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SUMARIO
CUESTIONARIO
En cuanto a la procedencia del recurso: ¿El quejoso planteó en sus conceptos
de violación alguna cuestión sobre la constitucionalidad de leyes?, ¿Tales
planteamientos fueron analizados por el tribunal colegiado?, ¿Los argumentos
expuestos por el quejoso en el recurso de revisión se dirigen a combatir la
decisión de dicho tribunal?
En cuanto al fondo del asunto: ¿En qué consisten, la garantía a la tutela
jurisdiccional efectiva y el derecho de acceso a la justicia?; ¿En qué consiste el
principio dispositivo?; ¿El principio dispositivo tiene aplicación en un procedimiento
mercantil como el de origen?; ¿El principio dispositivo limita el derecho de acceso
a la justicia?; ¿El principio dispositivo implica que el juzgador es un ente
totalmente pasivo, carente de obligaciones que inciden en el impulso del
procedimiento? y ¿Es inconstitucional el artículo 1076 del Código de Comercio
que prevé la caducidad de la instancia de pleno derecho, cualquiera que sea el
estado del juicio?
RESOLUCIÓN
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3104/2013
I. ANTECEDENTES.
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IV. PROCEDENCIA
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Publicado el veintiuno de mayo de dos mil trece, en el Diario Oficial de la Federación.
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12. En los preceptos mencionados se advierte que, por regla general, las
sentencias que dicten los tribunales colegiados de circuito en los
juicios de amparo directo no admiten recurso alguno, por ende, en
principio son inatacables; sin embargo, por excepción, tales sentencias
pueden ser recurridas en revisión, siempre que en ellas se decidan o
se hubiera omitido decidir temas propiamente constitucionales,
entendiendo por éstos tanto la inconstitucionalidad de una norma
como la interpretación directa de preceptos de la Constitución Federal;
de ahí que dicho medio de impugnación es procedente: a) Cuando
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"Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción
de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: (…) IX.- En materia de amparo directo
procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que resuelvan sobre la
constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto de
esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas,
siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del
recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder
comprender otras;…".
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"Artículo 81. Procede el recurso de revisión: (…) II. En amparo directo, en contra de las
sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o
de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas,
siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos generales del pleno.
La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras."
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"Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia conocerá funcionando en Pleno: (…) III. Del recurso
de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de
circuito, cuando habiéndose impugnado la inconstitucionalidad de una ley federal, local, del Distrito
Federal o de un tratado internacional, o cuando en los conceptos de violación se haya planteado la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
dichas sentencias decidan u omitan decidir sobre tales materias, debiendo limitarse en estos casos
la materia del recurso a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales; (…)". "Artículo
21. Corresponde conocer a las Salas: (…) III. Del recurso de revisión contra sentencias que en
amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito: - - - a) Cuando habiéndose
impugnado la constitucionalidad de un reglamento federal expedido por el Presidente de la
República, o de reglamentos expedidos por el gobernador de un Estado o por el Jefe del Distrito
Federal, o en los conceptos de violación se haya planteado la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en estas materias, se haya decidido o
se omita decidir sobre la misma inconstitucionalidad o interpretación constitucional; (…)"
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Al respecto, se comparte el criterio sustentado por la Segunda Sala de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la Jurisprudencia 64/2001, publicada en la página trescientos quince, del
Tomo XIV, diciembre de dos mil uno, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del
rubro y texto siguiente: "REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA SU
PROCEDENCIA. Los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 83, fracción V, 86 y 93 de la Ley de Amparo, 10, fracción III, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación y el Acuerdo 5/1999, del 21 de junio de 1999, del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece las bases generales para la procedencia y
tramitación de los recursos de revisión en amparo directo, permiten inferir que un recurso de esa
naturaleza sólo será procedente si reúne los siguientes requisitos: I. Que se presente
oportunamente; II. Que en la demanda se haya planteado la inconstitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal y en la sentencia se hubiera
omitido su estudio o en ella se contenga alguno de esos pronunciamientos; y III. Que el problema
de constitucionalidad referido entrañe la fijación de un criterio de importancia y trascendencia a
juicio de la Sala respectiva de la Suprema Corte; en el entendido de que un asunto será importante
cuando de los conceptos de violación (o del planteamiento jurídico, si opera la suplencia de la
queja deficiente) se advierta que los argumentos o derivaciones son excepcionales o
extraordinarios, esto es, de especial interés; y será trascendente cuando se aprecie la probabilidad
de que la resolución que se pronuncie establezca un criterio que tenga efectos sobresalientes en
materia de constitucionalidad; por el contrario, deberá considerarse que no se surten los requisitos
de importancia y trascendencia cuando exista jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad
planteado, cuando no se hayan expresado agravios o cuando, habiéndose expresado, sean
ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes, siempre que no se advierta queja deficiente
que suplir y en los demás casos análogos a juicio de la referida Sala, lo que, conforme a la lógica
del sistema, tendrá que justificarse debidamente".
