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La información como materia prima[editar]

El proceso de toma de decisiones utiliza como materia prima información. Esta es


fundamental, ya que sin ella no resultaría posible evaluar las opciones existentes o
desarrollar opciones nuevas.
En las organizaciones, que se encuentran sometidas constantemente a la toma de
decisiones, la información adquiere un rol fundamental, y por ello un valor inigualable.
Para procesar los datos de la organización y transformarlos en información, es
fundamental el sistema de información, dentro de los cuales se encuentra la contabilidad.
Además de los sistemas de información, existen sistemas diseñados especialmente para
ayudar a transitar el proceso de toma de decisiones, que se conocen como sistemas de
soporte a decisiones o sistemas de apoyo a la decisión.

Sesgos cognitivos en la toma de decisiones[editar]


Artículo principal: Anexo:Sesgos cognitivos

Los sesgos cognitivos son fenómenos psicológicos, normalmente involuntarios, que


dificultan el procesamiento de la información y pueden acarrear equivocaciones de distinto
grado en la toma de decisiones. Estos patrones de pensamiento pueden conducir a errores
sistemáticos como los siguientes:

 Sesgo de confirmación: es la propensión a interpretar la información nueva que le llega


a una persona tomando como referencia las creencias o convicciones que ya posee.
De esta forma, se rechazan los datos y hechos que no concuerdan con decisiones u
opiniones previas.

 Sesgo de autoridad: es la tendencia a ver los consejos de los expertos (o los que así
se autodenominan) como si fueran verdades indiscutibles. 2 También se produce este
sesgo cuando se obedece a la autoridad (en el amplio sentido del término), incluso en
aquello que moral o racionalmente carece de sentido.

 Pensamiento de grupo: este sesgo se produce cuando un grupo de personas toma


una decisión por consenso, pero hay personas que no están de acuerdo aunque evitan
expresar sus objeciones. Las causas para no expresar las discrepancias pueden ser
muy variadas, pero suelen tener su raíz en el miedo (a la autoridad, a la crítica, al
rechazo social, a equivocarse...).

 La adaptación hedonista: una vez que se experimentan cambios importantes (positivos


o negativos) en cualquier ámbito de la vida el nivel de bienestar de las personas tiende
a estabilizarse.3 Debido a esta circunstancia con frecuencia se toman decisiones
erróneas debido a un estado emocional transitorio que impide ponderar
adecuadamente las distintas alternativas existentes.

 Efecto halo: este sesgo cognitivo aparece cuando una persona se deja deslumbrar por
un hecho particular que le lleva a deducir las características de otros hechos en
principio no relacionados. Así, por ejemplo, una única cualidad de una persona
(belleza) puede ofrecer una impresión positiva que lleve a pensar que esa persona
también es inteligente (aunque resulta evidente que no existe correlación entre belleza
e inteligencia). En el mundo del marketing se utiliza con frecuencia el efecto halo para
influir en la mente de los consumidores, lo que puede dificultar la toma de decisiones
racional.4
 Disonancia cognitiva: en ocasiones, lo que una persona se propone y la decisión que
toma no coinciden. Suele tratarse de un auto engaño o incoherencia, como, por
ejemplo, cuando alguien se equivoca al comprar un producto, pero ante sus amistades
habla bien de las prestaciones de ese objeto por miedo a reconocer el error y ser
ridiculizado por haberlo comprado. El hecho de mantener al mismo tiempo dos
pensamientos que están en conflicto puede mermar la capacidad de una persona para
tomar decisiones adecuadas.

Véase también[editar]
 Participación de las mujeres en las tomas de decisión
 Contabilidad de gestión
 Dinámica de sistemas
 Decisión por consenso
 Habilidades gerenciales
 Grupo de trabajo
 Dinámica de sistemas empresariales
 Herbert Simon
 Proceso de toma de decisiones del comprador
 Loomio, software de toma de decisiones

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