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El liderazgo y el trabajo en equipo son fundamentales para los proyectos en los que
participa mucha gente. Podemos definir el liderazgo como la capacidad que tiene una persona
para guiar y dirigir a un equipo de trabajo. Esto implica tomar decisiones rápidas, reaccionar
ante imprevistos e inspirar a los colaboradores para que rindan al máximo. Normalmente, las
personas con mayores dotes de liderazgo son las que ocupan los puestos de mayor
responsabilidad en las empresas o las Administraciones, ya que se entiende que tendrán las
capacidades necesarias para alcanzar los objetivos planteados, emprender nuevas acciones y
superar a la competencia.
Pero el trabajo en equipo también aporta otros elementos que pueden ser de
provecho para las empresas y las administraciones y, sobre todo, para los propios equipos:
Más diversión: Aunque el trabajo individual puede resultar muy gratificante, el trabajo en
compañía puede resultar más entretenido e, incluso, divertido. Los intercambios que se
producen en el trabajo dan lugar a nuevas ideas o nuevos puntos de vista, pero también a
un estado de ánimo que favorece la motivación y un buen ambiente de trabajo.
Menos estrés: En ambientes de trabajo más distendidos hay menos presión. Esto implica
menos estrés en los equipos al final de cada jornada. En otras palabras, las personas que
trabajan en equipo suelen ser más felices y, consecuentemente, más productivas.
Menos errores: Cuando se trabaja en equipo, las probabilidades de que se cometan
errores, sobre todo errores graves, son mucho menores. Esto supone una gran ventaja
frente al trabajo individual, ya que permite mejorar la tasa de eficiencia de los recursos
económicos y aumenta la productividad.
Motiva a los empleados: Si las personas que forman parte de un equipo se sienten
respaldadas y orientadas por una cabeza visible, su motivación y sus ganas de contribuir se
ven incrementadas, lo cual repercute positivamente en el conjunto de la organización.
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Aumenta la productividad: Cuando las personas que forman parte de un equipo están
bajo la tutela de una persona con dotes de líder, capaz de ver los puntos fuertes y débiles
del conjunto, son más eficientes y esto hace que la productividad aumente.
Fortalece la confianza: Alguien que escucha a las personas con las que colabora y tiene en
cuenta sus opiniones y sugerencias es capaz de reforzar la confianza de los demás.
Mejora el ambiente de trabajo: Los auténticos líderes se esfuerzan por conectar con su
equipo de trabajo y quieren que, entre todos los profesionales, reine la compenetración, la
armonía y la solidaridad. En definitiva, cuanto mejor sea el ambiente de trabajo, mejores
serán los resultados.
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o creatividad y adaptación
El conflicto en las organizaciones es un proceso que se inicia cuando una parte percibe
que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto afectar alguno de sus intereses.
Es decir las partes deben percibir el conflicto como tal, ya que el hecho de que exista o no
conflicto es cuestión de percepción. Si nadie tiene conciencia de que hay un conflicto en la
organización, entonces no existe. Otros puntos en común en las definiciones son:
o La oposición
o La incompatibilidad
o La interactuación
Conflicto funcional: Es el que refuerza las metas del grupo y mejora su rendimiento
Conflicto disfuncional: Es el que entorpece el rendimiento del grupo.
El criterio que distingue a los dos conflictos es el rendimiento del grupo. Como los grupos
existen para alcanzar una o más metas u objetivos, las consecuencias que el conflicto tiene en
el grupo y no en un miembro individual son los que determinan su funcionalidad. Esto rara vez
son excluyentes. Por tanto, las formas en que los individuos perciben el conflicto puede ejercer
una influencia importante en sus repercusiones. Sin embargo, para nuestro análisis dicho acto
seria funcional si aumenta el objetivo del grupo.
3. EL CLIMA LABORAL
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Un buen clima laboral mejora la productividad de los empleados, y uno malo, todo lo
contrario. De hecho, genera conflictos y que no se alcancen los objetivos.
Un buen clima laboral genera un sentimiento de pertenencia a la empresa en los
empleados: cuando las personas sienten que su trabajo sirve para algo más que para
generar dinero a la compañía, su compromiso aumenta.
Se trata de una cuestión cada vez más importante para los candidatos y está ligada a
otro concepto: el del salario emocional.
Si no cuidamos el clima laboral de nuestra organización nos estaremos exponiendo a
una potencial fuga de talento.
En cuanto a las variables que influyen en el clima laboral podemos distinguir entre
aquellas variables que atañen a las características individuales del individuo, las que tienen que
ver con las características del trabajo y las relativas a la situación laboral en sí misma. Las
individuales son aquellos rasgos de personalidad, interesas, necesidades y actitudes de cada
empleado. Son las que determinan en gran medida su visión y contribución al clima laboral. Las
características del trabajo son aquellos elementos vinculados con el ejercicio de la actividad
profesional y si estos responden a las expectativas del trabajador. Por último, las
características de la situación del trabajo son las acciones de la compañía pensadas para
generar un determinado ambiente laboral.
Las relaciones interpersonales del empleado con el resto de la empresa es otro aspecto
que influye en el clima laboral. Pero no solo lo hacen estas relaciones, sino también las que el
propio individuo tiene con su entorno.
Es decir, es probable que si, por ejemplo, su matrimonio está pasando por una crisis, acuda
más triste y menos motivado al trabajo. Para evitar este tipo de problemas, será importante
sentarnos con él cuando los detectemos para atajarlos lo antes posible y ofrecerle ayuda
dentro de nuestras posibilidades.
