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Ficha de Cátedra
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“Lévi-Strauss venía de una época en que las universidades albergaban elites minúsculas, cuando las ramas
de las humanidades estaban apenas parcialmente profesionalizadas. La antropología gateaba, la
investigación de campo estaba reservada a pocas docenas de académicos que trabajaban en los límites de
los últimos imperios europeos. La geografía del mundo había sido mapeada, pero culturalmente había
regiones enteras en blanco. Los etnólogos recorrían el mundo en busca de… cosmologías, rituales y artes.
Exploraban los límites de la experiencia humana documentando las ricas alternativas que surgían de las
sombras del preconcepto ochocentista”. (Wilcken, P., 2010:18).
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postula que, a un nivel subyacente e inconsciente, existe una lógica común a las
experiencias humanas. La mente funciona de la misma forma para todos los seres
humanos, las diferencias observadas en el contenido son irrelevantes; una diferencia
significa que existe una variación superficial en el contenido, producida por la capacidad
transformadora de la mente humana. Si queremos comprender cómo trabaja la mente
sólo podemos hacerlo mediante el estudio de los sistemas creados por ella (también
designados por Lévi-Strauss como “sistemas conscientes de representación”: sistemas de
parentesco, míticos, rituales, económicos, morales, estéticos, etc.; es decir aquellas
formas concretas que asumen las creaciones culturales de la humanidad).
El propósito de la investigación estructural es explicar el mundo de las experiencias
humanas captando la racionalidad básica que subyace al mundo de los fenómenos. Esa
racionalidad está dada por las categorías y relaciones lógicas que construye la mente
humana, que percibe la realidad en términos de oposiciones y discriminaciones binarias
(duales) tales como: alto-bajo; masculino-femenino; izquierda-derecha; bien-mal; guerra-
paz; caliente-frío, etc.
Lévi-Strauss analizó diversos fenómenos culturales (en particular se ocupó de aquellos
vinculados con los sistemas de parentesco y matrimonio, los mitos, el totemismo y ciertos
tipos de representación artística como las pinturas faciales, los tatuajes y las máscaras) y
trabajó con ellos hasta llegar a los axiomas culturales básicos (relaciones binarias) que
subyacen a todos los aspectos de una cultura y pueden encontrarse en la base de todas las
culturas. Independientemente del tiempo, del lugar y de las circunstancias, las
propiedades lógicas de la mente humana trabajarán fundamentalmente del mismo modo.
La mente humana está inevitablemente programada y aunque esté enclavada en una
matriz cultural urbana-industrial-capitalista o en un ambiente desértico de cazadores-
recolectores, trabajará de la misma forma.
Según Lévi-Strauss, la estructura formal del intelecto, del pensamiento humano,
determina (y es) la cultura. Para formular su teoría, incorporó los métodos y los supuestos
teóricos de la lingüística -en particular, de la lingüística estructural- ya que, a su criterio,
en aquel momento era la única disciplina que reunía el rigor metodológico y la coherencia
lógica que debe tener toda ciencia2. Con la extensión del estructuralismo lingüístico al
campo de la etnología, Lévi-Strauss buscaba superar el empirismo del funcionalismo, así
como los análisis conjeturales de las perspectivas historicistas en antropología
(evolucionismo, difusionismo).
Para Lévi-Strauss, cualquier actividad humana, cualquier sistema cultural, está ordenado
según modos convencionales que hacen posible la interacción entre las personas; en tal
sentido, constituyen “lenguajes” que, como cualquier otro, pueden ser descifrados o
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Durante unos años, a partir de 1942, Lévi-Strauss comienza su formación sistemática en lingüística
estructural asistiendo a los cursos del lingüista ruso Roman Jakobson durante la estadía de ambos en Nueva
York a donde se instalaron escapando de los escenarios europeos de la Segunda Guerra Mundial.
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- Cada elemento de la totalidad adquiere valor por oposición a todos los demás.
- Tiene capacidad de transformación; los cambios en un elemento implican cambios
en la totalidad.
- Está regida por reglas inconscientes.
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Conviene señalar que Lévi-Strauss se mostró más interesado en trabajar sobre los elementos comunes a las
diversas culturas que en realizar una descripción detallada de una cultura en particular.
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El núcleo de la lingüística estructural era una idea simple, pero revolucionaria: la noción de que el lenguaje
consiste en un sistema formal de elementos interrelacionados, y que el significado reside no en los
elementos en sí, sino en sus relaciones mutuas.
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Relación naturaleza-cultura
Naturaleza Cultura
universalidad particularidad
espontaneidad regla
constancia relatividad
herencia tradición
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Para Lévi Strauss, el hombre llegó a ser hombre como consecuencia de un pasaje, un
paso o tránsito de la naturaleza (animalidad) a la cultura (humanidad); en ese movimiento
la cultura “sustituye y transforma” a la naturaleza5. La cultura constituye una ruptura con
la naturaleza en la medida que impone condiciones de existencia de las que los seres
humanos no nos podemos sustraer; no hay retorno posible a una condición “anterior” a la
cultura.
