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PODER JUDICIAL DE LA NACION.

En Buenos Aires a los 14 días del mes de marzo de 2008,


reúnense los señores Jueces de la Sala D de la Excelentísima Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal, con el
autorizante, para dictar sentencia en la causa “SERVICIOS DE
LOGÍSTICA S.A. contra TREBCOL COMPANY SOCIEDAD
ANÓNIMA sobre Ordinario" Registro N° 5.053/2004, procedente del
JUZGADO N° 13 del fuero (SECRETARIA N° 25), donde está identificada
como expediente 88.428, en los cuales como consecuencia del sorteo
practicado de acuerdo con lo previsto por el art. 268 del Código Procesal,
resultó que debían votar en el siguiente orden, Doctores: Dieuzeide, Heredia
y Vassallo.
Estudiados los autos la Cámara planteó la siguiente cuestión a
resolver:
¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada?
A la cuestión propuesta, el Señor Juez de Cámara, Doctor
Dieuzeide, dijo:

1.- Que corresponde conocer en el recurso de apelación


interpuesto por la parte demandada contra la sentencia definitiva dictada en
fs. 126/131 que admitió la demanda promovida por la actora, así como su
aclaratoria de fs. 135. La apelante expresó agravios en fs. 149/151 que no
fueron contestados por su contraparte.
a) Los antecedentes de la traba de la litis fueron adecuadamente
expuestos en la sentencia apelada por lo cual cabe remitirse a aquéllos. No
obstante, resulta oportuno puntualizar que el objeto mediato de la
pretensión promovida por Servicios de Logística S.A. era obtener el cobro
de cuatro mil setecientos treinta y un pesos con diez centavos ($ 4.731,10)
con más los intereses y costas por los servicios mensuales de almacenaje y
derecho de seguro de las mercaderías que la demandada tenía en el depósito
que la actora posee en la Zona Franca de la Plata, correspondientes al
período comprendido entre julio de 2001 y octubre de 2003, que no fueron
abonados. Para así decidir la señora juez de la anterior instancia consideró
probada la existencia del crédito reclamado por la parte actora ya que las
facturas nro. 6353, 6521, 6728, 6944 recibidas por la demandada y
registradas en sus libros no fueron canceladas. También hizo lugar a la
demanda por el importe de las restantes facturas, en orden a que si bien la
demandada las desconoció y no se encuentran registradas en su
contabilidad, el argumento central de la defensa que consistía en que a
partir del 31.7.2001 no existían mercaderías de su propiedad en el deposito
de la actora, se contradice con las registraciones de sus libros contables,
mientras que, por el contrario la actora acreditó la efectiva prestación de los
servicios reclamados por medio de las declaraciones testimoniales que
coincidentes en ese punto.
b) En su expresión de agravios la demandada cuestionó
básicamente la valoración de la prueba realizada por la señora juez. Sostuvo
que en la sentencia únicamente se ponderó el dictamen pericial contable,
omitiéndose ponderar la prueba documental que acompañara en fs. 41 -no
desconocida por su contraria- que prueba el efectivo retiro de la totalidad de
la mercadería con fecha 31/7/01. Agregó que haber registrado cuatro de las
facturas reclamadas no puede tener el carácter absoluto que le otorgó la
magistrada, más aún cuando tal valoración se contradice con el documento
de fs. 41 -que cuenta con la intervención de autoridad pública- y su
contraria tampoco agregó ninguna constancia de "stock" de las mercaderías
depositadas. Asimismo, ser refirió a las declaraciones testimoniales,
señalando que las respuestas de los testigos resultan evasivas a la vez que
contradictorias, ya que ninguno de aquellos especificó tipo, marca o
cantidad de las mercaderías depositadas refiriéndose únicamente a la
cantidad de bultos.
2) Es conveniente examinar en primer término los hechos
conducentes acreditados en el proceso:
a) La parte actora agregó nueve facturas (fs. 19/27), cuya
recepción así como la falta de pago de las cuatro primeras fueron
reconocidas por la apelante (v. fs. 47/47 v.). En la factura nro. 6353
