Está en la página 1de 16

Universidad Católica 

de Santo Domingo

Estudiante:
Ángel Luis Paulino Espinal

Matrícula:
2022-0003

Tema:
Ley de Extinción de Dominio y su impacto en la Economía Dominicana

Asignatura:
Contabilidad II sec. 204

Maestro:
Humberto Paniagua

Fecha:
09 Agosto 2022

Introducción
En el siguiente trabajo presento un informe crítico sobre la Ley de Extinción de
Dominio y su impacto en la Economía Dominicana, misma que consiste es la
pérdida de dominio mediante sentencia sobre un bien cuando el Ministerio Público
logre probar su vinculación con un hecho ilícito y la demostración de ausencia de
buena fe.

En el transcurso de las páginas siguientes estaré exponiendo puntos de vista sobre


dicha Ley promulgada el pasado 28 de Julio por unanimidad y que además
reafirmar el compromiso de este Gobierno en la lucha por la transparencia e
institucionalidad del Estado, así como por el fortalecimiento de nuestro sistema de
Justicia, considerándose así una conquista del pueblo dominicano que se mantuvo
atento al curso de esta iniciativa.

La ley tiene por objeto regular el proceso de extinción de dominio de bienes ilícitos
previstos en la Constitución de la República; definir las competencias y facultades
de las autoridades responsables de su aplicación y reconocer los derechos y
garantías de los intervinientes y partes afectadas. Sin embargo, a pesar de buscar el
bien económico en la Republica Dominicana, esta Ley también tiene sus partes
oscuras que más adelante en el desarrollo del trabajo se estarán presentado.

Ley de Extinción de Dominio y su impacto en la


Economía Dominicana.

La República Dominicana ya cuenta con su ley de extinción de dominio. El


proyecto, que llevaba más de 12 años en el Poder Legislativo, vio brillar la luz del
sol luego de que el Senado aprobara por unanimidad el texto definitivo. Un día
después, el presidente Luis Abinader promulgó la ley:
«En este país, quien la hace la paga; y quien roba, devolverá lo robado. Así de
simple y así de contundente».

La Ley se puede definir como un conjunto de normas de carácter jurídico que


regular la vida colectiva de los individuos a los fines de preservar su armonía y su
existencia. Esta tiene un carácter heterónomo, es decir se aplican
independientemente de la voluntad de las personas, deben acatarlas quieran o no.
Las leyes son creadas, generalmente, por el poder legislativo o parlamento, quien
interpreta la realidad de su sociedad y la plasma en escrito para que todos puedan
conocerla

Por tanto, la Ley de extinción de dominio es la pérdida de dominio mediante


sentencia sobre un bien cuando el Ministerio Público logre probar su vinculación
con un hecho ilícito y la demostración de ausencia de buena fe.  Es una normativa
jurídica dirigida contra los bienes de origen o destinación ilícita, lo que se
constituye en una herramienta para la persecución de los activos obtenidos a través
del crimen organizado, la corrupción y otras actividades criminales.

La extinción de dominio es un procedimiento independiente y autónomo a lo penal,


civil, administrativo arbitral, la misma no será obstáculo para iniciar un juicio en
esta materia, por la existencia de cualquier otro proceso judicial, es decir, la figura
de extinción de dominio es el procedimiento mediante el cual el Estado logra
administrar y disponer de bienes obtenidos por particulares de forma ilícita.

La ley de Extinción de Dominio tiene el objetivo de establecer el marco legal para


la regulación de la extinción de dominio de bienes ilícitos, definir las
consecuencias y facultades de las autoridades responsables de su aplicación,
reconocer los derechos y garantías de los intervinientes, sentar los principios
fundamentales para el funcionamiento del sistema de administración de los bienes
decomisados, así como el procedimiento requerido para su declaración judicial a
favor del Estado dominicano.

