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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
LICENCIATURA EN ANESTESIOLOGIA E INHALOTERAPIA
MÓDULO VIII-2022

REHABILITACIÓN RESPIRATORIA
DOCENTE: LICDA. BEATRIZ NERIO

Presentado por:
Ortiz Posada, Angie Susana
García García, Karina Elizabeth
Pérez Castro, Byron Alexis

Ciudad universitaria, octubre 2022

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REHABILITACIÓN PULMONAR

El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos propuso en 1995 una definición
de la Rehabilitación Pulmonar (RP), en la que se expresa que:

“La Rehabilitación Pulmonar es la entrega continua de servicios multidimensionales


a personas con enfermedad pulmonar, y sus familias, brindada por un equipo
interdisciplinario de especialistas cuyo objetivo es alcanzar y mantener el máximo
nivel individual de independencia funcional en la comunidad” (Fishman, 1995)

De esta conveniente definición se destaca que la RP es multidimensional, es decir


abarca todos los aspectos de la vida del individuo y ¡de sus familias!; es
interdisciplinaria, es decir que, se requiere la intervención de múltiples especialistas
dentro del equipo de trabajo; y que, sus objetivos están orientados a mejorar la
calidad de vida del sujeto objeto de su intervención.

Esta circunstancia se señala particularmente en la nueva definición de RR adoptada


por los expertos en el último consenso ATS-ERS publicado en el año 2006:
“intervención global, multidisciplinaria, basada en la evidencia, para pacientes con
enfermedades respiratorias crónicas que están sintomáticos y a menudo reducen
sus actividades de la vida diaria. La rehabilitación pulmonar está integrada dentro
del tratamiento individualizado del paciente y está diseñada para reducir síntomas,
optimizar el estado funcional, aumentar la participación y reducir los costes
sanitarios mediante la estabilización o la reversión de las manifestaciones
sistémicas de la enfermedad.

En la actualidad, la RR representa una parte esencial del tratamiento integral de los


enfermos con EPOC, en quienes ha demostrado reducir la disnea, incrementar la
capacidad de ejercicio y mejorar la calidad de vida relacionada con la salud.

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¿Pero, que individuos son candidatos a la RP? La respuesta tradicional a este
cuestionamiento suele ser, la EPOC. No obstante, la enfermedad pulmonar
restrictiva (por alteración pulmonar propiamente dicha o por alteraciones mecánicas
de la caja torácica o de la cavidad abdominal), la enfermedad neuromuscular que
compromete la musculatura respiratoria (en realidad un defecto ventilatorio
restrictivo hipodinámico), la dificultad en el destete del ventilador, la cirugía
pulmonar (resección o trasplante), y las enfermedades crónicas hipersecretoras que
funcionalmente se comportan como obstructivas (fibrosis quística, bronquiectasias),
conforman un grupo importante de patologías –diferentes a la EPOC– en las que la
RP es necesaria.

Es evidente que el establecimiento de un diagnóstico preciso es el cimiento del


programa apropiado para cada individuo; diagnóstico que debe reunir la secuencia
de elementos: historia clínica y exploración semiológica, evaluación radiológica e
incluso tomográfica, valoración gasométrica (oxigenación, ventilación y equilibrio
ácido básico), exploración funcional (espirometría simple, curva flujo volumen, y
otras pruebas dependientes de las necesidades de precisión diagnóstica).

En el ámbito de la función respiratoria, la prevención primaria aborda principalmente


la promoción de la salud y el cambio en los estilos de vida no saludables,
condiciones usualmente dirigidas al individuo sano. La prevención secundaria se
realiza en presencia de enfermedad y su orientación principal es la exploración
funcional dirigida a la identificación de sujetos con alto riesgo de desarrollar
enfermedad crónica. La prevención terciaria se orienta hacia el individuo con
enfermedad pulmonar crónica, y su objetivo principal es retardar o detener la
progresión de la enfermedad y las consecuencias discapacitantes derivadas de sus
complicaciones.

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PREVENCIÓN PRIMARIA
La educación en prevención primaria debe contener objetivos claros de aprendizaje
relativos a los factores de riesgo que amenazan la salud. La aproximación educativa
a la población objeto de prevención, puede abordarse mediante charlas y
conferencias, distribución de material impreso e instrucción audiovisual; todo ello
enmarcado dentro de un ambiente de camaradería en el que la motivación hacia la
conservación de la salud promueva el cambio de estilos de vida no saludables y la
iniciación o afianzamiento en la práctica de actividades físicas o deportivas.

• Promoción y conservación de la salud.

• Cambiar estilos de vida no saludables

PREVENCIÓN SECUNDARIA

En prevención secundaria la enfermedad ya está presente. Probablemente el


tamizaje espirométrico continúa siendo la principal herramienta de confirmación del
diagnóstico obtenido clínicamente. La educación en esta etapa debe estar orientada
hacia el conocimiento del pronóstico que encierra la persistencia en los hábitos no
saludables

• Identificar individuos con riesgo de progresar a la cronicidad

PREVENCIÓN TERCIARIA
En este nivel, el sujeto tiene la enfermedad y además es sintomático. La educación
debe orientarse hacia cuatro objetivos primordialmente:

1. Proveer al paciente del conocimiento de su enfermedad.

2. Incrementar la responsabilidad en su propio autocuidado.

3. Optimizar la comunicación entre el paciente y el equipo de Rehabilitación.

4. Suspender el tabaquismo.

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OBJETIVOS REHABILITACIÓN RESPIRATORIA

El objetivo fundamental de la RR es conseguir que el individuo con enfermedad


respiratoria crónica alcance el máximo grado de autonomía y mejore su calidad de
vida. Específicamente la RR pretende disminuir la disnea, mejorar la disfunción
muscular periférica e incrementar la capacidad de ejercicio del paciente con EPOC,
permitiéndole una mayor actividad en su vida diaria y en la relación con el entorno.
Los diferentes componentes del programa deben tener el propósito de mejorar, no
sólo la función física y psicosocial de los pacientes, sino también mejorar su
conocimiento de la enfermedad y del automanejo de la misma.

Beneficios de la RR en la EPOC
La RR reduce los síntomas, incrementa la capacidad funcional y mejora la calidad
de vida en pacientes con enfermedad respiratoria crónica, aun cuando existan
alteraciones irreversibles de la arquitectura pulmonar. Es posible obtener estos
beneficios ya que muchas de las disfunciones presentes en los pacientes con
enfermedad pulmonar no se derivan de la propia enfermedad respiratoria per se,
sino de morbilidades secundarias a la misma, que pueden ser identificadas y
tratadas.

Beneficios en la capacidad de ejercicio


Los pacientes con EPOC manifiestan estar limitados en su actividad física, siendo la
disnea y la fatiga muscular los factores fundamentales que limitan dicha actividad.
Se trata de pacientes con tendencia al sedentarismo y a una escasa motilidad, que
contribuye aún más a la disfunción muscular propia de la EPOC y al
descondicionamiento general que manifiestan. Es por eso que el ejercicio físico es
el componente fundamental de los programas de RR para EPOC, demostrando
aumentar la capacidad física, con un grado máximo de evidencia. A nivel muscular,
la RR mejora la fuerza y la fatigabilidad, revierte parcialmente la disfunción oxidativa
muscular, e incluso aumenta el área de sección muscular.

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Beneficios en disnea
La disnea de esfuerzo es el síntoma más común entre los pacientes a los que se les
indica la RR. La reducción en la disnea tras cumplimentar un programa de
rehabilitación ha sido demostrada en numerosos trabajos y revisiones de la
literatura, con un grado de evidencia máximo.

Como mecanismos responsables podemos implicar a la disminución de los


requerimientos ventilatorios para una carga de trabajo y un nivel de consumo de
oxígeno determinados. Además, los pacientes describen una menor sensación de
disnea a niveles idénticos de ventilación, que puede ser consecuencia de una menor
hiperinflación dinámica y de la desensibilización a la disnea. Sólo en los pacientes
con debilidad muscular inspiratoria, el aumento de la fuerza muscular inspiratoria
tras rehabilitación podría estar implicado en la mejoría de la sensación de disnea.

Beneficios en la calidad de vida relacionada con la salud


La RR ocasiona ganancias en la calidad de vida de los pacientes con un grado de
evidencia y recomendación máximo

Beneficios en supervivencia
En la actualidad, se considera que la capacidad de esfuerzo y la disfunción
muscular de los sujetos con EPOC son determinantes principales de la mortalidad,
independientemente del FEV1 y de la edad. También se ha demostrado que un
índice de calidad de vida bajo y un nivel alto de disnea se relacionan,
respectivamente, con más hospitalizaciones y una mayor mortalidad.

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SELECCIÓN DE PACIENTES
Una adecuada selección de los pacientes es fundamental para que un programa de
rehabilitación respiratoria (RR) tenga éxito. La RR está indicada en todo individuo
que padece una enfermedad respiratoria crónica en fase estable de su enfermedad
que a pesar de recibir un tratamiento médico adecuado y completo manifiesta una
alteración de su calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) como es la disnea
persistente, intolerancia al ejercicio y una restricción de sus actividades habituales.
En general, el síntoma que determina la indicación de la RR es la disnea.

Además, debe tratarse de un paciente motivado, ya que el proceso de la RR


supone a menudo un importante esfuerzo físico, psicológico y de tiempo, si bien en
ocasiones es posible incrementar el nivel de motivación de un paciente a medida
que asiste a las sesiones de RR, debido que el grado de motivación, de
colaboración y el de comprensión son fundamentales para conseguir los objetivos
propuestos. Se han descrito tasas de abandono de los programas de RR elevadas,
de hasta el 20%, relacionadas con la enfermedad en sí, pero también con
problemas logísticos. Por tanto, la accesibilidad puede ser un factor importante para
garantizar la adherencia al tratamiento, luego se deben dar facilidades al paciente,
incluso con los medios de transporte. En caso de pacientes fumadores, no existen
razones para que sean excluidos, aunque evidentemente es deseable que dejen de
fumar y deben participar en programas de deshabituación tabáquica.

No existen criterios de exclusión absolutos, a excepción de los trastornos


psiquiátricos que impidan una buena colaboración o de las enfermedades que
comprometan la vida a corto plazo. En estos pacientes, sin embargo, no debe
despreciarse la posibilidad de realizar un tratamiento sintomático con fisioterapia
respiratoria. En ocasiones, la coexistencia de enfermedades osteoarticulares,
cardiovasculares, metabólicas o musculares, únicamente exige modificar, que no
excluir, alguno de los componentes del programa. Tampoco la edad y la severidad
de la enfermedad suponen impedimento alguno a la hora de plantear un programa
de RR, ya que los beneficios son independientes de ambas circunstancias, y así, es
posible obtener buenos resultados de la RR en pacientes con edades incluso por
encima de los 75 años o en los muy severamente afectados.

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EQUIPO DE LA REHABILITACIÓN

El equipo de rehabilitación respiratoria dependerá de las posibilidades de cada


centro; lo fundamental es que todos los miembros del equipo trabajen
conjuntamente en la misma dirección y que se establezcan unas pautas de
discusión de los casos con una comunicación fluida y continua entre todos los
componentes del equipo, el paciente y la familia.

El equipo básico de un programa de rehabilitación respiratoria debe estar constituido


por un médico neumólogo o rehabilitador con conocimientos de neumología, un
fisioterapeuta respiratorio, un profesional de la enfermería adiestrado en el manejo
de los pacientes con enfermedad respiratoria, y un trabajador social. Con este
equipo simple y un contacto íntimo con otros especialistas como psicólogos,
dietistas, terapeutas ocupacionales, cardiólogos, reumatólogos, etc., se pueden
desarrollar programas de rehabilitación respiratoria eficaces. Evidentemente, contar
con un equipo multidisciplinario en el área de rehabilitación respiratoria es una
situación idea

El equipo de RP debe reunir varias características:

1. Debe ser multidisciplinario.


2. El trabajo debe ser interdisciplinario.
3. Aunque los objetivos específicos de cada miembro del equipo sean
diferentes, todos deben compartir el objetivo general del programa.
4. Debe existir un excelente sistema de comunicación entre todos los miembros
y, entre éstos y el paciente.
5. Todos deben estar altamente capacitados en RP.

La conformación multidisciplinaria, exige la presencia de profesionales de diferentes


áreas de la salud. Las responsabilidades de cada uno de los miembros del equipo
son diferentes.

 El médico neumólogo es por lo general el director del equipo de


rehabilitación, puesto que sus estrategias formativas privilegian el
conocimiento, diagnóstico, terapéutica y formulación del pronóstico del
Sistema Respiratorio en condiciones de salud y enfermedad. La prescripción

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de medicamentos (broncodilatadores, antibióticos, corticosteroides,
diuréticos, y agentes psicotrópicos) es de su exclusiva competencia y
responsabilidad. Además, el médico debe evaluar de manera concienzuda la
función cardiovascular, neurológica, metabólica, renal y, en general todos los
aspectos que debe contener una valoración integral.
 El fisioterapeuta se responsabilizará por la terapia física de
acondicionamiento integral, la cual incluye las extremidades superiores e
inferiores, el entrenamiento de los músculos respiratorios y la reeducación
respiratoria; la fisioterapia del tórax y las técnicas de relajación también
forman parte de sus competencias. Además, debe responsabilizarse del
conjunto de ayudas instrumentales útiles en el desarrollo del programa
(aerosoles terapéuticos, oxigenoterapia, ventilación mecánica y demás
ayudas mecánicas).
 El psicólogo debe planear, orientar y conducir las estrategias de apoyo
destinadas a superar los trastornos derivados del cambio conductual, en el
que las nuevas actitudes del paciente en torno a sus antiguos hábitos se
fortalezcan progresivamente. Asimismo, debe generar estrategias que
permitan superar la ansiedad, la angustia y la depresión que se produce al
romper el ritual que el sujeto maneja en torno al hábito de fumar, rito que
contribuye a perpetuar la mala costumbre, incluso cuando el manejo
farmacológico de la adicción a la nicotina (parches, chicles, Bupropion) está
siendo efectivamente manejado por el médico. Quiere decir, que el acierto en
la terapia de apoyo para la suspensión del tabaquismo debe combinar los
esfuerzos mancomunados del neumólogo y el psicólogo.

Un aspecto importante de la intervención psicológica se refiere a la recuperación del


interés y la actitud positiva del paciente frente al desarrollo de actividades sociales,
lúdicas e incluso a la restauración de una sexualidad sana y gratificante.

 El terapeuta ocupacional se responsabilizará del aprendizaje de las


técnicas de conservación de energía y del perfeccionamiento de tareas
específicas de utilidad en actividades de la vida diaria, puesto que el
neumópata posee profundas alteraciones en el consumo de oxígeno que
interfieren en acciones que pueden parecer extremadamente sencillas para el
sujeto normal (comer, bañarse, vestirse, etc.). La limitación crónica y severa

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al flujo aéreo en el paciente con EPOC y la disminución incapacitante de la
capacidad vital en el paciente con enfermedad restrictiva –
independientemente de su etimología dificultan el mantenimiento del trabajo
del neumópata, por lo que la intervención del consejero vocacional es
indispensable ya sea en la reubicación laboral o en la recuperación del
empleo anterior a la ejecución del programa de RP. Este profesional por lo
general debe ejecutar sus acciones en conjunción estrecha con el terapeuta
ocupacional y el fisioterapeuta, sin excluir, por supuesto, los resultados
simultáneos del apoyo médico y psicológico.
 Profesional en Nutrición y Dietética, su intervención es de capital
importancia en el programa de RP. La clásica asociación de dos diferentes
biotipos característicos del sujeto con EPOC (soplador rosado en la EPOC
tipo A y abotagado azulen la Tipo B) involucra entre otras cosas, diferentes
estados de malnutrición. Igualmente, en el sujeto con neumopatía crónica
diferente a la EPOC, pueden identificarse diversos estados de malnutrición e
incluso desnutrición, caracterizados por una evidente pérdida de peso
corporal y masa muscular, condiciones en las que Rehabilitación física se
torna inalcanzable. La consecución y mantenimiento del peso adecuado, se
convierte entonces en el objetivo principal de la intervención del nutricionista.
Es probable que la combinación del aumento en los requerimientos calóricos
junto con las alteraciones cardiovasculares y gastrointestinales, la pérdida del
apetito y factores psicológicos contribuyan a la pérdida de peso y por ende a
la desnutrición, situación que puede generar deficiencia en los sistemas
defensivos y antioxidantes (Vitamina E y C, alfa 1- antitripsina, cobre, hierro y
selenio, entre otros), depleción en la síntesis de surfactante, y alteración en la
estructura y función de los músculos respiratorios. Es importante recordar
que la sobrecarga de carbohidratos puede causar aumento de la producción
de CO2, lo cual puede evitarse con un mayor aporte de lípidos.
 La familia del paciente es fundamental en el equipo de RP, puesto que está
en contacto permanente con el enfermo, a diferencia de los otros miembros
quienes por lo general lo hacen en sesiones de tratamiento. La familia debe
conocer los objetivos del programa referidos a la intervención de cada
profesional, debe brindar apoyo al mantenimiento de las estrategias

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domiciliarias propuestas por el equipo, debe confrontar al paciente de una
manera respetuosa, amigable y convincente en caso de que éste reincida en
hábitos inadecuados y, debe mantener una comunicación permanente sino
con todos, por lo menos con la cabeza del equipo.

Al margen de los beneficios del programa de RP, la posibilidad de fracaso es una


amenaza latente durante su desarrollo. Esta se puede presentar por circunstancias
relativas al equipo especializado, a la familia, al sistema de salud o al paciente, y se
resumen en el Anexo 1.

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ANEXOS

Anexo 1: Causas del fracaso del programa de rehabilitación pulmonar

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