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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS

                          
DERECHOS HUMANOS EN HONDURAS

SECCION: 0800

DERECHO A LA NACIONALIDAD Y
SEGURIDAD PERSONAL

GRUPO #5
INTEGRANTES:

-ANGELY EVANGELISTA ACOSTA CRUZ      20221004036

-BERTHA ALICIA MARADIAGA ORELLANA 20221000532

-CHRISTOPHER ISAAC LICONA MARQUEZ 20221004093

-CRISTOFER JEREMY ALVARADO SIERRA   20221002390

-DANIEL ANTONIO CANALES LÓPEZ           20221004849

-ISABELLA MICHELLE RUBIO COLINDRES     202210004219

-JUSTINE DAYANNE VARELA CANALES      20221004118

TEGUCIGALPA M.D.C. 28 DE MARZO DEL 2022


Índice
1) ¿Qué es y cómo surge la nacionalidad?
- El ser humano y su necesidad de pertenecer a algo.
- Formación de civilizaciones, estados y naciones
- La nacionalidad en Honduras y América
- Concepto de nacionalidad
2) Ius Solis, Ius Sanguinis, Ius Domicili
3) Tipos de nacionalidad
- Nacionalidad por nacimiento
- Inscripción de infantes
- Nacionalidad por naturalización
- Requisitos y proceso para ser hondureño por naturalización
4) Apatridia
5) Tarjeta de identidad
6) Seguridad personal
7) Seguridad Personal
8) Legítima defensa

INTRODUCCIÓN 

En el siguiente informe explicaremos el Derecho a la Nacionalidad y Seguridad


Personal, su historia, requisitos, leyes, etc.
OBJETIVO
Nuestro objetivo es dar a conocer nuestros derechos como ciudadanos y que más
personas sepan su derecho de tener una Nacionalidad, los procesos al adquirirla,
sus obligaciones, etc . 

Contenido

-Historia y su concepto

-Tipos de nacionalidad en Honduras

-Jus solis, Jus sanguini, Jus domicili 

-Requisitos para ser hondureños por nacimiento 

-Requisito para ser hondureño por naturalización el procedimiento que deben seguir
para su inscripción

-Significado de Apátridas

-Requisitos y Procedimiento para hacer la inscripción de los niños  

-Procedimiento a seguir para obtener la tarjeta de identidad, si cumplió los 19 años


que requisitos presenta

-Concepto de seguridad personal


¿Qué es y cómo surge la nacionalidad y el
derecho a la misma?

La nacionalidad (derivado evidente de “nación”, que viene del latín natio-onis, que
significa pueblo/tribu) es la condición que reconoce pertenencia a y vínculo con un
estado de una persona, lo que implica la sujeción a un ordenamiento jurídico, la
adquisición de derechos y deberes y la soberanía nacional. Hace también función
fundamental para la representación y amparo de un ciudadano al encontrarse en un
país que no es el suyo.
La nacionalidad la otorga un Estado en el sentido internacional, es decir, soberano y
autónomo. De ahí que pueda establecer de manera discrecional y unilateral los
requisitos para obtener su nacionalidad.
Para explicar adecuadamente la historia de la nacionalidad, es preciso tocar desde
el punto de la historia en que surgen las naciones, y considerando que una nación
es el aspecto humano y cultural de un país, a cuando el mundo se dividió en éstos.
Así mismo, es preciso explicar algunas necesidades nacionales del ser humano,
como lo es el de la pertenencia.
El ser humano y su necesidad de pertenecer a algo

El ser humano es un ser social, es decir, para su supervivencia necesita


involucrarse con otros de su misma especie. Éste patrón se repite en cada individuo
desde la prehistoria, por algo el ser humano está dotado no sólo de habilidades
cognitivas mucho más sofisticadas que las de otras especies, sino también de
inteligencia y emociones, que le permiten crear vínculos mucho más estrechos pero,
sobre todo, conscientes.
El ser humano desarrolló, por ejemplo, la capacidad de tener vínculos afectivos que
desembocaran en la reproducción, y a su vez un vínculo de amor y protección
mútua con sus “crías”. Ésto convierte a la familia en el primer lugar al que el ser
humano pertenece. La sociedad tiene su base y fundamento en el origen de la
familia, puesto que es una primera organización en sus diversas formas, que da
origen a la nación, y de hecho en algún punto de la historia, cuando las
nacionalidades no eran un concepto jurídico importante, fue la pertenencia a una
familia la que vinculaba al individuo con su nación.
Volviendo a la evolución de las civilizaciones:

Los diversos conjuntos de condiciones a lo


largo del mundo implicaron para los
habitantes de cada región la adopción de
diversos métodos para crear grupos,
organizarse, obtener alimentos,
reproducirse, comunicarse e incluso (y como
consecuencia de los métodos ya
mencionados) encontrar en sus habilidades
pequeños placeres de la vida como el arte,
la música y las religiones. Con el paso de las generaciones y la población del
planeta tierra, empezaron a haber masivos grupos de personas que compartían
dichas costumbres en su forma de vivir, y es así como empiezan a surgir las
culturas.
El aumento de la magnitud de concentración de personas que compartiere ciertas
características en su forma de vida sumado a la previamente explicada creatividad
propia del ser humano y, además, a su naturaleza sistemática, dieron paso a la
sistematización de éstos grupos, que con el pasar de las generaciones fueron
adoptando formas de organización y de subsistencia propios de las que hoy
conocemos justamente como civilizaciones. A lo largo de los siglos surgen múltiples
divisiones dentro de cada cultura: Surgen las jerarquías de 2 o más niveles, las
clases sociales, éstas mismas se dividen inicialmente en 2 niveles fácilmente
comparables con “burguesía-proletariado” o “gobierno pueblo” y a su vez éstos
empiezan a dividirse, surgen los poderes del estado, los gremios de oficio, los
sectores de la economía y un enorme etcétera.
A medida las diferentes culturas empiezan a relacionarse entre sí y surgen las
migraciones, las uniones entre estados y demás, las diversas culturas del mundo
empiezan a convivir entre sí, dando lugar a cruces y choques culturales y raciales
(que hace muchos siglos eran casi lo mismo). Ésto llevó a que localmente pudieran
haber distinciones de religión, razas, trabajadores, y demás.
Tocando ejemplos mucho más contemporáneos, gracias a la antes mencionada
habilidad humana de encontrar placer y entretenimiento gracias a su creatividad y
capacidad de apreciarla, cada vez las aficiones de los individuos empezaron a ser
más importantes en el individuo, llegando a que en el siglo XX surgieran las
denominadas “tribus urbanas”: Dígase de grupos de usualmente gente joven que
comparten gustos artísticos de diversos tipos y los convierten en un distintivo
estético de su personalidad. Éste es probablemente el ejemplo más sencillo de usar
para ejemplificar éste fenómeno (la necesidad humana de la pertenencia) en base a
nuestra cotidianidad actual, pues las “tribus urbanas” son un concepto que sigue
absolutamente vigente y en expansión a la fecha de redacción del presente informe.

Formación de los estados y naciones

Pero volviendo a los países, el orden social, las nacionalidades, entre otras; como
se mencionó antes, el ser humano cuenta con una naturaleza sistemática, la cual
llevó a que las civilizaciones fueran organizándose en naciones, que en conjunto
gobierno-pueblo y sus recursos materiales, territoriales y culturales, formaban
estados. Los primeros estados surgieron entre 3000 a.C y el 100 a.C, y fueron, por
ejemplo:
- Uruk, Mesopotamia
- Harappa, Valle del río Indo
- Dinastía Shang, Norte de China
- Monte Albán, Mesoamérica

Cada estado, además de abarcar su cultura o un conjunto de culturas, se sujetaba a


ciertas leyes específicas, cierta organización social, entre otros factores.
Como mencionamos antes, el mundo fue globalizándose, conectando cada país con
todos los demás, lo que llevó a la necesidad de darle nombre al vínculo de un
individuo con su nación, tanto humana como jurídicamente, Como parte de éste
proceso surgen los consulados, las embajadas, los tratados internacionales, las
organizaciones de países y las nacionalidades.

Las nacionalidades en Honduras y América

América, al igual que el resto del mundo, tuvo los mismos procesos de formación de
civilizaciones (algunas más avanzadas que otras). Los nativos, al ser humanos,
tuvieron exactamente la misma necesidad que todos los demás de organizarse. Es
así como nacen las que hoy conocemos como “etnias indígenas”, de las cuales un
porcentaje importante sigue existiendo conservando parte significativa de sus
culturas.
Pese a que los nativos americanos se organizaban de la misma manera que otras
culturas de todo el mundo desde hace mucho tiempo, las nacionalidades
propiamente dichas surgieron mucho después que en el resto del mundo. El motivo
es demasiado simple: La conquista.
La conquista fue un proceso colonialista basado en conflictos militares y apropiación
de tierras y recursos (materiales y humanos) por parte de la monarquía Española y
otros estados europeos contra las culturas nativas del continente, América. Fue una
operación de matiz mercantil, de recuperarse de la crisis a la que estaba sometido
el Imperio Español, por ello la Conquista conllevó saqueos y muerte, realizadas por
los conquistadores, los cuales tenían el aval de la corona Española y fueron
apoyados por comerciantes y financieros de España, quienes veían la posibilidad de
aumentar sus riquezas.
Debido a ello, en ningún momento se reparó en someter militar, económica e
ideológicamente al nativo en América. Este sometimiento implicó nuevas formas de
vivir y pensar, lo que provocó una alteración de las formas de vida de los indios, que
vieron derrumbarse sus viejas costumbres pero especialmente sus valores, su
identidad cultural, por ello se menciona en muchos textos un choque cultural.
Ésto llevó a que los estados americanos no pudieran vincularse con su población
como estado autónomo hasta luego de sus respectivas independencias y tras
romper los vínculos con el estado Español.
Concepto de Nacionalidad

Es un concepto de carácter jurídico-social que empezó a ser reconocido luego de la


Segunda Guerra Mundial.
El anterior preámbulo sobre la formación de las civilizaciones y los estados,
haciendo énfasis en la naturaleza y evolución humana, se debe a que son todos
elementos importantes para hablar de las naciones. Y considerando que el concepto
de nacionalidad está íntimamente relacionado con el de nación, es decir la identidad
con un conglomerado social que se identifica por diferentes características
comunes; al revisar la historia se encuentra con frecuencia el término nacionalidad
vinculado con el antes explicado tema de la evolución misma de la nación

El término “nacionalidad” ha sido definido por


múltiples estudiosos de la materia, entre ellos el
norteaméricano Carlton J.H. Hayes, quien enfatizó el
no confundir “nacionalidad” con “país” o “nación”,
declarando que ambos conceptos dependen uno del
otro pero hacen referencia a realidades diferentes.
Mientras una nación se define como “grupo cultural
de personas que hablan una lengua común (o
dialectos íntimamente ligados entre sí) y que tienen
cierta comunidad de tradiciones históricas
(religiosas, territoriales, políticas, militares,
económicas, artísticas e intelectuales” (definición
dada por el mismo Hayes); la nacionalidad es, más
bien, “la unión de características nacionales
necesarias para que un conjunto social pueda transformarse en nación; una
nación en potencia a la que se negaría la soberanía política y el derecho a
construir un Estado propio, condiciones en cambio que sí poseería la nación”.

La nacionalidad se asocia a la ciudadanía, concepto nacido en la antigua Grecia


y cuyo concepto original, podría decirse, evolucionó a lo que ahora
denominamos nacionalidad como tal, diferenciándose por un sentido más bien
jurídico, pues se refería a la expresión del vínculo legal que une al individuo con
un determinado poder o autoridad soberano, el poder del emergente
Estado-nación, al que además se reviste de la cualidad política primero, y
jurídica después, de la soberanía.
La pertenencia a la comunidad política implicaba en el Estado absoluto
convertirse en un tipo especial de súbdito, el sujeto pasivo del poder público que
se beneficiase de la protección que le preste el monarca. A cambio de es
protección, el súbdito prestaría al soberano un juramento de lealtad perpetua del
que no se le permitiría liberarse, y que se transmite por el nacimiento en el
territorio sobre el que ejerce su jurisdicción el monarca , pero también por la
descendencia sanguínea de un súbdito de aquél (Ius solis e Ius sanguinis,
respectivamente, términos que tocaremos más detalladamente unas páginas
adelante). Éstos vínculos condicionados se dieron “naturalmente” y como
consecuencia dieron lugar, casi paralelamente, a la conformación de las
Naciones como cuerpos políticos de súbditos y, en muchos casos, el nacimiento
de sus correspondientes Estados.

