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ERRNVPHGLFRVRUJ
F. Tejerina González de la Rivera
EL SENO FEMENINO
A cargo de
ARMANDO TEJERINA
ERRNVPHGLFRVRUJ
DÍAZ DE SANTOS
Este libro se ha realizado con las aportaciones técnicas recogidas
en el Centro de Patología de la Mama y en el Instituto Provincial
de Ginecología y Obstetricia de Madrid.
ISBN: 978-84-7978-089-0
Depósito legal: M. 3.360-1997
El ornitorrinco
huevos hasta que nacen las crías que, una vez nacidas, continúan
alimentadas y protegidas en la bolsa de la madre, lamiendo y
chupando un líquido nutricio, producido por las hembras: es la
primera aparición de la leche.
Hemos descrito con cierto detalle las dos especies de Mamífe-
ros primitivos (Prototerios) por sus extrañas formas; son los pri-
meros animales que ponen un tipo de huevos blandos parecidos a
los de los reptiles, pero sus crías disponen de una alimentación
especial desde que nacen, la leche, y unas glándulas que la produ-
cen: las glándulas mamarias primitivas.
Los Marsupiales
INTRODUCCIÓN
SU FORMA Y VARIACIONES
Las mamas, cuando se forman durante la pubertad, al salir de
la adolescencia, tienen una forma redonda muy perfecta. Algunas
mujeres, si los senos no llegan a ser voluminosos, mantienen du-
rante años el borde, dibujado casi como un círculo perfecto, y cuyo
centro es la aréola-pezón. En la mayoría de las mujeres, el círculo
se alarga, haciéndose un perímetro ovoideo. Esto es debido a la
22 EL SENO FEMENINO
Así pues, una mujer que lleve un género de vida normal, posea
una constitución equilibrada y cuyas mamas tengan ya una forma
y volumen grandes, debe saber que este tamaño aumenta de manera
progresiva con el paso del tiempo. Por ello, es aconsejable practi-
car pronto la reducción plástica y estética, puesto que cualquier
retraso favorecerá su deformidad. Lo cierto es que no puede evi-
tarse el descenso en una mujer de mamas voluminosas con el
LA FORMA, EL TAMAÑO Y LA SITUACIÓN DE LAS MAMAS. EL SENO PERFECTO 23
VOLUMEN E INCLINACIÓN
Cuando los senos femeninos aumentan de tamaño, se deforma
su inicial aspecto juvenil. Sucede también que la mama adquiere
LA FORMA, EL TAMAÑO Y LA SITUACIÓN DE LAS MAMAS. EL SENO PERFECTO 25
INCLINACIÓN Y DESCENSO
LA UNIDAD ARÉOLA-PEZÓN
INTRODUCCIÓN
Detalles de la glándula
EXPLORACIÓN DE LA MAMA
Introducción
Fotografía de infrarrojos
Nuestra piel está surcada de venas. En la mujer blanca con piel
fina, la red venosa se transparenta. En la piel de la mama, hay
redes vasculares perfectamente simétricas. Cuando se dan ciertas
enfermedades, tanto benignas como malignas, se altera la red ve-
nosa cutánea de los senos. Conocer estas variaciones es un dato
importante para el médico. Las redes venosas algo profundas no
se ven a simple vista, pero sí con una fotografía realizada con la
técnica de obtención de imágenes con infrarrojos, que requieren
película especial y un filtro apropiado. Por otra parte, estas técnicas
son muy conocidas para muchísimas aplicaciones médicas y no
médicas, y con ellas logramos unas imágenes muy sorprendentes
de la superficie torácica mamaria (Fig. 4.11). Una aplicación muy
importante es en el inicio de infecciones de la mama en la mujer
embarazada, que pueden así diagnosticarse de manera muy precoz
y que dan lugar a las mastitis después del parto.
Las fotografías de imagen por infrarrojos necesitan unas con-
diciones de iluminación del objeto que, en este caso, es el plano
anterior torácico mamario, de manera que se supriman las sombras
y el aspecto normal de relieve. Todo lo contrario que en la foto-
grafía corriente, donde se busca una iluminación que destaque por
las sombras, el relieve y la profundidad. Por ello, hay dispositivos
en que el tórax de la mujer queda iluminado con suficiente inten-
sidad, pero con una «luz difusa».
Otras exploraciones
Tomografía axial computarizada
Abreviadamente, se suele denominar TAC. Requiere unas ins-
talaciones muy complicadas, y desgraciadamente muy caras, que
proporcionan imágenes muy diferentes a las radiografías de órga-
nos internos, conocidas por todos. Las imágenes representan cortes
de zonas amplias del cuerpo humano. Así, como ejemplo, se ob-
60 EL SENO FEMENINO
LA IMPORTANCIA DE LA ESTRUCTURA DEL SENO. EXPLORACIÓN Y DIAGNÓSTICO 61
La evaluación pronostica
Anticuerpos monoclonales
Se han desarrollado unas técnicas, basadas en las funciones
biológicas, que permiten a los seres vivos más elementales, como
son las bacterias, fabricar nuevas sustancias proteínicas con mo-
léculas muy complicadas. Así se ha logrado, como ejemplo, fabri-
car insulina, producto tan necesario para la vida de los diabéticos
graves que antes obligaba a utilizar muchos kilos de páncreas
obtenidos de animales de matadero. Se ha conseguido también, por
el mismo procedimiento obtener interferón, hormona del creci-
miento, vacuna contra la hepatitis B, la enzima TPA (para tratar a
los enfermos de obstrucción de coronarias, disolviendo los coá-
gulos) y el producto factor necrosante de tumores, abreviada-
mente TNF.
Estas posibilidades crean una nueva actividad científica e in-
dustrial que se denomina en su conjunto Ingeniería Genética.
Todas las naciones occidentales importantes han instalado verda-
deras factorías para producir y comercializar sustancias con gran-
des aplicaciones industriales y también médicas.
En tumores humanos malignos, se ha logrado triturar pequeñas
porciones de los mismos e inyectarlos a los animalitos de labora-
torio. Estos ponen en marcha sus mecanismos de defensa y produ-
cen sustancias proteínicas por un mecanismo genético, que se mul-
tiplican en los cultivos celulares de manera indefinida y, lo más
importante, que por ser un producto «híbrido», ya no cambian ante
otras sustancias extrañas. Esto constituye el gran descubrimiento
de los anticuerpos monoclonales. Dentro de la patología de los
tumores humanos, se han logrado anticuerpos procedentes del cán-
cer de vejiga, del tumor cutáneo «melanoma» y, entre otros, últi-
mamente se han logrado anticuerpos monoclonales del cáncer de
mama humano.
LA IMPORTANCIA DE LA ESTRUCTURA DEL SENO. EXPLORACIÓN Y DIAGNÓSTICO 71
grupo siente este fenómeno porque sus células mamarias son muy
ricas en receptores hormonales. La hormona que pone en marcha
la lactación, la prolactina, actúa porque las células de la glándula
mamaria tienen receptores específicos para esta hormona, además
de otros condicionamientos. Fue necesario llegar en biología al
mundo orgánico y funcional molecular, que estudia la vida y en-
fermedades dentro de la célula, para que, con estas nuevas técnicas,
se descubriera que dentro de las células glandulares mamarias
había elementos que atraían y fijaban hormonas de gran importan-
cia para su crecimiento y funciones, como los estrógenos, los
progestágenos, los andrógenos y los glucocorticoides.
Estas menciones técnicas se hacen para explicar con lógica que
las células de un cáncer de mama tienen, en grado muy variable,
estos receptores hormonales. También se sabe que en el cáncer de
mama, y más aun en el «cáncer de próstata», hay tratamientos
hormonales para detener su crecimiento, e incluso hacerlo retroce-
der. Por desgracia, sólo con el uso de hormonas no se produce la
curación completa. Hace años, de 1955 a 1965, causó una enorme
sensación el descubrimiento de la posibilidad de atacar a ciertos
cánceres con hormonas, y de tal forma se consideró el hallazgo
que se concedió un Premio Nobel por estos trabajos.
No todos los cánceres de mama son sensibles a las hormonas.
Hay cánceres de mama hormonodependientes (aproximadamente
un 30 por 100); además de ser de mejor pronóstico general de
curación, puede influirse mucho sobre ellos con la acción hormonal
de supresión o con medicamentos antagonistas. Hay un número de
cánceres de mama no hormonodependientes y en los cuales es
improbable que influyan las hormonas y carece de lógica aplicar-
las. En cada caso, se debe investigar si son tumores con receptores
hormonales (los hormonodependientes) o tumores sin receptores
hormonales, para aplicar el tratamiento en consecuencia.
Los oncogenes
Desigualdad en el crecimiento
Quizá parezca algo arriesgado referirnos al desequilibrio en el
crecimiento de los senos en las niñas, pues esto produce verdadera
inquietud en los padres. Nos traen a niñas de 8 a 10 años porque
creen ellos que comienzan a tener un tumor en una mama. La
realidad es que, en uno de los senos, el esbozo mamario comienza
a crecer más pronto y se forma un abultamiento, lo que en realidad
es un falso tumor, puesto que se trata de la glándula que comienza
a «florecer», mientras que en el otro seno simétrico permanece el
esbozo mamario inmóvil. A estas niñas hay que observarlas, ha-
cerles mediciones y fotografías durante los años que les falten
hasta presentar su primera menstruación (menarquía); en este pe-
ríodo de tiempo, comienza a crecer el otro seno y la inquietud de
los padres desaparece. A veces, al llegar a la plenitud del desarro-
llo, una mama queda mayor que la otra; esta desigualdad persistirá
en toda la vida de la mujer. Son frecuentísimas estas desigualda-
des en los senos ya desarrollados y carecen de importancia cuan-
do no hay gran diferencia. Lo nota la interesada porque siempre,
en los sujetadores, una «cazoleta» resulta más ajustada que la
otra. Es curioso que, en todos los países occidentales, el 70 por
100 de las mujeres presentan un predominio de tamaño
en la mama izquierda. Apenas hay un 15 por 100 de mujeres
con las dos mamas exactas de tamaño, forma y situación. En otro
15 por 100, el predominio de crecimiento radica en la mama
derecha.
¿Por qué se han producido estas disimetrías? ¿A qué se debe
el predominio del volumen de los senos de lado izquierdo? Se han
dado muchas opiniones, pero ninguna es convincente y no las
detallaremos aquí. Probablemente, la única razón es la constante
diferencia de las dos mitades de nuestro cuerpo; incluso en la cara,
aunque sea agradable y expresiva, hay disimetría, y tal vez por eso
mismo resulte agradable y expresiva. Si las dos mitades de nuestro
rostro fueran exactas, entonces la impresión sería de cara de mu-
ñeca (o muñeco). Los grandes retratistas de otros tiempos, instin-
tivamente, variaban las dos mitades de los rostros pintados, para
dar vida y personalidad al cuadro.
Cuando los senos quedan muy desiguales al terminar la etapa
de crecimiento, esto representa un defecto. Entonces hay que re-
currir a una corrección plástica de «nivelación» de tamaño, volu-
men y situación. En estas grandes desigualdades, hay también
desplazamientos de la mama menor que hacen más extraño el
defecto.
LAS ANOMALÍAS DEL DESARROLLO... 85
Necesidad de la intervención
La intervención quirúrgica
Indicaciones
En las mujeres jóvenes, se da una indicación indiscutible cuan-
do falta una mama congénitamente o hay una desigualdad mani-
fiesta por la disminución en el desarrollo de una mama. Otra
indicación indudable son las mamas que han sido reiteradamente
operadas de procesos quísticos múltiples y han quedado virtual-
mente vacías. Después, hay mujeres de todas las edades cuyas
mamas son indudablemente pequeñas en relación a su conjunto
corporal. Son senos que apenas alcanzan los 180 ce. del conjunto
de su volumen, cuando una mama normal, pequeña pero bien
formada, tiene de 250 a 300 ce. de volumen. Son razones indivi-
duales, según el tipo de vida material y sobre todo emocional de
cada mujer, y están por completo fuera de una crítica de conjunto.
Ahora, ninguna mujer puede lamentarse de tener unos pechos
desiguales o demasiado pequeños, puesto que las nuevas técnicas
plásticas los corrigen.
A estos medios no cruentos de aumentar y mejorar el tamaño
y turgidez de los senos nos referimos en detalle en el Capítulo 8,
así como a los pocos medios que pueden mejorar y a los cientos
de remedios falsos destinados a malgastar el dinero sin conseguir
absolutamente nada.
Intervención operatoria
La operación para colocar prótesis mamarias es más corta y
mucho menos amplio el campo operatorio y demás maniobras, en
comparación con las intervenciones realizadas para reducir el vo-
lumen y situar debidamente la aréola-pezón. Una operación bila-
teral de implante se hace con todo detalle en un tiempo de 1 a
1,30 horas. La anestesia general es corta y sin el menor peligro.
No es aconsejable realizar una operación con anestesia local, pues
el poder manejar con libertad los tejidos es una condición indis-
pensable para lograr un ajuste de todos los tiempos necesarios. Las
prótesis se colocan debajo de la glándula mamaria y sus tejidos
accesorios aunque a veces se colocan también retropectorales. Se
crea una «bolsa artificial», entre la superficie del músculo pectoral
mayor y el contenido de la mama propiamente dicha. Son condi-
ciones esenciales utilizar una vía de entrada muy pequeña y luego
no visible, hacer el despegamiento de los planos cortando un mí-
nimo de vasos y practicar una cuidadosísima hemostasia. Para todo
ello se necesita un instrumento especial. En cuanto a la vía de
penetración, hay casos en que se elige la vía axilar. (Fig. 5.10).
LAS ANOMALÍAS DEL DESARROLLO... 101
* La casi totalidad de las enfermedades del pezón y aréola son benignas. No obstante,
se debe saber que aparecen úlceras con aspecto inocente en esta zona y que algunas son la
primera manifestación externa de una variedad de cáncer de mama. En el Capítulo 10, en
«Diagnóstico», detallamos esta grave situación, la «Enfermedad de Paget del pezón».
Psicología y sexualidad
del seno femenino
EL INFLUJO CEREBRAL
Apenas merece la pena decir lo que es conocido por todos.
Nuestros órganos, nuestras funciones, están siempre dirigidas, en
el hombre, por el cerebro. Tan es así que, cuando un ser humano,
por un grave accidente o enfermedad, queda «descerebrado» (o sea,
con un registro eléctrico de un «encefalograma plano»), se le
considera muerto.
En la parte media e interna del encéfalo, hay zonas que tienen
una función de regulación y puesta en marcha de actividades
vitales muy importantes. Se denominan núcleos hipotalámicos y
vienen a ser estaciones de computación que están en la zona
encefálica profunda, para desde allí regular un gran número de
actividades: crecimiento, desarrollo y puesta en funcionamiento
definitiva. Estos computadores naturales quedan bajo la influencia
de las sensaciones, los recuerdos, y todo lo que forma el influjo
exterior, la conciencia y el conjunto de material sedimentado por
la herencia. En un esquema (Fig. 6.1) se detallan las conexiones
más importantes de la corteza cerebral, los núcleos sensoriales, la
zona del limbo y los núcleos hipotalámicos.
El traer aquí a colación toda esta arquitectura encefálica y sus
redes comunicantes es para explicar que el desarrollo inicial de las
mamas como órgano femenino y de sus glándulas, que en el futuro
producirán la función de lactación, tiene su punto de partida en esa
profunda encrucijada encefálica.
De tal manera es esto así, que los senos femeninos se pueden
alterar en su desarrollo por influencias emanadas de dichos centros.
Lo más importante es recordar que la glándula mamaria es muy
sensible a múltiples actividades externas e internas, muy alejadas
del órgano y de sus condiciones en sí. Resulta que, en una mayoría
de mujeres normales, las mamas son un espejo que refleja si-
tuaciones de equilibrio o de desequilibrio nervioso y hormonal. Un
ejemplo bien conocido sirve como explicación. Muchas mujeres,
que tienen unas funciones menstruales normales, pueden tener ade-
lantamiento o largos retrasos de su periodo, sin causa local, sim-
plemente por acontecimientos exteriores (emociones, disgustos, en-
fermedades de tipo general). La glándula mamaria tiene también
variaciones y repercusiones por una actividad variable todos los
meses y paralela a los cambios de las fases de la menstruación.
Una mitad de las mujeres sienten estos cambios en sus mamas;
otra mitad, aproximadamente, no, pero también, cuando por moti-
vos quirúrgicos se examinan los tejidos nobles del seno femenino,
se observa que cambia su estructura y la función según el ciclo.
108 EL SENO FEMENINO
PSICOLOGÍA Y SEXUALIDAD DEL SENO FEMENINO 109
EL INFLUJO HORMONAL
hombres (véase Capítulo 5). Les irrita el éxito de las otras, y esa
frustración les puede hacer tímidas o, lo que es peor para ellas:
irritables y desviadas, sin saber hacia dónde.
Desde el principio, la mujer adquiere el sentido real de la
importancia de sus senos y el deseo de cuidarlos para que sean
perfectos. Las mujeres tienen un sentido muy práctico; la mayoría
son más equilibradas que los hombres y pronto se acomodan a sus
senos, a no ser que estén, por exceso o por defecto, muy deforma-
dos o sean dispares. También se autocritican, y son pocas las que
están plenamente contentas con su busto.
La silueta femenina
El comportamiento psíquico
Algunas mujeres, seguramente porque otras se lo han contado,
están en la creencia de que las caricias sobre los senos pueden
producir enfermedades en los mismos, incluso el cáncer. Esto es
una patraña, es absolutamente falso. Posiblemente, alguna mujer,
siempre en minoría, lo sostenga para eludir a un compañero que
no le gusta. Pero las que sostienen estas ideas, sin una «segunda
intención» oculta cometen una verdadera tontería.
Todo el componente humano de la sexualidad y del deseo («la
libido») se centra en el conjunto que rodea a la hipófisis, así como
en ella misma. Esto ha sido comentado anteriormente. El seno
femenino, con su «simbolismo sexual», es uno de los puntos de
partida de sensaciones que son recogidas por la zona hipofisiaria,
de lo que resulta una preparación para otros estímulos o para un
futuro acto sexual. Pero no siempre es un estímulo imprescindible.
La prueba es que hay muchas mujeres muy activas y practicantes
del sexo que no sienten estímulos erotógenos desde sus senos y
pueden lograr el orgasmo sin dicha excitación. Esto ya se ha
mencionado en el epígrafe «la sensibilidad de los senos».
EL PRINCIPIO EROTÓGENO
LACTANCIA ARTIFICIAL
Ignorar o desprestigiar por manía la alimentación de los bebés
con biberón sería una estupidez. Gracias a lo que se ha venido
llamando la «alimentación de bote» de los niños, se ha contribuido
123
124 EL SENO FEMENINO
Su producción industrial
Hace unas décadas, grandes emporios farmacéuticos y dietéti-
cos industrializaron la obtención de leche de vaca, modificándola
para adaptarla a la alimentación del recién nacido en los primeros
años de su vida y creando distintos tipos. Aquello representó una
gran ganancia durante un tiempo limitado, puesto que venía a
resolver una gran necesidad social. El desarrollo de la actitud de
la mujer fuera de su hogar y las grandes aglomeraciones ciudada-
nas hacían por completo necesario facilitar la leche de vaca mo-
dificada y en perfectas condiciones de conservación e incontami-
nación.
Lo primero que hay que agradecer a las firmas industriales es
que dedicaran mucho dinero a la investigación de cómo se produ-
cía la leche en la glándula mamaria y qué medios había para
aumentar su producción y riqueza (en principio, eran sólo alimen-
tos naturales). Gracias a esto, se pudo investigar por equipos de
veterinarios, bioquímicos, patólogos y médicos pediatras, con des-
cubrimientos sensacionales en materias sobre las que se sabía muy
poco. Aunque la mayoría de los descubrimientos se hicieron en las
hembras de animales de granja, sobre todo en vacas, los fisiólogos
y los clínicos pudieron referirlos a la mujer lactante. Lo que sabe-
mos hoy de la glándula mamaria productora de leche se debe, en
su casi totalidad y de manera paradójica, a la industria de la
lactancia artificial, y supuso después la mayor contribución a que
las madres dejaran de dar el pecho.
También es de agradecer que las «leches artificiales materni-
zadas» hayan pasado a desterrar por completo a la nodriza. Esta
institución ha permanecido durante siglos; es indudable que, si bien
ha resuelto situaciones dramáticas, pues gracias a ella se han man-
tenido vivos los niños por la lactancia mercenaria. Pero las nodri-
zas han transmitido también enfermedades al bebé que ni el padre
ni la madre tenían. En las primeras décadas de este siglo, sólo las
familias pudientes podían costear las «nodrizas» lo que, en aquel
mundo, era un signo de categoría social, análogo a poseer hoy un
coche lujoso. Las «nodrizas» han desaparecido por completo, más
aún que el proverbial servicio doméstico.
En los primeros años de este siglo, en todas las poblaciones
importantes había «Dispensarios infantiles» e instituciones como
«La Gota de Leche» que, con gran sentido caritativo y humano,
suministraban leche de vaca preparada en biberones acondiciona-
dos en cestitas de alambre. Estos biberones se hervían, así como
sus tetillas de goma, y la leche se pasteurizaba. Estas instituciones
126 EL SENO FEMENINO
LACTANCIA NATURAL
Los investigadores de la fisiología de la mama lactante y de la
naturaleza de la leche humana nos han proporcionado una larga
serie de datos maravillosos. Los más importantes los reseñaremos
brevemente aquí, dentro del criterio de divulgación que damos a
estas páginas. Muchísimo antes, el seno femenino, en todas las
civilizaciones que nos han precedido, tenía el simbolismo de fuerza
creadora natural sobre todas las cosas. Ha sido ayer, como quien
dice, cuando se creó el seno erótico, con todo el contenido exami-
nado en el anterior capítulo 6. Paralelamente, el seno femenino ha
simbolizado la eterna belleza femenina, la «gran fuerza» que ha
permitido vivir miles de años al hombre sobre la Tierra y adue-
ñarse de ella. Desde las representaciones prehistóricas hasta nues-
tros días, aparece la imagen del seno como una perfección natural
visible en la figura de la mujer.
En los apéndices, pasaremos revista a la historia, a la icono-
grafía, a la belleza y a la santidad del seno femenino, que ha sido,
además de fuente de alimentación del hombre que acaba de nacer,
fuente de inspiración en literatura y en las artes gráficas. ¿Y por
qué no en música? ¡Cuántas partituras se habrán hecho mirando
los senos de la amada o soñando con ellos!
Salida de la leche
El ritmo de la lactación
Es por completo una patraña decir que, como las mujeres llevan
ya algunas generaciones en que apenas amamantan a los hijos, sus
hijas, y sobre todo sus nietas, ya no han «heredado» las glándulas
de la leche y la facultad de criar a los hijos al pecho. Es decir
que, durante los millones de años de la evolución, la especie
humana se ha mantenido por el poder de producir leche y las
mujeres han criado así a sus vastagos, pero en apenas dos o tres
generaciones, ha perdido biológicamente esa facultad. Sabemos
que, actualmente, el seno lactante existe y es perfecto, con va-
riaciones funcionales individuales que siempre se han presentado,
en todas las épocas.
Destruida esta idea de la regresión o desaparición de la glán-
dula mamaria, lo que sí es cierto es la gran disminución en el
hábito de amamantar. Si no se comienza bien desde los primeros
días el proceso de la lactancia, la buena secreción láctea no se
establece. Si además se distancian las tomas y se intercala el
empleo de biberones de leche de vaca, se produce una disminución
de la cantidad de leche materna. La madre tiene que saber, así
como las personas que le rodean, que el mejor procedimiento de
mantener una cantidad normal de leche, es la repetida y prolongada
acción de mamar del niño, los reflejos que produce la boca del
infante sobre el pezón.
Hay muchas madres que creen de buena fe que no tienen
suficiente leche, y que no alimentan debidamente a su hijo. Las
enfermeras y los médicos pediatras luchan contra esta idea. Inter-
calar biberones es, por el contrario, el peor medio de mantener la
formación de la leche materna. Hay un fondo inconsciente y tam-
bién un entorno propicio a limitar y a suprimir la lactancia natural.
En verdad, se debe insistir en prolongar esta manera natural y
perfecta de alimentar al niño durante 4 a 6 meses como mínimo.
Fibroadenomas
Son tumores sólidos que aparecen muy pronto, a veces al
iniciarse la adolescencia y siempre antes de los 20 años; si se
descubren más tarde es que se iniciaron unos años antes y perma-
necieron ocultos, cubiertos por los tejidos sanos del órgano. Con
frecuencia, son únicos pero pueden aparecer en la misma mama en
158 EL SENO FEMENINO
Adenosis y mazoplasias
En muchachas muy jóvenes, pero sobre todo entre los 19 y los
25 años, se desarrollan unos falsos tumores en sus glándulas ma-
marias, que dan a la mujer que los padece el consiguiente susto e
160 EL SENO FEMENINO
todos los años deben acudir para ser examinadas, pues son sus
mamas de mayor conflicto que en otras mujeres de su edad y
condición.
5.° Deben usarse siempre sujetadores apropiados y, cuando se
aproxime la ovulación, administrar una medicación suave y opor-
tuna que alivie o elimine el dolor durante esos días. No emplear
nunca hormonas. Las muchachas con este problema, si hacen de-
porte, usarán sujetadores de mayor fijación para evitar el movi-
miento bamboleante. A veces, hay situaciones de grandes senos
(hipertrofias mamarias) que requieren reducción; muchas de estas
pacientes presentan grandes zonas de mazoplasias, voluminosas y
pesadas. Al hacer la operación plástica, siempre se quita el cua-
drante superoexterno de la glándula, donde se desarrolla el proceso,
con lo cual, además del efecto estético buscado por la paciente, se
le quita una gran zona mamaria susceptible de posible maligniza-
ción tardía.
Mastopatía fibroquística
Tratamiento
Por las consideraciones anteriores, hemos informado de que
hay un proceso en el seno femenino, la mastopatía fibroquística
que, aun siendo la enfermedad más frecuente, afortunadamente es
benigna, es decir, que por sí sola no produce la muerte. Su diag-
nóstico corresponde al médico. Pretender hacer aquí indicaciones
a la mujer para que se autodiagnostique es pretencioso, una pedan-
tería de seudociencia que desencadena equivocaciones sin cuento.
Nos interesa advertir de la falsedad de que se trata de una
enfermedad muy común que tienen la mayoría de las mujeres y
que afecta a la mayor parte de las dos mamas. Si no hay quistes
que sobrepasen los 3 milímetros, no hay tal enfermedad; otra cosa
distinta es la lenta evolución hacia la atrofia, que toda mujer va
experimentando, como ser humano, en sus órganos. En la mujer
anciana, la glándula mamaria se atrofia, desaparece, y en su lugar
quedan cavidades minúsculas, que nada tienen que ver con los
quistes de esta enfermedad.
