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Este documento resume la importancia de conocer la historia de la teología moral y evitar la canonización del pasado. Explica que conocer los hitos históricos permite comprender mejor el estado actual de la teología moral y guiar su desarrollo futuro. Menciona algunos hitos como la patrística, la escolástica, y el período posterior al Concilio Vaticano II, en el que nos encontramos actualmente.
Este documento resume la importancia de conocer la historia de la teología moral y evitar la canonización del pasado. Explica que conocer los hitos históricos permite comprender mejor el estado actual de la teología moral y guiar su desarrollo futuro. Menciona algunos hitos como la patrística, la escolástica, y el período posterior al Concilio Vaticano II, en el que nos encontramos actualmente.
Este documento resume la importancia de conocer la historia de la teología moral y evitar la canonización del pasado. Explica que conocer los hitos históricos permite comprender mejor el estado actual de la teología moral y guiar su desarrollo futuro. Menciona algunos hitos como la patrística, la escolástica, y el período posterior al Concilio Vaticano II, en el que nos encontramos actualmente.
Facultad de Teología Asignatura: Moral fundamental Docente: Alberto Munera Duque, SJ y Maria Isabel Gil Espinoza Estudiante: Juan Diego Hernández Gaviria
SÍNTESIS ANALÍTICA Y CRITICA DE TEMA 5: HITOS EN LA HISTORIA DE
LA TEOLOGÍA MORAL ¿Por qué es importante conocer la historia de la teología moral? Básicamente, es relevante conocer dicha historia, así como conocemos la historia de nuestro país o de los acontecimientos más importantes en nuestra sociedad. El comer la historia de la teología moral es una actitud conveniente y necesaria en el teólogo, puesto que en la medida en que se conozca se podrá comprender el estado actual de la teología moral y así ir vislumbrando el camino que se debe tejer en los años (historia), que a nosotros nos corresponde. Conocer la historia de la teología moral, nos permite a su vez no canonizar el pasado, puesto que dicha canonización implica la revisión de lo ocurrido, no se trata de tomar una posición de defensa de la historia, sino de acogerla, escucharla tal y como fue, con sus fortalezas y sus errores, pues intuyo que solamente una actitud de acogida, apertura y escucha nos permitirá saber apreciar la historia y sobre todo nos regalará luces de que hacer con ella en el momento histórico que a nosotros nos correspondió vivir. Un ejemplo de dicha canonización histórica, lo podemos encontrar en la encíclica de Pablo VI “Humanae vitae”, en dicha encíclica Papa Pablo VI, prohíbe utilizar métodos anticonceptivos, Realidad que para algunos teólogos moralistas es como si fuera una verdad de fe, un dogma, irrefutable, incuestionable y, por lo tanto, que impide ser repensado. Dicha canonización de la historia lo único que hace es cortar la acción del Espíritu Santo, puesto que una realidad que se vio conveniente hace décadas sigue vigente de manera anacrónica, sin tener en cuenta el paso de los tiempos y las necesidades actuales. En fin, dicha canonización de la historia, peca contra la comprensión correcta de la historia y de la Tradición si solamente repetimos las fórmulas. Es importante conocer y abrirnos a los procesos históricos y desde ahí avaluar y si es necesario reformar algunas decisiones que en lugar de cooperar estorban en el asunto de la auto comunicación de Dios al ser humano. La comprensión adecuada de la experiencia y doctrina del pasado, es lo que capacita al teólogo para interpretar mejor el presente, pues no somos absolutizadores de la historia, ni estamos llamados a perpetuar dinámicas que van en contra de lo revelado, sino que, por el contrario, debemos atrevernos a cuestionarnos y a cuestionar todo aquello que corte la acción de Dios. Así mismo, encontramos hitos en la historia de la teología moral, tales como: la patrística, los penitenciales, la escolástica, del S. XIV al S. XVIII, del S. XIX al Vaticano II y finalmente nuestra etapa postconciliar. La pregunta que puede surgir es ¿Qué hacer con dichos hitos? Considero que lo principal es conocerlos, dejar que hablen, pero no intentar volver a ellos para perpetuarlos en la realidad, puesto que si por alguna razón en su momento histórico contribuyo quizás hoy se necesite fijar la mirada en otras realidades. Creo que el ejercicio puede consistir, en conocer la historia, ir a las fuentes de la teología moral y desde seguir haciendo camino, siempre abiertos a lo que indica e impulsa el Espíritu Santo. En medio de los hitos mencionados anteriormente, podemos ver cómo nos encontramos en la etapa postconciliar del Vaticano II, cuya antropología no es abstracta, sino que parte de la realidad de la existencia humana.