Esta ley promulgada el pasado 28 de Julio permitirá someter al procedimiento de


extinción de dominio los bienes procedentes de los principales hechos ilícitos, tales
como tráfico de drogas, terrorismo, trata y tráfico de personas, pornografía infantil,
tráfico de órganos, tráfico de armas, secuestro, extorsión, falsificación de monedas,
valores o títulos, delitos medioambientales, sicariato, crímenes y delitos de alta
tecnología, así como delitos cometidos por los funcionarios públicos en el ejercicio
de sus funciones, entre otros.
Junto a la comisión de estos hechos ilícitos, según la ley, deben presentarse ciertas
causales de procedencia, asegurando así la sujeción a las reglas del debido
proceso y permitiendo al afectado participar en el procedimiento para oponer
excepciones y defensas frente a las pretensiones que se hagan valer en contra de
los bienes.

Asimismo, se presume la buena fe de todo acto o negocio jurídico relacionado con


la adquisición o destinación de bienes. Debido a la relevancia de estos procesos,
serán conocidos en primer grado ante las cámaras penales de las cortes de
apelación del departamento judicial competente y en segundo grado ante la sala
penal de la Suprema Corte de Justicia. Corresponderá al pleno de esta alta corte el
conocimiento de los recursos de casación relativos a la extinción de dominio.

Sobre las características principales: la acción tiene un carácter declarativo. En


cuanto al origen ilícito, se reputa que el derecho de propiedad nunca nació, por no
haber sido obtenido de acuerdo con el ordenamiento jurídico. En lo que respecta al
destino ilícito, este  tiene por consecuencia que el derecho de propiedad se pierda.
Es una aplicación práctica de la máxima “el fraude lo corrompe todo”, que explica
su atemporalidad, que no es lo mismo que retroactividad.

El ministerio Publico será responsable exclusivo de iniciar la acción y de realizar


las investigaciones patrimoniales de extinción de dominico, de oficio o por
denuncia interpuesta, así como de realizar las diligencias probatorias necesarias,
solicitar las medidas cautelares que correspondan y presentar y sustentar la
solicitud de extinción de dominio (Articulo 18). Adicionalmente, el Ministerio
Público podrá iniciar la acción siempre que existan suficientes motivos y
circunstancias fácticas que lo justifiquen (Artículo 28).

El juicio de extinción de dominio no se hace sobre una persona, sino sobre el bien
o patrimonio que se presume tiene un origen ilícito, para que el Estado lo
decomise.

Entre los cambios hechos al proyecto de ley que tiene más de 12 años
conociéndose en el Congreso Nacional y que fue recibido del Senado de la
República figura la eliminación de artículos, modificación de numerales o textos y
cambios en considerandos.

Uno de los puntos más importantes entre las 37 modificaciones ha sido la


eliminación del artículo 4 numeral 2 sobre la limitación de los efectos en relación
con hechos pasados. Dicho numeral establecía que la extinción de dominio se
declarará con independencia de que la causal de procedencia haya ocurrido con
anterioridad a la publicación de esta ley, siempre que el hecho vinculado a los
bienes fuese considerado ilícito al momento de su ocurrencia y que a partir de ese
momento no haya transcurrido el plazo de la prescripción mayor de derecho común
de veinte (20) años, prevista en el artículo 2262 del Código Civil.

De igual forma, se quitó el artículo 82 que establecía que quien denuncie un bien
ilícito seria beneficiado con el 3% del valor de los bienes ilícitos recuperados. Los
diputados coincidieron en que este articulo podría motivar la extorsión o
acusaciones sin pruebas. Además, se aprobó eliminar el artículo 106 sobre
reglamentos. Este establecía que, en un plazo no mayor de 90 días a partir de la
publicación de esta ley, el Poder Ejecutivo dictará su reglamento de aplicación.

Asimismo, los diputados optaron por eliminar los numerales 6 (proxenetismo), 26


(robo agravado) y 30 (manipulación del mercado) del artículo 6 sobre hechos
ilícitos susceptibles de extinción de dominio. Se cambió la presunción de
inocencia, que no existía, y se eliminó el artículo 16, sobre los elementos para
evaluar la buena fe. Modifica el párrafo II del artículo 32 sobre la identidad del
denunciante. Este establece que quien denuncie de mala fe y de manera dolosa con
el fin de causar daños será sancionado de dos (2) a (4) cuatro años de prisión y
multa de 50 salarios mínimos.

Se harán variaciones en la ley donde quiera que diga: “Juez de extinción de


dominio o juez de la extinción de dominio” para que diga: “Juez de control y
garantía”.

Entre el grupo de transformaciones a la ley se agrega un párrafo III al artículo 17.


Este párrafo dice: “El Pleno de la Suprema Corte de Justicia será competente para
conocer los recursos de casación que se interpongan de conformidad con lo
previsto en la presente ley”.

En otro aspecto la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana


(ABA) mostró su apoyo a la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio y
realizó algunas recomendaciones al respecto. La entidad, que agrupa a los bancos
comerciales, consideró que la inclusión en el marco jurídico dominicano de
esta ley para el decomiso civil de bienes ilícitos constituye una importante
herramienta, a fin de que el Estado pueda atacar estructuras económicas delictivas
más allá del proceso penal, aunque puntualizó que se deben tomar en cuenta
algunas observaciones, necesarias para su eficiente aplicación.
El gremio destacó la importancia de garantizar la seguridad jurídica sobre el
derecho real, personal o de cualquier otra naturaleza que, de buena fe, posea
registrado un tercero sobre el bien objeto de extinción de dominio.  Precisó que tal
es el caso de los derechos de acreedores con garantías debidamente registradas.

La ABA resaltó que es imperante delimitar la debida diligencia que debe agotar el


adquiriente de buena fe pues, conforme se propone en los proyectos de ley, se
pretende exigir a los terceros que su buena fe y diligencia se despliegue no sólo
sobre los bienes que adquirirá, sino también respecto de la historia y condiciones
de la persona de quien se adquiere. Se advirtió que esta obligación obstruye e
imposibilita la realización de las operaciones, y también impone cargas irracionales
a los adquirientes de buena fe, desbordando el alcance de sus deberes
constitucionales.

La ABA recomendó delimitar los tipos penales que podrán servir de base para un


juicio de extinción de dominio y en ese orden, estimó debe consignarse que, para
los fines exclusivos de la citada ley, sea considerado como hecho ilícito aquella
conducta tipificada como delito o crimen, según la legislación penal vigente en el
país al momento de su ocurrencia, sancionado con pena de reclusión.

La Ley sobre Juicio de Extinción de Dominio para el Decomiso Civil de Bienes


Ilícitos, así como las normativas  referentes al lavado de activos, contribuyen con
el control del “caos que causa el dinero ilícito en la economía, donde individuos
con capacidad financiera proveniente de actos delictivos a menudo desplazan
emprendedores con buenas ideas, pero sin el capital necesario para empezar”.

 La extinción de dominio se caracteriza por hacerle juicio al bien o propiedad, en


vez de a la persona, la figura jurídica procura determinar o juzgar la licitud o falta
de esta de bienes que forman parte de algún expediente criminal.

“Los bienes sobre los que se declare la extinción de dominio o decomiso civil de
bienes ilícitos ingresarán al patrimonio público y serán destinados en la forma
prevista, puede ser a las víctimas del crimen”, cita la legislación aprobada por el
Senado a principios de julio.

En ese aspecto, están sujetos a decomiso civil, mediante sentencia, bienes tales
como los adquiridos por una persona física o jurídica sin la capacidad de justificar
su incremento patrimonial, propiedades que se consideren herramientas, objeto o
producto de un hecho delictivo, aquellos que hayan sido destinados a ocultar
enseres que se originan en el delito, las propiedades cuyo dueño sepa que se usen
en  inobservancias de la Ley y no notifique a las autoridades, los que provengan de
la venta de una propiedad conseguida de forma ilícita, entre otras causas afines, lo
explica la pieza legislativa.

