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EL PEOR FRACASO DE COCA COLA EN LA HISTORIA

A mediados de la década de 1980, Coca-Cola cometió el fatídico error de cambiar


su receta de forma irreflexiva, una decisión que podría haberle costado la caída de
su imperio.

En sólo tres meses, la New Coke provocó el descrédito de la marca, el ascenso de


su eterna rival Pepsi y pérdidas monetarias por valor de 82 millones de dólares.

Las protestas por el cambio de sabor fueron tan impactantes que hasta se
organizaron grupos de acción y manifestaciones a favor de la receta original.

A veces, cuando uno se siente presionado, se toman decisiones precipitadas.


Ocurre lo mismo con las empresas, sean de la entidad que sean, y hasta auténticos
gigantes como Coca-Cola son ejemplo de cómo una reacción puntual e
impulsiva puede dar al traste con todo.

Viéndolo en perspectiva, allá por los años 40 y 50 la marca de refrescos por


antonomasia monopolizaba cerca de un 60% del mercado. Pepsi andaba por ahí
pululando, pero sus números tambaleaban y nunca lograba hacerse un hueco
importante en la industria.

Sin embargo, pasaron los años y llegó la década de los 70. La eterna competidora,
tras cosechar fracaso tras fracaso, dio con la fórmula de marketing para
establecerse como la marca favorita dentro de un grupo demográfico más
joven, y por tanto en expansión, mientras que Coca-Cola seguía ganando en los
sectores más envejecidos. Para la llegada de 1980, Pepsi iba a la zaga de la
marca roja por menos de un 3% de diferencia.

A Pepsi se le ocurrió un golpe maestro de marketing: su famoso "Desafío Pepsi",


una prueba de sabor ciega que mostraba que, si no sabían cuál estaban tomando,
más clientes preferían el sabor más dulce de su bebida que el de Coca-Cola.

Aunque Coca-Cola seguía siendo el refresco más vendido del mundo, la firma se
puso nerviosa ante la campaña del rival. Tanto así, que los ejecutivos se
convencieron de que el sabor de su producto era el problema, por lo que se
propusieron desarrollar un nuevo sabor para derrotar a Pepsi en una cata a ciegas.

Coca-Cola veía su imperio tambalearse, y cometió el mayor error que uno puede
tener cuando está bajo presión: reaccionar de forma exagerada.

Cambiaron su receta, su "fórmula de la felicidad", para dar un golpe de efecto al


mercado.
Eso fue lo que llevó al inexplicable anuncio de abril de 1985, hecho por Roberto
Goizueta, presidente de la firma.
"Voy a ir directo al grano. El mejor refresco, Coca-Cola, ahora será aún mejor. En
pocas palabras, tenemos una nueva fórmula". Por un segundo, hubo silencio.

Sorprendentemente, no solo se cambió el sabor sino que la Coca-Cola


familiar, original y conocida, dejaría de venderse.
La New Coke fue lanzada al mercado en 1985, cuando Coca-Cola intentaba frenar
el avance de Pepsi.

Los bebedores leales de Coca-Cola se horrorizaron y organizaron ruidosas


campañas contra la nueva bebida. Incluso hasta hubo protestas en las calles de
ciudades estadounidenses.

Pepsi vio la oportunidad y


se abalanzó, publicando sus
propios anuncios burlándose
del error de Coca-Cola. A su
vez, las cuotas de
mercado se igualaron, los
medios de comunicación
saltaron al cuello de la
anteriormente intachable
marca y las ventas
empezaron a descender en
todo el país. Era, sin duda, el principio del fin.

"Coca-Cola representa a Estados Unidos y eso fue como decir: 'Hemos decidido
cambiar la bandera y poner las estrellas en otro lugar'", le contó a la BBC la
periodista del New York Times Pamela Hollie.
La New Coke, que había emergido en el mercado con un 70% de
aceptación, decayó hasta debajo del 13%, según encuestas internas, y los críticos
especializados empezaron a empeorar sus valoraciones. Mimi Sheraton, una de las
periodistas gastronómicas más famosas del país, llegó a decir que la nueva receta
conservaba "el carácter esencial de la original... como si la Coca-Cola clásica se
hubiera diluido entre cubitos de hielo".

El desenfreno parecía no tener fin. Los fanáticos de la antigua


bebida abucheaban los anuncios en los estadios, boicoteaban las campañas
publicitarias y acababan con todo rastro de carteles de promoción de la marca
de refrescos. Era, a todos los efectos, una auténtica guerra entre consumidores
y marca.

Tras tres meses de encarnizada batalla en las calles, 82 millones de dólares (al
cambio e 2020) tirados a la basura en stock y un amplio descrédito de la marca, el
presidente de Coca-Cola admitió el error y anunció que volverían a utilizar la
fórmula original.

La influencia de este antológico error llega


incluso hasta el día de hoy, en el que todas
las latas de la marca remarcan el subtítulo
"original" o "clásica", recordando así que
aun 40 años después no tienen nada que ver
con la antigua New Coke que tanto mal pudo
haber causado.

Los expertos en marketing consideran el lanzamiento de la New Coke como uno de


los peores errores comerciales del último siglo.

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