Un nuevo enfoque de la edad media introducción wickham.
Para el autor la historia no es teleológica, lo que significa que el desarrollo
histórico no va a ninguna parte, sino que, procede de algún lugar. Para el, la época medieval, resulta interesante en sí y por si, no es correcto validarla en función de tal o cual evolución posterior de los acontecimientos. Plantea que un relato común, es aquel que ve a Europa salir de la degradación con la reforma Gregoria, de la ignorancia con el renacimiento del siglo XII, de la pobreza con el comercio veneciano, de la debilidad política con el proceso de construcción de estados-nación. Se aleja de este pensamiento, para el es una representación inadecuada de la baja edad media y que excluye el papel de la alta edad media y de Bizancio. Este planteamiento es el producto del deseo de convertir al periodo medieval, en una parte realmente integrada en la modernidad. Si sorteamos el problema de considerar a la edad media como un periodo oscuro, lleno de violencia e ignorancia. ¿Qué es entonces lo que diferencia a esta de las épocas anteriores y posteriores? El inicio de la edad media está unido a las crisis políticas que surgieron tras la caída del imperio romano de Occidente en el siglo v (y de ahí la fecha aproximada del año 500 como línea divisoria entre la antigüedad y la edad media). Para el autor, aunque pueda ver algunas críticas validas, como, por ejemplo, la teoría de una última tardoantiguedad, el medio siglo que se extiende a ambos lados de la fecha del 500 sigue constituyendo un adecuado punto de partida y el indicador, de una trasformación radical que resulta imposible de ignorar debido a que materializa en tan elevado número de planos. Podríamos situar el fin de la edad media con la reforma protestante, la cual se desarrolla entre las décadas de 1520 y 1530. Esta reforma supuso un vuelco religioso y cultural que partió por la mitad el oeste y el centro de Europa, creando 2 bloques antagónicos. Aunque si optamos por ver la reforma como el indicador del fin de la Europa medieval, situamos el inicio en una crisis política y económica, enmarcada en un contexto de continuidad cultural y religiosa y poniendo al mismo tiempo un punto final en una crisis cultural y religiosa. Es así que la Europa medieval es sencillamente un vasto espacio diferenciado que contemplamos a lo largo de un dilatado periodo de tiempo. Dispone de la suficiente documentación como para permitirnos un estudio matizado. Esta imagen no hace concesiones al romanticismo, y es justamente lo que pretende. Ahora bien, no por eso dejan ese espacio y ese tiempo de contener materiales cautivadores. (frase del autor) el autor advierte que hay 2 formas de abordar los siglos medievales: uno consiste en presentar a las gentes de la época como personas iguales a nosotros, las cuales transitan un mundo tecnológicamente más simple y el otro concebirlos como seres totalmente diferentes a nosotros, con un sistema de valores y unas categorizaciones del mundo que no solo nos resultan difíciles, sino que a menudo son desagradables. Con el primer planteamiento corre el riesgo de sumirse en la trivialidad o en la moralización que se deriva del chasco que sufrimos al comprobar que los actores medievales parecen ser incapaces de comprender extremos que a nosotros nos habrían resultado evidentes. Sobre la segunda se advierte también la moralización, pero la alternativa que se habré ante ella es la confabulación, que se hace presente cuando el historiador asume el papel de antropólogo y se centra únicamente en lo extraño. La solución que encuentra el autor es tratar que abarcar una visión que englobe ambas posturas. Es posible identificar un cierto número de características comunes a una notable cantidad de gentes de la época, algunas de esas características consecuencias, de las pautas socioeconómicas elementales que se observan a lo largo del periodo. Empecemos diciendo que no es fácil acceder a los territorios de la Europa medieval, el continente contaba con la red de calzadas que le había dejado el imperio romano, pero esos caminos solo no se extendían más allá del imperio romano. Los viajeros se veían obligados a recurrir al trasporte fluvial. Quitando los Alpes, Europa no es extensión de tierras con montañas. Pero el factor que constituía una barrera era la cubierta boscosa en la mayor parte de Europa continental. No hay que exagerar si bien la naturaleza estaba ahí, y a veces se presentaba en primer plano. No impidió que algunas de las formaciones políticas adquirieran gran dimensión, ni que la conservara de forma duradera.
UNA LARGA EDAD MEDIA, LE GOFF L.
Objetivo del texto. Demostrar que en el ámbito económico, político y social como cultural del siglo XVIII, no hubo cambios fundamentales que justifiquen la separación de la edad media y un periodo nuevo. El “descubrimiento” de colon y el viaje de Magallanes alrededor del mundo no impactaron en Europa sino hasta mediados del siglo XVIII. Un hecho más importante que este quizás sea el perfeccionamiento de la navegación de altura, que comenzó a desarrollarse desde la edad media. Lo que permitió a los europeos lanzarse a navegar en alta mar fue la invención de la brújula en el siglo XIII. Junto con el timón de codaste y la vela cuadrada. Hay que señalar que hay un nacimiento desde la edad media de una actividad mayor, en gran parte marítima, que las tradiciones historiográficas hacen aparecer en los siglos XV Y XVI. Sin embargo, Braudel señala, que el trasporte por tierra y agua se mantuvo lento. Fue en le siglo XVIII que se volvió más eficaz, La economía agrícola europea tuvo desarrollos durante la edad media: la invención del arado de reja de hierro permitió el perfeccionamiento de la labranza, con la difusión de la rotación trienal se dejaba ahora en reposo cada año un tercio de los cultivos y no la mitad, a esto agregar la sustitución del buey por el caballo como animal de tiro. En Europa subsistió en el siglo XVI, y aun después de este, una economía rural de larga duración. Otro elemento de continuidad entre la edad media y el renacimiento, es la instauración del pensamiento económico. Que nace cuando de instaura la palabra valor además de nociones como escasez, capital, y usura (prestamos con intereses) hacia el 1250. Braudel resulta valioso para reflexionar sobre esta continuidad entre edad media y renacimiento. En la Europa rural de un antiguo régimen que va del auge de los siglos XI y XII, las cosechas, estaban reguladas por las hambrunas. Francia un país privilegiado, vivió 10 hambrunas. También la peste asolo de manera recurrente entre los años 1348 y 1720 sin que los siglos XV y XVI marcaran una ruptura. Braudel señala que hasta el siglo XVIII la alimentación de los europeos estaba constituida por comida vegetal. Francia, un país carnívoro, no vio crecer la cantidad de carne en su régimen alimentario en el siglo XVI, siglo que para los partidarios del renacimiento llamaban de crecimiento. Bebidas y legumbres importadas de regiones extra europeas tuvieron una difusión limitada. Productos como el chocolate, te y el café no se establecieron como ingredientes principales dentro del régimen alimenticio de Europa meridional hasta mediados del siglo XVIII, incluso en este año los rendimientos del trigo, se mantenían bajos. Entre los detonantes que llevarían a la revolución se encuentra la hambruna del verano de 1789. Es a partir del siglo XI que la multiplicación de los molinos permitió aumentar la producción de pan, que se volvió la base de la alimentación europea. Nos encontramos con que las clases altas exigían una mejor alimentación. Se comienza a difundir la fermentación del pan. Tratar de encontrar alternativas a las gachas, que eran casi indigestas. En la edad media, la pesca nórdica y las nuevas técnicas de conservación del pescado hicieron del arenque un alimento europeo. Las grandes pesquerías de arenque desde el siglo XI permitieron a los pescadores hanseáticos, holandeses y zelandeses hacerse ricos. Las nuevas técnicas permitieron exportarlo a toda Europa. También el uso de la pimienta aumento en la edad media y después notamos que en el siglo XVII disminuye. Siguiendo con esta continuidad hay que señalar al alcohol. Durante mucho tiempo fue un medicamento producido en conventos de monjas. En el siglo XVI se convirtió en bebida festiva. A partir de acá su consumo fue aumentando lentamente hasta alcázar un alta nivel en el siglo XVIII.
VIRNO, Paolo (2003) El Recuerdo Del Presente. Ensayo Sobre El Tiempo Histórico. Buenos Aires: Paidos, 2003 1. El Fenómeno Del Déja Vu y El Fin de La Historia