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FUNDACIÓN UNIVERSIDAD DEL NORTE

BARRANQUILLA- ATLÁNTICO
2022

Araújo Cantillo Laura S. - Araújo Molina María L. - Arrieta Paternina Jesús E. - Camargo
Nossa David E. - Castiblanco Tovar María J.- Chaparro Nieto Daniella D.- Escalante
Santiago Zulay D.- Muñoz Ortega Leslie. - Rivera Romero María A.- Vergara Moreno
Valentina L.

MEMORIAL DE PRESENTACIÓN DE DEMANDA

TRIBUNAL DE CONOCIMIENTO
TRIBUNAL DE ARBITRAJE DE VILLA DEL REY (FEUDALIA)

ESTUDIO SHOPIA ROBOTS


EN NOMBRE Y REPRESENTACIÓN DE:
ROBÓTICA Y ELECTRÓNICA COSTADORENSE S.A. (RECSA)

CONTRA:
PIDA Y RECIBA INMEDIATAMENTE S.A. (PRISA)

VILLA DEL REY, FEUDALIA


20___
I. LISTA DE ABREVIATURAS
ART.- Artículo
CNY- Convención de Nueva York sobre Reconocimiento y Ejecución de Laudos Arbitrales
Extranjeros, 1958.
CNUCCIM - Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías
CNUDMI- Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional.
PRINCIPIOS UNIDROIT- Principios del Instituto Internacional para la Unificación del
Derecho Privado, 2010.

II. LISTA DE AUTORIDADES

 NORMAS
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI). Ley
modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional
Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de
Mercaderías (CNUCCIM).
Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985). Con las
enmiendas aprobadas en 2006
Principios UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales. (2010).

 JURISPRUDENCIA

 DOCTRINA
Devis, H. (2009). Nociones generales de Derecho Procesal Civil. Bogotá: Temis.
Gaillard & Fernández (2013). Cuestiones Clave del Arbitraje Internacional. Colección textos
de Jurisprudencia - Universidad del Rosario. Bogotá. ISBN: 978-958-738-328-7
Ordoñez Guzmán, Álvaro E. (2018). Sobre la legitimación en la causa. Ratio Juris UNAULA,
12(25), 151–164. https://doi.org/10.24142/raju.v12n25a8
Sánchez, S. (2020). EL ACUERDO DE ARBITRAJE: VALIDEZ FORMAL Y SUSTANCIAL.
Revista Arbitraje Comercial Internacional (un estudio de Derecho comparado). ISBN:
978-84-1346045-1. Recuperado de:
https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/71108/EL%20ACUERDO%20DE
%20ARBITRAJE.pdf?sequence=1&isAllowed=y

III. INDIVIDUALIZACIÓN DE LAS PARTES

● PARTE CONVOCANTE: ROBÓTICA Y ELECTRÓNICA COSTADORENSE S.A.,


domiciliada en la ciudad de Puerto Madre (Costa Dorada), representada en este proceso
por el ESTUDIO SOPHIA ROBOTS.
En adelante la DEMANDANTE o RECSA.

● PARTE CONVOCADA: PIDA Y RECIBA INMEDIATAMENTE S.A., domiciliada en la


ciudad de Peonía (Marmitania), representada en este proceso por el ESTUDIO HDL Y
ASOCIADOS.
En adelante la DEMANDADA o PRISA.

IV. HECHOS JURÍDICAMENTE RELEVANTES Y PRESENTANCIÓN DE LA


CONTROVERSIA
1. XXX

V. ASPECTOS JURISDICCIONALES O DE FORMA

 EXISTENCIA DE LA CLÁUSULA ARBITRAL


Al dilucidar acerca de la existencia de la cláusula arbitral respecto del contrato de
2.000 robots no tripulados, marca Sophia Street Runner, modelo XP Ultra con fecha
de abril de 2018 es necesario plantear el siguiente problema jurídico: ¿se considera
válida y existente la cláusula arbitral contenida en un contrato celebrado
mediante comunicación electrónica cuando no existe aceptación expresa de
una de las partes? Para responder a este planteamiento es imperioso considerar
las siguientes normas y principios:

 Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa


Internacional de Mercaderías, artículo 14: 1) La propuesta de celebrar un
contrato dirigida a una o varias personas determinadas constituirá oferta si es
suficientemente precisa e indica la intención del oferente de quedar obligado en
caso de aceptación. Una propuesta es suficientemente precisa si indica las
mercaderías y, expresa o tácitamente, señala la cantidad y el precio o prevé un
medio para determinarlos.
 Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías, artículo 11: el contrato de compraventa no
tendrá que celebrarse ni probarse por escrito ni estará sujeto a ningún otro
requisito de forma. Podrá probarse por cualquier medio, incluso por testigos.
 Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías, artículo 18: 1) Toda declaración u otro acto del
destinatario que indique asentimiento a una oferta constituirá aceptación. El
silencio o la inacción, por sí solos, no constituirán aceptación.
 Principios Unidroit versión 2010, artículo, 2.1.11: (1) La respuesta a una
oferta que pretende ser una aceptación, pero contiene adiciones, limitaciones u
otras modificaciones, es un rechazo de la oferta y constituye una contraoferta.
 Ley Modelo de UNCITRAL, con las enmiendas introducidas en el año 2006
Artículo 7:
3) Se entenderá que el acuerdo de arbitraje es escrito cuando quede
constancia de su contenido en cualquier forma, ya sea que el acuerdo de
arbitraje o contrato se haya concertado verbalmente, mediante la ejecución
de ciertos actos o por cualquier otro medio.
4) El requisito de que un acuerdo de arbitraje conste por escrito se cumplirá
con una comunicación electrónica si la información en ella consignada es
accesible para su ulterior consulta. Por “comunicación electrónica” se
entenderá toda comunicación que las partes hagan por medio de mensajes
de datos. Por “mensaje de datos” se entenderá la información generada,
enviada, recibida o archivada por medios electrónicos, magnéticos, ópticos o
similares, como pudieran ser, entre otros, el intercambio electrónico de datos,
el correo electrónico, el telegrama, el télex o el telefax.