correspondiente al mes de julio de 2001 se individualizan los despachos de
importación TR 04-01001000520 V y TR 06-01001000080 B (v. fs. 19),
mientras que en las ocho restantes -correspondientes al período agosto 2001
octubre de 2003- el certificado indicado en el detalle es el nro. TR 04-
00001007912 J (v. fs. 20/27).
b) Del documento acompañado por la apelante (fs. 41/42) para
acreditar el efectivo retiro de la mercadería, surge que el 31/7/2001 se
retiraron veintiocho (28) bultos con un peso bruto de 567,44 kg netos. Sin
embargo, ninguno de los datos allí consignados permiten concluir en que las
mercaderías retiradas son las correspondientes a los despachos de
importación que se detallan en las facturas reclamadas.
c) Las declaraciones testimoniales de fs. 73/74, 77/78, 81
coinciden en cuanto a la existencia de mercadería perteneciente a la
demandada en el depósito de Servicios Logísticos y en cuanto a la falta de
pago de los servicios de almacenamiento y del derecho de seguros
prestados. Los testigos también concuerdan en que la facturación de los
servicios se realizaba mensualmente, en que la factura era remitida a la
empresa y en que con anterioridad a la carta documento enviada se
formularon reclamos telefónicos que no merecieron contestación por parte
de la apelante.
d) En el informe pericial contable producido en fs. 98/99 -que
no fue cuestionado por la apelante- la perito informó que la parte actora le
exhibió el comprobante de ingreso de la mercadería de fecha 28.6.2000, el
Despacho de Importación 00001TR04007912J del 27.6.2000 y un
formulario de ANA oficializado el 30.6.2000 (v. resp. nro. 2, fs. 99),
mientras que la única documentación que aportó la demandada fueron sus
libros contables. En cuanto a las facturas que instrumentan estas
compraventas, detalló que las nro. 6353, 6521, 6728, 6944 se encontraban
registradas en el Libro IVA-Compras nro. 1 perteneciente a la demandada,
aunque no así las restantes, únicamente contabilizadas en el libro IVA-
Ventas parte actora (vid fs. 99 vta.) sin que se haya registrado ningún pago
relacionado con aquellas (v. preg. nro.4).
3.- Corresponde entonces, sobre tales bases, examinar la
fundabilidad del recurso interpuesto:
a) En lo que concierne a los contratos instrumentados en las
facturas nro. 6353, 6521, 6728, 6944, si bien los libros IVA compras y
ventas no integran los exigidos por el c.com. 44 constituyen prueba
suficiente en conflictos entre comerciantes si se encuentran corroboradas
como en este caso por otros elementos de juicio (CNCom. esta sala en
anterior composición 12.2.99 "Ecco Workmen S.A. c/ Antártida Cía. Arg.
de Seg. S.A."; id. sala A 14.6.2000 "Consultas y Diagnósticos S.A. c/
Administraciones Médicas S.A."; id. sala B 15.8.06 "Gerriero Blas c/ Riva
S.A."; id. sala C 7.4.2000 "Obregón Cano M.R. c/ Carlozzi de Cabrera H.
del V."). Por lo tanto, corresponde reconocer el crédito por el importe
correspondiente a las mencionadas facturas.
b) En lo que atañe a las restantes, nros. 8439, 8440, 11382,
11383 y 11384 la limitación de la eficacia probatoria de los libros IVA-
Ventas y Compras reseñadas precedentemente, supone que los registros en
los libros de la actora deben ser valorados en forma conjunta con los
restantes elementos de convicción agregados en la causa de acuerdo con el
criterio establecido por c.p.c. 361:1. Sobre tal premisa cabe formular las
siguientes conclusiones:
I) En lo que concierne al instrumento individualizado en el
punto 2.b considero que de acuerdo con lo expuesto en el punto 3.b
precedente no corresponde otorgarle el carácter de prueba contundente y
eficaz que se pretende para desvirtuar tales registros contables aún con la
limitación señalada.
II) En cuanto a la prueba testimonial considero que los
argumentos intentados por el apelante no resultan suficientes para
desacreditar las declaraciones de los testigos por dos motivos:
A) En primer lugar porque los testigos proporcionaron razones
válidas de su imposibilidad para precisar el tipo, marca, modelo y cantidad