Algo similar ocurre con relaciones con el resto de compañeros. El equipo es un todo y sus
relaciones han de ser positivas. Sin embargo, es posible que surjan suspicacias. Precisamente
por esto, es labor de los Recursos Humanos durante el proceso de selección, escoger a una
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persona no solo que se adapte a los requerimientos del puesto, sino que sea compatible con el
resto de personas del departamento que va integrar.
No solo es importante el puesto, sino la adecuación del empleado al mismo. Aquí hay que
tener en cuenta desde su formación académica, su proyección laboral dentro de nuestro
mercado, así como si está utilizando todas sus habilidades dentro de la compañía. No hacerlo
podría generarle un sentimiento de hartazgo incluso de frustración. Algo que podría acabar
contagiándose y afectar al clima laboral.
Además, aquí es importante comentar que no solo afectan las desigualdades que se tienen
con el propio trabajador, sino las que se puedan apreciar con el resto de compañeros, con un
determinado colectivo, etcétera. Aquí entran en juego cuestiones como la brecha salarial de
género, etcétera.
Una mala retribución puede afectar muy negativamente al clima laboral. Y todo lo
contrario. Aquí nos estamos refiriendo tanto a que la retribución que recibe el trabajador es
poco adecuada respecto de cuestiones como:
Nivel y responsabilidades.
Cargo dentro y fuera de la empresa: si los sueldos para su misma posición dentro del
mercado son superiores el empleado se sentirá descontento.
Competencias: su formación y habilidades personales relacionadas con el puesto.
El trabajo que desarrolla.
Su eficacia.
El tiempo que lleva trabajando para la compañía: es importante matizar que estamos
hablando de una revisión de sueldo anual, una manera de fidelizar al empleado y de
motivarle. Obviamente esta debe estar justificada.
Es decir, deben contarse con unos canales conocidos que garanticen una comunicación
horizontal, nunca vertical ni autoritaria.
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La percepción que tiene el trabajador sobre la empresa afecta al clima laboral
directamente. Por ejemplo, si un empleado piensa que su organización no es rentable y,
además, traslada esa sensación al resto de compañeros, podemos encontrarnos ante una
situación muy complicada de manejar.
Los riesgos psicosociales y el estrés laboral se encuentran entre los problemas que más
dificultades plantean en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo. Afectan de manera
notable a la salud de las personas, de las organizaciones y de las economías nacionales.
Los trabajadores sienten estrés cuando las exigencias de su trabajo son mayores que su
capacidad para hacerles frente. Además de los problemas de salud mental, los trabajadores
sometidos a periodos de estrés prolongados pueden desarrollar problemas graves de salud
física, como enfermedades cardiovasculares o problemas musculoesqueléticos.
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causas, y el estrés relacionado con el trabajo puede contribuir a un aumento de los índices de
jubilación anticipada. Los costes que acarrea a las empresas y a la sociedad son cuantiosos y se
han estimado en miles de millones de euros a nivel nacional.
La gestión del estrés no es sólo una obligación moral y una buena inversión para los
empresarios, sino un imperativo legal establecido en la Directiva Marco 89/391/CEE,
respaldado por los acuerdos marco de los interlocutores sociales en relación con el estrés
laboral y el acoso y la violencia en el trabajo.
Por otra parte, en el Pacto europeo para la salud mental y el bienestar se reconocen las
cambiantes demandas y las crecientes presiones que hay en los lugares de trabajo, y se anima
a los empresarios a que apliquen medidas adicionales de forma voluntaria para fomentar el
bienestar mental.
Aunque sobre los empresarios recae la responsabilidad jurídica de garantizar que los
riesgos en el lugar de trabajo se evalúen y controlen adecuadamente, es fundamental que los
trabajadores también participen. Los trabajadores y sus representantes son quienes mejor
comprenden los problemas que pueden producirse en su lugar de trabajo. Su participación
garantizará que las medidas adoptadas sean apropiadas y eficaces.
5. LA DESMOTIVACIÓN
La desmotivación laboral deriva en un mal clima laboral, alta rotación y baja productividad.
Saber reconocerla y abordarla fomentará una dinámica de trabajo positiva y orientada al
crecimiento.
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Si un empleado motivado es el que adopta el propósito y la filosofía de la empresa y lucha
con ganas por conseguirlo.
Además, se puede optar por incluir beneficios como las dietas laborales o la flexibilidad
horaria.
En definitiva, cambios repentinos, que sin negociarse ni comunicarlo con él, provocan que
no esté a gusto en su puesto de trabajo. Esto influirá en su rendimiento, ocasionando
desmotivación laboral e, incluso, frustración.
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Un software de evaluación de desempeño ayudará a observar cómo ha sido el desempeño
del trabajador en la empresa y a cuidar su relación laboral.
Además, es una de las maneras más sencillas de prevenir la desmotivación laboral, ya que
estos sistemas automatizados detectan caídas de rendimiento o el incumplimiento de
objetivos.
Tener clara la estructura organizacional, valorar a cada trabajador cómo se merece y medir
constantemente el desempeño y el crecimiento de la plantilla con la evaluación de desempeño
será clave para que la empresa tenga todos los datos necesarios para retribuir adecuadamente
a cada empleado y evitar la desmotivación laboral.