Esta enfermedad adopta la palabra quiste por ser éste su ma-
nifestación externa más fácil de descubrir. El quiste es una conse-
cuencia de la enfermedad de pequeños sectores glandulares del
seno de la mujer adulta. Muchos quistes se rompen por la tensión
de su contenido líquido; entonces, los tejidos se irritan, se forma
una capa fibrosa dura y la enfermedad subsiste. El quiste vuelve a
crecer, esta vez ya con cubierta dura; de aquí su nombre, masto-
patía fibroquística. Decimos esto para añadir que el tratamiento de
los quistes por punción y vaciamiento es un proceder equivocado.
La enfermedad persiste, pues no está en el quiste vaciado; lo sujeto
a enfermedad es el sector de la glándula, según sabemos ahora
perfectamente, y el proceso sigue en desarrollo. Esto lo admiten
incluso los defensores de la punción, pues preconizan que no hay
ningún inconveniente en repetir las punciones del mismo quiste
cuando éste se vuelve a llenar de líquido. Un ejemplo muy gráfico
lo constituyen aquellos tiempos pasados en que era muy frecuente
la tuberculosis pulmonar y se producían derrames en la pleura; se
puncionaba el derrame (pleuritis), el enfermo respiraba mejor y se
encontraba más aliviado, pero la tuberculosis seguía; con frecuen-
cia, había que repetir las punciones cada determinado tiempo. No
tratamos de comparar la gravedad de la tuberculosis pulmonar,
168 EL SENO FEMENINO
Lipoma mamario
Es un tumor benigno que se desarrolla en la mujer, en distintos
lugares, y que deforma la piel. Los sitios de preferencia son la
espalda, los hombros y también la cara externa de brazos y piernas.
Se trata de un tumor benigno con un contenido de grasa y una
cubierta que le hace independiente, redondeado y con una consis-
tencia algo mayor que el tejido graso que existe bajo la piel.
En el seno femenino también aparece, bien en el interior mismo
de la glándula, bien en sus partes periféricas. Este tumor crece con
lentitud y deforma la mama, haciéndola diferente a su otro órgano
ENFERMEDADES BENIGNAS DEL SENO Y SU TRATAMIENTO 173
Adenosis esclerosante
El problema de la anestesia
Operación de glandulectomía
Recuperación plástica
Las biopsias
ESTADO NORMAL
TIPOS DE DERRAMES
PAPILOMATOSIS INTRADUCTAL
Papiloma solitario
Dedicar un apartado a este proceso se justifica porque repre-
senta las formas más típicas, e incluso más frecuentes, de un
derrame por el pezón, pues aparece a través de un determinado
orificio, siempre el mismo.
Se trata de pequeños tumores, redondeados y unidos, por un
minúsculo pedículo, a la pared de un gran conducto, por regla
general a poca distancia del pezón, de 1,5 a 2,5 cm. También los
hay más profundos y centrales. Estos tumores solitarios son benig-
nos y aparecen en mujeres de 30 a 50 años, en las que se mani-
fiestan pérdidas intermitentes de sangre. No se aprecia ninguna
tumoración palpable en el seno. A veces, se llega a tocar una ligera
elevación al nivel de la aréola (véase Fig. 9.1).
Los papilomas solitarios se desarrollan lentamente, y cuando
por su tamaño se ulceran, segregan líquido hemorrágico de manera
discontinua; esto sirve de alarma para descubrirlos.
Es competencia del médico reunir los datos de la naturaleza
del derrame, de la exploración general de la enferma y de sus senos
en detalle para hacer el diagnóstico diferencial con otras causas de
derrame.
194 EL SENO FEMENINO
INTRODUCCIÓN
Al comienzo de este libro, decíamos que la mayoría de las
mujeres que consultan por algún proceso en sus senos, padecen
enfermedades benigas en lo que se refiere a su peligrosidad para
la vida. Las enfermedades malignas suelen estar en la proporción
de una por cada 10 ó 12 enfermas del conjunto. Con esta propor-
ción hemos distribuido también la presente obra en doce capítulos,
de los cuales sólo dedicamos uno a los procesos que, abandonados
a sí mismos, producen la muerte. El resto de los capítulos se dedica
a otras cuestiones, aunque todas estas materias se relacionan, por
lógica, entre sí.
No somos partidarios de utilizar el término de cáncer de mama;
preferimos proceso maligno de mama. La evolución de uno de
estos tumores es muy larga: durante 6 u 8 años pueden permanecer
sin dar signos clínicos y después su natural evolución, si no se hace
ningún tratamiento que interrumpa el crecimiento, es de dos y
medio a tres años. En su fase de iniciación, hasta que llega a ser
un tumor incipiente, es perfectamente curable. Lo razonable es
llamar a esta primera alteración de la glándula mamaria «proceso
maligno incipiente». Consideramos que la definición de cáncer de
mama corresponde a la fase de difusión por el resto del organismo.
Esta situación se llama cáncer secundario, que es el que vuelve a
presentarse después de un tratamiento. Pero la costumbre es llamar
a estos tumores del seno, desde el principio, cáncer. La mejor
prueba son las «campañas de información para difundir la manera
197
198 EL SENO FEMENINO
FACTORES DE RIESGO
Grados fundamentales
DIAGNÓSTICO
LOS TRATAMIENTOS
Introducción
Tratamientos complementarios
mama y dan los consejos que les parecen oportunos para su diag-
nóstico rápido. ¡Como si eso fuera fácil para las pobres mujeres
asustadas! Después de esta buena «preparación psicológica», vie-
nen los consejos de defender sus mamas, ornato de la mujer,
símbolo de la feminidad y de su equilibrio erótico, etc. Sólo ad-
miten quitar el tumor como si fuera un simple quiste y después
usar radiaciones y medicamentos. ¡Es suficiente! Olvidan pensar y
hacer pensar a los lectores que si un solo remedio fuese radical y
efectivo para el cáncer de mama, su descubridor alcanzaría de
golpe el más resonante Premio Nobel de Medicina de toda la
historia de este galardón.
También hay que recoger el cambio de criterio que muestran
los libros de divulgación sobre el cáncer de mama aparecidos en
los últimos cinco años. Al recoger el toro, la idea, lo templan para
que no embista. Pasan la resolución del problema final a la com-
petencia del médico, pero mantienen la duda, que siempre es mal
consejo de higiene mental para la angustia de la enferma y su
familia, acerca de la verdadera utilidad del método radical sobre
el método conservador.
Como hay gustos para todos, también hay libros disparatados
en cuestiones tan peligrosas como es un cáncer de mama para ser
tratado con verdadera superficialidad. Así, por ejemplo, se han
hecho libros para demostrar el origen del cáncer como un trastorno
de la mentalidad y su tratamiento por el espíritu (naturalmente, no
lo citamos para no hacer publicidad), así como los que establecen
el origen del cáncer en la alimentación y su curación por los
regímenes de la «macrobiótica». Es cierto que en los alimentos
podemos ingerir sustancias cancerígenas, y un exceso de grasa
animal y la obesidad favorece el cáncer de mama. También los
estados emocionales y la vida agitada, sin el debido descanso,
disminuyen las defensas inmunitarias y pueden facilitar el cáncer.
Sin embargo, es una aberración mental tratar el cáncer con «ma-
crobiótica» y agregar sesiones de psicoterapia. ¡Pero hay libros
sobre ello!
No podemos tampoco dejar sin comentar un suceso reciente.
La primera dama de los EE.UU., Nancy Reagan, presentó un
cáncer de mama. Fue atendida por las competentes autoridades
médicas especializadas en cáncer de mama, que aconsejaron una
mastectomía con limpieza axilar. La operación fue aceptada por la
esposa del presidente Reagan, y se efectuó con todo éxito (1987).
A los pocos días, la paciente se mostró al público, como es regla
en las costumbres de Norteamérica. Hasta la fecha, el estado de su
salud es perfecto y continúa siempre tratándose por métodos habi-
222 EL SENO FEMENINO
Cirugía normal
Cuando el caso del cáncer de mama es un tumor maligno de
origen glandular, el tratamiento quirúrgico normal es la extirpación
del órgano con el tumor por la serie de lesiones infiltrativas se-
cundarias que provoca de una manera casi constante no sólo en el
resto de la glándula, sino también en la piel y en la zona central
de la aréola-pezón. Asimismo, es necesario extirpar en el bloque
operatorio todo el contenido axilar, no sólo de ganglios linfáticos
sino también de las vías linfáticas que los relacionan con el foco
del tumor inicial. Esta táctica de tratar los tumores malignos de
mama es la que se viene aplicando, por ejemplo, a la extirpación
del cáncer de estómago, de intestino, de colon, etc. Nó sólo se
extirpa el tumor, sino también la parte visceral donde se inserta y
se procura hacer una limpieza de los ganglios de la región supues-
tamente afectados. Cuando a una mujer se le trata quirúrgicamente
de un cáncer de matriz, se lleva a cabo un vaciamiento de la pelvis,
de acuerdo con las mismas normas.
Nosotros consideramos este tipo de operaciones como una ci-
rugía normal, destinada a conseguir, empleando todos los recursos
quirúrgicos, la curación definitiva del proceso.
Desde principios de este siglo XX, se ha propuesto una serie de
técnicas operatorias para la cirugía del cáncer de mama. Se han
establecido periodos de gran ampliación de estas intervenciones.
En otras series de operaciones se ha reducido todo lo posible la
mutilación. Siempre hay que cumplir dos principios fundamenta-
les; quitar el tumor maligno, con sus posibles y probables focos
secundarios, incluida la piel, y extirpar los ganglios regionales
satélites más próximos. Se debe realizar la operación con sentido
plástico, para que la cicatriz quede disimulada y horizontal, nor-
malmente oculta por las prendas íntimas habituales. Además, es
preciso dejar los colgajos cutáneos convenientes para una posible
y futura operación de reconstrucción mamaria. Todo esto se amplía
en el próximo capítulo, dedicado a la rehabilitación.
Las operaciones que se han venido realizando y que en la actua-
lidad se practican más es un tema que consideramos como informa-
ción de interés exclusivamente médico, y por tanto, un alarde pueril
para el lector, no profesional, que lea este libro de divulgación.
Cada médico realiza, en cada caso particular y dadas las loca-
lizaciones del tumor y demás consideraciones locales, la operación
más conveniente.
Actualmente, la intervención que más se practica es la llamada
«Operación de mastectomía radical modificada de tipo Patey». Esta
ENFERMEDADES MALIGNAS Y SU TRATAMIENTO 229
Radiaciones ionizantes
Observaciones
1.° Después de la mastectomía, con mucha frecuencia se hace
una aplicación completa de radiaciones ionizantes, según técnicas
que ya son clásicas, es decir, que se llevan practicando durante
muchos años. El fundamento es aplicar sesiones suaves, que no
lesionen los tejidos sanos, pero aplicadas en distintas proyecciones,
para lograr que se concentren en zonas donde previamente sabemos
que nos interesa radiar. La razón de estas aplicaciones es completar
la gran destrucción que ha supuesto extirpar la mama llegando a
zonas donde no se pudieron retirar más tejidos. Estas zonas son
las paredes de la axila y la fosa que se encuentra sobre la clavícula;
el plano central del esternón y una zona profunda, llamada «terri-
torio de la mamaria interna»; también, los restos de piel y tejido
subcutáneo que constituyen los colgajos cutáneos, necesarios para
cerrar la sutura operatoria. Se hace esto así con la intención de
prevenir reproducciones al cabo del tiempo en la región torácica.
2.° También se emplean las radiaciones con aquellas pacien-
tes en las que, por diversas causas, está contraindicada la cirugía.
3.° Nos interesa resaltar la «enorme prevención» que tiene
alguna parte de la población doliente —enfermas y sus familias—
hacia las radiaciones. Creen a pie juntillas que una enferma radiada
acelera con ello su final y, si tenía seguridad en sobrevivir después
ENFERMEDADES MALIGNAS Y SU TRATAMIENTO 233
Hormonas
Se descubrió hace relativamente poco tiempo que ciertos cán-
ceres glandulares, el de próstata y el de mama, podían detenerse
234 EL SENO FEMENINO
Quimioterapia
Cuando se emplearon por primera vez en una guerra (1914) los
gases asfixiantes, que produjeron terribles quemaduras vesicantes
en piel, mucosas y pulmón de las víctimas, no se pudo suponer
que las mostazas nitrogenadas, base química de la tristemente
célebre «Iperita», llegarían a ser, con el tiempo, el punto de partida
de un grupo de distintas medicaciones contra el cáncer. Tuvieron
que pasar bastantes años para que estos efectos celulares destruc-
tivos se orientaran en un sentido de positivo beneficio. Esto suce-
dió en diciembre de 1943 cuando fue hundido, en Pearl Harbor,
un buque que llevaba 100 toneladas de gas mostaza: el barco
americano John E. Harvey. Un oficial se contaminó y, al ser
observado médicamente, se encontró como principal lesión una
enorme disminución de sus glóbulos blancos. De aquí partió la idea
de utilizar este producto tóxico para tratar lo que vulgarmente se
llama «cáncer de la sangre», o leucemia, y seguidamente otros
tumores malignos del sistema linfático, como son los linfomas y
enfermedades afines.
En estas enfermedades, que antes no tenían ningún tratamiento
útil, se comenzaron a lograr con los nuevos medicamentos largas
prolongaciones de vida y, a veces, auténticas curaciones en las leu-
cemias infantiles, en linfomas y tumores sarcomatosos de la juventud.
Por estos éxitos se amplió la búsqueda de nuevos medicamen-
tos, algunos procedentes de plantas como el podofilino; se consi-
guieron nuevas drogas con efecto sobre el gran grupo de los tu-
mores sólidos malignos, entre los cuales se halla el grupo tan
frecuente de los tumores malignos de mama. No es lógico detallar
aquí estos medicamentos en su composición química, característi-
cas, indicaciones, manera de utilizarlos y sus dosis. Ello corres-
ponde exclusivamente a la actividad médica. Únicamente nos re-
236 EL SENO FEMENINO
Características de la quimioterapia
Principales medicamentos
No es éste un libro técnico que deba reseñar la quimioterapia
del cáncer de mama de uso actual. Sí nos parece informativo
reseñar, en forma de tabla, los nombres y sinonimias en el mercado
de las drogas más importantes.
240 EL SENO FEMENINO
Efectos secundarios
Si las pacientes que tratamos con quimioterapia estuvieran con-
vencidas de sufrir un proceso benigno de la mama, la mayoría de
ellas tolerarían perfectamente los efectos de la venoclisis. Son
molestias, en su mayoría náuseas y quebrantamiento, que duran
poco y a veces sólo aparecen al día siguiente, pero en cualquier
caso desaparecen a las pocas horas. El dramatismo de estas into-
lerancias está asociado al hecho real que conocen de soportar una
enfermedad maligna. Cuando son pacientes muy equilibradas de
ánimo reconocen que los efectos secundarios son ligeros y que sólo
se manifiestan el día de la venoclisis y no vuelven a aparecer hasta
pasado más o menos el mes de intervalo. No es necesaria la
permanencia en una clínica durante varios días; simplemente, basta
una estancia de horas. Después, las pacientes se reintegran a su
domicilio y a su vida habitual.
Decíamos en el apartado referido a las radiaciones ionizantes
que existe una repulsa sistemática, en ciertas personas y familias,
por considerar que las radiaciones producen siempre efectos fina-
les. Sucede, como allí indicamos, que se dan casos de enfermas
muy avanzadas en la evolución del mal, lo que da la impresión de
que el tratamiento acelera el final. Este criterio pesimista y nega-
tivo también lo aplican algunas personas a la quimioterapia; no se
dan cuenta de que, en los casos de pacientes en su fase final, el
deseo de una posible aunque remota curación hace utilizar el
método. Son muchísimas las enfermas tratadas con quimioterapia
en los últimos quince años y, salvo las molestias naturales de una
pasajera intolerancia, nunca son graves los efectos secundarios en
cuanto a la vida. En las formas avanzadas del mal, la quimioterapia
ya no produce efecto beneficioso; entonces, el final ocasionado por
la enfermedad se acumula al estado producido por la medicación.
Preferimos advertir aquí de estos efectos secundarios para que,
tanto la paciente como su familia no lleguen a encontrarse sorprendi-
dos y consecuentemente asustados. En efecto, son frecuentes las reac-
ciones secundarias, pero también son pasajeras y sin trascendencia.
Los efectos molestos son los que se centran en la piel, mucosas
y las faneras de la piel. La peor tragedia es la caída del pelo;
aparece después de los 2 ó 3 primeros ciclos, y puede llegar
algunas veces a una calvicie total. Sin embargo, no todas las
pacientes experimentan este efecto desagradable: a algunas ni si-
quiera les disminuye ostensiblemente el volumen del cabello y, en
otras, se produce una gran caída, pero no total; en otras, final-
mente, se provoca una calvicie que obliga al uso de una peluca;
ENFERMEDADES MALIGNAS Y SU TRATAMIENTO 241
Administración de hormonas
Por regla general, las hormonas pueden tener acciones secun-
darias peligrosas en estas enfermas de tumores malignos de mama.
Son medicamentos de gran actividad que no pueden administrarse
244 EL SENO FEMENINO
Enfermedades viriásicas
INTRODUCCIÓN
A lo largo de este libro, se han ido recogiendo las situaciones
anormales del seno femenino y sus remedios. En el capítulo 12, al
final, se reúnen las observaciones y cuidados que se deben conce-
der a esta parte, los senos, del cuerpo femenino; atenciones que
tienen siempre que partir de la propia mujer. Así, hay que incluir
todos los cuidados higiénicos en la alimentación y en el ejercicio
para mantener la lozanía y prolongar la juventud, ayudados por el
ornamento del ropaje, que desvela o encubre el seno.
La realidad actual es que, cuando una mujer tiene anomalías
desde el nacimiento en sus senos, o cuando tiene estos órganos
muy pequeños o excesivamente grandes, sólo existe la solución
quirúrgica. Las medicinas y demás remedios no sirven de nada.
En cuanto hay una tumoración en la glándula o alteración
profunda del órgano, ni los medicamentos, incluidas las hormonas,
ni las radiaciones y demás corrientes curan estos procesos, que a
veces son premalignos. Sólo la cirugía los resuelve bien.
Si surge un tumor maligno en la mama y se tiene la suerte de
que se descubra de manera precoz, el pronóstico será mucho mejor;
el primer remedio que se debe aplicar es el quirúrgico, y después
vendrán otros.
Resulta que en esta rama de la medicina y en el tratamiento
inicial es fundamental una asistencia quirúrgica; por ello, dedica-
mos este capítulo a la recuperación. Todo acto quirúrgico es un
traumatismo, y en estos casos, sobre un ser humano femenino que
históricamente se ha considerado más débil que el hombre. Los
cirujanos sabemos que esta supuesta debilidad se da, muchas veces
247
248 EL SENO FEMENINO
PROBLEMAS PSICOLÓGICOS
La cirugía de importancia media
Cuando se trata de pequeñas intervenciones sobre la mama, que
no suponen estar mucho tiempo en el quirófano, como sucede con
la cirugía plástica, y en las que tampoco queda el seno parcial o
totalmente mutilado, la «paciente» no debe tener cuidado alguno
y, por lo tanto, no suelen desarrollarse en ella situaciones emotivas.
No obstante, en la relación paciente y médico, suele interponerse,
como dificultad, la anestesia. A esta mala disposición que muestran
bastantes pacientes nos hemos referido en detalle en el capítulo 8.
Sin duda, se pueden hacer las intervenciones corrientes con anes-
tesia local; y debe utilizarse cuando la mujer sienta verdadera
aversión. Se le debe hacer notar, no obstante, que una sencilla
anestesia general reducida a simple sueño transitorio y con un fácil
despertar, se pueden practicar pequeñas incisiones en lugares apro-
piados para que queden ocultas y disimuladas las cicatrices. Las
maniobras del cirujano son a veces profundas y deben poder rea-
lizarse sin dolor alguno, sobre todo para extraer tumores situados
en lugares profundos del órgano; esto requiere la anestesia general,
que será de poca duración. La mujer debe ser preparada psicoló-
gicamente para esta realidad.
El seno erótico
El marido
LA RECUPERACIÓN FUNCIONAL
La cicatriz operatoria
EJERCICIOS
1.° Abrir y cerrar el puño, soltando y apretando un trozo
ondulado de gomaespuma en cortas sesiones, que se repiten 8
veces al día. También se usa una pelota de goma del tamaño
adecuado a la mano.
2.° Atrapar y soltar con la mano un trozo de tela, que puede
ser el borde de una colcha o también de una manta, y además atraer
hacia sí la tela. Con esto se estimulan los movimientos de la mano
y del codo, al poner en función todos los músculos de la región.
Repetirlo tantas veces al día como el ejercicio anterior.
3.° Además de estos ejercicios, que son bajo rito o mandato,
lo mejor es procurar desde el mismo día que la operada use su
mano y brazo para todo lo que pueda hacer, hasta el punto que le
permita el dolor. Este ejercicio espontáneo es el mejor de todos
para vestirse, asearse, comer. Es preciso advertir a los acompañan-
tes inevitables de la recién operada que no intervengan, en su buen
deseo, para que «no pase nada y así no se perjudique», puesto que
sucede todo lo contrario; si mueve la mano y el brazo, se adelanta
mucho su recuperación.
4.° Para movilizar el hombro. Esta articulación, y los múscu-
los que la rodean, son los más limitados en su función después de
la mastectomía. Al principio, no se puede poner el brazo en alto
como para mantener una banderita. La razón está en que todos los
tejidos profundos de la axila se retiran, y la cicatriz que se origina
hace que la piel tarde en distenderse y soltarse. Por otra parte, en
RECUPERACIÓN EN LAS OPERADAS DE MAMA 275
LA RECUPERACIÓN DE LA FORMA
A los pocos días de ser operada, ya puede la paciente salir a
la calle e iniciar así con el contacto exterior su recuperación mental
en el sector emocional y afectivo, al sentirse ya transitando por
donde siempre lo hacía. Si tiene ocupaciones, puede acercarse a
vigilar sus negocios. Lo que siempre hay que evitar es que se note
la ausencia del seno por un aplanamiento de los ropajes de su
vestido. Hay que ocupar el sitio vacío; cariñosamente, las decimos
que tienen que ponerse «un matute», que se sitúa fácilmente y se
mantiene en el sujetador habitual. Aunque no esté todavía alcan-
zada por completo la recuperación de los movimientos del brazo,
nuestra costumbre es que las operadas se apliquen pronto una
prótesis externa. Ello en nada las perjudica y se evitan las miradas
y preguntas que las van a hacer sus amistades, si notan la asimetría
en la forma pectoral.
Prótesis externas
Hace años, se preparaban unos «senos supletorios» utilizando
un material gomaespuma que, insertos en la «cúpula» o cazoleta
del sujetador, simulaban la ausencia del órgano extirpado. Ahora,
están usándose las llamadas prótesis externas de mama. Consisten
en unas bolsas que imitan la forma del seno femenino, y que están
rellenas de una sustancia de consistencia gelatinosa (es un gel de
silicona) y que imitan muy bien la consistencia de un seno normal.
Estas prótesis también se insertan dentro de las cazoletas de los
trajes de baño y, naturalmente, no sufren alteración con el agua si
sus portadoras se bañan.
Las antiguas operadas llevan estas prótesis de manera continua
sin la menor molestia. Las prótesis externas se adquieren en tiendas
de ortopedia. Se fabrican también sin contenido líquido pero con
la consistencia conveniente. Son de distintas formas y tamaños
(véase Fig. 11.7). Como instrucciones mencionaremos: las medidas
RECUPERACIÓN EN LAS OPERADAS DE MAMA 279
La prótesis de silicona
Distensión de la piel
Nueva aréola-pezón
En todos los procedimientos de reconstrucción, una vez conse-
guida la semiesfera elegida en su forma y tamaño, se hace un
injerto de aréola-pezón. Los sistemas y técnicas son muy variados
y no tiene sentido describirlos aquí. El «material» para esta recons-
trucción se suele tomar de la misma aréola de la mama restante,
si es de gran diámetro, disposición que suelen tener muchas ope-
radas, sobre todo si son algo gruesas y con mamas voluminosas.
Si no se puede disponer de parte de la aréola, por tener una mama
restante con dicha aréola pequeña, se toma una zona circular cu-
tánea de la parte interna y superior del muslo, donde la piel, muy
284 EL SENO FEMENINO
Conclusión
La reconstrucción de un seno extirpado no es una intervención
de ensayo que puede no conseguirse. Actualmente, es una efectiva
realidad. Es cierto que tiene distintos tiempos, pero algunos pueden
hacerse en una misma intervención y con una única anestesia.
Algunas maniobras se pueden realizar utilizando anestesia local.
En cada caso, según las condiciones de la región y de los tejidos,
así se hará el programa de los distintos tiempos operatorios, en
relación con el caso clínico.
La colaboración psicológica de la paciente es por completo
necesaria. Tiene que comprender que los distintos tiempos y ma-
niobras no son vacilaciones del cirujano ni el fruto de los malos
resultados obtenidos lo que obliga a otra nueva intervención. Esta
RECUPERACIÓN EN LAS OPERADAS DE MAMA 285
EL SUJETADOR
Demostramos nuestro gran interés dedicando un apartado a este
accesorio indispensable de la mujer, desde el punto de vista de la
protección y la salud de sus senos. Como todo lo que a la mujer
pertenece en su atuendo, el sujetador también puede ser un noble
componente ornamental. Es inevitable que aparezca en las conver-
saciones, en escritos humorísticos y galantes, sobre todo en las
muestras gráficas que vemos continuamente, en las revistas y en
la televisión; «los sujetadores», que antaño se denominaban «sos-
tenes», llevan consigo un gran contenido erótico. Es forzoso que
todo lo que se relaciona con el seno femenino, parte bella de la
mujer y de gran sentido sexual para ella misma, dé lugar a muy
variados juicios.
Prescindiendo de los comentarios frivolos, aquí nos referimos
de manera esencial a la importancia que tiene el sujetador para
mantener una situación perfecta del seno. Esto significa que pro-
tege al seno impidiendo que se deforme por el efecto de un factor
constante que envejece el cuerpo humano: la gravedad. Con los
conocimientos actuales de anatomía y funciones del seno femeni-
no, es indispensable para la mujer llevar el sujetador; y recalcamos,
repitiendo a propósito, la palabra. Además, se evitan estados do-
lorosos por neuritis de tracción, que luego detallaremos.
El seno femenino se desarrolla en su plenitud, en la mayoría
de las mujeres de nuestra raza, entre los 15 y 17 años, hasta los
19-21 años. Después, es preciso protegerse contra la tendencia a
una inevitable deformación, que se producirá si se mantiene libre,
o sea suelto, bajo las vestiduras. Debemos considerar que la acti-
vidad humana de la mujer actual alcanza hasta los 50 años y se
prolonga, en la fémina elegante y bien vestida, de manera indefi-
nida. Al llamado «seno libre» se le ha dado, por la misma mujer,
un sentido de comportamiento individual, e incluso un sentido
político y social. Es una solemne tontería confundir el concepto de
libertad e independencia de la mujer con llevar o no un sujetador.
Es una equivocación de algunas féminas aprovechar esta coyuntu-
ra, que sólo consigue descoyuntar sus senos. En lo profundo, po-
siblemente es un deseo de comodidad y también de desidia. Lo
comparamos con no llevar zapatos por ser el calzado una «muestra
de civilización». Ambos elementos del atuendo femenino protegen;
toda otra consideración es pintoresca en estos tiempos.
En este preámbulo, hemos querido resaltar la importancia, para
toda mujer, de utilizar el sujetador como prenda habitual de su
vestuario. Con mucha más razón si sus senos se «pasan» de tama-
302 EL SENO FEMENINO
Clases de sujetadores
En las figuras que se incluyen en este capítulo presentamos una
variedad de sujetadores que actualmente están en uso y venta. Esta
información se complementa con la gran variedad de escotes que
también se incluye en otros apartados.
Lo importante es elegir los sujetadores que tengan la debida
separación, para no juntar ambos senos (Fig. 12.1), ya hemos
explicado las razones de ello.
pero sobre todo densas y muy pesadas, son dos tipos de modifica-
ciones por debajo de la piel y en la piel misma. La primera, que
conocen muy bien las mujeres, es una señal sobre el borde de la
línea de base de cuello y hombro, producida precisamente por la
hombrera del sujetador. La piel está siempre enrojecida e irritada;
por debajo, y a nivel del tejido subcutáneo, se endurece. Es lo que
vulgarmente se llama una especie de callo disimulado. El peso de
los senos exagerados se trasmite a la hombrera y origina esta señal,
que es un pequeño estigma o denuncia del peso que actúa más
abajo. La segunda lesión la tienen casi todas las mujeres que usan
el sujetador, incluso de tamaño normal. La observamos los médicos
cuando hacemos intervenciones sobre las mamas en mujeres que
han sobrepasado la cuarentena. La utilización continua del sujeta-
dor produce unas uniones profundas de los tejidos, verdadera sol-
dadura entre sus distintas capas. Esta nueva disposición anatómica
local, la denominamos «síndrome del sujetador» y, si bien dificulta
hacer ciertas disecciones, es una cuestión puramente profesional
que aquí en divulgación, carece de interés.
El síndrome del sujetador no suele producir ninguna especial
molestia, a no ser que la mujer lleve muy apretada esta prenda, si
además de tener senos muy voluminosos está bastante gruesa. Lo
único que se nota es una dureza profunda a lo largo del surco
mamario, pero no suele existir un dolor fijo y molesto.
Si mencionamos este tipo de alteración que puede producir el
sujetador es para evitar una posible confusión. Hay una forma de
cáncer de mama, por otra parte poco frecuente dentro de estas
enfermedades malignas, que es el cáncer submamario pre-habitual
de la mama, por restos glandulares que se denominan aberrantes, es
decir, que están «fuera de su sitio». No se ha demostrado nunca
que este cáncer sea provocado por el sujetador, pues se conocía ya
en épocas en que la mujer no llevaba nunca esta prenda. La
importancia de la noticia reside en que, si una mujer descubre
alguna dureza localizada por debajo de la mama, en el surco
submamario, no debe atribuirla a su sujetador ni ha de mantenerse
indiferente ante este hallazgo, sino consultar con un médico com-
petente.
Hay infinidad de mujeres que tienen lunares en la piel. Estos
«granos de belleza», según galante expresión francesa, pueden
irritarse con el roce continuo de los elementos de un sujetador.
Todo lunar que aumente de tamaño, tenga escamas y sobre todo,
se agriete o incluso sangre, debe tratarse, por ser un probable
comienzo de cáncer cutáneo. Naturalmente, este aviso no significa
que los sujetadores sean peligrosos sobre una piel normal.
312 EL SENO FEMENINO
ideal. Por otra parte, no sólo está la estética; hay que incorporar
el contenido del seno femenino, es decir, su estructura. Es curioso
que, en los excelentes tratados de cirugía plástica, se repite todo
lo que se refiere a la forma, al tamaño y al estado elevado o
colgante. Nada, absolutamente nada, de la estructura del órgano,
cuando precisamente del contenido de la mama depende, en todo
momento, su estado y las posibles enfermedades, benignas y ma-
lignas, del órgano que pueden darse. Es importantísimo, en la
cirugía plástica y estética, conocer la estructura del seno, antes de
operar y también conocer su evolución a medida que pasan los
años tras la cirugía practicada.
La perfección del seno femenino depende por una parte de
cómo es su estructura. Sobre ello se debe consultar el Capítulo 4,
donde se resumen las distintas estructuras. Sobre la forma, volu-
men y situación del seno en el plano anterior del tronco de la
mujer, se debe leer, en el Capítulo 5, «Silueta femenina perfecta
del busto», así como los aspectos médicos y quirúrgicos plásticos
para corregir estos defectos.
Hay pocas mujeres que estén contentas con la forma y aspecto
de sus mamas; es lógico que tengan un íntimo deseo de mejorarlas,
pues en los tiempos actuales, el seno femenino es un elemento
fundamental del conjunto corporal femenino que, trasladado al
lenguaje del mundo de la belleza y de la elegancia, se expresa con
la línea de la mujer. Y no se trata de la mujer quieta, sino la «lí-
nea» es también cómo se mueve la mujer, cómo se desplaza y toma
asiento, interviene en deportes y actúa con naturalidad. Como todo
ser humano, no es sólo forma, sino también movimiento y actitud.
Como observadores neutrales, vemos a bastantes mujeres que
tienen unos senos perfectos, verdaderamente fabulosos en su con-
junto, y ellas mismas ni se dan cuenta de semejante cualidad
corporal. Cuántas veces, no obstante la belleza de su busto, lo
consideran en su sencillez, un dato insignificante.
Esta parte se presenta con un largo título que nos parece ne-
cesario. El escote se hace a costa del traje, y este ropaje lo li-
mita hasta suprimirlo como tal escote o lo ensancha, haciéndolo
aparecer a veces como la envoltura de los senos. Todo esto está
dirigido, a través de la historia, por la moda, que es la evolu-
ción del traje: se trata de dictados y normas ondulantes en cada
tiempo.
Recordaremos lo cambiante de la moda de cada época. Pero
también la incongruencia de algunas modas hace recordar una
agudeza, entre tantas, de «Osear Wilde», cuando dice: «Después
de todo, ¿qué es la moda? Por lo general, una fea deformidad que
tenemos que cambiar cada seis meses». Nos parece mejor, y con
más sentido práctico, el juicio de la deliciosa Cólette, cuando
escribe: «Quien huye de la moda, pasa solamente al lado de la
vida». Es natural que ella pensara así, pues vivió intensamente en
el París de 1850 y recogió en sus novelas la vida mundana de
aquella gran ciudad, que era casi el centro del mundo.
De otra parte, la pequeña historia que suele ser la moda,
también es un gran indicador de las costumbres y del comporta-
miento social. Siguiendo esta idea, nos parece oportuno citar lo
escrito por Anatole France sobre la moda: «Si yo tuviera que
elegir, a los cien años de mi muerte, entre una enorme pila de
libros publicados en este tiempo, no seleccionaría una novela de
esta biblioteca. Yo querría coger únicamente una revista de moda;
así, podría ver lo que las mujeres vistiesen cien años después
de mi partida. Estas vestimentas me dirían más de la humanidad
del futuro que todos los filósofos, novelistas, profetas y profe-
sores».
320 EL SENO FEMENINO
Las Amazonas
Este reino de mujeres aparece citado por numerosos historia-
dores griegos y se funden sus noticias con las historias poéticas de
la mitología. Las amazonas históricas han existido sin la menor
duda como afirma Carlos Alonso del Real, catedrático de Historia
Antigua. El mayor río del mundo, el río de las Amazonas, fue así
bautizado, según contaron las crónicas de Fray Gaspar de Carvajal,
porque vio mujeres indias combatiendo en sus orillas, cuando llegó
con la expedición española de Orellana. Los españoles descubri-
dores eran hombres cultos y encontraban nombres oportunos; así
ocurrió al llamar río Amazonas al descubierto, que era como un
mar de agua dulce y sin límites.
Este arquetipo de mujer guerrera, que formaba tribus y nacio-
nes con sus jefes, también mujeres o reinas, se ha sucedido en
distintos lugares y épocas de la Humanidad. Incluso alcanza al
tiempo presente, en que la mujer ingresa en las unidades del
ejército, como un soldado y futuro oficial.
Las amazonas mitológicas nos las presentan las esculturas y los
dibujos de los vasos griegos como mujeres a las que les falta el
seno derecho. Los artistas del Renacimiento utilizaron este motivo
para hacer bellísimas esculturas. De niñas, se les cauterizaba el
incipiente seno para que no se desarrollase y pudieran manejar con
facilidad el arco y las flechas. Estas extirpaciones rituales, no de
tipo médico, sirvieron para las futuras mastectomías que luego se
hicieron en la «medicina clásica», y que utilizaron también la
cauterización como medio hemostático.
