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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013.

QUEJOSA Y RECURRENTE: **********.

PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIA: MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ

SUMARIO

**********, por conducto de sus endosatarios en procuración, demandó de **********


el pago de la cantidad documentada en un título de crédito, entre otras
prestaciones. La sentencia de primer grado acogió las pretensiones del actor;
decisión que fue revocada en apelación, decretó la caducidad de la instancia y
condenó en costas. En contra de la sentencia de segundo grado, el actor promovió
juicio de amparo directo, donde además de hacer valer cuestiones sobre la
ilegalidad del acto reclamado, expresó conceptos de violación que involucran el
análisis de constitucionalidad del artículo 1076 del Código de Comercio. El tribunal
colegiado, por un lado, desestimó los conceptos de violación en cuanto a la
inconstitucionalidad de leyes planteada y, en cuanto a las cuestiones de legalidad,
resolvió conceder el amparo solicitado en el tema de costas, lo que dio origen al
presente recurso de revisión.

CUESTIONARIO
En cuanto a la procedencia del recurso: ¿El quejoso planteó en sus conceptos
de violación alguna cuestión sobre la constitucionalidad de leyes?, ¿Tales
planteamientos fueron analizados por el tribunal colegiado?, ¿Los argumentos
expuestos por el quejoso en el recurso de revisión se dirigen a combatir la
decisión de dicho tribunal?
En cuanto al fondo del asunto: ¿En qué consisten, la garantía a la tutela
jurisdiccional efectiva y el derecho de acceso a la justicia?; ¿En qué consiste el
principio dispositivo?; ¿El principio dispositivo tiene aplicación en un procedimiento
mercantil como el de origen?; ¿El principio dispositivo limita el derecho de acceso
a la justicia?; ¿El principio dispositivo implica que el juzgador es un ente
totalmente pasivo, carente de obligaciones que inciden en el impulso del
procedimiento? y ¿Es inconstitucional el artículo 1076 del Código de Comercio
que prevé la caducidad de la instancia de pleno derecho, cualquiera que sea el
estado del juicio?

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en la sesión correspondiente al doce de febrero
de dos mil catorce, emite la siguiente:

RESOLUCIÓN
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

Mediante la que se resuelve el amparo directo en revisión 3104/2013,


interpuesto por ********** contra la sentencia dictada el doce de agosto
de dos mil trece por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Tercer Circuito, en el juicio de amparo directo **********.

I. ANTECEDENTES.

1. ********** (en adelante **********), por conducto de sus endosatarios en


procuración, demandó en la vía ejecutiva mercantil de ********** y de
**********, entre otras prestaciones, el pago de la cantidad
documentada en un título de crédito.

2. El Juez Tercero de Distrito en Materia Civil en el Estado de Jalisco, a


quien correspondió el conocimiento del asunto, registró la demanda
con el número de expediente ********** y substanciado el juicio, dictó la
sentencia definitiva de siete de marzo de dos mil trece, en la que
acogió la pretensión de la actora.

3. En contra de dicha resolución, las demandadas interpusieron recurso


de apelación, cuyo conocimiento correspondió al Segundo Tribunal
Unitario del Tercer Circuito, con el número de toca **********, en donde
se dictó la sentencia definitiva el diecinueve de abril de dos mil trece
por la cual se revocó la sentencia recurrida, se decretó la caducidad
de la instancia en el juicio de origen y se condenó en costas a la parte
actora. En contra de esa decisión, la actora promovió juicio de amparo
directo, en tanto que las codemandadas presentaron, a su vez,
demanda de amparo adhesivo.

II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

4. La demanda de amparo promovida por ********* fue presentada


el quince de mayo de dos mil trece en la Oficina de Correspondencia

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Común de los Tribunales Unitarios del Estado de


Jalisco. Por razón de turno, el conocimiento del asunto
correspondió al Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer
Circuito, en donde se registró el expediente con el número **********. El
amparo adhesivo fue promovido mediante escrito presentado el
diecisiete de junio siguiente y admitido por el propio órgano
jurisdiccional el veinticinco del mismo mes y año.

5. En sesión de doce de agosto del mismo año, el Tribunal Colegiado


resolvió conceder el amparo (respecto de la compensación del pago
de costas) y negar el amparo adhesivo promovido por las
demandadas.

6. El recurso de revisión interpuesto contra tal fallo fue presentado el


cinco de septiembre siguiente en la Oficina de Correspondencia
Común de los Tribunales Colegiados en Materia Civil del Tercer
Circuito.

7. Recibidos los autos en este Alto Tribunal, por auto de presidencia de


diecinueve de septiembre de dos mil trece se admitió el recurso de
revisión, se registró con el número 3104/2013; asimismo, se ordenó su
turno al Señor Ministro José Ramón Cossío Díaz y, por ende, su
radicación a la Primera Sala del propio órgano, dado que la materia
del asunto corresponde a su especialidad.

8. La Primera Sala avocó el asunto por auto de veintisiete de septiembre


posterior y ordenó el envío de los autos a la ponencia designada para
elaborar el proyecto de resolución correspondiente.

III. COMPETENCIA Y OPORTUNIDAD

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9. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer del presente recurso de revisión, en
términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción,
fracción II, de la Ley de Amparo vigente a partir del tres de abril de dos
mil trece; 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial Federal, y en relación con los puntos Primero y Tercero, en
relación con el Segundo, fracción III, del Acuerdo General número
5/2013, emitido por el Tribunal Pleno de este Alto Tribunal 1, en virtud
de haberse interpuesto en contra de la sentencia dictada por un
Tribunal Colegiado de Circuito, en un juicio de amparo directo, donde
se alega la subsistencia de un planteamiento de constitucionalidad.

10. El recurso de revisión fue interpuesto oportunamente, pues la


sentencia se notificó a la quejosa por medio de lista de veintiuno de
agosto de dos mil trece; surtió efectos al día hábil siguiente (jueves
veintidós de agosto), por lo que el plazo de diez días que el artículo 86
de la Ley de Amparo concede para interponer el recurso de revisión,
corrió del veintitrés de agosto al cinco de septiembre del mismo año,
con exclusión del cómputo de los días veinticuatro, veinticinco, treinta
y uno de agosto y uno de septiembre al ser inhábiles, en términos del
artículo 19 de la Ley de Amparo. Por lo tanto, si el recurso de revisión
fue presentado el cinco de septiembre de dos mil trece ante la Oficina
de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados del Tercer
Circuito, se concluye que esa interposición fue oportuna.

IV. PROCEDENCIA

1
Publicado el veintiuno de mayo de dos mil trece, en el Diario Oficial de la Federación.

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11. El recurso de revisión en el juicio de amparo


directo se encuentra regulado en los artículos 107,
fracción IX, de la Constitución Federal 2; 81, fracción II, de la Ley de
Amparo3; 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación4.

12. En los preceptos mencionados se advierte que, por regla general, las
sentencias que dicten los tribunales colegiados de circuito en los
juicios de amparo directo no admiten recurso alguno, por ende, en
principio son inatacables; sin embargo, por excepción, tales sentencias
pueden ser recurridas en revisión, siempre que en ellas se decidan o
se hubiera omitido decidir temas propiamente constitucionales,
entendiendo por éstos tanto la inconstitucionalidad de una norma
como la interpretación directa de preceptos de la Constitución Federal;
de ahí que dicho medio de impugnación es procedente: a) Cuando
2
"Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción
de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: (…) IX.- En materia de amparo directo
procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que resuelvan sobre la
constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto de
esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas,
siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del
recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder
comprender otras;…".
3
"Artículo 81. Procede el recurso de revisión: (…) II. En amparo directo, en contra de las
sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o
de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas,
siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos generales del pleno.
La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras."
4
"Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia conocerá funcionando en Pleno: (…) III. Del recurso
de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de
circuito, cuando habiéndose impugnado la inconstitucionalidad de una ley federal, local, del Distrito
Federal o de un tratado internacional, o cuando en los conceptos de violación se haya planteado la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
dichas sentencias decidan u omitan decidir sobre tales materias, debiendo limitarse en estos casos
la materia del recurso a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales; (…)". "Artículo
21. Corresponde conocer a las Salas: (…) III. Del recurso de revisión contra sentencias que en
amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito: - - - a) Cuando habiéndose
impugnado la constitucionalidad de un reglamento federal expedido por el Presidente de la
República, o de reglamentos expedidos por el gobernador de un Estado o por el Jefe del Distrito
Federal, o en los conceptos de violación se haya planteado la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en estas materias, se haya decidido o
se omita decidir sobre la misma inconstitucionalidad o interpretación constitucional; (…)"

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subsista en el recurso de revisión el problema de constitucionalidad de


leyes; b) Cuando en la sentencia impugnada se establezca la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y c) Cuando el Tribunal Colegiado de
Circuito omita pronunciarse en cualquiera de las materias precisadas
en los anteriores incisos, no obstante que en los conceptos de
violación se haya planteado la inconstitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la Constitución 5.

13. Además, para la procedencia del recurso de revisión debe surtirse el


requisito de que el problema de constitucionalidad resuelto u omitido
en el juicio de amparo sea considerado de importancia y
trascendencia; sin que se surta tal requisito cuando exista
jurisprudencia sobre el problema de constitucionalidad hecho valer en
la demanda de amparo y cuando no se hayan expresado agravios o,
en su caso, éstos resulten ineficaces, inoperantes, inatendibles o
insuficientes y no haya que suplir la deficiencia de la queja o en casos
análogos.

5
Al respecto, se comparte el criterio sustentado por la Segunda Sala de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la Jurisprudencia 64/2001, publicada en la página trescientos quince, del
Tomo XIV, diciembre de dos mil uno, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del
rubro y texto siguiente: "REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA SU
PROCEDENCIA. Los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 83, fracción V, 86 y 93 de la Ley de Amparo, 10, fracción III, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación y el Acuerdo 5/1999, del 21 de junio de 1999, del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece las bases generales para la procedencia y
tramitación de los recursos de revisión en amparo directo, permiten inferir que un recurso de esa
naturaleza sólo será procedente si reúne los siguientes requisitos: I. Que se presente
oportunamente; II. Que en la demanda se haya planteado la inconstitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal y en la sentencia se hubiera
omitido su estudio o en ella se contenga alguno de esos pronunciamientos; y III. Que el problema
de constitucionalidad referido entrañe la fijación de un criterio de importancia y trascendencia a
juicio de la Sala respectiva de la Suprema Corte; en el entendido de que un asunto será importante
cuando de los conceptos de violación (o del planteamiento jurídico, si opera la suplencia de la
queja deficiente) se advierta que los argumentos o derivaciones son excepcionales o
extraordinarios, esto es, de especial interés; y será trascendente cuando se aprecie la probabilidad
de que la resolución que se pronuncie establezca un criterio que tenga efectos sobresalientes en
materia de constitucionalidad; por el contrario, deberá considerarse que no se surten los requisitos
de importancia y trascendencia cuando exista jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad
planteado, cuando no se hayan expresado agravios o cuando, habiéndose expresado, sean
ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes, siempre que no se advierta queja deficiente
que suplir y en los demás casos análogos a juicio de la referida Sala, lo que, conforme a la lógica
del sistema, tendrá que justificarse debidamente".

