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ASUNTO: FE

PROPÓSITO: PASTORAL
TEMA: LIMITACIONES QUE OBSTACULIZAN LA FE

IMPORTANCIA DE UNA FE ACTIVA:


LA FE BÍBLIA, LA FE VERDADERA
SALMOS 90:1-4

INTRODUCCIÓN:
En la actual realidad que afecta al mundo, se hace necesario tener bien claro lo
qué la Biblia enseña respecto a confiar en Dios. La fe es la absoluta confianza en
Dios, como ser eterno y poderoso, proviene del resultado de reconocer la
limitación humana en todos los sentidos, y la ilimitada fuente de poder que
proviene de Dios. El ser humano en sus limitaciones se vuelve dependiente de lo
ilimitado que es Dios. A Dios se le conoce como Omnipotente, Omnisciente,
Omnipresente y eterno. Estos atributos de Dios, no están al alcance del ser
humano; esto hace del hombre y la mujer, en su naturaleza pecadora y limitada,
ser dependientes de Él. El pecado nos hizo aún más limitados, débiles,
corruptibles y muy apegados de este mundo material. El tema de la fe es muy
extenso, y es mucho lo que se puede sustraer de la Biblia, esta serie de temas
relacionados a la fe, concluirá con esta verdad: “La fe bíblica es la fe
verdadera”. El problema a tratar en este tema, con una íntima cercanía a las
situaciones adversas, así como a la vida cotidiana. La pregunta resultante en este
asunto es ¿cómo el creyente debe de vivir confiando en Dios?, la respuesta a
dicha pregunta, tomando en consideración que la fe cristiana no de pende de
circunstancias, es que la fe debe vivirse desde lo cotidiano hasta lo complicado y
difícil que la vida se vuelva. Se debe tener fe en las buenas y en las terribles. Hay
algunos pasajes que nos muestran, de forma clara y definitiva, lo vulnerables que
somos, la exigencia que se nos plantea y el Dios poderos del cual debemos
depender. Es por esto que analizaremos cuatro limitaciones humanas que
obstaculizan la fe, dichas implicaciones tienen como propósito establecer cuáles
son nuestras limitaciones como humanos, que no nos permiten comprender la
realidad del reino de Dios en nuestra vida.

I. Limitación intelectual (1 Corintios 13:8-13) (Omnisciencia de Dios)

La primera limitación está relacionada con la inteligencia que como seres


humanos tenemos, en contraposición es la ilimitada sabiduría de Dios. Pablo, en
la primera carta a los Corintios, tratando de corregir la idea que aquella
congregación tenía de los dones espirituales, y la operación del Espíritu Santo
sobre la Iglesia, les explica lo siguiente: “El amor nunca se da por vencido,
jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda
circunstancia. La profecía, el hablar en idiomas desconocidos*, y el
conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero el amor durará para
siempre! Ahora nuestro conocimiento es parcial e incompleto, ¡y aun el don
de profecía revela sólo una parte de todo el panorama! Pero, cuando llegue
el tiempo de la perfección, esas cosas parciales se volverán inútiles. Cuando
yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño. Pero, cuando crecí,
dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos todo de manera imperfecta, como
reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad.
Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré
todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mí completamente. Tres
cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las
tres es el amor.” Este pasaje enseña la limitada capacidad intelectual, se dice
que la capacidad que el cerebro humano tiene para analizar información, jamás
será igualada por una computadora. No obstante, jamás igualaríamos a la mente
de Dios. Hay otro pasaje que afirma lo siguiente: “«Mis pensamientos no se
parecen en nada a sus pensamientos —dice el SEÑOR—. Y mis caminos
están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los
cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus
caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos. (Isaías
55:8,9) Dios mismo, a través del profeta Isaías, establece con suma claridad que
no hay pensamientos humanos o ideas humanas que se comparen con las de él.
El más grande problema humano ha sido, y sigue siendo, que quiere compararse
con Dios. Quiere crear cosas como Dios, han tratado de clonar seres humanos.
Quieren establecer normas y leyes por su cuenta, que ignoran a Dios totalmente.
Pero la mente humana es incapaz de comprender la verdadera justicia, amor y
piedad para tales situaciones. Por lo que, siendo que la capacidad intelectual del
ser humano está limitada por el pecado, y la de Dios es perfecta e infinita, vale
más confiar en lo que Dios ha determinado, aunque no lo comprendamos todo del
todo.

II. Limitación moral (1 Pedro 1:13-21) (Santidad de Dios)

Ligado íntimamente a lo dicho anteriormente, la limitación moral es la


responsable de la decadencia social y ética de los últimos tiempos. El ser humano
es moral y éticamente inestable y limitado; las restricciones o normas bíblicas
conocidos como los diez mandamientos, son una carga al corazón de las
personas. ¿Por qué sucede esto? Pablo a los Romanos les escribe diciendo:
“...pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios... (Romanos
3:23)”. Pedro, en su primera hace una demanda divina: “Por eso, dispónganse
para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza
completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo.
Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes,
cuando vivían en la ignorancia. Más bien, sean ustedes santos en todo lo
que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean
santos, porque yo soy santo.» Ya que invocan como Padre al que juzga con
imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras
sean peregrinos en este mundo.” El versículo 17 de este pasaje afirma que Dios
es imparcial en su juicio, es el perfecto juez. Sus verdades, principios y normas,
para nada son injustas, aunque la humanidad actual así las ha querido establecer.
Tanto Pablo como concuerdan en la idea de que el ser humano necesita la
santidad divina en su vida, también concuerdan que este dilema se resuelve en
una constante relación íntima con Dios. Para dicha relación se hace necesaria la
fe, la cual funciona como vínculo entre la humanidad y deidad. Este vínculo lo
estableció Jesús, autor y consumador de la fe, así como el de la salvación
humana.
 
III. Limitación física (1 Corintios 12:12) (Omnipotencia y omnipresencia de
Dios)

La limitación física del ser humano le hace depender de Dios, ya que la


naturaleza carnal estará siempre en oposición a la espiritual (Gálatas 5:17): “La
naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario
de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo
que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan
constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo
sus buenas intenciones.” Una de las grandes verdades bíblicas es que Dios es
Espíritu, siendo así, no está sujeto a lo que los seres humanos estamos sujetos.
Para Dios no hay espacio y tiempo que lo delimite, caso contrario nosotros los
seres humanos. Pablo afirma lo siguiente: “En cuanto a los dones espirituales,
hermanos, quiero que entiendan bien este asunto. Ustedes saben que
cuando eran paganos se dejaban arrastrar hacia los ídolos mudos. Por eso
les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede
maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el
Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay
diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones,
pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos.” La idea de
Pablo respecto a la iglesia, ese grupo de personas que en comunidad funciona en
favor del reino de Dios, y el evangelio predicado por Cristo, era el de un cuerpo
humano. Éste estaba configurado con diferentes miembros, y los mismo con
diferentes funciones y/o habilidades. Estas habilidades no son inherentes a los
miembros, sino al que dirige al cuerpo. Las manos, por ejemplo, tiene diferentes
habilidades y funciones, que sirven en favor al cuerpo en general. Pero dichas
habilidades y funciones no les pertenecen a ellas, ya que están sujetos a un ente
más grande. Así mismo funciona el ser humano dentro del contexto de Iglesia,
tiene dones, habilidades y capacidades que le permitan hacer lo que Dios le ha
demandado a hacer. La razón de esto es que el ser humano tiene limitaciones
físicas, así como las anteriormente mencionadas. Es por medio de la
manifestación del Espíritu Santo que aquellas limitaciones, aunque no se anulan
totalmente, vienen a obstaculizar los menos posible. El hombre y la mujer están
limitados, Dios en cambio no tiene ninguna limitación. Iniciamos exponiendo
respecto a la naturaleza espiritual de Dios, en el evangelio de Juan Jesús afirma
esto: “Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en
verdad.” Siendo que Dios es espíritu, los adoradores deben estar sin la limitación
que los detiene. Es por ello que afirmar que Dios es espíritu implica que no está
sujeto a las mismas limitaciones que el ser humano, el cual debe de tener una
relación en la misma condición que Dios. Para ello se hizo necesaria la
participación del mismo Jesús, quien era portador de ambas naturalezas a la
perfección, la humana y la divina.

IV. Limitación temporal (Salmos 90:1-4) (Eternidad de Dios)

Lo último a tratar se relaciona con la eternidad de Dios y la limitación del ser


humano en su existencia corpórea. El ser humano en su naturaleza física está
sujeto a las normas del tiempo y el espacio, lo cual implica que ignora los
acontecimientos a futuro. No tiene una clara perspectiva de lo que ocurre y le hace
aferrarse al hoy, esto tiene ventajas y desventajas. El problema de estar sujeto al
tiempo y limitado por él, hace que el hombre y la mujer vivan la realidad que tienen
temporalmente inmediata. No saben lo que estará por ocurrir y deducen ese hecho
según la realidad que tienen en ese preciso momento, por lo que es fácil de
cometer errores y faltas graves. Nadie sabe que va a ocurrir al final del viaje que
emprende, presume que todo irá bien según lo percibe de acuerdo a las
condiciones que en su actualidad percibe. Si ese viaje lo emprende en un carro,
por ejemplo, se percata de que el funcionamiento de dicho vehículo sea óptimo
para garantizar la llegada a su destino, establece un plan de viaje sea en mapa o
mental y establece prioridades y metas objetivas. Lo que más aterroriza a un ser
humano es lo desconocido, y lo que más desconoce es lo que tiene por delante, el
tiempo futuro. Es por ello que el ser humano sufre de una condición llamad
ansiedad, la cual se define como la preocupación excesiva por el futuro o
acontecimiento que se presuponen ocurrirán en algún momento. La Biblia nos
habla de la eternidad de Dios, su atemporalidad y cómo ella se vuelve una opción
al ser humano: “Señor, a lo largo de todas las generaciones, ¡tú has sido
nuestro hogar! Antes de que nacieran las montañas, antes de que dieras
vida a la tierra y al mundo, desde el principio y hasta el fin, tú eres Dios.
Haces que la gente vuelva al polvo con sólo decir: «¡Vuelvan al polvo,
ustedes, mortales!». Para ti, mil años son como un día pasajero, tan breves
como unas horas de la noche. Arrasas a las personas como si fueran sueños
que desaparecen. Son como la hierba que brota en la mañana. Por la mañana
se abre y florece, pero al anochecer está seca y marchita.” El consuelo para el
ser humano en cuanto a su eternidad está en las manos de Dios, depende de la
gracia de Dios provista por medio de Cristo.

CONCLUSIÓN:
La naturaleza humana pecaminosa, influenciada por el error, necesita a Dios.
Por lo que la fe bíblica jamás se centrará el ser humano. La fe bíblica verdadera se
centra en Dios y sus disposiciones, el ser humano forma parte de esas
disposiciones por medio de Cristo y el plan eterno de salvación.

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