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20.15 El papel del juez como garante del debido proceso legal no se
traduce en que la carga de impulsar el procedimiento deba
trasladársele en forma exclusiva, pues finalmente es a las partes
a quienes generalmente les corresponderá esa carga
dispositiva, lo que en realidad se propone es una interpretación
conforme al contenido de los derechos humanos, en la que se
abandonen los formalismos rigoristas y excesivos, a efecto de
no declarar caducada la instancia, ni por perdido el derecho
procesal, a menos que la causa que motive tal afectación esté
efectivamente acreditada.
20.17 El juez es un garante del derecho que tienen todas las personas
que sean parte en un juicio para proseguir con sus pretensiones
de justicia, en la búsqueda de la verdad para llegar a una
sentencia justa, que en la finalidad que persigue todo juicio,
finalidad que evidentemente no cumple de acuerdo con el
artículo 1076 del Código de Comercio, cuya inconstitucionalidad
se revela en cuanto a que establece que la caducidad de la
instancia opera de pleno derecho por el sólo transcurso del
tiempo, sin antes haberle practicado un apercibimiento a las
partes.
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V. ESTUDIO DE FONDO
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25. De este modo, las preguntas que se debe responder para resolver el
presente recurso son las siguientes: ¿En qué consisten, la garantía a
la tutela jurisdiccional efectiva y el derecho de acceso a la justicia?;
¿En qué consiste el principio dispositivo?; ¿El principio dispositivo
tiene aplicación en un procedimiento mercantil como el de origen?; ¿El
principio dispositivo limita el derecho de acceso a la justicia?; ¿El
principio dispositivo implica que el juzgador es un ente totalmente
pasivo, carente de obligaciones que inciden en el impulso del
procedimiento? y ¿Es inconstitucional el artículo 1076 del Código de
Comercio que prevé la caducidad de la instancia de pleno derecho,
cualquiera que sea el estado del juicio?; en cuya resolución son útiles
las consideraciones expresadas por esta Primera Sala al resolver el
amparo directo en revisión **********8.
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Resuelto por esta Primera Sala en la sesión de veinte de marzo de dos mil trece, bajo la Ponencia
del Señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
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Tal es el criterio que informa la Jurisprudencia 1a./J. 42/2007, que dice: “GARANTÍA A LA
TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES. La garantía a la tutela
jurisdiccional puede definirse como el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de
los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales
independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que a
través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la
defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. Ahora bien, si se atiende a que la prevención de
que los órganos jurisdiccionales estén expeditos -desembarazados, libres de todo estorbo- para
impartir justicia en los plazos y términos que fijen las leyes, significa que el poder público -en
cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no puede supeditar el acceso a
los tribunales a condición alguna, pues de establecer cualquiera, ésta constituiría un obstáculo
entre los gobernados y los tribunales, por lo que es indudable que el derecho a la tutela judicial
puede conculcarse por normas que impongan requisitos impeditivos u obstaculizadores del acceso
a la jurisdicción, si tales trabas resultan innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad o
proporcionalidad respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador. Sin embargo,
no todos los requisitos para el acceso al proceso pueden considerarse inconstitucionales, como
ocurre con aquellos que, respetando el contenido de ese derecho fundamental, están enderezados
a preservar otros derechos, bienes o intereses constitucionalmente protegidos y guardan la
adecuada proporcionalidad con la finalidad perseguida, como es el caso del cumplimiento de los
plazos legales, el de agotar los recursos ordinarios previos antes de ejercer cierto tipo de acciones
o el de la previa consignación de fianzas o depósitos”. (Jurisprudencia 1a./J. 42/2007; 9a. Época;
1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXV, Abril de 2007; Pág. 124).
