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DEFINICION:
En casi 66% de los casos el diagnóstico no se establece en un principio. los datos clínicos muchas
veces están ocultos por otras manifestaciones en los pacientes politraumatizados, por ejemplo, en
los casos de trauma craneoencefálico, o bien cuando se han ingerido sustancias tóxicas como
alcohol o drogas. Por lo tanto, los principales datos de lesión abdominal, como el dolor, no se
manifiestan en las primeras horas que siguen al trauma y ello dificulta realizar el diagnóstico
oportuno.
la primera actitud que debe observar el médico es sospechar que pueda existir una lesión
abdominal oculta capaz de seguir su evolución y dar lugar a situaciones graves, como choque
hipovolémico ante la presencia de una hemorragia que en un principio pudo pasar inadvertida por
no ser de gran magnitud; sin embargo, al persistir, logra deteriorar el estado hemodinámico del
lesionado y produce un choque.
La causa puede ser algún otro problema que deriva en peritonitis, como sucede si el trauma daña
una víscera hueca y el contenido intestinal se derrama en la cavidad abdominal. Esa
contaminación consecutiva puede llegar más lejos y causar también un estado de choque séptico.
Lo mismo sucede con las víctimas de heridas por instrumento punzocortante o proyectil de arma de
fuego con orificios de entrada en las regiones dorsales; la víctima sufre posible lesión de víscera
intraabdominal o retroperitoneal.
EPIDEMIOLOGIA: El trauma ocasiona anualmente un poco más de 30.000 muertes cada año
en Colombia (1). Las dos terceras partes ocurren como consecuencia de homicidio (2, 3) y 75%
de las muertes son ocasionadas por heridas penetrantes. En el 32% de los muertos por trauma se
registra compromiso abdomina
Es infrecuente que un traumatismo sea exclusivamen- te abdominal, pues la mayor parte de las
veces se debe a pacientes politraumatizados que presentan lesiones cra- neoencefálicas, torácicas
y abdominales; es por ello que a los enfermos se les ha de valorar en forma integral con el
propósito de tomar las decisiones prioritarias que corres- pondan a cada uno de ellos.
Los objetivos en el tratamiento del trauma están diseñados para proporcionar al médico un método
aceptable para el manejo inmediato:
Inspección: Toda la ropa se retira cortándola con tijeras de botón (tipo Lister o Bergman) para
evitar mover en exceso al paciente y ocasionar lesiones adicionales: se inspecciona tanto el
abdomen anterior como el posterior.
Debe considerarse que en una espiración máxima el diafragma logra ascender incluso hasta el
cuarto espacio intercostal
Las huellas de lesión en abdomen inferior es más factible que tengan alguna relación con
afecciones de los órganos contenidos en éste, como intestino delgado, colon intraabdominal,
mesenterio y epiplón.
el espacio retroperitoneal contiene órganos que pueden dañarse en forma grave en caso de
trauma abdominal contuso o penetrante; en esta situación se encuentran los grandes vasos, como
aorta y vena cava, páncreas, segmentos retroperitoneales de duodeno y colon, así como riñones y
uréteres. En heridas que comprometen la cavidad pélvica se lesionan órganos genitales femeninos,
recto, vejiga y vasos pélvicos como los iliacos.
De igual modo, se evalúa el tono del esfínter anal, ya que en el politraumatizado su disminución o
pérdida hace sospechar lesión de médula espinal. Asimismo, se debe explorar la próstata, pues en
caso de encontrarse desplazada sugiere lesión de la uretra posterior.
Exploración por medio de sondas: La colocación de la sonda de Levin por vía nasogástrica es
un procedimiento que prácticamente debe seguirse en todos los casos con objeto de vaciar el
estómago y evitar el reflujo hacia el esófago, el vómito y una probable broncoaspiración.
También es de utilidad al observar y analizar las características del líquido extraído, que pudieran
revelar alguna lesión como desgarro o rotura orgánica del aparato digestivo superior, por ejemplo
al obtener sangre durante la aspiración y además para cuantificar el volumen de esa hemorragia.
La obtención de sangre por la sonda puede indicar lesión de la vejiga, sobre todo en los casos de
trauma de abdomen inferior, en donde existe la posibilidad de que se produzca lesión e incluso
estallamiento de la vejiga si estaba llena al momento del traumatismo, Esto ocurre en los choques,
debido a la presión por el cinturón de seguridad y en las caídas, donde se golpea sobre la pared
abdominal, lo cual produce una fisura en la cúpula peritonizada.