Reseña histórica de la nacionalidad


Como se explicó incisos atrás, desde los albores de la civilización, los grupos
humanos organizados han manifestado una tendencia a garantizar su seguridad
separándose de los otros grupos y trazando los límites entre “ciudadanos” y
“extranjeros”. Y en su interior, cada grupo ha pretendido darse una estructura
jerárquica, diferenciando los poderes y las responsabilidades colectivas. La
ciudadanía, sostiene Aristóteles en el Libro III de la Política, debe ser concedida
únicamente a los hombres adultos y libres, libres también en el sentido de que la
libertad del trabajo servil le permite participar en la ekklesia (la asamblea en la cual
se toman las decisiones políticas fundamentales) y de asumir los cargos públicos
más altos, como aquellos de los jueces, magistrados, sacerdotes.No muy distinta es
la concepción de la ciudadanía romana en la época republicana. También en Roma
el ciudadano se identifica con el hombre adulto que es libre, y que es, además, un
pater familias que ejerce su potestad sobre todo el grupo familiar, compuesto por la
mujer, los hijos, los libres y los clientes. El civis romanus no se opone únicamente al
extranjero no residente, sino también a los extranjeros residentes, a las mujeres, a
los hijos, a los esclavos.La concepción moderna de la ciudadanía surge gracias a
los teóricos del absolutismo monárquico que escriben entre el siglo XVI y XVII, como
Jean Bodin y Thomas Hobbes. El concepto de ciudadanía pierde su significado de
participación en las funciones públicas y en la honorabilidad que dichas funciones
conllevan. Ser ciudadano equivale a ser súbdito y obediente del soberano, sujetado
a las mismas leyes y costumbres, independientemente de las diferencias de religión,
de lengua y de origen étnico. Sin embargo, es con las grandes revoluciones
burguesas del siglo XVII y XVIII —y con las obras de autores como John Locke y
Jean-Jacques Rousseau— que la concepción moderna de la ciudadanía se afirma
como igualdad jurídica de todos los ciudadanos en tanto sujetos de derecho,
detentadores de la soberanía y miembros de la nación. La única exclusión “obvia”
respecta al género femenino (e incluso, por mucho tiempo, a los no propietarios). A
pesar de estas incongruencias, la ciudadanía moderna se consolida como el
contenedor de una serie abierta de derechos subjetivos que pueden ser válidos
incluso contra las autoridades del Estado. Aquí es donde se encuentra el profundo
significado filosófico y antropológico, que se inspira en la concepción ilustrada eius
natural del individuo. Los hombres son seres racionales, libres, moralmente
responsables, iguales frente a la ley e independientes desde el punto de vista
económico.Hoy, en pleno inicio del siglo XXI,después de la victoria planetaria de la
economía de mercado, el optimismo social democrático parece haber perdido
fuerza: los derechos sociales gradualmente han perdido los requisitos de
la universalidad y de la accionabilidad jurídica. Y no faltan autores, como Loic
Wacquant, que sostienen que los procesos de globalización, vaciando a los Estados
de una parte relevante de sus prerrogativas, van hacia la tendencia de reservarles
(a los Estados) la sola garantía del orden público. En este cuadro también el
Estado social asumiría una función represiva dominante, volviéndose un “Estado
penal”. Otros autores subrayan la creciente tensión entre los derechos de los
ciudadanos y las expectativas de las crecientes masas de migrantes que se agrupan
en las periferias de los países industrializados en busca de una mejor vida.

Ius Solis
El Ius Soli (traducido del latín a “derecho de suelo”) es un concepto jurídico que
hace referencia al derecho a la obtención de una nacionalidad por el simple hecho
de nacer en el país correspondiente, sin ninguna otra clase de requisito.
Es el principal criterio aplicado al momento de otorgarle una nacionalidad a un
individuo, considerando el relativamente poco uso que se le da actualmente al Ius
Sanguini (derecho de sangre) y que el Ius Domicili no es aplicable desde el
nacimiento del individuo.

Ius Sanguinis
El Ius Sanguinis (traducido del latín a “derecho de sangre”) es un criterio jurídico que
hace referencia al otorgamiento de una nacionalidad a un individuo basándose en
su filiación sanguínea con sus ascendentes originarios del respectivo país,
independientemente de su país de nacimiento que puede ser otro.
El Ius Sanguinis es un criterio válido en varios países de Europa y Latinoamérica,
sin embargo, no en Honduras (o no exactamente).

Ius domicili
El Ius Domicili es un criterio jurídico que hace referencia al derecho y capacidad de
asumir una determinada nacionalidad teniendo como fundamento haber residido en
el respectivo país durante un tiempo determinado cumplido.
Tipos de nacionalidad en Honduras

La nacionalidad hondureña, igual que la de muchos otros países, puede obtenerse


de dos maneras diferentes:
- Por nacimiento (Ius Soli)
- Por naturalización (Ius Domicili)

Nacionalidad por nacimiento en Honduras

Según el Artículo #23 de la Constitución de la República de Honduras:

“Son hondureños por nacimiento:


1. Los nacidos en el territorio nacional, con excepción de los hijos de los agentes
diplomáticos;
2. Los nacidos en el extranjero de padre o madre hondureños por nacimiento;
3. Los nacidos a bordo de embarcaciones o aeronaves de guerra hondureñas, y los
nacidos en naves mercantes que se encuentren en aguas territoriales de Honduras;
y,
4. El infante de padres ignorados que se encuentre en el territorio de Honduras.”

Ésto implica la validez del criterio del Ius Sanguinis e incluso, de cierto modo, la
naturalización como fundamento para la nacionalidad por nacimiento. Sin embargo,
aquellos referidos en el punto #2, en muchas ocasiones tienen también la opción de
adquirir la nacionalidad del país donde física y circunstancialmente nacieron.

Inscripción de infantes:
Entendiendo “nacimiento” como el momento en que un individuo tiene vida propia
fuera del seno materno, y considerando el punto #2 del Artículo 23. de la
Constitución de la República (que menciona que son hondureños por nacimiento
“Los nacidos en el extranjero de padre o madre hondureños por nacimiento”), los
hijos de padres hondureños nacidos en el extranjero tendrán derecho a asentarse a
en un libro especial que al efecto deberá llevar a cabo la institución correspondiente.
A los padres del menor de edad a ser inscrito se les extenderá una Certificación de
Nacimiento original, a efecto de que los padres puedan continuar con el
procedimiento de inscripción ante el Registro Nacional de las Personas en
Honduras (RNP), acto que según el artículo el Reglamento de la Ley del RNP
podrán realizar por medio de una tercera persona: los padres de la madre o el
padre del menor de edad, un hermano, un hijo mayor de edad.
La partida de nacimiento es el documento que certifica la identidad de una persona
al nacer. En Honduras, este aval lleva consigo el nombre completo de la persona,
fecha y lugar de nacimiento, identificación de progenitores, observaciones
marginales y la identificación del documento en el RNP (Registro Nacional de las
Personas).
La inscripción de nacimiento constará especialmente:
- Inscripción de nacimiento nº, libre de actas nº, folio nº
- Nombre del menor de edad.
- Fecha y lugar de nacimiento.
- Nombre de los padres.
- Nombre de los abuelos maternos y paternos del menor de edad a ser inscrito

Nacionalidad por naturalización en Honduras

El artículo #24 de la constitución de la república dicta, textualmente:

“Son hondureños por naturalización:


1​. Los centroamericanos por nacimiento que tengan un año de residencia en
Honduras.
2. Los españoles e iberoamericanos por nacimiento que tengan dos años
consecutivos de residencia en Honduras.
3. Los demás extranjeros que hayan residido en Honduras más de tres años
consecutivos.
4. Los que obtengan la carta de naturalización decretada por el Congreso Nacional
por servicios extraordinarios prestados a Honduras.
5. Los extranjeros que formen parte de grupos seleccionados traídos por el gobierno
para fines científicos, agrícolas e industriales después de un año de residir en
Honduras llenen los requisitos de Ley.
6. Los extranjeros que contraigan matrimonio con un ciudadano hondureño por
nacimiento.

