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2019-064
Sentencia
Radicado: 2019-064 (PRIMERA INSTANCIA)
Contra: RICARDO FLOREZ RUEDA
DELITO: CONTRATO SIN CUMPLIMIENTO REQUISITOS LEGALES
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL PODER PUBLICO
EPISODIO FÁCTICO
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Sin embargo en relación con los contratos 249 y 250 de octubre 11 de 2004,
advirtió que previamente a su celebración, se observó que en las convocatorias
005 y 0012 de 27 septiembre de 2004, participó como único proponente la ESE
Clínica Guane de la cual no cumplió con los términos de referencia y dio lugar a la
declaratoria de desiertas mediante resoluciones 11062 y 11064 de septiembre27
de 2004, respectivamente, procediendo el 28 de septiembre de 2004, señor
Secretario de Salud Ricardo Flórez Rueda a enviar invitación a Gilberto Ramírez
Castro, representante legal de Salud Social IPS, para que presentara propuesta
desconociendo el trámite previsto en el artículo 16 del decreto 2170 de 2002, que
señala que en el caso de declaratoria de desierta la licitación, concurso o cuando
ninguna oferta se ajusta a los términos de referencia o pliego de condiciones, la
convocatoria que le sigue debe ser pública, lo cual no aconteció en el caso
investigado, conclusiones que son reforzadas en el informe de policía judicial No.
9-51616 de fecha 6 de agosto de 2015 rendido dentro del proceso No. 45036
Única Instancia que adelantara en su momento la Corte Suprema de Justicia.
RESOLUCIÓN DE ACUSACIÓN
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Folio 358 a 367 c1
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Parágrafo 2o. Podrá declararse desierta la contratación directa por las mismas
causales previstas en el inciso primero de este artículo, caso en el cual se
aplicarán las reglas previstas en éste. Texto subrayado declarado NULO por el
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Inconforme con la decisión tomada por el ente acusador, el señor defensor del
procesado Ricardo Flórez Rueda, interpuso recurso de reposición y en subsidio el
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Surtido el traslado de que trata el artículo 400 del Código de Procedimiento Penal
de 2000 y efectuada la audiencia preparatoria, luego se llevó a cabo la vista
pública en donde se recopilaron pruebas, al igual que en la misma los sujetos
procesales esbozaron sus alegatos conclusivos así:
De otra parte hace énfasis la señora Fiscal, que a esta misma conclusión arribó en
un segundo informe el número 9-51616 de fecha agosto 6 de 2015 rendido dentro
del proceso No. 45036 de Única Instancia que adelantara en su oportunidad la
Corte Suprema de Justicia, atendiendo el traslado de competencia con ocasión de
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Resalta así mismo, que el investigador realizó análisis a los contratos 249 y 250
celebrados con posterioridad a haberse declarado desiertos los procesos de
selección 005 y 0012 de 2004, de los cuales observó que una vez frustrados estos
procesos de selección, la Secretaría de Salud de Santander prosiguió con el
trámite contractual con un claro incumplimiento de todo el proceso previo lo
dispuesto por el decreto 2170 de 2002, pues no se realizó un proceso de selección
adecuado, empezando porque la invitación que dio inicio a estos nuevos procesos
contractuales fue privada y no pública como lo manda el citado decreto,
añadiendo que analizada la línea de tiempo entre la declaratoria de desierto de
los procesos de selección y la firma del contrato, y teniendo en cuenta el contenido
del artículo 16 del mencionado decreto y lo observado en los cuadros
comparativos que trae en su informe el investigador, señala que “salta a la vista
que los contratos 249 y 250 de 2004, celebrados entre la Secretaría de Salud de
Santander y SALUD SOCIAL IPS S.A., no cumplen con los requisitos
precontractuales exigidos para su celebración”. Y es por lo anterior reseñado se
llega a la conclusión que los contratos 249 y 250 de 2004 celebrados entre la
Secretaría de Salud de Santander y SALUD SOCIAL IPS, no cumplieron con los
requisitos precontractuales para su celebración conforme lo dispone el artículo 16
del decreto 2170 de 2002, ya que no se tiene constancia que una vez declarada
desierta cada convocatoria, que la administración hubiera expedido un acto
administrativo en el que se justificara que persistía la necesidad de contratar y
que por lo tanto era necesario volver a abrir el proceso de selección que tenía por
finalidad adjudicar los contratos a que se referían las convocatorias 005 y 0012 de
2004.
