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HISTORICISMO

El historicismo es una tendencia filosófica, inspirada en las ideas de Benedetto Croce y Leopold
von Ranke, que considera toda la realidad como el producto de un devenir histórico. Concibe
al ser esencialmente como un devenir, un proceso temporal, que no puede ser captado por la
razón.
¿Dónde se originó el historicismo?
Corriente de pensamiento que surge en Alemania a finales del siglo XIX.

¿Cuándo se creó el historicismo?


Corriente de pensamiento que surge en Alemania a finales del siglo XIX.

¿Cuántos años duró el historicismo?


Duró desde comienzos del siglo XX a los años treinta, pero evolucionó desde
un historicismo rígido hasta el regionalismo.

El Romanticismo, como sabemos, propició el nacionalismo y, con él, la búsqueda de un pasado


ideal, una patria perdida. Esto supone un sentimiento de nostalgia. La exploración del
pasado se hizo en la nacional y en pleno siglo XIX eso significaba la España surgida con la
Reconquista. De ahí que la arquitectura principalmente volviera al pasado para buscar
modelos, y los encontró en los estilos medievales de manera que puede decirse—a pesar de la
presencia de aislados resurgimientos platerescos o barrocos—que el medievalismo es lo que
caracteriza al historicismo arquitectónico decimonónico en España. Claro que, junto a este
medievalismo, se dio un movimiento de recuperación de la arquitectura popular—por llamarla
así—en la que cabe destacar el regionalismo sevillano. Pero vayamos por partes.
Entre los estilos medievales—visigótico, bizantino, románico…—el que se llevó la parte del
león fue, sin duda, el gótico de manera que en España se levantaron
bastantes edificios neogóticos, pero también se concluyeron en este estilo edificaciones
medievales que se encontraban sin terminar. Un buen ejemplo puede ser la Catedral de Sevilla,
cuya fachada principal muestra tres portadas siendo la central neogótica: comparándola con las
otras dos, propias del gótico tardío, se puede apreciar el significado del historicismo.
La Basílica de Santa María la Real de Covadonga es el ejemplo clásico de arquitectura
historicista: de planta neorromántica y gran unidad de estilo, se edificó entre 1877 y 1901. La
iglesia de San Juan Bautista, en Arucas (Canarias), construida durante el siglo XX, es un
ejemplo de neogótico totalmente descontextualizado, pues en las Islas Canarias el gótico no
desempeñó ningún papel. Otros edificios—civiles y religiosos—tuvieron una inspiración
semejante; pueden mencionarse el Palacio Episcopal de Astorga, obra de Gaudí, o el Castillo
de Butrón en Vizcaya.
Dado que estamos en España, es lógico pensar que también fueron fuente de inspiración
las arquitecturas hispano-musulmanas: la Alhambra, la Giralda o la Mezquita de Córdoba,
etc. Lógicamente, también el mudéjar, característico de España, tuvo su impacto. Así ganó
importancia el arco de herradura lobulado, los artesonados, los salones musulmanes, etc. Desde
un cierto punto de vista, al menos, se trata de estilos que tienen certificado de nacimiento y
defunción, pues no podían responder a las nuevas necesidades que se le planteaban a la
arquitectura.
Por otro lado, el regionalismo sevillano, en el que destaca la figura de Aníbal González, nutrió
durante un tiempo esa corriente historicista. Duró desde comienzos del siglo XX a los años
treinta, pero evolucionó desde un historicismo rígido hasta el regionalismo. Edificios
característicos pueden ser la Plaza de España, el Pabellón Mudéjar, el Museo Arqueológico
o el Pabellón Real, todos ellos en Sevilla.

El historicismo es una corriente de pensamiento. Esta afirma que la realidad, todo lo que
conocemos y los hechos que suceden, son producto del desarrollo histórico.
Para la corriente historicista no hay sucesos aislados, sino que siempre existe una conexión
entre el pasado y el presente, la cual explica y da sentido a los fenómenos que ocurren. Cualquier
hecho o fenómeno puede ser explicado a través del análisis histórico. Se opone frontalmente al
a historicismo, doctrina que analiza los hechos como fenómenos espontáneos, carentes de
relación histórica.