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14. Luego, para resolver sobre la procedencia del


presente recurso de revisión es necesario dar
respuesta a las interrogantes siguientes: ¿La quejosa planteó en sus
conceptos de violación alguna cuestión sobre la constitucionalidad de
leyes?, ¿Tales planteamientos fueron analizados por el tribunal
colegiado? y ¿Los argumentos expuestos por la quejosa en el recurso
de revisión se dirigen a combatir la decisión de dicho tribunal?

Primera pregunta: ¿La quejosa planteó en sus conceptos de


violación alguna cuestión sobre la constitucionalidad de leyes?

15. La respuesta a ese cuestionamiento es sí. En la demanda de amparo


presentada el quince de mayo de dos mil trece en la Oficina de
Correspondencia Común de los Tribunales Unitarios del Estado de
Jalisco, con residencia en Zapopan, al expresar el primer concepto de
violación, la quejosa sostuvo, en síntesis lo siguiente:

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15.1 El artículo 1076 del Código de Comercio 6 resulta inconstitucional


por inconvencional y, por tanto, no debe ser aplicado, en
atención al modelo de control difuso de la convencionalidad, en
razón de que, a la luz de las reformas al artículo 1°
constitucional, las exigencias en materia de debido proceso legal
requiere una reflexión sobre las funciones del juez dentro del
procedimiento, así como los conceptos de principio dispositivo e
interés procesal, a efecto de garantizar el derecho humano al
debido proceso legal.

15.2 El juez no puede seguir concibiéndose como un ser pasivo


dentro del procedimiento, sino como un agente activo y garante
de los derechos de las partes que integran el debido proceso
legal.

15.3 Las exigencias de justicia en el debido proceso legal indican que,


previamente a imponer una sanción que implique la pérdida de
un derecho, debe prevenirse y apercibirse a la parte que vaya a
soportar dicha sanción.

15.4 A la luz de lo dispuesto por los artículos 1° y 2° del Pacto de


San José y su interpretación en el sistema interamericano de
protección a los derechos humanos del que México es parte, los
6
Artículo 1076.- En ningún término se contarán los días en que no puedan tener lugar actuaciones
judiciales, salvo los casos de excepción que se señalen por la ley. - - - La caducidad de la
instancia operará de pleno derecho, sea porque se decrete de oficio o a petición de parte,
cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto que se dicte en el mismo y hasta
la citación para oír sentencia, en aquellos casos en que concurran las siguientes circunstancias: -
- - a).- Que hayan transcurrido 120 días contados a partir del día siguiente a aquel en que
surtió efectos la notificación de la última resolución judicial dictada, y - - - b).- Que no hubiere
promoción de cualquiera de las partes, dando impulso al procedimiento para su trámite, solicitando
la continuación para la conclusión del mismo. - - - Los efectos de la caducidad serán los siguientes:
- - - I. Extingue la instancia pero no la acción, convirtiendo en ineficaces las actuaciones del juicio y
volviendo las cosas al estado que tenían antes de la presentación de la demanda y se levantarán
los embargos, mandándose cancelar su inscripción en los Registros Públicos correspondientes; - -
- II. Se exceptúa de la ineficacia señalada, las resoluciones firmes de las excepciones procesales
que regirán en cualquier juicio que se promoviera. De igual manera las pruebas rendidas en el
proceso que se haya declarado caduco podrán invocarse de oficio, o por las partes, en el nuevo
proceso que se promueva; - - - III. La caducidad de la segunda instancia deja firmes las
resoluciones apeladas; - - - IV. La caducidad de los incidentes sólo afectará las actuaciones del
mismo, sin comprender la instancia principal, aunque haya quedado en suspenso por la resolución
de aquél, si transcurren sesenta días; - - - V. No ha lugar a la caducidad en los juicios universales
de concurso, pero si en aquéllos que se tramiten en forma independiente aunque estén
relacionados o surjan de los primeros; - - - VI. Tampoco opera la caducidad cuando el
procedimiento está suspendido por causa de fuerza mayor y el juez y las partes no pueden actuar;
así como en los casos en que es necesario esperar una resolución de cuestión previa o conexa por
el mismo juez o por otras autoridades; y en los demás casos previstos por la ley; - - - VII. La
resolución que decrete la caducidad será apelable en ambos efectos, en caso de que el juicio
admita la alzada. Si la declaratoria se hace en segunda instancia se admitirá reposición, y - - - VIII.
Las costas serán a cargo del actor, cuando se decrete la caducidad del juicio en primera instancia.
En la segunda instancia serán a cargo del apelante, y en los incidentes las pagará el que lo haya
interpuesto. Sin embargo, las costas serán compensables con las que corran a cargo del
demandado cuando hubiera opuesto reconvención, compensación, nulidad y en general las
excepciones o defensas que tiendan a variar la situación jurídica que privaba entre las partes antes
de la presentación de la demanda.

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jueces son verdaderos garantes de los derechos


de las partes que integran el debido proceso
legal.

15.5 Tanto la doctrina como la jurisprudencia en materia de derechos


humanos han reconocido que el cumplimiento de la garantía de
acceso a la administración de la justicia implica no solamente el
derecho de acceder a un tribunal, sino el de tener la posibilidad
efectiva y cierta de que se oiga su reclamación en sentido
integral, y los juzgadores se involucren en el procedimiento, a fin
de seguir un debido proceso, tutelado por los artículos 1°, 14 y
17 constitucionales, como los diversos artículos 8° del Pacto de
San José y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.

15.6 La garantía de acceso a la justicia como parte del catálogo de


derechos humanos que están obligados a observar los tribunales
conforme a los artículos 1°, 17 y 133 constitucionales, el principio
dispositivo debe comprenderse como la imposibilidad de que sea
el Estado quien oficiosamente actúe, pero jamás en el sentido de
que las partes puedan verse privadas de sus derechos
procesales, o que la mera inactividad procesal por un
determinado lapso de tiempo sea suficiente para asumir que han
perdido el interés para continuar con el juicio, sin que
previamente a ello medie ningún tipo de apercibimiento,
advertencia o intimación por parte del juez, cuya función
precisamente es la de garantizar la pervivencia de los derechos
procesales de las personas.

15.7 El juez debe cerciorarse a través de los medios a su alcance de


la efectiva existencia de un desinterés procesal, como rector del
juicio y garante de los derechos procesales, para mediar
efectivamente entre el interés particular y el interés general.

15.8 El artículo 1076 del Código de Comercio es inconstitucional,


porque no le exige y ni siquiera le permite al juzgador participar
activamente en el juicio, en su papel de director del
procedimiento y garante del debido proceso legal, para que
antes de asumir que las partes perdieron su interés procesal, les
prevenga para que dentro del término que al efecto les señale
manifiesten si continúa su interés en proseguir el juicio y realicen
las gestiones que resulten necesarias, o, en su caso, manifiesten
la razón justificada o la imposibilidad que tienen para impulsar el
juicio.

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15.9 El artículo 1076 del Código de Comercio, desnaturaliza la función


del juzgador como garante de los derechos de las partes para
alcanzar la justicia en el fallo definitivo y, por tanto, se viola lo
dispuesto por los artículos 1°, 17 y 133 constitucionales, en
relación a los artículos 1°, 2° y 8° del Pacto de San José, así
como el diverso artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos.

15.10 Si bien el principio dispositivo obliga a las partes a impulsar el


procedimiento, ello no implica que estén obligados a insistir
reiteradamente, en que el juzgador realice el emplazamiento
oportunamente solicitado, pues la sola petición de que se
emplace a la parte demandada, conlleva la solicitud de que el
juzgador se pronuncie al respecto, por lo que, en caso de que
requiriese alguna gestión del actor, debe persuadírsele para que
la realice, apercibido que de no hacerlo operará la caducidad.

15.11 Si bien el principio dispositivo coadyuva a la pronta


administración de justicia en tanto que obliga a las partes a
impulsar el procedimiento en los plazos y términos previamente
establecidos, este principio no puede construir un obstáculo para
acceder a ella.

15.12 El artículo 1076 del Código de Comercio resulta inconvencional,


al presentar al juez como un ente totalmente pasivo,
desnaturalizado de su función como rector del proceso y garante
de los derechos procesales, que puede y debe intervenir a efecto
de mediar eficazmente entre el derecho procesal del actor a que
se continúe el juicio y la necesidad social de que los
procedimientos no se alarguen injustificadamente o se hagan
eternos ante la falta de interés procesal de las partes.

15.13 La inconstitucionalidad e inconvencionalidad del artículo 1076 del


Código de Comercio se evidencia, puesto que si la caducidad de
la instancia es o debe ser una sanción a la falta de interés
procesal, entonces ésta no puede concebirse como el simple
paso fatal e inexorable del tiempo, sino como una verdadera
sanción que el juez puede y debe imponer previa comprobación
de la efectiva existencia de un desinterés

15.14 Asimismo, el artículo en comento es inconstitucional al


establecer que el actor debe pagar las costas por la caducidad
de la primera instancia, aun a pesar de que haya solicitado
oportunamente al juez la continuidad del juicio, contraviniendo el
artículo 17 constitucional, se obliga al actor a pagar costas por
una responsabilidad del juez, quien no cumplió con su propia

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resolución de emplazar a la parte demandada,


conforme se me pidió oportunamente en el
escrito inicial de la demanda.

16. En lo hasta aquí relacionado se advierte que, en vía de conceptos de


violación, el peticionario del amparo sí adujo cuestiones dirigidas a
demostrar la inconstitucionalidad del artículo 1076 del Código de
Comercio, por inconvencional.

17. Surge entonces la siguiente pregunta: ¿tales planteamientos fueron


analizados por el tribunal colegiado?