 Convención de las Naciones Unidas sobre la Utilización de las


Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Internacionales, artículo 8:
1. No se negará validez ni fuerza ejecutoria a una comunicación o a un contrato
por la sola razón de que esa comunicación o ese contrato esté en forma de
comunicación electrónica. 2. Nada de lo dispuesto en la presente Convención
hará que una parte esté obligada a utilizar o a aceptar información en forma de
comunicación electrónica, pero su conformidad al respecto podrá inferirse de su
conducta.
 Convención de las Naciones Unidas sobre la Utilización de las
Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Internacionales, artículo 10.
Tiempo y lugar de envío y de recepción de las comunicaciones
electrónicas: la comunicación electrónica se tendrá por recibida en el momento
en que pueda ser recuperada por el destinatario en una dirección electrónica que
él haya designado (…). Se presumirá que una comunicación electrónica puede
ser recuperada por el destinatario en el momento en que llegue a la dirección
electrónica de éste.
En primer lugar, bajo este marco normativo es deducible, antes que nada, la
existencia y validez del CONTRATO DE COMPRAVENTA celebrado entre las
partes, RECSA y PRISA. Ello en la medida en que, a partir de la oferta realizada por
RECSA en los términos del art. 14 de la Convención de las Naciones Unidas
sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías, las partes
llegaron a un acuerdo sobre las cosas, su cantidad y el precio. A partir de ese
momento el contrato se perfeccionó y surtió efectos entre las partes. Tanto así que
“RECSA remitió en tiempo y forma los robots, que arribaron a Peonia el 24 de
septiembre de 2018. [y] PRISA los retiró del depósito fiscal el 2 de octubre de 2018 y
lanzó una importante campaña de marketing promocionando la llegada estos, que
prometían revolucionar el mercado de servicios de delivery en Marmitania” (sic).
En segundo lugar, si bien es cierto que no existió una aceptación EXPRESA por
parte de PRISA ante la confirmación de la operación realizada el día 22 de abril de
2018 y comunicada por medio electrónico, también es cierto que EXISTIÓ UNA
ACEPTACIÓN TÁCITA DEL CONTRATO POR PARTE DE PRISA (art. 18 de
CNUCCIM). Esto no por el silencio del destinatario, sino por los actos ejecutados
tras la oferta tales como: confirmar el recibido de los robots mediante mensajes de
texto a través de la aplicación Whatsapp el día 25 de noviembre de 2018, retirar la
mercancía del depósito fiscal el 2 de octubre y lanzar una campaña publicitaria en el
país de destino, promocionando el producto, sin mencionar el correo del 28 de
octubre del mismo año en el cual desde la dirección gerencia.com@prisa.com.mt
nunca se controvierte la aceptación de la oferta o la existencia y validez del contrato.
De hecho, se reconoce la obligación de pago, sobre la cual plantean la
compensación.
Así, no puede PRISA desconocer el clausulado del contrato, toda vez que lo
consintió mediante sus actos y nada puede alegar frente al medio en que se realizó
pues: en primer lugar, según el artículo 11 de la Convención sobre los Contratos
de Compraventa Internacional de Mercaderías, “el contrato de compraventa no
estará sujeto a ningún otro requisito de forma y podrá probarse por cualquier medio”;
y en segundo lugar, según el artículo 8 de la Convención de las Naciones Unidas
sobre la Utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los Contratos
Internacionales, “no se negará validez ni fuerza ejecutoria a una comunicación o a
un contrato por la sola razón de que esa comunicación o ese contrato esté en forma
de comunicación electrónica”. Además, según este mismo articulado, la conformidad
de una o ambas partes respecto del contrato o comunicación electrónica, podrá
inferirse de su conducta. Situación que se evidencia en el presente caso, en el cual
PRISA ha aceptado y consentido con su actuar el contenido del contrato de
compraventa.
En tercer lugar, resulta impertinente cualquier argumento dirigido a desconocer la
existencia del PACTO ARBITRAL dado que sobre este se tuvo conocimiento al
celebrarse el contrato de compraventa. Independientemente del remitente de la
comunicación, tanto oferente como destinatario, partes de la compraventa,
conocieron y aceptaron el pacto arbitral. Ningún acto o hecho permite inferir que se
aceptó la compraventa sin el pacto arbitral. Para realizar esto debió PRISA haber
rechazado la oferta y presentado una contraoferta, así como lo menciona el artículo,
2.1.11 de los Principios Unidroit versión 2010. Es por esta razón que se colige
que PRISA aceptó al contrato en su integralidad, es decir, incluyendo el pacto
arbitral. Mal se haría, y en contra de la costumbre, justificar las pretensiones de
PRISA, en la propia negligencia de esta.
En cuarto lugar, la validez formal del pacto se entiende surtida cuando se satisface el
requisito de ser escrito. Como sucedió en esta oportunidad, se cumplió la
circunstancia que plantea el artículo 7 de la Ley Modelo de UNCITRAL mediante la
comunicación electrónica (por mensaje de datos) del 22 de abril de 2018 toda vez
que la información en ella consignada es accesible para su ulterior consulta y fue
recibida y conocida por el destinatario, PRISA, en los términos del artículo 10, de la
Convención de las Naciones Unidas sobre la Utilización de las
Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Internacionales. De esa forma,
no es necesario que exista una aceptación expresa y exclusiva del pacto arbitral ni
se requiere que hubiere un intercambio de comunicación sobre este punto para que
se concluya que, SI HUBO UN PACTO ESCRITO y que este es válido, pues se
estarían agregando requisitos inexistentes para la validez de la cláusula arbitral.
Finalmente, respecto de la arbitrabilidad subjetiva, es menester resaltar que RECSA
posee la legitimidad para actuar como parte activa dentro del arbitraje toda vez que
fungió como vendedora en el contrato de compraventa y le son inherentes los
derechos que esta posición contractual le ofrecen. Es decir, dentro de la relación
contractual descrita, RECSA tiene la facultad de disponer del derecho u obligación
objeto de la controversia que se quiere someter al arbitraje. Ello independientemente
de la existencia de una orden de pago a favor de un tercero, quien no es acreedor o
deudor en el negocio, sino que tiene la obligación de recibir una suma de dinero.
En conclusión, PRISA aceptó tácitamente el contrato de compraventa celebrado con
RECSA, y con ello el pacto arbitral, el cual cumple con los requisitos del art. 7 Ley
Modelo de UNCITRAL (con las modificaciones de 2006), norma que admite como
modalidad de “pacto por escrito” a la aceptación tácita en el marco de un proceso
arbitral. De ahí que se colige que el pacto en cuestión existe y es válido.

 COMPETENCIA DEL TRIBUNAL ARBITRAL Y LEGITIMIDAD EN LA CAUSA DE


RECSA PARA COBRAR EL PAGO DE LOS ROBOTS SUMINISTRADOS A PRISA
Teniendo en cuenta los hechos narrados anteriormente, es necesario determinar
cuál es el tribunal competente para conocer y decidir sobre la controversia y si la
parte demandante tiene legitimidad en la causa para cobrar el pago de los robots a
la parte demandada. Para esto, se tendrán en cuenta las siguientes normativas:

· Artículo 7 #2 Ley Modelo De La CNUDMI Sobre Arbitraje Comercial


Internacional: El acuerdo de arbitraje deberá constar por escrito. Se entenderá
que el acuerdo es escrito cuando esté consignado en un documento firmado por
las partes o en un intercambio de cartas, télex, telegramas u otros medios de
telecomunicación que dejen constancia del acuerdo (…).
· Artículo 2.1.1 de los Principios UNIDROIT (2010): El contrato se perfecciona
mediante la aceptación de una oferta o por la conducta de las partes que sea
suficiente para manifestar un acuerdo.
· Artículo 16 #1 de la ley modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial
Internacional con enmiendas de 2006: El tribunal arbitral estará facultado para
decidir acerca de su propia competencia, incluso sobre las excepciones relativas
a la existencia o a la validez del acuerdo de arbitraje (…).
· Artículo 53 de la CNUCCIM: El comprador deberá pagar el precio de las
mercaderías y recibirlas en las condiciones establecidas en el contrato y en la
presente Convención.
· Artículo 54 de la CNUCCIM: La obligación del comprador de pagar el precio
comprende la de adoptar las medidas y cumplir los requisitos fijados por el
contrato o por las leyes o los reglamentos pertinentes para que sea posible el
pago.
· Artículo 59 de la CNUCCIM: El comprador deberá pagar el precio en la fecha
fijada o que pueda determinarse con arreglo al contrato y a la presente
Convención, sin necesidad de requerimiento ni de ninguna otra formalidad por
parte del vendedor
· Artículo 62 de la CNUCCIM: El vendedor podrá exigir al comprador que pague
el precio, que reciba las mercaderías o que cumpla las demás obligaciones que
le incumban, a menos que el vendedor haya ejercitado un derecho o acción
incompatible con esa exigencia.
En el marco de la controversia entre ROBÓTICA Y ELECTRÓNICA
COSTADORENSE S.A. (RECSA) y PIDA Y RECIBA INMEDIATAMENTE S.A.
(PRISA) el tribunal de arbitraje competente para conocer de la presente disputa es el
ubicado en Villa del Rey (Feudalia). Teniendo en cuenta que, así lo estipularon las
partes en la cláusula arbitral contenida en la confirmación de operación del contrato
de compraventa de Robots, celebrado el día 22 de abril de 2018, la cual cuenta con
todos los requisitos de existencia y validez:
“Solución de controversias: Arbitraje con sede en Villa del Rey (Feudalia),
bajo el reglamento de la CNUDMI, en idioma español. El tribunal deberá
laudar aplicando los usos y costumbres de la actividad,
preponderantemente”.
Frente a esto, es necesario traer a colación que dicha cláusula es existente debido a
que consta por escrito, es decir, se encuentra consignada en un documento firmado
por las partes o en un intercambio de cartas, telegramas u otros medios de
telecomunicación1 que dejen constancia del acuerdo (Artículo 7 #2 Ley Modelo de
la CNUDMI). Lo cual indica que, la existencia de esta cláusula compromisoria se
deriva de su redacción, la cual, de acuerdo con la sana crítica, se considera una
prueba fehaciente de que ambas partes acordaron la sumisión de sus controversias
a una solución arbitral (Sánchez, 2020). Por tanto, es indiscutible la existencia de tal
disposición.
Por otro lado, es innegable que esta estipulación está dotada de plena validez,
considerando que las partes intervinientes en su suscripción poseen entera
capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones. En este mismo sentido, es
importante mencionar que ambas partes, manifestaron válidamente su
consentimiento para acudir al arbitraje como mecanismo de solución de conflictos,
en caso de llegar a presentarse algún desacuerdo entorno al contrato de
compraventa de Robots.
Ahora, con respecto al consentimiento de las partes en la cláusula compromisoria,
Gaillard & Fernández (2013) manifiestan lo siguiente:

1
Las telecomunicaciones es la trasmisión a distancia de datos de información a través de medios electrónicos
y/o tecnológicos.
La naturaleza convencional de la cláusula compromisoria se traduce en su
efecto relativo, a saber, que ella no hace sino vincular a las partes que
expresaron su voluntad. Ahora bien, la firma del contrato no es la única
expresión de esta voluntad (…) (p. 86).
Ante esto, debe precisarse que, si bien el consentimiento de PRISA no fue expreso,
es evidente que este se deriva de su conducta, la cual se considera suficiente para
demostrar la existencia de un acuerdo, en virtud de lo consagrado en el artículo 2.1.1
de los Principios UNIDROIT (2010). Dado que, el consentimiento de la demandada
se vio perfeccionado cuando no presentó ninguna objeción al momento de recibir el
correo electrónico que contenía el escrito con las indicaciones y especificaciones de
la compra, así como la cláusula arbitral. Posterior a esto, recibió los bienes objeto del
contrato en el lugar establecido en el documento, sin ningún tipo de inconveniente.
Por tanto, no hay dudas sobre la competencia que las partes le han otorgado al
presente tribunal para conocer del conflicto que nos atañe. No obstante, si llegase a
existir alguna inconformidad sobre la competencia que posee el tribunal de Villa del
Rey (Feudalia) para solucionar esta disputa, este mismo “estará facultado para
decidir acerca de su propia competencia, incluso sobre las excepciones relativas a la
existencia o a la validez del acuerdo de arbitraje”, de conformidad con lo establecido
en el artículo 16 #1 de la ley modelo de la CNUDMI con enmiendas de 2006.
En este escrito también es pertinente hacer alusión a la legitimidad que posee
RECSA para cobrar el pago de los robots suministrados a PRISA.
Al hablar de legitimidad, Chiovenda (1922) (como se cita en Ordoñez, 2018) ha
puntualizado que:
Con esta entiéndase la identidad de la persona del actor con la persona a la
cual la ley concede la acción (legitimación activa) y la identidad de la persona
del demandado con la persona contra la cual es concedida la acción
(legitimación pasiva).
Por su parte, Devis Echandía (2009) consagra que la legitimación en la causa en
virtud de un proceso:
Se trata de saber cuándo el demandante tiene derecho a que se resuelva
sobre las determinadas pretensiones contenidas en la demanda y cuándo el
demandado es la persona frente a la cual debe pronunciarse esa decisión, y
si demandante y demandado son las únicas personas que deben estar
presentes en el juicio para que la discusión sobre la existencia del
derecho material o relación jurídico-material pueda ser resuelta, o si, por el
contrario existen otras que no figuran como demandantes ni demandados.
Por ello se trata de otra condición para que haya sentencia de mérito o fondo
(p. 305).
Con base en estas intervenciones doctrinales, en el presente caso, RECSA como
vendedor, tiene legitimación por activa para fungir como demandante y para exigir
las pretensiones contenidas en este escrito y PRISA como comprador, cuenta con
legitimación por pasiva para comparecer ante este tribunal y cumplir con las
exigencias requeridas.
Esto se debe a que la parte demandante es acreedora de $340.000 (TRECIENTOS
CUARENTA MIL) dólares estadunidenses, derivados del contrato de compraventa
en el que le vendió 2.000 (DOS MIL) Robots Sophia Street Runner a PRISA. Los
cuales debían ser cancelados 10 días después de su entrega y hasta la fecha la
parte demandada se ha negado a realizar el pago.
Al respecto, el artículo 30 de la CNUCCIM estipula que el vendedor deberá entregar
las mercaderías y transmitir su propiedad en las condiciones establecidas en el
contrato, lo cual RECSA cumplió a cabalidad, quedando a cargo de PRISA el pago
de estas. Por otro lado, los artículos 53 y 54 de la CNUCCIM respectivamente,
establecen que “el comprador deberá pagar el precio de las mercaderías y recibirlas
en las condiciones establecidas en el contrato (…)”, reiterando que “la obligación del
comprador de pagar el precio comprende la de (…) cumplir los requisitos fijados por
el contrato o por las leyes”. Por lo tanto, es claro que existe una obligación dineraria
a favor de RECSA que debe ser cumplida por PRISA, lo cual le otorga el derecho a
la parte demandante para exigir cumplimiento ante este tribunal.
Igualmente, el artículo 59 consagra lo siguiente: “El comprador deberá pagar el
precio en la fecha fijada o que pueda determinarse con arreglo al contrato y a la
presente Convención, sin necesidad de requerimiento ni de ninguna otra formalidad
por parte del vendedor”. No obstante, como se ha mencionado anteriormente, PRISA
ha hecho caso omiso a los requerimientos de pago hechos por RECSA, lo cual le
permite a este último exigirle al comprador que pague el precio y que cumpla las
demás obligaciones que le incumban (Art. 62 CNUCCIM).
Por tanto, es evidente la legitimidad que tiene RECSA para actuar y exigir frente a
este tribunal de arbitraje que PRISA cumpla con los compromisos adquiridos en
virtud del contrato de compraventa de Robots Sophia Street Runner, celebrado en
abril de 2018.

 INEXTENSIÓN DE LOS EFECTOS JURIDICOS DE LA CLÁUSULA ARBITRAL AL


NEGOCIO JURÍDICO DE LOS DRONES
Teniendo en cuenta los hechos anteriormente expuestos, el contrato de drones que
se realizó entre RECSA y PRISA no contó con una cláusula arbitral o un
compromiso posterior. En ese sentido, el presente tribunal no tiene competencia
para conocer del contrato de drones en cuestión. De conformidad con el Artículo 7º
de la Ley Modelo de UNCITRAL, (con las enmiendas de 2006):
1. El “acuerdo de arbitraje” es un acuerdo por el que las partes deciden someter a
arbitraje todas las controversias o ciertas controversias que hayan surgido o
puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica,
contractual o no contractual. El acuerdo de arbitraje podrá adoptar la forma
de una cláusula compromisoria incluida en un contrato o la forma de un
acuerdo independiente.

2. El acuerdo de arbitraje deberá constar por escrito.

3. Se entenderá que el acuerdo de arbitraje es escrito cuando quede constancia de


su contenido en cualquier forma, ya sea que el acuerdo de arbitraje o contrato se
haya concertado verbalmente, mediante la ejecución de ciertos actos o por
cualquier otro medio.
En ese orden de ideas, es menester resaltar que no existe un pacto arbitral que
verse sobre la controversia derivada del contrato de drones, pues las partes en
ningún momento acordaron y dejaron constancia por escrito que, en caso de
presentarse controversias relativas al contrato de drones, éstas serían resueltas en
un tribunal de arbitraje. Es por lo anterior que, no es posible extender los efectos del
pacto arbitral existente (relativo a los robots Sophia Street Runner XP Ultra) para
solucionar las controversias derivadas del contrato de drones. Tampoco es viable
pensar en una futura reconvención para dirimir sobre la competencia que tiene este
tribunal para pronunciarse sobre el contrato de drones, puesto que el objeto
contractual del negocio de los robots versa específicamente sobre la compraventa
de robots “Sophia Street Runner XP Ultra”, en nada se relaciona el contrato previo
con este último.
Ahora bien, contemplando el supuesto de una futura reconvención por medio de la
cual el demandado alegue una compensación basándose en el contrato de drones,
es pertinente traer a colación el artículo 8.1 de los Principios UNIDROIT (2010), el
cual dispone lo siguiente:
1. Cuando dos partes se deben recíprocamente deudas de dinero u otras
prestaciones de igual naturaleza, cualquiera de ellas (“la primera parte”) puede
compensar su obligación con la de su acreedor (“la otra parte”) si en el momento
de la compensación:

a. la primera parte está facultada para cumplir con su obligación;


b. la obligación de la otra parte se encuentra determinada en cuanto a su
existencia e importe y su cumplimiento es debido.

2. Si las obligaciones de ambas partes surgen del mismo contrato, la primera parte
puede también compensar su obligación con una obligación de la otra parte cuya
existencia o importe no se encuentre determinado.

De conformidad con lo anterior, cuando dos partes son deudoras recíprocas en


virtud de un contrato o de otra fuente de obligaciones, cada parte puede compensar
su deuda con la deuda de la otra parte. Por deducción mutua, las dos deudas se
anulan hasta el monto de la deuda menor y se evita que cada parte cumpla con sus
obligaciones por separado. En ese sentido, una primera condición es que cada parte
sea a la vez deudora y acreedora de la otra. Es de hacer notar que las partes deben
serlo dentro de sus mismas capacidades. Así, la compensación no será posible si
ambas partes no son deudoras entre sí.
Así pues, es necesario anotar que en el presente caso NI RECSA ni PRISA se
deben recíprocamente deudas. Pues el contrato de drones celebrado se perfeccionó
debidamente y finalizó con la entrega de éstos a PRISA. En ese sentido, de ese
contrato no existirían deudas o cuentas por pagar. Ahora bien, en lo relativo al
contrato de Robots, objeto de la presente controversia, PRISA si es deudora de
RECSA puesto que ésta aún no ha realizado el pago por los robots que les fueron
entregados. En ese sentido, puede observarse que RECSA no sería deudor de
PRISA ni en el contrato de drones ni por el contrato de Robots, ocasionando así la
inexistencia de la figura de la compensación puesto que no se cumpliría entonces
con el requisito sine qua non de que las partes se deban recíprocamente. Por tal
razón, no habría lugar a una demanda de reconvención que se sustente en la figura
de la compensación para traer a colación la competencia del tribunal sobre el
contrato de drones.
En ese orden de ideas, no puede predicarse siquiera la existencia de contratos
coligados que justifique o explique la relación económica y jurídica de los contratos
sobre los drones y sobre los robots. Para esto sería necesario acreditar que entre
dichos convenios existe dependencia mutua (interdependencia) en el sentido que la
ejecución (o la validez) del uno queda subordinada a la ejecución (o a la validez) del
otro (Messineo, 1952)2 circunstancia que no tiene lugar en el presente caso puesto
que los contratos son completamente autónomos e independientes y la ejecución o
validez del uno no afecta la del otro.
Sobre el particular, algunas cortes a nivel mundial, como la Corte Suprema de
Justicia de Colombia3, han descrito que, aunque independientes, algunos contratos
se encuentran coligados entre sí,
funcionalmente y con relación de recíproca dependencia, hasta el punto de
que las vicisitudes de uno, en mayor o menor grado, pueden repercutir en los
otros, casos en los cuales es deber de los jueces establecer con cuidado y
con base en las pruebas recaudadas si, además de las finalidades de cada
uno de los contratos celebrados, existe o no un objetivo conjunto y general
querido por las partes (G.J. CCLXI, Vol. I, p. 531).
A partir de esto, resulta palmario que no estamos en presencia de contratos
coligados porque, además de la falta de interdependencia, es notorio que la
ejecución o inejecución de un contrato no afecta al otro. Esto se ve acentuado si
analizamos que, aún bajo una modalidad más dilatada y que no requiera una
interdependencia, para que se configure la doctrina originalmente italiana del
collegamento negoziale, los contratos, autónomos y distintos, deben dirigirse a un
mismo fin, en el sentido de que formaran parte de una relación unitaria, o, si se
prefiere, de una operación unitaria (AltalexPedia, 2017)4. Situación que tampoco se
describe en la realidad, puesto que, si bien en su determinado momento ambos
contratos buscaron ejecutar actividades de delivery, estos no se emplearon como
una misma operación. Más bien se trató de una segunda opción al no lograrse la
primera. De esta manera, sería falaz afirmar que los contratos persiguen un objetivo
común por tener el propósito de hacer entregas a domicilio, pues en realidad, cada
contrato busca este objetivo en diferentes momentos y por su propia cuenta, sin
llegar a vincularse.
Por otra parte, si este tribunal en todo caso decidiere declararse competente sobre el
negocio jurídico de los drones, el laudo que se emitiría será susceptible de ser
anulado y no reconocido en el país de su ejecución. Ello con base en la Convención
de Nueva York, artículo 5, literal c, el cual dispone:
4. Sólo se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de la sentencia, a
instancia de la parte contra la cual es invocada, si esta parte prueba ante la
autoridad competente del país en que se pide el reconocimiento y la ejecución:

2
Messineo, F. (1952). Doctrina General del Contrato. Tomo I. Traducción: R. O. Fontanarrosa, S. Sentis
Melendo, M. Volterra. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, p. 402.
3
Corte Suprema de Justicia (2020). Sentencia SC1416-2022. M.P. Hilda González Neira.
https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-content/uploads/2022/06/SC1416-2022-2019-00014-00-1.pdf
4
AltalexPedia (2017). Collegamento negoziale. Responsabilità Civile.
https://www.altalex.com/documents/altalexpedia/2016/03/10/negozi-collegati
c) Que la sentencia se refiere a una diferencia no prevista en el compromiso o no
comprendida en las disposiciones de la cláusula compromisoria, o contiene
decisiones que exceden de los términos del compromiso o de la cláusula
compromisoria (...)
En consecuencia y dado que no es objeto de debate que solo existe acuerdo arbitral
sobre el contrato de robots, si el Tribunal decide declararse competente para
conocer de la controversia que versa sobre el contrato de drones, el laudo no estaría
soportado por una cláusula compromisoria o un compromiso y, por tanto, estaría
viciado. Además, el pacto arbitral existente y que tiene validez es el relativo al
contrato de robots. Por lo tanto, si el Tribunal se pronuncia respecto al contrato de
drones estaría laudando sobre una controversia al margen del acuerdo arbitral.

 LEY APLICABLE AL PROCEDIMIENTO ARBITRAL (LEX ARBITRI)

