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1.- ¿Por cual deidad estaba personificada la verdad para los antiguos griegos?
3.- ¿En general como entienden los filósofos griegos a la verdad que se relaciona con
la realidad?
4.- ¿Cuáles son los filósofos que relacionan la verdad con la esencia?
5.- ¿Quién sería el filósofo que relaciona la verdad con el lenguaje e inicia la teoría
de la correspondencia?
5.1. EL CONOCIMIENTO COMO PROBLEMA
¿Qué significa la palabra conocimiento? ¿En qué consiste el conocer? ¿Es posible
realmente el conocimiento? ¿Cuáles son los fundamentos de nuestro
conocimiento? ¿Hasta donde alcanza nuestra capacidad de conocer?.
Se llama Teoría del Conocimiento o Gnoseología (del griego gnosis que significa
conocimiento) este examen crítico de los problemas del conocimiento hecho por
la filosofía.
La palabra aprehensión quiere decir captación, captura, acción de coger una cosa.
Pero es evidente que cuando la empleamos para describir el acto del
conocimiento, no la empleamos en un sentido físico o material. Cuando
conocemos no cogemos un objeto de la misma manera que lo hacemos cuando
lo tomamos con las manos. Aprehensión, entonces, significa una cierta captura,
una captación de los objetos, pero puramente mental.
Y esto debe ser así porque si el conocimiento fuera una operación material de
captura, transformaría al objeto, haría de él otra cosa, cuando de lo que se trata
es más bien de captarlo tal como es. Por otro lado, es necesario admitir también
que si el sujeto no llega hasta el objeto, si no toma contacto con él y se queda
encerrado en sí mismo, entonces no puede haber aprehensión y el conocimiento
no se efectúa. En el conocer, el sujeto toma contacto con el objeto, pero de una
manera no física.
Por otro lado, sobre esto último, debemos aclarar que cuando decimos que el
acto de conocimiento consiste en un proceso mental gracias al cual se aprehende
psíquica y no físicamente al objeto, no queremos decir que en el acto cognoscitivo
no intervienen, de modo absoluto, procesos corporales, ni tampoco negar que
muchas veces para conocer los objetos sea necesario operar físicamente con
ellos. Para todos es obvio que quien quiera conocer de qué color es un objeto,
tiene que emplear el órgano de la vista y por tanto poner en marcha ciertos
procesos corporales (al margen de la discusión acerca del hecho de si los sentidos
nos brindan o no posibilidades reales de conocimiento).
Todos también sabemos que en las ciencias experimentales como la química, por
ejemplo, es necesario provocar ciertas reacciones en las substancias con el fin
de conocerlas mejor. Todo esto debe ser reconocido y aceptado ciertamente.
Pero se trata de no confundir estos procesos y operaciones fisiológicas y físicos
con el acto mismo de conocer que es mental. Los procesos y operaciones de
orden biológico y físico son preparatorios y condicionantes del acto mismo del
conocimiento, de la aprehensión cognoscitiva propiamente dicha cuya naturaleza
es psíquica.
En torno a la posibilidad del conocimiento de las cosas, por parte del ser humano,
existen una serie de tendencias que fundamentan sus posiciones gnoseológicas
al respecto, siendo las más representativas, las siguientes:
1.- El Escepticismo y el Agnosticismo.-
Son dos posiciones gnoseológicas afines, cuyas concordancias eliminan sus
diferencias. Su tesis reside en la negación de la posibilidad del conocimiento,
son los más lejanos precursores del neopositivismo. Teóricamente, para
éstos, no hay ningún saber firme, no puede encontrarse nunca ninguna
opinión absolutamente segura; prácticamente es una actitud que encuentra
en la negativa a adherirse a ninguna opinión determinada, en la suspensión
del juicio, la “salvación del individuo”, la paz interior.
2.- El Relativismo.-
Sostiene que no existen verdades absolutas, sino que todas las llamadas
verdades son en realidad relativas. En consecuencia, la verdad o la validez
de una proposición o de un juicio dependen de las circunstancias o
condiciones en que son formuladas. Estas circunstancias o condiciones
pueden ser pueden ser una determinada situación, un determinado estado
de cosas o un determinado momento.
El primer relativista fue Protágoras de Abdera quien sentenció que “el hombre
es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, de las que no
son en cuanto no son”.