18. Tal como se advierte en las constancias remitidas por el Tercer


Tribunal Colegiado del Tercer Circuito al resolver el juicio de amparo
directo **********, sí emitió decisión en torno a la inconstitucionalidad
planteada, la que fue desestimada sobre la base de las siguientes
consideraciones:

Por otra parte, sostiene medularmente la empresa quejosa en


el extenso y reiterativo primer concepto de violación, que le
causa agravio que en la sentencia reclamada se aplique en su
perjuicio lo dispuesto por el artículo 1076 del Código de
Comercio, el cual resulta inconstitucional por inconvencional,
a la luz de las reformas al artículo 1° Constitucional,
publicadas en junio de dos mil once; pues si bien es cierto,
que por virtud a la reforma de derechos humanos, el
procedimiento mercantil no ha dejado de regirse por el
principio dispositivo y de preclusión procesal; no menos
verdad es, que las exigencias en materia de un debido
proceso legal, conforme a dicha reforma, requieren de una
nueva reflexión sobre las funciones del juez en el
procedimiento, así como los conceptos de “principio
dispositivo” e “interés procesal”, a efecto de proteger en la
medida de lo jurídicamente viable, el derecho que tienen las
partes para no quedar inauditos, esto es, para garantizar el
derecho humano al debido proceso legal; que por lo anterior,
no puede seguir concibiéndose al juez como un ser pasivo en
el procedimiento, sino como un agente activo y garante de los
derechos de las partes; razón por la que conforme a las

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exigencias de justicia en el debido proceso legal, previo a


imponer una sanción que implique la pérdida de un derecho,
debe prevenirse y apercibirse a la parte que vaya a soportar
dicha sanción; de donde resulta, dice, la inconvencionalidad
del numeral invocado, pues presenta al juzgador como un ser
totalmente pasivo, relativamente ajeno al procedimiento,
concibiéndolo como un mero procesador automatizado de las
promociones que presentan las partes, sin facultades para
asegurarse por medio de la prevención o apercibimiento, que
alguna de ellas verdaderamente perdió el interés procesal
para continuar el juicio; concepción que es contraria a lo
dispuesto por los artículos 1°, 2° y 8° del Pacto de San José,
del que México es parte, así como del numeral 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, conforme a los
cuales los jueces son verdaderos garantes de los derechos de
las partes que integran un proceso legal y, en esa medida,
están obligados a intervenir activamente, a efecto de
salvaguardar el derecho a la justicia, como parte del catálogo
de derechos humanos.

No le asiste razón, toda vez que, el artículo 1076 del Código


de Comercio, cuya inconstitucionalidad por inconvencional
alega, en lo conducente establece: (lo reproduce).

Ahora, es verdad que acorde con lo preceptuado por el


artículo 1° constitucional, todas las autoridades del país,
dentro del ámbito de sus competencias, se encuentran
obligadas a velar no sólo por los derechos humanos
contenidos en la Constitución Federal, sino también por
aquellos contenidos en los instrumentos internacionales
celebrados por el Estado Mexicano, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano de que se
trate; dispositivo legal que ha sido interpretado por el Pleno
del Máximo Tribunal de la Nación, en la tesis P.
LXVII/2011(9a.), que se localiza en la página 535, Libro III,
Diciembre de 2011, Tomo 1, Décima Época, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto:
“CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN UN
MODELO DE CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD” (transcribe su contenido).

Sin embargo, es inexacto que la norma mercantil invocada,


contravenga lo dispuesto por los artículos 1°, 2° y 8° de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos “Pacto de
San José de Costa Rica”, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el jueves 7 de Mayo de 1981 (…).

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Así como lo establecido por el artículo 14,


fracción 1, del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (…).

Es así, pues aunque dicha norma (artículo 1076 del Código de


Comercio) no contempla un requerimiento o apercibimiento a
las partes, previo a decretar la caducidad de la instancia, sino
que como se aprecia, dicha figura jurídica se actualiza por el
sólo hecho de que no se actúe en el juicio durante ciento
veinte días; no infringe con ello el derecho fundamental al
debido proceso ni a la tutela jurisdiccional, puesto que la hoy
quejosa tuvo acceso a un tribunal, quien admitió su demanda,
accediendo a sus peticiones, lo que le otorgó, en
consecuencia, la posibilidad efectiva y cierta de que se
escuchara su reclamación en sentido integral; sin que el
cumplimiento de aquéllos derechos fundamentales, pueda
llegar al extremo que pretende la peticionaria, esto es, a que
el juez para proteger los derechos de las partes, en el caso el
de la actora en el natural, participe activamente requiriéndole
o apercibiéndole, para que gestione en el procedimiento, dado
que ello implicaría inaplicar una figura procedimental prevista
en el ordenamiento adjetivo, como es la caducidad de la
instancia, la cual se estima no es lesiva al equilibrio y
protección de las partes, ni coarta principios fundamentales
como el de acceso a la justicia, sino que únicamente impone
plazos razonables para su prosecución, lo que es de gran
importancia dentro del orden procesal, tendente a alcanzar la
seguridad jurídica, ya que su finalidad es evitar que acciones
judiciales puedan prolongarse indefinidamente en el tiempo, lo
cual incidiría de forma negativa en el interés público.
(…)

A mayor abundamiento, se estima que la alegación de la


impetrante, en cuanto a que el invocado numeral 1076 del
Código de Comercio es inconstitucional, porque no prevé,
previo a decretar la caducidad, prevenir o apercibir a la actora
sobre tal cuestión; es inoperante, porque en el mejor de los
casos, suponiendo que llegara a considerarse que la norma
de referencia ciertamente es inconstitucionalidad, la concesión
del amparo no puede tener el alcance de obligar al legislador
a modificarla, ya que ello implicaría legislar, tarea que no
compete a la autoridad judicial.
(…)

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

Sobre este mismo particular, es desacertado que una vez


autorizada la diligencia de emplazamiento por el juez natural,
la hoy quejosa no debiera realizar gestión alguna ni insistir su
realización, siendo la autoridad quien, en todo caso, debía
requerirla para que proporcionara los elementos necesarios
para tal fin; toda vez que, partiendo de la base de que el juicio
original es un ejecutivo mercantil, en el que desde el auto de
admisión se autorizó al secretario ejecutor para que se
constituyera en el domicilio de los enjuiciados y los requiriera
de pago y, no haciéndolo en el momento de la diligencia
procediera al embargo de bienes, luego de lo cual se
emplazara a la demandada para que en el término de ocho
días compareciera a hacer el pago o a oponer las defensas y
excepciones que a su interés convenga; es claro que para la
realización de la diligencia en cuestión, se hace necesaria la
presencia de la actora, quien además de hacer las gestiones
respectivas a fin de que ésta se lleve a cabo, por ser
precisamente la directa interesada en ello, puesto que como
ésta misma lo señala en su demanda de amparo, en los
juicios mercantiles no ha dejado de regir el principio
dispositivo.7

19. En lo así relacionado, consta que el tribunal colegiado sí dio respuesta


al planteamiento de inconstitucionalidad hecho valer por la entonces
quejosa respecto del artículo 1076 del Código de Comercio, lo que fue
desestimado por no infringir el derecho fundamental al debido proceso
ni a la tutela jurisdiccional.

20. Finalmente, para decidir sobre la procedencia del recurso debe


determinarse si los argumentos expuestos por la quejosa en el recurso
de revisión se dirigen a combatir la decisión de dicho tribunal, para
cuyo efecto, a continuación se señalan los agravios expresados por el
inconforme:

20.1 La caducidad de pleno derecho, por el sólo transcurso del


tiempo, desde la admisión de la demanda y aún antes del
emplazamiento, sin necesidad de requerimiento o apercibimiento
previo, resulta contraria a los derechos humanos previstos en la
Constitución, particularmente a la prerrogativa a la tutela judicial.
7
Cuaderno del Juicio de Amparo Directo 395/2013, páginas 103 a 108.

14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

20.2 El artículo 1076 del Código de Comercio es


violatorio de los derechos humanos,
particularmente del derecho a la tutela jurisdiccional del Estado,
el cual, al asumir su papel de garante da la posibilidad a los
individuos para perseguir judicialmente sus derechos, a través
de los órganos judiciales, de manera que el juzgador no debe ni
puede limitarse a jugar un rol pasivo en el procedimiento, sino
que debe erigirse como director del mismo y, en esa misma
medida, tomar las acciones para preservar los derechos
procesales de las partes, motivo por el cual ningún derecho
procesal debe declararse perdido o precluido si no es mediante
previa comprobación razonablemente suficiente de la
negligencia o desinterés, lo cual no se cumple en la norma
impugnada, toda vez que expresamente dispone que la
caducidad opera de pleno derecho, es decir, sin necesidad de
requerimiento o apercibimiento alguno.

20.3 El artículo impugnado constituye un obstáculo poco razonable


para la administración de la justicia y, no es más que un
reprochable recurso legal para que la parte perdidosa en el juicio
se escape del cumplimiento de sus obligaciones.

20.4 Si la parte actora ya solicitó la realización del emplazamiento, y


el juez la ordenó, entonces no puede considerarse que la falta
de práctica del emplazamiento pueda ser una situación
imputable al supuesto desinterés de la actora, sino que en
realidad solamente se le puede imputar al propio juzgador que
integra la causa y que, como garante de los derechos
procesales, debe cumplir y hacer cumplir sus propias
determinaciones.

20.5 Contrariamente a lo razonado por el Colegiado, si el juzgador


necesita de alguna gestión por parte de los litigantes para poder
cumplir con sus resoluciones, es al propio juzgador a quien
debería corresponderle llevar a cabo los requerimientos
correspondientes, junto con sus respectivos apercibimientos.

20.6 A diferencia de lo opinado por el Tribunal Colegiado, se


considera que no es admisible que, sin mediar ningún tipo de
requerimiento, el sólo transcurso del tiempo provoque la
caducidad de la instancia. Dicho órgano jurisdiccional resuelve
utilizando argumentos carentes de fundamentación y motivación,
ya que no existe ningún precepto de ley que disponga
expresamente que la parte actora tiene que aportar su
presencia, ni tampoco hay precepto que la obligue a hacer las

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

gestiones relativas para la realización del emplazamiento, ni


mucho menos que deba insistir sobre éste.

20.7 El tribunal de control constitucional, al igual que la norma


impugnada de inconstitucional, confunde el principio de interés
procesal de las partes con el diverso principio de cumplimiento
de las órdenes judiciales, ya que si bien es cierto que la parte
actora es la interesada en que se realice el emplazamiento, no
menos cierto es que ese interés queda demostrado al momento
en que se le solicita al juez, y una vez que éste lo ordene,
entonces es una atribución exclusiva de la propia autoridad
judicial la de cumplirla.

20.8 Es inexacto que el único interesado en que se realice el


emplazamiento es el actor, ya que, al ser el emplazamiento un
acto a través del cual se materializa la garantía de audiencia del
demandado, resulta inconcuso que se trata de una institución de
orden público, cuya correcta realización interesa al propio
tribunal, como garantes de esos derechos procesales.

20.9 El artículo 1076 del Código de Comercio resulta inconvencional,


en razón de que, en el contexto de la caducidad de la instancia,
presenta al juzgador como un ser totalmente pasivo,
relativamente ajeno al procedimiento, concibiéndolo como un
mero receptáculo y procesador automatizado de las
promociones que le presentan las partes, y cuyas facultades no
son suficientes para asegurarse, a través de los medios
previstos por el propio Código de Comercio como lo son la
prevención y el apercibimiento, de que alguna de las partes
verdaderamente ha perdido el interés procesal para continuar
con el juicio, ello previo a declarar la caducidad de la instancia,
cuya consecuencia es la pérdida absoluta e incluso retroactiva
de todos los derechos procesales de las partes.

20.10 El cumplimiento de la garantía de acceso a la administración de


la justicia implica no solamente el derecho a acceder a un
tribunal, sino también el de tener la posibilidad efectiva y cierta
de que éste oiga su reclamación en un sentido integral, es decir,
la intervención de los juzgadores no puede limitarse a esperar a
que transcurran los términos y a que las partes soliciten lo que a
su derecho crean corresponde, sino que en realidad deben
involucrarse en el procedimiento, según las particulares
circunstancias, a efecto de procurar que ninguna de las partes
llegue a ser privada de alguna de las prerrogativas integrantes
de su derecho al debido proceso, tutelado tanto por los artículos
1°, 14 y 17 constitucionales, como los diversos artículos 8° del

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

Pacto de San José y 14 del Pacto Internacional


de Derechos Civiles y Políticos.

20.11 El Estado y los juzgadores tienen un deber determinado para


lograr que prevalezca la verdad y se realice la justicia, no es un
sentido limitativo sino amplio, por lo que debe utilizar los
recursos a su alcance. No sólo se debe postular un acceso a la
jurisdicción, sino que ese acceso a la justicia debe ser efectivo.

20.12 Conforme a los artículos 1°, 17 y 133 constitucionales, el


principio dispositivo, según el cual son las partes quienes han de
impulsar el procedimiento, debe comprenderse como la
imposibilidad de que sea el Estado quien oficiosamente actúe,
pero jamás en el sentido de que las partes puedan verse
privadas de sus derechos procesales, o que la mera inactividad
procesal por un determinado lapso de tiempo sea suficiente para
asumir que han perdido el interés para continuar con el juicio, si
previamente a ello no media ningún tipo de apercibimiento,
advertencia o intimación por parte del juez, cuya función
precisamente es la de garantizar la pervivencia de los derechos
procesales de las personas, en la medida de lo jurídicamente
viable.

20.13 El procedimiento no deja de ser dispositivo, en la medida en la


que siguen siendo las partes quienes lo impulsen, aunque con
intervención activa del juez, no para subsanar o corregir o
sustituirse en forma alguna en el interés de las partes, sino para
evitar que se afecten sus derechos como sucede, en el caso de
que caduque la instancia por el solo trascurso del tiempo; es
decir, el juez, como director del procedimiento, no es ni debe ser
un mero temporizador que contabilice la cuenta regresiva de la
caducidad, sino que, en todo caso, debe cerciorase a través de
los medios a su alcance de la efectiva existencia de un
desinterés procesal.

20.14 El artículo 1076 del Código de Comercio es inconstitucional,


porque no le exige y ni siquiera le permite al juzgador participar
activamente en el juicio, en su papel de director del
procedimiento y garante del debido procesal legal, para que,
antes de asumir que las partes perdieron el interés procesal,
simplemente por no haber promovido en un determinado periodo
de tiempo, en uso de sus facultades les prevenga para que
dentro del término que al afectado les señale manifiesten si
continúa su interés por proseguir el juicio y realicen las gestiones
que resulten necesarias, o, en su caso, manifiesten las razones
justificadas o la imposibilidad que tienen para impulsar el juicio,

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

apercibiéndoles que, en caso de no hacerlo, entonces sí


declarará la caducidad.

20.15 El papel del juez como garante del debido proceso legal no se
traduce en que la carga de impulsar el procedimiento deba
trasladársele en forma exclusiva, pues finalmente es a las partes
a quienes generalmente les corresponderá esa carga
dispositiva, lo que en realidad se propone es una interpretación
conforme al contenido de los derechos humanos, en la que se
abandonen los formalismos rigoristas y excesivos, a efecto de
no declarar caducada la instancia, ni por perdido el derecho
procesal, a menos que la causa que motive tal afectación esté
efectivamente acreditada.

20.16 Decretar la caducidad, sin hacer previamente ninguna


advertencia de ningún tipo a las partes, resulta una medida
excesiva que no sanciona el desinterés, sino más bien el
descuido de las partes, la carga de trabajo de los tribunales o los
funcionarios encargados de hacer la diligencia, las dificultades
de realizar determinadas actuaciones debido a las
circunstancias particulares del caso.

20.17 El juez es un garante del derecho que tienen todas las personas
que sean parte en un juicio para proseguir con sus pretensiones
de justicia, en la búsqueda de la verdad para llegar a una
sentencia justa, que en la finalidad que persigue todo juicio,
finalidad que evidentemente no cumple de acuerdo con el
artículo 1076 del Código de Comercio, cuya inconstitucionalidad
se revela en cuanto a que establece que la caducidad de la
instancia opera de pleno derecho por el sólo transcurso del
tiempo, sin antes haberle practicado un apercibimiento a las
partes.

20.18 Con motivo de la reforma al artículo 1° constitucional, su nuevo


contenido riñe con la concepción del artículo 1076 que pone
toda la carga procesal sobre los hombros de las partes,
obligándolos a que insistan en la misma petición para impulsar el
juicio, sin ninguna intervención del juez.

20.19 La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


implícitamente reconoce que el juez tiene un papel activo y
fundamental como rector del procedimiento, para garantizar los
derechos de las partes que integran el debido proceso legal, a
efecto de evitar que alguno de los litigantes llegue a quedar
inaudito y en estado de indefensión.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

20.20 Es al juzgador a quien corresponde garantizar


que, con motivo del acto del emplazamiento se
respete el derecho de audiencia de la parte
reo, a efecto de que pueda conocer cabalmente la reclamación
que se le hace y logre preparar su defensa y, en su caso,
contestar la demanda incoada, por tanto, una vez que las partes
cumplen con esa carga, la de solicitar que se realice el
emplazamiento, el juzgador también debe cumplir con la
obligación que de ella se derive, pues la omisión representa una
traba innecesaria y carente de razonabilidad en el derecho de
acceso a la justicia, en tanto que deriva del incumplimiento
injustificado de una obligación a cargo del juzgador.

20.21 La falta de emplazamiento no puede ser motivo de sanción a la


parte actora, por el solo hecho de no haber insistido en la
petición de emplazar al demandado, cuando dicha petición
quedó plasmada en el escrito de demanda, y si acaso el juez
requiriese algún tipo de gestión de las partes para cumplir con
esa obligación de llamar a juicio al reo, tiene la obligación de
requerir al actor para que la lleve a cabo, y sólo entonces podrá
operar la caducidad.

20.22 Concebir al juzgador como un ente totalmente pasivo,


atendiendo a lo dispuesto en el artículo 1° constitucional, ya no
puede ser posible, en tanto que dicho precepto no sólo lo obliga
al juzgador a promover, respetar, proteger y garantizar ese
derecho de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad, sino que
además, sin transgredir el principio de igualdad y equidad
procesal que debe existir entre las partes, lo obliga a favorecer
en todo momento la interpretación más amplia que resulte de él,
en favor de las personas.

21. En la síntesis anterior consta que la recurrente sí expresó motivos de


inconformidad en contra de la decisión adoptada por el Tribunal
Colegiado; de ahí que la respuesta a los cuestionamientos formulados
para constatar la procedencia del recurso es afirmativa. Además, en el
caso se satisfacen los requisitos de importancia y trascendencia, en
virtud de que no existe jurisprudencia sobre los temas planteados por
el recurrente; de ahí que es el caso de concluir que la procedencia del
recurso de revisión ante esta Suprema Corte de Justicia se encuentra

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

satisfecha y ello da lugar a resolver, en el fondo, el tema planteado


sobre la inconstitucionalidad del artículo 1076 del Código de Comercio.

V. ESTUDIO DE FONDO

22. Problemática a resolver. La cuestión que debe ser resuelta en el


presente asunto consiste en determinar si los argumentos planteados
en los agravios por la parte quejosa son aptos para revocar la decisión
del Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito que
determinó la constitucionalidad del artículo impugnado.

23. Al respecto, la recurrente parte de la premisa de que el artículo 1076


del Código de Comercio, resulta inconstitucional por inconvencional, a
la luz de la reforma al artículo 1° Constitucional en materia de
derechos humanos, pues conforme a dicha reforma se requiere una
nueva reflexión sobre las funciones del juez en el procedimiento, así
como los conceptos de principio dispositivo e interés procesal, a efecto
de proteger en la medida de lo jurídicamente viable, el derecho que
tienen las partes de no quedar inauditos, esto es, garantizar el derecho
humano del debido proceso legal que, por lo anterior, no puede seguir
concibiéndose al juez como un ser pasivo en el procedimiento, sino
como un agente activo y garante de los derechos de las partes.

24. En la misma línea argumentativa, la inconforme agrega que la


institución procesal de la caducidad, tal como aparece regulada en el
artículo 1076 del Código de Comercio, vulnera el derecho a la tutela
jurisdiccional a cargo del Estado y contraviene el principio del debido
proceso legal y administración de justicia, pues al invocarla para dejar
sin efectos un procedimiento concluido, en el que ya se dirimió la
controversia, deja a salvo los derechos únicamente para que la actora
vuelva a presentar su demanda y se repita de nueva cuenta el

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

procedimiento en su integridad; razón por la que


conforme a las exigencias de justicia en el debido
proceso legal, previamente a imponer una sanción que implique la
pérdida de un derecho, el juez debe prevenir y advertir a las partes
sobre las consecuencias de su conducta pasiva, a fin de evitar, en la
medida de lo posible que éstas pierdan sus derechos procesales, lo
que –en concepto de la recurrente– puede lograrse a través de una
interpretación conforme de la norma.

25. De este modo, las preguntas que se debe responder para resolver el
presente recurso son las siguientes: ¿En qué consisten, la garantía a
la tutela jurisdiccional efectiva y el derecho de acceso a la justicia?;
¿En qué consiste el principio dispositivo?; ¿El principio dispositivo
tiene aplicación en un procedimiento mercantil como el de origen?; ¿El
principio dispositivo limita el derecho de acceso a la justicia?; ¿El
principio dispositivo implica que el juzgador es un ente totalmente
pasivo, carente de obligaciones que inciden en el impulso del
procedimiento? y ¿Es inconstitucional el artículo 1076 del Código de
Comercio que prevé la caducidad de la instancia de pleno derecho,
cualquiera que sea el estado del juicio?; en cuya resolución son útiles
las consideraciones expresadas por esta Primera Sala al resolver el
amparo directo en revisión **********8.

¿En qué consisten, la garantía a la tutela jurisdiccional efectiva y


el derecho de acceso a la justicia?

26. La garantía a la tutela jurisdiccional a cargo del Estado (visto desde el


ángulo del ente encargado de proporcionarla) y su complemento, el
derecho de acceso a la justicia (desde la perspectiva del beneficiario

8
Resuelto por esta Primera Sala en la sesión de veinte de marzo de dos mil trece, bajo la Ponencia
del Señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

de la garantía), encuentran su fundamento en el artículo 17


constitucional, que en su segundo párrafo señala lo siguiente:

Toda persona tiene derecho a que se le administre


justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa
e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales.

27. Al respecto, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha definido


el derecho a la tutela jurisdiccional como el derecho público subjetivo
que toda persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen las
leyes, para acceder de manera expedita a tribunales independientes e
imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el
fin de que a través de un proceso en el que se respeten ciertas
formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa y, en su caso,
se ejecute esa decisión9.

28. Este derecho también se encuentra previsto en el artículo 8, apartado


1, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el

9
Tal es el criterio que informa la Jurisprudencia 1a./J. 42/2007, que dice: “GARANTÍA A LA
TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES. La garantía a la tutela
jurisdiccional puede definirse como el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de
los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales
independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que a
través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la
defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. Ahora bien, si se atiende a que la prevención de
que los órganos jurisdiccionales estén expeditos -desembarazados, libres de todo estorbo- para
impartir justicia en los plazos y términos que fijen las leyes, significa que el poder público -en
cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no puede supeditar el acceso a
los tribunales a condición alguna, pues de establecer cualquiera, ésta constituiría un obstáculo
entre los gobernados y los tribunales, por lo que es indudable que el derecho a la tutela judicial
puede conculcarse por normas que impongan requisitos impeditivos u obstaculizadores del acceso
a la jurisdicción, si tales trabas resultan innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad o
proporcionalidad respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador. Sin embargo,
no todos los requisitos para el acceso al proceso pueden considerarse inconstitucionales, como
ocurre con aquellos que, respetando el contenido de ese derecho fundamental, están enderezados
a preservar otros derechos, bienes o intereses constitucionalmente protegidos y guardan la
adecuada proporcionalidad con la finalidad perseguida, como es el caso del cumplimiento de los
plazos legales, el de agotar los recursos ordinarios previos antes de ejercer cierto tipo de acciones
o el de la previa consignación de fianzas o depósitos”. (Jurisprudencia 1a./J. 42/2007; 9a. Época;
1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXV, Abril de 2007; Pág. 124).

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

numeral 14, apartado 1, del Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos, pues en ellos se
dispone lo siguiente:

Artículo 8. Garantías Judiciales.


1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido
con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

Artículo 14
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y
cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída
públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la
ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter
penal formulada contra ella o para la determinación de sus
derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el
público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los
juicios por consideraciones de moral, orden público o
seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando
lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la
medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal,
cuando por circunstancias especiales del asunto la
publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia;
pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será
pública, excepto en los casos en que el interés de menores
de edad exija lo contrario, o en las acusaciones referentes a
pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.

29. Lo dispuesto en los preceptos transcritos da noticia de que el derecho


de acceso a la justicia no solamente implica la posibilidad de que los
gobernados puedan acudir ante tribunales imparciales e
independientes previamente establecidos a solicitar impartición de
justicia, sino que además, conlleva la obligación que tiene el Estado de
asegurar el buen funcionamiento de los mismos, a efecto de que en
los plazos y términos que marcan las leyes y cumpliendo con las

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

formalidades esenciales del procedimiento, diriman sin costo alguno


las controversias sometidas a su consideración.

30. Ahora bien, con relación a la obligación que con motivo de ese
derecho se impone al Estado, la Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, ha derivado cuatro principios que contribuyen
a dar efectividad a la posibilidad de que el gobernado acuda a los
tribunales solicitando que éstos impartan justicia 10. Esos principios,
cuya identificación comparte esta Primera Sala, son los siguientes:

 Principio de justicia pronta, que se traduce en la obligación


de las autoridades encargadas de su impartición, de resolver
las controversias ante ellas planteadas, dentro de los términos
y plazos que para tal efecto establezcan las leyes;

 Principio de justicia completa, el cual obliga a que la


autoridad que conoce del asunto, emita pronunciamiento
respecto de todos y cada uno de los aspectos debatidos cuyo
estudio sea necesario, y garantice al gobernado la obtención
10
Jurisprudencia 2a./J. 192/2007, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXVI, Octubre de 2007, página 209, cuyo texto es: “ACCESO A LA
IMPARTICIÓN DE JUSTICIA. EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS ESTABLECE DIVERSOS PRINCIPIOS QUE INTEGRAN LA
GARANTÍA INDIVIDUAL RELATIVA, A CUYA OBSERVANCIA ESTÁN OBLIGADAS LAS
AUTORIDADES QUE REALIZAN ACTOS MATERIALMENTE JURISDICCIONALES. La garantía
individual de acceso a la impartición de justicia consagra a favor de los gobernados los siguientes
principios: 1. De justicia pronta, que se traduce en la obligación de las autoridades encargadas de
su impartición de resolver las controversias ante ellas planteadas, dentro de los términos y plazos
que para tal efecto establezcan las leyes; 2. De justicia completa, consistente en que la autoridad
que conoce del asunto emita pronunciamiento respecto de todos y cada uno de los aspectos
debatidos cuyo estudio sea necesario, y garantice al gobernado la obtención de una resolución en
la que, mediante la aplicación de la ley al caso concreto, se resuelva si le asiste o no la razón sobre
los derechos que le garanticen la tutela jurisdiccional que ha solicitado; 3. De justicia imparcial, que
significa que el juzgador emita una resolución apegada a derecho, y sin favoritismo respecto de
alguna de las partes o arbitrariedad en su sentido; y, 4. De justicia gratuita, que estriba en que los
órganos del Estado encargados de su impartición, así como los servidores públicos a quienes se
les encomienda dicha función, no cobrarán a las partes en conflicto emolumento alguno por la
prestación de ese servicio público. Ahora bien, si la citada garantía constitucional está encaminada
a asegurar que las autoridades encargadas de aplicarla lo hagan de manera pronta, completa,
gratuita e imparcial, es claro que las autoridades que se encuentran obligadas a la observancia de
la totalidad de los derechos que la integran son todas aquellas que realizan actos materialmente
jurisdiccionales, es decir, las que en su ámbito de competencia tienen la atribución necesaria para
dirimir un conflicto suscitado entre diversos sujetos de derecho, independientemente de que se
trate de órganos judiciales, o bien, sólo materialmente jurisdiccionales.”

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

de una resolución en la que, mediante la


aplicación de la ley al caso concreto, se
resuelva si le asiste o no la razón sobre los derechos que le
garanticen la tutela jurisdiccional que ha solicitado;

 Principio de justicia imparcial, obliga a que el juzgador emita


una resolución apegada a derecho, sin favoritismo respecto de
alguna de las partes o arbitrariedad en su sentido; y

 Principio de Justicia gratuita, estriba en que los órganos del


Estado encargados de su impartición, así como los servidores
públicos a quienes se les encomienda dicha función, no
cobrarán a las partes en conflicto emolumento alguno por la
prestación de ese servicio público.

31. Con relación al primero de esos principios, que es el que al caso


interesa, por ser –junto con la seguridad jurídica–, el que justifica la
institución de la caducidad, debe decirse lo siguiente:

32. Como la “prontitud” es un concepto subjetivo, el propio artículo 17


constitucional ligó ese concepto, sobre la impartición de justicia, a los
plazos y términos que para tal efecto establezcan las leyes. Esta liga,
es lo que da seguridad al propio gobernado, pues implica que los
plazos y términos de los que se habla deben estar previamente
establecidos en la ley o leyes que resulten aplicables al caso y que,
por ende, a ellos deben ajustarse tanto las autoridades encargadas de
impartir justicia como los propios justiciables, pues al estar
establecidos en las leyes, tienen conocimiento previo de ellos.

33. Lo anterior implica que el acceso de los gobernados a los órganos


jurisdiccionales y su actuación en ellos, no es irrestricta, pues están

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

limitados por una determinada temporalidad; sin embargo, esta


temporalidad que como se dijo, también debe ser observada por los
órganos jurisdiccionales, debe ser objetiva y razonable a efecto de no
anular el derecho mismo de acceder a la justicia.

34. En efecto, si bien se deja a voluntad del legislador establecer los


plazos y términos conforme a los cuales se administrará la justicia, esa
voluntad no es absoluta, tal como consta en la jurisprudencia P./J.
113/2001, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XIV, Septiembre de 2001, página 5,
cuyo rubro es el siguiente: “JUSTICIA, ACCESO A LA. LA
POTESTAD QUE SE OTORGA AL LEGISLADOR EN EL ARTÍCULO
17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA
FIJAR LOS PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES
AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES ILIMITADA, POR LO QUE
LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS LEGALES QUE SE
ESTABLEZCAN PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL UNA
RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DE LO PEDIDO DEBEN
ENCONTRAR JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL”11.

11
“JUSTICIA, ACCESO A LA. LA POTESTAD QUE SE OTORGA AL LEGISLADOR EN EL
ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA FIJAR LOS
PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES
ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS LEGALES QUE SE
ESTABLEZCAN PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL
FONDO DE LO PEDIDO DEBEN ENCONTRAR JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL. De la
interpretación de lo dispuesto en el artículo 17, párrafo segundo, de la Constitución General de la
República se advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los gobernados el acceso
efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la posibilidad de ser parte dentro de un
proceso y a promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos
procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones deducidas,
y si bien en ese precepto se deja a la voluntad del legislador establecer los plazos y términos
conforme a los cuales se administrará la justicia, debe estimarse que en la regulación respectiva
puede limitarse esa prerrogativa fundamental, con el fin de lograr que las instancias de justicia
constituyan el mecanismo expedito, eficaz y confiable al que los gobernados acudan para dirimir
cualquiera de los conflictos que deriven de las relaciones jurídicas que entablan, siempre y cuando
las condiciones o presupuestos procesales que se establezcan encuentren sustento en los
diversos principios o derechos consagrados en la propia Constitución General de la República; por
ende, para determinar si en un caso concreto la condición o presupuesto procesal establecidos por
el legislador ordinario se apegan a lo dispuesto en la Norma Fundamental deberá tomarse en
cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación jurídica de la que derivan las
prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional en el que ésta se da.”