Se recomienda tener cuidado y antes de colocar la sonda, descartar la posible lesión de la uretra
cuando haya datos para sospechar dicha lesión, como el desplazamiento de la próstata detectado
durante el tacto rectal, sangre en el meato urinario o un hematoma escrotal. Ante la sospecha,
debe descartarse la posible fractura de la uretra mediante uretrografía retrógrada
Laboratorio.
También se valoran la cuenta blanca y la diferencial, que suelen resultar alteradas cuando, por
ejemplo, ocurre estallamiento de víscera hueca, con el consecutivo derramamiento de su contenido
a la cavidad abdominal, con contaminación y peritonitis
Otros estudios que se solicitan, según cada caso, pueden ser los de química sanguínea, amilasa y
prueba de embarazo, esta última en toda paciente en edad reproductiva que sufre trauma
abdominal.
Técnica: Previo sondeo vesical, antisepsia de pared abdominal y anestesia local, introducir una
aguja trócar a 2 cm por debajo del ombligo, sobre la línea media, hasta que se percibe haber
traspasado el peritoneo; luego en dirección pélvica, hacia el fondo del saco de Douglas, se
introduce un catéter.
Tomografía axial por computadora (TAC). La ventaja principal de la TAC es la mejor evaluación
del retroperitoneo y la localización más precisa de lesiones en el preoperatorio. El diagnóstico más
difícil es el de perforaciones duodenales. Ninguno de los estudios es confiable al 100% y ambos se
deben utilizar consideran- do las condiciones clínicas del traumatizado.
Arteriografía. Es el mejor estudio para valorar las lesiones vasculares y además es posible el
control hemostático mediante la embolización. Se lleva a cabo cuando el paciente se ha
estabilizado Se comienza por una aortografía global orientadora, que muchas veces es suficiente
para mostrar una lesión evidente
Cuando la arteriografía es no concluyente, se practica inyección selectiva en el tronco celiaco y sus ramas, así
como en la arteria mesentérica superior y arterias renales con el fin de rastrear toda el área.
De acuerdo con el Manual del Curso de Apoyo Vital Avanzado en Trauma (ATLS), los criterios que
más se apegan a la indicación quirúrgica son los siguientes:
1. Hipotensión arterial, con datos evidentes de lesión abdominal en los siguientes casos:
a) Heridas por proyectil de arma de fuego
b) Heridas por instrumento punzocortante
Trauma cerrado En la contusión abdominal por desaceleración que provo- que trauma directo o un
fenómeno de asa ciega (hígado, bazo y riñón, los órganos más comúnmente afectados) hay que
considerar la forma de utilizar el cinturón de seguridad, pues cuando está mal colocado aumentan
los casos de perforación de víscera hueca y lesiones de columna vertebral lumbar.
Diafragma la lesión más común afecta al hemidiafragma izquierdo. Esta lesión suele tener
situación posterolateral y en general consiste en desgarros de 5 a 10 cm de longitud que deben
repararse con material no absorbible de grueso calibre, es decir, número 4 o 5
Bazo Se puede producir desgarro inmediato y franco que sangra libremente hacia la cavidad, pero
son igualmente frecuentes los hematomas subcapsulares y hemorragias limitadas.
Hígado Además del estallamiento, evidente con la hemorragia consecutiva, puede haber lesiones
que causan hematomas pro- fundos y necrosis centrales del parénquima hepático que es
necesario diagnosticar oportunamente para su debido tratamiento.
Trauma penetrante
De acuerdo con el tipo de herida recibida, sea por instru- mento punzocortante o por proyectil de
arma de fuego, y según el sitio anatómico donde se produce, será la lesión orgánica que algunas
veces es múltiple, sobre todo en los casos de proyectiles de arma de fuego que suelen seguir una
trayectoria circular o caprichosa y causar daño en órganos que incluso se encuentran distantes del
orificio de entrada.
Las heridas punzocortantes que penetran en la región dorsolumbar lesionan con frecuencia los
órganos retroperitoneales, como riñón y uréter, y pueden alcanzar los grandes vasos, aorta o vena
cava inferior.
Se produce estado de choque hipovolémico grave, que por otro lado dificulta más el diagnóstico de
lesión abdominal concomitante.