 LEY APICABLE AL FONDO DE LA CONTROVERSIA: PRINCIPIOS UNIDROIT


(2016) Y CNUCCIM.
Para determinar la Ley aplicable al fondo de la controversia del presente proceso
arbitral, es absolutamente necesario remitirnos al pacto arbitral, que como ya hemos
hecho énfasis, es completamente válido, existente, aplicable entre RECSA y PRISA
para el contrato de los ROBOTS.
A. PRINCIPIOS UNIDROIT (2016):
De conformidad con el pacto arbitral suscrito entre las partes, tal como quedó
debidamente consignado en el archivo pdf adjunto al correo electrónico del 22 de
abril de 2018 enviado por Brokers a PRISA, se tiene PRISA y RECSA consintieron
en que el tribunal laudara de la siguiente forma:
“Solución de controversias: Arbitraje con sede en Villa del Rey (Feudalia),
bajo el reglamento de la CNUDMI, en idioma español. El tribunal deberá
laudar aplicando los usos y costumbres de la actividad,
preponderantemente.” (Hecho No. 7, negrilla por fuera del texto original).
En tal sentido, cuando se indica los usos y costumbres de la actividad
preponderantemente aplicados a estos negocios comerciales internacionales, se
está haciendo alusión a la Lex Mercatoria, siendo este el conjunto de herramientas
destinadas a ser aplicadas en el derecho comercial transnacional, con el propósito
de regular el comercio internacional y todos los contratos que derivan de este.
Así las cosas, es válido afirmar que en el caso en cuestión, corresponde la
aplicación de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales
Internacionales del 2016, toda vez que, el Inciso número tres (3) del Preámbulo de
la regulación antes mencionada manifiesta que:
“(...) Estos principios pueden aplicarse cuando las partes hayan acordado
que su contrato se rija por principios generales del derecho, la “lex
mercatoria” o expresiones semejantes (...)” (Negrilla por fuera del texto
original).
En este orden de ideas, a pesar de que las partes no fijaron de manera literal la
aplicabilidad de los Principios UNIDROIT en la cláusula arbitral, al hacer uso de la
expresión “(…) laudar aplicando los usos y costumbres de la actividad,
preponderantemente.”, se observa la incorporación de los mismos, no sólo por lo
antes mencionado, sino también porque en virtud del Laudo 9797 proferido por la
Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional citado en
Oviedo (s.f) expresó que:
“los principios UNIDROIT son fuentes fidedignas del derecho comercial
internacional en el arbitraje internacional por contener ellos en esencia una
compilación de aquellos principios que disfrutan de aceptación universal y
que representan verdaderos usos del comercio”.
Por tanto, el carácter de reglas universales otorgado a los principios UNIDROIT, y su
representatividad sobre los usos del comercio internacional, permite asegurar que
estos son aplicables a la controversia en cuestión.

B. CONVENCIÓN DE LA ONU SOBRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA


INTERNACIONAL DE MERCADERÍA (1980):
En lo que respecta a la aplicabilidad de la Convención de Las Naciones Unidas
sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercadería, es de gran
importancia resaltar que los Estados de Marmitania y Costa Dorada (domicilios de
PRISA y RECSA, respectivamente), son Estados contratantes de la mencionada
Convención de Viena (1980), y por consiguiente, se encuentran sujetos a todo el
cuerpo normativo de manera integral en lo alusivo al derecho de tratados conforme a
la parte I, capítulo I, artículo I de la Convención.
Esta convención proporciona un régimen moderno, uniforme y equitativo para los
contratos de compraventa internacional de mercancías, por lo que contribuye
notablemente a dar seguridad jurídica a los intercambios comerciales y a reducir los
gastos de las operaciones. En este sentido, juega un papel primordial e
indispensable en todo lo concerniente con la regulación de contratos de comercio
internacional.
Esto último desencadena su aplicación como ley positiva o como práctica mercantil
(lex mercatoria), pues como indica el inciso 4 de su preámbulo la adopción de
normas uniformes aplicables a los contratos de compraventa internacional de
mercaderías en las que se tengan en cuenta los diferentes sistemas sociales,
económicos y jurídicos contribuiría a la supresión de los obstáculos jurídicos con que
tropieza el comercio internacional y promovería el desarrollo del comercio
internacional.
Adicionalmente, esta Convención encuentra aplicabilidad en el presente caso por
cuanto, no excluye a los principios UNIDROIT (2016), al contrario, ambos son
utilizados para interpretar o complementar instrumentos internacionales. Por tanto,
sería un actuar equívoco por parte de este Tribunal de Arbitraje, apartarse o
desconocer, también, la aplicabilidad de la Convención de Contratos de
Compraventa Internacional de Mercadería en el asunto que nos suscita frente a esta
controversia, desconociendo su importancia como reglas del derecho internacional.
Teniendo en consideración todo lo anteriormente esbozado, no hay lugar a dudas
acerca de la aplicación de la CNUCCIM y los Principios UNIDROIT, entendiendo que
estos se encuentran dentro de la Lex Mercatoria, a la cual se hace alusión al
mencionar los usos y costumbres de la actividad mercantil como fundamento para el
laudo arbitral, motivo por el cual, este Tribunal debe declararlos como la normativa
aplicable en cuanto al fondo de esta controversia.

VI. ASPECTOS DE MÉRITO O DE FONDO

VII. PETITORIO

VIII. NOTIFICACIONES
Mi poderdante recibirá notificaciones en la calle 54 N° 2310, Puerto Madre, Costa Dorada.
Teléfono: (+01)2844487. Correo electrónico: juridicorecsa@recsa.com.co
El suscrito, recibirá notificaciones en la Cra. 56 #90-120, Puerto Madre, Costa Dorada.
Correo electrónico: estudioshopiarobots@gmail.edu.co

La parte demandada recibirá notificaciones en la Av. de la Libertad N° 2010, Peonía,


Marmitania. Teléfono: (+02) 2456789. Correo electrónico: deptojuridico@prisa.com.co

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