En los casos a que se refieren los puntos 1, 2, 3, 5 y 6, el solicitante debe renunciar


previamente a su nacionalidad de origen (a menos que exista un tratado de doble
nacionalidad entre Honduras y el otro país) y manifestar su deseo de optar a la
ciudadanía hondureña ante la autoridad competente.”

Los puntos 1, 2 y 3 representan más bien una escala de preferencia para facilitar la
posibilidad de adquirir la nacionalidad hondureña, siendo el tiempo mínimo de
domicilio requerido especialmente inferior para centroamericanos que para
extranjeros relativamente lejanos.
Entre los individuos mencionados en el punto 5 (dependiendo igual que en el resto
de si existe o no un tratado de doble nacionalidad entre Honduras y su país de
origen) suele ser considerablemente grande la posibilidad de recurrir a la
adquisición de una doble nacionalidad, la cual no está penada por el derecho
internacional aunque sí sea considerada “indeseable” en algunos países.

Requisitos y proceso para ser hondureño por naturalización:

Como primer paso para solicitar la nacionalidad hondureña por naturalización está,
por si no fuese obvio, la disposición de los documentos requeridos:
Los documentos que debes presentar al momento de hacer tu solicitud deben estar
libres de alteraciones. Estos son:

- Pasaporte original.
- Timbres que la ley exige adherir a la solicitud.
- Fotografía de frente de las siguientes dimensiones: seis centímetros de alto
por cinco de ancho.
- Certificado original de nacimiento del solicitante.
- Constancias emitidas por juzgados hondureños que indiquen la no existencia
de antecedentes penales.
- Certificación de movimiento migratorio.
- Constancia de la Dirección General de Investigación Criminal en la que
indique que no hay denuncias.
- Comprobantes de ingresos y de actividades.

En los capítulos V y VI de la Ley de Migración y Extranjería se explican los


procesos, entes responsables, requisitos y condiciones de residencia que deben
cumplir previamente los solicitantes:

Artículo 60 (referente a la institución correspondiente):


“El Registro Nacional de Extranjeros estará a cargo de la Dirección General de
Migración y Extranjería y se regirá por las condiciones y requisitos establecidos en
el reglamento respectivo. Todas las autoridades del país y los representantes
diplomáticos y consulares hondureños acreditados en el exterior, están en el deber
de auxiliar a la Dirección General de Migración y Extranjería en las funciones
relativas al registro de extranjeros.”

Artículo 62 (referente a la tarjeta de residencia o tarjeta especial de permanencia


como alternativa a la naturalización):
“A los inscritos en el Registro Nacional de Extranjeros se les expedirá la tarjeta de
residencia o tarjeta especial de permanencia conforme a su categoría o calidad
migratoria, la cual deberá renovarse de conformidad a lo establecido en el
respectivo Reglamento.”

Artículo 63 (listado preciso de los requisitos para adquirir la nacionalidad hondureña


por naturalización):
“El Estado de Honduras por medio del Presidente de la República, tiene la potestad
de conceder, denegar o cancelar la nacionalidad hondureña por naturalización.
Pueden optar a la nacionalidad hondureña por naturalización los extranjeros que
hayan residido legalmente en el país durante el tiempo que de acuerdo a su
nacionalidad exige la Constitución de la República y además cumplan los requisitos
siguientes:
1) Tener capacidad civil;
2) Poseer patrimonio, profesión, oficio, actividad o industria lícitas, que le permitan
vivir independientemente o depender económicamente de sus padres o su cónyuge;
3) Haber observado buena conducta y no haber sido sentenciado por delito antes y
durante su permanencia en el país, o haber sido requerido por las autoridades de
otro Estado por la comisión de un delito común; y,
4) Aprobar el examen de conocimientos generales de historia, geografía y de la
Constitución de la República de Honduras. El mero hecho de residir en el país, no
da derecho a optar a la nacionalidad hondureña por naturalización”

Otro requisito importante es la renuncia y adhesión, de la que se habla en el artículo


64:
“En la solicitud el interesado deberá renunciar a toda sumisión, obediencia y
fidelidad a otro Estado y Gobierno, lo mismo que a toda protección extranjera y a
todo derecho que los tratados vigentes conceden a los extranjeros y hará, además,
promesa de adhesión y fidelidad al Estado de Honduras, y obediencia a las leyes y
autoridades hondureñas.”

