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FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
LICENCIATURA EN ANESTESIOLOGIA E INHALOTERAPIA
MÓDULO VllI
DOCENTE ENCARGADA:
PRESENTADO POR:
La terapia de alto flujo de oxígeno consiste en la entrega de altos flujos de gas inspirados
(oxígeno y aire), mayores al flujo pico inspiratorio del paciente, a través de una cánula nasal.
El gas debe estar húmedo (95 a 100% de humedad relativa) y caliente, idealmente a
temperatura corporal (37°C, 44 mg/l H2O). La alta calidad de humedad en fase de vapor de
agua más la adecuada temperatura facilitan no sólo la preservación de la mucosa aérea sino
también de la tolerancia de flujos nasales a través de la nariz.
La oxigenoterapia de alto flujo por vía nasal es una modalidad ventilatoria no invasiva
alternativa de menor complejidad en relación a otros soportes ventilatorios no invasivos.
INDICACIONES
-Indicaciones en adultos:
1. Fallo respiratorio con hipoxemia pero sin hipercapnia (pacientes post quirúrgicos, médicos,
enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
-Indicaciones en neonatos/pretérmino
CONTRAINDICACIONES
-Existencia de indicación de ventilación mecánica(shock,incapacidad para mantener la vía
aérea permeable)
-Obstrucción de la nasofaringe(atresia de coanas,tumor nasofaringe).
-Trauma o cirugía nasofaringe.
MECANISMOS DE ACCIÓN
La vía aérea nasal es muy eficiente en captar calor y humedad del gas exhalado para así poder
reciclar en la siguiente inspiración debido a su excelente perfusión y la gran superficie de
contacto.
Sin embargo, la presencia de patología pulmonar se asocia por lo general con un incremento
substancial del volumen minuto que excede la capacidad de acondicionamiento de gas
inspirado por la mucosa nasofaríngea.
El volumen minuto respiratorio es la cantidad total de aire nuevo que penetra en las vías
respiratorias. Si se toma como ejemplo que, el volumen corriente normal en un pulmón ideal
de una persona adulta es de alrededor de 500 mL y la frecuencia respiratoria normal es de 12
respiraciones por minuto, el volumen minuto respiratorio promedio será de unos 6 Lpm. En
última instancia, el objetivo de la ventilación pulmonar es el de renovar constantemente el
aire en las zonas de intercambio gaseoso y la tasa a la que el aire alcanza estas zonas se
denomina ventilación alveolar. Sin embargo, durante la respiración tranquila, una tercera
parte del volumen corriente se distribuye a lo largo del espacio muerto anatómico
comprendido entre las fosas nasales y los bronquiolos terminales. Esta zona se conoce
también como zona de conducción en la cual no se lleva a cabo ningún intercambio gaseoso.
Las otras dos terceras partes del volumen corriente inspirado llegan a zonas de intercambio
gaseoso.
Por lo tanto, en una persona sana, las concentraciones de oxígeno alveolar son inferiores a las
del aire ambiente y las concentraciones de dióxido de carbono alveolar son superiores a las
del aire ambiente. Esta diferencia entre el gas ambiente y el gas alveolar es una función de la
ventilación alveolar así como la concentración o contenido de gas en sangre. Entonces:
Vale la pena recordar que la estrategia de purgar o lavar el espacio muerto anatómico no es un
concepto nuevo. La insuflación de gas transtraqueal ha demostrado que optimiza el volumen
minuto al promover la remoción de CO2. Esta reducción del espacio muerto traqueal se ha
asociado con un mejor intercambio gaseoso y a una disminución de los requerimientos de
volumen y presión necesarios para la expansión pulmonar.
Aunque parece intuitivo que el aumento de flujo a través del espacio muerto anatómico más
allá de flujos inspiratorios picos normales renueve constantemente la concentración de
oxígeno del espacio muerto y remueva el CO2, el papel de la tafocn en el manejo del paciente
con hipercapnia no ha sido consistentemente documentado. Estudios de dinámica de flujos en
la vía aérea superior cuando se utiliza tafocn han logrado determinar que el reservorio
anatómico rico en oxígeno y bajo en CO2 sucede durante la última fase de la espiración y la
pausa antes de la inspiración. Bajo estas condiciones, la siguiente respiración está compuesta
de menos gas espirado, normalmente rico en CO2, y mayor administración de flujo rico en
oxígeno.
Los sistemas de tafocn parecen reducir esta resistencia al proveer flujos a través de la
nasofaringe que simulan o exceden los flujos inspiratorios pico. En mediciones del trabajo
respiratorio, Saslow y colaboradores determinaron que la administración de flujos entre 3 y 5
Lpm a neonatos estaban asociados con la misma cantidad de trabajo respiratorio observada en
pacientes con CPAP de 6 cm H2O. A pesar de las similitudes en el nivel de trabajo
respiratorio los cambios en distensibilidad después de 5 Lpm con tafocn fueron similares a
los obtenidos después de administrar CPAP a 6 cm H2O (1.03 ± 0.47 vs 0.83 ± 0.49
mL/cmH2O/kg) y la presión esofágica fue significativamente más baja con tafocn (1.32 ±
0.77 vs 1.76 ± 1.46 cmH2O;p < 0.05). Por lo tanto, es claro que mecanismos distintos a la
distensión de la vía aérea explican porque la tafocn disminuye el trabajo respiratorio.
Es muy posible que el simple acondicionamiento de los gases mejore su flujo a través de la
vía aérea superior y reduzca en forma considerable el trabajo metabólico requerido en
condiciones que excedan la capacidad normal de la mucosa nasofaríngea.
Es bastante claro que el proveer la temperatura y humedad adecuada al aire inspirado reduce
sustancialmente las demandas metabólicas impuestas por un gas frío y seco. Igualmente, un
apropiado acondicionamiento del aire inspirado aumenta considerablemente la comodidad del
paciente, que en ocasiones debe permanecer con terapia de oxígeno durante horas o días.
Estos aspectos sumados a los anteriores explican la posible relación que existe entre la tafocn
y la disminución del trabajo respiratorio en muchos de estos pacientes.
Sistema generador de flujo: Estos equipos son capaces de generar un alto flujo de gas que
puede alcanzar los 60 LPM. En nuestro país los equipos más comunes son el sistema Airvo®
de Fisher & Paykel y el sistema Hi-VNI® de Vapotherm. Estos sistemas también son capaces
de monitorizar el flujo generado, la temperatura y la fracción de oxígeno inspirada (FiO2).
Este equipo se puede conectar a un flujómetro de oxígeno para entregar al paciente la FiO2
que requiera.
Circuito con cable calefactor: El circuito comunica el sistema generador de alto flujo con la
cánula nasal y trae incorporado un cable capaz de mantener la temperatura constante desde la
salida del equipo hasta las fosas nasales del paciente. Esta característica permite la entrega de
una temperatura y humedad constante.
Cánula de interfase: Estas cánulas difieren de las clásicas cánulas de oxígeno porque son
más confortables y ajustables a la fosa nasal, lo cual mejora la tolerancia al equipo.
En los reguladores de alta presión y flujo constante (manómetros de flujo directo), el gas
circula por la válvula reductora en la que se disminuye la presión (usualmente a 50 psi) y
después del dispositivo se conecta el equipo que será utilizado. En los reguladores de flujo
variable, se interpone entre la válvula reductora y el equipo de terapia, un regulador de flujo o
flujómetro, el cual provee flujos variables entre 0 y 15 lpm. Por lo general, los primeros (alta
presión y flujo constante) se conectan a cilindros de oxígeno para uso en ventilación
mecánica y los segundos (flujo variable) en oxigenoterapia.
Existen diferentes tamaños de cilindros, los cuales se designan con letras que identifican su
altura y su diámetro, de la siguiente manera:
• Cilindros E: 10.79 cm de diámetro × 76.2 cm de altura
• Cilindros G: 21.59 cm de diámetro × 139.7 cm de altura
• Cilindros H: 22.86 cm de diámetro × 139.7 cm de altura
La designación por letras permite, además de conocer el tamaño del diámetro y la altura,
realizar el cálculo del tiempo de duración del cilindro utilizando la siguiente ecuación:
INTERFACES
Cánula de interfase: Estas cánulas difieren de las clásicas cánulas de oxígeno porque son
más confortables y ajustables a la fosa nasal, lo cual mejora la tolerancia al equipo.
Las cánulas nasales son de diferente tamaño según el tamaño del paciente. El diámetro ideal
debería tener un diámetro aproximado de la mitad del diámetro interno de la nariz, para no
ocluir completamente esta y prevenir excesos de presión y formación de úlceras. Dentro de
los tipos de generadores de flujo disponibles tenemos:
- Ventilador convencional con circuito de alto flujo conectado a un humidificador (por ej.
Hamilton G5, V60, Bellavista, Evita XL).
PARÁMETROS DE ALTO FLUJO
Flujos utilizados
Las cánulas nasales regulares están conectadas al sistema de suministro de gas a través de
medidores de flujo, la mayoría de los cuales permiten el suministro de flujos de gas de hasta
15 lpm. Sin embargo, la provisión de flujos constantes a través de las cánulas nasales
estándar tradicionales es limitada, no solo por el diámetro interno de la cánula, sino también
por la incomodidad generada por la falta de calentamiento y humidificación del gas inspirado.
La provisión de flujos que excedan el suministro de O2 estándar (15 lpm) puede ser
importante en un paciente con disnea; la taquipnea se acompaña de rápidos flujos
inspiratorios que pueden alcanzar los 50 lpm.
Cuando los caudales inspiratorios exceden el flujo de O2 suministrado, el flujo adicional se
recluta del aire circundante (con FiO2 de 0.21). En esta situación, la FiO2 inspirada es
significativamente más baja que el gas suministrado. Es razonable afirmar como se ha hecho
que los sistemas de bajo flujo son poco confiables cuando se requiere determinar con
precisión la FiO2; son preferibles desde esta perspectiva los sistemas de alto flujo, de hecho
la CNAF es uno de ellos
En general, se podría utilizar en adultos un flujo inicial de entre 30 y 40 lpm, aunque hay
reportes de hasta 55-60 lpm.
En la población pediátrica se recomienda empezar con flujos entre 5-10 lpm en lactantes y
niños. En neonatos según Sreenan y cols para conseguir una presión de distensión de 4,5
cmH2O se calcula el flujo mediante la fórmula:
Sin embargo hay estudios dispares, como el de Wilkinson y cols. que no coinciden con los
flujos medidos por Sreenan para las mismas presiones objetivo; en este estudio se encontró
que las CNAF a tasas de flujo de 2 a 8 lpm pueden conducir a elevaciones clínicamente
significativas en la presión faríngea en recién nacidos. Spetsnaz y cols., sugieren utilizar 8 a
12 lpm en lactantes y 20 a 30 lpm en niños. En cuanto a la FiO2 , debe administrarse la
necesaria para obtener la saturación arterial de O2 deseada.
Programar temperatura confortable para el paciente, generalmente 34 o 37ºC.
- Flujo:
• Considerar que el paciente generalmente se encontrará con cierto grado de apremio
respiratorio, por lo que se recomienda comenzar con flujos de 40- 60 LPM.
• Alentar al paciente a respirar por nariz y evitar abrir la boca para evitar la filtración de
flujo.
- Oxígeno:
• La mayoría de los equipos pueden entregar FiO2 desde 21 – 100%, especialmente en
equipos con conexión a red de aire y oxígeno.
En el Airvo podría no lograrse FiO2 100%.
En este caso comenzar con el nivel más alto posible (flujómetro al máximo).
• Titular la FiO2 para SpO2 > 90%.
• Observar signos de apremio, aumento del esfuerzo, obstrucción de la vía aérea, disconfort o
ansiedad.
• Documentar la FR y SpO2 (gases arteriales si es posible).
• Flujo de aire/oxígeno, en función del peso del paciente:
– <15 kg: utilizar caudalímetro de flujo estándar de 0-15 l/min.
– >15 kg: utilizar caudalímetro de alto flujo que ofrece hasta 50 l/min.
Las cánulas no deben ocluir totalmente la nariz y es aconsejable empezar con flujo bajos.
En adultos se usan flujos de hasta 60 lpm. Comenzar con 6 l/min o 1 l/kg y aumentar hasta el
flujo objetivo en pocos minutos para permitir que el paciente se adapte al alto flujo.
Redondear hacia abajo a los flujos más cercanos a los previstos.
• FiO2.
El flujómetro puede determinar la FiO2 entregada. Para calcular la cantidad de LPM de aire y
oxígeno necesarios para entregar una FiO2 determinada, se puede utilizar la siguiente
fórmula: