (contrato definitivo)-El contrato preliminar es
llamado contrato de promesa o promesa de contratar.

Distinción entre contrato preliminar y definitivo


Si las partes se han comprometido a celebrar un nuevo (y segundo) contrato estamos frente a un contrato
preliminar.
El consentimiento para perfeccionar el contrato preliminar es distinto que para el contrato definitivo.

Andrea Valenzuela – 2016 36


Las partes pueden celebrar un contrato definitivo con un plazo a cuyo vencimiento se deberá entregar la cosa
y pagar el precio, este contrato definitivo existe ya aunque las consecuencias de las obligaciones aparece
diferida en el tiempo. Todavía no se produce la situación final pero ya existe el contrato definitivo.

El contrato preliminar es un contrato preparatorio, siempre genera obligaciones de hacer, crea una situación
inicial y provisoria con efectos jurídicos preliminares, no es un fin en sí mismo, sino un medio.
El cumplimiento del contrato preliminar se produce cuando las partes hacen la segunda manifestación de
voluntad (cuando consienten el contrato definitivo) y nace (se perfecciona) el contrato definitivo. El contrato
preliminar actúa contemporáneamente como extintivo y como constitutivo.
El contrato definitivo en nuestro derecho es siempre un negocio obligacional y puede ser un título hábil
para producir un efecto real.
El contrato preliminar sólo determina la formación del contrato definitivo, es una función preparatoria. Es
genérico, no debe su individualidad a un contenido particular. El definitivo tendrá su propia función según
el tipo contractual que se trate.

Objeciones a la categoría del contrato preliminar. Justificación de su utilidad práctica.


La ausencia en el contrato preliminar del requisito de forma solemne previsto para el contrato definitivo
impide que pueda reclamarse en caso de incumplimiento, la ejecución forzada.
La excepción a esto existe en la promesa de compraventa de un inmueble, ya que se admite la ejecución
forzada aún cuando el preliminar no haya observado la solemnidad que requiere el definitivo, pero el definitivo
observará la forma solemne, sólo que el consentimiento no será prestado por el deudor, sino a través del
juez.

Comúnmente se recurre al contrato preliminar cuando la cosa que es objeto del derecho no resulta disponible
de inmediato, no se conocen los datos específicos, o cuando se compra para revender y así evitar los gastos
de una doble transferencia.

También la promesa de compraventa en instrumento privado, cuando no hay un escribano cerca de los
contratantes, y éstos celebran una promesa de compraventa.
En la compraventa de establecimientos comerciales el contrato preliminar es muy usado, ya que existen
muchos elementos a resolver antes de la venta y los plazos suelen ser muy largos, así que teniendo en
cuenta el interés de los contratantes es más práctico un contrato preliminar mientras se resuelven todos los
asuntos.

Requisitos del contrato preliminar


Es necesario que contenga todos los elementos esenciales del contrato definitivo, si no fuera así el contrato
preliminar no existiría por falta de determinación en su objeto.
Se debe determinar el precio y la cosa. Rigen las reglas del art. 1283 cc, el objeto debe ser determinable
aunque en el momento del contrato preliminar no esté todavía determinado.

No hay una forma especial para el contrato preliminar ya que el contrato preliminar es consensual.

Efectos
El contrato preliminar determina el surgimiento de una relación obligacional integrada por obligaciones
de hacer.
El contrato preliminar no tiene aptitud para producir un efecto real.

Promesa de enajenación de inmuebles a plazos


Ley 8733
Es un contrato definitivo, mediante el cual una de las partes se obliga a transferir el dominio y la otra a
adquirirlo por prestaciones periódicas.

Andrea Valenzuela – 2016 37


Existen tres figuras contractuales que incluyen el término promesa:
a. La promesa de contratar o contrato preliminar, que genera obligaciones de hacer (celebrar el
contrato definitivo).
b. La promesa anómala o impura, que designa aquellos contratos que de promesa sólo tienen el
nombre, ya que se trata de contratos definitivos
c. La promesa de enajenación de inmuebles a plazos que es un contrato definitivo.

El contrato preliminar de compraventa recibe una doble protección:


1. es posible su inscripción en el Registro (y por ende oponible)
2. En caso de incumplimiento de una promesa inscripta puede recurrirse a la ejecución forzada

EJECUCIÓN FORZADA DEL CONTRATO PRELIMINAR


La ejecución forzada específica como regla general
El principio general para la ejecución de las obligaciones de hacer se encuentra en el art. 1339 “En caso de
falta de cumplimiento, tratándose de cosa que pueda ser ejecutada por un tercero, puede el acreedor obtener
autorización para hacer ejecutar la obligación por cuenta del deudor, si no prefiere compelerle al pago de
daños y perjuicios”.

Fungibilidad del hacer


Para que se aplique la ejecución forzada específica es necesario que la obligación pueda ser ejecutada por
un tercero.
Si la idea de fungibilidad se aplica a las cosas, se dice que son fungibles aquellas intercambiables,
sustituibles. Cuando se aplica esto a los actos de las personas, se dice que es fungible cuando el deudor
puede ser sustituido por otra persona en el cumplimiento, sin perjuicio del acreedor (no es necesario que sea
un pintor famoso (infungible) basta con un pintor (fungible).

El contrato preliminar obliga a las partes como la ley misma, no existe libertad para no cumplir.Si el obligado
no quiere cumplir su voluntad no es tomada en cuenta y en ese caso el Juez puede sustituirla.
En caso que el prometiente enajenante se resista a hacer la tradición, lo hará el Juez. Aquí vemos la
fungibilidad del consentimiento.

CONTRATO DE OPCIÓN
Todo contrato necesita de una propuesta y una aceptación para formar el consentimiento. El contrato de
opción consiste en que la oferta inicial en realidad contiene dos propuestas:
1. El contrato de opción
2. La que corresponde a un segundo contrato
El contrato de opción se forma con la propuesta + aceptación y cuyo efecto principal es el de volver irrevocable
la propuesta de A por cierto plazo.
Si B acepta la oferta, se forma el segundo contrato, naciendo la compraventa.

El contrato de opción es un negocio jurídico bilateral, clasificado en atención al número de partes que
intervienen en su formación. El oferente emite una oferta de contratar, que deviene irrevocable por el acuerdo
de voluntades (aceptación de la opción) y el optante obtiene el derecho (potestativo) de aceptar o no la
propuesta de contratar (por ej. la compraventa) en un plazo determinado.

En la primer etapa se forma el contrato de opción, que es actual y produce todos sus efectos, sin embargo no
agota por sí solo todos los efectos de la situación jurídica, ya que está previsto para dar lugar a un segundo
contrato.
Cuando surge el contrato de opción surge ya uno de los elementos del segundo contrato, ya que contiene
una propuesta u oferta a contratar que el concedente hace al optante, y este aceptará o no.
El optante tiene el derecho potestativo de aceptarlas o no dentro de un plazo, por ende este segundo
contrato resulta eventual, ya que depende del optante que podrá dar lugar a su perfeccionamiento si
acepta el contrato de opción o el negocio no se formará nunca si no lo acepta.
Andrea Valenzuela – 2016 38
El contrato de opción es un contrato preparatorio, consiste en preparar o facilitar el surgimiento de un
segundo contrato mediante el procedimiento de volver irrevocable una propuesta u oferta de contratar.

La opción prepara la formación de un segundo contrato mediante una propuesta u oferta de contratar, en el
contrato preliminar la formación del segundo contrato (definitivo) está predispuesta mediante la asunción
de una obligación de hacer (emitir el consentimiento para que el contrato futuro se perfeccione).

Cuando la opción se pacta existe el consentimiento de una de las partes (concedente) para perfeccionar el
contrato de opción y para la formación del segundo contrato, pero para completarse necesita de la
aceptación para formar el consentimiento, y el optante puede aceptar o no.

El concedente manifiesta su voluntad al momento de la opción, bastando ésta para crear los dos contratos,
pero el optante debe expresar su voluntad en dos oportunidades, para perfeccionar el contrato de opción, y
finalmente consintiendo y perfeccionando el segundo contrato.
En el contrato preliminar se requiere de una segunda manifestación del prometiente para perfeccionar el
contrato definitivo, en el caso del contrato de opción esto no es necesario.
art. 1265 El concedente no puede revocar la oferta, esta irrevocabilidad deriva del acuerdo de voluntades que
forma el contrato de opción. El contrato de opción puede preparar tanto el surgimiento de un contrato
preliminar como de un contrato definitivo.

Opción y contrato preliminar


El contrato preliminar es unilateral, una de las partes se obliga a celebrar el contrato definitivo. Los dos
contratos tienen la función preparatoria, ya que forman un segundo contrato.
Tienen la misma función pero el procedimiento o medio que utilizan es distinto. En el contrato preliminar,
mediante el acuerdo de voluntades surge la obligación de prestar el consentimiento necesario para que surja
el futuro contrato, en el contrato de opción el instrumento adoptado es la irrevocabilidad de la propuesta.
En el contrato preliminar hay una obligación de no hacer (no revocar la propuesta) o una renuncia (a la
potestad de revocar la propuesta) mientras que el contrato preliminar impone obligaciones de hacer (prestar
el consentimiento que se quiere para la formación del contrato definitivo).

La opción es una propuesta irrevocable por acuerdo de partes ¿Es la opción un contrato? La
irrevocabilidad es un efecto del contrato de opción y surge de los arts 1291 y 1294.
La eficacia del vínculo subsiste no obstante la muerte o incapacidad superviniente del concedente, ya que el
optante conserva el poder de aceptar dentro del plazo estipulado. Esta irrevocabilidad surge como
consecuencia de la obligación negativa de no revocar que tiene el concedente una vez hecha la oferta. En
base a esto podemos decir que es un contrato.

Forma
Si el contrato previsto por la opción (la oferta) es un contrato solemne, es necesario que el contrato de opción
observe las formas exigidas por el legislador como requisito de solemnidad. El consentimiento de las parte no
será válido si no se exterioriza a través de las formas necesarias como requisito de solemnidad y por eso el
concedente deberá tener en cuenta la forma solemne al momento de hacer la oferta, cuando formula el
contrato de opción.
Efectos entre partes y respecto terceros. Inscripción del contrato de opción.
Los efectos de la opción son los mismos que los de la propuesta irrevocable. Efecto inmediato y directo de la
irrevocabilidad de la propuesta contractual durante el plazo fijado.
El concedente tiene la obligación de no revocar su oferta (el optante puede aceptar la oferta y se forma sólo
por su parte, ya que el concedente ya había expresado su voluntad) y si la revoca, incurriría en
responsabilidad (daños y perjuicios).
El contrato de opción no es registrable en el derecho positivo uruguayo, salvo en el caso del crédito de
uso.

Andrea Valenzuela – 2016 39


Clases de opción
La opción puede estar dirigida a producir efectos constitutivos, modificativos o extintivos, a diferencia del
preliminar que tiene por única finalidad constituir otro contrato (definitivo).
También puede ser el contenido único de un contrato o ser una cláusula de otro contrato.

CONTRATOS DE DURACIÓN (de ejecución continuada o periódica)

Perfeccionamiento y ejecución del contrato


La clasificación de los contratos en contratos de ejecución instantánea y contratos de duración (de ejecución
continuada o periódica) atiende al período de “ejecución o cumplmiento”, diferenciado del otro período, en el
que se perfecciona.
El período de perfeccionamiento tiene lugar cuando el contrato se forma, cuando reunidos todos los
elementos esenciales, nace a la vida jurídica y produce obligaciones.

En el segundo período, de ejecución, atiende al comportamiento del deudor, que tiene por finalidad satisfacer
el interés del acreedor. El período de ejecución está centrado en el comportamiento del deudor asuma en
observancia del mandato generado por el contrato y una vez que ajusta su conducta al precepto que emana
del contrato se produce la ejecución de este, extinguiendo la obligación emergente del contrato.

Contratos de cumplimiento instantáneo y contratos de cumplimiento continuado o periódico El cumplimiento


de una obligación puede tener naturaleza instantánea, en cuanto basta para
realizarlo un solo acto, por lo que carece de prolongación cronológica. El contrato se ejecuta y con ello
queda consumado. Es lo que sucede en la compraventa con el pago del precio y la entrega de la cosa.

Los contratos de cumplimiento continuado o contratos de duración son aquellos que se prolongan
necesariamente en el tiempo, por ejemplo el arrendamiento de cosas donde el inquilino no puede usar y gozar
del inmueble en un solo acto o momento, sino que necesita que se prolongue en el tiempo.

En este contrato se puede reiterar periódicamente prestaciones idénticas (pago de pensiones, renta vitalicia)
o extiende continuadamente la actividad del deudor, manteniendo una situación jurídica en beneficio del
acreedor (goce y uso de la cosa arrendada o dada en comodato, custodia de una cosa, depósito, etc), esto
es una prestación ininterrumpida, no plural.

Entonces, a los contratos de duración se los divide en contratos de ejecución continuada y en contratos de
ejecución periódica o reiterada.

El cumplimiento debe durar necesariamente en el tiempo porque este comportamiento del deudor (que se
repite periódicamente o en forma continuada) es la única forma posible de satisfacer un interés del
acreedor que no se agota en un momento único, sino que también dura en el tiempo.
El contrato no cumple su función económica si la ejecución no se prolonga en el tiempo. La satisfacción
de un interés duradero mediante la repetición de la prestación representa una función objetiva del
negocio.

Contratos de ejecución inmediata y de ejecución diferida


Una vez perfeccionado el contrato entramos en la etapa de ejecución o cumplimiento de las obligaciones.
La ejecución del contrato puede ser de ejecución inmediata y tener lugar inmediatamente después del
momento de su perfeccionamiento. La ejecución puede ser diferida cuando el contrato pospone o aplaza
la ejecución. Se fija un plazo suspensivo, en el contrato se fija la fecha.
Hay casos en los que se podría cumplir inmediatamente después de su perfeccionamiento pero las partes
acuerdan diferir su ejecución, hay una distancia que media entre el perfeccionamiento del contrato y su
ejecución. Los contratos de ejecución diferida pueden ser de ejecución instantánea (compraventa, una vez
que son exigibles se cumplen en un solo acto) o de ejecución continuada o periódica (arrendamiento, se hace
en una fecha y se fija otra posterior para que el inquilino comience a ocupar el bien).
Andrea Valenzuela – 2016 40
En los contratos de ejecución diferida el tiempo funciona como distancia entre el perfeccionamiento y la
ejecución, mientras que el los contratos de ejecución continuada o periódica funciona como duración, ya que
es una prestación necesariamente prolongada en el tiempo.

Los contratos de ejecución inmediata o diferida tienen en cuenta CUÁNDO deben cumplirse las obligaciones.
Los contratos de ejecución continuada o periódica tienen en cuenta, una vez llegado el momento del
cumplimiento, si éste debe extenderse en el tiempo (durar) para satisfacer el interés o es posible hacerlo
en un solo acto.

Contratos de ejecución repartida o escalonada


Es posible que el pago del precio se escalone en el tiempo mediante una serie de cuotas (de igual o
diverso monto) y el deudor va ejecutando progresivamente su obligación hasta que la extingue por
completo. En este caso estamos frente a un contrato de ejecución repartida o escalonada.
Este fraccionamiento no responde a un interés durable del acreedor, sino que es una división artificial de
una prestación, cuya naturaleza es ejecución instantánea, pero se segmenta solo para facilitar el pago del
deudor. No hay satisfacción de un interés durable, sino satisfacción fraccionada de un interés instantáneo.

Contrato de duración prolongada. Distinción entre ejecución y cumplimiento.


En el contrato de arrendamiento de obra podemos distinguir las nociones de ejecución y cumplimiento.
La ejecución de la obra dura necesariamente en el tiempo, ya que no hay posibilidad de una ejecución
inmediata (instantánea). La ejecución parcial del deudor no satisface ningún interés del acreedor,
porque este busca el resultado final.
Por eso aquí el tiempo no es útil al interés de las partes, sino que es sufrido por estas, ya que la duración no
corresponde a la satisfacción de un interés durable del acreedor.
La ejecución es la prestación de la actividad dirigida a hacer posible el cumplimiento. Mientras se construye
el edificio o se pinta el cuadro, se esta ejecutando el contrato, pero el cumplimiento será cuando esto esté
finalizado. Los contratos que se extienden necesariamente en el tiempo son de CUMPLIMIENTO continuado
o periódico.

Régimen jurídico de los contratos de cumplimiento continuado o periódico


1. No son retroactivos, el inquilino no puede “devolver” el tiempo que gozó el inmueble, por lo que de
resolverse el contrato el arrendador conservará la renta mensual que el arrendatario pagó por el tiempo que
estuvo en el bien
2. Tienen la aptitud para durar indefinidamente, puede no fijarse un momento de extinción o plazo
final, pero la ley otorga a las partes un derecho potestativo y este puede tener fin por la sola voluntad de una
parte (receso unilateral).

CONTRATO DE ADHESIÓN. Típico y atípico. Mixto. Intuitus personae.

Necesidad del contrato de adhesión. Estandarización y adhesión.


El contrato de adhesión es una figura contractual en la cual una parte dicta unilateralmente las reglas de su
contratación, con carácter uniforme y genérico, en tanto que a los particulares consumidores no les queda
otra alternativa que aceptarlas como han sido predispuestas o dejar de contratar.

Los contratos en serie o en masa son consecuencia de la producción en serie, que obliga a uniformizar
las operaciones. La contratación se facilita para la empresa y todos los contratos referente a un
determinado servicio se ajustan con las mismas condiciones.
Se agilizan los negocios, suprimiendo todo el período de tratativas.
La estandarización de la producción lleva al contrato en masa, que implica la presencia de la predisposición
unilateral (no surge de la tratativa entre partes) y la adhesión (el cliente acepta el contrato o no contrata).
El contratante más fuerte dicta la ley, es una imposición contractual del más fuerte y se produce tanto en la
relación masificada como en la contratación personalizada.

Andrea Valenzuela – 2016 41


Sus caracteres
1. Predeterminación del contenido contractual (redacción anticipada y por una de las partes, las
cláusulas son inmodificables)
2. Sucesiva adhesión de la contraparte a dicho esquema contractual preestablecido
3. Se suprime la etapa de tratativas
4. El contenido es de obra exclusiva de una de las partes
5. Superioridad económica del predisponente y sometimiento del adherente.

Naturaleza jurídica
La autonomía de la voluntad permite que el contenido del contrato sea confeccionado íntegramente por una
de las partes, siempre que la otra lo acepte, La predeterminación de las cláusulas generales tiene relevancia
precisamente en sede del consentimiento (deberá examinarse si existió una aceptación efectiva del módulo
preestablecido) o de interpretación (las cláusulas ambiguas se interpretarán contra la parte que las formuló.
Art. 1304).

El legislador ha regulado específicamente el contrato de adhesión dado a la relación proveedor- consumidor


(siendo uno más fuerte y otro más débil), intentando proteger al más débil, mediante la ley 17250 que regula
la relación proveedor consumidor.

Tratamiento del contrato de adhesión en el Código Civil


Nuestro código omitió disponer una regulación especial para este contrato.
El código regula el punto con relación al depósito hotelero en el art. 2283: ”El posadero no se eximirá de la
responsabilidad que le imponen los artículos precedentes, por medio de sus reglamentos, programas o avisos que pusiere,
anunciando que no responde de los efectos introducidos en la posada ni de otro modo alguno que no sea por una convención
especial, firmada por las partes”.
A pesar de esto, las cláusulas abusivas pueden resultar anuladas cuando violen el principio de buena fe,
pero está solución no es exclusiva de los contratos de adhesión, sino de todos los contratos en general.

En materia de interpretación, existe una norma expresa aplicable al contrato de adhesión, el art 1304, inciso
2:
”Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán
contra ella, siempre que la ambigüedad provenga de su falta de explicación”.

Este amparo es muy menguado ya que requiere que previamente no haya sido posible desentrañar la común
intención de las partes a través de las reglas subjetivas de interpretación.

Contratos típicos (nominados) y atípicos (innominados). Contrato mixto.

El contrato típico
El código civil contiene una parte referente a los contratos nominados o típicos, dotados de un nombre y
regulación específica, estos son los contratos típicos.

Teniendo en cuenta su función y estructura se definen a los contratos y se forman las figuras de permuta
(intercambio de cosa por cosa), la compraventa (cosa por precio), el arrendamiento de las cosas (goce por
alquiler) o la donación y el comodato (transferencia de la propiedad o el uso sin contraprestación).
Estos modelos contractuales provienen de una tipología social anterior a la del código civil. Estos
contratos son los más frecuentes en la vida económica y social y por eso tienen una regulación
minuciosa.

El contrato atípico
La ley no puede prever y regular todas las figuras contractuales por anticipado, ya que las necesidades
de la vida económica y social se renuevan constantemente.

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El negocio atípico es aquel que carece de una disciplina en la ley, aunque este pueda tener un nombre legal,
carece de regulación y el art. 1260 prescribe que quedará regido por los principios generales, aquellos que
son aplicables a todos los contratos, estos principios los podemos encontrar en el art. 1247 y en el 1261 por
ejemplo. Pero las normas generales resultan insuficientes y para ello también hay que acudir a las
disposiciones de la partes especial, mediante analogía, asemejándose a contratos típicos.

Los contratos mixtos


Esta figura se presenta cuando el contrato está formado por elementos diversos que son propios de
distintos contratos típicos (en el contrato de portería se intercambia trabajo (arrendamiento de
servicios) por alojamiento arrendamiento de las cosas, por ej).
Se reúnen elementos ya disciplinados y contemplados por la ley en oportunidad de regular los contratos
típicos.

Existen tres teorías respecto a cuál es el tratamiento que les corresponde a los contratos mixtos:
a. Teoría de la absorción: persigue la individualización de un elemento preponderante en el contrato
para fijar toda la disciplina del mismo, mediante absorción de los elementos secundarios. Es inaceptable ya
que es posible que no exista un elemento principal y además desligaría a la especie del contrato mixto y lo
ubicaría dentro del contrato típico.
b. La teoría de la combinación, desintegra las distintas prestaciones que forman el contrato mixto,
haciéndolas regir por la disciplina prevista para cada una de ellas por el legislador, cuando las considera como
parte de un contrato típico, así la prestación de trabajo en el contrato de portería resultaría regulada por las
normas de arrendamiento de servicios (contrato de trabajo) y respecto al alojamiento se aplicarían las reglas
del arrendamiento de las cosas.
c. La teoría de la extensión analógica, aplica a los contratos mixtos la solución preconizada para
los atípicos (pues forma parte de esta categoría), primero rigen los principios generales, pero como estos
no comprenden todas las situaciones debe acudirse a la parte especial, respecto de las cuales el contrato
atípico en cuestión presente analogía.

Contratos intuitus personae


La consideración de la persona del cocontratante es el elemento que determina la estipulación del negocio,
porque se tiene en cuenta sus aptitudes científicas o artísticas, la confianza, el afecto, etc.

La categoría se vincula con las obligaciones de hacer que son infungibles. Las consecuencias de esta
tipificación son:
1. El error sobre la persona causa nulidad del contrato
2. La muerte opera la extinción de las obligaciones, se excepciona el principio general de la transmisión del
vínculo obligacional a los herederos
3. Cuando la prestación proviene de un contrato intuitus personae se puede aplicar el 1452 para
rechazar el cumplimiento por parte de un tercero

4. Generalmente se menciona la incedibilidad de la deuda, pero el subcontrato está admitido como principio
general, aunque hay casos que el cumplimiento por un tercero y la posibilidad de un subcontrato no puede
plantearse, pero el acreedor puede aceptar el pago de un tercero si lo cree conveniente, sino media la
prohibición y la reserva de que la prestación sea ejecutada por el deudor mismo.

EL PERÍODO CONTRACTUAL. Las tratativas. Los acuerdos prenegociales.


El período precontractual
Formación y perfeccionamiento
El período contractual es aquel que precede al perfeccionamiento del contrato, se entiende por
perfeccionamiento del contrato cuando por haberse reunido todos sus elementos esenciales este nace a la
vida jurídica. Es cronológicamente anterior al contrato y es necesariamente en cuanto atiende al proceso de
gestación del negocio jurídico.

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En el período precontractual se incluyen las tratativas, la oferta, la aceptación, etc.
En esta etapa puede tener lugar incluso el contrato que no llegue a perfeccionarse nunca, la etapa de
formación está dominada por la incertidumbre en cuanto al resultado final.

Formación instantánea y sucesiva (progresiva)


Hay formación instantánea cuando los elementos se presentan contemporáneamente. Esto lo vemos en el
código en el art. 1263, “la propuesta verbal debe ser inmediatamente aceptada”. No existe separación
cronológica entre propuesta y aceptación y no existe un proceso de formación desarrollado en el tiempo. La
perfección es rápida.

La formación sucesiva o progresiva es cuando las partes se encuentran distanciadas en el espacio


(contrato entre ausentes). Aquí necesariamente se produce en distintas etapas, primero la propuesta,
luego la emisión de la aceptación, finalmente el proponente recibe la respuesta del aceptante.

También es de formación sucesiva cuando el negocio es de importancia económica y reclama un estudio


previo, entonces el perfeccionamiento del contrato está precedido por la etapa de las tratativas, que se
caracteriza por una aproximación de las partes con el propósito de examinar la materia negocial, discutir las
cláusulas, etc.

Las tratativas se distinguen de la propuesta ya que todavía no existen intenciones de obligarse. Está
caracterizado por la incertidumbre ya que los individuos se relacionan con la intención de considerar la
posibilidad de llegar a un acuerdo pero todavía sin intención de contratar.

Es la primera etapa del proceso de formación del contrato y la más alejada del perfeccionamiento. Son
una antesala a la propuesta, donde la voluntad se orienta hacia el vínculo obligacional.

Los actos preparatorios del contrato (pre-negociales)


La actividad en el período de las tratativas tiene por finalidad elaborar el contrato. Son actos
instrumentales aquellos que sirven para preparar otro acto: el acuerdo de las partes o el consentimiento.
Los actos preparatorios son las tratativas, la invitación a ofertar, la minuta, la propuesta y la aceptación.
Estos actos son prenegociales porque la voluntad en movimiento está dirigida a producir un efecto
provisorio.
Los actos preparatorios se caracterizan por la libertad de la voluntad para decidirse en un sentido u otro,
hasta luego de haberse pronunciado, son actos revocables sin incurrir en responsabilidad (art. 1264,
1265).
Las partes pueden arrepentirse ya que el vínculo obligacional todavía no existe.

Las tratativas
Fase preliminar de estudio y discusión que busca hacer coincidir los intereses opuestos, estableciendo una
relación de equivalencia entre las distintas prestaciones, respecto al precio, la compraventa, alquiler, etc.
Buscan la convergencia de voluntades para la elaboración de las cláusulas contractuales.
En las tratativas hay voluntad de discutir o de tratar, pero no voluntad de contratar. Son un mero esbozo
del contrato en la que falta la voluntad de contratar. Existe una voluntad “en movimiento”, que todavía no
se ha decidido. Las tratativas son un período anterior a la propuesta, que tienen por cometido
prepararla.

La minuta
La minuta es el extracto o borrador que se hace de algún contrato, anotando las cláusulas o partes esenciales
para copiar después y extenderlo con todas las formalidades necesarias para su perfección.
Son puntos que recogen el resultado de las discusiones que obtuvieron las partes en el período de tratativas,
tiene el propósito de fijar por escrito el resultado de las tratativas y establecer un proyecto o esquema para el
futuro contrato. Es un documento provisorio destinado a ser reemplazado por el documento final.

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Formación progresiva del contrato. Valor del acuerdo sobre los elementos esenciales en caso de reserva o
de omisión respecto de los elementos accesorios.
En caso de acuerdo sobre los elementos esenciales puede entenderse que el contrato está formado
aunque exista reserva sobre puntos secundarios y respecto a estos el juez decide. Hay un contenido
mínimo del contrato en el que la ley se encarga de establecer cuándo disciplina cada tipo.
Cuando las partes se ponen de acuerdo sobre los elementos esenciales y callan (omiten) respecto de los
demás elementos, el contrato se forma y es regulado por la ley, por normas dispositivas o supletorias.
En caso de reserva, donde existe un desacuerdo sobre puntos accesorios o secundarios (como donde se
debe entregar la cosa, el plazo de pago, etc), el contrato no está formado todavía. Se requiere un acuerdo
sobre todos los puntos, la discrepancia sobre un aspecto impide el perfeccionamiento.

Contratos preparatorios
Las partes concuerdan definitivamente sobre ciertas cláusulas del contrato futuro pero sin abarcar su
totalidad. Un segmento del contrato se forma anticipadamente, quedando fuera de las tratativas.
Si el contrato final se perfecciona, la materia sobre la que ya acordaron pasa a integrarlo
automáticamente, sin necesidad de una nueva manifestación de la voluntad. Tiene eficacia negocial, ya
que obliga, al contrario de la minuta, que carece de ella.

LA RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL
Es la responsabilidad en el período de tratativas, cuando el contrato se forma, rigen los principios
generales sobre incumplimiento.
La conducta ilícita del sujeto se prolonga desde que inicia el proceso de tratativas y se prolonga hasta el
perfeccionamiento del contrato.
Por ejemplo, la conducta contraria a la buena fe verificada durante las tratativas no desaparece por más que
el contrato sea nulo o no llegue a perfeccionarse, y también puede haber responsabilidad sobre los contratos
válidamente formados.

Contenido, fundamento y naturaleza de la responsabilidad precontractual


La responsabilidad precontractual se funda en la violación de la regla que impone a las partes comportarse
según las normas de buena fe.

Esta disposición existe en la etapa de la ejecución, pero respecto a la formación del contrato la ley guarda
silencio, por eso existe jurisprudencia que afirma que la obligación de actuar de buena fe rige también en el
periodo precontractual anterior a la celebración del contrato.

Noción de buena fe
Para la responsabilidad precontractual nos interesa la buena fe objetiva, consiste en una norma de conducta,
que impone la obligación de comportarse lealmente.

Aplicación del principio de buena fe en el derecho positivo


El art. 1672 puede fundamentarse en una aplicación del principio de buena fe al período
precontractual.
Cuando una parte sabe que el objeto del contrato ha perecido tiene la obligación de informar a la
contraparte, sino lo hace incurre en responsabilidad. Existe un deber positivo de informar sobre uno de los
elementos esenciales del contrato.

La obligación de dar aviso también aparece respecto de las cargas o servidumbres no aparentes en
el art. 1717.
Aparece la obligación de dar aviso en los vicios ocultos en el art 1721, 1804, 2078. 2204. 2236. El mandatario
que contrata excediendo los límites del poder tiene obligación de hacer conocer este hecho al tercero (art.
2075)

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Contenido de la buena fe precontractual
La normativa de comportamiento en el período de tratativas, que disciplina la buena fe, trata de regular el
comportamiento que deben observar los sujetos que se ponen en contacto con el propósito de estipular un
futuro contrato.
La buena fe está asentada por el comportamiento leal y honesto, la transparencia, el respeto de la palabra y la
abstención de toda forma fraudulenta y de dolo pasivo.

Naturaleza de la responsabilidad precontractual


Responsabilidad contractual y extracontractual
En nuestro derecho existe responsabilidad contractual siempre que se viole una obligación. En cambio la
responsabilidad extracontractual es cuando se viola un deber genérico que se tiene respecto de los
demás y se concreta en el principio neminem laedere (no dañar a los demás).

Hay responsabilidad extracontractual siempre que el hecho humano que la provoca no consista en el
incumplimiento de una obligación, porque sino sería responsabilidad contractual.

Naturaleza de la responsabilidad precontractual


La regla de la buena fe crea vínculos de naturaleza obligacional y no simples deberes
extracontractuales, por eso su incumplimiento genera responsabilidad contractual.
La aplicación del principio de buena fe presupone un vínculo obligacional, imponer de acuerdo la buena fe
presupone un vínculo obligacional. Si la buena fe en la ejecución del contrato es de naturaleza contractual, la
misma debe ser atribuida a la precontractual porque también en ese período se produce la vinculación entre
dos sujetos y no es posible pretender que esa normativa rija solamente después de perfeccionado el
contrato.

Responsabilidad por receso injustificado de las tratativas


El costo de la tratativa
Cada parte asume sus costos, pero si el receso es injustificado, hay que determinar las circunstancias, y
si hay responsabilidad por el cese de las tratativa, el responsable deberá resarcir los gastos y
oportunidades perdidas de celebrar otros negocios.
Para esto se exigen tres requisitos:
1. Confianza legítima y razonable de una de las partes en la formación del contrato
2. Receso injustificado de la otra
3. Daño provocado por la interrupción

La responsabilidad surge de la falta de razón justificante de la interrupción y del daño causado por el retardo
de comunicar y el perjuicio resarcible es el generado desde que surgió la justa causa hasta el momento en
que el dañado recibe la noticia.
La relación puede cortarse sin incurrir en responsabilidad siempre que el estado de confianza no se haya
formado, ya que las partes tienen el derecho al receso, mientras puedan invocar un motivo justificado.
Razonable confianza en la formación del contrato
Si existe dolo, negligencia grave o mala fe, por ejemplo quien inicia las tratativas sin intención alguna de
concluir el negocio o con el fin de evitar que la contraparte contrate con un competidor suyo, no es
necesario indagar sobre la confianza y rige el art 1319.

Se exige que exista una confianza razonable, un convencimiento fundado en el criterio de razonabilidad.
Se tiene en cuenta el estado alcanzado en las tratativas, cuanto más avanzado sea este, más confianza. La
existencia de una minuta puede indicar que las tratativas han llegado a un punto de estabilidad.
Cuando ya se da posesión del bien al futuro comprador o se anticipa el pago del precio, el estado de
confianza se ha formado.

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La justa causa del receso
El efecto del receso se va a producir se ejerza este de acuerdo al derecho o ilegítimamente, la diferencia va
a radicar en la responsabilidad del autor cuando se produzca ilegítimamente.
Es necesario que el motivo legítimo sea externo, apreciable y controlable objetivamente, debe fundarse en
circunstancias externas a la esfera del recedente (cambio en el mercado, propuesta más ventajosa por un
tercero…). Tienen que ser hechos sobrevinientes no considerados antes, con relevancia para producir un
cambio sustancial.

El deber precontractual de informar en el código civil


Fundamento del deber de informar
El deber de informar se vincula con la regla de la buena fe y con la situación de “debilidad cognoscitiva” del
contratante. Esta debilidad se presenta claramente en las relaciones de consumo, y para solucionar esto, el
sujeto fuerte tiene el deber de poner al corriente a la otra parte sobre las circunstancias que revisten
importancia para la conclusión del acuerdo.
Función del deber de informar
Tener todos los datos e información respecto a las circunstancias que influyen en el contrato permite tomar
una decisión fundada y más libre. Se asegura la libertad de contratación y la justicia de esta, intentando
que los dos contratantes estén en paridad de condiciones.
Criterios que permiten apreciar si existe el deber de informar y en qué medida
1. La calidad de los contratantes, el profesional tiene la obligación de aportar toda la
información posible al “hombre de la calle”.
2. La naturaleza del contrato
3. La importancia del contrato

Ley de relaciones de consumo


La ley 17250 contiene regulación especial respecto al deber de informar.

Daño resarcible
Interés negativo e interés positivo
El interés positivo son los daños que se podrían haber evitado y las ventajas que se hubieran obtenido de la
ejecución del contrato, el interés positivo presupone la validez.
El interés negativo presupone la nulidad del contrato y los daños reparables son aquellos que surgen por la
conclusión del contrato. El interés negativo es el interés a no participar en tratativas inútiles, no estipular
contratos nulos, no sufrir engaños o coacciones.
En la responsabilidad precontractual el daño resarcible está compuesto por todas las
consecuencias perjudiciales que haya sufrido la contraparte.

PROPUESTA Y ACEPTACIÓN. LA FORMACIÓN DEL CONTRATO.


La propuesta
El contrato es un negocio jurídico bilateral que se forma con dos declaraciones unilaterales de voluntad, que
cuando son congruentes, producen el acuerdo (consentimiento de las partes) y el perfeccionamiento del
contrato. Las reglas sobre la formación del contrato se encuentran en el art 1262 y siguientes.
Propuesta y aceptación son complementarias y sólo su reunión o acoplamiento produce el contrato.
“La propuesta consiste en la manifestación que hace una de las partes de querer constituirse en alguna
obligación para con la otra”. (art. 1262).

Naturaleza recepticia de la propuesta


La propuesta es una manifestación de voluntad recepticia, ya que debe estar dirigida a una o más personas y
llegar a conocimiento de éstas para producir sus efectos, porque está dirigida a que sea aceptada.
La propuesta es una declaración recepticia, pero también lo son la aceptación, la revocación de la propuesta y
de la aceptación.

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Como el efecto jurídico (el contrato se perfecciona con la respuesta de aceptación) se produce cuando el
destinatario recibe la declaración de voluntad de la otra parte, pueden cruzarse manifestaciones de voluntad
cuyos efectos sean diferentes y opuestos. En estas situaciones hay que determinar cual de las dos llegó
primero a destinatario, para saber si el contrato se perfecciona o no.

Caracteres de la propuesta. Debe ser hecha con intención de obligarse


La intención de obligarse no existe en el período de la tratativas, por eso la propuesta es una etapa posterior
a las tratativas. Cuando hay propuesta solo basta que se agregue la aceptación y así nace el consentimiento.

Debe ser completa


Como la aceptación del destinatario basta para formar el contrato, la oferta debe ser completa y todos los
elementos exigidos para la conclusión del negocio deben encontrarse presentes en la propuesta. Es
necesario que baste la aceptación simple para perfeccionar el contrato.
En la propuesta deben estar todos los elementos del contrato, estos son fácilmente
individualizables en los contratos típicos (la cosa y el precio de compraventa x ej).

Si el aceptante no discute las cláusulas esenciales pero plantea una cuestión sobre los elementos
accidentales que el oferente no mencionó. no habrá contrato formado, sino una nueva propuesta
formulada por el destinatario.

Forma
La forma se vincula al consentimiento, y el consentimiento se integra con la propuesta más la aceptación y
estas quedan sometidas a la forma requerida por la ley (solemnidad).
1. En el contrato solemne la voluntad no es válida si no se exterioriza a través de la forma
especialmente requerida por la ley.
2. En el contrato entre ausentes cada parte emite su declaración por separado y para que la
propuesta y la aceptación valgan como tal deben ser hechas en escritura pública.
3. La donación de inmuebles es un contrato solemne y requiere escritura pública.

Efectos. Si la propuesta tiene fuerza vinculante


“No habrá consentimiento obligatorio sin que la propuesta de una parte haya sido aceptada por la otra” (art.
1262).

La propuesta no es más que un elemento de la voluntad del proponente, el cual vive en tanto que vive la
voluntad de la cual proviene. El fallecimiento o la incapacidad del proponente hacen caducar la propuesta.
El proponente puede revocar libremente la manifestación de voluntad que emitió, no existe obligación hasta
que el contrato no se perfeccione. Sólo cuando el contrato se perfecciona es que cesa el poder de revocar,
ya que se formó el consentimiento.

Responsabilidad por revocación de la propuesta


La revocación no es causa de responsabilidad por sí sola, sino que debe estar acompañada de los
otros requisitos necesarios para su nacimiento.

LA ACEPTACIÓN
Es el acto unilateral con el cual el destinatario de la propuesta manifiesta su voluntad de concluir el
contrato y cierra el ciclo de la actividad en el procedimiento de formación.
El destinatario puede asumir distintas actitudes frente la propuesta, puede rechazarla y se extingue por falta
de aceptación, puede no contestar nada que sería lo mismo que rechazarla, puede adoptar una posición
intermedia, modificando la propuesta, esto extingue la propuesta y genera una nueva propuesta, y por último,
puede aceptarla.

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La aceptación es la manifestación de voluntad del destinatario de la propuesta de admitir la oferta recibida,
aprobarla y estar conforme con ella. Es una segunda manifestación voluntad, que se enlaza con la primera
y forma el consentimiento.
Principio de la concordancia entre propuesta y aceptación. La aceptación debe ser pura y simple.
Modificación de la propuesta.
La aceptación debe ser pura y simple. La propuesta queda como no aceptada si la parte la modifica en
cualquier sentido (art. 1267).
El destinatario debe adherir a la propuesta sin introducir ningún tipo de modificación, de manera total y
completa, sin ninguna reserva ni limitación.
Trascendencia de la modificación de la propuesta
La propuesta que es modificada se extingue y a su vez constituye una nueva propuesta, emanada del
destinatario de la propuesta originaria.
art. 1267
La aceptación debe ser tempestiva. Concepto de aceptación tardía. Propuesta con plazo La aceptación
debe ser tempestiva, esto significa que debe llegar al proponente cuando la propuesta se encuentra
todavía en vigencia. No será tempestiva cuando caducó por revocación, fallecimiento o incapacidad del
proponente (1265, 1268).

Para la aceptación tardía hay que tener en cuenta si el proponente establece un plazo o si la propuesta es
sin plazo.
En la propuesta con plazo, si el proponente no recibe aceptación dentro del plazo establecido, la propuesta
se extingue, sin necesidad de manifestación alguna por parte del proponente.
En la propuesta sin plazo, la ley prevé ciertos plazos: l
1. La oferta verbal entre presentes debe aceptarse inmediatamente, sino fuera así se extingue.
2. La oferta entre ausentes está reglada en el art. 1266:
a. Si las partes viven en la misma ciudad se considera tardía la respuesta que sea dada después
de las 24 horas.
b. Cuando no viven en la misma ciudad, el plazo es el que se requiere para comunicar la propuesta,
el que requiere para comunicar la aceptación más 30 días.

En el caso de la propuesta sin plazo, la aceptación tardía es eficaz. Vencido el plazo legal la propuesta no
se extingue sino que se mantiene vigente con aptitud para perfeccionar el contrato si a ella se le une la
aceptación. El proponente mantiene la propuesta hasta tanto no exteriorice una voluntad contraria.

Forma. Aceptación tácita. Contratos electrónicos o telemáticos


La forma de la aceptación es libre, será válida cualquier forma. La excepción es en los contratos solemnes
donde la aceptación debe observar el requisito de forma que establece la ley.
Las declaraciones contractuales (sea la propuesta o la aceptación) pueden ser emitidas por correo
electrónico o telegramas.

Naturaleza recepticia
La aceptación es de naturaleza recepticia ya que como consecuencia de esta declaración se perfecciona el
contrato, por eso la aceptación debe ser recibida por el proponente, ya que resultará vinculado por el
contrato que se crea.
“El contrato se perfecciona en el lugar y en el acto en que la respuesta del que aceptó llega al proponente”.
art. 1265

A veces la aceptación no es una declaración recepticia, por ejemplo cuando el sujeto ejecuta el encargo
recibido, haciendo una aceptación tácita, comenzando con la ejecución del mandato y no cuando es
comunicada al proponente.

Andrea Valenzuela – 2016 49


Momento y lugar en que se perfecciona el contrato
Si el contrato se forma instantáneamente no existe dificultad alguna para establecer el lugar y momento de
su perfeccionamiento, ya que no hay un intervalo de tiempo entre la aceptación y la comunicación de la
misma al ofertante.
El problema se plantea cuando se forma progresivamente, esto sucede mayormente en el contrato entre
partes ausentes pero también puede suceder entre presentes.

En los contratos entre ausentes se dan diversas etapas que suceden en el tiempo (aceptación, emisión de la
aceptación, recepción por parte del proponente, conocimiento del proponente).
Existen 4 sistemas:
1. De la declaración (aceptación): Toma en cuenta el momento en el que el destinatario acepta la propuesta,
la declaración de voluntad cuenta en sí misma sólo por el hecho de haber sido exteriorizada, sin que el
proponente tenga comunicación de esto. El proponente resultaría obligado sin saber cuándo se formó el
contrato.

2. De la expedición: Cuando el destinatario contesta la propuesta, la entrega al correo, ya pone en


movimiento el procedimiento de comunicación para que su aceptación llegue a conocimiento del proponente.
En ese momento que entrega la carta ya se perfecciona el contrato. Esta manifestación de voluntad permite
precisar una fecha en la que el contrato se perfecciona.

3. De la recepción: Requiere que la respuesta del aceptante llegue al proponente.

4. Del conocimiento: Requiere que el proponente tenga conocimiento efectivo de ella. No basta con que la
respuesta llegue, sino que este debe tener conocimiento real, para que el contrato se perfeccione. Este es un
hecho subjetivo y no es práctico.

Sistema del código uruguayo: la recepción


Está regulado en el art. 1265, “se perfecciona en el lugar y en el acto en que la respuesta del que aceptó el
negocio llega al proponente” y en el 1267 “desde que el individuo que la hizo recibe contestación”.
La recepción es el momento en el cual el destinatario está en condiciones de poder conocer la respuesta,
por más que dependa del destinatario tomar conocimiento de su contenido.
En el art. 1268 se establece que la propuesta caduca si el proponente fallece o se incapacita “antes de
haber sabido la aceptación”. Este artículo no concuerda con el principio general del art. 1265.

Extinción de la propuesta y de la aceptación


A. EXTINCIÓN POR REVOCACIÓN
Concepto de revocación
Es una declaración de voluntad recepticia que opera retroactivamente eliminando los efectos producidos y
poniendo fin al proceso de formación del contrato, al privar de valor vinculante a una eventual aceptación

Retiro material y revocación impropia


El retiro material se distingue de la revocación ya que lo que sucede es una interrupción del proceso
formativo de la propuesta (o de la aceptación).
La propuesta, siendo una manifestación de voluntad recepticia debe llegar al aceptante, pero su autor
puede impedir que este hecho se produzca, deteniendo al cartero, retirando la carta del correo, en casos
así se impide el cumplimiento de una manifestación de voluntad.

El retiro en sentido propio existe cuando el proponente emite una manifestación unilateral de voluntad
contraria a la propuesta (una contradeclaración) que impide la producción de los efectos de la
manifestación precedente. Se diferencia de la revocación ya que debe llegar antes de que el destinatario
reciba la propuesta, sino sería revocación.

Andrea Valenzuela – 2016 50


La propuesta es revocable. La aceptación es irrevocable
Cuando la aceptación llega al proponente el contrato se perfecciona y se forma el
consentimiento, sólo es posible revocarla en el transcurso de la notificación.
En cambio, el proponente si puede revocar la propuesta incluso cuando el aceptante la haya recibido.
Sólo es revocable la propuesta, pero no la aceptación, ya que eso sería la interrupción del proceso
formativo de la declaración recepticia.
El proponente puede impedir el proceso de formación de la declaración recepticia de su propuesta y
también puede, una vez que se ha perfeccionado (al llegar al destinatario) revocar la propuesta.
El aceptante solo puede impedir la formación de la declaración de voluntad recepticia de aceptación.
Una vez que la aceptación se perfecciona como acto es imposible revocarla, porque el contrato ya está
formado.

Efecto de la revocación y del retiro. Libertad para revocar


Si el destinatario de la propuesta no aceptó todavía, el retiro elimina la posibilidad de aceptar esta propuesta.
Si ya se aceptó la propuesta, la revocación impide la eficacia de la aceptación, el perfeccionamiento del
contrato. El retiro de la aceptación tiene el mismo efecto, ya que el contrato no puede formarse por falta de
consentimiento.
Los dos sujetos tienen esta facultad o poder, esta depende de la sola voluntad del revocante que puede
ejercerlo sin necesidad de invocar causa o fundamento, aunque pueda incurrir en responsabilidad.

Forma
En el contrato, tanto la propuesta como la aceptación deben observar el requisito de forma exigido por la ley,
ya que estas manifestaciones de voluntad integran el consentimiento, pero la revocación puede hacerse sin
sujeción a formalidad alguna.

Fundamento
La potestad de revocar la propuesta y la aceptación se vincula al principio que exige la perseverancia
in voluntate de ambas partes. La excepción a esto es la propuesta irrevocable que demuestra que el
contrato se puede formar aunque el proponente se haya arrepentido (art. 1265).

Desde cuándo produce efecto la revocación


Se aplica el principio de recepción. Es necesario determinar cual de las dos manifestaciones de la voluntad, si
la revocación o la aceptación de la propuesta, llegó antes al destinatario. Si la respuesta del aceptante llega al
proponente antes que la revocación, se perfecciona, y sino en caso contrario, la revocación produce sus
efectos e impide la formación del negocio.

PROPUESTA IRREVOCABLE
Posibilidad de la propuesta irrevocable
El art. 1265 inc. 2 admite expresamente la posibilidad de una propuesta irrevocable.
El art. 1265 establece dos clases de propuestas, la simple que es revocable, y la firme o también
llamada irrevocable.
El principio general de la revocabilidad puede sufrir excepción por voluntad del proponente.

Fundamento
Hay negocios que por su complejidad necesitan de un estudio previo y minucioso, un cálculo de los
gastos que pueden requerir etc. El destinatario, aceptando una propuesta irrevocable, tiene la seguridad
de que la propuesta se mantiene en pie.

Naturaleza jurídica
El proponente renuncia a la facultad de revocar. su estructura corresponde a la de un negocio dispositivo
extintivo. El proponente tiene el derecho de revocar su propuesta, pero la ley le permite formular una
propuesta irrevocable. La propuesta firma es el abandono de la facultad de revocar la propuesta. El titular de
un derecho abdica del mismo, mediante un acto unilateral formulado por el renunciante.

Andrea Valenzuela – 2016 51


Estructura de la propuesta irrevocable. Naturaleza recepticia de la renuncia.
La propuesta irrevocable está compuesta por dos manifestaciones de voluntad: una propuesta de contratar, y
por otro, un negocio jurídico dispositivo (no obligacional), mediante el cual el proponente renuncia a la
facultad de revocar (negocio extintivo). Esta renuncia es una manifestación de voluntad recepticia, es
necesario el conocimiento del tercero para que pueda desplegar su función práctica. La renuncia produce
efectos cuando llega al destinatario de la propuesta, antes de esto la podría anular.
El destinatario de la propuesta no necesita aceptar la renuncia, ya que es un acto unilateral. que se forma
sin su participación. La propuesta es irrevocable desde que llega al destinatario.

Efectos de la propuesta irrevocable


El principal efecto es la parálisis de la voluntad del proponente como consecuencia de la renuncia a la
facultad de revocar. Si la contraparte acepta, el contrato queda formado y el proponente no puede
negarse.
La propuesta se transmite a los herederos, a contrario de la propuesta simple, que caduca con el
fallecimiento del proponente. La voluntad del proponente ya se manifestó de forma irrevocable, esto le
confiere independencia con respecto al sujeto que le dio vida. Ni el fallecimiento ni la incapacidad
superviviente extingue la propuesta irrevocable.

Opción y propuesta irrevocable


La propuesta irrevocable se distingue de la opción, porque se trata de un negocio jurídico unilateral, en tanto
que la opción es un contrato.
La propuesta se forma con la sola voluntad unilateral del proponente, sin necesidad de aceptación, mientras
que la opción requiere un acuerdo de voluntades, ya que es un negocio jurídico bilateral.
Ambos originan una propuesta irrevocable, que se emite en espera de una aceptación, y son negocios
preparatorios. Dependen de la libre decisión del otro sujeto.

Propuesta con plazo y propuesta irrevocable


La propuesta con plazo es una propuesta simple a la que el proponente le fija un término dentro del cual debe
producirse la aceptación.

En la propuesta irrevocable, el proponente también se puede comprometer a esperar contestación, pero el


plazo sólo tiene importancia de establecer un periodo que después de vencido, si no se produjo la aceptación
se extingue la propuesta, esto no quita que el proponente pueda hacer uso de su facultad de revocar la
propuesta, aún dentro del período del tiempo fijado.

EXTINCIÓN POR MUERTE O INCAPACIDAD DEL PROPONENTE O DEL ACEPTANTE


Fundamento del art. 1268
1268. Será de ningún efecto la propuesta, si una de las partes falleciere o perdiere su capacidad para
contratar: el proponente antes de haber sabido la aceptación y la otra parte antes de haber aceptado.

Si el proponente muere o se incapacita, después de emitir la propuesta pero sin saber que esta fue aceptada,
la propuesta caduca y el contrato no se forma, aunque el destinatario hubiera dirigido su aceptación al
proponente.
Esto se explica porque la voluntad de las partes debe persistir hasta el momento en que el contrato se
perfecciona. Esta regla existe por la revocabilidad de la oferta y de la aceptación.

El art. 1268: interpretación


Parece establecer dos reglas distintas:
a. para el proponente, exige que sea capaz (o que no fallezca) desde el momento en que emite la
propuesta hasta que el contrato se perfecciona (cuando sabe la aceptación)
b. para el aceptante, el art. 1268 toma en cuenta un período menor, porque sólo considera la muerte y
la incapacidad anterior a la aceptación, pero no luego.

Andrea Valenzuela – 2016 52


Este precepto consagra la teoría del conocimiento (“sabido la aceptación”) y contradice lo que dice el art.
1265 que fija la teoría de la recepción.

Son relevantes la muerte o la incapacidad del proponente cuando se producen desde el momento
inmediatamente posterior a la propuesta hasta el momento en que el contrato se perfecciona. La
importancia es porque la propuesta se extingue o caduca.

EXTINCIÓN DE LA PROPUESTA POR FALTA DE ACEPTACIÓN


La propuesta se extingue cuando el destinatario de la misma la rechaza. También se extingue en caso de
modificación de la propuesta.
La propuesta con plazo queda extinguida a su vencimiento, cuando no hubiera mediado aceptación
tempestiva (dentro del plazo).

ELEMENTOS ESENCIALES Y REQUISITOS DE VALIDEZ DEL CONTRATO

Elementos esenciales (o elementos constitutivos) de los contratos


Los elementos esenciales del contrato son aquellos que forman parte integrante del mismo, si falta alguno
de estos elementos, el contrato no llega a formarse. El contrato se perfecciona cuando se reúnen todos los
elementos esenciales. Los elementos constitutivos son lo mismo que los elementos esenciales.

Los elementos naturales y los accidentales


Los elementos naturales son las consecuencias que derivan de la misma naturaleza jurídica de un negocio
determinado.
El elemento natural tiene origen legal pero no es necesario para la validez del contrato, y por ello las partes
pueden modificarlo o excluirlo.

Los elementos accidentales son todos aquellos que no son necesarios para la existencia de un determinado
negocio, sino que están agregados por la voluntad de las partes, como por ejemplo las condiciones, el plazo,
el modo y todas las cláusulas especiales que las partes introducen en los negocios jurídicos.

Los elementos naturales como los accidentales son contingentes. La diferencia está en que los naturales
integran el contrato aunque las partes nada digan y los accidentales sólo integran cuando las partes lo
establecen expresamente.
La ausencia de los elementos esenciales producen la nulidad absoluta del contrato, lo cual no sucede con los
elementos accidentales, cuya ausencia no tiene incidencia sobre la existencia del negocio, sino con la
validez.

Los requisitos esenciales para la validez de los contratos


La ausencia o vicio de ciertas circunstancias produce en el plano de la validez del negocio o en el de su
eficacia. El consentimiento es requisito de validez. Se emplea el concepto de validez en oposición al de
nulidad.

Los elementos esenciales para el nacimiento del contrato también son requisitos de validez.
La ausencia de cualquiera de estos requisitos esenciales, que están numerados en el art. 1261, da lugar a un
tipo especial de invalidez, que es la nulidad absoluta.
El contrato que adolece de nulidad absoluta no produce obligaciones.

La invalidez (nulidad) también tiene lugar cuando alguno de los elementos esenciales, por más que esté
presente, está afectado por algún vicio del consentimiento o de la incapacidad relativa.

Andrea Valenzuela – 2016 53


CONSENTIMIENTO
El consentimiento es un elemento constitutivo que no puede faltar nunca y es un elemento esencial
común a todos los contratos.
El consentimiento significa acuerdo de voluntades. En el código encontramos la palabra
“convención” de voluntades para referir al consentimiento también.
El consentimiento es bilateral, proviene de las partes contratantes, que son distintos centros de intereses.
Tiene noción de acuerdo, ya que la propuesta de una parte tiene que ser aceptada por la otra.
No se integra únicamente por las declaraciones de voluntad coincidentes, sino que es necesario que las
partes emitan sus declaraciones para esa finalidad, debe haber un intercambio de declaraciones para que se
forme.
La coincidencia de voluntades establece el momento en que el contrato queda perfeccionado. En los
contratos consensuales el contrato se perfecciona por el simple consentimiento de las partes.
Es necesario que las partes emitan sus declaraciones para ponerse de acuerdo. La propuesta debe dirigirse
y llegar al aceptante y el mismo principio rige para la aceptación.
Las voluntades en los contratos son de contenido diverso y opuesto (ya que son distintos centros de
interés) pero son complementarias, y así forman el consentimiento.

FORMAS DE MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD


La voluntad puede manifestarse tanto expresa como tácitamente.
Cuando no existe norma legal que prive de relevancia a la manifestación de voluntad tácita, vale una como
otra forma de expresión y puede recurrirse indistintamente a ellas, pero muchas veces el legislador sólo
admite la voluntad expresa, pero esto debe estar establecido en la ley o contrato, de forma expresa.

Una vez exteriorizada la voluntad, sea expresa o tácita, esta va a tener la misma trascendencia y valor y
estará sujeta a los mismos principios en cuanto a su eficacia.

Criterio para distinguir voluntad expresa y voluntad tácita.


Los medios para expresar la voluntad son muy variados. El más común es el lenguaje, sea escrito u oral,
pero también se puede expresar mediante signos, gestos o señales o cualquier comportamiento que
permita deducir la intención de su autor.
Para saber si la voluntad es expresa o tácita es menester prescindir de los medios empleados. En la doctrina
se admite que el silencio puede valer como manifestación de voluntad expresa, de aceptación o rechazo de
la oferta por ejemplo.

Existe voluntad expresa cuando la intención del declarante se deduce directamente del
comportamiento que asume.
Existe voluntad tácita cuando la intención se deduce directamente del comportamiento mediante un
razonamiento lógico.

La conducta concluyente
La manifestación tácita presupone la exteriorización de hechos, que se llaman concluyentes, porque de
ellos se argumenta inequívocamente la existencia de una voluntad.

Declaración presunta
La voluntad presunta y la conducta calificada legalmente son dos zonas muy vecinas a la manifestación
de voluntad tácita pero se distingue de estas.
La declaración presunta es cuando la ley presume una determinada voluntad y establece si la presunción es
relativa o no. Al ser voluntad presumida, esta puede admitir prueba en contrario.
Es la consecuencia que deriva del ordenamiento jurídico, cuando existen uno o más hechos, mientras que la
declaración tácita es el resultado de una argumentación que se hace en base a las particulares
circunstancias del caso concreto.

Andrea Valenzuela – 2016 54


Comportamiento legalmente calificado
Es cuando el legislador califica rígidamente determinada conducta, sin permitir que pueda interpretarse
de otra manera.

Cargas de iniciativa
Es la situación en la que se le impone a un sujeto la carga de asumir una iniciativa que consiste en manifestar
una voluntad, y a veces se atribuye a la inactividad del sujeto los efectos que serían propios del negocio,
siendo los mismos efectos que si hubiera habido aceptación.
EL SILENCIO
Silencio relevante por voluntad de la ley o de las partes
Cuando la ley confiere relevancia al silencio es imposible cuestionarla y lo mismo cuando el silencio
encuentra fundamento en las disposiciones que han adoptado los contratantes.
Las normas legales que atribuyen eficacia al silencio no se pueden extender más allá de los casos
previstos, ya que son normas excepcionales.

Concepto de silencio. Voluntariedad de la omisión.


Es una abstención u omisión, un comportamiento pasivo, de inercia o inacción. La inacción
responde a una voluntad y el silencio puede exteriorizar una voluntad.

El silencio como forma de manifestación táctica de la voluntad


El silencio se ubica en el ámbito de la voluntad tácita, se trata de un hecho que por si solo no revela
directamente la voluntad.
El silencio sólo tiene sentido si es colocado en el contexto relacional de la situación dada.
El silencio tiene que estar unido al conjunto de circunstancias que lo preceden y acompañan para revelar
la voluntad.

Andrea Valenzuela – 2016 55


VICIOS DEL CONSENTIMIENTO
“El consentimiento no es válido cuando ha sido dado por error, arrancado por violencia o sorprendido
por dolo”. art. 1269.

Si entre los motivos determinantes incide el falso conocimiento, espontáneo (error) o provocado (dolo) o el
temor (violencia), el proceso de formación de la voluntad deja de ser regular.
La voluntad viciada no es válida y eso causa la nulidad del contrato.
Se debe distinguir entre entre la falta de voluntad, cuya consecuencia es que el contrato no se perfeccione y
la nulidad es absoluta de aquella voluntad que está presente pero está viciada, que el contrato se
perfecciona pero está afectado por una nulidad relativa.
ERROR
Error es toda divergencia entre la realidad y la representación que de la misma se ha formado el agente o,
en otros términos, todo defecto de conocimiento de la realidad por parte del agente.

La ignorancia se diferencia del error en cuanto el sujeto que ignora no conoce la realidad, no tiene juicio
erróneo o equivocado, sino que carece de opinión.
El error y la ignorancia se equiparan en cuanto a sus efectos, no se distinguen en la práctica.

Error y otros vicios


El error se aproxima al dolo ya que se produce un error por parte de la víctima pero este no es espontáneo,
sino que es provocado por la maniobra de otro sujeto.

El error produce una divergencia entre lo que el sujeto cree y la realidad de las cosas. En la violencia el
elemento que vicia la voluntad es el temor, que es el autor de la violencia infunde en el sujeto pasivo de la
misma, para inducirlo a celebrar el contrato.

El dolo y la violencia suponen el comportamiento ilícito de un sujeto ajeno al declarante, o sea un factor
externo, que influye en la voluntad del declarante introduciendo un motivo, que aparte la voluntad del proceso
normal de su formación.

El error solo atiende a la voluntad del declarante, ya que el error se produce en lo interno de la declaración,
por incidencia de factores imputables a este.

Error determinante; error esencial


Es determinante el error que influye de manera decisiva o principal en la formación de la voluntad,
desviandola de su cauce normal o regular.
El errante se decide a contratar porque tiene en vista la cualidad esencial de la cosa que es objeto del
contrato. El error causa nulidad cuando la calidad del objeto es distinta de la que se cree. El error recae
sobre la sustancia de la contratación.
El errante contrata porque cree que la barra es de plata, si hubiera sabido que era de hierro plateado no
hubiera contratado.

Al errante se le concede una acción de nulidad destinada a aniquilar el contrato formado sobre bases
erróneas, porque el error lo determinó a contratar.
El error sobre cualquier otra calidad de la cosa no vicia el contrato (art. 1271). Hace referencia a las
cualidades secundarias o accidentales del objeto, que no determinan la voluntad. cualidad esencial = móvil
determinante para contratar
cualidad secundaria = móvil no determinante para contratar

ERROR OBSTÁCULO
Los dos primeros numerales no son casos de error-vicio sino que se refieren a situaciones donde falta el
acuerdo de voluntades.

Andrea Valenzuela – 2016 56


1271.- El error de hecho es causa de nulidad del contrato :
1. Cuando recae sobre la especie de contrato que se celebra, como si un de las partes entendiese empréstito y
la otra donación.
2. Cuando recae sobre la identidad de la cosa específica de que se trata, como si en la venta el vendedor
entendiere vender cierta cosa determinada y el comprador entendiera que compra otra.

En estos dos primeros casos el consentimiento no ha podido formarse porque para que exista se requiere
que las voluntades concuerden, y cuando se produce desacuerdo acerca de la identidad del objeto o la
naturaleza del contrato, las dos voluntades carecen de congruencia.
ERROR - VICIO. EL ERROR EN LA SUSTANCIA
a. El concepto de sustancia en el código civil
Nuestra ley habla de sustancia y de calidad esencial. La sustancia se identifica como materia que forma el
objeto, pero la referencia a las cualidades esenciales permite incluir también dentro del error sobre la
sustancia al error acerca de ciertas cualidades de la cosa, como su antigüedad y origen.
El error que recae sobre las cualidades secundarias no es error sobre sustancia.

Sistema del Código Civil uruguayo: el numeral 3 aplica la doctrina objetiva; el inciso final consagra un
criterio subjetivo
Art. 1271. inc. 3.
Cuando la substancia o calidad esencial del objeto sobre que versa el contrato es distinta de la que se cree, como si por
alguna de las partes se supone que el objeto es una barra de plata y realmente es una barra de algún otro metal
semejante. (Artículo 771 y 72).

El error de cualquier otra calidad de la cosa no vicia el contrato sino cuando esa calidad es el principal
motivo de los contrayentes para contratar.
Para las cualidades esenciales la voluntad de las partes no se toma en cuenta, es un criterio objetivo
(sustancia o calidad esencial del objeto). La calidad secundaria pasa a ser esencial cuando fue
considerada por la parte como principal y por tanto en ese ámbito la ley tiene en cuenta la voluntad de las
partes y se rige por la doctrina subjetiva.

Fundamento del art. 1271. La doctrina del código uruguayo


a.1. La cualidad esencial es aquella que determina el consentimiento y esta cualidad resulta conocida
por ambas partes, ya que es apreciada por un criterio objetivo.
a.2. Cuando la cualidad es accidental pero a pesar de ellos determinante del consentimiento de una de
las partes, la otra ignora esta circunstancia y el error sólo es relevante cuando ésta tiene conocimiento de ello
(de que la cualidad accidental es determinante)

a. Error relevante cuando recae sobre una cualidad esencial que por ser tal, es el motivo determinante del
consentimiento. La apreciación es objetiva y ambas partes deben saber que esa es la cualidad que lleva a
celebrar el contrato.
b. Error irrelevante cuando recae sobre una cualidad secundaria o ignora que la cualidad secundaria pasó a
ser el motivo principal de contratación
c. Es relevante cuando la otra parte sabe que la cualidad secundaria pasó a ser principal.

Presupuestos de la relevancia del error


Reconocimiento del error. Si el error debe ser conocido por la otra parte
1. Si la determinación de la cualidad esencial debe ser bilateral.
Si el comprador no expresa nada, el vendedor puede alegar que la cualidad que determinó la voluntad del
comprado no trascendió a la materia del contrato ya que permaneció en el fuero interno de este.
2. Si el error en que incurre un contratante debe ser conocido por el otro, como condición para que pueda
impugnarse de nulidad el negocio.

Andrea Valenzuela – 2016 57


Error vicio es unilateral
Basta con que una sola parte incurra en error para que se pueda reclamar la nulidad.
El error vicio es siempre unilateral, ya que consiste en el proceso de formación de la voluntad de una de las
partes. En el error, el vicio afecta a una de las dos voluntades que forman el consentimiento y por esa vía
alcanza el acuerdo de voluntades (consentimiento propiamente dicho). En el numeral 3 se hace referencia
al error unilateral (“si por alguna de las partes”).

Si la determinación de la sustancia o cualidad esencial debe ser bilateral


a. Cuando la cualidad es esencial no se requiere la bilateralidad porque ella se aprecia objetivamente .
b. Cuando es accesoria se exige la bilateralidad
c. En caso de una cualidad accesoria como principal sigue siendo unilateral.

ERROR INEXCUSABLE
Es el que podría haber sido evitado con una conducta diligente de la víctima, la cual cae en error por
pereza, distracción o porque omite información.

Fundamento de la doctrina: la culpa. Distinción entre error excusable y error inexcusable.


a. La culpa del errante tiene siempre relevancia, porque hace nacer obligaciones de reparar los
daños y perjuicios.
b. Cuando el juez entienda que esta culpa es inexcusable debe desestimar la reclamación tendiente a
invalidar el contrato
c. En este último caso es necesario analizar también el comportamiento de la otra parte, a efectos de
establecer si el error era conocido.

ERROR IRRELEVANTE
Los motivos pueden ser infinitos. La regla general es la irrelevancia del motivo, excepto cuando una norma le
otorga trascendencia.

El motivo determinante
El error que debe tenerse en cuenta es el que recae sobre el motivo determinante.

Motivo y error
El error sobre los motivos (error irrelevante) queda circunscrita a los motivos que no se refieren a las
cualidades de la cosa.

ERROR SOBRE EL VALOR


Es una apreciación errónea, efectuada partiendo de datos exactos. La doctrina niega la relevancia de este
tipo de error ya que se confunde con lesión y no es un vicio de la voluntad. Además el valor no es una
cualidad de la cosa, sino una relación entre la cosa y la moneda.

ERROR DE CÁLCULO (ERROR MATERIAL DE ARITMÉTICA)


El error material de aritmética sólo da lugar a su reparación. Este es el error de cálculo que se produce
cuando la operación está equivocada. Este error es irrelevante, ya que no produce nulidad del contrato, sólo
da lugar a reparación, esta reparación es la corrección del error.

ERROR DE DERECHO
“La ignorancia de la ley o el error de derecho en ningún caso impedirán los efectos legales del contrato”.
Se ignora la ley cuando el sujeto no conoce la misma. Hay error de derecho cuando la norma es entendida
en un sentido que no le corresponde (interpretación equivocada). Cualquiera de las dos carecen de aptitud
para viciar la voluntad.
En algún caso el error de derecho puede incidir sobre el contrato pero no como vicio del
consentimiento sino en tanto que error obstativo, impidiendo el acuerdo de voluntades.

Andrea Valenzuela – 2016 58


VIOLENCIA
El art. 1269 ubica a la violencia, junto al dolo y el error, integrando el elenco de los vicios del consentimiento.
El contrato resulta afectado por nulidad relativa (art. 1568) cuando el consentimiento es arrancado por
violencia.

La violencia está disciplinada como un elemento anómalo, que incide en el proceso de formación de
la voluntad, viciandola o alterandola.
La violencia es provocada por otro sujeto (un factor que es externo al declarante), se origina en la coacción
que el autor de la violencia pone el juego con el fin de determinar el consentimiento del sujeto que padece la
violencia.

Se diferencia en violencia física y violencia moral en el art. 1272, pero sólo la violencia moral es vicio del
consentimiento, ya que la física que hace desaparecer la voluntad de la víctima no tiene que ver con el
consentimiento, se da la nulidad absoluta por falta de consentimiento.

Cuando hablamos de violencia moral, es aquella que se ejercita a través de medios de presión psicológicos
(amenazas) que influyen sobre la voluntad de la víctima. En el código se habla de temor fundado, esa es la
referencia que hace a las amenazas, que es la manera en la que se exterioriza la violencia.

Se amenaza a la víctima con la producción de un mal grave e inminente, para determinar su voluntad
(presión psicológica) obligandola a celebrar el contrato (finalidad o propósito de la violencia). El estado de
temor induce a estipular el contrato.

La violencia como vicio del consentimiento


En la violencia moral existe el consentimiento, el violentado se encuentra en la alternativa de elegir entre
querer el contrato o padecer el mal amenazado.
En la violencia la voluntad está viciada por el temor, que altera el proceso de formación del consentimiento,
suprime la libertad de decisión del sujeto que lo padece, pero no la voluntad.

Requisitos de la violencia
El mal
“Un mal inminente y grave”. Y el mal debe ser injusto.

GRAVE: La violencia produce vicio siempre que produzca una fuerte impresión en el ánimo de la víctima.
Si el autor de la violencia no amenaza con un mal que pueda reputarse grave, aunque el sujeto pasivo de la
intimidación sufra una fuerte impresión, no hay vicio del consentimiento.

INMINENTE. MAL PROBABLE. MAL INEVITABLE: El temor de la víctima debe ser presente, pero el mal es
siempre y necesariamente futuro.
Si el mal es lejano no puede suscitar un temor fundado, la lejanía del mal es capaz de restar a éste aptitud
para determinar el consentimiento en cuanto esa distancia del tiempo puede apareja la incidencia de los
factores que impidan la producción del daño.

MAL INJUSTO: Si el derecho se usa correctamente, la coacción que pueda producir es inidónea para viciar el
consentimiento. Lo que puede haber es abuso de derecho, o valorarse el fin ilícito o injusto aunque el medio
sea justo.

El temor
La razón de invalidez es la violencia en cuanto produce temor.

TEMOR FUNDADO: El temor es un estado de ánimo de la víctima de la violencia, pero se exige que este
sea fundado, no sólo hay que atender al estado psicológico de la víctima sino que se debe examinar la
causa que provoca este temor, la amenaza.

Andrea Valenzuela – 2016 59


Fuerte impresión
Se debe tratar de una intimidación que lógica y naturalmente haya debido determinar a la víctima a
ejercitar el acto que se le exigía.

Los Sujetos
A. El Sujeto activo
Sólo el hombre puede ser auto de violencia, ya que supone una actividad exterior al declarante, dirigida a
provocar el temor de la víctima para lograr su consentimiento.
La violencia vicia el consentimiento aunque provenga de un tercero (art. 1274).
El Sujeto pasivo
El sujeto pasivo es aquel que se determina por la amenaza. Debe tratarse de un contratante, ya que para que
se considere vicio del consentimiento debe ejercerse sobre una de las partes (art. 1272).
También se puede dar la hipótesis de que el mal se realice directamente sobre otras personas, distintas al
violentado, pero este las sufre ya que está ligado a ellas por vínculos de afección.

DOLO
La actividad dolosa consiste en una maquinación insidiosa o artificio que el autor del dolo realiza con la
finalidad de producir el engaño de la otra parte, determinandola a celebrar un contrato, que de no mediar
el dolo, no hubiera concluido (dolo determinante).

El dolo como hecho ilícito que vicia el consentimiento


El medio usado, el artificio o estratagema, es ilícito y por ello el dolo además de ser un vicio del
consentimiento, forma parte de la categoría de los actos ilícitos.

El efecto del dolo-vicio del consentimiento es la nulidad del contrato, pero la victima también tiene derecho a
promover una acción indemnizatoria, según los principios de la responsabilidad civil.

La consecuencia del dolo es el error, pero no se trata de un error espontáneo, sino de un error provocado
por el otro contratante. El autor del dolo emplea la maquinación o artificio con la finalidad de inducir al otro a
celebrar el contrato.

Requisitos del dolo


A. Elemento materia: el artificio, maquinación insidiosa o estratagema.

B. Elemento subjetivo: la intención de engañar. El artificio se realiza para provocar el engaño.

C. Relación causal entre el artificio y el consentimiento. La maniobra dolosa provoca el error y este
error hace que la víctima celebre el contrato.

D. Dolo debe provenir de un contratante, ya que el dolo de un tercero no vicia el


consentimiento.

Clases de dolo
Se puede dividir en principal o determinante y en dolo incidente o accesorio.

El DOLO PRINCIPAL o determinante es aquel que ha dado causa al contrato, produce la nulidad
relativa del negocio.

El DOLO INCIDENTE o accesorio es aquel que no determina a contratar a la víctima, solo altera las
modalidades del contrato, la persona igual hubiera contratado pero en otras condiciones. Tiene como
efecto la acción indemnizatoria destinada a reparar los perjuicios.

Andrea Valenzuela – 2016 60


Dolo y error
El error en el dolo no es espontáneo, sino que está provocado por la otra parte. Esto configura un hecho
ilícito de un sujeto extraño al declarante, elemento que sirve para diferenciar ambos vicios.

El error que provoca el dolo siempre es relevante, sea como causa de nulidad (dolo principal) o como fuente
de la obligación de reparar los daños y perjuicios (dolo incidente).
El error solo vicia el consentimiento en los casos previstos por la ley.

Dolo y violencia
La violencia es conocida por la víctima pero el dolo no, ya que actúa mediante el engaño y la víctima ignora
que si consentimiento está determinado por la maniobra dolosa.
La violencia actua directamente sobre la voluntad, el dolo actua sobre el intelecto e
indirectamente sobre la voluntad.
El dolo debe provenir de otro contratante, la violencia de un tercero invalida el contrato (art.1274). El plazo
corre en la violencia desde el día que hubiere cesado y el dolo desde el día del contrato (art. 1568).

ELEMENTOS DEL DOLO

A. El elemento objetivo o material


1. Maquinación insidiosa (estratagema o artificio): La realización de una actividad ilícita destinada
a producir el engaño del otro contratante.
Se puede distinguir dos formas de artificio: presentar circunstancias falsas y sino suprimir o alterar las
circunstancias verdaderas.

2. Si la simple mentira es suficiente para configurar dolo: La mentira es el punto de partida de la


estratagema o artificio, puesto que la actividad dolosa está dirigida a engañar, pero el elemento material del
dolo tiene mayor entidad que la simple mentira, ya que requiere una maquinación insidiosa que altere la
realidad y que esté dirigida a preparar una trampa.

3. Finalidad del artificio: el engaño. La ilicitud del medio: Los medios dolosos se emplean para inducir
a un sujeto a celebrar un contrato, que, de no mediar el engaño, no hubiera estipulado. El comportamiento
del autor es ilícito, ya que esta actividad consiste en falsear la realidad para obtener la determinación de la
voluntad ajena. El medio empleado es contrario al derecho.

4. Idoneidad del medio doloso. Entidad o gravedad del dolo: En un plano subjetivo se toma en cuenta
las condiciones personales de la víctima, su nivel cultural, etc, ya que el dolo debe ser apreciado en concreto.
También se tiene en cuenta la relación entre los contratantes.
En el punto de vista objetivo se dice que cuando el artificio sea excesivamente grosero, no podrá
considerarse doloso. Este punto está vinculado con el plano subjetivo.

El elemento subjetivo
1. La intención de engañar: Se pone en movimiento una actividad o maquinación insidiosa para
engañar al otro. Del medio empleado se deduce la intención de engañar, que traduce esa actividad en el
proposito.
2. Dolo y culpa: La intención de engañar es incompatible con la culpa. La nota de intencionalidad que
figura en el dolo, y no en la culpa, es la que separa estas nociones.
3. El dolo no requiere la intención de engañar ni el perjuicio: El daño no es requisito indispensable
para que la acción de dolo pueda ser promovida, lo que importa es la existencia de un consentimiento
viciado, que la voluntad no se haya manifestado libremente y esto autoriza a reclamar la nulidad del
contrato. El daño es requisito indispensable cuando se acciona por dolo incidente.

Andrea Valenzuela – 2016 61


La relación de causalidad
Otro de los requisitos es la relación de causalidad que debe existir entre la actividad dolosa y el error en que
cae la víctima del dolo. El dolo debe dar causa al contrato (art. 1275).
El dolo que causa la nulidad del contrato es llamado principal o determinante porque determina a contratar a
la víctima y sin dolo esta no hubiera otorgado el contrato.

Dolo principal y dolo incidente. Distinción.


El dolo principal es el que determina a celebrar el contrato. El dolo incidente carece de esta
relevancia, es un dolo de menor jerarquía, ya que sin el dolo incidente también se hubiera
celebrado. Este dolo altera las condiciones del contrato, la víctima hubiera contratado pero en otras
condiciones, menos onerosas. Por eso el contrato es válido por se deben reparar los perjuicios que
pueda haber causado. El dolo incidente se ubica en el período precontractual y pertenece a la
responsabilidad precontractual.

El dolo debe provenir del co-contratante


El dolo de tercero no produce nulidad del contrato (ya que debe ser por parte de uno de los contrayentes
como lo establece el art. 1275), pero la víctima puede ejercer la común acción indemnizatoria contra el
tercero que incurrió en dolo, según las normas de la responsabilidad civil.

DOLO NEGATIVO. RETICENCIA.


El comportamiento negativo de uno de los contratantes, su silencio respecto a circunstancias que la otra
parte tendría interés en conocer no concuerdan con la exigencia de maquinación. El sujeto que está
obligado por la ley a hablar y guarda silencio incurre en reticencia, esta es una forma de dolo (pasivo o de
omisión).
La víctima de la reticencia tiene una errada concepción de los elementos del contrato, este error está
provocado por el silencio de la otra parte.
La supresión o alteración de las circunstancias verdaderas son una forma de dolo. A diferencia de la
reticencia, ya que ocultar o disimular entra dentro de la actividad destinada a engañar, a la maquinación.
Una cosa es ocultar y otra es callar.

Reticencia
Significa callar.
El silencio por si solo no basta para configurar reticencia, sino que habrá reticencia en los casos donde la ley
impone a una persona la obligación de hablar, sino fuera de ello el silencio está permitido.

Se puede entender reticencia de dos formas:


A. En sentido estricto, cuando se guarda silencio, en forma voluntaria o intencional, respecto
de un hecho que se conoce.
B. En sentido amplio, cuando se deja de manifestar un hecho conocido, por negligencia o descuido
(de forma involuntaria) o porque el hecho fue olvidado.
Se requiere que el silencio sea voluntario o intencional para que la reticencia sea dolosa.
El silencio intencional solo puede calificarse de reticencia cuando existe la obligación de hablar. El deber de
hablar proviene de la ley, los usos del comercio o la naturaleza del negocio.
No hay duda que la ley impone la obligación de informar a la contraparte.
La reticencia configura una violación de la obligación de comportarse según la buena fe durante las tratativas
y la formación del contrato, esta es una conducta que es fuente de responsabilidad precontractual y que se
ubica fuera de la zona de los vicios del consentimiento.

Conclusiones
1. La reticencia, considerada como dolo negativo, se refiere a la omisión o silencio del sujeto
(comportamiento pasivo o de abstención).
2. Para que esta se pueda incluir dentro del dolo, la omisión debe ser intencional.
3. Es un silencio intencional calificado porque el sujeto que calla tiene la obligación de hablar.

Andrea Valenzuela – 2016 62


La reticencia por si sola no es idónea para configurar el dolo.

Los casos en que una serie de circunstancias han llevado a error a la contraparte, y que a pesar de ser
advertido por la contraria ésta calla (reticencia) no configuran una hipótesis de dolo pasivo porque:

a. si esas circunstancias han sido creadas por el contrayente silente, estamos ante un caso de dolo
comisivo

b. si lo fueron por un tercero o por el azar o por la propia ignorancia del errante, la disciplina del error
es suficiente para obtener la nulidad del contrato

c. No quiere decir que la reticencia se irrelevante, el desarrollo que ha tenido la aplicación del
principio de buena fe lleva a sancionar la conducta omisiva intencional, pero aqui estamos fuera del
ámbito del dolo vicio de consentimiento.

EL SUJETO PASIVO DEL DOLO


Cuando la víctima del dolo se comporta negligentemente y hubiera podido (usando la diligencia media)
descubrir el engaño ¿puede igualmente reclamar la nulidad del contrato?
La cuestión está en si prevalece la conducta culpable de la víctima o al ilícito del receptor que pone en
marcha la misce en scene para inducir en engaño a la contraparte.

Existe la posición que dice que no puede declararse la existencia del dolo, cuando antes de consumarse
el contrato la víctima pudo tomar las precauciones necesarias para conocer la existencia del engaño o
artificio.

Pero es preferible la doctrina opuesta, que prescinde del comportamiento culpable de la victima cuando el
error ha sido causado por el dolo. La nulidad no deriva aquí del error de la victima, sino de la actividad ilícita
de la otra parte que produce ese error.

El comportamiento negligente no quita que el consentimiento se haya formado a consecuencia del dolo. La
relación causal entre el artificio y el error no desaparece en caso de negligencia de la víctima.

Efectos
Los efectos del dolo que vicia el consentimiento se polarizan fundamentalmente en dos planos:
1. EL dolo determinante produce la nulidad relativa del contrato

2. El dolo incidente, no afecta la validez del negocio pero obliga a reparar los daños y perjuicios causados.
El efecto principal del dolo es la nulidad. Solo el dolo determinante y no el incidente, produce la nulidad.
La nulidad es relativa (1560) y solo puede ser alegada por la víctima del dolo (sus herederos o cesionarios) y
el vicio es subsanable por confirmación o por el transcurso de un plazo de 4 años que corre desde el
perfeccionamiento del contrato (arts. 1562 y 1568).

La acción indemnizatoria
En conjunto con la acción de nulidad, el sujeto pasivo del dolo es titular de una acción
indemnizatoria, cuando el acto ilícito le produce perjuicios.

La acción indemnizatoria puede concederse sin que tenga lugar la nulidad del contrato. Esto pasa en dolo
incidente, la ley no otorga la acción de nulidad y sólo confiere a la víctima del dolo una acción (indemnizatoria)
que tiene por finalidad reparar los perjuicios.

Andrea Valenzuela – 2016 63


Independencia de las acciones de nulidad e indemnizatoria
Estas acciones pueden esgrimirse en forma concurrente o por separado.
En materia de dolo principal la victima no necesita probar el perjuicio para reclamar la nulidad. El perjuicio no
es un elemento del dolo vicio, la nulidad se produce como consecuencia del vicio del consentimiento (engaño
causado por el dolo.

Pero si la victima del dolo sufrió perjuicios, puede acumular la acción de nulidad que le corresponde
en caso de dolo determinante, una acción indemnizatoria, que tiene su fundamento en el hecho ilícito
que el dolo origina.

El dolo precontractual
La actividad dolosa aquí viola la obligación de comportarse según el principio de la buena fe durante el
periodo de las tratativas y formación del contrato y esto genera responsabilidad precontractual del autor
del dolo.
Si bien el dolo incidente se ubica en la responsabilidad precontractual, la figura del dolo precontractual es más
amplia que la del dolo incidente. Puede haber dolo precontractual incluso en caso en los cuales el contrato no
se perfecciona, donde es imposible incluir la noción del dolo incidente, ya que este presupone un contrato
válido.

Andrea Valenzuela – 2016 64


CAPACIDAD
El tema de la capacidad es una de las nociones básicas del derecho. La que nos interesa aquí es la
capacidad para contratar. O sea la capacidad como presupuesto exigido por la ley para la validez del
contrato.
Podemos dividir la capacidad en capacidad de derecho o jurídica (de goce) o capacidad de obrar (de
ejercicio).

Capacidad jurídica o de derecho Capacidad de obrar


- Es la aptitud del sujeto. Toda - Es la aptitud para ejercer por uno mismo la titularidad del derecho.
persona, por el hecho de serlo, tiene Todas las personas pueden ser titulares de relaciones jurídicas,
capacidad de derecho (de goce). pero no todos tienen la capacidad de ejercer esa titularidad.
- Es la aptitud para ser titular de
relaciones jurídicas, sujeto de - La capacidad de obrar es la que crea la división entre sujetos
derechos y obligaciones. capaces e incapaces. Los incapaces pueden ser absolutos o
relativos.

EXÁMEN COMPARATIVO
1. Toda persona tiene capacidad jurídica 1. No todas las personas tienen capacidad de obrar
2. La capacidad jurídica refiere a la persona 2. La capacidad de obrar refiere al estado psíquico
3. La capacidad jurídica es uniforme, sin grados 3. La capacidad de obrar admite graduaciones
4. La ausencia de la capacidad jurídica no se puede 4. La ausencia de la capacidad de obrar puede ser
remediar subsanada mediante la representación y la asistencia
5. Es un concepto uniforme, de carácter permanente, 5. La capacidad de obrar está subordinada a
se adquiere con el nacimiento y se termina con la situaciones de hecho, se modifica y puede cesar
muerte durante la vida del sujeto

Fundamentos de la capacidad e incapacidad


El núcleo de la capacidad está en la voluntad de obrar del sujeto. El sujeto tiene un grado de evolución físico
y mental que le permite comprender las consecuencias de sus actos, por eso la minoría de edad y la
demencia son causales de incapacidad.

Clasificación de capacidad
1. Capacidad general y capacidad especiales
2. Capacidad atenuada
3. Capacidad plena y capacidad limitada
4. Quienes son capaces e incapaces para contratar

1. Capacidad general y especial


El sujeto puede tener capacidad para realizar algunos actos jurídicos, pero puede ser incapaz con respecto
de otros actos distintos. Por ejemplo, un menor puber puede testar pero es incapaz para contratar.
- La capacidad para un acto determinado no significa aptitud para realizar toda clase de actos.
- La aptitud para realizar la generalidad de los actos puede coexistir con la inhabilidad respecto de algún acto
particular.

La capacidad es general cuando el sujeto está habilitado para realizar todos los actos jurídicos. Es especial
cuando refiere a actos jurídicos determinados, aún en ausencia de capacidad general.
La capacidad general se obtiene con la mayoría de edad, a los 18 años, pero antes de esta edad, el sujeto
incapaz general, puede ser capaz de realizar algún acto determinado (capacidad especial).

Andrea Valenzuela – 2016 65


El principio de nuestro sistema es que la capacidad general se adquiere a los 18 años, pero este debe ser
contemplado en dos sentidos opuestos:
1. Los menores de 18 años, a pesar de la incapacidad general, tienen ciertas capacidades especiales
2. El mayor de 18 años que es capaz en general, pero es incapaz en casos especiales (para la
adopción se requiere tener 25 años por ejemplo)
3. Puede existir una tercera posibilidad, de capacidad limitada, cuando el menor es habilitado por
matrimonio, hay una zona de actos en los cuales es plenamente capaz, como si fuera mayor de edad.

2. Capacidad atenuada
Cuando el sujeto interviene en un acto jurídico por si mismo pero su sola voluntad no basta para que este
sea válido. Por ejemplo los menores púberes, que son incapaces para contratar, se necesita la intervención
de las personas cuyo consentimiento necesita el menor para contraer matrimonio.
El sujeto incapaz interviene expresando su voluntad, pero esa voluntad no es suficiente para producir efectos
jurídicos, así que se requiere la intervención de otras voluntades que concurren con la del menor para
completar el consentimiento.

3. Capacidad plena y limitada


Capacidad plena es la del mayor de edad y capacidad limitada es la del menor de 18 años habilitado, que
tiene capacidad para celebrar todos los contratos a excepción de los que la ley lo declara incapaz (art. 310) y
que solo los puede hacer con autorización del juez.

4. Capaces e incapaces para contratar


Son totalmente incapaces: los dementes y los sordomudos que no pueden darse a entender ni por escrito ni
por señas.
Son capaces: los mayores de 18 años, los menores habilitados y el menor puber.
Son incapaces totalmente los dementes y sordomudos. Los menores tienen excepciones, ya que el menor
habilitado tiene la capacidad limitada.

¿Cuando debe apreciarse la capacidad?


1. Al tiempo del perfeccionamiento del contrato (conforme al art. 1261 que establece los requisitos de
validez).
2. La incapacidad anterior carece de relevancia, como la incapacidad posterior, pero si se produce
DURANTE el cumplimiento, antes de la ejecución del contrato es relevante y hay que determinar si el
representante legal puede cumplir con la parte que le correspondía al ahora incapaz.

La capacidad para contratar es a partir de los 18, con las excepciones de demencia y sordomudo que no
puede darse a entender, además del menor habilitado en los casos que el art. 310 no lo permite.
La capacidad para disponer o enajenar no existe, se trata de legitimación. El que no es propietario y vende
no es incapaz de hacerlo, ya que es capaz para contratar, y se compromete a titulo personal.

LAS INCAPACIDADES
A. Incapacidad de derecho
1. Incapacidad jurídica especial
No es posible una incapacidad jurídica general, ya que como la capacidad jurídica coincide con la persona,
no puede faltar en modo absoluto.
Los individuos con incapacidades pueden obrar a través de sus representantes (padres, tutores, curadores),
y en estos casos hablamos de incapacidad jurídica especial.
2. Incapacidad por causa de pena
Es la incapacidad que posee el condenado a pena de penitenciaría.

B. Incapacidad de obrar por causa de edad


1. Impúber, desde el nacimiento hasta los 12 años la mujer y hasta los 14 años el hombre.
2. Púber, a partir de los 12/14 hasta los 18 años, en este período el menor puede contraer matrimonio y pasa
a ser menor habilitado.
Andrea Valenzuela – 2016 66
La incapacidad plena o limitada, general o especial, refiere a los actos que el sujeto puede o no realizar por si
mismo, en cambio absoluta o relativa, refiere a la consecuencia sobre la validez del acto.

C. INCAPACIDAD DE OBRAR POR CAUSA DE DEMENCIA


Las causas dependen de perturbaciones del espiritu (enfermedades de la mente), los estados patológicos
intelectuales, que excluyen la inteligencia y la facultad de decidir. La enfermedad debe ser habituaul y su
intensidad debe llegar a abolir el intelecto, la conciencia y la voluntad del sujeto.
Los dementes mayores y menores tanto como los sordomudos que no se pueden dar a entender, estarán
bajo CURATELA.
Incapacidad de un menor por demencia: este menor seguirá bajo la patria potestad o tutela.
Juicio por incapacidad, la interdicción: Es de carácter formal y permanente. La sentencia declara la
demencia, puede probarla, pero no la crea, el demente siempre es incapaz, haya habido o no sentencia, pero
si no se prueba la demencia no existe presupuesto, si se prueba la demencia, la nulidad es absoluta.

- El principio es la NULIDAD ABSOLUTA, haya o no interdicción declarada.


- En contratos posteriores a la interdicción siempre serán nulos.
- La causa de interdicción debía existir publicamente al momento de celebrarse el contrato.
- Si el presunto incapaz ya falleció se requiere prueba de demencia que surja del mismo acto o que se
hubiera firmado después de promovida la demanda de interdicción.

El incapaz puede ser rehabilitado por sentencia, pero también se requiere cancelar la inscripción de la
interdicción para la validez.

D. INCAPACIDAD NATURAL
Consiste en la efectiva, real, atiende a una situación de hecho de la naturaleza. El ordenamiento jurídico no
reconoce esta figura.

LOS REMEDIOS DE LA INCAPACIDAD DE OBRAR


1. Mecanismo de la representación como remedio de la incapacidad
La incapacidad jurídica no es remediable, la capacidad de obrar es remediable, ya que solo impide que se
logren efectos jurídicos con un acto propio del incapaz, pero esto no obsta que pueda hacerlos a través de
otra persona, un representante.
Los efectos jurídicos de un acto realizado por un sujeto (representante) van a radicarse en el patrimonio de
un sujeto distinto, el representado.
La ley establece que el padre, la madre o tutor serán los representantes legales del menor no habilitado. Si el
incapaz es mayor de edad, necesita un curador.

En la representación legal, la ley fija los alcances del poder del representado, buscando proteger al incapaz e
incluso al propio representante.

EFECTOS DE LA INCAPACIDAD
1. Siendo la capacidad un requisito de validez de los contratos, la incapacidad produce la nulidad del
contrato.
2. Los actos realizados por absolutamente incapaces no producen obligaciones naturales ni admiten
subsanción. Los actos de los relativamente incapaces producen obligaciones mientras la nulidad no se
declare, incluso si esto ocurre, el vicio queda eliminado definitivamente.

LEGITIMACIÓN
La capacidad es una aptitud intrínseca en la persona, la legitimación es una posición del sujeto respecto del
objeto o de otro sujetos.
El concepto de legitimación se explica mediante el concepto de autonomía privada y de legitimidad. Cada
individuo es competente para autorregular sus propios intereses, pero no puede regular los intereses ajenos.
Por lo tanto, es el titular del derecho, el que está legitimado a realizar negocios dispositivos (el no titular
podrá tener capacidad pero carece de legitimación) y lafalta de legitimación no es nulidad, sino ineficacia.

Andrea Valenzuela – 2016 67


CAUSA
La causa es la razón que justifica el contrato, le da un sentido racional. Es uno de los requisito de validez de
los contratos, debe existir una causa para que el contrato sea valido.
La causa se identifica con el fin, el motivo que impulsa a prestar el consentimiento contractual. El sujeto se
obliga, atendemos a la voluntad y a esto se debe agregar la causa, porque lo hace para obtener un
determinado resultado.
El acto de voluntad se compone con consentimiento y causa. La causa es el fin perseguido, el fin inmediato.
Se concibe como un elemento constante y es conocida por ambas partes.
La causa inmediata de la obligación debe ser lícita (art. 1261).

La relevancia de la causa
La causa resulta negativamente relevante cuando no es lícita, los objetivos que persigue con el contrato son
desaprobados por el orden jurídico. Y cuando es falsa, en este caso estaríamos en la ausencia de causa
(lícita) y esto conlleva a la nulidad absoluta del negocio.

1. Causa ilícita
La causa es ilícita cuando es prohibida por la ley o contraria a las buenas costumbres o al orden público.

2. Causa ilícita y objeto ilícito


El objeto es ilícito cuando la prestación que se promete es ilícita. Por ejemplo el sicario que se compromete a
matar a alguien, la obligación tiene un objeto ilícito.
Cuando se paga a un funcionario para que agilice nuestro expediente en un juzgado, la prestación a la que
se compromete el funcionario es lícita, ya que es su trabajo, pero no es lícito que su tarea normal se
convierta en materia de cambio, en este caso la causa del contrato es ilícita.

3. Causa falsa, causa errónea y causa simulada


Hay causa falsa cuando los contratantes creen que existe una causa que en realidad no existía. Alguien que
se compromete a pagar una deuda que se creía que existía, pero que no existe.
Los vicios de la causa pueden reducirse a causa ilícita o ausencia de causa.

4. Ausencia de causa
El fin que se persigue no corresponde a un efecto jurídico, por ejemplo la compraventa de la cosa propia.

OBJETO
El objeto del contrato es el objeto de las obligaciones contraídas. El objeto debe ser lícito, posible y estar
determinado o ser determinable, si falta alguno de estos requisitos, el contrato será nulo.

Si la prestación es imposible, el contrato carece de objeto. Los casos de objeto imposible comprenden
también todos aquellos donde falta la cosa o está fuera del comercio.

La posibilidad como requisito del objeto refiere a la posibilidad originaria, que tenga lugar a la conclusión del
contrato. Si es superviviente (posterior a la conclusión del contrato), será valido, debiendo resolverse la
cuestión correspondiente por riesgos e incumplimiento.

Caracteres de la imposibilidad
La imposibilidad da lugar a la nulidad del contrato, que será absoluta. Esta debe darse de tal forma que la
prestación no podría haberse efectuado de ninguna forma. La imposibilidad debe ser permanente, ya que si
es temporal, la obligación es válida.

Clases de imposibilidad
a. Imposibilidad moral: objeto ilícito.
b. Imposibilidad física: por ej. realizar un pozo de agua, resultando que la napa existente es insuficiente.
c. Imposibilidad jurídica: La prestación resulta afectada por una norma, por ejemplo vender una cosa que
está fuera del comercio o exportar mercadería que está prohibida sacar del país.

Andrea Valenzuela – 2016 68


Inidoneidad del objeto
Cuando existe inidoneidad del objeto, o sea este carece de aptitud para servir de materia a la contratación, el
negocio resulta nulo.

La inexistencia del bien


Cuando la prestación recae sobre un bien que no existe al momento de contratar. Las partes contratan sobre
un bien cuya existencia dan por descontada pero en ese momento no existe.
Cuando se hace contrato de cosas que se esperan que existan, el contrato se va formando de manera
progresiva, se perfecciona cuando el objeto llega a existir o deviene nulo por falta de objeto.
Este es un contrato aleatorio, aunque por ej. la cosecha se frustre por una plaga, el comprador debe pagar el
precio, ya que el riesgo esta a su cargo

Determinación del objeto


El objeto es determinado cuando la prestación contractual está definida suficientemente, de tal forma que el
deudor sepa cual es. La individualización del objeto.
El objeto puede ser determinable, no estar determinado al momento del perfeccionamiento, pero serlo luego.
La cantidad puede ser incierta con tal que el contrato fije las reglas para poder determinarla posteriormente.
Es indeterminado si estas reglas no estuvieran establecidas en el contrato.
Se admite una determinación indirecta cuando los contratantes la fijan en el contrato, por ejemplo vendo mis
acciones al precio vigente de bolsa dentro de 10 días.

La determinación debe ser bilateral, el objeto es uno de los elementos esenciales del contrato y sólo puede
ser fijado de común acuerdo por los contratantes.

INTERÉS DEL ACREEDOR


Los hechos que han de ser posibles, determinados y en su cumplimiento, han de tener interés los
contrayentes. Esta omnipresencia del interés, lo vuelve un elemento indispensable para resolver cualquier
cuestión que se plantee con relación al contrato.

NULIDADES

1) Noción preliminar
Para situar al lector más fácilmente en el concepto de NULIDAD, voy a comenzar por una noción sumaria. Un
conjunto muy numeroso de normas jurídicas establece prescripciones que los particulares deberán observar
necesariamente. En materia de CONTRATOS el art. 1261 fija los REQUISITOS ESENCIALES. Así por
ejemplo para que la compraventa de inmuebles se considere perfecta, la ley exige que sea extendida en
escritura pública. Si se celebra verbalmente o por instrumento privado, comprobamos una discordancia o
disconformidad con lo dispuesto por la ley. A esta imperfección se llama NULIDAD.
Esta falta de ajuste entre el negocio tal cual es disciplinado por el legislador y el contrato concreto pactado
en la realidad, proviene de una circunstancia denominada VICIO. Existe un imperfección en el supuesto
de hecho concreto porque la forma empleada no corresponde a la que el legislador prescribe.

La discordancia de los hechos y la ley juzga negativamente a la situación, prescribiendo la ineficacia del
supuesto.

PLANO ESTRUCTURAL CALIFICACIÓN PLANO FUNCIONAL


modelo vs negocio consecuencia

Concordancia positiva atribuye efectos propios

Discordancia negativa ineficacia

Andrea Valenzuela – 2016 69


En la raíz del fenómeno de la nulidad se encuentra la inobservancia de una norma legal por parte de un
particular. La doctrina llama leyes ordenativas este tipo de disposiciones que regulan la conducta de dos
sujetos imponiendoles cumplimiento de determinados requisitos o presupuestos a fin de que el efecto jurídico
perseguido se verifique.

Cuando el negocio celebrado no concibe con el modelo, está afectado de una anormalidad
o patología que explica que está viciado. La nulidad está constituida por una anomalía del supuesto de
hecho.

La nulidad es una calificación realizada por el legislador que se aplica a los actos o negocios no
ajustados al modelo preestablecido por la ley.

Caracteres de la imperfección que provoca la nulidad del acto o contrato. Vicio estructural; originario.
Hay nulidad para la doctrina dominante cuando falta un elemento esencial, que se requiere necesariamente
para la formación del contrato y también cuando el elemento existe pero no reúne las calidades exigidas (es
ilícito o está indeterminado).
Los elementos estructurales son necesarios para que el contrato pueda llegar a formarse, son requisitos de
validez y de perfeccionamiento todos aquellos mencionados en el art.
1261:
1º. Consentimiento de partes.

2º. Capacidad legal de la parte que se obliga.

3º. Un objeto lícito y suficientemente determinado que sirva de materia de la obligación. 4º. Que sea

lícita la causa inmediata de la obligación.

Si uno de estos elementos esenciales está presente al momento del perfeccionamiento del contrato pero
falta luego, no invalida el contrato, sino que es un problema de riesgos, pero no de nulidad.
El consentimiento es requisito de perfeccionamiento, no existe el consentimiento obligatorio cuando la
propuesta carece de aceptación.
La falta de solemnidad impide el perfeccionamiento del contrato (por ej. la falta de la escritura pública).
El contrato es nulo cuando falta el objeto al momento del perfeccionamiento, si falta después del
perfeccionamiento, es un tema de riesgos.

Contrariedad a la ley (origen legal de la nulidad)


El acto o contrato nulo es aquel que presenta una desviación respecto de una norma, es imperfecto en
relación al modelo suministrado por la ley.
En los casos de nulidad relativa, se pueden subsanar los vicios del negocio.
El legislador fija los requisitos esenciales de los contratos y prescribe que los mismos exigen para la
validez. Los vicios del consentimiento que producen nulidad dependen del juicio del legislador (ni el dolo
incidente ni la lesión vician el consentimiento), la causa y el objeto deben ser lícitos, la solemnidad tiene
origen legal, es nulo el contrato hecho contra las leyes prohibitivas.

Principio de la especificidad de la nulidad


No hay nulidad sin texto legal que la consagre, pero la doctrina moderna rechaza esta exigencia, puede
haber nulidad tanto expresa como implícita.

Nuestro código implanta un sistema general de nulidad fijando los requisitos esenciales para la validez de los
contratos y estableciendo que la contrariedad a las normas prohibitivas producen nulidad.

El principio general en materia de nulidades sólo puede referirse a los requisitos constitutivos. en el
resto de los casos solo habrá nulidad en tanto exista una norma específica que así lo disponga.

Andrea Valenzuela – 2016 70


VALIDEZ - INVALIDEZ
Concepto
La noción de validez se emplea por oposición a la de nulidad. Es válido el acto o negocio jurídico que no es
nulo. Inválido es que el negocio es nulo. El negocio válido tiene que ser un negocio carente de vicios.

La validez conlleva a la eficacia el contrato produce sus obligaciones). El negocio inválido (nulo) no produce
efectos (nulidad absoluta) o produce efectos provisorios (interinos) que pueden llegar a desaparecer (nulidad
relativa). Existe concordancia entre nulidad absoluta e ineficacia.

Negocio perfecto (válido). Perfeccionamiento del contrato.


El negocio inválido como negocio imperfecto, debido a la falta de concordancia entre el supuesto de
hecho concreto y el modelo abstracto que la norma establece.
El negocio válido es el negocio perfecto, la identidad entre la validez y la perfección es la necesaria
consecuencia.

Cuando nuestro código dice que el contrato está o se considera “perfecto” no atiende a los vicios del acto o
contrato, sino al momento de su formación. Para la ley uruguaya un contrato no perfeccionado es un
contrato nulo.

El contrato nulo es aquel sin vicios. El contrato perfecto aquel que nace. Y existen dos grados de nulidad.
Esto permite la existencia de un contrato perfecto pero nulo, esto sucede en los casos de nulidad relativa, por
ejemplo por error vicio de consentimiento se produce la nulidad relativa y el contrato es inválido por tener
vicios, pero el contrato se perfecciona ya que tiene todos su elementos constitutivos.

Cuando falta alguno de los elementos constitutivos repercute en los dos campos, el contrato es nulo y no se
perfecciona, ya que la nulidad absoluta no produce ningún efecto.

Faltan elementos Presentes pero viciados (vicios


constitutivos (art 1261) del consent, incapac. relativa,
etc)
Validez Nulo, tiene vicios Nulo, tiene vicios

Tipo de nulidad Absoluta Relativa

Consecuencia Ineficiencia originaria y def. Eficacia eliminable

Perfeccionamiento No, faltan elem. const. Si, están presentes (1261)

NULIDAD E INEFICACIA

Las nulidades en la categoría de la ineficacia. Ineficacia en sentido amplio y estricto El concepto de


ineficacia es más amplio que el de invalidez. La ineficacia es la no
producción de efectos, o la producción de efectos que pueden ser eliminados luego. Se habla de ineficacia
cuando no se producen los efectos y también cuando se producen pero de un modo efímero.

La ineficacia que resulta de un negocio nulo es el natural reflejo del vicio, de la deficiencia estructural del
negocio.
Pueden distinguirse dos tipos de ineficacia:
Con sentido amplio la ineficacia comprende todas las especies.
En sentido estricto se limita a los casos en que los efectos faltan originariamente o se extinguen luego,
como consecuencia de una circunstancia extrínseca.
Andrea Valenzuela – 2016 71
La ineficacia según la causa que la provoca
causa intrínseca -> nulidad (defecto en la estructura) causa extrínseca ->
contenido válido, condición, plazo, etc.

Clases de ineficacia
Atendiendo a la ineficacia en sí misma considerada, es posible distinguir diversas especies.
1. La ineficacia originaria es la que comprende los casos en que el efecto jurídico no se produce
desde el comienzo (nulidad absoluta, condición o plazo suspensivo).
2. La ineficacia sucesiva, originariamente eficaz, puede perderlos luego (nulidad relativa,
condición resolutoria).

Correspondencia Absoluta

Nul. abs <-> ineficacia Si (arts. 2350, 1288, etc)


Invalidez <-> ineficacia No (negocio relativam. nulo es eficaz)
Validez <-> eficacia No cond. o plazo suspensivo, etc)

Inoponibilidad
Cuando el contrato es inoponible a terceros significa que no puede obligar a quienes no fueron parte del
mismo. El contrato siempre es ineficaz respecto del tercero porque el vínculo obligacional vincula
exclusivamente a las partes contratantes (debido al principio de autonomía privada).

Existe otro enfoque de la inoponibilidad, que es que el tercero no puede desconocer y debe respetar la
situación jurídica generada por el contrato, absteniéndose de cualquier acto que pudiere afectar su función
económica.

Nulidad y resolución del contrato por incumplimiento. Distinción.


La circunstancia que desencadena la ineficacia sobreviniente del contrato atañe al incumplimiento de las
obligaciones que de él emergen, o sea a una causa extrínseca al negocio y necesariamente futura respecto a
su perfeccionamiento.
En la nulidad no se plantea nunca una hipótesis de incumplimiento, la ineficacia deriva de un vicio
originario (estructural) que afecta al negocio en el momento de formación.

Impugnabilidad
La impugnabilidad puede ubicarse en la categoría más amplia de la ineficacia, ya que extingue los efectos
que el negocio produce. La variedad de las causas que provocan la ineficacia, como las distintas
modalidades que presenta, le confieren a esta categoría un aspecto residual.

La impugnación comienza con una petición de parte, que es presupuesto necesario para que el juez dicte
sentencia privando de efectos a un negocio válido.
Se puede pedir la impugnación por incumplimiento de un contratante, fraude pauliano del deudor, donación
que excede la parte de libre disposición, etc.

Requisitos de validez y requisitos de eficacia


Son requisitos de validez aquellas deficiencias que refieren a la falta de cualquiera de los elementos
esenciales (constitutivos o de perfeccionamiento) y también los vicios o defectos que no obstan al
perfeccionamiento, pero dan lugar a la invalidez del contrato.

Los requisitos de eficacia se distinguen de los de validez porque tienen relevancia exclusivamente en el plazo
de los efectos, se trata de circunstancias extrínsecas que no atañen a los elementos constitutivos del contrato
y presuponen un negocio válido.

Andrea Valenzuela – 2016 72


Por ejemplo la ineficacia del negocio bajo plazo o condición suspensivos, la falta de legitimación para disponer
en el negocio dispositivo, la ausencia de publicidad en el contrato.

La ausencia de un requisito de validez da lugar a una ineficacia permanente y definitiva (nulidad absoluta)
o a una ineficacia sucesiva (nulidad relativa).
La ineficacia que deriva de la falta de un requisito de eficacia no es definitiva, los efectos se producen si la
condición pendiente se cumple, si se adquiere la legitimación que faltaba o ratifica el propietario, o se inscribe
en el registro. Se da la eficacia superviniente, posterior al momento de formación del negocio.

Nulidad e inexistencia
La distinción entre inexistencia y nulidad es inadmisible en derecho positivo porque el código califica de nulos
típicos casos de inexistencia. Al fijar el concepto de inexistencia se establece la noción de nulidad absoluta.
La nulidad absoluta equivale a la inexistencia del contrato.

NULIDAD ABSOLUTA
Bases para la distinción entre nulidad absoluta y relativa
Las categorías se construyen teniendo en cuenta la gravedad de la imperfección. La nulidad absoluta
corresponde a la irregularidad máxima, puesto que el acto absolutamente nulo es aquel que carece de alguno
de los requisitos constitutivos exigidos por la ley.
Se tiene por referencia el modelo legal del supuesto jurídico contrato, que está tipificado en el art. 1261.

La nulidad relativa existe y produce efectos porque el vicio que lo aqueja no tiene entidad suficiente como
para impedir la formación del negocio. El contrato puede llegar a formarse cuando el consentimiento existe
pero adolece de error por ejemplo.

CAUSAS DE LA NULIDAD ABSOLUTA


El objeto o causa ilícitos y la incapacidad absoluta producen la nulidad absoluta del negocio (art. 1560).
La ausencia de consentimiento, causa y objeto también producen la nulidad absoluta. Producen nulidad
absoluta lo hecho contra las leyes prohibitivas (art. 8).
El sistema de nulidades está compuesto por los art. 1261 que establece los requisitos de validez de los
contratos, son los elementos constitutivos sin cuya presencia el negocio no llega a perfeccionarse y el
negocio deviene absolutamente nulo.

Existen otros casos de nulidad absoluta, por ejemplo la condición ilícita o imposible (art. 1408).
La omisión de requisito o formalidad que las leyes prescriben para ciertos contratos (art. 1560).

Régimen de la nulidad absoluta


Caracteres de la ineficacia
La nulidad absoluta no produce ningún efecto que sea necesario destruir, las partes pueden comportarse tal
como si el negocio no se hubiera estipulado. Ninguna puede reclamar nada a la otra y si el negocio se ejecutó
deben reponerse las cosas al estado originario.

Además de ser completa, la ineficacia originaria del negocio nulo es perpetua, definitiva. El contrato además
de carecer de efectos desde el inicio, nunca podrá producirlos porque la deficiencia es insubsanable.
El contrato absolutamente nulo está desprovisto de todo efecto, originaria y definitivamente. La ineficacia de
la nulidad absoluta en el código uruguayo
El art. 1560 y 1288 dicen que la causa ilícita y la incapacidad absoluta producen nulidad de
tipo absoluto. También dice lo mismo respecto al requisito de solemnidad, si este falta, el contrato no
produce ningún efecto civil.

La ineficacia de la nulidad absoluta señala que si alguna modificación de la situación jurídica tuvo lugar en
cumplimiento del negocio nulo, esta debe cancelarse volviendo las cosas al estado anterior, ya que no está
justificado jurídicamente.
Andrea Valenzuela – 2016 73
Eso está fijado en el art. 1565, las partes deben ser repuestas al mismo estado en que se hallarían, si no
hubiese existido el acto o contrato nulo.

Nulidad de pleno derecho


Lo que es nulo absolutamente tiene esa calidad con prescindencia de todo pronunciamiento judicial, porque la
nulidad proviene de la ausencia de uno de los elementos constitutivos del negocio.
La nulidad absoluta se diferencia de la relativa en esto, ya que la relativa requiere declaración
judicial de nulidad.

En caso de controversia acerca de si existe nulidad absoluta o no, se requiere una decisión judicial para
dirimirla. La declaración de nulidad también puede reclamarse como medio preventivo a fin de evitar futuras
molestias, cuando alguno pretende ejercitar un derecho invocando el acto.
Pero la sentencia no crea la nulidad, la nulidad es preexistente, la sentencia sólo reconoce que el contrato
era nulo. En la nulidad absoluta, las sentencias son meramente declarativas y en la nulidad relativa las
sentencias son constitutivas.
Alegable por todo interesado
La nulidad absoluta puede alegarse por todo aquel que tenga interés en ello (art. 1561). La nulidad relativa
solo puede solicitarse por aquellos en cuyo beneficio lo han establecido las leyes (art. 1562).

Están legitimados para peticionar la nulidad de declaración absoluta al juez tanto los sujetos que celebraron el
contrato nulo, como terceros, mientras estos tengan un interés en la misma. Un tercero totalmente ajeno al
negocio y sin relación alguna con las partes no podrá solicitar su nulidad, ya que le es indiferente la situación.

Puede declararse de oficio por el juez


La nulidad puede ser declarada de oficio, sin que la parte lo peticione. Además de ser una facultad del juez,
también es un deber del magistrado. Es una situación poder-deber.

Si no se pudiera declarar nulo de oficio, las partes se podrían poner de acuerdo y reclamar su cumplimiento
para que el contrato nulo resultara eficaz.
La declaración de nulidad puede pedirse por el Ministerio Público
Tiene legitimación para solicitar al juez que declare la nulidad en el interés de la moral y la ley (art. 1562).
Esto se justifica porque le compete la vigilancia y protección del interés público que está en juego en una
serie de casos de nulidad absoluta.

INSANABLE
No se subsana por la voluntad de las partes
La nulidad absoluta no se subsana por confirmación, en cambio la nulidad relativa si se subsana por
confirmación.

El vicio en el acto absolutamente nulo impide que la deficiencia pueda cancelarse. La confirmación es
inidónea en este ámbito, ya que la eficacia depende exclusivamente del cumplimiento de las exigencias
legales y si la confirmación fuera admisible el requisito quedaría librado a la voluntad del particular.

Un contrato nulo por falta de objeto no puede confirmarse, ya que no se perfecciona sin este requisito, por
más que haya voluntad de hacerlo (consentimiento) de los sujetos.
Frente a un acto absolutamente nulo, solo cabe la renovación, esto significa hacer un nuevo y distinto negocio
que producirá efectos a partir del momento de su perfeccionamiento.

Perpetua: no se subsana por el transcurso del tiempo


Los propios contratantes son incapaces de subsanar el vicio, porque el contrato carece de los requisitos
esenciales para su perfeccionamiento o infringe los límites fijados a la autonomía de la voluntad, el pasaje
del tiempo no podrá hacerlo, ya que no agrega ni quita nada a ese estado de no ser que le otorga la nulidad
absoluta.
Andrea Valenzuela – 2016 74
El estado de nulidad absoluta es perpetuo, inmodificable por el transcurso del tiempo, carece de aptitud
para subsanar un vicio.

NULIDAD RELATIVA
Noción
En la nulidad relativa no es tan grave la imperfección que afecta al acto o contrato. El acto penetra al mundo
jurídico, aunque afectado por el vicio que causa la invalidez.

Por ejemplo, cuando el consentimiento existe pero viciado, el contrato se forma y el acto es relativamente
inválido. La imperfección que provoca la nulidad relativa tiene menor importancia.

Caracteres
En la nulidad relativa el negocio existe pero está viciado. No impide que el negocio produzca
originariamente todos sus efectos de la misma manera que fuera valido, pero:
a. La nulidad es subsanable por el transcurso de un plazo de 4 años o por confirmación (ratificación de las
partes)
b. La ley también permite impugnar judicialmente el acto relativamente nulo, se extinguen
retroactivamente como si no hubiera existido.

El negocio relativamente nulo está en una situación precaria o transitoria:

1. Los efectos originarios pueden volverse definitivamente estables (negocio válido definitivamente) si el
sujeto legitimado no reclama la nulidad o confirma el acto inválido, o por el transcurso del plazo de 4
años.

2. Los efectos puede aniquilarse con efecto retroactivo cuando la nulidad es reclamada y el juez la declara.

Naturaleza
En la nulidad relativa el estado de nulidad (invalidez) también preexiste a la sentencia, porque es la
consecuencia de la patología estructural que afecta al negocio, aunque no tiene los mismos caracteres,
ya que no impide la producción de los efectos.
La sentencia judicial que declara la nulidad relativa altera la situación jurídica preexistente, puesto que
extingue el negocio y sus efectos, pero no crea la nulidad sino que transforma ese estado de nulidad previo
en nulidad absoluta.

Casos de nulidad relativa


Según el art. 1560 en su último inciso: “Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa y da derecho
a la anulación del acto o contrato”. La nulidad relativa es una categoría residual, toda nulidad que no está
prevista como absoluta es relativa.
Los actos de los relativamente incapaces, aquellos con vicios del consentimiento y respecto de las
autorizaciones judiciales en la contratación de los incapaces, son nulidad relativa.

Régimen de la nulidad relativa


La presencia de vicios no impide la producción de efectos porque la invalidez es compatible con la eficacia, el
negocio relativamente nulo modifica la situación jurídica preexistente tal como si fuera válido.
La invalidez producida por un vicio estructural confiere a estos efectos un carácter de precariedad,
causado por el juicio de negatividad que corresponde a todo acto inválido.
Los efectos desaparecen cuando el interesado obtiene una sentencia de anulación, por eso la eficacia es
eliminable. Cuando la sentencia de anulación se dicta, el negocio pasa a ser absolutamente nulo.
Sujetos legitimados para alegar nulidad
La nulidad relativa no puede ser declarada de oficio por el juez, ni tampoco a solicitud del ministerio público.

Andrea Valenzuela – 2016 75


Sólo pueden pedir la nulidad relativa aquellos en cuyo beneficio lo ha establecido las leyes, la titularidad de
la acción o excepción de nulidad corresponde al sujeto víctima del dolo, error o violencia, o al incapaz
relativo (o su representante legal).

Prescripción de la acción y de la excepción


La acción de anulación es prescriptible, el plazo durará cuatro años (se duplica para las personas jurídicas).
Se cuenta desde el día que cesó la violencia o terminó la incapacidad. No es aceptable la solución adoptada
para el dolo y el error, que fija el inicio en la fecha del contrato, porque crea la injusticia de una prescripción
que corre respecto de un sujeto imposibilitado de ejercer la acción o deducir la excepción, porque el vicio
continúa obrando a su respecto.

Respecto a los herederos, se toma en cuenta el tiempo que hubiera transcurrido en vida del causante, en los
herederos mayores de edad. En el heredero menor de edad no empieza a correr el plazo (el cuatrienio íntegro
o su residuo) hasta que no sea mayor de edad, pero se fija un límite temporal (30 años desde la celebración
del contrato) y después de esta no se podrá reclamar la nulidad.

Caracteres de la sentencia de anulación


La anulación se produce con el pronunciamiento judicial. Esta sentencia tiene naturaleza constitutiva, la
sentencia que declara la nulidad relativa extingue el contrato y las obligaciones que produjo.

Confirmación
La confirmación es un negocio jurídico, ya que el confirmante emite una manifestación de voluntad (sea
expresa o tácita) destinada a subsanar la nulidad (art. 1570). Es unilateral, basta la voluntad de un sujeto
para formarlo, emanado del sujeto que es titular del derecho de impugnación. Se requiere que el vicio haya
dejado de obrar, sino la confirmación sería inválida.

Sólo quien celebró el acto o contrato nulo está legitimado para confirmar y debe ser el incapaz o la
víctima del vicio del consentimiento (art. 1562).

Ratificación y confirmación
La ratificación atañe a un acto válido y emana de un tercero, el ratificante es siempre un sujeto que no
celebró el negocio que ratifica, que aprueba lo actuado por otro y con ello hace suyos (retroactivamente)
los efectos del negocio.
La ratificación se emplea en casos de gestión sin poder donde el gestor actúa en nombre ajeno por
ejemplo. La venta de cosa ajena, ratificada después por el dueño, confiere al comprador los derechos
desde la fecha de la venta.

Formas de confirmación
Puede ser tanto expresa como tácita, lo que importa es que exista una voluntad dirigida a confirmar. El
confirmante debe expresar que decidió subsanar el vicio que afecta al contrato y que renuncia a reclamar la
nulidad o simplemente confirma el acto que adolece de nulidad relativa por tal o cual causa.
La confirmación expresa debe hacerse con las solemnidades a que por la ley está sujeto el acto o contrato
que se ratifica.

EFECTOS DE LA ANULACIÓN
La anulación unifica el régimen ya que el negocio relativamente nulo pasa a considerarse como si no
hubiera existido, adquiere los mismos caracteres que la nulidad absoluta.
En caso de ejecución o de cumplimiento del contrato nulo, las cosas deben reponerse al mismo estado en
que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo (restituciones mutuas).

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Eficacia de la anulación. Las restituciones
Cuando el contrato no se ejecutó todavía, los efectos de la sentencia de anulación se limitan a extinguirlo,
extinguiendo a su vez las obligaciones, que impiden que pueda tener lugar en el futuro.
Cuando tuvo lugar el cumplimiento ejecución, se deben eliminar los efectos producidos, como si no hubiese
existido el acto o contrato nulo.

Se debe tener en cuenta la obligación de inmdemnizar los deterioros de la cosa de acuerdo con los principios
de buena fe y de mala fe se deberán restituir todos los frutos incluso los que dejó de percibir por su culpa,
también es responsable por todos los deterioros que por su culpa haya sufrido la cosa.
Por buena fe se deben restituir los frutos percibidos después de la contestación a la demanda y no es
responsable de los deterioros sino en cuanto se hubiere aprovechado de ellos. El poseedor también tiene
derecho a que se le pague el costo de la producción de los frutos que restituye, se abonen las mejoras según
la clase que se trate.

EFICACIA DEL CONTRATO ENTRE LAS PARTES

Efectos de los contratos


Efecto obligacional
El efecto es la modificación que se produce en el mundo jurídico, esto es la diferencia entre una situación
preexistente y otra sucesiva. El efecto del contrato son las relaciones que se producen entre las parte por el
hecho de que el contrato se ha formado, esto son, las modificaciones que el contrato determina en las
posiciones jurídicas de las partes.

Requisitos de eficacia
Cuando el contrato produce sus efectos se dice que es eficaz. La eficacia puede verse por distintas causas.
Puede suceder que por el interés de las partes se modifique la producción de efectos por la fijación de un
plazo o por condicionarla con un hecho externo (condición suspensiva).

La ineficacia también puede derivar de la nulidad absoluta del negocio, como reflejo de la falta de un
requisito esencial de validez que afecta la propia vida del contrato.

La fuerza vinculante del contrato


Art. 1291. En qué consiste la fuerza vinculante del contrato.
Entre los efectos del contrato se enuncia su obligatoriedad, porque el contrato vincula imperativamente a las
partes, crea una regulación preceptiva de interés que los contratantes están obligados a observar.

Antes de contratar los sujetos están en libertad de querer o no, y de querer en tales y cuales condiciones o
modalidades, pero luego de estipulado el contrato esa libertad desaparece y es sustituida por un estado de
sujección.

De esto se deriva el principio de la irrevocabilidad del contrato por voluntad unilateral: ninguna de las partes
puede desligarse individualmente de sus compromisos. En la etapa posterior al perfeccionamiento del
contrato, la norma es la irrevocabilidad. El mutuo disenso requiere de un nuevo acuerdo de las mismas partes
y la revocación procede únicamente en los casos previstos por la ley.

MUTUO DISENSO

Noción
El mutuo disenso está regulado en el art. 1294: Las partes pueden por mutuo consentimiento, extinguir las
obligaciones creadas por los contratos y retirar los derechos reales que se hubiere transferido.

Andrea Valenzuela – 2016 77


El mutuo disenso es un nuevo contrato que tiene un contenido igual pero inverso u opuesto, al de un contrato
precedente contra cuyos efectos se dirige.
Su finalidad es liberar a las partes de un contrato anterior pero también colocar a los contratantes en
el mismo estado en que se encontraban antes de contratar.

Nos encontramos frente a dos negocios conexos o vinculados, la conexión es funcional, ya que el mutuo
disenso tiene por finalidad destruir los efectos del primer contrato. Es un negocio jurídico bilateral, se
perfecciona por el acuerdo de voluntades de las mismas partes que estipulan el contrato anterior.
El mutuo disenso puede crear obligaciones cuando el contrato precedente se haya ejecutado y sea necesario
proceder una retrocesión de los derechos transferidos (retirar los derechos reales que se hubieran
transferido).

Fundamento
Se fundamenta en el art. 1294, si los contratantes tenían el poder de crear la situación jurídica, también puede
destruirla, es una aplicación general de la autonomía de la voluntad. El art. 1294 no excepciona el principio de
fuerza vinculante sino que es por el contrario, una consecuencia del art. 1291.

Efectos del contrato de mutuo disenso


Puesto que no es posible destruir el contrato, ya que existió válidamente, el mutuo disenso se dirige contra sus
efectos, buscando aniquilarlos. Mediante la neutralización de los efectos del contrato anterior que se
restablece la situación jurídica, colocando a las partes en el estado precedente.
Cuando el contrato todavía no se ejecutó, el mutuo disenso despliega una eficacia extintiva. Si las
obligaciones se hubieran ejecutado, no es suficiente la mera vicisitud extintiva para lograr la repristinación de
la situación jurídica. El mutuo disenso aquí determina la creación de obligaciones, los contratantes asumen la
obligación de retroceder los derechos adquiridos.
Los derechos adquiridos por terceros en el tiempo que corre entre el primero y segundo contrato (mutuo
disenso) nunca puede ser afectados, porque emanan de un contrato válido.

Irretroactividad de los efectos


El mutuo disenso carece de efecto retroactivo porque la voluntad de los particulares no tiene el poder de
suprimir el pasado, sólo opera desde el presente. Se puede restituir la situación originaria pero no se
considera la situación jurídica producida por el primer contrato como no acaecida.

REVOCACIÓN DEL CONTRATO


Concepto de revocación
El hecho de revocar produce una marcha atrás, un negocio contrario que realizar el propio autor del acto,
presupone un acto anterior y un cambio en la voluntad del sujeto que lo creara.
La revocación debe emanar del mismo sujeto que emitió el acto, esto se aplica a los actos o negocios
unilateral (testamento, propuesta) pero en los bilaterales debe haber una excepción al principio de la
irrevocabilidad unilateral.

Contratos que son revocables


La ley autoriza revocación en el contrato de donación en caso de ingratitud del donatario, es una revocación
indirecta ya que el donante no puede revocar, sino que debe dirigirse al juez promoviendo una demanda y
este pronunciara la revocación cuando compruebe la ingratitud.
En el arrendamiento de obra, el que encargó la obra tiene un poder ilimitado y directo de revocación, sin
necesidad de recurrir a juez, pero está obligado a pagar daños y perjuicios.
En la donación por causa de matrimonio, si el donatario fallece antes que el donante sin dejar
descendientes, nace un poder de revocación en favor del donante.
En la cesión de bienes el deudor puede revocar el contrato si paga a los acreedores.
La revocación existe sólo en los casos concretos en los que la ley lo consagra y son razones
excepcionales las que fundamentan su concesión.

Andrea Valenzuela – 2016 78


Efectos
La revocación tiene efecto meramente extintivo, cuando la obligación que emana del contrato todavía
está vigente. Pero cuando el contrato ya se ejecutó, conjuntamente con la eficacia extintiva la
revocación hace nacer obligaciones porque tiene por finalidad volver a la situación jurídica que existía
antes del contrato, así que la revocación por donación por ejemplo, obliga al donatario restituirá al
donante, excepcionalmente el ejercicio del poder de revocación genera una obligación de resarcir los
daños y perjuicios. La revocación opera hacia el futuro, sin tocar la situación anterior. La devolución
del producto es uno de los presupuestos de la revocación.

Desistimiento unilateral
Concepto
El desistimiento unilateral del contrato es el ejercicio del derecho de receso, atribuido a uno o ambos sujetos
de la relación, para que por su sola voluntad determinen la cesación del vínculo obligacional en forma
extrajudicial.
Es un derecho potestativo atribuido por la ley, basta su ejercicio para que la relación jurídica se extinga sin que
sea necesaria la aceptación ni la resistencia del sujeto pasivo. No requiere ni la participación ni la declaración
judicial para que el efecto extintivo se opere.
La declaración unilateral provoca por sí sola la extinción de la relación nacida del contrato, afectando la
espera de las otras partes contratantes.

Fuentes del derecho de receso


1. Puede estar previsto en una cláusula del contrato, debe estar condicionado a la existencia de
supuestos de hecho, serios y exteriormente apreciables individualizados en el contrato. De manera que el
titular del derecho de receso no puede desistir unilateralmente el contrato cuando quiera, sino cuando se de
uno de los motivos de hecho que el contrato especificó.
2. Puede derivar de un principio general del ordenamiento, siguiendo el principio de libertad, le está
acordado a la autonomía privado poner fin a la relación por cualquiera de las partes. El ejercicio del derecho
de receso depende de la voluntad de los contratantes, no está sometido a restricciones en lo que respecta a
cuándo puede ejercitarse. prevalece la libertad jurídica que implica que ningún contratante puede ser
constreñido a proseguir infinitamente vinculado por una relación.
3. Estar previsto por una específica norma contenida en la disciplina particular de un tipo contractual.
Su licitud deriva de la propia ley que ha autorizado el predominio del interés de uno de los contratantes,
excepcionando para ese contrato la aplicación del principio de igualdad jurídica.

Ejercicio del derecho de receso


Desde el punto de vista formal, el titular del derecho debe comunicar a la otra parte su decisión en ese
sentido, se trata de una manifestación de voluntad recepticia, para que se produzcan los efectos.
La comunicación no se halla sujeta a formalidades especiales, puede admitirse declaración escrita o verbal.

Efectos
Tiene efectos hacia el futuro, los efectos del desistimiento son irretroactivos. Esto determina que el
desistimiento unilateral no afecte los derechos que los terceros hayan adquirido durante la vigencia del
contrato.

Caracteres del desistimiento unilateral


El desistimiento del contrato configura un negocio jurídico, que no debe confundirse con el derecho a
hacerlo (derecho de receso) que tiene su origen en la ley o el contrato.
a. Es un negocio unilateral
b. Es un negocio recepticio
c. Es un negocio extintivo
d. Es un negocio con eficacia ex nunc
e. Es un negocio interpartes

Andrea Valenzuela – 2016 79


INEFICACIA DEL CONTRATO RESPECTO DE TERCEROS (principio de la relatividad del contrato)
Ineficacia del contrato respecto de los terceros
El contrato produce sus efectos entre las partes y no produce efectos respecto de terceros. La eficacia del
contrato alcanza exclusivamente a las partes dejando fuera a los terceros (que resultan ajenos a esa
eficacia). El contrato uruguayo tiene por efecto únicamente la producción de obligaciones, es un negocio
obligacional.
Los derechos personales (obligaciones) son derechos limitados, que solo vincula al acreedor con el
deudor, o sea a dos sujetos concretos y determinados.

La ineficacia respecto a terceros está consagrada en el art. 1293, los contratos no pueden oponerse a
terceros ni invocarse por ellos, solo en los casos de los art. 1254 a 1256.

Inoponibilidad del contrato


Los contratos no pueden oponerse a tercero. No se refiere a la inoponibilidad del contrato sino a su eficacia
respecto de las personas terceras, ya que el efecto obligacional se limita a las partes contratantes y son
derechos personales. El contrato resulta inoponible cuando no es eficaz respecto de ciertos terceros, en el
sentido de que no se puede hacer valer frente a estos terceros.
El contrato es eficaz entre las partes y no alcanza a los terceros que no pueden verse obligados sin su
consentimiento.

Partes y terceros
Parte contractual
Las partes en un contrato son los sujetos que forman el negocio con su acuerdo de voluntades. Son
los sujetos que le dan forma y contenido al negocio jurídico llamado contrato.

Sucesores
Los efectos de los contratos se extienden activa y pasivamente a los herederos y demás sucesores de las
partes. Estos sujetos no intervinieron en la formación del contrato pero devienen parte como consecuencia
de un hecho superveniente.
ESTIPULACIÓN PARA OTRO
La estipulación para otro se forma entre dos partes, estipulante y prometiente y a consecuencia de este
contrato el promitente resulta obligado respecto de un tercero (el beneficiario) que adquiere un derecho
inmediato y directo contra él, por el solo hecho de haberse pactado en contrato (sin que haya manifestado
voluntad alguna y sin su conocimiento).
El negocio no crea tan solo derechos y obligaciones entre las partes sino que genera un derecho en favor de
un tercero, de un sujeto que no has ido parte en el contrato. Es bilateral en su formación pero triangular en
sus efectos.

La desviación de sus efectos


El prometiente se obliga a realizar su prestación respecto del otro sujeto que es parte del contrato, en lugar
de ello, asume una obligación hacia un tercero. La prestación del prometiente (el pago) es sacada de su
cauce normal y desviada del cerco contractual, se le destina a un sujeto ajeno del contrato, que no es parte.
Donde hay representación no puede haber estipulación para otro.

REPRESENTANTE ESTIPULANTE

Actuación a nombre ajeno a nombre propio

Efectos no lo alcanzan se obliga frente a


prometiente

REPRESENTADO BENEFICIARIO

Posición es parte es tercero


Andrea Valenzuela – 2016 80
Derecho directo del tercero
El prometiente resulta obligado respecto del tercero, ya que esta podrá exigir el cumplimiento de la
obligación si la hubiese aceptado y hecholo saber al obligado.
El beneficiario adquiere el derecho contra el prometiente por efecto de la sola estipulación, lo adquiere
inmediatamente, sin necesidad de manifestar su adhesión o aceptación, lo adquiere en cuanto se crea una
relación obligacional de la cual es sujeto activo y en donde figura el prometiente como deudor o sujeto
pasivo. El tercero tiene que estar determinado o por lo menos ser determinable en el momento en que el
contrato se forma.
Si bien el derecho nace sin necesidad de la cooperación de un tercero, se requiere que las partes acuerden
clara y expresamente que desean atribuir al tercero el derecho de exigir una determinada prestación al
prometiente.

Relaciones que crea el contrato


Relación entre estipulante y prometiente
Las partes del contrato son el estipulante y el prometiente, mientras que el beneficiario es un tercero.
El estipulante tendrá siempre un interés en pactar la estipulación para otro y se justifica con que asuma una
obligación a cambio del beneficio que recibirá el tercero.
En cuanto a la resolución del contrato, debe tenerse en cuenta que existe un tercer sujeto involucrado. La
doctrina en general limita el ejercicio de este derecho hasta el momento en que el tercero aceptó, porque
habiendo aceptado consolidó su derecho y este no puede ser extinguido.

Relaciones entre promitente y beneficiario


La relación entre estipulante y tercero es la causa que justifica la prestación al tercero. No hay efectos
generados por la estipulación para otro entre el tercero y estipulante,
excepto poder revocar. El tercero no es parte del contrato, no puede reclamar la resolución ni el cumplimiento
de este contrato, solo puede exigir el cumplimiento de la obligación que el prometiente ha contraído a su
respecto.
GARANTÍA DE LA RATIFICACIÓN DE TERCERO (PORTE FORT)
En la promesa de porte fort una parte se compromete a que un tercero asumirá una obligación
determinada frente a su contraparte.
Por ejemplo los condóminos que venden la copropiedad, prometiendo al comprador que la venta será
ratificada por un condómino que no está presente.

No constituye una excepción al principio de la relatividad del contrato, desde que sus efectos
repercuten en la esfera jurídica de quienes lo pactan sin alcanzar al tercero.

Naturaleza de la obligación que asume el prometiente


El prometiente está asegurando la producción de un hecho y si este hecho no tiene lugar se debe pagar la
indemnización con total independencia de su comportamiento.

Efectos
Cuando el tercero ratifica el prometiente queda liberado, en caso contrario la garantía se concreta en la
obligación de indemnizar.
Una vez obtenida la ratificación, el prometiente ya no garantiza más, el tercero pasa a ser el obligado y en
caso de incumplimiento de su parte el promisario no puede dirigirse contra el prometiente pues este
garantizaba la asunción de la obligación, no de su cumplimiento.

REPRESENTACIÓN
La necesidad de la representación es evidente para aquel que está jurídicamente imposibilitado de
actuar por sí mismo (como sucede en los incapaces) y también es necesaria la representación en
casos de imposibilidad física.
También puede ser por necesidad, porque es útil emplear un representante que sea más hábil por ejemplo.

Andrea Valenzuela – 2016 81


La idea de sustitución
La representación se perfila con la idea de sustitución: el representante coopera con el representado
ocupando el lugar de este y realizando el negocio por el, la sustitución consiste en reemplazar a un
sujeto por otro. Se trata de sustituir al interesado en la actividad jurídica que va a desarrollarse: el
representante actúa por el representado.

Presupuestos de la representación: el obrar a nombre ajeno


El rasgo típico de la representación es el obrar a nombre de otro. El representante, en su relación con el
tercero, se presenta como un alter ego del representado, debe emplear el nombre del representado e
informar al tercero que contrata por aquel.

El poder
Para que los efectos vayan a radicarse al patrimonio del representado, sin pasar previamente por el
patrimonio del representante se requiere de un segundo presupuesto, el poder.

En la representación voluntaria se origina en un negocio jurídico por el cual el representado otorga al


representante la facultad de obrar con eficacia directa sobre su patrimonio.
El poder es la aptitud del representante para producir efectos jurídicos en la esfera del representado.

La eficacia directa o representativa


Cuando se reúne el obrar a nombre ajeno y el poder, tiene lugar la eficacia directa o eficacia representativa,
los efectos hacen un salto a dos pies sobre la cabeza del representante y van a radicarse directamente en la
esfera jurídica del representado.

Fundamento de la representación. La autonomía de la voluntad


En la representación de los incapaces como medio de permitir al incapaz intervenir en la vida jurídica. En
la representación voluntaria radica en la autonomía de la voluntad.
Los efectos jurídicos que derivan de la actuación de un sujeto extraño solo podrán repercutir sobre el
patrimonio del interesado siempre que se cuente con el consentimiento de este.

Definición
a. concepción amplia: toda vez que alguien actúa por cuenta y en el interés ajeno.
En la representación directa el cooperador actúa en interés y nombre del interesado, con la consecuencia de
la eficacia directa del acto.
En la representación indirecta, el cooperador actúa en interés ajeno pero en nombre propio, produciendo
eficacia directa y efectos del primer negocio deben ser transferido por un segundo negocio al interesado.

SUJETOS Y LAS DISTINTAS RELACIONES QUE SE TRABAN ENTRE ELLOS. FORMAS DE


REPRESENTACIÓN.
Sujetos de la relación de representación
Intervienen tres sujetos, el representante, el representado y el tercero, que se crean diversas
relaciones y se vinculan de manera diferente.

Los negocios jurídicos: mandato, apoderamiento, negocio de gestión.


La representación se conecta a una relación de base que liga a los sujetos que luego serán representante y
representado, generalmente se trata de un mandato. A través del mando el mandante encarga al mandatario
que realice algún negocio jurídico en el que tiene interés (el mandatario actúa en interés ajeno) el mandato en
tanto contrato sólo produce obligaciones peor no tiene aptitud para generar la eficacia representativa.

De existir solo el mandato, el mandatario deberá celebrar el negocio a nombre propio con el tercero y luego
trasladar los efectos del mismo mandante por un segundo negocio.

Andrea Valenzuela – 2016 82


Para que los efectos del negocio a celebrar por el mandatario como tercero (negocio de gestión) vayan a
radicarse directamente al patrimonio del mandante es necesario que este le otorgue un poder, negocio
jurídico unilateral (negocio de apoderamiento) que lo faculta para obrar con eficacia directa respecto del
representado.
Frente al tercero el representante debe obrar a nombre del representado para que el efecto repercute en el
patrimonio de este.

Lado interno: PODER. Relación entre el poderdante otorgándole poder al apoderado. Lado externo:
CONTEMPLATIO DOMINIO. Relación entre el representante y el tercero, negoción de gestión.

Relación entre representante y representado


Corresponde al lado interno de la representación y consiste en el negocio de apoderamiento, que es un
negocio unilateral, basta sólo una voluntad para perfeccionarlo, la del poderdante (representado). No impone
obligación al apoderado, simplemente lo enviste de un poder (aptitud de obrar con eficacia directa o
representativa).

Relaciones entre representante y tercero


El representante entre en relación con el tercero cuando estipula el negocio final (negocio de gestión o
representativo) en el cual interviene como autor de la declaración de voluntad negocial que corresponde a
su parte.
Por la eficacia directa, los efectos del contrato vinculan al representado, no hay relaciones jurídicas de
naturaleza contractual entre el representante y tercero.

Representación legal o necesaria y representación voluntaria


La representación legal se explica por la situación de imposibilidad jurídica en que está el representado.
La legal refiere a los sujetos incapaces,que carecen de voluntad idónea y deben ser necesariamente
representados para participar en la vida económica y jurídica.
Es necesaria, ya que es el único remedio posible para la incapacidad de obrar. Todo sujeto incapaz debe
tener un representante legal.
La representación voluntaria se fundamenta en el principio de la autonomía privada.
Es un poder de representación que proviene de un negocio jurídico realizado por el representado, se califica
por tanto como voluntaria ya que se origina en una manifestación de voluntad del representado. No surge de
la necesidad, sino de la conveniencia.

MANDATO, PODER Y REPRESENTACIÓN EN DERECHO POSITIVO URUGUAYO

Análisis de las disposiciones legales


El mandato es un contrato por el cual una de las partes confiere a otra, que lo acepta, el poder para
representarla (art. 2051). Aquí se confunde al mandato con el negocio de apoderamiento.
El poder que surge de un negocio unilateral (apoderamiento) no puede ser presentado como un efecto del
contrato de mandato (negocio jurídico bilateral), ni tampoco el negocio de apoderamiento requiere aceptación,
ya que se otorga con prescindencia de la aceptación del apoderado.

Los arts. 2051 y 1833 sólo conciben un mandato con eficacia representativa y por otro, el art. 2068 admite
la posibilidad del mandato sin eficacia representativa.

En el plano práctico las diferencias son casi nulas, ya que frente al mandato sin poder el contrato será
tipificado, ya como mandato (en la tesis que no exige el poder) ya como innominado (en la que lo exige),
pero como a este último se le aplicaría por analogía la regulación que corresponde al mandato, el régimen
jurídico que regirá la situación será el mismo cualquiera se la tesis que se acepte.

Andrea Valenzuela – 2016 83


CAPACIDAD, LEGITIMACIÓN Y ESTADOS SUBJETIVOS

Capacidad del representante


La capacidad del representante está regulada por el art. 2062. La norma exige un deslinde previo entre el
contrato de mandato y apoderamiento, recoge la definición del mandato en este preconcepto que da por
sentado que al mandato se acompaña el poder, se prevé una hipótesis donde el mandatario es también
representante.

Se deduce que un incapaz puede ser designado representante, ya que esta incapacidad del representante no
afecta la validez del negocio de gestión.
Si bien la incapacidad del representante carece de trascendencia en la relación de negocio de gestión, en la
zona del mandato, ha de tener capacidad para contratar ya que estipula un contrato. El contrato de mandato
entonces está afectado por nulidad relativa que produce la contratación con un menor púber.

Los absolutamente incapaces no pueden ser representantes


El impúber como el demente carecen de capacidad para ser representantes porque su voluntad no existe en
el plano jurídico. No pueden ser representantes aquellos sujetos cuya voluntad es inidónea.

Capacidad del representado


El representado ha de tener la capacidad necesaria para poder celebrar los negocios cuya estipulación
confía a un representante. Si no fuera así el representado podría realizar indirectamente aquello que no
puede hacer directamente, vulnerando el principio de la inderogabilidad de las normas sobre la capacidad
de obrar. El poderdante tiene derecho de actuar por medio de otro sujeto, siempre que hubiera podido
actuar él mismo personalmente.

Legitimación
La legitimación pasiva debe apreciarse en la persona del representado. Cuando la ley prohíbe el contrato,
no puede recurrirse a la representación para hacerlo (la compraventa entre cónyuges será nula
absolutamente)
La legitimación para disponer también debe apreciarse en el representado. El acto del representante no
puede producir respecto del representado, efectos contractuales superiores de aquellos que produciría el
acto del representado mismo.

Vicios del consentimiento


Los vicios del consentimiento como la buena y mala fe, deben examinarse en la persona del representante de
acuerdo con el principio general de que es la voluntad de éste la que forma el contrato (negocio de gestión).
Se atiene la voluntad del representado cuando el contenido del negocio está parcialmente predeterminado por
éste y exclusivamente en ese punto. Si el representado conocía el vicio oculto no podrá ejercitar la acción de
saneamiento fundándose en que la existencia del vicio era ignorada por el representante.

EL OBRAR A NOMBRE AJENO

Trascendencia del obrar a nombre ajeno


Es necesario que el representante actúe en nombre ajeno, empleando el nombre del representado, esto lo
exige el art. 1254, el 1255, 1311 en la gestión de negocios y el 2068 que señala que la eficacia
representativa no tiene lugar si el mandatario contrata a nombre propio.

El representante comunica al tercero con quien contrata, que su declaración de voluntad se emite como
declaración de otro, se manifiesta que el verdadero contratante es el representado. El representante no
contrae deudas ni adquiere derechos, sino el representado.

Andrea Valenzuela – 2016 84


EL PODER
Negocio de apoderamiento: naturaleza, efectos
En la representación voluntaria el poder de representación proviene de un negocio jurídico que llamaremos
negocio de apoderamiento.

Es unilateral, basta para formar la voluntad del representado (poderdante). No se requiere que el
representante acepte, basta con que comparezca exclusivamente el poderdante.

Tiene por finalidad conferir el poder de representación a otro sujeto. El apoderado resulta investido del poder
de representación que le confiere el representado (poderdante) en ese mismo acto se fijan también los
límites y el contenido del poder.

Concepto de poder. Poder y legitimación. Facultad y poder


El poder es la aptitud para producir con el propio comportamiento una modificación jurídica es en este caso
el poder de representación, significa que el apoderado estará facultado para obrar lícitamente en nombre del
representado con efecto sobre la esfera jurídico patrimonial de este. Para que el efecto jurídico de un sujeto
vaya a recaer sobre el patrimonio de otro sujeto distinto se requiere de un elemento justificante, en este caso
ese elemento es el poder.
El poder de representación es considerado como una forma de legitimación. Atribuye al representante la
legitimación para obrar por cuenta y en nombre del representado.

Legitimación del representado


Se debe distinguir la legitimación del representante para actuar en nombre ajeno con eficacia directa sobre
la esfera jurídica del representado, de la legitimación necesaria para celebrar el negocio de gestión (por ej.
compraventa).
El representante puede obrar por el representado mientras tenga el poder, pero solo puede disponer de las
cosas que el mismo representado puede disponer de ellas.
En el negocio de gestión el tercero debe verificar una doble legitimación:
1. La legitimación del representante, examinando el poder
2. La legitimación del representado, en tanto que presupuesto de eficacia o validez del negocio de
gestión
Caracteres del poder
1. Independencia (autonomía) del poder
La doctrina distingue entre poder y mandato. El mandato es un contrato, negocio jurídico bilateral en cuanto
al número de partes que se necesitan para su formación, en cambio el negocio de apoderamiento es un
negocio jurídico unilateral (no contractual). Del mandato nace la obligación del mandatario de realizar
negocios jurídicos por cuenta del mandante (art. 2064), el apoderado no contrae obligación alguna,
simplemente queda facultado para obrar en nombre del representado y con eficacia directa sobre su esfera
jurídica.
2. Abstracción
El poder es abstracto, esto se afirma considerando que la relación de base puede tener muy diversa
naturaleza (mandato, sociedad, arrendamiento de servicios) a la cual se contrapone la unidad de poder.
3. Instrumentalidad del poder
El poder es instrumental porque es un medio considerado respecto del negocio de gestión, tiende a permitir
la estipulación de otro negocio.
4. El poder es un requisito de eficacia del negocio de gestión
La existencia del poder permite que se produzca la eficacia representativa, si el representante carece de
poder, este no es valido. El poder opera como requisito de eficacia del negocio de gestión.
5. Caracteres del ejercicio del poder
Es un poder libre, por cuanto del negocio de apoderamiento no nace ninguna obligación a cargo del
apoderado, además es un poder discrecional, pues debe dejarse alguna facultad de decisión al apoderado y
es autónomo en su ejercicio, ya que el apoderado no necesita la cooperación de poderdante.
Andrea Valenzuela – 2016 85
Requisitos
1. Forma
El negocio de apoderamiento para negocio de gestión solemne deberá otorgarse indistintamente por escritura
pública o por documento privado con firmas certificadas notarialmente. La norma consagra la solemnidad del
apoderamiento para celebrar negocio solemne, aunque la ley admite que el poder pueda ser extendido en
documento privado con firmas certificadas notarialmente.
La inobservancia de la forma tendrá como consecuencia:
a. Negocio de apoderamiento: nulidad absoluta
b. Negocio de gestión: válido pero ineficaz.

2. Poder tácito
Para saber si estamos frente a un poder tácito debemos examinar el comportamiento del representado y
determinar si del mismo puede deducirse la voluntad de conferir un poder.
3. Capacidad
El poderdante debe tener la capacidad que se necesita para estipular el negocio de gestión o representativo,
y que la capacidad del apoderado no es tomada en cuenta en el negocio de apoderamiento.

4. Vicios de la voluntad del representado (poderdante)


Si el incapaz no puede conferir un poder válido porque su voluntad no es idónea, tampoco será válido un
poder emanado de un sujeto capaz cuando la voluntad de este sujeto está afectada por uno de los vicios del
consentimiento.
El vicio que hace anulable el poder afecta el contenido del mismo y a través de este, socava el negocio de
gestión.

5. Publicidad del poder


Los poderes no se inscriben en el Registro, pero es necesario hacerlo en caso de modificación o
extinción del apoderamiento para hacerlo oponibles a los terceros.

Contenido y límites del poder

1. Contenido del poder. Poder general y poder especial.


El poder es general cuando se refiere a todos los negocios. Es especial cuando comprende un negocio o
varios negocios determinados, no deja de ser general un poder cuando se da para todos los negocios pero
con algunas excepciones.

2. Poder especialísimo
Dentro del poder especial, a veces la ley requiere una especificación mayor. Por ejemplo no basta un poder
especial para transar, sino que es menester además que se especifique la materia litigiosa.

3. Límites del poder


Los límites de un poder están dados por su cometido, cuando se trata de un poder general quedan fuera de
sus límites los actos que excedan de la administración ordinaria y cuando sea de un especial para vender, el
representante está facultado para realizar el contrato de compraventa pero no para hipotecar por ejemplo.

4. Instrucciones
La distinción entre límites e instrucciones no es pues absoluta: cuando las instrucciones figuran en el poder
o éste se refiere a ellas, pasan a formar parte de los límites. La instrucción forma parte del contenido del
poder siempre que se incluya en el mismo o éste haga referencia a ella.

Extinción
Con frecuencia la extinción del poder coincide con la extinción de la relación causal, pero puede darse una
disolución independiente del apoderamiento.
Andrea Valenzuela – 2016 86
A. La extinción del poder que se da por un plazo determinado o sometido a condición resolutoria, fija
que la causal de cumplimiento del encargo rige para los poderes especiales y para los generales que se
otorgan para un determinado fin transitorio.
B. La muerte o incapacidad ya sea del poderdante o del apoderado, ya que el apoderamiento
es una relación de confianza, intuitu personae.
C. La incapacidad del apoderado extingue el poder porque se requiere que el representante tenga
una voluntad idónea, en cuanto a la incapacidad del poderdante, se justifica con la creación de una
representación legal que sustituye a la voluntaria.
D. La renuncia por parte del apoderado, ya que no se lo puede obligar a la representación
contra su voluntad.
E. La revocación, el poderdante puede impedir que el apoderado pueda continuar actuando con
eficacia representativa. La revocación deberá inscribirse.
F. La quiebra, al igual que la insolvencia. El apoderado puede seguir actuando si ignora la causa de
extinción o porque aún persiste en obrar a nombre ajeno, siempre que el tercero sea de buena fe, o sea que
ignore la extinción producida.

VICIOS DE LA RELACIÓN DE REPRESENTACIÓN

Gestión a nombre ajeno sin poder


Caracteres del fenómeno llamado representación sin poder
Corresponde a los vicios de la relación representativa, ya que se caracteriza por la ausencia de uno de sus
elementos, el poder.

El sujeto que obra en nombre ajeno carece de poder de representación. Esta situación puede darse ya sea
cuando el falso representante nunca tuvo poder para actuar por el representado, pero también cuando el
poder existió pero se extinguió, o si el representante con poder en forma obra fuera de los límites de poder.

Relación entre tercero y seudo representado


El seudo representado no resulta obligado por el contrato, ya que no participó su voluntad en la formación
del negocio ni otorgó el poder al gestor (art. 1293)
El mandante no está obligado por lo que se haya hecho excedido el mandato, a no ser que lo ratifique (art.
2076). Este negocio es ineficaz.
El art. 1255 considera este mismo aspecto desde el punto de vista del dominus: “el contrato celebrado a
nombre de otro por quien no tenga su representación será nulo, a no ser que lo ratifique la persona a cuyo
nombre lo haga”.
El tercero no está obligado a cumplir con su prestación, está expuesto a sufrir la decisión del
seudorepresentado sobre la suerte del contrato.

Relación entre tercero y falsus procurator


Si el dominus no ratifica el tercero puede sufrir un perjuicio al haber confiado, sin culpa, en un sujeto que se
presentó como representante sin serlo. El contrato no vincula al tercero con el gestor, pero puede generar la
responsabilidad de éste (arts. 2075 y 2078).

Consecuencias sobre el negocio de gestión


La regularidad jurídica de este negocio es sumamente controvertida y existen tres posiciones: la que
considera que el negocio celebrado es nulo, la de la ineficacia y la del negocio el vías de formación.
Nuestro Código Civil tomó partido por la tesis de la nulidad: si el seudo representante carece de poder,
aunque actúe a nombre ajeno, el contrato será nulo, prescribe el art. 1255. Esa nulidad sería provisoria o
interina, ya que agrega a no ser que lo ratifique.

Andrea Valenzuela – 2016 87


La doctrina en general rechaza en general esta posición con varios argumentos: si la nulidad fuera
absoluta no es posible admitir la ratificación, y si fuera relativa el negocio debería producir efectos,
mientras que aquí no produce efectos antes de la ratificación.

La declaración del pseudo representante es ineficaz porque la falta de poder le impide que los efectos del
contrato se dirijan al patrimonio del representado. Esta ineficacia no es permanente, sino que está
suspendida a la ratificación del dominus, que confiere eficacia retroactivo al negocio permitiendo que los
efectos alcancen su esfera.

La tesis del negocio incompleto (Gamarra) no estamos ante un caso de nulidad absoluta, sino frente a un
contrato al que le falta un elemento esencial para perfeccionarse y cuando ese elemento esencial se agrega
a los que ya están presentes, el negocio de gestión se forma.

La situación del tercero


De acuerdo a la doctrina dominante que postula la presencia de un contrato válido aunque ineficaz, el
tercero no puede desvincularse unilateralmente del mismo (art. 1291), sólo es posible por mutuo disenso, de
el pseudo representado y el tercero.
Si se entiende que el contrato no está perfecto, el tercero puede revocar libremente su manifestación de
la voluntad del mismo modo que puede revocarse una propuesta.
El tercero puede apartarse de la operación hasta tanto no reciba la manifestación de voluntad del
dominus ratificando.

Responsabilidad del falsus procurator


El art. 2075 prevé la hipótesis en que el representante traspasa los límites del poder, para ese caso la
norma establece la responsabilidad del representante por los perjuicios que pudo ocasionar al tercero.
Si el representante informa al tercero sobre el poder y si este determina que el acto cae dentro de las
facultades del representante y contrata, suya es la culpa. Pero si el representante no informa ni se comporta
conforme al principio de buena fe en el período de tratativas, está incurriendo en responsabilidad
precontractual.

La representación aparente
A la ausencia de poder se sobrepone una apariencia creada por índices objetivos así como engañosos que
hace aparecer como existente el poder inexistente. La consecuencia es que el negocio es eficaz frente al
representado y lo vincula de la misma forma que si el representante hubiera tenido el poder suficiente.
El principio de la apariencia se funda en el de la confianza y el de la autorresponsabilidad. Se requiere que el
seudo representado haya dado lugar a que la apariencia fuera eficaz, si no hay culpa del dominus, la
apariencia es irrelevante. El representado con hechos positivos u omisiones graves tiene que haber dado lugar
a la apariencia.

ABUSO DE PODER
El representante debe actuar en el interés del representado y cuando así no lo hace incurre en abuso de
poder:
a. cuando actúa en conflicto de intereses con su representado
b. cuando descuida o lesiona el interés del representado
c. cuando incumple las instrucciones debidas

La doctrina identifica a la primera hipótesis como conflicto de intereses y las otras dos como exceso de poder.

El conflicto de intereses
Se configura cuando el interés del representante resulta incompatible con el interés del representado.
El conflicto de intereses abarca un campo más amplio que el que considera el derecho positivo uruguayo, que
solo tienen en cuenta el conflicto de intereses que afecta a la esfera del representado y representante.

Andrea Valenzuela – 2016 88


Dentro de estas hipótesis encontramos el contrato consigo mismo (que es el único que tiene en cuenta
nuestro derecho) donde el representante es la contraparte sustancial en el contrato que celebra por la parte
que representa (B es representante de A y celebra una compraventa en la que es vendedor en
representación de A y comprador en nombre propio) y también en el caso de la doble representación
(compraventa entre A y C celebrada por B como representante de ambos).
También puede darse el conflicto de intereses indirecto o mediato, tiene lugar cuando el interés en
contraste con el del representado pertenece a un tercero, que está ligado al representante por vínculos de
parentesco, amistad o comerciales.

Consecuencias sobre el negocio de gestión


En el conflicto de intereses entre representante y representado en el ámbito de la representación legal o
necesaria, se prescribe la nulidad del contrato (arts. 271 y 412).
En la representación voluntaria la ley guarda silencio acerca de la validez del contrato, pero parecería que la
solución debe ser la misma, ya que ha de ser considerado como un impedimento que obsta a la formación
válida del contrato.

El contrato consigo mismo está permitido cuando no plantea un conflicto de interés, ya sea porque el
mandante ha aprobado expresamente el negocio (art. 2070), ya porque el contenido del contrato está
predeterminado de tal forma que excluye el conflicto (art. 2071).

CESIÓN DEL CONTRATO


Cuando el contrato todavía no se ejecutó por completo, es concebible que el acuerdo de voluntades opere
una mutación subjetiva, sustituyendo a una de las partes por un nuevo sujeto, que antes era ajeno al
contrato (tercero).
El tercero (cesionario) desplaza a una parte (cedente) y ocupa su lugar en la compleja relación jurídica que
genera el contrato, la relación queda trabada entre un contratante originario (cedido) y el cesionario (que
antes era tercero) en tanto que el otro contratante originario (cedente) resulta excluido de la relación y pasa
a ser un tercero.

Cesión de créditos
Los créditos y las deudas que provienen de un contrato bilateral, son de regla disociables y es posible
transferir los primeros sin las segundas.
La cesión de créditos produce un cambio en el sujeto activo de la relación obligacional singular (el acreedor
sustituido por un tercero) y puede estipularse con prescindencia de la voluntad del deudor, puesto que en
nada lo perjudica.
La cesión de créditos es un negocio jurídico bilateral que se perfecciona con el acuerdo de las voluntades del
cedente (acreedor originario) y cesionario (tercero que sucede al acreedor en la posición activa de un vinculo
obligacional que permanece incambiado)

La cesión de crédito no modifica las partes en el contrato (lo que si sucede en la cesión de contrato), el
vínculo contractual subsiste incambiado, no se alteran objetivamente las originarias obligaciones.
Cuando el vendedor A vende a un tercero C su crédito por el precio, el comprador B deberá pagar al
cesionario C, pero la obligación del vendedor respecto del comprador no se altera.

Cesión de deudas
La deuda puede transmitirse de un sujeto a otro, siempre que el acreedor otorgue su consentimiento.

La situación en el plato de los efectos: sucesión en la calidad de parte


El efecto de la cesión del contrato consiste en que el cedente egresa de la relación contractual y su posición
(el lugar que le correspondía al cedente en tanto que parte en ese contrato) es ocupada por el cesionario. Por
tanto el cesionario deviene parte adquiriendo la calidad de acreedor, del deudor y la titularidad de los
derechos potestativos de la misma.

Andrea Valenzuela – 2016 89


Ámbito de cesión del contrato
Se concibe respecto de contratos bilaterales cuyas prestaciones no se hayan ejecutado por completo, ya que
presupone la sustitución de una parte por un tercero en la relación contractual y por tanto la permanencia de
la fuente reguladora (el contrato) y su relación obligacional.

Cuando el contrato ya se ejecutó por completo la cesión no es posible, pero puede cabe la cesión singular
del crédito o de la deuda que no se hubieren extinguido.

SUBCONTRATO
La subcontratación presupone necesariamente la coexistencia de dos contratos, aunque en el fenómeno
participen solo tres sujetos.
El subcontrato deriva de un contrato anterior, llamado contrato base. La participación exclusiva de tres
sujetos está impuesta porque uno de ellos (el intermediario) es parte en los dos negocios (en el contrato
base y en el subcontrato).

El nuevo contrato (subcontrato) tiene el mismo contenido económico y la misma naturaleza que el contrato
base, porque el intermediario invierte su posición jurídica.
Por ejemplo en un contrato base de arrendamiento trabado entre A (arrendador) y B (arrendatario), B
puede celebrar otro contrato de la misma naturaleza con un tercero, confiriéndole el derecho de usar y
gozar de la cosa arrendada. Este segundo contrato no modifica el contrato base, las partes son B y C y
este último es un tercero respecto del contrato base, que es el que asume la calidad de arrendatario y
resulta titular del sub derecho.
En el contrato base son parte A y B, en el subcontrato las partes son B y C. El sujeto que actúa como
intermediario es B, siendo parte de los dos contratos, tiene relaciones obligacionales con dos sujetos
distintos: por un lado con A (contrato base) y por otro con C (en el subcontrato).

Autorización y prohibición de subcontratar


La dificultad existe cuando falta previsión legislativa, en los casos que exista un disposición legal que lo
admita o prohíba o cuando las partes han reglamentado en el contrato base la posibilidad de subcontratación,
no hay dudas.
En el sub comodato y el subdepósito no hay nada legislado, pero si las partes tampoco han dicho nada, este
debería ser posible ya que no existen obstáculos legales y el subcontrato no libera al intermediario, que sigue
respondiendo ante el contratante originario.

Si en el contrato base existe la prohibición de subcontratar, se produce un imcumplimiento del contrato que
legítima a su resolución, pero el subcontrato, a pesar de la prohibición es válido y eficaz entre las partes
contratantes hasta que no acontezca la extinción del contrato base.

Subcontrato total o parcial, propio o impropio


El contrato derivado puede ser total o parcial, según tenga por objeto la cosa íntegra o sólo una parte de ella
(por ej. el arrendamiento de una parte de la cosa arrendada).
Cuando el subcontrato asume distinto tipo que el contrato base se habla de subcontrato impropio
(contrato base de arrendamiento, subcontrato de comodato).

SIMULACIÓN
Simular significa hacer aparecer lo que no es, mostrar una cosa que realmente no existe. La simulación es
caracterizada frecuentemente como procedimiento, como un complejo de actos que actúa por grados, el
primero de los cuales está constituido por el acuerdo o entendimiento entre los simulantes para producir un
acto aparente, ficticio, no real, de forma que aparezca que el inmueble es propiedad de X en vez de A. Este
es un acuerdo simulatorio.
La segunda etapa tiene lugar cuando los simulantes celebran el negocio simulado (la compraventa) a través
del cual generan la apariencia perseguida (el bien ya no es de A sino de X) con el propósito de engañar a los
terceros (acreedores de A).
Andrea Valenzuela – 2016 90
Es un negocio no querido en su contenido sustancial, ya que A no le quiere vender a X ni este comprarle,
su único fin consiste en crear la apariencia para engañar a los terceros.

En la simulación relativa, a diferencia de la absoluta, donde debajo del negocio simulado (compraventa) no
hay nada, solo se quiere la mera apariencia, en la relativa, debajo del negocio simulado (compraventa)
existe otro negocio (donación) que es real y querida por las partes (negocio disimulado).

El acuerdo simulatorio consiste en el acuerdo entre los simulantes para producir un acto aparente no real
(negocio simulado), con el fin de engañar a los terceros.
En el acuerdo simulatorio las partes convienen que el contrato simulado no tiene valor, porque no quieren
sus efectos y convienen cuales son los efectos realmente queridos. Esta es la zona oculta de la
simulación que las partes mantienen en secreto y los terceros no pueden conocer.
El negocio simulado es el que concretan las partes para crear la situación aparente, tiene una apariencia
contraria a la realidad o porque no existe en absoluto (simulación absoluta) o porque es distinto de como
aparece (simulación relativa). Esta es la zona visible de la simulación, la única que ven los terceros.

Tratamiento legal de la simulación


La simulación crea una doble relación:
a. relación interna, generada entre las partes simulantes como consecuencia del acuerdo
simulatorio
b. relación externa, generada por el negocio simulado que es la que ven los terceros.

Entre las partes rige el acuerdo simulatorio, prevalece la realidad que solo conocen las partes
simulantes. En las relaciones externas prima la valoración objetiva (la que aparece como real a los ojos
de los terceros) y estos tienen derecho a atenerse al negocio simulado como si fuera válido, el acuerdo
simulatorio les es inoponible.

Estructura y elementos de la simulación


Elementos constitutivos
1. El acuerdo simulatorio
Es el elemento cardinal de la simulación, ya que es la base de todo el procedimiento simulatorio,
anterior al negocio simulado.
Es un negocio jurídico porque regula las relaciones internas entre las partes simulantes, los obliga a ajustar
su comportamiento a lo establecido en el acuerdo.
Cuando se trata de una simulación relativa, el acuerdo simulatorio incluye el consentimiento del negocio
simulado.
No hay requisito de forma respecto al acuerdo simulatorio, este puede ser verbal o por escrito.

2. El negocio simulado
Es el negocio insincero, no querido por las partes, cuya formalización sólo tiene por objeto crear una
apariencia que pueda engañar a los terceros.

Elementos externos o contingentes


a. El contradocumento
Es un instrumento probatorio, que tiene como cometido documentar el acuerdo simulatorio. No debe
confundirse el título (documento) con el acto (acuerdo simulatorio). Tampoco debe confundirse este
documento con un contrato que modifica o suprime otro contrato. El contradocumento no es el acuerdo
simulatorio, sino la documentación de éste y tiene por función aprobar el acuerdo.

b. La causa simulandi
Es el motivo o la razón de ser de la simulación. Es un elemento externo así que no forma parte de la
estructura de la simulación.

Andrea Valenzuela – 2016 91


El negocio simulado es un contrato absolutamente nulo (art. 1261), resulta intrascendente determinar cuál fue
la razón que llevó a las partes a crear la apariencia. La importancia de la causa simulandi solo tiene lugar en el
campo probatorio.

SIMULACIÓN ABSOLUTA
Hay simulación absoluta cuando los simulantes se proponen únicamente crear la apariencia de un contrato (el
negocio simulado) pero no tienen ninguna intención de contratar, por debajo de la apariencia no existe nada.
En el acuerdo simulatorio se prevé que en lugar de la relación que deriva del contrato simulado, no se
constituye ninguna relación contractual entre las partes. La situación jurídica de los simulantes no sufre
realmente ninguna modificación.
La simulación absoluta solo puede servir para perjudicar los derechos de los terceros, pero la relativa es
utilizada para evitar el pago de impuestos o burlar ciertas prohibiciones legales.

SIMULACIÓN RELATIVA
En la simulación relativa el negocio simulado sirve para ocultar otro negocio, que es real y querido por las
partes (negocio disimulado).
Se tienen dos negocios, uno aparente y vacío, el negocio simulado, y otro, oculto, pero querido y
verdadero: el negocio disimulado.
El negocio simulado tiene exactamente el mismo valor, sea simulación absoluta o relativa, está sometido al
mismo régimen jurídico, en ambos casos son negocios absolutamente nulo por falta de requisitos esenciales
(arts. 1291 y 1560).
En la simulación absoluta se debe quitar de en medio el negocio simulado y la tarea finaliza allí, pero en la
relativa también se debe quitar el negocio disimulado, entonces se debe determinar qué régimen jurídico se
aplica.

Régimen jurídico de la simulación relativa


La declaración de nulidad del negocio simulado significa desenmascarar al negocio disimulado, éste,
que se encontraba oculto hasta entonces, se vuelve visible.
El negocio disimulado es por completo normal, ya que es querido por las partes, así que en un principio es un
negocio válido, porque tiene el elemento esencial del consentimiento.
Este negocio debe apreciarse como un negocio jurídico cualquiera, será juzgado de la misma manera que si
se hubiera estipulado de forma pública y manifiesta, de acuerdo a los principio comunes que rigen la teoría
general de los contratos.

EFECTOS DE LA SIMULACIÓN
Partes y terceros
Las partes son los simulantes, los sujetos que se ponen de acuerdo para dar vida al proceso simulatorio,
que celebran el acuerdo simulatorio y estipulan el negocio simulado.

El art. 1580 incluye a los contrayentes (partes) y a sus herederos, o sea que los sucesores a título
universal que continúan la persona del causante y ocupan la misma posición jurídica que tenía este.

Son terceros todos aquellos que no son partes. Tienen calidad de terceros en la simulación los
causahabientes a título particular y los acreedores de los simulantes. Los sucesores por título singular son las
personas que no han participado en la simulación pero adquieren derechos fundados en el acto aparente.

Efectos de la simulación entre las partes


La realidad prevalece sobre la apariencia, el negocio simulado es absolutamente nulo (por falta de
consentimiento/causa) y deben estar a lo pactado en el acuerdo simulatorio.
La regla es la nulidad del negocio simulado y la eficacia del acuerdo simulatorio, esto se encuentra
regulado en el art. 1580.

Andrea Valenzuela – 2016 92


En la hipótesis de simulación absoluta la posición de las partes permanece incambiada porque lo único que
hay es un negocio simulado, una mera apariencia. Por ejemplo en la compraventa simulada, el bien
supuestamente enajenado permanece en el patrimonio del enajenante, así que no produce ningún efecto
entre las partes simulantes, el vendedor no está obligado a transferir el dominio ni el comprador a pagar el
precio.
Cualquiera de las partes puede invocar el acuerdo simulatorio ya sea por vía de acción o de excepción.

En la simulación relativa existe otro negocio debajo del simulado, que es querido por las partes (el
disimulado). Además de que se admita la nulidad del negocio simulado, se requiere identificar el negocio
disimulado y controlar si cumple los requisitos de fondo y forma de todo contrato.

El negocio simulado está afectado por nulidad absoluta, la acción de simulación es una acción ordinaria
de nulidad.

Prueba de la simulación
Es distinta la situación según se trate de una acción que involucre exclusivamente a las parte simulantes
o de un juicio promovido por un tercero.

El art. 1596 dispone que “no será admisible a las partes la prueba de testigos para acreditar una cosa
diferente del contenido de los instrumentos…” como el negocio simulado de regla se redacta por escrito, las
partes necesitan el contradocumento para probar la simulación y no pueden recurrir a la prueba testimonial.

Pero el art. 1605 admite la prueba por presunciones cuando el acto sea atacado por causa de fraude o dolo, y
en tanto que la simulación es un procedimiento que tiene la finalidad de engañar a terceros, las partes
estarían habilitadas a recurrir a la prueba presuncional.

En cuanto a los terceros, hay acuerdo en que pueden recurrir a cualquier medio de prueba sin limitaciones
de especie alguna.

NEGOCIOS FIDUCIARIOS E INDIRECTOS


El contrato fiduciario es aquel por medio del cual el fiduciante transfiere un bien al fiduciario, que se obliga a
conservarlo y administrarlo según ciertos criterios y a retransferirlo sucesivamente al mismo fiduciante o a
un tercero.

El presupuesto del negocio fiduciario es entonces la atribución de la propiedad que un sujeto, llamado
fiduciante, realiza en provecho de otro sujeto, el fiduciario, pero los efectos reales del contrato están
limitados o neutralizados por un vínculo obligacional (el llamado pacto fiduciario). El fiduciario está obligado
a usar la cosa de acuerdo con la finalidad del negocio. El negocio fiduciario se presenta como un negocio
complejo que tiene doble efecto: real y personal.

En la fiducia con fines de garantía el deudor transfiere la propiedad al acreedor (efecto real) pero éste no
puede enajenar la cosa antes del vencimiento del crédito (efecto obligacional), es propietario pero está
obligado a no vender. Si el deudor cumple, el acreedor debe retransferirle el bien, en caso contrario el
acreedor (fiduciario) enajene el bien a un tercero y con el precio recibido se cobra su crédito, y el remanente
si existe, debe entregarse al deudor.

La otra clase de fiducia se pacta en interés del fiduciante (y no del fiduciario como en el caso anterior). El
fiduciario recibe la propiedad del bien con la obligación de usar esta propiedad con un fin concreto (custodiar
o administrar los bienes del fiduciante, o hacerlos llegar patrimonio de un tercero), es titular a nombre propio
pero actúa en interés ajeno.

Andrea Valenzuela – 2016 93


Las características del negocio fiduciario son:
a. La presencia de dos sujetos
b. Doble efecto, real y obligacional. El efecto real se produce porque el fiduciante transfiere la
propiedad de una cosa al fiduciario, el obligacional proviene de un acuerdo de voluntades que establece la
obligación del fiduciario de usar la propiedad de la cosa de acuerdo con los fines del negocio.
c. La doble relación presenta el aspecto estructural del negocio, crea también una situación de
excedencia o incongruencia entre el medio que se emplea y el fin que se persigue, por ello el fiduciario está
en condiciones de abusar de su posición jurídica en perjuicio del fiduciante.
d. Se distinguen dos formas del negocio fiduciario atendiendo al fin o propósito que mueve a las
partes: los sujetos pueden perseguir un fin de garantía o un fin de mandato o administración.

EL NEGOCIO INDIRECTO
En el negocio indirecto las partes realizan un negocio jurídico pero además de querer el fin que es típico y
normal del negocio adoptado, persiguen la obtención de fines ulteriores que son ajenos y extraños a este
negocio.
Para obtener el fin las partes siguen una vía indirecta, ya que el fin ulterior, que es distinto al del negocio
utilizado, puede lograrse normalmente por otro camino.

El negocio es un mero presupuesto que se utiliza para alcanzar el fin ulterior, desempeña por tanto una
función instrumental y puede calificarse como negocio medio.

Causa y motivo
Por un lado está la causa del negocio medio adoptado por las partes, que es su fin típico, y por otra el fin
ulterior, que técnicamente se ubica en la categoría de los motivos.
El negocio medio es un negocio verdadero, realmente querido por las partes, por eso su causa existe y es
operante jurídicamente, pero junto a esa causa se agrega el fin ulterior que también es querido como móvil
decisivo para la estipulación del negocio.

Este motivo coexiste con la causa, la causa sirve de soporte o plataforma para que las partes puedan
lograr ese fin ulterior extraño a ella.
En cambio desde la perspectiva de la causa concreta, el resultado indirecto que persiguen las partes no se
concibe como motivo sino que queda integrado al analizar la compleja operación económica.

Razón de ser del negocio indirecto


El procedimiento indirecto permite suplir las eventuales deficiencias del ordenamiento positivo, los
contratantes utilizan formas conocidas, mediante un proceso de adaptación de las mismas, en lugar de crear
nuevas formas porque las antiguas ya están admitidas.

También pasa que a veces el esquema negocial ya existe pero se recurre al negocio indirecto porque
los contratantes no desean adoptar el esquema negocial.
Se puede emplear también como medio de obtener un resultado prohibido por la ley, esto ingresa en la zona
de los negocios en fraude a la ley.

INTERPRETACIÓN E INTEGRACIÓN DEL CONTRATO


Interpretar es averiguar el sentido o significado de una cosa, siendo el contrato un negocio jurídico, su
interpretación tendrá por objeto una manifestación de voluntad. La interpretación del contrato busca
reconstruir la voluntad de los sujeto que le dieron vida, una vez finalizada la interpretación, quedará
determinado el contenido negocial.

La interpretación es la atribución de un significado a los signos que manifiestan la voluntad contractual:


entendida como voluntad (común) de un determinado reglamento contractual.

Andrea Valenzuela – 2016 94


La interpretación es una etapa previa y distinta a la calificación, después de realizada la interpretación se
ingresa en la etapa de calificación para determinar la naturaleza jurídica del negocio, que corresponde al
ámbito de los efectos donde la voluntad de las partes no cuenta.

La calificación jurídica depende de la interpretación, los efectos que el ordenamiento asigna a la manifestación
de la voluntad, una vez interpretado el contrato, el juez lo califica y esa subsunción en el tipo contractual indica
los preceptos que lo rigen.

Jerarquía de las normas sobre interpretación


1. Normas de interpretación subjetiva, tienden a establecer la común intención concreta, real,
efectiva que tuvieron las partes. Tienen por cometido reconstruir la intención común de los contratantes.
Para llegar a averiguar esa intención es necesario tener en cuenta el comportamiento de los propios
contratantes, las practicas que son de uso y costumbre en el lugar del contrato. Las palabras deben
entenderse en su sentido general y literal.

2. Si con los criterios anteriores no puede llegar a develarse cual fue la común intención, la ley
proporciona las reglas de interpretación objetiva (art. 1304). Son objetivas porque no buscan individualizar
la voluntad concreta, sino fijar el significado del contrato cuando es dudosa la común intención. Por
ejemplo, se establece que las cláusulas dudosas deben interpretarse en favor del deudor o contra el
sujeto que las redactó.

Los elementos de la interpretación: textuales y extratextuales


Los textuales son los integrados por palabras, orales o escritas, que dan forma al contrato. Los extratextuales,
referidos a que llevó a la común intención de los contratantes, como sus costumbres, relaciones de negocios,
usos lingüísticos etc.

Andrea Valenzuela – 2016 95


ELEMENTOS ACCIDENTALES

1. CONDICIÓN
Concepto. finalidad y función.

El interés es el concepto básico para entender la finalidad y función de la condición.


El interés es una relación entre un sujeto que experimenta una necesidad y el bien apto para satisfacerla.

El interés interno es adquirir la cosa (comprador) y recibir el precio (vendedor). Estos intereses internos del
contrato, son su objeto típico, sin estos el contrato no existiría, por eso son constantes, objetivos y conocidos
por la contraparte.

El interés externo se identifica con los motivos, las razones subjetivas, variables de regla desconocidas por
la otra parte y por eso en principio, el derecho los juzga como irrelevantes. Pero una de las partes puede
prever que uno de los motivos (interés externo) por los cuales contrata es incierto y en consecuencia este
sea relevante.

El motivo subjetivo puede volverse relevante en la medida que sea deducido como objeto de una
condición, haciendo depender los efectos del contrato si acontece la condición fijada.

Los caracteres del evento deducido como condición deben ser extrínsecos inciertos y a futuro.
La condición es el suceso futuro e incierto, del cual se hace depender la fuerza jurídica de una obligación”.
art. 1407.

La relación de derecho debe poder existir sin la condición (extrínseco). Cuando se pauta que en caso de
incumplimiento el contrato se resolverá automáticamente, no se trata de una condición sino de una cláusula
resolutoria expresa.
El hecho debe ser incierto porque el fin de la condición es el poder introducir el acaecimiento de un evento que
al momento del perfeccionamiento no se sabe si se producirá o no.
Debe ser futuro, pero puede sujetarse la obligación a la verificación de un hecho presente o pasado que sea
desconocido por las partes. El carácter futuro debe vincularse con el requisito de la incerteza.

La cláusula condicional tiene la función de garantizar la actualidad de la realización de los interés que son
objeto del contrato (comprar y vender). Se tienen en cuenta eventos todavía inciertos al momento de
concluirse el contrato pero que son relevantes para los intereses que son objetos del mismo.

CLASES DE CONDICIÓN
Suspensiva y resolutoria
La condición suspensiva es tal ya que hasta que no se produzca el evento condicional, el contrato no
producirá sus efectos (obligaciones), estos quedarán suspendidos hasta que se cumpla con el
condicionante y las obligaciones no son exigibles hasta que se cumpla este hecho, y cuando se cumpla se
desplegarán automáticamente todos los efectos y las partes estarán obligadas a cumplir con sus
respectivas obligaciones.

Cuando la condición es resolutoria el contrato despliega sus efectos normalmente y las obligaciones tienen
que cumplirse como si la condición no existiera. Si el evento se verifica, la compraventa se resuelve y las
partes deberán restituirse recíprocamente las prestaciones cumplidas (art. 1427).

Cuando se trata de una condición suspensiva el contrato es ineficaz hasta tanto no se verifique el evento
condicional, mientras que si la donación es resolutoria el contrato produce sus efectos inmediatamente peor
estos cesarán si la condición se cumple.

Andrea Valenzuela – 2016 96


Casual, potestativa y mixta
Se clasifica la condición según la verificación del evento dependa del azar, del hecho de un tercero, de la
voluntad de una de las partes (potestativa) o de la combinación de factores.

En la condición casual los contrayentes no pueden incidir en absoluto sobre la fecha del evento.
En la condición potestativa depende de la mera voluntad de las partes. Al momento de obligarse no existe
una seria intención de obligarse y la resolución debe depender de un hecho que puede ejecutar o no el
deudor.
En la condición mixta se da una combinación del azar o del hecho tercero y de la voluntad de las partes. Se
da una combinación de factores objetivos y subjetivos.

Condición potestativa, opción y receso


En el caso de la opción, el contrato definitivo de compraventa no se perfecciona hasta tanto el beneficiario
acepte la opción (propuesta) que se le concedió, por consecuencia no existe ningún problema relacionado con
la posibilidad de desligarse del contrato por su sola voluntad, ya que este solo se formará cuando la propuesta
irrevocable (efecto del contrato de opción) sea aceptada.
En la opción estamos en la etapa previa al contrato definitivo, en la cual el beneficiario tiene total libertad
para resolver si vincularse o no.

El receso unilateral adjudica a las partes el derecho potestativo de desligarse del contrato por su sola
voluntad. El ejercicio del derecho de receder el contrato debe estar vinculado a una causa justificada.
El receso inmotivado se acepta solamente en los contratos de duración sin plazo o con plazo
indeterminado, debido al principio de libertad jurídica

Condición ilícita
Ilícita es aquella condición contraria a la ley, al orden público o a las buenas costumbres y su consecuencia
es la nulidad, no solo de la obligación condicional sino de todo el contrato.
La ilicitud de la condición no depende del evento en sí considerado sino que debe relacionarselo
con la intención de las partes y su influencia respecto de su conducta.

Condición unilateral. Renuncia de la condición.


En la condición unilateral la parte que se ve beneficiada con ella puede renunciar. Si la inclusión de la
modalidad en el contrato es realizada en beneficio del acreedor, sería absurdo que éste resultara
perjudicado cuando no le conviene la extinción de los efectos del negocio que causa la condición, y prefiere
conservarlos.
El derecho a renunciar a la condición debe ser reconocido a aquél en cuyo beneficio o interés se estipuló
(sea acreedor o deudor) tanto en las suspensivas como en las resolutorias.

EL TIEMPO DE PENDENCIA
El tiempo de pendencia de la condición es el que corre entre el acuerdo de voluntades y la verificación o
no del acaecimiento de la condición; se trata de un período dominado por la incerteza.

En la condición suspensiva
El contrato está perfecto pero sus efectos se encuentran suspendidos, pero por haber surgido a la vida jurídica
produce una serie de efectos mientras esté pendiente de cumplimiento la condición, sin poder exigir la entrega
de la cosa ni el pago del precio.

Como los derechos y obligaciones emergentes del contrato están suspendidos, las partes conservan los
derechos comprometidos en el contrato.
Se mantiene la titularidad, pero ahora de un derecho precario.

Andrea Valenzuela – 2016 97


En la condición resolutoria
El contrato despliega inmediatamente sus efectos (el vendedor debe entregar la cosa y el comprador el
precio). Las partes están obligadas a ejecutar sus prestaciones, por lo que cada una adquirirá los derechos
propios o finales del contrato, el arrendatario se vuelve propietario de la cosa mientras que el vendedor deja
de serlo.

El contrato puede resolverse si se verifica el evento condicional, el comprador no tiene un derecho perfecto
sino un derecho precario sobre la cosa, mientras que el vendedor está con relación al dominio en una
posición de expectativa, ya que puede recuperarlo si se verifica el evento.
El derecho condicional de reasumir la propiedad del vendedor tiene una existencia concreta y puede
cederlo, en caso de fallecimiento se transmite a sus herederos.

EL CUMPLIMIENTO DE LA CONDICIÓN
Respeto de la voluntad de las partes
La condición debe cumplirse de la manera en que los contrayentes han querido que fuese (art. 1414). Se
debe extraer de las cláusulas del contrato la común intención de las partes.

Modalidades de su realización
Nuestro código regula la influencia del tiempo respecto del cumplimiento teniendo en cuenta:
a) si la condición es positiva o negativa
b) si las partes han establecido o no un plazo determinado dentro del cual debe verificarse el evento
condicional.

Si se pacta un contrato con condición positiva y con plazo determinado, si pasa el plazo y el evento
condicional no se verifica, la condición caduca. Si era una condición resolutoria adquiere eficacia definitiva y si
era suspensiva el contrato resulta definitivamente ineficaz.
Si la condición es negativa, vencido el plazo de la condición, se considera cumplida. Si era suspensiva el
contrato desplegará sus efectos y si era resolutoria se extinguirá.
Cuando las partes no pactaron ningún plazo la condición positiva puede cumplirse en cualquier tiempo, si es
negativa se considera cumplida cuando viene a hacerse evidente que el suceso no puede realizarse.
La regulación y la naturaleza de la condición exige que la situación de incerteza de resuelva en un tiempo
razonable, a lo que debe agregarse la vigencia del principio general de que nadie puede obligarse de por
vida.

Efectos respecto la situación de las partes


El cumplimiento de la condición modifica la situación jurídica de las partes. En la suspensiva el contrato
despliega sus efectos y las partes quedan vinculadas por los derechos y obligaciones propios del contrato
que se trate.
En la condición resolutoria, se produce la extinción de la convención y los contratantes reasumen la
situación jurídica que tenían antes de su perfeccionamiento.
La frustración de la condición consolida la situación preexistente, en la suspensiva el contrato resulta
definitivamente ineficaz y en la resolutoria la eficacia que era hasta ese momento provisoria, se vuelve
definitiva.

Retroactividad de la condición
El cumplimiento de la condición tiene efecto retroactivo. Se reputa cumplida desde el mismo día en que se
perfeccionó el contrato.
En la condición suspensiva implica que el contrato se tiene por celebrado pura y simplemente, como eficaz
desde el mismo día de su perfeccionamiento, mientras que en la resolutoria se considera que el contrato
nunca existió y las partes deberán restituirse las prestaciones ejecutadas.
La frustración tiene el mismo efecto retroactivo, ya que en la suspensiva se consideran como nunca
nacidos y en la resolutoria se reputan adquiridos desde la fecha de conclusión del contrato.

Andrea Valenzuela – 2016 98


PLAZO
Plazo suspensivo y plazo resolutorio
El plazo suspensivo es cuando difiere los efectos del negocio para un momento futuro. El plazo
resolutorio es cuando determina la extinción de la eficacia negocial.

Plazo cierto e incierto


Puede existir una incertidumbre respecto del tiempo en que el mismo habrá de producirse. Cuando se fija una
fecha o un plazo fijo es cierto, cuando se conviene que se resolverá cuando X persona muera por ejemplo,
será una época más o menos remota que es imposible determinar de antemano, así que será incierto.

Efectos del plazo


Suspensivo
Mientras el plazo está pendiente la obligación no es exigible y el deudor no está obligado a cumplir, ni el
acreedor puede exigirle la prestación.
Cuando el contrato está sometido a condición suspensiva una parte es titular de una expectativa y
la otra de un derecho precario.
Cuando el contrato está sometido a un plazo suspensivo, el acreedor y deudor son desde el comienzo
titulares de derechos y obligaciones definitivamente consolidados.

Resolutorio
Este plazo sólo es aplicable respecto de los contratos de ejecución continuada, El contrato debe
ejecutarse como está previsto, una vez vencido finaliza (se extingue) la relación contractual y las partes
quedan libres de sus respectivas obligaciones.

EXTINCIÓN DEL PLAZO


Renuncia
Si el beneficiario del plazo es el deudor, puede renunciar al plazo y cumplir con su obligación en cualquier
momento.
Si el beneficiario del plazo es el acreedor, este puede negarse a recibir el pago y por otro exigir el
cumplimiento de la obligación antes de su vencimiento renuncia.

Si el plazo está pactado en beneficio de ambas partes, solo se puede renunciar si es mediante un acuerdo de
voluntades.

Caducidad del plazo


Excepcionalmente, la ley prevé que el acreedor pueda exigir el cumplimiento de la obligación antes del
vencimiento del plazo, en caso de quiebra o notoria insolvencia.
El plazo otorgado al deudor tiene como fin permitirle el tiempo necesario para cumplir la prestación, pero si
desde ya se sabe que dadas las circunstancias (quiebra) no va a ejecutar su prestación, no tiene sentido
obligar a su acreedor a esperar el vencimiento del plazo para poder accionar.

ACCIÓN PAULIANA
El acreedor tiene el derecho de agredir los bienes que integran el patrimonio del deudor, pero sólo cuando
se ha configurado su incumplimiento. La finalidad de la acción pauliana es evitar que a través de la
insolvencia, el deudor impide al acreedor hacer efectiva la garantía, por no encontrar bienes en su
patrimonio, ya que el deudor vació su patrimonio antes de que el acreedor pueda exigir los bienes.

La acción pauliana busca asegurar, preservar el patrimonio del deudor como garantía para sus acreedores.
El fundamento de la acción pauliana radica en la tutela del derecho de crédito, impidiendo la lesión
fraudulenta a la garantía genérica que constituye el deudor conforme al art. 2372.

Andrea Valenzuela – 2016 99


Los sujetos
Sujeto activo. Los acreedores.
Los acreedores (titulares de un derecho de crédito) son aquellos que están legitimados a promoverla.

Crédito anterior al acto impugnado


Además de que el acreedor tiene que ser titular de un derecho de crédito, debe probar desde cuando recibe
la protección de la garantía genérica del art. 2372, esto es desde que nace su derecho de crédito.

Los bienes que forman parte de la garantía son aquellos que formaban parte del patrimonio del deudor al
momento en que nació la relación crédito - deuda.
El crédito de que es titular el acreedor debe ser anterior al acto impugnado.

Acreedores a plazo y bajo condición


En una obligación sometida a una condición suspensiva se requiere de algunos requisitos adicionales para
promover la acción pauliana, El derecho de crédito se agrega, es un derecho incierto cuya existencia
depende de que se verifique el evento previsto como condición.
El acreedor puede, pendiente el cumplimiento de la condición, ejercer todos los actos conservatorios
de su derecho (art. 1423).

Crédito garantizado con hipoteca


Se grava un bien determinado con un derecho real menor de garantía, a favor del acreedor, de forma tal que
éste tendrá asegurada la posibilidad de ejecutarlo en caso de incumplimiento.
No tiene utilidad la acción pauliana ya que el acreedor tiene a su alcance el bien concreto que nadie más
puede ejecutar y él siempre podrá ejecutar el bien hipotecado, así que no habrá insolvencia.

Pero puede ser que el monto del crédito supere el valor del inmueble hipotecado, entonces por el saldo no
cubierto será acreedor común y para satisfacer esto deberá recurrir a la acción pauliana para esta suma.

Sujeto pasivo
Es el deudor enajenante. Pero no basta con demandar al deudor, ya que si eventualmente se diera una
enajenación, el adquirente del bien también deberá ser traído a juicio.

El actor deberá demandar y emplazar a todos quienes fueron parte del negocio de enajenación, ya que si no
lo hace este no resultara alcanzado.

REQUISITOS

El daño
Se exige que la enajenación haya sido realizada con fraude y en perjuicio de los acreedores (art.
1296) para poder iniciar la acción pauliana.
El daño es el mal directamente causado o la pérdida que ha sufrido (daño emergente) y el lucro de que se le
ha privado o pérdida de ganancia (lucro cesante).

La finalidad de la pauliana no es reparar o indemnizar daños sufridos por el acreedor, sino neutralizar la
lesión a su garantía genérica provocada por la enajenación que se ataca.
Mientras que existan bienes suficientes en el patrimonio para satisfacer el crédito de sus acreedores, por
más que se realicen enajenaciones, la garantía genérica será suficiente y no se configurará el elemento
daño para ejecutar la acción pauliana.

Habrá daño cuando a consecuencia de la enajenación realizada el pasivo supere al activo, cuando se
encuentre en estado de insolvencia.
El daño pauliano se entiende configurado no solo cuando el negocio de enajenación crea la insolvencia,
sino también cuando la aumenta.

Andrea Valenzuela – 2016 100


El fraude
El fraude consiste en la simple conciencia de que con esa enajenación se está produciendo o aumentando
la insolvencia, esto es que el pasivo supera al activo.
Es el conocimiento por el comprador que al contratar provoca la insolvencia del vendedor.

Cuando el contrato es a título gratuito, el actor sólo debe probar el fraude respecto, del deudor. Cuando el
contrato es a título oneroso hay que probar también el fraude del tercero adquirente. Es suficiente que ambos
conozcan que el resultado de esa enajenación es la insolvencia del vendedor.

La ley permite que sean apreciados por medio de presunciones judiciales. El actor deberá probar una
serie de hechos que si bien no prueban directamente, apuntan hacia el hecho desconocido (fraude
pauliano del adquirente).
El indicio más común es la relación de parentesco entre enajenante y adquirente.

ACTOS IMPUGNABLES
Acto válido
Debe tratarse de un acto (enajenación) válido y no nulo. Ya que si fuese nulo no puede producir ningún
efecto y le bien enajenado no habrá abandonado el patrimonio del deudor, así que no se configura el daño.

Las enajenaciones. Negocios dispositivos traslativos y constitutivos.


En nuestro derecho positivo no todos los actos son impugnables mediante la acción pauliana, sino solo
aquellos que son enajenaciones.
Nuestro derecho utiliza el concepto de enajenación en sentido amplio, comprende tanto los negocios
dispositivos traslativos como constitutivos, esto significa que pueden ser impugnables tanto una venta o
donación como una hipoteca o un usufructo.

EFECTOS
El negocio no se anula
Debe tratarse de un negocio válido, que haya producido la transferencia del bien del patrimonio del deudor al
del comprador. El bien está en el patrimonio del adquirente y allí permanecerá ya que no existe ninguna
causa que permita invocar la nulidad de la enajenación.

La inoponibilidad
Es una acción conservatoria que busca mantener la garantía genérica del acreedor o evitar que se lesiona la
misma. El efecto de la sentencia estimatoria será el de mantener el bien objeto de la enajenación integrando
la garantía genérica.

La transferencia es válida y eficaz por lo que el bien ingresó en el patrimonio del comprado y allí permanecerá.
Para el acreedor que accionó paulianamente el bien objeto de la enajenación, si bien se encuentra en un
patrimonio ajeno al deudor, igualmente sigue integrando su garantía genérica y en caso de aquello sea
necesario podrá ejecutarlo para satisfacer su crédito.

1. El acto se rescide exclusivamente respecto de los acreedores que accionarios


2. La cesión se porque solo hasta el monto de los créditos de estos y que en el sobrante subsiste,
esto se trata de una afectación parcial.

Conflicto entre acreedores


Solo aquel que promovió la acción pauliana estará en condiciones de alcanzar el bien, a diferencia de lo que
sucede con la demanda de nulidad del negocio, que implica que el mismo nunca nació a la vida jurídica y el
bien siempre ha estado en el patrimonio del deudor y forma parte de la garantía común de todos sus
acreedores, cuando la acción pauliana únicamente se ve beneficiado el acreedor que la promovió.

Andrea Valenzuela – 2016 101


Conflicto con un subadquirente
El subadquirente es todo aquel que deriva un derecho de la adquisición realizada por otro sujeto.
Se debe tener en cuenta la inscripción de la demanda y la buena o mala fe del subadquirente.

Si el tercero subadquirente está de buena fe, estará a salvo. La buena fe no se sostiene si el que inició la
acción pauliana la inscribió en el registro antes de que el subadquirente adquiera. El subadquirente tiene la
carga de consultar el Registro antes de concretar el negocio.

EXTINCIÓN
Expira en un año desde que el acreedor o acreedores supieran la enajenación. Es un plazo de caducidad y
no de prescripción.
El plazo de un año se cuenta a partir de la fecha de la inscripción.

ACCIÓN SUBROGATORIA
Los sujetos no suelen omitir ejercer sus derechos y acciones de naturaleza patrimonial, pero si el titular de
esos derechos se enfrenta a una situación de alto endeudamiento que determinará que su ejercicio será
absorbido por sus propios acreedores, es posible que pierda interés y se abstenga a ejercerlos.

La acción subrogatoria tiene por fin vencer la inercia del deudor: los acreedores podrán ejercer todos los
derechos y acciones de este y hacer que su producido ingrese en su patrimonio para evitar su extinción o
pérdida para posteriormente efectivizar su responsabilidad patrimonial sobre ellos.

Se trata de una sustitución en el cumplimiento de los actos y no en la titularidad del crédito. Los efectos de la
acción se agotan entonces en la esfera patrimonial del deudor, mientras que el acreedor sólo obtiene una
utilidad mediata: la mayor probabilidad de suceso de una acción ejecutiva, a razí del incremento del
patrimonio de su deudor.

El acreedor sustituye al deudor en el ejercicio de sus derecho y obtiene el ingreso de un bien a su patrimonio.

Frente al interés del acreedor de conservar su garantía patrimonial se encuentra también el de su deudor al
libre ejercicio de su autonomía negocial, por lo que el juez deberá proceder sin confrontar esos interese, de
forma que no se cause al deudor subrogado un perjuicio ilegítimo.

Condiciones de ejercicio
Condiciones relativas al acreedor
Se aplican las mismas consideraciones que en la acción pauliana respecto a plazo, condicionales
etc.
El requisito de la certeza no implica el rechazo en bloque de los crédito futuro (por inciertos) sino de los
que pueden calificarse de eventuales.
No es de recibo en cambio el requisito de la exigibilidad y liquidez del crédito, desde que su configuración sólo
se requiere para promover la acción ejecutiva, mientras que la subrogatoria solo tiene por finalidad asegurar
que existan bienes suficientes en el patrimonio del deudor ante una eventual ejecución.

A diferencia de lo que corre en la acción pauliana, en la subrogatoria on es necesario que el crédito sea
anterior al derecho que se pretende ejercitar en subrogación.

Interés de accionar
El demandante debe tener interés en la acción que promueve, el juicio debe deparar alguna utilidad. En el
caso concreto de la acción subrogatoria ese interés reside en la conservación de la garantía patrimonial de su
deudor.

El acreedor estará legitimado cuando pueda demostrar que llegado el momento de una eventual ejecución
forzada, es probable que el patrimonio del deudor no sea suficiente para hacer frente a su responsabilidad
patrimonial.
Andrea Valenzuela – 2016 102
Es provisoria, ya que si desaparece el peligro de insuficiencia también desaparece la legitimación
del accionante.

Condiciones relativas al deudor. La inercia.


Se requiere que el deudor esté inactivo respecto de la inercia. Debe haber descuidado sus derechos.

ÁMBITO DE APLICACIÓN
Derechos y acciones de su deudor
Los acreedores pueden ejercer todos los derechos y acciones de su deudor que por su naturaleza
puedan integrar su garantía patrimonial (art. 2372)

Derechos excluidos
El art 1295 excluye de la subrogatoria el ejercicio de los derechos:
a. que no presenten un interés pecuniario actual
a. que solo pueden ser ejercidos por el deudor o al menos con su consentimiento

Derechos que no ofrecen un interés pecuniario actual


El acreedor sólo tendrá interés en ejercer aquellos derechos que integren el patrimonio de su deudor
reflejándose en su activo y puedan ser luego ejecutados. Quedan fuera los derechos inembargables.
Cuando la acción ejercida no tiene por finalidad directa la obtención de un beneficio patrimonial queda
excluido su ejercicio por la vía oblicua.

Derechos que solo pueden ser ejercidos por el deudor


Ciertos derechos involucran intrínsecamente el poder de autodeterminación del deudor y no subsisten si no
son ejercidos por su titular.
El art. 1295 consiste en impedir que a través de la subrogatoria el acreedor se inmiscuya en la gestión
patrimonial de su deudor tomando ciertas decisiones que sólo a éste corresponden.
Se trata de conjugar el interés del acreedor a mantener su garantía patrimonial sin olvidar que también el
deudor es portador de intereses que deben ser protegidos.

Se excluye también la posibilidad de ejercer en subrogatoria las facultades que implican una elección entre
dos o más posibilidades.

El acreedor solo puede ejercer los derechos y acciones de que sea titular el deudor, de forma tal que si el
derecho se extinguió por no ser actuado tempestivamente la solicitud del ejercicio por parte del acreedor no
podrá revivir el mismo.

Andrea Valenzuela – 2016 103


CUASICONTRATOS
El Código define a los cuasicontratos como un hecho voluntario de la persona que se encuentra
obligada, y los incluye dentro de las fuentes de las obligaciones.

Elementos comunes. Provecho económico y causa.


En materia de cuasicontratos existen dos elementos comunes, uno económico y otro jurídico.
El componente orden jurídico se rige por el principio de que ninguna atribución patrimonial puede operarse si
no existe una causa que la justifique.
Si el beneficio económico recibido estuviera justificado por la existencia de un contrato no habría nada que
reclamara, ya que solo se cumplió con aquello que estaban obligados.
Pero si no se hubiera celebrado ningún contrato, el provecho recibido carecería de justificación (causa, en el
sentido de antecedente que justifica el desplazamiento patrimonial) y por consecuencia debe neutralizarse,
equilibrando la desigualdad producida por el empobrecimiento/enriquecimiento (enriquecimiento sin causa),
ya devolviendo lo que se pagó indebidamente (pago de lo indebido) ya pagando los gastos en que incurrió
(gestión de negocios).

Se asemeja al contrato ya que en el inicio de la situación existe un hecho voluntario de un sujeto que
produce el nacimiento de obligaciones, pero se distancia de este ya que no existe un acuerdo de
voluntades.

Existe otro elemento común entre los tres cuasicontratos y es que la consecuencia de todos ellos está
constituida por el nacimiento de una obligación restitutoria.

Enriquecimiento sin causa


Para que se configure un enriquecimiento sin causa deben configurarse los siguientes requisitos:
a. la existencia de un hecho lícito
b. el enriquecimiento del demandado
c. el correlativo empobrecimiento del acto
d. una relación causal entre ambos supuestos
e. ausencia de una causa que justifique el desplazamiento patrimonial

Hecho lícito
Todo hecho lícito del hombre (art. 1308). El hecho lícito debe haber provocado un provecho al otro sujeto.
El hecho lícito es aquel que no es contrario a la ley, la moral y las buenas costumbres.

El enriquecimiento
El concepto de enriquecimiento se aproxima a su sentido vulgar comprendiendo todo provecho o
beneficio que, de cualquier manera o forma, reciba un sujeto.

Dentro del concepto de enriquecimiento se incluyen no sólo los casos donde el patrimonio se ve incrementado
por un aumento del activo, sino también cuando se provoca un ahorro de gastos o se evita este, con sacrificio
personal del actor, se considera enriquecimiento no sólo al aporte, sino también al ahorro de gastos o el evitar
al otro, con el esfuerzo personal, una pérdida.
Visto así, existe enriquecimiento del concubino cuando su pareja se dedica a las tareas del hogar,
especialmente cuando existen hijos comunes que requieren diversos cuidados porque tal tarea se traduce en
un ahorro de gastos, extremo que también está comprendido en el enriquecimiento.

El enriquecimiento impuesto se da cuando se produce un beneficio contra o sin la voluntad del enriquecido.
El principio de que nadie puede enriquecerse a costa de otro entra en conflicto con la tutela de la libertad
individual, una de cuyas expresiones es la de que nadie puede verse gravado con una obligación si no ha
expresado su voluntad en ese sentido.
Perdurabilidad del enriquecimiento
En nuestro país, Peirano y Gamarra, sostienen que basta con que haya existido este enriquecimiento y
Andrea Valenzuela – 2016 104
empobrecimiento, aunque en el momento de iniciarse la demanda no existan, para que proceda la
acción.

El empobrecimiento
Debe ser entendido en un sentido amplio, no es necesario que el patrimonio haya sufrido una disminución
del valor. La falta de remuneración de un servicio prestado ha sido considerada como suficiente para
fundamentar una acción de enriquecimiento injusto.
Toda pérdida que pueda ser estimada en dinero constituye empobrecimiento.

La relación causal
No basta con que un sujeto se enriquezca o se empobrezca, sino que el enriquecimiento del uno debe estar
producido o determinado por el empobrecimiento del otro, el enriquecimiento existe en dependencia del
correlativo empobrecimiento.

La ausencia de causa
Se trata de analizar si existe una causa jurídica que justifique todo el fenómeno enriquecimiento
empobrecimiento.

Ausencia de causa significa que no exista una relación patrimonial de naturaleza voluntaria o de naturaleza
legal, que justifique el enriquecimiento-empobrecimiento.
La causa es el título jurídico que habilita al enriquecido para conservar el provecho adquirido a expensas de
otro, no es más que la legitimación de esa ganancia por el orden jurídico.

Efectos
La obligación restitutoria
La reunión de los requisitos exigidos en el art. 1308 produce el nacimiento de la obligación restitutoria en
cabeza del enriquecido.
Es una acción que se funda en la necesidad de reparar un desequilibrio que se ha manifestado sin adecuado
fundamento de justicia, la restitución queda limitada al menor de los dos valores (del enriquecimiento o del
empobrecimiento).

Se busca reestablecer el equilibrio quebrado por el desplazamiento injustificado de un valor pero el


empobrecido no puede recibir más que aquello en que se ha empobrecido y el enriquecido no debe ser
obligado a restituir un valor superior.

Subsidiariedad
Esta acción tiene carácter subsidiario, esto es que solo puede promoverse en defecto de toda otra causa,
entendida como fundamento o título de la reclamación.
El carácter subsidiario de esta acción se afilia directamente con el requisito de la ausencia de causa: si la
situación final es resultado de alguna causa legítima o bien el empobrecido tendrá otra acción y a ella deberá
recurrir o bien esa causa estaría justificando el empobrecimiento por lo que no se darían los requisitos.

PAGO DE LO INDEBIDO
Todo pago supone una deuda, lo que se ha pagado sin ser debido está sujeto a repetición (art. 1235 del
código francés).
La razón del instituto radica a que estamos frente a un pago que no tiene causa que lo justifique, porque no
existía la deuda que con él se creía o pretendía extinguir y por ello el que pagó puede repetirlo contra el que
lo recibió.
Quien paga en ausencia de título satisface una deuda inexistente por lo tanto tiene derecho a que se le
restituya lo que ha pagado según las reglas fijadas.

Nuestro código no solo reclama que el pago sea indebido, sino que exige que haya sido hecho por error.
El que por error ha hecho un pago tiene derecho a repetir lo pagado si prueba que no lo debía (art. 1312).
Andrea Valenzuela – 2016 105
Los requisitos entonces son:
a. existencia de un pago
b. hecho por error
c. ausencia de deuda

Requisitos
El pago. Concepto
El pago es un negocio jurídico consistente en el cumplimiento de una prestación efectuada con la finalidad de
extinguir una obligación preexistente.

La ausencia de una causa que justifique el desplazamiento patrimonial es un elemento común con el
enriquecimiento indebido, para diferenciarlos es necesario tener presente que para que se configure la
conditio indebiti debe existir por parte del solvens un intento de cumplimiento, esto es que la prestación debe
ser cumplida causa solvendi, con la finalidad de extinguir una obligación preexistente.

Si la actividad no está destinada a la función solutoria (pago), no resulta aplicable la regulación del pago de lo
indebido sino el enriquecimiento sin causa.

La ausencia de deuda. Indebido subjetivo y objetivo.


Las hipótesis posibles son cuatro:
1. Indebido absoluto: pago a X $100 pero la deuda no existe.
2. Indebido relativo: pago a X $120 cuando en realidad le debía $100
3. Error en la persona del acreedor: le debo $100 a X pero le pagó a Y. Soy deudor, pero pagó a
quien no es mi acreedor.
4. Error en la persona del deudor: A le debe a X pero por error yo pago esa deuda, la deuda existe
pero yo no soy el verdadero acreedor.

Estas hipótesis se pueden clasificar en dos categorías que se hace teniendo en cuenta el punto de vista del
acreedor:
a. En el debido objetivo el sujeto que percibe el pago no tiene ningún derecho a recibir la prestación, ya
porque la deuda no existe en absoluto o porque recibe más de lo que se le debe, o porque por más que la
deuda exista, él no es el acreedor.
b. En el debido subjetivo, quien percibe la prestación es su acreedor aunque la recibe en manos de un
sujeto que no es su deudor.

El error. Indebido subjetivo.


Por error del solvens se entiende de su conocimiento estar cumpliendo una prestación debida.
Una vez aceptado que el pago es un negocio jurídico y que si se efectúa sin una causa que lo justifique se
encuentra viciado de nulidad, es lógico pensar que el error del solvens no tiene ningún papel a jugar. Esto es,
si el pago es nulo por falta de causa, el vicio no depende del error sino de la ausencia de una causa solvendi,
por lo que aun cuando el error no se verificase sería igualmente nulo.

Esta afirmación es válida en los casos de indebido objetivo, pero no para el indebido subjetivo.
El sujeto que recibe la prestación es realmente acreedor de la deuda pero quien paga no es el obligado sino
un tercero. Esta hipótesis está admitida ya que la paga puede hacerse válidamente por un tercero no
interesado.
Cuando el tercero paga una deuda ajena sin estar obligado pero tiene la voluntad de extinguir la deuda, el
pago es irrepetible.

Pero cuando el solvens paga creyendo erróneamente que está obligado a hacerlo, en la convicción de que
está cumpliendo el débito propio, falta el elemento caracterizante, que es la causa que justifica el
desplazamiento patrimonial operado.
Andrea Valenzuela – 2016 106
En los casos de indebido subjetivo se exige que el solvens pruebe que cumplió por error para poder
reclamar la aplicación del art. 1312.

Cuando el tercero pague por error una deuda ajena, no tendrá derecho a repetir lo pagado si el acreedor ha
suprimido o cancelado de buena fe un título necesario para el cobro de su crédito. La cancelación es un
elemento impeditivo y como tal debe ser probado por el demandado.

El error. Indebido objetivo.


El accipiens no tiene ningún derecho de obtener la prestación recibida por lo que no es posible sostener
que debe tutelarse su confianza.
Nuestro ordenamiento positivo exige que para que el pago sea válido debe existir una causa que lo justifique,
si esta no existe, por más que quien paga no lo haga por error, el acto seguirá siendo nulo por falta de causa.
Basta entonces con probar que el pago no era debido (ausencia de deuda) para concluir en la posibilidad de
repetir lo pagado.
En el caso del indebido objetivo, el error no es requisito para que se configure el cuasicontrato bastando con la
ausencia de causa.

Efectos
Regulación legal
El efecto principal del pago de lo indebido es el nacimiento de la obligación restitutoria en cabeza del
accipiens.
El Código regula esta obligación teniendo en cuenta la naturaleza de la cosa entrega (una cantidad o una cosa
cierta y determinada) y la buena o mala fe de quien la recibe (art. 1316- 1317). Por buena fe se entiende la
ignorancia por parte del accipiens de la inexistencia de débito y por mala fe se entiende su conocimiento. Se
regula también la situación del tercero que adquirió la cosa objeto del pago indebido.

Restitución de una cantidad


Existe la posibilidad de que el objeto del pago haya sido una cosa genérica o una suma de dinero.

Respecto a la restitución de sumas de dinero el art. 1316 impone restituir otro tanto, sin pago de intereses si
el accipiens está de buena fe, pero si le son impuestos si está de mala fe.

Pero si el solvens se ve obligado a promover el reclamado en sede judicial, a la suma entregada se le deberá
sumar el reajuste estipulado por la ley 14500 y el interés legal desde la fecha de la demanda.

Restitución de una cosa cierta y determinada


El bien determinado debe ser restituido en especie, en su identidad.
Con relación a los frutos que produce la cosa, son aplicables las reglas dispuestas en sede de reivindicación.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos y sólo debe restituir los percibidos después de la contestación
de la demanda. El de mala fe debe reintegrar todos los frutos percibidos desde su injusta detención y
también lo que dejó de percibir por su culpa y que un buen padre de familia hubiera percibido.
El accipiens de buena fe no responde por las pérdidas o deterioros, salvo que se haya enriquecido y
solo en la medida de su enriquecimiento.
El poseedor de mala fe es responsable de los deterioros que por su hecho o culpa haya sufrido la cosa.

La restitución en caso de enajenación de la cosa a un tercero


El accipiens puede enajenar la cosa a un tercero y en este caso el solvens tiene derechos contra el accipiens
y contra el tercero adquirente, esto está regulado en el art. 1317 y 1318.

Andrea Valenzuela – 2016 107


Gestión de negocios
La gestión de negocios constituye una excepción a ese individuo fundamental (libertad contractual) que
atribuye a cada individuo la competencia exclusiva de regular sus propios intereses, desde que un sujeto
(sin conocer la situación o tener relación con el otro) resultará obligado por un hecho ajeno sin que su
voluntad sea tenida en cuenta. Este cuasicontrato se configura cuando una persona (gestor) asume,
conscientemente y sin estar obligado a ello), la gestión o atención del interés de quien no está en
condiciones de hacerlo (interesado o dueño). Este acto de gestión, cuando cumpla con los requisitos
exigidos por la ley, producirá nacimiento de obligaciones tanto como para el gestor como para el interesado
(arts. 1310 – 1311). No se trata de un contrato ni de un negocio unilateral, sino de un hecho jurídico
voluntario, de una actividad a la cual la ley reconoce determinados efectos.

Objeto y sujetos
El acto de gestión
Habrá gestión de negocios no solo cuando un sujeto se encarga de un negocio jurídico ajeno, sino también
cuando detiene un caballo desbocado, o persigue con su auto a los ladrones que robaron otro vehículo, con
el fin de recuperarlo y devolverlo al propietario etc.

Los sujetos. La capacidad


Son sujetos por un lado el gestor (puede ser persona física o jurídica) y por el otro el dueño (art. 1309). Es
más ajustado designar al dueño como “interesado”, ya que será todo aquel que posea o detente la cosa en
virtud de un derecho personal como real menor.
Se le exige al gesto la capacidad de obligarse, pero la voluntad del interesado no está en juego, así que
puede ser incapaz absoluto.

Presupuestos de la gestión
Utilidad inicial de la gestión
El acto de la gestión debe ser útil y necesario. Se debe apreciar su utilidad respecto del interesado, esta
intervención debe resultar útil o ventajosa al momento en que el acto es ejecutado.

Ignorancia e impedimento del interesado


Se debe cumplir sin mandato ni conocimiento del dueño (art. 1409).
Además de la ignorancia, el interesado no debe estar en condiciones de gestionar personalmente el
negocio de que se trate.

Intenciones de gestionar un patrimonio ajeno


La voluntad del gestor debe tener por causa el cumplir un acto por otro, en interés ajeno, la injerencia en la
esfera patrimonial de otro sujeto acompañada por la consciencia y voluntad de que se trata de un negocio
ajeno.

Espontaneidad de la intervención
La intervención en el negocio ajeno debe ser espontánea, el gestor no debe estar obligado a ese
comportamiento por una disposición contractual o legal.

Efectos
Nacimiento de las obligaciones
Tanto como para el gesto como para el interesado.

Obligaciones del gestor


Son las mismas que las del mandatario (art. 1309 inc. 2). que se encuentran reguladas en el art. 2064 y ss.
El gestor deberá emplear toda la diligencia del buen padre de familia en la gestión emprendida y será
responsable por daños y perjuicios que pueda sufrir el dueño en caso de que la gestión haya sido cumplida
negligentemente.
Obligaciones del interesado
Andrea Valenzuela – 2016 108
El interesado deberá ratificar lo actuado y tendremos un segundo negocio por el cual el dueño se apropia
de los efectos externos de la gestión y queda obligado a devolver al gestor las suma que este
desembolso.
La ratificación es el acto unilateral mediante el cual el declarante hace eficaz para sí el acto del no
autorizado.

Si en cambio se niega a reconocer la gestión y no ratifica, el agente oficioso deberá recurrir a la justicia y de
probarse que se han cumplido los requisitos, el dueño estará obligado a indemnizar las obligaciones que
haya tomado sobre sí por causa de dicha agencia.

Andrea Valenzuela – 2016 109


CUMPLIMIENTO - INCUMPLIMIENTO
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
El art. 1447 enumera en forma genérica los modos de extinguirse de las obligaciones. Son el pago, la
compensación, la remisión, la novación, la confusión, la imposibilidad de pago.

La extinción es la etapa final de la relación obligatoria, en general se producirá por el pago o cumplimiento,
que es el modo normal, y sino excepcionalmente por otras formas de extinción.

Berdaguer clasifica las formas de extinción de las obligaciones en:


a. medios satisfactivos (el pago), aquellos a través de los cuales se tiene como resultado la
satisfacción del interés del acreedor.
b. medios no satisfactivos, que no se actúa el contenido de la obligación. Se ubican aquí la novación,
remisión, imposibilidad de pago, anulación, resolución del contrato, revocación, receso unilateral, mutuo
disenso y revocación.
c. formas intermedias o mixtas donde se ubica la extinción por compensación y por confusión.

EL PAGO
Concepto
El pago es la realización de la prestación debida de una relación obligacional.
El Código Civil lo define en el art. 1448: “La paga es el cumplimiento por parte del deudor de la dación o
hecho que fue objeto de la obligación”.

El pago es el fin natural de la obligación, el medio habitual por el cual el acreedor obtiene la satisfacción
de su interés, es el modo más normal de extinción de obligaciones.

El pago es el modo de extinción de la obligación por excelencia, consiste en la realización del derecho del
acreedor, esto es la satisfacción de su interés por medio de la actuación del contenido de la obligación por
parte del deudor. En sentido estricto se habla de pago cuando es el deudor quien cumple la prestación.
Cuando no es el deudor sino un tercero, aunque el acreedor sea satisfecho en su interés la obligación
puede extinguirse o no, según las circunstancias y condiciones en que haya sido hecho el pago.

Naturaleza jurídica
a. Se la puede considerar un hecho jurídico, caracterizado objetivamente como la exclusiva
ejecución material de la prestación
b. Un acto jurídico, en sus diferentes variantes (acto real, acto debido, acto jurídico estricto)
c. Negocio jurídico, algunos lo consideran negocio bilateral y otros negocio unilateral

Gamarra y Berdaguer entienden que es un negocio jurídico unilateral, del deudor dirigido al acreedor. La
única voluntad jurídica relevante es la del deudor, sólo es relevante para perfeccionarlo la capacidad del
deudor.
Como es un negocio jurídico se aplican los presupuestos y elementos señalados por la doctrina, la
capacidad jurídica y el poder normativo negocial.

Elementos fundamentales en relación al pago como negocio jurídico:


a. la causa solvendi, fundamento de la prestación. Todo pago significa cumplir con una obligación
preexistente, por ello se señala que es un negocio de segundo grado.
PAGO (negocio jurídico unilateral) - negocio de segundo grado, conexión necesaria con un negocio
anterior
b. el objeto de la declaración, en el pago, el contenido de la voluntad es la manifestación de que con
dicho acto se está cumpliendo con la prestación anterior.
c. Declaración de caracteres recepticio, se dirige a su destinatario y sus efectos comienzan
con la llegada a este.
Andrea Valenzuela – 2016 110
d. Voluntad de dar cumplimiento con la obligación preexistente, animus solvendi.
e. Realización de un acto real o material que efectivamente en los hechos el pago se lleve a cabo.
f. Se debe lograr la satisfacción del interés del acreedor.

Sujetos del pago


La situación más frecuente de quien paga es el deudor también denominado solvens (sujeto activo que
realiza el pago) y la persona que recibe el pago es generalmente el acreedor o accipiens.
Existe la posibilidad de que pague un tercero (interesado o no interesado en el pago).

El pago efectuado por el deudor


El deudor es el primer legitimado para efectuar el pago, pero en caso de fallecimiento del deudor y de
conformidad con las leyes sucesorias (art. 1039) la deuda del causante se transmite en forma proporcional a
sus herederos, por tanto serán los herederos los que deben efectuar el pago.
El pago puede ser realizado por el representante del deudor, pero debe cumplir con los presupuestos
de la representación para que los efectos se imputen al deudor.
Cuando el deudor actúa el contenido de la obligación, cumple su deuda. Este comportamiento satisface el
interés del acreedor y tiene como efecto la extinción del vínculo obligacional.
Si no sucediere así, existen medios para realizar el derecho del acreedor, como la ejecución forzada.
En los casos de compensación, remisión y en las demás especies de extinción de obligaciones (diversas al
pago); si bien se libera al deudor, dichos medios no realizan el derecho del acreedor ni actúan el contenido de
la obligación por el deudor, no presentan nunca reunidos los dos elementos esenciales de todo pago o
cumplimiento.

La paga realizada por el fiador y el codeudor


El fiador simple y solidario, el codeudor indivisible y el codeudor solidario no son terceros, sino deudores, ya
que están obligados a pagar y pueden incluso ser compelido a efectuar el pago, por lo que tienen un interés
manifiesto en que se extinga la obligación por pago.
Ambos estarán legitimados, por vía de la subrogación legal, a exigirle al deudor originario la restitución de lo
pagado.

El pago realizado por un tercero


Se admite la validez del cumplimiento de la obligación ajena, esto está denominado por la doctrina como
legitimación del tercero para realizar el pago.
La prestación del tercero extingue el derecho de crédito, sin que exista cumplimiento de parte del deudor.
El acreedor no va a impedir la intervención de un tercero si éste efectúa el pago y el deudor tampoco lo
tendrá de que un tercero cumpla con su obligación.
Esto no rige en las prestaciones intuito personae, ya que el acreedor de la prestación tiene un interés
legítimo en que el deudor la ejecute personalmente.
El tercero es aquel que efectúa el pago sin estar obligado a ello con el acreedor, contra el cual el acreedor no
puede entablar la ejecución forzada.

Dos supuestos de pagos por terceros en el art 1450:


a. La figura del tercero interesado es aquella persona, que no siendo el deudor, tiene un interés
legítimo en efectuar el pago, ya que puede sufrir un perjuicio personal y directo si la obligación no es
cumplida a su vencimiento.
b. La figura de un tercero no interesado que es aquel que es extraño a la relación obligacional y
tampoco sufre un perjuicio patrimonial directo si la obligación no se cumple.
Personas que pueden recibir el pago
La legitimación para recibir el pago se encuentra regulada en diversos artículos: art. 1453 a 1455, 1829,
2225, 2262 y siguientes.
Puede hacerse la paga tanto al acreedor, como a su representante, a sus herederos que han heredado el
crédito y también al poseedor del crédito.

Andrea Valenzuela – 2016 111


PAGO CON SUBROGACIÓN
Concepto
En el pago con subrogación, al que paga, la ley lo denomina tercero y sucederá al acreedor en la titularidad
del crédito originario.

El pago con subrogación se inscribe en una categoría más amplia, como lo es el cumplimiento de obligación
ajena, comprendiendo dentro de dicha expresión, no sólo los casos en que quien paga es un verdadero
tercero, sino también las situaciones de que quien paga es por ejemplo el fiador.

La finalidad de la subrogación es garantizar la recuperación de la suma adelantada por un tercero (el


solvens) tutelando su interés en el regreso contra el deudor.
Como consecuencia de ese funcionamiento del pago de subrogación se produce, un desdoblamiento de los
efectos principales del pago, esto es, de la extinción del crédito y de la liberación del deudor.

El acreedor es satisfecho efectivamente, pues la prestación resulta realizada por un tercero por cuenta del
deudor, así que su crédito queda extinguido.
El deudor no se libera, pues el tercero sustituye al acreedor en la relación obligaciones, dicho deudor queda
obligación hacia ese tercero, que pasa a ocupar el lugar del acreedor en la relación obligatoria.

Clases de subrogación
La subrogación tiene lugar convencionalmente o por disposición de la ley (art. 1469).
Existen dos tipos de subrogación: la legal, que tiene lugar con dependencia de la voluntad del acreedor a
favor de un tercero, y la voluntaria, que a su vez puede provenir de un acuerdo con el acreedor que recibe el
pago de un tercero le transmite expresamente sus derechos respecto de la deuda (art. 1470) o de un acuerdo
con el deudor en la denominada subrogación por empréstito (1471).

Subrogación voluntaria
Tiene dos variantes:
1. Por voluntad del acreedor:
Está regulado por el art. 1470 y exige tres requisitos:
1.a. que el acreedor reciba el pago de manos de un tercero no interesado
1.b. una declaración del acreedor (que no exige solemnidad) pero que de surgir en forma inequívoca
(debe expresarse claramente que se ceden los derechos) y su voluntad de subrogar al deudor, lo cual debe
hacerse simultáneamente que la paga
1.c. tiene lugar con independencia de la voluntad del deudor.

2. Por voluntad del deudor


Está regulada por el art. 1471 y tiene como punto de partida la voluntad del deudor. El deudor, para poder
pagar, pide un préstamo a un tercero y procede al pago con la suma prestada al acreedor, subrogando
prestamista, en los derecho del antiguo acreedor.

Se exigen requisitos:
A. Requisito de solemnidad: el préstamo y la carta de pago documentados en escritura pública,
asegurando el derecho del tercero contra cualquier maniobra del deudor.
B. Dos declaraciones de voluntad: la primera en el préstamo donde el deudor debe declarar que el
préstamo se solicita para pagar determinada deuda y manifestando que subroga al prestamista en los
derechos del acreedor originario, y en la carta de pago debe declararse por parte del acreedor que el pago se
ha efectuado con dinero del nuevo acreedor.

Subrogación legal
Este tipo de subrogación se produce de pleno derecho, por el hecho de configurarse alguna de las hipótesis
legalmente previstas sin que sea necesaria declaración de voluntad alguna.

Andrea Valenzuela – 2016 112


Las principales hipótesis se encuentran en el art 1472:
a. Pago de codeudores solidarios o con obligación individual y fiadores.
b. El pago por un tercero con consentimiento del deudor
c. Las reguladas en el numeral 1, 3 y 4 del artículo.

Efectos de la subrogación
Los efectos están establecidos en el art. 1473. El principal efecto es que se produce (por el pago con
subrogación) una sucesión en el lado activo (acreedor) de la relación obligacional, de modo que el acreedor
originario (satisfecho con el pago) es sustituido por el solvens en la misma relación que permanece en todo lo
demás incambiada.
Tiene por lo tanto el subrogado los mismo derechos y posición que tenía el acreedor originario. No podrá tener
más derechos que el originario.

Limitaciones
a. El subrogado sólo puede ejercer los derechos y acciones del acreedor originario hasta la
concurrencia de la suma que él ha desembolsado.
b. En la subrogación convencional las partes pueden convenir determinadas limitaciones
c. En la relación interna de los conjuntamente obligados, el límite de la subrogación es la medida de
contribución de cada obligado.

CONCLUSIONES
1. El pago con subrogación se inscribe en una categoría más vasta como loas el cumplimiento de
obligación ajena. La obligación realizada por el tercer permanece vigente no siendo un modo de
extinción de obligaciones.

2. En la subrogación ese pago realizado por un tercero tiene como efecto el desplazamiento del
primitivo acreedor de la relación obligatoria y la ocupación de su lugar por el solvens, quien lo sucede. Se
produce en la relación obligatoria una mutación subjetiva en el lado activo, en lo demás la misma
permanece incambiada-

3. ES UN TIPO DE SUCESIÓN A TÍTULO SINGULAR DISPUESTA POR LA LEY Y FUNDADA


EN EL PAGO.

4. El pago con subrogación no constituye un ficción sino un fenómeno normal similar a la transmisión
hereditaria.

Requisitos objetivos del pago: objeto del cumplimiento


Exactitud del cumplimiento
De la constitución de la obligación deriva el deber de prestación, o sea del cumplimiento exacto al que
corresponde simetricamente el derecho del acreedor a la prestación.
Cumplir significa dar exacta ejecución a la prestación debida, lo cual implica que el acreedor consiga el
objeto de la obligación.
Se entiende como objeto de pago al conjunto de caracteres que debe tener la ejecución de la obligación por
el deudor para que pueda considerarse jurídicamente satisfecho el interés de acreedor.

La coincidencia o adecuación tiene dos aspectos fundamentales: el principio de identidad (misma


prestación debida) y el principio de integridad (toda prestación debida).

El principio de identidad
Se refiere a la identidad cualitativa, que es la identidad entre la sustancia del pago y el objeto de la
obligación. El principio de identidad surge del art. 1458.
Se fundamenta en la naturaleza bilateral de la relación obligatoria.

Andrea Valenzuela – 2016 113


La obligación supone un equilibrio bilateral entre sus dos sujetos (acreedor y deudor) de donde se sigue que
ninguno de ellos puede unilateralmente modificar el contenido del deber.

El principio de integridad
Se alude al aspecto cuantitativo, pues el acreedor tiene derecho no solo a que el deudor realice la misma
prestación debida (principio de identidad) sino también a que la efectúe en su totalidad (principio de
integridad).

El principio de integridad surge de varias disposiciones del Código Civil pero la más importante es lo que
establece el art. 1459: “El deudor no puede obligar al acreedor a recibir por partes el pago de una deuda
aunque sea divisible”.

El principio de integridad se funda en la naturaleza bilateral de la relación obligatoria y tiene tres aspectos
fundamentales:
1. Integridad propiamente dicha. El acreedor puede rechazar legítimamente un pago parcial.
2. Principio de indivisibilidad
3. La prestación principal va acompañada de los accesorios: gastos de cumplimientos, intereses,
frutos, etc. que se han pactado sean entregados juntos la prestación principal.

El principio de la diligencia del buen padre de familia.


El deudor está obligado a emplear la diligencia de un buen padre de familia (art. 1344).
El buen padre de familia es un hombre cuidadoso y vigilante, honrado, en el que se puede confiar. Se
exige diligencia media. Nuestro código implanta el concepto de culpa - diligencia (como dos caras de una
moneda).

Si el deudor no cumple con su obligación por incurrir en culpa, se aparta de la debida diligencia del buen padre
de familia, lo que conlleva a la existencia de responsabilidad contractual.

El principio de buena fe en el cumplimiento


La buena fe tiene validez universal y es un elemento lógico y ético del derecho, que por ser racionales y
humanos, son comunes para todos los pueblos.
Dicho principio consagra una gran norma de convivencia humana, impone a los sujetos comportarse
de cierta manera, actuando conforme al principio general de la buena fe.

Efectos del pago


Extinción de la obligación y liberación del deudor
Se extingue la obligación principal y sus accesorios, y por lo tanto la liberación del deudor (art. 1466).
Cuando el deudor paga, el crédito del acreedor se extingue, ya que se agota el interés suyo comprometido
en la obligación: el acreedor obtiene, por el cumplimiento del deudor, aquello que éste le debe.
El pago produce un carácter definitivo, ya que liquida definitivamente los poderes del acreedor para poder
cobrar.

Los pagos parciales no extinguen la obligación


El consentimiento del acreedor retirando la suma consignada sólo puede interpretarse como
“paga” cuando se trata la suma debida.

La negativa de recibir el pago parcial es lícita


El acreedor puede no aceptar el pago y resistirse en situación de pago de la deuda sin reajuste y ejercitar
acción judicial correspondiente.
Nulidad de pago con vicios o defectos
Siendo el pago un negocio jurídico, esto es una declaración de voluntad tendiente a la producción de efectos
jurídicos, debe considerarse alcanzado por el sistema de nulidades que es propio de los negocios jurídicos.

Andrea Valenzuela – 2016 114


Prueba del pago
Criterio amplio
El recibo de pago es la forma de probar la extinción de la obligación, pero la doctrina acepta más medios
para acreditar el pago.

El deudor al pagar su deuda está realizando un negocio jurídico de cumplimiento, está actuando su
voluntad (ejecutando la prestación) en consideración a la deuda preexistente (causa) con ánimo de cumplir
la obligación (animus solvendi) lo cual produce el efecto jurídico extintivo (extinción de obligaciones).

El art. 1595 establece que la prueba testimonial deberá consignarse por escrito público o privado, toda
obligación que tenga por objeto una cosa o cantidad cuyo valor exceda las 100 UR.

El recibo o carta de pago


El pago puede acreditarse por todos los medio de prueba, pero el medio típico es el recibo de pago.
SE entiende por recibo o carta de pago la declaración unilateral de voluntad del acreedor, expresada por
escrito, mediante el cual el acreedor reconoce que se le ha pagado.
No requiere solemnidad puede ser extendido en documento público o privado. La carta de pago
notarial
Se rige por las mismas reglas que el recibo de pago, pero en su formulación interviene un
escribano. Es una declaración mixta ya que tiene una declaración confesoria en la cual el acreedor reconoce
el pago efectuado y una naturaleza negocial, ya que su creador el notario tiene como función emitir
documentos cuya circulación en el tráfico jurídico sea pacífica e inobjetable.

LA COMPENSACIÓN
Concepto
Cuando dos personas son deudoras una de otra se opera entre ellas una compensación que extingue
ambas deudas, del modo y en los casos que van a expresarse (art. 1497).
La compensación es un modo de extinción de las obligaciones que se da cuando dos personas tienen relación
de crédito y de deuda en situación inversa, una es acreedora de la otra y al mismo tiempo deudora.
La deuda de cada uno se reduce en proporción de su crédito y viceversa. Las respectivas deudas valen la una
como pago de la otra y los créditos se extinguen en consecuencia.
Importancia práctica
Es un medio ágil de extinción de obligaciones. Es más económico, ya que es inútil realizar dos pagos
recíprocos cuando estos pueden ser evitados.
La compensación permite garantizar el cobro del crédito del acreedor ante la eventual insolvencia del
deudor.
Finalmente también sirve para evitar las posibles contiendas judiciales que sería necesaria llevar adelante
si no operarse la compensación en los casos de obligaciones recíprocas incumplidas.

Clases de compensación
Las formas de compensación son: legal, facultativa o voluntaria y la judicial.

Compensación legal
Es la forma más típica. La compensación opera por ley, sin que sea menester la intervención de las partes.
Está definida en el art. 1498 “se verifica ipso jure por el solo ministerio de la ley, aun sin noticia de los
deudores, así deudas se extinguen recíprocamente en el instante en que existen a la vez, hasta la suma
concurrente de sus cantidades respectivas”.
Requisitos para que opere la compensación legal
a. reciprocidad, las partes deben reunir la calidad de acreedora y deudora una de la otra, y debe ser
de carácter personal.
b. homogeneidad, el objeto de ambas deudas deben ser del mismo género y la
compensación sólo procede entre deudas de dinero o cosas fungibles.

Andrea Valenzuela – 2016 115


c. liquidez, el crédito se tiene por líquido si se justifica dentro de diez días. la liquidez implica que
el monto objeto de la compensación esté determinado con precisión.
d. exigibilidad, que se haya vencido el plazo o se haya cumplido la condición. Las obligaciones
sujetas a plazo o condición no son compensables. Las obligaciones naturales tampoco lo son, por no
ser exigibles.

Casos en que no procede la compensación legal


1. No tiene lugar en perjuicio de derechos ya adquiridos por un tercero (art. 1512).
2. Las deudas y créditos entre particulares y el Fisco son compensables menos en los siguientes caso: Si las
deudas de los particulares provienen de remate de cosas del Estado y en el caso de que las deudas de los
particulares se hallen comprendidas en la consolidación de los créditos contra el Estado que hubiese ordenado
la ley.
3. El principio de compensación no es aplicable a los casos de demandarse la restitución de una cosa que
fue objeto de despojo, depósito o comodato (art. 1509).
4. No puede oponerse la compensación a la demanda de alimentos ni a la indemnización por algún acto de
violencia o fraude.
5. Deudor solidario (art. 1504).

Efectos de la compensación legal


El principal efecto es la extinción de las deudas, que se produce sin la intervención de las partes, de
pleno derecho.
Compensación facultativa o voluntaria
Esta puede dividirse a su vez en:
a. Convencional, nace del acuerdo de voluntades entre las partes de compensar deudas recíprocas, con el
fin de su extinción.
b. Facultativa, es el producto de la declaración unilateral de voluntad, que opera por la sola voluntad del que la
invoca, pudiendo imponer obligatoriamente a la otra parte. Se da cuando falta uno de los requisitos para la
compensación legal y una de las parte tiene interés, puede completar o subsanar.
Compensación judicial
Se verifica cuando aún no existiendo las condiciones exigidas por la ley, compete al juez concederla. No
está prevista en ningún artículo de nuestro código, sino que se trata de situaciones en que falta alguno de
los presupuestos de compensación legal.
La sentencia que hace lugar a la compensación judicial es de naturaleza constitutiva.

Noción de cumplimiento
Los derechos de obligación se caracterizan por su temporalidad, se constituyen con determinada finalidad
(la satisfacción del interés del acreedor) y tiene por objeto la realización de cierta prestación (dar, hacer o no
hacer alguna cosa) destinada a ejecutarse en cierto período de tiempo.

A través del pago o CUMPLIMIENTO se consuman o integran los dos elementos esenciales de la obligación:
el objeto y la finalidad.
El pago realiza el objeto de la obligación, pues el pago o cumplimiento consiste en la realización
voluntaria por el deudor, de la prestación debida.
La finalidad de la obligación, para que exista cumplimiento, necesita que el deudor actúe el contenido de la
obligación y que logre cierto resultado práctico: el interés del acreedor.

Concepto de cumplimiento en el Código Civil


El Código da una definición de cumplimiento en el art. 1448 que comprende dos elementos fundamentales:
a) realización de la prestación debida b) por el deudor.
El art. 1466 establece la consecuencia jurídica extintiva: “la paga, desde el momento en que se verifica,
extingue la obligación principal y las accesorias”.
El Código no menciona expresamente otro elemento del cumplimiento, que es la satisfacción del
acreedor, así que debe considerarse sobreentendido.
Andrea Valenzuela – 2016 116
Acepción estricta o técnica de cumplimiento
Obtención de la satisfacción del interés del acreedor, por medio de la actuación voluntaria (por el deudor)
de la prestación debida.
En esta acepción se integran los dos elementos de la obligación que deben consumarse en el cumplimiento:
la finalidad y el objeto de la obligación.

La finalidad de la obligación es la satisfacción del interés del acreedor, aquella es útil en la medida en que
constituya un mecanismo hábil para el logro de la satisfaccion del interes del acreedor.

Cumplimiento como negocio jurídico


El negocio jurídico es esencialmente una manifestación de voluntad con la particularidad de que no alcanza
para configurarlo con la mera voluntad sino que se debe exteriorizar con declaraciones o comportamientos.
Tampoco es concebible si no tiene un contenido y finalidad. El contenido (objeto) es aquello a lo que refiere la
declaración. La función instrumental no presenta una utilidad en sí misma, sino que se otorga para alcanzar
determinado fin (causa).

El negocio jurídico cumplimiento consiste en una manifestación unilateral de voluntad del deudor que se
exterioriza o es acompañada por un comportamiento mediante el cual se actúa el contenido de la obligación y
que es dirigida al acreedor y efectuada con la intención de dar cumplimiento a una obligación.
Esta manifestación unilateral de voluntad del deudor se exterioriza por medio de una declaración o
comportamiento, refiere a un objeto (contenido) y se realiza para cumplir con determinado fin.

También tiene un presupuesto inmediato que es la capacidad de obrar del deudor. Son aplicables también los
presupuestos externos del negocio jurídico: capacidad jurídica, poder normativo negocial.

Existen dos elementos específicos del cumplimiento:


a. carácter real: el pago no se agota con una mera declaración sino que esta debe ir acompañada
por un comportamiento (actuación del contenido de la obligación) que modifica la realidad
b. satisfacción del interés del acreedor: constituye la finalidad (última) de la obligación contraída y sin
cuya obtención no existe técnicamente el cumplimiento.

Validez del cumplimiento


Como en toda declaración negocial, resultan aplicables los requisitos de validez del art. 1261.

Todo cumplimiento presupone una deuda, la deuda constituye la causa del cumplimiento, así que si la deuda
fuera inexistente, el pago realizado sería absolutamente nulo por falta de causa, correspondiendo la repetición
de lo pagado indebidamente.
En lo referido a vicios de la declaración de la voluntad (error, violencia, dolo), el pago es susceptible de
anulación (nulidad relativa) por error del solvens, por pago obtenido por medios ilícitos. También puede
ser nulo el pago por el vicio de su objeto.

Eficacia del cumplimiento


El deudor debe realizar la misma prestación debida (principio de identidad, art. 1458) y en forma indivisible
(principio de la indivisibilidad, art. 1459). De no ser así, el acreedor no está obligado a recibirla, y en caso de
hacerlo sin percatarse, el pago no produce su normal efecto extintivo.
Hay otros dos requisitos que influyen en la eficacia del pago y son el poder de disposición y el poder de
representación.
El poder de disposición está contemplado en el art. 1449: “cuando por el pago debe transferirse la
propiedad de la cosa es preciso para su validez que el que lo hace sea propietario de ella y tenga
capacidad de enajenarla”.
No es requisito de validez como dice el artículo, sino de eficacia, ya que la tradición de cosa ajena es ineficaz,
no invalida. En la representación, el solvens debe tener el poder para realizar la prestación debida (por
ejemplo, hace la tradición de un bien inmueble).
Andrea Valenzuela – 2016 117
Efectos del pago
El efecto fundamental lo encontramos en el art. 1466: “El pago, desde el momento en que se verifica,
extingue la obligación principal y accesorias”.

Una de las consecuencias de la liberación del deudor está constituida por el derecho que tiene este de que
el acreedor le otorgue un recibo que pruebe la prestación realizada.
Este no se encuentra consagrado en el Código pero emerge del principio de buena fe y de la obligación del
acreedor de cooperar con el deudor para hacer posible el cumplimiento.
Es inaceptable que cualquiera de las partes actuando unilateralmente pretenda dejar sin efecto un pago ya
realizado, pero ambas partes de común acuerdo podrán dejar sin efecto la extinción de la obligación ya
operada, mientras no afecte a los derechos de terceros.

El pago consiste en la realización del derecho del acreedor (satisfacción de su interés) por medio de la
actuación del contenido de la obligación por el deudor. En sentido estricto solo se habla de pago cuándo es
el deudor el que cumple la prestación.

Cuando el pago es efectuado por un tercero, aunque el acreedor quede satisfecho en su interés, la
obligación puede extinguirse o no, según las circunstancias y las condiciones en que se haya hecho el pago.

Cuando hablamos de subrogación y hacemos referencia a terceros no es solo referido a interesados y no


interesados, sino también de aquellos que son deudores pero no están destinados a soportar todo o parte
de la deuda que han pagado.

PAGO CON SUBROGACIÓN


El pago con subrogación es la categoría más amplia del cumplimiento de obligación ajena, comprendiendo los
casos en que el solvens es un tercero pero también en aquellos que estando el solvens (en primera instancia)
obligado al cumplimiento (fiador, codeudor) puede luego recuperar todo o parte de lo pagado exigiendo su
reembolso a los demás coobligados o al deudor principal.

El pago con subrogación consiste en que un tercero paga una obligación ajena y sustituye al acreedor en la
relación jurídica. Esta modalidad de pago constituye una garantía para el nuevo acreedor, de que se le va a
reintegrar la totalidad de lo pagado. Existen tres clases de subrogación, la convencional, la legal y la judicial.
El pago con subrogación traspasa al nuevo acreedor todo el derecho y privilegios de la antigua obligación.

1468. La subrogación es una ficción jurídica por la cual una obligación extinguida por el pago hecho por un tercero, se juzga que
continúa a favor de éste, como si formase una misma persona con el acreedor.

Naturaleza jurídica
Sucesión a título singular fundada en el pago

La subrogación no es un modo de extinguir obligaciones, sino un fenómeno de sucesión, se produce siempre


que permaneciendo incambiada la relación jurídica, se produce una mutación de sujetos.
En la subrogación el fenómeno sucesorio se apoya en la ley, aún en los casos de subrogación
convencional.

El verdadero pago es sólo del deudor, la actividad satisfactiva del interés del acreedor (cuando no lo
efectua el deudor) no determina de por sí la extinción de la obligación. Cuando el pago es efectuado por
un tercero, dicho pago constituye el presupuesto del efecto sucesorio. Producido el pago (fundamento)
el crédito se transmite (sucesión) al solvens por efecto de la ley, la cual establece dos posibles
presupuestos:
a. La subrogación legal (cuando el pago lo realizan los codeudores, fiadores o terceros interesados.
b. La subrogación voluntaria, que además del pago, la ley exige que en forma simultánea a este el
acreedor (art. 1470) y el deudor (art. 1471) efectúen una declaración de voluntad.
Andrea Valenzuela – 2016 118
En la cesión de crédito, el crédito es considerado más un bien que un derecho, el crédito es el objeto del
negocio y el fenómeno sucesorio adviene por efecto de un doble negocio (cesión-tradición), siendo estos
declaraciones de voluntad.

Pero en la subrogación, el fenómeno sucesorio adviene por ley, presentando analogía con la sucesión por
mortis causa. En este caso, la ley toma un hecho material que es el fallecimiento como fundamento de
sucesión hereditaria, en la sucesión que deriva de la subrogación, la ley toma el negocio jurídico pago que
es efectuado por un tercero como fundamento del fenómeno sucesorio y establece en ciertos casos la
sucesión de pleno derecho por el solo hecho del pago (subrogación legal) y en otros además del pago
existe una especial declaración de voluntad del acreedor al deudor expresando el ánimo de subrogar.
En los dos casos es el pago el que fundamenta el hecho sucesorio, por más que en la voluntaria debe ir
acompañado de la declaración de voluntad.

La subrogación voluntaria
Subrogación por voluntad del acreedor
También llamado subrogación por pago, se encuentra regulado en el art. 1470 y exige tres requisitos:
1) Que el acreedor reciba el pago de manos de un tercero no interesado. Porque si ese fuera el caso sería
subrogación ipso iure, sin necesidad de una declaración de voluntad del acreedor.

2) Declaración del acreedor manifestando su voluntad de subrogar al deudor.

3) Declaración que debe hacerse de forma simultánea al pago.


Subrogación por voluntad del deudor
También denominada subrogación por empréstito se encuentra regulada por el art. 1471 y tiene como punto
de partida la voluntad del deudor.
El deudor a efectos de pagar una deuda anterior, solicita un préstamo a un tercero que procede al pago del
acreedor anterior (con la suma prestada por el tercero) subrogando al prestamista en los derechos del
antiguo acreedor.
Este tipo de subrogación está sometida a determinados requisitos de forma para evitar fraudes.

Requisitos
La ley exige ciertos requisitos a efectos de proteger los derechos de terceros.
1. Requisito de solemnidad, el préstamo y la carta de pago sean documentados en escritura
pública. Ya que el documento tiene fecha cierta e impide que el deudor reviva un crédito ya extinguido
para perjudicar a los acreedores subsiguientes.
2. Dos declaraciones de voluntad, una en el préstamo, que se debe aclarar que el préstamo se solicita
para pagar determinada deuda y que subroga al prestamista en los derechos del acreedor originario y en la
carta de pago, que debe aclararse por el acreedor que el pago se ha efectuado con dinero del nuevo
acreedor.

La subrogación legal
Es la que se produce de pleno derecho, solo por configurarse alguna de las hipótesis legalmente previstas,
sin que sea necesario que se realice una declaración de voluntad al respecto.
Las principales hipótesis previstas se encuentran en el art. 1472 del Código Civil. Se agrupan tres tipos de
situaciones: a) la de aquellos que junto con el deudor, están obligados a pagar, b) la de aquellos terceros que
pagan la deuda ajena con consentimiento del deudor y c) la de aquellos que sin estar obligados a pagar,
tienen un interés especial en el cumplimiento (terceros interesados).

Codeudores, fiadores (art. 1472 nº 2)


Comprende a todo aquel que estando obligado con otros o por otros al pago de la deuda tenía interés en
cubrirla.

Andrea Valenzuela – 2016 119


Por ejemplo, cuando uno de los codeudores solidarios o indivisibles paga la deuda, se subroga legalmente
en los derechos del acreedor contra los demás obligados (por la parte que a cada uno le corresponde)
dividiéndose la deuda entre todos ellos.

Pago por un tercero con el consentimiento del deudor


Esta categoría comprende una serie de variantes de los diferentes subsectores como codeudores (o
fiadores), terceros interesados y terceros no interesados.
La delegación acumulativa constituye un ejemplo de pago por codeudor (o fiador), el pago por el tercero que
asume (con el deudor originario) el pago de la deuda (carga de deuda ajena) es un ejemplo de paga por
tercero interesado y la hipótesis del pago por un delegado en el pago constituye un ejemplo de paga por un
tercero no interesado.

Terceros interesados
Son aquellos que sin ser deudores, por estar vinculados jurídicamente con algunos de los sujetos de la
obligación o con el objeto de ella, pueden resultar perjudicados si la obligación no es cumplida.
a. El que siendo acreedor paga a otro acreedor de preferencia en razón de su privilegio o hipoteca.

b. En favor del que habiendo adquirido un inmueble es obligado a pagar a los acreedores a quienes
el inmueble está hipotecado.

c. En favor del heredero beneficiario que paga con su propio dinero la deuda de la herencia.

Efectos de la subrogación
Por efecto del pago con subrogación, se produce una sucesión en el lado activo (acreedor) de la relación
obligatoria, de modo tal que el acreedor originario (satisfecho con el pago) es sustituido por el solvens en la
misma relación que permanece incambiada.
El solvens queda colocado en la misma posición que tenía el acreedor originario. No puede pretender más
derechos que los que tenía el acreedor primitivo. No estará en condiciones de reclamar eventuales gastos,
daños o perjuicios, sufrirá el plazo de prescripción que haya corrido y si no venció el plazo deberá esperar su
vencimiento para exigir el pago.

El subrogado a su vez es colocado en la misma posición que tenía el acreedor originario en todos su
derechos, acciones y garantías, tanto contra el deudor principal como de sus fiadores (art. 1473).
El solvens sucede al acreedor en todas sus garantías, prendas, hipotecas, fianzas, anticresis. Lo mismo
ocurre con los eventuales privilegios del crédito originario, ya que la subrogación no modifica su
naturaleza.
El deudor puede oponer contra el solvens todas las excepciones referentes al crédito transmitido en sí
mismo (excepciones reales) como prescripción, nulidad, vicios.
En lo que respecta a las excepciones personales del acreedor originario estás solo pueden serles opuestas
al solvens si son anteriores al pago, luego del pago el solvens deviene acreedor y por lo tanto el deudor ya
no puede oponerle por ejemplo una ulterior compensación que luego del pago hubiera surgido entre el
deudor y el acreedor originario.

Limitaciones
El subrogado sólo puede ejercer los derechos y acciones del acreedor originario hasta la concurrencia de la
suma que él ha desembolsado realmente para la liberación del deudor. Se produce únicamente hasta el
monto pagado. El pago es el fundamento de la subrogación, el solvens sucede al acreedor originario porque
ha pagado la deuda ajena y en la medida de ese pago.
La subrogación convencional las partes pueden convenir limitaciones, por ejemplo, el acreedor puede
reservarse determinada garantía.
En la subrogación legal producida por el pago de aquellos que están obligados con otros, en la relación
interna de los coobligados, el limite de la subrogación es la medida de contribucion de cada obligado.

Andrea Valenzuela – 2016 120


Pago parcial (art. 1474)
El pago parcial es el que se produce cuando el acreedor primitivo recibe del solvens una parte del monto
del crédito sin renunciar al cobro del saldo.

En el derecho uruguayo el art. 1474 regula parcialmente esta cuestión en lo referente a privilegios y garantías.
En lo que refiere a éstas, otorga una preferencia al acreedor primitivo (contra el solvens) por el saldo impago.
Pero nada dice acerca del principio general, es decir, de lo que ocurre en caso de pago parcial, con el
crédito en sí mismo. Ante el silencio del legislador, rigen los principios generales. El crédito principal se
prorratea (según la parte pagada) entre el acreedor y el solvens, como ocurre en el Sistema Italiano.

Conclusión
El pago con subrogación se incluye dentro de la categoría del denominado “cumplimiento de obligación ajena”.
La obligación cumplida por el tercero permanece vigente, pero no constituye un modo de extinción de
obligaciones. Consiste en la realización de un pago por un tercero, en ciertas condiciones, que tiene por efecto
el desplazamiento del primitivo acreedor de la relación obligatoria y la ocupación de su puesto por el solvens,
quien lo sucede por el monto efectivamente pagado, en el lado del activo de la referida relación jurídica, que
permanece incambiada y en todos sus accesorios, privilegios y garantías.
Es un tipo de sucesión a título singular dispuesta por ley y fundada en el pago.

En la subrogación el fenómeno sucesorio adviene por ley, la cual toma como fundamento el pago efectuado
en determinadas condiciones o con determinados requisitos, y la propia ley dispone el fenómeno sucesorio
en forma análoga a lo que acontece en la transmisión hereditaria.
Tiene su diferencia con la cesión de créditos que la cual al ser un contrato, se apoya en la voluntad, siendo
esta y no la ley la que otorga la fuerza propulsora de la transmisión.

OBLACIÓN Y CONSIGNACIÓN
Procedimientos de liberación coactiva
Los presupuestos esenciales para iniciar válidamente el procedimiento de liberación coactiva son la
“existencia de una obligación exigible”y la “mora del acreedor”.

El deudor no puede iniciar el procedimiento de liberación coactiva si la obligación aún no es exigible. El art.
1482 exige que el plazo haya vencido y que se haya realizado la condición-

El segundo presupuesto es el rehusamiento o negativa del acreedor a recibir la paga ofrecida. La previa
constitución del acreedor en mora en vía extrajudicial no es un requisito de carácter indispensable. El deudor
puede acudir directamente a la vía judicial iniciando el trámite de oblación, sin tener que haber acreditado
haber constituido mora ante el acreedor, ya que la oblación es un medio legítimo para constituir en mora al
acreedor si éste no ha caído previamente en mora por vía extrajudicial.

La oblación y la consignación son un tipo esencial de ejecución forzada específica del derecho del deudor a
liberarse. Es al deudor a quien interesa hacer caer al acreedor en mora lo antes posible, evitando que ello
ocurra recién en el momento de la oblación, pero la oblación constituye un mecanismo de intimación que
reúne todos los requisitos necesarios para constituir en mora al acreedor si el deudor no lo había hecho caer
antes.

Objeto
La oblación y consignación para ser válidas, deben efectuarse dando cumplimiento a los principios que
gobiernan el pago, es decir, de conformidad con los principios de identidad e integridad que gobiernan la
denominada exactitud del cumplimiento.

Trámite de oblación y consignación ante juez de paz


El juzgado competente es el Juzgado de Paz del lugar señalado para el pago o en su defecto el
Juzgado de Paz del domicilio del acreedor o del lugar del contrato.
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La finalidad que tiene el deudor al realizar este trámite es doble:
a. En primer lugar, obtener la cooperación judicial para lograr así la ejecución de la prestación, pues,
si el acreedor no lo ha querido “recibir”, resulta imposible al deudor lograr, sin la cooperación judicial, la
ejecución integral (la consumación) de la prestación consistente precisamente en entregar o al menos poner
la cosa a disposición del acreedor.
b. Deja constatado fehacientemente el ofrecimiento por el deudor al acreedor de la prestación
adeudada, la negativa del acreedor a recibirla y la consignación de la suma (o la puesta a disposición de
la cosa cierta o genérica).
Es un trámite de jurisdicción voluntaria, ya que el acreedor puede dejar constancia en actas de las razones
por las cuales se niega a aceptar la prestación que el deudor ofrece.

El procedimiento a seguir resulta de los arts. 1482, 1483, 1488 y 1489 del Código Civil.

En el procedimiento de obligaciones de dar una suma de dinero existen dos etapas necesarias que
son la oblación (art. 1482) y la consignación (1483).
Se funda en la naturaleza del objeto de la obligación (el dinero) el cual, para que la ejecución de la prestación
se consume, no alcanza con la intimación del acreedor (poniendo a su disposición el bien) sino que exige
además efectuar el depósito de la suma adeudada (intereses etc) en la Institución Oficial competente.
En el escrito inicial el deudor solicita al Juez que intime al acreedor a que reciba la suma adeudada.
Seguidamente el Juez intima al acreedor en los términos solicitados y lo cita a una audiencia.

Si el dia de la audiencia el acreedor comparece, el deudor debe pagar en el mismo acto y el trámite queda
concluido. Si el acreedor no comparece, el Juez levante un acta dejando constancia de ello y dispone que el
deudor deposite la suma oblada en la Institución Oficial que corresponda. El Juez deberá comunicar al
acreedor todo lo actuado y comunicarle que la suma se encuentra a su disposición.

El efecto esencial del trámite de oblación y consignación ante el Juzgado de Paz es el de marcar el momento
en el que el deudor se ha desprendido de la suma a entregar o a puesto la cosa cierta o genérica a
disposición del acreedor.
Al finalizar dicho trámite, el deudor habrá realizado todo lo que estaba a su alcance para cumplir la
obligación. La falta de cooperación del acreedor habrá sido suplida por la cooperación del Juez de Paz.

Por más que la ejecución de la prestación logra consumarse no se puede hablar técnicamente de pago o
cumplimiento, ya que no es una ejecución voluntaria y no produce en consecuencia la satisfacción del
interés del acreedor.

Síntesis general de los procedimientos de liberación coactiva


1. La finalidad esencial de la obligación es la satisfacción del interés del acreedor, pero el
ordenamiento tutela también el interés del deudor a no ver agravada su situación por hechos imputables al
acreedor. La no cooperación del acreedor, impide que el deudor se libere y agrava su situación.

2. La figura del acreedor, además de tener el derecho a obtener la satisfacción de su interés, existe
también una obligación secundaria de cooperar con el deudor a efectos de hacer posible el cumplimiento.

3. El deudor tiene derecho a ser liberado de su obligación.

4. Frente al derecho del deudor a liberarse, la situación pasiva del acreedor no es de sumisión ni de
carga, sino de obligado a cooperar con el deudor para hacer posible el cumplimiento, es una obligación de
hacer, susceptible de ejecución forzada a través de la Oblación y Consignación.

5. La mora del acreedor constituye una etapa preliminar dentro del mecanismo legal de protección del
interés del deudor. Su función no es extinguir el vínculo obligacional sino intimar al acreedor a que reciba la
prestación, constatar la falta de cooperación del acreedor y trasladar al acreedor las consecuencias
Andrea Valenzuela – 2016 122
económicas desfavorables derivadas de dicha falta de cooperación.
Las consecuencias son:
- La situación de mora en la que cae el acreedor configura una hipótesis de causa extraña (art. 1342) que
elimina la imputabilidad del incumplimiento del deudor.
- Cesan de correr los moratorios.
- Cesa la eventual obligación de conservación productiva de la cosa.
- Traslada al acreedor todos los gastos causados, a condición de que el deudor cumpla con todos los
procedimientos del art. 1481 y que la consignación sea declarada bien hecha.

6. La mora del acreedor no extingue el vínculo obligatorio. Para que esto ocurra el deudor deberá
promover los procedimientos de liberación coactiva.

7. La finalidad del trámite ante el Juzgado de Paz es la de constatar el ofrecimiento por el deudor de la
suma o cosa adeudada, la negativa del acreedor de recibirla y el depósito de la suma de dinero o la puesta a
disposición de la cosa cierta o genérica. Al finalizar este trámite, el deudor habrá realizado todo lo que estaba
a su alcance para cumplir la obligación.

8. La finalidad del procedimiento declarativo posterior ante el Juez competente (art. 1484) es la obtención
por el deudor (en juicio contradictorio con el acreedor) de una sentencia judicial que declare que la ejecución
de la prestación efectuada se adecua exactamente al objeto de la obligación contraída. Es una sentencia
declarativa, refiere a una prestación ya realizada preexistente al fallo y tiene un efecto retroactivo al momento
de la consignación.
9. Cuando se trata de una obligación de cosa cierta o genérica, las situaciones posibles son dos:
Si la obligación del deudor sólo consiste entregar o restituir la cosa, sin que ello incluya la tradición de la
misma, existen dos posibilidades:

- El deudor deposita la cosa en manos de un tercero, configurando un caso de contrato en favor de tercero
(art. 1256) al que le resultan aplicables las consideraciones formuladas en la obligación de suma de dinero
con ciertas particularidades. A partir de que el acreedor retire lo depositado o acepte el depósito se producen
los siguientes efectos: la obligación del deudor se extingue retroactivamente al día de la notificación de la
intimación judicial, caduca el derecho del deudor a revocar el depósito.

- Si el deudor asume el mismo la calidad de depositario, la cosa depositada continuará en su poder, pero
este asume desde la notificación de la intimación judicial las obligaciones de un depositario. Cuando el
acreedor retire, se extinguen las obligaciones del deudor con efecto retroactivo a la fecha de la notificación
de la intimación judicial.

Si la obligación de entregar incluye la tradición, el deudor sólo es responsable de ejecutar la prestación y


consentir la tradición. Pero como la tradición constituye un negocio jurídico bilateral, aunque el deudor cumpla
con su obligación emitiendo su consentimiento, no se puede cumplir con la tradición sin el consentimiento del
acreedor, no se perfecciona. Para esto será necesario que en el juicio ordinario solicite al Juez competente
que además de declarar bien hecho el depósito, condene al acreedor a aceptar la tradición o que el Juez la
acepte de oficio.

Andrea Valenzuela – 2016 123


FUNDAMENTOS DEL DERECHO CIVIL. MODOS DE EXTINCIÓN DE LAS
OBLIGACIONES
Berdaguer

Los derechos de obligaciones se caracterizan por su temporalidad, se constituye con determinada finalidad
(satisfacción del interés del acreedor) y tienen por objeto la realización de una prestación (dar, hacer o no
hacer alguna cosa) que debe cumplirse dentro de cierto período de tiempo, tras lo cual llegan a su destino
final que no es otro que la extinción.
El cumplimiento es el principal modo de extinción de la obligación ya que a través de él se concretan e
integran los dos elementos esenciales de la obligación: el objeto y la finalidad. El pago realiza el objeto de la
obligación porque el cumplimiento consiste en la realización voluntaria por el deudor de la prestación debida y
el pago realiza también la finalidad esencial de la obligación.
Para que exista el pago es necesario que el deudor actúe el contenido de la obligación y que además la
actuación del deudor logre la satisfacción del interés del acreedor.

El acreedor y el deudor tienen derechos correlativos y paralelos:


●Derecho del acreedor de la satisfacción de su interés
Este se fundamenta en que caso de incumplimiento, el ordenamiento faculta al acreedor para promover los
procedimientos de ejecución forzada, y obtener la satisfacción de su interés, ya sea por forma específica o
por equivalente.
●Derecho del deudor a ser liberado
Mientras la obligación se haya pendiente el deudor se encuentra en una situación de subordinación, por eso
el ordenamiento tutela el derecho del deudor a que el acreedor no agrave su situación.
La liberación normalmente se concreta por el cumplimiento, cuando el deudor realiza la prestación debida, el
acreedor logra la satisfacción de su interés y el deudor como consecuencia del pago concreta su liberación.
Pero si el acreedor obstaculiza el cumplimiento que intenta realizar el deudor, no cooperando con este para
hacerlo posible, el deudor tiene derecho a liberarse mediante los procedimientos de liberación coactiva del
deudor (mora del acreedor, oblación y consignación, juicio declarativo posterior) que permiten al deudor
concretar su derecho de liberación.

Código Civil Uruguayo


Art. 1447 Código Civil: Aparece como una forma de clasificar los modos de extinguir las obligaciones. A partir
del hecho ilícito surge un negocio bilateral de que o como se va a reparar el daño o el patrimonio. Se da una
fuente negocial.

Art. 1447 num. 1: La paga, se refiere al cumplimiento, art. 1448.


Art. 1447 num. 2: Compensación: Deudas recíprocas. La ley determina que se dé un efecto de pleno
derecho y aún sin conocimiento de los deudores.
Art. 1447 num. 3: Remisión: Renuncia del acreedor.
Art. 1447 num. 4: Novación: No se satisface el interés del acreedor (esto es relativo). Ej.: Le debo a B $100, y
sustituyó esa obligación por deberle una silla.
Art. 1447 num. 5: Confusión: Cuando se reúnen en una misma persona deudor y acreedor.
Art. 1447 num. 6: Imposibilidad del pago: se da en el caso fortuito o fuerza mayor. Debo una silla y se
destruye o se pierde. Da lugar a los riesgos.
Art. 1447 num. 7: La anulación o declaración de nulidad: Destruye la fuente (art. 1261 Código Civil:
validez, capacidad, objeto, causa, problema de vicios por la falta de elementos).
Art. 1447 num. 8: La excepción que resulta de la prescripción (art. 1188 Código Civil): Más que atacar la
fuente por el transcurso del tiempo, existe la posibilidad de oponer la prescripción.
Crédito que yo debo y pierdo un plazo.
Art. 1447 num. 9 : La condición resolutoria tiene como efecto que la obligación se resuelve si se cumple la
condición. Es un requisito legal de eficacia y es un suceso futuro e incierto.

Andrea Valenzuela – 2016 124


El dejar sin efecto el negocio tiene como presupuesto la existencia anterior del negocio. Los modos se
clasifican en modos satisfactivos y no satisfactivos. La novación es un modo no satisfactivo de extinguir.
Son satisfactivos o no del interés del acreedor.
Otra clasificación se vincula al cumplimiento, al incumplimiento y a la imposibilidad del cumplimiento. Los
numerales 1 al 4 se vinculan al cumplimiento, los numerales 5 al 7 a la imposibilidad del cumplimiento –
cuando hay nulidad no se restituye, se repristina (vuelven para atrás las obligaciones).

COMPENSACIÓN
La compensación está regulada en nuestro ordenamiento como un modo de extinción de las obligaciones,
siendo dos sujetos a la vez deudores y acreedores recíprocos (el uno del otro) la compensación extingue
las obligaciones respectivas que cada uno tiene contra el otro (neutralizandose ambas entre sí) hasta el
monto concurrente de la menor de las dos.

Existen cuatro clases posibles de compensación:


● Compensación legal, que es la única regulada expresamente en los art. 1497, 1498 y 1513 del CC. Su nota
fundamental es que la extinción de ambas obligaciones se produce de pleno derecho por el solo imperio de la
ley, pero la ley exige como condición la presencia simultánea (en las dos deudas recíprocas) de ciertos
requisitos: que las deudas sean del mismo género, líquidas, exigibles y personales (art. 1499).
● Compensación facultativa, en la cual la falta de alguno de los requisitos impide la compensación legal, es
superada por la declaración unilateral de voluntad de aquella parte a quien beneficia dicho requisito faltante
● Compensación convencional, a cual presenta dos modalidades:
- Existiendo entre dos sujetos dos obligaciones recíprocas la ausencia de algunos de los requisitos de la
compensación legal es suprimida por el acuerdo expreso de partes
- En un contrato normativo, las partes regulan para el futuro las reglas de la compensación de ciertas
obligaciones recíprocas que contrajeran entre si a futuro, modificando el régimen legal
● Compensación judicial, en la cual es la sentencia del juez que hace operar la compensación, siempre que
el demandado por el acreedor le haya contrapuesto al actor una demanda reconvencional.

REMISIÓN
La remisión es una subespecie de renuncia, siendo la ejemplificación más típica de la renuncia. Se define
como aquella especie de renuncia cuyo objeto es un derecho de crédito y cuyo sujeto (aquel que la realiza)
es el acreedor del referido crédito.

La renuncia
La renuncia no tiene por objeto deberes: es un acto por el cual el sujeto abandona un derecho que le
pertenece. No se discute que se puede renunciar a los derechos subjetivos (derechos, reales, derechos
personales). No sólo puede disponerse de los derecho sino también de las ventajas.
También puede renunciarse a las facultades, el titular de un derecho subjetivo puede renunciar no sólo a la
totalidad del derecho que es titular sino también a algunas facultad que emergen de este. Un acreedor puede
renunciar a la facultad de solicitar la ejecución forzada específica de su obligación en caso de incumplimiento,
manteniendo la facultad de reclamar la ejecución por equivalente.
Se puede hacer renuncia de los derechos potestativos, por ejemplo la purga de la mora, la cual implica la
renuncia de reclamar los perjuicios de la mora y la opción de optar por la resolución del contrato.
Por último, también se puede renunciar a derechos futuros, por ejemplo respecto a la facultad de la
legitimación para disponer del enajenante el art. 1681 determina que la futura legitimación superveniente en
el caso de que el enajenante adquiriera el bien ya vendido. Nada obstaría a que dicho derecho futuro y
eventual fuera renunciado por el actual comprador de la cosa ajena.

Caracteres de la renuncia como negocio jurídico


●Unilateral
●Abdicativo: en el acto de la renuncia, el titular de un derecho dimite pura y simplemente del mismo, sin que
exista un acto preordenado para transferirlo a otro sujeto. El renunciante pierde el derecho renunciado
independientemente de que otro lo adquiera o no.
Andrea Valenzuela – 2016 125
La remisión. Concepto. Modo de extinción no satisfactivo
La remisión es la renuncia gratuita de un derecho de crédito. Así como el acreedor puede disponer de su
derecho de crédito a favor de otros, puede también hacerlo a favor del propio deudor, desligandolo del vínculo.
La ley no tiene intención de conservar la obligación contra la voluntad del acreedor, sino que intenta favorecer
su liberación.

En la remisión se produce la extinción de la obligación y la liberación del deudor sin que se produzca la
satisfacción del interés del acreedor, ya que formula unilateralmente una declaración de voluntad recepticia
dirigida al deudor por la cual le comunica que la obligación está extinguida (arts. 1515 y 1517)

Existen otros modos de extinción no satisfactivos como la imposibilidad de pago, que consiste en la extinción
de la obligación cuando la prestación deviene imposible por caso fortuito o fuerza mayor sin culpa del deudor
(arts. 1549 y ss).

La liberación coactiva del deudor, en virtud de la cual ante la negativa o dificultad del deudor para proceder el
cumplimiento voluntario, se promueven los procedimientos de liberación de su obligación (mora del acreedor,
oblación y consignación, juicio declarativo posterior, arts. 1481 y ss) y se libera judicialmente de su obligación
siendo por completo indiferente que el acreedor luego retire la suma o la cosa depositada. La extinción se
produce igual si el magistrado declara bien hecha la consignación antes realizada.

Y por último la prescripción liberatoria, que regula la situación en la cual tras dejar pasar (el acreedor, por su
omisión) los plazos legales que le otorga el ordenamiento jurídico para exigir judicialmente el cumplimiento de
su obligación, pretende luego de vencidos los mismos, promover igualmente su demanda. El deudor tiene el
derecho potestativo de oponer la excepción de prescripción y si el juez tras verificar el cumplimiento de los
términos y la inexisten de interrupciones, sentencia que declara la prescripción liberatoria, y solo subiste en
adelante una obligación natural.

Fundamento de la remisión
El derecho subjetivo es el poder atribuido y garantizado (protegido) por el ordenamiento jurídico y atribuido al
sujeto, a fin de que se valga de él para satisfacer su interés.
La pertenencia del derecho subjetivo al sujeto se denomina titularidad. Se dice que solo el sujeto titular del
referido derecho está legitimado para poder disponer del mismo.
Los derechos patrimoniales son en general disponibles por sus titulares, ya que se hallan destinados a
satisfacer intereses económicos y por ello son todos transferibles, prescriptibles y renunciables.

El derecho subjetivo de crédito consiste en el reconocimiento de la relevancia de una voluntad. Es lógico que
tal derecho cese y la relación obligatoria se extinga cuando el sujeto renuncia a ese poder que solo ha sido
creado en su exclusivo interés).

Efectos de la remisión
El efecto de la remisión es la extinción del crédito y de la deuda, o sea, la extinción de la obligación y
la liberación del deudor.
La remisión es una declaración unilateral de voluntad del acreedor de carácter recepticio, por lo cual los
efectos extintivos se producen en el momento en que dicha declaración de voluntad llega al destinatario, o se
al deudor.
A partir de ese momento los efectos se tornan irrevocables, el crédito queda extinguido y no depende de
que el deudor acepte o no.

En algunos casos se exige la inscripción en los Registros Públicos respectivos, sobre todo en los casos que
la remisión afecta a un derecho que integra un acto o negocio que está inscripto.
Por ejemplo si refiere a un vehículo automotor, se deberá registrar en el Registro de Propiedad de
Automotores.

Andrea Valenzuela – 2016 126


Remisión en caso de solidaridad
Solidaridad activa
De acuerdo a lo dispuesto en el art. 1396 num. 5 “la remisión hecha por uno de los acreedores libra al
deudor respecto de los otros si estos no lo habían demandado judicialmente todavía”.

En sede de solidaridad activa cada acreedor tiene la potestad absoluta de disposición sobre todo el crédito,
incluido el poder de remitirlo. En consecuencia, si por un acto unilateral y recepticio el acreedor remite el
crédito y en virtud de ello el crédito se extingue, dicha extinción no opera solo con respecto al acreedor
remitente, sino que también respecto de los demás coacreedores. El deudor queda liberado de su deuda
respecto de todos los acreedores.

Solidaridad pasiva
Rige al respecto el art. 1521 el cual establece que la remisión total del crédito hecha en favor de uno de los
codeudores solidarios libera a todos los demás, a no ser que el acreedor se haya reservado expresamente
su derecho contra estos. Verificada la remisión con esa reserva, es aplicable lo dispuesto por el art. 1400.
La remisión total del crédito hecha por el acreedor a favor de uno solo de los deudores solidarios no solo lo
libra a éste sino que libera a todos los demás excepto que hubiera hecho reserva expresa contra los demás.

NOVACIÓN
El art. 1525 del CC define la novación como la sustitución de una nueva obligación a la antigua que queda
extinguida.

La sustitución jurídica es esencial en la noción de novación. La obligación nueva sustituye a la antigua. Existe
un ligamen que vincula la extinción de la obligación primitiva con el simultáneo nacimiento de la nueva: la
obligación primitiva nunca se hubiera extinguido si no hubiera nacido la nueva para ocupar su lugar, por la
misma razón la obligación nueva jamás habría nacido si no hubiera existido antes una obligación primitiva
válida a la cual la nueva tuvo como función extinguir definitivamente.

La novación no puede calificarse como un modo de extinción satisfactivo, pues tal calificativo presupondria
poner el énfasis solo en la generación de la obligación nueva y creer erróneamente que la extinción de la
obligación primitiva solo sería un simple reflejo de la creación de la obligación nueva.
Por el contrario la novación es su integralidad es el efecto de la voluntad de las partes que se consideran
esencial la realización del fenómeno novativo. La extinción no es un mero efecto accesorio de la generación
de la obligación nueva, sino que es el interés común de ambas partes, que quieren ambas cosas a la vez, es
decir la sustitución del vínculo originario por el nuevo, el efecto extinción creación es interdependiente e
indisociable porque deriva de una causa única.

La novación como contrato


Es un contrato cuya intención consiste en propender a la extinción de una obligación precedente con el fin
de crear una nueva.

Al tratarse de un contrato, se exige que ambas partes tengan capacidad para contratar. Quien renuncia a la
obligación anterior debe tener poder de disposición sobre la misma (ser su titular) puesto que la novación,
además de la creación de una obligación nueva, incluye una subespecie de renuncia respecto de la
obligación anterior.

No se exigen formalidades del consentimiento ni solemnidad alguna en la forma (a no ser que el objeto
modificado sea de carácter solemne).
Su objeto debe ser determinado, lícito y posible. El objeto específico de la novación es doble:
a. la creación de una nueva obligación (diferente a la anterior en cuanto a objeto, causa o sujetos).
b. extinción de la obligación preexiste con carácter definitivo.

Andrea Valenzuela – 2016 127


PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
La regla general es que con el correr del tiempo todo derecho se extingue por prescripción si su titular no lo
ejercita dentro del término fijado por la ley.

La falta de ejercicio del derecho por su titular en el transcurso del tiempo tiende a consolidar una situación de
hecho que se traducirá finalmente en una situación de derecho que se concretará con la imposibilidad
definitiva del titular de ejercer coactivamente el referido derecho.

Una vez transcurrido el término legal, si el titular del derecho prescripto reaccionara tardíamente y pretendiera
luego accionar contra su deudor, reclamando judicialmente el pago, dicho acreedor no obtendría la tutela del
ordenamiento a efecto de ejecutar forzadamente su crédito.

El transcurso del tiempo y la inercia del titular del derecho son los dos elementos fundamentales que
caracterizan a la prescripción cuyo efecto en términos generales se concretará al cumplirse el plazo de
prescripción en la imposibilidad de su titular de obtener la tutela jurisdiccional de su derecho lo cual le
impedirá ejecutarlo forzadamente.

“La prescripción es un modo de adquirir o de extinguir derechos ajenos”. art. 1188.


Pero no es tan simple ya que el art. 1447 en su numeral 8 dice “la excepción que resulta de la
prescripción con arreglo de lo dispuesto en el art. 1188.

El transcurso del término de prescripción en realidad no extingue el crédito del acreedor, sino que sólo tiene
por efecto el surgimiento del derecho potestativo de paralizar mediante la excepción de prescripción, la
ejecución forzada de la obligación en el caso que el acreedor la promoviera tardíamente.
No es suficiente el transcurso del tiempo y la inactividad del acreedor, sino que también es necesario que el
deudor, ante la promoción tardía de la demanda por su acreedor, cumpla con la carga de oponer
expresamente la excepción de prescripción.

Interrupción de la prescripción
La interrupción de la prescripción consiste en el acaecimiento de un hecho o acto que impide que la
prescripción siga corriendo y que tiene por efecto que el término deba comenzar a contarse nuevamente,
prolongando de este modo, la vigencia del derecho.
El acto interruptivo rompe el silencio en que se hallaba la relación jurídica en vías de prescribir e impide que
la prescripción se consume.

No es la prescripción en sí misma lo que se interrumpe, sino que se interrumpe el decurso del plazo, por la
desaparición del silencio sea que ello se produzca por lado del acreedor o el deudor, en virtud de alguno de
los siguientes hechos:
●en la prescripción adquisitiva, se interrumpe la posesión de quien pretende usucapir
●en la prescripción extintiva porque estando en curso el término de prescripción, éste se interrumpe porque
cesa la inacción del titular de derecho, quien procede entonces a ejercer su derecho, demandando al deudor
en las condiciones previstas por los arts. 1235- 1237 o porque quien rompe el silencio es el propio deudor al
realizar un acto de reconocimiento que impide que la prescripción se consume.

La interrupción de la prescripción destruye retroactivamente el plazo ya transcurrido. La interrupción hace


caducar la eficacia del término ya transcurrido. Se pierde el tiempo anterior y comienza a correr a un nuevo
término de prescripción.

Andrea Valenzuela – 2016 128


RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
LA TUTELA DEL CRÉDITO EN CASO DE INCUMPLIMIENTO: RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL,
EJECUCIÓN FORZADA Y OBLIGACIÓN RESARCITORIA

La obligación indemnizatoria y la responsabilidad patrimonial


La consecuencia del incumplimiento es la obligación indemnizatoria. En caso que esta obligación de resarcir
el daño fuera incumplida la ley consagra la responsabilidad patrimonial del deudor, que corresponde a la
fase de la ejecución forzada por equivalente.

El deudor es responsable por el incumplimiento, así que deberá reparar el daño causado. Para esto responde
con su patrimonio, así que el acreedor de esa obligación indemnizatoria está facultado para dirigirse contra
los bienes del deudor incumplidor y cobrar su crédito con el producto de su venta judicial.

Se debe distinguir:
a. La obligación originaria incumplida
b. La obligación resarcitoria que genera el incumplimiento de esa obligación
c. De qué manera el acreedor satisface su pretensión indemnizatoria, cuando el deudor, que
fue condenado a reparar el daño, no lo hace

Para esto está prevista la responsabilidad patrimonial del incumplidor, que es actuada en fase procesal y
se llama ejecución forzada, porque en ella el acreedor pasa a ser asistido por los órganos judiciales que
realizan la pretensión crediticia sin y contra la voluntad del deudor.

La responsabilidad patrimonial es eventual y sólo tendrá lugar si la obligación indemnizatoria no se cumple.


En cambio la obligación indemnizatoria es un efecto necesario del cumplimiento, ya que siempre existirán los
daños y perjuicios causados por el retardo.
Siempre que exista incumplimiento que causa un daño al acreedor nace la obligación indemnizatoria.

La responsabilidad patrimonial (ejecución por equivalente) y la otra forma de ejecución forzada llamada
específica, así como la sanción que significa la obligación indemnizatoria, presionan psicológicamente al
deudor para que cumpla en la etapa anterior al incumplimiento.

Según la clasificación de Giorgianni:


a. Responsabilidad personal para denominar la hipótesis del art. 1342: el incumplimiento de la
obligación originaria, siendo esta la que obliga a reparar el daño.
b. Responsabilidad personal cuando es una obligación resarcitoria de un deber secundario que es
incumplida, siendo esta la que ejecuta coactivamente el crédito indemnizatorio (art. 2372)

La responsabilidad patrimonial opera en el campo de la ejecución forzada, porque la satisfacción del


crédito indemnizatorio se realiza vendiendo judicialmente os bienes del deudor, lo que requiere el empleo
de la fuerza jurisdiccional, prescindiendo de la cooperación voluntaria del deudor.

La obligación indemnizatoria es siempre una deuda de dinero con un monto determinado o determinable en
el momento de incumplimiento.

No es la pretensión que tiene por objeto la cosa originariamente debida la que el acreedor deduce cuando
inicia la ejecución forzada por equivalente, sino una pretensión distinta, que es una cantidad de dinero.
Con la ejecución forzada se realiza un equivalente del daño, la suma de dinero que recibe el acreedor no
corresponde a la valoración de la prestación incumplida, sino a la valoración del daño.

Andrea Valenzuela – 2016 129


Obligación resarcitoria, ejecución forzada y resolución de contrato por incumplimiento
La tutela del crédito incumplido se realiza con la ejecución forzada, dentro de la cual se debe distinguir:
a. la ejecución específica, que permite conseguir el bien debido o lograr una situación materialmente
equivalente a la que existiría si el deudor hubiera cumplido (reposición al estado anterior).
b. Cuando esta ejecución específica o en natura no sea posible, el acreedor le queda como único
camino, la reparación del daño que le causa el incumplimiento. Esto es la ejecución por equivalente, porque
no satisface su interés específico, no obtiene la prestación que se le debe,sino algo distinto.

Ante el incumplimiento de una obligación no ligada con otra por una relación sinalagmática, es decir, fuera
del ámbito del contrato bilateral, el acreedor tiene una opción entre reclamar
a. el incumplimiento
b. la indemnización de los perjuicios que este incumplimiento le causa

La acción por el cumplimiento de la obligación está prevista por el Código en el art. 1441 (la obligación civil da
derecho para exigir en juicio el cumplimiento). La acción indemnizatoria figura consagrada por la norma
madre de la responsabilidad contractual (art. 1342).

Las acciones de cumplimiento y de reparación del daño en principio no son acumulables, se pide el
cumplimiento o la indemnización del daño, pero puede darse un incumplimiento temporal, donde la acción por
el cumplimiento concurre también con la pretensión resarcitoria. No puede pedirse que además del
cumplimiento forzado que satisface el interés, el deudor indemnice.

Si el incumplimiento es definitivo, el acreedor no podrá obtener lo que el deudor había prometido realizar,
entonces su derecho se concentra en la reparación del daño, entonces la pretensión del acreedor siempre
será una pretensión resarcitoria.

En el incumplimiento temporal el perjuicio causado es el de no recibir la cosa debida en el momento


acordado, así que los daños resarcibles serán aquellos que provienen del daño. Si luego del incumplimiento
se cumple tardíamente, ya sea por decisión espontánea del deudor o coactivamente por ejecución forzada
específica, ambas especies van acompañadas del resarcimiento.
A la pretensión originaria se agrega otra por el resarcimiento del daño moratorio, existen dos obligaciones.

En el caso de incumplimiento definitivo, el resarcimiento del daño será de todos los perjuicios, así
que será moratorio y compensatorio.

El acreedor de un contrato bilateral puede pedir el cumplimiento y los daños moratorios, pero también puede
optar por la resolución del contrato, en este caso solo quedará en pie la obligación resarcitoria nacida del
incumplimiento.
En caso que opte por el mantenimiento del negocio, acción de cumplimiento, estará en la esfera de la
ejecución forzada específica. El contrato se mantiene y se deberán cumplir las obligaciones correlativas o
recíprocas. El incumplimiento debe ser temporal y poder cumplirse tardíamente.

Cuando el cumplimiento de la obligación del deudor ya no es posible, se plantea el problema de decidir


si es viable una acción de cumplimiento, porque al acreedor le conviene, siendo ventajoso, el
mantenimiento del contrato, y en lugar de la ejecución forzada específica que no es posible, perseguir
el resarcimiento de la ejecución por equivalente, causado por la no obtención de la prestación
La obligación resarcitoria tiene contenido moratorio pero también por todos los daños y perjuicios.

En caso de resolución, el acreedor no tiene derecho a obtener todo el daño causado por la falta de
contraprestación, ya que no pagó por ella, se dice que el daño consiste en la diferencia de valor entre las
distintas prestaciones.

● El incumplimiento de una obligación permite al acreedor elegir demandar judicialmente (ejecución forzada)
Andrea Valenzuela – 2016 130
con el cumplimiento o la indemnización de los daños y perjuicios. Cuando la obligación proviene de un
contrato bilateral se aplica el art. 1431 y se suma la tutela adicional de la resolución.

● El contenido de la obligación resarcitoria que se genera indefectiblemente con el incumplimiento varía


según que el acreedor opte por el cumplimiento in natura,ya que logra la prestación originariamente
debida y los únicos daños son moratorios derivan del atraso.

● La acción resarcitoria entra en el ámbito de la ejecución por equivalente, que lo satisface con la reparación
del daño causado por el incumplimiento (todo el daño, no sólo el moratorio). En lugar de la prestación debida
se recibe una suma de dinero.

Ejecución forzada por equivalente


El resultado de la ejecución forzada por equivalente es siempre una suma de dinero, proveniente de la venta
de los bienes del deudor. El dinero que recibe el acreedor equivale al daño que ha padecido.

El valor objetivo de la prestación o precio no puede ser tomado en cuenta como único factor, puesto que el
perjuicio debe apreciarse en concreto, ya que se trata del causado a cierto acreedor particular, y juega el
elemento subjetivo. La estimación del daño no debe vincularse a la cosa, sino a la pérdida de la utilidad.

Hay que atender al valor de la prestación no realizada visto desde el aspecto negativo en la esfera del
acreedor. El valor de la cosa es un dato a tomar en cuenta en la estimación del daño, pero además del valor
de la cosa, se agregan los daños y perjuicios.

Ejecución forzada específica


Es la ejecución que opera cuando el incumplimiento es temporal, en el cual la prestación todavía es
posible. El acreedor persigue la obtención de la misma cosa originariamente debida, esto no es posible
cuando el incumplimiento es definitivo.

Para que proceda la ejecución forzada específica tiene que mantenerse la posibilidad de que la prestación
originaria pueda realizarse, obtener el mismo bien debido, la misma utilidad que buscaba obtener por el
vínculo obligacional, mediante procedimiento judicial. El acreedor satisface su interés específico, el mismo
que hubiera satisfecho la observancia del comportamiento debido por el deudor.
Es una forma de tutela perteneciente a los remedios específicos, que se contraponen a los de carácter
resarcitorio.

El juez manda a desapoderar de la cosa al obligado y entregarla al actor, a cuyo efecto utilizará el auxilio
de la fuerza pública. En las obligaciones de hacer, si la prestación es fungible se procederá a hacer
ejecutar la obligación por un tercero.

El fundamento de la ejecución específica es el principio del exacto cumplimiento, ya que el deudor en via
primaria debe el cumplimiento, y solo en via secundaria el resarcimiento del daño.
La ejecución específica está fuera de la responsabilidad patrimonial, que es actuada, en cambio, en la
ejecución por equivalente, porque no agrede otros bienes que no sean el bien debido, ni este es vendido
como consecuencia de la acción ejecutiva.

Se puede exigir al ejecutado los daños moratorios por el retardo del cumplimiento y los gastos en que
incurra el acreedor.

Andrea Valenzuela – 2016 131


La situación del vínculo obligacional y sus sujetos, antes y después del incumplimiento
1. Cuando el deudor todavía no incumplió es indudable que no tiene derecho eligiendo el pago de los
daño y perjuicios, tampoco el acreedor puede accionar por daños y perjuicios en lugar del cumplimiento.
2. Cuando sucede el incumplimiento, si este es temporal (moroso) continúa facultado para cumplir
tardíamente con su prestación y el acreedor no puede rechazarla, ya que si paga lo que debe, tiene que
recibirla y si este se rehúsa, el deudor está facultado para recurrir a la oblación y consignación como medio
de extinguir la obligación.
3. Si el acreedor cesa de tener interés en la prestación tardía, el medio que está a su alcance para
abandonar el vínculo contractual radica en la acción de resolución del art. 1431. No tiene que reclamar la
ejecución específica previamente.

INCUMPLIMIENTO TEMPORAL Y DEFINITIVO


Incumplimiento definitivo
La situación de cumplimiento está definitivamente consumada cuando existe certeza de que no se cumplirá, la
cosa nunca será entregada ni el servicio prestado.
Quien juzga al incumplimiento como definitivo debe estar seguro que el deudor ya no podrá ejecutar la
obligación.

Si la prestación es posible, aunque esta sea tardía, el deudor tiene derecho a realizar la prestación y el
acreedor no puede rechazarla.
La desaparición del interés del acreedor no causa por sí sola incumplimiento definitivo, si la prestación sigue
siendo posible. El incumplimiento definitivo requiere primero la constitución en mora del deudor, y este
todavía está en condiciones de cumplir contra la voluntad del acreedor. Constituida la mora el acreedor debe
promover la demanda de resolución judicial, a partir de la cual el deudor pierde la facultad de realizar la
prestación si no cuenta con la conformidad del acreedor.

No hay incumplimiento definitivo siempre que el deudor esté en condiciones de realizar la prestación. Sólo
adquiere la calificación de definitivo cuando exista sentencia ejecutoriada que opere la extinción de la
obligación.

El incumplimiento temporal. El retardo


Es cuando la prestación sigue siendo posible pero el deudor demora la ejecución o retarda la entrega, existe
una inobservancia de la modalidad temporal de la obligación.
Se da una situación de retardo, seguida de una incertidumbre, ya que es factible que el deudor cumpla
tardíamente pero también puede suceder que no lo haga. Existe la posibilidad del cumplimiento, se da un
incumplimiento provisorio.

El incumplimiento temporal (o mora) se circunscribe únicamente a un aspecto del incumplimiento,


que atañe al tiempo en que debe ejecutarse la obligación.
El incumplimiento definitivo está causado por cualquier otro tipo de transgresión no referida a la modalidad
temporal de la obligación.

Como la mora equivale a incumplimiento temporal o provisorio, es obvio que el Código le asigne una
regulación normativa con consecuencias distintas a las que tiene el incumplimiento definitivo.

Además de la condena de resarcir daños y perjuicios (art. 1342) existen otros efectos aplicables debido a la
persistencia en el tiempo de la situación, como la no liberación del deudor si la cosa perece fortuitamente
durante la mora (art. 1551) y los intereses moratorios (art. 1348) causado por el atraso del cumplimiento.

Andrea Valenzuela – 2016 132


El deudor ingresa a la situación de mora (incumplimiento temporal):
a. automáticamente, sin que el acreedor tenga que realizar una actividad, solo por el vencimiento del plazo.
Se requiere una estipulación contractual o que la obligación esté sometida a plazo esencial, mora ex re.
b. por interpretación del acreedor que reclama infructuosamente el cumplimiento al deudor, mora ex
persona.
Ambas formas se encuentran reguladas en el art. 1336.

En la mora por interpelación transcurre un tiempo desde la exigibilidad de la obligación hasta que el
acreedor interpela.

Existen dos posiciones, la primera que sostiene que el incumplimiento puede ser concebido desde que
se da la exigibilidad, mientras que la segunda posición sostiene que el incumplimiento temporal (fuera
de la mora automática y el plazo esencial) requiere de la interpelación y comienza con ella, ya que la
etapa anterior corresponde al plazo de tolerancia o prórroga tácita de plazo, que carece de
consecuencias sancionatorias.

No procede la interpelación para constituir mora en caso de incumplimiento definitivo


Si la intimación dirigida al deudor pretende que cumpla con su obligación, no se concibe que pueda tener
sentido si se dirige a un deudor que no está en condiciones de cumplir.

Incumplimiento definitivo y temporal en la resolución del contrato por incumplimiento (art. 1431).
Daños y perjuicios moratorios y compensatorios. Incumplimiento definitivo; demanda de resolución y
plazo esencial.

Para que se produzcan los efectos del incumplimiento definitivo (y entre ellos el derecho de reclamar la
resolución del contrato bilateral por incumplimiento art. 1431) no se necesita ninguna interpelación del
acreedor al deudor reclamando el cumplimiento. La mora es ajena al incumplimiento definitivo, ya que sin
mora no hay incumplimiento temporal.

La resolución del contrato tiene como punto de partida tanto un incumplimiento definitivo como un
incumplimiento temporal, ya que el presupuesto de la resolución es el incumplimiento, y este puede ser
temporal o definitivo.

Debe existir interpelación para que haya incumplimiento temporal. En cambio el incumplimiento definitivo está
fuera de la mora y por ello no se requiere la interpelación. Los daños son consecuencia o efecto del
incumplimiento, y es la naturaleza de éste que determina la necesidad o no de que el deudor sea interpelado
para constituirse en mora.

La demanda resolutoria del art. 1431 impide que el deudor pueda cumplir luego de la misa, aunque la
ejecución de la prestación sea posible, porque el efecto preclusivo de la demanda obsta a la actuación tardía
de la obligación.

No obstante la promoción de la demanda resolutoria, la prestación puede seguir siendo realizable, por lo
menos en algunos casos, si se otorga plazo de gracia, que tiene por fin darle al deudor una nueva
oportunidad para realizar el cumplimiento.

Aunque el cumplimiento temporal y definitivo son dos categorías excluyentes, una situación que comienza
como incumplimiento temporal puede transformarse en definitivo. Las dos clases de incumplimiento pueden
coincidir respecto de un mismo deudor pero de forma sucesiva.

Andrea Valenzuela – 2016 133


Conclusiones
● La división del incumplimiento en sus dos categorías, temporal y definitivo, se construye a partir de
la alternativa posibilidad-imposibilidad de la prestación.
El incumplimiento definitivo es un hecho no modificable, consumado irreversiblemente, la situación de
incumplimiento temporal es provisoria, desde el comienzo y mientras dura
● El incumplimiento definitivo no se verifica por el solo hecho de que el acreedor cese de tener interés en la
prestación tardía. ni por la interposición de la demanda resolutoria.
● La interpelación que el acreedor dirige al deudor para que cumpla pertenece al sistema de la mora, no
tiene vigencia en la hipótesis del incumplimiento definitivo
● En caso de incumplimiento temporal de un contrato bilateral, el acreedor puede reclamar el cumplimiento
(constitución en mora). Si elige en cambio la resolución, se requiere la interpelación en caso de
incumplimiento temporal.
● La ejecución específica sólo puede tener lugar cuando el deudor haya retardado el cumplimiento y no si
el incumplimiento es definitivo, que atañe a la esfera de la ejecución forzada por equivalente
● Si durante el juicio el incumplimiento que era temporal se vuelve definitivo, el acreedor tiene derecho
a reclamar la resolución o la ejecución por equivalente
● En el caso de incumplimiento temporal, para que la acción resolutoria sea procedente es necesario
que el deudor se encuentre en situación de moroso.

Consideraciones sobre la mora (arts. 1336, 1341 y 1342)


Los arts. 1336 y 1341 son los que establecen el momento en que empieza el incumplimiento temporal. La
primera parte del art. 1341 se refiere al incumplimiento temporal exclusivamente cuando habla de “los daños y
perjuicios sólo se deben cuando el deudor ha caído en mora de cumplir su obligación”.
El art. 1336 dice que el deudor ingresa a la condición de moroso (incumplidor temporal) desde el momento en
que el acreedor lo interpela (mora ex persona) o por solo vencimiento del término, cuando se pactó mora
automática o de pleno derecho (mora ex re).

● Todo incumplimiento genera responsabilidad del deudor, que está obligado a reparar los daños y perjuicios
causados por la inobservancia de la obligación (art. 1342).
● El incumplimiento se divide en dos especies: la falta de cumplimiento de la obligación puede ser
incumplimiento definitivo o incumplimiento temporal.
● La mora existe en caso de exigibilidad no seguida de cumplimiento únicamente si se estipula la mora
automática.
● Si hay mora automática el deudor ingresa al estado de mora, desde que la obligación es exigible y
aquí coincide temporalmente el incumplimiento con la exigibilidad.
● La mora carece de función porque es un estado de incumplimiento al igual que el incumplimiento definitivo.
En cambio la interpelación tiene por finalidad acabar con el plazo de tolerancia y constituir el incumplimiento.
● El deudor moroso debe reparar daños y perjuicios si la cosa perece fortuitamente.

Andrea Valenzuela – 2016 134


CONCEPTO DE MORA. RETARDO, INCUMPLIMIENTO Y MORA

El retardo
(tomo xvii)

El instituto de la mora forma parte del denominado retardo (demora o retraso) en el cumplimiento de la
prestación y por tanto será necesario ante todo, ubicar cronológicamente a la mora con relación al mismo.
La mora siempre es una hipótesis particular del incumplimiento, es una fase del incumplimiento
temporal (por retardo).

La etapa del retardo se inicia cuando la obligación deviene exigible. Es a partir de ese momento que el
acreedor puede reclamar la prestación del deudor.
Para que exista retardo no basta con que venza el plazo, sino que requiere que el deudor no realice la
prestación.
Esta duración temporal de la situación jurídica por la cual atraviesa la obligación, llamada retardo, está
caracterizada por la posibilidad de que se verifique un cumplimiento tardío.
La no realización de la prestación al tiempo convenido no afecta la vigencia de la obligación ni impide que el
deudor cumpla y el acreedor debe aceptar el cumplimiento tardío.

Sólo puede haber mora cuando la prestación sea todavía susceptible de cumplimiento (aunque con
atraso). Estamos fuera de la mora cuando sea seguro que la prestación no podrá tener lugar (el deudor
destruye el objeto que se obligó a entregar por ejemplo).

Mora y retardo. Diferencias.


Si bien la mora supone retardo, no puede existir mora sin retardo, no hay que confundirlo con el. La mora
es una etapa más evolucionada dentro del retardo.

Para que cese el retardo en sentido estricto y la relación obligacional entre en situación de mora es necesario
que el deudor sea constituido en mora. Esto puede suceder por dos vías:
a. mediante una interpelación que el acreedor le dirige reclamandole el cumplimiento de la
prestación (mora ex persona)
b. sólo por el vencimiento del plazo, sin necesidad de interpelación (mora ex re). Para que el
retardo pase a tipificarse como mora se requiere alguna de las formas de constituir en mora al deudor.

El incumplimiento ¿comienza con el retardo o con la mora? Existen dos tesis


respecto a la delimitación:
a. mora = retardo, hay incumplimiento cuando hay retardo, incumplidor es el que no cumple. El
retardo no es un período jurídicamente intrascendente o irrelevante, porque el deudor debe los daños y
perjuicios a partir de su demora (art. 1342). Con este criterio la mora es un “retardo calificado”.
b. mora = retardo ilícito, el retardo anterior a la mora es un período irrelevante, ya que no genera
sanciones. Las sanciones derivan de la mora, el incumplimiento nace con la mora, antes de la mora el deudor
no debe reparar daños y perjuicios causados.

La obligación de reparar los daños y perjuicios en nuestro derecho existe a partir que el deudor cayó en
mora (art. 1431).

El sistema del Código Civil


Todas las consecuencias sancionatorias tienen su origen en la mora, son ajenas a la etapa de mero retardo.
Sólo en caso de mora el deudor es condenado a reparar los daños y perjuicios (arts. 1341 y 1342). El
Código exige el estado de mora para que pueda reclamarse el pago de la cláusula penal (arts. 1366 y
1368). Los intereses moratorios corren a partir de la mora.

Andrea Valenzuela – 2016 135


Ley 14.500
Se trata de una norma de liquidación del perjuicio, la obligación se revaloriza a título de resarcimiento del
daño sufrido por el acreedor como consecuencia del atraso del deudor. Los daños y perjuicios
corresponden a una etapa anterior a la constitución en mora.

“Los daños y perjuicios solo se deben cuando el deudor ha caído en mora” pierde parcialmente vigencia
ya que según la ley hay daños y perjuicios que se generan en un período anterior a la mora. Los
perjuicios que sufre el acreedor como consecuencia del poder adquisitivo de la moneda recaen sobre el
deudor aunque éste no se encuentre en mora.
El acreedor puede también el perjuicio provocado por la desvalorización del dinero.

Definición de Mora
Antes de la ley 14.500, en el régimen del Código Civil, la mora podría definirse como el retardo ilícito. A
partir de la ley todo retardo es ilícito.
La mora es actualmente un retardo calificado, formal y sustancialmente: a la mora se ingresa
únicamente por las vías previstas por el art. 1336.

Para el Código Civil la mora era el incumplimiento temporal. Pero a partir de la ley 14.500 la mora pasa a ser
una fase de incumplimiento temporal: retardo calificado, ya que el incumplimiento temporal comienza antes
de la mora.

PRESUPUESTOS DE LA MORA
El presupuesto de la constitución en mora es la existencia de un crédito líquido y exigible. La doctrina lo
descompone en tres: certeza, exigibilidad y liquidez, pero también se habla de culpa y de imputabilidad de
incumplimiento.

Crédito cierto
Certeza referido a existencia del crédito. La discusión sobre el crédito en caso de cuestionamiento
será decidida por el juez.

Crédito exigible
La obligación es exigible cuando el acreedor tiene derecho a reclamar el cumplimiento. A veces se habla de
vencimiento para decir que es exigible la obligación que ha vencido, en realidad lo que vence es el plazo.

Crédito líquido
El crédito es ilíquido cuando se sabe que el deudor debe, pero se ignora cuánto debe. Es desconocida la
entidad cuantitativa de crédito.
El deudor aunque quiera cumplir no está en condiciones de hacerlo por la indeterminación del contenido de
la pretensión crediticia.
El acreedor tiene medios de poner fin a la situación mediante la liquidación judicial.

La mora en la obligación de no hacer


El art. 1340 dispone que “Si la obligación es de no hacer, el contraventor debe los daños y perjuicios por el
solo hecho de la contravención”. La noción de mora no se aplica a las obligaciones de no hacer, ya que no
se concibe el retardo.

La mora en las obligaciones que nacen en la responsabilidad extracontractual


La interpelación no es necesaria en este ámbito. Se trata de una zona donde el instituto de la mora no es
aplicable, porque las disposiciones referentes a la mora son propias y específicas de la responsabilidad
contractual.

Andrea Valenzuela – 2016 136


PLAZO DE GRACIA
El ámbito donde está función judicial puede ejercitarse es el que corresponde al cumplimiento tardío. La ley
lo consagra exclusivamente para la hipótesis de resolución: “la resolución debe reclamarse judicialmente y
según las circunstancias pueden los tribunales conceder un plazo al demandado”.

Condiciones para su otorgamiento


Depende exclusivamente de la voluntad del magistrado, pero el deudor puede solicitar al juez que haga
uso de esa facultad.

El magistrado puede ejercitar la facultad en dos formas distintas:


1. Se limita a conceder el plazo o pronuncia la resolución del contrato condicionada al cumplimiento
del deudor dentro del plazo de gracia que se fija en la misma sentencia.
2. Sustanciación completa del proceso, pero no es imprescindible agotar el procedimiento.

El juez puede contemplar los esfuerzos y la buena fe de un deudor que tiene el proposito de ucmplir pero no
está en condiciones de hacerlo por ejemplo la situación económica del país en ese momento.

El juez carece de potestades para otorgar el plazo cuando se reúnen todos los presupuestos de la resolución
y el deudor por su comportamiento no merece contemplación alguna.

LA CONSTITUCIÓN EN MORA: MORA EX RE (Mora automática)

Aspectos básicos de la segunda parte del inc. 1 del art. 1341


●Los daños y perjuicios pasan a deberse sin necesidad de que el acreedor intime el cumplimiento al deudor
●El cumplimiento tardío no siempre es imposible
●En los casos excepcionales donde el cumplimiento tardío es imposible la especie no pertenece ya a la mora
(incumplimiento temporal) sino que corresponde al incumplimiento definitivo.

El plazo esencial: concepto y finalidad


El Código dice que la prestación sólo puede ser realizada en un tiempo determinado, esta premisa descarta
el cumplimiento tardío (al menos contra la voluntad del acreedor).

Dado que en este caso el cumplimiento puntual es esencial, el cumplimiento tardío queda clausurado, pasa
a ser incumplimiento definitivo. Por eso el acreedor tolerará el atrasado cuando no le causa perjuicios. Esta
situación difiere completamente con la que se da en el plazo esencial, donde la obligación ha de cumplirse
si o si dentro de ese plazo. El cumplimiento tardío en este caso no tiene utilidad para el acreedor.

La mora en el plazo esencial


Cuando el plazo esencial es llamado impropio, no puede plantearse una cuestión de mora, porque su
vencimiento produce la imposibilidad de la prestación, así que la situación ingresa al ámbito del
incumplimiento definitivo.

Si el plazo esencial es propio, su vencimiento no coloca necesariamente al deudor en situación de


incumplimiento definitivo, sino que existe una alternativa. O bien el acreedor opta por la resolución y la
especie también deberá calificarse a partir de entonces como incumplimiento definitivo o elige reclamar al
deudor el cumplimiento tardío y en ese caso será mora.

MORA AUTOMÁTICA Y CLÁUSULA RESOLUTORIA


Se establece que el deudor incurre en mora porque pasó el plazo, sin necesidad de interpelación. El
vencimiento del plazo cumple la misma función que la interpelación.

Andrea Valenzuela – 2016 137


Mora automática y plazo esencial
La mora automática no tiene que ver con la naturaleza de la prestación, aquí la prestación tardía sigue
satisfaciendo el interés del acreedor. No se trata del interés absorbente del acreedor por el cumplimiento
puntual, sino de abreviar el procedimiento, suprimiendo el requisito formal de la interpelación.
Requiere pacto expreso, puede resultar la mora por naturaleza de la convención de la prestación debida.
Cuando el plazo esencial es objetivo no solo es innecesario el pacto que haga caer en mora al deudor por el
solo vencimiento del plazo, sino que el cumplimiento tardío está precluido.
En el plazo esencial subjetivo las fronteras se esfuman, la diferencia radica en la mayor intensidad del plazo
esencial, que opera ipso jure de la obligación, sin necesidad de juicio.

Cláusula resolutoria expresa


El deudor también cae automáticamente en mora en caso de que las partes hayan pactado que el
incumplimiento de cierta obligación producirá la resolución de pleno derecho del contrato.
Esta cláusula tiene como finalidad eliminar gastos y demoras de procedimiento y está contemplada por la
ley bajo el nombre de pacto comisorio en la compraventa respecto del incumplimiento temporal de la
obligación de pagar el precio.

Diferencias entre la mora automática, la cláusula resolutoria y el pacto comisorio de la compraventa


A. La mora automática corresponde a la zona del plazo inesencial, donde el acreedor conserva
interés del cumplimiento tardío. Vencido el plazo el deudor está en mora pero ello no le impide cumplir con
la prestación, aún contra voluntad del acreedor.
B. La cláusula resolutoria responde al interés del acreedor por el cumplimiento tempestivo, dentro
de un plazo improrrogable. El deudor cae en mora por el solo vencimiento del plazo, el cumplimiento
tardío ya no es un derecho del deudor, porque sólo puede realizarse con el consentimiento del acreedor.
C. El pacto comisorio de compraventa permite al deudor cumplir incluso cuando el acreedor ya optó
por la resolución. Vencido el plazo, el deudor pasa a ser moroso, pero puede cumplir hasta las 24 horas
subsiguientes a la notificación judicial de la voluntad del acreedor que eligió la resolución.

Condición resolutoria tácita


Tipo de CONDICIÓN que resulta de la clasificación entre condición resolutoria y suspensiva; expresa o tácita.
Art. 1489 c.c. "En los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria de no cumplirse por uno de los
contratantes lo pactado. Pero en tal caso podrá el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el
cumplimiento del contrato, con indemnización de perjuicios
1. Concepto.
Se trata de aquella condición que va envuelta en todo contrato bilateral para el caso de no cumplirse por la
otra parte lo pactado.
El evento futuro e incierto, del cual depende la extinción del derecho, en este caso es el incumplimiento del
deudor.
El principal efecto es el señalado en el Art. 1489 c.c. se otorga el derecho alternativo al acreedor para
solicitar:
a) el cumplimiento de la prestación, con indemnización de perjuicios.
b) La resolución del contrato, con indemnización de perjuicios.

2. Fundamento.
a) Equidad y justicia: Se ha señalado por nuestra corte suprema que el fundamento es claramente la
interpretación que hace la ley de que cada parte al contratar y obligarse, lo ha hecho bajo la condición de que
la otra parte a su vez cumpla también con su obligación.
b) Conveniencia, por falta de causa: Se señala que si una de las partes no cumple su obligación, la
prestación u obligación de la otra parte carecería de causa. Se argumenta en contra de esta tesis, que de
carecer de causa, la obligación adolece de nulidad y por tanto sólo podría pedirse la rescisión del contrato y
no su cumplimiento, como es en efecto.

Andrea Valenzuela – 2016 138


3. Características.
a) Es un tipo de condición resolutoria.
b) Es tácita. no es necesario que las partes la pacten.
c) Es Negativa. consiste en que no ocurra un hecho (incumplimiento de la prestación)
d) Es simplemente potestativa. consiste en un hecho que depende de la voluntad del deudor
e) Requiere de declaración judicial.
f)Quien demanda la resolución debe haber cumplido con su prestación o estar llano a cumplirla(Art.1552 c.c.)

Ley 17.250
Artículo 33.- El incumplimiento del proveedor, de cualquier obligación a su cargo, salvo que mediare causa extraña no imputable,
faculta al consumidor, a su libre elección, a:
A) Exigir el cumplimiento forzado de la obligación siempre que ello fuera posible.

B) Aceptar otro producto o servicio o la reparación por equivalente.

C) Resolver el contrato con derecho a la restitución de lo pagado, monetariamente actualizado o rescindir el mismo, según
corresponda.
En cualquiera de las opciones el consumidor tendrá derecho al resarcimiento de los daños y perjuicios compensatorios o
moratorios, según corresponda.

EFECTOS DE LA MORA

Soportación del riesgo


La obligación subsiste aunque varía el objeto, el deudor debe pagar el valor de la cosa e indemnizar por
los daños y perjuicios.
El sentido del art. 1551 es la no liberación del deudor. La obligación se extingue cuando la prestación
deviene imposible.
Poner el riesgo a cargo del deudor moroso se justifica porque el perecimiento fortuito le es imputable a
causa del retardo.
El significado del artículo no es la supervivencia de la obligación sino volver responsable al deudor por el
perecimiento fortuito. El deudor no se libera, debe soportar el riesgo durante el estado de mora.

Cuando el deudor prueba que el perecimiento fortuito hubiera sobrevenido igualmente estando la cosa
en poder del acreedor en tal caso sólo se deben los daños y perjuicios moratorios.

El riesgo a cargo del deudor no se aplica en caso de hurto, el ladrón responde siempre en los casos que
habrían producido la destrucción o pérdida de la cosa en poder del acreedor.

Indemnización del perjuicio


“Los daños y perjuicios sólo se deben cuando el deudor ha caído en mora.”.
En cambio cuando la situación de mora, en lugar de definirse por cumplimiento, asume el incumplimiento
definitivo, el acreedor tiene derecho a reclamar también los daños y perjuicios anteriores a la mora, porque la
sanción del incumplimiento es la reparación legal del daño sufrido.

Los intereses moratorios


Están contemplados por el art. 1348 cuando se trata del pago de la obligación de una suma de dinero, el
monto de los daños y perjuicios se estima globalmente en los intereses legales (liquidación legal del daño).

La pena impuesta por la cláusula penal


El efecto aquí no es resarcitorio, sino punitivo y en las obligaciones de hacer y no hacer tienen vigencia
aunque el incumplimiento no sea imputable (art. 1369 inc. 1).

Andrea Valenzuela – 2016 139


Resolución del contrato por incumplimiento
En nuestro derecho se requería la previa mora del deudor para que pudiera promoverse la acción de
resolución prevista por el art. 1431 (condición resolutoria tácita).
En el momento actual de nuestro derecho, después de la ley 14.500, la solución podría cambiar. ya que el
deudor puede ser incumplidor sin previa mora.

IMPUTABILIDAD DEL INCUMPLIMIENTO

Causa extraña no imputable al deudor


La imputabilidad del cumplimiento está regulada en el art. 1342, tiene por cometido establecer
cuándo el incumplimiento es o no imputable al deudor.
Si el deudor no cumple, es responsable, o sea está obligado a reparar los daños que causa ese
incumplimiento.
Pero el incumplimiento puede no ser imputable al deudor, y en tal caso no responde del mismo.

La imposibilidad tiene un doble efecto, no sólo exonera de responsabilidad, sino que también extingue la
obligación. La obligación se extingue sin responsabilidad de daños y perjuicios cuando la prestación es
imposible (art. 1549)
Puede suceder que el acreedor no obtenga la satisfacción de su interés y a pesar de ello, el deudor no incurre
en responsabilidad, ya que el incumplimiento no le es imputable.

El incumplimiento no es imputable cuando el deudor cede a la fuerza mayor o el caso fortuito (art.
1343).

Causa extraña equivale a ausencia de culpa


El art. 1342 presume la culpa porque el deudor es responsable del incumplimiento menos que justifique la
causa extraña, esto es, que no hubo culpa de su parte.
Amézaga sostiene que cuando el deudor prueba que ha cedido a causa extraña que no le es imputable,
demuestra que no hubo culpa de su parte.
Hay otras causas de exoneración como el vicio propio de la cosa, la culpa de la víctima o el hecho de un
tercero, que no son fuerza mayor y también exonera de responsabilidad, se incluyen en la noción de causa
extraña.

No basta con probar la ausencia de culpa (diligencia de buen padre de familia, art 1344) para exonerarse, sino
que es necesario que justifique el hecho de la víctima, de un tercero o cualquier otra eximente incluida en el
concepto genérico de causa extraña (incluyendo caso fortuito o fuerza mayor).

Cuando la imposibilidad de la prestación se debe a culpa del deudor, el incumplimiento (aún fortuito) le es
imputable, porque entonces es el propio deudor quien causa el incumplimiento y no el fortuito.

Requisito de la exterioridad de la causa extraña


Para que el deudor pueda eximirse de responsabilidad no le basta con justific que la prestación es
imposible, se requiere que la imposibilidad tenga su origen en un acontecimiento externo. Exterioridad
como ajeno a la voluntad del obligado.

Elementos de la causa extraña


C.1. SUBJETIVO: La no imputabilidad del evento
C.2. OBJETIVO: La imposibilidad de la prestación
De esta manera se distingue entre causa extraña y ausencia de culpa, porque lo que exonera al
deudor es la imposibilidad de prestación.

El deudor debe emplear toda la diligencia del buen padre de familia para satisfacer al acreedor y debe
también emplear la diligencia del buen padre de familia para evitar la imposibilidad de la prestación.
Andrea Valenzuela – 2016 140
CASO FORTUITO Y FUERZA MAYOR. IMPOSIBILIDAD DE LA PRESTACIÓN.
El caso fortuito y la fuerza mayor son circunstancias que exoneran de responsabilidad (art. 1343). Estas son
dos especies de causa extraña.

Cuando se habla de acontecimientos de caso fortuito y fuerza mayor generalmente son hechos de la
naturaleza (granizo, terremoto, inundación) o del hombre (guerras, huelgas) y fait du prince (expropiación,
prohibición de exportar).

Ninguno de estos acontecimientos son fuerza mayor por sí mismos, pero todos estos acontecimientos son
de caracter extraordinario, se imponen al hombre con una fuerza que no puede resistir. Para que un hecho
sea de fuerza mayor debe ser imprevisible e irresistible. Por lo general se requiere imprevisibilidad,
irresistibilidad y exterioridad.
Se requiere la imprevisibilidad porque si el deudor lo puede prever está en condiciones de evitarlo.

La imposibilidad de la prestación exonera de responsabilidad al deudor y extingue la obligación, ya


que la prestación es imposible por falta de objeto de la obligación.

Se debe acreditar la causa específica que provocó la imposibilidad. El caso fortuito puede probarse por
elementos presuntivos como la conducta diligente y la ausencia de culpa.
Es al acreedor a quien incumbe la carga de la prueba, cuando el deudor pruebe la imposibilidad
absoluta y objetiva, al acreedor corresponde demostrar que la misma se originó en un hecho imputable
al deudor.

Caso fortuito y ausencia de culpa


El deudor sólo puede exonerarse de responsabilidad acreditando una causa extraña que no le sea imputable
(caso fortuito o fuerza mayor, culpa del acreedor o hecho de un tercero). El caso fortuito y la fuerza mayor no
se identifican con la ausencia de culpa, tienen lugar solo cuando la prestación se vuelve absoluta y
objetivamente imposible.

Aunque el deudor emplee una diligencia superior a la media, sigue siendo responsable si no hay imposibilidad
objetiva y absoluta de la prestación.

MORA DEL ACREEDOR


Generalmente es necesaria la cooperación del acreedor para que el deudor pueda cumplir con la obligación,
por eso el Código contempla el caso en que el acreedor se resista injustificadamente a recibir la prestación
que le ofrece el deudor (art. 1481). También es posible que el deudor desconozca el paradero del acreedor.

● Hay que decidir sobre qué sujeto (acreedor o deudor) deberán recaer las consecuencias económicas
causadas por la omisión o resistencia del acreedor por la falta de cooperación que impida el cumplimiento
● El derecho del deudor de liberarse definitivamente del vínculo obligacional Mediante la oblación y la
consignación el deudor puede lograr la extinción de la obligación con prescindencia del concurso de la
voluntad del acreedor (procedimiento coactivo de liberación del deudor).

Diferencia entre mora del acreedor y oblación y consignación


El deudor tiene un derecho de cumplir (un derecho de librarse de la obligación). La mora del acreedor a
diferencia de la oblación y la consignación carece de efectos liberatorios, no tiene por finalidad extinguir la
obligación sino trasladar al acreedor el perjuicio que ocasiona al deudor la ilegítima resistencia de colaborar
para que la prestación pueda cumplirse.
La mora del acreedor configura una situación que vale por sí misma, es siempre un presupuesto o
fase de la oblación y consignación, ya que no es posible extinguir la obligación sin constituir
previamente en mora al acreedor.

Andrea Valenzuela – 2016 141


Dentro de la oblación y consignación la mora del acreedor corresponde a la fase de la oblación (oferta) y la
consignación (depósito) en cambio pertenece a un segundo paso más evolucionado, que deja atrás la moral
de acreedor y penetra en una vicisitud extintiva que es ajena a esta.

El acreedor tiene una carga y el deudor tiene un derecho potestativo de liberarse, esto está reconocido en los
arts. 1481 y ss.
No basta con que el acreedor no preste su cooperación para que exista mora credendi, sino que se necesita
que el deudor solicite esa colaboración, un requerimiento oficial de justicia, asociado de Escribano público o
por Juez de Paz y testigos.

EL INCUMPLIMIENTO EN LAS OBLIGACIONES DE MEDIOS Y DE RESULTADO


Base de la distinción y su trascendencia en la responsabilidad contractual

El cumplimiento de la obligación de resultado tiene por finalidad la satisfacción de un interés primario del
acreedor. En las obligaciones de medios el deudor no se obliga a conseguir el interés primario, sino que se
compromete a realizar una serie de actos intermedios que están dirigidos hacia el logro de un interés que
está fuera de la obligación (es ajeno a la obligación de medios). De igual manera, no debe creerse que la
previa actividad instrumental que el deudor despliegue en la obligación de medios no produzca por sí sola un
beneficio o utilidad al acreedor, que corresponde al llamado interés secundario.
Por ejemplo, el pasajero que es transportado de un lugar a otro alcanza el interés primario que perseguía.

La aleatoriedad debe ser entendida como probabilidad mayor o menor de alcanzar el resultado, en
ciertos casos, porque falta por completo esa probabilidad, el deudor únicamente puede prometer en el
marco de la obligación de medios.

No se debe entender que la utilidad que el comportamiento del obligado aporta al acreedor sólo se verifica
en las obligaciones de resultado y no en las de medios, en ambas encontramos un resultado útil para el
acreedor. La actividad del deudor en la obligación de medios satisface un interés de segundo grado, aunque
no el principal, el cual permanece ajeno al vínculo. La obligación de resultado también incluye una actividad
del deudor (el transportador suministra un vehículo y el conductor que se encarga de realizar la tarea).
La responsabilidad es objetiva en la obligación de resultado porque la ausencia de culpa no libera, sí libera la
causa extraña y esto no sucede en el contrato de seguro ni garantía.
No se trata de pretender que la obligación de resultado y el seguro sean la misma cosa, sino que el deudor
debe conseguir el resultado y si no lo logra es responsable aunque su comportamiento haya sido
plenamente diligente.

La seguridad es completa cuando el deudor toma sobre sí el riesgo del caso fortuito (art. 1552) pero
entonces estamos fuera de la obligación de resultado y dentro de la garantía (que también pertenece el
seguro).

En la obligación de medios el acreedor tiene la carga de demostrar la culpa del deudor, en las de resultado
basta con acreditar el hecho objetivo de a falta de resultado, esto es el incumplimiento material u objetivo.

El incumplimiento en las obligaciones de medios


En el campo de las obligaciones de resultado tiene vigencia el art. 1344 pero en las de medios hay
cumplimiento cuando la diligencia es observada y esto no sucede en las obligaciones de resultado, si este no
consigue aunque el obligado haya actuado con la diligencia debida. En las obligaciones de medios la
diligencia es el criterio que determina el contenido de una obligación por la cual se promete únicamente
actuar de acuerdo con ese canon.

Se identifica el incumplimiento de la obligación de medios con el comportamiento culposo del deudor (o por lo
menos sostener una condición o un presupuesto esencial del incumplimiento).

Andrea Valenzuela – 2016 142


El incumplimiento está representado por el obrar negligente o la culpa, hay coincidencia entre incumplimiento
y culpa y el acreedor tendrá que probarla para acreditar el incumplimiento. La responsabilidad en las
obligaciones de medios está fundada por la culpa.
Cuando el acreedor pueda acreditar el incumplimiento el deudor puede exonerarse justificando causa extraña
no imputable. El deudor no tiene que probar la ausencia de culpa ni se exonera por ausencia de culpa.

Cuando el resultado final se consigue no obstante la culpa del deudor, el acreedor carece de interés para
reclamar ya que logró el bien debido mediante la ejecución del obligado.

Cuando la prestación se vuelve imposible por la incidencia de factores externos que están fuera de control
del obligado (accidente, embotellamiento, no puede llegar a tiempo) técnicamente no existe incumplimiento
porque no se trata de una inejecución ta que opera una causa extraña que excluye el incumplimiento.

Incumplimiento de la obligación de resultado


En esta categoría el comportamiento está en función del resultado, el contenido de la prestación se
identifica con el logro de un resultado distinto respecto de la actividad necesaria para obtenerlo.

En materia de incumplimiento, lo que cuenta es el resultado y no la mera diligencia del obligado (que en las
obligaciones de medios basta para que el cumplimiento se verifique). En este tipo de obligación únicamente
hay cumplimiento cuando el resultado es conseguido, sin examinar la conducta del deudor.

La responsabilidad es por falta de resultado y no por falta de debida diligencia, no es necesario probar
la culpa.
Pero si se puede probar la culpa fácilmente, el acreedor se fundara en ella para obtener la condena, pero
sea cual sea el comportamiento (diligente o culposo) la ausencia del resultado es incumplimiento.

Se entiende como resultado a lo que satisface el interés primario o final, por oposición al interés secundario
(que se consuma con la sola actividad del deudor en las obligaciones de medios).

Es un resultado final, la situación queda clausurada después de colmado el interés primario, no hay un interés
del acreedor que continúe insatisfecho.

El acreedor de una obligación de resultado tiene la facilidad de comprobar un hecho preciso que buscar la
culpa. La carga de la prueba la tiene el deudor que únicamente puede liberarse con la justificación de la
causa extraña y no en la ausencia de culpa, ya que la culpa no es necesaria para que se configure el
incumplimiento.

OBLIGACIONES DE MEDIOS Y DE RESULTADO (tomo XX)


El criterio de la clasificación se encuentra en el contenido de la obligación, es el examen del objeto, la
prestación.

En el caso de obligación de medios por ejemplo la que asume el médico, ya que no se compromete a lograr
el resultado (sanar al enfermo) ya que está más allá de sus posibilidades, puesto que depende de factores
aleatorios, inciertos, como la salud del paciente. La prestación del médico consiste en realizar un esfuerzo
para lograr un fin, que es externo a la relación obligacional.

El carácter aleatorio proviene de circunstancias o fuerzas que escapan del poder del hombre y existen
siempre, ya sea en mayor o menor proporción.

En la obligación de medios pasa a primer plato el accionar diligente del deudor en contraposición
del resultado.

Andrea Valenzuela – 2016 143


En el caso de la obligación de resultado, por ejemplo en el contrato de transporte, lo que pasa a primer
plano no es la actividad o comportamiento del deudor, sino un resultado preciso, llevar al pasajero al punto
de destino. Lo que promete el deudor es el resultado determinado de una manera precisa.
La obligación de resultado en la responsabilidad médica
El médico no se compromete a sanar porque ese resultado no depende exclusivamente de sus esfuerzos. El
éxito del médico depende en parte de la biología humana y de la receptividad del paciente, que son
imprevisibles.

Es incompatible el enfoque de responsabilidad médica como obligación de resultado, ya que es necesario


individualizar un resultado concreto y determinado que el deudor (médico) promete alcanzar, porque si falta
este elemento, la obligación es de medios, ya que a prestación consiste en aportar esfuerzos, actuar con
prudencia y diligencia.

El resultado prometido además tiene que depender exclusivamente del comportamiento del obligado, que no
haya incertidumbre, y esto no sucede en los actos médicos.

Existe la obligación de seguridad, que está limitada a proteger al paciente de enfermedades y/o accidentes
que no tengan por causa la atención médica brindada. Se entiende por ejemplo la infección contraída y por
accidentes, como la caída de la cama de un sujeto recién operado. A esto se debe agregar el no utilizar cosas
(instrumentos, medicinas) con vicios o defectos que causen perjuicios al paciente.
En la actualidad se eliminó la obligación de seguridad medios.

EL PROBLEMA DEL CÚMULO O CONCURSO DE LAS RESPONSABILIDADES CONTRACTUAL


Y EXTRACONTRACTUAL
El cúmulo es un conjunto de normas que convergen hacia una misma situación de hecho.
El ejemplo más frecuente es el contrato de transporte, en el cual la lesión o muerte del pasajero no sólo causa
el incumplimiento del deudor contractual, sino que también configura simultáneamente la violación del deber
general de no dañar (neminem laedere), que pertenece a la responsabilidad aquiliana. El hecho material es
uno, pero las violaciones jurídicas son dos, una ilicitud contractual y otra extracontractual.

En el caso de la asistencia médica, el médico tiene la obligación de la tutela de la salud y vida del paciente, se
puede afirmar el incumplimiento por obligación principal del médico viola siempre un derecho de la
personalidad del enfermo, protegido con independencia de la existencia de relaciones obligacionales.

La cuestión en el concurso de normas es determinar si se aplican ambos regímenes conjuntamente o uno


excluye al otro, ya que los dos poseen por igual aptitud para regular la misma situación de hecho.
Se tiene que decidir si las normas de la responsabilidad extracontractual rigen también en el caso de
incuplimiento de una obligación, si la respuesta es afirmativa significa la aceptación del concurso, si la
respuesta es negativa se excluye la posibilidad de que las reglas de la responsabilidad aquiliana se agreguen
a la de la responsabilidad contractual.

Es preferible hablar de concurso cuando se permite al damnificado que elija entre uno y otro sistema. En
cambio el cúmulo permite intentar tanto una como la otra, conjunta o sucesivamente, en el mismo proceso o
en procesos sucesivos.

El cúmulo prohibido
Hay una hipótesis de cúmulo entre responsabilidad contractual y extracontractual que está prohibida. Se
caracteriza por tres aspectos:

a. Es necesario que exista una unidad de hecho dañoso (un hecho único) y de su autor (comportamiento de
un solo sujeto). Un único comportamiento referente a un mismo autor y por consiguiente un evento dañoso
único.
Andrea Valenzuela – 2016 144
b. El comportamiento dañoso debe lesionar al mismo tiempo un derecho de crédito y un derecho absoluto del
damnificado. El derecho del acreedor es violado por el incumplimiento del deudor (art. 1342), los derechos
absolutos lo son por infracción del deber genérico (art. 1319).

c. Es necesario que entre dañante y dañado exista un vínculo obligacional, esto es que el deudor sea el
causante del daño y el acreedor el damnificado. El perjudicado por la doble infracción (contractual y
extracontractual) debe ser la misma persona, el acreedor contractual, y la doble infracción debe haber sido
cometida por la misma persona, el deudor contractual.

Cuando media un vínculo contractual, su incumplimiento impide al cocontratante la invocación concurrente


de los principios y normas de la responsabilidad extracontractual.

● Se requiere que el sujeto dañado sea uno solo y no varios, se individualiza al acreedor como la única
persona en la cual va a reunirse la doble titularidad de las pretensiones indemnizatorias contractual y
aquiliana. Las cuales en otros casos se dan por separado en distintos sujetos.

Para que el cúmulo esté prohibido es necesaria la unidad de un comportamiento dañoso y su autor, que
cause contemporáneamente una lesión de un derecho de crédito y de un derecho absoluto, entre sujetos
que están vinculados de antemano por una relación obligacional (entre las partes contratantes) y el dañado
es uno solo y no varios.

El principio general es el concurso o cúmulo de las responsabilidades contractual y aquiliana. Con el límite de
respetar la voluntad de los contratantes. Admisibilidad del cúmulo en materia de prescripción.
Si las partes estipularon una cláusula limitativa de la responsabilidad o la reducción del plazo
prescripcional, lo pactado no puede quedar expuesto a ser derogado por la penetración de las reglas
extracontractuales.

Una prescripción contractual abreviada no podría ser modificada por el plazo de la aquiliana.
La norma de la prescripción contractual rige para la responsabilidad contractual y la aquiliana regula la
hipótesis de la responsabilidad extracontractual, por lo tanto a un sujeto víctima de un ilícito aquiliano nada
le impide invocar ese plazo, porque es el que regula su situación jurídica de naturaleza extracontractual, que
existe con el mismo derecho que la responsabilidad por incumplimiento de obligaciones, con la cual convive.

No hay una razón por la cual se tenga que preferir la norma contractual porque no se contradice con la
voluntad de los contratantes y cada especie tiene vocación para regir dentro de su propio ámbito. La
víctima extracontractual no modifica la prescripción contractual, puesto que invoca el plazo que
corresponde a su relación de naturaleza aquiliana. De la misma manera el acreedor contractual podrá
ampararse en el plazo más extenso si expiró el extracontractual.

La prescripción contractual conserva su vigencia en ese ámbito, pero son ajenas al campo aquiliano, ya que
las normas de la responsabilidad extracontractual deben regular una especie que les pertenece.

Andrea Valenzuela – 2016 145


GARANTÍAS Y PENAS CIVILES
CLÁUSULA PENAL
Noción
Está definida en el art. 1363 como aquella en cuya virtud una persona para asegurar la ejecución de la
convención, se obliga a alguna pena, en caso de falta de cumplimiento.

Elementos fundamentales
●Negocio jurídico, pactado entre acreedor y deudor
●Negocio jurídico de garantía, tiene por finalidad asegurar el cumplimiento de la obligación
●Función punitiva, impone al deudor una pena en caso de que no cumpla

La cláusula penal es una típica medida que refuerza el crédito, porque el deudor se verá estimulado a
cumplir ante la amenaza de sufrir una pena. El acreedor exige una tutela suplementaria de su crédito,
independiente de la obligación de daños y perjuicios que el incunmplimiento pueda causar y crea una
segunda obligación que coexiste con ella y tiene como punto de mira el incumplimiento. No se requiere que
se haya causado daño, basta con el incumplimiento.

Negocio de garantía. Accesoriedad, subsidiariedad,


La cláusula penal se califica como negocio de garantía. Garantizar una obligación significa asegurar su
cumplimiento.
La obligación de la cláusula penal es accesoria por cuanto supone una obligación preexistente, que es lo
que debe asegurar. Se rige por los principios generales del negocio accesorio del art. 1364.
La subsidiariedad de la cláusula penal se explica por el supuesto de hecho en que se asienta: a) pacto, b)
incumplimiento. La pena se debe en caso de falta de cumplimiento.

El deudor puede liberarse cumpliendo con la obligación principal y al acreedor no le es posible rechazar
este derecho y reclamar la pena, ni el deudor puede ofrecer la pena en lugar de la prestación principal, ya
que no es una obligación facultativa

Función de cláusula penal. Función coercitiva y punitiva. Garantía por riesgos.


La función de la cláusula penal es punitiva, el monto de la pena debe superar la estimación de perjuicio,
porque si así no fuera no habría pena, sino resarcimiento.

La distinción entre la función indemnizatoria y la punitiva es que mientras el resarcimiento repara el perjuicio
sufrido por el acreedor pero no puede ir más lejos, la imposición de una pena no se calcula en función al
perjuicio, sino que se busca sobrepasarlo para presionar psicológicamente al deudor induciendole el
cumplimiento bajo amenaza de padecer un mal mayor que reparar el daño.

El problema del cúmulo


Los arts. 1366 y 1367 inc 2 y 3 refieren a este tema. La primer norma deduce que ante incumplimiento del
codeudor nace la opción del acreedor entre la pena o la ejecución de la obligación.
El presupuesto para su aplicación es la situación del incumplimiento, al acreedor se le permite renunciar
a la ejecución forzada y solicitar en su lugar la pena.

El inc 3º del art. 1367 le confiere al acreedor el derecho de variar la elección originaria y cambiarla por la
pena cuando la elección por el cumplimiento se presenta infructuosa.

●se prohíbe pedir la pena con la ejecución forzada específica (cumplimiento)


●el cúmulo entre la indemnización (daños y perjuicios) y la pena es viable.

Andrea Valenzuela – 2016 146


Distinciones de la cláusula penal
La cláusula penal se distingue de las arras, ya que estas son un negocio real que requiere la entrega de una
cosa, a diferencia de la cláusula penal.
La multa penitencial se distingue claramente ya que confiere el derecho de desligarse unilateralmente del
contrato y este derecho potestativo no existe en ámbito de la cláusula penal, donde al deudor no le es posible
liberarse de la obligación principal por el pago de la pena.

Incumplimiento debido a justas causas. La cláusula penal como asunción de riesgos por parte del deudor
La cláusula penal se debe incluso cuando hay causas justas de incumplimiento según el art. 1369.
El deudor no puede eximirse alegando la ausencia de culpa ni tampoco por caso fortuito o fuerza mayor,
diferencia esencial con la liquidación de los daños y perjuicios, puesto que estos se deben únicamente
cuando el incumplimiento es imputable.
La cláusula penal no se trata de resarcimiento de daños y perjuicios, tampoco sólo una pena, sino que trata
de asegurar de todos modos al acreedor para el caso que un evento futuro, el cumplimiento de la obligación,
no se verifique, independientemente de las causas que determinan el incumplimiento.

Mora
Es necesaria la previa constitución en mora del deudor para que pueda reclamarse la cláusula penal. La
mora a que se refieren estas normas atañen a la obligación principal.

ARRAS CONFIRMATORIAS
Es un negocio jurídico real accesorio a la compraventa, siendo la entrega el elemento constitutivo o
esencial, que no puede concebirse su existencia sin una entrega de dinero o cosa fungible.
Es un negocio accesorio y no una cláusula del contrato, presupone la existencia del contrato.

Las arras confirmatorias son un medio de prueba y refuerzo del vínculo. Es un cumplimiento parcial del
contrato en forma anticipada, una indemnización anticipada por eventual incumplimiento. Las arras son
entregas en signo de ratificación del contrato.

Las arras penitenciales confiere un derecho de receso (desistimiento) unilateral, de origen convencional, es
decir el derecho de desligarse por la sola voluntad del contrato, sin incurrir en responsabilidad y esta función
es opuesta a las arras confirmatorias que se dan estando el contrato ya perfecto y para darle mayor firmeza,
así que no deben convertirse en instrumentos para su rescisión.

Las arras cumplen una función de garantía, pero la entrega no se hace con la finalidad de cumplir con la
prestación. Cuando el contrato se cumple, lo entregado se imputa al precio, pero ello no significa que la
entrega se identifique con el cumplimiento anticipado, porque si así fuera las arras no tendrían individualidad
propia.
También tiene carácter punitivo, porque el que recibió las arras puede apropiarse de ellas en caso de
incumplimiento.
La entrega constituye una suma pagada de antemano al acreedor, para el caso de incumplimiento del
deudor, que aquél puede confiscar (apropiarse) si no prefiere pedir la resolución o el cumplimiento del
contrato con los daños y perjuicios.

Efectos
●Lo entregado debe imputarse al precio
●No faculta para desistir perdiendo las arras
Frente al incumplimiento del que entregó las arras, el acreedor tiene derecho a reclamar la resolución con los
daños y perjuicios, sin que su monto se vea limitado por las arras, pero la liquidación del perjuicio debe tener
en cuenta las arras entregadas. Si opta por el cumplimiento, las arras se imputan al precio.
También puede elegir contentarse con las arras recibidas y apropiarse de estas. La persona confisca y queda
libre de contratar con quien quiera.
Diferencias
Andrea Valenzuela – 2016 147
Las arras son un negocio real, a diferencia de la cláusula penal, donde se promete pagar algo. Las arras
tienen una función coercitiva más enérgica.
Las arras y la prenda tienen naturaleza real, pero el acreedor prendario no deviene propietario de las cosas
que se le entregan respecto de las cuales adquiere un derecho real menor.

MULTA PENITENCIAL. ARRAS PENITENCIALES. RECESO UNILATERAL DE ORIGEN


CONVENCIONAL.
Las arras penitenciales
El segundo inciso del artículo 1665 trata de las arras penitenciales, se confiere un derecho al que entrego las
arras de desligarse del contrato mediante la pérdida de las mismas. Está obligado a cumplir con la prestación
principal, pero también tiene una legítima facultad de no hacerlo si opta por retractarse perdiendo las arras.
Cuando el deudor decide retractarse no hay incumplimiento de su parte ni puede el acreedor
reclamarle la ejecución de la obligación
La expresión dejar de cumplir lo estipulado se refiere a la obligación principal pero con ello no incumple el
contrato, ya que es un derecho que le fue conferido en el propio negocio.
La función de las arras de desistimiento no es asegurar el cumplimiento del contrato, sino que abre una
brecha en este, permitiendo escapar a una de las partes.

La multa penitencial
Otorga al deudor un derecho potestativo de liberarse de la obligación abonando la suma pactada, se trata
de una forma de un receso unilateral de origen convencional donde la multa es la prestación que paga el
deudor por el ejercicio de esa facultad.
A diferencia de las arras penitenciales, no está legislada expresamente, pero se justifica en el principio de la
autonomía de la voluntad.

Diferencias con la cláusula penal


Las arras penitenciales se diferencian estructuralmente de la cláusula penal, porque requieren la
entrega de una cosa.
En ambos casos existe una cantidad fijada arbitrariamente, pero la cláusula penal tiene como finalidad
estimular al deudor para que cumpla y no como una forma de escapar de la obligación.

LA ASTREINTE CONMINATORIA
La astreinte tiene por finalidad obtener el cumplimiento de una obligación presionando psicológicamente al
deudor de la misma con una condena pecuniaria que impone el juez y se aplica por cada día que dure la
resistencia del obligado. Su monto es desproporcionado, es una suma muy superior al perjuicio sufrido por
el acreedor para influir sobre la voluntad del deudor y que este ejecute la prestación bajo amenaza de recibir
un mal mayor. La pena aumenta con el transcurso del tiempo.
La palabra astreinte proviene de astringere, emplear una medida compulsiva, de presión.
Las astreintes son sanciones civiles, ya que son multas pecuniarias impuestas en beneficio del acreedor, que
presentan los caracteres de penas privadas, elementos que la separan de las sanciones civiles que tienen
naturaleza indemnizatoria.

●Es siempre conminatoria, lo intimidad o coacciona con la amenaza de una multa para inducirlo a cumplir
●El mal amenazado debe sopesar el que padeceria el deudor incumplidor. Debe ser excesiva y
desproporcionada
●Es provisoria, puede aumentarse luego si se revela insuficiente y por ultimo puede reducirse o suprimirse
si se logra el objetivo, o sea cuando el deudor cumple.
La astreinte tiene natuaraleza punitiva. Son penas privadas que no tienen exclusivamente un fin represivo,
ya que persiguen el cumplimiento de la obligación.
Es ilegal la implantación de astreintes en Uruguay

Andrea Valenzuela – 2016 148


Relaciones de consumo. Ley 17.250
Artículo 1 “La presente ley es de orden público y tiene por objeto regular las relaciones de
consumo…”
Artículo 4 “La relación de consumo es el vínculo que se establece entre el proveedor, que a título oneroso,
provee un producto o presta un servicio y quien lo adquiere o utiliza como destinatario final”.

Los sujetos de la relación de consumo: Proveedor y


Consumidor.
Artículo 2 “Consumidor es toda persona física o jurídica que adquiere o utiliza productos o
servicios como destinatario final en una relación de consumo o en función de ella…”
Artículo 3 “Proveedor es toda persona física o jurídica, nacional o extranjera, privada o pública, y en este
último caso estatal o no estatal, que desarrolle de manera profesional actividades de producción, creación,
construcción, transformación, montaje, importación, distribución y comercialización de productos o servicios
en una relación de consumo”. A través de esa definición se procuró abarcar a todos los sujetos que actúan
profesionalmente en las actividades mencionadas.

Es sin dudas una ley de defensa del consumidor y su ratio apunta al amparo de la parte más débil de las
relaciones mentadas por ella.
Su aplicación supone la existencia de una relación de consumo, tal relación sólo se configura si se traba entre
personas físicas o jurídicas, que tienen roles contrapuestos (el proveedor y el consumidor).
La razón de ser es la de evitar abusos generados por la disparidad del poder negociar, pues, sea por razones
económicas o de conocimiento, el proveedor tiene una posición dominante que perfila una relación no
paritaria. Es una ley que actúa con un objetivo claro de justicia distributiva en aplicación del principio de
igualdad, que se traduce en tratar de manera diferente a quienes están en posiciones jurídico-económicas
distintas, con miras a restablecer el equilibrio fracturado por esa situación.

Concepto de consumidor
“Consumidor es toda persona física o jurídica que adquiere o utiliza productos o servicios como destinatario
final en una relación de consumo o en función de ella. No se considera consumidor o usuario a aquel que, sin
constituirse en destinatario final, adquiere, almacena, utiliza o consume productos o servicios con el fin de
integrarlos en procesos de producción transformación o comercialización”.

El consumidor y el proveedor son de gran importancia ya que al vincularse establecen una relación de
consumo, objeto de regulación de la norma de orden público y quienes podrán ejercer las acciones
previstas en la ley, ya que son los que están legitimados para ello. La legitimación refiere a la posición de
un sujeto frente a otro, o de aquel frente a un objeto determinado.
La noción de consumidor según la ciencia económica es el último estadio de proceso económico,
que se diferencia del de producción y distribución.

Ley uruguaya
Consumidor toda persona física o jurídica que utiliza productos o servicios como destinatario final en una
relación de consumo o en función della.
No se considera consumidor quien sin constituirse en destinatario final:
- Adquiere
- Almacena
- Utiliza
- Consume productos y servicios con el fin de integrarlos en procesos de:
* Producción
* Transformación
* Comercialización

Andrea Valenzuela – 2016 149


La relación de consumo es onerosa, equiparandose la gratuita que se realiza en función de una eventual
relación onerosa.
La ley 17.250 protege a quien luego de haber adquirido el producto o servicio no lo integra a la cadena de
producción, transformación o comercialización.
Se busca la protección del más débil, excluyendo de la categoría a los sujetos que son proveedores o
intermediarios en la cadena productiva o comercial.

Las reclamaciones entre proveedores no se regirán por esta ley. Por ejemplo quien adquiere la materia prima
para transformarla no es consumidor y si estas tuvieran algún vicio, deberá reclamar por el derecho común.
Si el que reclama es el consumidor del producto final (hecho con esas materias primas), podrá reclamar
contra el proveedor (fabricante o importador) mediante la presente ley.

La norma además de habilitar para reclamar a los que adquieren, también habilita a quien utiliza el
producto, no sólo al contratante.

No se considera consumidor al comerciante que adquiere para revender. La ley permite considerar
consumidor a quien utiliza un producto para integrarlo a la prestación de un SERVICIO a terceros.

Cuando una persona jurídica adquiere bienes que utiliza para fabricar o comercializar pero no forman parte
de la fabricación como integrantes del todo debe ser considerada como consumidora.

Es consumidor tanto la persona física como la jurídica. Se analiza la debilidad frente al proveedor que
actúa frente a un consumidor ya sea pobre o rico, persona jurídica o física.

La finalidad de la ley es la protección contra publicidad engañosa y la razón de ser de la prohibición


habilita a quienes, sin haber trabado una relación de consumo, resultan eventualmente perjudicados
por la misma.

En resumen, consumidor es la persona, física o jurídica que a través de una relación de consumo onerosa,
adquiere o utiliza como destinatario final, productos o servicios, esto es, no los integra a procesos productivos,
de distribución o comercialización. Destinatario final implica, que lo que adquiere no sale de su esfera de
utilización. Dado que la relación de consumo, es necesaria para que pueda hablarse de consumidor, y esta se
traba con un proveedor, corresponde terminar dicho concepto.
Es por ello que si la relación se traba con alguien que vende en forma no profesional no habrá relación de
consumo, quedando dicha situación fuera de la ley. A vía de ejemplo, si un sujeto que no se dedica a la
venta, vende su automóvil de manera ocasional y no profesional, el vínculo contractual se regirá por la
normativa del Código Civil.

Concepto de proveedor
“Proveedor es toda persona física o jurídica, nacional o extranjera, privada o pública, y en este último caso
estatal o no estatal, que desarrolle de manera profesional actividades de producción, creación, construcción,
transformación, montaje, importación distribución y comercialización de productos o servicios en una relación
de consumo”.

El proveedor vinculado con el consumidor y con determinados requisitos, conformará la relación de


consumo. Los proveedores son los obligados por la ley, los deudores.
Sean proveedores públicos o privados, las exigencias deben ser las mismas puesto que los productos o
servicios que colocan en el mercado, reciben una contraprestación por parte de los consumidores.
Si existiese un fabricante extranjero que coloque productos en el mercado nacional, será la ley nacional
aplicable, una vez vigente el Protocolo de Jurisdicción Mercosur.

Andrea Valenzuela – 2016 150


Ley uruguaya
Para ser proveedor debe desarrollar tareas de la cadena productiva, distributiva y comercial de manera
PROFESIONAL.

Se trata de apuntar al concepto de profesional a aquel que desarrolla una actividad habitualmente y con
conocimiento específico de la misma. Se excluye a la provisión ocasional o aislada de productos o servicios.

Las actividades enunciadas en el art. 3 son:


1) Producción: Es entendida como fabricación, es decir como la suma de productos del suelo o de la
industria obtenida al finalizar determinada actividad productiva. Por estar en mejores condiciones de conocer
lo relativo a la creación, puede evitar la causa de daños, tomando precauciones cuando fábrica o advirtiendo
a los consumidores de los riesgos.

2) Creación: Esta actividad fue agregada a la producción, aunque podría quedar implícita de la misma.
Puede sostenerse que en esta aceptación integran la calidad de proveedores quienes en forma profesional
desarrollen actividad de creación intelectual y científica para hacerla ingresar al mercado, generando
relaciones de consumo.

3) Construcción: Quien construye o celebra una relación de consumo mediante un contrato de


arrendamiento de obra o construcción es un proveedor.

4) Transformación: Existen sujetos en la cadena de producción que en lugar de crear un producto, toman
uno existente y lo transforman o modifican. La transformación implica hacer cambiar de forma a una persona o
cosa, dar a una cosa distinto uso o función, cambiar el modo de comportarse o las costumbres de una
persona.

5) Montaje: Conjunto de operaciones que se efectúan para unir de forma estable las piezas que constituyen
un objeto compuesto cualquiera.

6) Importación: El importador al traer al mercado nacional un producto o servicio genera el riesgo que
de su consumo pueda derivarse.
Quien asume las ganancias de la intermediación debe asumir también las obligaciones para el cumplimiento
de los requisitos y exigencias legales.
El importador tiene la responsabilidad de seleccionar adecuadamente los productos o servicios que lanzará al
mercado de consumo ya que es el único sujeto accesible para hacer reclamos legales.

7) Distribución: La actividad distributiva facilita la circulación de bienes y servicios pero como en toda
actividad lucrativa deben existir obligaciones de origen legal que la regulen y cuyo incumplimiento genera
responsabilidad.
Es un proveedor porque ejerce de manera profesional la actividad de distribución, integra la cadena de
comercialización de productos o servicios, y la finalidad de toda ley es abarcar a todos los integrantes de
la misma con independencia de su vinculación contractual con el consumidor.

8) Comercialización: La última etapa, en la que el producto o servicio llega al consumidor o destinatario


final.

9) Titular de una marca: Puede considerarse como integrante de la cadena de comercialización ya que los
productos o servicios se comercializan en función de la misma y como tal es un proveedor que comercializa a
través de un bien incorporal denominado marca.

Andrea Valenzuela – 2016 151


Relación de consumo
Refiere al vínculo que se establece entre un proveedor y un consumidor final. Queda excluida toda relación
entre proveedores, estas se rigen por el código civil.

La relación de consumo es una relación jurídica, por lo tanto, norma jurídica que vincula a dos sujetos en
calidad de acreedor-deudor, a través del denominado vínculo jurídico. El vínculo jurídico surge de la norma.
La creación del vínculo nos lleva al concepto de obligación que se descompone en dos elementos, deuda-
responsabilidad.

Es una relación contractual y también es la relación nacida de una obligación legal para el proveedor. Este
tendrá que cumplir con cada uno de los preceptos establecidos en la ley, y si no lo hiciera incurriría en
responsabilidad.

La norma otorga el carácter de relación de consumo sólo a los vínculos onerosos y las gratuitas salvo que
tenga por fin una eventual relación de consumo onerosa (la entrega de muestras gratis por ejemplo).

Concepto de onerosidad
Habrá onerosidad toda vez que cada una de las partes de la relación de consumo obtenga una utilidad
proporcionada por la contraria y que considere equivalente a la que brinda a su vez.
El proveedor recibe una prestación económica equivalente al valor del producto o servicio que entrega a
cambio de la misma. La utilidad se obtiene como consecuencia del gravamen que significa la prestación a
cargo de la otra parte de la relación. Cada gravamen beneficia al contrario.

La noción de gravamen debe tomarse en sentido amplio, entendiendo como toda desventaja o sacrificio,
concepto que evade el de obligación.

Para que estemos ante una relación onerosa alcanza con la configuración de un supuesto en el que se den
utilidades equivalentes entre las atribuciones patrimoniales aunque una sola de las partes resulte obligada.

Cláusulas abusivas en los contratos de adhesión


“Es abusiva, por su contenido o por su forma, toda cláusula que determine claros e injustificados
desequilibrios entre los derechos y obligaciones de los contratantes en perjuicio de los derechos y
obligaciones de los contratantes en perjuicio de los consumidores, así como toda aquella que viole la
obligación de actuar de buena fe. La apreciación del carácter abusivo de las cláusulas no se referirá al
producto o servicio ni al precio o contraprestación del contrato, siempre que dichas cláusulas se redacten de
manera clara y comprensible”.

Alcance o ámbito de aplicación


Si se admitiera que el pacto de limitación de responsabilidad previsto en la ley como abusivo, esté prohibido
en todo tipo contractual se afectaría la contratación, cuya negociación justamente está en función de la
limitación pactada.
No debe olvidarse que la cláusula abusiva de limitación o exoneración de responsabilidad sólo opera en el
contrato de adhesión cuando no existe causa razonable o justa para ello.
La prohibición de las cláusulas abusivas se extiende a los contratos negociados por analogía y en aplicación
del art. 16 C.C.

Blengio considera que la abusividad no puede darse en ningún tipo contractual, sea negociado o adhesivo, de
consumo o civil. Extra la fundamentación de la aplicación del principio constitucional de igualdad aplicable
directamente de acuerdo con lo dispuesto por el art. 332 de la C.

Andrea Valenzuela – 2016 152


Concepto
El tema de las cláusulas abusivas surge como necesidad de equilibrar a las partes que conforman
una relación de consumo.
La existencia de desigualdad entre ellas permite abusos por parte del proveedor y lleva a la necesidad de
crear mecanismos que eliminen las cláusulas que podrían configurar reglamentos unilaterales.
El proveedor en base a su supremacía determina el esquema negocial moldeandolo favor de sus intereses
y avasallando al consumidor adherente que no puede discutir.

Gamarra dice que la doctrina reclama la aplicación del principio de la buena fe, que se revelará en aquellos
casos en que las cláusulas se impriman con caracteres muy pequeños, al dorso del documento, con una
enumeración desordenada que dificulte su lectura.
Estas consideraciones se tienen en cuenta para regular la forma de pactar las cláusulas y se han establecido
cláusulas prohibidas por ser abusivas, pero solo a título enunciativo.

La nulidad absoluta y la inexistencia tienen efectos idénticos, opera de pleno derecho y se considera que
el negocio no tuvo lugar. Es innecesaria la sentencia judicial para declarar invalidez, siendo esta
meramente declarativa.
En los supuestos de cláusulas abusivas parece lógico que se consagre la nulidad absoluta, aunque
parcial, de las cláusulas contrarias a la ley del consumidor que tiene siempre la característica de ser de
orden público.

Criterios para calificar las cláusulas abusivas


Clausulas abiertas
.Permiten incorporar distintas situaciones como abusivas, dándole a la autoridad administrativa un margen de
discrecionalidad para interpretar el concepto general.

Se consideran generales o genéricas a las cláusulas que:


- Importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor
- Que violen el derecho ambiental
- Cláusulas que desequilibren los derechos y las obligaciones en perjuicio del consumidor
- Cláusulas que perjudiquen al consumidor de manera desproporcionada

Cláusulas cerradas
Estas son las cláusulas específicas en las que se prohíbe un modelo concreto de cláusula que impide un
pacto sobre determinado punto concreto.

- Las que exoneren al proveedor de responsabilidad


- Impidan la restitución de lo pagado
- Determinen el arbitraje obligatorio
- Habiliten al proveedor a modificar el contrato o el precio

La lesión
El Código Civil descartó la lesión como vicio de consentimiento (art. 1277).
El abuso debe combatirse pero la relación precio-bien debe dejarse libre al pacto de las partes, salvo que se
utilicen medios de coacción que invaliden el negocio.

Abusividad por la forma y por el contenido


La abusividad en la forma refiere a la manera de establecer ciertas condiciones o remisiones a documentos
que se entregan al consumidor al momento de contratar.
También es contrario al derecho negociar la enumeración de las cláusulas de forma tal que resulten
difíciles de comprender y lo mismo con las modificaciones que tienen apariencia legítima y de buena fe
pero encubren un ejercicio abusivo.
Enumeración Art.31 - Son consideradas cláusulas abusivas, sin perjuicio de otras, las siguientes:
Andrea Valenzuela – 2016 153
A) Las cláusulas que exoneren o limiten la responsabilidad del proveedor por vicios de cualquier naturaleza
de los productos o servicios, salvo que una norma de derecho o habilite o por cualquier otra causa justificada.
B) Las cláusulas que impliquen renuncia de los derechos del consumidor.
C) Las cláusulas que autoricen al proveedor a modificar los términos del contrato.
D) La cláusula resolutoria pactada exclusivamente en favor del proveedor. La inclusión de la misma deja
a salvo la opción por el cumplimiento del contrato.
E) Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la carga de la prueba en perjuicio del
consumidor cuando legalmente no corresponda.
F) Las cláusulas que impongan representantes al consumidor.
G) Las cláusulas que impliquen renuncia del consumidor al derecho a ser resarcido o
reembolsado de cualquier erogación que sea legalmente de cargo del proveedor.
H) Las cláusulas que establezcan que el silencio del consumidor se tendrá por aceptación de cualquier
modificación, restricción o ampliación de lo pactado en el contrato. La inclusión de cláusulas abusivas da
derecho al consumidor a exigir la nulidad de las mismas y en tal caso el Juez integrará el contrato. Si hecho
esto, el Juez apreciara que con el contenido integrado del contrato éste carecería de causa, podrá declarar la
nulidad del mismo.

a) Responsabilidad
Se pretende que el proveedor no pueda limitar atenuar o excluir la responsabilidad, o sea evitar la traslación
del daño del patrimonio del consumidor al del proveedor a través de una cláusula contractual. La reparación
es un derecho básico e irrenunciable del consumidor.

b) Renuncia
De nada sirve consagrar derechos al consumidor dejando que el proveedor le imponga una renuncia que
pretenda hacer figurar como negociada o voluntaria. Cuando la renuncia se halla dentro de un contrato de
adhesión es impuesta.

c) Modificación contractual
En el sistema del Código Civil (art. 1253) se establece que el cumplimiento del contrato no puede quedar al
arbitrio de una sola de las partes. Esta norma debe considerarse prohibitiva y todo contrato que lo
contravenga será nulo.
El vínculo contractual pierde seriedad cuando una de las partes puede modificar por su sola voluntad lo
pactado. El consumidor tiene derecho a saber el contenido negocial y el alcance de sus obligaciones y si se
prevén cambios deben quedar establecidos de forma concreta.

d) Acción resolutoria
Es una autolimitación de la voluntad negocial cuya actuación provoca la resolución de un contrato con la
consiguiente cesación de sus efectos. En la cláusula resolutoria al igual que en el pacto comisorio, las partes
prevén el incumplimiento del deudor y en los contratos bilaterales tenemos dos deudores recíprocos,
provocará la resolución de contrato en forma simultánea automática e ipso-iure.

e) Carga de la prueba
La legislación procesal y civil pretenden distribuir entre las partes y de forma equitativa la carga de probar una
relación jurídica. De no haberse previsto esta situación, la cláusula será ineficaz si contraviene las normas
consagradas en el C.C y en el CGP.

f) Representación
Hay negociaciones que requieren de manifestaciones de voluntad posteriores a la celebración del contrato, y
para eso los proveedores le exigen al consumidor que se les autorice por cláusula contractual, a designar un
representante.

Andrea Valenzuela – 2016 154


g) Renuncia al reembolso
Las normas civiles suelen establecer derogaciones o gastos que son del proveedor. Como se trata de normas
supletorias de la voluntad de las partes sólo rigen si no se pacta algo contrario en el contrato. Existen
impuestos que por disposición legal deben pagarse por mitades y en estos casos no puede establecerse que
sea el consumidor el que se hará cargo del total de los impuestos porque sería una cláusula abusiva.

h) Silencio como aceptación


Es común que el proveedor decida unilateralmente modificaciones del acuerdo original, que son
posteriormente comunicadas al usuario y se le concede a éste un plazo para que manifieste su voluntad de
rechazarlas y de no hacerlo se interpreta el silencio como aceptación. Estas prácticas NO son válidas en el
derecho positivo, salvo que en el contrato se otorgue el valor de aceptación al silencio, por cláusula expresa,
de no ser así, el silencio es neutro, no dice nada.
Para evitar que se otorgue valor al silencio a través de una cláusula contractual donde el consumidor
no puede rechazarla, se la califica como abusiva y en su mérito, nula.
El consumidor deberá manifestar su aceptación si desea que rija la modificación.

Consecuencias jurídicas
La nulidad
La falta de ajuste entre el negocio tal cual está disciplinado por el legislador y el contrato concreto pactado
en la realidad, adolece de un vicio.
El modelo abstracto con el hecho concreto debe coincidir. La discordancia adolece de nulidad. La nulidad
puede ser tanto expresa como implícita. Siendo la nulidad la solución menos querida, debe aplicarse cuando
no exista solución diferente. Se prevé en la ley del consumidor que la nulidad parcial y la integración de las
cláusulas eliminadas, para así aplicar el principio de conservación de los contratos.

La nulidad puede considerarse como sanción a un comportamiento contrario a una prohibición o como una
carga ya que el concepto de pena está ligado a la responsabilidad personal, y esta no rige en materia de
nulidad. Las leyes de consumo habilitan a la reclamación por daños y perjuicios.

Nulidad e ineficacia
La ineficacia que se genera en el negocio nulo es la natural consecuencia de una imperfección o vicio del
negocio.
La ineficacia es la no producción de efectos, sea como consecuencia de la nulidad o de la existencia de
un elemento extrínseco.

La ineficacia puede ser originaria (nulidad absoluta) o sucesiva (nulidad relativa).


En caso de nulidad absoluta esta es definitiva, no produce efectos y jamás podrá producirlos. La nulidad
relativa es superveniente, en principio y si no se declara judicialmente la nulidad, el contrato viciado de
nulidad relativa produce efectos eliminables o provisorios.

Nulidad e ilicitud
El acto nulo es ineficaz mientras que el ilícito es sancionado con la obligación reparatoria. El acto es lícito
cuando el sujeto actúa dentro del marco de lo permitido, e ilícito cuando se viola un mandato o prohibición.
Si el acto es ilícito, violatorio de una norma, existe además una sanción.

Nulidad parcial
Generalmente en el caso de las cláusulas abusivas la consecuencia es la nulidad parcial, sin descartar la
nulidad total.
El problema de la nulidad parcial es determinar si la invalidez de una parte permite subsistir el negocio y en
tal caso cual es la consecuencia jurídica relativa a la cláusula o parte anulada. Las cláusulas prohibidas
tienen como consecuencia la nulidad absoluta.

Andrea Valenzuela – 2016 155


Detectada una cláusula abusiva se declara la nulidad de la misma (parcial) y como lógica consecuencia
se habilita al juez a integrar o sustituir la misma, por otra que no vulnere los principios de la normativa de
consumo y en favor del más débil.

Sistema de las leyes de consumo


Cuando estamos ante cláusulas nulas se genera su ineficacia y es necesaria la integración por el magistrado,
siendo la solución de la nulidad parcial, emanación lógica del principio de conservación de los actos jurídicos.
La nulidad total se reserva para casos de excepción.

Nulidad de pleno derecho


Es la innecesariedad de un pronunciamiento judicial para que adquiera la calidad de nulidad absoluta. Si
existiese controversia el juez deberá declararla, y la sentencia tendrá efectos ex- tunc ya que el vicio es
preexistente y el fallo solo lo constata o declara.
El carácter absoluto de la nulidad emerge de la afectación del interés general o colectivo o bien del orden
económico social.

Integración
La nulidad parcial de una cláusula deriva muchas veces en la necesidad de sustituirla por otra para que el
contrato tenga vigencia.
Frente al vacío el juez debe integrar el contrato recurriendo al tipo contractual que se describe por los
elementos estructurales del mismo.
El juez en base a un criterio de razonabilidad y equilibrio, deberá hacer desaparecer la desnaturalización
de las obligaciones, aplicar criterios de buena fe y equidad, amparando al consumidor en los derechos que
la normativa le confiere.

En los casos de nulidad total, la integración carece de objeto, se declara la nulidad del contrato, o sea la
inexistencia del vínculo jurídico. Se permite la nulidad del contrato, que implica la restitución de las cosas al
estado en que se hallaban antes del contrato.

Si una vez eliminadas las cláusulas nulas y con la integración lógica de las mismas, el contrato no puede
subsistir por falta de causa objetiva o función económica, el magistrado debe declarar la nulidad total del
vínculo.

Artículos relacionados con dolo determinante e incidente en la ley 17250.


Art.6 - Son derechos básicos de consumidores:
A) La protección de la vida, la salud y la seguridad contra los riesgos causados por las prácticas en
el suministro de productos y servicios considerados peligrosos o nocivos.
B) La educación y divulgación sobre el consumo adecuado de los productos y servicios, la libertad de
elegir y el tratamiento igualitario cuando contrate.
C) La información suficiente, clara, veraz, en idioma español sin perjuicio que puedan emplearse
además otros idiomas.
D) La protección contra la publicidad engañosa, los métodos coercitivos o desleales en el suministro de
productos y servicios y las cláusulas abusivas en los contratos de adhesión, cada uno de ellos dentro de los
términos dispuestos en la presente ley.
E) La asociación en organizaciones cuyo objeto específico sea la defensa del consumidor y ser representado
por ellas.
F) La efectiva prevención y resarcimiento de los daños patrimoniales y extrapatrimoniales.
G) El acceso a organismos judiciales y administrativos para la prevención y resarcimiento de daños
mediante procedimientos ágiles y eficaces, en los términos previstos en los capítulos respectivos de la
presente ley.

Andrea Valenzuela – 2016 156


Art.15 - El proveedor deberá informar, en todas las ofertas y previamente a la formalización del contrato
respectivo:
A) El precio, incluidos los impuestos.
B) En las ofertas de crédito o de financiación de productos o servicios, el precio de contado efectivo según
corresponda, el monto del crédito otorgado o el total financiado en su caso, y la cantidad de pagos y su
periodicidad. Las empresas de intermediación financiera, administradoras de créditos o similares, también
deberán informar la tasa de interés efectiva anual.
C) Las formas de actualización de la prestación, los intereses y todo otro adicional por mora, los gastos
extras adicionales, si los hubiere, y el lugar de pago. El precio difundido en los mensajes publicitarios
deberá indicarse según lo establecido en el presente artículo. La información consignada se brindará
conforme a lo que establezca la reglamentación.

Art.17 - La oferta de productos debe brindar información clara y fácilmente legible sobre sus características,
naturaleza, cantidad, calidad -en los términos y oportunidades que correspondan-, composición, garantía,
origen del producto, el precio de acuerdo a lo establecido en el artículo 15, los datos necesarios para la
correcta conservación y utilización del producto y, según corresponda, el plazo de validez y los riesgos que
presente para la salud y seguridad de los consumidores. La información consignada en este artículo se
brindará conforme lo establezca la reglamentación respectiva. En lo que respecta al etiquetado-rotulado de
productos, así como en relación a la necesidad de acompañar manuales de los productos y el contenido de
éstos, se estará a lo que disponga la reglamentación.

Art.20 - En la oferta de servicios el proveedor deberá informar los rubros que se indican en el presente
artículo, salvo que por la naturaleza del servicio no corresponda la referencia a alguno de ellos. La información
deberá ser clara y veraz y, cuando se brinde por escrito, será proporcionada con caracteres fácilmente
legibles:
A) Nombre y domicilio del proveedor del servicio.
B) La descripción del servicio a prestar.
C) Una descripción de los materiales, implementos, tecnología a emplear y el plazo o plazos del
cumplimiento de la prestación.
D) El precio, incluidos los impuestos, su composición cuando corresponda, y la forma de pago. Será
aplicable en lo pertinente lo dispuesto en el artículo 15 de la presente ley.
E) Los riesgos que el servicio pueda ocasionar para la salud o seguridad, cuando se diera esta
circunstancia.
F) El alcance y duración de la garantía, cuando ésta se otorgue
G) Solamente podrá informarse la calidad de conformidad a lo previsto en el artículo 17 de la presente ley.
La reglamentación podrá prever situaciones en que, junto con la oferta, deba brindarse un presupuesto al
consumidor, estableciendo su contenido y eficacia.

Obligación de informar
Art.32 - La violación por parte del proveedor de la obligación de actuar de buena fe o la transgresión del deber
de informar en la etapa precontractual, de perfeccionamiento o de ejecución del contrato, da derecho al
consumidor a optar por la reparación, la resolución o el cumplimiento del contrato, en todos los casos más los
daños y perjuicios que correspondan.

Se consagra la responsabilidad del incumplidor. Son obligaciones de origen legal, coercibles y reclamables en
juicio.
Nacen cuando el proveedor realiza una oferta al público, la que es vinculante y permanecen hasta su
extinción mediante el cumplimiento voluntario.

El proveedor tiene la obligación legal de informar.

Andrea Valenzuela – 2016 157


La información tiene como fin contribuir a formar un consentimiento, se concreta en la posibilidad de
que el consumidor tenga el conocimiento básico y suficiente sobre las características del producto o
del servicio, así como las condiciones de su adquisición. La obligación que se establece en las
distintas normas del consumidor concreta la prestación específica del proveedor de suministrar los
datos ciertos, veraces y completos acerca del producto.

La finalidad de la información es prevenir los daños que podrían causarle al consumidor y evitar la reparación.

Naturaleza de la responsabilidad precontractual


Gamarra funda la responsabilidad precontractual en el incumplimiento de la obligación legal de actuar de
buena fe en la tratativas, la cual por emerger del incumplimiento de una obligación preexistente es de
naturaleza contractual y se rige por dicha normativa.

Mientras que el deber extracontractual se vincula a un derecho absoluto, la obligación preexistente


en la responsabilidad contractual se relaciona con un derecho relativo.

Modalidades de información
La información debe ser clara, exteriorizada de forma manifiesta y transparente para que cualquier
persona pueda comprenderla.
Se debe proveer la información adecuando la normativa legal y dejando de lado el sistema publicitario
que tiende a disuadir.

Función de la información
La responsabilidad en la actualidad tiene más que nada a la prevención del daño que a su reparación. La
obligación de informar debe revalorizarse como de gran transcendencia en las etapas; precontractual, de
formación de contrato y de ejecución, ya que se pueden evitar daños a los consumidores.
La obligación de informar, de origen legal, que se funda en el principio general de buena fe tiene por
cometido o función el equilibrio de los contratantes y la prevención de daños a los consumidores.

Ámbito de aplicación
La ley establece la obligación de informar para todos los proveedores, incluidos los profesionales liberales. En
caso de duda se hará la interpretación más favorable al consumidor.

Etapas en que se debe brindar información


La información no debe limitarse a la etapa previa del contrato, debe acompañarlo en su evolución en
el periodo de perfeccionamiento y también en el de ejecución.
La etapa posterior a la relación de consumo tampoco puede ser excluida de posibles informaciones
para prevenir daños o evitar su agravamiento.

Consecuencias del incumplimiento de la obligación de informar


Se deben crear medidas y remedios eficaces para que el incumplimiento de esta obligación de informar, en
especial en sede precontractual sea respetada y cumplida por los obligados.

Se producen diversas consecuencias según la falta de información o la falsedad de la misma se produzcan en


la etapa precontractual y el negocio no llegue a perfeccionarse que cuando se incumple una vez celebrado el
vínculo.

Cuando se viola la obligación preexistente de origen legal de informar, contrariando la buena fe en la etapa
previa al contrato, se generará responsabilidad precontractual. Esta es relevante cuando el vínculo no se crea
por la detección de este incumplimiento, pero se generaron perjuicios.

Andrea Valenzuela – 2016 158


Serán reparables los daños emergentes por los gastos efectuados, y el lucro cesante por haber perdido otras
posibilidades de contratación.
Estos perjuicios son consecuencia de la falsa información que determinó al consumidor a negociar,
comportamiento contrario a la ley y por lo tanto ilícito.

La confianza y la buena fe sirven de fundamento a la responsabilidad precontractual. Es el elemento


primario de la vinculación que se crea entre los sujetos en el periodo de tratativas.

Opciones
El consumidor, una vez constatado el incumplimiento puede elegir entre reclamar la ejecución en natura o la
resolución del contrato, más los daños y perjuicios.
En la etapa precontractual la única opción válida es la de reparación por perjuicios, puede decidir en no
contratar y reclamar la reparación.

Andrea Valenzuela – 2016 159


RESPONSABILIDAD Y CRITERIOS DE IMPUTACIÓN DEL DAÑO
La transformación de la responsabilidad civil. Crisis de la doctrina tradicional. Ideas modernas.
La responsabilidad civil se divide en 2 TIPOS O ESPECIES:
CONTRACTUAL (art.1342) el deudor (incumplidor) es condenado al resarcimiento de los daños y perjuicios
en razón de la falta de cumplimiento de la obligación asumida
EXTRACONTRACTUAL (1319) todo hecho ilícito del hombre que causa un daño a otro impone la obligación
de repararlo.
Desde la sanción del Código de Napoleón, fuente del nuestro y fruto de la concepción que sobre la
responsabilidad civil tenía la doctrina unánime en esa época han habido transformaciones sociales,
económicas y políticas, que influyeron centralmente en referencia a la RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL, que es el objeto de este volumen.

La culpa y la doctrina tradicional. Justificación de una responsabilidad basada en la culpa.


Para la doctrina tradicional, la responsabilidad extracontractual se encuentra en el art.1319, de forma
tal que la culpa es el núcleo de esta doctrina, resulta imposible dentro de ese criterio desvincular la
responsabilidad de la culpa.
Se responde únicamente por ACTOS ILÍCITOS, o sea que el daño causado es imputable a dolo o culpa
(culpabilidad) o sea no hay responsabilidad sin culpa, por lo que la responsabilidad nunca se extiende
más allá de la culpa. Un daño causado sin que se haya incurrido en culpa no genera responsabilidad y por
ende no es reparable.
La culpa es el único fundamento de la responsabilidad civil. El sistema es unitario, integrado por un
solo criterio de imputación del daño.
La imposición de la obligación de REPARAR EL DAÑO al ofensor culpable, tiene por finalidad castigarlo
por haber obrado mal. La función de la responsabilidad es entonces SANCIONATORIA.
Obviamente que ese aspecto sancionatorio opera como una función PREVENTIVA, al promover el
espíritu de vigilancia, operando como amenaza que desaliente la infracción (al igual que la amenaza de
una pena previene el delito penal).
La doctrina tradicional de la responsabilidad tenía por centro LA FIGURA DEL AUTOR del hecho ilícito. La
responsabilidad adquiere un rostro definidamente sancionatorio y toda la concepción rota en torno al autor
culpable del acto ilícito y su castigo; la víctima permanecía en las sombras, y recibía la indemnización sólo en
razón del castigo que se imponía al ofensor por haber actuado culpablemente. Los perjuicios inculpables
quedan sin reparación (debe soportarlos la víctima).
La situación en la época del código francés. Su transformación posterior.
Las ideas de la doctrina tradicional eran adecuadas a una economía modesta, escasamente evolucionada,
de carácter agrícola o pastoril, con una industria incipiente, regida ideológicamente por concepciones
liberales (dejar hacer, dejar pasar, laissez faire, laissez passer). Estaba destinada a amparar empresas
recién en el comienzo de su desarrollo, sin fuerza para absorber una obligación de indemnización que fuera
más allá de los límites de la culpa.
La revolución industrial cambió radicalmente la realidad. La aparición de la gran industria genera
intensidad creciente de daños por la circulación (automóviles, ferrocarriles, aviones), gran densidad
de centros poblados, la utilización de medios mecánicos de peligrosidad intrínseca, que causan
perjuicios a los obreros que las manipulan. Los terceros también se veían afectados por estas fuentes
de riesgo.
Por otra parte las empresas se encuentran en condiciones de hacer frente a las demandas de
responsabilidad, incluso por su obrar inculpable, ya que les es dado trasladar a los costos las
indemnizaciones que deban pagar. Surgen otros principios económicos y las ideas sociales reclaman una
actitud más solidaria entre los hombres, una mayor integración de la esfera individual en la social.
Andrea Valenzuela – 2016 160
La “crisis” de la culpa. Insuficiencia de ese principio.
En la sociedad moderna es absolutamente insuficiente el principio de la culpa como única justificación de
la responsabilidad civil, porque ahora el daño pasa a ser una constante, que acompaña inexorablemente
el desarrollo del progreso, se vuelve inevitable y se produce necesaria y regularmente, sean cuales
fueren las precauciones y cuidados. Se generaba una gran masa de daños que quedarían sin reparación,
demasiada injusticia que no podía quedar sin respuesta.
El obrero que veía atrapada su mano en el telar en el cual trabajaba, estaba obligado a aportar la prueba
(imposible) de que el hecho era producto de una deficiencia de la máquina y que ese defecto provenía de
la negligencia de la empresa en su mantenimiento (culpa del patrón). Sin prueba de la culpa no había
responsabilidad.
Pero descartada la culpa como criterio único de atribución de responsabilidad, era menester encontrar otra
razón que justifique la imposición de la obligación resarcitoria a quien corresponda, sin culpa.

Así se entra en el ámbito de la RESPONSABILIDAD OBJETIVA, la cual, no es sustitutiva, sino


que permite la implantación de uno o más CRITERIOS COMPLEMENTARIOS al de la culpa,
convirtiendo el sistema unitario de la responsabilidad en un SISTEMA PLURAL.

La consideración absorbente del interés de la víctima en la moderna concepción de la


responsabilidad. La función indemnizatoria.
La doctrina moderna se coloca en las antípodas de la posición tradicional.
El protagonista de la responsabilidad NO ES EL OFENSOR sino el DAMNIFICADO, situado en primer
plano, queda superada la culpa como fundamento de responsabilidad, ya no se trata de sancionar la
violación de un deber, SINO DE REPARAR UN DAÑO. La función pasa a ser la reacción contra el daño
injusto. Esta función REPARATORIA es genuina, aún para los que postulan la doble función.
Doctrina Tradicional Doctrina Moderna
Centro OFENSOR VÍCTIMA
Valora su comportamiento Atiende el daño sufrido
Función SANCIONATORIA REPARATORIA

Porque viola un deber- castigo


Se afirma la opinión que ve en la responsabilidad la satisfacción de una exigencia que pertenece al ámbito
de la JUSTICIA DISTRIBUTIVA. Ya que de nada le sirve a la víctima cuando se está ante un insolvente o el
culpable no puede ser individualizado, lo que hacía fracasar el principio de la culpa. Además a la víctima
nada le importa del castigo del victimario, dado que solo persigue la indemnización.

El daño como esencia de la responsabilidad. Fundamento de la responsabilidad y criterios de


imputación. La responsabilidad objetiva: noción.
Fue un error de la doctrina tradicional considerar a la culpa la esencia de la responsabilidad, en forma
excluyente, creer que constituía su fundamento intemporal, válida para todas las épocas y lugares.
En realidad, LA ESENCIA DE LA RESPONSABILIDAD NO SE ENCUENTRA EN LA CULPA SINO EN
EL DAÑO, porque puede haber responsabilidad sin culpa, pero no es concebible una responsabilidad sin
daño. Lo que sirve para situar la responsabilidad no es el acto ilícito, ni el acto culposo, el punto de
partida de la responsabilidad civil es el hecho dañoso. El juicio de responsabilidad consiste en DECIDIR
SI ESE DAÑO DEBE SER REPARADO Y POR QUIEN.
Este planteo revoluciona radicalmente la concepción de responsabilidad, que ahora aparece como un
sistema plural con función predominantemente INDEMNIZATORIA.

Andrea Valenzuela – 2016 161


La cuestión ahora se centra en quién debe pagar. O sea, el FUNDAMENTO de la responsabilidad civil es
la razón por la cual un sujeto está obligado a reparar el daño sufrido por otro.
La culpa, como criterio de imputación, reinó desde el período post-clásico del Derecho Romano hasta la
revolución industrial del siglo XIX. Fue esta última que puso de relieve las insuficiencias de la culpa.
Esta forma de ver la responsabilidad no se funda en la culpa, por eso la responsabilidad OBJETIVA es
responsabilidad SIN CULPA.
El nuevo criterio no viene a expulsar a la culpa del campo de la responsabilidad, para ponerse en su lugar,
se trata de un complemento, un nuevo criterio que se coloca junto a ella.
Lo que importa señalar es que EL SISTEMA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL MODERNA pasa a ser
MÚLTIPLE, ya que resulta compuesto por diversos criterios de imputación, cada uno dotado de su propia
y específica razón justificante, y también con un propio y específico campo de aplicación, que no admite
superposición.
NOCIÓN DE RESPONSABILIDAD
La responsabilidad dijimos se generaba cuando un hecho ilícito de un sujeto causaba a otro un daño y que
su consecuencia era el nacimiento de la obligación de REPARAR EL PERJUICIO causado: art. 1319 “Todo
hecho ilícito del hombre que causa a otro un daño, impone al primera la OBLIGACIÓN DE REPARARLO y
el 1342 “El deudor es condenado al resarcimiento de daños y perjuicios, sea en razón de la falta de
cumplimiento de la obligación…”

Responsabilidad como sanción por el hecho ilícito. La doctrina tradicional solo requiere identificar al
autor del hecho ilícito para individualizar quien debe resarcir. En este caso, tomado como sanción, sólo
puede hablarse de responsabilidad en caso de culpa o sea que haya un culpable.
Crítica de la posición que concibe a la responsabilidad como sanción por el hecho ilícito.
El Código se inspira claramente en la concepción de la responsabilidad con culpa, sin embargo el trabajo
hermenéutico de doctrina y jurisprudencia, así como la legislación posterior han abierto la puerta a la
responsabilidad objetiva
Por ejemplo, la unánime aceptación de la naturaleza objetiva de la responsabilidad POR HECHO AJENO. Si
en ocasión del reparto de mercaderías el empleado de la empresa embiste a un peatón, el patrón será
responsable independientemente de cualquier análisis de su conducta. La culpa es claramente del
empleado pero la responsabilidad SIN CULPA es del patrón. Responsabilidad INDIRECTA o POR HECHO
AJENO, descarta toda identificación entre el autor del hecho y responsable, y al mismo tiempo la propia
concepción sancionatoria de la responsabilidad, porque no se justifica una sanción aplicada a un sujeto que
no ha cometido hecho ilícito.
Ejemplos 1) Daño causado por animal feroz (será siempre imputable a quien lo tenga, por art.1329) 2) El
daño producido por una cosa que cae o se arroja desde lo alto de un edificio (art.1330). En la esfera de leyes
especiales 3) La Ley de Accidentes de Trabajo del 28 de febrero de 1941, también 4) El Código
Aeronáutico /art.166 basta probar que la cosa caída o arrojada provienen de una aeronave en vuelo.
También 5) La Ley 17.250 que regula relaciones de consumo, incorporó la responsabilidad objetiva en la
zona de los daños causados al consumidor por productos o servicios defectuosos.
La doctrina acompañó este cambio, aportando interpretaciones a textos nuevas.
A comienzos del siglo XX reinaba en Uruguay, la doctrina tradicional, representada en la figura de
Amézaga. Un segundo momento, podríamos decir de transición, queda señalado por la obra de Peirano
Facio donde se advierte la incorporación de ideas que llevarían a consagrar la responsabilidad objetiva,
aunque sigue manteniendo a la culpa como fundamento exclusivo de responsabilidad.
Los casos en que se responde sin culpa (arts.1324, 1327 en la nueva interpretación que les atribuyó) son
incluidos por este profesora en la noción de “garantía” y no de responsabilidad.

Andrea Valenzuela – 2016 162


La última etapa, de recepción y sistematización de la responsabilidad objetiva, adviene con la obra de
GAMARRA, que tuvo como punto culminante la nueva interpretación que preconiza sobre el art. 1324, que
cuenta con el apoyo prácticamente unánime de nuestra jurisprudencia y doctrina.

CRITERIOS OBJETIVOS DE IMPUTACIÓN DEL DAÑO


Posibilidad jurídica de los criterios objetivos
Cuando ni la víctima ni el autor del daño, incurren en culpa, la doctrina tradicional encuentra que NO HAY
RAZÓN para hacer responsable al segundo. El problema de la responsabilidad no puede reducirse a una
mera exigencia de protección del damnificado. Nadie puede discutir que amparar a la víctima es, en sí
mismo, loable, pero, para que esto se logre a expensas del sujeto declarado culpable, hay que demostrar las
razones para así decidir el conflicto.
¿Por qué un sujeto que no incurrió en culpa debe hacerse cargo del daño?
La primer objeción es la ausencia de un sistema, o de un nuevo criterio que reemplace la antigua concepción
de culpa. Obviamente que no tiene porqué ser así, ya que la RESPONSABILIDAD OBJETIVA no se propone
reemplazar o sustituir a la culpa, sino complementarla, por eso la admisión de responsabilidad objetiva no
implica destruir antes el concepto de culpa.

El criterio de la relación de causalidad. Obviamente que limitarse a establecer la responsabilidad en la


mera relación de causalidad entre el acto y el daño, implica un retorno a primitivos derechos romano-
germánicos, donde únicamente contaba la materialidad de los hechos. En cambio los criterios de
imputación objetiva son varios, mientras que la culpa es el único criterio de imputación subjetiva, la
responsabilidad objetiva dispone de varios. En la responsabilidad coexiste una constante (el hecho
dañoso) y algunas variantes (los distintos criterios de imputación).
Al referirse a la responsabilidad objetiva en Francia se habla de RIESGO. En realidad el riesgo es uno de
los criterios de imputación objetiva y a su vez se desdobla en riesgo- provecho (riesgo-beneficio o riesgo
profesional) y riesgo-peligro.

Riesgo provecho. La idea de riesgo-provecho o riesgo-beneficio, como criterio objetivo de atribución del
daño, es una concepción fundamentalmente de carácter económico, estrechamente vinculada con la
revolución industrial y la aparición de las empresas.
Grandes empresas, multinacionales, fábricas, transportes, etc. que son altamente beneficiosas para la
sociedad, al mismo tiempo, también son fuente inevitable de daños para los obreros, los transportados, los
terceros en general. Resulta socialmente justificado vincular el riesgo que crean (el perjuicio que pueden
causar) con los beneficios extraídos de la misma actividad que lo origina y obligar a las empresas a reparar
el daño que causan (aún sin culpa de su parte), como contrapartida del provecho que la actividad dañosa les
procura. El responsable es quien se beneficia con la actividad dañosa (como dice Larenz) es también quien
conoce y puede dominar la fuente de riesgo.

El riesgo forma parte del PASIVO de la empresa y es por ello que debe ser asumido por el empresario
como parte de los costos de producción, para cubrir un valor destruido, en el cual figuran las energías
laborales de los trabajadores, el desgaste del material empleado y (esto es lo importante para nosotros) los
daños que causan a los terceros u obreros.
La empresa de transporte provocará accidentes de tránsitos. Las industrias asumirán defectos de
fabricación y los perjuicios derivados. Pueden calcularse por anticipado a través de la estadística,
precaverse contra la indemnización, o bien incluyendo los monos en el precio del servicio o producto o bien
recurriendo al seguro. De no admitirse esta concepción podría darse el caso de empresas activas desde el
punto de vista del empresario, pero pasivas desde el punto de vista social ya que destruyen un valor mayor
del que producen.

Andrea Valenzuela – 2016 163


Principio de la aptitud para soportar el daño a través de su distribución entre grupos o la
sociedad.
La determinación de quién debe soportar el daño causado, era examinado por la doctrina tradicional
considerando únicamente a la víctima y al ofensor. Por tanto cuando el autor del daño no era culpable el
perjudicado debía cargar con la pérdida, aunque él también fuera inocente. Por su parte el autor culpable
del perjuicio quedaba expuesto a una obligación indemnizatoria que su patrimonio individual muchas veces
no estaba en condiciones de afrontar.
El principio de la aptitud para hacerse cargo del daño y difundirlo entre otros sujetos, supera estos
inconvenientes, con un criterio adecuado a la sociedad moderna, porque como razón decisiva la víctima
nunca queda sin reparación.
La nueva respuesta, supera la doctrina tradicional que se limitaba a la culpa para establecer la
responsabilidad, ya que establece que será responsable aquel que tenga capacidad para absorber la
pérdida y distribuirla entre grandes grupos o sectores numerosos de personas, esto es, el sujeto con
aptitud para esquivar el daño y difundirlo socialmente. (socializar el daño -ojo, mío-)
No es una cuestión de confrontar individualidades, sino de la capacidad de solidaridad social, o sea si la
sociedad se beneficia con la actividad es lógico que el daño sea repartido entre la gran masa de
consumidores. La responsabilidad civil advierte que los daños pueden ser pagados por la sociedad.
La responsabilidad objetiva supera la anterior doctrina, tanto en el plano moral porque asegura el
resarcimiento de la víctima, como en el económico porque no carga el pago en un individuo sino en sectores
de la sociedad, lo que lo hace más equitativo y soportable.
El riesgo-peligro y la equidad.
El criterio del peligro (no ya económico sino jurídico) es, dogmáticamente aceptable y encuentra cabida en
el art.1329 RESPONSABILIDAD POR EL DAÑO CAUSADO POR EL ANIMAL FEROZ y también en el
art.1330
RESPONSABILIDAD POR LAS COSAS QUE CAEN de la parte superior de un edificio. La más moderna
legislación lo ha acogido en el art.34 de la ley sobre relaciones de consumo nº 17.250
No puede postularse como criterio general de la responsabilidad objetiva, el criterio tiene un ÁMBITO
LIMITADO, eso explica que que la ley haga responsable al sujeto que crea un peligro o ejerce actividades
peligrosas, esto es, aquellas que frecuentemente producen daños.
Valoración de los criterios objetivos
Su confluencia en una misma solución legal. Vimos que la doctrina RIESGO-BENEFICIO también se
vinculaba con la APTITUD PARA DISTRIBUIRLO y por ende soportarlo entre un gran número de individuos.
La posibilidad (en una misma solución normativa) de confluencia de dos criterios distintos de
INDIVIDUALIZACIÓN DEL RESPONSABLE, parece apoyar a quienes profesan una posición agnóstica,
alegando que los criterios objetivos sólo valen como fundamentos “mediatos” o sea “razones alejadas de los
preceptos”, valen sólo para explicar por qué en ciertas situaciones la ley se alejó del principio de la culpa, por
lo que las distintas especies de responsabilidad objetiva deben ser entendidas por lo que al respecto
establece la ley y no como consecuencia de una plena y coherente aplicación de los criterios del riesgo y del
peligro. Advierten que por consiguiente NO ES POSIBLE ASPIRAR EN EL PLANO DE LA
RESPONSABILIDAD OBJETIVA, AL LOGRO DE UN CRITERIO TAN NETO Y DEFINIDO COMO EL DE LA
CULPA.
No obstante los criterios de responsabilidad objetiva se encuentran presentes en el derecho positivo, valen
entonces porque la ley les consagra y eso es lo que cuenta.
Más de un criterio confluyen en el apuntalamiento dogmático de una misma solución legal, por ejemplo, el
inc.5º del art. 1324, donde la empresa responde SIN CULPA, pero para que nazca esta responsabilidad
(indirecta, por hecho ajeno) es necesario que previamente el dependiente haya causado un daño
culposamente.
No basta el criterio del RIESGO-BENEFICIO para explicar la responsabilidad de la empresa, ya que si éste
Andrea Valenzuela – 2016 164
fuera el criterio debería responder por TODOS LOS DAÑOS QUE CAUSA EL DEPENDIENTE, fueron o no
culpables.
En este caso se aplicaría el principio de la APTITUD DE SOPORTAR la incidencia del daño (tal como lo
revelan los antecedentes de la norma madre del código francés)
Pero también gravita el criterio del RIESGO PROVECHO en el sector empresarial (fundamentalmente),
porque es irrebatible el fundamento de justicia distributiva que lo informa.
Sin embargo una aplicación pura del RIESGO no puede postularse en el Uruguay, donde opera, en cambio,
como fundamento MEDIATO o RAZÓN LEJANA del precepto (Scognamiglio).

CRITERIO DE IMPUTACIÓN SUBJETIVO: LA CULPA


1.- Definición legal. Si bien nuestro código no contiene una norma especialmente dedicada a definir el
concepto, ésto resulta posible tomando en consideración una serie de disposiciones donde se hace
referencia a la culpa, se puede lograr una definición de este criterio de imputación.
No existe en Uruguay el problema del desajuste entre definiciones legales y la doctrina histórica, ya que la
definición legal es congruente con la doctrina universal. El legislador uruguayo no sólo definió, sino que,
además, definió bien.
En el art.1319 habla de CULPA sin más, adquiere un sentido preciso porque otros textos se lo asignaron
(art. 18 CC). En el art.1344 de responsabilidad contractual define la culpa como “LA FALTA DEL DEBIDO
CUIDADO O DILIGENCIA” (inc.1º “se entiende por culpa la falta del debido cuidado o diligencia”)
CUIDADO Y DILIGENCIA, el inc.2º cuando nos remite a “toda la diligencia de un buen padre de familia”.
BUEN PADRE DE FAMILIA, incurre en culpa aquel sujeto que no emplea todo el cuidado o diligencia que
habría aportado un buen padre de familia, esto es (como se verá luego) el cuidado o la diligencia del hombre
medio (común) ni excesivamente cuidadoso, ni excesivamente descuidado.
En art.1310,, se ratifica este sentido de la palabra CULPA “El agente oficioso está obligado a emplear en
la gestión todos los cuidados de un buen padre de familia y será responsable de los perjuicios que por su
culpa o negligencia resulten al dueño…
CULPA O NEGLIGENCIA <<<<<← ------------------>>>> OMISIÓN CUIDADOS DEL BUEN PADRE DE
FAMILIA.
La noción de culpa es un CONCEPTO UNITARIO, que tiene siempre el mismo sentido, en el campo de la
responsabilidad contractual y en los cuasi contratos)
ART.18 DEL CÓDIGO PENAL, difiere únicamente por el punto de vista enumerativo que utiliza, partiendo de
los elementos indiciarios que sirven para caracterizarla (“imprudencia, impericia, negligencia o violación de
leyes o reglamentos”) y por incluir la IMPREVISIÓN como elemento esencial, o sea “LO QUE PUDIENDO
SER PREVISTO NO LO FUE” (SOBRE ESTO LA LEY CIVIL GUARDA SILENCIO).
La ley penal no utiliza lo de “BUEN PADRE DE FAMILIA” que es específico de la ley civil, ya que el juez
penal analiza en concreto, sin remitirse a la comparación con el modelo ideal.
Pero el concepto es el mismo, la variación es en la manera de como se aprecia.
La idea de PREVISIÓN es también compatible, por ejemplo, cuando el hecho no pudo ser previsto por el
buen padre de familia no hay culpa civil.
Los textos uruguayos son plenamente suficientes arts. 1310, 1319, 1324 y 1344 del código civil y 18 del
código penal ES CULPABLE AQUEL SUJETO QUE NO ACTÚA CON LA DILIGENCIA DEL BUEN PADRE
DE FAMILIA a fin de evitar causar un daño a otros.

La culpa como criterio de imputación del daño: reprobación por haber actuado culposamente.
LA CULPA, en el campo de la responsabilidad extracontractual radica en que CONFIGURA UN CRITERIO

Andrea Valenzuela – 2016 165


DE IMPUTACIÓN DEL DAÑO. Art.1319 todo hecho ilícito
impone la OBLIGACIÓN DE REPARAR el daño, por cuyo DOLO, CULPA O NEGLIGENCIA
HA SUCEDIDO”.
El perjuicio debe trasladarse del patrimonio de la VÍCTIMA al del OFENSOR. Pero no es cierto que toda la
responsabilidad esté dominada por la noción de culpa.
Cuando hablamos de CRITERIO DE IMPUTACIÓN DEL DAÑO nos referimos a LA RAZÓN que decide el
desplazamiento del perjuicio de un sujeto a otro. La razón es LA CULPA falta precisar ¿por qué?
La esencia del concepto de culpabilidad ES UN JUICIO DE REPROCHE POR EL COMPORTAMIENTO
reprobable, por su desvalor social, por no haber obrado como debía, esto justifica que el autor del daño
resulte obligado a repararlo. LA CULPA ES UN CRITERIO DE IMPUTACIÓN.
También lo explica la idea de PREVENCIÓN DEL DAÑO. Cargar al autor culpable del perjuicio con las
consecuencias sirve para promover espírito de vigilancia.
Conclusión: NO PUEDE HABER CULPA SIN UN JUICIO DE REPROBACIÓN, este juicio permite hacer de
la culpa un criterio de imputación, porque, si así no fuera, no tendría explicación que la ley impusiera al autor
del daño la obligación resarcitoria.
El deber infringido
En la base de la idea de culpa se encuentra LA VIOLACIÓN DE UN DEBER, la “DESOBEDIENCIA” es un
aspecto esencial de la CULPA. Pero la ley o reglamento no puede cubrir todas las posibilidades, además
las circunstancias varían permanentemente y en cada caso, pueden ser necesarias distintas precauciones
o cuidados. Por ello existe, además, un PRINCIPIO GENERAL que impone EL DEBER DE CONDUCIRSE
CON PRUDENCIA Y DILIGENCIA. Impuestos por necesidades de la CONVIVENCIA SOCIAL, pero
también está en la Ley, o sea no comportarse con la diligencia del buen padre de familia, es asimismo
“VIOLAR LA LEY” (arts. 1310,1319,1324, 1344)
Aparte de la ley y reglamento que no debe infringir existe un DEBER GENERAL (de origen legislativo)
que puede descomponerse en el deber de no ser imprudente, no ser negligente y no ser imperito, lo que
incide en la clasificación del concepto de culpa.
Negligencia, imprudencia, impericia. Los usos.
Bianca: la falta del esfuerzo debido.
Alimena: la falta de atención, los textos legales cuando el sujeto no se comportó como buen padre de familia.
La NEGLIGENCIA se vincula a la desidia, la falta de atención y la IMPRUDENCIA a la falta de cautela y
precaución, en realidad indican el mismo estado espiritual, la diferencia se ha buscado en que la
IMPRUDENCIA concierne a estados humanos activos (exceso de velocidad centro poblado) y la
NEGLIGENCIA a los pasivos (madre que deja un frasco de veneno al alcance de un niño). La IMPERICIA no
sería distinto, ya que es la negligencia o imprudencia aplicada a la CULPA PROFESIONAL.
LA CONDUCTA USUAL, NORMAL, ES LA EXIGIBLE AL HOMBRE MEDIO, SIEMPRE QUE EL USO
REFLEJE LAS EXIGENCIAS DE LA VIDA SOCIAL Y NO SEA INADECUADO O INSUFICIENTE.
LA OBSERVANCIA DE USO Y COSTUMBRES NO EXCLUYE LA NEGLIGENCIA, A FALTA DE
NORMATIVA CONSAGRADA POR REGLAS O SOCIALES (USOS) EL CRITERIO DE PREVISIÓN O
PREVENCIÓN DEL EVENTO DAÑOSO SERVIRÁ PARA DECIDIR LA CULPA.

Culpa y previsión. El código penal art.18 incluye la previsión dentro del concepto de culpa. Sin embargo
se discute si la PREVISIÓN es o no un elemento de la culpa, también el concepto de imprevisión fue
objeto de críticas. Todo esto tiene menos resonancia en la culpa civil, donde no aparece expresamente
consagrada. De todos modos NO HAY DUDAS CUANDO EL EVENTO DAÑOSO NO ERA PREVISIBLE
NO HAY CULPA.
Culpa por violación de las leyes y reglamentos. No es materia de un vivo cuestionamiento doctrinario,
está prevista en el art.18 del código penal, integra también el de culpa civil. Numerosos fallos resuelven
por este criterio la existencia concreta de la culpa. INDIVIDUALIZAN LA VIOLACIÓN DEL REGLAMENTO
Andrea Valenzuela – 2016 166
(normalmente la Ordenanza General de Tránsito) y DE ELLA PASAN A DEDUCIR LA CULPA.
1) Hay que precisar que NO TODA VIOLACIÓN SIGNIFICA QUE EL AUTOR ES CULPABLE, la especie
exclusivamente de las “NORMAS PRECAUCIONALES”, por ejemplo conducir sin tener paga la patente es
una violación pero no implica la culpa por un accidente, al no tratarse de una NORMA PRECAUCIONAL. Es
como si la ley detalla lo que considera el comportamiento de un BUEN PADRE DE FAMILIA, por ejemplo
manejar a velocidad moderada, por su mano, aminorar en los cruces, llevar las luces encendidas, respetar
las preferencias, no conducir en estado de ebriedad, etc.
La norma reduce así, con estas especificaciones el campo de INDETERMINACIÓN DE LA NORMA
GENERAL (DILIGENCIA DE BUEN PADRE DE FAMILIA) y con ella el
ÁMBITO DE DISCRECIONALIDAD DEL JUEZ. La amenaza de sanción (multa, retiro de libreta de
conductor, etc) trata de evitar actos nocivos.

2) La segunda precisión: la constatación de la existencia de la culpa por haber violado la ley o


reglamento, no implica (por sí solo) que el sujeto deba responder por el daño sufrido por la víctima, sino que
el juez debe constatar la relación de causalidad entre la culpa y el daño. Porque siempre que individualice
una culpa deberá constatar la relación de causalidad para saber SI LA CULPA ES CAUSA DEL DAÑO.
Este es un principio general enunciado expresamente en el propio art. 1319 “por cuyo dolo, culpa o
negligencia HA SUCEDIDO”. Si la culpa no es causante del caño, el demandado debe ser absuelto.
Ejemplos
a) aunque tuviera índice superior de alcohol en sangre pero se comprueba que el accidente se produce por
el cruce indebido de una calle que realizó la víctima,
b) si para evitar atropellar a un ciclista o peatón, pasa de contramano. Estaríamos en el ámbito de los
principios generales de fuerza mayor, estado de necesidad, causas de justificación o eximentes de
responsabilidad.
La diligencia del buen padre de familia. Apreciación en abstracto de la culpa.
Las normas del código civil imponen al juez la tarea de comparar la conducta con UN MODELO IDEAL
ABSTRACTO el del BUEN PADRE DE FAMILIA (arts. 1310,1319, 1324,1344).
Según el derecho positivo la culpa no debe ser apreciada en concreto comando en cuenta las dotes
individuales, las inferioridades particulares, sino OBJETIVA y ABSTRACTAMENTE, en referencia al
prototipo, que es el hombre medio, normal, prudente, precavido, atento, razonable, cuidadoso.
El juez debe prescindir de examinar particularidades. No interesa el grado de su inteligencia, habilidad,
atención, si es sordo o miope, torpe, violento o emotivo.
La operación se reduce a un SILOGISMO, cuya PREMISA MAYOR es la conducta que habría observado el
modelo ideal, en las mismas circunstancias, la PREMISA MENOR la conducta particular, la CONCLUSIÓN
surge de la comparación entre ambas. No basta la relación de CAUSALIDAD ENTRE LA ACCIÓN Y EL
DAÑO, la responsabilidad no es objetiva, sino que hay que analizar EL COMPORTAMIENTO DEL SUJETO,
no basta saber que el sujeto causó el daño, es menester COMPARAR LA CONDUCTA DEL AUTOR DEL
DAÑO CON LA DEL BUEN PADRE DE FAMILIA, habrá culpa en caso que no coincida con el modelo
elegido por la ley. En cuanto a “INFERIORIDADES PARTICULARES”, un sordo que no escucha la bocina,
un anciano de 90 que cruza lento.

En esos casos tampoco resultan afectados los principios de la diligencia subjetiva, tanto el sordo como el
anciano deben TOMAR LAS CAUTELAS ACORDES CON SU ESTADO DE DISCAPACIDAD O
INFERIORIDAD, ya que esa es la conducta que un buen padre de familia hubiera adoptado.
EXISTE UNA GRIETA EN EL SISTEMA GENERAL DE LA CULPA Este régimen de
apreciación en ABSTRACTO en cierta medida crea, en cierta medida, una zona de RESPONSABILIDAD
OBJETIVA, digo en cierta medida porque hay matices, podría preconizarse que los sujetos con dotes
deficitarias se abstengan de ciertas actividades, que en nuestro derecho están atemperadas art. 1320
Andrea Valenzuela – 2016 167
(“no son capaces del delito o cuasidelito los menores de diez años ni los dementes…”) en mérito al cual en
Uruguay no se puede prescindir por completo de las circunstancias “internas”.
La ley requiere el empleo de “toda” la diligencia. Apreciación según las circunstancias del caso. Influencia
de la importancia del daño y del peligro sobre el deber de diligencia. Es importante subrayar que los textos
legales no se limitan a exigir el empleo de la diligencia de BUEN PADRE DE FAMILIA, sino que además
requieren que el sujeto utilice TODA LA DILIGENCIA. No basta el empleo de cautelas y precauciones que
están a su alcance, sino TODAS.
La ley uruguaya exige una diligencia ESPECIALMENTE CALIFICADA, imponiendo al sujeto que AGOTE
LOS MEDIOS QUE ESTÁN A SU ALCANCE a fin de evitar el daño. Es un criterio DEONTOLÓGICO, que
no considera lo que el HOMBRE MEDIO habitualmente hace, sino LO QUE DEBE HACER. Además el
comportamiento debe ser apreciado teniendo en cuenta EL LUGAR Y EL TIEMPO. Analizar la conducta EN
ESE MOMENTO en que resolvió la acción a adoptar. Por ejemplo el exceso de velocidad es un elemento
relativo, habrá que considerar el dominio del vehículo, ancho del camino, densidad del tránsito, estado de la
calzada, condiciones del tiempo, etc. La oscuridad y las circunstancias que dificultan la visibilidad, son
frecuentemente consideradas para exigir una mayor diligencia.
También la diligencia debe medirse en PROPORCIÓN AL PELIGRO DE DAÑO que la actividad crea y en
particular en atención a la MAGNITUD DEL DAÑO que puede causar.

Unidad de la culpa contractual y extracontractual. Los grados de la culpa. La culpa leve.


En el derecho romano existían 3 grados de culpa: levísima, leve y grave. En el derecho moderno (incluído el
código civil uruguayo) el límite de responsabilidad es llamada la CULPA LEVE (o culpa media), se excluye
de la categoría a la culpa LEVÍSIMA. Si la negligencia o imprudencia es la que hubiera cometido un buen
padre de familia NO ES CULPA CIVIL. Solo se entiende como tal la que un buen padre de familia no había
cometido. En la responsabilidad contractual existe TEXTO EXPRESO, para fundar la solución en la
responsabilidad extracontractual, razones del derecho positivo la imponen, de orden lógico apoyan esta
solución. En el caso de la CULPA GRAVE, grosera o inexcusable, carece de importancia en la
responsabilidad extracontractual, sea cual fuere la intensidad de la culpa, incluso cuando hay dolo y no
culpa, para todos los casos una respuesta UNIFORME, la víctima tiene derecho a la reparación del perjuicio
que ha sufrido y a nada más. En nuestro derecho no existen DAÑOS PUNITIVOS como en el common law,
que se suma a la indemnización del perjuicio causado.

Dolo y culpa.
La distinción entre dolo y culpa es la base que sirve para clasificar los actos ilícitos en delitos y cuasidelitos,
según el inc.2º del art. 1319 “hay delito cuando el hecho ilícito se ha cumplido con dolo o sea CON
INTENCIÓN DE DAÑAR”, el mismo inciso el “elemento negativo” o sea la falta de intención de dañar, define
el cuasidelito (hecho ilícito culposo). La importancia de esta división (que aparece en el Derecho Romano)
está en crisis hoy en día, ya que en ambos casos se trata de actos ilícitos.
Tanto delitos como cuasidelitos están sometidos a la misma regulación, salvo excepciones, como el art.1331
y la ley nº 16.074 sobre ACCIDENTES DE TRABAJO, en su art.7º otorga al obrero o sus derecho habientes,
además del régimen de indemnización especial que consagra la ley, todas las acciones del derecho común,
siempre que el accidente sea causado por DOLO DEL PATRONO. El caso del art. 1331 del código civil, está
ligado al acto ilícito doloso cometido por una PLURALIDAD DE SUJETOS (“DOS O MÁS PERSONAS”), en
este caso la ley consagra una RESPONSABILIDAD SOLIDARIA de los autores, mientras que en caso de
cuasidelito responderán proporcionalmente.
Los dos actos son voluntarios, tanto el culposo como el doloso, la diferencia radica que en el caso de DOLO
la voluntad del sujeto está dirigida no sólo al acto sino también al daño que quiere ocasionar.
El incendio del taller textil, en el que mueren las trabajadoras por falta de salida de emergencia y medidas
preventivas, anti incendios, es culposo. El incendio voluntario del taller textil con las trabajadoras dentro para
romper una huelga, es doloso

Andrea Valenzuela – 2016 168


La imputabilidad psicológica, presupuesto de la culpa. Concepto.
Hemos hablado de criterios de IMPUTACIÓN del daño, las razones que justifican la traslación del perjuicio
sufrido por un sujeto (la víctima) al patrimonio de otro sujeto (responsable). La IMPUTACIÓN ES EL
FUNDAMENTO por el cual se explica que el efecto previsto por la norma se impute a un determinado sujeto.
Así la CULPABILIDAD ES UN CRITERIO DE IMPUTACIÓN. Ahora vamos a estudiar la IMPUTABILIDAD y
principalmente la imputabilidad sicológica, que es presupuesto de la culpa.
Está legislada en el art.1320 del cód.civil que en lugar de imputabilidad usa el término
“CAPACIDAD”.
La ley establece que NO SON IMPUTABLES el demente y el menor de 10 años.
Imputar es atribuir poner a cargo de alguien, aquí se trata de la imputación de un acto, el acto que se imputa
al AUTOR MATERIAL (CAUSA FÍSICA) o a su autor sicológico. Un menor de 9 años tira una piedra y rompe
un vidrio, el acto le es imputado materialmente, pero NO SICOLOGICAMENTE. El hecho no puede serle
abrituido, no puede ponerse a su cargo y por tanto NO ESTÁ OBLIGADO A REPARAR EL DAÑO
CAUSADO. Se toma en cuenta LA CAPACIDAD DE DISCERNIR ENTRE EL BIEN Y EL MAL

Imputabilidad y culpa. Ahora estamos en situación de responder a la interrogante formulada ¿Por qué el
incapaz no responde? No responde porque no puede incurrir en culpa. Sólo el imputable tiene aptitud
para ser culpable. La violación de una regla de comportamiento puede ser imputada SÓLO a un sujeto
CAPAZ, que esté en condiciones de observarla. Esto permite precisar EL ÁMBITO DEL REQUISITO DE LA
IMPUTABILIDAD. En todos aquellos casos en que la ley haga responsable a alguien prescindiendo de la
valoración de su comportamiento, la imputabilidad sicológica carece de relevancia.
EL RESPONSABLE INDIRECTO LO SERÁ CON PRESCINDENCIA DEL ELEMENTO IMPUTABILIDAD.
SE PUEDE SER RESPONSABLE SIN SER IMPUTABLE (por ej. el demente que explota un negocio será
responsable por el hecho de sus dependientes), la responsabilidad por hecho del dependiente ES
OBJETIVA, no se toma en cuenta la conducta del patrón, ninguna incidencia puede tener la inimputabilidad
que sólo sirve para excluir la culpa.
La imputabilidad en el sistema del derecho positivo uruguayo.
La imputabilidad es ESPECÍFICA, por cuanto sus causas son establecidas por el legislador. De esta manera
el juez tiene un campo restringido, ya que su labor se reduce a establecer si el acto fue cometido por un
menor de 10 años o un demente. Este criterio tiene el inconveniente de suscitar la duda frente a aquellos
casos no previstos, p.ej. provocados por el alcohol, los estupefacientes, que al igual que la minoridad y la
demencia, pueden viciar o aniquilar la voluntad del sujeto. Cuando la ausencia de voluntad proviene del
ABUSO NO CULPABLE del alcohol, estupefacientes, sonambulismo, crisis cardíaca, etc. corresponde
adoptar la misma solución. A esta solución se llega también partiendo del punto de vista de que si la norma
sobre imputabilidad psicológica (art.1320) no se hubiera consagrado legalmente, de todas formas este
requisito tendría que tenerse en cuenta, ya que no se concibe la culpa en un sujeto privado de
discernimiento.
Por qué se habla de 10 años, para responsabilidad cuando todavía no puede contratar, porque se piensa
que la CONCIENCIA MORAL existe desde la más corta edad, mientras la capacidad contractual se vincula
al ámbito intelectual y una actividad desarrollada en la vida económica y social, donde se requiere mayor
madurez para apreciar las consecuencias de los actos, que a veces suponen valoraciones de muy
complejos intereses.

En cuanto a la demencia, el estado de interdicción no obsta a su responsabilidad EXTRACONTRACTUAL, la


capacidad de incurrir en responsabilidad no corresponde a la exigida para realizar negocios jurídicos. Aquí
no importa considerar los “intervalos lúcidos” ya que se atiende a diversos supuestos.
14.- Imputabilidad de la persona jurídica. No se discute la capacidad de la persona jurídica para incurrir
en actos ilícitos, por el trámite de sus órganos. El órgano expresa la voluntad de la persona jurídica, cuya
responsabilidad también asume frecuentemente la forma indirecta (por el hecho del dependiente).
Andrea Valenzuela – 2016 169
EL SUPUESTO DE HECHO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS
Ámbito del art.1319. Hecho del hombre
(ART. 1319) RESULTA IMPRESCINDIBLE PARA QUE SURJA LA RESPONSABILIDAD QUE EL DAÑO A
REPARAR HAYA SIDO CAUSADO POR CULPA O DOLO, NECESARIAMENTE EL HECHO DEBE
PROVENIR DEL HOMBRE

Hecho positivo o negativo. EL HECHO PUEDE SER TANTO POSITIVO COMO NEGATIVO (inc.3º del art.
1319, principio puramente dogmático, fuera de lugar en un código) ES CIERTO QUE EL HECHO
PUEDE CONSISTIR EN UNA ACCIÓN U OMISIÓN. Ej. del derecho penal “omisión de asistencia”.

Todo hecho: la atipicidad civil. SIN UN HECHO EL FENÓMENO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL ES


INCONCEBIBLE. A DIFERENCIA DEL CÓDIGO PENAL EN EL QUE EL LEGISLADOR CREA “MODELOS
DE HECHOS” Y SI EL HECHO JUZGADO NO CORRESPONDE AL MODELO EL JUEZ ESTÁ OBLIGADO
A ABSOLVER, en el DERECHO CIVIL, no existe ese “catálogo de figuras, por el contrario el art.1319
emplea una EXPRESIÓN ABSOLUTAMENTE GENÉRICA “TODO HECHO DEL HOMBRE”.
LA ILICITUD
Planteo. Se trata de un concepto que ha sido legislado de distinta forma en los diversos ordenamientos, el
panorama en jurisprudencia y doctrina no es menos complejo, por eso resulta imprescindible (a fines
pedagógicos) simplificar, por eso hay que partir de que EL HECHO PARA SER CONSIDERADO ILÍCITO
1º) CONTRA IURE, o sea no conforme con el derecho o contrario a él
2º) NON IURE, o sea no debe estar justificado por el ordenamiento jurídico

La otra simplificación es considerar la ilicitud


2.a) vinculado al hecho (concepción subjetiva)
2.b) vinculado también al daño (concepción objetiva)

Primera etapa. La ilicitud vinculada al ofensor. El deber violado. Resulta lógico que la ILICITUD SE
VINCULE EXCLUSIVAMENTE AL HECHO, y por ello el hecho ilícito es aquel que viola un deber impuesto
por el orden jurídico. La cuestión radicaba en determinar ¿“cuáles eran esos deberes”? Además esta
doctrina resulta insuficiente para ya que deja afuera la “responsabilidad objetiva”, al prescindir del
comportamiento del ofensor. Dos características de esta concepción 1º) La TIPICIDAD del ilícito, había que
encontrar una norma que estableciera UN DERECHO DE LA VÍCTIMA y de ahí deducir que había sido
violada y 2º) una ANTIJURIDICIDAD de tipo subjetivo, que permite apreciar si el comportamiento del
ofensor es violatorio de un deber consagrado por el orden jurídico.

Segunda etapa. Del ofensor a la víctima. Del hecho al daño.


El reinado de la CULPA COMO ÚNICO CRITERIO terminó drásticamente con la revolución industrial, por la
multiplicación de los daños y sus causas. Al cambiar el eje desde el ofensor a la víctima, ésto influye sobre
la ILICITUD, ya que si la finalidad de la responsabilidad extracontractual es reparatoria, si es el daño (y no el
hecho del ofensor), ES LÓGICO QUE LA ILICITUD SE VINCULE CON EL DAÑO.
A LA DOCTRINA MODERNA LE BASTA LA LESIÓN DE UN DERECHO AJENO (punto de vista de la
víctima) para configurar la característica contra ius del hecho y HABRÁ UN HECHO ILÍCITO.
EL DAÑO ILEGÍTIMAMENTE CAUSADO DEBE SER REPARADO (GAMARRA)

Los derechos tutelados. Las móviles fronteras de la responsabilidad extracontractual: de


los derechos absolutos a los intereses legítimos.
No es suficiente para que se configure la ilicitud con comprobar la lesión de un derecho o interés
Andrea Valenzuela – 2016 170
jurídicamente protegido (característica contra ius) sino que además debe procederse a una comparación
valorativa de éste con el que está o puede estar presente en la acción del ofensor. Si prevalece el de la
víctima se habrá configurado también la característica non iure y por ende la ilicitud, en caso contrario
(prevalencia del derecho del ofensor) estaremos frente a una causa de justificación (ejercicio de un derecho) y
no será posible tildar de ilícito el hecho de éste imputado.

Repercusiones sobre el alcance de la ilicitud


Para Gamarra, la ilicitud viene a reducirse a la existencia de un derecho o interés o situación, jurídicamente
protegidos, el cual cuando es lesionado, legitima activamente a su titular para accionar por responsabilidad
civil. Por medio de la ilicitud, el sistema opera entonces una selección de los daños, indica cuales son
resarcible y por ende los sujetos con legitimación activa en materia de responsabilidad civil.

La ilicitud sería la invasión de la esfera jurídica ajena, que lesiones derecho, intereses o situaciones
jurídicamente protegidas.

Ilicitud y daño
El elemento que permite distinguir la ilicitud del daño es el evento lesivo o dañoso. En un accidente de
tránsito, la lesión sufrida por la víctima es el evento lesivo mientras que el daño está constituido por la
consecuencias perjudiciales (gastos de curación, lucro cesante) que se derivan de la lesión de la integridad
física.

Para saber si existe ilicitud debe considerarse exclusivamente el evento lesivo, si el interés lesionado cuenta
con la tutela del ordenamiento jurídico habrá ilicitud, en caso contrario no la habrá.
La ilicitud no implica necesariamente la existencia de un daño, puede haber ilicitud sin daño.

Para que se configure la ilicitud basta con la invasión de la esfera jurídica ajena o la lesión de un derecho,
situación o interés protegido, analizado desde el punto de vista jurídico conceptual.

Ilicitud y culpa
CULPA ILICITUD

Desvalor en la acción (exceso de velocidad) Desvalor en el evento (peatón atropellado)

Dice al sujeto cómo debe comportarse para Dice al sujeto cuáles son los límites de su
no causar daños a terceros obrar

Puede violarse sin que exista un sujeto Su violación implica necesariamente un


pasivo ofendido sujeto pasivo ofendido

LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN


El ejercicio del derecho. La excepción: abuso de derecho.
El daño producido como consecuencia del ejercicio de un derecho amparado por una causa de justificación
(el obrar conforme a derecho) que exonera de responsabilidad a su autor porque ésta no puede configurarse
al faltar la ilicitud. Para que se configure responsabilidad de su titular deberán agregarse los requisitos
exigidos por el 1319 (culpa, nexo y daño).
Abuso y exceso
El exceso se da cuando el sujeto actúa más allá de los límites externos de su derecho, esto es, aquellos
fijados por el propio orden jurídico en forma concreta. No se habla de abuso cuando el derecho nace limitado
y el titular actúa más allá de esos límites, sino que sería correcto hablar de exceso.

Los remedios
Existe disposición expresa para casos de abuso de derecho como por ejemplo en la competencia desleal,
que pueda dar lugar tanto a una pretensión resarcitoria (por los daños sufridos) como a una inhibitoria (por ej
cese del uso de marca que lleva a confusión).
Andrea Valenzuela – 2016 171
Para los casos que no existe una disposición expresa, queda en manos de los magistrados la determinación
concreta de los casos y del remedio correspondiente, tomando en cuenta las particulares circunstancias del
caso, ya que en el ordenamiento jurídico existe una pluralidad de remedios.

Legítima defensa y estado de necesidad


Forma parte de la categoría de los actos lícitos dañosos: es lícito causa un daño a otro para defenderse de su
agresión ilegítima y también lo es el que ocasiona el sujeto en estado de necesidad, a quien la ley permite
sacrificar un bien o derecho ajeno, cuando sea la única vía para evitar el prejuicio.
Un sujeto colocado en situación de necesidad, con caracteres de inmediatez e inevitabilidad, no provocada
por el, que se origina en otras personas (imputables o no), fuerzas naturales, cosas o animales, el cual, para
evitar el daño recurre a un comportamiento necesitado, que lesiona a un tercero, el mal causado debe ser
igual o menor jerarquía que le amenazado.

LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD
Concepto
Para que exista responsabilidad civil se requiere un hecho ilícito del hombre que CAUSA a otro un daño (art.
1319).

No habrá responsabilidad sin un nexo de causalidad, un ligamen que vincule el daño al comportamiento
demandado, la conducta (acción u omisión) del uno debe ser la causa (eficiente o productora) del evento
dañoso que sufre el otro, vale decir que el daño es consecuencia o efecto del hecho del ofensor.
El nexo causal tiene carácter material (objetivo, externo), su individualización es básica o imprescindible
para que pueda pronunciarse el juicio de responsabilidad, porque permite atribuir determinado efecto a un
sujeto que debe responder por él.

Pluralidad de causas y responsabilidad proporcional (no solidaria)


Nuestro Código Civil consagra expresamente la responsabilidad proporcional de los autores del daño cuando
éste proviene de cuasidelito: si se trata de un delito, los ofensores responde solidariamente (art. 1331). La
división de la responsabilidad es la regla, a causación parcial, responsabilidad parcial.

El art. 1323 del Código Civil


En materia de responsabilidad contractual el art. 1346 contiene una norma refería a la previsión: “El
deudor no responde sino de los daños y perjuicios que se han previsto o podido prever al tiempo del
contrato…”.
Este principio es inaplicable a la responsabilidad aquiliana porque atiene al momento del contrato, que no
existe en la responsabilidad extracontractual y porque además limitaría excesivamente la responsabilidad
aquiliana, donde muy pocas consecuencias dañosas son previsibles.

La relación de causalidad pertenece a la zona del comportamiento del ofensor y del evento dañoso causado al
perjudicado por esa conducta (hecho + evento). Lo cual en el plato del derecho positivo uruguayo está
contemplado por el art. 1319: “Todo hecho ilícito del hombre que causa a otro un daño, impone a aquél por
cuyo dolo, culpa o negligencia ha sucedido…”.
Mientras que en cambio el art. 1323 no atañe a la disciplina de la relación de causalidad (elemento de la
responsabilidad civil), la cual, por lo contrario, presupone ya establecida de antemano. Esta norma contiene
una regla tendiente a limitar el contenido de la obligación de reparar el daño, legisla respecto de las
consecuencias resarcibles del evento dañoso, fija los límites del daño resarcible y no contiene disciplina
alguna referente a la relación de causalidad. El art. 1323 corresponde al ámbito de la reparación del perjuicio.

LAS EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD

Causa extraña no imputable


En la responsabilidad contractual el deudor no debe reparar los daños y perjuicios si justifica que la falta de
cumplimiento “proviene de causa extraña que no le es imputable”. El demandado no puede ser condenado
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porque el evento fue provocado por una causa extraña que no le es imputable. Es necesario que el daño
provenga de un factor externo (causa extraña) y que ese factor no sea causado por el ofensor (causa no
imputable).

La causa extraña no imputable es el género que contiene tres especies: el caso fortuito, la fuerza mayor y el
hecho de la víctima o del tercero, cuyo denominador común reside en que el daño sufrido por la víctima no
está causado por la conducta del ofensor sino por otra causa ajena a éste.

La imputabilidad
El art. 1322 dispone que “nadie es responsable del daño que proviene de caso fortuito o que no ha dado
causa” y que tiene su equivalente en materia contractual con el art. 1342: “el deudor es condenado al
resarcimiento de los daños y perjuicios, siempre que no justifique que la falta de cumplimiento proviene de
causa extraña que no le es imputable”.

La imputabilidad física o material es la atribución del evento al ofensor por haberlo causado, por oposición
existe la imputabilidad subjetiva, que está referida a un modo de ser del sujeto.
La imputabilidad física no concierne al sujeto en sí mismo considerado, sino a la relación que media entre
el sujeto y el hecho: el hecho se imputa a su autor material.
Hay imputabilidad material cuando el resultado dañoso proviene del comportamiento del autor.

Causa no imputable
Para que se configure la exoneración de responsabilidad es necesario que el demandado no haya incidido
con su conducta en la causa extraña: “nadie es responsable del daño que proviene de caso fortuito a que no
ha dado causa” (art. 1322) y de igual forma en la responsabilidad contractual se excluye la responsabilidad
cuando la falta de cumplimiento proviene de causa extraña (art. 1342, 1343).

1. Habrá responsabilidad del ofensor cuando el evento le es imputable. y lo será cuando su


comportamiento es el que lo causa (art. 1319)
2. Habrá irresponsabilidad del ofensor cuando un hecho extraño (causa extraña no imputable) es el que
causa el evento (art. 1322)
3. Habrá responsabilidad del ofensor cuando su comportamiento causa la “causa extraña”, el evento le es
imputable porque su conducta es la que da origen al hecho dañoso (art. 1322)

Causa extraña
Para que el demandado pueda exonerarse de la responsabilidad es necesario que la causa que provoca el
daño sea un factor externo, la noción de causa extraña se construye en sentido objetivo de referencia causal
a factores extraños a la esfera de influencia del ofensor, el factor que provoca el daño debe estar fuera del
control del ofensor, por ej, tormentas y perturbaciones atmosféricas.
Para calificar una causa como extraña se atiende al origen de la misma y no al comportamiento
del ofensor.

Causa extraña y ausencia de culpa


La doctrina tradicional sostiene que la justificación de la causa extraña se cumple demostrando que el
evento no se ha debido a la culpa del ofensor, basta con que éste no sea culpable para que haya causa
extraña. Se identifica la causa extraña con ausencia de culpa.

La jurisprudencia dice que para que haya causa extraña debe existir un evento o fuerza externa,
circunstancias exteriores a la cosa de que se sirve, un hecho extraño o ajeno. Puede existir una conducta
culposa del ofensor (conducir en estado de ebriedad) pero resultar exonerado de responsabilidad por causa
extraña.
Si el ebrio conduce a velocidad reducida y un peatón se lanza bajo el vehiculo habrá culpa pero no
responsabilidad, ya que la causa del daño proviene de un factor extraño no imputable al conductor, no hay
nexo causal entre la culpa y el daño (art. 1319).
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Caso fortuito o fuerza mayor
Caso fortuito y fuerza mayor son sinónimos, y estas expresiones son las mismas para la responsabilidad
contractual y extracontractual.

Caso fortuito como factor que incide en la relación causal. Evento imprevisible e irresistible.
Podemos decir que caso fortuito o fuerza mayor refiere a las circunstancias externas, imprevisible o
irresistibles, que eliminan o suprimen la relación de causalidad impidiendo que el evento dañoso pueda ser
atribuido al presunto ofensor.
Su consecuencia es la exoneración de responsabilidad del demandado, siempre que la verificación de la
causa extraña no le sea imputable.
Ningún acontecimiento es caso fortuito por sí mismo, son las circunstancias del caso concreto las que
determinarán si el mismo reúne los caracteres de eximente de responsabilidad.
Se trata de un acontecimiento anormal, excepcional y extraordinario, dotado de gran magnitud o
violencia de proporciones.
Si el acontecimiento es previsible el ofensor está obligado a emplear los medios adecuados para evitarlo.

La prueba del caso fortuito


En la actualidad se requiere la prueba positiva, consistente en la individualización precisa de la causa que
provocó el evento, excluyendo la prueba negativa (ausencia de culpa). Se trata de una noción objetiva de la
causa extraña no imputable, porque si el deudor no logra aportar la prueba positiva, es responsable aunque
ningún elemento de negligencia le sea imputado y no puede ampararse en la ausencia de culpa.

En el ámbito de la responsabilidad subjetiva, si el demandado demuestra la ausencia de culpa, el juicio


termina con su absolución, pero no por falta de nexo causal, sino porque la responsabilidad no puede
configurarse por falta de culpa.

En la responsabilidad objetiva la culpa es intrascendente como criterio de imputación del evento, pero debe
analizarse el comportamiento del ofensor para determinar si la causa extraña le es imputable. Puede el
ofensor probar que actuó con la diligencia de buen padre de familia, pero si no prueba el caso fortuito, no se
libera.

El hecho de la víctima
Fundamento de la eximente: la víctima causa el daño
Cuando el comportamiento de la víctima participa en la producción del daño el ofensor queda exonerado de
responsabilidad, totalmente (si el hecho de la víctima es la única causa del daño) o parcialmente (si en la
producción del evento dañoso concurren, participando por igual o en diversas proporciones, tanto el hecho del
ofensor como el de la víctima).
El hecho de la víctima debe ser causa del daño, estar en relación de causalidad con el evento dañoso, es
necesario que el daño haya sido causado por la propia víctima ya sea todo o en parte.
Se justifica con el art. 1319, ya que al participar la víctima en la causación del daño, el ofensor no tiene
responsabilidad alguna, sino sólo en la porción del daño que fue consecuencia de su acto, quedando
obligado a repararlo, en la parte que no lo causó su responsabilidad no nace.

El hecho de la víctima no debe ser provocado por el ofensor


El hecho de la víctima debe estar en relación causal con el daño, ser extraño y no imputable al ofensor, ilícito
y culpable.

La culpa
Se requiere que el hecho de la víctima sea culposo, excepto cuando es la única causa del daño, porque en
este caso el supuesto ofensor será exonerado por no haber causado el daño independientemente de si la
conducta de la víctima fue o no culposa.

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El hecho de la víctima ¿debe ser imprevisible o irresistible?
Si el comportamiento de la víctima es previsible y evitable en sus consecuencias dañosas estará en culpa
el ofensor porque le será posible prevenir el daño y evitarlo. Hay culpa cuando se omite la diligencia
necesaria para evitar el evento dañoso.

Determinación de la medida de la responsabilidad


Se trata de saber cual es la medida de la responsabilidad del ofensor, ya que no está obligado a
reparar el daño en su totalidad. La responsabilidad no se divide o reparte entre dos sujetos, sino que
se reduce en el único sujeto que es responsable. Esto conduce a un cálculo porcentual, donde luego
de la evaluación total del daño, debe restarse la parte causada por el comportamiento de la víctima.
En el art. 1331 se habla expresamente de la responsabilidad proporcional.

El hecho del tercero


En esta eximente un tercero es causa del daño sufrido por la víctima, vale decir que en la producción del
evento dañoso interviene un sujeto que no es el ofensor, ni alguna de las personas por las cuales este
responde (art. 1324) y por eso se lo califica como tercero.
Es necesario entonces la presencia de tres sujetos. Podrá hablarse del hecho del tercero cuando éste
concurre con el ofensor en la producción del daño y por tanto esta eximente al igual que el hecho de la
víctima, tipifica una concausa. No hay duda que el tercero debe ser causa del daño para que pueda
configurarse la eximente.

RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO


El art. 1324 establece que “hay obligación de reparar no sólo el daño que se causa por hecho propio,
sino también el causado por las personas que uno tiene bajo su dependencia”.

La culpa de A se le imputa a B debido a cierta relación existente entre A y B (padre e hijo por ejemplo), B
debe hacerse cargo de la culpa de A aunque no haya intervenido en el hecho dañoso, ni haya hecho nada
para facilitar o promoverlo y aunque haya hecho todo lo posible para prevenirlo. C, la víctima de A, tiene
acción indemnizatoria contra B, fundada en la culpa de A.

La finalidad de la responsabilidad vicaria es asegurar la reparación del daño sufrido por la víctima, facilitando
el cobro de esta manera. Cuando los sujetos que causan el daño son personas que dificilmente pueden
hacerse cargo de la reparación, la responsabilidad sería ilusoria, frente a la insolvencia o escasa superficie
patrimonial del autor del hecho ilícito dañoso. Por eso es que la ley con el art. 1324 agrega una segunda
responsabilidad a parte de los dispuesto al 1319.

Es responsable directo o por hecho propio el que causó el acto ilícito dañoso. Es responsable indirecto o por
hecho ajeno el que tiene la obligación de reparar el daño que causó otra persona, en este caso el sujeto no
realizó la acción dañosa y su comportamiento no transgredió deber alguno.

Naturaleza objetiva de la responsabilidad indirecta o por hecho ajeno


La responsabilidad indirecta es independiente de la culpa, estamos ante una responsabilidad de tipo objetivo.
Quién responde por hecho ajeno necesariamente responde sin culpa, la culpa corresponde a la
responsabilidad directa o por hecho propio.

La división de la responsabilidad civil en directa e indirecta está basada en la autoría del acto dañoso.
Siendo una culpa un calificante del comportamiento del sujeto que es autor del acto dañoso, la responsabilidad
por hecho ajeno o indirecta es necesariamente objetiva, porque la autoría recae exclusivamente en el
responsable directo, cuya culpa es necesaria para que nazca la responsabilidad indirecta.
La víctima puede elegir a cualquiera de los dos sujetos indistintamente para obtener el resarcimiento del
perjuicio sufrido: el titular de la acción común a título de culpa (art. 1319) y por otro lado tiene una acción
contra el responsable indirecto a título de garantía.

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La doctrina tradicional uruguaya
En el art. 1324 en los incisos 2° a 5° individualiza cuatro casos de responsabilidad por hecho de las
personas que uno tiene bajo su dependencia: responsabilidad de los padres por el hecho de sus hijos, de
los tutores y curadores por el de las personas bajo su autoridad y cuidado, de los directores de colegios y
maestros artesanos por sus alumnos y aprendices, y del empleador por el hecho de su dependiente.
En el inciso 6° se establece una presunción de culpa: “La responsabilidad de que se trata en los casos de este
artículo cesará cuando las personas en ellos mencionadas prueben que emplearon toda la diligencia de un
buen padre de familia para prevenir el daño”.

Los padres, tutores curadores etc. no son responsables por el hecho ajeno sino que responden por el
hecho propio de haber elegido mal o vigilado inadecuadamente al autor del daño, responden por culpa in
vigilando o in eligendo (Amezaga, Sanchez Fontans).

Contra esta doctrina Peirano Facio dice que si los padres, tutores, etc responden por hecho propio, en su
patrimonio debe quedar radicado el daño, pero en el art. 1326 se les otorga acción de regreso contra las
personas que de ellos dependen.

Según el criterio de Peirano Facio la responsabilidad es indirecta y toda la norma pertenece al campo de la
garantía (responsabilidad objetiva o sin culpa), pero el inciso final del 1324 consagra una presunción simple
de culpa respecto de los sujetos mencionados como responsable por el hecho ajeno, y la culpa y la
responsabilidad indirecta no pueden coincidir.

En conclusión:
Los daños causados por menores de 10 años, dementes y por la intervención de una cosa, responden
directamente por hecho propio a título de culpa sus representantes legales y el guardián de la cosa. Estos
sujetos se encuentran gravados con la presunción de la culpa y dado el carácter directo de su
responsabilidad, carecen de acción de regreso.

Cuando el daño es causado por un menor mayor de 10 años o por un dependiente, estos son responsables
directos por hecho propio a título de culpa, mientras que sus representantes legales (padres y tutores) y el
empleador, está obligado a responder por el hecho ajeno a título de garantía (responsabilidad objetiva).
No es aplicable la presunción de culpa del inciso final del art. 1324 y dado que al indemnizar a la víctima
están pagando deuda ajena (la del responsable directo), están amparados por el art. 1326 con la acción de
regreso.

RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DEL DEPENDIENTE


La responsabilidad del dependiente que causa culposamente un daño está regida por los principios general
del art. 1319, ya que se trata de una responsabilidad por hecho propio.

Si el responsable directo, que es el que tiene la culpa, es solvente, la responsabilidad indirecta no tendría
razón de ser, ya que se podría demandar la reparación directamente al culpable. Pero si no está en
condiciones económicas que le permitan hacerse cargo de la obligación resarcitoria, existe un segundo
deudor (responsable indirecto o por hecho ajeno), para asegurar la reparación, siendo la responsabilidad
suplementaria o adicional, un sujeto económico que soporta el peso de la obligación resarcitoria.

El responsable indirecto en su calidad de garante, pasa a responder automáticamente cuando tiene lugar el
evento dañoso causado por la culpabilidad de su dependiente, pero no es responsable porque haya violado
algún deber.

EL HECHO ILÍCITO CULPOSO DEL DEPENDIENTE


Se requiere la culpa del responsable directo
La responsabilidad del dependiente se genera en base al art. 1319 y allí figura la culpa, como criterio de

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imputación. El acto dañoso que es presupuesto de la responsabilidad indirecta del principal proviene de una
responsabilidad por hecho propio del responsable directo, regida por el art. 1319 y si éste fuera solvente, no
habría necesidad de una segunda responsabilidad que lo asista.

La culpa del dependiente no se presuma


La responsabilidad del dependiente es una responsabilidad originada según el art. 1319 y por lo tanto
requiere de la prueba de la culpa.

Carga de la prueba y elementos de la responsabilidad


En la responsabilidad por hecho ajeno se requiere la responsabilidad del autor directo del daño, es
necesario que el empleado incurra en responsabilidad civil extracontractual y que reúna todas las
condiciones requeridas por el art. 1319. Las eximentes que podrán ser invocadas son las generales: culpa
de la víctima, hecho de tercero, caso fortuito o fuerza mayor, que no pueden invocarse respecto del
responsable indirecto.

Elementos constitutivos de la responsabilidad por hecho ajeno:


1. Un delito o cuasidelito cometido por el responsable directo
2. Relación de empleo calificada porque el hecho del dependiente tiene que pertenecer al servicio
La carga de la prueba de estos elementos corresponde la víctima y cuando la prueba se produce el
responsable indirecto no tiene posibilidad de exonerar, y que están acreditados los extremos que ponen en
juego su calidad de garante.

EJERCICIO Y ABUSO DE LAS FUNCIONES


El acto abusivo no es un acto independiente o ajeno a la función, puesto que el empleado está utilizando
las funciones para sus fines personales.
Si el empleador responde porque utiliza al empleado ya que si no le hubiera conferido el encargo el daño no
se habría producido el criterio extensivo que abarca el abuso consulta adecuadamente la relación de
causalidad.
El empleador es responsable porque los actos, aunque sean dolosos o motivados en los
intereses particulares del dependiente, permanecen siempre vinculados a las funciones. El
empleador responde por el ejercicio imperfecto de la función, con mayor razón debe responder
por la actividad dolosa, siendo el dolo una imperfección más grave.
No hay ejercicio de las funciones, ya que el empleador no le dio al empleado la tarea de estafar,
pero para el tercero víctima, el distingo es por completo indiferente, porque sufre el daño ya sea por
culpa o por dolo.

RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES, TUTORES Y CURADORES


En el art. 1320 se establece expresamente que no son capaces de delito o cuasidelito los
menores de 10 años ni los dementes, pero serán responsable del daño causado por ellos las
personas a cuyo cargo estén.
Consagra la responsabilidad del sujeto que tiene a su cargo un incapaz, y explicita su
fundamento en la culpa in vigilando del guardador.
El art. 1324 legisla sobre la misma materia e incluye como responsables a los padres, tutores y
curadores, presumiendo la culpa de ellos (a diferencia del art. 1320)

Se trata de una responsabilidad por hecho propio o directa, puesto que el incapaz no es
imputable, y solo es autor material o físico del daño, al no poder ser responsabilizado el
menor, queda excluida la responsabilidad por hecho ajeno del guardián, que lo hace
directamente o por hecho propio. La responsabilidad en cuestión tiene por fundamento la
culpa.

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art. 1320 art. 1324

Materia Responsabilidad x hecho incapaz Responsabilidad x hecho incapaz

Sujetos aludidos quienes tengan a cargo a Padres, tutores y curadores


incapaz

Requisitos No los hay Padres por hijos bajo su potestad y vivan en su


especiales compañía
Tutores y curadores por pupilos y dementes que
vivan bajo su autoridad o cuidado

El art. 1320 es la norma general, que establece el principio de la responsabilidad del vigilante
del incapaz, y lo hace regir por las reglas del derecho común, de la culpa a probarse por la
víctima.
Por el contrario, el art. 1324 es la norma especial, ya que contempla sólo a los representantes
legales e incluye la presunción de la culpa, y condiciona su aplicación a determinados requisitos
y limitan la esfera de aplicación de la regla.
El art. 1320 incluye a todo guardián o cuidador de un incapaz, con la excepción de aquellos que
concretamente están incluidos en el art. 1324.

art. 1320 (norma general) art. 1324 (norma especial)

Todos quienes tiene bajo su vigilancia a Padres, tutores y curadores que cumplan las
un incapaz condiciones del artículo

Culpa probada Culpa presumida

El art. 1324
En el inciso final establece una presunción de culpa respecto de los sujetos enumerados (padres, tutores
y curadores).
A su vez el 1326 otorga acción de regreso a aquellos sujetos del 1324 que indemnizaron a la víctima por el
daño causado por las personas que de ellos dependen, la repetición solo se concibe en los casos de
responsabilidad por hecho ajeno
Como ambas normas refieren a los mismos sujetos, deben existir entre ellos responsables por hecho propio
(a quienes se aplica la presunción de culpa) y por hecho ajeno (que serán titulares de la acción de regreso).

Si el autor material del daño es un menor de 10 años, incapaz, la responsabilidad del padre o tutor será por
hecho propio, ya que no existe un responsable directo imputable que pueda fundar una responsabilidad por
hecho ajeno. El padre/tutor estará gravado con la presunción de culpa y carecerán de acción de regreso
contra el menor.
La culpa de menor no es un elemento constitutivo, ya que la ley presume la culpa del padre o tutor, que
puede destruir si acredita que actuó con la diligencia del buen padre de familia para prevenir el daño.
Cuando el menor ha alcanzado los 10 años, el 1320 dispone que es un sujeto capaz y será responsable
directo del daño causado, pero el art. 1324 adiciona otro responsable, que sólo responde por tener la calidad
de padre o tutor, con independencia de su comportamiento, así que no se concibe la presunción de culpa a
su respecto y las fórmulas de culpa son inaplicables. En este caso padres/tutores son responsables por
hecho ajeno.

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Condiciones de la responsabilidad
Padres
Menor bajo patria potestad
Respecto a los padres, es necesario que el daño está causado por el hecho de un menor bajo patria
potestad. Además de la responsabilidad de los padres, dicho evento puede comprometer la
responsabilidad del propio menor, si éste es imputable.
Cuando las condiciones de la responsabilidad de los padres por aplicación del art. 1324 no se encuentren
reunidas, es posible demandarlos por el 1319 en cuyo caso se deberá aportar la prueba de la culpa.

Cohabitación
Además de requerir que el daño sea ocasionado por menores que estén bajo patria potestad, se exige que
vivan en compañía de los padres. Si el menor no vive con los padres cuando realiza el evento dañoso, no se
configura una responsabilidad de aquellos por el régimen del art. 1324.

La culpa del menor


Cuando el menor no es capaz, no puede incurrir en culpa y sin embargo los padres son responsables
directamente del hecho propio por los daños que cause. A esta especie se aplica el inciso final del art.
1324, se presume la culpa de los padres, los cuales pueden demostrar que la presunción no se ajusta a la
realidad, acreditando que no hubo culpa de su parte y que emplearon la diligencia de buen padre de
familia.

En cambio cuando el menor es capaz no es suficiente un daño causado por el menor, es necesario además
que sea causado por culpa, y los padres no podrán exonerarse alegando que su comportamiento fue el
adecuado, ya que la responsabilidad de los padres consagra la garantía, responden por hecho ajeno y a título
de culpa.

Tutores y curadores
Los tutores y curadores responden porque tienen a su cuidado a incapaces (menores de 10 años y
dementes) o menores que si bien son imputables (mayores de 10 años) todavía no alcanzaron la mayoría de
edad.
El curador responde por hecho propio ya que el incapaz (demente) que está a su cargo nunca es
responsable. La responsabilidad del tutor coincide con la de los padres. Puede configurarse tanto por hecho
propio como por hecho ajeno, según que el menor bajo tutela sea incapaz o capaz.

RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS


El art. 1324 sugiere una tripartición, hay obligación de reparar no solo el daño que se causa
1) por hecho propio, sino también el causado 2) por el hecho de las personas que uno tiene bajo su
dependencia o 3) por las cosas de que uno se sirve o están a su cuidado.

La responsabilidad por el hecho de las cosas es una especie (subtipo) de la responsabilidad del hecho propio,
ya que no puede tratarse de una responsabilidad de hecho ajeno, ya que las cosas no incurren en hechos
ilícitos.
La responsabilidad es siempre por el hecho del hombre o hecho personal. La responsabilidad por el hecho de
las cosas es directa o por el hecho propio, singularizada por la intervención de una cosa en el evento dañoso
y presume la culpa (art. 1324 inc. Final).
Las cosas, aunque gozando de existencia objetiva autónoma, se encuentran siempre en relación con la
persona que las mueve, dirige o gobierna, la actividad de las cosas no puede separarse de la actividad de la
persona que tiene el dominio, posesión o custodia.
La responsabilidad por el hecho de las cosas es una responsabilidad subjetiva, fundada en la culpa.
Respecto a la guarda material: el guardián de la cosa es aquel que tiene un poder efectivo de control y
dirección de la cosa, independientemente del vínculo jurídico que lo liga a la misma.
Guardián es el sujeto que tiene la cosa a su cuidado, o se sirve de ella, y por tanto el responsable del
daño que con ella se produzca.
Andrea Valenzuela – 2016 179
EL HECHO DE LA COSA
Responsabilidad por hecho propio
En la responsabilidad civil el hecho no puede ser sino personal, en cuanto es siempre el resultado del obrar
de una persona. Hablar de hecho personal supone postural que además de éste, existe un hecho de la cosa.
Si no es posible el hecho de la cosa, el único hecho que puede concebirse dentro de un sistema de
responsabilidad civil, es el del hombre, ya que el hecho de las fuerzas naturales es ajeno a la responsabilidad
civil.

El hecho de las cosas no es más que una especie de la responsabilidad por el hecho propio. Es parte de la
responsabilidad directa aunque configura una especie dentro de ella, caracterizada por la intervención de
una cosa en el evento dañoso.

LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD Y LA CARGA DE LA PRUEBA

Carga de la prueba del actor


Para que se aplique el art. 1324 se requiere que una cosa intervenga en la producción del daño. Basta que
la cosa participe o intervenga en el evento dañoso para que exista responsabilidad regida por el art. 1324.
La intervención de la cosa es comprobable en caso de contacto material entre ella y el asiento del daño.
El daño resulte imputable automáticamente al guardián de la cosa en cuestión.

Presunción de culpa
La víctima no está obligada a probar ni la culpa ni la relación de causalidad. Podemos probar la culpa
derivada de la conducta del guardián, si este fue negligente ya que no vigiló el objeto como hubiera debido
para evitar el daño, la culpa será del guardián.
La responsabilidad cesará cuando el guardián pruebe que empleó toda la diligencia del buen padre de
familia para prevenir el daño.

Presunción de la relación de causalidad


De la presunción de culpa debe deducirse la presunción de causalidad, ya que es por la omisión o negligencia
del guardián, si este hubiera cumplido con su vigilancia, el daño no se habría producido. Entonces se presume
que la negligencia es del guardián.
Si se destruye la presunción de culpa también cae la presunción de causalidad.

Prueba de descargo del guardián


La ausencia de culpa y la causa extraña
El guardián puede exonerarse por causa extraña o demostrando la ausencia de culpa, mediante la
prueba de haber actuado con la diligencia del buen padre de familia para prevenir el daño.
La relación de causalidad en la responsabilidad por el hecho de las cosas
Contacto material entre la cosa y el asiento del daño. Cosas en movimiento y cosas inertes
Si la cosa se encuentra inerte o pasiva en el momento del accidente rige el art. 1324, ya que interviene la cosa
en la producción del daño, aun cuando no se encuentre en movimiento.
Se deberá probar por ejemplo que el automóvil detenido que fue chocado se encontraba mal estacionado.
El damnificado tiene la carga de probar el comportamiento anormal de la cosa (haciendo regir el 1319).

El art. 1324 se aplica a las cosas inertes. Vigencia de las presunciones


Cuando se habla del comportamiento pasivo de la cosa, estamos en situaciones respecto de las cuales ya
han formulado de antemano un juicio que establece la ausencia de culpa del guardián, lo que significa que la
presunción de culpa del art. 1324 quedó enervada y es como consecuencia culpa de la víctima.

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FUNDAMENTO DE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS

La culpa
La presunción de la culpa en el art. 1324
La presunción de la culpa surge del inciso final, cuando previene que la responsabilidad cesará en caso de
probarse la diligencia del buen padre de familia. La prueba de la diligencia del buen padre de familia coincide
con la prueba de la ausencia de culpa, ya que es la falta de debido cuidado o diligencia y esta diligencia
exigida es la de un buen padre de familia.

La solución legal trata de proteger a la víctima, liberándola de las dificultades probatorias de la culpa.

Relaciones entre el fundamento de la responsabilidad por el hecho de las cosas y la determinación


del guardián
El guardián tiene el deber de vigilar las cosas de que se sirve o están a su cuidado para prevenir daños a
terceros. El sujeto que es guardián, o sea tiene la cosa bajo su mando y está en condiciones de vigilarla,
entonces es posible presumir la culpa ya que se puede presumir que omitió vigilarla con la diligencia
debida.

DETERMINACIÓN DEL GUARDIÁN


Concepto de guarda
Denominamos guardián al sujeto gravado por la obligación indemnizatoria, o sea el responsable por el
hecho de las cosas. Es aquel que se sirve de la cosa o la tiene a su cuidado.

La tenencia o relación con la cosa


Que el sujeto se sirva de la cosa y la tenga a su cuidado indica que tiene una relación con la cosa, sin la cual
no puede haber guarda. Cuando una cosa participa en el accidente, hay que determinar quién es el guardián
de la misma y para saberlo es menester establecer la relación sujeto cosa.

El cuidado de la cosa es particularizado en el deber de vigilancia para prevenir el daño a terceros, el


elemento esencial del concepto. La noción de guarda logra concretarse en el deber de cuidar o vigilar,
particularizado en prevenir el daño a terceros.

La noción de cuidado se vincula a la propia denominación de guardián (guardar es cuidar). Guardián es


aquel que está encargado de vigilar la cosa, pero no para conservarla a fin de evitar que la misma sufra
daños, sino para proteger a los terceros.

Poder - deber
La noción de deber figura en el inc. 6° del art. 1324, mientras que el poder está incorporado en el inc. 1°
porque son situaciones de poder las que menciona el precepto (mando, señorío, gobierno), quien se sirve de
la cosa o la tiene a su cuidado goza de un poder sobre la cosa.

Guarda jurídica y guarda material


En la guarda jurídica, se determinaba el guardián teniendo en cuenta el poder, ya que se suponía que este
debía ser titular de un derecho (poder jurídico) con relación a la cosa. El propietario era guardián y para
transferir la guarda debía celebrar un contrato, siendo el nuevo guardián un guardián jurídico.
El poder de hecho, no originado por una situación jurídica, también sirve para calificar al guardián, en este
caso hablamos de guarda material. Lo que califica al guardián como tal es el poder de vigilancia, sin interesar
si es un poder de derecho (como el del propietario) o de hecho como el ladrón).

Hay una sola guarda (ni jurídica, ni material), porque guardián es el que detenta el poder, y éste puede ser
tanto de hecho como de derecho, para ser guardián no es requisito indispensable tener un poder proveniente
de un derecho, basta que sea un poder aunque no sea emanado de una situación jurídica legítima.

Andrea Valenzuela – 2016 181


Poder autónomo
Para que exista un guardián este alguien además de tener un poder sobre la cosa, este poder debe ser
autónomo o independiente.
No es así cuando el que está en relación con la cosa se encuentra sometido a órdenes que le imparte otro
sujeto, siendo este el guardián.

La regla se funda en la necesidad de que el responsable tenga libertad, pues no hay responsabilidad
sin libertad.

El dependiente no es guardián
El dependiente carece de un poder autónomo ya que se encuentra sometido a la autoridad de su empleador
y esta subordinación le impide ejercer el control y dirección que caracterizan al guardián.

La doctrina de Van Rompaey


Privilegia el poder de hecho, siendo este el núcleo de la noción de guarda, y rechaza la exigencia de que el
guardián debe tener un poder independiente y autónomo. El argumento central es que apela a la culpa.
En el momento de producirse el hecho lesivo el conductor es quien tiene un poder efectivo y el empleador
está alejado, no teniendo posibilidad de evitar el daño y quien se sirve de la cosa es el dependiente que
manipula la cosa y la tiene a su cuidado, por lo tanto este será el guardián.

Guarda del dependiente y autonomía del poder


Van Rompaey privilegia el poder de hecho y rechaza que la independencia o autonomía sea un atributo
necesario del concepto de guarda.
Si simplificamos el concepto de guarda y lo equiparamos al tenedor con el guardián, muchas
controversias desaparecerían.

La simple relación o contacto físico resulta insuficiente, ya que la guarda subsiste aunque el sujeto pierda
contacto material con la cosa y la necesidad del poder autónomo surge en la lección de manejo de automóvil
por ejemplo, donde el aprendiz no es guardián a pesar de ser el aprehensor físico de la cosa y materialmente
quien la gobierna.

La independencia es un elemento necesario porque los poderes que caracterizan la guarda no forman un
bloque indivisible ni se transmite a veces completamente por lo que es posible encontrar dos sujetos que los
ejercen simultáneamente sobre la misma cosa, como sucede con el comodato cuando el dueño impone
restricciones y en la cesión de volante en la cual otro pasajero asume transitoriamente la conducción del
rodado, el propietario no le transfiere la guarda sino una parte de los poderes que la caracterizan.
El conductor ocasional adquiere un poder en sentido material, para ser guardián le falta la dirección o poder
en sentido intelectual.

Cuando el patrón le entrega el vehículo al dependiente le transfiere una serie de poderes sobre el mismo,
pero no todos, por tanto hay dos sujetos que tienen parte de los poderes que identifican al guardián, pero uno
solo puede ostentar esa calidad y en ese sentido debe elegirse al patrón ya que siendo él el guardián original,
no se desprende de la guarda hasta que no la transfiere íntegramente al otro sujeto.

La protección de la víctima
En caso de considerarse guardián al dependiente, éste resultará gravado con la presunción de culpa del
inciso final del 1324 y por ende la víctima resultará favorecida ya que podrá alcanzar la responsabilidad de la
empresa sin necesidad de probar la culpa del dependiente. Pero si nos ubicamos en la responsabilidad por el
hecho de las cosas, la víctima sale perjudicada porque el responsable será el dependiente y no la empresa.

Andrea Valenzuela – 2016 182


GUARDA DE LA ESTRUCTURA Y GUARDA DEL COMPORTAMIENTO
La tesis de la división de la guarda
Esta tesis postula la presencia de dos guardas distintas respecto de la misma cosa. Por una parte, un
guardián de la estructura o composición interna de la cosa (zona donde radican los vicios ocultos), la guarda
que le corresponde al propietario, fabricante, encargando de mantenimiento, y por otro lado, la guarda del
comportamiento, a cargo del tenedor de la misma cosa.

Aplicación al Código Civil


El desdoblamiento de la guarda en nuestro sistema se basa en la culpa, ratificando los principios generales.
Cuando se vincula la guarda con la prevención del daño, la consecuencia es la disociación de la guarda. Si
guardián es el que puede prevenir el daño, el guardián del comportamiento en cuanto a la estructura no es
guardián y viceversa.
Esto se debe complementar con el deber de vigilancia impuesto al guardián para prevenir el daño según la
diligencia del buen padre de familia.

Doctrina y jurisprudencia nacionales


La división de la guarda fue aceptada en los últimos tiempos, tanto en jurisprudencia como doctrina.
En el caso de arrendamiento de un automóvil por ejemplo, la guarda de la estructura está a cargo de la
empresa arrendadora y la guarda del comportamiento a cargo del conductor.

En doctrina, Van Rompaey atribuye la guarda de la estructura al empleador y al dependiente la de


comportamiento. Szafir-Venturini postulan la responsabilidad del fabricante en tanto que guardián de la
estructura al encarar la responsabilidad por el hecho de las cosas originada en la utilización de material
defectuoso o medicamentos nocivos. En edificio en ruina el guardián de la estructura sería el arquitecto o
empresario.

Fabricante o productor
La producción en masa origina la venta en cadena, donde entre el fabricante y el adquirente final se
interponen los intermediarios.
El productor entonces tiene la responsabilidad por la circulación de mercaderías defectuosas que puedan
dañar a los adquirentes o terceros, debe decidirse qué sujeto es el responsable de los perjuicios, si el
productor o el intermediario.

Cuando el productor vende directamente el biden al consumidor, es responsabilidad contractual basada en el


inc. 3º del art. 1719 que equipara al vendedor que conoce el vicio y responde de todos los daños a aquel que
debiese conocer el vicio en razón de su oficio o arte. El art. 1721 fija la plena reparación del daño si el
vendedor debía conocer los vicios ocultos.

Pero el fabricante debe asumir la responsabilidad aunque ignore el vicio ya que asume una garantía (la
obligación de resarcir el daño) por los perjuicios de la cosa viciosa o defectuosa. Su condición de fabricante le
impone la garantía de entregar al mercado productos sin defectos y si estos adolecen vicios es responsable,
más allá de si su comportamiento fue negligente o no.

No tiene sentido sostener que el fabricante asume una garantía por los daños que causan sus productos
defectuosos sólo cuando él los vende directamente al consumidor y no cuando utiliza un intermediario, ya
que la venta en cadena está impuesta en su interés.

Tampoco se puede pretender que solo los compradores gocen de la protección de una responsabilidad
objetiva y no los terceros, ya que cuando el producto circula sólo el azar determinará la incidencia del daño.
La responsabilidad no varía ya que es el fabricante el que lleva el proceso de la confección del producto y
no lo hace en atención a los sujetos que pueden resultar víctimas de sus deficiencias. El fabricante
responde objetivamente ya que asume la paternidad del producto.

Andrea Valenzuela – 2016 183


La jurisprudencia acepta esta doctrina al resolver que el fabricante asume una garantía por los perjuicios que
pueda causar la cosa viciada o defectuosa, responsabilidad de naturaleza objetiva (arts. 1719 y 1721), tanto
en la responsabilidad contractual como en la extracontractual.

Responsabilidad del proveedor en la ley nº 17250


El art. 34 de esta ley confirma la solución basada en los arts. 1719 y 1721. La responsabilidad sigue siendo
de naturaleza objetiva y los terceros damnificados van a ser amparados igualmente sea la responsabilidad
contractual o aquiliana.

No se modifica el art. 1324 sino que un sector de la responsabilidad por el hecho de las cosas que es
sustraído al código civil pasa a ser regulado por la ley, donde el fabricante no responderá como guardián ni
como garante, sino que será el proveedor por el art. 34.
En las relaciones de consumo cuando el daño es causado por el riesgo o vicio de la cosa, quien responde
es el que fabricó el producto en el sentido que se le da a fabricar en el art. 3.
Es necesario que el vicio o peligro provenga de actividades de producción, creación, construcción,
transformación montaje, importación, distribución y comercialización de productos o servicios en una
relación de consumo.

La ley aumenta el número de responsables, ya que proveedor es todo integrante de la cadena de


fabricación, aunque el comerciante y el distribuidor únicamente responderán cuando el
importador o fabricante no puedan ser identificados.

PRUEBA Y TRANSFERENCIA DE LA GUARDA


La jurisprudencia en general reputa que el propietario tiene la guarda de la cosa, ya que por lo común el
propietario el propietario es titular de los poderes que definen al guardián, es quien normalmente se sirve de
la cosa y la tiene a su cuidado.
Aún así la responsabilidad por el hecho de las cosas no es una carga de la propiedad y el guardián puede
ser otra persona que no sea el dueño. No se responde por ser propietario, sino por ser guardián, pero es
válida la presunción de guarda respecto al dueño.
La víctima que tiene dificultades para individualizar al guardián puede demandar al propietario ya que es
quien se presume guardián, y si este busca excepcionarse puede indicar cual es el verdadero guardián.

Reglas generales que rigen la carga de la prueba


Incumbe a la víctima la carga de probar quien es el guardián, debe acreditar que la persona contra la que
acciona era guardián de la cosa incriminada en el momento de producirse el daño, se trata de una aplicación
del principio de que la carga de la prueba de los elementos constitutivos del crédito corresponden al actor.

Puede accionar contra el dueño y será suficiente acreditar que éste es el propietario, porque está dispensado
de probar que dicho sujeto era el guardián ya que opera la presunción. El demandado puede librarse
acreditando que había perdido la guarda, voluntaria o involuntariamente.

La víctima puede accionar directamente contra un no propietario, a quien aparentemente corresponde la


guarda de la cosa. Aquí no rige presunción alguna y la designación del guardián debe hacerse directamente a
través de la constatación precisa de que el sujeto no propietario era el titular efectivo de los poderes de la
guarda.

La víctima puede optar entre accionar contra el propietario o contra el tercero. Si acciona contra el dueño lo
ampara la presunción, que obliga al propietario a demostrar que este perdió la guarda si fuera el caso.
Cuando la situación es demostrativa de que la guarda pertenecía a un tercero, la demanda contra el dueño
no corresponde aunque siempre convendrá demandar a todos los posibles guardianes.

Andrea Valenzuela – 2016 184


La guarda es alternativa y no acumulativa. Guarda compartida. Guarda dividida
No es posible que existan varios guardianes simultáneos de una misma cosa, debe apreciarse la calidad
de guardián en el momento preciso en el que se produce el evento dañoso, ya que el responsable será
ese.
Se afirma que la guarda es alternativa y no acumulativa, por eso la designación de un sujeto como guardián
excluye a todos los otros.
Cuando existan dos sujetos que son simultáneamente titulares de poderes distintos sobre la misma cosa, la
calidad de guardián corresponde al sujeto que sea titular independiente de los poderes de vigilancia, dirección
y custodia al tiempo del evento dañoso.
La independencia en el ejercicio de los poderes determinar que la guarda deba ser alternativa. Una sola
persona será la que ejerce con independencia los poderes de uso y control.

Por excepción puede hablarse de una guarda acumulativa o compartida en la cual varios sujetos asumen
simultáneamente y no sucesivamente, la calidad de guardianes de una misma cosa, para ello es menester
que los poderes sean idénticos, por ejemplo en la copropiedad.

Pérdida o transferencia de la guarda


En ambas hay pérdida de la guarda, ya que el primitivo guardián cesa de serlo, tanto cuando es privado
de la guarda contra su voluntad (por ej usurpación de la cosa por un tercero) como cuando lo hace
voluntariamente (por ej, celebra un negocio jurídico).
En el primer caso el guardián es privado de la guarda de manera ilegal mientras que en la segunda la
transferencia opera en virtud de un contrato pactado.

Pérdida culpable involuntaria e imposibilidad de transferencia de la guarda


Frustración de la acción resarcitoria en caso de insolvencia
La pacífica aceptación del concepto de guarda material (guardián es quien ejerce un poder independiente, de
control, dirección y vigilancia sobre la cosa en el momento del daño) trae problemas cuando la guarda se
pierde involuntariamente, que en la mayoría de los casos se entiende que el propietario al haber perdido la
guarda no es responsable por el hecho de las cosas.

Acción basada en el art. 1319


La única vía que le queda a la víctima es el art. 1319, no invocando la responsabilidad del dueño por el
daño causado por las cosas que se sirve o están a su cuidado (1324) sino alegando que hubo culpa del
dueño y que ese comportamiento culposo es el causante del daño.
Se dan dos obstáculos para esto que son probar la culpa y el nexo causal. La causa no es la culpa del
propietario, sino el comportamiento del usuario del vehículo.
Nulidad o imposibilidad de la transferencia voluntaria de la guarda
Si la guarda es transferida a un sujeto que está en condiciones de hacerse cargo de la misma, en principio la
responsabilidad del propietario queda excluida, pero la situación es distinta cuando el que recibe la cosa no
tiene esas cualidades, entonces la responsabilidad es del propietario, debido a que existe culpa por la
elección del guardián al que transfirió el cuidado de la cosa.
Esta concepción mantiene la responsabilidad del guardián originario por el art. 1319 y del nuevo por el art.
1324, entonces existen dos responsables, que serán responsables proporcionalmente por un mismo daño
(art. 1331).

La transferencia de la guarda no es jurídicamente admisible en estos casos, ya que respecto de cualquier


objeto la ley prescribe que debe existir un guardián que asuma los deberes de vigilancia.
Cuando un sujeto tiene la calidad de guardián es imposible por un acto voluntario dejar de serlo
traspasando la guarda a quien no tiene aptitud para asumir esos deberes.
El deber de guarda se incumple cuando se entrega la cosa a un sujeto que es incapaz de vigilarla, por eso se
entiende la nulidad de la transferencia convencional de la guarda si hay culpa del guardián, por lo tanto el
propietario continúa respondiendo como guardián tanto por vía 1324 o 1319.
Andrea Valenzuela – 2016 185
El nuevo guardián tiene poderes de dirección y de control sobre la cosa pero no tiene la calidad de tal ya
que la guarda no pudo traspasarse por inhabilidad del nuevo sujeto.

LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA

La responsabilidad del guardián y del sujeto que con la cosa a cuidado de éste causa un daño
En el caso de pérdida o transferencia culpable de la guarda, son responsables tanto el guardián originario que
conserva su condición como tal, como el conductor del vehículo que causó el daño. El guardián originario
responde por el art. 1324 y el segundo por el 1319 por haber dañado ilícita y culposamente a un tercero.

Pero el art. 1331 dispone que cuando dos sujetos son autores de un mismo daño responden
proporcionalmente según la incidencia causal que su conducta haya tenido en la producción del evento
dañoso.

Podemos rechazar la aplicación del art. 1331 ya que se basa en la causalidad materia, en la autoría del daño
y en la pluralidad de sus autores, se requiere de causación múltiple (pluralidad de causas) pero el guardián no
ha cometido el hecho dañoso es un responsable indirecto, ya que es consecuencia del comportamiento de
otro sujeto, el conductor del vehículo.
Los que responden al art. 1331 son los autores del daño causado y el guardián propietario no lo es.

En segundo lugar, si se entendiera que no es posible postular la calidad de responsable indirecto del guardián
ya que la responsabilidad por el hecho de las cosas es de carácter directo, este podría invocar la exoneración
de responsabilidad por hecho de tercero (el conductor del vehículo), pero esta no resulta posible cuando la
pérdida o transferencia del dominio de la cosa hacia el tercero se produjo por culpa del guardián, y en este
caso resulta de aplicación el art. 1322, que dispone que el caso fortuito (en este caso el del hecho del tercero)
exonera de responsabilidad siempre que quien lo invoca no haya dado causa al mismo, y en este caso no
cabe duda que el hecho del tercero tiene origen la culpa del guardián.

La solidaridad
No rige en estos casos el concepto de fuente de solidaridad convencional que se asimila al título de donde
surge la obligación. Se descarta el nacimiento de la obligación por acuerdo de voluntades, estamos ante el
dominio de la solidaridad legal por lo que es necesario determinar la causa de la obligación en la
responsabilidad aquiliana.
En las obligaciones que nacen de fuente extracontractual no podrá hablarse de contraprestación, ya
que no existe un interés unitario de los deudores de favorecer al dañado ni en ser gravados por una
responsabilidad solidaria.

La obligación in solidum
Van Rompaey afirma que es necesario que se den dos requisitos para poder aplicar el art. 1331 de manera
restrictiva: a) la unidad del hecho y b) la identidad de fuente o título de la obligación resarcitoria.
En el caso del guardián (que conserva esa calidad a pesar de que un tercero conduce el vehículo) existen
dos hechos ilícitos y dos títulos distintos de responsabilidad. La fuente o título de responsabilidad del
guardián se ubica en el art. 1324, mientras que la del autor material se encuentra en el art. 1319, por lo que
el art. 1331 resulta inaplicable en la especie
Como la responsabilidad de ambos sujetos tiene una causa o fuente jurìdica diversa no surge una sola
obligación, sino que son dos independiente una de otra, la víctima tiene frente así dos sujetos que
responden por el 100% (in solidum) aunque ambas son conexas o convergentes porque surgen del mismo
evento dañoso.

Van Rompaey adhiere al argumento de Gamarra de que no es posible al guardián invocar el hecho de tercero
como excusa exoneratoria ya que esta eximente requiere que el mismo no sea provocado por el responsable
lo que aquí no sucede, puesto que es la culpa del demandado la que ocasiona el hecho del tercero

Andrea Valenzuela – 2016 186


Crítica a la obligación in solidum
La diversidad de significados que tiene el concepto de hecho ilícito dificulta la comprensión del requisito de
unidad de hecho ilícito, y aún así no se percibe cuál es la influencia que tiene en la aplicación del art. 1331.

Además, la causa título o fuente jurídica de la obligación indemnizatoria que grava al guardián y al
conductor es diversa porque el asiento jurídico de la responsabilidad es diverso para cada no (1324
para el guardián y 1319 para el conductor).

El asiento jurídico de la responsabilidad permite identificar a los sujetos pasivos de la obligación (el guardián
lo será porque así lo dispone el art. 1324 y el conductor por reunirse los requisitos del 1319) pero la causa o
fuente de esa obligación reside en el daño causado a la víctima y si este es único se tratara de una obligación
mancomunada (art. 1338) y no de una pluralidad de obligaciones independientes.
Si antes de que se produzca el daño no existe vinculación entre el guardián y el conductor por un lado y la
víctima por otro, una vez producido este los primeros se volverán deudores del segundo en virtud del
nacimiento de la obligación indemnizatoria, la causa o fuente de ésta no puede ser otra que el hecho del
daño.
El propio 1331 dispone la responsabilidad proporcional de sus autores cuando el daño proviene de
cuasidelito.
Tanto la responsabilidad del guardián como la del conductor es una responsabilidad subjetiva fundada en la
culpa, es más nadie discute la responsabilidad por el hecho de las cosas es un subtipo de la
responsabilidad por hecho propio, ambas se imputan a título de culpa, por lo que el distingo no tiene lugar.

RESPONSABILIDADES ESPECIALES POR EL HECHO DE LAS COSAS

Daños causados por animales


El art. 1324 consagra un principio aplicable a todos los casos en que participa una cosa en la producción del
daño, pero además de ello precisa las notas del concepto de guarda (es guardián quien se sirve de la cosa o
la tiene a su cuidado), sienta en forma expresa el fundamento de la responsabilidad en la culpa y disciplina
la distribución de la carga de la prueba mediante una presunción de la culpa.

Debemos correlacionar de manera armónica el art. 1324 con los arts 1328 y 1329 (responsabilidad
por el hecho de los animales).
La responsabilidad por el hecho del animal es una aplicación particular del principio general de la
responsabilidad por el hecho de las cosas, así que no se independiza del art. 1324.

La culpa se presume también en el art. 1328 y los animales son cosas también comprendidas en el art.
1324 así que puede aplicarse el régimen particular en tanto no se disponga lo contrario. Pero en la
responsabilidad por el hecho del animal feroz (art. 1329) está asentada en un fundamento que no es la
culpa y se rige por normas probatorias diferentes, así que esto prima por el régimen general.

En el sistema uruguayo se hace una distinción entre el animal feroz (art. 1329) de los que no lo son (art.
1328).

El art. 1328 reitera las reglas generales de la responsabilidad por el hecho de las cosas a tal punto que este
art. podría suprimirse sin que nada se altere. Donde la ley se aparta del fundamento que inspira la
responsabilidad por el hecho de las cosas es en el art. 1329, ya que es una responsabilidad de naturaleza
subjetiva en vez de ser objetiva basada en el riesgo (art. 1324).

Determinación del guardián


Las expresiones “el dueño del animal es responsable” y “toda persona que se sirva de animal ajeno”
coinciden con quien tiene la cosa a su cuidado del art. 1324.

Andrea Valenzuela – 2016 187


No es la circunstancia de servirse de la cosa lo que genera la responsabilidad, el que se sirve de la cosa es
guardián porque tiene la cosa a su cuidado, dado que la utilización impone el deber de vigilancia o cuidado.
Guardián es quien tiene poder de gobierno, control y mando respecto de la cosa y este poder corresponde al
sujeto que puede vigilarla.

La guarda en la responsabilidad por el hecho del animal es la misma que la del art. 1324 inc. 1. La guarda
subsiste aunque el animal se escape o extravíe porque la guarda y tenencia no se identifican, y la pérdida
transitoria de contacto con la cosa no extingue la guarda. El art. 1328 exonera la responsabilidad si la soltura,
extravío o daño no pueda imputarse a culpa del dueño o de sus dependientes, se reitera lo dicho en el art.
1324 que la prueba de la ausencia de culpa libera al guardián. En el caso del animal feroz la responsabilidad
es objetiva y el guardián responde aunque el animal se hubiera soltado sin culpa.

Acción de repetición del guardián no-propietario contra el dueño cuando el daño proviene de un vicio del
animal
Si el daño proviene de un vicio del animal que el dueño debía conocer o prevenir y del que no le dio
conocimiento al que se sirve de la cosa, el guardián que indemnizar al tercero víctima puede repetir contra el
propietario para recuperar lo pagado.

Lo que se dispone respecto del dueño es aplicable al que se sirva de un animal ajeno, el principio es que este
se exonera de culpa cuando el daño no pueda imputarse a su culpa. La hipótesis de acción de regreso está
prevista en el sentido de que al no conocer el vicio, el que se sirve no ha podido interponerlo como defensa y
responda condenado (si lo conoció entre el evento y el juicio lo opondrá y resultará exonerado).

Responsabilidad por el daño causado por un animal feroz (art. 1329)


Animal feroz es aquel que por sus instintos es peligroso para el hombre. Con la ley 16.088 se introdujo el
concepto de animal salvaje y se da una definición en el derecho positivo de animal feroz que son aquellos
que no son ordinariamente domesticables o son peligrosos para los humanos por su agresividad.

El art. 1329 consagra la teoría del riesgo en cuanto al peligro potencial de daño que entraña la tenencia de
este tipo de cosas. El guardián responde aunque no le hubiese sido posible evitar el daño y aunque el animal
se hubiese soltado sin culpa. Es una responsabilidad objetiva.

RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE UNA COSA QUE CAE O SE ARROJA DE LA PARTE


SUPERIOR DE UN EDIFICIO
La responsabilidad colectiva
1330. El daño causado por una cosa que cae o se arroja de la parte superior de un edificio, es imputable a
todos los que habitan la misma parte del edificio y la indemnización se dividirá entre todos ellos, a menos que
se pruebe que el daño se debe a la culpa o dolo de alguna persona exclusivamente, en cuyo caso será
responsable ésta sola.

Forma parte de la responsabilidad por el hecho de las cosas entonces es el guardián, pero aquí estamos en
una hipótesis que no existe determinación de ese sujeto.

Se da una situación de incertidumbre ya que pueden ser guardianes hipotéticamente todos los que habitan la
misma parte del edificio, o sea la parte superior de donde cae o se arroja la cosa. Se tiene entonces un
responsable no individualizado que forma parte de un grupo determinado.
Entonces se consagra una responsabilidad colectiva porque el daño causado es imputable a todos los que
habitan la misma parte del edificio, responden todos.
Al sujeto le basta probar que el daño fue causado por una cosa que cayó o se arroj´`o de la parte superior de
un edificio y que los demandados habitan ese lugar,

Andrea Valenzuela – 2016 188


La guarda en el art. 1330 es particular, existe un solo guardián aunque no esté individualizado
La ley presume que todos los sujetos que integran el grupo en cuestión son guardianes del objeto.

Articulación de la carga de la prueba


La única forma que tienen los demandados de exonerarse consiste en individualizar a uno de ellos como
guardián acreditando que el objeto pertenecía a tal y que tal fue quien lo arrojó.
“A menos que se pruebe que el daño se debe a la culpa o dolo de alguna persona exclusivamente”.
Al guardián presumido no se le permite liberarse justificando su ausencia de culpa, a diferencia de lo que
sucede en los demás casos, ya que no está acreditada la relación del sujeto con la cosa y no es posible
demostrar que se adoptaron las precauciones para prevenir el daño.
El guardián presumido del art. 1330 se encuentra en una situación más desfavorable que el guardián del art.
1324 ya que es un caso de responsabilidad agravada.

Daños causados por la ruina de un edificio


Coordinación de los arts. 1324 y 1327. Incidencia del art. 1324
El art 1327 dispone que por el daño causado por la ruina de un edificio responde:
a. Dueño (por haber omitido los cuidados y reparaciones necesarias)
b. Arquitecto (cuando la ruina proviene de un vicio en la construcción)

Se ubica en la responsabilidad por el hecho de las cosas, ya que el edificio es una cosa (inmueble).
El art. 1327 es una forma especial de la responsabilidad general prevista en el art. 1324. La regla específica
que es el art. 1327 se limita a la ruina del edificio. Entonces los daños causados por un edificio se regulan por
el art. 1327 en caso de ruina y por el 1324 en todos los demás casos donde no existe ruina.

La determinación del guardián: propietario y arquitecto.


La responsabilidad por el daño causado por la ruina de un edificio es un caso particular de la
responsabilidad por el hecho de las cosas, siendo así responsable el guardián y los sujetos designados
como responsables (propietario o arquitecto) lo serán en calidad de guardianes. En los demás casos, al que
se sirva de la cosa o la tenga en su cuidado, que puede ser el dueño como el usufructuario, arrendatario o
comodatario.

Por lo referido a la ruina por la omisión de las reparaciones necesarias el guardián es únicamente el
dueño y esta guarda es intransferible.
La guarda que el propietario puede transferir es la prevista en el art. 1324 y aquí el segundo guardián tendrá
los poderes de gobierno, control y vigilancia con excepción de aquellos referentes a las reparaciones
necesarias para evitar su ruina, que continúan siendo de titularidad del dueño.

Esta situación se puede catalogar como de guarda dividida, porque la guarda no es acumulativa, pero
pueden existir dos guardianes simultáneos respecto de un mismo objeto pero sobre porciones distintas de la
cosa.

En caso de demolición, construcción o reparación la guarda le corresponde a la empresa encargada del


trabajo, ya que tiene la cosa a su cuidado cuando dirige y ejecuta la obra.
En caso de edificio en construcción el único responsable es el encargado de realizar la obra (empresa
constructora, arquitecto).

Cuando se habla de la responsabilidad del arquitecto por la ruina de un edificio en construcción hay que tener
en cuenta que se comprende el vicio del sueño y la mala calidad de los materiales y que por arquitecto se
entiende al empresario constructor o al arquitecto. Si la ruina acontece dentro de los 10 años, a partir del
momento del daño comienza a correr el plazo de prescripción de 4 años previsto por el art. 1332.

Andrea Valenzuela – 2016 189


Carga de la prueba
La presunción no está en el texto del art. 1327 así que proviene del inc. 6º del art. 1324.
Como la presunción se extiende a la relación de causalidad, a la víctima le basta con probar que sufrió un
daño como consecuencia de la ruina del edificio, pero no necesita mostrar que el propietario omitió las
reparaciones ni tampoco individualizar el vicio de la constricción, se presumen que la ruina del edificio se
debió a esas circunstancias y es el dueño o arquitecto (empresario ) a quien corresponde destruir esta
presunción acreditando la diligencia de un buen padre de familia. Se exonera por causa extraña.
Cuando las circunstancias de la ruina permanecen desconocidas existe una doble presunción operante
contra el propietario y el arquitecto y en tal caso responderán por mitades si no pueden determinar a
qué se debe el vicio de la construcción.

Condiciones de responsabilidad: a) edificio b) ruina


La noción de edificio:
1. obra o construcción realizada por el hombre
2. mediante la reunión de materiales
3. incorporada al suelo de forma durable
Formando parte del edificio los elementos accesorios (balcón, cornisa, verja, etc) y los inmuebles por
destino.

La ruina consiste en la destrucción, derrumbamiento, caída o desintegración de todo el edificio o de


alguno de los elementos o partes que lo integran. Se responde en caso de ruina total o parcial, por más
que no comprometa la estabilidad del edificio.

EL DAÑO
Concepto
El daño por una parte constituye el presupuesto de todo el procedimiento (sin daño no hay responsabilidad)
y por otra su resarcimiento se pone como fin último de la peripecia aquiliana.

Daño material y daño resarcible


El daño resarcible presupone un concepto de daño en sentido naturalístico, pero no existe identidad entre
ambos conceptos, en tanto el daño material representa solo uno de los elementos necesarios para la
construcción del daño resarcible.
El daño material para ser resarcible debe ser la consecuencia de la lesión de un derecho, interés o
situación jurídicamente protegida, el daño requiere además un elemento formal proveniente de una norma
jurídica.
El daño resarcible no se identifica con la lesión de la esfera jurídica ajena: ésta sin embargo constituye su
antecedente lógico.

Lesión esfera jurídica ajena (ilicitud) + daño material = daño resarcible

El art. 1319 exige que para que el daño sea resarcible debe provenir de un hecho ilícito, por lo que de
cualquier forma que se entienda la ilicitud no se puede prescindir del derecho lesionado para determinar si el
daño es o no resarcible.
Es la ilicitud la que tiene la función de seleccionar los daños resarcibles, que opera como puerta de
entrada del daño material al siguiente paso del juicio de responsabilidad.

Que el daño resulte ser el efecto de un comportamiento ilícito nos permite concluir que las consecuencias
perjudiciales que se deriven serán resarcibles, pero sin saber aún si lo serán todas o algunas, ya que es el
análisis del daño en el plano del resarcimiento el que definirá cuáles consecuencias deberán ser tenidas en
cuenta y cuál es su monto.

Andrea Valenzuela – 2016 190


Daño evento y daño consecuencia
La constatación de que el hecho del ofensor ha sido lesionado un derecho o situación jurídicamente
protegida tiene como consecuencia que el comportamiento pueda ser calificado como ilícito, lo que a su vez
califica como resarcible el daño que pueda derivarse de esa lesión, pero no prueba la existencia del daño, ya
que la lesión del derecho no pertenece a la esfera del daño sino a la de la ilicitud.

De esto surgen dos ángulos: la ilicitud (si se violó un derecho o interés jurídicamente protegido de la víctima)
y si de ese evento se han derivado consecuencias perjudiciales para la víctima (el daño consecuencia), que
constituirán el daño resarcible (daño emergente y lucro cesante).
EVENTO: fractura de brazo (daño evento)
●ILICITUD: si lesiona derecho jurìdicamente protegido (integridad física)
●DAÑO (daño consecuencia): consecuencias perjudiciales que apareja la fractura del brazo. Daño
emergente y lucro cesante.

El daño resarcible se identifica con las consecuencias perjudiciales que se derivan de la injusta lesión y que
determinan el concreto el contenido de la obligación resarcitoria a cargo del responsable. Cuando hablamos
de daño en relación al resarcimiento asume el significado de daño emergente, lucro cesante, sufrimientos
morales padecidos por la víctima, o sea todo aquel perjuicio valorable en términos económicos como objeto
de reparación o compensación.

En la ilicitud (arts. 1319, 1321, 1322) se trata de definir si el demandado es responsable de los daños
reclamados, y en caso de respuesta afirmativa y de reunirse los demás requisitos, nacerá la obligación
resarcitoria en el demandado. En el daño consecuencia (art. 1323) se debe determinar el contenido de la
obligación, esto es el conjunto de pérdidas económicas producidas por el evento dañoso.

Conclusión
El daño resarcible consiste en el perjuicio patrimonial o moral que deriva de la lesión de un derecho, interés
o situación jurídicamente protegida, esto es, de un hecho ilícito.
El daño es la consecuencia perjudicial que se desprende de la lesión. Solo interesa el daño resarcible, el que
es relevante para el derecho.

CLASIFICACIÓN DEL DAÑO


a. Daño a la persona y a las cosas
b. Daño patrimonial y daño moral

Por daño a la persona se entienden todas las consecuencias perjudiciales que se derivan de la lesión a la
vida o la integridad física de todo individuo.
Fuera del daño a la persona está el daño a las cosas, que se configuran cuando ocurre la pérdida o deterioro
de objetos, como sucede con el automóvil que entra en colisión, la ropa de la víctima que se destroza o el
menoscabo de los efectos transportados.

Cuando la lesión produce una situación de enfermedad o proceso patológico en el sujeto agredido (daño a
la persona) que se obliga a realizar gastos médicos, todas estas consecuencias perjudiciales del evento
dañoso son el daño patrimonial. Esa misma lesión puede repecturi en la esfera espiritual de la víctima
donde se indemnizan los sufrimientos padecidos o la afectación de la vida de relación, en este caso
estamos en presencia de un daño moral.

El daño moral puede ser también consecuencia de un daño de las cosas, por ejemplo humedades
provocadas por el predio vecino en el inmueble de la familia, siendo esta suficiente para generar estrés
que perturba emocionalmente, más allá de las molestias e inconvenientes que normalmente producen
estas situaciones.

Andrea Valenzuela – 2016 191


El daño evento esto es el daño base o inicial, está configurado por la filtración de humedades, al
configurarse la invasión de la esfera jurídica ajena que lesiona un derecho del ofendido, el hecho tendrá el
carácter de ilícito y permitirá calificar de resarcibles los daños que de él se deriven, aquí estamos en la
zona de la ilicitud.

Una vez determinado el hecho como ilícito deben determinarse todas las consecuencias perjudiciales que de
él se derivan para el ofendido, esto es la repercusión perjudicial del evento, el daño consecuencia. Ahí
ingresamos en el área del daño resarcible, donde juegan las clasificaciones de daño a la persona y a las
cosas, daño patrimonial y moral.
La enfermedad adquirida por las humedades entran en daño a la persona, los gastos de reparación del
inmueble y los que deban realizarse para reparar la enfermedad son daños patrimoniales y la afectación por
estrés se ubica dentro del daño moral.

Elementos del daño


Según el código civil el daño patrimonial se manifiesta de dos formas: el daño emergente o mal directamente
causado (art. 132) y el lucro cesante o privación de ganancia (art. 1323. 1346). La diferencia radica en que el
emergente produce una pérdida positiva, una disminución del patrimonio (gastos que debe pagar la víctima
como consecuencia del accidente) mientras que el lucro cesante es una pérdida negativa que consiste en la
privación de ganancias que el accidentado hubiera realizado a futuro de no mediar la lesión, y configuran un
daño ya que no entrarán al patrimonio los ingresos que normalmente habrían sido percibidos.

CARACTERES DEL DAÑO


●Daño directo, actual y cierto:
Que sea directo no refiere al daño, sino a la relación de causalidad. Esta exigencia (arts. 1323 y 1344) tiene
por finalidad excluir del resarcimiento a aquellas consecuencias que por más que sean conexas se presentan
como remotas respecto al evento dañoso o incumplimiento.
Por ejemplo el sujeto que por avería de un taxi que lo transporta al aeropuerto pierde su vuelo y debe tomar el
siguiente y en este sufre un accidente donde pierde la vida. El deceso no es causa directa del desperfecto
sufrido por el taxi, así que no puede atribuirse su muerte al conductor.
La exigencia del daño actual es errada, ya que excluye al daño futuro que es indudablemente
reparable.
El requisito de certidumbre se identifica con la existencia misma del daño y por lo tanto tampoco podría
considerarse como carácter autónomo.

Daño presente y futuro


Es resarcible tanto el perjuicio futuro como el presente, porque puede ser igualmente cierto, cuando haya de
verificarse luego, esto es aunque la totalidad de las consecuencias dañosas todavía no se hayan producido
en el presente. La oposición no es entre perjuicio presento y futuro, sino entre perjuicio cierto y perjuicio
eventual o hipotético.

No se exige una certeza absoluta, sino relativa, razonable y fundada consideración o probabilidad.
Habrá daño cuando su existencia no pueda ser puesta en duda.

El daño cierto es el daño a secas y el daño eventual o hipotético es la ausencia de daño. El daño futuro no
es más que la prolongación en el tiempo de un evento dañoso actual y presente. Se debe determinar si es
probable, de acuerdo a la normalidad o regularidad de los acontecimientos, que el actor sufra en el futuro el
daño reclamado, no siendo suficiente la eventualidad o la mera posibilidad de que esto ocurra.

La pérdida de la chance
La probabilidad que es suprimida por el evento dañoso (participar de la carrera) y la ventaja esperada o
resultado final (ganar la carrera) cuya realización se frustra por el pérdida de la chance.

Andrea Valenzuela – 2016 192


Mientras que la chance debe ser cierta en cuanto a probabilidad de lograr un resultado que se sitúa en el
futuro, en cambio el resultado final es incierto y no podrá verificarse debido a la extinción de la chance, y de
aquí se produce el daño resarcible que consiste en la pérdida de la chance. La reparación queda reducida a
una fracción de la ganancia esperada, cuantificada en función de la importancia de la chance.

1. La probabilidad es mayor cuanto más próximo se encuentra el evento dañosos de la situación terminal de
ganancia esperada.
2. Cuanto mayores son las contingencias, menor es el valor de la chance perdida.

DAÑO MORAL
La lesión a los bienes de la personalidad (bienes o intereses no patrimoniales) pueden derivar tanto un
daño patrimonial como extrapatrimonial, ya que no existe una correlación entre la naturaleza del derecho,
bien o interés violado y la naturaleza del daño.

Por evento dañoso se entiende al daño inicial y el daño consecuencia por las repercusiones negativas del
evento sobre la víctima.

El evento dañoso no es patrimonial o extrapatrimonial, lo patrimonial o no son sus consecuencias, el hecho


lesivo en sí mismo es neutro, ya que se prescinde de sus efectos o consecuencias perjudiciales. La noción de
daño queda circunscripta al daño consecuencia.

Noción restringida (daño moral subjetivo) y amplia (daño moral objetivo)


La amplitud del término daño del art. 1323 obliga a admitir la existencia del daño moral aun en ausencia de
dolor o sufrimiento espiritual. Se rechaza la noción restrictiva, ya que el dato normativo excluye toda
distinción.

No puede sostenerse que el daño moral equivale al sufrimiento ya que el art. 1319 dice que cualquier clase
de daño, sea o no patrimonial recibe el amparo de una tutela resarcitoria.
Legalmente el daño moral es el daño no patrimonial.

Tomando en consideración la naturaleza del daño y a partir de la noción de daño tradicionalmente admitida
como resarcible (la del daño patrimonial), el espacio que deja libre esta especie dentro del daño resarcible en
general (que es la noción madre incluida por el art. 1319) comprende a todo perjuicio que no sea patrimonial.
Por tanto restringir el daño moral al espiritual o subjetivo no concuerda con el texto legal y prescinde de la
dicotomía daño patrimonial - daño no patrimonial, que no admite reducción.

Daño moral y daño biológico (a la salud)


La lesión a la integridad física puede repercutir en dos planos distintos, produciendo efectos perjudiciales de
carácter económico, en cuanto afecta la capacidad laboral productiva de ganancias (ganancia presente o
futura) y a esta zona debe restringirse la noción de incapacidad (entendida como inhabilidad para el trabajo).

Al mismo tiempo puede ocasionar daños extrapatrimoniales ubicados en la esfera del daño moral, entendida
como la afectación de la normal eficiencia psico-física en actividades laborales y extralaborales. El
menoscabo a la integridad de la persona (la invalidez) causa siempre un daño moral.

El daño moral uruguayo es unitario y absorbe al daño biológico y no cuantifica por separado, sino
que está incluido en la apreciación general y total del perjuicio.
En nuestro país solo existen el daño moral (daño no patrimonial) y el patrimonial.

Accidentes de tránsito, incumplimiento de contrato y lesiones


En ocasión de accidentes de tránsito que no produce lesiones, la pretensión por daño moral basada en las
molestias o trastornos provocados por la privación temporal del uso o goce del vehículo son rechazadas, ya
que no incide en el ser existencial, individual y de relación intersubjetiva de la víctima.
Andrea Valenzuela – 2016 193
El segundo tipo de reclamo es aquel que invoca la perturbación emocional originada por el impacto. La
participación en un accidente de tránsito provoca alarma, sorpresa, disgustos y molestias pero por lo general
dichas emociones no fundan la pretensión reparatoria del perjuicio no patrimonial, se puede justificar sólo si
se verifican circunstancias excepcionales.

En estos casos no habría daño moral ya falta dolor o sufrimiento, ya que no todo efecto penoso es daño.
Es requisito que el daño moral tenga una importancia o entidad mínima que no se da en caso de lesiones
graves.
La exclusión del daño moral se basa comúnmente en la ausencia de secuelas, dolores intensos,
tratamientos médicos, internación, cuando las lesiones evolucionan favorable y rápidamente sin asistencia
hospitalaria donde la víctima es dada de alta rápidamente, sin inhabilitación para el trabajo u ocupaciones
normales.

La fundamentación es entonces que si el interés ofendido no merece la tutela resarcitoria, se debe a la


inexistencia de un perjuicio moral. Entonces se debe delimitar rigurosamente la noción de daño moral de
acuerdo al concepto de la jurisprudencia.

Definición de daño moral: reglas y principios creados por la jurisprudencia uruguaya


La jurisprudencia uruguaya apunta a que aunque el dolo sigue ocupando el puesto principal en el terreno de
las definiciones, el fenómeno más importante que registra la evolución jurisprudencial es el retroceso
jerárquico, su desvalorización en diversos planos. El centro de gravedad de la noción del daño moral se
desplaza.
●La declinación del dolor: sólo en los casos más intensos o graves son considerados merecedores de tutela.
●Para fijar la importancia del daño moral se toma en cuenta la agresión a la personalidad, al ser
existencial, a la vida de relación, la permanencia del daño y la alteración de la normalidad de vida que
padece el sujeto damnificado.
●El daño moral uruguayo es una noción unitaria, abarca el daño moral subjetivo como los menoscabos a la
integridad psico-somática (daño biológico).

El daño moral requiere de la existencia de situaciones aflictivas muy profundas para que sea resarcible.
Si la situación no altera el equilibrio emocional son perturbaciones tolerables que no son indemnizables,
son padecimientos normales que las personas deben soportar, aunque provengan de comportamientos
ilícitos.
La preocupación creciente y jerarquización correlativa por la modificación del ser existencial individual y
menoscabo de la personalidad.
No importa tanto el dolor sino los hechos que inciden en la condición existencial del perjudicado,
consecuencias aflictivas que signifiquen un menoscabo de la personalidad muy dificil de superar.
La jurisprudencia uruguaya elaboró una definición propia del daño moral: para que exista daño moral la
situación perjudicial debe estar calificada por tales y cuales aspectos, el dolor intenso y la alteración de la
normalidad existencial (vida cotidiana).
Hay daño moral si se prueba un sufrimiento intenso de la víctima, peso a no haber secuelas,pero un
disgusto transitorio, al igual que una lesión leve, no son perjuicios que ingresen dentro del daño moral.

Las categorías del daño moral


Estas categorías provienen de la experiencia jurisprudencial, ya que no existe una especie única de perjuicio
moral, sino varias figuras individuales con rasgos propios. Hay un daño moral estético, un daño moral a la
vida de relación, un perjuicio moral sexual etc.
En el daño moral figura una sola cantidad que indemniza la totalidad del daño no patrimonial: la
liquidación del daño moral siempre es global.
Los jueces describen los rasgos típicos que caracterizan a los elementos, los descomponen minuciosamente,
detallados por separado.
Andrea Valenzuela – 2016 194
Daño a la vida de relación
Si excluimos la parte del perjuicio que corresponde a las tareas lucrativas (daño patrimonial, lucro cesante) el
daño a la vida de relación tiene un contenido preciso al referirse a las actividades extralaborales. Es un daño
donde los impedimentos o imposibilidades inciden en actividades que no son por completo ajenas a la de
tiempo laboral, por ejemplo dar un paseo, practicar un deporte, mantener relaciones. Se trata de actividades
sociales, culturales o recreativas de la mera existencia cotidianas que todas las personas realizan durante su
vida y que están desprovistas de carácter lucrativo.
Si hay consecuencias patrimoniales en el caso de daño estético a un modelo porque se le impide seguir
ejerciendo su profesión y en ese caso sería daño económico.
El daño a la vida comprende además el daño estético, el perjuicio sexual, el perjuicio juvenil.

Definición del daño a la vida de relación en la jurisprudencia


La agresión a la integridad física aparece en primer plano, como el origen del daño a la vida
de relación pero puede haber daño a la vida de relación sin lesión a la integridad física.
Los jueces comienzan describiendo el evento dañoso, los casos más frecuentes son la lesión de los
miembros inferiores o superiores (disminución de función, acortamiento, renguera) avanzando
progresivamente a las amputaciones, parálisis parcial, paraplejia hasta llegar al estado vegetativo. Otros
casos son la pérdida o debilidad de los sentidos (vista, oído, gusto y olfato).
En esos casos se dice que la víctima ha quedado privada para siempre de muchos goces de la vida normal
y que su estado la obliga a vivir un tipo de vida que no es normal y corriente. La existencia común y
corriente queda menoscabada en cualquiera de las actividades que la víctima realiza en su diario vivir sean
o no de carácter placentero, ocio o recreativo.

Daño estético, perjuicio sexual, perjuicio juvenil

Daño estético
Las lesiones que dejan daños estéticos durables como las cicatrices, deformaciones, mutilaciones,
modificaciones morfológicas o funcionales.
La lesión estética es la que afea a una persona o la muestra como anormal agrediendo desagradablemente
cualquier sentido a terceros y a la propia víctima, no solo a la vista, sino que altera la natural armonía física.
El daño estético es un ejemplo de daño a la vida de relación, la víctima queda en condiciones de
inferioridad por cuanto atañe a las relaciones con el mundo externo, impidiendo la libre expansión de
su personalidad. Los mayores perjuicios son aquellas cicatrices o deformaciones que afectan al
rostro, por más que no produzca fealdad.
Las deformaciones totalmente transitorias que desaparecen al finalizar un breve lapso terapéutico, una
alteración estética por un período determinado no basta por sí sola para hacer viable la indemnización por
daño moral.

El perjuicio sexual
El perjuicio a la vida sexual comprende todo daño que afecte las necesidades fisiológicas y la imposibilidad
de procrear. Se acepta que en estos casos el cónyuge también sufre el daño ya que el perjuicio se refleja en
la vida familiar.

El perjuicio juvenil
Daño propio de la infancia y la juventud, está fundado en la idea de que la pérdida de la integridad corporal
es sentida más vivamente por un joven, estos se ven privados de los juegos propios de su edad, practicar
deportes, concurrir a bailes, etc. El menoscabo de la plenitud de la actividad corporal es lo que se tiene en
cuenta.

Dolor y sufrimiento
Dolor físico y dolor mental; sufrimiento físico y sufrimiento moral
Es costumbre universal distinguir entre dolor físico y moral.

Andrea Valenzuela – 2016 195


Por ejemplo el amputado de una pierna sufre un dolor físico que puede desaparecer en un tiempo más o
menos breve pero la calidad de minusválido le afecta permanentemente en todos los aspectos de su vida, así
que el evento dañoso repercute en dos zonas diversas de distinta manera en cada una de ellas.

El sufrimiento moral resulta vinculado a las secuelas permanentes y el daño a la vida de relación. En estos
casos el perjuicio no patrimonial existe sin lesiones a la integridad física, pertenecen al sufrimiento moral. El
daño a las cosas con valor de afección y el perjuicio al afecto, causado por la muerte de un familiar son
casos de daño moral donde el dolor físico está ausente.

La jurisprudencia separa los sufrimientos físicos derivados de las lesiones y la disminución física y espiritual
que repercute en la vida de relación. Existe una pérdida de la autonomía del sufrimiento moral (dolor mental)
que desaparece o disminuye en importancia ya que es absorbido por el daño a la vida de relación. La
reparación continúa haciéndose pero no se habla de sufrimiento moral ya que es otorgado a título de daño a
la vida de relación.

Perjuicio al afecto
El perjuicio al afecto en caso de infortunio mortal
Se origina en el dolor, aflicción o tristeza, quebranto espiritual, que la muerte de una persona causa en
ciertos sujetos que estaban ligados a ella por una relación de carácter afectivo.
El perjuicio al afecto tienen un volumen numérico de reclamaciones, tiene gran importancia monetaria de las
condenas y debido al infortunio moral hay pluralidad de sujetos demandantes, por ej. viuda, hijos y
hermanos.
No se pone límite alguno para la reclamación, basta que haya un daño para que la reclamación sea
procedente y el vínculo de parentesco no es requerido como condición para admitir la demanda.
Cuanto más cerca sea el vínculo de parentesco, sumado a la cohabitación menores serán las exigencias
probatorias en cuanto al sufrimiento padecido por la muerte de la víctima. En caso de cohabitación no solo se
presume afecto mutuo entre cónyuges o parientes cercanos. La ausencia de convivencia influye reduciendo
el monto de las indemnizaciones. Otro factor que se toma en cuenta es la edad, tanto del sujeto fallecido
como de los reclamantes. Cuando se trata de personas jóvenes la reparación debe ser mayor. La
indemnización es mejor según el tiempo de vida que le restara a la persona.

Perjuicio al afecto en caso de infortunio no mortal


Cuando la víctima del accidente sigue viviendo se plantea el problema de admitir o no otra pretensión
reparatoria autónoma, aparte de la que tiene por titular la víctima directa.
Las personas que mantienen vinculación afectiva con el sujeto agredido y sufren ellas mismas el daño del
lesionado, por ej. hijo paralítico, en estos casos la pretensión es por derecho propio, corresponde al daño por
rebote francés. El elenco de los sujetos legitimados está reducido prácticamente a los padres, aunque hay
casos de hijo y cónyuge que reclaman.

AVALUACIÓN Y LIQUIDACIÓN DEL DAÑO


El daño a la persona produce gastos médicos y accesorios (daño emergente), que se distingue de la
privación de ganancias futuras, esto es las ganancias que el damnificado hubiera logrado en caso de
seguir trabajando (lucro cesante). Los elementos del daño entonces son el daño emergente, el lucro
cesante y el daño extrapatrimonial (moral) que pueda haber sufrido el demandado si fuera el caso.
Avaluar es determinar cuales son las consecuencias que el hecho ilícito causó a la víctima, los elementos del
daño son varios y se deben distinguir, después de esto se debe proceder a la liquidación, que consiste en
una operación destinada a traducir en términos monetarios la pérdida sufrida. El daño que produce un hecho
ilícito es una unidad y por eso el monto de la obligación resarcitoria es un total aunque conste de varios
elementos.
Si el hecho ilícito dañoso produce un daño emergente, que se describe como una disminución actual del
patrimonio, la idea debe entenderse en el sentido que todos los gastos que ocasione la cura del ofendido
corresponden a esta figura del daño patrimonial, aunque sean efectuados con posterioridad al momento del
accidente, y por tanto futuros con relación a este.
Andrea Valenzuela – 2016 196
También el lucro cesante puede ser un daño acaecido dado que cuando el juez dicta sentencia existe
siempre una porción del mismo estimable con seguridad y certeza.
Si bien el daño es unitario, su avaluación debe practicarse en forma análitica por rubros, mediante el
analisis detallado de los elementos del daño.
Tendremos entonces dentro del daño persona el daño patrimonial que se subdivide en daño emergente
(gastos) y lucro cesante (pérdida de ganancia) y el daño moral.

DAÑO EN CASO DE MUERTE

Acción por derecho transmitido


Las dos acciones que pueden promoverse como consecuencia de la muerte de una persona Sus herederos
podrán reclamar la reparación del daño causado a la víctima que falleció. El heredero, que es el continuador
de la personalidad del difunto, pasa a ser titular de sus derechos patrimoniales y también de la
responsabilidad civil que correspondía a la víctima, en su calidad de sucesor, esto es por derecho transmitido.
Es responsabilidad aquiliana.

El fallecimiento del sujeto accidentado puede ocasionar perjuicios a otras personas, sean herederos o no, los
damnificados por rebote, que recibían asistencia económica y espiritual por parte del difunto, y se ven
privada de ella por el hecho ilícito.
Estos sujetos son titulares de una acción por derecho propio (no transmitida hereditariamente), son también
damnificados como consecuencia del mismo evento dañoso que le cuesta la vida al accidentado.
Los que reclaman por derecho propio deben probar que han sufrido personalmente un perjuicio, ya que no
piden el resarcimiento del daño que se causó al difunto, sino el que a ellos personalmente se les causara. Por
tanto deben probar su propio perjuicio, por más que lo padecen porque el accidentado falleció.
La acción por derecho propio es siempre extracontractual, ya que los damnificados por rebote son
terceros del contrato que pudiera haber pactado el difunto.

Legitimados Daños que reclaman Naturaleza de la


responsabilidad

Herederos el sufrido por el de cujus Contractual o


extracontractual

Terceros dañados el propio Extracontractual

La distinción es importante ya que en materia de prescripción son 20 años en la contractual y 4 en la


aquiliana.
DAÑO A LA INTEGRIDAD FÍSICA

Incapacidad. Tipos
Depende de la duración de la inhabilidad, si esta es permanente o transitoria, para fijar los límites
temporales de la pérdida económica que sufre el damnificado que padece un menoscabo en sus ingresos
durante un tiempo limitado o durante toda su vida.

La división en incapacidad parcial o total atañe a la entidad cuantitativa de la incapacidad, que incide en el
monto de empobrecimiento de distinta manera según que el dañado pierda todo su ingreso una porción del
mismo, se construye atendiendo a la disminución de la aptitud laboral causada por la lesión.

La incapacidad puede ser definitiva o temporal, absoluta o parcial. Pero tanto la incapacidad definitiva como la
parcial asumen modalidades de total o parcial, toda incapacidad definitiva será o total o parcial, y lo mismo
con la temporal.

Andrea Valenzuela – 2016 197


Incapacidad definitiva (permanente)
La incapacidad definitiva significa que la afectación a la aptitud laboral subsistirá toda la vida del lesionado,
supone la persistencia irreversible del daño. Esto solo puede afirmarse cuando es previsible la ausencia de
cura total o el cese de la evolución de la lesión.

Para determinar la incapacidad definitiva se recurre habitualmente al concepto de consolidación, ya que las
lesiones o enfermedades tienen carácter evolutivo y un proceso dinámico, que pueden desembocar en la cura,
en la muerte o estabilización. Solo en el último caso se puede hablar de incapacidad permanente.
Se llama consolidación a la situación de estabilización, requiere que las perturbaciones sean de carácter
crónico y que haya finalizado la terapéutica activa curativa. Si después de esto subsisten las secuelas
permanentes que no evolucionan más, no siendo posible una mejora futura de carácter total.

Incapacidad temporal (transitoria)


Detrimentos que no tengan naturaleza irreversible y que por tanto sean tales que desaparezcan en
un cierto período de tiempo.
La inactividad del incapaz insume un período determinado forzosamente menor, una incapacidad más corta,
que cesa antes de la finalización de la vida laboral. La reanudación de la misma actividad que el lesionado
realizaba antes del accidente indica que la incapacidad es de carácter transitorio.
El impedimento puede afectar a que el incapaz vuelva a efectuar sus tareas originarias pero no impide que se
dedique a otra actividad, en este caso sería una incapacidad específica permanente la cual no extingue por
completo la aptitud laboral del sujeto, ya que subsiste una capacidad residual.
Al profesor de educación física que le amputaron las piernas debe ser indemnizado por el daño de
incapacidad definitiva permanente para ejercer la actividad que desarrollaba pero a la hora de fijar la
indemnización debe tenerse en cuenta que el sujeto no ha sido afectado en otras capacidades que le
permiten desarrollar eventualmente otras tareas.

Incapacidad total (absoluta)


Es definida como la privación de la aptitud para el trabajo, la inhabilidad para toda la actividad profesional.
La incapacidad es completa aunque el lesionado esté en condiciones de realizar una reducidisima actividad
laboral. Estas personas han perdido su autonomía económica y personal.

La trascendencia de la incapacidad absoluta se proyecta en la liquidación del daño, ya que la reparación


debe reintegrar al patrimonio del lesionado la totalidad de los ingresos que hubiera obtenido durante toda la
vida laboral probable.

En la práctica suelen existir dos periodos, uno en el que existe una incapacidad total transitoria,
seguida de una incapacidad parcial (permanente o transitoria).

Incapacidad parcial
En este caso el lesionado conserva en parte su capacidad de trabajo y por tanto está en condiciones de
continuar su actividad, aunque con una disminución que afecta a su rendimiento. Se debe establecer de qué
manera disminuyen los ingresos, saber cual es la incidencia de la lesión en las ganancias que obtenía, ya
que no hay una pérdida total de los beneficios.

Se suele hacer un cálculo matemático partiendo del porcentaje asignado previamente a la capacidad. Siendo
la incapacidad de un 30% se entiende que el ingreso futuro disminuirá en la misa medida. Se debe estimar el
lucro cesante en la misma proporción.

También hay otra forma de determinar la pérdida de ganancias experimentada por el accidentado durante el
año siguiente al accidente y multiplicar luego ese coeficiente por las unidades que correspondan a la
expectativa de la vida laboral del lesionado.

Andrea Valenzuela – 2016 198


Incapacidad genérica y específica
La incapacidad específica es aquella que tiene relación con la actividad concreta que desarrollaba la
víctima. Lo que importa no es la lesión en sí misma sino sus repercusiones económicas (en el plano del
lucro cesante).

La noción de incapacidad genérica es de menor importancia en la responsabilidad civil. Se define como la


capacidad para realizar todos los trabajos o la que está en condiciones de desenvolver el hombre medio,
aunque no exista un trabajo genérico. Se dice de la capacidad de ganar el sustento sea cual fuera la
profesión elegida.
La capacidad genérica se emplea en las personas que no estan usando sus energías laborales en el
momento del accidentes pero van a necesitarlas en el futuro, el sujeto no sufre disminución de sus
ganancias, pero va a entrar en el mercado de trabajo en condiciones de inferioridad.

La cuantificación del daño moral


La fijación de la cuantía del daño moral debe hacerse teniendo en cuenta
2. Los montos establecidos en casos similares por el propio magistrado y el resto de la judicatura
3. Los valores económicos el país en el que vivimos.

La primera de las reglas tiene un valor de guia de analizar las indemnizaciones otorgadas en casos
análogos para tener parámetros dentro de los cuales moverse, que no se debe ajustar exactamente dentro
de esos parámetros pero no se podrá alejarse excesivamente de estos. También se debe examinar el
estado de la economía, ya que si las condiciones económicas han variado sustancialmente, la cifra deberá
ajustarse a la nueva realidad económica.

Andrea Valenzuela – 2016 199


RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MÉDICOS Y LOS CENTROS ASISTENCIALES
Szafir-Venturini

Caracterización de la relación jurídica entre el profesional de la salud y el paciente


Asistencia particular o colectivizada
La responsabilidad es un estado ulterior en las relaciones jurídicas y supone una etapa patológica que se
traduce siempre en el incumplimiento de una obligación preexistente o de un deber no obligacional también
anterior.

Categorización del contrato de asistencia médica colectivizada Es un


negocio jurídico bilateral entre la mutualista y el afiliado.
1. Contrato de cambio: se caracteriza por el intercambio del derecho de uso y goce del servicio que
presta la sociedad médica por una suma de dinero (cuota mutual).

2. Contrato bilateral: se trata de un contrato bilateral ya que no solamente se generan en el contrato


obligaciones a cargo de las partes, sino que estas también son interdependientes y recíprocas.

3. Contrato oneroso: utilidad (ventaja o provecho) y gravamen (sacrificio) que el contrato genera. La
onerosidad se funda en la noción de equivalencia entre las utilidades a que el contrato da lugar.

4. Contrato principal: es un contrato que conforme al art. 1251 es independiente, teniendo su propia
estructura.

5. Contrato consensual: el contrato se forma por el simple o mero acuerdo de voluntades, generalmente el
contrato mutual se otorga por escrito.

6. Contrato de adhesión: es la sociedad médica la que dicta unilateralmente las reglas de su contratación
con carácter uniforme y sin posibilidades para el afiliado de controvertir dichas condiciones, bajo la
reglamentación impuesta por la autoridad competente en materia de salud pública (ministerio de salud
pública).

7. Contrato típico nominado: Arrendamiento de servicios: una vez conformado su núcleo mínimo (art.
1261) los elementos naturales vienen por añadidura en forma supletoria, esto es, salvo pacto expreso al
respecto.

8. Contrato de cumplimiento continuado: vínculo jurídico de duración cuyo cumplimiento se prolonga


para satisfacer un interés durable del acreedor.

NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD
Contractual o extracontractual. Principio iura novit curia.
Gamarra responde a la pregunta sobre el monismo o dualismo de la responsabilidad civil diciendo
“ni lo uno ni lo otro, sino ambas cosas a la vez”

Los dos órdenes persiguen un mismo fin (desplazar la carga del daño) y desempeñan la misma función.
Tiene lugar el mismo estado de sujeción de una persona, como consecuencia de un comportamiento lesivo
de un precepto, productor de un daño.
No existen diferencias de naturaleza entre los órdenes, así que resulta incuestionable que existen dos
regímenes diversos de responsabilidad.
El juez no está atado en cuanto a los fundamentos de derecho invocados por las partes, tampoco lo habilita a
modificar la demanda (principio de congruencia).
En ciertos casos la modificación del fundamento de derecho implica colocar en una situación
desventajosa a alguna de las partes violando los principios de igualdad y contradicción.

Andrea Valenzuela – 2016 200


Si el actor demanda a la mutualista por quemaduras provenientes de un bisturí eléctrico en malas
condiciones, fundado en la responsabilidad extracontractual (art. 1324) a la mutualista le bastará probar
que fue diligente en la conservación del instrumento.
Si el juez en la sentencia encuadra la responsabilidad en el marco contractual, a la parte demandada no le
basta probar la ausencia de culpa, ya que existe una obligación de seguridad en cuanto a la utilización de los
objetos de que se sirven los médicos, así que debía acreditar la causa extraña.

El principio iura novit curia ("el juez conoce el derecho") es de aplicación, pero halla su límite cuando a
través de esa aplicación se crea un estado de indefensión insubsanable para la parte demandada.

¿Cuándo hay responsabilidad contractual o extracontractual?


Se distingue según que el hecho ilícito consista en la violación de una obligación preexistente (contrato o
ley) o en la violación de un deber no obligacional.

● Cuando la intervención médica es precedida por un contrato de asistencia, la responsabilidad


es contractual.
● Cuando la atención médica es derivada de una emergencia cuando no hay contrato previo, ya que el
médico está obligado jurídica y moralmente a prestar sus servicios al necesitado. Debido a que es una
obligación legal, la responsabilidad será contractual.
● En el caso de un tercero que requiera los servicios para una persona inconsciente que encuadra en el
régimen jurídico de estipulación para otro (art. 1256 CC), siendo por lo tanto contractual.
● Las reclamaciones que entablen los pacientes de un fallecido hechas por derecho propio serán
extracontractuales, no como sucesores del contratante, porque ahí se colocarían en su misma situación y
sería contractual.

Legitimados para accionar


Cuando el que demanda es asociado de la mutualista, la responsabilidad es contractual. Existe un contrato
mutual y es el incumplimiento de una obligación emergente de este el que sirve como base de la pretensión
del demandante.
La víctima del daño, incluso si le ocasiona la muerte, ha adquirido el derecho de la indemnización y lo
transmite a sus herederos (art. 776 CC).

El contrato mutual tiene por efectos producir obligaciones que sólo vinculan al deudor y acreedor, así que el
contrato es ineficaz con respecto de terceros. Pero es posible que el incumplimiento del contrato produzca
efectos indirectos dañosos a otros sujetos no intervinientes en la relación o que no sean sucesores
universales de los mismo.

Un paciente sufre daños patrimoniales y morales por la deficiente atención de la mutualista, este tendrá
derecho a accionar por responsabilidad contractual ante el incumplimiento por parte de la mutualista de su
obligación de prestar asistencia. Su cónyuge sufre también perjuicios patrimoniales y morales propios pero
su situación es la de tercero con respecto a la relación obligacional, tendrá como efecto indirecto, el derecho
de accionar por responsabilidad extracontractual. Cada uno obtendrá por la vía correspondiente la
reparación de su daño propio, proveniente del mismo hecho ilícito, violatorio por un lado de la obligación de
fuente contractual y por otro del neminem laedere.

El incumplimiento contractual puede producir daños a tercero que podrán fundar su reclamación en la
responsabilidad extracontractual, acumulable a la contractual que reclame el paciente o sus herederos.

Daño por rebote


Cuando un tercero reclama por daño por rebote, no es incumplimiento contractual, sino que entra dentro del
art. 1324, siendo responsabilidad aquiliana.

Andrea Valenzuela – 2016 201


En caso de muerte del afiliado, los accionantes deben actuar como sucesores de la víctima y al quedar estos
en el lugar de aquella, pueden invocar como fundamento las normas de responsabilidad contractual. Si se
invoca la obligación de responsabilidad, esta es una obligación de resultado, así que los familiares no tienen
la carga de probar el elemento subjetivo o la culpa, basta con que prueben el daño (incumplimiento) y la
mutualista sólo puede exonerarse probando causa extraña.

EL CÚMULO ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA RESPONSABILIDAD


EXTRACONTRACTUAL
La doctrina considera el tema del cúmulo teniendo en cuenta exclusivamente los supuestos de
responsabilidad por hecho propio. Se habla de opción entre ambos órdenes de la responsabilidad civil.
Producido el incumplimiento contractual puede advertirse además una violación distinta de los derechos
del acreedor, más allá de la esfera de la convención.
Debe decidirse si las reglas contractuales son por sí mismas suficientes para resolver la cuestión: si cabe
ajustarse a ellas, cuando el contrato ha servido de medio para lesionar derechos ajenos más allá de su
contenido específico y si en definitiva debe aplicarse la regulación de la responsabilidad contractual o
extracontractual.

Posibilidad de demandar conjuntamente a mutualista y al médico tratante


Un paciente contrata directamente una consulta con un médico particular, quien erróneamente aplica un
medicamento inapropiado y ocasiona la muerte.
Los sucesores de la víctima, actuando por derecho hereditario, ocupan el lugar de ésta en la relación
contractual, así que están amparados por la normativa de los arts. 1342 y ss.
La responsabilidad contractual atrae hacia sí aun aquellos casos que serían estrictamente violaciones
“neminem laedere” (no dañar al otro), que se encuentran más allá de los contratos. Surge la obligación de
seguridad, de creación jurisprudencial, cuyo fundamento legal está en el art. 1291, debido a la equidad, los
usos y la buena fe, y esto constituye una zona literalmente arrebatada a la responsabilidad
extracontractual.
Las conclusiones de la doctrina y la jurisprudencia son de rechazar el cúmulo, al menos en cuanto a los
supuestos de responsabilidad por hecho propio.

Incidencia de la responsabilidad indirecta en el tema del cúmulo


En este caso, quien causa el daño no es el deudor del paciente, ya que este nunca contrató con el médico
sino con la mutualista, que es la real y efectivamente obligada a prestar asistencia médica a sus afiliados.
Los herederos del paciente podrán accionar contra la mutualista por responsabilidad contractual y se entiende
que cualquier actividad desempeñada por sujetos dependientes, de los que se sirve el deudor (sociedad
médica) queda comprendida en el marco de la obligación asumida que es prestar asistencia. El paciente o sus
sucesores carecen de acción frente al médico dependiente o auxiliar.

Como la sociedad médica no es quien causó el daño por sí mismo, podrá pretender que el médico negligente
repare el daño sufrido a consecuencia del incumplimiento contractual ocasionado por su actuación
imprudente. Normalmente la sociedad médica demandada citará en garantía al facultativo.

Hipótesis en que accionan los sucesores


Los sucesores buscarán accionar contra el médico, no por derecho hereditario, sino por derecho propio, así
tendrán el amparo de las normas de la responsabilidad extracontractual.
Estas normas le permiten a los herederos que actúan por derecho propio, demandar conjuntamente y
en forma acumulativa a la sociedad médica y al médico tratante, quienes responderán “in solidum”
(por el todo) de conformidad a los arts. 1319 y 1324.
No estamos ante un caso de cúmulo ya que siempre estamos dentro de un mismo orden de
responsabilidad (la aquiliana), sin embargo dentro de esa especie de responsabilidad pueden distinguirse
regímenes diversos y la víctima es libre de ejercer cualquiera de las dos acciones o ejercitarlas
conjuntamente.

Andrea Valenzuela – 2016 202


El art. 1324 consagra la solidaridad pasiva entre el responsable indirecto y el directo del daño. Los
argumentos son:
● El damnificado tiene frente a sí a dos deudores
● El acreedor puede reclamar el pago indistintamente a cualquiera de ellos y el pago de uno libera al otro
● Existe unidad de causa, entendida como causa eficiente, pues las dos obligaciones de reparar
emergen de la misma fuente (el hecho ilícito)
● La solidaridad pasiva es congruente con la función de garantía pretendida por el legislador

Hipótesis en que acciona la víctima o sus sucesores por derecho hereditario


En el marco de la doctrina dominante que rechaza el cúmulo, resulta innegable que la víctima o sus
sucesores tienen frente a sí un único deudor y no dos.
La víctima sólo podrá accionar contra su cocontratante (sociedad médica), ya que el dependiente que causó
el daño directamente se desdibuja hasta desvanecerse detrás del sujeto que asumió la prestación.

La víctima del daño producido por el actuar negligente del médico dependiente de una mutualista
(desfinanciada) solo puede actuar contra ésta por responsabilidad contractual por hecho ajeno.
La familia puede demandar a la sociedad médica por el daño por rebote (según el art. 1324) y
conjuntamente al facultativo dependiente (que puede ser solvente) por el art. 1319.

La propia obligación de seguridad anteriormente aludida fue una creación jurisprudencial que permitió
enmarcar daños, aparentemente extracontractuales, en la órbita del contrato, siendo su finalidad la
protección de la víctima.
No es admisible configurar de ninguna manera la obligación de seguridad con respecto del tercero auxiliar o
dependiente, la creación de esta figura confirma la tendencia a la protección integral del damnificado.

No se pretende eliminar la responsabilidad contractual el deudor, no admitir el cúmulo de las normas de


ambos ámbitos de la responsabilidad. Se trata de lograr la reparación del daño en un supuesto de
responsabilidad contractual por hecho ajeno cuando es evidente que quien ocupa el lado pasivo de la
relación obligacional (mutualista) no puede indemnizar.

Conclusión y normativa específica a la responsabilidad médica


En el decreto ley 15.181 en el art. 5 se establece que “sin perjuicio de la responsabilidad personal de los
profesionales que trabajan en las entidades de asistencia médica, estas responderán por acciones u
omisiones que violen las disposiciones legales y reglamentarias que regulen su actividad”.
La innovación radica en que se tiene presente la responsabilidad personal del médico, aún considerando la
existencia del contrato de asistencia médica entre el paciente y la mutualista. Esta interpretación es adecuada
en la medida en que, el art. 1555 CC que consagra la responsabilidad contractual por hecho ajeno, por lo que
no podemos admitir que el legislador haya querido reproducir referido supuesto para el caso específico de los
profesionales de la salud.

Existe la posibilidad cierta de acumular (u optar) las acciones de responsabilidad contractual contra la
sociedad médica y extracontractual contra el médico interviniente, causante directo del daño, solución
arreglada por la ley 15.181.
De esta forma se logra cumplir con reparar el daño y prevenir el mismo a través del debido castigo al culpable.

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
Responsabilidad por hecho ajeno
En la responsabilidad aquiliana se sostiene que el responsable indirecto responderá por el hecho ajeno y lo
hará en lugar o por el autor directo del daño. La víctima tendrá dos acciones, contra el responsable directo y
contra el indirecto. La primera está fundada en el art. 1319 y la segunda en el 1324. Esto refuerza su
situación y le da mayor posibilidad de obtener la reparación del daño.

Andrea Valenzuela – 2016 203


Para que el responsable indirecto se considera tal debe darse con relación al autor todos los elementos
que configuran la responsabilidad (hecho ilícito, culpa, nexo causal y daño).
El fundamento de la responsabilidad indirecta no está en culpa, sino que se funda en otro criterio de
atribución, por eso la doctrina encuadra a este fenómeno dentro de la noción de garantía.

Noción de garantía
La idea central es la de la responsabilidad sin deuda propia en la hipótesis de la responsabilidad por hecho
ajeno extracontractual.
Al asumirse una garantía se produce una situación de seguridad que no genera una obligación sino que
producido el evento dañoso, violatorio del deber genérico, el tercero garante debe indemnizar.
El contenido de la garantía recién se apreciará al producirse el evento generador de la
responsabilidad y allí se verá un actuar del garante (pagar).

En la situación del garante en la etapa previa al evento generador de responsabilidad que garantiza no
podemos decir que su situación es equiparable a la de un boligadio ya que no se encuentra obligado
antes de la producción del evento, no hay comportamiento de su parte y debido a la condición
suspensiva, la obligación todavía no existe.

Situación del garante una vez producido el hecho que garantiza:


● Nace a su respecto una obligación resarcitoria
Aparece la posibilidad de exigir al garante un comportamiento concreto: que repare el daño, ese
comportamiento es la prestación, El nacimiento de la obligación resarcitoria es consecuencia de la
verificación del evento puesto como condición en la responsabilidad extracontractual por hecho ajeno, para
que nazca la obligación de reparar a cargo del garante.

● No será un obligado, sino que subsistirá su deber de garantía


Para quienes entienden que la garantía está fuera del ámbito de la responsabilidad, ya que solo puede existir
responsabilidad por culpa y a título de autoría, el garante no asume obligaciones ni es responsable.
Entendiendo con Gamarra que la responsabilidad es un criterio de atribución o imputación del daño, la
garantía sería una zona aislable dentro del fenómeno de la responsabilidad.

A consecuencia del actuar negligente de un médico dependiente de una mutualista, se produce el


fallecimiento del paciente afiliado. Los damnificados son esposa e hijos del fallecido, que sufren daños
patrimoniales y morales propios. Los mismos podrán demandar:
1. Al médico, causante directo del daño sobre la base del principio de autoría, fundando la acción
en el art. 1319, responsabilidad por hecho propio
2. A la mutualista, por hecho de dependiente, de quien no se discute su independencia técnica, y
que está subordinado económica y jurídicamente. Esta acción deberá estar fundada en el art. 1324 inc. 5.
En esta situación la mutualista responde como garante. Es garantía ya que responde sin estar obligado y
prescindiendo por completo de su comportamiento.
Los elementos de la responsabilidad deben darse con respecto al autor directo del daño.
El garante es un responsable indirecto, por lo que el fenómeno de incumplimiento o violación del deber
genérico (en realidad especifico) solo puede concebirse respecto del responsable directo, autor del daño o
dependiente.
Producido el daño por el dependiente con culpa, la mutualista va a responder automáticamente
sin que pueda exonerarse probando su ausencia de culpa.

Concepto de dependiente
Hay un sujeto que responde por otro, pero este último debe encontrarse vinculado por relación de
subordinación con el principal.
La noción general apunta a la idea de subordinación “poder de dar órdenes e instrucciones, controlar y
vigilar”. La noción actual es la de la persona subordinada pero además utilizada o empleada por otro.

Andrea Valenzuela – 2016 204


En estos casos la responsabilidad es objetiva sin culpa de éste, admitiendo que la culpa no es el único
criterio de atribución del daño y no es el fundamento de la responsabilidad civil, sino uno de los criterios de
imputación.

La responsabilidad indirecta, en sede extracontractual, es objetiva y a título de garantía, lo que nos lleva a una
noción de dependencia que desborda el marco original que se centra en la idea de culpa, en pos de otro
criterios de subordinación como por ejemplo el económico-social.

La sociedad de asistencia médica, a fin de prestar su servicio, está estructurada en forma empresarial y
tiene diversas clases de dependientes pasibles de causar daño extracontractual (con frecuencia por rebote).
Hay empleados que dan órdenes, dirigen y vigilan, que desempeñan funciones no técnicas, mientras que
hay funcionarios calificados por la especialidad de su labor. El médico es utilizado instrumentalmente por la
empresa y pasa a entregar una compleja estructura por la cual resulta absorbido.

En nuestro derecho es totalmente estéril el pretende trasvasar la noción de responsabilidad por hecho
ajeno extracontractual a la zona del derecho de las obligaciones preexistentes, pues allí existe una
regulación propia establecida en el art. 1555.

Si el daño fuera producido por un auxiliar independiente, por ejemplo el paciente ingresa a otro sanatorio por
orden de esa mutualista, si este fallece sus familiares dañados por rebote no tendrán acción contra la
mutualista que el paciente estaba afiliado sino que deberán dirigirse contra el sanatorio al que fue derivado.

Responsabilidad por hecho propio extracontractual. Hecho de las cosas.


En la responsabilidad por acto médico comúnmente se da el hecho de la producción de daños a
consecuencia de la utilización de cosas por parte de sujetos dependientes.
Se plantea aquí la cuestión de la posible coexistencia y cumulo entre dos regímenes normativos diversos.

Por ejemplo las quemaduras sufridas por un recién nacido debido a la alta temperatura de la incubadora
negligentemente controlada por la encargada o las quemaduras padecidas por un paciente a raíz de un
bisturí eléctrico. En estos casos estamos asumiendo que los que reclaman son familiares que sufrieron un
daño moral propio al ver sufrir a un ser querido (daño por rebote).

Si el hecho dañoso generador de responsabilidad proviene de la cosa o del actuar del médico, pues por
mucho que se considere importante y decisiva la utilización de elementos físicos instrumentales, no puede
subestimarse lo que es fundamental, o sea la actividad desplegada por el cirujano, en función de la técnica
operatoria empleada, de sus conocimiento y de la ética profesional. Cuando la cosa ha sido una extensión
de la mano del hombre como ocurre con el bisturí, la jeringa o la anestesia, no desplaza el actuar humano.

La distinción se encuentra en la determinación del límite entre la normativa del 1319 y del 1324. Debe
poderse apreciar la incidencia de una cosa en la producción del daño para que pueda enmarcarse la
responsabilidad en el inc. 1 del 1324. Por eso cuando la cosa tiene un funcionamiento autónomo al hombre,
no hay duda que en cuanto al tipo de responsabilidad es la presunción de culpa del guardián de la cosa,
admitiendo la ausencia de culpa para exonerarse.

Por ejemplo en el caso de las quemaduras del recién nacido por la incubadora, los reclamantes tienen a su
favor la presunción de culpa del guardián de la cosa (sociedad médica) que es una gran ventaja para la
reparación del daño sufrido, ya que no tendrán que demostrar la negligencia en el cuidado de la cosa por
parte del guardián.

El fundamento de la responsabilidad por hecho de las cosas en nuestro derecho es subjetivo, el criterio de
imputación es la culpa, por lo que siempre pasa a primer plato el comportamiento del guardián de la misma.

Andrea Valenzuela – 2016 205


Hecho de las cosas inertes
Gamarra entiende que es aplicable el art. 1324 inc. 1 y la presunción de culpa del inciso final en el caso que
el daño sea producido por la intervención de una cosa inerte.
Un ejemplo sería el paciente que resbala y al caer fallece como consecuencia de un traumatismo cerebral.
La cosa inanimada productora del daño fue el borde de la piscina de hidromasajes.
Los damnificados por rebote no se fundarán en el art. 1319, porque sino tendrían que probar todos los
elementos de la responsabilidad. Fundarán su derecho en el art. 1324, que es más beneficioso ya que
contarán de esa forma con la presunción de culpa del guardián de la cosa inanimada que produjo el daño.

Responsabilidad del fabricante. Guarda de la estructura.


Este sería el caso de la utilización de instrumental defectuoso (malformado o mal esterilizado) o de
medicamentos nocivos (sea por su composición química no debidamente puesta a prueba y con efectos
secundarios desconocidos o por la incidencia del pasaje del tiempo que pueda afectar su composición).
La autonomía instrumental, para que pueda producir un daño autónomamente, está vinculada a aspectos
relativos a la propia estructura del mismo, ya sea por defectos de fabricación o por defectos de
conservación.

Con relación a la responsabilidad aquiliana por el hecho de las cosas debemos distinguir:

● La guarda del comportamiento, que está a cargo de las mutualistas o del médico cuando no es
dependiente, que implica tener un poder de dirección y control autónomo en cuanto a la conservación y
utilización de la cosa. El guardián está a cargo de administrar correctamente el medicamento, prescribirlo
conforme a su posología, controlar que no esté vencido, etc y será este el que responderá en caso de
comportamiento desajustado.
Una parte de la guarda queda en la órbita del sujeto que fabricó la cosa, la guarda de la estructura, que no
pasa a quien va a utilizar y conservar la misma cuando la recibe.

● La guarda de la estructura está vinculada a la responsabilidad directa del fabricante, ya que es el único
que puede conocer los vicios internos de la cosa. El que recibe la cosa no puede asumir la guarda interior y
de su estructura ya que no puede acceder al mismo. Esto permite en algunos casos responsabilizar en
forma directa al fabricante (laboratorio), cuando no hay ningún comportamiento reprimible a la clínica
respecto al uso y conservación del producto.

La víctima extracontractual ante el evento dañoso producido por la estructura del objeto puede
responsabilizar al guardián de la estructura (laboratorio fabricante). Si fuera el guardián de comportamiento y
no el de la estructura, el declarado responsable, el primero tendría acción de repetición contra el segundo,
siempre que no existiera culpa suya. También es válida la acción en concurrencia de culpas esto es defecto
negligente de manipulación y de fabricación, en ese caso la responsabilidad será compartida
proporcionalmente (art. 1331).

Concurrencia del hecho del dependiente y la cosa


En estos casos serán supuestos en que los auxiliares o dependientes se sirven de instrumental (cosas)
para cumplir sus funciones.
Se debe distinguir entre dependiente y auxiliar.

En sede extracontractual, los daños por rebote por un hecho del auxiliar de una mutualista, por ejemplo un
instituto especializado del corazón, con quien subcontrató determinados servicios, deben siempre accionar
directamente contra dicho ente independiente.
El problema se traslada enteramente al auxiliar en su calidad de sujeto pasivo autónomo en la acción
instaurada por los damnificados indirectos.

Andrea Valenzuela – 2016 206


En cuanto existen sujetos vinculados a la sociedad médica por una relación de dependencia, que utilizando
cosas pueden ocasionar daños, se va a plantear la problemática de si es posible acuular el accionamiento
contra éste por hecho ajeno (art. 1324 inc. 5) y por el hecho de las cosas (art. 1324 inc. 1). Gamarra se
pronuncia diciendo que es inadmisible por cuanto el dependiente no puede ser guardián. La guarda es
fundamentan en la responsabilidad por hecho de las cosas, ya que sólo el guardián es el responsable.

El dependiente no reúne los requisitos indispensables para ser guardián: su poder sobre la cosa, si bien
existe en forma real y efectiva, no es independiente ni autónomo. Existe una innegable subordinación que
hacen que no pueda considerarse ese señorío como absolutamente libre.

Acciones al alcance del damnificado por rebote


En caso que se produzca un daño por el actuar de un sujeto subordinado (médico, enfermero) y con
intervención de una cosa, la o las víctimas extracontractuales podrán accionar simultánea y
subsidiariamente contra la sociedad médica fundándose en el art. 1324 inc. 5 e inc. 1.
Los actores deben acreditar todos los elementos de la responsabilidad, incluida la culpa del responsable
directo (dependiente). En ese caso responde la mutualista en calidad de garante, salvo que acredite
causa extraña o inexistencia de la relación de dependencia.

Si no se puede probar la culpa del dependiente, es posible en subsidio la condena a la sociedad médica en
su calidad de guardián del objeto causante del daño. En este mismo caso juega en favor de las víctimas, la
presunción de culpa del inc. final del art. 1324.

La sociedad médica que recibe una demanda por hecho de dependiente y por hecho de las cosas
simultáneamente y subsidiariamente, debe tratar de demostrar no sólo la eximente de causa extraña sino
también su propia ausencia de culpa, para aniquilar la presunción.
El responsable indirecto responde como garante, pero en la base existe siempre una responsabilidad por
culpa en el causante directo del daño. La mutualista sólo puede exonerarse de la responsabilidad a través
de la prueba de causa extraña, estando por supuesto que el actor ha probado la culpa del dependiente.

Para la hipótesis de demanda subsidiaria por hecho de las cosas, siendo un supuesto de responsabilidad
directa o hecho propio, existe una presunción de culpa relativa que pesa sobre aquel que ostenta la guarda
de una cosa. Corresponde la prueba de la ausencia de culpa, cuyo contenido busca demostrar que el
comportamiento de la sociedad médica con respecto de las cosas de que se sirve o están a su cuidado
han sido diligentes, referido a su mantenimiento y conservación.

Ruptura de la relación de dependencia


Se debe distinguir cuando se ejercen funciones típicas del cargo o empleo, la actuación efectuada en ocasión
del cumplimiento de sus funciones y finalmente la gestión con abuso de funciones.
En la gestión con abuso de funciones se puede plantear el tema del dolo del dependiente, en cuyo caso será
fundamental distinguir si este actúa en interés propio o en el de la institución bien o malentendido del al cual
es funcionario.
Cuando se actúa en el ejercicio de las funciones no habría ruptura posible de la relación de
dependencia ni siquiera cuando la actuación es dolosa y en interés propio. La actuación en ejercicio de
la función supone proceder normal y de rutina. En segundo término, cuando el dependiente actúa en
ocasión de la función pero no es su ejercicio típico, cabe una ruptura si el sujeto subordinado actúa en
forma dolosa y en interés propio.

La sociedad médica responderá siempre que un dependiente cause un daño en los siguientes casos:
●Actuación culposa por error inexcusable, en ejercicio de su función en ocasión de la misma
●Actuación dolosa en el ejercicio típico de su función. Sería un abuso o desvío de funciones, pero la relación
de dependencia (responsabilidad indirecta) se mantiene porque frente al tercero damnificado existe
coherencia entre el evento dañoso y la función desempeñada por el dependiente
Andrea Valenzuela – 2016 207
El elemento subjetivo, la intencionalidad del sujeto dependiente, carece por completo de relevancia cuando
ejerce un acto típicamente funcional.
Cuando el subordinado (dentro del criterio de ocasionalidad) actúe en interés de la empresa o pueda
entenderse atribuido a la misma, la relación de dependencia permanece inalterada aunque no estemos frente
a un acto ordinario inherente a la función, sino frente a un acto atìpico y extralimitado, pero que en nada se
vincula con un provecho personal, pues está actuando de esa manera en ocasión a sus funciones.

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL

Responsabilidad por hecho ajeno


Estamos ante un supuesto de responsabilidad contractual, o sea entre las partes preexiste un vínculo
jurídico de carácter obligacional (que no se daba en la responsabilidad aquiliana).
Hay un acreedor de la prestación médica (el paciente) y un deudor de la misma (la sociedad médica),
con la particularidad de que esta está impedida de efectuar por sí misma el comportamiento debido y
necesita recurrir a otro u otros sujetos para realizar la prestación. Interviene un tercero que cumple la
obligación asumida, pero el deudor sigue siendo aquel cocontratante que con su voluntad perfecciona el
vínculo contractual.
En materia convencional existe un único deudor y un tercero ajeno a la relación obligacional, que es utilizado
por éste a fin de extinguir su obligación.
En la responsabilidad extracontractual, sólo existe el deber no obligacional de no dañar. Producido el daño por
un sujeto dependiente de otro se completa la relación que deviene obligatoria. El acreedor tendrá frente así al
responsable directo como el indirecto (garante).
En cambio, ahora no hay una relación preexistente entre el acreedor (afiliado a la mutualista) que demanda
asistencia médica y el facultativo tratante dependiente de la sociedad.
En el incumplimiento contractual el obligado a pagar el daño es el deudor, no existe la noción de garantía,
no hay responsabilidad sin deuda, ya que la relación crédito-deuda es anterior al momento que se da lugar
el incumplimiento.

En la responsabilidad aquiliana cuando alguien produce un daño a otro, y ese autor se encuentra en relación
de dependencia respecto a una empresa, nace simultáneamente la obligación legal de indemnizar y funciona
la garantía. Ahí aparece el comportamiento posible (pagar).
En materia contractual el deudor de la prestación no puede ser considerado como garante ya que es el único
sujeto obligado principal al cumplimiento de la prestación debida.

De manera que cuando el dependiente o auxiliar del deudor principal causa el incumplimiento del contrato de
asistencia médica, se puede incurrir en incumplimiento contractual los sujetos que se vinculan jurídicamente,
así que quien asume el servicio lo efectúa a través de terceros, auxiliares o dependientes, sirviéndose de
estos para beneficio propio y cumplimiento de la prestación.

La noción de garantía incompatible con la idea de obligación. El contrato de asistencia médica no es intuitu
personae cuando intervienen sociedad médicas, ya que están compuestos por una serie de profesionales de
la salud que funcionan de forma conjunta, así que el cumplimiento de la prestación se hace através de tercero
dependientes o auxiliares, por eso ante el cumplimiento responde el obligado (deudor), siendo los
dependientes o auxiliares, terceros con relación al vínculo, sin perjuicio de la vigencia de la normativa
extracontractual. En la responsabilidad contractual no existe un segundo deudor para reforzar el vínculo, sino
que responderá el único que ha asumido de antemano la realización de un comportamiento.

La sociedad médica responde frente a su cocontratante, el afiliado (o sus herederos), no en calidad de


garante, ya que resulta artificioso pretender una garantía del incumplimiento de la propia obligación
asumido, sino que el deber de reparar el daño emerge del incumplimiento del vínculo contractual, sin
interesar que la falta haya sido cometida por dependientes o auxiliares.

Andrea Valenzuela – 2016 208


Concepto de auxiliar
En el art. 1555 se refiere a “las personas por quienes fuere responsable el deudor”. Esta noción es más
amplia que hablar de dependiente (como se habla en manera extracontractual en el art.
1324).

El auxiliar es cualquier tercero cuya cooperación sea necesaria y se sirva de ésta el deudor, a efectos de
obtener cumplimiento de la prestación y satisfacer el interés del acreedor. No interesa que el tercero esté en
relación de subordinación. En la actualidad podemos ver la noción de auxiliar no dependiente, cuando se da
la subcontratación de las sociedades médicas con organismos independientes (sanatorios, clínicas,
laboratorios de análisis, etc) para cumplir con la prestación asumida.