De otra parta expone que conforme a lo antes reseñado y las pruebas aportadas
al proceso, se advierte que los actos de investigación, que por parte del señor
secretario de Salud de Santander, señor Ricardo Flórez Rueda, en representación
del departamento y debidamente delegado por el señor gobernador para realizar
los procesos de contratación, se vulneraron principios de la contratación estatal
previsto en la ley 80 de 1993 tales como igualdad, imparcialidad y
transparencia, establecidos respectivamente en los artículos 24, 29 y 30, al
impedírsele a la ESE Clínica Guane obtener decisión que respondiera a sus
argumentos al presentar recurso de reposición contra la resoluciones que
declararon desiertas las convocatorias pues pese a haberse interpuesto dicho
recurso en términos, se desconoce decisión al respecto, y a su vez se vulneró el
principio de transparencia, el cual se torna obligatorio del servidor público, para
actuar de manera clara, imparcial y pública, omitiéndose estos procedimientos
previstos por la ley para la selección objetiva del contratista, y así lo hace resaltar
el investigador al dar cuenta en su informe: “solo bastaron 10 días hábiles para
que la Secretaría de Salud a cargo del aquí procesado adjudicara los contratos
249 y 250 de 2004, omitiendo de manera flagrante el término de ejecutoria de los
actos administrativos, esto es 5 días contados a partir de su notificación personal o
desfijación del edicto … Así las cosas, y en una estricta interpretación del
mencionado artículo del código contencioso, no se podía proseguir con el proceso
contractual hasta tanto no quedara en firme cada uno de los actos administrativos
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que declaró desierto los respectivos procesos de selección, porque los mismos
eran susceptibles de recursos como efectivamente se ejercieron, y de una
revocatoria, luego atenta contra el principio de transparencia el haber procedido de
la forma como lo hizo el secretario de salud de Santander en la medida que negó
la oportunidad a la ESE Clínica Guane de surtir en debida forma su debido
proceso administrativo”.
Reseña el ente fiscal, que el señor Ricardo Flórez Rueda en su indagatoria vertida
(folios 75 y 159 c.o), se muestra totalmente ajeno a los hechos investigados y en
donde advierte que actuó en dicha contratación por delegación, existiendo dentro
de tal secretaría una oficina jurídica y un comité técnico evaluador amén de un
interventor y la persona especializada en la contratación en salud pública que
radica en la subsecretaría de salud pública, quienes eran los que orientaban los
procesos de contratación, sin que de su parte existiese el deseo de favorecer al
contratista.
La señora fiscal, hace relevancia que dentro de la etapa del juicio, se oyó el
testimonio del abogado Reynaldo Viviescas, personaje este que hacía parte del
equipo de asesores jurídicos del señor secretario de Salud, señalando este
deponente que para el año 2004 se vieron cambios normativos que se introdujeron
con la ley 2170 de 2002 relacionados con la reforma a la actividad contractual de
lo público y con ello se produjo una inestabilidad jurídica, se suspendían los
artículos, otros no eran aplicables y las entidades no sabían cómo aplicar en
debida forma la nueva legislación a los procesos contractuales, sin embargo
advierte que para esa época ante la declaratoria de desierta de una convocatoria
pública era deber de la administración proceder a la contratación directa como lo
disponía la norma; da cuenta que el equipo jurídico que acompañaba al señor
secretario de Salud era el que lo asesoraba a efecto que se procediera a la
contratación.