El pasaje de la naturaleza a la cultura se realiza a partir de la instauración de una
norma/regla que actúa a modo de bisagra entre ambos dominios: la prohibición del
incesto (que reúne en sí la universalidad de las tendencias naturales y el carácter
coercitivo de toda regla). Como vimos, “allí donde hay norma hay cultura”; en relación con
esta afirmación, la prohibición del incesto como norma/regla asume formas diversas en
las distintas tradiciones socio-culturales, y puede definirse como el “complejo de
creencias, costumbres e instituciones que prohíben el matrimonio entre parientes
cercanos” (Lévi-Strauss, C. 1993). A través del análisis del sentido expresado en la
prohibición, Lévi-Strauss dirime la controversia de los límites entre la naturaleza y la
cultura. La naturaleza, ámbito propio de los instintos, tiene leyes universales y la cultura,
ámbito de múltiples manifestaciones, tiene reglas particulares. Encuentra entonces que la
prohibición del incesto es a la vez natural -porque se da en todos los grupos sin excepción-
y cultural, porque en cada grupo reviste una forma diferente o mejor, diversa.
La prohibición no es ni totalmente cultural ni totalmente natural. Es un vínculo que
transforma un comportamiento natural: el impulso sexual, en un comportamiento social y
cultural. La prohibición del incesto transforma el estado de naturaleza y lo organiza en un
nuevo orden: el de la dimensión cultural por medio de una norma. Así, a partir de
considerar a esta regla como fundante de la sociedad, adquiere el carácter de prescriptora
del comportamiento social, en tanto establece las formas por las que se relacionan
internamente los integrantes de un mismo grupo y los grupos entre sí.
Así, en ambos niveles –la naturaleza y la cultura- se instala el don y la reciprocidad, el dar y
el recibir6. En la naturaleza, por obra de las leyes de la herencia se da lo mismo que se
recibe y la alianza es espontánea. En la cultura, hay un plus de don, una acumulación, se
da más de lo que se recibe y se recibe más de lo que se da, ya que además de la herencia
biológica se lega la transmisión cultural y, por otro lado, la alianza no queda librada al
azar. La prohibición del incesto marca un lugar que está prohibido y organiza, de este
modo, las relaciones de parentesco que son las que permiten todas las otras relaciones. Es
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La cultura no es considerada -como en el caso de Malinowski- una segunda naturaleza, sino un nivel nuevo
y distinto de organización. Cultura es mediación / transformación entre la naturaleza y algo más: la sociedad
y la historia, que dan sentido específico a la norma. El “no”, la norma que prohíbe, es para el estructuralismo
una operación lógica que marca una distinción, pero no indica qué forma y qué contenido adquiere esa
distinción; forma y contenido son dotados de sentido por la sociedad y la historia.
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La antropología estructural de Lévi-Strauss define a la cultura como un sistema de comunicación regido por
el intercambio de los valores más preciados de la humanidad: las palabras, es decir, el lenguaje; las mujeres,
lo que implica el sistema de parentesco a través del cual se regula la reproducción del grupo y los bienes
materiales, que representan los sistemas económicos.
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entonces la cultura la que determina entre quiénes se puede establecer la alianza, cuáles
serán en cada caso las mujeres prohibidas. La prohibición del incesto establece una marca,
una intervención no dada en la naturaleza. Se trata del carácter distintivo de la cultura que
impone una restricción no biológica, un vínculo que transforma un comportamiento
natural -el impulso sexual- en un comportamiento social y cultural.
Lo simbólico introduce el orden; dicho orden es simbólico pues le asigna valor a algo que
no lo tiene por sí mismo. La prohibición del incesto al vedar a determinadas mujeres
posibilita la circulación, es decir, permite más de lo que prohíbe. La exogamia garantiza la
armonía del grupo, asegurando así su conservación. Este intercambio de mujeres como
bien esencial es doblemente significativo, por la procreación y por el aporte económico
que realizan al grupo. La dimensión simbólica de la cultura se materializa en estos
intercambios que toman forma y contenido en instituciones concretas en las distintas
culturas y sociedades; por ejemplo, en sistemas de parentesco y en modelos de familia.
No hay una relación universalmente incestuosa, cada cultura establece como se llena esa
relación de manera singular. Lévi-Strauss plantea que el hecho de la regla es la esencia
misma en la prohibición del incesto. Para el autor, la cultura viene a introducir un orden
allí donde no existe ninguno; le otorga a la cultura el papel de responsable en asegurar la
existencia del grupo como grupo, de sustituir el azar por la organización; esta es la
intervención de la cultura por excelencia.
Bibliografía
-BOIVIN, M., A. ROSATO y V. ARRIBAS. 2006. Constructores de Otredad. Buenos Aires,
Antropofagia.
-GUREVICH, E., S. JÁUREGUI y L. LONGOBARDI. 1998. Estructuralismo. En M. Lischetti
Antropología. Buenos Aires, Eudeba.
-KAPLAN, D. y R. MANNERS. 1979. Introducción crítica a la teoría antropológica. México,
Nueva Imagen.
-LEACH, E. 1970. Lévi-Strauss, antropólogo y filósofo. Barcelona, Anagrama.
-LÉVI-STRAUSS, C. 1976. Elogio de la antropología. Buenos Aires, Ediciones Caldén.
-LÉVI-STRAUSS, C. 1979. Arte, lenguaje, Etnología. Entrevistas con Georges Charbonnier.
México, Siglo XXI.
-LÉVI-STRAUSS, C. 1993. Las estructuras elementales del parentesco. Barcelona, Planeta-
Agostini.
-WILCKEN, P. 2010. Claude Lévi-Strauss. O poeta no laboratório. Rio de Janeiro, Editora
Objetiva.