de unidades depositados. El testigo Jorge Sedano -ex empleado de la
actora- manifestó que no podía contestar la pregunta porque no se había
desempeñado en el área de control de "stock", sin embargo afirmó que
existía mercadería en el depósito de la actora pese a no poder precisar la
cantidad (13 ra. repregunta fs. 74). Por su parte, el testigo Ruetter explicó
que no están obligados a especificar tipo, marca, modelo y cantidad de
mercaderías que ingresa en el depósito pues la obligación es controlar los
bultos no su contenido (repregunta nro. 8). Puntualizó al serle requerido que
en el caso de la demandada la mercadería fue individualizada cuando
ingresó en la zona franca en primer término por bultos y luego por tipo,
marca, modelo y cantidades (repregunta 13 ra.) y aclaró que los retiros
parciales que realizó Trebcol siempre fuero por bulto completo (repregunta
nro. 14).
B) En segundo lugar, porque tampoco surgen tales datos de la
prueba acompañada por la apelante. Adviértase que el documento agregado
en fs. 41/42 no especifica tipo, marca, modelo y cantidades, sino
únicamente cantidad de bultos, peso neto de estos, cantidad de unidades
estadísticas y una descripción general de las mercaderías: "aparatos
electrotérmicos para el cuidado del cabello o para secar manos".
III) Esta prueba testimonial no está constreñida por la
limitación del c.c. 1193 y 2201 y del c.com. 209 para acreditar los sucesivos
contratos de depósito, ya que el instrumento individualizado en el punto 2.b
precedente puede ser asimilado al principio de prueba por escrito en tanto
fue agregado por la parte contraria, las declaraciones testimoniales
reseñadas en el punto 2.c. son aptas para acreditar la prestación de la actora
-ya que no pretenden acreditar contratos sino hechos-. Por lo tanto, tales
declaraciones deben ser vinculadas con los registros contables cuya aptitud
probatoria fue indicada en el punto 3.a y b. lo cual constituye cuanto menos
la prueba de presunciones prevista por el c.p.c. 163: 5 y el c.com. 208 "in
fine", ya que si bien no proporcionan la certeza absoluta despejan todo
resquicio de duda razonable sobre la existencia de tales contratos (CNCom.
esta sala con distinta composición 15.3.94 "Storto R. c/ Antonio Piñeiro";
id. 15.3.06 "Tren de la Costa s/ conc. prev. s/ inc. verif. Brex, N."; id. sala A
29.11.00 "Banco Mariva S.A. c/ Edesur S.A."; id. 18.2.94 "Wexler R. c/
Banco Alas Coop. Ltdo."; id. 25.2.86 "Mantyc S.R.L. c/ Luciano Toribio s/
ord."; id. sala B 30.12.98 "Viacart S.A. c/ Cía. de las Tiendas S.A."; v.
Leguisamón H. "Las presunciones judiciales y los indicios", cap. IX., nro.
A.2, p. 92, ed. 1991).
IV) Por lo tanto, reexaminados en conjunto los elementos de
prueba agregados a la causa concluyo en que la apelante no acreditó para
desvirtuar las conclusiones que surgen de los reseñados que el depósito
había cesado (c.c. 2226:1). En consecuencia, y por lo tanto debe abonar al
depositario la retribución que le corresponde por todo el tiempo en el cual el
depósito continuó (c.co. 573, vid Fernández, R. - Gómez Leo, "Tratado
Teórico Práctico de Derecho Comercial", t. III-B cap. IV, nro 37 p.
252/253).
4.- Por lo expuesto, propongo si mi voto es compartido,
desestimar el recurso de apelación interpuesto por la demandada,
confirmando, en consecuencia la sentencia de primera instancia en lo que
fue materia de agravio. Sin costas de esta instancia por no mediar
contradictorio.
Los Señores Jueces de Cámara, Doctores Heredia y Vassallo
adhieren al voto que antecede.
Concluída la deliberación los Señores Jueces de Cámara
acuerdan:
(a) Confirmar la sentencia de primera instancia en lo que fue
materia de agravio.
(b) Sin costas de esta instancia por no mediar contradictorio.
(c) Diferir la consideración de los honorarios hasta tanto sean
regulados los correspondientes a la anterior instancia.

Gerardo G. Vassallo

Juan José Dieuzeide

Pablo D. Heredia

Fernando M. Pennacca
Secretario

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