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Artículo 14
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y
cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída
públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la
ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter
penal formulada contra ella o para la determinación de sus
derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el
público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los
juicios por consideraciones de moral, orden público o
seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando
lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la
medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal,
cuando por circunstancias especiales del asunto la
publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia;
pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será
pública, excepto en los casos en que el interés de menores
de edad exija lo contrario, o en las acusaciones referentes a
pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.
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30. Ahora bien, con relación a la obligación que con motivo de ese
derecho se impone al Estado, la Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, ha derivado cuatro principios que contribuyen
a dar efectividad a la posibilidad de que el gobernado acuda a los
tribunales solicitando que éstos impartan justicia 10. Esos principios,
cuya identificación comparte esta Primera Sala, son los siguientes:
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“JUSTICIA, ACCESO A LA. LA POTESTAD QUE SE OTORGA AL LEGISLADOR EN EL
ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA FIJAR LOS
PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES
ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS LEGALES QUE SE
ESTABLEZCAN PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL
FONDO DE LO PEDIDO DEBEN ENCONTRAR JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL. De la
interpretación de lo dispuesto en el artículo 17, párrafo segundo, de la Constitución General de la
República se advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los gobernados el acceso
efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la posibilidad de ser parte dentro de un
proceso y a promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos
procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones deducidas,
y si bien en ese precepto se deja a la voluntad del legislador establecer los plazos y términos
conforme a los cuales se administrará la justicia, debe estimarse que en la regulación respectiva
puede limitarse esa prerrogativa fundamental, con el fin de lograr que las instancias de justicia
constituyan el mecanismo expedito, eficaz y confiable al que los gobernados acudan para dirimir
cualquiera de los conflictos que deriven de las relaciones jurídicas que entablan, siempre y cuando
las condiciones o presupuestos procesales que se establezcan encuentren sustento en los
diversos principios o derechos consagrados en la propia Constitución General de la República; por
ende, para determinar si en un caso concreto la condición o presupuesto procesal establecidos por
el legislador ordinario se apegan a lo dispuesto en la Norma Fundamental deberá tomarse en
cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación jurídica de la que derivan las
prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional en el que ésta se da.”
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44. Esta carga, como todas aquellas que pesan sobre las partes para dar
continuidad y contenido al proceso mercantil y de las que se excluye al
juzgador para su ejercicio, atiende a una razón de orden lógico, pues
con independencia de que respeta la igualdad y el equilibrio procesal
que debe haber entre los contendientes en términos del principio de
justicia imparcial que se deriva del derecho de acceso a la justicia
consagrado en el artículo 17 constitucional, deja al arbitrio de los
litigantes valorar la necesidad de continuar con el juicio, la pertinencia
de ofrecer pruebas y determinar las que en su caso estimen
conducentes a sus intereses, lo cual obedece a estrategias procesales
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45. Sin embargo, cabe destacar que, por el dinamismo que opera en las
actividades mercantiles, en donde se realizan múltiples operaciones
que, a veces, no se ajustan a procedimientos comerciales estrictos
pero que son cumplidos por el comerciante y por quienes contratan
con él, cobran especial relevancia las presunciones, para cuya
valoración el legislador ha dotado de amplias facultades al juzgador en
los artículos 1284, 1285, 1286 y 1306 del Código de Comercio, para
resolver los negocios sometidos a su jurisdicción, lo que si bien
atiende a una cuestión de valoración de pruebas, da noticia de que la
aplicación del principio dispositivo en este tipo de juicios no es
absoluto.
