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matrimonio del texto Derecho Canónico: El derecho en la misión de la Iglesia, que tiene
por subtema: Noción Canónica y preparación al matrimonio, específicamente, la doctrina
mencionada en el subtema, además de la preparación y atención pastoral y lo que debe
preceder a la celebración del matrimonio.
Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estar a sus
maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y
se entregó a sí mismo por ella (Ef 5, 25-26)
Dos son los grandes apartados que se encuentran dentro de las páginas que abarcan este
tema, el primero: El matrimonio, institución natural y sacramento, que a su vez tiene sus
respectivos subtemas: Concepto, fines y propiedades esenciales; La sacramentalidad del
matrimonio: consecuencias canónicas; La regulación jurídica del matrimonio. El segundo:
La preparación para la celebración del matrimonio, del cual emanan a su vez los subtemas:
La atención pastoral prematrimonial; Las investigaciones prematrimoniales; Los casos
especiales.
Con todo, es de notar que las leyes siempre estarán para regular la sociedad,
específicamente en el pleno católico y más específicamente en el plano del sacramento del
matrimonio, el cual imprime un carácter salvífico en su misma esencia (por ser sacramento:
manifestación de la presencia real de Cristo en la persona y en la comunidad). Lo menciona
el Vaticano II y lo ratifica el pueblo de Dios.
Por ello, hago necesario citar lo que sostiene el canon 1063 en su segunda parte referente a
la preparación prematrimonial:
Es de suprema importancia que el ministro o la Iglesia haga este seguimiento por medio de
las proclamas o examen de los contrayentes a los que piensan unirse en el sacramento del
matrimonio, ya que a lo que accederán será a la celebración de un acto válido y lícito,
avalado por la Institución.
A modo de conclusión, podemos afirmar con vehemencia que la Iglesia es una institución
claramente organiza y estructurada, tanto en su cuerpo litúrgico como jurídico. Y
propiamente en el sacramento del matrimonio, que ella (la Iglesia) brinda todos los
elementos y herramientas para llegar a la sana celebración del mismo. Indicando a los
párrocos, principales celebrantes del sacramento a que se apropien del conocimiento de su
pueblo, de quienes quieren unirse en matrimonio, que sean probos, que practiquen la fe
cristiana y sobre todo que se acerquen o busquen celebrar sus nupcias dignamente. Es el
rol de todos, velar por la legalidad y recta celebración del sacramento del matrimonio,
cumpliendo con los deberes que la Iglesia exige por medio del Código de Derecho
Canónico, y además, aplicándolo como normativa que va acompañada de una sana
espiritualidad.