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AMIE: 09H06172-09D08C05-09D08
FICHA PEDAGÒGICA No 17
NOMBRE DEL ESTUDIANTE
ORIENTACIÒN METODOLÒGICAS
TEMAS Y SUBTEMAS
EL CUENTO
El cuento es una narración breve que relata una secuencia de hechos ficticios. En el cuento se presentan pocos
personajes y el principal vive un cambio a lo largo de la trama.
Entre los diversos recursos narrativos para escribir un cuento pueden mencionarse los siguientes.
Diálogo. Reproducción directa de lo que dicen los personajes mediante el uso de guiones largos. Por ejemplo:
—¿Dónde está Tania? —En el trapecio— Secuencias de acción. Fragmentos que enuncian acciones realizadas
por los personajes a lo largo del tiempo. Por ejemplo: “(…) y después del vuelo, al tiempo del enganche, caeré.
Caeré desde los veinte metros soñados por ti y se romperá mi forma al chocar contra la vida”.
Descripción. Enumeración de las características de los personajes, objetos y situaciones del cuento por medio de
adjetivo. También acciones llevadas a cabo por los personajes contribuyen a mostrar las características de los
personajes. Por ejemplo: “(…) Verás que estás perdida, atrapada, indefensa”.
El cuento es compartido tanto por vía oral como escrita, aunque en un principio lo más común era por tradición
oral. Además, puede dar cuenta de hechos reales o fantásticos, pero siempre partiendo de la base de ser un
acto de ficción, o mezcla de ficción con hechos reales y personajes reales. Suele contener varios personajes que
participan en una sola acción central, y hay quienes opinan que un final impactante es requisito indispensable
de este género. Su objetivo es despertar una reacción emocional impactante en el lector.
Aunque puede ser escrito en verso, total o parcialmente, de forma general se da en prosa. Se realiza mediante
la intervención de un narrador, y con preponderancia de la narración sobre el monólogo, el diálogo, o la
descripción.
LA LITERATURA
La literatura permite al lector o lectora tener un acercamiento a la cultura de otras regiones o países.
Por medio de la lengua escrita, los autores plasman mucho más que historias, pues presentan la visión del
mundo que los rodea: los diversos aspectos de su sociedad, sus costumbres y tradiciones; los personajes que los
habitan y los paisajes que enmarcan sus relatos nos pueden llevar muy fácilmente a conocer esos lugares que
imaginamos a veces extraños, a veces lejanos.
Unos días más tarde volví para comprar la migala, y el sorprendido saltimbanqui me dio
algunos informes acerca de sus costumbres y su alimentación extraña. Entonces
comprendí que tenía en las manos, de una vez por todas, la amenaza total, la máxima
dosis de terror que mi espíritu podía soportar. Recuerdo mi paso tembloroso, vacilante,
cuando de regreso a la casa sentía el peso leve y denso de la araña, ese peso del cual
podía descontar, con seguridad, el de la caja de madera en que la llevaba, como si
fueran dos pesos totalmente diferentes: el de la madera inocente y el del impuro y
ponzoñoso animal que tiraba de mí como un lastre definitivo. Dentro de aquella caja iba
el infierno personal que instalaría en mi casa para destruir, para anular al otro, el
descomunal infierno de los hombres.
La noche memorable en que solté a la migala en mi departamento y la vi correr como
un cangrejo y ocultarse bajo un mueble, ha sido el principio de una vida indescriptible.
Desde entonces, cada uno de los instantes de que dispongo ha sido recorrido por los
pasos de la araña, que llena la casa con su presencia invisible.
Todas las noches tiemblo en espera de la picadura mortal. Muchas veces despierto con
el cuerpo helado, tenso, inmóvil, porque el sueño ha creado para mí, con precisión, el
paso cosquille ante de la araña sobre mi piel, su peso indefinible, su consistencia de
entraña. Sin embargo, siempre amanece. Estoy vivo y mi alma inútilmente se apresta y
se perfecciona.
Hay días en que pienso que la migala ha desaparecido, que se ha extraviado o que ha
muerto. Pero no hago nada para comprobarlo. Dejo siempre que el azar me vuelva a
poner frente a ella, al salir del baño, o mientras me desvisto para echarme en la cama. A
veces el silencio de la noche me trae el eco de sus pasos, que he aprendido a oír,
aunque sé que son imperceptibles.
1. Lee el siguiente texto. Utiliza las herramientas de resaltado y los comentarios de revisión para
identificar los personajes, el tipo de narrador, el nudo y el desenlace. “La migala” de Juan José Arreola
Introducción:
Desarrollo
Clímax:
Desenlace: