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LA CONCEPCION DIALECTICO MATERIALISTA DE LA DIRECCION COMO

FENOMENO SOCIAL.
Método dialéctico marxista (fenómenos natural, social, económico y
político)
El método dialéctico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos
fundamentales:
1) Concibe la Naturaleza como un todo articulado y único, en el que los objetos y
los fenómenos dependen unos de otros y se condicionan mutuamente; todo se halla
en una conexión y en una acción recíproca, afirma la dialéctica;
2) Considera la Naturaleza como algo sujeto a constante cambio y renovación,
donde hay siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y caduca; todo
se halla en movimiento y en cambio, enseña la dialéctica;
3) Examina el desarrollo de la Naturaleza como un proceso, en el que como
resultado de la acumulación de una serie de cambios cuantitativos inadvertidos y
graduales, se efectúa el paso, en forma de saltos, a cambios radicales, a cambios
cualitativos; la cantidad se trueca en calidad: tal es uno de los principios básicas de
la dialéctica. Según la dialéctica, el proceso de evolución no es una simple
repetición del camino ya recorrido, sino un movimiento progresivo de un grado
inferior a otro superior;
4) Parte del criterio de que los objetos y los fenómenos de la Naturaleza llevan
siempre implícitas contradicciones internas, que todo tiene su lado positivo y su lado
negativo, su lado de caducidad y su lado de desarrollo, y que la lucha entre lo que
caduca y lo que se desarrolla forma el contenido interno del proceso de evolución,
del proceso de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos; la
contradicción conduce hacia adelante, reza una de las tesis más importantes de la
dialéctica.
Estos principios del método dialéctico sobre el proceso de evolución de la
Naturaleza rigen también para la evolución de la Sociedad. Cada formación
económico-social (régimen esclavista, feudalismo, capitalismo, socialismo)
representa un todo íntegro, cuyos diversos aspectos y fenómenos (el modo de
producción de los bienes materiales, el régimen político, los procesos espirituales
de la vida) están relacionados entre sí en una unidad, se hallan en una acción
recíproca.
Las ideas sociales, las instituciones políticas, al tener sus raíces en las condiciones
materiales de la vida de la Sociedad, ejercen sobre la existencia social una acción
inversa, siendo el modo de producción de los bienes materiales la base de esta
acción recíproca.
El hecho de que, en la historia de la Sociedad, unas formaciones económico-
sociales hayan sido sustituidas por otras, demuestra claramente que también en la
vida social hay movimiento, cambio, la muerte de lo viejo y el nacimiento de lo
nuevo.
El cambio de una formación económico-social por otra es el tránsito, a modo de
salto, revolucionario, de un estado cualitativo de la Sociedad a otro estado
cualitativo, como resultado de la acumulación de los cambios cuantitativos.
La dialéctica marxista enseña un justo modo de abordar los fenómenos de la
Naturaleza y de la Sociedad; es el único método científico de estudio y de
conocimiento del mundo que sirve de guía para la acción. Las exigencias más
importantes del método dialéctico marxista son: la comprobación por la práctica de
las verdades obtenidas, la consideración de todos los cambios relacionados con la
actividad práctica de los hombres. De las tesis de la dialéctica marxista brota la
serie de los más importantes principios rectores de la política y de la táctica, a los
que siempre ha seguido y sigue el Partido de Lenin y Stalin.
La dialéctica marxista-leninista, enseña que, para llevar una política justa, hay
que orientarse hacia los sectores de la Sociedad que se están desarrollando y que
tienen un porvenir, hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás, hay que ser
revolucionario y no reformista, llevar una intransigente política proletaria de clase.
Lenin y Stalin llaman a la dialéctica y al método dialéctico, el alma del marxismo.
Toda la actividad teórica de Lenin y Stalin constituye la ulterior elaboración y
concreción del método dialéctico de Marx y Engels.
El hecho de que, en la historia de la sociedad, unas formaciones económico-
sociales cambiaron por otras, nos dice que también en la vida social se realiza el
movimiento, el cambio y la destrucción de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo. El
cambio de una formación económica-social por otra, es la transición revolucionaria,
a saltos, de un estado cualitativo a otro, como resultado de la acumulación de
cambios cuantitativos.
Por otra parte, cada nueva formación histórica representa una etapa más
progresista y superior, con relación a la precedente: el capitalismo es un régimen
más elevado que el feudalismo; el socialismo, en comparación con el capitalismo,
representa una etapa inmensamente superior.
De tal forma, la historia de la sociedad y la historia de la naturaleza atestiguan de
que en el mundo, todo se realiza dialécticamente. La dialéctica marxista enseña
el modo correcto de abordar los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad; es
un método científico de estudio y conocimiento del mundo y sirve de guía para la
acción.
Una de las más importantes exigencias del método dialéctico marxista, es la
verificación de todas las verdades logradas en la práctica, la apreciación de todos
los cambios relacionados con la actividad práctica de los hombres.
De las afirmaciones de la dialéctica marxista, emana una serie de importantes
principios directivos en materia de política y táctica, que siempre ha seguido y
sigue el partido de Lenin y Stalin.
Lenin y Stalin llaman alma del marxismo a la dialéctica y al método dialéctico. Toda
la actividad teórica de Lenin y Stalin representan la concreción y estudio ulterior del
método dialéctico de Marx y Engels.
Único método científico de conocimiento. Creado por Marx y Engels, y desarrollado
en condiciones históricas nuevas por Lenin y Stalin, es la ciencia de las leyes más
generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. Este
método es parte integrante de la filosofía marxista –el materialismo dialéctico e
histórico– (ver Materialismo dialéctico; Materialismo histórico) y constituye una guía
para la acción revolucionaria del partido proletario.
En su artículo “La correspondencia de Marx y de Engels”, Lenin subraya el
significado de la dialéctica materialista para la teoría del comunismo científico, la
estrategia y la táctica del partido comunista, la síntesis de los descubrimientos
científicos: “Si se trata de definir, por así decir, el foco de toda la correspondencia,
el punto central hacia el cual converge todo el haz de ideas emitidas y estudiadas,
esa palabra será la dialéctica.
La aplicación de la dialéctica materialista a la economía política con vistas a
reestructurarla de cabo a rabo, a la historia, a las ciencias naturales, a la filosofía,
a la política y a la táctica de la clase obrera, tal es lo que más interesa a Marx y
Engels; allí aportan lo esencial y lo más nuevo; en eso consiste su marcha genial
adelante en la historia del pensamiento revolucionario” (Lenin, Marx, Engels,
Marxismo, Ed. rusa).
El método dialéctico marxista nació y se desarrolló en lucha contra el método
metafísico, método anticientífico (ver Metafísica) y contra la dialéctica idealista
de Hegel (ver). Utilizando el núcleo racional de la dialéctica hegeliana, la teoría del
desarrollo, Marx y Engels fundaron un método dialéctico nuevo, diametralmente
opuesto a la dialéctica idealista de Hegel. La oposición entre el método dialéctico
marxista y el método de Hegel expresa la oposición entre las concepciones del
mundo proletaria y burguesa. La dialéctica de Hegel es idealista y engañosa, puesto
que afirma que no es el mundo real el que se desarrolla, sino la “idea absoluta”.

En oposición a la dialéctica hegeliana, la dialéctica marxista es materialista; la base


del desarrollo es el mundo objetivo y real, la naturaleza material, mientras que la
conciencia y las ideas, sólo son reflejos de la naturaleza. De conformidad con la
propia realidad, la dialéctica de la naturaleza extiende los principios del desarrollo
a la naturaleza.
En sus obras, los clásicos del marxismo, han destacado el carácter dialéctico de la
naturaleza, basándose en las grandes realizaciones de la ciencia. En oposición a
la dialéctica hegeliana, el método dialéctico marxista es esencialmente
revolucionario y abarca el presente y el porvenir de la sociedad humana. Rechaza
como absurda la afirmación según la cual, el desarrollo de la sociedad se detiene
en cierta etapa. Aplicando la dialéctica revolucionaria al análisis del modo de
producción capitalista, Marx demostró en El Capital (ver), su obra maestra, que el
fin del capitalismo y el pasaje de la humanidad al comunismo son inevitables.
La dialéctica materialista es al mismo tiempo, la teoría del conocimiento; sólo la
teoría dialéctica del desarrollo permite comprender el conocimiento como proceso;
ver cómo el conocimiento se desarrolla histórica y lógicamente; revelar la naturaleza
dialéctica de los conceptos, &c. La dialéctica es también la lógica: doctrina del
carácter dialéctico de las leyes y de las formas del pensamiento.
Lenin llama a la dialéctica materialista “el alma del marxismo”. Al aplicar la
dialéctica al análisis de las nuevas condiciones históricas de la época del
imperialismo y de las revoluciones proletarias, al análisis de la edificación de la
sociedad socialista, Lenin y Stalin defendieron la dialéctica marxista contra los
ataques de los oportunistas y de los reformistas; la enriquecieron y la elevaron a un
grado nuevo, superior.
Sin la riqueza del método dialéctico, era imposible ver claro en medio del brusco
viraje operado por la historia en nuestra época; era imposible definir netamente las
tareas que incumbían al proletariado y a su partido revolucionario en el curso de
este nuevo período; imposible elaborar acabadamente la táctica y la estrategia de
su lucha.
Toda la actividad heroica del Partido Comunista de la Unión Soviética es un modelo
de aplicación creadora de la dialéctica materialista, de la filosofía marxista en su
conjunto, a la estrategia y a la táctica de la clase obrera en su lucha por la revolución
socialista, por el socialismo.
La dialéctica marxista enseña que, para practicar una política revolucionaria justa,
es preciso orientarse hacia las capas de la sociedad que se desarrollan y tienen
porvenir, es preciso mirar adelante y no atrás, es preciso ser revolucionario y no
reformista, es preciso no disimular las contradicciones, sino ponerlas en descubierto
y superarlas, es preciso practicar una política proletaria implacable de lucha de
clases.
La dialéctica marxista establece la necesidad y la legitimidad de las
revoluciones de las clases oprimidas y enseña que sólo un salto revolucionario,
una revolución social es capaz de destruir los fundamentos de la sociedad
explotadora y asegurar la construcción de la sociedad socialista.
Los trabajos de Lenin y de Stalin, de sus discípulos y compañeros de armas, así
como las decisiones del Partido Comunista, han revelado los rasgos nuevos, las
formas nuevas bajo las cuales se manifiestan las leyes generales del desarrollo
dialéctico después de la victoria de la revolución proletaria en la U.R.S.S. Si Marx
en El Capital analizó la dialéctica de la sociedad capitalista, Lenin y Stalin, en sus
trabajos sobre la construcción del socialismo en la U.R.S.S., estudiaron la dialéctica
de la transición del capitalismo al socialismo, la dialéctica del desarrollo del propio
socialismo.
Para construir el comunismo, el Partido Comunista se apoya, en toda su actividad,
en el conocimiento de las leyes dialécticas objetivas del desarrollo. La
generalización teórica de la experiencia práctica del Partido es de un alcance
inapreciable para el desarrollo del método marxista.
El método dialéctico marxista reviste una importancia enorme para las ciencias de
la naturaleza. La dialéctica es el único método valedero, el instrumento
irreemplazable de la investigación científica. Los datos más recientes de todas las
ciencias de la naturaleza confirman plenamente la justeza del método dialéctico
marxista, que se convierte en parte inseparable de círculos cada vez más amplios
de sabios progresistas, no sólo en la Unión Soviética, sino en el mundo entero.
(Ver igualmente Salto; Conexión e interacción de fenómenos; Transformación de
cambios cuantitativos en cambios cualitativos; Lucha de
contrarios; Movimiento; Nuevo y viejo).
Unidad de teoría y praxis, ciencia y revolución
En el pensamiento marxista, conocer deviene como acción indispensable para la
transformación del hombre y la naturaleza. Conocer adquiere carácter crítico y
revolucionario, cuando se conduce el sujeto a la toma de partido por una forma de
situarse ante el horizonte político. Conoce para develar ideologías y buscar la
emancipación del proletariado; o conoce para legitimar un orden explotador e
injusto, que pretende perpetuar el dominio del burgués en la estructura codificante
del capitalismo.
La unidad de teoría y praxis, ciencia y acción, comprensión y decisión, esos pares
de producción del ser humano como entidad histórica y social, son efectuados y
legitimados en el campo de la realidad concreta. La materialidad productiva, social
y espiritual se beneficia de la acción del pensamiento revolucionario.
La praxis nacida de una teoría responsable y comprometida es la que agencia la
liberación. Pensar en clave marxista es comprender profunda, revolucionaria y
militantemente la realidad, es conceptualizar para existir y progresar políticamente
como clase.
La teoría sería entonces dialéctica que se asocia a las formaciones culturales,
conceptuales, intelectuales, articuladas a las rupturas, los cambios, las
transformaciones que sufren las sociedades desde sus cimientos materiales y
productivos, en un punto específico del devenir histórico.
Teoría es reflexión sobre la realidad que permite cambiar esa realidad. Es
conceptualización de las regularidades esenciales de la realidad concreta que se
verifica como válida desde su potencial transformador, desde su eficacia en la
conquista de una sociedad igualitaria. Por eso cuando se asume la fundamentación
materialista de la dialéctica de la historia con todo su poder de contradicción, la
burguesía se aterra, pues "en la intelección positiva de lo existente incluye también,
al propio tiempo, la inteligencia de su negación, de su necesaria ruina" (Marx, 2008,
p. 20).
La teoría y la praxis constituyen la gran unidad del conocimiento humano. Si esta
unidad se rompe acentuando una de sus partes, caeríamos en el teoricismo
engañador -ideologizante, metafísico- o en el activismo estéril, agotador, sin
sentido ni rumbo, que sirve a los intereses del autoritarismo o el populismo. El
pensar solo es tal cuando también es conciencia política, es práctica de efectiva
participación política. Ese pensar es, además de riguroso, sistemático, pertinente,
profundo y analítico, revolucionario: pretende no perpetuar una sociedad de
clases, injusta, sino crear una sociedad igualitaria, que ofrezca las mismas
oportunidades y derechos para todos.

EL ABORDAGE EPISTEMOLÓGICO DEL MATERIALISMO HISTÓRICO DIALÉCTICO

En general el materialismo histórico dialéctico procura a través de su amplio


carácter que abarca filosofía, economía, sociología y antropología, y de una
perspectiva histórica, cercar el objeto de conocimiento por medio de la
comprensión de sus mediaciones y correlaciones.

El fundamento económico del marxismo está asentado en la crítica a la


economía política clásica de Adam Smith y David Ricardo, quienes discutieron
los factores de la riqueza económica y vieron en el maquinismo y la división del
trabajo la causa del incremento del enriquecimiento social. A partir de esta crítica
Marx superó a los economistas de la época que no analizaban la plusvalía en su
forma pura.

Para el materialismo histórico los factores económicos y las condiciones


materiales resultan en la mejor forma de explicar los fenómenos históricos y
sociales, principalmente los conflictos de clases, que según el abordaje revelan
el origen de diversos problemas sociales. El materialismo histórico parte de la
base económica para explicar la realidad en los más variados aspectos. Bajo el
enfoque conceptual el término materialismo representa la condición material de
la existencia humana. El término histórico comprende que la existencia humana
implica la aprehensión de sus condicionantes históricas y el término dialéctico
tiene como presupuesto el movimiento de la contradicción producida en la propia
historia.
El materialismo dialéctico es la base filosófica del marxismo y como tal realiza
el intento de buscar explicaciones coherentes, lógicas y racionales de los
fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento (Triviños, 1987). Por
un lado, el materialismo dialéctico tiene una larga tradición en la filosofía
materialista. Por otro, se basa en una interpretación dialéctica del mundo. Ambas
raíces del pensamiento humano se unen para constituir en el materialismo
dialéctico, un concepto científico de la realidad enriquecida con la práctica social
de la humanidad. Como expresa Lukacs (2012: 72) el ser social en el
pensamiento marxista “[...] reposa primaria e irrevocablemente en la praxis.”
DESARROLLO HISTORICO-UNIVERSAL DE LA DIRECCION CIENTIFICA
EDUCACIONAL

El máximo líder de la Revolución, ha expresado la significación de la dirección


socialista, donde se debe demostrar un liderazgo político, que se basa en el ejemplo
personal. La Revolución Cubana de acuerdo con la teoría y práctica de dirección
desarrollada, reitera la práctica construida y contextualizada a partir de las teorías
Martiana, Guevariana y Fidelista, centradas además en la unidad de las ideas
marxista- leninistas.
En correspondencia con la actividad de dirección en general y en lo específico con
la actividad de Dirección Científica Educacional, debe desarrollarse en dos procesos
fundamentales integrados: la actividad pedagógica profesional y la actividad
pedagógica profesional de dirección, en función de la cual se escribe la dirección
científica educacional (DCE).
Para el desarrollo de la teoría y práctica de la DCE, los especialistas de esta esfera
y con esto, los de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Félix Varela, investigan
en proyectos que permiten profundizar y sistematizar de forma holística, sobre lo
que para la educación se ha alcanzado.

La DCE estará representada por una estructura lógica, en conformación con las
ramas de la DCE: Filosofía de la Dirección, la Psicología de la DCE, y la Tecnología
de la DCE.
El presente número de la Revista Varela incluye artículos vinculados al Proyecto de
Investigación La superación profesional de los directivos educacionales a través de
la Educación a Distancia en condiciones de universalización en la provincia de Villa-
Clara y el nuevo proyecto La formación permanente de directivos y reservas
educacionales con una concepción teórico-metodológica con enfoque
personalizado desde el sistema de trabajo de la institución educativa que se inicia
como proyecto del Departamento de Dirección Científica Educacional de Villa Clara.
Las transformaciones para perfeccionar la Educación, requieren de nuevos retos y
desafíos para la dirección de la Educación Cubana.
Vol. 10 Núm. 25 (2010): DIRECCIÓN CIENTÍFICA EDUCACIONAL

«El gobierno de los hombres


es la misión más alta del ser humano,
y sólo debe fiarse a quien ame a los hombres
y entienda su naturaleza.»
José Martí, 1975: 449

La producción de conocimientos sobre educación


En este artículo, la investigación educativa es analizada como un entramado de
prácticas sociales que se desarrolla en función de contextos históricos específicos
y marcos institucionales que lo condicionan y le otorgan orientaciones particulares
(Wagner et al., 1999; Neiburg y Plotkin, 2004). La emergencia histórica y el
desarrollo y diferenciación de agencias, agentes y prácticas especializadas de
producción de conocimientos sobre educación están marcados —
constitutivamente— tanto por la necesidad de describir y explicar como por la de
orientar, regular y legitimar al conjunto de instituciones, prácticas y discursos del
campo pedagógico (Bernstein y Díaz, 1985).
La investigación educativa constituye, así, un terreno heterogéneo,
estructuralmente imbricado con las crecientes y cambiantes demandas del poder
estatal y por las disputas por orientar y regular las prácticas pedagógicas. El Estado,
por medio de su entramado institucional, ejerce un control —directo o indirecto—
sobre el conjunto de agentes, agencias y prácticas especializadas de producción de
conocimientos sobre educación (Díaz, 1995). Una parte significativa de los agentes
del campo intelectual de la educación están vinculados a las agencias del sector
público mediante la prestación de servicios administrativos, políticos o técnicos, o
mediante la producción de textos. Por eso, el poder relativo de las agencias y
agentes especializados respecto del Estado depende del grado de expansión y
autonomía del sistema universitario y del despliegue de un mercado profesional
privado relativamente extenso y diferenciado.
La educación es un sistema institucional y un campo discursivo-intelectual
sumamente complejo. La producción especializada de conocimientos sobre
educación articula instituciones y agentes vinculados a las actividades de
producción académicas y/o de investigación especializadas en la educación; se
realiza en universidades, centros de investigación públicos y privados, fundaciones,
oficinas técnicas o por intelectuales y núcleos técnicos que trabajan en forma
autónoma (Díaz, 1995). La investigación educativa se desarrolla en contextos
institucionales diversos y en función de una compleja y multiforme vinculación, no
sólo en el campo del saber académico de las Ciencias sociales y las Humanidades,
sino también en el terreno de los saberes técnico-burocráticos y de las prácticas
pedagógicas. Se trata de múltiples espacios de producción de discurso que no
corresponden al modelo canónico de las disciplinas científicas o de comunidades
científicas claramente reconocibles, delimitadas y formalizadas, sino a áreas con
contornos imprecisos y conexiones cambiantes, que funcionan en distintos niveles
y jerarquías (Díaz, 1995).
La investigación educativa está, así, constitutivamente atravesada por
racionalidades y peticiones de legitimidad diversas. A diferencia de los campos de
conocimiento que surgieron y se institucionalizaron en las universidades como
disciplinas científicas o académicas "puras" (Becher, 2001), la investigación
educativa se desarrolló históricamente en la interfase —inestable, conflictiva— de
dos sistemas institucionales: los organismos centrales de administración y gobierno
de los sistemas educativos, y las universidades y las instituciones superiores de
formación de personal docente. No obstante, esta situación estructural comienza a
modificarse en el último tercio del siglo XX, cuando emerge un extenso y complejo
universo de organizaciones vinculado con la investigación educativa
(organizaciones internacionales, organismos de crédito, think thanks, centros de
investigación y desarrollo vinculados con el mundo empresarial, consultoras y ONG
nacionales y de alcance global).
La idea de que la investigación juega un rol clave en la resolución de los problemas
y desafíos que afrontan las políticas públicas se instaló fuertemente en los países
centrales desde la posguerra —y particularmente durante el decenio de 1960—
vinculada con el creciente desarrollo del sistema científico-tecnológico y de la
educación superior. En educación, esta vinculación fue también promovida por la
gran expansión y las iniciativas de reforma de los sistemas educativos en distintas
regiones del mundo (Karabel y Halsey, 1977; Husén, 1988). Sin embargo, el
optimismo de la etapa de posguerra fue paulatinamente reemplazado por un
desencantamiento con la idea de que las ciencias sociales sirvieran de guía a la
elaboración de políticas. Consecuentemente, comenzaron a producirse
conceptualizaciones sobre usos indirectos del conocimiento (Weiss, 1986), así
como sobre los mecanismos que pudieran favorecer un uso más efectivo (Reimers
y McGinn, 1997; Ginsburg y Gorostiaga, 2005). A su vez, la interfase entre la política
y la investigación educativa se fue diferenciando y complejizando (Lessard, 2008)
en la medida en que nuevos actores fueron construyendo posiciones en las diversas
arenas y problemas educativos, procurando incrementar su voz, su participación o
influencia mediante recursos de información y conocimiento (Tellez, 2008).

Desarrollo histórico
Surgimiento e institucionalización de la investigación educativa en América
Latina
La emergencia y desarrollo de instituciones vinculadas con la producción y
transmisión especializada de conocimientos en educación estuvo estrechamente
asociada a los procesos de conformación y expansión de las instituciones estatales
y de los sistemas educativos desde el último tercio del siglo XIX. Durante esta etapa,
las universidades de la región fueron afirmándose como instituciones de formación
profesional, orientadas a responder a las demandas del desarrollo del Estado, pero
con escaso espacio para las actividades sistemáticas de investigación, lo que se
manifestó en la llamada "universidad de los abogados".
Desde sus inicios, la investigación educativa en la región siguió, en general, las
tendencias desplegadas en Europa y Estados Unidos. Los primeros antecedentes
de actividades sistemáticas de investigación se remontan a fines del siglo XIX y
principios del XX. La orientación profesional en las universidades no impidió el
surgimiento de cátedras e institutos (como en varias disciplinas de las ciencias
sociales) en los que se promovía el estudio científico de temas educativos bajo el
influjo del positivismo.2 Durante la década de 1930, el crecimiento de los sistemas
escolares en algunos países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México) promovió
los estudios de didáctica y psicología educativa. A su vez, desde la región tenía
lugar una contribución importante a debates internacionales como el generado
alrededor del movimiento de la "escuela nueva" (Narodowski, 1999; Gorostiaga et
al., 2012).
En varios países de América Latina, la segunda mitad de la década de 1950 y la
década de 1960 constituyeron una etapa de singular impulso modernizador. Con las
ideas y las políticas desarrollistas —y siguiendo una nueva pauta institucional a nivel
global— en buena parte de los países latinoamericanos se crearon agencias de
gobierno y estímulo del sector de ciencia y tecnología, se impulsó un proceso de
modernización universitaria, surgieron diversos centros de investigación,
organismos regionales y nuevas carreras universitarias vinculadas con la educación
y las ciencias sociales; así mismo, se generaron las primeras experiencias de
investigación empírica y de planificación educativa a escala nacional (Albornoz,
2001; Calderón y Provoste, 1992; De Sierra et al., 2006).
El campo de la educación se benefició de este proceso de "institucionalización de
las ciencias sociales" en la región, así como del auge de la planificación estatal
(Fernández Lamarra y Aguerrondo, 1994). Los estudios conducidos en esa época
"consistieron fundamentalmente en análisis descriptivos o estadísticos, para
determinar sectores de población donde había que desarrollar la educación primaria
o secundaria" (Abraham y Rojas, 1997: 3). De este modo, se produjo una ruptura
desde orientaciones "pedagogistas" a otras "economicistas" (Rama, 1984: 11).
Estas últimas incluían una diversidad de enfoques: la vinculación de la educación
con la sociedad global, con los problemas de desarrollo, con la formación de
recursos humanos, etc., estimuladas por los procesos de planificación económica y
educativ. Posteriormente, "se inauguró desde mediados de los años sesenta la línea
de investigación participativa... a partir de las propuestas de Paulo Freire".
El desarrollo de las ciencias sociales en la región sufrió un cierto estancamiento
hacia mediados de la década de 1970 por una combinación de factores, entre los
que destaca la acción de las dictaduras militares. La inestabilidad político-
institucional produjo pérdidas de años de esfuerzos; sin embargo, como Calderón y
Provoste (1992) argumentan, la relación entre estabilidad política y producción del
conocimiento no tuvo un carácter lineal, dado que los intelectuales emigraban a
diversos centros de otros países de Latinoamérica para continuar con sus
producciones. En este sentido, el desarrollo de centros independientes con apoyos
externos fue decisivo para el mantenimiento o expansión de la investigación social
en Argentina, Chile y Uruguay.
Al mismo tiempo, desde mediados de la década de 1970 el discurso del
planeamiento entró en una etapa de progresiva declinación, en parte como
consecuencia del énfasis en estrategias de descentralización, pero también como
consecuencia de la pérdida de legitimidad de las políticas intervencionistas y el
cuestionamiento de las teorías del desarrollo. Una parte importante de los centros
de investigación y desarrollo ubicados en los ministerios de educación fueron
desmantelados o se vieron afectados por significativos recortes financieros (Muñoz
Izquierdo, 2002; Este no fue el caso de México, donde se mantuvo una significativa
actividad de investigación desde organismos del Estado, y donde los planificadores
de la educación conservaron un lugar prominente hasta principios del siguiente
decenio.
En el campo de la investigación educativa, al calor de los procesos de radicalización
política e ideológica, se produjo un viraje hacia posturas caracterizadas por un
cuestionamiento de la objetividad del conocimiento científico y por una relación más
distante con el Estado. Durante los años setenta América Latina experimentó la
influencia del marxismo, primero a través de la obra de Althusser, y más tarde, del
pensamiento gramsciano, así como de la escuela reproductivista de Bourdieu y
Passeron.
Por otra parte, a comienzos de la década de 1980 cobró fuerza el paradigma socio-
educativo elaborado por el proyecto "Desarrollo y educación en América Latina y el
Caribe" (DEALC), puesto en práctica entre 1975 y 1981 y financiado por la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el que participaron
investigadores de diversos países latinoamericanos. El paradigma socio-educativo
plantearía un análisis que tiene en cuenta tanto el nivel macro-estructural como las
dinámicas internas de los sistemas y las instituciones educativas, incorporando a la
vez la problemática de la democracia al interior del sistema educativo y en su
relación con la sociedad.
Henri Fayol, fue el creador del proceso administrativo. De él emanan las 4
etapas de las que se que compone el proceso administrativo:

• Planificar.
• Organizar.
• Dirigir.
• Controlar.

Dirección
Es el proceso de dar pasos para hacer actividades colectivas hacia un
propósito común hacia los rumbos deseados dando a aplicación de los
recursos organizacionales e interpretar los planes que se desarrollaran con
el capital humano. Que lo compone: De la armonía del objetivo o
coordinación de intereses, impersonalidad de mando, de la supervisión
directa, de la vía jerárquica, de la resolución del conflicto y el
aprovechamiento del conflicto si estos puntos son llevados a cabo en las
empresas la dirección de la tal será muy productiva, pero bien saben tienen
diferentes enfoques como son los modelo autoritario o autocrático que es
rígido y participativo que es más autocrático, como organizaciones de
estructura formal e informal, que son las que actualmente se utilizan que
son parecidas a la descentralización.

La dirección juega un papel muy importante en las empresas y la sociedad,


de esta depende el desarrollo correcto de las actividades, para llevar a una
explicación explicita de lo que es, tenemos que empezar con la
administración, que tiene los siguientes puntos, la planeación, organización,
dirección y control, que son todos los procesos que tiene que tomar
cualquier tipo de empresa para el crecimiento y desarrollo de la misma.
¿Qué es dirección?
Es el proceso de dar pasos para hacer actividades colectivas hacia un
propósito común hacia los rumbos deseados dando a aplicación de los
recursos organizacionales e interpretar los planes que se desarrollaran con
el capital humano.

¿De qué se basa?


De la armonía del objetivo o coordinación de intereses: Para que la
dirección sea eficiente como eficaz se tiene que basar en alcanzar los
objetivos generales de la empresa.

Aprovechamiento del conflicto:


• Experiencia
• Experimentación
• Investigación
• Aplicar la Decisión

En la actualidad
Las empresas modernas como innovadoras utilizan modelos más
participativos ya que el mandato de responsabilidades se realiza
correctamente alcanzando un gran nivel motivación, que se convierte en
compromiso y satisfacción con el desempeño de las actividades a realizar,
que incremento la creatividad y la innovación.

La organización informal y la formal


Para comprender el funcionamiento de la empresa, el líder debe conocer
perfectamente ambas.

• La estructura formal: Esta estructura que hace que la empresa


funcione por sus niveles jerárquicos de autoridad en reparto de
tareas, responsabilidades, como la comunicación del más alto nivel al
más bajo.
• La organización informal: Esta estructura se realiza espontáneamente
ya que no importa tanto el nivel jerárquico ya que todos participan, la
ventaja de este logra que el desempeño del personal sea eficaz como
eficientemente logran el desarrollo satisfactorio de la empresa.

Conclusión
Como podemos observar la dirección ha evolucionado con el paso del
tiempo, haciéndose más enriquecedora, pues antes era muy rígida no
tomaban en cuenta al capital humano, si no como un recurso casi como una
máquina, pero después de la revolución industrial y de las aportaciones de
los autores ya mencionado como algunos otros, la dirección toma varios
rumbos, está la informal y la formal, donde ya tratan mejor al capital
humano, en donde algunas empresas descentralizadas toman en cuentan la
opinión del personal desde el puesto más bajo hasta el más alto para la
toma de decisiones que han sido muy asertivas ya que gracias a eso han
podido crecer y desarrollarse, aumentando la rentabilidad de la misma,
como también motivan e incentivan el desempeño laboral de los
trabajadores y estos a su vez dan lo mejor de sí en sus tareas a realizar.

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