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

35. En ese orden de ideas, si bien es verdad que todo


gobernado tiene derecho de acudir a los tribunales a plantear una
pretensión o defenderse de ella, a través de un procedimiento en el
que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento, lo
definitivo es que su ejercicio se debe verificar de manera oportuna, es
decir dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, cuya
observancia no siempre sería factible si se dejase al arbitrio de las
partes decidir los plazos y términos en que la justicia debe
administrarse.

36. En adición a lo anterior, sobre la seguridad jurídica, la imparcialidad en


las decisiones del juzgador y la equidad procesal que rige en los
juicios entre particulares, cobra especial relevancia el principio
dispositivo que opera con mayor rigor, aunque no de manera absoluta,
en los juicios mercantiles como el que dio origen al asunto que ahora
se resuelve, sobre lo cual debe darse respuesta a la siguiente
pregunta:

¿En qué consiste el principio dispositivo?

37. El principio dispositivo, es un principio procesal por virtud del cual se


considera que la tarea de iniciación e impulso del procedimiento, está
en manos de los contendientes y no en el juzgador.

38. En razón de este principio, se considera que es en ellos en quienes


recae no sólo la obligación de iniciar el procedimiento, sino también la
determinación de su contenido e impulso para el esclarecimiento de la
verdad en la resolución de la controversia.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

39. Así, por virtud de este principio, el juzgador no puede sustituirse al


actor y ejercer de manera oficiosa una acción, ni tampoco puede
hacerlo con relación al demandado a efecto de dar una contestación a
la demanda y fijar la litis, pues a nadie se puede constreñir u obligar a
solicitar su tutela jurisdiccional12 o ejercer su defensa ante los
tribunales; del mismo modo, el juzgador no puede tomar la iniciativa de
recabar las pruebas que estime conducentes para el esclarecimiento
de la verdad en la resolución de la controversia, pues es en las partes
en quienes recae esa carga, en tanto que ello redunda en su propio
beneficio.

40. La razón de ser de ese principio descansa en el hecho de que por


regla general, los derechos e intereses jurídicos que se discuten en el
proceso son del dominio de los particulares; y por ende, es en ellos en
quienes, con mayor rigor, recae la obligación de iniciar e impulsar el
procedimiento; no obstante, como ya se dijo, en razón de que el
artículo 17 constitucional exige prontitud en la justicia, la obligación de
iniciación e impulso del procedimiento que se deriva del principio que
se analiza, se rige por el diverso principio de oportunidad que se
deriva de los plazos y términos que fijen las leyes correspondientes.

41. Ahora bien, como los derechos e intereses jurídicos susceptibles de


ser discutidos en un procedimiento no siempre son del dominio
absoluto de los particulares, frente al principio dispositivo se encuentra
el principio inquisitivo, el cual otorga una facultad oficiosa al
juzgador para llegar al conocimiento de la verdad controvertida, la cual
12
Al respecto, cabe destacar que tal aseveración constituye la regla general que, como todas,
admite excepciones, pues si bien a nadie puede obligarse a solicitar la tutela jurisdiccional, debe
recordarse que existen casos en los que por determinación judicial se persigue obligar a una
persona al ejercicio de una acción, con la pérdida del derecho correspondiente en caso de no
hacerlo, un ejemplo de ello es la acción de jactancia, pues a través de ella, el actor por seguridad
jurídica, persigue obtener una sentencia, que determine imponer al demandado la obligación de
ejercer la acción de que se jacta, concediéndole un término para ello y con la consecuencia de
que, en caso de no hacerlo, se declare extinguida la facultad de tal acción. La condena, tiene
como finalidad obligar a ejercer la acción dentro de un término y de extinguir tal potestad de
accionar, si transcurre tal lapso.

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

lo autoriza a recabar por iniciativa propia las


pruebas que estime conducentes para ese efecto,
a actuar oficiosamente para lograr el desahogo de las pruebas, a
solicitar apoyo pericial respecto de temas que desconoce y que
requieren de cierto conocimiento especial, etcétera.

42. Atendiendo a lo anterior, se debe responder la siguiente interrogante:

¿El principio dispositivo tiene aplicación en un procedimiento


mercantil como el de origen?

43. La respuesta a esta interrogante es positiva, pues en este tipo de


juicios se discuten cuestiones que, en lo general, incumben
exclusivamente a los contendientes, por tanto, es en ellos en quienes
recae la obligación de probar sus pretensiones o defensas, según
consta en lo dispuesto por el artículo 1194 del Código de Comercio
que dice:

Artículo 1,194. El que afirma está obligado a probar. En


consecuencia, el actor debe probar su acción y el reo sus
excepciones.

44. Esta carga, como todas aquellas que pesan sobre las partes para dar
continuidad y contenido al proceso mercantil y de las que se excluye al
juzgador para su ejercicio, atiende a una razón de orden lógico, pues
con independencia de que respeta la igualdad y el equilibrio procesal
que debe haber entre los contendientes en términos del principio de
justicia imparcial que se deriva del derecho de acceso a la justicia
consagrado en el artículo 17 constitucional, deja al arbitrio de los
litigantes valorar la necesidad de continuar con el juicio, la pertinencia
de ofrecer pruebas y determinar las que en su caso estimen
conducentes a sus intereses, lo cual obedece a estrategias procesales

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

que, al final, redundan en su propio beneficio, particularmente cuando


se trata de juicios mercantiles.

45. Sin embargo, cabe destacar que, por el dinamismo que opera en las
actividades mercantiles, en donde se realizan múltiples operaciones
que, a veces, no se ajustan a procedimientos comerciales estrictos
pero que son cumplidos por el comerciante y por quienes contratan
con él, cobran especial relevancia las presunciones, para cuya
valoración el legislador ha dotado de amplias facultades al juzgador en
los artículos 1284, 1285, 1286 y 1306 del Código de Comercio, para
resolver los negocios sometidos a su jurisdicción, lo que si bien
atiende a una cuestión de valoración de pruebas, da noticia de que la
aplicación del principio dispositivo en este tipo de juicios no es
absoluto.

46. Así, en atención al principio dispositivo, el juzgador no puede ir más


allá de lo pedido por las partes, por tanto no puede impulsar motu
proprio el procedimiento, ni recabar ninguna prueba que ellas no
hayan ofrecido o instar un acto que solamente incumba a una de las
partes y menos aun cuando se requiere de la presencia de alguna de
ellas para su realización, máxime que el ordenamiento mercantil, ni
siquiera faculta al juzgador a realizar diligencias para mejor proveer,
pues ello redundaría en el perjuicio de la contraparte de aquella que se
vio beneficiada.

47. Ahora bien, el hecho de que el principio dispositivo impida que el


juzgador pueda actuar de manera oficiosa en el impulso del
procedimiento y el esclarecimiento de la verdad litigiosa, conduce a la
interrogante siguiente:

¿El principio dispositivo limita el derecho de acceso a la justicia?

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

48. La respuesta es negativa, pues la circunstancia de que el


principio dispositivo impida la actuación oficiosa del juzgador en
asuntos en los que la controversia sólo atañe a los particulares, no les
causa ninguna afectación, en tanto que no les impide acceder a los
tribunales a plantear una pretensión o defenderse de ella, para que a
través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se
decida sobre la pretensión o la defensa que se plantea; por el
contrario, este principio contribuye a la imparcialidad que el juzgador
debe tener en el proceso, pues impide que tomando partido por alguna
de las partes y a pretexto de ser el director del proceso, éste lo
impulse indebidamente o recabe pruebas ajenas a las ofrecidas por
ellas para la solución de la controversia.

49. Aunado a lo anterior, este principio que obliga a las partes a


vigilar el correcto y oportuno desarrollo del procedimiento, también
contribuye a que la justicia sea administrada en los plazos y términos
que para tal efecto establezcan las leyes conducentes, pues la
actividad que las partes están constreñidas a realizar por virtud de ese
principio, debe ser oportuna, es decir, debe sujetarse a los plazos y
términos que fijan las leyes, ya que de lo contrario operará la
preclusión, que es en su caso extremo, la caducidad de la instancia
resultante de la pérdida de un derecho o facultad procesal no ejercida
oportunamente.

50. Al respecto resulta orientadora la tesis aislada 1ª CLVII/2009,


sustentada por esta Primera Sala, Visible en el Semanario Judicial de
la Federación, Novena Época, Tomo XXX, Septiembre de 2009,
página 438, que lleva por rubro: “CARGAS PROCESALES
RELACIONADAS CON EL IMPULSO PROCESAL. ATENTO AL
PRINCIPIO DISPOSITIVO, EL LEGISLADOR PUEDE

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

ESTABLECERLAS CON FUNDAMENTO EN EL ARTÍCULO 17 DE


LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA”13.

51. Sobre el tema, al emitir la tesis aislada 1a. CCVI/2013 (10a.), con el
rubro: “PRINCIPIO DISPOSITIVO EN MATERIA MERCANTIL. NO
LIMITA EL DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA
JUSTICIA CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS”14, esta Primera Sala sostuvo que la circunstancia de
13
“CARGAS PROCESALES RELACIONADAS CON EL IMPULSO PROCESAL. ATENTO AL
PRINCIPIO DISPOSITIVO, EL LEGISLADOR PUEDE ESTABLECERLAS CON FUNDAMENTO
EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA. En los juicios de
derecho público, en los que normalmente se ventilan cuestiones que interesan y afectan a toda la
sociedad, prevalece el principio inquisitivo del procedimiento, en términos del cual, el juzgador tiene
la facultad y la función de llegar a la verdad de los hechos mediante el empleo de todos los medios
a su alcance. En cambio, en los juicios de derecho privado, donde se afectan únicamente intereses
particulares, como son, salvo excepciones muy concretas, los juicios del orden civil, debe
prevalecer el principio dispositivo sobre el inquisitivo, pues en términos del primero, son las partes
quienes encauzan y determinan el desarrollo del procedimiento, porque en éste se ventilan sus
propios intereses; de manera que el juez debe conformarse con llegar a la mayor veracidad posible
respecto de los hechos controvertidos, a través de los medios de convicción y argumentos que
aporten las partes. Esto es, en este tipo de procedimientos pesa sobre las partes el impulso
procesal; de ahí que al regular estos juicios, atento al mencionado principio dispositivo, el legislador
puede establecer cargas procesales relacionadas con el impulso procesal, con fundamento en el
artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en aras de procurar una
pronta impartición de justicia y dar celeridad al procedimiento, el cual es una concatenación
sucesiva de etapas en que la procedencia y naturaleza de cada una depende de la manera en que
concluyó la anterior.”
14
“PRINCIPIO DISPOSITIVO EN MATERIA MERCANTIL. NO LIMITA EL DERECHO
FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JUSTICIA CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. El principio dispositivo
descansa en el hecho de que, por regla general, los derechos e intereses jurídicos que se discuten
en el proceso son del dominio absoluto de los particulares; de ahí que tenga plena operatividad en
los juicios en materia mercantil, al discutirse en éstos cuestiones que incumben exclusivamente a
los contendientes. Así, por virtud de dicho principio procesal, la tarea de iniciación e impulso del
procedimiento está en manos de los contendientes y no del juzgador, razón por la que éste no
puede sustituirse al actor y ejercer oficiosamente una acción, ni en relación con el demandado,
contestar la demanda y fijar la litis; asimismo, no puede tomar la iniciativa de recabar las pruebas
que estime conducentes para el esclarecimiento de la verdad en la resolución de la controversia,
pues es en aquéllos en quienes recae la obligación de probar sus pretensiones o defensas; tan es
así, que el artículo 1194 del Código de Comercio señala que el que afirma está obligado a probar y,
en consecuencia, el actor debe probar su acción y el reo sus excepciones. Esta carga probatoria
que recae en las partes y no en el juzgador, deja al arbitrio de los litigantes valorar la necesidad de
ofrecer pruebas y determinar las que estimen conducentes a sus intereses, lo cual redunda en su
propio beneficio, pues al formar parte de la contienda, se presume que nadie sabe mejor que los
litigantes cuándo ofrecer pruebas y abstenerse de hacerlo y, en su caso, cuáles son idóneas para
demostrar sus pretensiones o defensas; esto es, atendiendo al principio dispositivo, el cual cobra
relevancia en materia probatoria, el juzgador no puede ir más allá de lo pedido por las partes, sin
que ello implique una limitación al derecho de acceso a la justicia consagrado en el artículo 17 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues la circunstancia de que el citado
principio impida la actuación oficiosa del juzgador en asuntos en los que la controversia sólo atañe
a los particulares, no les afecta, pues no les impide acceder a los tribunales a plantear una
pretensión o defenderse de ella, para que a través de un proceso en el que se respeten ciertas
formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa que se plantea; por el contrario, este
principio respeta la igualdad y el equilibrio procesal que debe haber entre los contendientes en
términos del principio de justicia imparcial derivado del referido derecho de acceso a la justicia,

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

que el citado principio impida la actuación oficiosa


del juzgador en asuntos en los que la controversia
sólo atañe a los particulares, no les afecta, pues no les impide acceder
a los tribunales a plantear una pretensión o defenderse de ella, para
que a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades,
se decida sobre la pretensión o la defensa que se plantea; por el
contrario, este principio respeta la igualdad y el equilibrio procesal que
debe haber entre los contendientes en términos del principio de justicia
imparcial derivado del referido derecho de acceso a la justicia.

52. Luego, la circunstancia de que el procedimiento mercantil se rija


por el principio dispositivo y éste no limite el derecho de acceso a la
justicia conduce a plantear la siguiente interrogante:

¿El principio dispositivo implica que el juzgador es un ente


totalmente pasivo, carente de obligaciones que inciden en el
impulso del procedimiento?

53. La respuesta es negativa. En efecto, si bien es verdad que en virtud


del principio dispositivo, la iniciación del procedimiento y su impulso
está en manos de los contenientes y no en el juzgador, no se debe
perder de vista que él es el director del proceso, y que como tal, no
puede considerarse como un ente totalmente pasivo.

54. Se estima de esa manera, pues como director del proceso no sólo
tiene el deber de vigilar que se cumplan a cabalidad las reglas del
contradictorio; sino que como tal, tiene a su cargo diversas
obligaciones, como lo son el seguir el orden previamente establecido
pues impide que el juzgador, tomando partido por alguna de las partes y a pretexto de ser el
director del proceso, lo impulse indebidamente o recabe pruebas ajenas a las ofrecidas por ellas
para la solución de la controversia. Además, contribuye a que la justicia se administre en los plazos
y términos que para tal efecto establezcan las leyes, pues la actividad que las partes están
constreñidas a realizar debe ser oportuna, es decir, debe sujetarse a los plazos y términos que fijan
las leyes, ya que de lo contrario operará la preclusión y, en casos extremos, podrá actualizarse la
caducidad de la instancia” (Tesis aislada 1a. CCVI/2013 (10a.); 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su
Gaceta; Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1; Pág. 566).

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

en la legislación para el desarrollo del proceso, y el estar al pendiente


de las peticiones formuladas por las partes, a fin de que éstas tengan
una respuesta oportuna y congruente, no sólo con el estado procesal
en que se encuentre el proceso, sino con lo solicitado, pues ello como
ya se dijo, forma parte de las obligaciones que le incumben por ser el
director del proceso.

55. Así, si bien las partes tienen a su cargo, por ejemplo, el ofrecer las
pruebas que estimen convenientes preparándolas para su desahogo,
es el juzgador quien debe decidir si su preparación es o no adecuada,
si deben o no admitirse y pronunciarse sobre el correspondiente
desahogo; por tanto, una vez que las partes cumplen con esa carga, el
juzgador también debe cumplir con la obligación que de ella se derive;
así, por regla general, no es necesario que las partes insistan en
peticiones que a pesar de haberse formulado de manera oportuna son
omitidas, pues a criterio de esta Primera Sala, esa omisión representa
una traba innecesaria y carente de razonabilidad en el derecho de
acceso a la justicia, en tanto que deriva del incumplimiento
injustificado de una obligación a cargo del juzgador.

56. Por tal motivo, aunque el principio dispositivo tiene plena operatividad
en procedimientos mercantiles como el de origen, ello de ninguna
manera implica que el juzgador sea un ente totalmente pasivo y
carente de obligaciones15.

15
Tan es así que el artículo 1066 del Código de Comercio señala que el secretario del juzgado o
quien haga sus veces, hará constar el día y la hora en que se presente un escrito, dando cuenta
con él a más tardar dentro de veinticuatro horas, y el artículo 1077 del propio ordenamiento, indica
que todas las resoluciones sean decretos de trámite, autos provisionales, definitivos o
preparatorios y sentencias, deben ser claras precisas y congruentes con las promociones de las
partes, resolviendo sobre todo lo que se haya pedido, y cuando se sea omiso en resolver todas las
peticiones de oficio o a simple instancia verbal se deberán resolver las cuestiones omitidas dentro
del día siguiente, omisión que en caso de no ser subsanada en los términos antes precisados, es
decir dentro de las veinticuatro horas siguientes, de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 1055,
fracción VIII del propio ordenamiento, puede dar lugar a que el juzgador ordene la regularización
del procedimiento.

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

57. Ahora, a partir de las anteriores premisas que agotan los


temas propuestos por el recurrente, ha lugar a dar
respuesta a la última interrogante:

¿Es inconstitucional el artículo 1076 del Código de Comercio que


prevé la caducidad de la instancia de pleno derecho, cualquiera
que sea el estado del juicio?

58. En primer orden, por lo que hace a la aseveración del recurrente en


donde aduce que se viola la garantía de acceso a la justicia, porque el
artículo 1076 del Código de Comercio deja a cargo del justiciable la
notificación de la radicación de un expediente al demandado
(emplazamiento), cuando la administración de justicia debe ser
incondicional y sin la obligación del solicitante a instar a los servidores
públicos para que cumplan con sus obligaciones; debe decirse que
existen criterios emitidos por esta Suprema Corte que lo resuelven y
en donde se concluye, primero, que la caducidad de la instancia en
materia mercantil opera desde el primer auto y, segundo, que esa
circunstancia no transgrede el derecho de acceso a la jurisdicción ni,
por ende, la norma que lo prevé viola ese derecho humano.

59. Al respecto se cita el criterio sustentado por la Primera Sala en la tesis


1a./J. 22/2003, de rubro siguiente: “CADUCIDAD DE LA INSTANCIA
EN MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL PRIMER AUTO QUE
SE DICTE EN EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA EMPLAZADO AL
DEMANDADO.”16
16
Consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Primera
Sala, Tomo XVII, Mayo de 2003, página: 149; cuyo texto es: “El artículo 1076 del Código de
Comercio señala que la caducidad de la instancia operará de pleno derecho cualquiera que sea el
estado del juicio, desde el primer auto que se dicte en el mismo y hasta la citación para oír
sentencia, cuando hayan transcurrido ciento veinte días contados a partir del día siguiente a aquel
en que surtió efectos la notificación de la última resolución judicial dictada, y que no hubiere
promoción de cualquiera de las partes, dando impulso al procedimiento para su trámite, solicitando
la continuación para la conclusión del mismo. La expresión "cualquiera que sea el estado del juicio,
desde el primer auto que se dicte en el mismo", indudablemente atañe a cualquier momento
procesal dentro de una instancia, la cual da inicio con la presentación de la demanda; por lo que
es evidente que la caducidad de la instancia puede operar desde el primer auto que se dicte en

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

60. Asimismo, tales consideraciones constan en la tesis siguiente:

“CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA


MERCANTIL. EL NUMERAL 1076 DEL CÓDIGO DE
COMERCIO QUE AUTORIZA A DECRETARLA AUN
CUANDO NO SE HAYA PRACTICADO EL
EMPLAZAMIENTO, NO VIOLA EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 22/2003,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XVII, mayo de 2003, página
149, con el rubro: "CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN
MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL PRIMER AUTO
QUE SE DICTE EN EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA
EMPLAZADO AL DEMANDADO.", sostuvo que el artículo
1076 del Código de Comercio establece que la caducidad de
la instancia opera de pleno derecho una vez que transcurran
ciento veinte días de inactividad procesal, desde el primer auto
que se dicte en el juicio y hasta la citación para oír sentencia,
por lo que dicha figura opera en cualquier momento de éste,
sin necesidad de que haya sido emplazado el demandado,
pues este requisito sólo es necesario para fijar la litis. En ese
orden de ideas y tomando en consideración que la garantía de
acceso a la justicia no es un beneficio para el particular, sino
un derecho del gobernado para que se le administre justicia
dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, con la
obligación correlativa de que aquél cumpla con los requisitos
exigidos por la ley, de manera que a pesar de que la voluntad
de las partes es la que impera en los juicios mercantiles, ésta
siempre está supeditada a lo dispuesto por las leyes
procesales, se concluye que el indicado artículo 1076 que
constituye un reflejo del principio dispositivo consistente en
que el ejercicio de la acción, su desarrollo a través del
proceso, sus límites y la actividad del Juez, se regulan por la
voluntad de las partes contendientes, no viola el artículo 17 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ello
es así porque el citado artículo 1076 no impide el acceso a la
impartición de justicia, pues no coarta el derecho de la parte
actora de acudir a los tribunales para resolver un caso
concreto, y si bien corresponde a la autoridad judicial emplazar
ésta, y no a partir de que se emplace al demandado, pues ningún dispositivo de la legislación
mercantil exige esa actuación procesal para que opere esta figura, ya que en todo caso, ese
requisito será necesario para la integración de la litis, pero la falta de ésta, de manera alguna
releva al actor de mantener viva la instancia.”