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51. Sobre el tema, al emitir la tesis aislada 1a. CCVI/2013 (10a.), con el
rubro: “PRINCIPIO DISPOSITIVO EN MATERIA MERCANTIL. NO
LIMITA EL DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA
JUSTICIA CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS”14, esta Primera Sala sostuvo que la circunstancia de
13
“CARGAS PROCESALES RELACIONADAS CON EL IMPULSO PROCESAL. ATENTO AL
PRINCIPIO DISPOSITIVO, EL LEGISLADOR PUEDE ESTABLECERLAS CON FUNDAMENTO
EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA. En los juicios de
derecho público, en los que normalmente se ventilan cuestiones que interesan y afectan a toda la
sociedad, prevalece el principio inquisitivo del procedimiento, en términos del cual, el juzgador tiene
la facultad y la función de llegar a la verdad de los hechos mediante el empleo de todos los medios
a su alcance. En cambio, en los juicios de derecho privado, donde se afectan únicamente intereses
particulares, como son, salvo excepciones muy concretas, los juicios del orden civil, debe
prevalecer el principio dispositivo sobre el inquisitivo, pues en términos del primero, son las partes
quienes encauzan y determinan el desarrollo del procedimiento, porque en éste se ventilan sus
propios intereses; de manera que el juez debe conformarse con llegar a la mayor veracidad posible
respecto de los hechos controvertidos, a través de los medios de convicción y argumentos que
aporten las partes. Esto es, en este tipo de procedimientos pesa sobre las partes el impulso
procesal; de ahí que al regular estos juicios, atento al mencionado principio dispositivo, el legislador
puede establecer cargas procesales relacionadas con el impulso procesal, con fundamento en el
artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en aras de procurar una
pronta impartición de justicia y dar celeridad al procedimiento, el cual es una concatenación
sucesiva de etapas en que la procedencia y naturaleza de cada una depende de la manera en que
concluyó la anterior.”
14
“PRINCIPIO DISPOSITIVO EN MATERIA MERCANTIL. NO LIMITA EL DERECHO
FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JUSTICIA CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. El principio dispositivo
descansa en el hecho de que, por regla general, los derechos e intereses jurídicos que se discuten
en el proceso son del dominio absoluto de los particulares; de ahí que tenga plena operatividad en
los juicios en materia mercantil, al discutirse en éstos cuestiones que incumben exclusivamente a
los contendientes. Así, por virtud de dicho principio procesal, la tarea de iniciación e impulso del
procedimiento está en manos de los contendientes y no del juzgador, razón por la que éste no
puede sustituirse al actor y ejercer oficiosamente una acción, ni en relación con el demandado,
contestar la demanda y fijar la litis; asimismo, no puede tomar la iniciativa de recabar las pruebas
que estime conducentes para el esclarecimiento de la verdad en la resolución de la controversia,
pues es en aquéllos en quienes recae la obligación de probar sus pretensiones o defensas; tan es
así, que el artículo 1194 del Código de Comercio señala que el que afirma está obligado a probar y,
en consecuencia, el actor debe probar su acción y el reo sus excepciones. Esta carga probatoria
que recae en las partes y no en el juzgador, deja al arbitrio de los litigantes valorar la necesidad de
ofrecer pruebas y determinar las que estimen conducentes a sus intereses, lo cual redunda en su
propio beneficio, pues al formar parte de la contienda, se presume que nadie sabe mejor que los
litigantes cuándo ofrecer pruebas y abstenerse de hacerlo y, en su caso, cuáles son idóneas para
demostrar sus pretensiones o defensas; esto es, atendiendo al principio dispositivo, el cual cobra
relevancia en materia probatoria, el juzgador no puede ir más allá de lo pedido por las partes, sin
que ello implique una limitación al derecho de acceso a la justicia consagrado en el artículo 17 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues la circunstancia de que el citado
principio impida la actuación oficiosa del juzgador en asuntos en los que la controversia sólo atañe
a los particulares, no les afecta, pues no les impide acceder a los tribunales a plantear una
pretensión o defenderse de ella, para que a través de un proceso en el que se respeten ciertas
formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa que se plantea; por el contrario, este
principio respeta la igualdad y el equilibrio procesal que debe haber entre los contendientes en
términos del principio de justicia imparcial derivado del referido derecho de acceso a la justicia,
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54. Se estima de esa manera, pues como director del proceso no sólo
tiene el deber de vigilar que se cumplan a cabalidad las reglas del
contradictorio; sino que como tal, tiene a su cargo diversas
obligaciones, como lo son el seguir el orden previamente establecido
pues impide que el juzgador, tomando partido por alguna de las partes y a pretexto de ser el
director del proceso, lo impulse indebidamente o recabe pruebas ajenas a las ofrecidas por ellas
para la solución de la controversia. Además, contribuye a que la justicia se administre en los plazos
y términos que para tal efecto establezcan las leyes, pues la actividad que las partes están
constreñidas a realizar debe ser oportuna, es decir, debe sujetarse a los plazos y términos que fijan
las leyes, ya que de lo contrario operará la preclusión y, en casos extremos, podrá actualizarse la
caducidad de la instancia” (Tesis aislada 1a. CCVI/2013 (10a.); 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su
Gaceta; Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1; Pág. 566).
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55. Así, si bien las partes tienen a su cargo, por ejemplo, el ofrecer las
pruebas que estimen convenientes preparándolas para su desahogo,
es el juzgador quien debe decidir si su preparación es o no adecuada,
si deben o no admitirse y pronunciarse sobre el correspondiente
desahogo; por tanto, una vez que las partes cumplen con esa carga, el
juzgador también debe cumplir con la obligación que de ella se derive;
así, por regla general, no es necesario que las partes insistan en
peticiones que a pesar de haberse formulado de manera oportuna son
omitidas, pues a criterio de esta Primera Sala, esa omisión representa
una traba innecesaria y carente de razonabilidad en el derecho de
acceso a la justicia, en tanto que deriva del incumplimiento
injustificado de una obligación a cargo del juzgador.
56. Por tal motivo, aunque el principio dispositivo tiene plena operatividad
en procedimientos mercantiles como el de origen, ello de ninguna
manera implica que el juzgador sea un ente totalmente pasivo y
carente de obligaciones15.
15
Tan es así que el artículo 1066 del Código de Comercio señala que el secretario del juzgado o
quien haga sus veces, hará constar el día y la hora en que se presente un escrito, dando cuenta
con él a más tardar dentro de veinticuatro horas, y el artículo 1077 del propio ordenamiento, indica
que todas las resoluciones sean decretos de trámite, autos provisionales, definitivos o
preparatorios y sentencias, deben ser claras precisas y congruentes con las promociones de las
partes, resolviendo sobre todo lo que se haya pedido, y cuando se sea omiso en resolver todas las
peticiones de oficio o a simple instancia verbal se deberán resolver las cuestiones omitidas dentro
del día siguiente, omisión que en caso de no ser subsanada en los términos antes precisados, es
decir dentro de las veinticuatro horas siguientes, de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 1055,
fracción VIII del propio ordenamiento, puede dar lugar a que el juzgador ordene la regularización
del procedimiento.
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Novena Época, Primera Sala, Tomo XXIV, Julio de 2006, Página: 17.
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Caso ********** (*********) vs **********, sentencia de 24 de noviembre de 2006 (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), párrafo 126.
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Sobre la dimensión institucional del Derecho, Cfr. La dimensión institucional del Derecho y la
justificación jurídica, de ********** y **********, en Doxa, número 24, Cuadernos de Filosofía del
Derecho. Departamento de Filosofía del Derecho de la Universidad de Alicante. Edición
electrónica, disponible en:
http://publicaciones.ua.es/filespubli/pdf/02148678RD27151931.pdf
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68. En ese tenor, y dado que el contenido del artículo 1076 del Código de
Comercio atiende al cumplimiento de esos objetivos que se verían
menguados si el juzgador con su intervención oficiosa inclina la
balanza a favor de alguna de las partes, esta Primera Sala resuelve
que dicha norma es constitucional.
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“DERECHO HUMANO A UN RECURSO JUDICIAL EFECTIVO. EL HECHO DE QUE EN EL
ORDEN JURÍDICO INTERNO SE PREVEAN REQUISITOS FORMALES O PRESUPUESTOS
NECESARIOS PARA QUE LAS AUTORIDADES DE AMPARO ANALICEN EL FONDO DE LOS
ARGUMENTOS PROPUESTOS POR LAS PARTES, NO CONSTITUYE, EN SÍ MISMO, UNA
VIOLACIÓN DE AQUÉL. El derecho humano a un recurso sencillo, rápido y efectivo, reconocido
en el artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, implica la necesidad de
que los instrumentos o medios procesales destinados a garantizar los derechos humanos sean
efectivos; así, de acuerdo con este principio, la inexistencia de un recurso efectivo contra las
violaciones a los derechos reconocidos por la citada Convención constituye su transgresión por el
Estado parte. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que para
que exista el recurso, no basta con que esté previsto por la Constitución o la ley, o que sea
admisible formalmente, sino que se requiere que sea realmente idóneo para determinar si se ha
incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla. Ahora
bien, el simple establecimiento de requisitos o presupuestos formales necesarios para el estudio de
fondo de los alegatos propuestos en el amparo no constituye, en sí mismo, una violación al
derecho humano a un recurso judicial efectivo, pues en todo procedimiento o proceso existente en
el orden interno de los Estados deben concurrir amplias garantías judiciales, entre ellas, las
formalidades que deben observarse para garantizar el acceso a aquéllas. Además, por razones de
seguridad jurídica, para la correcta y funcional administración de justicia y para la efectiva
protección de los derechos de las personas, los Estados pueden y deben establecer presupuestos
y criterios de admisibilidad, de carácter judicial o de cualquier otra índole, de los recursos internos;
de manera que si bien es cierto que dichos recursos deben estar disponibles para el interesado y
resolver efectiva y fundadamente el asunto planteado y, en su caso, proveer la reparación
adecuada, también lo es que no siempre y en cualquier caso cabría considerar que los órganos y
tribunales internos deban resolver el fondo del asunto que se les plantea, sin que importe verificar
los presupuestos formales de admisibilidad y procedencia del recurso intentado. En este sentido,
aun cuando resulta claro que el juicio de amparo es la materialización del derecho humano a un
recurso judicial efectivo, reconocido tanto en la Constitución como en los tratados internacionales,
el hecho de que el orden jurídico interno prevea requisitos formales o presupuestos necesarios
para que las autoridades jurisdiccionales analicen el fondo de los argumentos propuestos por las
partes no constituye, en sí mismo, una violación a dicho derecho humano.” Primera Sala, tesis
aislada, constitucional, tesis 1ª CCLXXV/2012 (10ª), registro 2002286, décima época, Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, libro XV, diciembre de 2012, tomo 1, página 525. Amparo
directo en revisión **********. 12 de septiembre de 2012. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío
Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.
21
Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló que “[l]a Corte considera que
en todo procedimiento o proceso existente en el orden interno de los Estados deben concurrir
amplias garantías judiciales, entre las cuales se encuentran también las formalidades que deben
observarse para garantizar el acceso a las mismas. Por razones de seguridad jurídica, para la
correcta y funcional administración de justicia y la efectiva protección de los derechos de las
personas, los Estados pueden y deben establecer presupuestos y criterios de admisibilidad de los
recursos internos, de carácter judicial o de cualquier otra índole. De tal manera, si bien esos
recursos internos deben estar disponibles para el interesado y resolver efectiva y fundadamente el
asunto planteado, así como eventualmente proveer la reparación adecuada, no cabría considerar
que siempre y en cualquier caso los órganos y tribunales internos deban resolver el fondo del
asunto que les es planteado, sin que importe la verificación de los presupuestos formales de
admisibilidad y procedencia del particular recurso intentado.” Caso Trabajadores Cesados del
Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs Perú, sentencia de 24 de noviembre de 2006 (Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), párrafo 126. De igual forma, el Tribunal Europeo de
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VI. DECISIÓN
RESUELVE:
Derecho Humanos ha dicho que “([l]os términos procesales dispuestos en la ley persiguen el
legítimo propósito de asegurar la certeza jurídica, como un lapso perentorio que protege a
potenciales acusados de reclamaciones tardías e implican que los tribunales no deben fallar
motivados en pruebas que han perdido certeza e integridad con el paso del tiempo.” Caso Stagno
vs Bélgica, sentencia de 7 de julio de 2009.
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PONENTE
SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA
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En términos de lo previsto en los artículos 3° fracción II, 13, 14 y 18 fracción II de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadran en
esos supuestos normativos.
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