La negación de la verdad objetiva, de la verdad universal, los hace postular
una verdad subjetiva, o sea, los hace negar en sentido estricto la verdad, al
asumir posiciones relativas, subjetivas.
Sus representantes contemporáneos fueron Spengler y Arnold Toynbee. En
Perú, Haya de la Torre fue influenciado por esta corriente gnoseológica y
adoptó el relativismo histórico como filosofía del APRA a través de su Teoría
del Espacio-Tiempo Histórico.
3.- El Racionalismo.-
Posición que surgió históricamente en contraposición al teologismo medioeval
de la escolástica, sostiene que el origen del conocimiento está determinado
por la razón, la fuente del conocimiento tiene como punto de partida y de
llegada al pensamiento.
Sus representantes más connotados fueron Renato Descartes, Baruch
Spinoza, y Gottfried Wilhelm Leibniz.
4.- El Empirismo.-
Sostiene que a fuente del conocimiento, el origen del conocimiento, está dado
por la experiencia, por los sentidos, por lo sensorial.
El más caracterizado representante fue John Locke quien en su Ensayo sobre
el entendimiento humano, niega la existencia de las ideas innatas afirmando
que “la mente es,... un papel en blanco, libre de toda inscripción, sin ninguna
idea” (concepto de la tabula rasa). Continúa afirmando que todas las ideas
vienen de la sensación (sensualismo) o de la reflexión, pues (nada está en el
intelecto que no haya pasado antes por los sentidos).
5.- El Pragmatismo.-
Según el pragmatismo los pensamientos no son más que instrumentos por
los que los seres humanos intentan lograr ciertos fines y deben ser juzgados
por su eficiencia en servir a estos fines, así, las creencias son instrumentos
para tratar la experiencia y deben ser juzgadas como tales.
Sus representantes fueron Holmes, Fiske, Peirce, James, Schiller, Dewey,
caracterizados en su conjunto por adoptar una posición idealista subjetivista
relativa al condicionar la verdad al criterio independiente del sujeto de
utilidad.
En realidad, como descubre Wells en su obra El Pragmatismo, filosofía del
imperialismo, la verdad está subordinada sólo a los gustos, caprichos e
intereses de las clases dominantes.
El pragmatismo, finalmente se ha integrado al neopositivismo.
6.- El Neotomismo.-
En sentido estricto, no es una verdadera corriente filosófica sino, más bien.
Teológica, pues centra el problema de la verdad del conocimiento, de forma
subordinada, en torno a Dios quien, en su forma pura, es fuente de toda la
verdad.
Tiene su sustento en Tomás de Aquino, falsificador de Aristóteles, cuyo
pensamiento fue cristianizado por aquél. Tomás de Aquino sintetiza su
pensamiento gnoseológico con esta expresión: “pero Dios es su propia
esencia. Luego, Dios es la misma verdad, sea que nos refiramos a la verdad
del entendimiento, o a la verdad objetiva”.
Sus actuales representantes son James Maritain, Gilson, Bochensky y Pierre
Teilhard de Chardin.
7.- El Neopositivismo.-
Representado históricamente por tres variantes de una misma familia (el
positivismo), a saber:
a. El positivismo lógico, representado por R. Carnap, quien puntualiza que el
análisis del lenguaje es considerado uno de los métodos por excelencia de la ciencia
de la ciencia. Mientras que el positivismo lógico da relieve al lado lógico de este
análisis, aquí se lleva a cabo desde varias direcciones (empirismo científico), incluidos
los aspectos biológico y social de las actividades del lenguaje y del conocimiento.
b. El positivismo lingüístico, representado por P.L. Reath, quien ratifica la
particularidad del neopositivismo al señalarle en definitiva una restricción de la
filosofía a la tarea de eliminar sus propios problemas, clarificando el lenguaje en la
estructuración de éstos. En sentido riguroso, esta es una filosofía que encuentra
como precursores a Platón y a los idealistas subjetivos como Berkeley, Hume y en
parte Kant.
c. La filosofía analítica, que desliga el lenguaje de la realidad y lo convierte en
una actitud metafísica e idealista subjetiva. Esta representada por Neurath, Carnap,
Reichenbach, Hempel, Popper, Morris, Ayer, Schlick y, principalmente, por Ludwig
Wittgenstein.