Artículo 65 (referente a la pérdida de la naturalización):


“La condición de naturalizado se pierde en los casos siguientes:
1) Por naturalización en otro país;
2) Por cancelación de la carta de naturalización;
3) Cuando por motivos graves debidamente justificados el hondureño naturalizado
se haga indigno de la nacionalidad hondureña; y
4) Cuando haya sido adquirida con falsedad de declaración o de los requisitos
exigidos o documentos presentados.”

Apatridia
Un apátrida (del francés “apatride”) es una persona física que no posee ninguna
nacionalidad, es decir, carece de la pertenencia a un estado (lo que implica el
reconocimiento y protección de sus leyes).
La apatridia es una condición legal poco común en el derecho internacional. Puede
ocurrir antiguamente sí tuvo una nacionalidad como porque el mismo Estado decidió
revocar por decisión gubernamental, el Estado que lo reconocía desapareció sin
ningún Estado sucesor, no le fue reconocida por pertenecer a alguna minoría
(principalmente étnica, aunque puede ser de otra índole) a la cual el gobierno del
Estado donde ha nacido le deniega el derecho a la nacionalidad, nació en territorios
disputados por más de un país o reside entre varios estados mutuamente limítrofes
que les niegan la nacionalidad propia.
También puede ocurrir que una persona carezca de nacionalidad porque se ha
producido un conflicto entre las legislaciones de los diversos países implicados. Se
puede simplificar que la nacionalidad jurídica se puede adquirir al nacer por ius
sanguinis (es decir, por la nacionalidad de sus padres) y ius soli (es decir, por el
territorio nacional donde nació); no obstante, si una persona nace en un Estado en
el que únicamente se reconozca por ius sanguinis y la nacionalidad de sus padres
únicamente se reconoce por ius soli, no tendría al nacer ninguna nacionalidad.

Tarjeta de identidad

La tarjeta de identidad es un documento portatil y cotidiano obligatorio para el


ejercicio de labores civiles, académicos, financieros, administrativos, judiciales,
policiales, entre otros.
Se trata de una pequeña tarjeta que contiene:
- El nombre completo del ciudadano.
- Su fotografía tamaño carné.
- Nacionalidad
- Fecha de nacimiento
- Lugar de nacimiento
- Número de identidad
- Fecha de emisión física del documento
- Fecha en que expira su validez.

Requisitos:
- Haber nacido en Honduras
- Haber cumplido los 18 años de edad
- Contar con el documento del Acta de Nacimiento autorizada
- Ser ciudadano hondureño

Los requisitos para obtener una tarjeta de identidad en Honduras no son nada
distintos a los de casi cualquier otro trámite, de hecho (en teoría) el único
documento preciso es el acta de nacimiento, usado como identificación.
El organismo encargado de expedir el Documento Nacional de Identificación DNI es
el Registro Nacional de las Personas, institución que tiene la función de garantizar
los derechos a la población mediante la correcta identificación de cada individuo en
el Registro Civil.

El proceso consta de lo siguiente:

- El individuo debe acudir a las oficinas del Registro


Nacional de las Personas en Honduras.
- Como se mencionó anteriormente, se requiere del
Acta de Nacimiento solicitada.
- En el RNP se le toma una fotografía y marca de
huellas digitales al individuo, las cuales aparecerán en la
tarjeta.
- Posteriormente, le brindarán la Contraseña,
documento que sirve como comprobante de identidad.
- Presentarse con la Contraseña en la fecha brindada

Al solicitarse por primera vez, el trámite no tiene costo alguno; sin embargo
cualquier tipo de reposición (por extravío, daños y similares) tiene un costo de 200
lempiras.

Seguridad Personal
Es el universal derecho que tiene todo individuo al goce del bienestar, producto de la
tranquilidad y estabilidad que deberían proporcionar entidades especializadas, los
gobiernos y organizaciones de fuerzas públicas.
El derecho a la Seguridad Personal abarca la seguridad social y la seguridad
política.

Legítima Defensa
La legítima defensa es una condición jurídica que exenta al acusado de recibir la
sanción correspondiente por su acto delictivo. Hace referencia a agresión actual,
inminente e inmediata con el fin de proteger la integridad o bienes jurídicos propios
o ajenos.
La legítima defensa se fundamenta en 3 puntos, los cuales referencian a la
conducta humana y a las condiciones del ambiente social que llevaron al suceso (el
aspecto individual y supraindividual del individuo, respectivamente), éstos son:
- Instinto de conservación
- Falta de protección estatal
- Tesis dominante

Según el Artículo 24. del código penal de Honduras:


“Se halla exento de responsabilidad penal:

1) Quien obra en defensa de su persona o derechos siempre que concurran las


circunstancias siguientes:

a) Agresión ilegítima;

b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; y,

c) Falta de provocación suficiente por parte de quien se defiende.

Se entenderá que concurren las dos primeras circunstancias respecto de quien


durante la noche rechaza el escalamiento o fractura de los cercados, paredes o
entradas de una casa o apartamento habitado, o de sus dependencias, o emplea
violencia contra el individuo extraño a ella que es sorprendido dentro de los
indicados lugares. Si los hechos ocurren durante el día, solamente se entenderá que
concurre la agresión ilegítima.

2) El que obra en defensa de la persona o derechos de su cónyuge o de sus


parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, o de los
parientes por adopción en los mismos grados, siempre que concurran las
circunstancias previstas en los literales a) y b) anteriores, y la de que, en caso de
haber precedido provocación
suficiente de parte del defendido no haya tenido participación en ella el defensor;
3) El que obra en defensa de la persona o derechos de un extraño, siempre que
concurran las circunstancias previstas en el numeral anterior y la de que el defensor
no sea impulsado por venganza, resentimiento u otro motivo ilegítimo;

4) Quien haya cometido un hecho obligado por la necesidad de salvarse o de salvar


a otro u otros de un peligro no causado por él voluntariamente ni evitable de otra
manera, siempre que el hecho sea proporcionado al peligro.
Esta exención se extiende al que haya causado daño en el patrimonio ajeno, si
concurren las condiciones siguientes:

a) Realidad del mal que se trata de evitar;

b) Que dicho mal sea mayor que el causado para evitarlo; y,

c) Que no haya otro medio practicable y menos perjudicial para impedirlo.

No puede alegar estado de necesidad quien tenía el deber de afrontar el peligro.

5) Quien obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho,


oficio o cargo.

Se entenderá que existe esta última circunstancia respecto de la autoridad o de sus


agentes y de las personas que concurran en su auxilio, que en caso de
desobediencia o resistencia o para evitar la fuga de un delincuente empleen medios
proporcionados de represión, siempre que preceda intimación formal;

6) Quien ejecute un acto por obediencia legítima, siempre que:

a) La orden emane de autoridad competente;

b) El agente tenga la obligación de cumplirla; y,

c) La acción u omisión ordenada no viole o restrinja el ejercicio de los derechos y


garantías consagrados en la Constitución de la República y en los tratados
internacionales sobre derechos humanos de los que Honduras forme parte.”
Diversas instituciones que defienden éstos
derechos
El derecho a la seguridad personal es, en teoría, defendida por las organizaciones
estatales de control público, como ser la Policía Nacional y toda aquella relacionada
al combate de cualquier tipo de crimen.
Además por aquellas que buscan garantizar derechos básicos como la salud y
similares, tal como el Instituto Hondureño de Seguridad Social.
La Legítima Defensa es, como se dijo antes, una condición pero también un derecho
que le corresponde garantizar y defender al poder legislativo estatal, pero que en
casos especiales y con repercusión ha sido defendido por organizaciones sociales
como movimientos feministas.

http://inm.gob.hn/Ley_de_Migraciones_y_extranjeria_Honduras[1].pdf
http://www.historiaconstitucional.com/index.php/historiaconstitucional/article/view/62/
50
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