Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala D
Pumatex S.R.L. c. Cartex S.A. • 17/03/2005
Publicado en: DJ 2005-2 , 821
Cita online: AR/JUR/809/2005
2ª Instancia. - Buenos Aires, marzo 17 de 2005.
El doctor Monti dijo: I. Viene apelada la sentencia de fs. 156/159 en cuanto hizo lugar a la demanda instaurada por Pumatex S.R.L. contra Cartex S.A, a quien condenó al pago de la suma de $ 8.056,48 con más sus intereses. II. La actora demandó el cobro de la suma de $ 12.741,76. Sostuvo que había mantenido una relación comercial con la demandada en virtud de la cual le habría vendido insumos textiles. Dijo que el importe reclamado surgía de las facturas y notas de débito que adjuntó. III. En su respuesta, tras negar los hechos invocados por el actor, la demandada reconoció haber adquirido insumos de la actora y dijo que le había sido imposible cumplir con sus obligaciones a partir de diciembre de 2001. IV. El sentenciante, sobre la base del peritaje contable, hizo lugar a la demanda por el importe que surgía de las facturas y notas de débito reclamadas. V. Contra dicho pronunciamiento se alzaron ambas partes. La actora desistió de su recurso en fs. 171. La demandada, en fs. 175/176, se agravia en primer término del monto de condena, porque considera que debería detraerse el importe de las notas de débito que no se encontraban registradas en su contabilidad sino sólo en la de la actora. También cuestiona que se dispusiese el cómputo de los intereses desde las fechas de vencimiento de las facturas, alegando que del intercambio epistolar surgiría que la actora pretendía el pago en dólares lo cual, a su criterio, habría obstado a que se produjera la mora. Solicita que se aclare que los intereses correspondientes no resultan capitalizables. Por último, se queja de la imposición de las costas con sustento en que habrían debido distribuirse en la proporción en que prosperó la demanda porque -según dice- la actora reclamó el pago en dólares. VI. El agravio de la demandada relativo al monto de la condena, a mi modo de ver, no logra conmover los fundamentos de la sentencia apelada, pues el solo hecho de que las notas de débito en cuestión no aparezcan registradas en la contabilidad de la demandada, no conlleva a prescindir -sin más- de lo que surge de los registros de la actora a tenor de lo informado por el experto contable. En efecto, los libros de comercio también hacen prueba en favor de sus dueños cuando, como en el caso, el adversario no presentó asientos en contrario u otra prueba concluyente (art. 63, 3er. párr., del Cód. Comercio). Cabe destacar que la actora no sólo no presentó prueba alguna tendiente a desvirtuar los importes que surgen de las notas de débito reclamadas, sino que tampoco formuló observación alguna al dictamen del perito de fs. 127/131 ni a las aclaraciones que brindara en fs. 138 a pedido de la actora, donde describe que las notas de débito, en su totalidad, se originan en gastos por cheques rechazados (v. planilla de fs. 137). Así, pues, analizado el peritaje contable de acuerdo con la norma citada y bajo la regla de la sana crítica (art. 386 del Cód. Procesal), no resultan cuestionables las conclusiones a las que arribó el a quo. Igual suerte adversa ha de seguir el reproche respecto del dies a quo de los accesorios fijado en la condena, toda vez que, más allá de lo que surge del intercambio epistolar, la circunstancia de que el actor hubiese reclamado importes en dólares no era un obstáculo invencible para que la demandada pudiera cancelar los importes reclamados en autos al vencimiento de las respectivas facturas, pues el ordenamiento jurídico prevé un remedio específico para ello que es la consignación del pago, actitud que no fue adoptada por la accionada. En cuanto a la aclaración solicitada en punto a la capitalización de intereses, sin perjuicio de destacar que es una cuestión que debió haber sido planteada por vía de aclaratoria ante el Tribunal que dictó la sentencia, resulta aplicable la doctrina plenaria del Fuero sentada in re "Calle Guevara, Raúl" (del 25-VIII- 2003) -DJ, 2003-3-82-, que en el sub lite obsta a la capitalización de los réditos. Finalmente, respecto del rubro costas, no aprecio la existencia de elementos en la causa que ameriten modificar el criterio sentado en la instancia anterior, habida cuenta que la accionada resultó sustancialmente vencida y que el argumento de que la actora reclamó una suma en dólares resulta inaudible porque la demanda fue promovida en pesos. VII. Por ello, si mi criterio fuera compartido, propongo confirmar la sentencia apelada. Las costas de alzada deberán ser soportadas por la demandada vencida (art. 68 del Cód. Procesal). Así voto. La doctora Díaz Cordero y el doctor Cuartero adhieren al voto que antecede. Concluida la deliberación los jueces de Cámara acuerdan: (a) Confirmar la sentencia de primera instancia dictada en fs. 156/159. (b) Imponer las costas de alzada a la demandada. (c) Diferir la consideración de los honorarios hasta que sean fijados los correspondientes a la primera instancia. - María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero. - Felipe M. Cuartero.
5 Sabido Es Que en Materia Contractual, Quien Alega El Cumplimiento de La Prestación A Su Cargo Corre Con La Carga de Probarlo. en Efecto, de Conformidad Con El Art. 719