Viene a ser casi un reflejo de la escultura que hemos visto.
Es realizada en el interior de edificios. Se empieza a definir unas pautas en cuanto a la disposición de temas. Función didáctica. Temas visionarios en la zona absidal, de carácter sintético y conceptual. Maiestas dominis con los ancianos del apocalipsis. Símbolos de evangelistas, arcángeles o serafines; o Maestas Mariae o la Epifanía. Nuevo y Viejo Testamento en los muros. Falta de dataciones objetivas. Las diferencias entre el siglo XI y el XII se podrían resumir en la linealidad, hieratismo, relaciones con lo bizantino, carolingio frente a la contundencia del trazo, grado de abstracción, mayor variedad cromática.
Sant Quirze de Pedret. S.XI.
Superficies en donde predomina lo geométrico y la ‘mancha’ sin detalles.
Sant Miguel de Marmeller. S.XI.
Figuras humanas.
Iglesia de Sant Joan de Boí.
Elementos decorativos que ocupan toda la superficie de la iglesia. Representaciones simbólicas fantásticas y esquematismo.
Ábside de la Seu de Urgell. S.XI.
La bóveda que remata el ábside se convierte en el plano central de la representación pictórica, un Pantocrátor rodeado por la mandorla característica. Decoraciones geométricas en los frisos, componiendo juegos de cenefas.
San Baudelio de Berlanda. S.XII. Maestro de Madervelo.
Columna en forma de palmera en el centro. Interior estructurado en distintos niveles. Escenas de caza y animales en el nivel del medio. En el nivel superior tenemos escenas bíblicas con el Antiguo y Nuevo Testamento, isocefalia en la escena de la Santa Cena. Algunas son escenas exóticas. En el nivel inferior medallones.
San Isidro de León. Siglo XII.
Temática orientalizante con representaciones del año y del zodiaco. Diseño compartimentado en distintas escenas que adapta la figura a la superficie. Sant Climent de Tahüll. 1123. Interior con clara influencia bizantina con mosaicos que recorren las paredes. Pantocrátor que bendice. Friso con figuras de influencia bizantina. Frontalidad, hieratismo y predominio de la línea.