De otra parte señala que en relación propiamente con los contratos investigados
249 y 250 y frente a la determinación de seguir adelante con los procesos
contractuales, que los mismos fue seguramente producto de una recomendación
del mismo equipo jurídico asesor, dado que el señor Ricardo Flórez no era
abogado, empero era una persona con independencia de la decisión que se
adoptara, era ponderado y ajustado y nunca insinuó ningún proceso contractual, ni
se actuó de manera deliberada, que por el contrario, eran días interminables
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De otra parte reseña el togado defensor, que hace muy poco tiempo se señalaba
que la delegación o desconcentración funcional no eximia de responsabilidad al
delegante, hasta que la Corte Suprema de Justicia empieza a recoger este criterio
para señalar que se debe hacer un análisis muy completo de esa delegación
cuando de ella se derivan algunas irregularidades, por qué si cabe la posibilidad
entonces de que el delegante no tenga responsabilidad como en el caso que nos
ocupa, donde prevalecía más un estudio técnico jurídico, que la propia voluntad
del delegante, o la propia voluntad del secretario de salud, en esta caso Ricardo
Flórez. Relievando la defensa que en este caso la señora fiscal no ha tomado en
consideración el principio de antijuridicidad material, que también es materia de
estudio en casos como el que hoy se ventila en este proceso, ya que la misma
Corte ha señalado que no basta la sola contrariedad formal de la conducta con la
norma penal para acreditar la antijuridicidad de la misma, sino que es necesario
establecer la lesión o peligro potencial e injustificado del interés que tutela la ley,
siendo dicho concepto tan claro, pero tan antiguo que fue plasmado por el propio
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Que por consiguiente la antijuridicidad que debía ser también estudiada en el caso
que nos ocupa, toma parte y se particulariza en el desvalor del acto o por mejor
decir en la afectación real o puesta en peligro de un bien jurídicamente tutelado,
siendo destacado en sala de 1998, cuando se señaló que no obstante la calidad
de ese criterio doctrinal del doctor Reyes para esa época, el demandante
erróneamente lo entiende que podría haber delito sin daño, pero no es eso lo que
dice la Jurisprudencia, todo lo contrario el hecho de que allí se clasifique la
contratación sin el cumplimiento de requisitos legales como un delito de peligro, es
precisamente porque se advierte que se necesita que produzca un daño que al
menos consista en poner en peligro el interés jurídicamente tutelado, estando esto
plasmado en una sentencia de febrero 1 de 2001, y que cobra hoy absolutamente
vigencia cuando se trata de hacer un análisis sobre daños que produce un
eventual incumplimiento de requisitos legales, debiéndose aquí señalar que fue el
equipo jurídico el que determinó para ese momento que la contratación se podía
hacer conforme aquí se hizo y en forma directa, por lo que no cabe
responsabilidad sin entrar a hacer una completa evaluación y análisis, si es que se
produjo la irregularidad, sobre la intención dañina de Ricardo Flórez Rueda, ya
que comportamiento adolece por completo de esa intención de daño y por tanto si
la irregularidad existió y en cabeza de terceros, primero, no podemos endilgarla a
quien no la dirigió, y en segundo lugar no podemos endilgarla a quien no tenía un
interés malévolo, un interés dañino y menos aún en quien no genero una lesividad
en el comportamiento.
Termina sus alegaciones recalcando que para el año 2004 los cambios normativos
no permitían tener fe con respecto a la normativa que se estaba aplicando,
porque hoy era una, mañana era otra y en todo caso la aplicable resulto ser cierta
para una determinada época también, y no es del caso que nos ocupa en el sub
examine y si se procede mediante una sentencia condenatoria que entre otras
cosas lesionaría la vida pública de alguien que siempre ha estado como servidor
público cumpliendo y en juntillas, no solo con la normativa sino con la actividad
funcional que se le ha deferido, por eso y no bastando meramente esa
concatenación entre hecho y norma, dejando de lado los principios como el de
lesividad, antijuridicidad material y sobre todo culpabilidad, no es del caso que se
proceda contra Ricardo Flórez Rueda con una sentencia de carácter condenatorio,
por lo que se debe despachar a favor del antes citado una sentencia absolutoria.
CONSIDERACIONES
Establece el artículo 232 del estatuto adjetivo penal, que para proferir en un asunto
determinado sentencia de condena, se requiere el que se encuentre demostrada,
más allá de la duda, la existencia de la conducta punible y la responsabilidad que
en su realización, compete al encartado, en la medida, que de no configurarse
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Así las cosas, se tiene que el objeto material del punible aquí investigado, se halla
demostrado con las probanzas que sirvieron de fundamento primero para el
proveído que resolviera la situación jurídica, al igual cuando se calificara el mérito
del sumario como lo son:
1.- Denuncia a través de correo electrónico por parte del señor Ricardo Gelvez,
donde coloca de manifiesto la presunta colaboración prestada por el entonces
senador Luis Alberto Gil Castillo, al candidato de la gobernación de Santander de
ese entonces Hugo Aguilar Naranjo y con ello obtener el nombramiento del acá
procesado Ricardo Flórez Rueda en la Secretaría de Salud de Santander. – Folio 1
cuaderno 1-
2.- Obra Informe rendido por el Cuerpo Técnico de Investigación –CTI-, número
GDF-6883/8 calendado septiembre 29 de 2008, y que tiene que ver con los
hechos investigados. – Folio 9 c. orig-
3.- Informe UDAP-3238 de fecha mayo 21 de 2010, emitido también por el Cuerpo
Técnico de Investigación, que da cuenta sobre los resultados y verificación de los
contratos acá ventilados. –Folio 20 c. orig-.
4.- Se tiene la Resolución de apertura de investigación de fecha agosto 18 de
2011, contra Ricardo Flórez Rueda. –Folio 49 c. orig-.
5.- Obra constancia de antecedentes del procesado Ricardo Flórez Rueda. –Folio
67 c. orig-.
6.- Diligencia de indagatoria vertida por el procesado Ricardo Flórez Rueda, al
igual que diligencia de ampliación de la misma. –Folios 75 y 159 c. orig-.
7.- Se allegó fotocopia cédula de ciudadanía correspondiente al procesado
Ricardo Flórez Rueda. –Folio 89 c. orig-.
8.- Se tiene fotocopia de los contratos de prestación de servicios números 00250 y
00249. -Folios 107 y 111 c. orig.-
9.- Al diligenciamiento se allegó fotocopias de las resoluciones números 11062 y
11064 signadas septiembre 27 de 2004 emitidas por la Secretaría de Salud
Departamental. –Folios 115 y 117 respectivamente del c. orig-.
10.- Informe número 68-5250 emitido por el Cuerpo Técnico de Investigación de
febrero 16 de 2012. –Folio 124 c. orig-.
11.- Informe número 2010 de marzo 9 de 2012 rendido por el Cuerpo Técnico de
Investigación sobre la existencia de la empresa prestadora de salud. –Folio 133 c.
orig-.
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En este caso se cuestionan las convocatorias 005 y 0012 de 2004, que dieran
origen a los contratos 249 y 250 de 2004, suscrito entre Ricardo Flórez Rueda en
su calidad de Secretario de Salud de Santander y el señor Gilberto Ramírez
Castro representante legal de Salud Social IPS, a través del cual se llevaba a
cabo la operación y prestación de unos servicios de salud en el departamento de
Santander, para el cual se extendieron y adjudicaron como se ha mencionado, los
contratos números 249 y 250 de 2004, sin surtir en debida forma su debido
proceso administrativo, y fue así como inexplicablemente el secretario de Salud de
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Santander Ricardo Flórez Rueda, optó por realizar los referidos contratos sin el
lleno de los requisitos legales que demanda el legislador.
Acorde con lo anterior hay que decir, que en el plenario obran las
correspondientes pruebas documentales, testimoniales y el mismo dicho del
procesado Ricardo Flórez Rueda, que tenía la calidad de servidor público,
comoquiera que ocupaba el cargo de Secretario de Salud de Santander para la
época de los hechos aquí investigados, fecha en la que suscribió los contratos
cuestionados, tal y como el reconoce en su indagatoria, al igual los referidos
contratos objeto de debate y demás documentos relacionados con el proceso de
contratación.
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Así mismo, en relación con los principios que orientan la actividad contractual, el
artículo 23 del Estatuto General de la Contratación Administrativa2 dispone:
Los artículos 24, 25, 26 y 29 del mismo estatuto desarrollan estos principios, cuyo
contenido y alcance han sido definidos por la jurisprudencia de la Sala, en la forma
que se sintetiza a continuación: (CSJ, SP 20 May 2003, Rad. 18754; 10 Ag 2005,
Rad. 21546; 15 May 2008, Rad. 29206; 16 Mar 2009, Rad. 29089 y 09 Sep 2009,
Rad. 21200, entre otras).