El marxismo se configura como una ideología historicista. El materialismo histórico entendía


la evolución del hombre y de la sociedad, producto de la lucha entre burgueses y obreros;
poseedores de los medios de producción y quienes los trabajaban. Para el marxismo, cualquier
escenario por el que ha pasado la humanidad se explica en el análisis de esta lucha. De
hecho, Marx estableció cinco escenarios, cada uno es una evolución del anterior. En el último,
el hombre se ha desatado de las cadenas capitalistas y convive en perfecta armonía en una
sociedad comunista.

Características del historicismo

Entre las características que presenta el historicismo, podemos destacar las siguientes:

• La realidad es el producto del devenir de la historia.


• Se analizan los hechos y su relación con la historia, con el fin de encontrar pautas de
comportamiento comunes.
• No se pueden establecer leyes generales e inamovibles, puesto que los fenómenos dependen del
desarrollo de hechos anteriores.
• Necesidad de contextualización. Dado que no ocurren hechos aislados y espontáneos, es
necesario poner en contexto cualquier fenómeno que se quiera explicar o analizar.
• Oposición al ahistoricismo, corriente que defiende la inexistencia de interconexión entre los
fenómenos sociales.

Historicistas famosos

Entre los historicistas más destacados, conviene señalar los siguientes:

• Leopold von Ranke (1795): Considerado el primer autor historicista, a través de la obra
«Historia de los Pueblos Romanos y Germánicos», publicada en 1824. Una de sus principales
aportaciones fue la imparcialidad, el investigador debía apartarse de todo juicio sobre los hechos
que estaba investigando. Siendo los hechos que ocurrieron los únicos portavoces. También fue
muy conocido por sus grandes investigaciones sobre la historia alemana, además de instruir a
numerosos historiadores. Desarrolló su obra durante el siglo XIX.
• Benedetto Croce (1866): Considerado uno de los más importantes historicistas, gran parte de
su formación fue autodidacta. Fue muy conocido por desarrollar el concepto de «historicismo
absoluto». Algunas de sus obras muy conocidas fueron «España en la vida italiana durante el
renacimiento» y «La historia del reino de Nápoles».
• Antonio Gramsci (1891): Fundador del partido comunista italiano y gran teórico marxista,
Gramsci entendía que todos los fenómenos sociales no podían ser apartados de su contexto.
Así, el entendía que el proceso que sigue la historia está totalmente condicionado por los
sucesos y acontecimientos anteriores. La posición de los obreros y patrones es el resultado de
una lucha constante en una lucha entre explotador y explotado.

¿Qué es el historicismo?

Doctrina según la cual el conocimiento de los asuntos humanos tiene un


carácter irreductiblemente histórico de modo que no puede haber una perspectiva
ahistórica desde la cual comprender la naturaleza humana y la sociedad. Lo que se
precisa es una explicación filosófica del conocimiento histórico que dé razón del
conocimiento correcto de las actividades humanas. Así visto, el historicismo puede ser
tenido por una doctrina filosófica que se origina en los supuestos metodológicos y
epistemológicos de la historiografía crítica. A mediados del siglo XIX
ciertos pensadores alemanes reaccionan contra el ideal positivista de la ciencia y el
conocimiento rechazando los modelos científicos de conocimiento para
reemplazarlos por otros de tipo histórico. Aplican este principio no sólo a la historia,
sino también al derecho, a la teoría política y a considerables fragmentos de la
filosofía. Comprometido inicialmente con algunos problemas metodológicos en
disciplinas particulares, el historicismo, tal y como se desarrolló, se vio obligado a
ofrecer una doctrina filosófica común capaz de afectar a todas esas disciplinas. Lo que
es esencial a la hora de obtener conocimiento en el terreno de las ciencias humanas es
servirse de las vías de comprensión que se usan en los estudios históricos. En el campo
de las ciencias humanas no se deberían buscar leyes naturales; el conocimiento debería
ser interpretativo y hallarse conectado con episodios históricos concretos. De ese
modo, sería inherentemente contextual (contextualismo) y dotado de perspectiva.
Esto hace surgir el problema de si el historicismo no será un cierto tipo de relativismo
histórico. El historicismo parece estar comprometido con la tesis de que, dado cierto
grupo de individuos, aquello que éstos pueden afirmar de una manera
incontrovertible está determinado por la perspectiva histórica característica desde la
que contemplan la vida y la sociedad. La insistencia en su carácter único y en su
especificidad concreta, así como el rechazo a cualquier apelación a leyes de tipo
universal del desarrollo humano refuerzan el anterior punto de vista. Sucede, sin
embargo, que el énfasis sobre el desarrollo acumulativo que tiene lugar en
marcos amplios de nuestro conocimiento histórico pone en cuestión la conveniencia de
identificar el historicismo y el relativismo histórico. El tratamiento anterior del
historicismo es el desarrollado por sus principales impulsores: Meinecke, Croce,
Collingwood, Ortega y Gasset y Mannheim. En el siglo XX, y debido principalmente
a pensadores como Popper y Hayek, cobra actualidad una concepción bastante distinta
del historicismo. Para éstos, ser historicista equivale a creer en la existencia de «leyes
históricas», a creer en una «ley del desarrollo histórico» y en la existencia de un
patrón en la historia, e incluso de un fin, y en que su descubrimiento es la tarea central
de la ciencia social. Asimismo, creen que esas leyes deben determinar la dirección de
la acción política y social. Popper y Hayek atribuyen esta doctrina (aunque de modo
incorrecto) a Marx, para denunciar a continuación y con acierto, su carácter
pseudocientífico. No obstante, es verdad que algunos marxistas posteriores (Lukács,
Korsch y Gramsci) fueron historicistas en el sentido original no popperiano, al
igual que el teórico crítico Adorno, y hermeneutas tales como Gadamer.

HISTORICISMO
Por : Joaquín Montano

¿Qué es el historicismo?

El historicismo o escuela historicista es una corriente filosófica que afirma que la historia es
el factor fundamental para entender todos los asuntos humanos. Esta doctrina afirma que no se
puede entender la realidad sin tener en cuenta que esta es solo un producto de la historia que le
precede.

Para los historicistas, el ser no es más que un proceso mutable y temporal. Por ese motivo, ni el
intelecto ni la razón bastan para comprenderlo. La tarea principal de los seguidores de esta rama
filosófica debe ser desarrollar una teoría de la historia que ayude a explotar sistemáticamente
los acontecimientos que han configurado la realidad.

Wilhelm Dilthey
Según estos pensadores, la verdad de las cosas no es independiente del sujeto que las observa,
sino que es el resultado de las creencias, cultura y valores de cada época. Uno de los
representantes más importantes del historicismo, Wilhelm Dilthey, afirmó en este sentido que
“lo que el hombre es, lo experimenta solo a través de su historia.

Por otra parte, los fundamentos de esta corriente han contribuido de manera importante a revisar
el concepto de realidad histórica. Asimismo, han influido en materias como la política, la
antropología o la sociología.

Origen del historicismo

La primera obra considerada historicista fue Historia de los pueblos romanos y germánicos
(1494-1514), publicada en 1824. Su autor, Leopold Von Ranke, estudió y examinó en ella los
hechos históricos mediante un método que explicaba en el apéndice. Ese método se convirtió
después en el habitual en el análisis historicista.

Leopold von Ranke, representante del historicismo


Antes de Von Ranke habían existido algunos otros autores, como Johann Gottfried von Herder
(1744-1803) y Friedrich Hegel (1770-1831) cuyo trabajo podría enmarcarse dentro de esta
corriente. Sin embargo, se considera que no fue hasta mediados del siglo XIX cuando esta
corriente se constituyó.

En ese momento, un grupo de pensadores reaccionó contra el positivismo en la ciencia y trató


de sustituir el modelo científico de conocimiento por otro basado en la historia.
El planteamiento principal de estos autores sostenía que la historia no podía ser vista como un
conjunto de acciones aisladas, sino como una totalidad que debía ser estudiada como tal.

Desarrollo

La escuela historicista fue impulsada por la obra de W. Dilthey, quien distinguió entre las
ciencias de la naturaleza y las ciencias del espíritu. Este autor afirmaba que existía una
distinción ontológica entre el mundo natural y el histórico.

Este último, para Dilthey, es el resultado de la acción irrepetible de los seres humanos. Los
hechos históricos resultantes de esas acciones quedan vinculadas al contexto en el que ocurren,
así como a la relación entre el presente y el pasado.

Dilthey mostró su rechazo a las concepciones de la historia desarrolladas por los románticos y
los idealistas. A diferencia de estos, el autor historicista afirmaba que las verdades y los valores
eran producto de cada época y que no existía ningún tipo de absoluto o esencia universal. Con
esto, negaba que hubiera una finalidad trascendente de la historia.

Karl Popper
Otros autores que se unieron a la corriente historicista, aunque con diferentes matices, fueron
H. Rickert, Max Weber, Benedetto Croce o Karl Popper. Algunos de ellos ampliaron el campo
de estudio del historicismo desde la comprensión del ser a la teoría política, la filosofía o el
derecho.

Características del historicismo

Cada autor historicista presenta sus propias características, reglas y límites, por lo que no existe
una concepción única dentro de la disciplina.

No obstante, pueden encontrarse algunas peculiaridades comunes en casi todos los


acercamientos al historicismo.

Teoría de la historia

Los autores historicistas se plantan como su principal cometido el crear una teoría de la historia.
Con ella, pretenden analizar sistemáticamente los hechos históricos.

Dentro de su concepto de hecho histórico se encuentran aspectos como los avances científicos,
el arte, la política o la religión, ya que todos ellos tienen una gran importancia en la vida del ser
humano.

Para la escuela historicista, esa teoría histórica no debe contener esquemas previos que se
impongan sobre el pasado. Ranke señalaba que debía ser el pasado el que hablara y no el
historiador.
Diferencia entre historia y naturaleza

El historicismo afirma que los objetos de conocimiento histórico tienen un carácter específico
que los diferencia de los del conocimiento natural.

Esto implica que las ciencias humanas no deben buscar leyes naturales. Así, el conocimiento
tiene que ser interpretativo y estar conectado con episodios históricos específicos.

Conexión histórica y necesidad de contextualizar

Los distintos acontecimientos históricos no son, para los historicistas, hechos aislados. Esos
episodios están conectados entre sí y a través de ellos se puede alcanzar el conocimiento. La
historia, de esta forma, es solo una y afecta tanto al pasado como al presente.

Por otra parte, los estudios historicistas tienen que tener en cuenta obligatoriamente el contexto
histórico. Esto afecta tanto a las sociedades en conjunto como a los individuos, quienes se ven
afectados por la época en la que vive y por la historia que le precede. El ser sería, de esta forma,
un producto del devenir histórico.

Este planteamiento ha llevado a muchos pensadores, sobre todo a los críticos de esta corriente,
a señalar que el historicismo no es más que un tipo de relativismo histórico.

Representantes del historicismo

Las críticas recibidas desde otras corrientes de pensamiento no impidieron que el historicismo
se mantuviera fuerte durante más de un siglo y que contará con un gran número de seguidores.

Wilhelm Dilthey

W. Dilthey, un pensador alemán nacido en 1833, trató de comprender la realidad desde una
perspectiva que dejara atrás la metafísica y se centrara una realidad más mundana.

Este autor está considerado como el creador del método historicista, con el que pretendía
eliminar el método científico cuando se estuviera analizando lo que llamaba ciencias del
espíritu.

Para Dilthey, la idea de la existencia de lo absoluto o de un ser superior que explicara la verdad
estaba profundamente equivocada. En lugar de eso, proponía con firmeza que toda
interpretación de la realidad era, por fuerza, relativa y que estaba ligada a la historia del sujeto.
Leopold von Ranke

Leopold von Ranke (21 de diciembre de 1795 – 23 de mayo de 1886) fue el autor del primer
gran libro historicista. En él utilizó por primera vez el método histórico, que consideraba
imprescindible para adquirir conocimiento.

El historiador, para Ranke, debe permanecer el silencio y que sea la propia historia la que hable.
Su método más importante era estudiar los documentos históricos más directos que pudiera
encontrar.

Benedetto Croce

Benedetto Croce
Mientras el historicismo se estaba desarrollando en Alemania, Benedetto Croce (1866 – 1952)
estaba utilizando las mismas ideas en Italia.

Para este autor, la historia no era solo una cuestión del pasado, sino que afectaba directamente
al presente. En este sentido, daba una gran importancia a cómo se recuerdan los hechos
históricos.

La historia, para Croce, era el mejor medio para alcanzar el auténtico conocimiento. De igual
forma, con el uso de la historiografía el ser humano puede comprender sus deseos espirituales
más profundos y la razón detrás de ellos.

Antonio Gramsci

Antonio Gramsci Croce fue una influencia muy importante para numerosos autores italianos,
entre los que destaca Antonio Gramsci (1891 – 1937).

Además de su obra filosófica, Gramsci dedicó parte de su trabajo a la sociología, la teoría


política, la antropología y la lingüística.

Como Marx, Gramsci uso técnicas historicistas para componer su pensamiento. Para él, todo
significado procede de la relación entre la actividad práctica y los procesos sociales e históricos.
Así, no es posible entender las ideas fuera del contexto histórico y social.

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