Las túnicas y demás vestimentas tapaban el lado derecho y
dejaban la mitad del tórax izquierdo con la mama de ese lado
íntegra (véase Fig. 12.6). Este dispositivo de sujetar el vestido en
un solo hombro fue después denominado escote de clámide. Los
actuales modistos que diseñan estos vestidos y las elegantes muje-
res que se los ponen ignoran que los escotes de clámide se pla-
nearon para tapar el defecto de la ausencia de un seno.
La mujer de Egipto
El antiguo Egipto nos ha legado muchas imágenes de la indu-
mentaria de la mujer y de la relación de los senos con las vesti-
duras que allí se usaban tres mil años antes de nuestra Era.
Es curiosa la total diferencia que se establecía la masa general
femenina del pueblo llano, la cual mostraba siempre los senos
femeninos al descubierto; para llevar ropajes que ocultaran la parte
anterior del pecho, se precisaba una categoría especial.
Por el contrario, en las minorías femeninas selectas, los senos
estaban por completo tapados. El escote, como se concibe ahora,
no existía; las ropas llegaban, de forma circular, a la base del
cuello. Si bien en las magníficas esculturas, en los bajorrelieves
y en los dibujos de los papiros el círculo armonioso de las
mamas se dibujaba siempre bajo los ropajes, en figuras tan estili-
zadas, donde el conjunto de los ornamentos de la cabeza y hasta
de la barbilla se confunden con adornos en el sexo masculino, era
LOS CUIDADOS DEL SENO FEMENINO 323
las plegadas telas de sus túnicas. Eran senos libres, que se mostra-
ban en su situación y tamaño.
alas y hasta el cuello por detrás y, por delante, hasta los ojos, lo
que suprimía la frente, y con forma de campanas («Cloches»). La
feminidad se defendía con la exhibición de escotes alargados,
piernas al aire y dando al cuerpo libre toda la movilidad posible.
Pero en la vida cotidiana, sin el fondo de música y la necesaria
movilidad de la danza, la masa femenina transitaba con unos ves-
tidos de colores monótonos, rectos y muy poco favorecedores. Las
mujeres bajas y algo gorditas quedaban aplanadas por aquellos
sombreros que tapaban el ornato del pelo y la gracia de un cuello
despejado. La mujer aprendió a llevar corto el pelo y que esto tenía
un gran encanto. Aquellos nuevo peinados se llamaron a lo
«gar9on». La moda de las cinturas, caderas y senos aplanados pasó
pronto.
En aquellos últimos «años de paz», la vida de la sociedad se
hizo muy turbulenta. Las mujeres dejaron aquella especie de uni-
formes modelo charlestón y volvieron a los escotes que, en trajes
de noche, se prolongaban por la espalda hasta casi la cintura.
Desaparecieron los horribles sombreros «cloches» y fueron susti-
tuidos por sombreros pequeños, muy variados y graciosos. Fueron
los trajes de noche enormemente escotados; incluían en lo descu-
bierto los hombros y la espalda, y sus ropajes llegaban en capana
hasta el suelo. En el resto de los vestidos, las piernas se mostraban
de manera normal y las faldas alcanzaban la rodilla.
Se introdujo la moda de los trajes de corte sesgado; la oblicui-
dad permitía que las telas se ajustaran al cuerpo femenino, resal-
tando su belleza natural. Esto se reflejó en escotes también am-
plios, graciosos y sesgados, sujetos sólo por un hombro y con el
otro libre. Es el escote en clámide, ya usado en épocas ancestrales
por las míticas «amazonas» y por la mujer griega.
Los grandes escotes se denominaron desde entonces «de pala-
bra de honor». Las modistas «certificaban» que la línea horizontal
del límite del buen gusto y la elegancia no descubrirían nunca la
zona conflictiva de la aréola-pezón.
La ropa interior tuvo que simplificarse, para no aumentar es-
pesores corporales. Se suprimieron los camisones más o menos
pomposos y adornados, cambiándolos por pijamas muy análogos a
los masculinos.
De otra parte, muchas mujeres iban vistiendo trajes con corte
masculino y tipo uniforme. Los empezaron a usar asociaciones
feministas con distintas finalidades, incluso con carácter religioso
y moralizante, pero también para distinguirse la mujer que estaba
afiliada a organizaciones sociales y al fascismo. La mujer tapó sus
senos, suprimió los escotes y mitificó su femenidad, pues incluso
342 EL SENO FEMENINO
AUTOEXPLORACIÓN DE LA MAMA
La mujer, debe ella misma, explorarse sus senos una vez al mes
Toda mujer debe leer con el mayor cuidado estas instrucciones,
para adquirir la costumbre de comprobar por sí misma el estado
de sus senos y poder descubrir, lo antes posible, una anormalidad.
Debe comenzar muy pronto a tener este hábito y, desde luego, lo
hará siempre que haya cumplido los 30 años. La finalidad es
descubrir la aparición de un proceso maligno y, a la menor duda,
acudir a una consulta médica.
Esto se está haciendo en todos los países civilizados y es una
contribución muy necesaria, por parte de la mujer, en las conocidas
campañas que, de manera oficial, se hacen en todo el mundo.
Como interesa descubrir no sólo la aparición de un proceso malig-
no, sino cualquier otra enfermedad, se recomienda que, en plena
juventud, las mujercitas se habitúen a las maniobras que luego
detallamos. Deben saber que el cáncer de mama se desarrolla a
veces sobre procesos benignos de la mama al cabo de varios años
de padecerlos. Esta es la razón de hacer estas exploraciones de
manera rutinaria, a partir por lo menos de los 30 años.
Método
1. Toda mujer debe saber que sus glándulas mamarias tienen
posibilidad de enfermar y, por lo tanto, conviene que conozca
algunos datos sobre estas cuestiones. Así, resulta que a lo largo de
su vida hay cerca de un 15 por 100 de mujeres en España que
pueden padecer alguna enfermedad en los senos. En otras naciones,
como en los Estados Unidos, la posibilidad de enfermar el seno
femenino de un proceso grave, llega a ser de una mujer por cada
ocho. Afortunadamente, en España la proporción es mucho menor
para procesos malignos.
350 EL SENO FEMENINO
la raíz del brazo y dentro de la axila. Hay que recorrer todas las
partes de la mama sin dejar ninguna por tocar.
11. Figura 12.12. Después de hacer los movimientos circula
res y de palpar el fondo de la axila, deslizar la mano por todas las
zonas de la mama; de fuera a dentro y de dentro a fuera, compri-
miendo la glándula sobre la pared del pecho.
12. Si se explora la mama derecha, levante el brazo de ese
lado, poniéndolo detrás de la cabeza, y utilice la mano izquierda
abierta para el tacto y la exploración. Si se explora la mama
izquierda, haga lo mismo, pero cambiando de mano y levantando
también ahora el brazo izquierdo; use la mano derecha para tocar.
13. Nunca se la ocurra tocar el pecho con la mano del mismo
lado; lo haría mal y con menos tacto que si emplea la mano
contraria. Haciéndolo así equivocadamente se logra peor tacto y al
tocarse puede considerarse un falso tumor u otra anormalidad de
una manera errónea.
14. Nunca explore su mama agrupando los dedos y
cogiéndola entre el pulgar y el resto de los dedos. Así siempre
encontrará bultos y partes gruesas que no son enfermedades, sino
su propia grasa y su glándula.
15. Si se acuesta sobre una cama dura, ponga una pequeña
almohada debajo de los hombros y relájese; podrá así explorarse
con mayor perfección y seguridad. Haciéndolo de esta manera,
tarda más tiempo, pero resulta más completo.
16. También puede estar sentada para hacer la
autoexploración de sus mamas. Si lo practica despacio, con
suavidad y recorre todas las zonas y la axila, puede descubrir
algún bulto o engrosamiento en sus senos. Haga igual que
cuando esté echada: levante el brazo por detrás de la cabeza y
haga el tacto con la mano opuesta.
17. Cuando, al hacer el tacto, encuentre algo que le parezca
extraño, cambie de mano y de posición el brazo y toque el sitio
simétrico. Aunque los senos no suelen ser iguales en una misma
mujer, sí vienen a tener en puntos simétricos la misma consistencia
y una sensación en el tacto profundo que resulta igual si hay
normalidad.
18. Si la mujer se acostumbra a explorarse por sí misma las
mamas una vez al mes, adquiere este hábito, y con él, una defensa
de su vida, al poder acudir a tiempo y ser tratada. Algunas mujeres
que se descubren algún trastorno no se atreven a consultar, por
miedo a ser operadas y mutiladas.
19. Hay una creencia que ha divulgado la ignorancia: cuando
una mujer tiene un tumor maligno en la mama, ya no hay remedio
LOS CUIDADOS DEL SENO FEMENINO 353
C
E
Cáncer de mama, cfr. Lesión maligna
de mama. Ecografía, 44, 49, 53-57, 165, 209.
368 EL SENO FEMENINO
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El cáncer de mama se puede curar hoy. Lo importante es hacer un diagnóstico
inicial y un tratamiento adecuado en cada caso y situación, de aquí la gran
importancia de los controles periódicos y catalogación de la estructura glandular
mamaria en los casos de enfermedad benigna con potencia de malignidad.