2 Ley 80 de 1993
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Ligado a este principio existe el deber de selección objetiva que propende por la
escogencia de las propuestas que generen el mayor beneficio para la entidad
contratante, omitiendo cualquier motivación personal o subjetiva.
«…todos los actos jurídicos generadores de obligaciones que celebren las entidades
a que se refiere el presente Estatuto, previstos en el derecho privado o en disposiciones
especiales, o derivados del ejercicio de la autonomía de la voluntad…» (Resaltado fuera
del texto).
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De igual manera se tiene Informe de Policía Judicial No. 9-61616 de fecha agosto
6 de 2015, emitido por el investigador OSCAR MAURICIO SOLANO NOVA,
profesional Investigador II del grupo Especializado de Investigación de Aforados
Constitucionales de la Corte Suprema de Justicia, y dirigido al doctor LUIS
GUILLERMO SALAZAR OTERO, magistrado de la Corte Suprema de Justicia que
conocía para ese entonces del presente proceso, y en lo concerniente a los
contratos acá ventilados dio cuenta así: “Una vez frustrados los procesos de
selección 005 y 0012 de 2004, la secretaría de Salud de Santander prosiguió con
el trámite contractual, esta vez con un claro incumplimiento de todo el proceso
previo dado por el Decreto 2170 de 2002. Igualmente hay que mencionar que es
evidente la ausencia de cierta documentación en los procesos contractuales
adelantados con posterioridad a la declaratoria de desiertos y entregados para su
estudio.”
“Si se realiza una línea de tiempo entre la declaratoria de desierto de los procesos
de selección y la firma del contrato, se lee lo preceptuado en el artículo 16 del
mencionado Decreto y se mira al detalle lo narrado en los cuadros precedentes,
salta a la vista que los contratos 249 y 250 de 2004, celebrados entre la Secretario
de Salud de Santander y SALUD SOCIAL IPS S.A., no cumplen con los requisitos
precontractuales exigidos para su celebración…”
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Corrido el traslado del artículo 400 del Código de Procedimiento Penal, se llevó a
cabo diligencia de audiencia preparatoria donde se dispuso recibir declaración del
señor Reinaldo Jazneth Viviescas Pérez, pruebas solicitada a instancia de la
defensa técnica del procesado.
A una pregunta hecha por la defensa respecto si el aquí procesado doctor Ricardo
Flórez Rueda, que pese a ser ingeniero de sistemas, era una experta en
contratación, a lo cual respondió no, que frente a esa precisión manifiesta que o
solamente Ricardo, sino todos los secretarios siempre van a llegar muy adecuados
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De otra parte no sobra resaltar en este estadio procesal y como bien lo debía
conocer el aquí procesado Ricardo Flórez Rueda, que si bien es cierto los
contratos de las empresas de servicios públicos deben regirse por el derecho
privado, no significa que los principios de la contratación estatal no sean aplicables
para este tipo de contratación; ya que si miramos la misma Ley de servicios
públicos, esta establece en su artículo 35 la obligatoriedad de las elección
objetiva, y extiende la posibilidad para que las comisiones de regulación
establezcan criterios de selección y se hagan obligatorios para algunos contratos
los tramites de licitación pública, lo que aquí no se hizo, solo se limitó el procesado
Ricardo Flórez Rueda, a efectuar una contratación directa, lo cual se hubiese
podido evitar indiscutiblemente si el procesado Flórez Rueda, hubiese realizado
una planeación conforme lo demanda los principios de la contratación y las
normas que las regulan.
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servicios, esto es, el 249 y 250 de 2004, como tantas veces se ha repetido sin el
lleno de los requisítos legales que para esta clase de contratación se requieren,
por lo que se debió haber realizado una invitación pública, y se procedió
disimuladamente a asignarlos en forma directa como se encuentra reseñado, y
conforme se acredito con el material y pruebas aportadas al diligenciamiento.
Es por consiguiente, sin que sea, necesario que la entidad pública perciba un
desmedro en su patrimonio para la consumación de la conducta punible, basta la
omisión dolosa de las formas propias del contrato estatal para transgredir el bien
jurídico tutelado por el legislador al exigir el acatamiento pleno de los principios
rectores de la administración pública a la hora de contratar, ya que no exige un
resultado dañoso concreto, sino una infracción a un deber jurídico o puesta en
peligro que en el caso de trato está más que demostrado según el análisis
probatorio realizado ut supra.
Sin embargo, las explicaciones dadas por el procesado FLOREZ RUEDA, no son
suficientes para desvirtuar la prueba de cargo y de responsabilidad penal, pues
claramente se haya demostrado que se perfeccionaron contratos sin el
cumplimiento de los requisitos legales, por lo que su facultad para contratar
directamente estaba superada, lo que no era así, por lo que dicha contratación
debió realizarse por invitación pública, y es que se tiene la certeza que el aquí
procesado de antemano conocía la necesidad de contratar conforme lo dispone la
ley, como lo era la de invitación pública y prefirió hacerlo de manera privada,
contratos que suscribió con la misma persona, y por la suma de $ 170.000.000
millones de pesos cada uno, no previendo FLOREZ RUEDA dicha situación.
Por otra parte, si bien la defensa técnica afirma que es claro que no existe una
violación a la Ley sin distinción del régimen contractual que se quiere acoger para
la resolución del caso bajo estudio, en la medida en que era posible la manera de
contratar como se hizo en el presente evento con contratación privada, dicha
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postura se cae de su peso, ya que las pruebas obrantes así nos lo señalan,
porque se advierte que contrario a la necesidad de realizar un acto de
convocatoria pública, el procesado RICARDO FLOREZ RUEDA, quien fungía
como secretario de Salud de Santander, al día siguiente de declarar desiertas las
convocatorias publicitadas, remite una carta de invitación para contratar con Salud
Social IPS: S:A, sin que hubiese cobrado ejecutoria los respectivos actos
administrativos representados en las resoluciones 11062 y 11064 de 2004, contra
los cuales procedía el recurso de reposición en los términos de los artículos 50 y
51 del Código Contencioso Administrativo, negando de esta manera la
oportunidad a la ESE Clínica Guane de surtir en legal forma un debido proceso
administrativo, tal argumento no es de recibo para el despacho, pues como bien
se sabe la contratación estatal se rigen por principios y reglas previamente
señalados en la ley, y por tal razón quienes ejercen cargos públicos que tengan
atribuciones de celebrar contratos de esta naturaleza, deben realizar un proceso
de diseño y selección de objetivos, metas y acciones acordes a la visión para el
logro de resultados de la entidad, permitiendo que el contrato se ajuste a las
necesidades de la de la misma para el cabal cumplimiento de la misión para la
cual fue creada; luego, para el caso de trato, es claro que al efectuarse la
invitación privada atento contra principios estatuidos por el legislador, y por ende
se tenía que haber efectuado por licitación pública, como se ha pregonado a lo
largo del investigativo.
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Así las cosas, nada dentro del plenario conlleva a afirmar que el acusado para el
momento de cometer el injusto, fuera sujeto pasivo de trastorno mental,
inmadurez sicológica o diversidad socio cultural y antes bien, de las pruebas que
obran en el proceso, se infiere que tenía plena capacidad de comprensión y por lo
tanto se le debe considerar como sujeto imputable en materia penal, que podía
ajustar su comportamiento a los requerimientos o prescripciones legales y no lo
hizo, absteniéndose de atentar con su conducta contra la administración pública,
lo que sin duda lo hace merecedor del reproche que comporta la sentencia.
DOSIFICACIÓN PUNITIVA
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CONTRATO SIN
CUMPLIMIENTO DE
PENA DE PRISIÓN
REQUISITOS LEGALES
CONTRATO SIN
CUMPLIMIENTO DE
PENA DE MULTA
REQUISITOS LEGALES
Teniendo claro lo anterior y conforme los aspectos que a lo largo del artículo 61 del
Código Penal se trazan y en especial la gravedad de la conducta por la que se
procede, la cual estuvo igualmente precedida de dolo directo, y con la que se
socavaron los principios contractuales de la administración pública, poniendo en
entre dicho los procesos de contratación de las entidades estatales con el actuar
contrario a la función pública que desempeñaba RICARDO FLOREZ RUEDA, las
penas que habrán de imponerse al referido, son las de prisión por lapso de
sesenta (60) meses, multa en cuantía de quince (15) s.m.l.m.v. e inhabilitación
para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el término de cinco (5) años,
cinco (5) meses.
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En principio debe decirse que no hay obstáculo alguno para emprender el estudio
de los sustitutos en cita dado que para la época en que se cometieron estos
hechos no había norma que contemplara prohibición alguna al respecto, que
emergieron cuando se adicionó el art 68 a del código penal por medio del art 32
de la ley 1142 de 2007, que fuere modificado por el art 13 de la ley 1474 de 2011,
ulteriormente por el art 28 de la ley 1453 de 2011 y finalmente por el art 32 de la
ley 1709 de 2014. y que incluso llegaron a comprender el rechazo de facto de los
sustitutos en comento cuando la persona hubiera sido condenada por delito doloso
contra la Administración pública como acontece en este caso, pero a tales
preceptos legales no podrá darse aplicación alguna al ser más odiosos para un
procesado, cobrando vigencia dentro de la favorabilidad y en aplicación ultractiva
la normatividad que regía en la materia para el interregno de los hechos que no
estipulaba ninguna prohibición en torno a concesión de institutos como los que
entonces pasaran a examinarse.
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Artículo 29. Modificase el artículo 63 de lo Ley 599 de 2000, el cual quedará así:
1. Que la pena impuesta sea de prisión que no exceda de cuatro (4) años.
2. Si la persona condenada carece de antecedentes penales y no se trata de uno
de los delitos contenidos en el inciso 2° del artículo 68A de la Ley 599 de 2000, el
juez de conocimiento concederá la medida con base solamente en el requisito
objetivo señalado en el numeral 1 de este artículo.
3. Si la persona condenada tiene antecedentes penales por delito doloso dentro de
los cinco (5) años anteriores, el juez podrá conceder la medida cuando los
antecedentes personales, sociales y familiares del sentenciado sean indicativos de
que no existe necesidad de ejecución de la pena.
Artículo 23. Adicionase un artículo 38B a la Ley 599 de 2000, del siguiente tenor:
Artículo 38B. Requisitos para conceder la prisión domiciliaria. Son requisitos para
conceder la prisión domiciliaria:
l. Que la sentencia se imponga por conducta punible cuya pena mínima prevista
en la ley sea de ocho (8) años de prisión o menos.
2. Que no se trate de uno de los delitos incluidos en el inciso 2° del artículo 68A de
la Ley 599 de 2000.
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se encuentra incluido en el inciso 2 del artículo 68 A del C.P. siendo ello suficiente
para hacer improcedente el otorgamiento de este sustituto.
En tanto que el artículo 38 original del C.P., vigente a la época de los hechos
resulta ser más favorable para los efectos de la concesión del sustituto de prisión
domiciliaria, comoquiera que los requisitos consagrados son más benéficos al
procesado en el caso concreto.
Así se advierte que la conducta punible por la que se procede prevé una pena
mínima de prisión de cuatro (4) años, es decir, inferior al límite propuesto por el
legislador -5 años de prisión-.
Bajo ese contexto es dable dar paso al análisis del aspecto subjetivo, que se
concluye, arroja resultas positivas en el caso del sentenciado, en la medida que
aunque sensatamente no puede predicarse que es un delincuente primario, si se
ha conocido que a lo largo de su vida ha tenido un arraigo familiar, tratándose de
un profesional ingeniero en sistemas, con maestría en administración de empresas
y otras, que desde cierto punto de vista ha sido útil a la sociedad pese al error
cometido, y ha estado atento al desarrollo de la investigación haciéndose presente
en ella cuando se le ha requerido, todo lo cual permite pensar que desde su
residencia no colocará de nuevo en peligro a la comunidad o evadirá el
cumplimiento de la pena impuesta, máxime cuando quedará inhabilitado para el
ejercicio de derechos y funciones públicas, lo que emerge como obstáculo para la
nueva comisión de conductas como la analizada.
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RESUELVE
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,
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