El deudor se sirve de otras personas, físicas o jurídicas, para el mejor cumplimiento de su prestación,
estando habilitado a ello en la medida que no se trate de prestaciones intuito personae.
Cuando se produce el incumplimiento, sea por culpa o hecho del auxiliar conforme al art. 1555, es irrelevante
la sustitución en el cumplimiento de la prestación, producido el incumplimiento, el deudor responderá frente a
su cocontratante.

El art. 1555 cuando se refiere al hecho o culpa del deudor, comprende el hecho o culpa de las personas por
quienes fuere responsable, distingue el hecho del auxiliar de la culpa, esta distinción es para diferenciar el
hecho inculpable de la culpa.

Cuando se refiere a la culpa del deudor, compre la culpa del auxiliar, se está en un supuesto que solo puede
ser calificado como obligación de medios, pues es sólo en ellas que la culpa se encuentra en primer plano.
Al acreedor le corresponde probar la culpa del auxiliar o dependiente, y demostrada ésta queda demostrado
el incumplimiento (obligaciones de medio culpa = incumplimiento) y surge la responsabilidad, obligación de
reparar los daños y perjuicios a cargo del deudor de la prestación asumida.

Con respecto al término “hecho”, se debe considerar al supuesto como obligación de resultado. El hecho
inculpable que genera responsabilidad indirecta del deudor de la prestación no puede ser otro que la no
obtención del resultado prometido, independientemente de cuál haya sido el comportamiento sea este del
deudor o su auxiliar.

En el ámbito de la salud no es común la asunción de obligaciones de resultado, pero pueden existir por
ejemplo en el caso de la obligación de seguridad, en algunos supuesto de cirugía estética o en exámenes o
análisis que se efectúan para obtener un diagnóstico. En estos casos al afiliado le basta con demostrar la no
obtención del resultado prometido, con lo que se configura el incumplimiento contractual y nace la obligación
indemnizatoria (art. 1342).

El abonado tiene acción contractual contra la sociedad médica, en caso de incumplimiento, sea temporal,
inexacto o definitivo.
El auxiliar causante directo del daño es un tercero no alcanzado por la fuerza vinculante del contrato, por lo
cual existe la posibilidad de una acción extracontractual frente al mismo por parte del damnificado.

Responsabilidad por hecho propio


La responsabilidad por el hecho de las cosas desemboca en la obligación de seguridad, que tiene por
cometido asegurar el efecto preciso de que esas cosas de las que se sirve, no se derivarán perjuicios al
paciente.
Cuando el deudor se sirve de objetos para cumplir su prestación el hecho de que el daño sea producido
por una cosa es irrelevante, ya que rige la normativa general correspondiente a la responsabilidad
contractual.

Si la obligación es de medios. deberá analizarse el comportamiento del deudor con respecto a la


manipulación, conservación o mantenimiento del objeto empleado para cumplir la prestación.

Andrea Valenzuela – 2016 209


Si hay imprudencia o negligencia se configura la culpa y habrá incumplimiento, entonces el deudor
responderá.
Si está en juego una obligación de resultado, por ejemplo una obligación de seguridad, todo comportamiento
del obligado como la manipulación, mantenimiento o conservación de los materiales utilizados para el fin, es
irrelevante, ya que al deudor solo le interesa satisfacer su interés, que se dé el resultado final, y de no
producirse habrá incumplimiento, prescindiendo de la culpa.

Obligaciones de medio y de resultado


El médico asume una obligación de medios, sin asegurar resultados, por lo cual la demanda de daños
supone la carta de la prueba para el reclamante de los perjuicios, de que se incurrió en culpa por el
demandado en el desempeño de atención al enfermo.
No se incurre en responsabilidad si se han empleado las técnicas consideradas aptas en el estado actual de
los conocimientos científicos, exigible a los profesionales.
Es de gran importancia para el médico y demás auxiliares conocer con precisión cual es contenido de su
obligación, pues será recién al incurrir en una transgresión a la misma que se generará la llamada
responsabilidad por acto médico, que podrá ser administrativa, penal o civil.

El ejemplo típico vinculado a la obligación de medios es la prestación del médico que no se compromete a
lograr el resultado (sanar al enfermo), el cual está más allá de sus posibilidades, sino a realizar un esfuerzo,
comportarse con la diligencia del buen padre de familia, para tratar de lograr un fin mediato, la curación del
enfermo.

Las obligaciones de resultado son las que predominan, en la medida que en el campo de las de no hacer y
dar, lo que se asume es la búsqueda de un resultado determinado. En consecuencia, las obligaciones de
medio querían recluidas a las obligaciones de hacer y dentro de estas a las que el fin no está en obligación.
Esto no significa que las obligaciones de medios no persiga también un fin, lo que sucede es que este fin es
medicato pero el contenido de la obligación sigue siendo el comportamiento diligente del deudor, que
predominará con relación a su resultado final. En el campo médico se obrará de manera de hacer todo lo
posible para salvar la vida del paciente, aunque este muere, la prestación del médico estaría culplida si se
comporta así.

Sin embargo, la obligación de resultado no es ajena al ámbito de las obligaciones de hacer, ya que siendo
la prestación una asunción de un comportamiento, el deudor puede asumir voluntariamente la obtención
de un resultado. Un médico puede contraer obligaciones de resultado en circunstancias especiales. El
caso más manejado es la cirugía estética.

En las obligaciones de medios, el deudor técnicamente se obliga a un comportamiento o actividad diligente,


por lo que la víctima o sus sucesores, ante el incumplimiento, deberán probar la actuación negligente
(deberán probar el incumplimiento).
En cambio cuando la obligación es de resultado, la actividad o gestión no debe ser analizada ya que no
interesa, lo único que importa es obtener el resultado final y de no lograrse, habrá sin dudas incumplimiento, a
pesar que la gestión del obligado haya sido realizada con toda diligencia. La víctima y/o sucesores deberán
acreditar que no se obtuvo el resultado y la prueba de descargo del demandado será inocua si se limita a
probar que actuó sin culpa, este deberá acreditar causa extraña no imputable.

La causa extraña que invocará el deudor de la prestación de medios estará indicando que el incumplimiento
(obrar negligente o imprudente) no fue el que produjo el daño, sino que se debe a otros factores ajenos a la
conducta del deudor demandado.

Andrea Valenzuela – 2016 210


En las obligaciones de resultado la regla es la misma: el actor deberá acreditar el incumplimiento
contractual, que es la no obtención del resultado deseado, pues aquí no interesa para nada el
comportamiento del deudor. Este se liberará de responsabilidad a través de la causa extraña. El resultado
no se obtuvo por la incidencia de factores externos, el daño ocasionado por falta de resultado es
consecuencia de dichos factores.

Cirugía estética
La cirugía estética es una rama de la medicina que se origina en el tronco de la cirugía reparadora y que tiene
su auge con posterioridad a las guerras mundiales. Después se comenzó a tratar de mejorar la apariencia de
sujetos con malformaciones congénitas hasta el simple mejoramiento estético a través de la modificación en
el rostro, el estiramiento de la piel a efectos de eliminar arrugas, implantación de prótesis, etc.

En la cirugía estética, cirugía equivale a bisturí, bisturí equivale a herida y herida equivale a cicatriz, aparente
u oculta. Para que la cicatriz o marca sea lo más disimulada posible, la incisión se practica en lugares donde
existen pliegues o surcos naturales. En el proceso de evolución de la herida inciden otros factores como la
edad y el tipo de piel, que pueden influir en el resultado final de la operación.

Naturaleza jurídica de la obligación del cirujano en la cirugía estética


La cirugía estética se entiende tradicionalmente dentro del cuadro de las obligaciones de resultado.
El paciente tiene derecho a un resultado satisfactorio, en esa medida que acepta someterse a una operación,
pero existen factores de cierta forma aleatorios, que pueden torcer la senda hacia la certeza del resultado
deseado.

El cirujano plástico se compromete a mejorar la estética del paciente, pero difícilmente se comprometa a un
resultado determinado y preciso, sino que reconociendo la existencia de factores extraños, asumirá una
obligación cuyo contenido inmediato es de prudencia y diligencia y cuyo fin mediato es la obtención del
resultado de mejoramiento estético que aspira el paciente.
Aún en los supuestos de obligación de resultado, el médico puede exonerarse si ha incidido una causa
extraña que no le es imputable (caso fortuito, fuerza mayor, hecho de tercero y culpa del acreedor o
víctima). El médico tratante podrá invocar el hecho o culpa del acreedor cuando estos no tomen las
precauciones y advertencias del médico, para no incurrir en responsabilidad civil, siempre que se entienda
que la obligación es de resultado. Si se entiende que es una obligación de medios, el cirujano deberá
probar la culpa del paciente.
Obligación de seguridad. Ámbito de aplicación en la responsabilidad médica.
El origen de la obligación de seguridad se vincula siempre a las relaciones obligaciones, en las cuales existe
certeza de que a través de su cumplimiento normal, nunca puede verse afectada ni la vida ni la integridad
física de los contratantes.
Cualquier daño a l integridad física que se produzca durante la etapa de ejecución de un contrato generará
responsabilidad contractual. Esta obligación de seguridad es considerada como de resultado, pero en
algunos casos puede verse como obligación de medios.
Cuando la obligación es de resultado, al perjudicado le basta con probar que existe el contrato y su
incumplimiento y el deudor se exonera exclusivamente a través de la prueba de causa extraña. Si la
obligación de seguridad es de medios, el contratante perjudicado para probar el incumplimiento debe
demostrar que hubo culpa por parte del deudor.
En caso de hospitalización aparece una obligación de seguridad, que es de resultado y en cuya virtud la
institución debe velar por la integridad del paciente y devolverlo indemne de otras enfermedades o
accidentes, exonerandose de responsabilidad solo a través de la causa extraña no imputable.
La regla en el contrato mutual es la asunción de obligaciones de medios, la excepción, entre otras que
pueden asumirse expresamente, es la obligación de seguridad entendida como obligación de resultado.
Habrá obligación de seguridad, paralela a la principal de medios, cuando exista mayor certeza de obtención
del resultado buscado, o sea que exista la posibilidad de que mediante un control adecuado pueda darse
cumplimiento y satisface el interés del acreedor.
Andrea Valenzuela – 2016 211
Se ha advertido con mayor claridad la obligación de seguridad vinculada al contrato hospitalario. En este, la
obligación consiste concretamente en evitar que el paciente sufra un daño a consecuencia de enfermedades
o eventos dañosos por el cual fue internado. Estas circunstancias pueden prevenirse con un alto grado de
certeza.

LA CULPA
Contenido de la prestación y sus límites
La regla en la prestación médica es la asunción de obligaciones de medios. El contenido de la prestación
asumida es la actuación diligente, prudente o perita del deudor.
La responsabilidad comienza donde cesan las discusiones científica. La relación médico-paciente supone
deberes del médico frente al paciente, en la etapa previa al tratamiento, durante el mismo y a posteriori,
aunque con limitaciones. El médico enfrentando al paciente procederá a investigar la dolencia. Efectuará un
interrogatorio respecto de los síntomas, hará exámenes externos para constatar su situación y después dará
un diagnóstico con terapia a seguirse. La cuarta etapa sería la comprobación mediante exámenes clínicos,
que sirvan para efectuar un descarte o llegar a un diagnóstico más acertado.

Si el enfermo no está actuando de buena fe habrá incurrido en culpa lo que amerita la exoneración del médico
(sociedad médica) por la eximente de causa extraña que no le es imputable (culpa de la víctima). Sería un
daño que la víctima se causa a sí misma por ende no es reparable.
Las obligaciones médica son cambiantes conforme a las diversas condiciones del tiempo, lugar y
circunstancias, por lo que se ha afirmado que las mismas tienen carácter eminentemente relativo.

Culpa penal. Culpa civil (contractual y aquiliana).


En el código penal se define a la culpa en el art. 18 como el hecho en sí mismo jurídicamente indiferente
del que se deriva un resultado que pudiendo ser previsto, no lo fue por imprudencia, impericia, negligencia
o violación de leyes y reglamentos.
Se admiten distintos grados de culpa, abarcando la materia penal exclusivamente la culpa grave. Ello implica
admitir de hecho una diferencia entre la culpa penal y civil, ya que en esta última es pacíficamente admitido
que la culpa no admite grados.
Culpa profesional
La culpa profesional implica el análisis de si es posible visualizar un concepto particular de culpa médica.
La noción clásica de culpa supone la confrontación de un determinado comportamiento con el modelo legal
establecido en el art. 1344 del CC: el buen padre de familia. Pero en la práctica no puede comprarse la
gestión de un profesional con la actuación de un buen padre de familia, debería actuar con cuidado y
diligencia y de conformidad con las reglas de la respectiva profesión. La culpa profesional puede obedecer a
impericia, imprudencia, negligencia o inobservancia de leyes y reglamentos, y muchas veces estas pueden
superponerse.

● impericia es la falta de conocimiento técnico y la carencia de habilidad en el ejercicio de la profesión


médica
● imprudencia consiste en la realización de un acto médico con ligereza, sin tomar las debidas
precauciones para ejercer la profesión con moderación y cuidado
● imprudencia y negligencia suelen ser dos caras de la misma moneda, por ejemplo será imprudente
dejar una gasa en el abdomen de un operado y será negligente no sacarla.

Error de diagnóstico
El diagnóstico y el error son inseparables, el peligro está en creer que un diagnóstico es suficiente y definitivo.
El error en el diagnóstico determinará la culpa del facultativo cuando el mismo sea consecuencia de una
actitud negligente, imperita o imprudente así como violatoria de leyes o reglamentos.
Estaremos frente a error excusable cuando existe una razón admisible para errar, por ejemplo si estamos en
presencia de un caso dudoso, raro. Puede que un paciente presente síntomas típicos de un determinado
cuadro patológico, cuando en realidad el enfermo padece una dolencia diversa de la aparente.

Andrea Valenzuela – 2016 212


No habrá culpa ni por ende incumplimiento contractual cuando la actuación errónea del médico pueda
justificarse. Podrá justificarse cuando esa actividad sea la misma que hubiera hecho otro médico en las
mismas circunstancias.

La conducta del médico puede cuestionarse cuando comete un error objetivamente injustificable para un
profesional de su categoría o clase, pero no si el equívoco es de apreciación subjetiva por el carácter
discutible del tema.

Exoneración: causa extraña


Siempre compete al acreedor de una obligación de medios probar la culpa (carga), debiendo demostrar
el incumplimiento y el demandado sólo puede exonerarse si invoca con éxito la existencia de causa
extraña que no le sea imputable.

El demandado podrá exonerarse por más que haya habido culpa de su parte si esta no ha sido el origen del
perjuicio que sufre el acreedor. Podrá exonerarse de la responsabilidad parcialmente si el daño producido se
debe a la culpa del médico tratante y a la incidencia de otro factor externo.

Caracteres
Las notas típicas de la causa extraña no imputable son la imprevisibilidad, la irresistibilidad y la alteridad.
Lo que realmente caracteriza a la causa extraña es la irresistibilidad. Para que la causa extraña opera como
exoneración de responsabilidad contractual se exige que el acontecimiento sea irresistible debiendo crear
una imposibilidad de cumplimiento y el obstáculo debe ser insuperable debiendo ser apreciado en abstracto
aunque el sentenciante agrega a continuación que el suceso también debe ser imprevisible.

El demandado que alega causa extraña tendrá la carga de demostrar la veracidad de sus afirmaciones. La
víctima se encuentra en una situación privilegiada ya que si el deudor no logra acreditar el origen externo
del daño ocasionado y permanece la causa desconocida, el deudor deberá responder.
Normativa aplicable
Se aplican los arts. 1342, 1343 y 1549 del CC. El art. 1342 refiere a la causa extraña en general, el 1343 a
la fuerza mayor y al caso fortuito y la última indica que la obligación se extingue sin responsabilidad alguna
cuando la prestación deviene imposible.

La exoneración de responsabilidad por causa extraña puede ser total o parcial. Será parcial cuando ha
incidido la culpa del deudor y de la víctima acreedora en la obligación de medios. Si la obligación es de
resultado, la exoneración será parcial en la medida en que la no obtención del fin prometido se debe a causas
desconocidas y en parte al hecho del acreedor.

Ejecución y extinción del vínculo contractual


Deber de informar
Entre los deberes del médico, se encuentra el deber de informar acerca del diagnóstico, pronóstico
y posibilidades del tratamiento.

Se debe manejar con prudencia las verdades absoluta, ya que los diagnósticos pueden cambiar. Para
cualquier terapia o cirugía se requiere la autorización del enfermo o de sus familiares. Para que este
consentimiento sea válido, quien lo da debe haber sido bien informado, la intervención médica necesita para
su legitimidad el consentimiento y el consentimiento requiere para su eficacia de la claridad sobre el
significado de la intervención, que debe darla el medio a través de la información.

La información es un requisito previo para la validez del consentimiento del paciente, para que el paciente
pueda consentir con conocimiento de la causa tiene que ser puesto al corriente del alcance y la naturaleza
del tratamiento.

Andrea Valenzuela – 2016 213


El deber de informar existe cuando hay en juego un contrato de asistencia médica, este deber es
obligacional y se ubica en el periodo de ejecución del contrato como una subespecie de la actuación de
buena fe de los contratantes.

Receso unilateral
El contrato como todo negocio entre vivos, es esencialmente irrevocable conforme a lo establecido en el art.
1613 aplicable extensivamente a los demás contratos. Sin embargo el art. 1294 admite la revocación del
contrato siempre que sea hecha por mutuo consentimiento o unilateralmente en los casos expresamente
previsto por la ley y el art. 1253 indica que la validez y el cumplimiento de los contratos no puede dejarse al
arbitrio de uno de los contrayentes.

La revocación y el receso son dos institutos distintos pero tienen por finalidad rescindir el contrato. La
revocación opera hacia el pasado destruyendo la vinculación contractual desde su origen, pero el receso
extingue la relación con eficacia solo hacia el futuro, no incide sobre los hechos ya producidos. Ambos pueden
tener origen legal, pero no puede haber revocación de origen convencional. El receso es el mecanismo para
evitar la perpetuación de las relaciones jurídicas sin duración prefijada y con aptitud para extenderse
indefinidamente en el tiempo. El derecho de receso está implícito en cualquier contrato de cumplimiento
continuado, en el que no se haya establecido un plazo final del cual resulte el momento o periodo de tiempo
en el que debe tener lugar la satisfacción del interés prolongado del acreedor.

El paciente tiene derecho a ejercer el derecho unilateral cuando lo crea oportuno, pero la sociedad médica
sólo podrá ejercerlo en casos excepcionales que deben estar contenidos en los estatutos de las respectivas
sociedad o mutualista y que no colidan con la normativa vigente.

Solo cabe el receso unilateral, ya que es el que tiende a la extinción del vínculo hacia el futuro y cuyo único
sujeto activo legitimado es el afiliado.

No es aplicable la revocación ya que el contrato de asistencia médica es e tiempo continuado y tienen


vocación de durar indefinidamente, satisfaciendo un interés perdurable del acreedor de la prestación
médica, por tal motivo, los efectos ya producidos no pueden ser alcanzados.

Actuación en equipo
La asistencia profesional normalmente se efectúa por el médico con colaboración de diferentes personas,
que pueden ser técnicos o no, esto plantea el deslinde de responsabilidades entre los integrantes del
equipo médico.
Esto carece de relevancia frente al acreedor cuando nos hayamos ante la responsabilidad contractual,
ya que siendo el grupo actuante dependientes de la sociedad médica es esta la responsable del
incumplimiento contractual.

Tradicionalmente se formula una división en los establecimientos hospitalarios en tres sectores diversos
en sus competencias y funciones: el servicio quirúrgico médico, el hospitalario y el farmacéutico.

El acto médico colectivo por excelencia es la intervención quirúrgica en la que intervienen por lo menos un
cirujano, anestesista, instrumentista, asistente de cirujano y personas de enfermeria auxiliar. Producido el
daño, la única solución que conduce con certeza a una correcta atribución de responsabilidad es el análisis
de la conducta asumida individualmente por cada uno de los miembros del grupo.

Si el paciente considera más conveniente por un tema de solvencia demandar al causante directo (auxiliar o
dependiente) conforme al cúmulo de las acciones contractual y extracontractual, deberá probar la culpa del
demandado, si se trata de actuación negligente sin intervención de una cosa. Si demanda por el hecho de las
cosas, la culpa se presumirá y el profesional de la salud podrá exonerarse probando ausencia de culpa (art.
1324).

Andrea Valenzuela – 2016 214


En sede contractual por más que no sea posible individualizar al que produjo el daño, la sociedad contratante
responderá porque hubo incumplimiento de su parte a través de un auxiliar o dependiente no identificado. La
individualización es trascendente en la acción directa extracontractual como en las relaciones internas entre
la sociedad deudora y sus dependientes.
Excepción por contrato no cumplido
El médico se siente presionado por la responsabilidad penal en la que puede incurrir si deliberadamente se
niega a atender a un paciente que no ha abonado el precio que le debe como contraprestación.
Existe el derecho potestativo de resistir la demanda de cumplimiento si el demandante no cumple o
demuestra que está pronto a cumplir a su vez con su obligación: no cumplo si tu no cumples.

La excepción por contrato no cumplido es la oposición mediante la cual el demandado introduce frente a las
afirmaciones del actor, circunstancias impeditivas o extintivas tendientes a desvirtuar el efecto jurídico
perseguido, es consecuencia fundamental de este tipo de oposición la que incumbe al demandado de la
carga de la prueba respecto de esos nueve datos que incorpora al proceso como motivo de debate. Las
excepciones se subdividen en perentorias y dilatorias.
Son perentorias aquellas oposiciones que excluyen definitivamente el derecho invocado por el actor de
manera tal que la pretensión pierde toda la posibilidad de volver a proponerse eficazmente.
Se llaman dilatorias a las que en caso de ser acogidas excluyen temporalmente un pronunciamiento sobre el
derecho del actor, de manera que solo hacen perder a la pretensión su eficacia actual y no impide que vuelva
a proponerse o a materializarse.

El ámbito de aplicación de la excepción por contrato no cumplido será tanto con relación a la demanda
de cumplimiento como en la demanda de resolución, de un presupuesto material referido a la
fundabilidad de la pretensión.

Admisibilidad de la excepción en el ámbito de la asistencia médica


El arrendamiento de servicios (contrato innominado), relativo a la prestación de asistencia a cambio de
un precio, configura contrato bilateral y oneroso por lo cual tiene total vigencia la excepción.
El que asume la prestación médica nunca podrá invocar la falta de pago de una filiado para negarle
asistencia en caso de emergencia y de urgencia (siempre que exista un riesgo probable o posible de vida).

Puede existir la interposición de la excepción de contrato no cumplido en el marco de una negociación


celebrada, no entre un afiliado y una sociedad médica, sino entre la sociedad y una institución auxiliar. Este
pretendido derecho de no brindar el servicio de cuidados intensivos por ejemplo, cuya emergencia o urgencia
está implícita, está contenido normalmente en una cláusula contractual que lo consagra así.

Conforme a las normas referentes a la causa de los contratos habría ilicitud de este elemento en lo referente
a dicho pacto, existe nulidad parcial del contrato, debiendo tenerse por no puesta la cláusula que consagre el
previo pago de una suma de dinero para atender una emergencia.
Lo mismo en aquellas cláusulas que establecen un orden cronológico de las prestaciones por el cual la
primera en el tiempo es la del pago previo como condición para que se asista un caso de emergencia o
urgencia.

El fundamento jurídico de esto es que existe una obligación de origen legal de que las instituciones de
asistencia médica deben intervenir en la medida de sus posibilidades para la conservación de la vida
humana. La omisión de la asistencia está tipificada como figura delictiva, reglamentando el principio de
protección en el goce del derecho a la vida de origen constitucional.

Tanto sea que se pretenda invocar la excepción de contrato no cumplido (no prestó asistencia si no pagas)
como que se intente introducir un orden determinado en el cumplimiento de las prestaciones (previo pago
se brindará asistencia) hay causa ilícita de la cláusula que así lo establece ante una situación de riesgo.

Andrea Valenzuela – 2016 215


EL DAÑO
Concepto de daño
Se define como el menoscabo que a consecuencia de un evento determinado, sufre una persona ya sea en
sus bienes vitales naturales, en su propiedad o en su patrimonio.
El daño se ocasiona por la incidencia de un evento que modifica la situación o relación jurídica
preexistente alterandola en sentido desfavorable o perjudicial.
La ley protege los derechos subjetivos y los intereses legítimos o simples, este es el contenido del deber
obligacional que regula el art. 1319 del CC, que prevé la obligación de reparar todo daño producido por un
hecho ilícito del hombre que actuó con dolo o culpa.

Caracteres
El daño es de carácter personal, sólo las personas pueden ser titulares de derecho y sufrir daños. El daño
por rebote no es posible, ya que si el tercero ha sufrido un daño, es lesionado en un derecho o interés propio
y en esa medida entonces se trata también de un daño directo.

El daño puede ser presente o futuro. Es admisible la resarcibilidad de los daños presentes o futuros,
siempre que exista certeza relativa respecto de su producción.

Daño patrimonial
Cualquier lesión o agravio debe repararse íntegramente. Se incluye como contenido del daño patrimonial
las nociones de daño emergente y lucro cesante.

En el daño emergente estamos frente a un empobrecimiento del contenido económico actual del sujeto, que
puede generarse por factores diversos ferente a los bienes o cosas existentes al producirse el hecho ilícito
dañoso y también por los gatos que se deriven de este.

El lucro cesante suponer la privación de beneficios o ganancias que podrían traducirse en un


enriquecimiento. Es la privación de la utilidad económica cierta, como frustración de un beneficio
patrimonial. Es la pérdida o frustración de una chance.

Daño no patrimonial o moral


Refiere a un daño que ni aun indirectamente puede traducirse en una disminución patrimonial. Puede
existir un daño moral incalculable sin que se haya producido un daño patrimonial.

Prestación médica y daño moral


En la actividad médica el objeto no es solo la integridad física del paciente sino también su
espiritualidad que se exterioriza a través de una función afectiva que es el dolor.

El sufrimiento o daño moral que se debe reparar será siempre aquél que se produce como
consecuencia del incumplimiento contractual o del ilícito extracontractual.
En sede de responsabilidad médica, la causación de daños morales comúnmente es porque la prestación
defectuosa o culpable incide en la integridad física ocasionando sufrimientos.

Criterios de avaluación del daño moral


Se hallan grandes dificultades para medir adecuadamente el dolor, disgusto, intranquilidad y aquellas
emociones que son esencialmente distintas en cada individuo.
Nuestro régimen jurídico no toma en cuenta la capacidad económica del responsable y de la víctima,
salvo para el caso de obligación alimentaria.

Se tienen en cuenta las siguientes pautas para medir el perjuicio:


●La entidad de la lesión o del dolor sufrido así como su duración y secuelas motivantes del dolor
●La edad y sexo de la víctima
Andrea Valenzuela – 2016 216
●El carácter permanente o no del menoscabo que le ocasiona sufrimiento
●La relación de parentesco con la víctima cuando se trata del llamado daño por rebote
●La valoración de la sensibilidad del paciente o sus familiares
●Pericia médica para asesorar al juez acerca de la magnitud del sufrimiento padecido

Legitimación activa de los centros asistenciales para accionar contra terceros por el daño causado a sus
afiliados
Se considera la posibilidad de que las instituciones de asistencia médica pueda resarcirse del costo de la
atención de sus afiliado cuando el daño es causado por un tercero. Se sostiene como solución la
subrogación convencional, conforme al art. 1470 del CC, el pacto por el cual el acreedor (en el caso del
afiliado) independiente de la voluntad del deudor (tercero causante del daño) coloca a otro sujeto en su lugar
y lo legitima para reclamar la reparación.
Se descarta la posibilidad de subrogación legal porque no se reunían los presupuestos para que opere esta
según el art. 1472 del CC.

Las mutualistas tienen a su disposición una acción legítima contra los responsable de los daños sufridos
por sus afiliados para que se les reembolsen los gastos devengados por la atención brindada en esas
circunstancias.

El presente replanteo parte del empleo del razonamiento analógico que nos permite aplicar las
conclusiones adoptadas por la doctrina para los casos de lesión al derecho de crédito por un tercero,
cuando el perjuicio no atañe al lado activo del vínculo obligacional, sino a su aspecto pasivo: el debido,
deuda o prestación asumida.
La investigación efectuada se orienta a demostrar la existencia de responsabilidad aquiliana en tales
supuestos a través de la constatación de los cuatro elementos.

La solución propuesta coincide con la adopta por la jurisprudencia, tiende a reparar daños no reparados o
resarcidos, tratando de evitar una solución insatisfactoria que empeore la situación económica de los entes
asistenciales.
Se aplica la responsabilidad civil extracontractual (art. 1319 y ss), que debido a la elasticidad de esta
normativa permite al intérprete hallar una respuesta acorde a los tiempos modernos y su problemática de
manera de alcanzar la justicia sin apartarse del marco legal.

RESPONSABILIDAD DE LOS PROFESIONALES


Nos ubicamos ante un caso de responsabilidad profesional cuando existe incumplimiento contractual,
cuando hay violación del deber genérico de no dañar un derecho subjetivo o interés legítimo ajeno.

En la base de la prestación profesional existe un vínculo obligacional que corresponde a dos tipos
contractuales: el arrendamiento de servicios o de obra, pudiendo incluso darse alguna especie de contrato
mixto o innominado (conforme a los principios generales art. 1260)
La distinción de estos contratos se efectúa teniendo en cuenta la función económica y la estructura,
teniendo cada uno una regulación específica como una descripción del haz obligacional existente.
En el arrendamiento de obra se promete una prestación única y determinada que es el fin de la negociación,
mientras que en el arrendamiento de servicio el contenido obligacional consiste en la actividad que se ejerce
de forma continuada satisfaciendo un interés durable del acreedor, por lo tanto es un contrato de
cumplimiento continuado, mientras que el arrendamiento de obra es de cumplimiento instantáneo.

El médico asume una obligación de medios sin asegurar resultados por lo cual la demanda de daños supone
la carga de la prueba para el reclamante de los perjuicios, de que se incurrió en culpa por el demandado en
el desempeño de la atención del enfermo, mientras que con respecto a la relación profesional de un
ingeniero está en juego una obligación de resultado, siendo por lo tanto indiferente el comportamiento
diligente del obligado.
Andrea Valenzuela – 2016 217
El actor debe probar el incumplimiento, el demandado sólo se exonera por causa extraña. En los casos en
que se responde por actos culpables del dependiente, debe admitirse la posibilidad de probar que esta culpa
no haya existido.

Una vez probada la culpa el demandado sólo podrá recurrir a la acreditación de un hecho externo que no le
sea imputable. El deudor no responde si el daño no es la exclusiva consecuencia de su obrar imprudente, si
hay culpa la exoneración por causa extraña será parcial.
La causa extraña que invocará el deudor de la prestación de medios estará indicando que el
incumplimiento no fue el que produjo el daño sino que se detrimento se debe a otros factores ajenos.

● La responsabilidad profesional no es una categoría independiente y por ello no debe desgajarse del
tronco común de la responsabilidad civil sin perjuicio de su posible regulación especial, la que no configura
un derecho excepcional y autónomo por carecer de principios propios y diversos al Derecho de las
obligaciones.

● Si bien existen profesiones que asumen generalmente obligaciones de medios y otras


preponderantemente de resultados es dable encontrar en toda rama profesional ambos tipos de obligaciones
las que se califican según el alea insita en la prestación asumida por el profesional

● La clasificación de las obligaciones en de medio y de resultado es un instrumento útil para la imputación de


la responsabilidad. Esta clasificación refiere a la noción de aleas o incertidumbre respecto del resultado
prometido. El mismo no estará en obligación en las de medio y si en las de resultado.

● No tiene incidencia práctica una tercera categoría diversa a la culpa y a la causa extraña como eximente
de responsabilidad, en la medida en que la diligencia máxima no es requerida en las obligaciones de medio
y no exonera en las de resultado.

Éxito o fracaso de una demanda por responsabilidad civil


La clasificación de medios o de resultado obedece a un criterio sustancial referido al contenido y certeza de
la prestación asumida pero incide en materia probatoria. Cuando la obligación es de medios, el actor debe
demostrar la culpa del deudor demandado porque tal actuación no ajustada al modelo abstracto de
conducta descrito por el legislador configura el incumplimiento, pero en cambio si la obligación es de
resultado le bastará con acreditar la no obtención del mismo.
Si el actor tiene la carga de probar la existencia de la obligación y su incumplimiento, así como el daño,
siendo la obligación de medios, el incumplimiento consiste en la culpa del deudor por lo que habiendo culpa
probada mal puede el deudor acreditar su ausencia y si no se demostró culpa la demanda será rechazada por
falta de incumplimiento. No cabe la prueba de ausencia de culpa cuando la obligación es de resultado porque
para nada interesa el comportamiento del deudor.
La regla por responsabilidad extracontractual por hecho propio (sin intervención de cosas) es que la víctima
le corresponde probar todos los elementos de la responsabilidad, esto es hecho ilícito, factor de atribución,
nexo causal y daño (art. 1319 CC).

Medios probatorios en materia de culpa profesional


Estos son algunos de los medios probatorios que son idóneos para la demostración de la existencia
o inexistencia de comportamiento culposo del profesional:

●La pericia
El sentenciante a solicitud de las partes o de oficio recurre a los conocimientos de un técnico o profesional. El
dictaminador no ha observado cómo el testigo los hechos sobre los cuales edifica su toma de posición antes
de comenzar el proceso de una manera más o menos ocasional.

Andrea Valenzuela – 2016 218


Por lo contrario el perito en carácter auxiliar del juez por su instrucción especializada y aplicando técnicas de
la ciencia o artes que profesa fórmula deducciones e infiere conclusiones. La pericia la solicitan las partes, las
mismas lo harán previamente asesoradas sobre aquellos puntos que puedan involucrar la responsabilidad
profesional a título de culpa, pero a su vez el juez antes de actuar de oficio y en todos los casos, intentará
obtener en la medida de sus posibilidades un conocimiento apto recurriendo a la literatura especializada y
aun a la consulta informal a las personas peritos de su círculo de conocidos, formulando preguntas de control.

●Testimonio técnico
Se recurren a declaraciones de técnicos que profesan la misma ciencia o arte y pueden conocer los hechos
relevantes de la causa.
La declaración del testigo no es solamente posible sino en muchas ocasiones indispensable para probar por
ese medio un hecho determinado que fue conocido por la observación directas del técnico. Podrá formular
conclusiones tanto respecto a hechos percibidos de forma directa como con relación a extremos fácticos que
haya conocido extraprocesalmente en forma indirecta (historia clínica, información proporcionadas por las
partes o testigos).
La diferencia con el perito es que el conocimiento del testigo es preexiste y el conocimiento del perito se
forma después.

●Prueba testimonial
Por este medio las partes intentarán demostrar mediante el relato que efectúan los declarantes sobre hechos
percibidos en forma directa, la existencia de elementos fácticos determinantes de la responsabilidad o
ausencia de la misma. El aporte testimonial no técnico resulta relevante como forma de acreditar los hechos.

Conclusiones
Existe gran amplitud en cuanto a la admisión de pruebas tendientes a demostrar la culpa del profesional
como también para neutralizar los aportes y aun probada la culpa, el demandado podrá recurrir a todos
los medios probatorios para demostrar que el daño obedece por entero o parcialmente a una causa
extraña que no le es imputable.
En nuestro derecho no existe la prueba tasada, sino que son admisibles todos los medios probatorios,
incluso los no específicamente previstos. Lo fundamental será que los medios utilizados por las partes y
aún de oficio conduzcan a formar la convicción del magistrado que se enuncia en la sentencia.

La prueba por deducción o inducción consiste en reconstruir los hechos mediante deducciones lógica
infiriendo de lo conocido lo desconocido, puede efectuarse también mediante el aporte de tercero que
conocen de la ciencia.

El magistrado que debe decidir no es libre de razonar a voluntad, discrecional o arbitrariamente porque ello
configuraría libre convicción por lo tanto existe una categoría intermedia entre la prueba legal y la libre
convicción, que combina la lógica y la experiencia. Esta se ve alterada cuando atañe a una ciencia que el juez
desconoce, por lo tanto en el razonamiento del magistrado habrá mucha más lógica que le llega a través del
asesoramiento técnico que de la experiencia personal.

Andrea Valenzuela – 2016 219


ACCIDENTES DE TRÁNSITO

Necesidad de modernizar la legislación para una efectiva prevención y resarcimiento


En nuestro país existe una ley de tránsito (ley 18.191) que consagra en su art. 44 que los vehículos deberán ser
objeto de un contrato de seguro de responsabilidad civil por daños a terceros con la cobertura que determine la
ley, que lo declarará obligatorio.

En cumplimiento con esto se dictó la ley 18.412 que crea un seguro obligatorio que busca proteger a las
víctimas, siendo insignificante el monto máximo indemnizatorio.

A su vez está consagrado el seguro obligatorio para el transporte colectivo mediante la ley 15.851 en su art.
322 que crea la ley 16.170 que reza: “es obligatoria la contratación del seguro por responsabilidad contractual
y extracontractual emergente del transporte colectivo terrestre de las personas en servicios nacionales,
departamentales y de turismo”.

La ley 18.191 de Accidentes de Tránsito a partir de su artículo 45 consagra un capítulo denominado


“medidas de prevención y control”. Prioriza el contralor del alcohol ingerido por los conductores a través de la
espirometría, pruebas de sangre u orina. La negativa de hacerse los mismos conlleva una multa de 100 UR
constituyendo una presunción de culpabilidad que permite la aplicación de una sanción de inhabilitación
hasta por dos años.

Funciones de la responsabilidad
La responsabilidad tiene como función la prevención de comportamientos antisociales y su rol normativo
es la intención de evitar conductas socialmente reprochables y a su vez tiene un aspecto consistente de
asegurar el respeto a los derechos.
Para lograr la función preventiva las leyes de tránsito establecen la posible acción directa contra el seguro y la
simplificación de los trámites, a efectos de permitir un resarcimiento rápido por parte del asegurador. El
causante a través del pago de una prima se exime de indemnizar, pero la existencia de un sistema de premios
y castigos en el seguro, abaratando en caso de no ser utilizado y aumentado por reincidencia, permite
mantener la función preventiva que es necesaria para evitar el daño en vez de resarcir.

La indemnización de la víctima es la finalidad indiscutible y fundamental de la responsabilidad civil. Fuera de


las situaciones del seguro obligatorio, nuestro sistema jurídico sigue en materia extracontractual, basado en la
responsabilidad subjetiva, o sea la culpa.

En Uruguay, el accidente de tránsito pertenece a la responsabilidad por el hecho de las cosas y se rige por la
presunción del inciso final de art. 1324, se presume la culpa del conductor.
El daño ocasionado con un automotor genera la subespecie de responsabilidad por hecho propio con
intervención de las cosas, calificada como riesgos y el conductor debe responder con presunción de culpa.
El dependiente no puede ser guardián y se puede llegar a la responsabilidad del patrón o de quien se sirve de
la cosa para acuular la repsonsabilidad por hecho ajeno y por hecho de las cosas.

Hay infinidad de supuestos que escapan al art. 1324 y pasan a regularse por el 1319 sin la presunción
de culpa, que es tan necesaria cuando los daños se producen con una cosa, en especial una cosa
riesgosa como el automotor.

Andrea Valenzuela – 2016 220


RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL

La responsabilidad puede ser definida como la traslación del daño del patrimonio de la víctima que lo sufre
hacia el patrimonio del sujeto que la ley designa para hacerse cargo del mismo. Se traslada el daño de un
patrimonio al otro. La responsabilidad contractual y extracontractual se diferencian en cuanto a su regulación,
aunque en esencia responden al mismo fenómeno.

Alcance de la responsabilidad contractual


La responsabilidad contractual se entiende como toda vez que se incumple una obligación preexistente, tenga
ésta origen contractual o legal. El incumplimiento del contrato de transporte general responsabilidad
contractual, sea que las obligaciones surjan del propio contrato (acuerdo de voluntades) o de la ley. El
contrato de transporte es una relación de consumo regulada por una norma de orden público que crea
obligaciones para las partes contratantes, en especial para el proveedor del servicio de transporte.

Elementos de la responsabilidad contractual


En todo supuesto de responsabilidad deben configurarse cuatro elementos indispensables:
1. hecho ilícito
2. factor de atribución
3. nexo causal
4. daño

Hecho ilícito (incumplimiento)


El incumplimiento es el hecho contractual y la ley reacciona contra el mismo imponiendo al incumplidor la
obligación de indemnizar los daños y perjuicios al acreedor. Además hace nacer una nueva obligación que
tiene su fuente en este hecho ilícito. En la relación de consumo el art. 33 consagra el incumplimiento
contractual regulandolo solo el que proviene del proveedor y abarcando el incumplimiento de cualquier
obligación a cargo de este. Se faculta al consumidor a su libre elección de exigir el cumplimeinto forzado o
la reparación por equivalente. En cualquiera de las dos opciones el consumidor tiene derecho a daños y
perjuicios.

Si como consecuencia de un accidente de tránsito el pasajero resultó lesionado, la prestación de trasladarlo


sano y salvo no ha sido cumplida. Esta obligación de seguridad está implícita en el contrato de transporte ya
que no se puede considerar que la obligación de transportar al pasajero no implique su seguridad. Esta
obligación es una obligación de resultado y tiene como único eximente la causa extraña no imputable. Es el
proveedor demandado por incumplimiento quien debe acreditar esta, destruyendo la presunción del nexo que
existe entre el incumplimiento de la prestación y el daño causado.

En el caso de los damnificados por rebote también se configura un supuesto de responsabilidad en la Ley de
Relaciones de Consumo debido a la equiparación a consumidor que establece la ley a quien resulta dañado,
en función de la relación de consumo ajena. En el caso de los accidentes de tránsito se aplica la ley 17250
(art. 34) que prevé la responsabilidad por vicio o riesgo de servicio, siendo responsabilidad objetiva.

Factor de atribución
El factor de atribución en el contrato de transporte es objetivo. El transportista responderá
independientemente de su culpa y por el solo hecho de no obtener el resultado asumido. El contenido de la
obligación es llevar al pasajero sano y salvo a destino. El comportamiento del proveedor no es considerado a
efectos de determinar el cumplimiento, alcanza con que no se obtenga el resultado.

La regla es la responsabilidad objetiva prevista en el artículo 34 y la excepción son los profesionales liberales,
los que a veces pueden asumir obligaciones de medios.

Andrea Valenzuela – 2016 221


Nexo causal
El nexo causal supone que el daño debe ser consecuencia del incumplimiento. Este ligamen entre el
incumplimiento y el daño es necesario porque sólo debe repararse el perjuicio que tuvo como causa dicho
incumplimiento.
El análisis del art. 1342 del CC es trasladable al texto del art. 33 de la ley 17250 ya que en cuanto al nexo y la
forma de eximirse se utiliza la misma tecnología.
El artículo 1342 del CC presume el nexo causal. El nexo solamente se puede destruirse mediante prueba en
contrario de un elemento presumido y no el que ya se encuentra probado.

Daño
El daño atañe al interés de la persona respecto de un bien, sea éste patrimonial o extrapatrimonial. Un
evento puede causar detrimentos o perjuicios modificando de manera desfavorable el patrimonio o la
esfera extrapatrimonial del sujeto.

El contrato de transporte regido por la ley 17250 recoge la tradicional solución de que el incumplimiento de
cualquier obligación a cargo del transportista, aún la transgresión de las obligaciones de origen legal
(informar y actuar de buena fe) habilita la opción de reclamar la resolución o el cumplimiento in natura o
por equivalente (art. 32 y 33) y en todos los supuestos con más los daños y perjuicios moratorios o
compensatorios según corresponda.

Contrato de transporte de pasajeros

Contrato innominado. Normativa aplicable: Código de Comercio, Código Civil o Ley de Relaciones de
Consumo
El contrato de transporte no tiene regulación ni en el Código Civil ni en el Código de Comercio por lo que
resulta un contrato innominado. En el CC no existe normativa referente al contrato de transporte en general y
menos aún al de pasajero, colectivo o individual.

El Código de Comercio regula como contrato nominado el contraste de cosas, durante el transporte corren de
cuenta del cargador, no mediando estipulación contraria, todos los daños que sufrieran los efectos
provenientes de vicio propio, fuerza mayor o caso fortuito y la prueba de estos casos corresponde al
transportador. El transportador está encargado de entregar la carga como la recibió.

Las posiciones que regulan el contrato de transporte por analogía del CC y el Código de Comercio han
perdido vigencia con la Ley de Relaciones de Consumo que regula el contrato de transporte, establece la
eximente de causa extraña no imputable, sin exclusión de ninguna de sus formas. El hecho del tercero está
incluido dentro de la eximente sin que pueda sostenerse lo contrario.

El contrato de Transporte como relación de consumo (arts. 32 a 34 de Ley 17250)


Todo contrato de transporte de pasajero es una relación de consumo por lo tanto el cumplimiento de las
obligaciones del mismo está regulado en la ley 17250.

Obligaciones de medio y de resultado


Ciertas obligaciones son de medios ya que no se asegura un resultado, por lo cual la demanda de daños
supone la carga de la prueba para el reclamante de los perjuicios que sufrió y de la culpa del demandado,
mientras que otras son de resultado siendo por lo tanto indiferente el comportamiento diligente del obligado.
No se incurre en responsabilidad si se han empleado las técnicas consideradas aptas en el estado actual de
los conocimientos científicos, exigibles al deudor.

Andrea Valenzuela – 2016 222


Obligaciones emergentes del contrato de transporte: a) transportar a destino b) seguridad c)
información d) buena fe
a) Transportar al pasajero a su destino es la obligación principal y tipificante del contrato de
transporte de pasajeros y que resulta ser sinalagmática de la de pagar el precio del servicio, asumida por el
consumidor.
b) El traslado del pasajero a destino debe ser en condiciones de seguridad y sin que sufra daños
durante el desarrollo de la prestación. Esta obligación nace del art. 6 lit. A de la ley 17250.
c) La información debe ser suficiente, clara, y en en español sin perjuicio de que luego en sus arts. 15
y 20 determina detalladamente el contenido de la información para las prestaciones de servicios.
d) Toda la ley exige que el proveedor actúe de buena fe en todas las etapas: precontractual, de
perfeccionamiento y de ejecución.

Perfeccionamiento del contrato de transporte


El contrato por definición legal (art. 1247 CC) es un acuerdo de voluntades generador de obligaciones. Este
acuerdo consta de una propuesta y una aceptación que forman el consentimiento. Cuando la aceptación llega
al ámbito de disponibilidad del proònente u oferente el contrato se perfecciona. En la Ley de Relaciones de
Consumo el proponente es el proveedor que emite una oferta a sujetos determinados o indeterminados. La
oferta de acuerdo con la norma legal es vinculante lo que no implica que se irrevocable.
El ómnibus que se encuentra circulando se encuentra realizando una oferta y se encuentra vinculado por ella
en el sentido de que lo que contiene dicha oferta no puede ser modificado frente al consumidor pasajero. Para
desvincularse de la oferta se debe utilizar el mecanismo de revocación como instrumento extintivo y por ello se
exige que esta se efectuada de la misma forma y por los mismos medios que se hizo conocer. Si no se hace
por los mismos medios es imposible cambiar las condiciones por parte del proveedor en virtud de la
vinculación y mientras la propuesta esté vigente. En el caso del ómnibus, el acuerdo de voluntades se
perfecciona cuando el pasajero hace la señal para detener el bus.

Transporte benévolo
Es el transporte amistoso, de cortesía o desinteresado. El transporte de un amigo o familiar o el de una
persona que hace autostop.
El transporte gratuito se diferencia del transporte onerosos por la ausencia de remuneración pero los demás
aspectos no resultan modificados por el efecto de gratuidad.
El contrato gratuito debe regirse por el CC en base a la responsabilidad contractual y no por la ley 17250 ya
que las relaciones de consumo deben ser onerosas.

Prescripción en la responsabilidad contractual


El daño personal sufrido por el pasajero como consecuencia de un accidente de tránsito prescribe de acuerdo
con el art. 38 de la ley 17250. La acción para reclamar la reparación de los daños personales prescribirá en el
plazo de cuatro años a partir de la fecha que el demandante tuvo o debería haber tenido conocimiento del
daño, vicio o defecto y de la identidad del productor o fabricante. Tal derecho se extinguirá transcurrido un
plazo de diez años a partir de la fecha en que el proveedor colocó el producto en el mercado o finalizado la
prestación del servicio causante del daño.
Los cuatro años comienzan a computarse a partir del momento que se tiene conocimiento del daño, para
evitar que se prolongue indefinidamente la inseguridad del proveedor se limita el plazo de aparición del daño,
del conocimiento del mismo y de la identidad del fabricante por lo que a partir de los diez años de la provisión
del servicio causante del daño se extingue el derecho a reclamar.

Interrupción
El instituto de la interrupción de la prescripción tiene por finalidad impedir que el acreedor pierda su derecho
de crédito si cumple con ciertos actos especialmente establecidos por la ley. Si el plazo prescripción se
interrumpe se comienza a contar a partir de allí.
Se supone una actividad del acreedor indicativa de su voluntad de hacer valer su derecho y de no tolerar más
el incumplimiento.

Andrea Valenzuela – 2016 223


Suspensión
La ley no regula la suspensión de la prescripción, sino sólo un supuesto suspensivo en materia de caducidad
por vicios aparentes y ocultos. El CC en el art. 1243 consagra causales de suspensión a favor de los
menores, dementes y sordomudos que se encuentran bajo la patria potestad, tutela o curatela, refiriendo sólo
a las prescripciones de 3,10 y 20 años.

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
La responsabilidad extracontractual se define como la imputación de un hecho dañoso a un sujeto o la
reacción contra el daño injusto. Es la traslación del daño desde la persona que lo sufrió a otra, que es
designada para soportarlo, sea causante directo o indirecto del mismo. Siendo el derecho un instrumento de
regulación social no puede evadir las nuevas realidad, puesto que no es sólo un sistema normativo, un valor,
sino también un hecho, el que gana una significación pragmática valorable en términos de resultados, eficacia
y utilidad.

Elementos
a) Hecho ilícito
El hecho debe ser dañoso y debe consistir en una acción u omisión. El ilícito civil no debe ser típico, sino
sería contractual.

b) Factor de atribución
El derecho debe dar una razón que legitime ese traslado del daño de un patrimonio a otro. Existen razones
que fundamentan la creación de la obligación de reparar a cargo del sujeto. Estas razones son la culpa, o sea
el comportamiento contrario a buen padre de familia, que constituye el factor de atribución subjetivo, o el
riesgo considerado como riesgo-beneficio o riesgo peligro en el que no es relevante el comportamiento del
deudor.

c) Nexo causal
Se trata del ligamen, nexo o relación entre la acción y el daño. La existencia o no de este vínculo será
producto del razonamiento judicial efectuado en forma acorde a un criterio abstracto de normalidad o
adecuación y sobre la base de acreditación directa o indirecta de los extremos de la relación causal. El actor
debe probar la relación causal y una vez acreditada se presume la adecuación.

d) Daño
El daño es la alteración que produce un evento y que modifica desfavorablemente la relación de un sujeto
con un bien. Pueden mencionarse dos tipos de daño: el patrimonial y el extrapatrimonial. Esta clasificación
atiende al bien lesionado, al efecto del daño, según repercuta dentro del patrimonio o fuera de él.

Daño extrapatrimonial
Para hablar del daño que no afecta el patrimonio utilizamos la denominación amplia de daño
extrapatrimonial y no hablamos restringidamente de daño moral.
El daño extrapatrimonial incluye el precio del dolor (daño moral en sentido estricto), el daño biológico,
estético, la integridad física, el proyecto de vida, la vida de relación etc. La posibilidad de resarcir en
especie es imposible, así que la indemnización se otorga en dinero por ser la única medida de valor
constante y universal.
Daño patrimonial
Daño al automotor. Valor del presupuesto.
En materia de accidentes de tránsito son comunes los daños provocados al automotor que entra en colisión
con otro vehículo, Normalmente quien reclama agrega un presupuesto, citando al tallerista que lo realizó a
reconocer dicho recaudo, como forma de probar el daño material y su monto. Los demandados comúnmente
se oponen al monto establecido en el presupuesto agregado por el actor, indicando que resulta demasiado
oneroso. Se debe dar prioridad al presupuesto de la parte actora, la que tiene derecho a efectuar las
reparaciones en un taller de su confianza cuando los montos no sean extralimitados o abusivos.

Andrea Valenzuela – 2016 224


Días de paralización del vehículo
Se debe indemnizar un tiempo razonable y prudencial de paralización del vehículo. No se considera
razonable la paralización mayor de 20 días.

Reposición del vehículo


Cuando el vehículo resultó severamente dañado, el precio de la reparación puede superar el costo de otro
vehículo en similares condiciones. Aunque el automotor pueda ser reparado, dicha reparación deviene
inadmisible ya que es antieconómica, porque obliga al causante a afrontar una segregación injustificada. Debe
procurarse restablecer el patrimonio de la víctima por una vía menos onerosa y que conduzca igual al
resarcimiento.

Gastos de tickets, medicamentos y traslados


La víctima generalmente no conserva comprobantes de ciertas erogaciones que se efectúan después del
accidente. Si se exige una comprobación directa y detallada de los gastos la víctima no será indemnizada de
este daño material, Para suplir esta dificultad probatoria se sostiene que dichas erogaciones acontecen
normalmente, puesto que si la víctima sufre lesiones debe acudir a un centro asistencial, necesitará
calmantes, medicinas etc. Tales casos resultan probados mediante presunciones judiciales y su avaluación
debe hacerse con criterio de normalidad y en base a la presunción hominis.

Lucro cesante
Lucro cesante pasado
Consiste en los ingresos que se dejaron de percibir entre la fecha del siniestro y de la sentencia

Lucro cesante futuro


La pérdida debe calcularse en base a los ingresos percibidos así como los posibles aumentos que se
generarían con el transcurso del tiempo.

Lucro cesante de la víctima fallecida


Los familiares pueden reclamar su propio lucro cesante cuando el fallecido contribuía con sus ingresos de
manutención, se liquida de la misma manera pero se debe descontar el porcentaje que habría consumido
la víctima para sí.

RESPONSABILIDAD
Responsabilidad por hecho propio sin cosas
El art. 1324 no distingue y es aplicable a toda clase de cosas así que se aplica para los accidentes de tránsito.

Responsabilidad por hecho propio con cosas


La responsabilidad por hecho de las cosas es un subtipo de la responsabilidad por hecho propio y se
diferencia de los supuestos donde no intervienen cosas, porque el legislador consagró una presunción legal
de culpa.

Legitimado para responder por hecho de las cosas


La intervención de un automotor en un siniestro de transito debería hacer aplicable siempre esta subespecie
pero al estudiar la legitimación, quienes realizan una interpretación restrictiva del legitimado pasivo, excluye
la aplicación de la responsabilidad por hecho de las cosas en ciertos supuestos.
En la tesis de Gamarra, para que un sujeto pueda invocar el art. 1324 y la presunción de culpa, debe dirigir
su pretensión contra el guardián de la cosa que intervino en la causación del daño.

Guardián
Se considera guardián al responsable por hecho de las cosas que la tiene bajo su guarda. Para que se
configure la calidad de guardián es necesaria la existencia de un poder de dirección y control, autónomo e
independiente.

Andrea Valenzuela – 2016 225


Quien se sirve de la cosa o la tiene a su cuidado
Nuestro art. 1324 cuando refiere al responsable por hecho de las cosas no menciona al guardián, sino que
confiere legitimación pasiva a quien se sirve de la cosa o la tiene a su cuidado. Pueden existir dos sujeto
responsables, uno que se sirve de la misma y delegó el cuidado a otro, el que también debe responder por
estar la cosa a su cuidado.

Choque de vehículos en movimiento


No tiene sentido la neutralización de presunciones ya que los vehículos pueden ser de distinto
tamaño/resistencia, el otro conductor puede ser un ciclista, etc.
Szafir adhiere a la posición que considera vigentes las presunciones de culpa en la imputación subjetiva,
negando su neutralización.

Responsabilidad por hecho ajeno


El legislador entendió procedente que los empleadores (empresas de transporte) deban responder por los
daños que causan sus conductores durante el desempeño de su función. Esta responsabilidad indirecta
coloca frente a la víctima a dos deudores o legitimados pasivos para reclamar el daño producido.
El fundamento de esto se encuentra en la mayor solvencia del patrón y el hecho de que quien crea
riesgos para obtener beneficios debe asumir los daños que se produzcan. El patrón debe hacerse cargo
de los daños causados por su dependiente, aunque haya hecho todo lo posible para prevenirlo.

Responsabilidad del patrono por los daños causados por su dependiente


La responsabilidad de un sujeto que responder por otro sólo puede concebirse en un sistema que excluya la
culpa ya que la culpa no puede ser sino personal.
El responsable indirecto responde por un hecho ajeno a su comportamiento y tiene a su favor una acción de
regreso en el art. 1326 del CC. El patrón es un garante que paga una deuda generada por culpa ajena, así
que está en condición de repetir. La garantía debe entenderse como responsabilidad sin deuda propia, el
responsable indirecto no tiene una deuda con la víctima originada por su comportamiento sino que es
responsable de la deuda de su dependiente.

La víctima puede demandar al responsable directo, al indirecto o ambos, en virtud de no tratarse de una
responsabilidad subsidiaria sino solidaria.

Cúmulo entre responsabilidad por hecho de las cosas y responsabilidad por hecho ajeno. Culpa asumida.
Cuando el siniestro tiene por causa un error de conducta en el manejo del vehículo, debe aplicarse al
responsabilidad por hecho de las cosas con relación al causante directo del daño (dependiente) por revestir
este la calidad de guardián del comportamiento, situación que conlleva la presunción de culpa del artículo
1324 contra ambos posibles codemandados.

Cuando se vincula el concepto de guarda con la prevención del daño, la consecuencia es la disociación
de la guarda. Si guardián es aquel que puede prevenir el daño, el guardián de comportamiento, en
cuanto a la estructura no es guardián y viceversa.

Si el daño es consecuencia de un error de conducta es de aplicación la responsabilidad por hecho de las


cosas y su presunción de culpa, sin perjuicio de que probado los extremos requeridos y presumida la culpa,
opere la responsabilidad por hecho ajeno, de naturaleza objetiva y fundada en la garantía.

Sin perjuicio de la existencia de responsabilidad por hecho ajeno, coexiste la responsabilidad de quien se
sirve de la cosa: la empres transportista en base a una responsabilidad objetiva. Si se trata del dependiente
opera la presunción de culpa, que debe ser destruida por la demandada.

El dependiente es responsable por hecho de las cosas (con presunción de culpa) porque la tiene a su cuidado
aunque no se sirva de ella y el propietario del taxi, cuando lo conduce, se sirve del vehículo y lo tiene a su
cuidado también con presunción de culpa, así que en ambos casos la demanda sería amparada.
Andrea Valenzuela – 2016 226
Ruptura de la relación de dependencia
Cuando se actúa en ejercicio típico de la función no hay ruptura posible de dicha relación, ya que es el
proceder normal y de rutina, existe congruencia objetiva del acto respecto del contenido o fin de la función.
La fractura de la relación de dependencia se puede dar cuando el sujeto actúa en forma dolosa, abusiva y
en interés propio.

Responsabilidad proporcional o in solidum


La culpa de uno de los partícipes puede no generar la totalidad del daño, en virtud de que pueden concurrir
conductas culposas de ambos protagonistas del accidente.
Se da un supuesto de concurrencia de culpas, una coparticipación causal de los comportamiento ilícito-
culposos de ambos conductores. La incidencia se determina aplicando la regla del art. 1331. Se establece el
porcentaje en que debe contribuir cada uno de los partícipes del accidente. Se responde en proporción
cuando el daño se causa en proporción.

Pueden existir dos causas que causen el daño lesivo total, puede que las conductas de carios pueda por sí
sola y en forma independiente ser causa adecuada del daño. Estos supuesto no se suman ambos
comportamientos en la producción del daño, sino cada uno por sí mismo es apto para causar, es lo que la
doctrina francesa denomina responsabilidad in solidum.

Ley de tránsito y seguridad vial (nº 18191)


La norma consagra el principio de responsabilidad por la seguridad vial que consiste en que el usuario de una
vía pública debe actuar con sujeción al principio de abstenerse ante la duda, lo que implica adaptar su
comportamiento al criterio de seguridad vial y el principio de seguridad, exige al usuario que se abstenga de
todo acto que pueda constituir un peligro o un obstáculo para la circulación, o que pueda arriesgar a personas
o bienes de ser dañadas-

Se exige que el vehículo circule con las luces cortas encendidas de forma permanente, que el conductor
y los pasajeros, tanto de los asientos delanteros como traseros usen cinturón de seguridad, así como el
casco en el caso de las motos.

Violación de ley o reglamento


La culpa se configura por la trasgresión de la ley o el reglamento, acreditado tal extremo, existe culpa
probada. Frente a la culpa probada, la única forma de eximirse de responsabilidad es invocar la causa
extraña. La culpa está probada porque dicha violación no es otra cosa que una de las formas de culpa.

EXIMENTES
Ausencia de culpa
El demandado puede exonerarse acreditando que actuó con toda la diligencia de buen padre de familia
para prevenir el daño. Frente a la culpa probada es imposible demostrar ausencia ya que es una
incongruencia lógica.

Causa extraña
Es el hecho externo que viene a incidir en el nexo causal destruyendolo total o parcialmente, puesto que es
ese evento ajeno que resulta irresistible o insuperable para quien provoca el daño, el que realmente lo
causan. La causa extraña reviste cuatro formas: caso fortuito, fuerza mayor, hecho de la víctima y hecho de
un tercero.

Caso fortuito o fuerza mayor


El caso fortuito o la fuerza mayor interrumpen el nexo causal entre la conducta del agente (culpable o
no) y el daño y en tal situación no es autor del daño.
La imposibilidad debe ser absoluta, la mera dificultad no exonera, solo hay imposibilidad cuando el deudor se
enfrenta a un obstáculo que la fuerza humana no puede superar. Debe ser objetiva, debe ser imposible para
cualquiera no solo para ese deudor, sino para todos.
Andrea Valenzuela – 2016 227
Hecho de tercero
Este tercero debe ser alguien por quien el sindicado como responsable no deba responder en forma
indirecta, refleja y/o a título de garante. Tiene que ser un tercero extraño.
El hecho de tercero debe constituir obstáculo insalvable y este puede ser causa exclusiva o concurrente
del daño según se trate de una u otra situación, la eximente será total o parcial.

Hecho o culpa de la víctima


La víctima siempre interviene en el evento dañoso, su participación puede ser culposa o no, debiendo
establecer si la culpa es una condición necesaria para operar la eximente o si alcanza el hecho de la víctima
aun inculpable.

DIVERSOS TIPOS DE ACCIDENTES

Choque de atrás. Choque en cadena


El choque de atrás es considerado como una presunción adicional de culpa. Si la colisión ocurre, demuestra
que el zaguero violó su deber de guardar distancia, sea por error de cálculo o por desconocimiento de la
regla de preferencia o falta de atención.
La inobservancia del reglamento constituye un supuesto de culpa probada y es por ello que la defensa
debe apuntar a destruir el nexo causal, demostrando que el accidente se debió a una causa distinta de la
violación reglamentaria.
Demostrada la situación de choque de atrás la culpa del zaguero está probada y este solo se puede eximir
si acredita causa extraña, por ejemplo que el delantero efectúa una marcha atrás imprevista.

El choque en cadena supone una subespecie del choque de atrás. Es un supuesto en el que participan más
de dos vehículos y la situación más frecuente es la que tiene lugar cuando uno de los dos vehículos que
chocan es desplazado como consecuencia de la colisión y embiste a otros. Se debe tener en cuenta primero
por un lado la colisión de los que chocan primero y por otro el segundo choque, esta vez entre uno de los
vehículos que entraron en colisión y el tercero.
Para el daño que sufre el tercero deberá individualizarse tomando en cuenta los dos que participaron en el
choque inicial, porque el culpable de ese accidente también será responsable del tercer sujeto como
consecuencia de un desplazamiento ulterior.

Violación de preferencias: derecha, giro, adelantamiento, semáforos


Toda violación de norma legal configura un supuesto de culpa probada. Acreditando que un vehículo es
embestido por uno no prioritario, sea porque aparece de izquierda o no da prioridad frente a un cartel de ceda
el paso, no se detiene frente a una señal de pare, adelanta a otro automotor o no respeta la señal lumínica, el
conductor y el responsable indirecto deben responder salvo que demuestren causa extraña.

Choque con vehículo estacionado o con volqueta


Cuando se trata de atribuir responsabilidad por el hecho de una cosa inerte, como es el caso de una
volqueta que está sobre la calzada, rige la presunción del art. 1324, postura que comparte Gamarra al
indicar que prefiere la tesis del mantenimiento de la presunción con todas sus consecuencias, máxime
cuando el que se sirve de la cosa o la tiene a su cuidado se puede exonerarse acreditando ausencia de
culpa o causa extraña.

Choque entre vehículo y silla de ruedas


La reglamentación define al vehículo como las motonetas, bicicletas, carruajes y carros. El carruaje es el
vehículo de tracción a sangre, con armazón de hierro o madera, montado sobre ruedas mientras que el carro
es un carruaje con dos ruedas. Se equipara la silla de ruedas con el carro. Si no fuera así el que circula en
silla de ruedas sería considerado peatón y estaría circulando en una zona reservada para vehículos.

Andrea Valenzuela – 2016 228


Accidente con peatón
El accidente con un peatón se rige por el art. 1324 con presunción de culpa y nexo. El peatón debe colocarse
dentro del cruce que le confiere preferencia. La zona de seguridad debe ampliarse en forma razonable y
discrecional, según el ancho de la calzada y los datos específicos del lugar.

Fallecimiento del dependiente en vehículo conducido por otro dependiente. Aplicación de la ley de
accidentes de trabajo
Cuando se trata de un accidente normal, presumida y acreditada la culpa del dependiente e patrono
responder por hecho ajeno y en forma objetiva. Hay casos en los que se resuelve que no cabe
responsabilidad alguna porque se trataba de un accidente de trabajo y correspondía aplicar el régimen de
responsabilidad establecido por la ley 16.074, en lugar del CC.
La responsabilidad en materia de accidentes de trabajo es objetiva y tarifada y la unica hipotesis en la cual
responde el empleador es mediando incumplimiento de normas de seguridad y prevención o sea actuando
con dolo o culpa grave (falta del debido cuidado o diligencia grave). Dentro del contrato de trabajo el patrón
está sometido a un deber de previsión que consiste en la obligación de conducirse en la configuración y
ejecución concretas de la relación de trabajo, en cuanto de él dependieran, según la debida consideración a
los interés legítimos del trabajo. La culpa grave implica negligencia, imprudencia, impericia o violación de
leyes o reglamentos en circunstancias extremas y supone no prever lo que todos prevén, omitir los cuidados
elementales.

LEGITIMACIÓN ACTIVA PARA RECLAMAR EL DAÑO


Están legitimados activamente para reclamar el daño generado como consecuencia de un accidente, todos
aquellos que han sido lesionados en un derecho subjetivo, situación protegida o interés tutelado.

LEY DE SEGURO OBLIGATORIO (18.412)


Se busca que las víctimas tengan un patrimonio solvente para hacer efectivas las condenas que se
dicten en la materia. Nuestra ley solo cubre daño corporal, denominación poco clara, pero debe
entenderse en sentido de daño extrapatrimonial, en tanto indemniza el perjuicio a la integridad física o
a la pérdida de vida, consecuencia de un accidente.

Definición de accidente
Define accidente como todo hecho del cual resulta un daño personal, lesión o muerte sufrido por un tercero,
determinado en forma cierta. Esta definición resulta aplicable sólo a los efectos de esta ley. El seguro
obligatorio solo cubre accidentes que coincidan con esta definición.

Límites del seguro


Es una norma de orden público ya que establece la obligatoriedad del seguro. El seguro debe cubrir lo
exigido por la ley y las aseguradoras deben operar este tipo de pólizas si pretenden comercializar
seguros de automóviles voluntarios.

Obligación de operar el seguro. Libertad de elección del consumidor


Se consagra libertad del consumidor de contratar con cualquiera de las entidades aseguradoras, las que no
podrán negar las cobertura, salvo que no reúna las condiciones de asegurabilidad establecidas por la
Superintendencia de Seguros.

Exclusiones de la calidad de terceros


El artículo 6 impide reclamar el daño al propietario del vehículo o tomador del seguro a su cónyuge o
concubino, ascendientes o descendientes por consanguinidad, afinidad, adopción. Tampoco pueden hacerlo
las personas transportadas a título oneroso cubiertas por otro seguros y los ocupantes de vehículos hurtados,
salvo que desconozcan su situación o no hayan subido voluntariamente.
Excepciones oponibles como eximentes
La única excepción oponible es el dolo de la víctima. No resultan admisibles las excepciones de caso
fortuito, fuerza mayor, culpa de la víctima o hecho de tercero.
Andrea Valenzuela – 2016 229
TEORÍA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES
1.1 La relación jurídica .............................................................................................1
1.2 El poder jurídico..................................................................................................2
1.3 El deber jurídico..................................................................................................2
1.4 Derechos reales y personales............................................................................4
1.5 Obligaciones Propter Rem..................................................................................5
1.6 Fuentes de las obligaciones...............................................................................5
1.7 Elementos de las obligaciones...........................................................................6
1.7.1 Los sujetos.......................................................................................................6
1.7.2 El interés del acreedor.....................................................................................7
1.7.3 El objeto...........................................................................................................8
1.7.4 El vínculo jurídico.............................................................................................9
1.8 Norma primaria y norma secundaria................................................................10
1.9 Resumen de conceptos referidos a obligación.................................................11
1.10 Obligaciones Naturales..................................................................................12
1.11 Clasificación de las obligaciones....................................................................12
1.11.1 Obligaciones de dar.....................................................................................12
1.11.2 Obligaciones de hacer.................................................................................16
1.11.3 Obligaciones de no hacer............................................................................17
1.11.4 Obligaciones alternativas y facultativas.................................................18/24
1.11.5 Obligaciones mancomunadas.....................................................................19
1.11.6 Obligaciones divisibles e indivisibles...........................................................19
1.11.7 Obligaciones solidarias................................................................................21

TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO


2.1 Concepto de contrato.......................................................................................26
2.2 Hecho jurídico, acto jurídico y negocio jurídico................................................27
2.3 Clasificación de los negocios jurídicos.............................................................28
2.4 Concepto de enajenación.................................................................................30
2.5 Publicidad del contrato.....................................................................................31
2.6 Clasificación de los contratos...........................................................................33
2.6.1 Unilaterales y bilaterales...............................................................................33
2.6.2. Plurilaterales.................................................................................................34
2.6.3 Gratuitos y onerosos.....................................................................................34
2.6.4 Conmutativos y aleatorios.............................................................................35
2.6.5 Principal y accesorio. Combinado y conexo..................................................35

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2.6.6 Consensuales, solemnes y reales.................................................................35
2.7 Contrato preliminar...........................................................................................36
2.8 Promesa de enajenación de inmuebles a plazos.............................................37
2.9 Contrato de opción...........................................................................................38
2.10 Contratos de ejecución continuada o periódica..............................................40
2.11 Contratos de cumplimiento instantáneo o continuado....................................40
2.12 Contratos de ejecución inmediata o diferida..................................................40
2.13 Contrato de adhesión.....................................................................................41
2.14 Contratos nominado e inominados. Contratos mixtos....................................42
2.14 Contratos intuitu personae..............................................................................43
2.15 El período contractual.....................................................................................43
2.15.1 Formación y perfeccionamiento..................................................................44
2.15.2 Actos preparatorios del contrato..................................................................44
2.16.3 Responsabilidad precontractual..................................................................45
2.16.4 Deber precontractual de informar................................................................47
2.16.5 Daño resarcible...........................................................................................47
2.16.6 Formación del contrato................................................................................47
2.16.7 Aceptación de la propuesta.........................................................................48
2.16.8 Momento y lugar donde se perfecciona el contrato.....................................50
2.16.9 Extinción de la propuesta y de la aceptación..............................................50
2.16.10 Propuesta irrevocable................................................................................51
2.17 Elementos y requisitos de validez del contrato...............................................53
2.18 Vicios del consentimiento...............................................................................56
2.18.1 Error.............................................................................................................56
2.18.2 Violencia......................................................................................................59
2.18.3 Dolo.............................................................................................................60
2.19 Capacidad......................................................................................................65
2.19.1 Las incapacidades......................................................................................66
2.19.2 Remedios de la incapacidad de obrar …....................................................67
2.19.3 Legitimación................................................................................................68
2.20 Causa.............................................................................................................68
2.21 Objeto.............................................................................................................68
2.22 Nulidades........................................................................................................69
2.22.1 Validez – Invalidez.......................................................................................70
2.22.2 Nulidad e ineficacia.....................................................................................71
2.22.3 Nulidad absoluta..........................................................................................72

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2.22.4 Nulidad relativa............................................................................................75
2.22.5 Efectos de la anulación...............................................................................76
2.23 Mutuo disenso................................................................................................77
2.24 Revocación del contrato.................................................................................78
2.25 Desistimiento unilateral..................................................................................79
2.26 Principio de relatividad del contrato................................................................80
2.27 Estipulación para otro.....................................................................................80
2.28 Porte Fort........................................................................................................81
2.29 Representación...............................................................................................81
2.29.1 Mandato, poder y representación................................................................83
2.29.2 Capacidad y legitimación.............................................................................84
2.29.3 Poder: caracteres, requisitos, extinción.......................................................85
2.29.4 Vicios de la relación de representación.......................................................87
2.29.5 Abuso de poder...........................................................................................88
2.29.6 Cesión del contrato......................................................................................89
2.29.7 Cesión de créditos.......................................................................................89
2.29.8 Subcontrato.................................................................................................90
2.30 Simulación......................................................................................................90
2.31 Negocios fiduciarios e indirectos....................................................................93
2.32 Interpretación e integración del contrato........................................................94
2.33 Elementos accidentales..................................................................................96
2.33.1 Condición suspensiva y resolutoria.............................................................96
2.33.2 Plazo suspensivo y resolutorio....................................................................99
2.34 Acción pauliana..............................................................................................99
2.35 Actos impugnables.......................................................................................101
2.36 Acción subrogatoria......................................................................................102

CUASICONTRATOS
3.1.1 Enriquecimiento sin causa...........................................................................104
3.1.2 Pago de lo indebido.....................................................................................105
3.1.3 Gestión de negocios....................................................................................107

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CUMPLIMIENTO – INCUMPLIMIENTO
4.1 Extinción de las obligaciones.........................................................................................110
4.1.1 El pago.......................................................................................................................110
4.1.2 Pago con subrogación.........................................................................................112/118
4.1.3 Compensación............................................................................................................115
4.1.4 Noción de cumplimiento.............................................................................................117
4.1.5 Oblación y consignación.............................................................................................121
4.1.6 Sinstesis de los procedimientos de liberación coactiva..............................................122
4.1.7 Modos de extinguir las obligaciones (Berdaguer)......................................................124
4.1.7.1 Compensación.........................................................................................................125
4.1.7.2 Remisión..................................................................................................................125
4.1.7.3 Novación..................................................................................................................127
4.1.6.4 Prescripción extintiva...............................................................................................128

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
5.1 Ejecución forzada por equivalente................................................................................131
5.2 Ejecución forzada específica.........................................................................................131
5.3 Incumplimiento temporal y definitivo.............................................................................132
5.4 Mora..............................................................................................................................132
5.4.1 Mora y retardo............................................................................................................135
5.4.2 Ley 14500...................................................................................................................136
5.4.3 Plazo gracia................................................................................................................137
5.4.4 Mora automática.........................................................................................................137
5.4.5 Efectos de la mora......................................................................................................139
5.4.6 imputabilidad del incumplimiento................................................................................140
5.4.7 Imposibilidad de la prestación.....................................................................................141
5.4.8 Mora del acreedor......................................................................................................141
5.5 Obligaciones de medios y de resultado.........................................................................142
5.6 Garantías y penas civiles..............................................................................................146
5.6.1 Clausula penal............................................................................................................146
5.6.2 Arras confirmatorias...................................................................................................147
5.6.3 Arras penitenciales.....................................................................................................148
5.6.4 Astreinte Conminatoria...............................................................................................148

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Ley 17.250: Relaciones de consumo....................................................................................149

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
7.1 Evolución de la responsabilidad basada en la culpa......................................................160
7.2 Noción de responsabilidad..............................................................................................162
7.3 Criterio de imputación subjetivo: la culpa........................................................................165
7.4 El supuesto de hecho de la responsabilidad civil............................................................170
7.5 Ilicitud..............................................................................................................................171
7.6 Eximentes de responsabilidad........................................................................................173
7.7 Responsabilidad por hecho ajeno...................................................................................175
7.8 Responsabilidad por hecho del dependiente..................................................................176
7.9 Responsabilidad de los padres, tutores y curadores......................................................178
7.10 Responsabilidad por el hecho de las cosas..................................................................179
7.11 Determinación del guardián..........................................................................................181
7.12 Guarda de la estructura y del comportamiento.............................................................183
7.13 Responsabilidad solidaria.............................................................................................186
7.14 Responsabilidades especiales por hecho de las cosas................................................187
7.14.1 Daños causados por animales...................................................................................187
7.14.2 Cosa que cae o se arroja desde un edificio...............................................................188
7.14.3 Daños causados por la ruina de un edificio...............................................................189
7.15 El daño..........................................................................................................................190
7.15.1 Clasificación del daño................................................................................................191
7.15.2 Elementos del daño....................................................................................................192
7.15.3 Daño moral.................................................................................................................193
7.15.4 Categorias del daño moral........................................................................................194
7.15.5 Avaluación y liquidación del daño..............................................................................196
7.15.6 Daño en caso de muerte............................................................................................197
7.15.7 Daño a la integridad física..........................................................................................197

Responsabilidad médica.......................................................................................................200

Accidentes de tránsito...........................................................................................................220

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