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

a la parte demandada a efecto de hacerle


saber que se ha instaurado un juicio en su
contra, en caso de que dicha notificación no
haya ocurrido, la parte actora puede impulsar el procedimiento,
solicitando al Juez que ordene el emplazamiento al
demandado con el fin de que no opere la caducidad de la
instancia, por lo que en el supuesto de que ésta se actualice,
únicamente es imputable a la actora, en virtud de que es la
interesada en que se resuelva la controversia planteada.” 17

61. De acuerdo a esa jurisprudencia, esta Primera Sala de esta Suprema


Corte de Justicia de la Nación determinó que el artículo tildado de
inconstitucional no impide el acceso a la impartición de justicia, al no
coartar el derecho de la parte actora para acudir a los tribunales,
además de que corresponde a la actora el impulsar el procedimiento,
solicitando al Juez que ordene el emplazamiento al demandado con el
fin de que no opere la caducidad de la instancia y, en el caso de que
está se actualice, dicha situación es imputable a la parte actora, al ser
la interesada en que se resuelva la controversia planteada.

62. En virtud de lo anterior, debe calificarse de infundado el argumento


tendente a señalar que el artículo 1076 del Código de Comercio es
inconstitucional. Ello, dadas las razones expuestas en la presente
resolución, las cuales llevan a concluir que el referido artículo es
acorde a las normas constitucionales y convencionales que rigen en
los juicios en que se ventilan intereses de particulares.

63. Sin que obsten a lo anterior las manifestaciones del recurrente en el


sentido de que el nuevo orden constitucional, surgido a partir de las
reformas al artículo 1° constitucional, lleva a sostener un criterio
diferente en cuanto a la aplicación del principio dispositivo y al papel
que desempeña el juez como rector del procedimiento.

Tesis número 1a./J. 27/2006, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


17

Novena Época, Primera Sala, Tomo XXIV, Julio de 2006, Página: 17.

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

64. Al respecto, no debe soslayarse que el cumplimiento al imperativo


prescrito en el artículo 1° constitucional que obliga a toda autoridad, en
el ámbito de su competencia, a promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, no
implica que puedan dejar de observarse las formalidades y plazos
previstos para acceder a las garantías judiciales, ni que deban dejar
de cumplirse principios rectores en juicios en los que los particulares
pueden ver afectados sus derechos si el juzgador interviene en favor
de alguno de ellos.

65. Al respecto, incluso, la propia Corte Interamericana de Derechos


Humanos ha señalado que: “…en todo procedimiento o proceso
existente en el orden interno de los Estados deben concurrir amplias
garantías judiciales, entre las cuales se encuentran también las
formalidades que deben observarse para garantizar el acceso a las
mismas. Por razones de seguridad jurídica, para la correcta y
funcional administración de justicia y la efectiva protección de los
derechos de las personas, los Estados pueden y deben establecer
presupuestos y criterios de admisibilidad de los recursos internos, de
carácter judicial o de cualquier otra índole. De tal manera, si bien esos
recursos internos deben estar disponibles para el interesado y resolver
efectiva y fundadamente el asunto planteado, así como eventualmente
proveer la reparación adecuada, no cabría considerar que siempre y
en cualquier caso los órganos y tribunales internos deban resolver el
fondo del asunto que les es planteado, sin que importe la verificación
de los presupuestos formales de admisibilidad y procedencia del
particular recurso intentado”.18

18
Caso ********** (*********) vs **********, sentencia de 24 de noviembre de 2006 (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), párrafo 126.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

66. Ciertamente, el cumplimiento de las formalidades


previstas en los ordenamientos procesales es una
regla, una razón operativa de carácter perentorio, que obedece a la
dimensión institucional19 de su régimen procesal, definido por su
naturaleza de orden regulado y operado por órganos competentes.

67. La regulación del sistema procesal, que implica fijar plazos,


requisitos, momentos de oportunidad, etc, no debe ser considerada
como una mera formalidad, sino como una necesidad operativa, ya
que permite que dicho sistema cumpla con su función: salvaguardar
los derechos de quienes acuden ante los tribunales para solucionar
sus disputas, mediante un trato imparcial e igualitario, lo que abona al
orden y a la paz social. El orden en los procedimientos judiciales no
existe sólo para proteger intereses particulares sino también, y de
manera fundamental, para salvaguardar los intereses sociales. La
importancia de la dimensión institucional del sistema procesal estatal
ha sido reconocido tanto por esta Suprema Corte de Justicia de la

19
Sobre la dimensión institucional del Derecho, Cfr. La dimensión institucional del Derecho y la
justificación jurídica, de ********** y **********, en Doxa, número 24, Cuadernos de Filosofía del
Derecho. Departamento de Filosofía del Derecho de la Universidad de Alicante. Edición
electrónica, disponible en:
http://publicaciones.ua.es/filespubli/pdf/02148678RD27151931.pdf

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

Nación20 como por los tribunales internacionales de derechos


humanos21.

68. En ese tenor, y dado que el contenido del artículo 1076 del Código de
Comercio atiende al cumplimiento de esos objetivos que se verían
menguados si el juzgador con su intervención oficiosa inclina la
balanza a favor de alguna de las partes, esta Primera Sala resuelve
que dicha norma es constitucional.
20
“DERECHO HUMANO A UN RECURSO JUDICIAL EFECTIVO. EL HECHO DE QUE EN EL
ORDEN JURÍDICO INTERNO SE PREVEAN REQUISITOS FORMALES O PRESUPUESTOS
NECESARIOS PARA QUE LAS AUTORIDADES DE AMPARO ANALICEN EL FONDO DE LOS
ARGUMENTOS PROPUESTOS POR LAS PARTES, NO CONSTITUYE, EN SÍ MISMO, UNA
VIOLACIÓN DE AQUÉL. El derecho humano a un recurso sencillo, rápido y efectivo, reconocido
en el artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, implica la necesidad de
que los instrumentos o medios procesales destinados a garantizar los derechos humanos sean
efectivos; así, de acuerdo con este principio, la inexistencia de un recurso efectivo contra las
violaciones a los derechos reconocidos por la citada Convención constituye su transgresión por el
Estado parte. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que para
que exista el recurso, no basta con que esté previsto por la Constitución o la ley, o que sea
admisible formalmente, sino que se requiere que sea realmente idóneo para determinar si se ha
incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla. Ahora
bien, el simple establecimiento de requisitos o presupuestos formales necesarios para el estudio de
fondo de los alegatos propuestos en el amparo no constituye, en sí mismo, una violación al
derecho humano a un recurso judicial efectivo, pues en todo procedimiento o proceso existente en
el orden interno de los Estados deben concurrir amplias garantías judiciales, entre ellas, las
formalidades que deben observarse para garantizar el acceso a aquéllas. Además, por razones de
seguridad jurídica, para la correcta y funcional administración de justicia y para la efectiva
protección de los derechos de las personas, los Estados pueden y deben establecer presupuestos
y criterios de admisibilidad, de carácter judicial o de cualquier otra índole, de los recursos internos;
de manera que si bien es cierto que dichos recursos deben estar disponibles para el interesado y
resolver efectiva y fundadamente el asunto planteado y, en su caso, proveer la reparación
adecuada, también lo es que no siempre y en cualquier caso cabría considerar que los órganos y
tribunales internos deban resolver el fondo del asunto que se les plantea, sin que importe verificar
los presupuestos formales de admisibilidad y procedencia del recurso intentado. En este sentido,
aun cuando resulta claro que el juicio de amparo es la materialización del derecho humano a un
recurso judicial efectivo, reconocido tanto en la Constitución como en los tratados internacionales,
el hecho de que el orden jurídico interno prevea requisitos formales o presupuestos necesarios
para que las autoridades jurisdiccionales analicen el fondo de los argumentos propuestos por las
partes no constituye, en sí mismo, una violación a dicho derecho humano.” Primera Sala, tesis
aislada, constitucional, tesis 1ª CCLXXV/2012 (10ª), registro 2002286, décima época, Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, libro XV, diciembre de 2012, tomo 1, página 525. Amparo
directo en revisión **********. 12 de septiembre de 2012. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío
Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.
21
Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló que “[l]a Corte considera que
en todo procedimiento o proceso existente en el orden interno de los Estados deben concurrir
amplias garantías judiciales, entre las cuales se encuentran también las formalidades que deben
observarse para garantizar el acceso a las mismas. Por razones de seguridad jurídica, para la
correcta y funcional administración de justicia y la efectiva protección de los derechos de las
personas, los Estados pueden y deben establecer presupuestos y criterios de admisibilidad de los
recursos internos, de carácter judicial o de cualquier otra índole. De tal manera, si bien esos
recursos internos deben estar disponibles para el interesado y resolver efectiva y fundadamente el
asunto planteado, así como eventualmente proveer la reparación adecuada, no cabría considerar
que siempre y en cualquier caso los órganos y tribunales internos deban resolver el fondo del
asunto que les es planteado, sin que importe la verificación de los presupuestos formales de
admisibilidad y procedencia del particular recurso intentado.” Caso Trabajadores Cesados del
Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs Perú, sentencia de 24 de noviembre de 2006 (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), párrafo 126. De igual forma, el Tribunal Europeo de

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

VI. DECISIÓN

69. Por todo lo anterior, ante lo infundado de los agravios referentes a la


inconstitucionalidad del artículo 1076 del Código de Comercio, ha
lugar a confirmar la sentencia en lo que es materia de la revisión y
dejar firme la concesión decretada por cuestiones de legalidad, en
contra de la resolución dictada el diecinueve de abril de dos mil trece,
en el toca de apelación 11/2013, por el Segundo Tribunal Unitario del
Tercer Circuito.

En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación;

RESUELVE:

PRIMERO. Queda firme la decisión de conceder el amparo a **********,


contra la resolución dictada el diecinueve de abril de dos mil trece, en
el toca de apelación ********** por el Segundo Tribunal Unitario del
Tercer Circuito.

SEGUNDO. En la materia de la revisión se confirma la sentencia


recurrida.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al


Tribunal de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto concluido.

Derecho Humanos ha dicho que “([l]os términos procesales dispuestos en la ley persiguen el
legítimo propósito de asegurar la certeza jurídica, como un lapso perentorio que protege a
potenciales acusados de reclamaciones tardías e implican que los tribunales no deben fallar
motivados en pruebas que han perdido certeza e integridad con el paso del tiempo.” Caso Stagno
vs Bélgica, sentencia de 7 de julio de 2009.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los Señores
Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz
(Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente,


con el Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

PONENTE

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.

SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013

En términos de lo previsto en los artículos 3° fracción II, 13, 14 y 18 fracción II de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadran en
esos supuestos normativos.

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