 De su lado, el economista Carlos Gratereaux entiende el instrumento legal como


una forma de transparentar las transacciones de recursos y bienes, al tiempo que
permite a la sociedad enfrentar el crimen organizado, la corrupción administrativa
y la evasión de impuestos.

Los jueces de instrucción tienen sobre sus hombros el juicio de extinción de


dominio, pero este magistrado, de acuerdo con la ley, no puede conocer de
procesos anteriores sobre los crímenes asociados al bien en cuestión.

“Es importante resaltar que esto no tiene que ver nada con lavado de activos y el
sector financiero no está implicado en esto. Ya las instituciones financieras hacen
sus debidas diligencias y cuando vas a depositar o a ingresar más de US$10,000 o
su equivalente en moneda local llenas un formulario y la transacción queda
notificada a los reguladores. De igual manera, cualquier movimiento económico
que pueda considerarse sospechoso es notificado a las autoridades. Así que las
altas finanzas tienen poco que ver en esto”.

El economista Paulo Herrera Maluf consideró que la Ley sobre Juicio de Extinción
de Dominio para el Decomiso de Civil de Bienes Ilícitos tiene el potencial de
aumentar la confianza en los agentes económicos, lo que hace que la iniciativa
legislativa sea positiva para la dinámica de la economía nacional.

La ley, en su artículo 41, sostiene que si el bien se trata de un instrumento


fiduciario como anotaciones en cuenta o créditos, una posible medida cautelar
dispondrá que el organismo que ya administra los bienes los siga gestionando. “El
usufructo generado por esos bienes en el período de la medida cautelar será
depositado en el Banco de Reservas, hasta el momento en el que recaiga la
sentencia definitiva sobre la extinción”. El lavado de activos es considerado como
“el centro de gravedad” de las organizaciones criminales, es decir, la forma en la
que se sustentan.

Esta ley, siendo parte de un orden económico para la República Dominicana, tiene
sus lados oscuros ya que sus revolucionarias repercusiones no atañen únicamente a
los presuntos corruptos. Un importante segmento de la población demanda la
aprobación de la Ley de Extinción de Dominio, que considera un arma poderosa
para recuperar las riquezas generadas por la corrupción. En las redes sociales, la
cruzada se identifica con la etiqueta #RecuperemosLoRobado, impulsado por el
senador Antonio Taveras. Ciertamente, es un arma poderosa. Por la misma razón,
sin un correcto diseño legal que provea los adecuados contrapesos, podría ser muy
peligrosa.

La acción se ejerce contra el bien y no contra la persona. Esto provoca que el


procedimiento prescinda de las circunstancias personales del afectado, entre ellas
de su culpabilidad. Es independiente, pues no requiere que se inicie un
procedimiento penal, civil o de otra índole y por lo tanto, no sufre los riesgos
inherentes  (que pueda prescribir o perimir, los rigores de un procedimiento más
garantista; que se extinga por la muerte del imputado, etc.)

A mi entender, el Proyecto de Ley parte de una premisa equivocada, que tiene por
efecto ampliar el foco del estatuto de la extinción de dominio, de un modo
pernicioso.

A partir de que el artículo 51 de nuestra Constitución, al referirse a la confiscación


y al  decomiso, no expresó que la sentencia condenatoria de esos procesos tenía
que ser penal, el legislador de la extinción de dominio colige en la exposición de
motivos,  que en esos casos no tiene que serlo. Y, dado que en el párrafo siguiente,
ese mismo artículo menciona que la extinción de dominio se regirá por el marco
legal, concluye que este juicio es posible para confiscar o decomisar. Esta mezcla
de conceptos los desnaturaliza, porque la confiscación, el decomiso y la extinción
de dominio son distintos, aunque todos terminen con la privación de la propiedad.
La primera es una pena; la segunda es una sanción accesoria a la comisión de un
delito -imputado penalmente- y la extinción de dominio es una creación sui
generis.

En lo que respecta a esta última, pienso que nuestro legislador debe delimitar las
categorías de infracciones que considera suficientemente graves, para constituir
una causa ilícita que permita una acción de extinción de dominio, que prescinde de
las garantías de un juicio penal.

La legitimidad del Estado para incorporar el bien a su patrimonio se justifica por el


serio daño social que le causa el ilícito, que puede ser en el erario público, en la
economía nacional o en los principios morales que lo sostienen.

Es muy peligroso extender esta solución a delitos menores o de un alcance


personal, simplemente porque constituyan infracciones penales. Pues por lo
general, se habla de extinción de dominio en el contexto de delitos contra el
patrimonio público, crimen organizado, delincuencia transnacional, narcotráfico,
trata de personas y similares. En cierto modo, la gravedad de la ilicitud sirve de
contrapeso al ejercicio extraordinario del poder del Estado contra el ciudadano, que
incluye sus haberes.

En la versión que he visto del Proyecto de Ley, la causa ilícita que podría dar lugar
a una extinción de dominio es cualquier conducta prohibida por la ley penal. Este
enorme poder se acrecienta, por la “carga dinámica de la prueba”. Si el afectado no
puede probar la legitimidad de la adquisición del bien cuestionado, ya sea por el
mismo o por su causante (en caso de herederos) o no puede aportar la justificación
del porque no se enteró del origen o destino ilícito (y que hizo diligencias para
ello) significa que ha renunciado a la contradicción o que pierde la frágil
presunción de buena fe. Esto coloca en situación de vulnerabilidad a muchos
ciudadanos, por una gama de circunstancias, que van desde el paso del tiempo
hasta sus propias condiciones, que pueden ser menores, adultos mayores, comunes
en bienes, etc.

Ampliar el espectro de la extinción de dominio conllevará también consecuencias


económicas, pues incrementará los costos transaccionales. No hablamos siquiera
de los propietarios, cesionarios o adquirientes de los bienes cuyo dominio se
persiga extinguir, sino de verdaderos terceros, como por ejemplo, acreedores
garantizados con hipotecas o prendas sobre bienes que puedan ser objeto de
extinción o arrendadores que podrían perder su inmueble, porque el mismo fue
usado por el inquilino para un ilícito, para poner dos ejemplos que ya dan
problemas en otros países.

El propietario tiene la carga dinámica de la prueba, ya sea de demostrar la


legitimidad de sus derechos, si se trata de ilicitud de origen, o su buena fe, si se
trata de destino ilícito, por tanto la revolucionarias repercusiones del Proyecto de
Ley de Extinción de Dominio, nos alcanzan a todos.

La “extinción de dominio” es lo mismo que decir extinción de propiedad. El


derecho queda condicionado a tener origen y destino lícitos. De no reunir ambas
condiciones, puede extinguirse en perjuicio del particular que figuraba como su
propietario, para adjudicarse a favor del Estado, sin contraprestación alguna para el
afectado. Para aproximarse al entendimiento de esta iniciativa, es preciso desechar
todos los sesgos, especialmente nuestro marco teórico-conceptual.

Por lo tanto, para encajar esta novedad en nuestro sistema, de manera sostenible y
sin hacer más daño que bien, se requerirá de un fino instrumental quirúrgico,
colocado en manos expertas. En el ámbito latinoamericano, la institución jurídica
de la extinción de dominio se gestó en Colombia, en el específico contexto fáctico
de los cuantiosos bienes generados por el narcotráfico. Desde entonces, se ha
extravasado a otras infracciones y otras jurisdicciones.

Es única en su especie: se desvincula de la configuración y funcionamiento normal


del ordenamiento jurídico, para abrirle espacio a un juicio que teóricamente recae
sobre el bien o la cosa mal habida o usada, independientemente de que le sea
imputable a la persona física o jurídica que funge como su propietaria.

Nuestros sesgos conceptuales tienden a conducirnos a la idea de que la extinción es


una sanción y que por lo tanto, está vinculada al propio comportamiento: si no
delinquimos no seremos castigados; ergo, no perderemos nuestro patrimonio.  Sin
embargo, esa premisa es falsa. La extinción se autodefine como un proceso que
recae sobre el bien, prescindiendo de las características de la persona que es su
propietaria, cuya comisión del delito no hay que probar. Incluso, la acción penal
tendente a demostrar esa culpabilidad podría no perseguirse o podría terminar en
una absolución, archivo, perención o prescripción, sin que esto tenga efecto alguno
sobre la extinción de dominio. Un ejemplo: si contra alguien se ejerce una acción
penal motivada por un delito tributario que luego se declara prescrito, la extinción
de dominio del bien vinculado al mismo podría continuar hasta su desenlace.

Es que cuando el Proyecto de Ley de Extinción de Dominio se refiere al origen


ilícito de un bien, la noción se asemeja al pecado capital.  Se considera que el
derecho de propiedad nunca nació. En consecuencia, no es determinante el
fallecimiento de su propietario inicial o que este lo haya traspasado a otros. Los
efectos de la iniquidad se extienden por generaciones, porque además, la acción
nunca prescribe. En términos simples, el Ministerio Público podrá pedir la
extinción de la propiedad de cualquier bien, siempre que pueda reunir indicios de
esa ilicitud de origen, así esta haya ocurrido en otros tiempos: por ejemplo, de un
bien heredado.

En cuanto al destino ilícito, podría importar poco el honrado proceder de su


propietario, si este no puede demostrar activamente su buena fe. Entender esto es
de suma importancia. Tomemos el caso de un inmueble arrendado, cuyo inquilino
lo destina a una actividad ilícita. En primer lugar, las consecuencias de esa
actividad ilícita cometida por un tercero penderán sobre el propietario por veinte
(20) años, arriesgando el inmueble. Si en ese largo lapso de tiempo,  llega el
infausto momento de un proceso de extinción, el juez apreciará soberanamente, no
solamente si el propietario estaba enterado del ilícito sino también “si
razonablemente debió haberlo estado”, según las circunstancias de ese momento.

En síntesis, el propietario tiene la carga dinámica de la prueba, ya sea de demostrar


la legitimidad de sus derechos, si se trata de ilicitud de origen, o su buena fe, si se
trata de destino ilícito. Esta buena fe se determinará en función del conjunto de
circunstancias que permitan distinguir objetivamente -o sea, vistas desde fuera- si
debe reputarse que este no estaba enterado del ilícito. Si esta presunción no se
logra, puede perder la propiedad. Lo anterior demuestra porque esta normativa nos
atañe a todos.

Países de América Latina y el Caribe que cuentan con una ley de extinción de
dominio
Nueve países latinoamericanos y caribeños son los que actualmente cuentan con
una ley de extinción de dominio; el número aumenta a 10 con el caso de la
República Dominicana.
Colombia: El país latinoamericano fue el primero en establecer una ley de
este tipo, e 1996. Su primera versión fue conocida como Ley 333. Actualmente
está en vigor la Ley 1708 de 2014, llamada Código de Extinción de Dominio.

México: El 29 de mayo de 2009, fue publicada en el Diario Oficial de la


Federación la Ley Federal de Extinción de Dominio. La última modificación
ocurrió el 9 de agosto de 2019.

Guatemala: La ley entró en vigor vía decreto el 29 de junio de 2011. Esto


derivó en la creación de la Secretaria Nacional de Administración de Bienes en
Extinción de Dominio.

Honduras: Con el Decreto 30-2018 entró en vigor la Ley sobre privación


definitiva del dominio de bienes de origen ilícito.

El Salvador: El Congreso de El Salvador aprobó el 07 de noviembre de 2013


la Ley especial de extinción de dominio y de la administración de los bienes de
origen o destinación ilícita.
Costa Rica: La Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó en 2015 su Ley
Especial de Extinción de Dominio.

Ecuador: La Ley Orgánica de Extinción de Dominio entró en vigencia el 14


de mayo de 2021.

Perú: Si bien el decreto 1373 fue aprobado en agosto de 2018, la vigencia de


este reglamento entró en vigor en febrero de 2019

Argentina: En primera instancia, la Ley de Extinción de Dominio argentina


fue aprobada por el Senado en 2018. Sin embargo fue hasta el 2019 que entró en
vigor una vez que la Cámara de Diputados aprobara el documento en lo general.

Conclusión
Ahora que hemos visto todo los anterior podemos afirmar que la Ley de
Extinción de Dominio tiene objeto regular el proceso de extinción de dominio de
bienes ilícitos previstos en la Constitución de la República; definir las
competencias y facultades de las autoridades responsables de su aplicación y
reconocer los derechos y garantías de los intervinientes y partes afectadas.

Además, sienta los principios fundamentales para el funcionamiento del sistema de


administración de bienes que trata esta ley, así como el procedimiento requerido
para su declaración judicial a favor del Estado dominicano, observando el debido
respeto a los derechos de terceros acreedores. En dicha ley se establece que el
procedimiento de extinción de dominio es independiente y autónomo del
procedimiento penal, civil o cualquier otro de naturaleza jurisdiccional,
administrativo o arbitral, de modo que la existencia de otro trámite judicial no
podrá ser obstáculo para iniciar un procedimiento de extinción de dominio.
En conclusión,  el objetivo de establecer el marco legal para la regulación de la
extinción de dominio de bienes ilícitos es definir las consecuencias y facultades de
las autoridades responsables de su aplicación, reconocer los derechos y garantías
de los intervinientes, sentar los principios fundamentales para el funcionamiento
del sistema de administración de los bienes decomisados, así como el
procedimiento requerido para su declaración judicial a favor del Estado
dominicano.

Bibliografía
https://www.revistamercado.do/politica/ley-de-extincion-de-dominio-rd-claves

https://www.senadord.gob.do/el-senado-de-la-republica-aprueba-en-primera-
lectura-la-ley-de-extincion-de-dominio/

https://www.senadord.gob.do/el-senado-aprueba-en-segunda-lectura-la-ley-de-
extincion-de-dominio-que-castiga-el-enriquecimiento-ilicito/

https://presidencia.gob.do/noticias/presidente-abinader-dice-que-ahora-quien-roba-
en-el-estado-tendra-que-devolver-lo-robado

https://www.diariolibre.com/actualidad/politica/2022/07/22/aprueban-ley-de-
extincion-de-dominio/1962703

https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/
9e85558049ce9f238d718d340b471b91/7_augusto_ruidias_extincion_dominio.pdf?
MOD=AJPERES&CACHEID=9e85558049ce9f238d718d340b471b91
https://listindiario.com/la-republica/2022/07/22/731269/diputados-aprueban-en-
segunda-lectura-proyecto-de-ley-de-extincion-de-dominio

https://fc-abogados.com/es/formacion-de-las-leyes-en-republica-dominicana/
#:~:text=Todos%20los%20proyectos%20de%20ley,discutido%20en%20dos
%20sesiones%20consecutivas.

https://listindiario.com/la-republica/2022/07/27/731803/hay-ley-de-extincion-de-
dominio

https://www.soyconta.com/ley-nacional-de-extincion-de-dominio/

También podría gustarte